{"id":11799,"date":"2001-01-01T16:39:36","date_gmt":"2001-01-01T14:39:36","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11799"},"modified":"2001-01-01T16:39:36","modified_gmt":"2001-01-01T14:39:36","slug":"voluntarios-en-las-aulas-la-educacion-para-la-accion-solidaria-entre-los-jovenes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/voluntarios-en-las-aulas-la-educacion-para-la-accion-solidaria-entre-los-jovenes\/","title":{"rendered":"\u00bfVoluntarios en las aulas? La educaci\u00f3n para la acci\u00f3n solidaria entre los j\u00f3venes"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Pedro S\u00e1ez<\/strong>\u00a0es profesor de Geograf\u00eda e Histo\u00adria y miembro del \u00abCentro de Investigaci\u00f3n para la Paz\u00bb.<\/em>
\n\u00a0<\/em><\/p>\n

Protagonistas<\/h1>\n

EN un reciente texto de car\u00e1cter di\u00advulgativo\u00a0(El silencio de los adolescentes. Lo que no cuentan a sus padres,\u00a0<\/em>Temas de Hoy, Madrid 2000), Javier Elzo muestra el di\u00advorcio entre la elevada valoraci\u00f3n que tie\u00adne el trabajo por la paz y la solidaridad para los j\u00f3venes, y el escaso compromiso real de esos mismos j\u00f3venes en las accio\u00adnes, campa\u00f1as y organizaciones que con\u00adcretan socialmente el mencionado traba\u00adjo.
\n <\/p>\n

S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/h1>\n

El\u00a0\u00a0prop\u00f3sito de este art\u00edculo es plantear una serie de interrogantes acer\u00adca de las complicadas concreciones educativas del voluntariado juvenil, es\u00adpecialmente el que se desarrolla en el marco de la educaci\u00f3n formal.\u00a0En\u00a0primer lugar, situarnos a los j\u00f3venes como protagonistas de los escenarios es\u00adcolares y extraescolares donde se mueven, para indicar en segundo lugar cu\u00e1les son, a nuestro juicio, los principales problemas que aparecen y las po\u00adsibles soluciones que pueden intentarse a la hora de abordar su compromiso social como objetivo educativo expl\u00edcito. En todo caso, m\u00e1s que de teor\u00edas pedag\u00f3gicas o\u00a0Informes\u00a0sociol\u00f3gicos, partimos de\u00a0\u00a0trabajo\u00a0con adolescentes.
\n 
\n\u00bfA qu\u00e9 se debe esta paradoja, corrien\u00adte entre los adultos, de valorar positiva\u00admente algo que realmente no se practica, cuando el t\u00f3pico proclama la autentici\u00addad, es decir, la coherencia entre el dis\u00adcurso y la vida como uno de las se\u00f1as de identidad constitutivas del \u00abser\u00bb joven?
\nPor otro lado, tambi\u00e9n resulta eviden\u00adte que las principales manifestaciones de militancia solidaria en nuestros d\u00edas, tan\u00adto las ocasionales -por ejemplo, las acam\u00adpadas en favor del 0,7`%-, como las dura\u00adderas -por ejemplo, el voluntariado en or\u00adganizaciones no gubernamentales-, est\u00e1n sustentadas por la presencia activa y el trabajo constante de la juventud. Sin em\u00adbargo, esta militancia se parece poco a la de generaciones anteriores, sobre todo en lo que\u00a0respecta\u00a0a los valores que la legiti\u00adman y justifican. Aunque a\u00fan subsista en algunos un peso ideol\u00f3gico o apost\u00f3lico definido, la mayor\u00eda de las actitudes vita\u00adles con que los j\u00f3venes afrontan su com\u00adpromiso social son ajenas a los grandes discursos redentores de car\u00e1cter colectivo, y est\u00e1n mucho m\u00e1s atentas al aprendizaje y crecimiento personales, o a la b\u00fasqueda de sentidos frente al hast\u00edo vital generado por la combinaci\u00f3n de abundancia de bie\u00adnes materiales y vac\u00edo- existencial.
\nAlgunos interpretan el puzzle posmo\u00adderno en que se debaten los j\u00f3venes de hoy como una p\u00e9rdida de valores, una amenaza a las ideas establecidas, o un desastre de dimensiones apocal\u00edpticas. Otros, sin negar los problemas que trae consigo, apostamos por explorar sus posi\u00adbilidades, e intentar afrontar sus interpe\u00adlaciones. Y los procesos educativos son un territorio privilegiado para ello, por razones obvias. Otra cuesti\u00f3n es el hipo\u00adt\u00e9tico sentido que puede tener una educa\u00adci\u00f3n para la militancia solidaria, dadas las actuales circunstancias por las que atra\u00adviesan la escuela, la familia y la sociedad.
\n 
\n2.Escenarios<\/strong>
\n 
\n\u00bfDEBE ocuparse la escuela de sus\u00adcitar una militancia que concrete los valo\u00adres de la paz y la solidaridad en actos conscientes y organizados con una finali\u00addad social o pol\u00edtica definida? La respues\u00adta m\u00e1s inmediata es negativa. Creemos que la escuela no es el lugar m\u00e1s id\u00f3neo ahora para la formaci\u00f3n de esa militancia, entendiendo por tal la que obedece a los principios ideol\u00f3gicos definidos. En este sentido, la misi\u00f3n de la escuela no deber\u00eda ser la mera transmisi\u00f3n de doctrinas ce\u00adrradas, sino la creaci\u00f3n de escenarios que hagan posible la pregunta sobre el qu\u00e9 hacer frente a la problem\u00e1tica realidad in\u00admediata y planetaria que nos rodea. Esto significa no s\u00f3lo ense\u00f1ar determinados hechos, sino tambi\u00e9n hacerlo desde unos presupuestos metodol\u00f3gicos que ayuden a comprender el mundo y a intervenir en \u00e9l, seg\u00fan unos valores sociales y cultura\u00adles ofrecidos -no impuestos-, como alter\u00adnativa a los establecidos. Afecta, por lo tanto, al qu\u00e9 se aprende, al c\u00f3mo se aprende y al para qu\u00e9 se aprende.
\nVeamos una experiencia que clarifica el sentido de las l\u00edneas anteriores. Hace tiempo participamos en un taller de tra\u00adbajo con miembros activos, profesionales y\u00a0voluntarios, de una conocida\u00a0<\/strong>organiza\u00adci\u00f3n no gubernamental, que est\u00e1 vivien\u00addo una fase de crecimiento y diversifica\u00adci\u00f3n de actividades. El objetivo del taller era llevar a cabo programas de educaci\u00f3n para el desarrollo en las escuelas, elabo\u00adrados por la propia organizaci\u00f3n no gubernamental. Nuestra tarea era propor\u00adcionarles pistas sobre lo que se podr\u00eda ha\u00adcer al respecto en los institutos y colegios. Se trataba, pues, de algo muy pr\u00e1ctico, as\u00ed que comenzamos por una sencilla rueda de intervenciones, en la que cada partici\u00adpante evoc\u00f3 sus a\u00f1os escolares, con el fin de rastrear en ellos los momentos en que temas como la paz o la solidaridad se ha\u00adb\u00edan hecho presentes. La puesta en co\u00adm\u00fan fue aparentemente desoladora: na\u00addie hab\u00eda sido educado en esas cuestio\u00adnes, a pesar de su juventud, ni siquiera aquellos que proced\u00edan de colegios reli\u00adgiosos de tradici\u00f3n misionera. Y, sin em\u00adbargo, todos los asistentes al taller esta\u00adban militando activamente en una orga\u00adnizaci\u00f3n solidaria. \u00bfEra, por tanto, nece\u00adsario, llevar a las aulas algo que, en defi\u00adnitiva, adquirieron fuera de la escuela?
\nPero hab\u00eda otro interrogante que surgi\u00f3 al mismo tiempo que el anterior \u00bfQu\u00e9 funci\u00f3n puede cumplir la escuela en la gestaci\u00f3n de un compromiso solidario? La segunda ronda de intervenciones que propusimos fue una evocaci\u00f3n personal de aquellas experiencias escolares que to\u00addos consideramos inolvidables. Las res\u00adpuestas fueron esta vez mucho m\u00e1s alen\u00adtadoras: las clases de Literatura que pro\u00advocaron el descubrimiento de la poes\u00eda para algunos; la profesora de Matem\u00e1ti\u00adcas con la que otros aprendieron el fasci\u00adnante mundo de los-n\u00fameros; los ejer\u00adcicios de Educaci\u00f3n F\u00edsica que supusieron para varios el descubrimiento del propio cuerpo; o las lecciones de Historia que verdaderamente ayudaron a muchos a comprender el presente…
\n\u00bfQu\u00e9 tienen en com\u00fan todos estos en\u00adcuentros y procesos educativos? Adem\u00e1s de ense\u00f1ar la materia correspondiente, proponen una forma de ver el mundo que va m\u00e1s all\u00e1 de sus contenidos espec\u00ed\u00adficos: a veces, es el descubrimiento de he\u00adchos o conceptos; otras, el m\u00e9todo escogi\u00addo por el profesor, el clima ambiental cre\u00adado por el propio grupo, o la misma per\u00adsona del educador. Habitualmente, es el conjunto de la experiencia el que abre esos horizontes de sensibilidad, creativi\u00addad e imaginaci\u00f3n que conducen, una vez que se han hecho invisibles –es decir, que se han incorporado a la biograf\u00eda de cada cual-, a asumir ciertos valores y ac\u00adtitudes. Esta era una de las razones por las que los asistentes al taller hab\u00edan ad\u00adquirido ese compromiso militante. \u00bfHa\u00adbr\u00eda que concluir, por tanto, que cualquier itinerario educativo, cuando es verdade\u00adro, nos lleva al trabajo por la paz y la so\u00adlidaridad, aunque no lo formule de ma\u00adnera expl\u00edcita? Parece que esta es\u00a0la\u00a0hip\u00f3\u00adtesis que se desprende de la experiencia narrada. El problema reside en definir lo que entendemos por itinerario educativo \u00abverdadero\u00bb.
\n\u00a0<\/strong>
\n3.Procesos<\/strong>
\n 
\n\u00bfQUIERE decir esto que la es\u00adcuela har\u00e1 bien en: olvidarse de poner en marcha iniciativas entre los j\u00f3venes que alienten y encaucen su compromiso acti\u00advo en favor de los dem\u00e1s? Al contrario, creemos que, sin entrar en contradicci\u00f3n con lo anterior, puede y debe hacerlo. En primer lugar, porque hoy en d\u00eda es dif\u00ed\u00adcil encontrar otras instancias\u00a0de\u00a0sociali\u00adzaci\u00f3n educativa para los j\u00f3venes que re\u00adsulten tan pertinentes como la escuela: las que aparec\u00edan fuera del \u00e1mbito esco\u00adlar hoy escasean o ya no son las favoritas de los j\u00f3venes, y tanto la familia como los medios de comunicaci\u00f3n social no pa\u00adrecen asumir esa responsabilidad. En se\u00adgundo lugar, porque, si queremos educar sobre, desde\u00a0y\u00a0para determinados valo\u00adres, la educaci\u00f3n formal tiene unos l\u00edmites que hacen necesarios otros procesos para\u00adlelos, y en muchas ocasiones previos o prioritarios con respecto a las clases con\u00advencionales.
\nClaro que ser\u00eda mejor intentar romper esos l\u00edmites de la educaci\u00f3n formal o re\u00adglada, pero mucho nos tememos que esa tarea resulte casi imposible. Habr\u00eda que dotar de sentido global a la tarea educati\u00adva, rompiendo con los compartimentos estancos y la cultura escolar impuesta por el poder. En un reciente viaje a Colombia, me hablaron de un centro educativo de Bogot\u00e1 que ha decidido romper con la es\u00adtructura por asignaturas del aprendizaje escolar convencional, y organiza el curr\u00ed\u00adculo a partir de la preguntas fundamenta\u00adles que se hacen los seres humanos en su etapa adolescente o juvenil -\u00bfqui\u00e9n soy yo?, \u00bfqui\u00e9n es el otro?, \u00bfde d\u00f3nde vengo? o \u00bfqu\u00e9 va a ser de mi?-, y las respuestas que dan a estos interrogantes las diversas materias. Semejante planteamiento resul\u00adta sin duda sugestivo, dir\u00e1n muchos, pe\u00adro irrealizable, concluir\u00e1 la mayor\u00eda con un suspiro de alivio.
\nLos discursos educativos hablan de la necesidad de responder a los retos del presente, pero mantienen los esquemas decimon\u00f3nicos, tanto en los contenidos que ense\u00f1amos como en lo que exigimos y valoramos a la hora de juzgar el apren\u00addizaje de nuestros alumnos: hay conteni\u00addos que no tiene cabida en las discipli\u00adnas acad\u00e9micas, por mucho que ahora se disfracen de \u00ab\u00e1reas curriculares\u00bb; hay vi\u00advencias compartidas en las aulas que no
\npueden calificarse ni figurar en los boleti\u00adnes de notas. \u00bfC\u00f3mo vamos a pretender educar para la acci\u00f3n solidaria si perma\u00adnecemos aferrados a un conjunto de co\u00adnocimientos que buscan el dominio inte\u00adlectual y material del mundo, no su com\u00adprensi\u00f3n emocional y compasiva?
\n 
\n4.Condiciones<\/strong>
\n 
\nCUANDO hablamos de condiciones, nos referimos a algunos aspectos a con\u00adsiderar a la hora de poner en marcha iniciativas solidarias entre los j\u00f3venes, es\u00adpecialmente en el \u00e1mbito de la educa\u00adci\u00f3n formal, y que afectan, sobre todo, al papel del educador en el proceso. No en\u00adtramos en los contenidos o tareas de esas iniciativas solidarias, sino en los compo\u00adnentes educativos comunes a las mis\u00admas.
\nLos adolescentes que acuden de mane\u00adra voluntaria a un grupo que trabaja al\u00adrededor de los temas se\u00f1alados, no lo hacen solamente para ser consecuentes con sus ideas, sino que, adem\u00e1s, pre\u00adtenden resolver otras necesidades, al\u00adgunas incluso bastante ajenas a las in\u00adtenciones del educador que ha promo\u00advido dicho grupo. Hay que tener claro, por tanto, que la \u00abgesti\u00f3n\u00bb de un gru\u00adpo de estas caracter\u00edsticas es m\u00e1s com\u00adplicada que la de un equipo de f\u00fatbol, aunque las motivaciones de los inte\u00adgrantes de este \u00faltimo colectivo sean tambi\u00e9n muy heterog\u00e9neas. Saber aco\u00adger, respetar y aprovechar esta diversi\u00addad de motivaciones es una tarea inclu\u00adso m\u00e1s importante que apuntar al gru\u00adpo a la campa\u00f1a de la organizaci\u00f3n no gubernamental de turno.
\n <\/p>\n

    \n
  • El trabajo solidario con adolescentes de\u00adbe tener un principio y un final estruc\u00adturados y previstos. Se admite su ge\u00adneraci\u00f3n espont\u00e1nea o sus crisis de crecimiento y contracci\u00f3n, pero no su agon\u00eda lenta y sin m\u00e1s sentido que el sostenimiento por parte del educador de un proyecto agotado, que los parti\u00adcipantes en el mismo ya han dejado de hacer suyo. Antes que las acciones por s\u00ed mismas, hay que valorar lo que tie\u00adnen estas de procesos de aprendizaje, dentro de una etapa que no puede eter\u00adnizarse de manera reiterativa, sino que ha de avanzar y renovarse continua\u00admente.<\/li>\n
  • Por lo tanto, es preciso buscar el equi\u00adlibrio entre la atenci\u00f3n a la persona, la creaci\u00f3n y el mantenimiento del gru\u00adpo, y la resoluci\u00f3n de la tarea plantea\u00adda. Ning\u00fan grupo de j\u00f3venes sobrevi\u00adve si s\u00f3lo se dedica a realizar acciones externas al mismo, a no ser que est\u00e9 di\u00adrigido de forma autoritaria o burocr\u00e1\u00adtica, y que no importe el mantenimien\u00adto de las personas, sino la eficacia a corto plazo del trabajo realizado. Por otro lado, tampoco resulta ejemplar la tendencia al \u00abombliguismo\u00bb de mu\u00adchos grupos y comunidades, encanta\u00addos de haberse conocido, pero incapa\u00adces de hacer algo juntos de puertas afuera de su rinc\u00f3n.<\/li>\n
  • Los compromisos asumidos por el gru\u00adpo responder\u00e1n en todo momento a la escala en que se mueva, y a la capaci\u00addad real para poder llevarlos a cabo. No debe soslayarse cierto grado de de\u00adsaf\u00edo y esfuerzo para poder llevar a ca\u00adbo la acci\u00f3n correspondiente, pero es contraproducente exigir al grupo -o que el propio grupo se fije- metas im\u00adposibles de cumplir, dadas las dimen\u00adsiones y el alcance de las mismas. El grupo ha de verificar en todo momen\u00adto que lo que intenta conseguir est\u00e1 a su alcance, y no le supera, para evitar acciones est\u00e9riles generadoras de im\u00adpotencia.<\/li>\n
  • Para finalizar este ep\u00edgrafe, es indis\u00adpensable poner en marcha estructuras de participaci\u00f3n, tanto en las tareas co\u00admo en la gesti\u00f3n del propio grupo. El protagonismo de los j\u00f3venes en estas acciones es fundamental. No negamos la importancia del educador, en tanto que animador del grupo, mediador o acompa\u00f1ante de las personas, pero desconfiamos de los modelos vertica\u00adlistas, o, peor a\u00fan, seudoparticipativos, en los que, tras la apariencia de demo\u00adcracia, se esconde un f\u00e9rreo control por parte del educador, seguro de las me\u00adtas y los medios.<\/li>\n<\/ul>\n

    5.Propuestas<\/strong>
    \n 
    \nESTE\u00a0\u00faltimo apartado ofrece algunas sugerencias de trabajo juvenil solidario, que hemos llevado a cabo en los \u00faltimos a\u00f1os de manera relativamente satisfacto\u00adria, tanto en el desarrollo metodol\u00f3gico como en los efectos a corto y medio plazo. No obstante, no se enumeran a modo de recetas m\u00e1gicas o soluciones ca\u00eddas del cielo. En el terreno de las estrategias di\u00add\u00e1cticas hay pocas cosas que descubrir. Adem\u00e1s de ofrecer algunas pistas para enriquecer lo que a buen seguro vienen realizando no pocos educadores, nuestra intenci\u00f3n es describir brevemente aque\u00adllas experiencias que han servido de hilo conductor a las reflexiones del art\u00edculo.
    \n <\/p>\n

      \n
    • En primer lugar, hablaremos de la enor\u00adme potencialidad creativa del teatro. Consideramos que la creaci\u00f3n y el mantenimiento de un grupo de teatro en un centro educativo resulta un ejer\u00adcicio de educaci\u00f3n para la solidaridad casi indispensable, por s\u00ed mismo y por servir de punto de arranque para otras muchas tareas. Por lo mismo, la utili\u00adzaci\u00f3n de la dramatizaci\u00f3n en la pr\u00e1c\u00adtica educativa escolar diaria pone en manos del grupo una enorme varie\u00addad de procedimientos expresivos a la hora de liberar y enriquecer la palabra.<\/li>\n
    • La educaci\u00f3n est\u00e9tica -m\u00fasica, danza, teatro, poes\u00eda- es otra manera de apro\u00adximarnos solidariamente a la intercul\u00adturalidad. No se trata \u00fanicamente de que un grupo intercambie sus tradicio\u00adnes culturales, sino de que el propio centro educativo, en sentido de espa\u00adcio f\u00edsico y comunidad educativa, vaya generando una est\u00e9tica, una determi\u00adnada disposici\u00f3n ambiental, que facili\u00adt\u00e9 el encuentro solidario entre la diver\u00adsidad humana que lo compone.<\/li>\n
    • Dentro de ese espacio de encuentro re\u00adsulta importante la organizaci\u00f3n de un espacio-aula de solidaridad, donde los estudiantes puedan reunirse y preparar sus acciones, recibir y debatir con las organizaciones no gubernamentales lo\u00adcales, producir la informaci\u00f3n que se difundir\u00e1 en el centro, y hacerse visi\u00adbles en la vida del mismo de manera continuada. El uso de este local como espacio para la mediaci\u00f3n y el trata\u00admiento de los conflictos escolares rela\u00adcionados con la paz y la solidaridad resulta igualmente muy pertinente, si toda la comunidad educativa es capaz de reconocer y apoyar las iniciativas surgidas desde ese lugar.<\/li>\n<\/ul>\n

       
      \n 
      \n <\/p>\n

        \n
      • La comunidad educativa debe configu\u00adrar su propio calendario alternativo a las conmemoraciones oficiales o a los ri\u00adtos acad\u00e9micos establecidos -por ejem\u00adplo, las evaluaciones-. Aunque se pue\u00adde guiar por las celebraciones estable\u00adcidas -por ejemplo, el D\u00eda Escolar de la NoViolencia y la Paz-, lo mejor es ela\u00adborar un argumento que de sentido a todo el curso, desde septiembre hasta junio, y que facilite la organizaci\u00f3n de actividades desde cada \u00e1rea curricular, curso o nivel.<\/li>\n
      • Finalmente, la creaci\u00f3n de redes entre centros educativos, para facilitar inter\u00adcambios, hermanamientos y encuen\u00adtros, alrededor de \u00e1reas geogr\u00e1ficas o de proyectos globales, junto con otros movimientos sociales externos pero im\u00adplicados con las tareas de la escuela.<\/li>\n<\/ul>\n

         
        \nConcluimos con una referencia cinema\u00adtogr\u00e1fica. La pel\u00edcula de Adolfo Aristara\u00adm,\u00a0Un lugar en el mundo (1992),\u00a0<\/em>recoge lo que, desde nuestro punto de vista consti\u00adtuye una excelente visualizaci\u00f3n de una experiencia educativa de crecimiento per\u00adsonal en torno a los valores de la solidari\u00addad. Las acciones de los adultos, heroicas y contradictorias, est\u00e1n percibidas a tra\u00adv\u00e9s de la mirada adolescente de Ernesto, que va descubriendo, no el \u00ablugar en el mundo\u00bb que le han asignado, sino la ne\u00adcesidad de buscarlo por s\u00ed mismo. Esta es la dif\u00edcil tarea que compete a los educa\u00addores: mostrar las posibilidades de reali\u00adzaci\u00f3n personal y social como espacios abiertos que cada ser humano debe crear y construir junto con las dem\u00e1s.<\/p>\n

        Pedro S\u00e1ez<\/h2>\n

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