{"id":11804,"date":"2001-01-01T16:51:00","date_gmt":"2001-01-01T14:51:00","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11804"},"modified":"2001-01-01T16:51:00","modified_gmt":"2001-01-01T14:51:00","slug":"modelos-de-identidad-y-compromiso-en-el-voluntariado","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/modelos-de-identidad-y-compromiso-en-el-voluntariado\/","title":{"rendered":"Modelos de identidad y compromiso en el voluntariado"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR:<\/p>\n

Agust\u00edn Domingo Moratalla\u00a0es Profesor Titular de Filosof\u00eda Moral y Pol\u00edtica en la Universidad de Valencia.<\/em><\/h3>\n

 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nEl objetivo del articulo es proporcionar instrumentos para plantear la identidad del voluntariado en el marco de la \u00e9tica contempor\u00e1nea. Se parte de que la identidad es un desaf\u00edo que implica tanto a personas como organizaciones. Este desaf\u00edo se puede abordar desde tres \u00e1ngulos: el de una\u00a0identidad sustancial<\/em>que reduce la identidad a car\u00e1cter, el de una\u00a0identidad impersonal<\/em>\u00a0que anula la persona en la organizaci\u00f3n y el de una\u00a0identidad narrativa<\/em>\u00a0donde la responsabilidad tiene una dimensi\u00f3n solidaria. Este \u00faltimo modelo de identidad exige una renovaci\u00f3n de las \u00e9ticas del voluntariado reclamando no s\u00f3lo una\u00a0\u00e9tica del compromiso<\/em>, sino una\u00a0\u00e9tica de los proyectos de vida<\/em>. \u00bfPuede haber cultura de la solidaridad si no hay un\u00a0proyectos de vida<\/em>?, \u00bfpuede reducirse una \u00e9tica del voluntariado a una \u00e9tica del compromiso?
\n 
\n <\/p>\n

    \n
  1. La identidad, un desaf\u00edo personal y organizativo<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    La identidad de los voluntarios se ha convertido en una de las preocupaciones centrales de todas las organizaciones que los acogen. Cada d\u00eda es m\u00e1s habitual que nos pregunten: \u00bfC\u00f3mo distinguir a los voluntarios \u00abverdaderos\u00bb de los \u00abfalsos\u00bb? \u00bfHay alg\u00fan \u00abcriterio de homologaci\u00f3n\u00bb o \u00abdenominaci\u00f3n de origen\u00bb con el que establecer una selecci\u00f3n acertada?. Esto en el mejor de los casos, porque hay veces que la propia organizaci\u00f3n tiene establecido un perfil determinado de acuerdo con una determinada \u00abidentidad\u00bb de la organizaci\u00f3n[1]<\/a>.
    \n 
    \nCiertamente, es natural que cada organizaci\u00f3n establezca un perfil propio para facilitar la integraci\u00f3n en todos los procesos organizativos. Es natural que las propias organizaciones sean las primeras interesadas en clarificar las motivaciones de los voluntarios. No ser\u00edan organizaciones responsables si no fueran capaces de provocar el discernimiento, la reflexi\u00f3n y el autoan\u00e1lisis en quienes desean realizar alg\u00fan tipo de colaboraci\u00f3n. Uno de los objetivos de las entrevistas, encuestas o procesos de selecci\u00f3n es poner al voluntario\u00a0ante s\u00ed mismo<\/em>. De esta forma, la identidad del voluntario se plantea como un\u00a0desaf\u00edo personal<\/em>\u00a0porque descubre las coordenadas \u00e9ticas, pol\u00edticas o existenciales con las que est\u00e1 situado en el mundo. Un desaf\u00edo con el que se inicia un proceso donde el voluntario reflexiona, toma distancia respecto a otras formas de compromiso y descubre un lugar que puede ocupar su\u00a0proyecto de vida<\/em>\u00a0en un espacio social compartido.
    \n 
    \nEste proceso es importante en la construcci\u00f3n de la identidad. Desde entonces, descubre que sus inquietudes pueden cobrar una nueva dimensi\u00f3n; dejan de ser simples sentimientos o afanes impetuosos de hacer algo por los dem\u00e1s para convertirse en\u00a0inquietudes significativas<\/em>. Descubre que sus inquietudes adquieren nuevas dimensiones y nuevos valores, tanto en el contacto con las personas de la organizaci\u00f3n como en la realizaci\u00f3n de las tareas que se le asignan. Descubre que construir un proyecto de vida y crecer en una determinada direcci\u00f3n es participar en un proceso de\u00a0identificaciones compartidas<\/em>.
    \n 
    \nNo se trata s\u00f3lo de un desaf\u00edo personal, sino de un desaf\u00edo institucional porque la propia organizaci\u00f3n pone a prueba su capacidad para generar identificaciones compartidas. Es m\u00e1s f\u00e1cil pedir que los voluntarios se adapten o integren en la organizaci\u00f3n que poner en cuesti\u00f3n el \u201csentido de la organizaci\u00f3n\u201d. Esto no s\u00f3lo significa que la identidad es un proceso, sino que la identidad es\u00a0un proceso complejo<\/em>\u00a0donde tambi\u00e9n est\u00e1 en juego la capacidad de las organizaciones para generar valor y significado, es decir, la capacidad que tengan para generar credibilidad y hacer atractiva la identificaci\u00f3n con ellas.
    \n 
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Modelos de identidad y compromiso<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nPara precisar este doble desaf\u00edo podemos servinos de lo que Paul Ricoeur ha llamado \u00abidentidad narrativa\u00bb
      [2]<\/a>. En su preocupaci\u00f3n por describir los complejos procesos de identidad en los que se sit\u00faa el hombre moderno, Ricoeur plantea la necesidad de superar dos formas deficientes de afrontar la identidad personal[3]<\/a>.
      \n 
      \n 
      \n2.1. Mantener el car\u00e1cter o la identidad sustancial<\/strong>
      \n 
      \nPor un lado, una forma\u00a0sustancialista<\/em>\u00a0de entender la identidad de los procesos personales, como si la identidad consistiera en la adquisici\u00f3n de una determinada forma de ser, en la apropiaci\u00f3n personal de una determinada sustancia moral, o en mantenimiento invariable de un determinado car\u00e1cter. Como si el car\u00e1cter estuviera constituido de antemano y de una forma precia a los actos humanos
      [4]<\/a>. Es el modo m\u00e1s habitual de plantear la identidad personal, como si se tratase de un proceso de conquista (apropiarse de una identidad que no se ten\u00eda previamente) o resistencia personal (mantener una identidad previa o anterior a la acci\u00f3n).
      \nPara entenderlo mejor podr\u00edamos utilizar la imagen de un maniqu\u00ed al que se le pueden adaptar diferentes modelos seg\u00fan la temporada. Hay una sustancia individual que aguanta y resiste los cambios, es decir, hay algo as\u00ed como un \u201cyo\u201d que soporta diferentes roles sociales, que permanece inmutable al paso del tiempo. Ahora bien, con ello no respondemos a la pregunta\u00a0qui\u00e9n<\/em>\u00a0soy yo, sino\u00a0qu\u00e9<\/em>\u00a0soy yo.
      \n 
      \nQuienes mantienen esta teor\u00eda de la identidad tienen una visi\u00f3n naturalista y atomista de la vida humana. Imaginan que la sustancia humana es una sustancia cerrada, como si la identidad de una persona fuera la identidad de un mineral. Olvidan que la identidad personal es la de una esencia abierta, llena de unas posibilidades que pueden realizarse y actualizarse de variadas maneras. Tambi\u00e9n imaginan que la persona se comporta como un \u00e1tomo social, movido por fuerzas mec\u00e1nicas de atracci\u00f3n y repulsi\u00f3n, de acci\u00f3n y reacci\u00f3n, como si de antemano ya tuviera una carga con la que moverse en un determinado campo de fuerzas. Olvidan que la identidad personal emerge de una relaci\u00f3n social, de momentos de encuentro, de unas relaciones con solidaridades anteriores a los procesos de individuaci\u00f3n o atomizaci\u00f3n (familia, ambiente, clima social, etc.).
      \n 
      \nEsta teor\u00eda de la identidad nos la encontramos en dos tipos de organizaciones de voluntariado. En primer lugar, aquellas que tienen miedo a que el car\u00e1cter desaparezca con el cambio de las situaciones y los contextos, es decir, aquellas que temen las modas y los trajes de temporada. Unas organizaciones que apelan a\u00a0identidades cerradas y doctrinarias<\/em>\u00a0que est\u00e1n fuera del espacio y el tiempo; como si la acci\u00f3n voluntaria no tuviera capacidad de abrir posibilidades y transformar el car\u00e1cter de las personas.
      \n 
      \nEn segundo lugar, aquellas que s\u00f3lo quieren \u00abmanos\u00bb para trabajar en tareas prefijadas, es decir, aquellas que en lugar de buscar\u00a0personas voluntarias<\/em>buscan\u00a0manos de voluntarios<\/em>. Hay muchas \u00aboeneg\u00e9s\u00bb
      [5]<\/a>\u00a0que no buscan personas que piensen, quieran o se identifiquen con la organizaci\u00f3n, que s\u00f3lo buscan alguien que eche una mano, dediquen parte de su tiempo o colabore puntualmente con ellas. Son organizaciones que no ponen en cuesti\u00f3n los presupuestos individualistas y atomizadores de la cultura contempor\u00e1nea. Estas organizaciones gestionan servicios para que los individuos busquen, comparen y seleccionen \u00abofertas de filantrop\u00eda\u00bb. Son organizaciones sin voluntad de cambio social y sin memoria hist\u00f3rica. No les preocupa la identidad porque lo consideran un problema estrictamente individual; como si fuera un problema, anterior o posterior a la vida de la organizaci\u00f3n.
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      \n 
      \n2.2. Olvido de s\u00ed mismo o identidad gregaria<\/strong>
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      \nPor otro lado, una forma\u00a0impersonal\u00a0<\/em>de entender la identidad. Ante las dificultades que plantea pensar en profundidad la vida humana con sus momentos de permanencia y de cambio, de identidad y de diferencia, hay quienes piensan que se trata de un problema irresoluble. Para Ricoeur, quienes as\u00ed piensan consideran que detr\u00e1s de la pregunta por la identidad personal siempre est\u00e1 el problema de los intereses propios e individuales, como si la preocupaci\u00f3n por la identidad escondiera cierta complicidad con alguna forma de individualismo. En este modo de plantear la identidad, lo realmente importante no es la transformaci\u00f3n interna del proyecto personal del voluntario sino sus experimentos sociales, sus encuentros, sus relaciones, sus actividades comunitarias.
      \n 
      \nEste modo de pensar la identidad est\u00e1 pr\u00f3ximo a los planteamientos de cierta postmodernidad que ha desplazado el problema de la identidad por el problema de la diferencia. Una postmodernidad que plantea la identidad desde \u00abel otro\u00bb\u00a0(Autrui)<\/em>\u00a0o \u00ablo otro\u00bb\u00a0(autrui).<\/em>\u00a0Sin entrar a precisar los significados de esta \u00abotreidad\u00bb o \u00abalteridad\u00bb
      [6]<\/a>, estas \u00e9ticas postmodernas piden que el individuo se olvide de s\u00ed mismo, se entregue a la causa del otro y se des-viva en tareas orientadas hacia el otro. Hay muchas organizaciones que utilizan\u00a0el anzuelo del \u00abotro\u00bb<\/em>\u00a0para pescar voluntarios disponibles en el r\u00edo revuelto de la solidaridad postmoderna. Con ello se instrumentaliza la generosidad, se domestica la energ\u00eda solidaria y se embriaga la buena voluntad de muchos j\u00f3venes que ven en el voluntariado un b\u00e1lsamo milagroso para compensar la mala conciencia de un individualismo en el que han crecido. Hay una serie de expresiones que nos resultan familiares e indican que se ha ca\u00eddo en las \u00abredes del otro\u00bb. Por ejemplo, cuando o\u00edmos que ser voluntario es \u00abolvidarse de uno mismo\u00bb, \u00abcompartir el tiempo con los dem\u00e1s\u00ab o \u00abresponder a la necesidad del otro\u00bb.
      \n 
      \nCada vez es mayor el n\u00famero de organizaciones que utilizan el\u00a0\u00abanzuelo del otro\u00bb<\/em>\u00a0para construir la identidad de sus voluntarios. Aunque unas veces se trata de un recurso leg\u00edtimo para hacer frente al autismo moral de muchos j\u00f3venes, otras se trata de un anzuelo envenenado con el que se busca anestesiar la personalidad del voluntario. Muchas organizaciones necesitan voluntarios con proyectos personales anestesiados, es decir, voluntarios entregados incondicionalmente a la causa de la organizaci\u00f3n sin posibilidad de plantearse un\u00a0proyecto de vida propio<\/em>, sin posibilidad de tomar distancia con la propia organizaci\u00f3n o la propia causa que lo ha movilizado. En estos casos, las organizaciones pueden generar procesos de identificaci\u00f3n que anulan la libertad y responsabilidad de las personas. Dejan de ser organizaciones donde se practica la responsabilidad solidaria para convertirse en organizaciones donde se promueve la irresponsabilidad gregaria.
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      \n 
      \n2.3. Responsabilidad de s\u00ed o identidad narrativa<\/strong>
      \n 
      \nPara superar las deficiencias que presentan los planteamientos anteriores, Paul Ricoeur nos ofrece la alternativa de lo que \u00e9l llama una\u00a0identidad narrativa<\/em>
      [7]<\/a>\u00a0La llama as\u00ed para describir la\u00a0estructura narrativa<\/em>\u00a0que tiene la vida humana en su conjunto. La vida humana no se entender\u00eda si no tuviera esta estructura narrativa. Cuando damos cuenta y raz\u00f3n de los que hacemos con nuestra vida no realizamos una simple descripci\u00f3n de c\u00f3mo ha evolucionado nuestro car\u00e1cter, no somos simples agentes en interacci\u00f3n que se desviven por los dem\u00e1s sin saber qui\u00e9nes son. Para dar cuenta y raz\u00f3n de nuestra vida tenemos necesidad de acudir a\u00a0narraciones<\/em>\u00a0de las que formamos parte como\u00a0personajes<\/em>\u00a0que participan en una\u00a0historia<\/em>.
      \n 
      \nLa historia (o historias) de las que formamos parte no son un invento nuestro, nos las hemos ido encontrado a lo largo de nuestra vida y hemos ido integr\u00e1ndonos en ellas con diferentes grados de implicaci\u00f3n. Unas veces somos actores que aparecen como extras, otras actores de reparto y otras actores principales. A lo largo de la vida vamos desempa\u00f1ando diferentes papeles, diferentes personajes en lo que Calder\u00f3n de la Barca llamaba \u00abel gran teatro del mundo\u00bb. La trama de estas historias est\u00e1 sin cerrar, sabemos que participamos en ellas como personajes, pero los guionistas nos han dejado el gui\u00f3n abierto para que realicemos una\u00a0buena interpretaci\u00f3n<\/em>. Nuestro papel es un papel abierto y tenemos que ir arriesg\u00e1ndonos ante las opciones que se presentan en los diferentes acontecimientos. Aunque nuestras actuaciones est\u00e1n abiertas, no podemos estar siempre improvisando, una buena interpretaci\u00f3n exige animar y formar el personaje a medida que afronta los acontecimientos.
      \n 
      \nLa participaci\u00f3n y pertenencia a estas historias hace inteligibles no s\u00f3lo nuestras vidas, sino las de los dem\u00e1s. De esta forma nos vamos identificando como personajes, es decir, nos sentimos parte de un doble proceso en el que cada personaje es co-autor de una identidad que el resto de personajes tambi\u00e9n va forjando en el transcurso de la trama. Los actores no s\u00f3lo realizan actuaciones y \u00abhacen\u00bb cosas, sino que realizan actividades con las que \u00abse-hacen\u00bb a s\u00ed mismos al hacerlas. Los actores se convierten en\u00a0autores\u00a0<\/em>de sus propias vidas, y lo que hacen nos permite identificarlos en el conjunto de la trama.
      \nLa identidad narrativa es el resultado de un proceso de identificaci\u00f3n donde los personajes no s\u00f3lo\u00a0hacen cosas<\/em>\u00a0o\u00a0realizan actuaciones<\/em>, sino donde los personajes\u00a0se hacen en lo que hacen.\u00a0<\/em>Cuando explicamos lo que\u00a0podemos<\/em>\u00a0hacer, lo que\u00a0sabemos<\/em>\u00a0hacer, lo que\u00a0queremos<\/em>\u00a0hacer o lo que\u00a0debemos<\/em>\u00a0hacer estamos desplegando una historia de la que formamos parte; una historia que hace comprensible la co-autor\u00eda de la vida humana en su conjunto.
      \n 
      \nEl despliegue de esta historia tiene una\u00a0estructura narrativa<\/em>\u00a0porque realizamos un\u00a0recorrido narrativo<\/em>, es decir, cuando describimos nuestra identidad lo hacemos como un proceso donde hay\u00a0un relato<\/em>\u00a0o\u00a0narraci\u00f3n\u00a0<\/em>que facilita la identificaci\u00f3n y el reconocimiento de los personajes. Esta narraci\u00f3n articula y teje los significados de las acciones, de forma que lo importante no es un acto puntual sino la narraci\u00f3n con la que se hace significativa. A trav\u00e9s de la narraci\u00f3n, el personaje va construyendo la figura de su vida.
      \nAs\u00ed, la identidad no se plantea \u00fanicamente como un\u00a0proceso de identificaci\u00f3n<\/em>, sino como un\u00a0proceso de configuraci\u00f3n<\/em>. Conseguir una identidad no es s\u00f3lo lograr una identificaci\u00f3n, sino ir consiguiendo una forma y figura. Con los relatos no s\u00f3lo identificamos y hacemos significativa nuestra vida sino que la vamos configurando y refigurando. Incluso puede haber momentos en los que tambi\u00e9n pueda des-figurarse o deformarse.
      \n 
      \nRicoeur culmina sus reflexiones sobre la identidad narrativa record\u00e1ndonos lo que \u00e9l llama \u00ablas implicaciones \u00e9ticas del relato\u00bb. Lo hace despu\u00e9s de recordarnos que la estructura narrativa es un puente entre lo que somos y lo que debemos ser, entre la descripci\u00f3n y la prescripci\u00f3n de las acciones, entre el personaje que somos y la figura que anhelamos. Un puente en que se formulan las promesas, o quiz\u00e1 mejor una fragua en la que se van forjando los compromisos. El acto de prometer no es un simple acto de comunicaci\u00f3n humana, sino un acto\u00a0constitutivo de la comunicaci\u00f3n<\/em>\u00a0humana. Las promesas nos permiten adscribir e imputar las acciones a los personajes, convierten a los agentes de una narraci\u00f3n en protagonistas responsables, es decir, nos convierten en co-autores del gui\u00f3n de la trama humana.
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      \n <\/p>\n

        \n
      1. Del compromiso ocasional a un proyecto de vida<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nNos centramos en un doble aspecto: el paso de las experiencias significativas a los proyectos de vida, por un lado; e imaginar la trama de una historia com\u00fan, por otro.
        \n\u00a0<\/em><\/strong>
        \n3.1. Experiencias significativas y proyectos de vida<\/strong>
        \n 
        \nUna de las reflexiones m\u00e1s interesantes de este planteamiento de la identidad narrativa es la importancia que concede al acto de prometer. Prometer no es s\u00f3lo decir la palabra, sino mantenerla y someterse a ella. De esta manera, sin promesas no habr\u00eda trama, es decir, en torno a la palabra se constituyen las alianzas entre los personajes y desde ella se hace inteligible la historia. Los personajes dejan de ser agentes de una acci\u00f3n para convertirse en autores de un proyecto de vida cuando estructuran su identidad en torno a la palabra. Y no se trata de una palabra escrita, textualizada y muerta, sino de una palabra expresada, contextualizada y viva; se trata de di\u00e1logo como palabra compartida capaz de mantener las alianzas y mantener la intriga de la trama.
        \n 
        \nAplicadas a la vida del voluntariado, estas reflexiones cobran un relieve muy especial. Sobre todo cuando los voluntarios se toman en serio la dimensi\u00f3n \u00e9tica y pol\u00edtica de sus compromisos, lo que significa, tambi\u00e9n, la dimensi\u00f3n \u00e9tica y pol\u00edtica de las organizaciones en las que se integran. Planteada en clave de identidad narrativa, la identidad de un voluntario no puede reducirse al compromiso ocasional que se produce cuando el rostro del otro le conmueve y seduce.
        \nTodos conocemos a voluntarios conmovidos ante situaciones de pobreza, marginaci\u00f3n o desamparo. Todos conocemos a voluntarios seducidos por carencias y necesidades que han descubierto al visitar una c\u00e1rcel, un piso de acogida, una residencia de ancianos, un campo de refugiados o una unidad de dolor. Estos momentos de conmoci\u00f3n y seducci\u00f3n son muy importantes en la vida del voluntariado, pero tambi\u00e9n pueden convertirse en \u00e1rboles que les impidan ver con perspectiva el bosque del compromiso.
        \n 
        \nEl compromiso nace de experiencias significativas, de hecho, sin las sacudidas o zarandeos que provoca la presencia del otro nuestras vidas permanecer\u00edan bajo m\u00ednimos en un tono vital de aletargamiento moral. Ahora bien, aunque estas experiencias sean la parte central y nuclear del compromiso, \u00e9ste se conforma, refigura y configura mediante un\u00a0proyecto de vida<\/em>. Para que el compromiso se realice\u00a0en clave de solidaridad\u00a0<\/em>necesita formar parte de un proyecto. Para que el proyecto de vida se realice\u00a0en clave de responsabilidad<\/em>\u00a0necesita traducirse en compromisos. De esta forma, proyecto de solidaridad y compromiso responsable son dos caras de la misma moneda.
        \n 
        \nCuando una \u00e9tica del voluntariado se plantea en estos t\u00e9rminos, entonces descubrimos que no es ni una simple \u00abpromoci\u00f3n del compromiso\u00bb, ni un simple \u00abprograma de solidaridad\u00bb. Planteada desde la identidad narrativa, la narraci\u00f3n de la vida no se construye s\u00f3lo de abajo hacia arriba, como si fuera un conjunto amontonado y fragmentario de experiencias significativas que dan lugar a compromisos. La vida tambi\u00e9n se construye de arriba hacia abajo, traduciendo en compromisos los proyectos de vida, es decir, construyendo historias de sentido que nos hagan inteligible la vida.
        \n 
        \nSi estamos insatisfechos por el comportamiento de muchos voluntarios y de numerosas organizaciones no es porque comprobamos que la gente no se compromete, sino porque comprobamos que\u00a0se comprometen sin proyecto de vida<\/em>. Es m\u00e1s f\u00e1cil invitar al compromiso ocasional que promover proyectos de vida, es m\u00e1s f\u00e1cil generar inquietudes por una solidaridad ocasional y cosm\u00e9tica que generar responsabilidades por una solidaridad estructural e hist\u00f3rica.
        \nLos proyectos de vida son m\u00e1s peligrosos porque exigen mayores niveles de autenticidad tanto para los voluntarios como para las organizaciones. Cuando hay un proyecto de vida, el voluntario busca una organizaci\u00f3n significativa y no se conforma con cualquiera; incluso puede prescindir de la mediaci\u00f3n institucional si considera que el compromiso propuesto es \u00e9ticamente insignificante. Cuando hay un proyecto de vida, el voluntario desempe\u00f1a un papel activo en la organizaci\u00f3n de manera que la mediaci\u00f3n institucional es un trampol\u00edn para el crecimiento personal y comunitario.
        \n 
        \n 
        \n3.2. Imaginar la historia para recrear la vida\u00a0<\/strong>
        \n 
        \nEsta reivindicaci\u00f3n de los proyectos de vida en la \u00e9tica del voluntariado tiene que desempe\u00f1ar un papel importante en toda pregunta por la identidad. Hay que plantear a voluntarios y organizaciones de qu\u00e9 historias se encuentran formando parte, de qu\u00e9 proyectos de humanizaci\u00f3n o de figuraci\u00f3n humana los animan. Aunque todos los proyectos de vida sean leg\u00edtimos, no todos tienen el mismo valor. El valor lo consiguen cuando se plantean la pregunta por el tipo de historia humana que est\u00e1n construyendo, por el tipo de bienes que est\u00e1n promoviendo o incluso por el modelo de imaginaci\u00f3n social que est\u00e1n alimentando.
        \n 
        \nAunque sea m\u00e1s f\u00e1cil limitarse a formar parte de peque\u00f1as historietas, cuentecillos o narraciones de sal\u00f3n, la \u00e9tica del voluntariado tiene que realizar el esfuerzo de imaginar la trama de una historia com\u00fan. Esto no significa despreciar o minusvalorar todas y cada una de las historias que se construyen en primera persona, historias que gozan de un valor propio cuando nacen de una buena voluntad. Hoy la trama de una historia com\u00fan puede reconstruirse porque muchos voluntarios responde a preguntas que siguen golpeando nuestra memoria. Siguen diciendo \u00ab\u00a1Heme aqu\u00ed!\u00bb cuando alguien les pregunta: \u00ab\u00bfD\u00f3nde est\u00e1 tu hermano?\u00bb.
        \n 
        \nQuiz\u00e1 haya que dar un paso m\u00e1s y reconstruir esta identidad personal en una clave m\u00e1s institucional, global y planetaria. Una clave donde, quiz\u00e1, sobren compromisos puntuales y falten proyectos de vida. Proyectos pol\u00edticos y culturales, proyectos econ\u00f3micos y religiosos, proyectos con todas y cada una de sus dimensiones si no queremos que la \u00e9tica del voluntariado sea marginal en el conjunto de la \u00e9tica contempor\u00e1nea. En definitiva, una reflexi\u00f3n sobre la identidad del voluntariado es una oportunidad privilegiada para vivir y proyectar la unidad narrativa de\u00a0todas las vidas<\/em>. Una nueva oportunidad de imaginar la historia para recrear la vida
        [8]<\/a>.\u00a0n
        \n <\/p>\n

        Agust\u00edn Domingo Moratalla<\/h4>\n

        Misionjoven.org
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        [1]<\/a>[1]\u00a0Esta interacci\u00f3n entre \u00e9tica del voluntariado y \u00e9tica de la organizaci\u00f3n la hemos analizado en nuestro libro\u00a0\u00c9tica y Voluntariado. Una solidaridad sin fronteras,\u00a0<\/em>PPC, Madrid\u00a02<\/sup>1998.
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        [2]<\/a>\u00a0P.\u00a0RICOEUR,\u00a0S\u00ed mismo como otro,<\/em>\u00a0Siglo XXI, Madrid, 1996, 106-172.
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        [3]<\/a>\u00a0Un desarrollo m\u00e1s completo de lo que aqu\u00ed planteamos como \u00abidentidad narrativa\u00bb se encuentra en nuestro trabajo\u00a0\u00c9tica Narrativa.<\/em>\u00a0Descl\u00e9e, Bilbao, 2001 (en prensa).
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        [4]<\/a>\u00a0Utilizamos intencionadamente el t\u00e9rmino \u00abcar\u00e1cter\u00bb de una forma restringida. El t\u00e9rmino car\u00e1cter (\u00eathos<\/em>) puede ser pensado como la ra\u00edz viva y fecunda que unifica en una totalidad abierta el conjunto de actos humanos. Como principio de unidad, vitalidad y continuidad en la vida se interpreta aqu\u00ed de una forma restringida para describir una personalidad moral cerrada desde y por s\u00ed misma. No como principio y ra\u00edz de apertura al resto de la humanidad, sino como principio y ra\u00edz de limitaci\u00f3n o perspectiva. Cfr. J.L.\u00a0L\u00d3PEZ ARANGUREN,\u00a0\u00c9tica,<\/em>\u00a0Alianza, Madrid, 981, 140 ss.; P.\u00a0RICOEUR,\u00a0Finitud y Culpabilidad,<\/em>\u00a0Taurus, Madrid, 1982, 78 ss.
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        [5]<\/a>\u00a0El t\u00e9rmino \u00aboenege\u00bb (ONG) no describe con precisi\u00f3n la realidad de la acci\u00f3n voluntaria. Como ya hemos indicado en otro lugar, para ser m\u00e1s exactos deber\u00edamos hablar de \u00aborganizaciones c\u00edvicas\u00bb, cfr.\u00a0\u00c9tica y Voluntariado,<\/em>\u00a0o. c., cap. 1.
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        [6]<\/a>\u00a0Para una clarificaci\u00f3n de estos t\u00e9rminos de clara ra\u00edz levinasiana, Cfr. G.\u00a0GONZ\u00c1LEZ,\u00a0E. Levinas: Humanismo y \u00c9tica,\u00a0<\/em>Cincel, Madrid 1988.
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        [7]<\/a>\u00a0Ricoeur ha desarrollado con \u00e9xito el t\u00e9rmino \u00abidentidad narrativa\u00bb.\u00a0Cfr. \u00abL\u2019 identit\u00e9 narrative\u00bb,\u00a0Esprit<\/em>\u00a07-8 (1988), 295-304.\u00a0Versi\u00f3n de Tom\u00e1s Domingo en\u00a0Di\u00e1logo Filos\u00f3fico<\/em>\u00a024 (1992), 315-324. La identidad narrativa es un concepto de origen literario y teol\u00f3gico al que tambi\u00e9n se refiri\u00f3 J. L. L\u00f3pez Aranguren, aunque de forma ocasional, cfr.\u00a0Propuestas Morales<\/em>. Tecnos, Madrid 1987, p. 66ss.
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        [8]<\/a>\u00a0Un aplicaci\u00f3n de estos planteamientos al \u00e1mbito de la educaci\u00f3n universitaria puede verse en nuestro trabajo, \u00abEl intelectual y la universidad: la reanimaci\u00f3n intelectual de la vida universitaria\u00bb, en J.M.\u00a0ESQUIROL-F. TORRALBA,\u00a0Perplejidades y paradojas de la vida intelectual,<\/em>\u00a0Caparr\u00f3s-I. E. Mounier, Madrid 2000, 115-134.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        [vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR: Agust\u00edn Domingo Moratalla\u00a0es Profesor Titular de Filosof\u00eda Moral y Pol\u00edtica en la Universidad de Valencia.   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El objetivo del articulo es proporcionar instrumentos para plantear la identidad del voluntariado en el marco de la \u00e9tica contempor\u00e1nea. Se parte de que la identidad es un desaf\u00edo que implica tanto a personas […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[120,559,557,94],"tags":[],"class_list":["post-11804","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2001-mision-joven-2","category-agustin-domingo-moratalla","category-estudios-288-289","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11804","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11804"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11804\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11804"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11804"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11804"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}