{"id":11807,"date":"2001-01-01T16:56:42","date_gmt":"2001-01-01T14:56:42","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11807"},"modified":"2001-01-01T16:56:42","modified_gmt":"2001-01-01T14:56:42","slug":"el-voluntariado-como-proceso-educativo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/el-voluntariado-como-proceso-educativo\/","title":{"rendered":"El voluntariado como proceso educativo"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR \u00a0<\/u>
\nLuis A. Aranguren Gonzalo<\/strong>\u00a0es el\u00a0<\/em>Coordinador del Programa de Voluntariado de C\u00e1ritas Espa\u00f1ola.<\/em>
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nLa necesidad de vincular el voluntariado a procesos educativos es una de las exigencias m\u00e1s sentidas dentro y fuera del mundo de los voluntarios. \u00c9ste es el tema que aborda el art\u00edculo, proponiendo un itinerario concreto, cuyo punto de partida lo constituye la persona del voluntario o voluntaria, postulando no tanto un punto cuanto un \u00abhorizonte de llegada\u00bb donde descubrir y potenciar \u00abredes de solidaridad\u00bb. El autor se detiene, adem\u00e1s, en la definici\u00f3n de las opciones de fondo y los momentos de dicho itinerario educativo.
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\nEl tiempo teje despacio<\/em>
\nRIGOBERTA MENCH\u00da
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\nSi existe un amplio consenso en el mundo del voluntariado de acci\u00f3n social, tal vez encontremos el de mayor calado en aquel que remite a la necesaria formaci\u00f3n de los voluntarios para que puedan enfrentarse con calidad y altura de miras a los vaivenes de la acci\u00f3n solidaria. As\u00ed, hablamos de que \u00abcon la buena voluntad no basta, hay que formarse\u00bb. Ahora bien, como educadores, no s\u00f3lo hemos de reflexionar sobre los cambios que hemos de introducir en los contenidos y metodolog\u00edas de nuestra formaci\u00f3n, sino que hemos de estar atentos a los cambios que afectan a los mismos sujetos voluntarios. En efecto, desde mi punto de vista, deber\u00edamos estar atentos al perfil del voluntario, y m\u00e1s si \u00e9ste es joven, que llega a nuestras organizaciones. As\u00ed, podemos hablar de que:
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\n\u00a1\u00a0Hemos pasado de un sujeto comprometido, que\u00a0\u00a0sab\u00eda lo que quer\u00eda, a un voluntario que se inclina a satisfacer sus necesidades personales de sentirse bien, hacer cosas \u00fatiles o rellenar su tiempo libre.
\n\u00a1\u00a0Hemos pasado de un sujeto que viv\u00eda su compromiso desde una referencia de valores compartido en un grupo, en una comunidad, a un voluntario que viene sin anclajes referenciales, y que incluso diversifica su pertenencia simultane\u00e1ndola con otros voluntariados.
\n\u00a1\u00a0Hemos pasado de un sujeto ut\u00f3pico, cargado de futuro, a un voluntario que se aferra al presente y al valor de lo concreto, aunque sea peque\u00f1o.
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\nEvidentemente, esta tendencia no es generalizable a todos los casos, pero si hemos de ser sinceros, el voluntario aguerrido, comprometido hasta las cejas, a tiempo pleno, eternamente disponible, intr\u00e9pido y audaz,… de esos ya quedan pocos.\u00a0\u00a0Este hecho nos debe hacer reflexionar sobre la raigambre educativa\u00a0que impulsamos en los diferentes voluntariados entre j\u00f3venes.<\/p>\n\n
\nCon frecuencia, al abordar la cuesti\u00f3n de la formaci\u00f3n de los voluntarios, el discurso se desliza por la clasificaci\u00f3n en diferentes modelos formativos, como si fueran excluyentes entre s\u00ed.\u00a0\u00a0Por mi parte, entiendo que debemos abordar este asunto desde los distintos, y acaso complementarios, acentos que se puedan poner en marcha en el trabajo educativo con los voluntarios.
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\nEn un primer caso, podemos poner el acento en los\u00a0contenidos<\/em>\u00a0que hemos de transmitir a los voluntarios. Importa que el voluntario sepa que es eso de ser voluntario, como se entiende el voluntariado en nuestra entidad, cu\u00e1les son los principios de la acci\u00f3n social, qu\u00e9 tipo de an\u00e1lisis de la realidad presentamos. Se trata de que el voluntario aprenda una serie de conocimientos que le hemos ense\u00f1ado en el \u00e1mbito de lo que, de una manera coloquial, se denomina espacio de\u00a0formaci\u00f3n b\u00e1sica o inicial<\/em>.\u00a0\u00a0Esta formaci\u00f3n acontece fundamentalmente en unas sesiones formativas\u00a0\u00a0en las que unas personas cualificadas imparten formaci\u00f3n a unos voluntarios, destinatarios de esa formaci\u00f3n. La palabra clave en este acento es la\u00a0identificaci\u00f3n<\/em>\u00a0del voluntario con su entidad, con el ser del voluntario y con la realidad social en la que va a trabajar.
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\nEn segundo lugar, podemos poner el acento en la necesidad de lograr resultados pr\u00e1cticos, en tanto que lo realmente importante es que la acci\u00f3n voluntaria se haga con calidad, y para ello hay que estar preparado con el fin de responder\u00a0\u00a0bien a las diferentes situaciones que plantea un enfermo terminal, o un toxic\u00f3mano en pleno \u00abmono\u00bb, o una persona sin hogar que llega bebida al albergue, o una mujer prostituida al que el \u00abchulo\u00bb le pisa los talones, o un inmigrante que viene con lo puesto. Sin duda, la acci\u00f3n voluntaria ha de alimentarse de destrezas que tienen que ver con la buena relaci\u00f3n de ayuda, con habilidades sociales, con la interiorizaci\u00f3n del sentido educativo en la acci\u00f3n social. En este caso se acent\u00faa la llamada\u00a0formaci\u00f3n espec\u00edfica<\/em>\u00a0que de nuevo se remite a unas sesiones formativas, donde expertos cualificados en cada uno de los colectivos con los que se trabaja, imparten \u00absu\u00bb curso espec\u00edfico. Lo que aqu\u00ed importa es que el voluntario se\u00a0capacite,\u00a0<\/em>sea capaz de enfrentarse con recursos t\u00e9cnicos suficientes a la problem\u00e1tica con la que se va a encontrar.
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\nPero en el trabajo educativo con los voluntarios podemos poner el acento en el hecho de desarrollar con y desde ellos\u00a0procesos personales y grupales<\/em>\u00a0que facilitan tanto el crecimiento personal y grupal, como asimismo incidir en la necesaria transformaci\u00f3n social. Ante la\u00a0\u00a0nueva realidad del voluntariado, no basta con formar en contenidos y en habilidades sociales, sino que hemos de impulsar un proceso de crecimiento y de transformaci\u00f3n del voluntario y su entorno, de manera que rescatemos el valor del proceso educativo como un \u00e1mbito de trabajo m\u00e1s amplio que el espacio de la formaci\u00f3n formal. El proceso educativo se interesa por la formaci\u00f3n b\u00e1sica o espec\u00edfica, pero no descuida el acompa\u00f1amiento personalizado o el valor educativo de la acci\u00f3n. La clave de este acento la situamos en la tensi\u00f3n por\u00a0integrar<\/em>\u00a0momentos y elementos distintos pero complementarios: integrar formaci\u00f3n formal e informal, formaci\u00f3n individual y grupal, de voluntarios y de contratados, al mismo tiempo. En s\u00edntesis, podemos distinguir estos tres acentos a trav\u00e9s del siguiente esquema[1]<\/a>.
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