{"id":11807,"date":"2001-01-01T16:56:42","date_gmt":"2001-01-01T14:56:42","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11807"},"modified":"2001-01-01T16:56:42","modified_gmt":"2001-01-01T14:56:42","slug":"el-voluntariado-como-proceso-educativo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/el-voluntariado-como-proceso-educativo\/","title":{"rendered":"El voluntariado como proceso educativo"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR
\nLuis A. Aranguren Gonzalo<\/strong>\u00a0es el\u00a0<\/em>Coordinador del Programa de Voluntariado de C\u00e1ritas Espa\u00f1ola.<\/em>
\n 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO
\nLa necesidad de vincular el voluntariado a procesos educativos es una de las exigencias m\u00e1s sentidas dentro y fuera del mundo de los voluntarios. \u00c9ste es el tema que aborda el art\u00edculo, proponiendo un itinerario concreto, cuyo punto de partida lo constituye la persona del voluntario o voluntaria, postulando no tanto un punto cuanto un \u00abhorizonte de llegada\u00bb donde descubrir y potenciar \u00abredes de solidaridad\u00bb. El autor se detiene, adem\u00e1s, en la definici\u00f3n de las opciones de fondo y los momentos de dicho itinerario educativo.
\n 
\n 
\n 
\n 
\nEl tiempo teje despacio<\/em>
\nRIGOBERTA MENCH\u00da
\n 
\nSi existe un amplio consenso en el mundo del voluntariado de acci\u00f3n social, tal vez encontremos el de mayor calado en aquel que remite a la necesaria formaci\u00f3n de los voluntarios para que puedan enfrentarse con calidad y altura de miras a los vaivenes de la acci\u00f3n solidaria. As\u00ed, hablamos de que \u00abcon la buena voluntad no basta, hay que formarse\u00bb. Ahora bien, como educadores, no s\u00f3lo hemos de reflexionar sobre los cambios que hemos de introducir en los contenidos y metodolog\u00edas de nuestra formaci\u00f3n, sino que hemos de estar atentos a los cambios que afectan a los mismos sujetos voluntarios. En efecto, desde mi punto de vista, deber\u00edamos estar atentos al perfil del voluntario, y m\u00e1s si \u00e9ste es joven, que llega a nuestras organizaciones. As\u00ed, podemos hablar de que:
\n 
\n\u00a1\u00a0Hemos pasado de un sujeto comprometido, que\u00a0\u00a0sab\u00eda lo que quer\u00eda, a un voluntario que se inclina a satisfacer sus necesidades personales de sentirse bien, hacer cosas \u00fatiles o rellenar su tiempo libre.
\n\u00a1\u00a0Hemos pasado de un sujeto que viv\u00eda su compromiso desde una referencia de valores compartido en un grupo, en una comunidad, a un voluntario que viene sin anclajes referenciales, y que incluso diversifica su pertenencia simultane\u00e1ndola con otros voluntariados.
\n\u00a1\u00a0Hemos pasado de un sujeto ut\u00f3pico, cargado de futuro, a un voluntario que se aferra al presente y al valor de lo concreto, aunque sea peque\u00f1o.
\n 
\nEvidentemente, esta tendencia no es generalizable a todos los casos, pero si hemos de ser sinceros, el voluntario aguerrido, comprometido hasta las cejas, a tiempo pleno, eternamente disponible, intr\u00e9pido y audaz,… de esos ya quedan pocos.\u00a0\u00a0Este hecho nos debe hacer reflexionar sobre la raigambre educativa\u00a0que impulsamos en los diferentes voluntariados entre j\u00f3venes.<\/p>\n

    \n
  1. Los acentos educativos<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    \u00a0<\/u>
    \nCon frecuencia, al abordar la cuesti\u00f3n de la formaci\u00f3n de los voluntarios, el discurso se desliza por la clasificaci\u00f3n en diferentes modelos formativos, como si fueran excluyentes entre s\u00ed.\u00a0\u00a0Por mi parte, entiendo que debemos abordar este asunto desde los distintos, y acaso complementarios, acentos que se puedan poner en marcha en el trabajo educativo con los voluntarios.
    \n 
    \nEn un primer caso, podemos poner el acento en los\u00a0contenidos<\/em>\u00a0que hemos de transmitir a los voluntarios. Importa que el voluntario sepa que es eso de ser voluntario, como se entiende el voluntariado en nuestra entidad, cu\u00e1les son los principios de la acci\u00f3n social, qu\u00e9 tipo de an\u00e1lisis de la realidad presentamos. Se trata de que el voluntario aprenda una serie de conocimientos que le hemos ense\u00f1ado en el \u00e1mbito de lo que, de una manera coloquial, se denomina espacio de\u00a0formaci\u00f3n b\u00e1sica o inicial<\/em>.\u00a0\u00a0Esta formaci\u00f3n acontece fundamentalmente en unas sesiones formativas\u00a0\u00a0en las que unas personas cualificadas imparten formaci\u00f3n a unos voluntarios, destinatarios de esa formaci\u00f3n. La palabra clave en este acento es la\u00a0identificaci\u00f3n<\/em>\u00a0del voluntario con su entidad, con el ser del voluntario y con la realidad social en la que va a trabajar.
    \n 
    \nEn segundo lugar, podemos poner el acento en la necesidad de lograr resultados pr\u00e1cticos, en tanto que lo realmente importante es que la acci\u00f3n voluntaria se haga con calidad, y para ello hay que estar preparado con el fin de responder\u00a0\u00a0bien a las diferentes situaciones que plantea un enfermo terminal, o un toxic\u00f3mano en pleno \u00abmono\u00bb, o una persona sin hogar que llega bebida al albergue, o una mujer prostituida al que el \u00abchulo\u00bb le pisa los talones, o un inmigrante que viene con lo puesto. Sin duda, la acci\u00f3n voluntaria ha de alimentarse de destrezas que tienen que ver con la buena relaci\u00f3n de ayuda, con habilidades sociales, con la interiorizaci\u00f3n del sentido educativo en la acci\u00f3n social. En este caso se acent\u00faa la llamada\u00a0formaci\u00f3n espec\u00edfica<\/em>\u00a0que de nuevo se remite a unas sesiones formativas, donde expertos cualificados en cada uno de los colectivos con los que se trabaja, imparten \u00absu\u00bb curso espec\u00edfico. Lo que aqu\u00ed importa es que el voluntario se\u00a0capacite,\u00a0<\/em>sea capaz de enfrentarse con recursos t\u00e9cnicos suficientes a la problem\u00e1tica con la que se va a encontrar.
    \n 
    \nPero en el trabajo educativo con los voluntarios podemos poner el acento en el hecho de desarrollar con y desde ellos\u00a0procesos personales y grupales<\/em>\u00a0que facilitan tanto el crecimiento personal y grupal, como asimismo incidir en la necesaria transformaci\u00f3n social. Ante la\u00a0\u00a0nueva realidad del voluntariado, no basta con formar en contenidos y en habilidades sociales, sino que hemos de impulsar un proceso de crecimiento y de transformaci\u00f3n del voluntario y su entorno, de manera que rescatemos el valor del proceso educativo como un \u00e1mbito de trabajo m\u00e1s amplio que el espacio de la formaci\u00f3n formal. El proceso educativo se interesa por la formaci\u00f3n b\u00e1sica o espec\u00edfica, pero no descuida el acompa\u00f1amiento personalizado o el valor educativo de la acci\u00f3n. La clave de este acento la situamos en la tensi\u00f3n por\u00a0integrar<\/em>\u00a0momentos y elementos distintos pero complementarios: integrar formaci\u00f3n formal e informal, formaci\u00f3n individual y grupal, de voluntarios y de contratados, al mismo tiempo. En s\u00edntesis, podemos distinguir estos tres acentos a trav\u00e9s del siguiente esquema[1]<\/a>.
    \n <\/p>\n\n\n\n\n\n\n\n
    \n

    EN EL TRABAJO CON LOS VOLUNTARIOS PODEMOS PONER…<\/h1>\n<\/td>\n<\/tr>\n

    El acento en:<\/strong><\/td>\nCon el horizonte de:<\/strong><\/td>\nComo objetivo:<\/strong><\/td>\nPrimera preocupaci\u00f3n:<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n
     
    \nCONTENIDOS<\/td>\n
    Transmitir conocimientos.
    \n\u00c4\u00a0IDENTIFICACI\u00d3N<\/td>\n
    Que el voluntario APRENDA<\/td>\n\u00a1\u00a0Elaborar una lista de temas.
    \n\u00a1\u00a0Importa dar informaci\u00f3n
    \n\u00a1\u00a0Desde lo que tienen que escuchar.<\/td>\n<\/tr>\n
     
    \nRESULTADOS PR\u00c1CTICOS<\/td>\n
    Cambiar su conducta, destrezas y habilidades.
    \n\u00c4\u00a0CAPACITACI\u00d3N<\/td>\n
    Que el voluntario\u00a0SEPA HACER,
    \nsea competente<\/td>\n
    \u00a1\u00a0Qu\u00e9 tiene que saber hacer el voluntario
    \n\u00a1\u00a0Mucha importancia a las t\u00e9cnicas<\/td>\n<\/tr>\n
     
    \nPROCESOS
    \nPERSONALES Y GRUPALES<\/td>\n
     
    \nFacilitar el crecimiento personal y grupal y la transformaci\u00f3n social.
    \n\u00c4\u00a0INTEGRACI\u00d3N<\/td>\n
     
    \nQue el voluntario\u00a0PIENSE
    \nY CAMBIE SU
    \nREALIDAD<\/td>\n
    \u00a1\u00a0C\u00f3mo podemos aunar crecimiento y transformaci\u00f3n.
    \n\u00a1\u00a0C\u00f3mo integramos conocimientos, informaci\u00f3n y t\u00e9cnicas en el marco del proceso del voluntario en su grupo.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

    \u00a0<\/u>
    \n\u00a0<\/u><\/p>\n

      \n
    1. El itinerario del voluntariado, como propuesta de fondo[2]<\/a><\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nNing\u00fan itinerario educativo es neutral. O lo que es lo mismo: todo itinerario encierra una intenci\u00f3n que expresa con mayor o menor nitidez. En este caso, soy de la opini\u00f3n de que el voluntariado de acci\u00f3n social precisa dotarse de un itinerario global, que tiene un marcado car\u00e1cter educativo ya que partimos de la base de que las personas voluntarias, a partir de su acci\u00f3n, se introducen en un proceso de aprendizaje que hemos de explicitar y poner nombre.
      \n 
      \nEl t\u00e9rmino\u00a0itinerario<\/em>\u00a0proviene del lat\u00edn,\u00a0iter<\/em>, que significa \u00abcamino\u00bb. Pero no s\u00f3lo describe una trayectoria, sino que tambi\u00e9n hace menci\u00f3n de la direcci\u00f3n que lleva y de los lugares, accidentes, paradas y vericuetos que se encuentran en ese camino. En nuestro caso, se trata de un camino educativo que realizamos con las personas voluntarias. Y es en el seno de cada organizaci\u00f3n sociovoluntaria donde han de marcarse las l\u00edneas b\u00e1sicas de este proceso educativo. En \u00e9l han de participar los voluntarios, pero en este caso entiendo que quien debe tener las ideas claras al respecto son las personas responsables de la formaci\u00f3n y el acompa\u00f1amiento de los voluntarios. Lo que caracteriza a cada itinerario es su punto de partida, su punto de llegada y las opciones de fondo antropol\u00f3gicas, pedag\u00f3gicas y pol\u00edticas que lo acompa\u00f1an
      [3]<\/a>. Vayamos por partes.
      \n 
      \n 
      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.1. Punto de partida<\/strong>
      \n 
      \nNuestro punto de partida es\u00a0la persona del voluntario<\/em>, en su situaci\u00f3n vital, con sus motivaciones iniciales, con su escasa o abundante experiencia previa, con sus miedos y temores, con sus idealismos y sus prisas, con su ignorancia y con su sabidur\u00eda. No son las tareas, las urgencias, los proyectos y todo lo que queda por hacer quienes marcan la acci\u00f3n voluntaria. Con demasiada frecuencia y en nombre de causas muy dignas hemos pasado por encima de la persona del voluntario y de su circunstancia, trat\u00e1ndola m\u00e1s como una prolongaci\u00f3n de la tarea, es decir, como\u00a0\u00a0un medio con el que conseguimos nuestros nobles fines, y no como una realidad valiosa en s\u00ed misma, portadora de una eminente dignidad, la de ser persona.
      \n 
      \nEl punto de partida del itinerario del voluntariado ha de ser la persona, en su doble condici\u00f3n de\u00a0ciudadano<\/em>\u00a0y de\u00a0itinerante<\/em>. Como persona, al voluntario le asiste el derecho a participar en los asuntos que le afectan por el mero hecho de ser persona que vive en sociedad con otros y en tanto que le duele el sufrimiento y la injusticia que padecen otras personas y otros pueblos. Al mismo tiempo, hablamos de persona en su condici\u00f3n de itinerante, de ser inacabado \u2014como insiste Freire\u2014, de realidad susceptible de crecer din\u00e1micamente, esto es, de ir dando un poco m\u00e1s de s\u00ed en actitudes, en capacidades, en disposici\u00f3n.\u00a0Crecer es activar la capacidad de cambiar y modificar conductas, comportamientos, motivaciones y modos de actuar<\/em>.
      \n 
      \n 
      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.2. Horizonte de llegada<\/strong>
      \n 
      \nEn este itinerario no podemos hablar de punto de llegada. Nuestro imaginario no es una carrera de obst\u00e1culos, sino un camino que en s\u00ed mismo es transici\u00f3n vital para quien lo pisa. No existe una llegada concebida como el hecho de que el voluntario se perpet\u00fae en la organizaci\u00f3n. Es decir, el voluntariado representa una opci\u00f3n de entrega, trabajo y colaboraci\u00f3n que ni es a tiempo pleno ni es de por vida. Esto es importante. Otra cosa ser\u00e1 lo que el voluntariado aporta y remueve en la vida de cada cual, impulsando a tomar decisiones profesionales, familiares, econ\u00f3micas o de relaciones que vayan en la direcci\u00f3n de impulsar una cultura de la solidaridad cr\u00edtica y creativa. Los estudios sociol\u00f3gicos nos muestran que el ciclo vital del asociado a una entidad de voluntariado sigue la siguiente secuencia cronol\u00f3gica: tras una dedicaci\u00f3n alta en el periodo de la primera y segunda juventud, se produce una fuerte disminuci\u00f3n en la implicaci\u00f3n en la organizaci\u00f3n durante los \u00faltimos a\u00f1os de estudios universitarios, primeros trabajos, nuevas realidades familiares, desplazamientos por motivos laborales, etc. Con el final de la etapa laboral se observa un nuevo aumento en la implicaci\u00f3n de los voluntarios en sus organizaciones.
      \n 
      \nSiendo, pues, realistas, no podemos hablar de un \u00fanico punto de llegada para una realidad tan diversa, tan poco homog\u00e9nea y, en ocasiones, tan dispersa. Acaso podamos atisbar un\u00a0horizonte de llegada<\/em>. Un horizonte que se despliega en la esfera de la persona, de los ambientes y de las estructuras. En primer lugar, el horizonte personal\u00a0\u00a0se establece en la posibilidad de que el voluntario vaya integrando su acci\u00f3n voluntaria en su\u00a0proyecto vital<\/em>, de manera que no cultivemos la disociaci\u00f3n existencial, sino todo lo contrario: expresado con otro lenguaje: hay que ocuparse m\u00e1s del compromiso personal con y en la sociedad que del \u00abvoluntariado\u00bb, como si \u00e9ste fuera el \u00fanico cauce de acci\u00f3n comprometida. El voluntariado no es ning\u00fan absoluto; en la persona importa sobremanera su proyecto vital, hacia d\u00f3nde dirige sus esfuerzos, ilusiones y opciones m\u00e1s importantes. En este sentido, el tiempo de voluntariado (sea \u00e9ste de dos horas semanales, de dos a\u00f1os o de veinte) es un tiempo donde la persona descubre, estima y verifica una serie de valores humanizadores que tienen que ver con la consideraci\u00f3n de la realidad absoluta de la persona, el vigor de la solidaridad, la necesidad de practicar un consumo responsable y austero, el sentido del encuentro interhumano, etc. Ser\u00eda peligroso asociar el voluntariado con un cierto \u00abpapel\u00bb bonach\u00f3n que uno realiza durante unas horas y que nada tiene que ver con el resto de las cosas y de la vida. Nuestro horizonte educativo, de este modo, instaura un proceso educativo que reclama puertas y ventanas abiertas, flexibles y din\u00e1micas; busca relaciones\u00a0\u00a0que interroguen, que cuestionen, que lejos de petrificarse en la estructura que los sustenta, sirvan para modelar ese proceso y adaptarlo a cada circunstancia.
      \n 
      \nEn las tramas relacionales y ambientales, el horizonte de llegada se sit\u00faa en el descubrimiento y potenciaci\u00f3n de las\u00a0redes de solidaridad<\/em>,\u00a0\u00a0ya sea entre los mismos voluntarios, entre las distintas organizaciones, entre los colectivos con los que se est\u00e1 trabajando, en los barrios, pueblos y proyectos en los que se encuentran. Esto significa que, por ejemplo, quien realiza su labor voluntaria entre toxic\u00f3manos de un barrio comprenda que su acci\u00f3n\u00a0\u00a0ha de vincularse a un proyecto m\u00e1s integral de trabajo en el territorio, con otros agentes, otras organizaciones, sin aferrarse al peque\u00f1o mundo del proyecto concreto. De un modo m\u00e1s global, por tanto, el horizonte de llegada se sit\u00faa en los pasos que personal y colectivamente el voluntariado va realizando en favor de una\u00a0sociedad inclusiva y justa<\/em>, con conciencia de la lentitud del cambio y de la dureza de los procesos.
      \n 
      \nEn el contexto en el que escribo este art\u00edculo me importa destacar que, desde mi punto de vista, el horizonte de llegada de un itinerario educativo del voluntariado no es la incorporaci\u00f3n de los voluntarios a la comunidad cristiana. El voluntariado no es un catecumenado, aunque ser\u00eda muy conveniente que los catec\u00famenos se comprometieran en\u00a0\u00a0labores de voluntariado. El voluntariado constituye un haber compartido por la acci\u00f3n colectiva que nos vincula a muchas gentes diversas, incluso en el seno de las organizaciones de voluntariado de Iglesia. No forcemos, una vez m\u00e1s, a la exclusividad, a la divisi\u00f3n entre \u00abpuros\u00bb e \u00abimpuros\u00bb.
      \n 
      \nPor otra parte, cabr\u00eda reflexionar este horizonte de llegada en t\u00e9rminos de producto o de resultado final, tal como se hace en el mundo relacionado con la acci\u00f3n social en su conjunto. Todo proceso desemboca en unos resultados que, de un modo u otro, se pueden verificar. En el caso de los procesos educativos y, en particular, en el itinerario del voluntariado estimo -con Francisco Guti\u00e9rrez- que podemos hablar de productos de orden pedag\u00f3gico cuando son el resultado permanente del proceso, de tal suerte que \u201cproceso y productos est\u00e1n esencialmente relacionados\u00bb
      [4]<\/a>; m\u00e1s a\u00fan: la dinamicidad, flexibilidad, amplitud de miras y armon\u00eda del proceso constituyen los primeros productos con que nos hemos de topar a trav\u00e9s de un itinerario educativo como el que presentamos.
      \nDesde el punto de vista pedag\u00f3gico, los productos han de ser
      [5]<\/a>:
      \n 
      \n\u00a1\u00a0Tangibles<\/em>: que puedan ser sentidos y tocados f\u00edsicamente por los participantes. No son productos te\u00f3ricos para acumular conocimientos, sino valores, relaciones, sentimientos y cosmovisiones que se van incorporando a la persona, en la medida en que \u00e9sta los interioriza sin falsas culpabilidades y con conciencia de ganancia.
      \n 
      \n\u00a1\u00a0Interrelacionados<\/em>: la din\u00e1mica del proceso genera nuevas visiones de la realidad, comportamientos y opciones que no est\u00e1n desconectados entre s\u00ed. Al contrario, la experiencia de compasi\u00f3n con el que sufre ha de acercar al voluntario a su entorno vital y familiar al tiempo que da pie a una m\u00e1s amplia comprensi\u00f3n del sufrimiento causado por din\u00e1micas estructurales injustas y a una mayor participaci\u00f3n en otros grupos sociales y\/o pol\u00edticos.
      \n 
      \n\u00a1\u00a0Permanentes<\/em>: Insistimos en que no hablamos de un producto final, sino de un producto que se verifica en la experiencia misma del proceso; por eso es un resultado gradual, que en cada momento va generando una serie de frutos. Hay resultados d\u00eda a d\u00eda: hoy percibo que se va modificando la motivaci\u00f3n inicial centrada en mis problemas o carencias; en otro momento descubro el valor revolucionario y transformador del encuentro con este enfermo terminal; otro d\u00eda tomo conciencia de la dimensi\u00f3n pol\u00edtica y reivindicativa del voluntariado, a ra\u00edz de una movilizaci\u00f3n en favor de las personas sin hogar.
      \n 
      \n\u00a1\u00a0Participativos<\/em>. Los resultados no pueden ser fruto de la imposici\u00f3n de un l\u00edder ni de la exigencia de una junta directiva. La l\u00f3gica del proceso educativo cuenta desde el comienzo con el di\u00e1logo entre el voluntario y su circunstancia, entre el voluntario y la organizaci\u00f3n, entre el voluntario con los compa\u00f1eros voluntarios y\/o contratados. La participaci\u00f3n no es s\u00f3lo la capacidad para expresar opiniones en una reuni\u00f3n, sino la posibilidad de ser el co-protagonista del proceso educativo en cuesti\u00f3n.
      \n 
      \nEstos criterios nos previenen igualmente acerca de nuestras prisas por contar con\u00a0indicadores<\/em>\u00a0adecuados para evaluar ajustadamente el proceso educativo que estamos llevando a cabo. Quiz\u00e1 estamos muy polarizados ante indicadores exclusivamente cuantitativos, que miden la realidad a trav\u00e9s de los n\u00fameros: el n\u00famero de voluntarios incorporados, el n\u00famero de cursos formativos realizados, el n\u00famero de reuniones de equipo, el n\u00famero de folletos repartidos. Por mi parte, coincido con Ernesto S\u00e1bato en el hecho de que la vida se hace en borrador, de modo que los n\u00fameros hay que tenerlos en cuenta, pero corremos el riesgo de pasar de largo ante lo verdaderamente importante: el crecimiento personal y comunitario, la construcci\u00f3n de una ciudadan\u00eda responsable y comprometida con su realidad o la sensibilizaci\u00f3n ante la realidad de injusticia que preside nuestro mundo. Y en estos procesos, el esbozo, el tanteo, el borrador cobran una relevancia capital.
      \n 
      \n 
      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.3. Opciones de fondo<\/strong>
      \n 
      \nEl punto de partida y el horizonte de llegada constituyen dos referencias importantes del itinerario. La trayectoria del mismo ser\u00e1 la apropiada si acertamos a dise\u00f1ar una serie de opciones de fondo que le vertebren y dirijan. Importa, pues, articular una serie de opciones fundamentales acerca del voluntariado y de la misma organizaci\u00f3n, que hemos de explicitar.
      \nAs\u00ed las cosas, las opciones de fondo que se han de visibilizar en este itinerario educativo son:
      \n 
      \nq\u00a0El cuidado de la persona<\/strong>
      \nHa de primar la atenci\u00f3n a la persona por encima de las tareas. Hablar en t\u00e9rminos de cuidado personal no representa una rendici\u00f3n ideol\u00f3gica hacia la cultura emotivo-posmoderna, sino una exigencia de humanidad. Este cuidado implica fe en las posibilidades de cada cual, la certeza de que cada persona puede crecer hasta l\u00edmites insospechados, y que es capaz de cultivar con nuevos aportes su veta solidaria.\u00a0\u00a0Este principio conlleva la adopci\u00f3n de mecanismos pedag\u00f3gicos y estructurales que den cuenta de esta atenci\u00f3n lo m\u00e1s personalizada posible. Sentimos \u2014con Freire\u2014\u00a0\u00a0que \u201cel nuestro es un trabajo que se realiza con personas, j\u00f3venes o adultas, pero con personas en permanente proceso de b\u00fasqueda. Personas que se est\u00e1n formando, cambiando, creciendo, reorient\u00e1ndose…\u201d
      [6]<\/a>
      \n 
      \nq\u00a0La prioridad de la acci\u00f3n<\/strong>
      \nLa acci\u00f3n es el referente donde se verifica y se valida el voluntariado, m\u00e1s all\u00e1 de las palabras, las intenciones y la buena voluntad. Esto significa que los elementos formativos, tanto formales como informales, han de estar en conexi\u00f3n directa con la acci\u00f3n de los voluntarios. Ser\u00e1 en la acci\u00f3n concreta y no en una reuni\u00f3n, donde el voluntario atraviese la prueba de la validez de su aportaci\u00f3n. Pero ello significa que en el seno de las organizaciones sociovoluntarias ensanchemos el concepto de\u00a0acci\u00f3n<\/em>, que, en mi opini\u00f3n, representa:
      \n 
      \n\u00a1\u00a0La realizaci\u00f3n de la tarea concreta en la que el voluntario se ha comprometido (por ejemplo, la responsabilidad de realizar tareas de apoyo escolar en un proyecto con adolescentes en un barrio marginal).
      \n\u00a1\u00a0El significado que esa acci\u00f3n representa en la vida y crecimiento personal del voluntario (en no pocos casos, la acci\u00f3n voluntaria ha despertado en las personas voluntarias\u00a0\u00a0iniciativas diversas de orden profesional, familiar o relacional).
      \n\u00a1\u00a0La acci\u00f3n, por \u00faltimo se entronca con el grado de transformaci\u00f3n social que genera (en nuestro ejemplo\u00a0\u00a0del aula de apoyo escolar\u00a0\u00a0habr\u00e1 que descubrir en qu\u00e9 medida esta acci\u00f3n, que no es s\u00f3lo de este voluntario, sino de un proyecto colectivo, ha generado peque\u00f1as transformaciones entre los adolescentes \u00abcondenados\u00bb al fracaso escolar, y ha posibilitado nuevas medidas de intervenci\u00f3n en el seno de las familias, de los centros educativos, etc).
      \n 
      \nAs\u00ed, pues, tarea concreta, significados personales y transformaciones sociales van de la mano cuando hablamos de la acci\u00f3n voluntaria.
      \n 
      \n\u00a1\u00a0La relaci\u00f3n<\/strong>
      \ncomo elemento constitutivo del quehacer del voluntariado. Importa descubrir que buena parte de nuestra capacidad para transformar la realidad pasa por la creaci\u00f3n de redes y v\u00ednculos humanos. \u201cEn la mayor\u00eda de los casos no consideramos el trabajo voluntario como un modo de cultivar relaciones duraderas con la gente a la que atendemos. Tratamos a estas personas como clientes casuales, extra\u00f1os que entran\u00a0\u00a0y salen de nuestras vidas\u00a0\u00a0con suma rapidez\u201d
      [7]<\/a>. El encuentro transforma m\u00e1s de lo que imaginamos. Y ello requiere educar en el significado de las acciones y profundizar en la carga transformadora que genera el encuentro entre personas.
      \n 
      \n\u00a1\u00a0La relevancia institucional<\/strong>
      \nque estos procesos conllevan. De nada vale que una organizaci\u00f3n sociovoluntaria\u00a0\u00a0apoye te\u00f3ricamente un itinerario del voluntariado si, al mismo tiempo,\u00a0\u00a0no pone en marcha medios, libera personas para acompa\u00f1ar estos procesos, y se plantea visones\u00a0\u00a0a largo plazo en el mundo del voluntariado. Con demasiada frecuencia se tiene claro el proyecto a largo plazo con los colectivos afectados por la exclusi\u00f3n social, mientras que con el voluntariado se trabaja con mentalidad de \u00abdeprisa, deprisa\u00bb, y en este trance la formaci\u00f3n formal constituye el mejor catalizador que garantiza \u2014en teor\u00eda\u2014 la tarea bien hecha. Sin embargo, entiendo que el voluntariado merece un trato de atenci\u00f3n no de favor, sino de atenci\u00f3n personalizada y justa. Por otro lado, y dadas las caracter\u00edsticas del itinerario que aqu\u00ed se propone, cada organizaci\u00f3n puede establecer sus prioridades, destacando unos u otros momentos de este proceso,\u00a0\u00a0ya que no se trata de un itinerario lineal donde los momentos se han de dar de forma consecutiva.
      \n 
      \n\u00a1\u00a0El tiempo educativo<\/strong>
      \nNo se nos oculta que todo lo anterior requiere tiempo, paciencia y sentido de la modestia. Llegamos a donde podamos llegar. Ello significa que deberemos trabajar siguiendo el criterio del poco a poco, de menos a m\u00e1s, y, todo ello, con buenas dosis de flexibilidad. En tiempos donde todos ponemos nuestros ojos en el microondas, el concepto de \u00abtiempo educativo\u00bb corresponde al de la cocina de le\u00f1a, donde los alimentos s\u00f3lo adquieren sabor\u00a0\u00a0cocinados a fuego lento. Para esta empresa, m\u00e1s que t\u00e9cnicos de la t\u00e9cnica formativa se precisan artistas que saboreen el arte educativo y afilen los sentidos y el pensamiento a esta suerte de conocimiento que se desarrolla sin las muletas de la receta de turno, si bien la destreza en ciertos conocimientos espec\u00edficos siempre ayuda y en modo alguno hay que despreciarla.
      \n\u00a0<\/em>
      \n\u00a0<\/em><\/p>\n

        \n
      1. Momentos del itinerario<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        \u00a0<\/u>
        \nHablamos de un itinerario que se desarrolla en forma de espiral, donde no hay un momento primero al que le sigue uno segundo, y as\u00ed sucesivamente. Todos los momentos est\u00e1n entremezclados. Es un itinerario que se desarrolla en el seno de un campo de juego amplio y diverso, de manera que de un momento se puede saltar a otro. Es importante, por ejemplo, acoger al voluntario y que se instaure un\u00a0\u00a0espacio de acogida a la persona que se ofrece a colaborar en una entidad\u00a0\u00a0de voluntariado; pero ese momento se puede instaurar despu\u00e9s de poner en marcha un dispositivo de acompa\u00f1amiento a los voluntarios en su acci\u00f3n, o viceversa. En cualquier caso, este proceso, se vertebra a trav\u00e9s de dos ejes que alimentan su desarrollo:
        \n 
        \n\u00a1\u00a0La sensibilizaci\u00f3n<\/strong>
        \ncomo la instauraci\u00f3n del\u00a0chip,<\/em>\u00a0marca de calidad del voluntario, a saber, la adopci\u00f3n de una actitud permanente de escucha, atenci\u00f3n, an\u00e1lisis y mirada hacia una realidad sufriente e injusta que exige respuestas renovadas y compartidas. La sensibilizaci\u00f3n, entonces, conecta con la posibilidad de abrirnos a la realidad social, mirarla a la cara, ponerle nombre y dejarse afectar cordialmente por ella, en la esperanza de que nuestra aportaci\u00f3n, con toda su modestia, impulsa semillas de transformaci\u00f3n social. La sensibilizaci\u00f3n, entonces, no es aquello que exigimos a los voluntarios, sino que es aquello que los voluntarios han de notar y descubrir en los m\u00e1s \u00abviejos de lugar\u00bb, en los veteranos que impulsan los proyectos de acci\u00f3n concretos.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0El acompa\u00f1amiento<\/strong>
        \ncomo eje pedag\u00f3gico que apuesta por el \u00ab\u00bfc\u00f3mo est\u00e1s?\u00bb al \u00ab\u00bfqu\u00e9 has hecho hoy?\u00bb. Se acompa\u00f1a a la persona toda, en la medida en que \u00e9sta se deja acompa\u00f1ar. Y se acompa\u00f1a all\u00ed donde se desarrolla la acci\u00f3n voluntaria: en la calle, en el taller, en el albergue, en el piso de acogida, en el bar. M\u00e1s que sobrecarga a\u00f1adida, el acompa\u00f1amiento conlleva una manera de estar y de ser con los voluntarios en tantos momentos que ya de por s\u00ed se comparten con ellos.\u00a0\u00a0Seg\u00fan los distintos momentos de la acci\u00f3n que desarrolla el voluntario, el acompa\u00f1ante habr\u00e1 de ser cuidador, vig\u00eda y oteador de v\u00edas de crecimiento personal y de apoyo para el cambio social.
        \n 
        \nA partir de estos dos ejes, tan s\u00f3lo nos queda describir de modo breve, los momentos del itinerario educativo:
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Convocatoria<\/strong>
        \nM\u00e1s que \u00abcaptar\u00bb voluntarios, lo que una organizaci\u00f3n sociovoluntaria debe plantearse es su capacidad y estilo de convocatoria. El voluntariado, m\u00e1s que un hacer es un quehacer, una forma de construirse y crecer como persona en tanto que construye un nuevo tipo de sociedad. As\u00ed, hemos de hablar de convocatoria en t\u00e9rminos de invitaci\u00f3n cordial y amable a incorporarse a un proceso de acci\u00f3n y de reflexi\u00f3n, que va m\u00e1s all\u00e1 del ingreso en un proyecto de trabajo concreto.
        \n\u00a0<\/em>
        \n\u00a1\u00a0Acogida<\/strong>
        \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em>M\u00e1s que un registro de entrada, la acogida se convierte en un \u00e1mbito de encuentro, de di\u00e1logo y de primer acompa\u00f1amiento en la buena orientaci\u00f3n al nuevo voluntario, que se ofrece y que llega con la m\u00e1s variopintas motivaciones; y se le acoge incondicionalmente para ayudarle a descubrir en qu\u00e9 proyecto y en qu\u00e9 tipo de acci\u00f3n puede dar m\u00e1s de s\u00ed, y se le acoge incondicionalmente para decirle que en ese momento, quiz\u00e1 la acci\u00f3n voluntaria no es el mejor camino para esa persona (recordemos los muchos casos de voluntarios que llegan con graves trastornos de salud mental y que el voluntariado no es en ese momento la mejor opci\u00f3n).
        \n 
        \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>\u00a1\u00a0Integraci\u00f3n en la acci\u00f3n<\/strong>
        \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em>M\u00e1s que a la \u00abtarea\u00bb concreta, al voluntario hay que integrarle en la acci\u00f3n global de la entidad, en la mirada que realiza sobre la realidad; hay que vincularle a un proceso de acci\u00f3n-reflexi\u00f3n permanente y gradual. Hay que integrar al voluntario a una din\u00e1mica de trabajo en equipo donde juntos hacemos y juntos decidimos.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Espacios formativos\u00a0\u00a0formales<\/strong>
        \nDesde mi punto de vista, el momento primero de formaci\u00f3n b\u00e1sica o inicial del nuevo voluntario ha de venir tras un breve periodo de\u00a0\u00a0experiencia en la acci\u00f3n, donde el voluntario ha podido explorar la realidad en la que le toca trabajar y ha explorado su propia realidad de fragilidad, miedos, carencias y posibilidades. En cualquier caso, un itinerario educativo como el que aqu\u00ed se plantea, necesariamente trastoca los esquemas, contenidos y metodolog\u00edas de los espacios formativos tradicionales: formaci\u00f3n b\u00e1sica y formaci\u00f3n espec\u00edfica.
        \n 
        \n\u00a1\u00a0Presencia p\u00fablica<\/strong>
        \nM\u00e1s que tareas paliativas, el itinerario educativo apuesta por una presencia p\u00fablica del voluntariado en tanto que trata no s\u00f3lo de se agente corrector de los desvar\u00edos de un sistema econ\u00f3mico y pol\u00edtico injusto, sino que debe ser agente catalizador de nuevas realidades m\u00e1s justas y solidarias. As\u00ed, no es extra\u00f1o que el voluntariado se manifieste a favor de la condonaci\u00f3n de la deuda externa para los pa\u00edses del Sur, y ser\u00eda muy interesante que el voluntariado que trabaja con inmigrantes se pronunciara respecto a la ley de extranjer\u00eda, y que el que camina de la mano de la infancia diga en alta voz lo que piensa sobre el maltrato a los ni\u00f1os. Es decir, que el voluntariado ha de encontrar su vertiente movilizadora y provocativa en una sociedad marcada por la indiferencia y por la seguridad en t\u00e9rminos de defensa ante el extra\u00f1o.
        \n\u00a0<\/em>
        \nPara llevar hacia delante todo este proceso educativo es importante descubrir la figura del\u00a0animador del voluntariado<\/em>, como agente que acompa\u00f1a y dinamiza este proceso en uni\u00f3n con otros animadores-compa\u00f1eros con los que configura una red de animadores de la entidad, del proyecto. Una red que se convierte en el observatorio permanente tanto del voluntariado con el que contamos como del proceso educativo que hemos instaurado. Una red que nos permitir\u00e1 adaptar y concretar a nuestra escala humana los pasos y momentos de un itinerario educativo ambicioso, al tiempo que cercano.\u00a0\u00a1
        \n <\/p>\n

        Luis A. Aranguren Gonzalo<\/h3>\n

        estudios@misionjoven.org
        \n 
        \n 
        \n 
        \n 
        \n
        [1]<\/a>\u00a0Esquema que nace del di\u00e1logo y trabajo compartidos con mi amigo y compa\u00f1ero Paco Aperador.
        \n
        [2]<\/a>\u00a0Resumimos aqu\u00ed lo ya expuesto con m\u00e1s detalle en L.A.\u00a0ARANGUREN GONZALO,\u00a0Cartograf\u00eda del voluntariado<\/em>, PPC, Madrid 2000, cap. 5.
        \n
        [3]<\/a>\u00a0El desarrollo narrativo de este itinerario y las pautas metodol\u00f3gicas para su adaptaci\u00f3n a las diferentes organizaciones de voluntariado las desarrollamos en\u00a0Somos andando<\/em>, C\u00e1ritas Espa\u00f1ola, Madrid 1999.
        \n
        <\/a>\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0[4]\u00a0F. GUTI\u00c9RREZ,\u00a0Ecopedagog\u00eda y ciudadan\u00eda planetaria<\/em>, ILPEC, Costa Rica 1996,\u00a046.
        \n
        <\/a>\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0[5]Adapto los criterios que propone F. Guti\u00e9rrez en\u00a0Ecopedagog\u00eda y ciudadan\u00eda planetaria<\/em>, o.c., p. 33.
        \n
        [6]<\/a>\u00a0P. FREIRE,\u00a0Pedagog\u00eda de la autonom\u00eda<\/em>, Siglo XXI, Madrid 1998, 137.
        \n
        [7]<\/a>\u00a0R. WUTHNOW,\u00a0Actos de compasi\u00f3n<\/em>, Alianza, Madrid 1996, 375.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        [vc_row][vc_column][vc_column_text]PIE AUTOR Luis A. Aranguren Gonzalo\u00a0es el\u00a0Coordinador del Programa de Voluntariado de C\u00e1ritas Espa\u00f1ola.   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO La necesidad de vincular el voluntariado a procesos educativos es una de las exigencias m\u00e1s sentidas dentro y fuera del mundo de los voluntarios. \u00c9ste es el tema que aborda el art\u00edculo, proponiendo un itinerario concreto, cuyo […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[120,557,425,94],"tags":[],"class_list":["post-11807","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2001-mision-joven-2","category-estudios-288-289","category-luis-aranguren-gonzalo","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11807","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11807"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11807\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11807"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11807"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11807"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}