{"id":11999,"date":"2000-03-01T11:33:12","date_gmt":"2000-03-01T09:33:12","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=11999"},"modified":"2000-03-01T11:33:12","modified_gmt":"2000-03-01T09:33:12","slug":"dar-que-pensar-belleza-bien-y-sentido-hacia-una-articulacion-de-la-pedagogia-del-sentido1","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/dar-que-pensar-belleza-bien-y-sentido-hacia-una-articulacion-de-la-pedagogia-del-sentido1\/","title":{"rendered":"Dar que pensar: Belleza, Bien y Sentido Hacia una articulaci\u00f3n de la Pedagog\u00eda del Sentido[1]"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Pie Autor:
\nFrancesc Torralba Rosell\u00f3<\/strong>\u00a0es profesor en la Universidad \u00abRamon Llull (Barcelona).<\/em>
\n 
\nS\u00edntesis del Art\u00edculo:
\nLa cuesti\u00f3n del sentido es consustancial a la acci\u00f3n educativa. Educar significa, en otras cosas, ayudar al educando a descubrir, por s\u00ed mismo, el sentido de la realidad. No se trata s\u00f3lo de ayudarle a inteligir la realidad, sino que se trata de acompa\u00f1arle a percibir el sentido que tiene la realidad natural, la historia y su misma existencia personal. A pesar de la centralidad que ocupa la cuesti\u00f3n del sentido en la acci\u00f3n educativa, el hecho es que resulta muy arduo articularla pr\u00e1cticamente en la vida institucional. El autor trata de explorar, a lo largo de este art\u00edculo, algunos itinerarios para abordar la citada cuesti\u00f3n. Se trata, al fin y al cabo, de dar que pensar al educando.
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\n <\/p>\n

    \n
  1. El ser humano, animal est\u00e9tico<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nLa experiencia est\u00e9tica, como la experiencia \u00e9tica y la experiencia del Sentido, forma parte del rico conjunto de experiencias de que es capaz el ser humano. Se trata de una experiencia fecunda, pues la percepci\u00f3n de la belleza no es algo que ata\u00f1e meramente a la epidermis del sujeto, sino que tiene efectos en el interior del ser humano. Cuando el ser humano goza visualmente de la realidad que contempla, cuando se deleita con lo que sus ojos ven, entonces se siente bien consigo mismo y con el entorno, se percata de la armon\u00eda de cuanto le rodea. El s\u00ed mismo se transforma y esta alteraci\u00f3n se expresa en el rostro, en las palabras y en las obras.
    \n 
    \nLa experiencia est\u00e9tica puede cultivarse y desarrollarse mediante la educaci\u00f3n, aunque no indefinidamente, sino hasta un cierto l\u00edmite, el l\u00edmite que impongan las predisposiciones naturales del educando. Como en todo, la acci\u00f3n educativa tiene unas fronteras insuperables, fronteras que el educador debe descubrir y jam\u00e1s debe transgredir. Es preciso desarrollar las facultades humanas del educando, esto es, la imaginaci\u00f3n, la memoria, la capacidad l\u00f3gica, los sentimientos, la experiencia est\u00e9tica, \u00e9tica y religiosa, pero sin rebasar jam\u00e1s el l\u00edmite de sus posibilidades, sin llevarlo m\u00e1s all\u00e1 de sus par\u00e1metros. El educando fija la pauta educativa y el educador, el buen educador, debe acoplarse a ella.
    \n 
    \nTambi\u00e9n en el plano est\u00e9tico, hay seres humanos con distintas sensibilidades y capacidades receptoras. Es preciso educar al ser humano est\u00e9ticamente, ayudarle a descubrir la belleza de lo real y a sentir esta belleza en el coraz\u00f3n, pero hay sensibilidades m\u00e1s bien dotadas para ello y hay sensibilidades m\u00e1s toscas para descubrir lo sublime de la realidad. Tambi\u00e9n en este tema, la acci\u00f3n educativa debe desarrollarse de un modo singularizado y personalizado.\u00a0\u00a0El ojo constituye una de las ventanas que asoman el ser humano al mundo circundante. Es fundamental cultivar la mirada, aprender a contemplar con deleite la realidad, limpiar los cristales de la ventana, para que la visi\u00f3n sea lo m\u00e1s n\u00edtida posible. Como dice S. Kierkegaard, \u201cel ojo con el que se contempla la realidad ha de transformarse constantemente\u201d[2]<\/a>.
    \n 
    \nEs preciso reconocer que la experiencia de la belleza no es universal, pues difiere seg\u00fan contextos hist\u00f3ricos y culturales. En una sociedad plural desde el punto de vista cultural, \u00e9tnico, religioso y ling\u00fc\u00edstico difieren tambi\u00e9n los c\u00e1nones est\u00e9ticos. No s\u00f3lo vivimos en pleno pluralismo moral, sino tambi\u00e9n en pleno pluralismo est\u00e9tico. Esto no significa que debamos dejar de educar la sensibilidad est\u00e9tica. Es preciso reconocer la pluralidad, de entrada, es preciso admitir las diferentes maneras de concebir y experimentar la belleza, pero el educando, como ser humano que es, tiene derecho a cultivar esta experiencia, a vivir asombr\u00e1ndose de la realidad. No se puede, pues, obviar o aniquilar este aspecto educativo.
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    \n 
    \n1.1. El milagro est\u00e9tico<\/strong>
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    \nEn la realidad, como en la vida humana, hay claroscuros. Esto significa que no todo lo que percibimos con nuestros ojos y con nuestros sentidos, en general, nos resulta igualmente bello. \u00a1Vaya descubrimiento! Lo que afirmamos es de perogrullo. Existe una pluralidad de entes en la realidad, una pluralidad de personas y de rostros humanos y no todo puede calificarse igualmente de bello. Destacamos con el dedo \u00edndice lo que nos parece m\u00e1s bello y de este modo lo destacamos del conjunto del paisaje:\u00a0esta<\/em>\u00a0flor,\u00a0este<\/em>\u00a0\u00e1rbol,\u00a0este<\/em>\u00a0lago,\u00a0este<\/em>\u00a0rostro. Pero lo bello no s\u00f3lo se percibe por la mirada, sino tambi\u00e9n por el olfato, el gusto, el tacto, el o\u00eddo, es decir, a trav\u00e9s de todos los sentidos de que dispone el ser humano.
    \n 
    \nDecimos, por ejemplo, que\u00a0esta\u00a0<\/em>flor y no\u00a0esa<\/em>\u00a0es bella y lo decimos no s\u00f3lo por su forma exterior, por el color de sus p\u00e9talos, sino por lo bien que huele. Decimos, por ejemplo, que\u00a0esta<\/em>\u00a0manzana y no\u00a0aquella<\/em>\u00a0es bella, pero lo decimos no s\u00f3lo por la forma exterior y el color de su piel, no s\u00f3lo por el olor que desprende, sino por el sabor que tiene cuando la mordemos. E igualmente, con el tacto y con el o\u00eddo. Lo que hace bella a una sinfon\u00eda musical, o al canto de un p\u00e1jaro, no se puede captar con la vista, ni con el tacto, ni con el gusto, ni con el olfato; s\u00f3lo con el o\u00eddo. As\u00ed, pues, la belleza se filtra en el interior del sujeto humano a trav\u00e9s de las ventanas externas de sus sentidos y al captarla, el ser humano tiene una experiencia de tranquilidad, de serenidad, inclusive, de \u00e9xtasis y de nostalgia.
    \n 
    \nEl educador tiene la tarea de acompa\u00f1ar al educando a explorar la belleza de la realidad, a explorarla f\u00edsicamente, debe pasear con \u00e9l, ayudarle a fijar su mirada en esos espacios bellos del mundo natural, debe ense\u00f1arle a saborear el espect\u00e1culo de la naturaleza y de este modo tiene que orientarle en el cultivo de su sensibilidad est\u00e9tica. Debe aprender a escuchar, a ver, a degustar, a tocar, a oler la realidad circundante y para ello debe abrir las ventanas exteriores de par a par y ser receptivo a lo exterior.
    \n 
    \nPero la educaci\u00f3n de la experiencia est\u00e9tica no s\u00f3lo requiere el cultivo de la sensibilidad y el desarrollo del criterio est\u00e9tico, es decir, la capacidad de gozar de lo bello y de distinguir lo bello de lo feo, sino que, adem\u00e1s, requiere otra fase. El educador debe ayudar al educando a explorar la belleza no s\u00f3lo de las cosas que, en s\u00ed mismas, nos aparecen dotadas de belleza, como un paisaje alpino o un rostro humano, sino que debe ayudarle a descubrir la belleza de\u00a0todas\u00a0<\/em>las cosas, de todo cuanto es, pues todo lo que existe, aunque en modo desigual, tiene aspectos o dimensiones, a veces muy ocultas, donde es posible reconocer belleza. Se trata de ensanchar el concepto de belleza y de no comprenderlo exclusivamente de modo formal y exterior, sino tambi\u00e9n interior.
    \n 
    \nDescubrir la belleza en las cosas o personas aparentemente feas, no resulta nada f\u00e1cil,\u00a0a priori<\/em>, sino que requiere un ejercicio y un trabajo de exploraci\u00f3n. Jam\u00e1s puede reducirse la belleza de una persona a su plano meramente exterior, a la simetr\u00eda de sus formas o la distribuci\u00f3n de sus vol\u00famenes, sino que requiere una introspecci\u00f3n en su interioridad. Hay personas bellas por sus intenciones, las hay por su conversaci\u00f3n, las hay por sus obras. Lo que embellece a una persona humana no es, precisamente, sus atuendos, o su peso, sino su\u00a0ser<\/em>, su\u00a0obrar<\/em>\u00a0y su\u00a0decir<\/em>.
    \n 
    \nPero en el desarrollo de la sensibilidad est\u00e9tica del educando, es preciso reconocer todav\u00eda una tercera fase. Es necesario iniciar al educando en lo que L. Wittgenstein denomina el milagro est\u00e9tico. \u201cEl milagro est\u00e9tico \u2014afirma el pensador vien\u00e9s\u2014 es la existencia del mundo. Que exista lo que existe\u201d
    [3]<\/a>. En efecto, uno se da cuenta inmediatamente que en el mundo hay cosas bellas y hay cosas feas (primera fase), con el tiempo puede llegar a descubrir que tambi\u00e9n en las cosas que aparentemente resultaban feas, hay belleza (segunda fase); pero lo que realmente constituye un salto cualitativo en este proceso es el descubrimiento del milagro est\u00e9tico, es decir, la experiencia cuasi metaf\u00edsica de la realidad exterior.
    \n 
    \nEl milagro est\u00e9tico, seg\u00fan L. Wittgenstein, lo que realmente constituye el misterio de la realidad, no es la existencia de\u00a0esta<\/em>\u00a0flor o de\u00a0este<\/em>\u00a0lago, de\u00a0este<\/em>\u00a0rostro o de\u00a0este<\/em>\u00a0p\u00e1jaro, sino la existencia del mism\u00edsimo mundo. La experiencia del asombro ante el mundo est\u00e1 directamente relacionada con el milagro est\u00e9tico y L. Wittgenstein califica esta experiencia como de una vivencia que no puede expresarse con palabras, como una experiencia que s\u00f3lo puede comunicarse a trav\u00e9s del silencio. En su famosa Conferencia sobre \u00e9tica, distingue tres experiencias fundamentales: la experiencia de la culpabilidad, la experiencia de estar a salvo pase lo que pase y la experiencia del asombro ante la\u00a0existencia<\/em>\u00a0del mundo. El punto culminante de la experiencia est\u00e9tica toca la cuesti\u00f3n del Sentido \u00faltimo de la realidad.
    \n\u00a0<\/em>
    \n\u00a0<\/em>
    \n1.2. Caricaturas de la belleza<\/strong>
    \n 
    \nLa educaci\u00f3n de la sensibilidad est\u00e9tica del ser humano requiere la puesta entre par\u00e9ntesis de determinadas formas de concebir la belleza que resultan claramente criticables desde todos los aspectos. Existe, por lo general, un patr\u00f3n social, cultural y audiovisual de lo que es un cuerpo bello, masculino o femenino, de lo que es una casa bella e inclusive un paisaje natural. A trav\u00e9s de la cultura audiovisual y fundamentalmente de los medios de comunicaci\u00f3n de masas, el educando recibe unos determinados c\u00e1nones est\u00e9ticos que causa un grave influjo sobre su conciencia.
    \n 
    \nEsto significa que el desarrollo de su sensibilidad personal y de su criterio est\u00e9tico particular, lo quiera o no lo quiera, no es ajeno a lo exterior, sino que est\u00e1 completamente condicionado por estos influjos ambientales. Cuando este influjo es continuo y de modo subliminal, puede tener efectos nefastos en la conciencia del educando. Al final puede llegar a percibir la belleza no como algo propio, sino como algo ajeno, puede llegar a vivir obsesionado por la forma y la simetr\u00eda de su cuerpo.
    \n 
    \nLa tarea de educar la sensibilidad est\u00e9tica exige, pues, un trabajo de purificaci\u00f3n y de\u00a0catarsis<\/em>. Es necesario superar las falsas y maniqueas formas de comprender lo que es la belleza y ante todo criticar los intereses ocultos en lo est\u00e9tico. Se produce, en nuestra sociedad, una colonizaci\u00f3n medi\u00e1tica de determinados c\u00e1nones est\u00e9ticos y una uniformizaci\u00f3n de las medidas y de los vol\u00famenes, hasta tal extremo que la belleza s\u00f3lo pertenece a quienes cumplen, en el pleno sentido de la palabra, unas determinadas medidas que fijan marcas de ropa y donde se mezclan profundos intereses econ\u00f3micos. No s\u00f3lo lo \u00e9tico sufre la colonizaci\u00f3n de lo econ\u00f3mico, sino tambi\u00e9n lo est\u00e9tico.
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    \nFrente\u00a0\u00a0a este fen\u00f3meno que, en nuestro pa\u00eds, ha tenido y tiene efectos de orden patol\u00f3gico, no s\u00f3lo desde la perspectiva som\u00e1tica, sino tambi\u00e9n psicol\u00f3gica, es preciso formar la conciencia cr\u00edtica del educando, invitarle a relativizar la obsesi\u00f3n por la forma exterior y ayudarle a descubrir la belleza en otras dimensiones de la vida humana. Debemos ense\u00f1arle a darse cuenta de la fragilidad y de la debilidad del concepto social de belleza.
    \n 
    \nLa imagen social de lo bello, se fundamenta, generalmente en la forma externa. Sin embargo, a lo largo de la historia del pensamiento occidental, la idea de belleza ha adquirido significaciones muchos m\u00e1s fecundas. Desde la filosof\u00eda de Plat\u00f3n hasta la m\u00edstica de L. Wittgenstein, pasando por los idealistas y los poetas rom\u00e1nticos alemanes, la cuesti\u00f3n de la experiencia est\u00e9tica ha sido objeto de reflexi\u00f3n desde distintas perspectivas intelectuales.
    \n 
    \nLa identificaci\u00f3n de la idea de belleza con lo meramente epid\u00e9rmico del ser humano constituye un grave reduccionismo conceptual, casi se podr\u00eda decir, una caricatura, esto es, una imagen deforme y simple, de lo que es la belleza en s\u00ed misma. Y eso se debe a que el ser humano, adem\u00e1s de ser exterioridad, es, ante todo, una interioridad y no se le puede definir exclusivamente desde el afuera, sino que es fundamental explorar el adentro para conocerle \u00edntegramente.
    \n 
    \nLa belleza del ser humano reside, por supuesto, en el exterior, esto es, en la simetr\u00eda y armon\u00eda de constituci\u00f3n corp\u00f3rea, en la singularidad del rostro y en el color de los ojos y la disposici\u00f3n de las extremidades y de los \u00e1ngulos faciales. Armon\u00eda, simetr\u00eda, equilibrio son notas que caracterizan a la belleza exterior. Pero el ser humano, en cuanto interioridad, puede ser bello o puede no serlo. La belleza interior del ser humano, la belleza del alma, como dec\u00edan los rom\u00e1nticos, reside tambi\u00e9n en el equilibrio, en la armon\u00eda de los sentimientos, de los pensamientos y de la vida an\u00edmica en general. Un esp\u00edritu bello es un esp\u00edritu equilibrado y de ese modo se expresa al exterior. La belleza en el ser humano no s\u00f3lo reside, pues, en el exterior, sino tambi\u00e9n en el interior y no se puede juzgar por las apariencias, sino que es fundamental entrar en el adentro.
    \n 
    \nEl educador debe ayudar al educando a superar esta imagen caricaturesca y deforme de la belleza que impone el poder medi\u00e1tico, debe poner a colaci\u00f3n sus prejuicios sociales, para que sea aut\u00e9nticamente libre en el ejercicio de sus criterios est\u00e9ticos. E igualmente, debe ayudarle a descubrir la belleza interior de los seres humanos y eso requiere un arduo ejercicio de superaci\u00f3n y de distanciamiento de t\u00f3picos.
    \n 
    \n <\/p>\n

      \n
    1. El ser humano, animal \u00e9tico<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nLa experiencia est\u00e9tica, como se ha dicho anteriormente, se relaciona directamente con la experiencia del Sentido y tambi\u00e9n con la experiencia \u00e9tica. La belleza da sentido a la vida humana y precisamente por ello el ser humano se esfuerza por gozar de la belleza no s\u00f3lo natural, sino de la belleza de las cosas que el hombre es capaz de producir. La acci\u00f3n bella puede calificarse igualmente de acci\u00f3n buena, pues como se ha dicho anteriormente la \u00e9tica y la est\u00e9tica son uno.
      \n 
      \nPor otro lado, la pr\u00e1ctica del bien da Sentido a la vida humana. La b\u00fasqueda de la justicia y de la fraternidad, el esfuerzo para conseguir un mundo mejor, la tarea de construir la paz: he aqu\u00ed algunas formas que tienen los seres humanos para llenar de Sentido su existencia. Hacer el bien al pr\u00f3jimo, buscar el bien com\u00fan, esforzarse para dejar un mundo mejor, todo esto da sentido a la existencia humana. Pero lo mismo puede afirmarse desde otra perspectiva, pues cuando uno ha vivido haciendo el bien, tratando de ayudar a quienes le rodean, esforz\u00e1ndose para mejorar las condiciones de vida de sus semejantes, entonces percibe que su vida ha tenido sentido, que ha merecido la pena estar vivo y que el tiempo que ha disfrutado de la existencia no ha sido en balde.
      \n 
      \nUna vida con Sentido, es decir, vivida por el ser humano con sentido y no s\u00f3lo de modo inercial, esto es, porque toca vivir (ya que me han puesto aqu\u00ed), puede calificarse de bella y de buena. Cuando el sujeto que la vive, la vive con plenitud, entonces puede calificar su vida de bella y de buena. Y por otro lado, cuando vive su vida sin sentido, arrastrado de un lugar a otro sin saber porqu\u00e9, entonces es incapaz de calificar su vida de bella y de buena. Se le presenta la existencia como algo tosco y aburrido, como una sucesi\u00f3n mon\u00f3tona de d\u00edas.
      \n 
      \nLa \u00e9tica se refiere a la acci\u00f3n y la acci\u00f3n puede o no puede tener sentido. Cuando tiene sentido para el sujeto que la realiza, entonces \u00e9sa acci\u00f3n merecen la pena ser realizada aunque suponga mucho esfuerzo. La separaci\u00f3n entre la experiencia \u00e9tica y la experiencia del sentido es un grave error, pues, entonces se reduce la educaci\u00f3n moral a una mera instrucci\u00f3n de valores morales que deben asumirse porque toca, porque es de ley. Sin embargo, cuando uno descubre que vivir determinados valores \u00e9ticos es fundamental para gozar de la vida, para alcanzar la felicidad humana, propia y de los otros, entonces se da cuenta que merece la pena el esfuerzo y el sacrificio. El fin de la \u00e9tica es la felicidad humana y quien vive feliz, descubre que su vida y sus acciones tienen sentido.
      \n 
      \nCuando uno se da cuenta que vivir merece la pena, cuando goza de la naturaleza, de las personas que le rodean, del hecho de estar vivo, entonces es capaz de ver el mundo de otra manera, con otros ojos, con otra mirada. El mundo que vislumbra el hombre feliz, dec\u00edamos antes, es distinto del mundo que ve el hombre desgraciado y, sin embargo, el mundo es el mismo, pero cuando uno da sentido a lo que hace, cuando uno vive su vida con plenitud, entonces su estado de \u00e1nimo es distinto y todo lo que ve y lo que oye adquiere dimensiones de belleza.
      \n 
      \nLlega un momento, en el desarrollo moral del educando, que se ve obligado a plantearse, personalmente, en el foro interior de su conciencia, la cuesti\u00f3n del sentido y de la legitimidad de sus acciones. Llega un momento en la vida de toda persona, que se da cuenta que su existencia no es un circuito predeterminado, sino un abanico de posibilidades que aparecen constantemente en el horizonte y frente a las cuales es preciso decidirse y optar por una de ellas. Entonces aflora una de las preguntas claves de la condici\u00f3n humana, la famosa pregunta kantiana:\u00a0\u00bfQu\u00e9 debo hacer?<\/em>
      \n 
      \nA lo largo de su desarrollo personal, el educando asume los imperativos morales de sus padres, de los agentes educativos que le rodean, de lo que S. Freud denomina el Superyo. Hace suyas determinadas normas sociales, valores morales y principios de conducta; pero llega un instante, cuando despierta la conciencia \u00e9tica del educando, que uno debe plantearse\u00a0por qu\u00e9<\/em>\u00a0hace lo que hace,\u00a0por qu\u00e9<\/em>\u00a0debe obrar de un determinado modo. En el momento del despertar de la conciencia \u00e9tica, es fundamental la presencia y la intervenci\u00f3n del educador. En ese momento, el rostro a rostro es fundamental, la coherencia entre las palabras y los hechos constituye la garant\u00eda de validez del discurso. No sirven entonces las respuestas simples y banales que se utilizan en muchas circunstancias, salidas por la tangente como, por ejemplo, siempre se ha hecho as\u00ed, es obligatorio o porque queda mal de otro modo, sino que requiere una respuesta m\u00e1s honda, una respuesta que d\u00e9 sentido al obrar.
      \n 
      \nEl educador moral no puede escabullirse detr\u00e1s de respuestas simples y estereotipadas. Debe dar razones, debe argumentar el sentido \u00e9tico de determinadas acciones y debe ayudar al educando a dar consistencia racional a su modo de obrar. \u00a1Ardua tarea!, sin lugar a dudas. Pero si la transmisi\u00f3n de valores morales se reduce a la mera exposici\u00f3n arbitraria de unos determinados valores al uso, entonces esta educaci\u00f3n moral se convierte en\u00a0moralina<\/em>\u00a0a granel, aunque \u00e9stos valores fueren modernos y laicos.
      \n 
      \nLo que da consistencia a la educaci\u00f3n moral es, en una sociedad moderna, ilustrada y libre, es, precisamente, la capacidad de argumentar el\u00a0por qu\u00e9<\/em>\u00a0debe actuarse de un determinado modo. No se trata, simplemente, de decir al educando que debe ser tolerante, justo, libre y equitativo, sino que el educador, el padre, la madre, el maestro, quien fuere, debe ayudarle a preguntarse: \u00bfPor qu\u00e9<\/em>\u00a0tengo que ser tolerante? \u00bfPor qu\u00e9<\/em>\u00a0debo ser justo con mis semejantes? \u00bfPor qu\u00e9<\/em>\u00a0debo respetar la libertad del otro? \u00bfPor qu\u00e9<\/em>\u00a0somos todos iguales antes la ley?
      \n 
      \nNo se trata de imponer al educando unos determinados c\u00e1nones o principios morales, desde fuera, pues eso ser\u00eda adoctrinarle y ello violentar\u00eda directamente su libertad potencial. De lo que se trata es de ayudarle a pensar lo que hace, de ayudarle a reflexionar sobre sus acciones y el sentido de las mismas. Tiene que descubrir, por s\u00ed mismo, que hay valores que ayudan a vivir y a ser m\u00e1s persona, a ser m\u00e1s feliz y a gozar m\u00e1s enteramente de la vida y de la naturaleza, pero debe descubrirlo por s\u00ed s\u00f3lo. El educador debe implicarse en esa transmisi\u00f3n de valores, pues, antes de ser un profesional de la educaci\u00f3n, un agente educativo, antes de ser maestro, padre o madre, es una persona humana que tiene que responder a la misma pregunta: \u00bfQu\u00e9 debo hacer?
      \n 
      \nNo hay respuestas absolutas ni definitivas a esta soberana cuesti\u00f3n, pero el educador, por su experiencia, por la sabidur\u00eda que dan los a\u00f1os y el hecho de haber vivido m\u00e1s, debe ayudar al educando a formul\u00e1rsela por s\u00ed mismo y debe orientarle hacia esos valores que \u00e9l considera m\u00e1s \u00f3ptimos para vivir humanamente. Como es evidente, puede equivocarse en la elecci\u00f3n, puede responder err\u00e1ticamente a la pregunta, pero lo que le dar\u00e1 autoridad moral frente al educando es la coherencia entre lo que dice verbalmente y lo que hace en su vida pr\u00e1ctica. Por esto es ineludible el rostro a rostro en la educaci\u00f3n de la experiencia \u00e9tica, m\u00e1s a\u00fan, requiere la convivencia en un mismo espacio y en un mismo tiempo. Resulta muy dif\u00edcil imaginarse un maestro moral a t\u00edtulo virtual.
      \n\u00a0<\/em><\/strong>
      \n\u00a0<\/em><\/strong><\/p>\n

        \n
      1. El ser humano, animal metaphysicum<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        \u00a0<\/em>
        \nLa experiencia \u00e9tica se relaciona con la idea de Bien, la experiencia est\u00e9tica se entronca con la idea de Belleza y la experiencia metaf\u00edsico-religiosa se refiere directamente a la cuesti\u00f3n del sentido. Hemos dicho anteriormente, que llega un momento, en el desarrollo personal del educando, que se despierta en \u00e9l la conciencia \u00e9tica y se pregunta a s\u00ed mismo:\u00a0\u00bfQu\u00e9 debo hacer?<\/em>\u00a0Se da cuenta que debe elegir, que es soberanamente libre y siente perplejidad frente a esta posibilidad, siente el v\u00e9rtigo de la libertad, como dir\u00eda S. Kierkegaard
        [4]<\/a>. Cuando aparece esta pregunta en su foro interior, se ve obligado a cuestionarse sus actos y no s\u00f3lo los suyos sino los de los dem\u00e1s y trata de buscar una l\u00f3gica, una coherencia a lo que hace.
        \n 
        \nLo mismo ocurre con la experiencia del sentido, aunque la experiencia del sentido\u00a0\u00a0no siempre va pareja a la pregunta por el deber. En el desarrollo integral de la persona, llega un momento en que el educando se pregunta por el sentido de su vida, por el sentido de su existencia. Se da cuenta que forma parte de un\u00a0Gran Teatro<\/em>\u00a0y se interroga por el sentido que tiene su obrar, su presencia, sus sacrificios y su tiempo en esta gran funci\u00f3n. \u00bfCu\u00e1l es mi papel en esta gran tragicomedia? \u00bfQu\u00e9 tengo que ver yo con la existencia? \u00bfPor qu\u00e9 estoy aqu\u00ed? \u00bfQu\u00e9 sentido tiene mi existencia?
        \n 
        \nCuando emerge la pregunta por el sentido, entonces el ser humano descubre su dimensi\u00f3n metaf\u00edsica, se da cuenta que es un animal metaf\u00edsico, como dir\u00eda A. Schopenhauer. Entonces es fundamental desarrollar su capacidad filos\u00f3fica. Precisamente porque el ser humano es un animal metaf\u00edsico, en estado latente o en estado actual, es preciso ayudarle a conocer el saber filos\u00f3fico, pues s\u00f3lo el saber filos\u00f3fico se refiere exclusivamente a la cuesti\u00f3n del sentido de la existencia. El hecho de limitar el desarrollo cognoscitivo del educando a lo cient\u00edfico, a lo t\u00e9cnico a o lo hist\u00f3rico, constituye una grave reduccionismo pedag\u00f3gico.
        \n 
        \nSi es verdad que el ser humano es un animal metaf\u00edsico y prueba de ello es que se pregunta por el sentido de su existencia, entonces no puede encerrarse esta pregunta en el \u00e1mbito de la privacidad, sino que es fundamental desarrollarla de un modo cr\u00edtico y anal\u00edtico. A lo largo del proceso educativo, no debe escatimarse ninguna pregunta del educando, aunque el educador no sea capaz de dar una respuesta definitiva y concluyente a sus preguntas. Es evidente que hay preguntas inc\u00f3modas, preguntas que ponen de manifiesto nuestra ignorancia radical, pero el educador no puede escudarse detr\u00e1s de su disciplina, sino que debe dar la cara y tratar de ayudar al educando a desbrozar una cuesti\u00f3n de tal magnitud. Al fin y al cabo, el educador tambi\u00e9n es un ser humano y en cuanto humano es animal metaf\u00edsico y eso significa que la pregunta por el sentido, aunque inc\u00f3moda, le resulta familiar.
        \n 
        \nLa pregunta por el sentido est\u00e1 ah\u00ed, en estado latente o actual y el educador debe ayudar al educando a formul\u00e1rsela adecuadamente, a hallar v\u00edas de soluci\u00f3n, respuestas coherentes a la misma. Para ello, es fundamental acompa\u00f1arle a recorrer los grandes cl\u00e1sicos del pensamiento, no por af\u00e1n de turismo intelectual, sino para ver qu\u00e9 han respondido ellos a la misma pregunta. Al fin y al cabo, la pregunta no es nueva; est\u00e1 ah\u00ed antes que hubi\u00e9ramos nacido y seguir\u00e1 estando ah\u00ed despu\u00e9s de haber muerto.
        \n 
        \n3.1. Despertar al educando<\/strong>
        \n 
        \nEl educador debe intervenir a modo de despertador y de gu\u00eda en esta ardua cuesti\u00f3n del sentido. Por un lado, debe despertar al educando de su estado aletargado. Debe provocarle, sacudir sus esquemas vitales y sembrarle la duda en el interior de su esp\u00edritu. La provocaci\u00f3n metaf\u00edsica es propia de los grandes maestros de la historia. S\u00f3crates, por ejemplo, provoc\u00f3 a sus contempor\u00e1neos griegos y de un modo especial a los sofistas que cre\u00edan saber lo que era la virtud y la vida buena. Jes\u00fas de Nazaret provoc\u00f3 a sus coet\u00e1neos con sus afiladas preguntas, pero todav\u00eda fue m\u00e1s provocador con los escribas y fariseos que cre\u00edan saber lo que era el Bien y el contenido de la Voluntad de Dios.
        \n 
        \nEl gran maestro sabe que s\u00f3lo es posible educar, si el educando es capaz de cuestionarse lo que da por sentado, lo que da por seguro en su existencia. Sabe que si no se remueve ese fondo inmaterial de certidumbres, entonces raramente puede educarse en el sentido pleno del t\u00e9rmino. Todo ser humano, por el hecho de ser humano, responde de un modo inmediato y afilos\u00f3fico a la cuesti\u00f3n del sentido, pero se trata de una respuesta acr\u00edtica y convencional. Si en la educaci\u00f3n no se lleva a cabo un proceso de demolici\u00f3n, entonces el ser humano vive con esta respuesta ef\u00edmera a lo largo de toda su existencia. Resulta fundamental, en el proceso de madurez, reformularse de nuevo la pregunta por el sentido y tratar de hallar cimientos m\u00e1s firmes a la misma cuesti\u00f3n.
        \n 
        \nPara educar al ser humano en la experiencia del sentido, es necesario tambalear sus esquemas de la realidad, resulta indispensable conmover sus cimientos filos\u00f3ficos, para que, despu\u00e9s de este movimiento s\u00edsmico de orden intelectual, trate de buscar, movido por la duda, razones que den sentido a su modo de existir. Pero no se trata, solamente, de tambalear sus esquemas, sino que es necesario ayudarle a orientarse en el\u00a0mare magnum<\/em>\u00a0de opciones que se desprenden de la pregunta por el sentido.
        \n 
        \nS\u00f3lo el ser humano es capaz de asombrarse ante la realidad, s\u00f3lo el ser humano es capaz de sentir en su interior la experiencia del deber y la angustia del sentido. Si esto es verdad, entonces educar humanamente al ser humano, valga la redundancia, es tratar de ahondar en estas tres experiencias, consiste en ayudar al educando a vivirlas y a encauzarlas adecuadamente. La educaci\u00f3n del sentido requiere ineludiblemente el rostro a rostro, la comunicaci\u00f3n interpersonal. S\u00f3lo un ser humano puede ayudar a otro a formularse la cuesti\u00f3n del sentido y esta tarea jam\u00e1s puede ser sustituida por el artefacto, porque a \u00e9l le resulta, simplemente, extra\u00f1a.
        \n 
        \nLa cuesti\u00f3n \u00faltima de la vida humana, el horizonte \u00faltimo del preguntar humano se relaciona, directamente, con la pregunta por el sentido. Me asombro ante la realidad y me doy cuenta de la belleza de lo real. La experiencia de la belleza despierta en m\u00ed la pregunta por el sentido. \u00bfQu\u00e9 sentido tiene el mundo? \u00bfQu\u00e9 sentido tiene esta pluralidad de cosas puestas tan adecuadamente? La experiencia del deber emerge en el interior de mi ser. Me doy cuenta que no puedo hacer todo lo que me viene en gana. Pero, \u00bfqu\u00e9 sentido tiene esta experiencia? \u00bfDe d\u00f3nde emana la fuente del deber?
        \n 
        \nEn \u00faltimo t\u00e9rmino, la experiencia \u00e9tica y la experiencia est\u00e9tica desembocan en la cuesti\u00f3n del sentido de la existencia.
        \n 
        \n\u00a0<\/em>
        \n3.2. La construcci\u00f3n del Sentido
        [5]<\/a><\/strong>
        \n\u00a0<\/em>
        \nUna de las cuestiones m\u00e1s arduas de explorar en el \u00e1mbito educativo es la tarea de la construcci\u00f3n del sentido. \u00bfC\u00f3mo se construye el sentido de la existencia? \u00bfPor qu\u00e9 yo, personalmente, doy\u00a0este<\/em>\u00a0sentido a mi existencia y t\u00fa, apreciado lector, le das otro enteramente distinto? \u00bfCu\u00e1les son los motivos, las razones de este distinto modo de ubicarse en la existencia? \u00bfQui\u00e9nes son los art\u00edfices en la construcci\u00f3n del sentido? \u00bfY qui\u00e9nes deber\u00edan serlo de verdad? \u00bfSe trata de un descubrimiento espont\u00e1neo o de una lenta elaboraci\u00f3n a lo largo de la vida?
        \n 
        \nMe da la impresi\u00f3n que el sentido de la existencia no se descubre por azar o por arte de magia o por una arbitrariedad de la existencia, sino que debe elaborarse lentamente, a trav\u00e9s de la vida y en \u00edntima relaci\u00f3n con los otros. Tambi\u00e9n me da la impresi\u00f3n que, a estas alturas, el debate en torno al\u00a0verdadero<\/em>\u00a0sentido de la existencia tiene que desplazarse hacia otra direcci\u00f3n. Creo que lo m\u00e1s coherente, en este debate, es tratar de buscar el sentido que tiene la existencia para\u00a0m\u00ed<\/em>\u00a0y tratar de vivirlo con autenticidad, con responsabilidad, comprometidamente. S\u00f3lo si lo vivo de este modo, entonces puede calificarse de verdadero\u00a0para<\/em>\u00a0m\u00ed.
        \n 
        \nEn este proceso de b\u00fasqueda, es fundamental el ejercicio de la raz\u00f3n, del di\u00e1logo, es b\u00e1sico el esp\u00edritu de apertura y la superaci\u00f3n de cualquier forma de dogmatismo. Lo que es el\u00a0verdadero<\/em>\u00a0sentido de la existencia, creo que escapa a la condici\u00f3n humana, a la racionalidad del ser humano, tan fr\u00e1gil y ef\u00edmera como es. Andamos a tientas, buscando el sentido de la existencia, pero no tenemos la certidumbre, ni la seguridad matem\u00e1tica que lo que llena nuestra vida sea, de verdad, el sentido \u00faltimo de la existencia. Desde la perspectiva meramente racional, esta cuesti\u00f3n trasciende las capacidades humanas
        \n 
        \nEn el plano educativo, el debate debe ubicarse en otro plano. Se tiene que acompa\u00f1ar al educando a formularse la pregunta por el sentido de\u00a0su<\/em>\u00a0existencia. \u00a1Que m\u00e1s da si la existencia tiene o no tiene sentido, si mi existencia individual no lo tiene! Pero, \u00bfpuede tenerlo si globalmente la existencia carece de sentido? Me da la impresi\u00f3n que no, pero en cualquier caso el deber moral del educador es que el educando aprenda a vivir su vida con sentido y no de un modo inercial. Lo que s\u00ed puede exigirse al ser humano es que trate de indagar lo que da sentido a\u00a0su<\/em>\u00a0vida, lo que da valor a\u00a0su<\/em>\u00a0existencia, o dicho de otro modo, lo que hace que\u00a0su<\/em>\u00a0vida merezca ser vivida. El sentido de la existencia se construye, como se construye una casa, d\u00eda a d\u00eda, piedra a piedra. Las revelaciones repentinas del\u00a0verdadero<\/em>\u00a0sentido de la existencia deben someterse constantemente a la cr\u00edtica racional y al sentido com\u00fan.
        \n 
        \nEs evidente que existe una construcci\u00f3n social del sentido. Desde el punto de vista social, cultural, medi\u00e1tico, la existencia humana tiene un determinado sentido y puede leerse este sentido en los grandes anuncios publicitarios, pero m\u00e1s all\u00e1 de la construcci\u00f3n social del sentido, todo ser humano debe formularse el sentido que tiene\u00a0su<\/em>\u00a0existencia y tiene que decidir\u00a0libremente\u00a0<\/em>el sentido que quiere darle. El sentido de la existencia no puede imponerse desde fuera, no puede ser fruto de una coacci\u00f3n o de una cadena de coacciones, sino que debe construirse\u00a0desde<\/em>\u00a0la libertad, desde la responsabilidad personal.
        \n 
        \nPrecisamente por ello, es necesario ense\u00f1ar al educando el arte de resistir a los m\u00faltiples est\u00edmulos sociales y audiovisuales ambientales que reducen el sentido de la existencia a lo meramente banal. El educando est\u00e1 en su derecho y preservarle de cualquier intromisi\u00f3n es fundamental. Pero, \u00bfqu\u00e9 papel juega la familia y qu\u00e9 papel juega la escuela en dicho proceso? \u00bfCuando debe elaborarse la pregunta por el sentido? \u00bfEs posible construir pedag\u00f3gicamente el sentido de la existencia y respetar, por otro lado, la plena libertad del sujeto? \u00bfCuando educamos, no transmitimos ya un sentido a la realidad? \u00bfSomos capaces de poner entre par\u00e9ntesis este sentido?
        \n 
        \nLa cuesti\u00f3n del sentido resulta preocupante, sin embargo, desde el punto de vista bibliogr\u00e1fico, por lo menos en lo que respeta a nuestro pa\u00eds, tiene poca trascendencia. La gran obsesi\u00f3n radica en la educaci\u00f3n moral y en un segundo t\u00e9rmino est\u00e1 la educaci\u00f3n est\u00e9tica, pero la cuesti\u00f3n del sentido brilla por su ausencia en los an\u00e1lisis de la escuela y sus retos educativos. Sin embargo, los interrogantes se multiplican cuando se introduce la cuesti\u00f3n de la construcci\u00f3n del sentido.
        \n 
        \nQuiz\u00e1s porque la cuesti\u00f3n del sentido se ha desplazado al plano de la privacidad y desde el punto de vista social, se parte de la idea que cada cual debe madurarla individualmente. Quiz\u00e1s porque vivimos en un universo plural y divergente donde los seres humanos partimos de concepciones del mundo distintas y damos respuestas distintas a la misma pregunta por el sentido. O quiz\u00e1s porque vivimos instalados en una cultura autosatisfecha y c\u00f3moda consigo misma donde se considera que la cuesti\u00f3n del sentido es banal y pret\u00e9rita. Sea por una raz\u00f3n u otra, el hecho es que la pregunta por el sentido est\u00e1 pr\u00e1cticamente ausente de los procesos formativos habituales, no s\u00f3lo en la familia, sino en las instituciones educativas sociales.
        \n 
        \nPor ahora, s\u00f3lo algunas indicaciones. La construcci\u00f3n del sentido requiere la conciencia cr\u00edtica, el desarrollo del di\u00e1logo, no s\u00f3lo con los presentes, sino tambi\u00e9n con los ausentes, pues tambi\u00e9n ellos se preguntaron por el sentido de su existencia y requiere, finalmente, la superaci\u00f3n de dogmatismos y de fundamentalismos. Todo el proceso de construcci\u00f3n del sentido debe desarrollarse al filo de la existencia y de las experiencias que uno vive.\u00a0n<\/p>\n

        Francesc Torralba Rosell\u00f3<\/h6>\n

        [1]<\/a>\u00a0En este art\u00edculo, desarrollo de un modo sint\u00e9tico lo que he tratado de exponer m\u00e1s exhaustivamente en\u00a0Explorar (con ellos) el sentido de la realidad<\/em>, Edeb\u00e9, Barcelona 2000\u00a0(en prensa).<\/em>
        \n
        [2]<\/a>\u00a0S.\u00a0KIERKEGAARD,\u00a0Estudios Est\u00e9ticos<\/em>, II, Guadarrama, Madrid 1969, 259.
        \n
        [3]<\/a>\u00a0L.\u00a0WITTGENSTEIN,\u00a0Diario Filos\u00f3fico, 1914-1916<\/em>, Planeta, Barcelona 1986, 145.
        \n
        [4]<\/a>\u00a0Cf. S.\u00a0KIERKEGAARD,\u00a0El concepto de la angustia<\/em>, Espasa-Calpe, Madrid 1982.
        \n
        [5]<\/a>\u00a0Me he referido a esta cuesti\u00f3n en:\u00a0Antropolog\u00eda del cuidar<\/em>, Mapfre Medicina, Madrid 1998.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        [vc_row][vc_column][vc_column_text]Pie Autor: Francesc Torralba Rosell\u00f3\u00a0es profesor en la Universidad \u00abRamon Llull (Barcelona).   S\u00edntesis del Art\u00edculo: La cuesti\u00f3n del sentido es consustancial a la acci\u00f3n educativa. Educar significa, en otras cosas, ayudar al educando a descubrir, por s\u00ed mismo, el sentido de la realidad. No se trata s\u00f3lo de ayudarle a inteligir la realidad, sino […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[122,471,473,94],"tags":[],"class_list":["post-11999","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2000-mision-joven-2","category-estudios-278","category-francesc-torralba","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11999","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11999"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11999\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11999"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11999"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11999"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}