{"id":12027,"date":"2000-01-01T08:44:14","date_gmt":"2000-01-01T06:44:14","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12027"},"modified":"2000-01-01T08:44:14","modified_gmt":"2000-01-01T06:44:14","slug":"utopia-y-senderos-de-esperanza-en-el-mundo-de-hoy","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/utopia-y-senderos-de-esperanza-en-el-mundo-de-hoy\/","title":{"rendered":"Utop\u00eda y senderos de esperanza en el mundo de hoy"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]<\/p>\n\n\n\n
\n

S\u00edntesis del Art\u00edculo<\/strong><\/h1>\n

Los senderos actuales de la utop\u00eda est\u00e1n en lo cotidiano, donde se produce el \u00abdeshielo de la raz\u00f3n\u00bb. Pero ah\u00ed tambi\u00e9n existe el \u00abpozo\u00bb de la exclusi\u00f3n, que nos exige dirigir la mirada por tres ventanas de esperanza: la experiencia de la dignidad humana, la memoria de las v\u00edctimas y los objetivos de la vida. Esos senderos de esperanza est\u00e1n siendo ya transitados por muchas personas \u2014nuevos movimientos sociales, etc.\u2014 que buscan esa aut\u00e9ntica mundializaci\u00f3n basada en relaciones fraternales. \u00c9ste es el esquema argumental del art\u00edculo, salpicado constantemente con sugerencias educativas concretas.
\n 
\nn\u00a0Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca<\/strong>\u00a0es profesor en la Universidad de Valencia.<\/em>
\n <\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

 
\n <\/p>\n

La historia asigna nuevos lugares al deseo y se encarga de ir domiciliando las utop\u00edas de la humanidad; de este modo, el universo parpadea\u00a0signos\u00a0<\/em>emergentes, que iluminan la nueva condici\u00f3n humana y emiten\u00a0fulgores<\/em>\u00a0de se\u00f1ales e indicaciones, que traen noticia de una sociedad-otra. Hay\u00a0chispas<\/em>\u00a0en el interior de nuestra condici\u00f3n, aqu\u00ed y ahora, que gesticulan una historia esperanzada. El siglo no est\u00e1 vencido por el desaliento y la resignaci\u00f3n, sino que en su vientre germinan semillas de otro orden. Los trazos de las utop\u00edas son como campos magn\u00e9ticos; aunque estemos continuamente rodeados de cautiverios, reversos y desgarros, la noche no es un domicilio, sino una circunstancia; en el interior del lado oscuro de la vida, que permanentemente nos acompa\u00f1a, sigue siendo sonoro el rostro del Deseo.<\/h1>\n

<\/h1>\n

\u00bfD\u00f3nde est\u00e1n hoy los fulgores, aunque sean tan breves y las chispas mesi\u00e1nicas? \u00bfCon qu\u00e9 materiales se construyen hoy las utop\u00edas? \u00bfC\u00f3mo educar para construir esperanzadamente la historia?<\/h1>\n

 
\n <\/p>\n

    \n
  1. Lo cotidiano: domicilio de la utop\u00eda<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em><\/strong>Las formas de desear han estado vinculadas a un modo concreto de imaginar el futuro, inducido por el gran proyecto del capitalismo industrial; era un proyecto para una sociedad venidera, la de la riqueza de las naciones, el progreso y el reino de la libertad. La sociedad industrial confundi\u00f3 la utop\u00eda con aquello distante que justificaba aplazar permanentemente la satisfacci\u00f3n: \u201cahora estamos mal… pero ma\u00f1ana estaremos mejor, si somos capaces de trabajar y no apresurar las satisfacciones\u201d.
    \nLa utop\u00eda era tra\u00edda por el esfuerzo, la paciencia y la ingenier\u00eda t\u00e9cnica a la hora de dise\u00f1arla. Era el tiempo que cultivaba la futurolog\u00eda y la ciencia ficci\u00f3n, que serv\u00eda de \u201csistema de alarma temprana, al mostrar lo que puede ocurrir, lo que podr\u00eda pasar y sencillamente lo que deber\u00eda ocurrir\u201d[1]<\/sup><\/a>.
    \n 
    \nHoy sabemos que no existe otro tiempo que no sea el interior al sistema; y que no hay ninguna sociedad ah\u00ed fuera, esper\u00e1ndonos, que no sea la que nosotros seamos capaces o incapaces de construir, que no sea la que ya seamos capaces o incapaces de crear ahora mismo
    [2]<\/sup><\/a>. Como present\u00eda Cavafis en su viaje a \u00cdtaca, \u201cni al feroz Poseid\u00f3n has de encontrar,\/ si no lo llevas dentro del coraz\u00f3n,\/ si no lo pone ante ti tu coraz\u00f3n\u201d\u00a0(Cien poemas,<\/em>\u00a01987, p. 45).
    \n 
    \nAsistimos hoy a un cambio de registro en la representaci\u00f3n de las utop\u00edas. La esperanza humana ha cambiado de residencia y el tiempo humano del futuro, que ha vehiculado la esperanza en la sociedad industrial, se est\u00e1 convulsionando a favor del presente. Estamos experimentando una \u00abdeslocalizaci\u00f3n\u00bb del espacio, por un lado, y una \u00abpresentificaci\u00f3n\u00bb del tiempo, por otro, que cambian de forma radical las categor\u00edas en las que se basa la construcci\u00f3n de la esperanza.
    \nLa utop\u00eda\u00a0\u00a0recupera la pasi\u00f3n por el presente y por la vida cotidiana, que se han convertido en el \u00faltimo refugio de la m\u00e1s profunda esperanza.\u00a0Esta revoluci\u00f3n de las expectativas ha obligado al propio Juan Pablo II a inculturar el s\u00edmbolo de la utop\u00eda cristiana desde otras categor\u00edas, con el consiguiente desconcierto en las filas de una sociedad cr\u00e9dula pero descre\u00edda. Cuando se afirma que el cielo y el infierno no son un lugar ni un tiempo determinado, se est\u00e1 recuperando el dinamismo actual de la esperanza, que se resiste a representarse con esquemas espaciales y temporales impropios.
    \n 
    \nEducar para la esperanza no consiste en familiarizarse con la realidad virtual que se construye por Internet, como supusieron aquellos j\u00f3venes de la secta solar que se quitaron la vida para poder navegar por el espacio, ya que \u201cel cuerpo era lo \u00fanico que les molestaba para tal empresa\u201d; consiste, m\u00e1s bien, en acercarse a la realidad de los sufrientes. Al contrario de lo que suced\u00eda en los dise\u00f1os de la \u00abCiudad del Sol\u00bb, en la que no se pod\u00eda \u00abmostrar nunca fatiga\u00bb, las utop\u00edas actuales est\u00e1n pre\u00f1adas de realidad y son\u00a0inductoras de procesos<\/em>; no hay soluciones puntuales, sino respuestas secuenciales y procesos largos.
    \nAceptar que en lo provisional hay tambi\u00e9n esperanza, es nuestra forma humana de esperar. No podemos educar en la alternativa del todo o nada; m\u00e1s bien, sabemos que las soluciones totales y definitivas no son para navegantes. Hay que ense\u00f1ar a desear otra sociedad, conociendo a la vez los desenga\u00f1os que nos reserva aqu\u00e9lla que la reemplazar\u00e1
    [3]<\/sup><\/a>. Para tomar el cielo hay que tener los pies muy puestos en la tierra
    \n 
    \nPor esta raz\u00f3n, el compromiso con la utop\u00eda invita a la b\u00fasqueda humilde y al di\u00e1logo. La utop\u00eda no est\u00e1 de espaldas a la densidad hist\u00f3rica ni a las oscuridades. Hay un pasaje b\u00edblico que resulta abrumador por su provocaci\u00f3n: \u00abEl Se\u00f1or quiere habitar en una densa nube\u00bb (1Re 8,12); y, de este modo, nadie posee la utop\u00eda, sino que s\u00f3lo se puede caminar confiadamente hacia ella. Como advert\u00eda Albert Camus, la manera de no ver nada es mirar de cara al sol; hay cosas que se ven mejor en la penumbra. El modo de aparecer la utop\u00eda no est\u00e1 re\u00f1ido con la oscuridad ni con la complejidad.
    \n 
    \n <\/p>\n

      \n
    1. El deshielo de la raz\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nLa raz\u00f3n fr\u00eda que constru\u00eda el futuro de la humanidad, se ha hermanado con la raz\u00f3n c\u00e1lida de los sentimientos y afectos. La raz\u00f3n que convirti\u00f3 el mundo en un artefacto, se descubre a s\u00ed misma transida de afectos y de sentimientos. Y recupera, de este modo, el sentido de la sabidur\u00eda que combina informaciones y sentimientos, datos y emociones; todo est\u00e1 enredado de esperanzas y citas.
      \nLa racionalidad funcional se instal\u00f3 en nuestra civilizaci\u00f3n y debilit\u00f3 el llamado \u00e9tico, la acci\u00f3n colectiva, la empat\u00eda hacia los suficientes. La dictadura de la raz\u00f3n tecnol\u00f3gica declar\u00f3 innecesarios y perjudiciales las emociones y los afectos; la utop\u00eda fue aplastada por el c\u00e1lculo, el control y la previsi\u00f3n.
      \n 
      \nHoy amanece otra realidad de la raz\u00f3n, que valora la experiencia vital, entrelaza las diferentes formas de conocimiento para guiarnos por el mundo y reconoce los afectos como veh\u00edculos del conocimiento. Asistimos al nacimiento de una nueva sabidur\u00eda, que abre itinerarios espirituales en nuestra \u00e9poca. Nuestro tiempo tiene un fulgor especial all\u00ed donde constata que lo esencial es invisible a los ojos, que no \u00e9ramos tan soberanos ni aut\u00f3nomos como llegamos a creer.
      \n 
      \nLa raz\u00f3n no pierde nada cuando mira al ser humano singular y vinculado, cuando apuesta por armonizar cabeza y coraz\u00f3n, cuando recupera el poder de la ternura. Con la recreaci\u00f3n de la raz\u00f3n, la humanidad abandona la ideolog\u00eda del conquistador y comienza a tomar conciencia de las diferencias; de este modo, comienza a salir de una visi\u00f3n uniformizante, reductora, pero fuertemente racionalizadora, para adoptar una manera de concebirse a s\u00ed misma mucho m\u00e1s polifac\u00e9tica, multipolar, compleja, que\u00a0\u00a0desaf\u00eda toda racionalizaci\u00f3n simplista y todas las ideolog\u00edas de la conquista, en cuyo nombre el crecimiento destru\u00eda los recursos naturales, despreciaba la diversidad de la naturaleza y ahogaba sus voces en su amplia gama de singularidades.
      \n 
      \n\u201cHemos visto que el desarrollo, al mismo tiempo, obra por y para la realizaci\u00f3n de un modelo de humanidad masculino, adulto, burgu\u00e9s, blanco, suscita una reacci\u00f3n m\u00faltiple, que no solamente rechaza la dominaci\u00f3n de este modelo, sino tambi\u00e9n el valor de este modelo. As\u00ed, fermentos juveniles, femeninos, multi\u00e9tnicos, multirraciales, act\u00faan, pero en desorden, sin que llegue todav\u00eda a constituirse un nuevo modelo de humanidad fundado a la vez en la realizaci\u00f3n de la unidad gen\u00e9rica de la especie y en la realizaci\u00f3n de las diferencias\u201d
      [4]<\/sup><\/a>.
      \n 
      \nLa racionalidad econ\u00f3mica, que se cre\u00eda aplicable de manera universal, uniformaba el mundo hasta convertirlo en un mercado; de este modo, la mercanc\u00eda se apoderaba de la conciencia y lo convert\u00eda todo en artefacto que se pod\u00eda intercambiar.
      \n 
      \nLa educaci\u00f3n es un compromiso con las diferencias y con las singularidades, que obliga a abandonar los mapas y a reconocer que\u00a0\u00a0las fronteras somos nosotros, como dec\u00eda \u00abEl paciente ingl\u00e9s\u00bb, o que el extranjero es alguien a quien todav\u00eda no hemos conocido.
      \nEducar para la esperanza s\u00f3lo es posible pleiteando con el narcisismo y sus sat\u00e9lites, la prepotencia, el egocentrismo y el absolutismo; s\u00f3lo es posible desarrollando la\u00a0empat\u00eda<\/em>como capacidad de participar con afecto de la realidad ajena, de situarse con cari\u00f1o y comprensi\u00f3n en la realidad misma. Cuanto m\u00e1s se comprende algo, m\u00e1s se puede amar; como escribi\u00f3 Paracelso, m\u00e9dico del siglo XV, \u201cquien se imagina que todos los frutos maduran al mismo tiempo que las fresas, no sabe nada de las uvas\u201d.
      \n 
      \n <\/p>\n

        \n
      1. Pozos\u00a0\u00a0con vista<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        \u00a0<\/em><\/strong>
        \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/em><\/strong>La mayor herida de la utop\u00eda es la\u00a0exclusi\u00f3n,<\/em>\u00a0que niega la justicia y no escapa al dolor personal y al desgarro social, encoge el coraz\u00f3n, que se gasta con la pena y el llanto y representa la profanaci\u00f3n del hombre. Se trata de un proceso dentro del cual grupos enteros de la sociedad son privados de una participaci\u00f3n real. Las fronteras son tan tenues que se transitan sin pasaporte y no necesitan aduanas especiales; basta culpar a los excluidos de su situaci\u00f3n y que ellos acaben creyendo en su propia impotencia; ni siquiera es posible trazar l\u00edmites entre terrenos econ\u00f3micos, sociales y pol\u00edticos.
        \nCuando las chabolas est\u00e1n rodeadas de campos de tenis y el archipi\u00e9lago de la miseria est\u00e1 envuelto de clubes de la abundancia, la pobreza se convierte en exclusi\u00f3n; cuando las personas sin techo caminan por las calles rodeadas de casas vac\u00edas y luces de ne\u00f3n, la pobreza se convierte en expropiaci\u00f3n.
        \n 
        \nEn la exclusi\u00f3n, se expresa la\u00a0crueldad<\/em>\u00a0profunda de una sociedad que se construye sobre el orillamiento de los d\u00e9biles. La vida de los excluidos est\u00e1 llena de humillaciones que\u00a0empujan al \u00abborde\u00bb<\/em>, a ese espacio donde vivir es un ejercicio de resistencia o de precipitaci\u00f3n hacia el abismo de la indigencia y el tiempo s\u00f3lo marca los rastros del camino de las penalidades y privaciones. Porque eso es ser excluido: no contar nada por insignificancia y morir antes de tiempo.
        \nLas exclusiones son aut\u00e9nticos\u00a0agujeros negros<\/em>\u00a0que concentran y densifican la energ\u00eda destructiva que afecta a la humanidad y ostenta la dudosa distinci\u00f3n de poseer la mayor poblaci\u00f3n de penados y habitantes de la calle. Las lluvias y los huracanes s\u00f3lo matan a aqu\u00e9llos que hab\u00edan construido sus casitas en las tierras bald\u00edas de los r\u00edos; como denunciaba Monse\u00f1or Romero, \u201clas culebras s\u00f3lo muerden a los descalzos\u201d.
        \n 
        \nHay vidas que est\u00e1n confinadas en habitaciones sin vistas, un mundo cerrado e impermeable, que tienen el muro como horizonte absoluto. \u00bfSe podr\u00e1n reconstruir esas vidas? \u00bfPodr\u00e1n unirse ambas orillas? \u00bfSe abrir\u00e1n algunas ventanas de futuro? \u00bfExiste alguna invitaci\u00f3n educativa capaz de\u00a0\u00a0romper el destino de los excluidos, esas \u00abfortalezas sin puente levadizo\u00bb, ese \u201cmundo encerrado en s\u00ed mismo como una isla en la sociedad?\u201d (A. Camus,\u00a0El primer hombre).<\/em>
        \n 
        \nEducar es familiarizarse con esas iniciativas, g\u00e9rmenes de fantas\u00edas, que inauguran un mundo y testifican que el horizonte insuperable de nuestro tiempo no es la pol\u00edtica del Fondo Monetario Internacional.
        \nTres ventanas alimentan una espera esencial: la experiencia de la dignidad humana, que se sustancia hoy en los derechos humanos; la memoria de las v\u00edctimas, que se convierten as\u00ed en el gran auxiliar de la esperanza; y los objetivos de vida.
        \n 
        \n 
        \nq\u00a0Dignidad y derechos humanos<\/strong>
        \n 
        \nEn ciertos lugares, bullen sue\u00f1os y deseos de\u00a0dignidad;<\/em>\u00a0como suger\u00eda la canci\u00f3n de Serrat, \u201cson bienaventurados los que est\u00e1n en el fondo del pozo, porque ya s\u00f3lo pueden ir hacia arriba\u201d. Sabemos que todo empez\u00f3 en un sue\u00f1o, como ya Gald\u00f3s pon\u00eda en boca de Benina, en\u00a0Misericordia:<\/em>\u00a0\u201cDigo que no hay justicia; y, para que la haiga, so\u00f1aremos todo lo que nos d\u00e9 la gana; y so\u00f1ando, un suponer, traeremos ac\u00e1 la justicia\u201d. El deseo de dignidad\u00a0<\/em>para todos es otro proveedor de futuro, una dignidad que no se concede ni se otorga, porque nunca la perdieron, simplemente se reconoce. La dignidad ha llegado a la conciencia a trav\u00e9s de los\u00a0derechos humanos.<\/em>\u00a0Ampliar y extender los derechos humanos es la energ\u00eda misma de la utop\u00eda actual.<\/p>\n

        <\/h2>\n

        q\u00a0Memoria de las v\u00edctimas<\/strong>
        \n 
        \nLa utop\u00eda es tra\u00edda actualmente tambi\u00e9n por la memoria de las v\u00edctimas. No deja de ser curioso que la esperanza de los pueblos se est\u00e9 construyendo sobre los informes que intentan recuperar las im\u00e1genes del horror y los escenarios del suplicio. El\u00a0Informe sobre la verdad<\/em>\u00a0en El Salvador, en Guatemala o en Argentina, han marcado el camino desde la memoria hacia la utop\u00eda. En todos estos informes, quedaron registradas las desapariciones, torturas y secuestros de miles de seres humanos, a menudo j\u00f3venes idealistas, que fueron ejemplos de lucha \u00e9tica
        [5]<\/sup><\/a>. La memoria del sufrimiento es un proveedor de utop\u00edas y, en consecuencia, de futuro. Lo dijo Valle Incl\u00e1n: \u201cLas cosas no son como las vemos, sino como las recordamos\u201d. El\u00a0rechazo<\/em>\u00a0de lo intolerable, como ejercicio de la memoria, se convierte as\u00ed en el gran proveedor de la dignidad, ya que sin vomitivos no hay dignidad. \u00abCuando el viento a\u00falla en el mar \u2014comenta el n\u00e1ufrago de Garc\u00eda M\u00e1rquez\u2014, cuando las olas se rompen contra los acantilados, uno sigue oyendo las voces que recuerda\u00bb[6]<\/sup><\/a>.
        \n 
        \nq\u00a0Objetivos de la vida<\/strong>
        \n 
        \nLa musculatura de la utop\u00eda es la vida misma, como fue entendida por Primo Levy en el campo de concentraci\u00f3n: \u00abcasi nunca tuve tiempo que dedicar a la muerte; ten\u00eda otras cosas en las que pensar: encontrar un poco de pan, descansar del trabajo demoledor, remendarme los zapatos, robar una escoba, interpretar los gestos y las caras que me rodeaban. Los objetivos de la vida son la mejor defensa contra la muerte, no s\u00f3lo en el Lager\u00bb (P. Levy,\u00a0Los hundidos y los salvados).\u00a0<\/em>Cuando los grandes pisotean a los d\u00e9biles, objetivos de vida son su defensa; cuando el Ministerio de Econom\u00eda se opone a la ley de extranjer\u00eda, objetivo de vida es protestar; cuando el herido est\u00e1 indefenso, objetivo de vida es asistirle. Se comprende el lamento de H\u00e9rder C\u00e1mara al percibir que no siempre la caridad perturba la injusticia, ni siempre est\u00e1 interesada en cambiar las relaciones de poder: \u201ccuando doy comida a los pobres, me llaman santo, y cuando pregunto por qu\u00e9 no tienen comida, me llaman comunista\u201d.
        \n 
        \n <\/p>\n

        4. La organizaci\u00f3n de los don nadie<\/h2>\n

         
        \nEl siglo ha generado nuevas metas de humanizaci\u00f3n y emancipaci\u00f3n, que parecen alcanzables: la erradicaci\u00f3n de la pobreza, la emergencia de la ciudadan\u00eda mundial, el camino hacia el universalismo moral y jur\u00eddico, la mejora sustantiva de la educaci\u00f3n y la salud. Como reconoce el Informe del\u00a0PNUD\u00a0de 1999: \u00abLos adelantos tecnol\u00f3gicos mundiales ofrecen grandes posibilidades para el desarrollo humano y para erradicar la pobreza, pero no con las prioridades actuales… Se necesita un nuevo compromiso con la \u00e9tica del universalismo\u00bb, que constituir\u00e1 de este modo el coraz\u00f3n mismo de la educaci\u00f3n de los j\u00f3venes.
        \n 
        \n\u00bfQui\u00e9n ser\u00e1 el nuevo actor del universalismo? Ser\u00e1 plural y no \u00fanico, mestizo y ecum\u00e9nico. Y siempre tendr\u00e1 la presencia activa de los excluidos, que se sustancian actualmente en los\u00a0movimientos sociales.<\/em>\u00a0La acci\u00f3n, que rompe el destino de ciertas existencias, es inseparable del sincero reconocimiento en las potencialidades\u00a0<\/strong>de los excluidos sociales. Hay trazos de utop\u00eda cuando los pobres, los d\u00e9biles y los excluidos dejan de ser objetos de ayuda y comienzan a ser sujetos de historia. All\u00ed donde se abandona el talante prepotente del que sabe frente al que no sabe, del que tiene frente al que no tiene.
        \nLos que se acercan como educadores, acaban siendo simples educandos; a los que fueron como padres, los convirtieron en hermanos; a los que fueron como salvadores, les regalaron la amistad. La esperanza hoy es tra\u00edda por\u00a0la\u00a0<\/strong>presencia activa\u00a0<\/em>de los excluidos. Quieren ser sujetos de su propia historia y protagonistas de su propio destino. Los ausentes de la historia se organizan y, con la presencia activa de los \u00faltimos, una hendedura social se puede cambiar en ocasi\u00f3n de crecimiento; una ca\u00edda, en vuelo; y una oscuridad, en independencia moral.
        \n 
        \nLos\u00a0movimientos sociales<\/em>\u00a0son aut\u00e9nticos sism\u00f3grafos de la nueva conciencia y de las nuevas oportunidades: en los movimientos de mujeres, que se sacuden el yugo del patriarcalismo milenario y buscan definir su identidad en reciprocidad con lo masculino; en los movimientos religiosos, que propugnan un di\u00e1logo de religiones m\u00e1s all\u00e1 de sus respectivas ortodoxias; en los movimientos a favor de la tierra, que proclaman el destino universal de la tierra; en la defensa de los derechos humanos, que gritan la com\u00fan dignidad desde todos los rincones del mundo. No est\u00e1n dispuestos a morir de resignaci\u00f3n ni a ser sustituidos por nadie ya que, como cantaba Luis Pastor, \u00abcada cual a su faena, porque en esto no hay suplente\u00bb.
        \n 
        \nLos que ayer vagaban entre el sue\u00f1o y la desesperaci\u00f3n hoy se organizan: los sin tierra, los sin techo, los sin trabajo. El \u00absin\u00bb no es ya un yacimiento de impotencia, sino que desencadena la acci\u00f3n colectiva. Y es que hay verdades que s\u00f3lo se sostienen juntas, hay infiernos que s\u00f3lo pueden nombrarse en compa\u00f1\u00eda.
        \n 
        \nR\u00edos de gentes avanzan en silencio, sobre los latifundios vac\u00edos; son los\u00a0sin tierra<\/em>: rompen el candado y entran. Son culpables de no respetar el derecho de propiedad de los z\u00e1nganos ni la prohibici\u00f3n de no cultivar la tierra que ha dictado el Banco Mundial. Grupos de indios entran y salen de entre nieblas, con pasamonta\u00f1as; ayer estaban condenados a la servidumbre, hoy son se\u00f1ores silenciados de Chiapas. Son culpables de querer la comuni\u00f3n con su tierra e impedir que el petr\u00f3leo lo invada todo.
        \n 
        \nMujeres que desenmascaran el poder que las humilla: luchan contra el machismo o contra la explotaci\u00f3n del g\u00e9nero. Son culpables de desafiar el orden patriarcal y de romper las relaciones de dominio.
        \nJ\u00f3venes insumisos que desertan del ej\u00e9rcito para expresar su rechazo al estamento militar: \u201cno me importa: voy a ir a la c\u00e1rcel, pero me siento libre; desobedecer a algo con lo que estoy en pleno desacuerdo, como es el Ej\u00e9rcito, me da una sensaci\u00f3n de libertad real y palpable\u201d, afirma Carlos P\u00e9rez, en el momento de entregarse como pr\u00f3fugo a la justicia militar (\u00abEl Pa\u00eds\u00bb, 30-X-99). Son culpables de creer militantemente en la paz y la no violencia. Es un grito que no ha podido ser acallado, a pesar de la pol\u00edtica gubernamental y militar.
        \n 
        \nPasean por las calles del mundo, con la rabia por montera y la indignaci\u00f3n del humillado: son las madres y las abuelas de los desaparecidos. Son culpables de haber desafiado la impunidad del poder y el terrorismo de Estado, que provoc\u00f3 la destrucci\u00f3n de tantas familias; padres y madres, como escribe S\u00e1bato, en su atormentada fantas\u00eda, enterraron y resucitaron a sus hijos, sin saber, siquiera, la monstruosa realidad.
        \nSer\u00e1 dif\u00edcil calcular cu\u00e1ntos padres murieron o se dejaron morir de angustia y de tristeza, cu\u00e1ntos otros enloquecieron. La sangre, el horror y la violencia cuestionan a la humanidad entera y nos demuestran que no podemos desentendernos del sufrimiento de ning\u00fan ser humano.
        \n 
        \nComunidades cristianas no sometidas a ortodoxias ni a circuncisiones: mantienen viva la memoria subversiva del crucificado y se atreven a anunciarle como el viviente. Saltan y cantan ante la tumba de monse\u00f1or Romero y se r\u00eden de quien pide un milagro para canonizarle. Son culpables de estimar m\u00e1s la cripta\u00a0\u00a0que los doseles de la catedral.
        \nEmigrantes que desaf\u00edan las\u00a0barreras de alambre espinoso entre \u00c1frica y Europa. Su error fue no hacerse mercanc\u00eda; como recomendaba con ir\u00f3nica amargura una ilustraci\u00f3n de El Roto, \u00abhaceos mercanc\u00edas y pasar\u00e9is sin problemas\u00bb (\u00abEl Pa\u00eds\u00bb, 12-VII-98).
        \n 
        \n <\/p>\n

          \n
        1. La era<\/strong>ecol\u00f3gica<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

          \u00a0<\/strong>
          \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>La mundializaci\u00f3n propone una relaci\u00f3n fraternal del ser humano con la tierra y un tipo de desarrollo sostenible que respete los diferentes ecosistemas y garantice una buena calidad de vida a las generaciones venideras. Empez\u00f3 siendo una preocupaci\u00f3n por algunas especies amenazadas (las ballenas, el oso panda…) o por la creaci\u00f3n de zonas verdes. En su primera formulaci\u00f3n, la ecolog\u00eda se entendi\u00f3 a s\u00ed misma\u00a0\u00a0como un fragmento de la biolog\u00eda, que se ocupaba del medio ambiente y supo observar que la propia tierra est\u00e1 enferma y necesita ser curada en su integralidad.
          \nNace, de este modo, la intuici\u00f3n b\u00e1sica de la perspectiva ecol\u00f3gica, el descubrimiento de la tierra como un superorganismo vivo: las piedras, las aguas, la atm\u00f3sfera, la vida y la conciencia est\u00e1n entrelazadas entre s\u00ed, en una total inclusi\u00f3n y reciprocidad. Los seres humanos son la tierra que piensa, que espera, que ama, que ora y que ha entrado en la fase de decisi\u00f3n y creatividad.<\/em>\u00a0Todo est\u00e1 relacionado con todo, en todos los puntos y en todos los momentos. Se da una radical interdependencia entre los sistemas.
          \nAs\u00ed, el siglo engendr\u00f3\u00a0la comunidad c\u00f3smica y la comunidad planetaria<\/em>, en la que no s\u00f3lo ha crecido la conciencia de la destrucci\u00f3n de la tierra, sino que ha convulsionado el arrogante poder del ser humano.
          \n 
          \nSe ha creado una nueva alianza con la naturaleza. Las llamadas \u00abtres ecolog\u00edas\u00bb constituyen el nuevo arco iris de la utop\u00eda: junto a la\u00a0ecolog\u00eda ambiental<\/em>\u00a0y su preocupaci\u00f3n por el medio ambiente, amanece la\u00a0ecolog\u00eda social<\/em>, que supone e implica una nueva relaci\u00f3n con la naturaleza, un acceso equitativo a sus recursos y una recta relaci\u00f3n entre los seres humanos, que no produzca ricos y pobres, participantes y excluidos; y la\u00a0ecolog\u00eda mental<\/em>, bajo la forma de energ\u00edas ps\u00edquicas, s\u00edmbolos, patrones de comportamiento, ideas y valores.
          \nEl sue\u00f1o de la mundializaci\u00f3n comporta las tres ecolog\u00edas: la reconciliaci\u00f3n consigo mismo (ecolog\u00eda mental), la convivencia con los dem\u00e1s semejantes (ecolog\u00eda social) y el respeto a los dem\u00e1s seres (ecolog\u00eda ambiental).
          \n 
          \nLas tres ecolog\u00edas inauguran el nuevo rostro de la justicia, que siempre ha sido la sombra inseparable de la utop\u00eda.\u00a0<\/em><\/strong>El sue\u00f1o de la mundializaci\u00f3n tiene en su agenda la necesidad de articular las dos justicias: la\u00a0injusticia social<\/em>, consecuencia de la agresi\u00f3n contra los derechos de los trabajadores, de los marginados, de los excluidos; y la\u00a0injusticia ambiental<\/em>, que es la violencia contra el medio ambiente, la atm\u00f3sfera, las aguas…
          \nEl desaf\u00edo educativo est\u00e1 en conseguir que los seres humanos se entiendan como una gran familia. Pero esto no ser\u00e1 posible sin renunciar a parte de los propios derechos y a una cierta cultura de la satisfacci\u00f3n; pero sobre todo, sin descubrir el mundo como ser los unos\u00a0para<\/em>\u00a0los otros y llegar a estar los unos\u00a0con\u00a0<\/em>los otros, abiertos a dar y recibir unos a otros y unos de otros. La mundializaci\u00f3n requiere la utop\u00eda de la ciudadan\u00eda mundial para toda la familia humana.\u00a0n
          \n <\/p>\n

          Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca<\/h4>\n

          [1]<\/sup><\/a>\u00a0CLARKE, A.: Entrevista,\u00a0El Pa\u00eds<\/em>, 1 de noviembre 1999
          \n
          [2]<\/sup><\/a>\u00a0A.\u00a0MELLUCCI, \u00abLa experiencia individual y los temas globales en una sociedad planetaria\u00bb, en:\u00a0Los<\/em>\u00a0movimientos sociales,<\/em>\u00a0Trotta, Madrid 1998, p. 364.
          \n
          [3]<\/sup><\/a>\u00a0E.M. CIORAN,\u00a0Historia y utop\u00eda,<\/em>\u00a0Madrid 1981, p. 137.
          \n 
          \n
          [4]<\/sup><\/a>\u00a0E.\u00a0MORIN,\u00a0Sociologie,<\/em>\u00a0Fayard, Par\u00eds 1984, p. 449.
          \n 
          \n
          [5]<\/sup><\/a>\u00a0E.\u00a0S\u00c1BATO,\u00a0Antes del fin,<\/em>\u00a0Seix Barral, Barcelona 1999, p. 117.
          \n
          [6]<\/sup><\/a>\u00a0G.\u00a0GARC\u00cdA M\u00c1RQUEZ,\u00a0Relato de un n\u00e1ufrago,<\/em>\u00a0Madrid 1981, p. 38.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

          [vc_row][vc_column][vc_column_text] S\u00edntesis del Art\u00edculo Los senderos actuales de la utop\u00eda est\u00e1n en lo cotidiano, donde se produce el \u00abdeshielo de la raz\u00f3n\u00bb. Pero ah\u00ed tambi\u00e9n existe el \u00abpozo\u00bb de la exclusi\u00f3n, que nos exige dirigir la mirada por tres ventanas de esperanza: la experiencia de la dignidad humana, la memoria de las v\u00edctimas y los […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[122,461,11,94],"tags":[],"class_list":["post-12027","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2000-mision-joven-2","category-estudios-276-277","category-joaquin-garcia-roca","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12027"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12027"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12027\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12027"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12027"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12027"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}