\n\nS\u00edntesis del Art\u00edculo<\/h5>\n\u00abLa utop\u00eda est\u00e1 en el horizonte\u00bb, la del \u00abReino de Dios\u00bb \u2014objeto central de la predicaci\u00f3n de Jes\u00fas\u2014 est\u00e1 viniendo y, como ocurri\u00f3 en la vida del Nazareno, comporta una \u00abpraxis prof\u00e9tica\u00bb. Signos de ese Reino: praxis de gratuidad en clima de profunda oraci\u00f3n; praxis de caridad; compromiso por la justicia, la solidaridad los derechos humanos. En todos ellos, aunque vividos comunitariamente, se ha de manifestar una Iglesia no al servicio de s\u00ed misma, sino al servicio de la humanidad, al servicio del Reino. \n \n\u00a1\u00a0Felic\u00edsimo Mart\u00ednez D\u00edez<\/strong>,\u00a0O.P., es profesor del Instituto Superior de Pastoral (Madrid).<\/em> \n <\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n \n <\/p>\n \n- La utop\u00eda del Reino de Dios<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\n\u00ab\u00a1Se han acabado las utop\u00edas!\u00bb. Para los realistas m\u00e1s descarados, \u00e9ste es un grito de victoria. Para los idealistas impenitentes, s\u00f3lo es un lamento.\u00bfQui\u00e9n acabar\u00e1 teniendo raz\u00f3n? \u00bfO quiz\u00e1 ninguno? Porque mientras la historia de los humanos siga adelante, es muy dif\u00edcil dar todas las utop\u00edas por muertas. O bien porque las utop\u00edas se niegan a morir, o bien porque la historia humana no sabe, no puede caminar sin ellas. \n \nEn el metro, en el tren, en el autob\u00fas se ven con frecuencia lectores inmersos en la lectura de los libros del psiquiatra vien\u00e9s V. Frankl. Uno de sus libros m\u00e1s le\u00eddos hoy se titula\u00a0El hombre en busca de sentido<\/em>. Una afirmaci\u00f3n recurrente de esta obra es la siguiente: el problema fundamental del ser humano no es el problema del placer, sino el problema del sentido de la vida. Sin placer se puede seguir viviendo, aunque malamente; sin sentido es imposible sobrevivir. Si falta el sentido, la \u00fanica salida razonable es el suicidio o dejarse morir por inanici\u00f3n. \n \nLa utop\u00eda es una especie de sue\u00f1o de un mundo mejor, m\u00e1s humano, m\u00e1s feliz. Ese mundo no est\u00e1 a\u00fan en ning\u00fan sitio. No tiene lugar. Eso significa etimol\u00f3gicamente la palabra \u00abutop\u00eda\u00bb: sin lugar. Pero caminamos hacia \u00e9l, porque creemos que es posible y, sobre todo, es el objetivo terminal de nuestros sue\u00f1os y nuestros deseos. Por eso corremos tras ese mundo; \u00e9l es nuestro horizonte, \u00e9l marca nuestras metas, \u00e9l da sentido a nuestras luchas, \u00e9l concita nuestros esfuerzos y nos permite saltar o atravesar los obst\u00e1culos. \n \n\u201cAll\u00ed est\u00e1, en el horizonte. Doy dos pasos, ella retrocede. Avanzo diez pasos y el horizonte se corre diez pasos m\u00e1s all\u00e1. Por mucho que yo avance nunca la alcanzar\u00e9. \u00bfPara que sirve la utop\u00eda? Para eso sirve…, para caminar\u201d (E. Galeano). La utop\u00eda no est\u00e1 en ning\u00fan lugar, est\u00e1 en el horizonte, siempre est\u00e1 m\u00e1s all\u00e1. Nunca conseguimos alcanzarla en nuestra caminata hist\u00f3rica, pero nos mantiene inquietos y nos obliga a seguir caminando. \n \nLas utop\u00edas germinan por todas partes, porque el ser humano se niega a vivir sin la esperanza de un mundo mejor que el presente. Germina en la filosof\u00eda, en el arte, en las religiones… Han dise\u00f1ado utop\u00edas los fil\u00f3sofos, los artistas \u2014especialmente los poetas\u2014,\u00a0\u00a0los m\u00edsticos, los maestros espirituales… Uno de los servicios m\u00e1s valiosos que las religiones han prestado a la humanidad ha sido precisamente mantener viva la llama o la antorcha de la utop\u00eda, para que el t\u00fanel de la historia no se cierre oscuro sobre s\u00ed mismo. \n \nLas Escrituras Sagradas de la religi\u00f3n judeo-cristiana nos ofrecen algunos dise\u00f1os maravillosos de la utop\u00eda que resume las promesas de Dios y las esperanzas de los creyentes. He aqu\u00ed algunos ejemplos. \nEl profeta Isa\u00edas pintaba el final de la historia como la consumaci\u00f3n de una convivencia absolutamente armoniosa entre todos los seres de la creaci\u00f3n. Y recurre para pintar su cuadro a la met\u00e1fora de los animales: \u201cSer\u00e1n vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echar\u00e1 con el cabrito, el novillo y el cachorro pacer\u00e1n juntos, y un ni\u00f1o peque\u00f1o los conducir\u00e1. La vaca y la osa pacer\u00e1n; juntas acostar\u00e1n a sus cr\u00edas, el le\u00f3n, como los bueyes, comer\u00e1n paja. Hurgar\u00e1 el ni\u00f1o de pecho en el agujero del \u00e1spid y en la hura de la v\u00edbora el reci\u00e9n destetado meter\u00e1 la mano. Nadie har\u00e1 da\u00f1o, nadie har\u00e1 Mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estar\u00e1 llena del conocimiento de Yav\u00e9h, como cubren las aguas el mar\u201d (Is 11, 6-9). \n \nEn el llamado \u00abserm\u00f3n de la monta\u00f1a\u00bb, Jes\u00fas dise\u00f1\u00f3 la utop\u00eda del Reino como la consumaci\u00f3n de una felicidad, de una bienaventuranza, que invertir\u00e1 las desventuras de esta historia. \u201cBienaventurados los pobres de esp\u00edritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los mansos porque ellos poseer\u00e1n en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos ser\u00e1n consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos ser\u00e1n saciados. Bienaventurados los limpios de coraz\u00f3n, porque ellos ver\u00e1n a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos ser\u00e1n llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos\u201d (Mt 5, 3-10). \n \nEl autor del\u00a0Apocalipsis<\/em>, el \u00faltimo libro de la Biblia, presenta una visi\u00f3n majestuosa de la Jerusal\u00e9n celestial. Dibuja una utop\u00eda capaz de animar a los cristianos perseguidos e inmersos en las tribulaciones de este mundo. \u201cLuego vi un cielo nuevo y una tierra nueva \u2014porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya\u2014. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusal\u00e9n, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y o\u00ed una fuerte voz que dec\u00eda desde el trono: Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondr\u00e1 su morada entre ellos y ellos ser\u00e1n su pueblo, y \u00e9l, Dios-con-ellos, ser\u00e1 su Dios. Y enjugar\u00e1 toda l\u00e1grima de sus ojos, y no habr\u00e1 ya muerte ni habr\u00e1 llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado\u201d (Ap 21, 1-4). \n \nLa Biblia primero y luego la tradici\u00f3n cristiana han llamado a esta utop\u00eda el Reino de Dios o el Reino de los Cielos. Ese Reino de Dios fue el objeto central de la predicaci\u00f3n y de la praxis de Jes\u00fas. \n \n <\/p>\n\n- El Reino de Dios est\u00e1 viniendo<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\u00a0<\/strong> \nLa utop\u00eda se parece a un sue\u00f1o, pero no se identifica con \u00e9l. La diferencia entre ambos consiste en una forma muy distinta de conectarse con la realidad. \nEl sue\u00f1o tiene una relaci\u00f3n muy peculiar con la realidad. Unas veces nos desconecta de ella. Otras veces se limita a invertir la realidad gratuitamente, sin dar razones de tal inversi\u00f3n. Y con frecuencia no hace m\u00e1s que reproducir la vida pasada idealiz\u00e1ndola. Por eso, los sue\u00f1os nos conducen muchas veces a la frustraci\u00f3n. Cuando despertamos, caemos en la cuenta de que la realidad sigue siendo la misma, tan dura y tan imposible como antes de so\u00f1ar. \n \nLa utop\u00eda nos conecta con la realidad. Tambi\u00e9n procura invertirla, pero no gratuitamente, sino mediante una llamada a la transformaci\u00f3n de la misma. Ofrece razones para la transformaci\u00f3n. Nos orienta hacia una realidad futura, totalmente nueva, pero posible. Por eso, lejos de conducirnos a la frustraci\u00f3n, induce en nosotros la animaci\u00f3n, la motivaci\u00f3n, un empe\u00f1o responsable para cambiar la historia en la direcci\u00f3n de la utop\u00eda. Nos convence de que los sue\u00f1os ut\u00f3picos se pueden convertir en realidad, pueden llegar a realizarse. As\u00ed se convierte en fuente de esperanza. \n \nPor eso, la utop\u00eda cristiana ha estado siempre asociada con la profec\u00eda. Alguien ha descrito la utop\u00eda del Reino de Dios como el objetivo; y la profec\u00eda como el m\u00e9todo. La utop\u00eda del Reino es la meta final de la historia de salvaci\u00f3n; la profec\u00eda es el m\u00e9todo para que esa utop\u00eda se vaya haciendo realidad. Ir poniendo signos del Reino, ir poniendo pr\u00e1cticas prof\u00e9ticas es una forma de dar raz\u00f3n de la esperanza, una forma de\u00a0\u00a0mostrar ya en el presente que la utop\u00eda del futuro es posible, est\u00e1 en curso, se est\u00e1 verificando. Los signos prof\u00e9ticos son la semilla de la utop\u00eda. \n \nLa historia de Jes\u00fas ejemplifica bien esta relaci\u00f3n entra la utop\u00eda del Reino y la praxis prof\u00e9tica. \nEn su presentaci\u00f3n en la sinagoga de Nazaret, lee un texto de Isa\u00edas que describe bien la utop\u00eda del Reino que Jes\u00fas predica y practica: \u201cEl Esp\u00edritu del Se\u00f1or sobre m\u00ed, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberaci\u00f3n de los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y para proclamar un a\u00f1o de gracia del Se\u00f1or\u201d (Is 61,1-2). E inmediatamente, Jes\u00fas anuncia: \u201cEsta Escritura, que acab\u00e1is de o\u00edr, se ha cumplido hoy\u201d (Lc 4,21). Todo el hoy de la vida de Jes\u00fas, todas sus palabras y pr\u00e1cticas hist\u00f3ricas son una prueba de que la utop\u00eda del Reino est\u00e1 ya en acci\u00f3n, ha comenzado a realizarse. Es una prueba capaz de sustentar la esperanza de que la realizaci\u00f3n del Reino es posible, y su consumaci\u00f3n tendr\u00e1 lugar alg\u00fan d\u00eda. \n \nSus milagros son signos o pruebas fehacientes de que el Reino de Dios est\u00e1 ya presente y actuando. Los fariseos s\u00f3lo ven en los milagros gestos poco menos que demon\u00edacos. Se los atribuyen a la acci\u00f3n de Belceb\u00fa a trav\u00e9s de Jes\u00fas. Pero Jes\u00fas replica presentando los milagros como una presencia activa del Reino. Son una prueba fehaciente de que Dios est\u00e1 ya actuando por medio de su persona. \u201cPero si por el Esp\u00edritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios\u201d (Mt 12, 28). La utop\u00eda del Reino es posible, porque ya est\u00e1 en curso, se est\u00e1 verificando en la historia de Jes\u00fas. No es un mero sue\u00f1o. Hay razones fundadas para una esperanza firme en la consumaci\u00f3n final. \n \nLa historia de Jes\u00fas es un modelo y un desaf\u00edo para la comunidad cristiana. Esta est\u00e1 obligada a seguir poniendo signos del Reino de Dios en la historia humana. As\u00ed dar\u00e1 raz\u00f3n del mensaje que anuncia, de la fe que profesa, de las promesas que predica. S\u00f3lo las pr\u00e1cticas cristianas pueden dejar claro que las promesas divinas est\u00e1n en curso, que la utop\u00eda del Reino es posible, que la esperanza cristiana no es un sue\u00f1o, sino el camino firme hacia unos nuevos cielos y una nueva tierra, \u201cen los que no habr\u00e1 ya muerte ni habr\u00e1 llanto, ni gritos ni fatiga, porque el mundo viejo ha pasado\u201d (Ap 21, 4). \n \nNo es poco el aporte de las Iglesias cristianas a esta humanidad, si consiguen avivar la esperanza y mantenerla firme a pesar de todos los signos en contra. Son muchos los signos que se empe\u00f1an en negar la posibilidad de que alg\u00fan d\u00eda llegue a realizarse la utop\u00eda del Reino de Dios. Las Iglesias est\u00e1n llamadas a poner signos que se empe\u00f1en en probar que esa utop\u00eda ha comenzado ya a realizarse. \u00bfCu\u00e1les son las pr\u00e1cticas cristianas o los signos del Reino m\u00e1s significativos para el hombre y la mujer hoy? \n \n <\/p>\n\n- Orad sin interrupci\u00f3n…, que el Reino de Dios es gratuito<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\u00a0<\/strong> \nPoner pr\u00e1cticas de gratuidad es urgente en la cultura del mercado global. Es necesario para recordarnos y recordar a nuestros contempor\u00e1neos que el Reino de Dios es gratuito. Aunque sea a costa de caminar contra corriente, ir en direcci\u00f3n contraria,\u00a0\u00a0condenarse a la marginalidad, apostar por una pr\u00e1ctica contracultural. \nEn nuestro mundo no es f\u00e1cil convencer a muchas personas de que la oraci\u00f3n sea siquiera una pr\u00e1ctica. \u00abPr\u00e1ctica\u00bb o \u00abpraxis\u00bb suena hoy a acci\u00f3n, movimiento, militancia. De ninguna forma se asocia con contemplaci\u00f3n, quietud, gratuidad. Porque la praxis o las pr\u00e1cticas suenan espont\u00e1neamente a algo productivo, \u00fatil, utilitario, eficaz. Estos s\u00ed son valores de primer orden en el mercado cultural actual. Aquellos est\u00e1n a la baja. Pero precisamente por eso, hoy es urgente poner pr\u00e1cticas de oraci\u00f3n. \n \nHoy casi nada es gratuito. Todo se compra y se vende. Todo se tasa y se paga. Todo hay que merecerlo o gan\u00e1rselo a pulso. Nadie regala nada. Y esto sucede no s\u00f3lo en los niveles largos del mercado global, de las mercanc\u00edas, de las cosas. Sucede tambi\u00e9n en nuestro peque\u00f1o mundo, en el mundo de las relaciones personales. Por eso quiz\u00e1 el amor, la amistad, el perd\u00f3n, la reconciliaci\u00f3n… son bienes escasos y hasta se convierten en mercanc\u00edas, lo que equivale a destruirlos. \u00bfQu\u00e9 queda del amor, de la amistad, del perd\u00f3n, de la reconciliaci\u00f3n… si no son gratuitos? \n\u00bfY qu\u00e9 queda de la utop\u00eda del Reino de Dios si \u00e9ste no es gracia, don, oferta gratuita? Nada. Si no es gracia, no es el Reino de Dios. Si no encontramos gestos de gratuidad en nuestro mundo, \u00bfqui\u00e9n podr\u00e1 convencernos de que la utop\u00eda del Reino no es un mero sue\u00f1o?; \u00bfqui\u00e9n podr\u00e1 sustentar nuestra fe en que el Reino de Dios se est\u00e1 realizando? \n \nLa praxis de la oraci\u00f3n es un signo del Reino, un testimonio de que el Reino de Dios est\u00e1 presente, se est\u00e1 realizando, llega en gracia. Es praxis com\u00fan en todas las religiones. Buscar tiempos gratuitos, hacer silencio interior, leer y contemplar la historia desde lo m\u00e1s hondo de sus procesos, contemplar la realidad hasta atravesar las capas m\u00e1s superficiales y hacernos con su sentido trascendente, ir a lo esencial para encontrarnos con lo absoluto o el Absoluto, descubrir la revelaci\u00f3n del Absoluto en las cosas m\u00e1s peque\u00f1as y cotidianas…\u00a0\u00a0Son gestos que nos acercan a la utop\u00eda y nos liberan de la rutina y la superficialidad. Aguzan la conciencia y nos permiten ver m\u00e1s all\u00e1. Son ejercitaciones que nos devuelven a la realidad y nos sacan de la falsa ilusi\u00f3n. Son pr\u00e1cticas cuya productividad no se mide en t\u00e9rminos comerciales, sino en t\u00e9rminos de gratuidad. \nEs lo que han hecho los grandes orantes, los grandes m\u00edsticos, los grandes maestros espirituales… en todas las religiones. Sin ellos la humanidad ya hubiera renunciado hace mucho tiempo a la utop\u00eda, a la esperanza en un final feliz de la historia, a la fe en un Dios empe\u00f1ado en llevar la vida de todos y cada uno a su plenitud. \n \nLas Iglesias cristianas deber\u00edan ser expertas en gratuidad. Porque han recibido una revelaci\u00f3n a trav\u00e9s de Cristo Jes\u00fas: que el Reino de Dios es gracia, que no es recompensa a m\u00e9ritos propios ni a derechos adquiridos, que se nos ofrece como don a nuestra libertad, que hasta los \u00faltimos son los primeros. Esa es la Buena Noticia, ese es el Evangelio de Jes\u00fas. \n \nEl mismo Jes\u00fas quiso testificar esta gratuidad, esta Buena Noticia, dando espacio a los tiempos gratuitos, a la praxis de la oraci\u00f3n, ejerciendo no s\u00f3lo de predicador y taumaturgo, sino tambi\u00e9n de orante y maestro espiritual. Consciente de que la venida del Reino estaba asociada a su persona y su actividad, no dedic\u00f3 todo sus tiempo a predicar o a hacer milagros. Hizo espacio para la vida oculta en Nazaret, para retirarse al desierto, para subir a la monta\u00f1a, para adentrarse en la noche o recluirse en la soledad… Todas ellas son met\u00e1foras de la oraci\u00f3n, del encuentro con Dios, del clamor por la venida del Reino en gracia: \u00abVenga a nosotros tu Reino, h\u00e1gase tu voluntad…\u00bb. \n \nLas utop\u00edas describen mundos tan perfectos y maravillosos, tan ed\u00e9nicos o paradis\u00edacos, que nunca podr\u00e1n ser hechura de manos humanas. Al menos el Reino de Dios es obra de Dios. No lo construir\u00e1 sin nosotros porque estima en mucho nuestra libertad y el trabajo solidario del ser humano que coloc\u00f3 en el centro de la creaci\u00f3n. Pero tampoco ese Reinado de Dios ser\u00e1 el resultado final de nuestra militancia, porque es don y gracia. \n \nLa mayor\u00eda de los cristianos hemos aprendido a rezar. Hemos conjugado las peticiones insistentes y las promesas dolorosas. Y as\u00ed se diluy\u00f3 muchas veces la gratuidad del Reino. Este apareci\u00f3 con frecuencia como un asunto espiritual, pero comercial, respuesta a nuestras prestaciones. \u00bfNo tendremos que aprender a orar? \u00bfNo debemos recuperar pr\u00e1cticas de oraci\u00f3n pura, en la que de nuevo se nos desvele y se revele al mundo, a esta cultura del mercado,\u00a0\u00a0la gratuidad del Reino? \u00bfNo tendremos que ejercitarnos de nuevo en la fe y en la esperanza, sin las cuales no hay utop\u00edas v\u00e1lidas? \n \nTras d\u00e9cadas de militancia generosa y compromiso temporal, las comunidades cristianas vuelen a sentir la necesidad de recuperar la oraci\u00f3n, la alabanza y la acci\u00f3n de gracias, el silencio contemplativo y la experiencia m\u00edstica, la dimensi\u00f3n carism\u00e1tica de la vida humana y cristiana. Conviene atender a esta dimensi\u00f3n orante de la vida, sin olvidar aquella dimensi\u00f3n militante, para que quede claro que todo es gracia, incluida la militancia. Este es un signo de los tiempos en la Iglesia y en la sociedad. Es un signo memorativo que refuerza nuestra fe en la presencia del Reino de Dios. Es una pr\u00e1ctica contracultural en medio de una cultura del mercado. No es necesaria solamente para dar testimonio; es obligatoria para colocarse atinadamente en esta historia de salvaci\u00f3n que se encamina hacia la plenitud del Reino. \n \n\u00bfY si el mundo no comprende este testimonio? \u00bfY si la cultura mercantil hace mofa de esta quietud orante y contemplativa? \u00bfY si este signo resulta insignificante para\u00a0\u00a0el mundo contempor\u00e1neo? \u00bfY si nos acusan de alienados e irresponsables? Habr\u00e1 que revisar constantemente la calidad de nuestra oraci\u00f3n. Pero igualmente habr\u00e1 que seguir poniendo pr\u00e1cticas de oraci\u00f3n y contemplaci\u00f3n, como testimonios vivos de que el Reino de Dios est\u00e1 viniendo y se encamina a su consumaci\u00f3n, por obra y gracia de Dios…, y a pesar de todos los signos en contra. No es peque\u00f1o el servicio que la comunidad cristiana presta a la cultura del comercio global, cuando deja sentir la eficacia de la gratuidad a trav\u00e9s de la oraci\u00f3n y la contemplaci\u00f3n. Ciertamente, es eficacia en otro son. \n \nEl mundo actual tampoco est\u00e1 tan cerrado a la gratuidad. Desencantado, sin alma, sin ox\u00edgeno espiritual para respirar… a veces vuelve sediento en busca de fuentes de agua viva. \u00bfLas encontrar\u00e1 en nuestras comunidades cristianas, en nuestras asambleas de oraci\u00f3n, en nuestras capillas y templos, en nuestros monasterios… o sencillamente cuando se acerque a alg\u00fan creyente? \n\u00a0<\/strong> \n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n- Y por encima de todo la caridad…, o las pr\u00e1cticas comunitarias<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\u00a0<\/strong> \n\u00abCaridad\u00bb. La palabra est\u00e1 muy desgastada y, por consiguiente, bastante desacreditada. \u00bfCon qu\u00e9 se asocia? \u00bfCon una limosna rid\u00edcula que pretende ocultar o disimular la injusticia? \u00bfCon una compasi\u00f3n que humilla al compadecido? \u00bfCon unos gestos solidarios aparentes y puntuales que salpican unas relaciones humanas infectadas de clasismo, xenofobia, racismo, sexismo…. y muchos ismos m\u00e1s? \u00bfCon unas rutinas y convencionalismos que nunca arrancan procesos de conversi\u00f3n? \u00bfCon una serie de \u00abobras de misericordia\u00bb privadas de amor y llenas de mandamientos?… Si as\u00ed fuera, la pr\u00e1ctica de la caridad no conseguir\u00e1 convencernos de la presencia del Reino. \u201cQue vuestra caridad no sea una farsa\u201d (Rm 12, 9). \n \nPero la caridad no siempre ha sido eso. Ha habido mucho Evangelio en gestos humildes y an\u00f3nimos de caridad cristiana realizados por cristianos humildes y an\u00f3nimos. Han sido gestos que se convirtieron en luz y sal, que pusieron vida y devolvieron el gusto de vivir a muchas personas. Este haber de la comunidad cristiana no puede neg\u00e1rsele a lo largo de sus veinte siglos de existencia. Pero sigue pendiente el \u00abdebe\u00bb de una caridad a veces olvidada y a veces mal practicada, falseada en sus motivaciones y desacertada en sus realizaciones.. \n \nPorque no hay caridad verdadera si no hay gratuidad. El nombre castellano de la \u00abcaridad\u00bb se inspir\u00f3 en el nombre griego de la \u00abXaris\u00bb, que significa gracia, gratuidad, don, benevolencia… Por eso, poner pr\u00e1cticas de caridad es una forma de manifestar que el Reino de Dios ya est\u00e1 viniendo en gracia, ya se est\u00e1 realizando y camina hacia su consumaci\u00f3n final.\u00a0\u00a0Es una forma de mostrar a creyentes y no creyentes que el Reino de Dios no es un sue\u00f1o, sino una utop\u00eda en camino. \n \nSe puede cambiar el nombre, si se quieren evitar los malentendidos que la \u00abcaridad\u00bb ha ido acumulando a lo largo de la historia humana y cristiana. Pero no debemos renunciar a sus pr\u00e1cticas. Siempre han sido necesarias las pr\u00e1cticas de la caridad para cargar la vida de sentido y hacerla digna de ser vivida. Pero quiz\u00e1 hoy son m\u00e1s necesarias que nunca, porque andamos escasos de sentido e indigentes de dignidad. Y, sobre todo, muy solos o solitarios, muy carentes de comunicaci\u00f3n y comunidad. Dicen los expertos que la soledad se est\u00e1 convirtiendo en la enfermedad m\u00e1s grave de la era de las comunicaciones y de la cultura de la democracia. \u00bfNo ser\u00e1 el individualismo creciente el lado sombr\u00edo de una caridad enfriada? \n \nY, si alguien tiene que poner pr\u00e1cticas de caridad por coherencia con su Evangelio, son los cristianos. Porque el Evangelio\u00a0\u00a0de Jes\u00fas no se cansa de repetir que el mandamiento nuevo y \u00fanico es el amor, y que todos los mandamientos se reducen al amor a Dios y al pr\u00f3jimo. Juan lo repite machaconamente. Y Pablo no se cansa de repetir que la caridad es la plenitud de la Ley. Ese es el coraz\u00f3n, la substancia, el n\u00facleo, la entra\u00f1a… del mensaje cristiano, de la experiencia cristiana, de la vida cristiana. \u00abSi me falta el amor, no me sirve de nada, nada soy, nada soy…\u00bb, canta la comunidad. \n \nPero la caridad y el amor son palabras usadas y abusadas. Han de llenarse de gestos objetivos y de pr\u00e1cticas hist\u00f3ricas para que no se vac\u00eden de contenido. Gestos y pr\u00e1cticas de amor y caridad son: la caricia y el abrazo, el acompa\u00f1amiento y la amistad,\u00a0\u00a0la palabra oportuna en el momento oportuno de consuelo o de animaci\u00f3n, las obras de misericordia y los gestos de compasi\u00f3n, el servicio y la solidaridad, buscar juntos la verdad, compartir los bienes y los talentos, reconocer y respetar la dignidad del otro,\u00a0\u00a0el perd\u00f3n y la reconciliaci\u00f3n… Todas estas pr\u00e1cticas son amor y caridad cuando son gratuitos, por amor del otro, sin pedir nada a cambio ni esperar recompensa. Aunque la caridad casi siempre termina siendo rec\u00edproca, porque, como dice la sabidur\u00eda popular, \u00abamor con amor se paga\u00bb. \n \nPoner estas pr\u00e1cticas tan humildes y modestas, y tan necesarias hoy, es poner signos del Reino de Dios en medio de la historia humana. Si hacemos todo esto con los hermanos y las hermanas, es que el Reino de Dios est\u00e1 llegando a la humanidad. Es poner en acci\u00f3n el Evangelio predicado por Jes\u00fas y continuar las pr\u00e1cticas de Jes\u00fas. Es devolverle a la humanidad la confianza en que la utop\u00eda del Reino de Dios, aunque est\u00e9 lejos a\u00fan, se est\u00e1 acercando. \nEstas pr\u00e1cticas, tan humanas y tan cristianas, tejen esa relaciones cortas que construyen la comunidad. Son pr\u00e1cticas comunitarias… llamadas a romper la l\u00f3gica o la il\u00f3gica de una cultura del individualismo, o de una atm\u00f3sfera de soledad. \n \nEl aparato institucional de las Iglesias pretende servir a esta causa comunitaria, pero no es una experiencia comunitaria. Nuestras parroquias masivas tienen el mismo prop\u00f3sito, pero no consiguen la calidad ni la calidez de una comunidad humana y cristiana. Quiz\u00e1 por eso y para luchar contra la agresi\u00f3n que suponen hoy el individualismo y el anonimato, crece el clamor por las pr\u00e1cticas verdaderamente comunitarias, por la creaci\u00f3n de microcomunidades. Es un signo de los tiempos en las Iglesias. Y es un signo de la presencia del Reino. \n \nLas nuevas comunidades cristianas son peque\u00f1as utop\u00edas en acci\u00f3n, o peque\u00f1os fragmentos de la gran utop\u00eda del Reino. Muestran que la utop\u00eda del Reino es posible, est\u00e1 en curso. Esa funci\u00f3n han cumplido all\u00ed donde los conflictos pol\u00edticos o raciales parec\u00edan hacer imposible la convivencia entre grupos enfrentados (servios y albanokosovares, utus y tutsis…). Esa funci\u00f3n est\u00e1n cumpliendo para aquellas personas que ven\u00edan de la soledad y la marginaci\u00f3n y han sido rehabilitadas en su dignidad de personas y de hermanos o hermanas por pura gracia, simplemente por ser personas y por ser hijos de Dios. Y todos y todas lo somos. Esa funci\u00f3n est\u00e1n cumpliendo para quienes buscan pruebas de que la utop\u00eda del Reino de Dios que predican los cristianos no es un sue\u00f1o, sino un proceso hist\u00f3rico que est\u00e1 en curso y tiene garant\u00eda de llegar a su plenitud, por pura gracia. \n \nLas pr\u00e1cticas comunitarias permiten, a su vez, experimentar \u2014en vivo y en directo\u2014 que la gracia y la militancia no son enemigos enfrentados, sino dos vertientes del Reino de Dios, dos dimensiones esenciales de la experiencia cristiana. Esa reconciliaci\u00f3n entre la gracia y la responsabilidad hist\u00f3rica, entre el don de Dios y el compromiso humano, tan dif\u00edcil de formular en el discurso teol\u00f3gico, se hace vivencia y experiencia cuando se ponen pr\u00e1cticas comunitarias. \n \n <\/p>\n\n- La justicia, la solidaridad y los derechos humanos…,<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0o la Justicia del Reino<\/strong> \n\u00a0<\/strong> \nLa justicia, la solidaridad y los derechos humanos evocan las llamadas \u00abrelaciones largas\u00bb entre los miembros de la sociedad. Le dan una nueva dimensi\u00f3n a la fe y a la experiencia cristiana: la dimensi\u00f3n p\u00fablica o pol\u00edtica. Pertenecen de plano a la utop\u00eda del Reino de Dios y su justicia. \n \n\u00bfNo es verdad, como denunci\u00f3 la teolog\u00eda pol\u00edtica, que la vida cristiana hab\u00eda padecido un cierto proceso de \u00abprivatizaci\u00f3n\u00bb? \u00bfNo es verdad que a veces hemos pretendido vivir el Evangelio por propia cuenta, con los ojos cerrados, ajenos a los avatares de la historia, o por lo menos desentendi\u00e9ndonos de la historia de los dem\u00e1s? \u00bfNo es verdad que incluso las microcomunidades actuales corren a veces el riesgo de recluirnos sobre s\u00ed mismas en una especie de burbuja o ambiente c\u00e1lido y rom\u00e1ntico, ajenas a las luchas de los dem\u00e1s humanos? \u00bfSon estas privatizaciones y estos recluimientos los caminos acertados hacia la plenitud del Reino?\u00a0\u00a0No. \u00ab\u00bfD\u00f3nde est\u00e1 tu hermano o tu hermana?\u00bb. Esta pregunta que resuena fuerte desde las primeras p\u00e1ginas del G\u00e9nesis, debe seguir resonando fuerte en el coraz\u00f3n de los creyentes y de las iglesias. \n \nAfortunadamente, nuevos movimientos de la teolog\u00eda y de la espiritualidad cristiana han reclamado la dimensi\u00f3n p\u00fablica o pol\u00edtica del mensaje y de la praxis cristiana. Una cosa es la pol\u00edtica como lucha por el acceso al poder, y otra muy distinta es la pol\u00edtica como dimensi\u00f3n esencial de toda palabra y de todo silencio, de toda acci\u00f3n y toda omisi\u00f3n. Hay palabras y silencios que respaldan unas estructuras y relaciones justas y solidarias entre los seres humanos, entre los grupos humanos, entre los pueblos. Hay palabras y silencios en connivencia con la injusticia y la insolidaridad. Y lo mismo vale de las acciones y las omisiones. Los creyentes y las iglesias no deben olvidar estas obviedades del m\u00e1s elemental an\u00e1lisis pol\u00edtico. \n \nJes\u00fas no fue un l\u00edder pol\u00edtico. Tampoco intent\u00f3 formar parte del gobierno. Pero sus palabras y sus silencios, sus acciones e incluso sus omisiones… tuvieron una incidencia demoledora en las estructuras pol\u00edticas y sociales de turno. La injusticia y la mentira no pueden soportar la presencia de la justicia y la verdad. El comercio no puede tolerar el amor gratuito. Su vida terrena se estrell\u00f3 contra la fuerza del poder. Pero el poder acab\u00f3 estrell\u00e1ndose contra su inocencia, o contra la fuerza del amor, de la justicia y de la verdad. \n \nAprendan los creyentes y los cristianos a calibrar la significaci\u00f3n p\u00fablica y pol\u00edtica de su fe y de su praxis. Estas pueden poner signos del Reino de Dios en la historia humana si van cargadas de justicia y de verdad. Pero pueden envalentonar a los enemigos del Reino si se hacen conniventes con la injusticia y la mentira, hasta borrar del horizonte toda utop\u00eda del Reino. Preg\u00fantense qu\u00e9 pr\u00e1cticas pueden avivar hoy el fuego de la utop\u00eda del Reino de Dios y su Justicia. \n \nNo faltan quienes protestan \u2014dentro y fuera de la Iglesia\u2014: eso es hacer pol\u00edtica, eso es reduccionismo, eso es secularismo del malo. Y pretenden, con buenas o no tan buenas intenciones, que los cristianos y las iglesias se dediquen a asuntos espirituales, que se encierren en sus templos, que la religi\u00f3n se enclaustre en la sacrist\u00eda. Pero, \u00bfser\u00e1 acertado dividir los asuntos entre asuntos seculares y asuntos espirituales? \u00bfPor qu\u00e9 hemos de empe\u00f1arnos en mantener ese divorcio entre lo natural y lo sobrenatural, cuando son dos dimensiones de esta \u00fanica creaci\u00f3n y de esta \u00fanica historia de salvaci\u00f3n? \u00bfC\u00f3mo podr\u00e1 Dios implantar su Reino y su Justicia sin meter sus manos en los asuntos temporales?\u00a0\u00a0\u00bfPor qu\u00e9 hemos de ver la militancia y el compromiso temporal como una negaci\u00f3n del car\u00e1cter gratuito del Reino de Dios? \n \n\u00bfSe nos ha olvidado una de las tesis centrales de la tradici\u00f3n prof\u00e9tica: \u00abHacer justicia es conocer a Dios\u00bb? \u00bfNo damos cr\u00e9dito ya al cap\u00edtulo 25 del evangelio de Mateo sobre el juicio final: \u00abLo que hicisteis con uno de estos mis hermanos peque\u00f1os conmigo lo hicisteis\u00bb? \u00bfDonde ha quedado la insistencia de Juan en vincular esencialmente el amor a Dios y el amor al hermano, el conocimiento de Dios y el amor al hermano? \u00bfEs que la creaci\u00f3n y la redenci\u00f3n caminan por v\u00edas separadas? \u00bfQu\u00e9 significa ese dogma central de la fe cristiana que es la encarnaci\u00f3n del Hijo de Dios, sino que Dios ha asumido esta causa humana como su propia causa? \n \n\u00bfQu\u00e9 tendr\u00e1n que hacer hoy los creyentes y las Iglesias para acreditar la utop\u00eda del Reino de Dios y su Justicia en este mundo \u00abirredento\u00bb? Poner pr\u00e1cticas personales, comunitarias e institucionales de justicia, de solidaridad y de defensa de los derechos humanos, para que las v\u00edctimas y los excluidos dejen de serlo y todos los seres humanos se humanicen. \n \nEstas pr\u00e1cticas tendr\u00e1n que empezar por casa, es decir, al interior de las mismas Iglesias, si \u00e9stas quieren ser germen o semilla del Reino. La pr\u00e1ctica de la justicia y de la solidaridad en las Iglesias convertir\u00e1 a \u00e9stas en Iglesias m\u00e1s cristianas. Har\u00e1 de ellas un testimonio de que la implantaci\u00f3n del Reino no s\u00f3lo es posible, sino que ya est\u00e1 realiz\u00e1ndose parcialmente. La opci\u00f3n por los pobres, los marginados y excluidos es el argumento pr\u00e1ctico que acredita a las Iglesias ante el mundo. De lo que la Iglesia haga con las minor\u00edas \u00e9tnicas y con los excluidos sociales, con los laicos, con las mujeres, con los pobres, con los drogodependientes, con los homosexuales, con los emigrantes… depender\u00e1, en buena parte, su credibilidad o su cr\u00e9dito evang\u00e9lico. \n \nEl respeto y la promoci\u00f3n de los derechos humanos en las Iglesias es compromiso esencial de toda vida cristiana. Reconocer la dignidad e igualdad esencial de todos sus miembros, cualquiera sea su condici\u00f3n personal o estado de vida; respetar su derecho a la libertad y a la libre expresi\u00f3n; promover cauces de di\u00e1logo y participaci\u00f3n en un ambiente democr\u00e1tico… son ejercicios que aproximar\u00e1n a las Iglesias a aquella comunidad de iguales que Jes\u00fas quiso. La opci\u00f3n preferencial por los m\u00e1s d\u00e9biles es una prueba de que la utop\u00eda del Reino est\u00e1 en camino. \n \nPero las Iglesias no est\u00e1n al servicio de s\u00ed mismas, sino al servicio de la humanidad, al servicio del Reino de Dios en medio de la historia humana. Por eso ha de extender la pr\u00e1ctica de la justicia y la solidaridad, la promoci\u00f3n de los derechos humanos, m\u00e1s all\u00e1 de s\u00ed misma. Para cumplir su misi\u00f3n evangelizadora de una forma cre\u00edble, hoy les es necesario a las Iglesias y a los creyentes hacerse presentes en aquellas plataformas que luchan por la construcci\u00f3n de un mundo m\u00e1s justo y m\u00e1s humano. \n \nEs un signo de la presencia actuante del Reino de Dios que estas plataformas se hayan multiplicado, con objetivos tan importantes como los siguientes: por la paz y contra la guerra, el terrorismo, el armamentismo o contra las minas antipersonales; por la amnist\u00eda internacional y por la abolici\u00f3n de los presos pol\u00edticos; por la democracia y contra toda clase de militarismo y dictaduras; por la liberaci\u00f3n de las mayor\u00edas o minor\u00edas oprimidas o excluidas\u00a0\u00a0por razones \u00e9tnicas, raciales, sexistas, religiosas, econ\u00f3micas…; por la condonaci\u00f3n de la deuda externa y la solidaridad con los pueblos del tercer mundo… C\u00e1ritas, Cruz Roja, Manos Unidas, M\u00e9dicos sin fronteras… y un sin fin de\u00a0ONG\u00a0y voluntariados \u2014pese a sus lagunas y ambig\u00fcedades\u2014 son un testimonio de que la utop\u00eda del Reino de Dios no se ha apagado en nuestro mundo. \n \nLa presencia y la colaboraci\u00f3n de los creyentes y de las Iglesias en estas y otras plataformas es una pr\u00e1ctica del Reino de Dios y su Justicia. Es una profesi\u00f3n pr\u00e1ctica de fe cristiana. Es una forma de testificar ante el mundo que la utop\u00eda del Reino de Dios y su Justicia es meta terminal para toda la humanidad. \n \nEsa misma colaboraci\u00f3n con todas las personas e instituciones comprometidas en la lucha por la justicia, la solidaridad y los derechos humanos ampl\u00eda, a su vez, los l\u00edmites del ecumenismo entre las Iglesias y las religiones. Hace de \u00e9ste un ecumenismo verdaderamente universal, que es un anticipo de lo que ser\u00e1 la comuni\u00f3n final de toda la humanidad cuando la utop\u00eda del Reino sea consumada. Este es el di\u00e1logo m\u00e1s eficaz de una Iglesia samaritana con el mundo herido. Todos los seres humanos, creyentes o no, son compa\u00f1eros de camino en este peregrinar militante hacia la realizaci\u00f3n plena de la utop\u00eda del Reino de Dios y su Justicia.\u00a0n \n <\/p>\nFelic\u00edsimo Mart\u00ednez<\/h4>\n[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" [vc_row][vc_column][vc_column_text] S\u00edntesis del Art\u00edculo \u00abLa utop\u00eda est\u00e1 en el horizonte\u00bb, la del \u00abReino de Dios\u00bb \u2014objeto central de la predicaci\u00f3n de Jes\u00fas\u2014 est\u00e1 viniendo y, como ocurri\u00f3 en la vida del Nazareno, comporta una \u00abpraxis prof\u00e9tica\u00bb. 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