{"id":12081,"date":"1999-11-01T06:57:16","date_gmt":"1999-11-01T04:57:16","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12081"},"modified":"1999-11-01T06:57:16","modified_gmt":"1999-11-01T04:57:16","slug":"que-hacer-con-los-jovenes-frente-a-la-angustia-de-nuestro-tiempo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/que-hacer-con-los-jovenes-frente-a-la-angustia-de-nuestro-tiempo\/","title":{"rendered":"Qu\u00e9 hacer con los j\u00f3venes frente a la angustia de nuestro tiempo"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Pie autor:
\nJean-Pierre Bagot<\/strong>\u00a0\u2014catequeta, pedagogo y pastoralista franc\u00e9s\u2014 es autor, entre otros muchos escritos, de las \u00abintroducciones\u00bb a los diferentes libros de la Edici\u00f3n Pastoral de la \u00abBiblia de Jerusal\u00e9n\u00bb.<\/em>
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\nS\u00edntesis del art\u00edculo:
\nLa narraci\u00f3n \u2014puesto que de narrar se trata en este art\u00edculo\u2014 brota de la imagen de un \u00abencantador de serpientes\u00bb contemplada en una plaza Marrakech: uno de los animales m\u00e1s terribles para la mayor\u00eda de nosotros, aparece como un simple juguete en sus manos. Resuenan los tiempos mesi\u00e1nicos: \u00abel cordero y el le\u00f3n…, el ni\u00f1o hurgar\u00e1 en la hura del \u00e1spid\u00bb. Pero no, nos pueden los miedos, la angustia. Hemos transformado nuestro mundo en un espacio particularmente peligroso para las generaciones m\u00e1s j\u00f3venes; sus miedos y temores, en el fondo, remiten a los nuestros. Ya no les podemos decir, sin m\u00e1s, \u00absi haces esto, seguro que…\u00bb; les mentir\u00edamos. No queda m\u00e1s que confirmar con la vida aquella palabra que necesitan escuchar todos los adolescentes y j\u00f3venes de hoy: \u00abMe f\u00edo, me f\u00edo de ti. Ocurra lo que ocurra, s\u00e1bete que cuentas conmigo\u00bb.
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\nUn d\u00eda cualquiera en la plaza de Dja el Fna de Marrakech. Los turistas se maravillan ante los encantadores de serpientes. No s\u00f3lo las agarran con sus manos y hacen bailar a estos animales tan peligrosos al son de sus flautas, sino que se atreven a engullirlos dejando asomar solamente la cabeza, como desde un balc\u00f3n, con la lengua fuera amenazando a la gente.
\nEl animal m\u00e1s temible para la mayor\u00eda de los humanos aparece de pronto como un simple juguete entre sus manos.
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  1. Miedo y cultura<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nSi la Biblia remite a los tiempos mesi\u00e1nicos el momento en el cual \u00abel lactante hurgar\u00e1 en la hura del \u00e1spid\u00bb y \u00abel ni\u00f1o meter\u00e1 la mano en el escondrijo de la v\u00edbora\u00bb; en la estampa comentada, vemos at\u00f3nitos c\u00f3mo ante nuestro ojos se realiza lo imposible.
    \nEstos encantadores forman parte de una tribu de iniciados. Desde su m\u00e1s tierna infancia viven entre reptiles, los comprenden, se comunican con ellos. No temen: el universo m\u00e1s terror\u00edfico les es familiar. Es una herencia cultural ligada a un grupo bien determinado. Y, en cualquier caso, les basta para anular el miedo natural a las serpientes.
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    \nEste aprendizaje de los encantadores de serpientes no suprime la realidad de que sean peligrosas \u2014quien ignora su mundo termina siempre por aprenderlo a sus propias expensas\u2014. Pero el miedo\u00a0innato<\/em>\u00a0no es, realmente, m\u00e1s que un efecto de la reacci\u00f3n del conjunto del mundo adulto. Tambi\u00e9n es heredado.
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    1. \u00abPercibimos\u00bb el mundo a trav\u00e9s de los otros<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nEn \u00abQu\u00e9 bello es vivir\u00bb, pel\u00edcula italiana cargada de premios, el guionista cuenta la historia de un jud\u00edo recluido con su hijo en un campo de concentraci\u00f3n. El prisionero logra convencer al ni\u00f1o que todo cuanto sucede all\u00ed no es m\u00e1s que un juego, una prueba con la que conseguir, al final, un premio magn\u00edfico: un tanque de verdad.
      \nPara el muchacho, mirado todo bajo esa \u00f3ptica, las realidades m\u00e1s espantosas se transforman y adquieren otro sentido. Cuando, por fin, ve un tanque americano penetrar en el campo de concentraci\u00f3n, grita triunfante: \u00ab\u00a1Hemos ganado!\u00bb.
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      \nPodemos criticar este modo de convertir en comedia la m\u00e1s tr\u00e1gica realidad. Pero el film, por lo menos, tiene el inmenso inter\u00e9s de ilustrar hasta qu\u00e9 punto el ni\u00f1o percibe el mundo a trav\u00e9s de la actitud de sus padres y de su entorno. Y los siente y percibe no por medio de sus palabras \u2014entre las cuales est\u00e1 la expresi\u00f3n: \u00ab\u00a1No tengas miedo!\u00bb\u2014, sino a trav\u00e9s de sus acciones y reacciones.
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      1. Adultos y j\u00f3venes ante el miedo y la angustia<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nPara explicar c\u00f3mo descubri\u00f3 la angustia, Eugenio Drewermann recuerda su experiencia de un bombardeo cuando ten\u00eda tres a\u00f1os. Entonces, aquello que m\u00e1s le impresion\u00f3 no fueron ni el ruido ni la oscuridad de la noche, sino el enloquecimiento de los adultos. Cuanto \u00e9l cre\u00eda que era lo m\u00e1s seguro del mundo \u2014la seguridad y confianza que brotaba de las personas mayores\u2014 se derrumbaba todo en un instante. Contra\u00a0eso<\/em>\u00a0ya no quedaba, no exist\u00eda ning\u00fan refugio.
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        \nNos preocupa mucho la angustia de los j\u00f3venes que est\u00e1n a nuestro cargo, porque sentimos perfectamente hasta qu\u00e9 punto los paraliza y cu\u00e1n grande es la tentaci\u00f3n de huir de ella por todos los medios, sin descartar los medios m\u00e1s peligrosos.
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        \n <\/p>\n

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        1. Nos encontramos un mundo peligroso<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

           
          \nEs verdad: objetivamente nos encontramos en un mundo peligroso. Nos asusta su creciente complejidad, la radical transformaci\u00f3n de las condiciones de vida, de la comunicaci\u00f3n, en fin, una incertidumbre cada vez mayor ante el futuro.
          \nPodemos analizar \u2014y no acabar\u00edamos\u2014 los motivos de tal preocupaci\u00f3n. Pero, \u00bfcreemos que la complejidad del mundo era menor en el caso de nuestros ancestros, absolutamente a merced de las fuerzas naturales?
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          \nEn el caso de nuestros antepasados, m\u00e1s o menos lejanos, \u00bfpensamos que para ellos el porvenir estaba m\u00e1s asegurado que el nuestro, con unas esperanzas de vida mucho m\u00e1s corta, o que la comunicaci\u00f3n resultaba m\u00e1s sencilla porque, a lo sumo, s\u00f3lo se trataba de descifrar el c\u00f3digo de las serpientes?
          \nPara responder a estos retos, el hombre primitivo recurr\u00eda tambi\u00e9n a muchos subterfugios artificiales que le permit\u00edan superar, si no el temor fundamental y existencial de todo hombre que toma conciencia de su precariedad y del car\u00e1cter gratuito de la vida, al menos los miedos m\u00e1s cercanos provocados por amenazas muy concretas.
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          1. Ante la angustia y el miedo de la vida: \u00abense\u00f1ar a aprender\u00bb<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

             
            \nSi algo ha cambiado radicalmente en relaci\u00f3n al pasado, es que los adultos \u2014y la sociedad en general\u2014 ya no pueden transmitir a sus hijos los medios culturales que les permitir\u00edan a ellos afrontar un mundo cuya imagen se va transformando cada d\u00eda ante nuestra mirada.
            \nEl encantador de serpientes s\u00ed que lo pod\u00eda hacer. Pero hoy nadie sabe c\u00f3mo ser\u00e1 posible\u00a0controlar<\/em>\u00a0la vida ma\u00f1ana.
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            \nBien sabe el educador todo esto, por poco que se haya parado a pensar sobre su misi\u00f3n: su tarea no consiste tanto en inculcar muchos conocimientos a los j\u00f3venes \u2014muy pronto se har\u00e1n viejos e in\u00fatiles, cuando no un estorbo\u2014 cuanto en ense\u00f1ar a aprender.
            \nEl resultado pr\u00e1ctico de este empe\u00f1o, ciertamente, no se puede comprobar; he ah\u00ed un dato que produce p\u00e1nico y hace que los educadores transmitan en primer lugar su propio miedo. De ese modo, el ni\u00f1o y el joven pierden el referente fundamental que podr\u00eda darles seguridad.
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            1. J\u00f3venes y huida en pos de \u00abseguridades\u00bb<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

               
              \nVerdaderamente, en una sociedad como la nuestra \u2014en pleno cambio,\u00a0globalizada<\/em>, saturada de informaci\u00f3n\u2014, no es f\u00e1cil\u00a0asegurarse<\/em>\u00a0y dominar la situaci\u00f3n.
              \nEn el caso particular de los j\u00f3venes, algunos se lanzan a trabajar, a competir. Lo hacen con instrumentos diferentes de los nuestros \u2014ordenadores, internet, etc.\u2014, que no les asustan en absoluto (nacieron con ellos y los ven tan naturales como vemos nosotros la electricidad, que antes\u00a0fue<\/em>\u00a0rayo de J\u00fapiter).
              \nOtros huyen de un mundo cuya la sociedad no brinda a sus vidas j\u00f3venes ninguna posibilidad de realizarse; lo hacen a trav\u00e9s del juego, la droga o por otras sendas quim\u00e9ricas. No se trata de un fen\u00f3meno exclusivo de nuestros d\u00edas, aunque ahora se vea m\u00e1s favorecido por el desarrollo t\u00e9cnico.
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              \nSin embargo, la\u00a0posesi\u00f3n<\/em>\u00a0del mundo puede resultar tan malsana como la incapacidad de poseerlo; los \u00abemborrachados de \u00e9xito\u00bb pueden estar tanto o m\u00e1s alienados que los adictos a la coca.
              \nAl respecto de la\u00a0liberaci\u00f3n<\/em>\u00a0sexual, por ejemplo, todos coincidimos en reconocer que transforma las costumbres. Pero, tambi\u00e9n hay que creer que las anteriores costumbres reguladas por la sociedad eran espiritualmente m\u00e1s ricas que muchas de ahora.
              \nLos j\u00f3venes afrontan la dif\u00edcil relaci\u00f3n de los sexos en un marco muy distinto al nuestro: un marco peligroso, por otra parte, de la misma manera que lo eran las represiones debidas a ciertas prohibiciones sociales de anta\u00f1o.
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              \n <\/p>\n

                \n
              1. Derrumbe de las ideolog\u00edas y eclipse de la religi\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                 
                \nAsistimos, sin duda, a un evidente derrumbamiento de las \u00abideolog\u00edas\u00bb \u2014lo que nos consuela bastante a nosotros los cristianos\u2014, pero tambi\u00e9n de la religi\u00f3n que, por otro lado, quiz\u00e1 no era muchas veces m\u00e1s que ideolog\u00eda.
                \nCon todo no hemos de apresuremos en criticar y desterrar sin m\u00e1s a las ideolog\u00edas,\u00a0gu\u00edas<\/em>\u00a0que, a menudo, proporcionaron esperanzas y no pocas veces esperanzas aut\u00e9nticas.
                \nLas ideolog\u00edas, como la religi\u00f3n desde otra perspectiva, aseguran un sentido; aunque, en un mundo\u00a0relativista<\/em>\u00a0\u2014donde ya no hay nada superior ni inferior, ni ning\u00fan punto fijo a que agarrarse\u2014 dicho sentido pueda o parezca venirse abajo.
                \n 
                \n <\/p>\n

                  \n
                1. Qu\u00e9 hacer con los j\u00f3venes ante la \u00abangustia de nuestro tiempo\u00bb<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                   
                  \nEvidentemente, en consonancia con cuanto venimos afirmando, es imposible asegurar o decir al joven: \u00abSi haces esto, seguro que\u2026\u00bb. Ser\u00eda mentirle.
                  \nPero s\u00ed le podemos decir, o mejor, hacerle sentir con nuestro\u00a0talante,<\/em>\u00a0algo tan concreto e educativo como esto: \u00abMe f\u00edo\u2026 me f\u00edo de ti. Pues, ocurra lo que ocurra, s\u00e1bete que para m\u00ed existes. Y en tanto en cuanto triunfes, sino simplemente por ti mismo\u00bb.
                  \n 
                  \nAl final del an\u00e1lisis del lenguaje humano y de sus diferentes efectos \u2014desde el mito hasta el lenguaje t\u00e9cnico, pasando por la simple charla\u2014, el fil\u00f3sofo Jean Brun concluye que todos nuestros discursos, todas nuestras palabras, todos nuestros di\u00e1logos son una forma de asegurarnos un lugar en el mundo. Reflejan todo lo que esperamos de aquella voz que nos dice: \u00abPuedes vivir, puesto que eres amado\u00bb.
                  \n 
                  \n <\/p>\n

                    \n
                  1. S\u00f3lo el amor no inspira miedo o temor<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

                     
                    \nLos miedos y temores de los j\u00f3venes nos remiten a nuestros propios temores y miedos. Aquellos que nacen de nuestros fracasos.
                    \nY, m\u00e1s profundamente, remiten a la toma de conciencia de nuestra fundamental incertidumbre. Cuando sentimos que nuestro provenir se recorta inexorablemente nos gustar\u00eda mucho percibir que, cuanto menos, no hemos sido in\u00fatiles, que estamos de alguna manera justificados al prolongarnos en los j\u00f3venes.
                    \nPero, \u00bfqu\u00e9 pasa si ellos fallan en ese mundo que a nosotros ya se nos escapa de las manos? Basta esta perspectiva para descolocarnos y hacernos dudar.
                    \n 
                    \n\u0161\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u0161\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u0161
                    \n 
                    \nActualmente nuestro mundo no permite desconocer que ya no hay un punto fijo. En un universo en el que toda realidad material o cultural se ha vuelto transitoria y relativa, el \u00fanico punto de referencia posible es el del amor, el de la confianza rec\u00edproca.
                    \nS\u00ed, nos encontramos ante una incertidumbre que nos asusta a todos. Pero compartimos una realidad que juntos podemos encarar: como Abraham que \u00absali\u00f3 de su tierra sin saber adonde iba\u00bb (Hb 11,8), como Jes\u00fas \u2014adem\u00e1s de por y con \u00e9l\u2014, quien, \u00abllevando la fe a su perfecci\u00f3n\u00bb (Hb 12,2), sigui\u00f3 llamando Padre a Dios en el mismo momento de su total desamparo\u2026 podemos creer, tener confianza m\u00e1s all\u00e1 de nuestros miedos.
                    \nTras perder todas las ilusiones acerca de las seguridades que podr\u00edamos alcanzar ac\u00e1, por eso mismo, podemos afrontar serenamente nuestras tareas y transmitir a los j\u00f3venes la seguridad que necesitan para plantar cara a sus miedos.
                    \n 
                    \nDura aventura… \u00e9sta de una libertad que tiene que afirmarse en el vac\u00edo y en la noche abisal que envuelve nuestro mundo.
                    \nCuando se derrumban las ilusiones, no queda otra alternativa que el miedo o la \u00abfe en\u00bb. Todo, hasta Dios, se nos escapa. Pero, precisamente esta situaci\u00f3n, es la que nos lleva a reconocer lo \u00fanico esencial y, de esta manera, logra que nuestro mundo sea habitable.\u00a0n
                    \n 
                    \nJean-Pierre Bagot<\/strong>
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