\u00abIm\u00e1genes vivas\u00bb o<\/strong><\/li>\n<\/ol>\nm\u00e1s all\u00e1 de las \u00abim\u00e1genes planas\u00bb<\/strong>
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\nInicialmente, descubrir c\u00f3mo es la \u00abobra viva\u00bb \u2014m\u00e1s all\u00e1 de su aparente y enga\u00f1osa \u00abobra muerta\u00bb\u2014 y, lejos de las chatas o superficiales, cu\u00e1les las \u00abim\u00e1genes vivas\u00bb de los j\u00f3venes a lo largo del siglo que termina, supone un previo aprendizaje para dirigir la mirada en la direcci\u00f3n adecuada. S\u00f3lo de este modo veremos de ellos cuanto verdaderamente importa.
\nY ver, en definitiva, es cuesti\u00f3n de mirar la realidad, mirar a los j\u00f3venes\u00a0a trav\u00e9s de lo que algunos han dado en llamar la \u00abraz\u00f3n compasiva\u00bb o\u00a0intellectus misericordiae\u00a0<\/em>(J. Sobrino). Es decir, acercarnos a ellos colocando la compasi\u00f3n y la benevolencia como puntos de partida para cualquier an\u00e1lisis; ir m\u00e1s all\u00e1 de la raz\u00f3n recompuesta en la Ilustraci\u00f3n y convertida en gu\u00eda de tantos descubrimientos cient\u00edficos y t\u00e9cnicos, raz\u00f3n que ha alcanzado una incre\u00edble capacidad de transformar el mundo pero funciona con una pobre capacidad de previsi\u00f3n humana. Frente a esta raz\u00f3n ilustrada, que gusta tratar con medios y casi nunca con fines \u2014de ah\u00ed el arrinconamiento de quienes no disponen de medios\u2014, necesitamos otra como \u00abintellectus amoris, justitiae, liberationis\u00bb que mantenga viva la \u00abmemoria passionis\u00bb (J.B. Metz), particularmente de todos los arrinconados, para llenarse de utop\u00eda y profec\u00eda.
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\nPara la modernidad la\u00a0compasi\u00f3n<\/em>\u00a0es peligrosa, parece dar entrada a una blandura o fatalismo y engendrar sujetos no aptos para la competici\u00f3n social instaurada en nuestros d\u00edas. A la raz\u00f3n ilustrada y post-ilustrada se le suelen escapar las zonas de la intimidad o los espacios ocupadas por los pobres y m\u00e1s d\u00e9biles; naci\u00f3 para ilustrar y se convirti\u00f3 simplemente en raz\u00f3n instrumental que gu\u00eda el darwinismo social reinante. Mirar el mundo actual, mirar a los j\u00f3venes para alcanzar a ver su verdadero rostro, s\u00f3lo es posible con una\u00a0raz\u00f3n compasiva.<\/em>\u00a0Es as\u00ed como aprendemos a amar la imagen concreta de cada joven. Porque es as\u00ed como comenzamos pregunt\u00e1ndos por qui\u00e9nes son las v\u00edctimas de nuestra sociedad; as\u00ed como logramos observar el presente con simpat\u00eda, esp\u00edritu cr\u00edtico y serenidad ante el futuro; as\u00ed como conseguimos mantener una sospecha serena y no cargada de condenas sistem\u00e1ticas.
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\nCuando se instala la \u00absimpat\u00eda en la mirada\u00bb se ve mucho mejor, incluso se\u00a0recrea<\/em>\u00a0a las personas y se penetra tan profundamente su realidad… como para imaginar sentidos nuevos a las met\u00e1foras de la vida, para acoger la profec\u00eda de la que es capaz todo ser humano o para entrever signos de esperanza que se escapan a las miradas superficiales o simplemente\u00a0t\u00e9cnicas.<\/em>
\nNada m\u00e1s dram\u00e1tico que darse cuenta, mirando y viendo de este modo, que son otros quienes est\u00e1n\u00a0imaginando<\/em>\u00a0la vida de los j\u00f3venes, que nuestra sociedad les incapacita para so\u00f1ar, recluy\u00e9ndolos en la c\u00e1rcel de un presente sin futuro.
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\nEstamos para cerrar un siglo en el que todo se ha sucedido con trepidante rapidez. No s\u00f3lo los m\u00faltiples hechos en \u00e9l contenidos ocurrieron con una aceleraci\u00f3n tal como para resultar poco menos que imposible entender su alcance, sino que adem\u00e1s la decisiva influencia de los medios de comunicaci\u00f3n terminaba por achatarlos o darles una forma desmesuradamente prominente.
\nNada extra\u00f1o, pues, que interpretemos la historia actual y diagnostiquemos el estado de las personas a partir de \u00abim\u00e1genes planas\u00bb, sin fondo, superficiales.
\nAlgo de ello nos ocurre cuando hablamos de los j\u00f3venes, m\u00e1xime al final de un siglo que ha inoculado en la cultura y en la vida un particular estrabismo, contagiado con la transformaci\u00f3n de la juventud en uno de los referentes\u00a0cuasi<\/em>mitol\u00f3gicos de la existencia.
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\nSi durante la primera mitad del siglo, las personas se disfrazaban para aparentar\u00a0mayores<\/em>\u00a0o m\u00e1s viejas; en la segunda ocurre exactamente lo contrario. La \u00abjuvenilizaci\u00f3n\u00bb se ha expandido siguiendo un permanente proceso que ahora lo invade todo. Paralela y burlescamente, se ha producido una injusta e imp\u00fadica devaluaci\u00f3n de los j\u00f3venes: se les asigna una identidad, pero se oculta su entidad; \u00abvende\u00bb por doquier \u00ablo joven\u00bb, pero los j\u00f3venes no cuentan con ning\u00fan espacio social propio.
\nEn efecto, la sociedad actual asigna al joven una\u00a0forma<\/em>\u00a0exterior arrebatadora, pero le oculta \u2014cuando no le niega\u2014 la interior y su proyecci\u00f3n concreta en la sociedad. A\u00fan nos pueden resultar familiares ciertas im\u00e1genes que presentaban a los j\u00f3venes como responsables del futuro de la sociedad, y disculpaban con facilidad los desmanes que pudieran cometer en el presente (\u00a1cosas de j\u00f3venes que se curan con la edad!). Sin embargo, actualmente se ha producido una redefinici\u00f3n simb\u00f3lica que, por desgracia, se orienta cada vez m\u00e1s a culpabilizar a la gente joven por el estado presente en que se encuentra, alegando que son incapaces de construir su propio futuro.
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\nEl \u00abdivino tesoro\u00bb del poeta, m\u00e1s que irse para no volver, se ha convertido en una mina explotada con toda clase de intenciones: domesticaci\u00f3n consumista, marginaci\u00f3n, construcci\u00f3n de im\u00e1genes vac\u00edas, etc. Curioso, con ciertos tintes grotescos, que terminemos el siglo proponiendo \u00ablo joven\u00bb casi como el \u00fanico modelo socialmente disponible para todos \u2014en momentos de no saber bien por d\u00f3nde tirar\u2014, cuando los j\u00f3venes concretos son quienes cargan con el peso inhumano de una sociedad envejecida y ensimismada en la glorificaci\u00f3n cultural del \u00abser joven\u00bb.
\nEn este sentido, indudablemente, las generaciones j\u00f3venes est\u00e1n siendo las m\u00e1s explotadas para los caprichos de la modernidad.
\nIm\u00e1genes planas \u2014chatas al pretender sostenerse en s\u00ed mismas sin referencia a sus causas e implicaciones\u2014, aqu\u00e9llas que en este final de siglo se utilizan profusamente para describir las actitudes y acciones de los j\u00f3venes. Sirvan de muestra las siguientes.
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\nn\u00a0Par\u00e1metros de su visi\u00f3n del mundo<\/strong>
\nRechazo de los sistemas y amnesia frente a la historia: los j\u00f3venes viven del\u00a0zapping,<\/em>\u00a0no tienen un saber sistem\u00e1tico, y conforman una \u00abgeneraci\u00f3n sin memoria\u00bb. Han perdido la percepci\u00f3n del futuro, la vida queda reducida al presente y, m\u00e1s espec\u00edficamente, a las experiencias sensoriales concretas que les permiten sentirla. A su modo, tratan de mantener una relaci\u00f3n de amor con el medioambiente, sin prejuicio de utilizar la naturaleza seg\u00fan su provecho o para los \u00abejercicios de grupo\u00bb que les interesen.
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\nn\u00a0B\u00fasqueda de la autorrealizaci\u00f3n posible<\/strong>
\nLos \u00abj\u00f3venes del tiempo presente\u00bb son, sobre todo, vitalistas: quieren acceder a todo de modo inmediato y personal, no de o\u00eddas o despu\u00e9s de tal o cual proceso. Buscan la felicidad aqu\u00ed y ahora, y la quieren agarrar en el \u00e1mbito privado, m\u00e1s que referirla a logros colectivos y p\u00fablicos en los que apenas si creen. No encuentran otra salida a la inautenticidad de nuestra sociedad que este deseo de autorrealizaci\u00f3n frente a la\u00a0fachada<\/em>\u00a0y la\u00a0c\u00e1scara<\/em>\u00a0que predominan en el mundo de las relaciones adultas.
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\nn\u00a0Perspectivas \u00e9ticas<\/strong>
\nEncuadrado en el paso de la llamada \u00ab\u00e9tica de la perfecci\u00f3n\u00bb a la de la satisfacci\u00f3n, el verdadero sentido moral no cuenta demasiado en sus vidas. Incapaces para percibir la norma, ajenos a la culpa, nada es bueno o malo mientras las circunstancias no lo ti\u00f1an de uno u otro color. Existe, sin embargo, una creciente importancia de los valores expresivos e inmateriales (autoexpresi\u00f3n, espontaneidad, autenticidad de relaciones personales, solidaridad, sinceridad, amor y calidad de vida) frente a los puramente instrumentales. Ser joven es sentir como tal y expresarse en una comuni\u00f3n que proporcione cierto sentido de pertenencia e identidad.
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\n <\/p>\n\n- Met\u00e1fora<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
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\nLa juventud ha sido frecuentemente una met\u00e1fora en manos de las ideolog\u00edas. M\u00e1s all\u00e1 de tal utilizaci\u00f3n y con particular claridad a lo largo de este siglo, el debate sobre los j\u00f3venes ha resultado uno de los temas centrales a trav\u00e9s del cual la sociedad ha reflexionado sobre s\u00ed misma. Seg\u00fan esta \u00faltima direcci\u00f3n, sin duda, la juventud constituye la m\u00e1s expresiva met\u00e1fora del cambio experimentado por el ser humano a lo largo de los \u00faltimos cien a\u00f1os.
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\nComenzamos el siglo asidos a una especie de \u00abmetaf\u00edsica de la juventud\u00bb que idealizaba su identidad como paradigma de futuro y novedad \u2014\u00abLa juventud est\u00e1 en el centro donde nace lo nuevo\u00bb, exclamaba W. Benjamin all\u00e1 por 1914\u2014. Al final de la centuria, ese tipo de metaf\u00edsica suena a mentira sarc\u00e1stica.
\nConcluidas las dos grandes guerras, se segu\u00eda hablando de la adolescencia y juventud como g\u00e9rmenes de nuevas riquezas para el futuro, como fuerzas capaces de reconstruir la miseria del pasado que, a la par, promet\u00edan una regeneraci\u00f3n tanto individual como social para el futuro. Pero al final de los a\u00f1os \u201960, semejante construcci\u00f3n saltaba por los aires con la dinamita de las contradiciones de la modernidad y, sobre todo, con la crisis profunda del sistema de valores que Occidente consideraba un baluarte indestructible.
\nPero tornemos al significado de la met\u00e1fora que enuncian los j\u00f3venes con su propia vida, fij\u00e1ndonos en dos de las fundamentales direcciones hacia donde apunta.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.1. Met\u00e1fora de un \u00abnuevo hombre\u00bb<\/strong>
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\nVivimos un particular momento de cambio epocal. La humanidad camina hacia unas configuraciones culturales, sociales, econ\u00f3micas, pol\u00edticas y religiosas de una novedad tan radical como para romper todos los esquemas de los que hasta ahora nos serv\u00edamos para entender la vida
\nQuer\u00e1moslo o no, as\u00ed se est\u00e1 fraguando un nuevo individuo. Y no es posible dar marcha atr\u00e1s (\u00a1son demasiados a\u00f1os de incubaci\u00f3n!). En este indudable proceso de configuraci\u00f3n cultural de una nueva manera humana de ser en el mundo o de un \u00abnuevo hombre\u00bb ya disponemos de una anticipaci\u00f3n de resultados: el rostro de los j\u00f3venes representa ese adelanto, la met\u00e1fora del cambio.
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\nQuiz\u00e1 podamos hacer m\u00e1s visible la transformaci\u00f3n que anticipan \u2014dolorosamente como todo alumbramiento nuevo\u2014 si lo ejemplificamos a trav\u00e9s de la imagen de la br\u00fajula y del radar. Pues bien, el\u00a0hombre-br\u00fajula<\/em>\u00a0de anta\u00f1o \u2014conforme a cuyo modelo hemos sido educados la mayor\u00eda de los adultos\u2014 orientaba su vida por un norte fijo, el mismo siempre e igual para todos, que exist\u00eda por s\u00ed mismo y se\u00f1alaba la meta suprema e incambiable del camino humano. Por el contrario, el nuevo\u00a0hombre-radar<\/em>\u00a0\u2014del que todos formamos inevitablemente parte y que ya configura el esqueleto de las j\u00f3venes generaciones\u2014 se gu\u00eda por una pantalla de cuyo centro arranca un rayo luminoso y vibrante que gira trescientos sesenta grados en torno a s\u00ed mismo, con respuestas siempre nuevas y cambiantes conforme a la realidad que encuentra en frente.
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\nCual met\u00e1fora del cambio, entonces, los j\u00f3venes nos indican la necesidad de orientarnos m\u00e1s en funci\u00f3n de informaciones vivas e instant\u00e1neas que atendiendo sin m\u00e1s a la fijeza objetiva de un norte. Nos apuntan, adem\u00e1s, que no s\u00f3lo nada les parece eterno y universal, sino que tampoco admiten ser conducidos por algo exterior a ellos y ellas. Todo debe emanar de la persona misma. Se impone el radar, m\u00e1s que la br\u00fajula.
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\nVivimos en un momento de transici\u00f3n entre un orden agrietado por todas partes y un nuevo orden del que por ahora s\u00f3lo conocemos la superficie; un orden sin fondo. De ah\u00ed la inseguridad y hasta la angustia: nos resulta poco menos que imposible descubrir y afirmar el \u00absentido del todo\u00bb como unidad del hombre y del mundo.
\nY los mayores encaramos un\u00a0\u00e9xodo<\/em>\u00a0as\u00ed con grandes dosis de disimulo e intentos desesperados por ocultar la inseguridad. En cambio, los j\u00f3venes se lanzan a tumba abierta en la b\u00fasqueda del sentido para ese \u00abnuevo hombre\u00bb \u2014cuyo esqueleto ya es el suyo\u2014 sufriendo como nadie los dolores que lleva consigo una transformaci\u00f3n de semejante \u00edndole.
\nDe ah\u00ed que manifiesten un profundo desenga\u00f1o ante la historia, cargado de escepticismo frente a cualquier ideolog\u00eda o propuesta racional con grandes pretensiones, y prefieran c\u00f3cteles de deseo y seducci\u00f3n, de mucho sentimiento y algo menos de raz\u00f3n. De ah\u00ed, igulamente, que opten por una amalgama de individualismo y gregarismo al dictado del grupo de iguales, del derecho a la diferencia, de la asimilaci\u00f3n mim\u00e9tica de pautas de consumo y del polite\u00edsmo moral y religioso.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.2. Met\u00e1fora de una sociedad diversa<\/strong>
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\nTambi\u00e9n los adolescentes y los j\u00f3venes, como hace tiempo mostr\u00f3 Erikson, se defienden contra las exigencias o los miedos que les produce la sociedad aprendiendo a no comprometerse, a no implicarse en los problemas que se viven dentro de ella.
\nEl descompromiso, sus m\u00faltiples y\u00a0juveniles<\/em>\u00a0manifestaciones, suele impedirnos captar un segundo aspecto de la met\u00e1fora del cambio que encarnan los j\u00f3venes. Esto es, con su formas de comportamiento nos hacen llegar un mensaje claro y agudo, el de las quejas por el mal estado en que les queremos dejar el mundo (guerras, injusticia, sin sentido, etc.). La hoja de servicios de los adultos no est\u00e1 muy limpia.
\nLa mayor denuncia que los j\u00f3venes hacen a nuestra civilizaci\u00f3n est\u00e1 en el desinter\u00e9s que muestran por ella. Ni tan siquiera persiguen acusar o atacar: simplemente ignoran sus instituciones, sus voces. Tiran por su lado, sin preocuparse mucho por los caminos que toman con tal de no repetir los de antes, los de los adultos, que ya saben a donde conducen.
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\nA su modo, la juventud nos est\u00e1 diciendo que, as\u00ed como somos los mayores, no les interesamos. Cargadas de escepticismo, pluralismo y adaptabilidad, las generaciones j\u00f3venes perciben las instituciones de la sociedad adulta y sus cuadros \u00e9ticos de referencia como mantenedores de unas fachadas sin casi nada detr\u00e1s, como estructuras y principios en los que esa misma sociedad cree poco y practica menos.
\nSeg\u00fan una inmensa mayor\u00eda de j\u00f3venes, en las instituciones sociales, pol\u00edticas y religiosas, predomina con creces la c\u00e1scara sobre el contenido. Bajo esta luz de lo inaut\u00e9ntico, se encuentra las \u00abautoridades\u00bb \u2014con el desprestigio que se han ganado a pulso\u2014 y tantas relaciones humanas que estiman cargadas de prejuicios morales carentes de significado y actualidad.
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\nTambi\u00e9n a su aire, los j\u00f3venes proclaman la necesidad de transformar las instituciones, de reconstruirlas seg\u00fan las necesidades humanas de nuestros d\u00edas.
\nLas variaciones metaf\u00f3ricas, en este asunto, est\u00e1n atrevesadas por el deseo de una sociedad y unas relaciones nuevas\u00a0\u00a0\u2014experimentadas en grupos que retornan a emociones primordiales…\u2014 y salpicadas de indiferencia ante una normatividad social que consideran c\u00ednica. Pero, sobre todo, est\u00e1 su pr\u00e1ctica \u2014real o ficticia\u2014 de la libertad, su af\u00e1n de novedades, sus deseos de universalidad que no ahoguen la diferencia, su redescubrimiento del cuerpo, la variaci\u00f3n en la expresi\u00f3n de sus afectos, una cierta capacidad de protesta que no suele acompa\u00f1arse de rebeld\u00eda y la desconfianza en los discursos sociopol\u00edticos y culturales cl\u00e1sicos.
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\nUna advertencia o postdata concreta referida a la\u00a0Iglesia.<\/em>
\nLos \u00faltimos estudios constantan la pr\u00e1ctica desaparici\u00f3n de la Iglesia cat\u00f3lica como portadora de sentido y respuestas para la vida de los j\u00f3venes.
\nLa Iglesia apenas si suscita inter\u00e9s. En el caso de los j\u00f3venes espa\u00f1oles, ni tan siquiera llegan al 3% quienes la se\u00f1alan como una instituci\u00f3n con la que contar a la hora de buscar orientaciones importantes para la vida.
\nExiste una general constataci\u00f3nde la falta de adecuaci\u00f3n y convergencia entre las necesidades de los j\u00f3venes y las respuestas de la Iglesia, a la que estiman como obst\u00e1culo para la libertad y la autonom\u00eda.
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\n <\/p>\n\n- Profec\u00eda<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
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\nLos j\u00f3venes no s\u00f3lo viven una encrucijada en la que resuenan de manera especial los problemas fundamentales de la persona y de la sociedad, sino que adem\u00e1s con sus gestos, palabras y actuaciones, denuncian el presente y anuncian el\u00a0sue\u00f1o<\/em>\u00a0o la \u00abutop\u00eda peque\u00f1a\u00bb de una sociedad distinta, m\u00e1s comunitaria y humanizadora, m\u00e1s justa y fraterna.
\nLos j\u00f3venes expresan, aunque de modo balbuciente, el deseo de una sociedad alternativa, una voluntad de ver las cosas de otra manera, de vivir de otra forma. Inventan signos y liturgias\u00a0laicas<\/em>\u00a0que tratan de dar nombre y significado a lo que se encuentra en lo profundo de sensibilidades que a\u00fan no han podido hallar expresiones sociales \u2014y eclesiales\u2014 concretas. Sus vivencias, lo experimentado, lo intuido y lo so\u00f1ado… van m\u00e1s all\u00e1 de la simple met\u00e1fora para convertirse en \u00abfuerza prof\u00e9tica\u00bb en pos del sentido. A continuaci\u00f3n, desmenuzamos un poco m\u00e1s esa profec\u00eda de los j\u00f3venes
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03.1. Demanda de \u00abacogida\u00bb, b\u00fasqueda de padres y maestros<\/strong>
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\nUna de las primeras notas con las que se suele caracterizar a los j\u00f3venes de hoy se resume en la extendida afirmaci\u00f3n de que lo tienen o han tenido todo.
\nPuede ser verdad que hayan crecido como la generaci\u00f3n m\u00e1s protegida. Sin embargo, se les ha dado de todo, menos de lo que m\u00e1s necesitaban. Se les ha llenado la vida de cosas y vaciado de afecto, de compa\u00f1\u00eda, de modelos para aprender a vivir.
\n
\nEl actual concepto de bienestar conduce frecuentemente a dar a los j\u00f3venes aquello que faltaba a los adultos, sin caer en la cuenta de lo que verdaderamente tienen necesidad. No creo que debamos considerarlos extraordinariamente afortunados por todas las cosas que tienen a su disposici\u00f3n, cuando darles cosas ha conducido a desentenderse de la preocupaci\u00f3n por acogerlos o de la responsabilidad de acompa\u00f1arlos con autoridad.
\nProtegidos s\u00ed, pero a costa de quedar como rehenes, prisioneros de las mismas cosas que les entregamos y hasta insatisfechos pese a tener tantas, porque muchos de sus deseos, hasta los m\u00e1s simples, les resultan inalcanzables. J\u00f3venes protegidos s\u00ed, pero pobres hasta el extremo de no saber expresar ni siquiera aquello que de verdad desean. \u00a1Claro que ni saben lo que quieren! Nadie ha educado sus sentimientos y su voluntad. De ah\u00ed que tampoco su inteligencia alcance a prolongar los deseos en proyectos.
\n
\nEl denominado \u00abeclipse de la familia\u00bb es una de las causas principales que explica la falta del calor y la luz que necesitan los ni\u00f1os y las ni\u00f1as para crecer. S\u00f3lo el clima acogedor de la familia permite esa imprescindible\u00a0educaci\u00f3n primera<\/em>que funciona por v\u00eda del ejemplo y se apoya en gestos de cari\u00f1o e imitaci\u00f3n.
\nPero, junto a la dificultad para cumplir con esta tarea y entre otros muchos datos, hay una grave crisis de autoridad en las familias. Nos referimos, por supuesto, al sentido etimol\u00f3gico de autoridad, al \u00abayudar a crecer\u00bb encomendado a los padres.
\nTodav\u00eda m\u00e1s. A la falta de padres, por muchos y diferentes motivos, suele acompa\u00f1ar la carencia de maestros.\u00a0\u00a0Nuestra sociedad, por lo dem\u00e1s, es una sociedad muy poco mod\u00e9lica o, si queremos y con otras palabras, es una sociedad repleta de modelos de pacotilla.
\n
\nVivimos, en suma, una particular carencia de padres y maestros, una crisis de compa\u00f1eros y acompa\u00f1antes, unida\u00a0a lo que algunos llaman la \u00abplasticidad de los deseos\u00bb: la generaci\u00f3n actual padece, quiz\u00e1 m\u00e1s que las anteriores, el d\u00e9ficit del querer que no llega a fraguar s\u00f3lidamente.
\nTodo esto sin contar, por otro lado, que nuestro mundo est\u00e1 vac\u00edo de utop\u00edas, de proyectos para cambiar las relaciones injustas que presiden la vida de los seres humanos.
\nMuchas de las formas de encarar la vida que tienen los j\u00f3venes, en este aspecto y con la ambig\u00fcedad que les caracteriza, manifiestan la humilde profec\u00eda que se concreta en la petici\u00f3n de acogida, en la b\u00fasqueda de compa\u00f1eros, de padres y maestros.
\n
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03.2. Denuncia de la exclusi\u00f3n, deseo de \u00absentirse necesarios\u00bb<\/strong>
\n
\nEs el nuestro un \u00abtiempo de espera\u00bb para los j\u00f3venes y tiempo tambi\u00e9n de profundas transformaciones. Esa espera, hasta descubrir en qu\u00e9 ocupar la vida \u2014para largo, como bien sabemos\u2014, y las transformaciones en curso, les obligan a\u00a0reconstruir<\/em>una identidad que hasta ahora se orientaba con la preparaci\u00f3n para la vida adulta (trabajo, matrimonio, etc.).
\nLa complejidad y las nuevas perspectivas de ordenamiento de la vida social dificultan gravemente la construcci\u00f3n de la identidad personal. En la mayor\u00eda de los casos, los j\u00f3venes s\u00f3lo pueden aspirar a una identidad d\u00e9bil y fragmentaria, sometida a frecuentes cambios.\u00a0No les queda otro remedio que alargar la estancia en el hogar paterno y los estudios (quienes pueden). Por supuesto que estas prolongaciones se van configurando m\u00e1s como\u00a0instalaci\u00f3n<\/em>\u00a0u ocupaci\u00f3n alternativa y cada vez menos como preocupaci\u00f3n y responsabilidad.
\nLa redefinici\u00f3n de la identidad juvenil se teje al hilo de la redistribuci\u00f3n de funciones y recursos que se produce en la sociedad. Los cambios estructurales que acaecen dentro de \u00e9sta \u00faltima son la raz\u00f3n m\u00e1s profunda de los axiol\u00f3gicos, convivenciales y comportamentales producidos en la poblaci\u00f3n juvenil.
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\nLas formas de vida de la gente joven han experimentado modificaciones muy dr\u00e1sticas, que afectan sobre todo a sus ocupaciones, sus relaciones, sus recursos y sus necesidades; con los consiguientes \u00abajustes axiol\u00f3gicos\u00bb \u2014en relaci\u00f3n directa con el retraso del desarrollo de una personalidad aut\u00f3noma\u2014 cuyo verdadero calado todav\u00eda desconocemos.
\nLa\u00a0espera<\/em>\u00a0que tienen que soportar los j\u00f3venes en nuestra sociedad, hace que se tomen la vida con la\u00a0filosof\u00eda<\/em>\u00a0que mejor les conviene. \u00bfQu\u00e9 hacer cuando uno se encuentra en \u00ablista de espera\u00bb, sabedor de que no le tocar\u00e1 el turno hasta transcurrido tiempo y tiempo? Pasar el rato lo mejor posible, jugar, divertirse, \u00abhacer el tonto\u00bb… para aligerar esa tediosa cola que ser\u00eda capaz de amargar la vida al m\u00e1s\u00a0pintao.<\/em>\u00a0Aunque sea por huir, entonces, terminan por considerar la vida como un simple espect\u00e1culo \u2014por lo menos hasta ser acogidos en cualquier ventanilla\u2014. Es claro que, en la cola, la vida entera pierde valor o resulta algo muy relativo.
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\nPor esos vericuetos discurre su denuncia de la \u00abexclusi\u00f3n social\u00bb a la que se ven condenados. Pero la\u00a0profec\u00eda<\/em>\u00a0no se queda ah\u00ed.
\nLos j\u00f3venes intentan llamar la atenci\u00f3n de todos los modos posibles. Por debajo de los par\u00e1metros de su visi\u00f3n del mundo o de una f\u00e1cil b\u00fasqueda de autorrealizaci\u00f3n \u2014m\u00e1s o menos narcisista, hedonista y carente de sentido moral\u2014…, est\u00e1 latiendo la necesidad de sentirse vivos, de sentirse necesarios, de encontrar sentido.
\nNo s\u00f3lo denuncian, tambi\u00e9n\u00a0anuncian<\/em>\u00a0o comunican el deseo, la necesidad de un sentido un sentido no tanto filos\u00f3fico cuanto concreto para alg\u00fan otro. \u00abSer necesario para otro\u00bb que tiene necesidad de ti y sentir que se cuenta para \u00e9l, bien a trav\u00e9s de la solidaridad, de la amistad o del amor: tres modalidades que los j\u00f3venes utilizan para expresar la necesidad de servir, sinti\u00e9ndose necesarios; la necesidad de entrega a algo o a alguien.
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\nEs verdad que este tema tambi\u00e9n su profec\u00eda aparece envuelta en ambig\u00fcedad. En los j\u00f3venes, todo parte de la necesidad: se es generoso m\u00e1s por uno mismo que por el otro; se es generoso, valga la expresi\u00f3n, para sentirse generoso. Adem\u00e1s, en los j\u00f3venes ning\u00fan sentimiento parece lo suficientemente estable como para no sospechar que forma parte m\u00e1s de un conjunto de estrategias con las que se trata de vencer el miedo cotidiano que una verdadera opci\u00f3n con la que ir construyendo el proyecto vital. Pero la profec\u00eda est\u00e1 ah\u00ed.
\nCon frecuencia olvidamos que el sentimiento de miedo tiene una constante presencia en la vida de los j\u00f3venes. El miedo mayor proviene de la soledad, y no tanto del vac\u00edo que\u00a0\u00a0intentan llenar con la tele, el\u00a0compac-disc,<\/em>\u00a0el tel\u00e9fono o el ordenador. Con lo que la soledad fragua amargamente en ese intento de sedar y ocultar el sentimiento de aburrimiento que no logran sacudirse de encima.
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\n <\/p>\n\n- \u00abIm\u00e1genes virtuales\u00bb o<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n
las faenas del cambio<\/strong>
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\nPara concluir, vamos a tomar en consideraci\u00f3n algunas \u00abim\u00e1genes virtuales\u00bb o, mejor, los aspectos virtuales, las prolongaciones o proyecciones que se pueden hacer a partir de la imagen de los j\u00f3venes con la que se cierra el siglo XX. Entramos de este modo en las faenas o tareas educativas que nos esperan para el XXI.
\nNadie educa a nadie, sino que nos educamos con los otros, crecemos y maduramos con ellos, repet\u00eda con frecuencia P. Freire. Para educar, antes de nada y conforme inici\u00e1bamos estas reflexiones, han de ser los j\u00f3venes quienes nos presten su mirada.\u00a0Y la nueva manera de ver resultante \u2014desde abajo, desde ellos, desde fuera de los l\u00edmites y sanciones sociales al uso\u2014 ser\u00e1 la que nos permita desarrollar una \u00abeducaci\u00f3n samaritana\u00bb capaz, por un lado, de irles devolviendo el sentido que entre todos les hemos robado y, por otro, de reconstruir la seriedad nacida del confrontarse con im\u00e1genes coherentes de var\u00f3n y de mujer.
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\nS\u00f3lo unos ojos compasivos y misericordiosos son capaces de calar hasta lo m\u00e1s profundo, reconocer la \u00abobra viva\u00bb de cada barco personal y descubrir la \u00absemilla de\u00a0\u00a0vida nueva\u00bb sembrada en el ser humano.\u00a0La misericordia se refiere a esa cualidad del coraz\u00f3n que lo hace sensible a la desgracia de los otros. Los ojos compasivos descubren en una sola mirada la dignidad y la pobreza de los seres humanos, impulsando a comprometerse por restituirles la primera y liberarles de\u00a0\u00a0toda servidumbre.
\nSer\u00e1 por ah\u00ed por donde los mismos j\u00f3venes nos eduquen, por lo que m\u00e1s importante que hablar \u00abde\u00bb los j\u00f3venes, ser\u00e1 hablar \u00abcon\u00bb los j\u00f3venes, encontrarnos y compartir con ellos temas y tiempo.
\nEn torno a tiempos, espacios y temas a compartir, concentramos las pautas educativas.
\n <\/p>\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Tiempos\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Espacios\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Temas<\/h1>\n
\n\n\nTiempo de la \u00abvida cotidiana\u00bb<\/td>\n | Casa y escuela<\/td>\n | Cuesti\u00f3n del \u00absentido\u00bb<\/td>\n<\/tr>\n |
\n\u00abTiempo libre\u00bb<\/td>\n | Casa \/ \u00abCalle\u00bb\u00a0(interrelaci\u00f3n)<\/em><\/td>\nIdentidad \/ Solidaridad<\/td>\n<\/tr>\n | \n\u00abTiempo interior\u00bb<\/td>\n | Soledad \/ \u00abInterioridad\u00bb<\/td>\n | \u00abMiedo\u00bb e \u00abinvocaci\u00f3n\u00bb…<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n \n \n4.1. Sentido y proyectos de existencia para la vida cotidiana<\/strong> \n \nLo primero a compartir educativamente con los adolescentes y j\u00f3venes, sobre todo los padres y educadores, es el tiempo de la vida cotidiana \u2014en los espacios de la casa y la escuela\u2014 para poner encima de la mesa el tema del sentido. \nJustamente se considera que la educaci\u00f3n estriba en ense\u00f1ar a vivir, en\u00a0guiar<\/em>\u00a0para que cada cual aprenda a conducir el tren de su propia vida por v\u00edas humanas, en acompa\u00f1ar la tarea de la humanizaci\u00f3n. \nAhora bien, si no queremos enga\u00f1arnos sobre el ser humano, no hemos de olvidar su\u00a0misterio.<\/em>\u00a0La educaci\u00f3n debe resucitar constantemente la cuesti\u00f3n del sentido, suscitando en la vida cotidiana los grandes temas del destino y fin de la vida humana. En torno a ellas se han de ir tejiendo los proyectos concretos de existencia derivados de las propuestas educativas. \n \nEducar, refiri\u00e9ndonos a las instancias b\u00e1sicas de la familia y la escuela, consiste en capacitar a todos para hacer-tener un proyecto humano de existencia. En tal sentido, la solidaridad y libertad a que aspira nuestra sociedad requieren un supuesto educativo b\u00e1sico: impulsar y promover en profundidad los valores y actitudes de convivencia y el desarrollo integral y arm\u00f3nico de la personalidad. \nEn este horizonte, la acci\u00f3n educativa debe centrarse en dos perspectivas fundamentales: restituir dignidad a la vida de los j\u00f3venes, a trav\u00e9s de proyectos concretos, y restituir seriedad a esa misma vida, y a la vida humana en general. Por otra parte, el aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser, nos han de impulsar tambi\u00e9n a cambiar el paradigma educativo, colocando la vida en el centro, como eje de toda cultura pedag\u00f3gica, haciendo girar el engranaje de la escuela en torno a las cuestiones sobre el sentido. \n \n \n4.2. Relaci\u00f3n interpersonal, identidad, solidaridad y tiempo libre<\/strong> \n \nLa educaci\u00f3n de los j\u00f3venes se juega m\u00e1s fuera de la escuela que dentro. El tiempo libre y el grupo de iguales marcan el territorio que consideran m\u00e1s suyo. Los espacios se reparten un poco por todas partes (\u00abcasa\u00bb, calle, zonas de encuentro, etc.), siempre atravesados por algo que los unifica: relacionarse, estar juntos. \nAqu\u00ed, en este tiempo y espacio, tienen lugar las\u00a0negociaciones<\/em>\u00a0fundamentales en el tema de la identidad. Y aqu\u00ed es donde habr\u00eda que lograr introducir en dicha negociaci\u00f3n la solidaridad, a trav\u00e9s de interrelaciones educativas mantenidas en torno a proyectos que ayuden a liberar este \u00abtiempo libre\u00bb. \n \nEn su aprecio por la autonom\u00eda personal, los j\u00f3venes desean avanzar \u2014a su estilo\u2014 hacia una sociedad menos impersonal y m\u00e1s humana. Eligen, para alcanzar esa meta, el \u00abtiempo libre\u00bb y los espacios abiertos donde se encuentran bien. Aunque debido a su pragmatismo, desconf\u00eden de las utop\u00edas globales, se muestran sensibles a los valores de la paz, de la ecolog\u00eda y, sobre todo, se sienten solidarios. Sin embargo, nada les resulta f\u00e1cil. Una pobre y d\u00e9bil identidad, junto al peligro del subjetivismo, amenazan sus buenos deseos e ilusiones. \nEs en este contexto donde aparece m\u00e1s clara la necesidad del acompa\u00f1amiento y de la relaci\u00f3n interpersonal como claves educativas para caminar. \n \n \n5.3. Miedo, tiempo interior e \u00abinvocaci\u00f3n\u00bb<\/strong> \n \nNos queda ese \u00abtiempo interior\u00bb, que atraviesa y est\u00e1 siempre presente en cualquier otro tiempo, con un espacio igulmente omnipresente, la soledad. De ambos, todos solemos huir. En el caso de los j\u00f3venes, habr\u00e1 que\u00a0azuzar los miedos,<\/em>recuperarando y educando la interioridad, para encararse con ellos y, ojal\u00e1, descubrir aquello que est\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 de cuanto se ve. \nApuntamos antes \u2014y suele ser una realidad que descuidamos con frecuencia\u2014 que los j\u00f3venes sienten angustia, particularmente ante la soledad y el futuro. Paralelamente y a tientas, quieren ser acogidos y participar, entregarse a algo\u00a0(\u00bfAlguien?),<\/em>\u00a0explorar las posibilidades de su yo. Incluso, aunque sea m\u00e1s fruto de una enso\u00f1aci\u00f3n que de un verdadero sue\u00f1o, intuyen una especie de mundo ideal con individualidades libres y no convencionales; un mundo de localizaciones sociales abiertas, ni estrechas ni inm\u00f3viles; una vida sensible a lo natural, lo mismo que a los avances t\u00e9cnicos; una vida pac\u00edfica y placentera. \n \nPistas todas para acompa\u00f1ar la reconstrucci\u00f3n de su personalidad a trav\u00e9s de la educaci\u00f3n de la interioridad y la apertura a la trascendencia, elevando el nivel de las preguntas humanas o llenando con una densidad cada vez mayor los interrogantes que suscitan; avivando inquietudes, anhelos e insatisfacciones. Hasta desear e\u00a0invocar<\/em>\u00a0una \u00abpresencia\u00bb que d\u00e9 buenas razones de todo ello.\u00a0n \n <\/p>\nJos\u00e9 Luis Moral<\/h3>\n[1]<\/a>\u00a0Las caracter\u00edsticas propias de la revista aconsejan suprimir el aparato cr\u00edtico, dada la abundancia de citas que ser\u00edan necesarias en un an\u00e1lisis de estas caracter\u00edsticas. En cualquier caso, la fundamentaci\u00f3n de la mayor\u00eda de las afirmaciones que aparecen en el art\u00edculo puede encontrarse en otro trabajo en el que hemos abordado este mismo tema desde una perspectiva diversa \u2014J.L.\u00a0MORAL,\u00a0El camino empieza donde est\u00e1n ellos,\u00a0<\/em>en:\u00a0AA.VV.,\u00a0Una escuela para el camino. Actas de las Jornadas de Pastoral Escolar \u201999 de la\u00a0FERE,<\/em>\u00a0Ed. San P\u00edo X, Madrid 1999, 13-55\u2014 (en concreto, se analizan all\u00ed tres cuestiones espec\u00edficas: 1\/ \u00bfC\u00f3mo buscar a los j\u00f3venes?; 2\/ \u00bfD\u00f3nde est\u00e1n y c\u00f3mo son los j\u00f3venes?; 3\/ Encontrarse con ellos para caminar juntos). \n[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"[vc_row][vc_column][vc_column_text]Pie autor: Jos\u00e9 Luis Moral\u00a0es profesor de Teolog\u00eda Fundamental y Teolog\u00eda Pr\u00e1ctica en el Instituto Superior de Teolog\u00eda \u00abDon Bosco\u00bb (Madrid) y director de\u00a0Misi\u00f3n Joven. S\u00edntesis del art\u00edculo: Tratando de ir m\u00e1s all\u00e1 de las \u00abim\u00e1genes planas\u00bb, con las que hoy solemos reproducir el rostro de los j\u00f3venes, el art\u00edculo los presenta como \u00abmet\u00e1fora\u00bb […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[124,398,7,94],"tags":[],"class_list":["post-12149","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-1999-mision-joven-2","category-estudios-270-271","category-jose-luis-moral","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12149"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12149"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12149\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12149"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12149"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12149"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}} | |