{"id":12152,"date":"1999-07-01T11:40:25","date_gmt":"1999-07-01T09:40:25","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12152"},"modified":"1999-07-01T11:40:25","modified_gmt":"1999-07-01T09:40:25","slug":"paisajes-del-siglo-xx-para-recrear-en-el-xxi","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/paisajes-del-siglo-xx-para-recrear-en-el-xxi\/","title":{"rendered":"Paisajes del siglo XX para \u00abrecrear\u00bb en el XXI"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El siglo XX es un siglo paradoja, que empieza en 1917 con la revoluci\u00f3n Rusa, o en 1914 con el asalto a los imperios, y se nos antoja una caldera hirviendo de risas y l\u00e1grimas en la que todav\u00eda la humanidad no ha aprendido a regularse. Siglo de crisis y debate, en el que hemos puesto todo en cuesti\u00f3n.\u00a0Crono<\/em>\u00a0de luces y sombras, de sociedades maniqueas y excluyentes; pero tambi\u00e9n siglo del respeto a la diferencia.
\nUn siglo poderoso, por un lado, porque el poder experimenta una concentraci\u00f3n nunca antes alcanzada: siglo de grandes potencias, continuadoras de imperios, industria militar y ciencia para matar. Por otro, centuria con un asociacionismo ciudadano de notable importancia y dimensi\u00f3n en algunos pa\u00edses avanzados. La defensa de la vida privada, las asociaciones para informar, apoyar o servir de cobertura a los m\u00e1s d\u00e9biles frente a organismos o instituciones todopoderosas, han florecido junto a grupos que proclaman los derechos de la Tierra. Centuria generosa en descubrimientos cient\u00edficos y\u00a0ensayos<\/em>\u00a0de la solidaridad. Hombres y mujeres de este siglo construyeron una doctrina desinteresada, abonada con el amor y la verdad de un nuevo universalismo.
\n 
\nLos hechos y acontecimientos que componen la cr\u00f3nica del presente se suceden hoy sin que al hombre moderno le sea f\u00e1cil distinguir entre ellos, los que merecen la calificaci\u00f3n de hist\u00f3ricos. El colosal desarrollo de los medios y t\u00e9cnicas de comunicaci\u00f3n social hace posible que d\u00eda a d\u00eda, minuto a minuto, la historia del mundo pase ante nuestros ojos y o\u00eddos con una profusi\u00f3n y ritmo inalcanzables e inconcebibles hace s\u00f3lo unas d\u00e9cadas. Adem\u00e1s, esta misma forma de conocer los datos nos llega ya bajo la poderosa influencia del medio que los selecciona, y frecuentemente los manipula, d\u00e1ndoles una forma en la que est\u00e1 omnipresente la propia intenci\u00f3n de la fuente.
\nEstamos ante un mundo de im\u00e1genes del que ya no podr\u00eda prescindir nuestra generaci\u00f3n. Cinco de ellas, enmarcadas en sus correspondientes paisajes, vamos a proponer a continuaci\u00f3n. El objetivo de estas reflexiones es, en cierto modo, sugerir m\u00e1s que completar. Animar al lector a extraer conclusiones y criterios tanto a favor como en contra de lo que lee, integrar como en el teatro de participaci\u00f3n, al espectador en la obra[1]<\/a>.
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    \n
  1. Desigualdad y \u00abgeograf\u00eda del hambre\u00bb<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nUna gran mayor\u00eda de la humanidad es pobre. Incluso para la mayor porci\u00f3n de esa mayor\u00eda, el concepto de pobreza no pasa de ser un eufemismo bien intencionado. Entre estos que sobreviven en el l\u00edmite de las condiciones humanas de resistencia, cualquier m\u00ednima eventualidad supone la muerte por decenas de miles. Situaciones que las \u00e1reas desarrolladas no pasar\u00edan de ser una relativa emergencia cl\u00ednica o una estad\u00edstica meteorol\u00f3gica, se convierten en cat\u00e1strofes hist\u00f3ricas para pueblos que todav\u00eda dependen en absoluto del cielo y la tierra como agarraderos vitales.
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    \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a01.1. \u00abCultura\u00bb de la opulencia<\/strong>
    \n 
    \nA finales del siglo XX, las riquezas y las bendiciones terrestres son disfrutadas en m\u00e1s del 60% por tan s\u00f3lo el 15% de las personas. Sin temor a exagerar, se puede afirmar que escasamente uno de cada cuatro seres humanos cuenta con las oportunidades adecuadas para proveer su propio progreso y el de su especie.
    \nVivimos, por tanto, en un mundo poco competente y nada dichoso. Pero que muy a menudo presenta una estampa m\u00e1s favorable que la que corresponde a su aut\u00e9ntica realidad, porque esa porci\u00f3n menor de la humanidad que se malreparte con avaricia lo que a todos corresponde, es tambi\u00e9n la que suministra y controla la imaginer\u00eda de la distorsi\u00f3n informativa.
    \n 
    \nAs\u00ed, las sensaciones dominantes terminan siendo las sensaciones de la radiante minor\u00eda. Por eso, aunque la generalidad de los hombres pertenecen de hecho a una cultura de la pobreza, son el discurso y el arte de la satisfacci\u00f3n los que prevalecen en la totalidad de los mensajes educativos, y los que pretenden dar el tono a este mundo nuestro.
    \nEsa cultura de la opulencia primermundista es la que hace posible, a trav\u00e9s del dominio desproporcional de los medios, que sus problemas y accidentes parezcan los m\u00e1s relevantes y extendidos del globo. De ese modo las crisis c\u00edclicas, el desempleo, la inflaci\u00f3n, el c\u00e1ncer, el infarto, la muerte en carretera, el sida, la droga, las oscilaciones de la bolsa, o el terrorismo…, y pronto el ocio o la tercera edad, se han convertido en asuntos mundiales, cuando son en realidad dramas que interfieren el pl\u00e1cido desarrollo de una minor\u00eda.
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    \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a01.2. \u00abTercer Mundo\u00bb<\/strong>
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    \nLo cierto es que a fin del segundo milenio, las dos terceras partes de los humanos tienen su presente o futuro pendiente de m\u00e1s atrasadas, aunque igualmente horrorosas, plagas \u2014como el hambre, el paludismo, la tuberculosis, el c\u00f3lera…\u2014 y toda esa clase de enfermedades derivadas de la malnutrici\u00f3n o la falta de condiciones higi\u00e9nico-sanitarias. Cientos de millones de personas todav\u00eda en el siglo XXI no tendr\u00e1n la oportunidad de optar a una \u00abcualificada\u00bb muerte moderna por exceso de alimento o velocidad, cayendo v\u00edctimas de cat\u00e1strofes o epidemias, que entre esa minor\u00eda han sido desarraigadas hace tiempo.
    \nLa bipolarizaci\u00f3n mundial que sigui\u00f3 al final de la Segunda Guerra Mundial llev\u00f3 a los pa\u00edses pobres a asociarse bajo la presunta bandera de una tercera posici\u00f3n. Pero la neutralidad pol\u00edtica acab\u00f3 siendo imposible, y la denominaci\u00f3n de Tercer Mundo qued\u00f3 como un sin\u00f3nimo de pobreza desesperante. Acu\u00f1ada por la sociolog\u00eda francesa, nunca pudo expresar la identidad de los que ni pertenec\u00edan al club del capitalismo desarrollado ni a los pa\u00edses de la \u00f3rbita sovi\u00e9tica.
    \n 
    \nLa verdad es que la condici\u00f3n humana no tiene demasiadas razones para sentirse orgullosa a las puertas del siglo XXI. Finalizado el \u00faltimo gran enfrentamiento b\u00e9lico, los poderosos del planeta crearon una Euroam\u00e9rica abastecida, a la que pronto se unir\u00eda Jap\u00f3n satisfecho, y descargaron toda la porquer\u00eda del sistema por la puerta trasera del hemisferio sur. Cuando en 1955 los l\u00edderes pol\u00edticos del Tercer Mundo se congregaron en\u00a0Bandung<\/em>\u00a0creyeron que ten\u00edan una misi\u00f3n conjunta y necesaria: librarse del abrazo del oso de los dos grandes o de cualquier otro, no tan grande.
    \nEstados Unidos, sobre todo, pero tambi\u00e9n la URSS a su manera, procuraron siempre romper la solidaridad de los marginados en su estrategia Norte-Sur, creando su propias alianzas, tratados bilaterales y zonas de exclusi\u00f3n, a las que incorporaban los Estados m\u00e1s reaccionarios del Tercer Mundo.
    \nPor otra parte, a los dos grandes se les fue de la mano la mayor parte de los graves conflictos que estallaron en zonas calientes de este mundo marginal, como fueron las guerras de las pen\u00ednsulas asi\u00e1ticas del Extremo Oriente, el contencioso \u00e1rabe-israel\u00ed, las diferencias entre Irak e Ir\u00e1n o los interminables enfrentamientos africanos.
    \n 
    \nEl muestrario capitalista defend\u00eda medidas t\u00e9cnico-econ\u00f3micas para poner a este pobre mundo en situaci\u00f3n de despliegue industrial. Por su parte, la receta socialista propugnaba una salida global a trav\u00e9s de la revoluci\u00f3n pol\u00edtica, sin la que ser\u00eda imposible acometer la liquidaci\u00f3n de la pobreza.
    \nNi unos ni otros lo consiguieron. Muy pronto se constatar\u00eda, por ejemplo, que la afluencia de inversiones generaba una nueva colonizaci\u00f3n. Las multinacionales encauzaban las econom\u00edas en su propia beneficio. Al final, el agujero negro del servicio a la deuda engull\u00eda los penosos esfuerzos de los pueblos m\u00e1s pobres para alcanzar una vida digna.
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    \n <\/p>\n

      \n
    1. Un siglo de guerras<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nResulta evidente que el problema universal del siglo es la guerra. Su estallido y alejamiento o la utop\u00eda de su superaci\u00f3n definitiva. De acuerdo con la propaganda de las grandes potencias, la mejor forma de evitarla consiste en prepararla. La doctrina latina del\u00a0si vis pacem para bellum<\/em>\u00a0se ha erigido en coartada para el desarrollo casi incontrolado de una industria militar desmesurada, o para los proyectos gigantescos de rearme at\u00f3mico dentro de esta pol\u00edtica de disuasi\u00f3n.
      \nLas guerras provocaron la urgencia de grandes cambios, a los que acompa\u00f1ar\u00e1 una positiva toma de conciencia sobre el progreso que la historia nos debe, pero tambi\u00e9n la sensaci\u00f3n de culpa y decepci\u00f3n por la negligencia cong\u00e9nita del ser humano, siempre pendiente de la renovaci\u00f3n de esperanzas y certezas.
      \nEn fin, la historia del siglo puede muy bien dividirse en dos grandes etapas, la de las guerras mundiales \u2014vigente hasta 1945\u2014, y la de las amenazas de nuevas guerras, en la que los militares, con el Estado, proclamar\u00e1n la necesidad de prepararse para mutuos ataques. Esta estrategia, inventada en Europa, ha pasado de forma contundente al resto del mundo \u2014los Estados Unidos, los pa\u00edses \u00e1rabes, las dictaduras africanas o latinas, los despotismos asi\u00e1ticos…\u2014, convirti\u00e9ndose en la parte m\u00e1s gravosa e improductiva de los presupuestos estatales.
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      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.1. Guerra mundial<\/strong>
      \n 
      \nA lo largo de este siglo, dos centenares de conflictos, cada cual m\u00e1s sangriento y devastador que el anterior, han rebasado la capacidad de inhumanidad que los seres humanos guardan unos para con otros. El siglo ha sido definitivamente el de las mayores guerras conocidas.
      \nRepresentar este gran ciclo b\u00e9lico resulta bastante f\u00e1cil puesto que, entre la guerra ruso-japonesa de 1905 y la actual de los Balcanes, hay dos conflictos denominados mundiales que por s\u00ed solos comprenden y contienen todo el horror y la muerte que pueda llegar a imaginar la humanidad. Nunca antes la magnitud de ning\u00fan enfrentamiento hab\u00eda facilitado ni permitido la denominaci\u00f3n de \u00abguerra mundial\u00bb.
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      \nEra la primera vez que el mundo asist\u00eda a conflictos b\u00e9licos que involucraban a pa\u00edses de los cinco continentes. En dos oportunidades, de 1914 a 1918 y de 1939 a 1945, cambi\u00f3 el mapa de los poderes hegem\u00f3nicos: el precio fueron diez a\u00f1os de guerra abierta y decenas de millones de muertos.
      \nHasta la Primera Guerra Mundial s\u00f3lo se registr\u00f3 el corto enfrentamiento ruso-japon\u00e9s (1904-1905), ocasi\u00f3n para que por primera vez un Estado europeo fuera derrotado por otro asi\u00e1tico y motivo de crisis interna en Rusia, cuyas consecuencias aceleraron la revoluci\u00f3n en aquel imperio. La guerra del 14 represent\u00f3, en cambio, la participaci\u00f3n de todos los estados europeos, excepto Espa\u00f1a, Holanda, Suiza y los pa\u00edses escandinavos. Los europeos fueron adem\u00e1s ayudados por diversos aliados exteriores, como\u00a0EE. UU., Canad\u00e1 y Australia, fundamentalmente.
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      \nLa Segunda Guerra Mundial, por su parte, super\u00f3 con creces esta participaci\u00f3n. Casi todos los Estados del mundo intervinieron en ella, en distinto grado. S\u00f3lo Espa\u00f1a una vez m\u00e1s, aunque ahora con la excepci\u00f3n del env\u00edo de un cuerpo expedicionario contra la URSS, Irlanda, Suecia, Suiza, Portugal y Afganist\u00e1n, quedaron fuera del conflicto.
      \nTambi\u00e9n respecto a la mortandad estas dos guerras son las m\u00e1s importantes. Hubo batallas en la primera, como la de Verg\u00fan o Somme, que costaron la vida a m\u00e1s de un mill\u00f3n de soldados. En la Segunda Guerra Mundial se barajan cifras de m\u00e1s de 50 millones de muertos. Adem\u00e1s, por primera vez en la larga cr\u00f3nica de los enfrentamientos militares, la lista de los muertos y heridos civiles super\u00f3 a la de los soldados en casi la totalidad de las naciones.
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      \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.2. Guerra fr\u00eda<\/strong>
      \n 
      \nLos efectos devastadores de la segunda gran guerra sirvieron al menos para crear una sensaci\u00f3n de horror injustificable, convertir a los pol\u00edticos a la paz p\u00fablica y otorgar argumentos a los pacifistas. Todav\u00eda insuficiente y minoritaria, esta corriente ha constituido una llamada de atenci\u00f3n, un movimiento de vigilancia y denuncia en el que militan muchos j\u00f3venes y no tan j\u00f3venes.
      \nLa bomba at\u00f3mica sirvi\u00f3 para concentrar real y simb\u00f3licamente el horror y el miedo. La primera hab\u00eda estallado algunos metros por encima del suelo de Hiroshima, ciudad de unos 200.000 habitantes situada a 680 km. de Tokio y dedicada a la agricultura y el comercio. Eran las ocho y cuarto del 6 de agosto de 1945. Murieron en el acto m\u00e1s de 70.000 personas y otras 40.000 quedaron heridas. S\u00f3lo tres d\u00edas despu\u00e9s, una segunda bomba at\u00f3mica era arrojada sobre Nagasaki.
      \n 
      \nEl mundo vivi\u00f3 durante d\u00e9cadas bajo una amenaza de conflicto nuclear que justific\u00f3 la enloquecida carrera armament\u00edstica de las dos superpotencias surgidas del final de la Segunda Guerra Mundial. Desde los primeros a\u00f1os de postguerra, la lucha por la hegemon\u00eda pol\u00edtica entre los grandes produjo una acelerada degradaci\u00f3n de las relaciones internacionales que hasta entonces garantizaban el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundiales. Salpicada de enfrentamientos regionales, esta\u00a0Guerra<\/em>\u00a0Fr\u00eda<\/em>\u00a0ir\u00eda verdaderamente enfri\u00e1ndose a partir de los a\u00f1os ochenta.
      \nPero no todo ha sido oscuridad. Tambi\u00e9n hemos comprobado el trabajo de otros ciudadanos y grupos, mejor o peor intencionados, que trataban de luchar formalmente contra la opci\u00f3n b\u00e9lica tan arraigada entre los humanos. Sobre todo en la vieja Europa, el territorio m\u00e1s sangrado por el siglo, florec\u00edan organismos pacificadores que durante la segunda mitad de la centuria funcionaban como desviadores de conflictos. Con la excepci\u00f3n tr\u00e1gica de las guerras en la zona de los Balcanes, en este continente se consigui\u00f3 una zona de exclusi\u00f3n, bajo la presi\u00f3n del recuerdo de las dos mortandades m\u00e1s recientes.
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      \n <\/p>\n

        \n
      1. Muchos mundos en uno<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nSiglo de decadencia de Occidente, como airadamente anunciara Spengler, pero, asimismo, de rabia y triunfo; imposici\u00f3n al cabo de sus formas pol\u00edticas, econ\u00f3micas, sociales o culturales a todo el planeta. Mas, al fin y a la postre, multiplicaci\u00f3n de mundos y naciones, siempre con desigual relieve e importancia.<\/p>\n

        3.1. El imperio\u00a0USA<\/h2>\n

         
        \nEl siglo XX es el siglo americano. Hoy resulta relativamente f\u00e1cil aceptar esta afirmaci\u00f3n, pero en 1900, cuando estaban llegando bajo la estatua de la Libertad todos los desarraigados de Europa, nadie hubiera imaginado que aquellos millones de hambrientos, sumados a otros tantos negros africanos, iban a ser capaces en menos de cincuenta a\u00f1os de rebasar al continente madre.
        \nEstados Unidos se ha ido consolidando a lo largo de este siglo como gran potencia, americana primero, occidental despu\u00e9s y finalmente mundial. Hoy extiende su influencia en los cinco continentes y, despu\u00e9s de la desaparici\u00f3n de la\u00a0URSS, su presencia, ya sea militar, econ\u00f3mica, pol\u00edtica, financiera o cultural es tan abrumadora que puede hablarse con cierta garant\u00eda de la primera y \u00fanica potencia verdaderamente mundial de la historia, a cuyo lado palidecen rid\u00edculamente todos los imperios de la antig\u00fcedad, las colonias ultramarinas y las ambiciones comparativamente reducidas de Napole\u00f3n o Hitler.
        \nDespu\u00e9s del asalto a Jap\u00f3n y Alemania, el\u00a0napalm<\/em>\u00a0disparado contra el pueblo vietnamita o las m\u00e1s de doscientas intervenciones sangrientas en Latinoam\u00e9rica, entre 1984 y nuestros d\u00edas, es decir despu\u00e9s del derrumbe sovi\u00e9tico,\u00a0USA\u00a0ha recuperado su beligerancia intervencionista de forma espectacular con las invasiones de Granada, Panam\u00e1, Irak, Somalia, Hait\u00ed, Kosovo… El control es ahora absoluto y la sociedad de aquel pa\u00eds est\u00e1 persuadida de que los intereses nacionales pueden ser impuestos por la fuerza y a un bajo costo dada la superioridad del aparato militar propio.
        \n 
        \n <\/p>\n

        \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03.2. El \u00abgrupo Europa\u00bb<\/h2>\n

         
        \nDe paisaje destruido a nueva tierra de promisi\u00f3n, el espacio de los imperios perdidos empez\u00f3 a recuperarse cuando los\u00a0EE.UU. decidieron convertirse en \u00abpotencia europea\u00bb. Hab\u00eda llegado a trav\u00e9s del Atl\u00e1ntico para detener el avance nazi, reordenar el capitalismo e instalarse definitivamente. Con un juicio (Nuremberg) y un plan (Marshall), los norteamericanos cerraron los hornos crematorios y abrieron un bazar, el mayor del mundo, para hacer de la tierra de sus antepasados un continente comercial. En este lado de Europa se formalizar\u00e1 un bloque capitalista, una situaci\u00f3n militar de excepci\u00f3n y una de las mayores concentraciones de riqueza\u00a0per capita<\/em>\u00a0de la historia.
        \nLos intentos de fortalecer las alianzas entre diversos estados de Europa cristalizaron en 1957 en los Tratados de Roma. Salvando complejos obst\u00e1culos, la Europa de los Seis creci\u00f3 hasta los quince miembros actuales. Ahora, con el fin de siglo nacen nuevos retos para la construcci\u00f3n europea.
        \nEuropa ha empleado cientos de a\u00f1os en dividirse en estados, soldarlos por dentro, atrincherarse en sus fronteras y autocrearse como una colecci\u00f3n de fragmentos, para luego reivindicar rasgos y riesgos comunes. Pura paradoja, esta divisi\u00f3n siempre ha tenido detractores oportunos e inteligentes.
        \n 
        \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03.3. Hijos de la revoluci\u00f3n<\/strong>
        \n 
        \nCuando regresaba del exilio para liderar la revuelta de una todav\u00eda reducido grupo de hombres que se hac\u00eda llamar bolcheviques, seguramente ni siquiera el propio Lenin imaginaba que estaba a punto de convertirse en uno de los grandes protagonistas del la historia del siglo XX. La revoluci\u00f3n rusa es la revoluci\u00f3n del siglo XX. Inacabada para unos, prematura para otros, fracasada finalmente, su dimensi\u00f3n e influencia le han dado un lugar relevante en el acontecer de nuestra era. Desde 1917, el mundo sovi\u00e9tico es toda una antolog\u00eda de ensayos sociales, propuestas universales, gigantismo econ\u00f3mico, debate pol\u00edtico y, por fin, crisis de un experimento.
        \nPese a ciertos momentos de esplendor, con sus programas de modernizaci\u00f3n econ\u00f3mica y sus \u00e9xitos en la investigaci\u00f3n espacial, el fracaso del\u00a0sistema<\/em>\u00a0no tardar\u00eda en llegar, y los resultados a\u00fan permanecen en nuestra retina.
        \n 
        \nComo todo lo de Oriente en Occidente, la revoluci\u00f3n china nunca fue bien contada y se ha resuelto con el nombre del fundador: Mao. El mao\u00edsmo, al fin y al cabo una inc\u00f3gnita sin desvelar del todo, morir\u00e1 con Mao a mediados de los a\u00f1os setenta. Una sabia combinaci\u00f3n de nacionalismo y protagonismo campesino le elevaron al poder. Su capacidad para controlar las nuevas situaciones generadas por la misma revoluci\u00f3n le asegur\u00f3, no sin graves crisis, la continuidad.
        \nLa asignatura revolucionaria china se pon\u00eda a examen el primero de octubre de 1949, cuando se proclamaba en Pek\u00edn el mayor estado comunista de la historia. La revoluci\u00f3n daba un salto gigantesco, que luego result\u00f3 ser en el vac\u00edo. Otra revoluci\u00f3n en un medio subdesarrollado, empe\u00f1ada en contradecir a Marx. Entretanto y durante muchos a\u00f1os, la izquierda del mundo crey\u00f3 haber encontrado en el campesino el sujeto revolucionario que estaba necesitando el Tercer Mundo.
        \n 
        \nTerritorio de gran riqueza natural, la Am\u00e9rica de habla hispana y portuguesa soporta sobre sus espaldas, sin embargo, una historia de dominaci\u00f3n primero y convulsiones pol\u00edticas m\u00e1s tarde. Conflictos sociales, represi\u00f3n, pobreza, analfabetismo y narcotr\u00e1fico han azotado esta regi\u00f3n a lo largo de gran parte de este siglo. Docenas de golpes militares, de intervenciones norteamericanas, de guerras civiles, de revoluciones internas y de enemigos externos se encuentran entre los mapas aciagos de la historia actual. Jornadas de lucha y miles de muertos, escuadrones nocturnos, torturadores de cuartel y comisar\u00eda, sindicalistas perseguidos, luchadores sociales masacrados, campesinos quemados, guerrilleros fusilados, soldados emboscados… son otros tantos efectos de las revueltas contra la miseria, la desigualdad o el hambre, en los que las viejas rep\u00fablicas del sur viven todav\u00eda.
        \nLa pelea sigue con el incansable vigor de los pueblos siempre nuevos, en los que la alternativa de las armas espera a los hijos de los guerrilleros, como \u00fanica herencia, en el mismo momento de aprender a dar los primeros pasos. Existe una excepci\u00f3n: la peque\u00f1a isla de Cuba, justamente, desempe\u00f1a en la historia del continente americano un protagonismo que sobrepasa en principio al que pod\u00eda supon\u00e9rsele, dado su peso espec\u00edfico en la zona.
        \n <\/p>\n

        \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03.4. Frutos de la descolonizaci\u00f3n<\/h2>\n

         
        \nEs posible que una de las consecuencias de efectos m\u00e1s duraderos y estables de la Segunda Guerra Mundial haya sido el movimiento de independencia de los pa\u00edses de Asia y \u00c1frica, que en el periodo anterior hab\u00edan sido colonias de Europa.
        \nEl primer paso en esta causa lo dar\u00edan las naciones asi\u00e1ticas, en los a\u00f1os de entreguerras. Jap\u00f3n, cuyo orgullo independentista y nacionalista iba a degenerar en imperiales apetencias, China, India, Indochina o Indonesia, pusieron el pie en esta p\u00e1gina de la historia por delante de los pueblos \u00e1rabes o islamizados. Cada uno por su lado, con el apoyo o rechazo de los grandes, pero formando parte de un gigantesco proyecto de expulsi\u00f3n del poder europeo, culmina hacia 1955 la obra de emancipaci\u00f3n. El punto de partida hist\u00f3rico fue la exultante victoria japonesa de 1905 contra Rusia.
        \n 
        \nQuince a\u00f1os despu\u00e9s del final de la \u00faltima guerra mundial, el mapa africano resultaba irreconocible. Al comienzo del periodo s\u00f3lo exist\u00edan cuatro Estados independientes \u2014Egipto, Liberia, Etiop\u00eda y Sud\u00e1frica\u2014 mientras que el resto formaba parte todav\u00eda de los grandes imperios europeos. Durante el conflicto, muchos pueblos africanos hab\u00edan obtenido promesas de libertad a cambio de ayuda. Y los grupos nacionalistas supieron aprovechar la coyuntura promoviendo movimientos favorables a la total emancipaci\u00f3n: Inglaterra aplic\u00f3 su pol\u00edtica de descompromiso, que sane\u00f3 su situaci\u00f3n y favoreci\u00f3 la penetraci\u00f3n norteamericana, Francia aprendi\u00f3 la dura lecci\u00f3n de Argelia, B\u00e9lgica pronto se encontr\u00f3 aislada y Espa\u00f1a o Portugal dejaron sus \u00faltimas colonias cuando ya se hab\u00edan convertido en insostenibles adornos de un anacr\u00f3nico \u00e1rbol imperial. Desde los a\u00f1os sesenta, algo m\u00e1s de medio centenar de Estados africanos forman la nueva realidad pol\u00edtica continental.
        \nTras la independencia, sin embargo, no resultar\u00e1 nada f\u00e1cil recomponer la situaci\u00f3n de estos Estados. Enfrentamientos internos, odios tribales, lucha por la riqueza natural, influencia e intereses neocoloniales de las potencias dominantes, etc., han conducido a penosas y cruentas guerras africanas, uno de cuyos ingredientes m\u00e1s com\u00fan ha sido el nefasto trazado territorial que los colonizadores hab\u00edan dejado como herencia.
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        \n3.5.<\/strong>\u00a0\u00c1rabes, jud\u00edos y un laboratorio de imperios<\/strong>
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        \nEl Islam actual es, entre otras cosas, uno de los productos m\u00e1s desafortunados del colonialismo europeo. Desde 1945, la consolidaci\u00f3n de una civilizaci\u00f3n occidental y el resurgir \u00e1rabe plantean incesantemente el grave dilema de una renuncia a los principios y fundamentos del Islam o de una defensa ag\u00f3nica frente a las imposiciones culturales, pol\u00edticas y econ\u00f3micas de Occidente. Los isl\u00e1micos aparecen divididos en fundamentalistas, reformistas y laicos; una encrucijada con frecuencia resuelta en duros enfrentamientos civiles y militares.
        \nLos fundamentalistas est\u00e1n persuadidos de la posibilidad de avanzar sin necesidad de imitar el modelo occidental, y preservando adem\u00e1s los preceptos religiosos y morales del Cor\u00e1n. Los reformistas piensan que ambos procesos puede convivir sin excluirse. Los laicos tampoco renuncian, en el fondo, a todo el impresionante bagaje cultural y religioso de sus pueblos, aunque adopten con ostentaci\u00f3n formas occidentales. El Islam sigue siendo una apuesta hist\u00f3rica sin resolver, que avanza o retrocede con excesiva dependencia de los intereses occidentales y con la paradoja de sus riquezas pretol\u00edferas, su realidad social y su vitalidad religiosa.
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        \nM\u00e1s desgraciado a\u00fan es el proceso que enfrenta a jud\u00edos y palestinos. Sus ra\u00edces se localizan en los primeros movimientos de inmigraci\u00f3n tolerados por los brit\u00e1nicos desde 1920 y animados por las organizaciones sionistas, que van asentando lentamente a nuevas generaciones de jud\u00edos en espacios habitados por palestinos. La\u00a0ONU\u00a0en 1947 acuerda la divisi\u00f3n territorial, atribuyendo a los palestinos la franja de Gaza, la zona al oeste del Jord\u00e1n con centro en Jerusal\u00e9n y una porci\u00f3n al norte fronteriza con el L\u00edbano; los jud\u00edos administrar\u00edan el resto, la franja mediterr\u00e1nea y los puestos de Jaifa y Jaffa, la mayor parte del Neguev y el norte del Jord\u00e1n, junto a Siria.
        \nEl 14 de mayo de aquel a\u00f1o, Ben Guri\u00f3n proclamaba la independencia de Israel en Tel Aviv, ante la imposibilidad de hacerlo en Jerusal\u00e9n.
        \nEsta primera repartici\u00f3n territorial ser\u00eda modificada en enfrentamientos posteriores que ven el arrinconamiento de los palestinos, hasta que en\u00a0Cam David<\/em>\u00a0los jud\u00edos aceptan retirarse del Sina\u00ed y conceder una autonom\u00eda limitada a los palestinos que habitan en los territorios ocupados. Y la historia conflictiva sigue en nuestros d\u00edas.
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        \nLa pen\u00ednsula balc\u00e1nica, donde se desarrolla actualmente el enfrentamiento b\u00e9lico m\u00e1s sangriento, ha sido a lo largo de la historia territorio de encuentro y de choque de distintas etnias, lenguas, religiones y Estados. All\u00ed se cometi\u00f3 el magnicidio que precipit\u00f3 la Primera Guerra Mundial. Y all\u00ed, tambi\u00e9n, casi ochenta a\u00f1os despu\u00e9s, Europa despert\u00f3 horrorizada de su sue\u00f1o de paz y convivencia.
        \nEl atentado de Sarajevo, en el que muri\u00f3 el pr\u00edncipe heredero de Austria-Hungr\u00eda, termin\u00f3 desencadenando un conflicto madurado en a\u00f1os anteriores, cuyas consecuencias finales fueron la desmembraci\u00f3n definitiva de los imperios turco y austr\u00edaco o la revolucionaria transformaci\u00f3n de Rusia. Un mes despu\u00e9s del atentado, Austria se decide a atacar a Serbia, a quien considera responsable pol\u00edtica de la muerte del heredero. A continuaci\u00f3n, Rusia apoya a Serbia y Alemania a los austro-h\u00fangaros. El 4 de agosto de 1914 Europa ard\u00eda en una guerra inesperada.
        \nEn 1991 y ante el estupor de medio mundo, serbios, croatas y bosnios vuelven a las andadas con sus hostilidades. 1999 est\u00e1 contemplando otro coletazo cruel de la inestabilidad de la zona.
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        1. Signos y contrasignos<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

           
          \nCasi telegr\u00e1ficamente y antes de detenernos en el paisaje concreto de la Iglesia Cat\u00f3lica, sugerimos unos cuantos signos de nuestro tiempo cargados con la ambig\u00fcedad, cuando no con el disparate deshumanizador, que caracteriza la contingencia humana.
          \nLos hombres y mujeres del siglo XX terminamos el recorrido por estos cien a\u00f1os con grandes temores y esperanzas, con gigantescas e intranquilas dudas de lo que hemos de hacer y lo que nos queda por hacer. Lo que hemos querido y lo que hemos odiado, lo que hemos matado y lo que hemos dejado vivir.
          \nMientras para el pensamiento idealista del siglo, la humanidad constitu\u00eda una unidad que deb\u00eda de estimarse como objeto de valor superior y abstracto, para los pragm\u00e1ticos el conjunto de los seres vivos era algo aleatorio, solamente instrumento o medio de conseguir metas materiales, pol\u00edticas o doctrinales. Todo parec\u00eda permitido.
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          \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a04.1. Los mitos de la productividad y la eficacia<\/strong>
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          \nLa consigna del siglo ha sido \u00ab\u00a1Vender\u00bb! Vender m\u00e1s que nadie, m\u00e1s que el enemigo y m\u00e1s que el amigo, suponiendo que en esta competici\u00f3n hubiera algo m\u00e1s que adversarios y peleas entre lobos humanos. La obligaci\u00f3n de exportar y colocar manufacturas en los mercados libres, abiertos gracias a la persuasi\u00f3n de las ca\u00f1oneras, se elev\u00f3 a categor\u00eda patri\u00f3tica.
          \nSe trataba de venderlo todo. Ideas e ingenios, superioridad t\u00e9cnica y manufacturas sofisticadas. Crear necesidades de consumo y suministrar entretenimiento o armas. En el arancel de las aduanas no exist\u00eda ning\u00fan c\u00f3digo de conducta que no estuviera justificado y presidido por la raz\u00f3n comercial. Con las mercanc\u00edas llegadas del Norte, en el Sur sobreviv\u00edan, consum\u00edan o se mataban prudentemente en tanto llegaban Cruz Roja y sus sucesoras, las\u00a0ONG\u00a0modernas.
          \nEn este siglo se invent\u00f3 la productividad, compa\u00f1era inseparable de la competencia y justificada con el mito de la eficacia. Gracias a estos conceptos se establecieron escalas internacionales de supervivencia y superioridad t\u00e9cnicas. Americanos, alemanes, japoneses, franceses o escandinavos estuvieron siempre por delante en esta guerra comercial con aplicaciones productivas como los inventos, la organizaci\u00f3n de empresas, la reconversi\u00f3n, el control de calidad y de producci\u00f3n, el desempleo o la presi\u00f3n sobre los salarios, dejando para los dem\u00e1s una neoesclavitud de mano de obra y servicios baratos.
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          \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a04.2. Promesas de igualdad para la mujer<\/strong>
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          \nLa mujer es el hecho social m\u00e1s relevante del siglo XX. Emancipaci\u00f3n, sufragismo, derechos, feminismo, igualdad de sexos… Y sin embargo, a pesar de esa gran revoluci\u00f3n, los datos actuales siguen siendo aterradores.
          \nLos \u00faltimos informes de las Naciones Unidas aseguran que las mujeres proporcionan las dos terceras partes del total de horas trabajadas en el mundo. Ellas producen el 44% de los art\u00edculos alimentarios… A cambio s\u00f3lo reciben el 10% de los salarios y tan s\u00f3lo el 1% de los bienes patrimoniales est\u00e1n registrados a su nombre. La situaci\u00f3n es especialmente grave en el conjunto de los pa\u00edses pobres. Pero su posici\u00f3n social no es menos marginal en las naciones del \u00abprogreso\u00bb y de la modernidad, donde dif\u00edcilmente llegan a ocupar los puestos de direcci\u00f3n y decisi\u00f3n.
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          \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a04.3. Democracia, educaci\u00f3n y solidaridad\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>
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          \nLa extensi\u00f3n de la educaci\u00f3n burguesa, en su m\u00ednima expresi\u00f3n, a la clase obrera y la casi desaparici\u00f3n del analfabetismo en las ciudades del primer mundo han servido para crear el concepto de\u00a0opini\u00f3n p\u00fablica.<\/em>\u00a0Sin embargo, esta supuesta opini\u00f3n s\u00f3lo ha sido consultada de vez en cuando y con el \u00fanico objetivo de refrendar la conducta de las \u00e9lites y de los grupos de vanguardia que mantienen el poder del siglo, gracias a un sistema de delegaci\u00f3n, denominado, con poca propiedad, elecciones democr\u00e1ticas.
          \nA pesar de la decepci\u00f3n o el descontento de un notable n\u00famero de ciudadanos con este sistema, la creaci\u00f3n de \u00abpartidos de masas\u00bb, que s\u00f3lo lo eran el d\u00eda de las votaciones o en algunas manifestaciones en determinados d\u00edas de urgencia, confer\u00eda un aspecto popular del recorrido pol\u00edtico del siglo. La realidad cotidiana, no obstante, desment\u00eda esta \u00abmasificaci\u00f3n\u00bb de la vida pol\u00edtica, ya que los partidos estaban habitados por militantes obsequiosos hasta el empalago con sus mandos, y se parec\u00edan m\u00e1s a grup\u00fasculos de presi\u00f3n que a democracias pol\u00edticas.
          \nNo obstante, el siglo tambi\u00e9n\u00a0redescubri\u00f3<\/em>\u00a0los sentimientos humanitarios. Un humanismo recreado, menos artificial que la filantrop\u00eda del XIX, ser\u00e1 ejercido la mayor parte de las veces siguiendo la estela individual, pero tambi\u00e9n de forma organizada y estable, autobautiz\u00e1ndose con nombres como solidaridad, cooperaci\u00f3n, o internacionalismo. La creaci\u00f3n de las\u00a0ONG, en la segunda mitad del siglo, ha forcejeado por eludir los fraudes intermedios, las maniobras gubernamentales y las trampas financieras, con \u00e9xito dispar en sus propuestas de paz por medio del progreso y la ayuda.
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          \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a04.4. Ciencia y cultura<\/strong>
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          \nLos hombres del siglo XX no s\u00f3lo se enfrentaron entre s\u00ed unidos por el deseo de muerte. Tambi\u00e9n luchan por la vida, contra el discurso de la naturaleza y para superar los errores humanos, que no pocas veces act\u00faan como sus adversarios. La ciencia m\u00e9dica ha sido durante nuestra historia actual un buen ejemplo de las esperanzas recobradas, desde que en los a\u00f1os cuarenta un descubrimiento milagroso, la penicilina, llegara a nuestras cl\u00ednicas y hospitales para iniciar la batalla contra los virus y las bacterias.
          \nPor otro lado, el deterioro de la salud en los pa\u00edses m\u00e1s desarrollados, a causa de los abusos y sobreabundancias, convive a finales del siglo con el mantenimiento de enfermedades y plagas de la pobreza, que afectan a casi las dos terceras partes de la humanidad. Los descalabros de la opulencia, en forma de enfermedades de coraz\u00f3n o c\u00e1ncer, son comparables a los ataques de la precariedad culpables del hambre, la avitaminosis o el crecimiento f\u00edsico deficiente de tantos y tantos pueblos.
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          \nLa guerra y las persecuciones dejaron un panorama empobrecido en el mundo cultural, heredado del XIX. Quiz\u00e1s lo m\u00e1s llamativo, en este aspecto, la consolidaci\u00f3n de la\u00a0cultura de masas.<\/em>
          \nAunque las complacientes masas empezaron a ser odiadas por sus antiguos cantores. J\u00f3venes airados all\u00e1 por el \u201868, intelectuales de resuello, fueron despose\u00eddos de su rebeld\u00eda de identidad por un Estado del Bienestar, paternal y aburrido, que promet\u00eda encargarse de todo. Apareci\u00f3 el derecho a la diferencia, la lucha por la marginaci\u00f3n, el\u00a0homo<\/em>\u00a0solitario y el desprecio por la masificaci\u00f3n. Este prurito se tradujo en los intentos de buscar cada vez m\u00e1s la l\u00ednea vanguardista, el \u00faltimo \u00abpost-ismo\u00bb, la renovaci\u00f3n incesante del snobismo y, como consecuencia, la lucha por hacer ostensible el distanciamiento olig\u00e1rquico ante los esfuerzos de los Estados que pretend\u00edan programar una democracia cultural anestesiante.
          \n 
          \nLa revoluci\u00f3n de la imagen es uno de los hechos fundamentales de la segunda parte de este siglo. Si el\u00a0Guernica<\/em>\u00a0es el \u00faltimo poema pict\u00f3rico sobre la realidad de una sociedad mortalmente enfrentada a la sinraz\u00f3n b\u00e9lica, el miliciano abatido y fotografiado por Capa es su contempor\u00e1neo en celuloide. Desde entonces, la fotograf\u00eda, el cine, la televisi\u00f3n o el ordenador han completado un mundo de pantallas e im\u00e1genes, que ha recorrido todos los caminos posibles entre la denuncia y la evasi\u00f3n. Los a\u00f1os actuales son la transici\u00f3n del texto escrito al mundo imaginado. El esfuerzo se transforma en sensibilidad, el razonamiento en gusto est\u00e9tico y el pensamiento en placer sensual.
          \nUn mundo m\u00e1s f\u00e1cil, sin duda con m\u00e1s adictos y bordeando la lectura preocupante del 1984 de Orwel. Un rect\u00e1ngulo inquietante, negro y siniestro, que apenas descansa, es ahora el protagonista robotizado de esta \u00faltima revoluci\u00f3n de la cotidianidad. Est\u00e1 en todas partes y se vende en todos los tama\u00f1os, de modo que el habitante de los pa\u00edses desarrollados, y de los que no lo son, pueda entregarse a un desenfrenado culto, que en ocasiones sobrepasa las cinco horas diarias. Las consecuencias culturales, sociales y pol\u00edticas de esta inactividad est\u00e1n ya entre nosotros y probablemente empiezan a desbordar cualquier previsi\u00f3n que hayamos podido hacer al respecto al ciudadano del presente.
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          1. Primavera e invierno de la Iglesia cat\u00f3lica<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

             
            \nEl mundo del siglo XX \u2014que estaba empezando a confiar m\u00e1s en las soluciones t\u00e9cnicas y econ\u00f3micas, que en el alivio espiritual que proporcionaba la religi\u00f3n\u2014 no pod\u00eda por menos que alejarse de un discurso que como el del Vaticano permanec\u00eda anclado en las viejas claves transcendentalistas del pasado. Sin embargo, aguas subterr\u00e1neas de cambio y renovaci\u00f3n vitalizaban algunos canales del cuerpo m\u00edstico durante el largo pontificado de P\u00edo XII. Pensadores, te\u00f3logos y fil\u00f3sofos estaban saliendo de las celdas intelectuales de oficio y trataban de no perder el rumbo de los tiempos. El incuestionable ascendiente del poder espiritual y temporal de la Iglesia se renovar\u00e1 profundamente a partir de la d\u00e9cada de los sesenta, particularmente con el concilio Vaticano II.
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            \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a05.1. Reforma esperanzada<\/strong>
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            \nAquel cardenal de aspecto bonach\u00f3n que se llam\u00f3 Juan XXIII, romper\u00eda las mejores previsiones que ve\u00edan en \u00e9l un modo adecuado de ganar tiempo para la transici\u00f3n escalonada tras la muerte del papa Pacelli. El anuncio de enero de 1959 de la preparaci\u00f3n de un concilio, el primero y puede decirse que \u00fanico de este siglo, produjo una inmensa conmoci\u00f3n entre los cat\u00f3licos de todo el mundo. Ser\u00eda su aventajado sucesor, Pablo VI, quien institucionar\u00eda la renovaci\u00f3n esperanzada a la que dio lugar aquella iniciativa.
            \nCelebrado en cuatro fases \u2014en las que participar\u00edan 2.500 convocados\u2014, entre octubre de 1962 y las mismas fechas de 1965, el ciclo del concilio Vaticano II tuvo una repercusi\u00f3n hist\u00f3rica en el papel del cristianismo y de sus militantes en la vida occidental. El esfuerzo de comprensi\u00f3n de la realidad, apoyado en el discurso teol\u00f3gico entonado por el Concilio, sirvi\u00f3 para que el ajado mensaje de la Iglesia se vivificara en un renovado compromiso temporal. Como consecuencias de ello se produjo una mayor implicaci\u00f3n de sacerdotes y seglares cristianos en el entorno social y pol\u00edtico.
            \nEl concilio Vaticano II, sin duda el m\u00e1s universal de la historia de la Iglesia, permiti\u00f3 a los cat\u00f3licos pensar y actuar como hombres y mujeres de su tiempo y a la propia Iglesia asumir posiciones impensables hasta entonces.
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            \nEn poco m\u00e1s de una docena de documentos, la teolog\u00eda renovadora introdujo en el ventilador conciliar los g\u00e9rmenes destructores del empecinamiento y la ineficacia que hab\u00edan hecho de los \u00faltimos cien a\u00f1os vaticanos un museo de antig\u00fcedades. El giro copernicano del Concilio estuvo en el abandono de la altivez, en la humildad del reconocimiento de errores, en la insospechada posibilidad de que la Iglesia admitiera alguno de sus pecados y en la necesidad de moderar incluso su infalibilidad.
            \nLa revoluci\u00f3n consisti\u00f3 en aceptar la modernidad, sin malos gestos, y desautorizar las anteriores posiciones intransigentes, todav\u00eda en el momento preciso para reparar los lazos, ya muy d\u00e9biles, entre la instituci\u00f3n cristiana y un humanismo tantas veces anatematizado. Casi de repente, el mundo dej\u00f3 de presentar el lado negativo con el que la pertinaz doctrina papal lo hab\u00eda entendido hasta entonces. Subrayando los aspectos positivos de la realidad humana y las grandes virtualidades de un mundo distendido, tolerante y en paz, el Vaticano II redim\u00eda la \u00abc\u00e1rcel\u00bb corporal del anterior discurso eclesi\u00e1stico. Fue sobre todo una declaraci\u00f3n de paz entre Dios y el hombre, que contribuy\u00f3 a enderezar el rumbo de un catolicismo que por su af\u00e1n inmoderado de divinidad ni siquiera alcanzaba a ser humano. Con la teolog\u00eda reconciliadora propuesta por la asamblea vaticana se abr\u00eda un f\u00e9rtil e insospechado proceso de negociaci\u00f3n entre los asuntos de Dios y los problemas de los hombres.
            \n 
            \nEs tan grande el resplandor inicial y deslumbraba tanto el Vaticano II que, en una primera hora, no deja ver las carencias, ni los rostros torvos o las venganzas aplazadas. El Concilio atendi\u00f3 a urgentes tareas, pero se qued\u00f3 corto en otras. La reflexi\u00f3n sobre la Iglesia empuj\u00f3 la \u00abbarca de Pedro\u00bb, pero las estructuras y las vigas maestras se mantuvieron en el esqueleto. El poder absoluto no se alter\u00f3.
            \nToda una cultura de los derechos humanos, que se hab\u00eda convertido en el eje de la vida c\u00edvica de Occidente, era clamorosamente ignorada en la organizaci\u00f3n religiosa mediante la coartada de la supeditaci\u00f3n a lo divino. Pretender la libertad hacia fuera y reprimirla en su interior rest\u00f3 credibilidad a la Iglesia entre su clientela, que sinti\u00f3 dram\u00e1ticamente c\u00f3mo sus ideales de libertad y justicia para el mundo mal pod\u00edan compaginarse con su pertenencia a una instituci\u00f3n que, de puertas adentro, no garantizaba el ejercicio de la democracia a sus propios miembros.
            \n 
            \n 
            \n5.2. Involuci\u00f3n restauracionista<\/strong>
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            \nTreinta a\u00f1os despu\u00e9s del recordado Concilio, muchos cat\u00f3licos siguen creyendo en la renovaci\u00f3n de las Bienaventuranzas o suspirando por la promesa evang\u00e9lica del \u00abTodo lo que desatareis…\u00bb. Otros han preferido el lado agrio de la moneda y recuperar el autoritario \u00abTodo lo que atareis en la Tierra ser\u00e1 atado en el cielo…\u00bb y han impuesto un dr\u00e1stico viraje respecto a los rumbos evang\u00e9licos anteriores.
            \nTras la muerte de Pablo VI y de Juan Pablo I, que apenas estuvo unas semanas en la titularidad vaticana, el arzobispo polaco Karol Wojtyla pas\u00f3 a ser Juan Pablo II. Comenzaba un nuevo per\u00edodo que arroja un balance de restauraci\u00f3n en el seno de la Iglesia.
            \nEl Vaticano ha mantenido el ritmo de los \u00faltimos a\u00f1os con su caracter\u00edstico una de cal y tres de arena. Se ha mantenido el vigor de los entredichos contra te\u00f3logos \u00ablibrepensadores\u00bb y las suspensiones profesorales que afectan a muchos de ellos. Ofensivas moralizantes, a cargo por lo general de la Congregaci\u00f3n para la Fe, se han puesto al lado de declaraciones modernizantes a favor de los oprimidos, por los derechos humanos e incluso de tinte ecologista.
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            \nAlgunas reformas y pasos firmes encaminados en una direcci\u00f3n progresista son ya muy dif\u00edciles de desmontar, por su arraigo en una comunidad que los siente como propios y los entiende como respuesta adecuada a sus necesidades. Pero otros adelantos del per\u00edodo anterior, en cambio, menos s\u00f3lidos y con menor capacidad de enganche, eran liquidados sin la menor consideraci\u00f3n a las consecuencias pastorales ni a la ruptura de v\u00ednculos sociales que provocaban.
            \nEn una planificaci\u00f3n fr\u00eda y poco creativa, el nuevo poder atendi\u00f3 sobre todo a la recuperaci\u00f3n de la moral y de las costumbres, del recogimiento y la pr\u00e1ctica oracional, antes que a la profundizaci\u00f3n de la misi\u00f3n temporal de la casa cristiana.
            \nCon la permanente presencia del cardenal Ratzinger, se incorpor\u00f3 al mensaje papal una revisi\u00f3n cr\u00edtica de todo el per\u00edodo postconciliar, concluyendo en la necesidad de fumigar los fondos de la interpretaci\u00f3n progresista realizada por el Vaticano II. La transformaci\u00f3n, que hab\u00eda tenido consecuencias saludables al asumir un ecumenismo pluralista, en el que pudieran expresarse las diversas tendencias, fue calificada de disgregaci\u00f3n y retroceso.
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            \n\u203a\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u203a\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u203a
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            \nLos avances de la historia no se interrumpieron en este siglo y tampoco lo va a hacer en el siguiente. Pero s\u00f3lo a condici\u00f3n de que acertemos a reproducirnos mediante el aprovechamiento de lo segregado en \u00e9pocas anteriores y sepamos contener las luces fulminantes de la raz\u00f3n, que han sido esgrimidas con abusiva frecuencia imponi\u00e9ndose en variables estatales, nacionales o sociales.
            \nTras d\u00e9cadas de fe ciega en el progreso y en el desarrollo, terminamos en siglo dejando fuera de combate a los idealistas que cre\u00edan en una historia humanizada, o que hab\u00edan confiado en hacer de la cotidianidad una gran aventura cient\u00edfica guiada por la raz\u00f3n; fueron relegados y sus teor\u00edas pasaron de moda. Las grandes instituciones y los grandes sistemas atravesaron por momentos de p\u00e1nico, mientras la inestabilidad se convert\u00eda en noticia diaria.
            \nSin embargo, no habr\u00eda de ser el odio ni el p\u00e1nico, ni siquiera la droga o la violencia, el elemento m\u00e1s generalizado y caracter\u00edstico de la respuesta social a la crisis. El fen\u00f3meno m\u00e1s extendido y de peores consecuencias fue la reactivaci\u00f3n del ego\u00edsmo individual y colectivo. Los nuevos \u00eddolos resplandec\u00edan con el barniz dorado del dios Mamm\u00f3n, al que se adora con total entrega y ninguna alternativa.
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            \nMientras se conmemoraba el 50 aniversario de la promulgaci\u00f3n de los derechos humanos, se denunciaba su infracci\u00f3n en la mayor\u00eda de los pa\u00edses firmantes de la declaraci\u00f3n. Entre ellos algunos de los que m\u00e1s se jactan por sus avances democr\u00e1ticos. La desasistida explosi\u00f3n demogr\u00e1fica del Tercer Mundo conviv\u00eda con el envejecimiento narcisista de las naciones ricas. La destrucci\u00f3n de alimentos y riquezas, con el hambre en \u00c1frica o la miseria en Asia y Latinoam\u00e9rica. El derroche armament\u00edstico, con el d\u00e9ficit cultural y educativo. El despilfarro energ\u00e9tico, con la degradaci\u00f3n ambiental. Y el derecho al trabajo insatisfecho, con la mayor revoluci\u00f3n tecnol\u00f3gica de la historia.
            \nLas noticias de un mundo convulso se han sucedido con rapidez hasta hoy. Simples cr\u00f3nicas del a\u00f1o para algunos, un doloroso\u00a0v\u00eda crucis<\/em>\u00a0para otros: estaciones, en fin, de ese interminable tren de la historia que nunca se detiene y ahora es, m\u00e1s que nunca, un tren de alta velocidad… cuyos movimientos combinados, pese a todos los pesares, cada d\u00eda conocemos mejor.\u00a0n
            \n[1]<\/a>\u00a0NOTA DE LA REDACCI\u00d3N: Hemos pedido al autor, muy espec\u00edficamente, una reflexi\u00f3n concreta sobre el tema tal como ya lo hab\u00eda abordado en sus obras:\u00a0\u00c1lbum de la Historia del siglo XX<\/em>\u00a0(Galaxia Gutenberg-C\u00edrculo de Lectores, Barcelona 1998) e\u00a0Historia del mundo actual 1945-1995\u00a0<\/em>\u2014Vol. 1: Memoria de medio siglo;\u00a0<\/em>Vol. 2:\u00a0Imago mundi<\/em>\u2014 (Alianza Editorial, Madrid 1996), cuyos dos vol\u00famenes est\u00e1n escritos con Jos\u00e9 M. Lorenzo. A ellas remitimos para entender mejor la s\u00edntesis concentrada que presenta este art\u00edculo.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

            [vc_row][vc_column][vc_column_text]El siglo XX es un siglo paradoja, que empieza en 1917 con la revoluci\u00f3n Rusa, o en 1914 con el asalto a los imperios, y se nos antoja una caldera hirviendo de risas y l\u00e1grimas en la que todav\u00eda la humanidad no ha aprendido a regularse. Siglo de crisis y debate, en el que hemos […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[124,398,400,94],"tags":[],"class_list":["post-12152","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-1999-mision-joven-2","category-estudios-270-271","category-fernando-garcia","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12152","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12152"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12152\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12152"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12152"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12152"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}