{"id":12211,"date":"1999-04-01T06:31:28","date_gmt":"1999-04-01T04:31:28","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12211"},"modified":"1999-04-01T06:31:28","modified_gmt":"1999-04-01T04:31:28","slug":"hay-un-rostro-mediatico-de-dios-el-rostro-de-dios-en-los-mcs-actuales","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/hay-un-rostro-mediatico-de-dios-el-rostro-de-dios-en-los-mcs-actuales\/","title":{"rendered":"\u00bfHay un rostro medi\u00e1tico de Dios? El rostro de Dios en los MCS actuales"},"content":{"rendered":"
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Norberto Alcover<\/strong>\u00a0es periodista y profesor de Teor\u00eda de la Comunicaci\u00f3n en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid).<\/em> [1]<\/a>\u00a0J. RMAY (ED.),\u00a0La nueva imagen del cine religioso<\/em>, Ed. Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca 1998, 23 (Introducci\u00f3n). [vc_row][vc_column][vc_column_text] Pie Autores Norberto Alcover\u00a0es periodista y profesor de Teor\u00eda de la Comunicaci\u00f3n en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid). Mar\u00eda Teresa Sim\u00f3n\u00a0es psic\u00f3loga dedicada a cuestiones relativas a la Psicolog\u00eda de la Comunicaci\u00f3n. \u00a0 S\u00edntesis del Art\u00edculo Aunque la peque\u00f1a parte visible del\u00a0\u00abiceberg postmoderno\u00bb\u00a0aparece como arreligiosa, es posible ir entreviendo en nuestra sociedad el rostro […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[124,372,267,94,49],"tags":[],"class_list":["post-12211","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-1999-mision-joven-2","category-estudios-267","category-maria-teresa-simon","category-mision-joven-2","category-norberto-alcover"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12211","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12211"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12211\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12211"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12211"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12211"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nMar\u00eda Teresa Sim\u00f3n<\/strong>\u00a0es psic\u00f3loga dedicada a cuestiones relativas a la Psicolog\u00eda de la Comunicaci\u00f3n.<\/em>
\n\u00a0<\/strong>
\nS\u00edntesis del Art\u00edculo
\nAunque la peque\u00f1a parte visible del\u00a0\u00abiceberg postmoderno\u00bb\u00a0aparece como arreligiosa, es posible ir entreviendo en nuestra sociedad el rostro de Dios. En esta perspectiva, los autores tratan de guiar con una doble propuesta: por un lado, ofrecen ciertas pistas para descubrir\u00a0\u00abalgunos rostros divinos en las zonas profundas de los productos medi\u00e1ticos\u00bb; por otro, se\u00f1alan las\u00a0\u00abcondiciones psicol\u00f3gicas de posibilidad para poder detectar tales rostros\u00bb.
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Introducci\u00f3n interrogante<\/strong>
\n
\nParece claro a estas alturas que la modernidad concluy\u00f3 con el grito un tanto desabrido de\u00a0\u00abla muerte de Dios\u00bb\u00a0y\u00a0\u00abel silencio de Dios\u00bb. Todav\u00eda se pod\u00eda dar una cierta pastoral en torno\u00a0\u00abal hecho divino\u00bb, porque formaba parte de los referentes sociales, por lo menos en el Occidente de ra\u00edz cristiana, pero de hecho era el mismo Dios quien se nos antojaba lejano, silencioso, hasta resultar como mortecino o, inclusive, como muerto en el conjunto de datos sociales que preanunciaban la fragmentariedad disoluta de la postmodernidad rampante.
\n
\nLa sociedad de los ochenta, con la imposici\u00f3n definitiva de los c\u00e1nones anglosajones de origen, sobre todo\u00a0yanqui,<\/em>\u00a0se hac\u00eda de forma definitiva inmanente y, con lentitud pero sin p\u00e9rdida de resuello, optaba por un Jesucristo intrahist\u00f3rico, m\u00e1s aqu\u00ed del Se\u00f1or de la Resurrecci\u00f3n en el que todos \u00e9ramos lanzados al misterio de lo eterno. La vida eterna, dicho sea sin remilgos, se desvanec\u00eda y comenzaba un culto pragm\u00e1tico y resolutivo por un evangelio de la cercan\u00eda, completamente desprovisto de divinidad.
\nEste recurso, en una materializaci\u00f3n de lo divino, imped\u00eda que Dios estuviera silencioso o muerto, pero daba a luz otro tipo de divinidad en la personalidad cr\u00edticamente acerada de un Jes\u00fas de Nazaret que denunciaba no tanto el pecado de ego\u00edsmo teol\u00f3gico cuando el exceso de consumismo postmoderno.
\nEl carpintero de Galilea es necesario en nuestros d\u00edas para revolver nuestra conciencia enfermiza de\u00a0\u00abconsumistas compulsivos\u00bb\u00a0mientras los pobres se mueren de hambre. Solamente que, as\u00ed, tipo alguno de salvaci\u00f3n puede sobrevenirnos, ni frente a los dem\u00e1s (que permanecen igual), ni frente al conjunto de la historia\/sociedad, que sigue siendo la misma a pesar de coyunturales rectificaciones. Es un saldo de las buenas intenciones, sobre todo cuando todo se transforma en libros sobre profetas, \u00e1ngeles y criaturas maravillosas que nos consuelan pero que no nos solucionan nada definitivo.
\n
\n\u00bfPuede aparecer Dios en cuanto Dios en este contexto edulcorado y lleno de tarjetas de cr\u00e9dito? \u00bfTiene sentido buscar el rostro de alguien que se define como amor pur\u00edsimo, precisamente en un contexto dominado por el ego\u00edsmo de la oferta\/demanda? \u00bfLos dioses que descubrimos alcanzan alguna relaci\u00f3n intr\u00ednseca con el Padre de Nuestro Se\u00f1or Jesucristo, m\u00e1s all\u00e1 de irenismos al uso? Porque podemos llenar p\u00e1ginas de buenos descubrimientos sobre dios, pero resultar que nada tienen que ver con nuestro Dios, lo que no deja de ser una clamorosa falacia de cara a la pastoral y a la existencia desde la fe.
\n
\nPues bien, esta interrogante introducci\u00f3n deriva en esta constataci\u00f3n irrefutable: el inmenso iceberg que recorre nuestras g\u00e9lidas aguas postmodernas, se autoexpresa, sobre todo, en el conjunto de realidades medi\u00e1ticas a mano de cualquier ciudadano desarrollado, y as\u00ed, lo m\u00e1s accesible medi\u00e1tico resulta lo m\u00e1s oscuro en la manifestaci\u00f3n de lo divino. La breve pir\u00e1mide de hielo que aparece sobre la superficie social (la pir\u00e1mide medi\u00e1tica) es arreligiosa y, en determinadas situaciones, irreligiosa, a pesar de posibles ulteriores lecturas que nosotros mismos intentaremos proyectar. Todo lo cual nos deriva hacia la pregunta concluyente: \u00bfes posible descubrir el rostro de Dios, sin parodias facilitonas, en esa masa de hielo societario que adopta las formas medi\u00e1ticas del cine, de la radio, de la prensa, de la televisi\u00f3n, de la publicidad, de la m\u00fasica grabada y alg\u00fan otro aditamento al uso?
\nEn cuanto sigue, desarrollaremos nuestra respuesta que, a pesar de lo escrito ya, no ser\u00e1 tan \u00fanica ni tan homog\u00e9nea. Nos sumergimos, en consecuencia, en una traves\u00eda mar\u00edtima en que los iceberg descritos deparar\u00e1n sorpresas inusuales.
\n
\n <\/p>\n\n
\nEn este primer cap\u00edtulo, intentaremos dar pistas para descubrir algunos rostros divinos en las zonas profundas de los productos medi\u00e1ticos, mientras en el siguiente ofrecemos las condiciones de posibilidad psicol\u00f3gicas para poder detectar tales rostros, concluyendo con una reflexi\u00f3n teol\u00f3gico-antropol\u00f3gica que sustenta todo este edificio tan plural y desconcertante. De esta manera, elaboramos un discurso tan asequible como recio, evitando dar soluciones inmediatistas y superficiales.
\n
\n
\n1.1. La zona exacta del descubrimiento
\n
\nSi tomamos como referentes continuos productos como el\u00a0Telediario<\/em>\u00a0que presenta Mat\u00edas Prats, el espacio\u00a0T\u00f3mbola<\/em>, el magazine radiof\u00f3nico que conduce I\u00f1aki Gabilondo y que se titula\u00a0Hoy por hoy<\/em>, las p\u00e1ginas de Opini\u00f3n de El Pa\u00eds o suplemento cultural de ABC, las pantallas er\u00f3ticas de Internet, los repetidos anuncios publicitarios dedicados a ese reciente modelo de\u00a0Golf<\/em>, y nada digamos a \u00faltimas pel\u00edculas como\u00a0La vida es bella<\/em>\u00a0(Roberto Benigni),\u00a0Celebrity<\/em>\u00a0(Woody Allen) y\u00a0La delgada l\u00ednea roja<\/em>\u00a0(Terrence Malick), entre tantas otras posibilidades, nos es posible definir la zona exacta donde descubrir, de forma muy plural, el rostro de nuestro Dios. Intentemos acotar esa delicada zona.
\n
\nHabla Michael Paul Gallagher de una religiosidad an\u00f3nima[1]<\/a>, realidad que considera como una posibilidad real de pre\/evangelizaci\u00f3n, y que nosotros postulamos como un acceso tambi\u00e9n real a los aleda\u00f1os de las manifestaciones de la divinidad. Porque el problema de fondo, siguiendo lo sugerido en la interrogaci\u00f3n inicial, es que los medios, en general, para nada presentan productos que nos comuniquen directamente el rostro de Dios. Y sin embargo, en sus comunicaciones simplemente humanas (cuando son humanas), late, queri\u00e9ndolo el autor o sin pretenderlo, una especie de\u00a0\u00abhumanismo cristiano\u00bb\u00a0de ra\u00edces claramente evang\u00e9licas, tanto por presencia como por ausencia.
\nQuiere decirse que Dios en cuanto Dios rar\u00edsimamente est\u00e1, pero su imagen surge, tantas veces muy difuminada, en esos productos medi\u00e1ticos que nosotros, sin ir m\u00e1s all\u00e1, hemos citado: en unos porque determinados valores se insin\u00faan descaradamente, y en otros porque la ausencia de toda referencia provoca un sentido de la lejan\u00eda mordedor de conciencias siempre nost\u00e1lgicas de\u00a0\u00abalgo m\u00e1s\u00bb\u00a0en la vida cotidiana.
\n
\nEsa zona\u00a0\u00abdel Dios indirectamente aparecido medi\u00e1ticamente\u00bb\u00a0es la zona que proponemos para moverse en este intrincado universo de postmodernidad y fragmentaci\u00f3n en que nos solemos mover, inclusive desde el interior de la Iglesia, lo que elimina del todo una actitud completamente negativa ante el fen\u00f3meno. Dios no guarda un silencio total, como tampoco Dios est\u00e1 muerto. Sencillamente, se abre camino, con una delicadeza siempre respetuosa de nuestras decisiones un tanto arreligiosas, por las entretelas human\u00edsticas de alto voltaje evang\u00e9lico o, al contrario, por esas misteriosas veredas en que su negaci\u00f3n por ausencia se convierte en un clamoroso grito de deseo insaciado.
\nSalvo contad\u00edsimas ocasiones en que Dios se nos muestra de forma directa, es un grave error buscarle en lo medi\u00e1tico en otro lugar de naturaleza diferente a los indicados. Pero esto no es poco, y solamente requiere unas condiciones psicol\u00f3gicas de b\u00fasqueda y de encuentro que inmediatamente comentaremos.
\n
\n1.2. Modalidades medi\u00e1ticas del rostro de Dios
\n
\n\u00bfPuede hablarse de\u00a0\u00abmodos divinos\u00bb\u00a0de presentaci\u00f3n medi\u00e1tica? Por supuesto, y adem\u00e1s de forma gen\u00e9rica en el conjunto de los medios de comunicaci\u00f3n. Los materiales reunidos anteriormente siguen siendo significativos, y a ellos, en su conjunto, volvemos a referirnos, pero sin perder de vista cuanto consumimos medi\u00e1ticamente hablando. Estos son los\u00a0\u00abmodos divinos\u00bb\u00a0indirectos que deducimos de nuestros an\u00e1lisis:
\n
\n\u00c4\u00a0El rostro de Dios en el mismo rostro humano<\/em>, en todas sus manifestaciones, situaciones y querencias, en la l\u00ednea m\u00e1s rabiosamente teologal de la encarnaci\u00f3n y de la pascua. El espacio de Gabilondo, repetido en la SER cada ma\u00f1ana, permite acceder a una gama de humanismos en los que laten dimensiones certeras de nuestro Dios tan humano, tan tra\u00eddo y tan llevado, seg\u00fan los par\u00e1metros de las alternativas cotidianas. Es el rostro en la queja de un ciudadano que protesta, es el rostro en una \u00faltima noticia sobre un descubrimiento cient\u00edfico, es el rostro en las palabras de una madre entrevistada, es el rostro en un momento distendido de humor, es la misma actitud de Gabilondo, siempre educada, respetuosa y favorecedora de lo bueno y justo, la que genera rostro de Dios a lo largo del espacio. Problema \u00fanico: acertar a descubrir ese rostro m\u00e1s all\u00e1 de aprioris ideol\u00f3gicos y de gustos rabiosamente personales.
\n
\n\u00c4\u00a0El rostro de Dios en la b\u00fasqueda de la verdad<\/em>, sabiendo que la verdad se busca de forma muy variada y desde \u00f3pticas muy diversas, sin que exista, desde una perspectiva humana, una verdad tan absoluta que elimine toda otra verdad. Las p\u00e1ginas de\u00a0opini\u00f3n<\/em>\u00a0de\u00a0\u00abEl Pa\u00eds\u00bb\u00a0o las\u00a0culturales<\/em>\u00a0de\u00a0\u00abABC\u00bb, entre otras, nos permiten acceder a este rostro de un Dios que permanece existente y mostrado en las opiniones, autor\u00edas, textos, pol\u00e9micas, debates, y el largo etc\u00e9tera de la producci\u00f3n ideal\u00f3gica y cultural en general. En las exigencias democr\u00e1ticas, est\u00e1 Dios; y en las reivindicaciones ciudadanas, tambi\u00e9n lo est\u00e1; y en una cr\u00edtica literaria que nos permite el acceso a una determinada forma de belleza, jam\u00e1s est\u00e1 ausente; y en el reclamo de cualquier identidad hist\u00f3rica, siempre se hace presente; y no digamos cuando es el mismo hecho religioso el que resulta analizado en directo como hecho intelectual o cultural, entonces la divinidad hecha carne aflora con espec\u00edfica intensidad. Problema \u00fanico: acertar a descubrir ese rostro m\u00e1s all\u00e1 de aprioris ideol\u00f3gicos y de gustos rabiosamente personales.
\n
\n\u00c4\u00a0El rostro de Dios en las narraciones existenciales<\/em>\u00a0que conforman una parte importante de los filmes actuales, con todas las excepciones que se quieran pero que est\u00e1n ah\u00ed, reclamando nuestra atenci\u00f3n. Es la bondad en la contemplaci\u00f3n de la misma vida a pesar de tanto mal acumulado (La vida es bella<\/em>), es la caducidad de la enfermiza ambici\u00f3n que atraviesa el universo de las celebridades (Celebrity<\/em>), es el agonismo casi fraternal de la guerra en su estado puro (La delgada l\u00ednea roja<\/em>), es este detalle narrativo y este otro en que aparece el rostro de un Dios que se desparrama en la sucesi\u00f3n de acciones f\u00edlmicas, recomponiendo una especie de\u00a0\u00abhistoria de la salvaci\u00f3n contempor\u00e1nea\u00bb. Dios se hace suma de narraciones human\u00edsticas, surgiendo algo tan teol\u00f3gico como pueda ser su pluralidad teof\u00e1nica en el mismo quehacerse de la acci\u00f3n humana. Problema \u00fanico: acertar a descubrir ese rostro m\u00e1s all\u00e1 de aprioris ideol\u00f3gicos y de gustos rabiosamente personales.
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\n\u00c4\u00a0El rostro de Dios en el vac\u00edo hipersexual tantas veces repetido<\/em>\u00a0y que adquiere un lugar de absoluta referencia en la frivolidad y paroxismo del espacio televisivo\u00a0T\u00f3mbola<\/em>, punto de llegada del impudor y de la agresi\u00f3n a zonas tan respetables como son las sentimentales\/corporales, en un clima de compra\/venta en que los telespectadores son laminados en su dimensi\u00f3n m\u00e1s discretamente \u00e9tica y moral. Bazofia pura para consumo de masas, que encuentra un referente perfecto en las m\u00faltiples posibilidades de Internet. \u00bfQu\u00e9 rostro divino aparece precisamente aqu\u00ed? Puede que el rostro oculto porque nosotros lo hayamos ocultado en aras del misterio del pecado. Puede que el rostro misericordioso del padre del hijo pr\u00f3digo, porque tambi\u00e9n en estos casos el Se\u00f1or sale cada amanecer por si alguno de los repetidos protagonistas de este espect\u00e1culo degradante\u00a0\u00abdecidiera volver\u00bb. Es el rostro de la ausencia, de la lejan\u00eda, del vac\u00edo teologal, precisamente en el contexto de algo tan sagrado, por tan creado, como es el mundo corporal y sentimental de la criatura humana. Problema \u00fanico: acertar a descubrir ese rostro m\u00e1s all\u00e1 de aprioris ideol\u00f3gicos y de gustos rabiosamente personales.
\n
\n\u00c4\u00a0El rostro de Dios en tantos mensajes publicitarios<\/em>, lugar preferente de la cultura contempor\u00e1nea, que es cultura de seducci\u00f3n, de la subversi\u00f3n y de la sugesti\u00f3n. La publicidad traslada hasta el consumidor creyente el deseo en su estado puro, aunque resulte un deseo consumista y manipulado de antemano, pero deseo a fin de cuentas. El modelo\u00a0Golf<\/em>, de la casa Volkswagen, viene desarrollando una serie de sports publicitarios en que la referencia popular es un conjunto de datos descaradamente religiosos, alcanzando la cumbre de la icon\u00eda dicente con ese interrogante sobre la imagen del modelo citado:\u00a0\u00ab<\/em>\u00bfCrees en Golf?<\/em>\u00bb<\/em>, sum\u00e1ndole al interrogante toda una leyenda sobre el mundo de la misma fe, que acaba por aplicarse al coche en cuesti\u00f3n. Resulta evidente que este traslado publicitario desde lo religioso en cuanto tal a lo consumible descarado es sumamente peligroso (desde la fe trascendente a la fe inmanente), pero no deja de significar el atractivo que segrega un lenguaje tradicional en que muchos todav\u00eda andamos implicados. Pero hay mucho m\u00e1s: la belleza er\u00f3tica de los perfumes, la corporalidades desplegada de los productos de cosm\u00e9tica, el cari\u00f1o maternal en tantos spots de majares infantiles, y tantos otros instantes en que junto al reclamo estrictamente publicitario\/consumista, surge el referente antropol\u00f3gico de car\u00e1cter divinista. Problema \u00fanico: acertar a descubrir ese rostro m\u00e1s all\u00e1 de aprioris ideol\u00f3gicos y de gustos rabiosamente personales.
\n
\n\u00c4\u00a0El rostro de Dios en la pura informaci\u00f3n<\/em>, lo que abarca al conjunto medi\u00e1tico, pero muy especialmente, dada su complejidad, a los informativos televisivos, entre los que destacan los\u00a0Telediarios<\/em>. Cuando uno escucha a Mat\u00edas Prats, tan discreto, sencillo y asequible, uno tiene la percepci\u00f3n de que realmente le est\u00e1n poniendo en contacto con lo sucedido, de tal manera que lo sucedido entra a formar parte cotidiana de la propia vida sin aspavientos, cre\u00e1ndote un sin fin de reacciones en cadena hasta modificar, sin darnos cuenta, nuestras reacciones interiores. Nada hay m\u00e1s comunicativo del rostro de Dios que la informaci\u00f3n en estado puro, porque entonces\u00a0\u00abel suceso humano\u00bb\u00a0denota y connota\u00a0\u00abel suceso divino\u00bb, todo ello asumido bajo el dogma excelente de la encarnaci\u00f3n de Dios. Es el mismo Se\u00f1or de la Historia quien nos la va contando, no siempre como \u00c9l mimo querr\u00eda que aconteciera, pero siempre desde los datos emp\u00edricos respetables. Es evidente que la responsabilidad de un presentador de Telediario es mucho mayor que la de cualquier otro profesional de la peque\u00f1a pantalla, dado que ofrece su materialidad como soporte directo para la informaci\u00f3n en cuanto tal. Problema \u00fanico: acertar a descubrir ese rostro m\u00e1s all\u00e1 de aprioris ideol\u00f3gicos y de gustos rabiosamente personales.
\n
\nEn alguna forma hemos pretendido desarrollar todos los\u00a0\u00abmodos divinos\u00bb\u00a0que aparecen en el conjunto medi\u00e1tico. Solamente, sugerir, mediante la relaci\u00f3n con determinados productos de ese universo, seis casos en que el rostro de nuestro Dios se hace patente, casi siempre indirectamente, en nuestras vidas y en nuestras sociedades. Dejamos a cada agente de pastoral el trabajo de ampliar este horizonte, con la seguridad de que cuanto llevamos escrito le iniciar\u00e1 en esa b\u00fasqueda sin aprioris y sabiendo vencer los exagerados gustos personales[2]<\/a>. El experto medi\u00e1tico, y todo pastoralista deber\u00eda comenzar a serlo, se despoja de su idiosincrasia de gustos e inclinaciones inmediatas, para comenzar a moverse objetivamente entre las sinuosas formas de la divinidad emergente y esparcida. Porque ese Dios siempre misterioso (detalle que convendr\u00e1 retener) tenemos la seguridad de que no se est\u00e1 quieto e indiferente en su inmensidad sino que se mueve, antropol\u00f3gicamente hablando, en estos pagos nuestros, en ocasiones nada sublimes y s\u00ed tocados por la zarpa de la inhumanidad tantas veces pecadora. Y sin embargo su rostro est\u00e1, como en el contencioso del para\u00edso\u2026
\n
\n <\/p>\n\n
\nDependiendo de la personalidad de cada uno, ser\u00e1 m\u00e1s f\u00e1cil acceder al descubrimiento de este Dios inmerso en los MCS y que tantas veces nos cuesta identificar. La persona que posea alguno de los siguientes rasgos psicol\u00f3gicos ser\u00e1 capaz de realizar esta compleja tarea de forma m\u00e1s espont\u00e1nea y sencilla. Veamos.
\n
\n2.1. Capacidad de escucha
\n
\nLos medios emiten constantemente sus mensajes, sin preocuparse demasiado de si el receptor descubre los aut\u00e9nticos mensajes subliminales que nos hacen llegar. Bombardeados como estamos por una sociedad absolutamente mediatizada, desde el momento en que ponemos el pie en el suelo o\u00edmos la radio, vemos la televisi\u00f3n, leemos la publicidad del autob\u00fas, nos informamos con el peri\u00f3dico o nos distraemos con una pel\u00edcula. Sin darnos cuenta, somos aut\u00e9nticas dianas de mensajes comunicativos; pero, \u00bfsimplemente o\u00edmos o escuchamos?
\n
\nO\u00edr es un acto involuntario que realizamos de una forma casi autom\u00e1tica, mientras que escuchar significa procesar la informaci\u00f3n que recibimos para elaborarla desde nuestra particular cosmovision de la vida. Si no nos paramos para realmente escuchar qu\u00e9 nos dicen, iremos recibiendo una serie de mensajes a los cuales no prestaremos atenci\u00f3n y que de tanto escucharlos perder\u00e1n relevancia conscientemente, aunque calen en nuestro conocimiento de forma inconsciente. \u00bfCuantas veces hemos o\u00eddo la noticia de un atentado terrorista y, por la fuerza de la repetici\u00f3n, ya no nos conmovemos lo m\u00e1s m\u00ednimo? Seguramente si nos par\u00e1ramos un momento a pensar y analizar el mensaje recibido, a escucharlo, nos estremecer\u00eda hasta lo m\u00e1s profundo de nosotros mismos.
\nSi no estamos atentos y somos escuchadores de los mensajes medi\u00e1ticos que nos lanzan, dif\u00edcil ser\u00e1 encontrar a un Dios tan escondido, por miles de envoltorios, como se nos presenta en la actualidad.
\n
\n2.2. Capacidad de apertura hacia los otros
\n
\nEl vivir cotidiano tiende a encerrarnos en nuestros peque\u00f1os mundos: el trabajo, los amigos, la familia, la comunidad\u2026, realidades todas perfectamente v\u00e1lidas, en las cuales debemos de dar lo mejor que podamos de nosotros mismos. Sin embargo, para poder descubrir los rostros de Dios en nuestra sociedad actual tenemos que ser capaces a abrirnos a otras realidades y a otros mundos distintos y distantes de nuestra inmediatez m\u00e1s directa.
\n
\nEl avance tecnol\u00f3gico de los MCS hace que tengamos la posibilidad de estar informados de cualquier acontecimiento que ha ocurrido hace unos minutos en la parte m\u00e1s lejana del mundo. Un ejemplo reciente lo tenemos cuando, gracias a Internet, muchas personas supieron de la tragedia del hurac\u00e1n\u00a0Mitch<\/em>\u00a0en Centroam\u00e9rica, poco despu\u00e9s de su aparici\u00f3n. Por tanto, la tecnologizaci\u00f3n de nuestra sociedad nos impide poner la excusa del\u00a0\u00abyo no lo sab\u00eda\u00bb, tan aprovechada en otros momentos hist\u00f3ricos.
\nSi nos preocupa qu\u00e9 les pasa a las personas que nos rodean, en ambientes m\u00e1s o menos cercanos al nuestro, los MCS ayudar\u00e1n a descubrir el rostro de Dios en aquellas situaciones que est\u00e1n viviendo los otros.
\n
\n2.3. Capacidad cr\u00edtica y actividad
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\nEn una sociedad postmoderna como la nuestra, no solemos tener tiempo para reflexionar detenidamente, por eso es m\u00e1s f\u00e1cil asimilar todos los mensajes que nos lanzan sin esa capacidad de cr\u00edtica tan necesaria en las personas que quieren encontrar un Dios escondido por los medios pero subyacente en la realidad humana.
\nCriticar no es destruir los argumentos de nuestro interlocutor simplemente porque no nos gustan o porque no est\u00e1n acordes con nuestras ideas. Criticar es cuestionar los planteamientos apoyados por nuestras convicciones y siempre pensando en lo que puede ser m\u00e1s positivo para todos. No se trata de decir que la programaci\u00f3n televisiva es espantosa, sino en dar alternativas para que est\u00e9 m\u00e1s acorde con unos valores que queremos vivir; o no se trata aceptar todas las informaciones que me da el peri\u00f3dico que compro todos los d\u00edas, sino de ser capaz de analizar lo positivo y lo negativo que hay en cada una de las informaciones. Simplemente censurar, desacreditar o aceptar todo lo que nos plantean los MCS son actitudes tan negativas para descubrir a Dios que jam\u00e1s seremos capaces de encontrarlo.
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\nY porque criticar significa estar activos, pendientes de lo que ocurre, con ganas de seguir conociendo y aprendiendo, la actividad, el ser personas que hacen cosas porque saben lo que quieren, nos llevar\u00e1 a preocuparnos y ocuparnos de que los MCS est\u00e9n presentes en nuestra vida como un elemento m\u00e1s que permite acercarnos, y por tanto, acercar m\u00e1s a Dios a los hombres.
\nCapacidad de escucha, de apertura hacia los otros y tambi\u00e9n capacidad de cr\u00edtica y actividad. Tres condiciones de posibilidad para descubrir, en lo cotidiano de la vida y sin especiales aspavientos, al Dios de la vida en los productos medi\u00e1ticos, tan plurales y polivalentes.
\nClaro est\u00e1 que cada persona tendr\u00e1 uno o varios de los rasgos que acabamos de exponer, y en sus manos (las nuestras) est\u00e1 poner los medios para desarrollarlos al m\u00e1ximo posible, sin olvidar que este costoso aprendizaje depender\u00e1, sobre todo, de nuestro objetivo inter\u00e9s. Queremos decir que quien, desde una cultura media, no sea capaz de descubrir alguna de las presencias de Dios en los medios, por elemental que sea, debe asumir su propia responsabilidad, sin achacar falsas dificultades al mero contexto. Habr\u00e1, pues, que intentarlo, mediante una sistem\u00e1tica activa que ponga el inter\u00e9s cristiano al servicio de la interrogaci\u00f3n medi\u00e1tica.
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\n <\/p>\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Conclusi\u00f3n cristol\u00f3gica<\/h5>\n
\n\u00bfQue no es tan f\u00e1cil como parece el descubrimiento solicitado y propuesto? \u00bfQue demasiadas veces el universo medi\u00e1tico nos arrolla con sus argucias subliminales? Cierto, porque en la medida que nos habituamos m\u00e1s a una realidad que nos invade por completo, le prestamos menos atenci\u00f3n, y permitimos, de forma inconsciente, que invada nuestra capacidad de ser personas y de reaccionar como tales. Entonces, tanto m\u00e1s complejo se har\u00e1 el problema si lo que debemos escrutar y descubrir es\u00a0\u00ablo trascendente como presente en una realidad inmanente\u00bb, el gran reto del cristianismo de un tiempo secularizado.
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\nAs\u00ed las cosas, recurrimos una vez m\u00e1s al hecho de la Encarnaci\u00f3n del Cristo en Jes\u00fas de Nazaret: solamente en la medida en que sabemos ponerle rostro humano actual y cotidiano al misterio cristiano, somos capaces de apropiarnos el misterio de la fe, de la esperanza y del amor. De lo contrario, resultar\u00e1 siempre un acto en el vac\u00edo, alejado de cuanto pueda comunicarnos una cierta fortaleza ante el devenir humano, camino de lo eterno.
\nJesucristo, en una palabra, es descubierto en los dem\u00e1s hombres y mujeres de nuestro momento hist\u00f3rico, y as\u00ed lo hacemos nuestro dentro del c\u00famulo de nuestras limitaciones espacio\/temporales. Y a partir de tal experiencia, otras dimensiones religiosas comienzan a desarrollarse: la misericordiosa, la sacramental, la silenciosa, la transformadora de la sociedad, etc. Cuando Jesucristo es descubierto en la vida, la vida nos descubre a Jesucristo. As\u00ed de sencillo.
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\nPues igual. De la capacidad que tengamos en nuestra experiencia cristiana de intuir y descubrir a ese Cristo en los elementos fenom\u00e9nicos de la vida, y muy especialmente en los m\u00faltiples discursos medi\u00e1ticos ya comentados, en esa medida el rostro de Dios ser\u00e1 una latencia y una presencia en los medios de comunicaci\u00f3n social actuales. No bastan, pues, las tres condiciones de posibilidad ya comentadas; en todo caso, y en la experiencia creyente, tendr\u00e1n que ser el soporte cotidiano para el desarrollo de nuestra empat\u00eda con lo divino oculto en lo medi\u00e1tico. Que siempre subyace, por presencia o por ausencia, y sin embargo tantas veces pasamos por alto.
\nLa posible superficialidad espiritual y teol\u00f3gica acaba por conducirnos a la afirmaci\u00f3n del silencio de Dios y de la muerte de Dios en un contexto audiovisual desconcertante; pero es un problema de superficialidad y nunca una situaci\u00f3n de imposibilidad. Debe tenerse muy clara esta diferencia.
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\nTheilard de Chardin resolvi\u00f3 el problema, cuando venci\u00f3 la superficialidad con la contemplaci\u00f3n. En el desierto donde viv\u00eda su exilio iluminado, descubr\u00eda la divinidad en cada amanecer y en cada puesta de sol: era Dios que se irradiada en todo. Entonces escribi\u00f3\u00a0El medio divino<\/em>. Ser\u00e1 cuesti\u00f3n de que tambi\u00e9n nosotros, modificando un punto este t\u00edtulo, aspiremos a concebir\u00a0\u00ablos medios como divinos\u00bb. Contemplando como en cada discurso medi\u00e1tico se irradia el mismo Dios. Puede que por ah\u00ed, de forma inesperada, lo m\u00e1s vinculado a la tecnolog\u00eda, como es lo audiovisual, acabe por conducirnos hasta la plenitud de la experiencia creyente, que es la m\u00edstica.
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\nPorque todos pasamos el tiempo en un espacio des\u00e9rtico, y como el jesuita franc\u00e9s exiliado podemos convertir lo temporal y espacial \u2014lo medi\u00e1tico\u2014 en teofan\u00eda radiante. Desvincular el mundo analizado de esta significativa dimensi\u00f3n cristiana y cristol\u00f3gica, \u00e9ste es el gran error, la grand\u00edsima reducci\u00f3n que solemos hacer al escribir del rostro medi\u00e1tico de Dios. Por una vez, hemos intentado evitarlo.\u00a0n
\n <\/p>\nNorberto Alcover \u2013 Mar\u00eda Teresa Sim\u00f3n<\/h6>\n
\n[2]<\/a>\u00a0Convendr\u00e1 profundizar en la complejidad de esta cuesti\u00f3n; remitimos al texto de\u00a0\u00a0J.L. S\u00c1NCHEZ NORIEGA,\u00a0Cr\u00edtica de la seducci\u00f3n medi\u00e1tica,<\/em>\u00a0Ed. Tecnos, Madrid 1997.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"