{"id":12286,"date":"1998-12-01T09:09:17","date_gmt":"1998-12-01T07:09:17","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12286"},"modified":"1998-12-01T09:09:17","modified_gmt":"1998-12-01T07:09:17","slug":"recuperar-las-grandes-preguntas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/recuperar-las-grandes-preguntas\/","title":{"rendered":"Recuperar las \u00abgrandes preguntas\u00bb"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Jos\u00e9 Luis Moral<\/strong>\u00a0es profesor en el Instituto Superior de Teolog\u00eda \u00abDon Bosco\u00bb (Madrid) y director de \u00abMisi\u00f3n Joven\u00bb.<\/strong> [vc_row][vc_column][vc_column_text]Jos\u00e9 Luis Moral\u00a0es profesor en el Instituto Superior de Teolog\u00eda \u00abDon Bosco\u00bb (Madrid) y director de \u00abMisi\u00f3n Joven\u00bb. S\u00edntesis del Art\u00edculo: La praxis cristiana con j\u00f3venes o pastoral juvenil debe asentar sus procesos educativos sobre la base de las \u00abgrandes cuestiones humanas\u00bb. El art\u00edculo invita a recuperar dicho camino, puesto que quiz\u00e1 hemos ido […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[126,339,7,94],"tags":[],"class_list":["post-12286","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-1998-mision-joven-2","category-estudios-263","category-jose-luis-moral","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12286","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12286"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12286\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12286"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12286"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12286"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nS\u00edntesis del Art\u00edculo:
\nLa praxis cristiana con j\u00f3venes o pastoral juvenil debe asentar sus procesos educativos sobre la base de las \u00abgrandes cuestiones humanas\u00bb. El art\u00edculo invita a recuperar dicho camino, puesto que quiz\u00e1 hemos ido quedando\u00a0desarbolados<\/em>\u00a0de tales interrogantes. Ense\u00f1ar a convivir con las cuestiones fundamentales del destino y fin de la vida humana permitir\u00e1 la apertura al misterio del amor de Dios como la \u00abprueba\u00bb definitiva del hombre.
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\nChesterton<\/em>\u00a0afirmaba que el hombre moderno se parece a un viajero que olvida el nombre de su destino y tiene que regresar al lugar del que parti\u00f3 para averiguar incluso a d\u00f3nde se dirig\u00eda.
\nEl mundo actual nos obliga a precipitarnos en casi todo. Estamos intoxicados de prisa. No tenemos la paz suficiente para advertir lo maravillosamente misteriosa que es la vida. Todos sentimos, en alguna medida, que esto es verdad. Quiz\u00e1 sea la prisa, las miradas r\u00e1pidas y superficiales, aquello que nos impide calar en el\u00a0misterio<\/em>\u00a0que nos envuelve[1]<\/a>.
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\nLas sociedades premodernas o las m\u00e1s antiguas estabilizaban y aseguraban la identidad de sus miembros mediante ritos, signos, modelos y s\u00edmbolos colectivos que facilitaban la construcci\u00f3n o adhesi\u00f3n a un sentido como fundamento de la vida. La modernidad va unida a un progresivo aumento de la complejidad y al desmoronamiento de numerosas formas colectivas de identificaci\u00f3n. Por otro lado, la acci\u00f3n del tiempo ha escondido no pocos s\u00edmbolos necesarios para vivir.
\nEl hombre de las sociedades antiguas viv\u00eda en un mundo abierto y hablante. Frente a cuanto ocurre hoy, aquellas sociedades antiguas, donde las narraciones de los or\u00edgenes estaban vivas, los mitos cumpl\u00edan la funci\u00f3n de presentar modelos ejemplares de todas las actividades humanas. El mito ense\u00f1aba esas historias primordiales, de las que se deduc\u00edan consecuencias fundamentales para la vida de los hombres.
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\nEn la era de la comunicaci\u00f3n, parad\u00f3jicamente, el hombre y las cosas revelan tan solo su superficie (aunque las estructuras m\u00edticas siguen ah\u00ed en las im\u00e1genes y los comportamientos impuestos por los\u00a0mass-media).\u00a0<\/em>Adem\u00e1s, hoy estamos perdiendo en gran medida la capacidad de admirarnos y preguntarnos ante la realidad que tenemos delante.
\nJugando con los\u00a0enigmas<\/em>\u00a0y, mucho m\u00e1s, con el\u00a0misterio<\/em>\u00a0que es cada persona queremos dedicar estas l\u00edneas a fustigar la capacidad de preguntar y preguntarnos. Se trata, sin duda, de una clave educativa central de la pastoral juvenil. Hemos preferido el estilo evocativo y narrativo al meramente argumental que detalla procesos y objetivos, de los que han de ocuparse itinerarios m\u00e1s concretos y operativos[2]<\/a>.
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\n <\/p>\n\n
\n\u201cEl mundo nos envuelve con la triple dimensi\u00f3n de lo sensible, lo racional y lo incomprensible\u201d, ha dicho con raz\u00f3n\u00a0T. Maulnier.<\/em>\u00a0Es evidente que estamos construidos sobre unas bases sensibles, biofisiol\u00f3gicas y psicol\u00f3gicas. No lo es menos que necesitamos abarcar todo con la raz\u00f3n. Sin embargo, no llegamos nunca a ser s\u00f3lo luz y racionalidad; la noche de lo incomprensible forma parte de nuestra vida. El hombre es tambi\u00e9n enigma: no sabemos lo que somos y no somos lo que sabemos.
\nSomos un enigma,<\/em>\u00a0ante todo, porque habitamos una\u00a0\u00abtierra de signos\u00bb. El hombre es un ser en perpetua b\u00fasqueda de su humanidad y del secreto que ella encubre: nos ponen en el mundo dentro de una tradici\u00f3n, que nos transmite una herencia, nos propone ciertos proyectos y nos introduce en la invenci\u00f3n; a continuaci\u00f3n y a trav\u00e9s de una larga \u00abtransfusi\u00f3n de memoria\u00bb\u00a0(E. Wiesel),<\/em>\u00a0somos educados o conducidos\u00a0(e-ducere);<\/em>por \u00faltimo, nos ocupamos en hacer se\u00f1as a los herederos de la humanidad que nos siguen. Parados tantas veces en los descansillos de la escalera del reino de signos en el que nos encontramos, nos descubrimos musitando aquello que ya dec\u00eda\u00a0san Agust\u00edn:<\/em>\u00a0\u201cHeme aqu\u00ed, convertido en un grave problema para m\u00ed mismo\u201d.
\nSomos un enigma porque, como dir\u00eda\u00a0Her\u00e1clito<\/em>\u00a0refiri\u00e9ndose al or\u00e1culo de Delfos\u00a0(Hombre, con\u00f3cete a ti mismo),<\/em>\u00a0el ser humano \u00abno enuncia ni oculta: significa\u00bb. Quiere esto decir que no pronuncia palabras definitivas o calla, sino que hace continuamente se\u00f1ales sin descifrar.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a01.1. Aprender a vivir con el enigma<\/strong>
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\nLa perpetua b\u00fasqueda que nos delata como\u00a0\u00abel enigma que somos\u00bb\u00a0se apoya en tres\u00a0valores<\/em>\u00a0caracter\u00edsticos del ser humano, susceptibles de expresarse con otras tantas palabras-clave:\u00a0racionalidad, sentido y destino.<\/em>
\nTratamos de organizar el mundo a trav\u00e9s del conocimiento, de la ciencia y de la t\u00e9cnica\u00a0(racionalidad).<\/em>\u00a0Pero nunca nos detenemos ah\u00ed, sino que avanzamos dando sentido a cuanto se cruza con nosotros por el camino\u00a0(sentido):<\/em>\u00a0afirmamos valores, unimos preguntas y respuestas, desatamos deseos y sentimientos, en una palabra, generamos y envolvemos todo con formas de vivir, sentir y actuar que llamamos cultura. Y ni tan siquiera nos contentamos con organizar y dar sentido, sino que osamos aspirar a mucho m\u00e1s, a formular preguntas acerca de lo desconocido, al atrevimiento de enfrentarnos con lo incomprensible, a\u00a0\u00abelevarnos hasta Dios\u00bb, a jugarnos la vida con compromisos dif\u00edciles de justificar…\u00a0(destino).<\/em>
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\nEl enigma que somos no puede ser considerado como un residuo de miseria que convendr\u00eda abolir del todo; no es una desgracia sino, m\u00e1s bien, la sombra que acompa\u00f1a al sol, la noche del d\u00eda. Hay una parte de\u00a0nocturnidad,<\/em>\u00a0en nosotros y en la realidad entera, con la que hemos de aprender a convivir. No puede ser destruida por la racionalidad, incapaz de responder a algunas de las preguntas m\u00e1s profundas del ser humano; ni por la misma fe, puesto que la salvaci\u00f3n no garantiza autom\u00e1ticamente la liberaci\u00f3n que nos corresponde realizar; ni por la afectividad, la acci\u00f3n o la t\u00e9cnica (muy bien lo sabemos ahora que se nos deshacen entre las manos los mitos del amor libre y total, de las ideolog\u00edas o del consumo).
\nSer\u00e1 de capital importancia, pues,\u00a0reaprender<\/em>\u00a0continuamente a vivir\u00a0con<\/em>\u00a0(no contra o a pesar de) nuestra parte enigm\u00e1tica, con aqu\u00e9lla que descubrimos en nosotros, en los dem\u00e1s, en el mundo y en la relaci\u00f3n con Dios.
\nCon el enigma que somos nosotros para\u00a0nosotros mismos,<\/em>\u00a0porque nadie es enteramente transparente, sino una especie de\u00a0\u00abdesconocido de s\u00ed mismo\u00bb\u00a0seg\u00fan la po\u00e9tica expresi\u00f3n de\u00a0F. Pessoa.<\/em>\u00a0Con el enigma en el que aparecen envueltos\u00a0los otros<\/em>\u00a0y cuya clave no destapa ni el amor m\u00e1s perfecto, aunque con frecuencia caemos en una ilusa fe en el\u00a0\u00abamor de fusi\u00f3n\u00bb, con tanto tino denunciada por el psicoan\u00e1lisis. Con el enigma que rodea la imagen del\u00a0mundo<\/em>\u00a0sostenida por la ciencia y la racionalidad, capaces de logros enormes pero incapaces de abarcar toda la realidad (ah\u00ed est\u00e1n los\u00a0\u00abmaestros de la sospecha\u00bb\u00a0dudando de que todo sea tan transparente como lo imagin\u00f3 la Ilustraci\u00f3n). Por \u00faltimo, tambi\u00e9n hemos de aprender a convivir con el enigma que ti\u00f1e nuestras relaciones con\u00a0Dios,<\/em>\u00a0entre otras cosas, porque Dios no debe servir para resolver\u00a0nuestros<\/em>\u00a0problemas ni es funcionario a cargo de significaciones y utilidades que nos corresponde fijar a nosotros.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a01.2. Educar y convivir con los interrogantes<\/strong>
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\nEl pluralismo, la complejidad y la fragmentaci\u00f3n de la sociedad y cultura actuales empujan desesperadamente a la b\u00fasqueda de seguridades a cualquier precio. Este clima ha propiciado la multiplicaci\u00f3n de espejismos en el terreno de la relaci\u00f3n y de la afectividad o en el del conocimiento y, \u00a1c\u00f3mo no!, en el \u00e1mbito de lo religioso. Pero el\u00a0enigma de la afectividad<\/em>\u00a0sigue ah\u00ed, destrozando las ilusas pretensiones de disponer de ella para conseguir, sin apenas exigencias, unas relaciones placenteras de\u00a0\u00abquita y pon\u00bb; el\u00a0enigma del saber<\/em>\u00a0hiere constantemente las muchas y valiosas conquistas cient\u00edficas con la espada del\u00a0\u00abpara qu\u00e9\u00bb; el\u00a0enigma de lo religioso<\/em>\u00a0se resiste a la simplificaci\u00f3n de entablar contacto con un Dios f\u00e1cil y tranquilizador.
\nEsos sue\u00f1os que anuncian amores libres o respuestas definitivas de la ciencia y de la t\u00e9cnica, as\u00ed como el reciente despertar de no pocos nuevos movimientos religiosos, como era l\u00f3gico, no resisten la confrontaci\u00f3n con sus consecuencias y menos a\u00fan los envites del enigma que quieren destruir.
\n
\nNo se puede liquidar, sin m\u00e1s, lo inabarcable, lo incomprensible. Ni por la racionalidad ni por la afectividad ni por Dios. Tampoco la acci\u00f3n o la moral solucionan el tema. Ni siquiera la fe deshace el enigma: Dios no puede ser\u00a0\u00abutilizado\u00bb\u00a0para resolver los enigmas sin convertirse en un\u00a0\u00abdios falso\u00bb.
\nLos dioses falsos son justamente esos que podemos apropiarnos y poner a nuestro servicio (\u00a1de nuestra parte y no de la de los otros!); esos que llamamos para que m\u00e1gicamente nos resuelvan cualquier dificultad.
\nEl Dios cristiano no anda por ah\u00ed. Tampoco Jes\u00fas de Nazaret quiso escapar de sus propios enigmas (abandono, cruz…) y renunci\u00f3 a la magia de la omnipotencia, ense\u00f1\u00e1ndonos que, por as\u00ed decirlo, el\u00a0\u00abenigma salva\u00bb, esto es, que por haber vivido a fondo una cierta agon\u00eda del sentido es por lo que ha vencido al\u00a0sinsentido,<\/em>\u00a0aunque en su momento no lograra disipar ninguno de los enigmas que le rodeaban.
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\nSentido y absurdo, bien y mal, angustia y felicidad, muerte e inmortalidad… esconden lo\u00a0indecible<\/em>\u00a0y hasta lo\u00a0insoportable<\/em>\u00a0de la existencia; con todas y cada una de esas realidades contrapuestas debe construirse el hombre. Ninguna de ellas alberga el desastre, sino la responsabilidad de vivir cara a cara dentro de un\u00a0misterio<\/em>\u00a0sin el que la vida resultar\u00eda imposible. Porque m\u00e1s que un conjunto de enigmas, somos precisamente eso, un \u00abmisterio\u00bb:\u00a0seres visitados<\/em>\u00a0con la posibilidad de trascenderse a s\u00ed mismos, de proyectarse en lo infinito.
\nEl peligro de la educaci\u00f3n y de la pastoral estriba, precisamente, en generar la falsa ilusi\u00f3n de respuestas que nos dejen absolutamente satisfechos. Ya dec\u00eda\u00a0Her\u00e1clito<\/em>\u00a0que \u201cel que busca la verdad debe estar preparado para lo inesperado, pues la verdad es dif\u00edcil de encontrar y desconcertante cuando se da con ella\u201d. No podemos ahorrarnos ni ahorrar a nadie ese avance lento y largo a trav\u00e9s de los interrogantes de la vida, lejos de respuestas r\u00e1pidas e inmediatas que, en el fondo, ser\u00edan pura magia.
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\nJustamente se considera que la educaci\u00f3n estriba en ense\u00f1ar a vivir, en guiar para que cada cual aprenda a conducir el tren de su propia vida por v\u00edas humanas. Y es que, frente a lo que sucede con los animales\u00a0-que les basta para vivir con un simple aprendizaje de supervivencia-, los seres humanos, en cierto modo, somos fruto de un parto prematuro. Nacemos muy poco humanos; necesitamos de cuidados permanentes y de una\u00a0iniciaci\u00f3n<\/em>\u00a0que nos ilumine en el laberinto de los ego\u00edsmos y de los enigmas.
\nEnse\u00f1ar es iniciar la tarea de la humanizaci\u00f3n. \u201cEl hombre, dec\u00eda\u00a0santo Tom\u00e1s,<\/em>\u00a0es el ser que nace a su humanidad aprendiendo\u201d. Ahora bien, si no queremos enga\u00f1arnos sobre el ser humano, no hemos de olvidar su enigma y su misterio. \u00ab\u00bfQu\u00e9 cosa hay tan tuya como t\u00fa mismo? Y \u00bfqu\u00e9 cosa hay menos tuya que t\u00fa mismo?\u00bb, as\u00ed resum\u00eda\u00a0Agust\u00edn de Hipona<\/em>\u00a0ambas realidades.
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\n <\/p>\n\n
\nEl kantiano \u00ab\u00bfQu\u00e9 es el hombre\u00bb?\u00a0-que albergaba los tres interrogantes b\u00e1sicos de la vida humana: \u00bfqu\u00e9 puedo conocer?, \u00bfqu\u00e9 debo hacer?, \u00bfqu\u00e9 me cabe esperar?-\u00a0concentra perfectamente la pregunta que ha de guiar los procesos educativo-pastorales. Nada mejor, por este camino, que recuperar las grandes cuestiones narradas en los m\u00e1s importantes relatos m\u00edticos y originarios, puesto que ellas nos remiten a las finalidades que envuelven la vida humana. Desgraciadamente nos hemos ido quedando \u00abdesarbolados\u00bb\u00a0de tales relatos y preguntas. Hay que tornar a contarlos y releerlos para progresar en la demanda imprescindible de raz\u00f3n, de amor y de sentido, pero sin creer o hacer creer que uno puede dominarlos. Contarlos y releerlos para educar con las preguntas que encierran, para elevar el nivel de los interrogantes de la vida cotidiana hasta los \u00faltimos\u00abporqu\u00e9s\u00bb\u00a0de la existencia.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.1. Narraciones de los or\u00edgenes<\/strong>
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\nLa mitolog\u00eda griega, por ejemplo, lleg\u00f3 a condensar en breves narraciones todos los aspectos\u00a0fundamentales de la vida de los hombres y su entorno. Este\u00a0sistema mitol\u00f3gico<\/em>\u00a0ya estaba configurado cuando\u00a0Hes\u00edodo<\/em>\u00a0(segunda mitad del siglo VIII a. de C.) escribi\u00f3 su\u00a0Teogon\u00eda<\/em>.
\nEn aquellas\u00a0narraciones<\/em>\u00a0aparece el origen del hombre como fruto de la uni\u00f3n de dioses y diosas, cuyos descendientes van poco a poco degenerando hasta convertirse en mortales.
\nAunque exist\u00edan muchas leyendas para dar cuenta del mismo hecho, una de las m\u00e1s extendidas y confluyentes era la del\u00a0mito de las edades del hombre:<\/em>\u00a0Al principio, reinando\u00a0Crono<\/em>, los hombres conviv\u00edan felizmente con los dioses\u00a0(Edad de Oro)<\/em>. Ya con\u00a0Zeus<\/em>\u00a0en su eterno trono, se suceden las edades\u00a0de Plata<\/em>\u00a0y Bronce,<\/em>\u00a0a las que sigue la\u00a0Edad de los H\u00e9roes.<\/em>\u00a0Por fin, surge la raza de hierro\u00a0(Edad de Hierro):<\/em>\u00a0los hombres actuales, condenados a trabajar para sobrevivir y sometidos a luchas fraticidas, pues la Justicia emigr\u00f3 de la tierra cuando ellos aparecieron. Estos hombres terminar\u00e1n despareciendo por su propia injusticia, aunque antes se ilusionar\u00e1n con ef\u00edmeros gozos y sufrir\u00e1n m\u00faltiples penalidades.
\n
\nMezclada con el mito de las edades del hombre y de procedencia m\u00e1s tard\u00eda est\u00e1 la historia de\u00a0Prometeo<\/em>, que aparece modelando al hombre con arcilla e infundi\u00e9ndole el esp\u00edritu de vida. Prometeo es el benefactor por excelencia de los seres humanos. Tras la marcha de los dioses y una vez que ha creado a los hombres, les ense\u00f1a a quedarse con la mejor parte de las v\u00edctimas que se sacrificaban a los dioses. \u00c9l tambi\u00e9n roba el fuego del Olimpo\u00a0-s\u00edmbolo de la inmortalidad-\u00a0para entreg\u00e1rselo a los mortales. Zeus, doblemente enga\u00f1ado por Prometeo, ingenia tambi\u00e9n un doble castigo. Prometeo, por un lado, ser\u00e1 en-cadenado en una gran monta\u00f1a, donde todas las ma\u00f1anas un \u00e1guila le ro\u00eda el h\u00edgado para regenerarse de nuevo por la nocha, hasta que Heracles logre liberarle. Los hombres, por otro, ser\u00e1n castigados con el env\u00edo de\u00a0Pandora,<\/em>\u00a0de cuya caja saldr\u00e1n todos los males.
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\n
\nMuerte e inmortalidad, sentido y absurdo, bien y mal, angustia y felicidad… van apareciendo en diferentes\u00a0historias mitol\u00f3gicas<\/em>. Las caras de la vida del hombre, en una s\u00edntesis global y aproximativa, llevar\u00edan grabados en anverso y reverso, respectivamente, los rostros de\u00a0Dioniso y S\u00edsifo<\/em>.
\nDioniso<\/em>, relacionado con la esperanza de inmortalidad y felicidad que se celebraban en diversos cultos, tras muchas penalidades y aventuras, se instala en el Olimpo como dios de la vegetaci\u00f3n, esp\u00edritu de la savia de las plantas y del jugo de los frutos, dios celebrado en ritos que permiten aspirar al \u00e9xtasis de la felicidad y alcanzar la inmortalidad.
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0S\u00edsifo<\/em>\u00a0era el m\u00e1s astuto de los hombres. De \u00e9l se cuentan infinidad de leyendas en las que, muchas veces, aparece desafiando a los dioses. Al final, ser\u00e1 condenado a empujar eternamente en los Infiernos una roca hasta lo alto de una colina, desde donde caer\u00e1 de nuevo al fondo para tener que ser alzada otra vez… Esta es la cara del absurdo, como Dioniso ofrece el rostro del sentido y de la felicidad.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.2. Destino y fin de la vida humana<\/strong>
\n
\nHoy quiz\u00e1 sea m\u00e1s necesario que nunca replantear las grandes cuestiones del destino y fin de la vida humana, entre ellas, la cuesti\u00f3n de Dios; aunque, como venimos diciendo, no para buscar un fundamento que cierre todos los interrogantes, sino para aprender a vivir con ellos. Porque, si bien es verdad que el hombre no est\u00e1 hecho para quedarse s\u00f3lo en las preguntas o para un cuestionamiento incesante que ser\u00eda destructor, las preguntas son menos fr\u00e1giles que las respuestas y est\u00e1n constantemente al acecho del sentido de esas mismas respuestas que impulsan.
\nPor lo dem\u00e1s, las verdaderas respuestas no deshacen los enigmas ni destierran las preguntas. Por otro lado, como dir\u00eda\u00a0P. Ricoeur<\/em>\u00a0a este respecto, no hemos nacido sin bagaje; ser\u00eda posible afirmar que las respuestas van por delante de las preguntas. Las buenas respuestas siempre son buenas preguntas: est\u00e1n ah\u00ed para interrogarnos y ser interrogadas. Nacemos con la gran oportunidad de servirnos de respuestas para entender mucho mejor las preguntas, somos iniciados a la luz de una \u201cl\u00e1mpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el d\u00eda y se levante en vuestros corazones la estrella de la ma\u00f1ana\u201d (2Pe 1,19).
\nQuiz\u00e1s sea en los mitos donde se escondan las respuestas-preguntas por excelencia. No se puede prescindir de los mitos, dec\u00eda\u00a0Plat\u00f3n.<\/em>\u00a0No podemos despojar de ellos a la educaci\u00f3n de ni\u00f1os, adolescentes y j\u00f3venes. Como bien ha mostrado\u00a0B. Bettelheim,<\/em>\u00a0los cuentos y los relatos m\u00edticos son precisamente esos pozos de los que sacar\u00e1n su agua los que nos siguen. No se puede abordar la vida crey\u00e9ndola\u00a0evidente:<\/em>\u00a0\u201cLos\u00a0mitos<\/em>\u00a0son aves migratorias que vuelan de memoria en memoria. Nosotros no somos sino las ramas sobre las que se posan esas aves. Hay ramas sin aves. Pero no aves sin rama. No hay recuerdos sin alguien que los conserve. No hay mitos sin civilizaci\u00f3n que los reviva. Los hombres, pues, s\u00f3lo valen si llevan m\u00e1s all\u00e1 de ellos mismos los sue\u00f1os de sus antepasados\u201d\u00a0(J. Attali).<\/em>
\nNo nos queda sino aprender a convivir con las preguntas, con los enigmas. Y puesto que, a diferencia de las animales, nacemos con un imperioso deseo de aprendizaje y educaci\u00f3n, ser\u00e1 necesaria una adecuada iniciaci\u00f3n para situarnos en el laberinto de nuestro pasado y ser capaces de hacer un futuro novedoso. De entrada, todos poseemos en com\u00fan esa doble caracter\u00edstica de ense\u00f1ar y aprender. Conforme indica la propia etimolog\u00eda del\u00a0in-signare<\/em>\u00a0(ense\u00f1ar o hacer se\u00f1ales), somos personas a las que se les ha hecho una se\u00f1al y, a su vez, hacen se\u00f1ales: portadores y dadores de se\u00f1ales, de claves y s\u00edmbolos. Quien ense\u00f1a se\u00f1ala a los m\u00e1s j\u00f3venes el horizonte, transmite recuerdos y leyendas\u00a0(legendum:<\/em>\u00a0algo que hay que leer) que han ido forjando a las generaciones pasadas, cuenta mitos e historias que dan sentido.
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.3. Enigma, \u00abmisterio\u00bb y educaci\u00f3n<\/strong>
\n
\nSi no queremos enga\u00f1arnos sobre el hombre, no hemos de olvidar su enigma y su\u00a0misterio<\/em>. En este sentido, nada como echar mano de las eternas paradojas del hombre para sentir el aguij\u00f3n del primero y la llamada del segundo.
\nLa m\u00e1s elemental formulaci\u00f3n del enigma que somos toca a las semejanzas y diferencias con el resto de los seres y cosas. Formamos parte del mundo material y animal, pero al mismo tiempo nuestra capacidad de organizar, de dar sentido y, sobre todo, nuestra conciencia, nos alejan y distinguen radicalmente de la materia y de los animales. Resulta que somos una extra\u00f1a y profunda unidad de dos dimensiones dif\u00edciles de casar: donde una\u00a0-espiritualidad o creatividad humana<\/em>–<\/em>\u00a0trasciende totalmente a la otra\u00a0-materialidad o corporalidad<\/em>–<\/em>\u00a0que, sin embargo, es soporte imprescindible y condicionante de aqu\u00e9lla. Nada hay en nosotros s\u00f3lo corp\u00f3reo o s\u00f3lo espiritual, por lo que ni podemos abandonarnos en brazos de los deseos corporales ni consolarnos exclusivamente con la trascendencia de que es capaz nuestro esp\u00edritu.
\n
\nEl gran misterio que encierra ese enigma b\u00e1sico pone en nuestras manos la paradoja de una vida amenazada de muerte.
\nEs quiz\u00e1 el primer interrogante, la perplejidad fundamental que ha de entregarse educativamente, a la par que se trata de suscitar el coraje para vivir frente a la muerte. Porque la amenaza de la muerte nos induce a buscar falsas anestesias frente al miedo o a negar su misterio en lugar de acogerlo. La falsas huidas o el ocultamiento de la muerte nos impiden dar sentido a cada una de las \u00abmuertes anticipadas\u00bb que nos visitan con las enfermedades, los fracasos, la vejez, etc.
\n
\nEnigm\u00e1ticas y cargados de misterio est\u00e1n las numerosas promesas que llenan la vida de los seres humanos: amor, \u00e9xitos de todo tipo, belleza, grandeza, amistad, poder, etc. Para no quedar simplemente deslumbrados o atrapados en ninguna de ellas necesitamos educar(nos)<\/em>\u00a0en la generosidad, como virtud b\u00e1sica para convivir con los semejantes, y en la prudencia que nos permita aceptar los enigmas que nos podemos abolir. Querer apresar inmediatamente cualquiera de esas promesas para extraer de ellas, sin m\u00e1s, todo su fruto nos aboca a su destrucci\u00f3n. Si no respetamos el misterio que esconden nos deshumanizan.
\nEsa es la parad\u00f3jica realidad de nuestra condici\u00f3n de \u201canimales simb\u00f3licos\u201d: el simbolismo de que somos capaces nos abre caminos insospechados, hasta nos acerca a los terrenos de Dios; pero seguimos ligados a una animalidad que nos la juega constantemente. La sexualidad constituye una muestra inmejorable de todo ello: cargada hasta los topes de un simbolismo que la hace profundamente diferente de la del animal, est\u00e1 siempre expuesta a rebajarse a grados incre\u00edbles de animalidad.
\nLos procesos educativo-pastorales deben recuperar las preguntas b\u00e1sicas del ser humano, ense\u00f1ar a convivir con los enigmas y el misterio de su vida, tratando de elevar el nivel o llenando con una densidad cada vez mayor los interrogantes que suscitan.
\nJunto a las cuestiones enunciadas y por lo que hace a la praxis cristiana con j\u00f3venes o pastoral juvenil, cada joven ha de confrontarse con las preguntas que brotan de la llamada a vivir con los dem\u00e1s, a la libertad o construir racionalmente su existencia.
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\nPorque cargada hasta los topes de interrogantes y enigm\u00e1tica resulta nuestra sociedad, en la que todos nos llenamos la boca proclamando ideales de igualdad y fraternidad, mientras la desigualdad e injusticia sociales siguen en aumento.
\nPorque igualmente parad\u00f3jica es hoy la libertad: siendo el nuestro un tiempo en el que quiz\u00e1s m\u00e1s se idolatra la libertad, pocas veces ha sido el hombre m\u00e1s manejable y manejado, menos due\u00f1o de s\u00ed mismo, m\u00e1s juguete en manos de los medios de comunicaci\u00f3n y de la publicidad.
\nPorque, en fin, despojada del misterio humano queda una racionalidad vendida a la fuerza: dotados de raz\u00f3n, solemos usarla m\u00e1s para racionalizar que para razonar, es decir, m\u00e1s para justificar intereses y disimular las mentiras que para perseguir la verdad; m\u00e1s para imponer por la fuerza que para guiarnos con su fuerza.
\n
\nMiradas as\u00ed las cosas, por su lado negativo, existen m\u00e1s que razones para sentir la\u00a0\u00abtristeza de lo finito\u00bb\u00a0(P. Ricoeur).<\/em>\u00a0Tambi\u00e9n hay que provocar educativamente esta tristeza, siendo conscientes de que su ra\u00edz est\u00e1 en la desproporci\u00f3n contenida en los enigmas y misterio humanos: nuestra libertad y capacidad simb\u00f3lica trascienden la animalidad, pero sin abandonarla y sin poder prescindir de ella; por lo mismo disfrutamos con el gozo de lo primero pero sentimos la tristeza por tener que hacerlo dependiendo de lo segundo. En concreto y para cerrar la puerta de la desdicha, los j\u00f3venes deben ser conducidos hasta sospechar de si no estar\u00e1n acarreando con las consecuencias de un\u00a0\u00abdefecto de f\u00e1brica\u00bb\u00a0que contradice o falsifica sus actos.
\n
\nY es en ese punto, donde los cristianos tratamos de desenmascarar dicha sospecha remitiendo todas los enigmas del hombre a una causa-original de la armon\u00eda imposible que pretendemos alcanzar. Seg\u00fan la tradici\u00f3n cristiana, hay un rasgo que falsifica e introduce la contradicci\u00f3n en las disposiciones humanas fundamentales. Usamos el nombre de\u00a0pecado<\/em>\u00a0para nombrarlo y definirlo gen\u00e9ricamente. Decimos, adem\u00e1s, que se trata de un\u00a0\u00abrasgo adjetivo\u00bb; lo sustantivo es la llamada de Dios a una vida nueva y definitiva. Una llamada que se hace\u00a0\u00abfuerza de Dios\u00bb\u00a0en el ser humano y que expresamos con el concepto de\u00a0gracia:<\/em>\u00a0pese a todos los pesares, decimos, el hombre se encuentra\u00a0\u00aben estado de gracia\u00bb\u00a0porque Dios le regala la posibilidad de superar todas sus contradicciones.
\n
\nGracia y pecado:<\/em>\u00a0he ah\u00ed los verdaderos extremos del misterio de la vida humana. M\u00e1s que el dualismo existente entre materia y esp\u00edritu, libertad y esclavitud o raz\u00f3n y sinraz\u00f3n, se trata de la contradicci\u00f3n\u00a0-ya expresada por\u00a0Ovidio:<\/em>\u00a0\u201dVeo lo mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor\u201d-\u00a0que tan gr\u00e1ficamente reconoc\u00eda san Pablo ante los Romanos:\u00a0\u00abEntiendo perfectamente cuanto me dec\u00eds, puesto que a mi me ocurre lo mismo: muchas veces quiero lo que no hago y otras hago lo que no quiero\u00bb\u00a0(cf. Rm 7,15).
\nLa contradicci\u00f3n m\u00e1s seria y m\u00e1s terrible del ser humano discurre entre la bondad y la maldad, esto es, entre la\u00a0gracia<\/em>\u00a0y el\u00a0pecado.<\/em>\u00a0El enfrentamiento entre el bien y el mal est\u00e1 en la ra\u00edz de los deseos humanos. \u00bfC\u00f3mo y d\u00f3nde solucionar este enfrentamiento constitutivo? \u00bfY si fuese posible recibir gratuitamente la respuesta que reclamamos?
\n
\n
\n
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Esquilo<\/em>\u00a0vio en Prometeo el arquetipo de la revuelta humana que apuesta por el sue\u00f1o de diluir la frontera entre lo mortal y lo inmortal;\u00a0Camus<\/em>\u00a0hac\u00eda de S\u00edsifo una absurda par\u00e1bola de la existencia;\u00a0Niestzche<\/em>\u00a0colocaba la imagen de Dioniso como s\u00edmbolo de la afirmaci\u00f3n de la voluntad de vivir. Nada evitaba que, al final y por estos senderos, el absurdo se instalara en el coraz\u00f3n de los hombres.
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\n
\n3.1.<\/strong>\u00a0Ni somos malos ni la vida es absurda<\/strong>
\n
\nEl absurdo, con todo, no se cura con absurdo. Hace falta una dosis alta de lucidez y otros ingredientes para asumirlo. Por seguir con el aire de las peque\u00f1as narraciones brevemente esbozadas, esta lucha contra el absurdo se plasma en el llamado\u00a0principio prometeico:<\/em>\u00a0poner en acci\u00f3n el conocimiento con ansias constantes de alcanzar siempre un nuevo descubrimiento, un conocer m\u00e1s amplio y profundo, m\u00e1s perfecto. As\u00ed pintaba Goethe una parte del alma de\u00a0Fausto.<\/em>\u00a0Decimos una parte, porque sabemos que siempre aparecer\u00e1n sombras: junto al anhelo fa\u00fastico de perfecci\u00f3n y sentido se incuba la larva mefistof\u00e9lica del ego\u00edsmo y la aniquilaci\u00f3n. Es imposible vivir sin el aliento de Prometeo, pero nunca se ha de olvidar que en escena tambi\u00e9n est\u00e1 Mefist\u00f3feles.
\nPrometeo y Pandora acercaban al origen de la vida y del mal; Dioniso y S\u00edsifo, a la felicidad y al absurdo; las edades del hombre intentaban reproducir\u00a0misterios<\/em>\u00a0y anhelos del presente en la historia original y originaria. En todos los mitos aparece una conclusi\u00f3n muy elemental: el hombre no debe oponerse a su identidad; del tratar de ser o no como ha sido hecho depender\u00e1 su felicidad o infelicidad, pues todos los males y bienes residen en su propio interior.
\n
\nA la hora de explicar el origen del mal, a la hora de dar raz\u00f3n de esa cepa de absurdo capaz de contaminar toda nuestra planta, tanto los esquemas m\u00edticos como los viejos relatos de los or\u00edgenes no aportan una respuesta satisfactoria.
\nLos viejos relatos sobre los or\u00edgenes del mal consideran a dios o a los dioses como responsables del mal. En sus representaciones la creaci\u00f3n aparece como constitutivamente mala o, al menos, muy imperfecta: el mal est\u00e1 en la naturaleza, por consiguiente el hombre es malo y ha sido abandonado en los brazos de la desesperaci\u00f3n.
\nLa explicaci\u00f3n que aportan los esquemas m\u00edticos de herencia griega achacan al hombre mismo y no a los dioses la responsabilidad del mal. Eso es cuanto nos transmite S\u00edsifo o Prometeo: es por causa del hombre, \u00fanicamente por causa de \u00e9l, por lo que existe el mal. El hombre, en los inicios de su vida en la tierra, comete una falta irremediable contra los dioses, al arrebatarles algo de su exclusiva propiedad, y queda entonces aplastado por el peso del mal que acarrea la desesperaci\u00f3n o, cuanto menos, la resignaci\u00f3n. El acto desmesurado de rebelarse contra los dioses, hace pender sobre el hombre la losa de una culpabilidad fatal frente a la que no hay nada que hacer.
\n
\nLa Biblia, en contraste con ambas explicaciones, afirma que la creaci\u00f3n es buena. Para el G\u00e9nesis, el mal no pertenece a la naturaleza de las cosas: es un accidente, una\u00a0desgracia<\/em>\u00a0no querida por Dios. Pero si Dios no es la causa ni quiere el mal, tampoco la causa del mismo est\u00e1 en el hombre; por eso el relato b\u00edblico introduce un tercer personaje enigm\u00e1tico\u00a0-la serpiente\u00a0culpable<\/em>–<\/em>\u00a0para dar a entender que nos precede un mal innegable que el hombre no ha querido por entero.
\nLa serpiente y la tentaci\u00f3n permiten que no caigamos en una culpabilizaci\u00f3n excesiva o en la fatalidad de un destino irremediable. Adem\u00e1s, tanto los reproches dirigidos a los primeros padres como el castigo por consentir (subrayemos que no se\u00a0maldice<\/em>\u00a0al var\u00f3n o a la mujer, sino exclusivamente a la serpiente), parecen m\u00e1s bien blandos y, sobre todo, se destaca claramente que Dios seguir\u00e1 estando con el hombre.
\n
\nHoy est\u00e1 en cuesti\u00f3n o se duda de la pertinencia de cualquier llamada del hombre a la puerta de los dioses para tratar de explicar su enigma y su misterio. El hombre pretende tomar en sus manos las riendas de su propia vida, y es l\u00edcito que dude de semejante recurso.
\nMirando bien la Escritura, quiz\u00e1s tengamos que invertir el cl\u00e1sico recorrido hacia Dios. M\u00e1s que intentar demostrar o probar a Dios, hoy necesitamos descubrir\u00a0\u00abun\u00bb\u00a0Dios que nos demuestre o nos pruebe.
\nAtravesamos tiempos propicios para cambiar de direcci\u00f3n: buscando a Dios para pensar al hombre\u00a0-m\u00e1s que para exigir el sometimiento a su persona-\u00a0y respetando a cuantos no creen en \u00c9l. Para este nuevo recorrido contamos con los signos enigm\u00e1ticos ya apuntados y otros muchos datos extraibles de los deseos y esperanzas de los hombres de nuestros d\u00edas.
\nY, por encima de todo, contamos con su amor, con su fe descarada en el hombre. De ah\u00ed que sea mejor, y m\u00e1s acorde con el estado de conciencia del hombre de hoy, presentar esa fe de Dios en el hombre que exigir, a hombres heridos de desaliento y desmoralizados, una fe en Dios propensa a entenderse como una carga m\u00e1s.
\n
\n
\n3.2.<\/strong>\u00a0Dios nos aporta pruebas<\/strong>
\n
\nPara buscar su aut\u00e9ntica y profunda identidad, para saber lo que es, para\u00a0probarse,<\/em>\u00a0el hombre no se ha contentado con mirarse a s\u00ed mismo, con volver la vista a la naturaleza o encontrarse cara a cara con los otros. Como le ocurr\u00eda a Narciso, mir\u00e1ndose termina perdido en su propio reflejo. Tampoco se contenta con entenderse en el cosmos, y la alteridad suele ser una distancia muy corta para encontrar el apoyo necesario. El hombre siempre ha deseado una confirmaci\u00f3n m\u00e1s alta, que proceda del mismo Dios: el hombre, de una u otra manera, ha buscado en Dios la prueba de s\u00ed mismo.
\nY es que un Dios que nos probase, que nos pudiera decir aquello que de verdad somos, en ese mismo envite quedar\u00eda \u00c9l tambi\u00e9n probado; as\u00ed, de una sola tacada, nos demostrar\u00eda lo que vale.
\n
\nMucho m\u00e1s que todo eso nos ha mostrado Jes\u00fas de Nazaret. En principio, ha dejado claro que ni siquiera somos nosotros quienes de verdad trepamos hacia Dios, es \u00c9l mismo quien desciende: somos seres visitados, habitados por un Dios que conf\u00eda, que tiene fe en nosotros. Todos somos c\u00f3mplices de este gran secreto.
\nNo somos \u00fanicamente seres creados, ni tan s\u00f3lo hombres y mujeres superiores al resto de cuanto existe. Somos\u00a0\u00abcapaces de Dios\u00bb, hijos e hijas de Dios: \u201cMirad qu\u00e9 amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues \u00a1lo somos!\u201d (1Jn 3,1). Nos hemos atrevido a gritarle a Dios pidiendo una respuesta de lo alto y hemos recibido una contestaci\u00f3n clara: \u00c9l nos ha creado por amor y para la salvaci\u00f3n, nos acompa\u00f1a con un amor total, incondicional y gratuito, y nos ha dado la capacidad de participar en su misma vida divina.
\n
\nNo solemos detenernos a considerar la capacidad divina del hombre (s\u00ed nos ocupamos del alcance diab\u00f3lico de sus actos), ni tan siquiera acostumbra la pastoral a prodigarse sobre esta cuesti\u00f3n. Todo el mensaje evang\u00e9lico, sin embargo, est\u00e1 atravesado y converge en esa capacidad de participaci\u00f3n divina con la que es visto el ser humano a la luz de Cristo. \u201cSomos linaje de Dios\u201d, repetir\u00e1 varias veces san Pablo (cf. Hch 17,28-29) y san Pedro ir\u00e1 a\u00fan m\u00e1s lejos: \u201c[Dios] nos ha concedido todo lo necesario para la vida […], para participar de la naturaleza divina\u201d (2Pe 1,3-4).
\nDispuestos a ir todav\u00eda m\u00e1s lejos en nuestro atrevimiento, frente a la cl\u00e1sica afirmaci\u00f3n de que Dios no tiene porqu\u00e9, \u00bfno habremos de imaginarnos como si, por ventura, fu\u00e9ramos nosotros su porqu\u00e9…? \u00bfQu\u00e9 otra cosa significa su amor incondicional y gratuito? Y ese amor, \u00bfqu\u00e9 nos indica sino que Dios cree totalmente en nosotros?
\n
\n
\n3.3.<\/strong>\u00a0Dios es la\u00a0<\/strong>\u00abprueba<\/strong>\u00bb\u00a0del hombre<\/strong>
\n
\nSomos seres que habitamos un\u00a0misterio<\/em>, una\u00a0realidad<\/em>\u00a0que m\u00e1s que superar nuestra inteligencia la ilumina. Esta es su luz:\u00a0\u00abDios es amor\u00bb\u00a0(1Jn 4,8). Cansados de escuchar estas palabras, quiz\u00e1s las pronunciemos y resuenen con un tono cansino o, peor, se entiendan mal, como si Dios\u00a0condescendiese<\/em>\u00a0a ofrecernos su amor, pero en el fondo nos amara un poco de mentirijillas.
\nNo terminamos de creernos que Dios nos ame; no nos imaginamos mereciendo tal predilecci\u00f3n. Hay que caer en la cuenta que todo es al rev\u00e9s: ante Dios no existe el problema de merecer, no tenemos que negociar o ganarnos nada; desde el principio nos entrega todo. \u00c9l nos regala su amor gratuita e incondicionalmente, no tenemos que luchar por hacernos merecedores de \u00c9l alcanzando grandezas o desterrando debilidades, todos\u00a0\u00absomos deseables\u00bb\u00a0a sus ojos tal como somos.
\nDios cree en nosotros; ahora la pelota est\u00e1 en nuestro tejado: \u00bfcreemos lo bastante en nosotros mismos como para alcanzar esos niveles de estima que Dios nos tiene? En ese Dios tan pendiente de nosotros tenemos la prueba de lo que somos a sus ojos: \u00a1esa es nuestra prueba y el terreno que pisamos! Dios nos propone un destino capaz de colmar todos los deseos: \u201cSois dioses\u201d (Sal 82,6). Simplemente se nos pide creer en nosotros, creer en este destino.
\nEs posible responder con la duda o con el rechazo. Tambi\u00e9n podemos acoger este\u00a0misterio<\/em>\u00a0y reconocernos en el reconocimiento de Dios. En cualquier caso la propuesta es\u2026 \u00a1impresionante! Tendremos que nombrarla como la\u00a0\u00abfe de Dios\u00bb, la fe que Dios tiene en nosotros, manifestada en el don de su amor. El asombro ante este\u00a0misterio<\/em>, debe dejar paso a la obligaci\u00f3n de confiar en nosotros mismos para no desmentir esa fe de Dios.\u00a0\u00be<\/p>\nJos\u00e9 Luis Moral<\/h3>\n
\n[1]<\/a>\u00a0Uno no puede menos que a\u00f1orar aquellas palabras de\u00a0Kant<\/em>\u00a0en su\u00a0Cr\u00edtica de la Raz\u00f3n Pr\u00e1ctica:<\/em>\u00a0\u201cDos cosas llenan mi \u00e1nimo con siempre nueva y mayor admiraci\u00f3n y respeto…:\u00a0el cielo estrellado sobre m\u00ed y la ley moral en m\u00ed<\/em>\u00a0[…]. Las veo ante m\u00ed y las conecto inmediatamente con la conciencia de mi existencia. La primera comienza en el lugar que yo ocupo en el mundo exterior de los sentidos […]. La segunda comienza con mi yo invisible, mi personalidad, y me coloca en un mundo que tiene verdadera infinitud […]. El primer espect\u00e1culo de una innume-rable cantidad de mundos anula mi importancia como creatura animal, que deber\u00e1 devolver al planeta (un mero punto en el universo) la materia de que fue hecha… El segundo, por el contrario, levanta infinitamente mi valor como inteligencia, a trav\u00e9s de mi personalidad, en la que la ley moral me revela una vida independiente de la animalidad e incluso del conjunto del mundo sensible, al menos en tanto se deja derivar de la orientaci\u00f3n de mi existencia por esa ley, que no queda limitada por las condiciones y l\u00edmites de esta vida sino que va hacia el infinito\u00bb.
\n[2]<\/a>\u00a0Las reflexiones nunca pueden ser nuevas, a lo sumo deben aspirar a coser elementos dispersos ya existentes y a proponer un modo de relacionarlos entre s\u00ed que sirva para proseguir entendiendo m\u00e1s y mejor la vida. El cosido de este art\u00edculo tiene detr\u00e1s numerosas telas de otros autores. Somos particularmente deudores de las ideas de estos dos:\u00a0A. GESCH\u00c9,<\/em>\u00a0Dios para pensar (el mal \u2013 el hombre),<\/em>\u00a0S\u00edgueme, Salamanca 1995;\u00a0J.I. GONZ\u00c1LEZ FAUS,\u00a0De \u00abLa tristeza de ser hombre\u00bb a \u00abLa libertad de Hijos\u00bb. Acceso creyente al hombre,<\/em>\u00a0Cristianisme i Just\u00edcia, Barcelona 1995.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"