{"id":12313,"date":"1998-11-01T09:47:07","date_gmt":"1998-11-01T07:47:07","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12313"},"modified":"1998-11-01T09:47:07","modified_gmt":"1998-11-01T07:47:07","slug":"invitacion-a-la-sospecha-reflexiones-antropologicas-y-mediaticas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/invitacion-a-la-sospecha-reflexiones-antropologicas-y-mediaticas\/","title":{"rendered":"Invitaci\u00f3n a la sospecha Reflexiones antropol\u00f3gicas y medi\u00e1ticas"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Norberto Alcover\u00a0<\/strong>es periodista y profesor de Teor\u00eda de la Comunicaci\u00f3n en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid).
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\nS\u00edntesis del Art\u00edculo:
\nLos MCS invitan a la sospecha. Esconden un modelo de ser humano a descifrar: un hombre \u00abque reacciona ante el espect\u00e1culo visto y escuchado\u00bb, que \u00abse autorepresenta\u00bb, m\u00e1s que ser y estar en el mundo, en un espacio f\u00edsico anterior y, muchas veces, cegador de significados ulteriores al envolver emocionalmente, apocal\u00edpticamente en ocasiones. Sin sospechar e interpretar, nunca alcanzaremos lo que realmente es tanto la realidad de esos medios como, sobre todo, el sentido del hombre.
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\nCuando se comienzan a redactar estas l\u00edneas, casi oto\u00f1ales, andamos todos vapuleados emocionalmente (mucho m\u00e1s que inteligentemente) por el desarrollo de las relaciones entre el Presidente Clinton y la se\u00f1orita M\u00f3nica Lewinsky. Supimos de ellos y de su afectividad extrovertida por la informaci\u00f3n que nos llegara desde los MCS\u00a0(Medios de Comunicaci\u00f3n Social),<\/em>\u00a0y m\u00e1s tarde se enroscaron en el charco de nuestras peores pasiones por obra y gracia de una presi\u00f3n medi\u00e1tica perfectamente orquestada, medida y persistente. No en vano, se trata de destruir la imagen personal y pol\u00edtica del actual Presidente de los Estados Unidos.
\n\u00bfSabe la mayor\u00eda de la gente lo que tal cosa significa, por ejemplo de cara al mercado bols\u00edstico? En absoluto. \u00bfSe ha reflexionado sobre la trascendencia de tal espect\u00e1culo para el futuro de la privacidad humana en la sociedad del inmediato futuro? Lo dudo. Quiere decirse, desde el comienzo de estas l\u00edneas, que el universo medi\u00e1tico implica una insistente invitaci\u00f3n a la sospecha. Sospecha sobre el tipo de realidad que entre todos estamos configurando… sin apenas darnos cuenta. Todo ello, a poco sagaz que uno sea, conduce a la insuperable \u00abcuesti\u00f3n antropol\u00f3gica\u00bb, es decir, a esa forma de ser y de estar el ser humano en su mundo como responsable de s\u00ed mismo y del entorno. Que es tanto como afirmar que toda \u00abcuesti\u00f3n medi\u00e1tica\u00bb acaba por referirse a su correspondiente \u00abcuesti\u00f3n cognitiva o epistemol\u00f3gica\u00bb.
\nPor este camino, evitando la complicaci\u00f3n de las cosas, vamos a caminar a fin de proponer el complejo tipo de persona que surge como resultado de unos MCS, ejecutores de una extra\u00f1a antropolog\u00eda.<\/p>\n

\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a01 Ser y estar en el mundo desde el icono<\/h2>\n

 
\nHasta 1945, cuando finaliza la II Guerra Mundial, el hombre era y estaba en su mundo desde la idea. Pensaba y actuaba en consecuencia, seg\u00fan los par\u00e1metros habituales de la llamada Modernidad, la del \u00abpensamiento duro\u00bb. Pero cuando la televisi\u00f3n, sobre todo, irrumpe lentamente en su vida privada\/familiar, el ser humano, individual y en conjunto, da prioridad a este proceso: ve\/escucha y act\u00faa, sin que lo eid\u00e9tico en cuanto tal tenga lugar de privilegio.
\nEs la reacci\u00f3n espont\u00e1nea ante el icono (ante la imagen f\u00edsica y representativa) lo que determina su quehacer en su entorno y en la configuraci\u00f3n de su mundo. El hombre medi\u00e1tico es, por excelencia, el que reacciona ante el espect\u00e1culo visto y escuchado, limit\u00e1ndose a la experiencia de los sentidos de la vista y del o\u00eddo. Esta es la configuraci\u00f3n m\u00e1s elemental de cuantos, queri\u00e9ndolo o no, pertenecemos a tal grupo humano mediatizado.
\nEn la pel\u00edcula\u00a0El club de los poetas muertos,<\/em>\u00a0de Peter Weir (USA, 1989), la adhesi\u00f3n de los alumnos no proviene de los contenidos propuestos por el profesor, antes bien del espect\u00e1culo visual que organiza quien conoce perfectamente la idiosincrasia adolescente. Es el gesto y es el grito. Es la pulsi\u00f3n emocional, en una palabra, que sublima toda posible ideaci\u00f3n con la fuerza de los sentimientos m\u00e1s primitivos. Habr\u00e1, pues que sospechar de una configuraci\u00f3n antropol\u00f3gica basada prioritariamente en lo emocional, siempre quebradizo y fugaz por s\u00ed s\u00f3lo, y en detrimento de la intelectual, siempre l\u00f3gico y equilibrado, si no procede fuera del conjunto.
\nDicho de otra manera, la iconicidad medi\u00e1tica conduce a una inmediatez prematura y a una superficialidad probable,<\/em>\u00a0como v\u00edas de conocimiento. Otra cosa es que potencie la intuici\u00f3n, la sensibilidad y la materialidad en su estado m\u00e1s noble. Pero en esta segunda acepci\u00f3n, ya juegan las ideas.
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\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02 Ser y estar en el mundo como quien representa<\/h2>\n

 
\nSuele decirse, y con raz\u00f3n, que la iconicidad fuerzan una pasiva contemplaci\u00f3n de cuanto se ve\/oye (siempre nos referimos a la imagen sonora). A nadie se le oculta que es comod\u00edsimo estar ante quien sea y observar c\u00f3mo se enfrenta y soluciona los acontecimientos, y las pel\u00edculas, en definitiva, son \u00e9so, trozos de vida observados desde la distancia, reposando nuestra responsabilidad en los protagonistas de la pantalla. Pero todo este asunto de la pasividad ya suena a antiguo.
\nLo m\u00e1s profundo radica en que, a medida que asistimos a representaciones de la realidad por otros, vamos adquiriendo el \u00abs\u00edndrome representativo\u00bb, seg\u00fan el que vivir no es algo inmediatamente objetivo y responsable sino una serie de actuaciones en el gran teatro del mundo, que en este caso ser\u00eda en el gran medio de comunicaci\u00f3n del mundo.\u00a0M\u00e1s que ser y estar en el mundo, lo que hacemos es autorepresentarnos en \u00e9l.<\/em>\u00a0As\u00ed, vaciamos la vida de toda objetividad y contundencia para dejarnos llevar de la ficci\u00f3n ic\u00f3nica que nos distancia de lo real. Este efecto es, cada d\u00eda, de mayores consecuencias. Y no solemos caer en la cuenta del mismo.
\n\u00bfRecuerda el lector la bell\u00edsima pel\u00edcula\u00a0Cinema Paradiso<\/em>, de Giuseppe Tornatore (Italia, 1989)? El jovenc\u00edsimo protagonismo va dejando de ser \u00e9l mismo, en su propia identidad, para \u00abhacer como si formara parte de las pel\u00edculas\u00bb, que acaban por constituir su universo. Es cine y est\u00e1 en el cine, llevado por la fascinaci\u00f3n del icono locutivo que le transporta a una zona descostumbrada y embellecedora de su infantil vida. El hombre contempor\u00e1neo no est\u00e1 preocupado por s\u00ed mismo y por su entorno necesario. Por el contrario,\u00a0le preocupan cuestiones como las representaciones en los medios, de tal forma que le permitan representar su propia pel\u00edcula existencia y social.<\/em>
\n\u00abQuiere ser como y estar en la realidad como\u00bb, a manera de quien asegura su esencia y su existencia. Es decir, se mueve en funci\u00f3n de la propia representaci\u00f3n, que para nada, tal vez, tenga que ver con la realidad. Es un actor de s\u00ed mismo. Sin caer en la cuenta. Y de esta forma desarrolla una nueva modalidad cognitiva: conocer desde la representaci\u00f3n del objeto conocido.
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\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a03 Ser y estar en el mundo f\u00edsicamente<\/h2>\n

 
\nEl icono es, en esencia, materia f\u00edsica, palpable, moldeada, tocable. Lo que signifique es posterior a la experiencia de su constataci\u00f3n emp\u00edrica. Este detalle es de tremenda importancia. Cuando reinaba la metaf\u00edsica, la idea abstracta nos conduc\u00eda hasta praderas universales, donde todo cab\u00eda. Con la llegada del reino del icono, en absoluto. Lo f\u00edsico es concreto, determinado, preciso, y m\u00e1s que conducirnos hasta lo universal, lo que hace es invitarnos a gozar intensamente de lo particular, \u00e9so que est\u00e1 representado en esa icon\u00eda y no ninguna otra. M\u00e1s a\u00fan, una vez circunscritos a esa realidad, gozamos de ella en la medida que sensualmente la poseemos, y no mediante el otro goce m\u00e1s especulativo y eid\u00e9tico.
\nNos gustar\u00eda acariciarla, manosearla, hacerla nuestra como algo f\u00edsico. De ah\u00ed a una intr\u00ednseca relaci\u00f3n er\u00f3tica, media un brev\u00edsimo tiempo: el espacio que separa lo meramente sensual (sensitivo) de lo sensual\/excitativo. Pero n\u00f3tese, y ello es clave para comprender bien este detalle, que no se trata de resultar captados directamente por la belleza de alguien, sino, antes, de haber sido seducidos por la belleza f\u00edsica de su imagen en cuanto tal imagen.\u00a0Lo f\u00edsico, se repite, siempre en lo anterior a lo significativo.<\/em>
\nIngmar Bergman ha sido un maestro en jugar con esta cualidad ic\u00f3nica. Como Dreyer o Welles o como Visconti o como, en este momento Spielberg. Todos ellos consiguen fascinar nuestra sensibilidad sensual mediante una aproximaci\u00f3n visual y auditiva al icono en pantalla, porque nos lo hacen gustoso y gustable, apetitoso, pr\u00f3ximo, a la mano, casi una extensi\u00f3n de nosotros mismos. Y llegamos a penetrar en cuanto significa por medio de esa fisicidad inmediata, comunicada en belleza, claro est\u00e1.
\nCuando Bergman rueda esa obra perfecta de arte que es\u00a0Gritos y susurros<\/em>\u00a0(Suecia, 1972), no hace m\u00e1s que esto: cuidar minuciosamente los iconos de forma que nos manifiesten comunicativamente toda su capacidad interior de tensi\u00f3n sensitiva, sensual y hasta er\u00f3tica, produci\u00e9ndonos una extra\u00f1a pulsi\u00f3n excitada tanto por la tremenda carga sexual como por la brusca sensaci\u00f3n de crueldad. Desear\u00edamos, llegado un instante, sustituir a la sierva que acuna a su se\u00f1ora, pero no s\u00f3lo por ternura sino tambi\u00e9n para gozar del estremecimiento de un cuerpo roto y en agon\u00eda.
\n\u00bfEs de extra\u00f1ar que la gente m\u00e1s incapaz de defender sus reacciones, lo m\u00e1s j\u00f3venes, se entreguen con armas y bagajes a esta solicitud de los iconos en pantalla? La fiebre er\u00f3tica que nos domina no proviene s\u00f3lo de los contenidos, como suele repetirse con bastante ingenuidad, antes bien de las formalidades f\u00edsicas, de sus contornos elaborados, impactantes, coloreados, sugestivos y mucha m\u00e1s cosas. Por ah\u00ed se nos cuela un espect\u00e1culo conducido por Isabel Gemio (en su materialidad ic\u00f3nica un tanto basta y populachera) o por la voz de I\u00f1aki Gabilondo (siempre acolchada y hasta seductoramente aterciopelada) o por la figura de Antonio Banderas, pura mirada que penetra hasta el coraz\u00f3n m\u00e1s \u00edntimo:\u00a0no nos alcanzan por lo que significan, en absoluto, sino por lo que sentimos al sentirles.<\/em>\u00a0Sin m\u00e1s. Y despreciar este detalle solamente conduce a equivocar el universo medi\u00e1tico y su portentosa influencia. El conocimiento siempre proviene a trav\u00e9s de alguna experiencia sensorial, como ya dec\u00eda Tom\u00e1s de Aquino. Lo que solemos olvidar.
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4 Ser y estar en el mundo aqu\u00ed y ahora<\/h2>\n

 
\nLa \u00e9poca de los grandes relatos ha pasado porque el ser humano de este momento hist\u00f3rico no soporta sus cosmovisiones internas, le cansan, le superan, y hasta le provocan cierta susceptividad por su misma sutileza intelectual. La Postmodernidad es elemental, circunscrita, recortada, peque\u00f1a, d\u00e9bil, y le van las historia breves y sencillas ic\u00f3nicamente, aunque puedan contener datos muy serios: la seriedad y complejidad intelectuales son un a\u00f1adido que no se asumen necesariamente.
\nLos MCS, as\u00ed y como punta de ese movimiento parafilos\u00f3fico que nos invade, tan cercano el\u00a0new age,<\/em>\u00a0imponen una percepci\u00f3n del hombre y de su entorno referido \u00abal aqu\u00ed y al ahora\u00bb, eliminando ulteriores lecturas en el mismo instante de la fagotizaci\u00f3n del producto. Solamente alcanzar\u00e1 a desventrar todo lo interior quien conozca las artima\u00f1as de una objetiva lectura ic\u00f3nica, tan diferente de la lectura de un texto escrito.\u00a0Los media nos implican emocionalmente en algo que se ve y que se escucha como sucediendo en el espacio cerrado e inevitable de la pantalla luminosa.<\/em>\u00a0Es demoledor el efecto que esta dimensi\u00f3n tiene. Nos somete ante la imagen y nos obliga a dejarnos seducir.
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Secretos del coraz\u00f3n<\/em>, de Montxo Armend\u00e1riz (Espa\u00f1a, 1997), es un ejemplo magn\u00edfico de lo escrito. Tiene una carga interior amplia y hond\u00edsima, como es evidente. Pero la verdadera fuerza del film proviene de que, mientras se le visiona en la sala cinematogr\u00e1fica, uno permanece con los ojos y con los o\u00eddos pendientes hasta el m\u00e1ximo de la pantalla, en un aqu\u00ed y en un ahora absolutos, sin pensar nada de nada, sin plantearse algo de cuanto est\u00e1 sumergido en esta obra espl\u00e9ndida. De ah\u00ed que una historia ic\u00f3nica produzca tanta satisfacci\u00f3n, siempre que entremos en su dinamismo narrativo, y salgamos de la sala donde la visionamos con el coraz\u00f3n estremecido. Solamente al tiempo, podremos reflexionar, pensar, idear.
\nPero, \u00bfhasta qu\u00e9 punto unas personas acostumbradas a vivir habitualmente este \u00abaqu\u00ed y ahora\u00bb ser\u00e1n capaces de ampliar el significado de lo visionado hasta c\u00edrculos m\u00e1s universales? Aqu\u00ed late el problema de unos medios subyugantes en el instante y, sin embargo, que nos acostumbran a vivir de fogonazos, tal vez intensos, pero casi nunca extendidos en el porvenir. As\u00ed, el hombre de hoy habita en su tierra peque\u00f1a, determinada, propia y puede caer en nacionalismos baratos o en fundamentalismo de igual cariz. Porque no va m\u00e1s all\u00e1 de s\u00ed mismo, de la realidad concreta, de la pel\u00edcula \u00e9sa que visiona.
\nSomos capaces de gozar un tanto superficialmente, pero no solemos entregarnos a ese otro gozo m\u00e1s universal, que solamente proporciona la relaci\u00f3n entre belleza e idea.\u00a0V\u00eda MCS, lo postmodermo habita entre nosotros y nos priva de universalidad.<\/em>\u00a0Que otra cosa completamente diferente es la globalizaci\u00f3n o mundializaci\u00f3n… Resultado: conocer, en el sentido epistemol\u00f3gico, es sumergirse en el aqu\u00ed y en el ahora de todo. Hundi\u00e9ndonos en el pantano de lo concreto y de lo instant\u00e1neo.
\n <\/p>\n

\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a05 Ser y estar en un mundo apocal\u00edptico<\/h2>\n

 
\nTodo comenz\u00f3 en 1954, cuando los japoneses descubrieron en sus pantallas un enorme lagarto verdusco y escamado, de nombre Godzilla, que arremet\u00eda con todo como merecido castigo por sus pecados durante la reciente guerra mundial. Era una especie de catarsis nacional. Pero a su vez, parec\u00eda recomenzar la gran saga de monstruosidades que ha jalonado la vida cinematogr\u00e1fica hasta nuestros d\u00edas, cuando violencia natural, cat\u00e1strofes anticipadas y bichos gigantes convierten al espectador en una v\u00edctima impotente, pero tambi\u00e9n agradecida, de realidades que le superan al transportarlo a universos de otra dimensi\u00f3n, universos apocal\u00edpticos.
\nEl hombre de la calle, ese pacato ciudadano medio que todo lo asume, experimenta una necesaria descarga emocional al verse sometido a una tensi\u00f3n moment\u00e1nea, quiz\u00e1 cruel, que la vida normal jam\u00e1s le proporciona. El cine, y otros medios de comunicaci\u00f3n social, le convierten en protagonista\/voyer de lo que la vida cotidiana le niega. Goza con el terror. Y parece, en el colmo de la tecnolog\u00eda, retornar a las cavernas. Es una situaci\u00f3n mucho m\u00e1s seria de cuanto pueda parecer.
\nAl lagarto Godzilla se le ha despreciado demasiado pronto. Est\u00e1 claro que el film en cuanto tal es una vulgaridad como producto art\u00edstico, pero su desarrollo narrativo surge como un aldabonazo en nuestras conciencias actuales y no ya en las japonesas de 1954. \u00bfDe d\u00f3nde surge esa masa verduzca y destructora? Sencillamente, de Mururoa, donde los franceses vienen desarrollando sus pruebas nucleares. El lagarto aletargado despierta y se dirige con precisi\u00f3n hacia el Madison Square neoyorquino para depositar sus huevos, de tal manera que, si no se evita tal intenci\u00f3n, puede aparecer una nueva forma de especie dominante en el planeta. He aqu\u00ed un excelente apocalipsis, porque lo que est\u00e1 en juego es nada menos que la misma permanencia del ser humano en la tierra. Eliminar\u00e1n al lagarto, pero una peque\u00f1a cr\u00eda sobrevivir\u00e1, de forma que el futuro queda abierto.
\nLa sospecha est\u00e1 fundada y muy fundada: la plenitud de la seguridad cient\u00edfica coincide con un magma de conciencia relativo a la inseguridad radical sobre la misma existencia y su sentido final. Los medios, como en aquella\u00a0radiof\u00f3nica Guerra de la mundos<\/em>\u00a0de Orson Wells (USA, 1930), encauzan esta disociaci\u00f3n interior de nuestros contempor\u00e1neos, de nosotros mismos, frente al futuro como nublado porvenir. Las certezas desaparecieron, y lo meramente emp\u00edrico no soluciona las \u00faltimas cuestiones, tantas veces replanteadas desde perspectivas elementales y casi infantiles.
\nLos medios se hacen mediadores de la fatalidad como esperanza humana, y el ser humano asiste a esas representaciones sin capacidad de resolver su interrogante.<\/em>\u00a0Lo m\u00e1s curioso es que nunca nos cansamos de ser vapuleados desde tales medios y acabamos por pedir m\u00e1s y m\u00e1s, casi en un gesto masoquista. La agon\u00eda aparece como sistem\u00e1tica cognici\u00f3n en la medida que tensa nuestra personalidad.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a06 \u00bfY si le damos la vuelta a todo lo anterior?<\/strong>
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\nHasta este momento, y desde los puntos de referencia de cinco pel\u00edculas (pero podr\u00edamos haberlo hecho con otros ejemplos medi\u00e1ticos), hemos ofrecido unos inmediatos par\u00e1metros medi\u00e1ticos de naturaleza antropol\u00f3gica, de tal manera que nuestro ser humano ostenta las siguientes caracter\u00edsticas, en principio un tanto limitativas pero siempre significativas, de su ser y de su estar en el mundo con redundancias cognitivas:
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\n\u00be\u00a0La iconicidad medi\u00e1tica conduce a una inmediatez prematura y a una superficialidad probable,<\/em>\u00a0previas a la ideaci\u00f3n en cuanto tal. El conocimiento se produce f\u00edsicamente.
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\n\u00be\u00a0El s\u00edndrome representativo consiste en querer ser y estar en la realidad como la realidad aparece en la representaci\u00f3n,<\/em>\u00a0no seg\u00fan sus coordenadas objetivas y fiables. El conocimiento se produce espectacularmente.
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\n\u00be\u00a0El car\u00e1cter material de la iconograf\u00eda produce una adhesi\u00f3n a todo lo que ella contiene de sensual y sensitivo y hasta er\u00f3tico,\u00a0<\/em>de manera que lo que subyuga es la formalidad misma. El conocimiento se produce sensorialmente.
\n 
\n\u00be\u00a0La instantaneidad ic\u00f3nica provoca un goce correspondiente instant\u00e1neo y puntual,<\/em>\u00a0con p\u00e9rdida de goces m\u00e1s universales y de sus correspondientes significados eid\u00e9ticos. El conocimiento se produce seductivamente.
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\n\u00be\u00a0Los medios audiovisuales imponen una visi\u00f3n catastr\u00f3fica de la vida,\u00a0<\/em>en detrimento de su ordinaria y cotidiana normalidad, trasladando al espectador a un sistema de fustigaci\u00f3n inhumano. El conocimiento se produce ag\u00f3nicamente.
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\nEn definitiva, estamos hablando de una antropolog\u00eda medi\u00e1tica consistente en un ser humano que, en su posici\u00f3n terrena, aparece\u00a0como ic\u00f3nico, representativo, material, instant\u00e1neo y catastr\u00f3fico, sumergi\u00e9ndose en el espect\u00e1culo hasta desear ser y estar en \u00e9l y desde \u00e9l y para \u00e9l.<\/em>\u00a0Es evidente que asistimos a una progresiva determinaci\u00f3n de dicho ser humano y a la eliminaci\u00f3n de toda una gama de caracter\u00edsticas que extra\u00f1amos est\u00e9n ausentes. Pero el caso no es exactamente as\u00ed. Los medios no conducen sin escapatoria a una antropolog\u00eda medi\u00e1tica -con reflejos epistemol\u00f3gicos- de esta naturaleza solamente. Ve\u00e1moslo escuetamente, pero de forma que dejemos un amplio campo al trabajo de cada quien en el visionado de las mismas pel\u00edculas comentadas, en donde cuanto sigue aparecer\u00e1 perfectamente.
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\nA las conclusiones anteriores, a\u00f1adimos estas otras como sospecha:
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\n\u00be\u00a0\u00bfSer\u00e1 posible que, desde la inmediatez superficial ic\u00f3nica, alcancemos \u00abel adentro eid\u00e9tico\u00bb de ella misma?<\/em>\u00a0Sin duda. Precisamente, lo inmediato siempre es (puede ser) camino de lo mediato. Todo depende de la \u00abcapacidad de lectura ic\u00f3nica\u00bb que tengamos. El conocimiento medi\u00e1tico tambi\u00e9n es eid\u00e9tico.
\n\u00be\u00a0\u00bfSer\u00e1 posible que, desde el s\u00edndrome representativo, alcancemos la realidad inserta en \u00e9l mismo como vida objetiva?<\/em>\u00a0Sin duda. Es frecuente contemplar algo espectacular y descubrir cu\u00e1nto oculta el mismo espect\u00e1culo. Condici\u00f3n, la misma lectura ic\u00f3nica. El conocimiento medi\u00e1tico tambi\u00e9n es objetivante.
\n\u00be\u00a0\u00bfSer\u00e1 posible que, desde la icon\u00eda sensual, sensible y er\u00f3tica, alcancemos realidades como el amor, la belleza, el placer \u00faltimo?<\/em>\u00a0Sin duda. Lo m\u00e1s hondo siempre se da en lo m\u00e1s aparente porque la estructura animal del ser humano comienza en lo palpable para acabar en lo admirable. Insistimos en la lectura ic\u00f3nica. El conocimiento medi\u00e1tico tambi\u00e9n es \u00edntimo.
\n\u00be\u00a0\u00bfSer\u00e1 posible que, desde la instantaneidad y puntualidad ic\u00f3nicas, alcancemos lo contextual y universal concomitantes?<\/em>\u00a0Sin duda. El dato se produce en el conjunto y el punto conduce a la l\u00ednea, casi de forma espont\u00e1nea. Se repite la urgencia de la lectura ic\u00f3nica. El conocimiento medi\u00e1tico tambi\u00e9n es universal.
\n\u00be\u00a0\u00bfSer\u00e1 posible que el catastrofismo ic\u00f3nico alcance una dimensi\u00f3n de cotidianeidad, m\u00e1s all\u00e1 de un posible masoquismo?<\/em>\u00a0Sin duda. La cat\u00e1strofe ic\u00f3nica siempre es humana, y por lo tanto se trata de leer la humanidad en el caos. Est\u00e1 clara la urgencia de la repetida lectura ic\u00f3nica. Y, en fin, el conocimiento medi\u00e1tico tambi\u00e9n es resultado de la esperanza.
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\nCada caracter\u00edstica en principio limitativa de la humanidad en su ser y estar en el mundo (en este mundo), se convierte en senda ic\u00f3nica de su propia dimensi\u00f3n total y, por ello mismo, humanizante en su realidad dial\u00e9ctica de contrarios:\u00a0lo inmediato alcanza lo eid\u00e9tico, lo representativo alcanza lo objetivo, lo sensible alcanza lo oculto, lo puntual alcanza lo total y lo catastr\u00f3fico alcanza lo human\u00edstico.<\/em>\u00a0As\u00ed, el trabajo que propon\u00edamos en las pel\u00edculas ofrecidas, se concreta en determinar en cada una de ellas estas cinco complementaciones dial\u00e9cticas, relacionarlas y sacar conclusiones para dar con una compleja pero bastante evidente antropol\u00f3gica ic\u00f3nica, suscit\u00e1ndose, adem\u00e1s, toda una pedagog\u00eda del conocimiento de naturaleza ic\u00f3nico\/audiovisual. Aplicable a la vida concreta de las personas que est\u00e1n en per\u00edodo formativo, pero tambi\u00e9n a la vida de todos nosotros, sometidos al vaiv\u00e9n ic\u00f3nico. Nada escapa a esta aventura.
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\n\u0161\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u0161\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u0161
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\n\u00bfSolamente ser\u00e1n Clinton y Lewinsky una pareja a demoler o a descubrir esa extra\u00f1a historia entre efectiva y sexual poco honorable? Pongamos mucha atenci\u00f3n en la transferencia ic\u00f3nica\/audiovisual: a medida que descubrimos tanta debilidad humana, tambi\u00e9n asistimos a la intr\u00ednseca inhumanidad de unos medios dedicados a vulnerar la privacidad m\u00e1s inalienable, de tal manera que \u00ablo evidente espectacular en pantalla\u00bb nos lleva hasta \u00ablo \u00faltimo ideol\u00f3gico m\u00e1s all\u00e1 de la pantalla\u00bb. Y entonces, esa misma pantalla es la que resulta criticada en su gesti\u00f3n social. Lo que media siempre es medio de su propia identidad, v\u00eda conocimiento propio.
\nPor ello mismo, hemos titulado este ensayo \u00abInvitaci\u00f3n a la sospecha\u00bb, porque sin sospechar de lo aparente medi\u00e1tico, nunca alcanzaremos lo que realmente es su realidad real. Pero, a su vez, para poder sospechar de lo aparente hay que masticarlo, no sea que, entonces, nos quedemos sin la apariencia y sin su correspondiente realidad. Que es el m\u00e1s probable peligro en muchas ocasiones pastorales, propensas a comenzar por una realidad sin mediaciones actuales, qued\u00e1ndonos, as\u00ed, sin las actuales v\u00edas de conocimiento de las j\u00f3venes generaciones. Es decir, en el aire.
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\n\u00bfEn d\u00f3nde desemboca todo este discurso antropol\u00f3gico y medi\u00e1tico? Muy sencillo: en la tantas veces repetida urgencia de dominar la \u00ablectura ic\u00f3nica\u00bb. Todo es problema de \u00absaber leer\u00bb. Entonces, sobrevendr\u00e1 la sospecha aut\u00e9ntica, \u00e9sa que est\u00e1 fundada en el dato aut\u00e9ntico. Esta es la invitaci\u00f3n. Camino de un sorpresivo conocimiento.\u00a0\u00be<\/p>\n

Norberto Alcover<\/h3>\n

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[vc_row][vc_column][vc_column_text]Norberto Alcover\u00a0es periodista y profesor de Teor\u00eda de la Comunicaci\u00f3n en la Universidad Pontificia Comillas (Madrid).   S\u00edntesis del Art\u00edculo: Los MCS invitan a la sospecha. Esconden un modelo de ser humano a descifrar: un hombre \u00abque reacciona ante el espect\u00e1culo visto y escuchado\u00bb, que \u00abse autorepresenta\u00bb, m\u00e1s que ser y estar en el mundo, […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[126,326,94,49],"tags":[],"class_list":["post-12313","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-1998-mision-joven-2","category-estudios-262","category-mision-joven-2","category-norberto-alcover"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12313","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12313"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12313\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12313"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12313"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12313"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}