{"id":12355,"date":"1998-10-01T08:04:35","date_gmt":"1998-10-01T06:04:35","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12355"},"modified":"1998-10-01T08:04:35","modified_gmt":"1998-10-01T06:04:35","slug":"reconfiguracion-de-la-religiosidad-juvenil","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/reconfiguracion-de-la-religiosidad-juvenil\/","title":{"rendered":"Reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad juvenil"},"content":{"rendered":"

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\n[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Juan Gonz\u00e1lez-Anleo<\/strong>\u00a0es Catedr\u00e1tico de Sociolog\u00eda de la Universidad Pontificia de Salamanca.
\n 
\nS\u00edntesis del art\u00edculo:
\nLa desestructuraci\u00f3n de la religiosidad juvenil est\u00e1 ah\u00ed. Adem\u00e1s del brusco descenso del \u00absentido de pertenencia\u00bb de los j\u00f3venes al catolicismo o la imagen que tienen de la Iglesia cual \u00abciudadela de prohibiciones\u00bb, las heridas m\u00e1s hondas est\u00e1n en el terreno de la identidad, vocaci\u00f3n y proyecto cristianos. El autor, frente a todo ello, propone tres caminos concretos para la reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad juvenil: \u00abEl mensaje del sentido\u00bb, \u00abEl mensaje de salvaci\u00f3n\u00bb y \u00abEl mensaje de una comunidad moral\u00bb.
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\nEn 1996 se rompe por primera vez una tendencia secular en la juventud espa\u00f1ola, la de la superioridad de los j\u00f3venes cat\u00f3licos practicantes sobre los indiferentes y ateos. En 1987 esta superioridad era de 15 puntos, en 1992 de 12 puntos, y en 1996 se invert\u00eda el signo, y los indiferentes y no creyentes, con un porcentaje de 23%, superaban por primera vez a los cat\u00f3licos practicantes, que hab\u00edan descendido a un 19%.\u00a0(Informe de la juventud en Espa\u00f1a,\u00a0<\/em>Instituto de la Juventud, 1996).
\nEste dato de encuesta es s\u00f3lo una prueba, expresiva aunque no concluyente, de lo que ha sucedido con la religiosidad de los j\u00f3venes espa\u00f1oles, en cuanto medida por este \u00fanico indicador sociol\u00f3gico. Pero conviene no olvidar que las creencias religiosas y la religiosidad interior, no institucional, sugieren una cierta\u00a0recuperaci\u00f3n<\/em>\u00a0de la religiosidad juvenil. Como ha documentado Francisco Orizo en su estudio del sistema de valores de la Espa\u00f1a actual, de 1996.
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\n\u00bfQu\u00e9 ha sucedido con la religiosidad juvenil\u00a0en sus niveles m\u00e1s profundos, donde las encuestas al uso llegan con dificultad? Una ojeada a la evoluci\u00f3n de esta religiosidad en su momento m\u00e1s dram\u00e1tico puede ofrecer alguna pista.
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\n <\/p>\n

1\u00a0\u00a0\u00bfQu\u00e9 ha sucedido con la religiosidad juvenil?<\/h3>\n

 
\nEl descenso m\u00e1s brusco del sentido de pertenencia al catolicismo se produce aproximadamente entre 1965 y 1975, seg\u00fan las series cronol\u00f3gicas del Instituto de la Juventud. Los sism\u00f3grafos sociol\u00f3gicos registraron as\u00ed esta ca\u00edda:
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\n\u00be\u00a0En 1967 se declaraban cat\u00f3licos practicantes el 77% de los j\u00f3venes espa\u00f1oles.
\n\u00be\u00a0En 1975 lo hac\u00edan el 32%, menos de la mitad.
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\nEstos ocho a\u00f1os, brev\u00edsimos pero de gran intensidad social y cultural, fueron a\u00f1os de\u00a0deconstrucci\u00f3n<\/em>\u00a0o desestructuraci\u00f3n de la religiosidad juvenil, aunque no de liquidaci\u00f3n y cierre. Es cierto que el porcentaje de j\u00f3venes que se declaraban no religiosos creci\u00f3 espectacularmente, del 3 al 20%. Pero a\u00fan as\u00ed, la gran mayor\u00eda de los j\u00f3venes de 1975 se confesaban cat\u00f3licos, practicantes o no, y esa mayor\u00eda se ha mantenido hasta nuestros d\u00edas, adelgaz\u00e1ndose la proporci\u00f3n de\u00a0practicantes<\/em>\u00a0y engrosando el de\u00a0no practicantes.<\/em>
\nEsos a\u00f1os cruciales coincidieron con tres fen\u00f3menos culturales y religiosos escasamente analizados por la sociolog\u00eda espa\u00f1ola, al menos en relaci\u00f3n con el descenso de religiosidad de nuestra sociedad con los avances de la secularizaci\u00f3n. Estos tres fen\u00f3menos son:
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\no\u00a0El agotamiento del modelo del nacionalcatolicismo,<\/em>\u00a0lo que tuvo posiblemente, entre otros efectos, el de estimular la mala conciencia y un cierto complejo de culpabilidad entre los cat\u00f3licos, y el de deteriorar la imagen de la Iglesia, todo ello a cuenta de la estrecha alianza entre la Iglesia y el R\u00e9gimen de Franco. Los j\u00f3venes van a recoger esta herencia sesgada, que ignora maliciosamente la decisiva contribuci\u00f3n de los cat\u00f3licos a una pac\u00edfica y r\u00e1pida transici\u00f3n democr\u00e1tica.
\n\u00a0<\/strong>
\no\u00a0El triunfo de las contraculturas, protestas y reivindicaciones juveniles de los 60,<\/em>\u00a0<\/strong>muy en especial la reivindicaci\u00f3n de autonom\u00eda respecto a toda autoridad, la familiar y la religiosa incluida. Y con esta gozosa reivindicaci\u00f3n, el alumbramiento de una nuevo sentido\u00a0trascendente<\/em>\u00a0de la vida colectiva: la utop\u00eda de la paz mundial, de la reconciliaci\u00f3n de las grandes potencias, de la humanizaci\u00f3n del capitalismo y del comunismo. En una palabra: una nueva salvaci\u00f3n para el hombre, que, junto a la salvaci\u00f3n del cuerpo ofrecida por la liberaci\u00f3n sexual de los 70, competir\u00e1 con el mensaje cristiano de salvaci\u00f3n.
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\no\u00a0El postconcilio,<\/em>\u00a0debido a un desarrollo superficial y desigual de algunas doctrinas y conclusiones del Vaticano II, provoc\u00f3 lo que la Sociolog\u00eda llama \u201cconsecuencias no previstas de la acci\u00f3n social\u201d, en nuestro caso, de la acci\u00f3n social eclesial:
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\n\u00be\u00a0La p\u00e9rdida de algunas se\u00f1as insustituibles de identidad del hombre ca\u00adt\u00f3lico: ayuno, confesi\u00f3n, determinadas devociones como el Rosario\u2026
\n\u00be\u00a0Menosprecio teol\u00f3gico-clerical del catolicismo popular y de sus manifestaciones y simbolismos.
\n\u00be\u00a0Arrinconamiento de la Doctrina Social de la Iglesia, que con sus presuntas ambig\u00fcedades y deficiencias, ofrec\u00eda a los cat\u00f3licos m\u00e1s comprometidos proyectos y l\u00edneas de acci\u00f3n en las tareas de sanaci\u00f3n y enriquecimiento de la sociedad.
\n 
\nLa \u201cconsecuencia no prevista de la acci\u00f3n eclesial\u201d que tuvo quiz\u00e1s mayor trascendencia fue la frustraci\u00f3n de expectativas populares, del Pueblo de Dios: el Concilio\u00a0prometi\u00f3<\/em>\u00a0una reforma\u00a0de<\/em>\u00a0la Iglesia, el Pueblo tuvo que contentarse con reformas\u00a0en<\/em>\u00a0la Iglesia.
\n 
\n <\/p>\n

2 Desestructuraci\u00f3n de la religiosidad juvenil<\/h3>\n

 
\nEl impacto de estos tres fen\u00f3menos, potenci\u00e1ndose entre s\u00ed, se hizo notar con una especial virulencia en la religiosidad juvenil. El derrumbe de lealtades y pertenencias religiosas acaecido en aquellos ocho entre a\u00f1os entre la poblaci\u00f3n juvenil y adulta joven no ha sido objeto de ninguna reconstrucci\u00f3n.
\nEl mapa de la religiosidad juvenil de los a\u00f1os 90<\/em>\u00a0as\u00ed lo certifica. Algo menos de la quinta parte de los j\u00f3venes espa\u00f1oles se confiesan cat\u00f3licos practicantes regulares, una cuarta parte declara una pr\u00e1ctica religiosa irregular y ocasional, una tercera parte se manifiestan cat\u00f3licos no practicantes, y un 22% indiferentes o no creyentes. Las diferencias entre las Comunidades Aut\u00f3nomas son notables, desde el 28% de practicantes de Misa dominical entre los j\u00f3venes de Castilla y Le\u00f3n, al 7% de Catalu\u00f1a.
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\nLa deconstrucci\u00f3n ha sido bastante menor en el terreno de las creencias religiosas. Siete de cada diez j\u00f3venes entrevistados en la investigaci\u00f3n de la \u00abFundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda\u00bb de 1994, afirman con mayor o menor rotundidad que creen en el Dios que se ha manifestado en Jesucristo. Aunque no pocos de estos mismos j\u00f3venes aceptan tambi\u00e9n, a continuaci\u00f3n, que Dios no es sino \u201clo que hay de positivo en hombres y mujeres\u201d o \u201cuna fuerza o energ\u00eda superior que influye en la vida\u201d. Esta aparente incoherencia apunta a dos caracter\u00edsticas del proceso de deconstrucci\u00f3n de la religiosidad juvenil (y no s\u00f3lo juvenil).
\nEn primer lugar,<\/em>\u00a0el car\u00e1cter de bricolaje religioso, de c\u00f3ctel espiritual, de mezcla\u00a0<\/u>personal de ideas, im\u00e1genes, creencias, pr\u00e1cticas y ritos que el \u00abconsumidor religioso\u00bb se confecciona a su gusto, siguiendo sus experiencias y preferencias, y eligiendo los ingredientes en el amplio supermercado del esp\u00edritu.
\nEn segundo lugar,<\/em>\u00a0la fuerte individualizaci\u00f3n o personalizaci\u00f3n de la religiosidad personal, y, dicho sea de paso, de todos los sistemas de valores. Como dice Lipovetsky: con un m\u00ednimo de coacciones y un m\u00e1ximo de elecciones privadas posibles, un m\u00ednimo de austeridad y un m\u00e1ximo de deseo, con la menor represi\u00f3n y la mayor comprensi\u00f3n posible. (LIPOVETSKY,\u00a0La era del vac\u00edo,<\/em>\u00a01986).
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\nLa deconstrucci\u00f3n de la religiosidad juvenil parece haber respetado algo m\u00e1s los \u00e1mbitos no institucionales de la misma. La oraci\u00f3n ha sobrevivido en muchos j\u00f3venes a la devastaci\u00f3n de las pr\u00e1cticas religiosas oficiales, Misa y sacramentos, en especial. A ese Dios en el que creen el 70% de los j\u00f3venes espa\u00f1oles, se eleva en oraci\u00f3n el coraz\u00f3n de 6 de cada diez chicos y chicas, \u00e9stas algo m\u00e1s que aquellos. Y al \u00abDios desconocido\u00bb de los no creyentes acuden ocasionalmente uno de cada cinco indiferentes y no religiosos, en demanda de ayuda y de sentido. Pero rezan, sobre todo, los cat\u00f3licos practicantes. La correlaci\u00f3n entre oraci\u00f3n personal y catolicismo practicante es tan fuerte que uno no puede dejar de pensar que la pr\u00e1ctica religiosa institucional, Misa y sacramentos, promueve o favorece muy positivamente la religiosidad no institucional o experiencia, y que \u00e9sta no florece tan espont\u00e1neamente como algunos quisieran creer fuera de aquel \u00e1mbito.
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\nDicho de otra manera: el retorno de la religi\u00f3n o el renacimiento de lo religioso o cualquier otro tipo de\u00a0revival<\/em>\u00a0o de renacer de la religiosidad har\u00e1n bien en contar con el elemento religioso institucional, por antip\u00e1tico que a algunos se les antoje. La esperanza de la reconstrucci\u00f3n de la religiosidad reside, a mi juicio, en la Iglesia, una Iglesia que sepa responder a las\u00a0aut\u00e9nticas<\/em>\u00a0<\/strong>demandas juveniles y tenga el coraje necesario para acometer reformas que se detengan en la superficie, en aspectos puramente cosm\u00e9ticos y accesorios.
\n 
\n <\/p>\n

3 La Iglesia y los j\u00f3venes<\/h3>\n

 
\nEl furor anti-institucional de la cultura juvenil de los 60 y la pasi\u00f3n de los j\u00f3venes por la autonom\u00eda en su acepci\u00f3n primera y literal -\u201clas normas me las dicto yo mismo, a partir de mis propias experiencias\u201d- han contribuido a configurar una triste imagen de la Iglesia como ciudadela de prohibiciones, no merecedora de la confianza juvenil y, sobre todo, no donadora de sentidos y significados.
\nS\u00f3lo un 4% de j\u00f3venes espa\u00f1oles se\u00f1alan a la Iglesia (sacerdotes, obispos, parroquia) como un lugar donde se dicen las cosas m\u00e1s importantes para orientarse en la vida[1]<\/a>. La insonoridad del mensaje de la Iglesia en estos finales de siglo es patente y pat\u00e9tica. Los estudiosos afirman que la raz\u00f3n \u00faltima es que los hombres de Iglesia no disponen de un lenguaje religioso adecuado a nuestros tiempos, de una simbolog\u00eda y un imaginario vibrantes, porque ese lenguaje, simbolog\u00eda e imaginario no han sido a\u00fan inventados, y los utilizados han quedado desfasados por el lenguaje y el simbolismo cient\u00edfico y t\u00e9cnico desde el siglo XIX.
\n 
\nAunque la deconstrucci\u00f3n de la religiosidad juvenil se manifiesta en el espacio Iglesia como en ning\u00fan otro espacio religioso o sagrado, la realidad es m\u00e1s compleja y menos negra. Dos de cada tres j\u00f3venes se sienten miembros de la Iglesia y quieren seguir si\u00e9ndolo, y casi la mitad, un 44%, afirman que la Iglesia defiende unos valores -libertad, justicia social, familia\u2026- \u201cimportantes para m\u00ed\u201d. No creo que este capital religioso de nuestros j\u00f3venes est\u00e9 siendo inteligentemente aprovechado por la misma Iglesia.
\nNo son f\u00e1cilmente compatibles con los datos anteriores estos otros dos, menos optimistas:
\n 
\n\u00be\u00a0Las dos terceras partes de los j\u00f3venes se sienten a menudo en desacuerdo con lo que dice la Iglesia, sobre todo en relaci\u00f3n con la moral privada.
\n\u00be\u00a0Algo m\u00e1s de la mitad asegura que el hecho de ser miembro de la Iglesia no tiene, personalmente, mucho sentido.
\n 
\n\u00bfUna incoherencia m\u00e1s, t\u00edpicamente juvenil? No tanta incoherencia, no mucho mayor que la del hijo crecido que se aferra afectivamente a sus padres sin estar demasiado de acuerdo con lo que dicen, incluso estando radicalmente en desacuerdo, y que est\u00e1 deseando abandonar la casa paterna y formar un hogar propio.
\nLa reconstrucci\u00f3n de la eclesialidad juvenil va a exigir de la Iglesia instituci\u00f3n osad\u00eda y coraje sin l\u00edmites, un hurac\u00e1n de imaginaci\u00f3n creadora para desmontar o deconstruir la Iglesia como \u00abciudadela de prohibiciones\u00bb y trasmutarla en la \u00abPatria de las Libertades\u00bb donde encuentren cumplida respuesta estas cuatro demandas juveniles:
\n 
\n\u00be\u00a0La demanda de sentidos para la vida y para la existencia, en un siglo XXI que se vislumbra cargado de sinsentidos por obra y gracia de la globalizaci\u00f3n, el consumismo, la supert\u00e9cnica y el superconfort.
\n\u00be\u00a0La demanda de libertad y de autoexpresi\u00f3n integral, en aras de la cual la sociedad eclesial deber\u00e1 poder ofrecer a los j\u00f3venes un proyecto de autorrealzaci\u00f3n sexual que haga justicia a sus derechos y necesidades en este terreno.
\n\u00be\u00a0Demanda de mayor igualdad en las relaciones familiares, econ\u00f3micas, sociales y eclesiales, sin ignorar la igualdad en el \u00e1mbito macrosocial.
\n\u00be\u00a0Demanda de comunidad c\u00e1lida, de pertenencia y de ra\u00edces, de identificaci\u00f3n con un grupo significativo\u2026
\n 
\n <\/p>\n

4 Identidad, memoria, vocaci\u00f3n y proyecto<\/h3>\n

 
\nLa deconstrucci\u00f3n de la religiosidad juvenil ha progresado mucho m\u00e1s all\u00e1 del declive de pertenencias, pr\u00e1cticas, ritos y creencias. Me corrijo: en lugar de \u00abmucho m\u00e1s all\u00e1\u00bb habr\u00eda que decir: \u00aba un nivel m\u00e1s profundo\u00bb. Las heridas m\u00e1s hondas se han producido en el terreno de la identidad cat\u00f3lica, la vocaci\u00f3n y proyecto cristianos, y la memoria religiosa cat\u00f3lica.
\n 
\n4.1. La identidad cat\u00f3lica juvenil<\/strong>
\n 
\nLa identidad cat\u00f3lica juvenil se construye dial\u00e9cticamente mediante un proceso de interacci\u00f3n social y de negociaci\u00f3n interpersonal con los dem\u00e1s actores religiosos, especialmente con los otros significativos.
\nPero han sucedido muchas cosas en las dos \u00faltimas d\u00e9cadas: 1\/ El\u00a0profesional<\/em>\u00a0religioso -sacerdotes y religiosos- ha quedado cada vez m\u00e1s recluido en la esfera privada; 2\/ La presencia de la religi\u00f3n ha disminuido dr\u00e1sticamente en los medios y en la calle; 3\/ Algunos sacramentos donadores de identidad -como la Confirmaci\u00f3n y la Confesi\u00f3n- tienen poco prestigio y la segunda una pr\u00e1ctica muy escasa, aunque su valor es indiscutible, pues en ella, en la confesi\u00f3n personal, el pecador\u00a0negocia<\/em>\u00a0con el confesor para \u00abrecuperar su identidad\u00bb, parcialmente perdida o vulnerada; 4\/ La ense\u00f1anza de la religi\u00f3n sufre en fuerte acoso en el sistema p\u00fablico de ense\u00f1anza; y 5\/ Se ha incorporado ya a la escena social las primeras generaciones de padres y madres\u00a0secularizados,<\/em>\u00a0que no trasmiten la religi\u00f3n a sus hijos; se ha dicho en este sentido, con mucha raz\u00f3n, que el problema religioso de muchos j\u00f3venes no es que no hayan perdido la religi\u00f3n sino que nunca la han recibido.
\n 
\nResultado final: muchos ni\u00f1os y j\u00f3venes espa\u00f1oles no encuentran f\u00e1cilmente interlocutores v\u00e1lidos que les ayuden a construir su identidad cat\u00f3lica y el edificio de actitudes, pautas y valores religiosos.
\n 
\n4.2. La vocaci\u00f3n y el proyecto cristiano<\/strong>
\n 
\nLa vocaci\u00f3n y el proyecto cristiano han dejado de ser para muchos j\u00f3venes un desaf\u00edo existencial de primer orden, y una respuesta valiosa a sus demandas de sentido, a su sed de justicia y belleza en el mundo. A lo largo de los siglos la vocaci\u00f3n cristiana era vivenciada como una lucha por la salvaci\u00f3n, y el proyecto cristiano como una tarea her\u00f3ica de construcci\u00f3n del Reino. Pero la vocaci\u00f3n cristiana se ha desdramatizado, ha perdido su perfil vibrante de grandeza y hero\u00edsmo, muy de acuerdo con la \u00e9poca antiher\u00f3ica, y anti\u00e9pica en que vivimos.
\nLa mayor\u00eda de los j\u00f3venes, seg\u00fan la investigaci\u00f3n\u00a0Religi\u00f3n y Sociedad en la Espa\u00f1a de los 90,<\/em>\u00a0han tirado la toalla en la lucha contra el mal del mundo, porque lo consideran inevitable. Tres ausencias se perfilan en este contexto religioso confortable y a-dram\u00e1tico:
\n 
\no\u00a0La ausencia del concepto mismo de salvaci\u00f3n personal<\/em>\u00a0como problema, objetivo vital y reto a la persona. La salvaci\u00f3n se da por supuesta, casa autom\u00e1tica. \u00a1Qu\u00e9 mal se entendi\u00f3 el abandono conciliar del viejo principio: \u201cFuera de la Iglesia no hay salvaci\u00f3n\u00a0\u201c! En otros muchos casos \u00abla salvaci\u00f3n\u00bb se ha secularizado y trasmutado en salvaci\u00f3n del cuerpo, del planeta tierra o de los pueblos y seres oprimidos.
\n 
\no\u00a0La ausencia de la gracia,<\/em>\u00a0cuesti\u00f3n hoy perfectamente arrinconada en el ba\u00fal de los recuerdos cristianos por la gran mayor\u00eda. La p\u00e9rdida de la gracia no despierta hoy la menor inquietud en una gran mayor\u00eda, en el caso poco probable de que entienda el viejo significado de perder la gracia. Para otros, j\u00f3venes y mayores, la \u00abgracia es barata\u00bb, y barato el procedimiento para recuperarla.
\n 
\no\u00a0La ausencia de liberaci\u00f3n<\/em>\u00a0\u00abv\u00eda\u00bb\u00a0confesi\u00f3n.<\/em>\u00a0Quiz\u00e1s por los errores y los horrores teol\u00f3gico-psicol\u00f3gicos en la pasada praxis de este sacramento. Quiz\u00e1s por la volatilizaci\u00f3n del sentimiento de culpabilidad, en una \u00e9poca en la que avasalla la \u00abtentaci\u00f3n de la inocencia\u00bb (BRUCKNER, 1997).
\n 
\n4.3. La p\u00e9rdida de memoria religiosa<\/strong>
\n 
\nLa p\u00e9rdida de la memoria religiosa se va acentuando en los viejos pa\u00edses cat\u00f3licos en los que la secularizaci\u00f3n de la familia, de las fiestas y de los calendarios, de la escuela y de los\u00a0medios,<\/em>\u00a0de la calle y del arte, ha ido borrando aceleradamente relatos sagrados, historias y leyendas sacras, s\u00edmbolos e im\u00e1genes religiosos, nombres santos y palabras cristianas, hasta conseguir que para muchos entrar en una vieja catedral g\u00f3tica rebosante de retablos, im\u00e1genes y s\u00edmbolos plantee los mismos problemas de incomprensi\u00f3n o diversi\u00f3n que al visitante de un templo budista o de unas ruinas druidas. Se ha desvanecido la memoria religiosa cristiana en los muchos j\u00f3venes que no han recibido socializaci\u00f3n religiosa de sus padres o de su escuela.
\n 
\nEn ning\u00fan otro terreno se percibe mejor el efecto de la desmemoria religiosa que en el terreno de las creencias. No tanto en forma de disminuci\u00f3n como en forma de p\u00e9rdida del car\u00e1cter sist\u00e9mico, de la fortaleza y la perdurabilidad del viejo cosmos cristiano que, en cierta medida, ha saltado por los aires.
\nEl noble edificio de creencias cat\u00f3licas que proporcionaba sentido a la existencia, se alimentaba con mensajes y ritos, y se traduc\u00eda consecuencialmente en normas \u00e9ticas de comportamiento, se ha desestructurado.
\nEn el imaginario juvenil las creencias cristianas alternan con creencias importadas de otros sistemas religiosos (la reencarnaci\u00f3n, por ejemplo), el contenido mismo de las creencias depende muy a menudo del talante personal, porque \u00abtodo est\u00e1 permitido\u00bb y \u00abtodo es digno de ser vivido y experimentado\u00bb, y las creencias\u00a0duras<\/em>\u00a0son alegremente evacuadas abajo la presi\u00f3n de una \u00abescatolog\u00eda burguesa\u00bb que elimina tensiones y encubre la llamada a la conversi\u00f3n.
\n 
\nReconstruir, recomponer, restablecer, reconstituir\u2026 Quiz\u00e1s el t\u00e9rmino m\u00e1s adecuado se al de\u00a0reconfigurar,<\/em>\u00a0<\/strong>\u201cvolver a dar forma y estructura\u201d a la religiosidad, a la experiencia religiosa. Desde un primer presupuesto (MARDONES, 1994): la religi\u00f3n cristiana se enfrenta en estos momentos ante una triple opci\u00f3n:
\n 
\n\u00be\u00a0Resignarse a la situaci\u00f3n actual y al anquilosamiento a medio plazo.
\n\u00be\u00a0Adaptarse excesivamente a la modernidad o postmodernidad, aceptar sus reduccionismos, sus carencias humanas y sociales, su empobrecimiento espiritual.
\n\u00be\u00a0O liderar ella misma la reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad.
\n 
\n <\/p>\n

5 Reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad juvenil<\/h3>\n

 
\nLiderar la reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad juvenil implica la reconstrucci\u00f3n de los tres mensajes esenciales del catolicismo que citamos a continuaci\u00f3n.
\n 
\n5.1. El mensaje de sentido<\/strong>
\n 
\nMensaje de sentido frente al caos y el misterio del mal, el sufrimiento, el fracaso y la muerte. Los elementos cristianos de este mensaje son bien conocidos, desde la creaci\u00f3n y el pecado original hasta la esperanza en el m\u00e1s all\u00e1, articulados en torno a la revelaci\u00f3n de Jesucristo, su Encarnaci\u00f3n, Muerte y Resurrecci\u00f3n. La reconfiguraci\u00f3n del mensaje no es f\u00e1cil. A t\u00edtulo de sugerencias:
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\n\u00c4\u00a0Todo en la Iglesia, en el plano de las ideas y de la acci\u00f3n, tiene que encarecer ante los j\u00f3venes la importancia que el cristianismo atribuye a le persona, al sujeto, frente a la tiran\u00eda de los aparatos econ\u00f3micos, medi\u00e1ticos y pol\u00edticos. El cristianismo, tan desprestigiado en este terreno, puede tomar as\u00ed su\u00a0revancha<\/em>\u00a0de la Ilustraci\u00f3n y la Modernidad que lo acusaron de opresi\u00f3n sobre el individuo. Las\u00a0criaturas<\/em>\u00a0de la Modernidad -capitalismo, burocracia, liberalismo econ\u00f3mico\u2026- son ahora los opresores, los que marginan y destruyen al hombre, al pobre, al d\u00e9bil, y el cristianismo es el liberador, el \u00ab\u00faltimo sacramento\u00bb; junto con la familia, el \u00faltimo lugar sagrado en el que la persona es valorada por s\u00ed misma, no por su condici\u00f3n de cliente, contribuyente, alumno, consumidor.
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\n\u00c4\u00a0El mensaje de sentido pretende, en \u00faltima instancia, dar sentido al mundo, y culmina en la construcci\u00f3n del Reino de Dios. La lucha por el Reino puede identificarse con ese \u00abrendimiento societal\u00bb del que habla Lehman, y que ser\u00eda una forma de superar en parte la secularizaci\u00f3n. Encarecer el rendimiento societal significa dar una respuesta a los que se plantean el problema religioso desde una perspectiva pragm\u00e1tica: \u201c\u00bfSirve la religi\u00f3n para algo, aqu\u00ed, en este mundo?\u201d, incluso con una visi\u00f3n intramundana de la trascendencia. Encarecer el rendimiento societal del cristianismo significa empe\u00f1ar hombres y recursos, su enorme potencial humano, en atender a los problemas no resueltos por los otros subsistemas sociales: la econom\u00eda, la pol\u00edtica, la educaci\u00f3n\u2026
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\n\u00c4\u00a0En esta misma l\u00ednea de construcci\u00f3n del Reino se impone la incorporaci\u00f3n a la Iglesia del valor religioso o sagrado que puede residir y subyacer en\u00a0los nuevos movimientos sociales<\/em>\u00a0(HANNINGAN), dando profundidad humana a los que la necesiten. La\u00a0tecno-ecolog\u00eda<\/em>\u00a0(ecolog\u00eda del mero respeto a la naturaleza, centrada en las soluciones t\u00e9cnicas a los problemas del medio ambiente), deber\u00eda ser\u00a0bautizada<\/em>\u00a0por el catolicismo y convertirse en una\u00a0eco-filosofia o eco-teolog\u00eda,<\/em>\u00a0cuya aportaci\u00f3n m\u00e1xima a la humanidad ser\u00eda un nuevo esquema integral de valores, una utop\u00eda para una existencia plena.
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\n\u00c4\u00a0Una orientaci\u00f3n fundamental de las tendencias religiosas actuales es la nueva sensibilidad m\u00edstica, difusa y ecl\u00e9ctica (MARDONES). La reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad juvenil puede aprovechar este gran potencial sagrado, trascendiendo burocracias y normativas eclesi\u00e1sticas sofocantes. M\u00edstica juvenil, m\u00edstica para los j\u00f3venes, nuevo rol para los monjes y monjas contemplativos del mundo cat\u00f3lico.
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\n5.2.<\/strong>\u00a0El mensaje de salvaci\u00f3n<\/strong>
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\nEl mensaje de salvaci\u00f3n consiste esencialmente en una respuesta al desasosiego, el malestar y la ansiedad que nos acompa\u00f1an a todos los hombres desde el inicio de la humanidad. Respuesta asimismo al sentimiento de culpa, pecado y finitud, a la no aceptaci\u00f3n por los dem\u00e1s, al fracaso social, a la soledad, el tedio y la rutina, a la angustia ante la muerte y la fugacidad del tiempo. Su reconstrucci\u00f3n es tambi\u00e9n necesaria, porque la salvaci\u00f3n es hoy entendida de formas muy dispar. De nuevo alguna sugerencia:
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\n\u00c4\u00a0Una religiosidad reconfigurada puede contar con poderosos\u00a0aliados<\/em>\u00a0que hoy surgen del insondable capital sagrado de la humanidad: la nostalgia por un reencantamiento del mundo y de la vida cotidiana, patente en las pr\u00e1cticas esot\u00e9ricas y en el mismo consumo (BRUCKNER), el experimentalismo emocional en alza, la sacralizaci\u00f3n difusa de no pocas realidades profanas, como el deporte, la m\u00fasica juvenil, el culto y la solicitud por el cuerpo, las constelaciones de valores juveniles de que habla Garc\u00eda Roca\u2026
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\n\u00c4\u00a0La reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad pide una reconceptualizaci\u00f3n del concepto de salvaci\u00f3n que responda, desde su propia esencia cristiana, al poderoso deseo juvenil de una trascendencia-para-aqu\u00ed-y-ahora. \u201cEl Reino ya ha empezado, est\u00e1 entre vosotros\u201d.
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\n5.3. El mensaje de una comunidad moral<\/strong>
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\nEl mensaje de una comunidad moral que trasciende y en cierta medida\u00a0deconstruye<\/em>\u00a0las comunidades temporales, seculares. La Eucarist\u00eda resume el triple mensaje del catolicismo mediante la Palabra (mensaje de sentido), los ritos sacramentales (mensaje de salvaci\u00f3n) y la reconstrucci\u00f3n de la comunidad cristiana, anulando en el \u00e1gape eucar\u00edstico las diferencias de sexo, clase, etnia e ideolog\u00eda (mensaje de comunidad. La reconfiguraci\u00f3n de la religiosidad juvenil puede incorporar en este sentido ciertas\u00a0novedades<\/em>\u00a0de nuestro universo religioso actual:
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\n\u00c4\u00a0La tendencia mundial a la globalizaci\u00f3n que brinda a los j\u00f3venes cat\u00f3licos el desaf\u00edo de trabajar por un ecumenismo radical (MART\u00cdN VELASCO). \u00bfPara cu\u00e1ndo la oferta a los j\u00f3venes de empe\u00f1ar su esfuerzo en la lucha por una globalizaci\u00f3n espiritual del mundo, que no se reduzca a la mera globalizaci\u00f3n financiera, econ\u00f3mica y medi\u00e1tica? Una oferta pr\u00e1ctica que se traduzca en encuentros, contactos, di\u00e1logo, conversaciones\u2026
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\n\u00c4\u00a0Hay que continuar creando peque\u00f1as comunidades cristianas juveniles, uni\u00e9ndose a la gran ola de las comunidades emocionales y carism\u00e1ticas (HERVIEU-L\u00c9GER) que recorre las sociedades cristianas. Y cuando es dif\u00edcil encontrar j\u00f3venes dispuestos a integrarse en una comunidad.
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\n\u00c4\u00a0Comprometer a los j\u00f3venes para que utilicen\u00a0las redes sociales<\/em>\u00a0a las que pertenecen -amigos, compa\u00f1eros, colegas, vecinos, parientes\u2026- a fin de difundir la maravilla del mensaje.
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\n\u00c4\u00a0Estamos en el\u00a0tiempo de las tribus,<\/em>\u00a0en la atm\u00f3sfera tribal t\u00edpica de nuestra sociedad de masas (MAFFESOLI). Hoy el individuo tiende a identificarse con un grupo, una moda, un sentimiento; se suceden las confluencias ef\u00edmeras, los encuentros, las experiencias compartidas, el \u00abestar juntos sin ocupaci\u00f3n\u00bb, los \u00abimaginarios vividos en com\u00fan\u00bb, los agrupamientos transitorios\u2026 Es el tiempo de las tribus, y en este nuevo tiempo de socialidad, m\u00e1s que de sociedad, los j\u00f3venes se sienten a sus anchas. Quiz\u00e1s la\u00a0tribu,<\/em>\u00a0en este sentido, no en el de las tribus urbanas, no sea m\u00e1s que un pobre suced\u00e1neo de la comunidad, pero puede ser medio y veh\u00edculo de evangelizaci\u00f3n. Y los j\u00f3venes lo manejan sin la menor dificultad.
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\nDec\u00edan Stark y Bambridge (1985) que \u201clos pensadores que en el coraz\u00f3n de la Cristiandad han proclamado la muerte de Dios se han dejado enga\u00f1ar por un simple cambio de residencia.\u201d Reconfigurar la religiosidad juvenil no consistir\u00eda, en el fondo, m\u00e1s que en buscar, localizar, rehabilitar y llenar de j\u00f3venes\u00a0okupas<\/em>\u00a0cristianos esa \u00abnueva residencia\u00bb de Dios.\u00be<\/p>\n

Juan Gonz\u00e1lez-Anleo<\/h6>\n

 
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[1]<\/a>\u00a0En la investigaci\u00f3n de la \u00abFundaci\u00f3n Santa Mar\u00eda\u00bb de 1994, el 50% de los j\u00f3venes se\u00f1alaron a la familia como ese lugar importante, el 35% a los amigos, el 30% a los MCS, el 21% a los centros de ense\u00f1anza, y el 20% a los libros.[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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