{"id":12431,"date":"1998-07-01T08:17:05","date_gmt":"1998-07-01T06:17:05","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12431"},"modified":"1998-07-01T08:17:05","modified_gmt":"1998-07-01T06:17:05","slug":"jovenes-noche-y-diversion-una-interpretacion-sociologica","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/jovenes-noche-y-diversion-una-interpretacion-sociologica\/","title":{"rendered":"J\u00f3venes, \u00abnoche\u00bb y diversi\u00f3n: una interpretaci\u00f3n sociol\u00f3gica"},"content":{"rendered":"

avier Elzo<\/strong>\u00a0es Catedr\u00e1tico de Sociolog\u00eda en la Universidad de Deusto.
\n 
\nS\u00edntesis del Art\u00edculo:
\nSobre la base de diferentes datos, el autor propone cuatro reflexiones para interpretar la \u00abnoche y diversi\u00f3n\u00bb de los j\u00f3venes, seguidas de otras tantas pautas para actuar educativamente de un modo correcto: prolongaci\u00f3n de la estancia en la familia, las fracturas del tiempo, valores finalistas sin soporte en los instrumentales y temor al aburrimiento.
\n 
\n 
\n 
\nEn las p\u00e1ginas que siguen voy a reflexionar sobre algunos aspectos sociol\u00f3gicos en los que creo cabe enmarcar la actual fascinaci\u00f3n que una parte importante de los j\u00f3venes espa\u00f1oles de hoy, en esta sociedad de final de siglo, mantiene hacia la diversi\u00f3n nocturna. Voy someter a la consideraci\u00f3n cr\u00edtica de los lectores unos sencillos elementos de interpretaci\u00f3n que, aunque pueden parecer alejados del pragmatismo de lo cotidiano, sostengo que son como las corrientes de fondo en las que se incribe el particular modo de divertirse de no pocos de nuestros j\u00f3venes. No son los \u00fanicos elementos a tener en cuenta. Tampoco me atrevo a afirmar que son los cuatro m\u00e1s importantes. Pero s\u00ed propongo que sin estos cuatro nada es comprensible, por un lado, as\u00ed como que entre los elementos de interpretaci\u00f3n que sugiero hay una l\u00f3gica interna, especialmente en los tres \u00faltimos, excluyendo parcialmente, y solo parcialmente, el primero de ellos, el que se refiere a la particular forma de relacionarse los padres con sus hijos en la Espa\u00f1a de hoy.
\nPero antes y de forma muy breve, ciertamente demasiado breve, presento algunos datos cuantitativos sobre el n\u00famero de j\u00f3venes que salen a divertirse las noches de los fines de semana as\u00ed como la hora a la que vuelven a casa. Ofrezco datos muy recientes, algunos in\u00e9ditos. Pero solamente este punto requerir\u00eda tratamiento propio, por ejemplo analizando cualitativamente lo que dicen buscar durante sus horas de diversi\u00f3n nocturna, aunque algunos de esos elementos los he tenido en cuenta en mi an\u00e1lisis posterior. Terminar\u00e9 con tres brev\u00edsimos apuntes sugiriendo algunas propuetas concretas de actuaci\u00f3n que me parecen centrales. No soy pedag\u00f3go y no me atrever\u00e9 a se\u00f1alar el \u00abcomo\u00bb hacer y me limitar\u00e9 al \u00abqu\u00e9\u00bb hacer.
\n <\/p>\n

1 Algunos datos<\/h3>\n

 
\nEn contra de lo que pudiera parecer hay pocas cifras rigurosas sobre el n\u00famero de adolescentes y j\u00f3venes que salen fuera de sus casas los fines de semana, as\u00ed como la hora a la que vuelven a sus domicilios. Con raz\u00f3n hablan de \u00abin\u00e9dita cuesti\u00f3n\u00bb,\u00a0Aguinaga y Comas,<\/em>\u00a0en el \u00faltimo estudio realizado en Espa\u00f1a sobre el tema, con trabajo de campo de 1.200 adolescentes y j\u00f3venes en todo el conjunto espa\u00f1ol\u00a0<\/strong>al referirse a la hora de regreso a casa despu\u00e9s de una salida nocturna\u00a0<\/a>.
\nLa primera cuesti\u00f3n es la de saber cuantos son los que salen fuera de sus casas las noches de los fines de semana. Seg\u00fan el trabajo de Aguinaga y Comas (p. 119 y siguientes) aquellos que salen los d\u00edas laborables son muy pocos -el 5,4% de los adolescentes y j\u00f3venes espa\u00f1oles de 15 a 24 a\u00f1os, entendiendo por laborables desde las noches de los domingos a los lunes hasta las noches de los mi\u00e9rcoles a los jueves-. De aqu\u00ed adelante las cifras se disparan. La noche del jueves al viernes dicen salir de sus casas, por las noches, el 21% de los adolescentes y j\u00f3venes espa\u00f1oles, el 29,5% la noche de los viernes a los s\u00e1bados y el 17, 7 la noche de los s\u00e1bados a los domingos. Nosotros en varios trabajos hemos formulado la misma cuesti\u00f3n aunque de forma diferente, lo que, a la postre va explicar, al menos parcialmente, las diferencias encontradas. Es lo que reproducimos en la Tabla n\u00ba 1.
\n\u00a0<\/strong>
\nTabla 1: Frecuencia de salidas nocturnas durante los fines de semana (J\u00f3venes vascos)<\/strong><\/p>\n\n\n\n\n\n\n\n\n
<\/td>\n19911<\/sup><\/em><\/strong><\/td>\n19962<\/sup><\/em><\/strong><\/td>\n19983<\/sup><\/em><\/strong><\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0No salgo nunca<\/strong><\/td>\n5,2<\/td>\n9,1<\/td>\n4,4<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Muy de vez en cuando*<\/strong><\/td>\n38,0<\/td>\n28,7<\/td>\n11,1<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Salgo con m\u00e1s frecuencia**<\/strong><\/td>\n34,9<\/td>\n15,0<\/td>\n14,1<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Salgo casi todas las semanas<\/strong><\/td>\n20,2<\/td>\n46,8<\/td>\n70,3<\/td>\n<\/tr>\n
\n

Total<\/h3>\n<\/td>\n

2479<\/td>\n4357<\/td>\n1202<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

Fuentes:\u00a01<\/sup>\u00a0J.ELZO (DIR),\u00a0Drogas y Escuela IV,<\/em>\u00a0Edit. Escuela Trabajo Social de San Sebasti\u00e1n, 1992;\u00a02<\/sup>\u00a0J ELZO (DIR),\u00a0Drogas y Escuela V,\u00a0<\/em>Edit. Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz 1996.\u00a03\u00a0<\/sup>Datos in\u00e9ditos de una investigaci\u00f3n en curso (trabajo de campo, mayo-junio 1998, entre j\u00f3venes vascos en edades de 15 a 24 a\u00f1os, mediante encuesta domiciliaria). * En 1991 se pregunt\u00f3 2 o 3 veces\/a\u00f1o. ** En 1991 se pregunt\u00f3 1 \u00f3 2 veces\/mes.
\n 
\nA primera vista parece haber divergencia en las cifras pero, sin entrar aqu\u00ed en detalles, hay que retener que mientras Aguinaga y Comas preguntan, d\u00eda a d\u00eda, por el uso del tiempo durante la semana anterior a la de la realizaci\u00f3n del trabajo de campo nosotros preguntamos, de forma gen\u00e9rica y siguiendo una escala, por la frecuencia de sus salidas nocturnas durante los fines de semana, sin especificar si salen una o m\u00e1s veces a la largo del fin de semana. As\u00ed, aunque no quepa a\u00f1adir el n\u00famero de j\u00f3venes que salen en la encuesta espa\u00f1ola las noches de los jueves, viernes y s\u00e1bados, como si fueran necesariamente personas distintas, con lo que obtendr\u00edamos un (falso) total de 68,2% de j\u00f3venes que salen los fines de semana, esta cifra ya se asemeja m\u00e1s nuestras cifras para 1996<\/a>.
\nEl dato m\u00e1s llamativo es el referido a 1998 pues nos indica una aut\u00e9ntica escalada, lo que por otros estudios, m\u00e1s cualitativos, as\u00ed como por informaciones de testigos privilegiados, ya hab\u00edamos atisbado
<\/a>. Parece que los j\u00f3venes salen mucho aunque es preciso rese\u00f1ar, con fuerza, que no todos salen, rcu\u00e9rdese los datos de Aguinaga y Comas que he referenciado arriba y, adem\u00e1s, que no salen todas las noches de los fines de semana (lo que mis encuestas no son capaces de determinar). Este tema es importante pues corremos es riesgo de generalizar en demas\u00eda y dar a entender que toda la juventud espa\u00f1ola est\u00e1 en la calle ( de copas, en las discotecas etc.) todas noches de los fines de semana. Y no es as\u00ed. Se puede afirmar, sin genero de dudas que, considerando noche a noche, y para la totalidad de j\u00f3venes en las edades que estamos trabajando, est\u00e1n en sus casa ( en m\u00e1s de un caso con sus amigos o,\u00a0simplemente<\/em>\u00a0viendo la TV) muchos m\u00e1s de los que andan por la calle. Claro que estos \u00faltimos hacen mucho m\u00e1s ruido. Tambien m\u00e1s ruido medi\u00e1tico, sin olvidar \u00abel parte\u00bb de fallecidos y accidentados de los lunes por la ma\u00f1ana.
\nOtra cuesti\u00f3n distinta es la de saber la hora a la que dicen acostarse los j\u00f3venes espa\u00f1oles. Volviendo al trabajo de Aguinaga y Comas, podemos leer en la p\u00e1gina 115 que \u00absi tomamos las tres de la ma\u00f1ana (como referencia) se observa que en los d\u00edas laborables un 4% no se ha acostado a\u00fan en esta hora, pero el viernes es un 11,7%, el s\u00e1bado un 26,7% y el domingo un 11,8%, en todo caso suficiente gente como -a la que habr\u00eda que a\u00f1adir los que tienen m\u00e1s de 25 a\u00f1os- para llenar de gente las calles de la ciudad y los locales en los que se produce el fen\u00f3meno de la nocturnidad. Adem\u00e1s, a\u00f1aden Aguinaga y Comas, estos son los datos correspondientes a una semana concreta lo que implica que quiz\u00e1s los comportamientos de nocturnidad afectan a m\u00e1s j\u00f3venes pero no\u00a0todos<\/em>\u00a0los fines de semana\u00bb
<\/a>.
\nEn las tablas 2 y 3 presento, sin mayores comentarios, detalles referidos a los j\u00f3venes vascos de 1996 (misma fecha de campo del estudio de Aguinaga y Comas) a efectos comparativos, aunque, lo repito, con t\u00e9cnicas de obtenci\u00f3n de informaci\u00f3n diferente y colectivos tambi\u00e9n diferentes, aunque comparables con los que estamos recogiendo nosotros para el a\u00f1o 1998, en el Pa\u00eds Vasco.
\n\u00a0<\/strong>
\nTabla 2: Frecuencia de salidas nocturnas en funci\u00f3n de la edad (J\u00f3venes vascos, 1996)<\/strong><\/p>\n\n\n\n\n\n\n\n\n
<\/td>\nDe 12 y 13 a\u00f1os<\/strong><\/td>\nDe 14 a 15<\/strong><\/td>\n\u00a0De 16 a 18<\/strong><\/td>\n\u00a019 y m\u00e1s a\u00f1os<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0No salgo nunca<\/strong><\/td>\n39,6<\/td>\n19,3<\/td>\n4,1<\/td>\n0,6<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Muy de vez en cuando<\/strong><\/td>\n41,1<\/td>\n41,1<\/td>\n23,8<\/td>\n14,1<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Salgo con m\u00e1s frecuencia<\/strong><\/td>\n9,6<\/td>\n14,5<\/td>\n16,8<\/td>\n10<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Salgo casi todas las semanas<\/strong><\/td>\n8,7<\/td>\n24,5<\/td>\n54,9<\/td>\n75,3<\/td>\n<\/tr>\n
TOTAL<\/strong><\/td>\n1170<\/strong><\/td>\n1590<\/strong><\/td>\n2120<\/strong><\/td>\n647<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

\u00a0<\/strong>
\nTabla 3: Relaci\u00f3n entre consumo de alcohol y hora de llegar a casa los fines de semana (J\u00f3venes vascos, 1996)<\/strong><\/p>\n\n\n\n\n\n\n\n\n
<\/td>\nTODOS<\/strong><\/td>\nAbstemios<\/strong><\/td>\nCasi abstemios<\/strong><\/td>\nPoco bebedores<\/strong><\/td>\nBebedores excesivos<\/strong><\/td>\nSospechosos alcoh\u00f3licos<\/strong><\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0No salgo nunca<\/strong><\/td>\n15,6<\/td>\n33,3<\/td>\n10,1<\/td>\n5,7<\/td>\n2,6<\/td>\n2,2<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Antes de 12 noche<\/strong><\/td>\n27,4<\/td>\n28,9<\/td>\n36,6<\/td>\n31,5<\/td>\n24<\/td>\n19,2<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Entre las 12 y las 2<\/strong><\/td>\n19,9<\/td>\n11<\/td>\n21,6<\/td>\n26,9<\/td>\n29,7<\/td>\n23,5<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0Entre las 2 y las 4<\/strong><\/td>\n15.4<\/td>\n4,9<\/td>\n13,1<\/td>\n18,8<\/td>\n26,6<\/td>\n15,3<\/td>\n<\/tr>\n
\u00be\u00a0M\u00e1s de las 4<\/strong>
\ny hasta el d\u00eda siguiente<\/strong><\/td>\n
9.3<\/td>\n2,2<\/td>\n4,7<\/td>\n8,2<\/td>\n11,4<\/td>\n24,1<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

 
\nDos comentarios. Por una lado el aumento de la frecuencia de salidas nocturnas de los j\u00f3venes a medida que aumenta la edad, lo que comprobaremos tambi\u00e9n en nuestro pr\u00f3ximo estudio, siendo la edad de los 18 a 22 a\u00f1os la que arroja la cifra modal, confirmando as\u00ed lo que constatan Aguinaga y Comas en su estudio (cf. p. 121), pero, dato a tener en cuenta, descendiendo despues a medida que se avanza en edad. Dato importante, en efecto, como es facil vislumbrar, pues indica que se trata de un fen\u00f3meno de edad, luego limitado en el tiempo.
\nEn segundo lugar, v\u00e9ase nuestra tabla 3. Algo que parece obvio: hay correlaci\u00f3n entre los niveles de consumo de alcohol y la hora de retirarse a casa, ciertamente, pero no es nada desde\u00f1able cifra del 7% de adolescentes y j\u00f3venes vascos que se acuestan despues de las 4 de la ma\u00f1ana, habiendo salido a la calle, y que o no beben nada o beben poco, menos de 300 cl. de alcohol de vino o su equivalente en otras bebidas. Esto es, hay tambien j\u00f3venes que salen de casa, vuelven muy tarde, incluso pasan la noche entera fuera y no vuelven hasta el d\u00eda siguiente, y no beben o beben muy razonablemente. No todo noct\u00e1mbulo es necesariamente gran bebedor.
\n <\/p>\n

2\u00a0\u00a0Reflexiones para una interpretaci\u00f3n sociol\u00f3gica<\/h3>\n

 
\n2.1. Una prolongada estancia en la familia de origen<\/em><\/strong>
\n\u00a0<\/em><\/strong>
\nLa desmesurada prolongaci\u00f3n de la estancia en la familia de origen por parte de la juventud espa\u00f1ola es una de sus caracter\u00edsticas m\u00e1s llamativas cuando se la compara con la de los j\u00f3venes de otros paises europeos. Las explicaciones de este fen\u00f3meno son m\u00faltiples y complejas pero hay una extremadamente importante, a nuestro juicio, y es el peso de la tradici\u00f3n familiar en Espa\u00f1a y la particular relaci\u00f3n entre padres e hijos. As\u00ed se constata que los padres son extremadamente renuentes a ver salir a los hijos de sus casas, compartiendo y experimentado una convivencia, relativamente, aut\u00f3noma y prolongada con su pareja, en edades que, los padres adultos, consideran como muy tempranas, lo que no empece para que, en estos \u00faltimos tiempos especialmente, cuando ya sus hijos se han habituado a la \u00abfonda y refugio-econ\u00f3mico-afectivo familiar\u00bb no vean la forma de desprenderse de ellos, cuando estos llegan a los 24, 25 \u00f3 m\u00e1s a\u00f1os.
\nCiertamente a este factor hay que a\u00f1adir otros, como el paro de los j\u00f3venes, encubierto adem\u00e1s, en gran medida, al dar Espa\u00f1a una de las m\u00e1s elevadas tasas de escolaridad universitaria de Europa pero, lo digo formalmente, este dato me parece secundario ante el precedentemente se\u00f1alado. Incluso me parece secundario ante este otro: los j\u00f3venes, en su gran mayor\u00eda, no est\u00e1n dispuestos a dejar la casa familiar hasta que tengan una situaci\u00f3n econ\u00f3mica y social con cierta estabilidad y nivel econ\u00f3mico. No s\u00e9 si alguna vez ha sido cierto eso de que contigo \u00aba pan y cebolla\u00bb pero, en todo caso, hoy lo \u00fanico que admitir\u00edan los j\u00f3venes ser\u00eda que contigo \u00abpollo y champan\u00bb, por seguir con la met\u00e1fora de nuestra juventud.
\n 
\nLa consecuencia de este estado de cosas es evidente: los j\u00f3venes buscan espacios y tiempos propios y prolongados de distensi\u00f3n en los que se sientan solos, con su grupo de pares, sin el control, real o supuesto, (m\u00e1s supuesto que real pienso yo, no tanto por liberalismo o tolerancia cuanto por incomprenci\u00f3n, cuando no indiferencia), de los adultos en general (que s\u00f3lo desean en el fondo que los j\u00f3venes no les molesten en su ritmo de vida) y de sus padres en particular, manifiestamente desbrujulados frente a sus hijos y con serios problemas de ajuste en sus relaciones de pareja ante los nuevos roles del padre y de la madre, consecuencia, principal pero no \u00fanicamente, de la inserci\u00f3n social de la mujer.
\nEn otras palabras, los chicos y las chicas buscan espacios propios de diversi\u00f3n, desinhibici\u00f3n, desfogue y encuentro ( no pocas veces \u00edntimo), con un modo, maneras, m\u00fasicas, luces, horario etc. distintos a los de sus progenitores que les sirve, al mismo tiempo, de b\u00fasqueda de identidad y afirmaci\u00f3n, curiosamente (luego precisamente), en un periodo hist\u00f3rico en el que, sostengo, las diferencias en los sistemas de valores entre padres e hijos son menores que en otros tiempos pr\u00f3ximos.
\n 
\n2.2. La fractura social y vivencial del tiempo<\/em><\/strong>
\n 
\nLa cada vez mayor disociaci\u00f3n\u00a0entre el tiempo de trabajo\/estudio y el tiempo de fiesta\u00a0es una de las notas dominantes de las sociedades occidentales<\/a>. Ciertamente desde siempre el g\u00e9nero humano ha distinguido ambos tiempos pero en la actualidad la separaci\u00f3n entre ambos periodos es no solamente m\u00e1s acusada sino que, adem\u00e1s, el sentido que se da a ambos periodos, el tiempo de estudio\/trabajo y el tiempo de fiesta, y en la relaci\u00f3n que se establece entre ellos se pueden observar alteraciones cualitativas en las sociedades opulentas del final de siglo, en comparaci\u00f3n con las de otros periodos hist\u00f3ricos, incluso recientes. Dos son las notas que queremos, brevemente, resaltar aqu\u00ed.
\nPara los que trabajan, el trabajo es percibido como mero valor utilitarista que tiene como \u00fanico objetivo la adquisici\u00f3n de medios (ganar dinero dicho lisa y llanamente) con el objetivo de poder disfrutar la fiesta. El trabajo no es elemento de realizaci\u00f3n personal sino simple exigencia de integraci\u00f3n social, condici\u00f3n \u00absine qua non\u00bb de seguridad vital. Empieza a no ser plausible, esto es, del orden de lo socialmente pensable, proyectarse en el trabajo como modo de realizaci\u00f3n personal habiendo desplazado al tiempo libre, al ocio, esa facultad de realizaci\u00f3n personal, con lo que hemos evacuado al ocio de lo que ten\u00eda de m\u00e1s espontaneo, m\u00e1s libre, m\u00e1s po\u00e9tico, haci\u00e9ndolo prosaico y banal. El ocio es ya mero consumo, un producto m\u00e1s de consumo, incluso, en las sociedades m\u00e1s avanzadas \u00abel\u00bb consumo por excelencia.
\nPara los estudiantes, tambi\u00e9n, el trabajo es percibido como un bien, escaso por a\u00f1adidura, dificil de conseguir, del que no se piensa extraer ning\u00fan tipo de recompensa m\u00e1s all\u00e1 de la meramente econ\u00f3mica. Entretanto el estudio es percibido, en el mejor de los casos, como una inversi\u00f3n probabil\u00edstica (los \u00abexpertos\u00bb dicen, con raz\u00f3n, que hay probalidad directa y positiva entre obtener un mejor trabajo si se tiene una mejor formaci\u00f3n), en el peor, un momento y un espacio (el del centro docente) en el que el adolescente y el joven se perciben estando aparcados a falta de mejores alternativas en la actualidad en un centro docente donde poco les interesa lo que pasa y les dicen. En cualquiera de las dos hip\u00f3tesis el estudio no presente ning\u00fan interes intr\u00ednseco, ning\u00fan valor en s\u00ed mismo. M\u00e1s precisamente, todo su valor, como el del trabajo es meramente instrumental.
\nLas consecuencias son claras: un tiempo, el del trabajo\/estudio, normativizado, en el que es preciso mantenerse en forma, estar \u00e1gil, presto, \u00abperformativo\u00bb, con la vista puesta en el fin de semana que, por contra, es percibido como el tiempo libre o para ser m\u00e1s exacto, un tiempo que se pretende libre, ausente de normas, pero que, como ilustra muy bien el modo de diversi\u00f3n de muchos j\u00f3venes, el exceso puede convertirse en la norma y hacer aparecer como \u00aboutsiders\u00bb que dir\u00eda Becker, como extra\u00f1os, a los que se salen de la norma del exceso. Pero no se piense que esto es privativo de los adolescentes y j\u00f3venes aunque por la fuerza de la edad en ellos tenga unas manifestaciones m\u00e1s llamativas (y m\u00e1s tr\u00e1gicas en muchos casos) sino tambi\u00e9n en muchas personas adultas que vagan los fines de semana, puentes, acueductos y vacaciones, a veces buscando un descanso imposible, a veces maldiciendo internamente un tiempo de ocio del que no saben qu\u00e9 hacer y para el que, por contra, est\u00e1n trabajando denonadamente durante el resto de la semana y a lo largo de todo el a\u00f1o.
\nEste estado de cosas tiene otro corolario: la continua aceleraci\u00f3n de la vida. No hay tiempo para nada. Todo se hace deprisa y corriendo. La gesti\u00f3n del tiempo se ha convertido en uno de los problemas mayores de los ciudadanos de las sociedades avanzadas. Especialmente durante el tiempo llamado productivo, pero tambi\u00e9n durante el periodo de estudio, con una cada vez mayor dificultad para los estudiante a la hora de organizar su tiempo, especialmente el tiempo optativo (elegir estos o aquellos estudios, estas o aquellas asignaturas, este o aquel ritmo escolar), con un sentimiento final de agobio que se traduce en impotencia durante el tiempo escolar y en no control (buscado y querido) durante el tiempo de fiesta, de ocio. D\u00e9jenme a\u00f1adir aqu\u00ed, de pasada, que, en mi opini\u00f3n, una de las causas del fracaso del Plan de Estudios universitario instaurado ya entrada la actual d\u00e9cada, luego con un perido de vigencia plena de apenas cinco a\u00f1os, radica en la incapacidad de gestionar el tiempo optativo y de libre elecci\u00f3n, tanto en la gesti\u00f3n administrativa, lo que muchos se\u00f1alan, cuanto en la dificultad del alumnado para gestionarlo, lo que pocos han remarcado.
\nPero la aceleraci\u00f3n de la vida tambi\u00e9n acompa\u00f1a al tiempo libre desde el momento en que cada d\u00eda el ocio y el tiempo libre son m\u00e1s un tiempo de consumo que un tiempo de convivialidad, de gratuidad con lo que cerramos un c\u00edrculo infernal, del que algunos de los modos de diversi\u00f3n de los j\u00f3venes no sino meras manifestaciones, no por esperp\u00e9nticas cuando no dram\u00e1ticas menos l\u00f3gicas. Sostengo firmemente que uno de los mayores embustes en los que han caido los adolescentes y j\u00f3venes es percibir como un tiempo libre su ocio durante las noches de los fines de semana, fiestas locales, viajes de \u00abconvivencias\u00bb, de f\u00edn de curso, etc. cuando este tiempo est\u00e1 tan normativizado como el tiempo de estudio o trabajo. La diferencia, y para ellos es fundamental, es que est\u00e1n solos, entre s\u00ed, en su grupo de amigos o compa\u00f1eros.
\n 
\n 
\n2.3. Unos valores finalistas sin soporte en los valores intrumentales<\/em><\/strong>
\n 
\nEn otro lugar he se\u00f1alado que \u00aben muchos adolescentes de la Espa\u00f1a actual hay un hiatus, una disonancia entre los valores finalistas y los valores instrumentales que con graduaciones muy diversas lo har\u00eda extensivo, al modo idealtipico weberiano, al conjunto de adolescentes y j\u00f3venes espa\u00f1oles. Los adolescentes espa\u00f1oles de finales de los 90 invierten afectiva y racionalmente en los valores finalistas, (pacifismo, tolerancia, ecolog\u00eda, etc) al par que presentan, sin embargo, grandes fallas en los valores instrumenteles sin los cuales todo lo anterior corre el gran riesgo de quedarse en un discurso bonito. Me refiero a los deficits que presentan en valores tales como el esfuerzo, la autoresponsabilidad, la abnegaci\u00f3n (que ni saben lo que es), el trabajo bien hecho etc.\u00bb\u00a0
<\/a>.
\nHay que a\u00f1adir que esa inversi\u00f3n afectiva y emocional, con ribetes de racional, en los valores finalistas suele ser, en la gran mayor\u00eda de los casos, puntual e inconstante. No es tampoco extra\u00f1o encontrarse con planteamientos contradictorios, incluso con pocas horas de diferencia. Esta hip\u00f3tesis, que me parece innegable, presenta el grave riesgo de convertirse en culpabilizante si no se la maneja con cuidado. De ah\u00ed que no pocos intenten buscar en factores m\u00e1s materiales (siendo el argumento m\u00e1s utilizado el del enorme paro estructural en los j\u00f3venes junto a la prolongaci\u00f3n de la escolaridad obligatoria, todo ello vivido diferentemente seg\u00fan los estratos sociales de pertenencia) la \u00abcausa\u00bb de este hiatus. En efecto, siempre es peligroso, e injusto, transferir responsabilidades derivadas de los factores provenientes del entorno social, los llamados estructurales (otros dir\u00e1n que factores estructurantes) hacia los niveles m\u00e1s n\u00f3micos, los de los sistemas de valores, cuando no de las motivaciones de las personas f\u00edsicas.
\nPero tambi\u00e9n es cierto, por el contrario, que diferir toda responsabilidad en los contextos socioambientales, en los factores estructurales, m\u00e1s a\u00fan si se dicen estructurantes, am\u00e9n de una pereza intelectual no se ajusta a la realidad. No sea m\u00e1s que por hecho de que no todos los adolescentes, incluso los que han crecido en condiciones comparables, y aqu\u00ed introduzco la gran masa de adolescentes que conforman el colch\u00f3n de la clase media espa\u00f1ola, reaccionan de forma similar y conforman su vida de forma similar. La vieja distinci\u00f3n entre condicionar y determinar, no solo sigue siendo v\u00e1lida, sino que lo es de forma sobreabundante, en un momemto en que, al menos sobre el papel, la capacidad de autonom\u00eda es mayor que nunca. Los j\u00f3venes se socializan hoy menos que antes bajo la forma de la reproducci\u00f3n, a\u00fan cr\u00edtica, de lo transmitido, cuanto bajo la forma de la experimentaci\u00f3n de lo visto y vivido cotidianamente.
\nMi hip\u00f3tesis, se\u00f1alada en el mismo trabajo de la revista \u00abProyecto\u00bb, apunta al hecho de que \u00abhabiendo crecido en una sociedad en la que hay una cierta unanimidad en la formulaci\u00f3n tem\u00e1tica de algunos valores universales de rango finalista, sin embargo, el traslado de los valores instrumentales se hace de forma m\u00e1s dispersa produciendo as\u00ed dislocaciones importantes en la formaci\u00f3n integral de los adolescentes dando origen en m\u00e1s casos de los deseables a adolecentes que se desenganchan de la carrera de la vida, vagando aqu\u00ed y all\u00e1 en b\u00fasqueda de un horizonte vital que ni siquiera lo pueden vislumbrar\u00bb. Pero creo que, en el marco de estas reflexiones podemos dar un paso m\u00e1s.
\n 
\nEn efecto, pienso que la diferencia entre valores finalistas y valores instrumentales y su escasa articulaci\u00f3n est\u00e1 poniendo al descubierto la continua contradicci\u00f3n, al par que la dificultad, de muchos adolescentes y j\u00f3venes para mantener un discurso y una pr\u00e1ctica con una determinada coherencia y alguna prolongada continuidad temporal, all\u00ed donde sea necesario un esfuerzo cuya utilidad no sea inmediatamente percibida como, por poner un par de ejemplos cotidianos, aprobar un examen o la obligaci\u00f3n de realizar un trabajo a una hora y d\u00eda determinados.
\nDesde esa perspectiva, la diversi\u00f3n sin l\u00edmite, en un clima desinhibido, entre pares, es la respuesta l\u00f3gica, m\u00e1xime cuando se vive, se siente y se percibe, a\u00fan sin llegar a tematizarlo, la evidente contradicci\u00f3n de la apuesta por unos valores propugnados, no ut\u00f3picamente como objetivos a alcanzar mediante las mediaciones a prever, voluntades a concitar, esfuerzo a sostener… sino quim\u00e9ricamente, como sue\u00f1os inalcanzables. De ah\u00ed la reificaci\u00f3n del humanismo, a\u00fan propugn\u00e1ndolo, y que puede traducirse, a los pocos a\u00f1os, en un burdo pragmat\u00edsmo, es un serio riesgo para no pocos de los nuevos j\u00f3venes m\u00e1xime si la actual sociedad competitiva sigue impasible su marcha, cual si de un \u00abfatum terrestre\u00bb se tratara. Desde esta perspectiva la fiesta adquiere los dram\u00e1ticos tintes de una huida en el vacio. De ah\u00ed, tambi\u00e9n, que los j\u00f3venes se aburran tanto.
\n 
\n2.4. Una juventud que teme aburrirse<\/em><\/strong>
\n 
\nEn efecto el concepto de aburrimiento, dentro de su aparente banalidad, me parece que puede ser un concepto clave para entender a los nuevos j\u00f3venes de finales de los 90 y en la puerta de entrada del nuevo siglo. No es este el lugar para discutir la contradicci\u00f3n que resulta de leer en las encuestas sociol\u00f3gicas, tambi\u00e9n en las m\u00edas, la respuesta de muchos j\u00f3venes a la escala en la que pregunt\u00e1ndoles si se aburren mucho, bastante etc., en su tiempo libre, responden que no se aburren y mi afirmaci\u00f3n anterior. D\u00e9jemne liquidar aqu\u00ed la cuesti\u00f3n diciendo simplemente que es un problema t\u00e9cnico de producci\u00f3n de datos mediante los cuestionarios cerrados. El hecho es que los adolescentes y los j\u00f3venes de hoy se aburren siempre que no reciban una incitaci\u00f3n constante y, muchas veces, ruidosa.
\nHay datos de encuestas cualitativas que lo muestran. La \u00faltima el trabajo ya citado de Aguinaga y Comas, (cf. p. 199). A\u00fan sin estar totalmente de acuerdo con el librillo de G. Sartori \u00abHomo videns\u00bb (algunas de sus afirmaciones rezuman un rancio elitismo que cre\u00edamos superado, sobre la validez del voto de unos y de otros seg\u00fan su nivel cultural, por ejemplo) no es menos cierto que resume muy bien una de las caracter\u00edsticas espec\u00edficas al modo de aprehender la realidad de las nuevas generaciones y, lo que aqu\u00ed nos interesa, la dificultad de entre-tenerse de otra forma que no sea mediante el est\u00edmulo visual constante, la visi\u00f3n y escucha de los videos, films, juegos y dem\u00e1s productos del \u00abentretenimiento\u00bb\u00a0(entertainment<\/em>\u00a0en americano), cada vez m\u00e1s excitantes, m\u00e1s llamativos, m\u00e1s esperp\u00e9nticos, m\u00e1s ruidosos justamente para llamar y retener la atenci\u00f3n del joven en una cultura del zapping y que la masiva introducci\u00f3n de Internet (cuando hayan resueltos los problemas de los desesperantes tiempos de espera) va a generalizar de forma y manera que todav\u00eda no somos capaces ni de imaginar. En definitiva estamos en la cultura del medio, del soporte. El medio no es el mensaje. El medio se acaba en s\u00ed mismo, se justifica en s\u00ed mismo con el \u00fanico objetivo de lograr llamar la atenci\u00f3n, retener el inter\u00e9s del joven (y del adulto, pero aqu\u00ed escribo sobre j\u00f3venes), con lo que tiene que ser cada vez m\u00e1s ingenioso, m\u00e1s llamativo, m\u00e1s hortera incluso, si es preciso.
\n 
\nDe ah\u00ed el embuste inform\u00e1tico en el que estamos inmersos sin darnos cuenta.\u00a0\u00bfD\u00f3nde est\u00e1, en definitiva, la bondad, la ventaja de una inflaci\u00f3n inform\u00e1tica y medi\u00e1tica que concede m\u00e1s importancia al continente (al nuevo programa, al nuevo soporte, al nuevo lector de m\u00fasica y de im\u00e1genes) en detrimento del contenido que vehicula?. \u00bfD\u00f3nde est\u00e1 el progreso de la cada vez mayor presencia en los kioscos de revistas que ense\u00f1an, por ejemplo, a \u00abhacer programas\u00bb, a manejarse mas c\u00f3modamente en Internet (aspectos, que en s\u00ed mismos considerados, son muy positivos) en detrimento de las revistas que ayudan a pensar, ofrecer informes y an\u00e1lisis de la realidad social, econ\u00f3mica, literaria etc. que penan de biblioteca en biblioteca con algunas, raras, excepciones?
\nSi aplicamos esta carrera a la nada al campo educativo no puedo no a traer aqu\u00ed a colaci\u00f3n unas reflexiones del profesor Jos\u00e9 Luis Pinillos, comentando a Lyotard cuando afirma que (Lyotard) \u00abha percibido que la educaci\u00f3n ha ido a parar a manos de lo que en Am\u00e9rica se conoce como\u00a0information management,\u00a0<\/em>algo que a lo que m\u00e1s se parece es a la aplicaci\u00f3n de las t\u00e9cnicas de direcci\u00f3n de empresas a la educaci\u00f3n. En esta sociedad performativa es donde el ordenador ha desplazado las cuestiones de legitimidad del conocimiento, por motivos de eficacia y rapidez. Ha sido en las sociedades tecnol\u00f3gicamente avanzadas donde el conocimiento se ha convertido en una mercanc\u00eda y se ha desentendido de la jerarqu\u00eda cultural de los saberes. Es en ellas donde la performatividad y el\u00a0know how\u00a0<\/em>funcionan como valores supremos del saber, y donde se supone que reforzar la tecnolog\u00eda equivale a reforzar la realidad misma\u00bb
<\/a>, y el conocimiento de esa realidad, me permito a\u00f1adir.
\n <\/p>\n

3\u00a0\u00a0Tres breves apuntes para la actuaci\u00f3n concreta<\/h3>\n

 
\n\u00ca\u00a0Es evidente la absoluta necesidad de romper con la actual situaci\u00f3n de divisi\u00f3n en dos tiempos. Se dir\u00e1 que se trata de un hecho mayor, una nota de sociedad ante la que los voluntarismos poco pueden hacer. Sin embargo es posible hacer cosas. Empecemos por no aceptarlo como si un\u00a0fatum<\/em>\u00a0m\u00e1s se tratara creando una nueva conciencia con resultados esperables a medio plazo (pi\u00e9nsese en la nueva lectura que se hace hoy del tabaco y de los \u00abvalores militares\u00bb en comparaci\u00f3n a la que hacia la generaci\u00f3n precedente para el tabaco y hace dos generaciones para \u00ablos valores militares\u00bb, por poner dos ejemplos). Entretanto es evidente que los j\u00f3venes necesitan un apoyo para la organizaci\u00f3n de las ma\u00f1anas de los s\u00e1bados y, aunque en menor medida, tambi\u00e9n la del domingo de tal forma que cumplan, en otro \u00e1mbito y ambiente sus deseos y ansias de estar juntos y solos, divirti\u00e9ndose. \u00bfPuedo a\u00f1adir que este objetivo me parece m\u00e1s importante que transmitir gran parte de las materias que los escolares olvidan al d\u00eda siguiente del ex\u00e1men?
\n 
\n\u00ca\u00a0Es alarmante el\u00a0hiatus<\/em>\u00a0entre los valores finalistas y los instrumentales en los adolescentes y j\u00f3venes. Las causas son complejas. Las soluciones no menos pero todas pasan por el ejercicio de la autoresponsabilidad. Todo los dem\u00e1s no llega ni al parche.
\n 
\n\u00ca\u00a0Saber integrar lo que de evidentemente positivo tienen las nuevas tecnolog\u00edas con el reposado ejercicio de la lectura individual, me parece uno de los objetivos prioritarios (si no el prioritario) de la educaci\u00f3n en el momento actual. Lograr que los adolescentes adquieran el gusto de la lectura es el \u00fanico medio que conozco para ser capaz de introducir la pregunta y la duda en el propio raciocinio y as\u00ed integrar alguna profundidad en su vida, en sus proyectos, en sus querencias…. Solo el que lee es capaz de tener una distancia cr\u00edtica con las cosas, las personas, los sentimientos y las emociones y ser capaz de superar el aburrimiento, m\u00e1xime en una sociedad de la imagen, del flash, de lo impactante. De las frases m\u00e1s reveladoras que he o\u00eddo sobre el tema de los j\u00f3venes fue, en un programa de TV acerca de la diversi\u00f3n de los j\u00f3venes, cuando una chica, ante la eventualidad de que le cerraran los bares, pubs y discotecas a tal hora de la ma\u00f1ana, exclam\u00f3:\u00a0\u00ab\u00a1 Que horror!. \u00bfA donde ir\u00eda? \u00a1Me aburrir\u00eda!\u00bb\u00a0<\/em>\u00be
\n <\/p>\n

Javier Elzo<\/h4>\n

 
\n 
\n
<\/a>\u00a0J. AGUINAGA-D. COMAS,\u00a0Cambios de h\u00e1bito en el uso del tiempo,<\/em>\u00a0Instituto de la Juventud, Madrid 1997,\u00a0\u00a0119. Nos llega este excelente trabajo cuando estamos redactando estas p\u00e1ginas. M\u00e1s a\u00fan, algunos datos, a primera vista no coincidentes con otros m\u00edos y\u00a0\u00a0que m\u00e1s abajo presento, han sido objeto de confrontaci\u00f3n y comentario con los autores que me confirman no haber encontrado m\u00e1s documentaci\u00f3n, a nivel espa\u00f1ol. Adem\u00e1s, tras mi requerimiento y cara a esta publicaci\u00f3n, Teresa Laespada, colaboradora y coatura conmigo de otros trabajos sobre la juventud y el alcoholismo, ha realizado una b\u00fasqueda inform\u00e1tica sobre la cuesti\u00f3n no habiendo encontrado sobre el tema que nos ocupa otra informaci\u00f3n publicada que el trabajo de Aguinaga y Comas, en el \u00e1mbito espa\u00f1ol, y los nuestros en el \u00e1mbito vasco.
\n 
\n
<\/a>\u00a0Hemos pedido a Comas y Aguinaga que realicen un an\u00e1lisis secundario de su informaci\u00f3n para precisar este punto y contrastar sus datos con los nuestros pero en el momento de cerrar estas p\u00e1ginas a\u00fan no hemos tenido ocasi\u00f3n de cotejar los resultados de nuestros estudios.
\n 
\n
<\/a>\u00a0Se trata de una investigaci\u00f3n en dos partes, cuantitativa y cualitativa que el Instituto Deusto de Drogodependencias en colaboraci\u00f3n con la Secretar\u00eda de Drogodependencias del Gobierno Vasco y la Fundaci\u00f3n de Ayuda a la Drogadicci\u00f3n (FAD) est\u00e1 llevando\u00a0\u00a0a lo largo del a\u00f1o 1998 en base a 1.200 entrevistas domiciliarias de j\u00f3venes en edades comprendidas entre los 15 y los 24 a\u00f1os. El trabajo de campo se realiz\u00f3 en las dos ultimas semanas de Mayo y la primera de Junio del a\u00f1o 98. Hay que advertir que la Tabla 1 se refiere a colectivos no rigurosamente id\u00e9nticos. El estudio de 1991 se realiz\u00f3 entre escolares de BUP, COU y FP de la ciudad de San Sebasti\u00e1n.\u00a0\u00a0El estudio de 1996 se extiende a una muestra de escolares de la Comunidad Aut\u00f3noma Vasca de Ense\u00f1anzas medias asi como de los cursos 7\u00ba y 8\u00ba de EGB o su equivalente en la incipiente ESO. Estos dos estudios se realizaron mediante el procedimiento de autorellenado en el aula escolar, en ausencia del profesor y bajo la supervisi\u00f3n de monitores especialmente preparados por los jefes de campo de las investigaciones. El estudio de 1998 se ha llevado a cabo, en su dimensi\u00f3n cuantitativa, como hemos se\u00f1alado m\u00e1s arriba, mediante entrevista oral domiciliaria, sin presencia de familiares en el momento de la administraci\u00f3n del cuestionario, y a una muestra representativa de adolescentes y j\u00f3venes vascos, luego no solamente de escolares como los dos estudios precedentes. Aunque las diferencias muestrales son notorias las tendencias que se observan en la Tabla 1 son tan claras que no dudamos en darlas como v\u00e1lidas y correspondientes a la propia evoluci\u00f3n de la realidad. Otra cuesti\u00f3n es la de saber hasta qu\u00e9 punto estos datos son extrapolables al conjunto de Estado. Dentro de pocos meses cuando se lleve a cabo el trabajo de campo de la investigaci\u00f3n \u00abJ\u00f3venes Espa\u00f1oles 1999\u00bb donde he introducido una pregunta similar a la de mis estudios en el \u00e1mbito vasco de la serie \u00abDrogas y Escuela\u00bb saldremos de dudas, pero la informaci\u00f3n que tengo en el momento de redactar estas p\u00e1ginas y referidas al Test Piloto me indican que los datos para el conjunto de Espa\u00f1a arrojan niveles inferiores en las salidas nocturnas de los j\u00f3venes espa\u00f1oles compar\u00e1ndolos a los de los vascos.
\n 
\n
<\/a>\u00a0El subrayado es de los autores. En efecto la informaci\u00f3n obtenida se refiere a una semana concreta. Nosotros en nuestros trabajos preguntamos una semana tipo ( y la distinguimos de las semanas especiales por raz\u00f3n de unas fiestas determinadas, o en vacaciones etc, donde las cifran se disparan). Hay que a\u00f1adir que una cosa es acostarse a una hora determinada y otra cosa es que hayan estado necesariamente en la calle. Del an\u00e1lisis detallado del trabajo de Aguinaga y Comas se desprende claramente que hay distinguir ambas realidades (comparar Cuadro 3.14 de la p\u00e1gina 120 con el Cuadro 3.7 de la p. 115, y los datos de la p. 119 al que nos hemos referido m\u00e1s arriba, an\u00e1lisis en el que no podemos extendernos en estas p\u00e1ginas). En efecto, me se\u00f1alan los autores, que hay m\u00e1s j\u00f3venes de los que, a primera vista, detectamos, que se acuestan tarde pero qued\u00e1ndose en casa, a veces con amigos, particularmente si sus padres no est\u00e1n en casa… Tema a seguir.
\n
<\/a>\u00a0Cf.,\u00a0AGUINAGA\u2013COMAS, o.c. p. 230, hablan de tres tiempos: el tiempo de trabajo\/estudio, el tiempo socialmente obligado en el que incluyen el deporte, leer libros, las acciones de voluntariado etc y el tiempode ocio libre. En este \u00faltimo introducen salir con los amigos, ir de copas, los hobbys etc. No puedo aqu\u00ed entrar a discutir este punto pero, en algun punto introducir\u00eda en el del ocio libre lo que los autores citan como de socialmente obligado (leer libros por ejemplo) y viceversa (ir de copas) que, sostengo, en muchos casos es, de facto, \u00abun tiempo libre socialmente obligado\u00bb.
\n
<\/a>\u00a0Revista \u00abProyecto\u00bb, 25 (Marzo 1998), en el Dossier Central\u00a0\u00a0que lleva por t\u00edtulo \u00abLos adolescentes y sus valores en la sociedad espa\u00f1ola actual\u00bb, p. 16.
\n
<\/a>\u00a0J.L. PINILLOS,\u00a0El Coraz\u00f3n del Laberinto,<\/em>\u00a0Espasa Calpe, Madrid 1997, 240.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

avier Elzo\u00a0es Catedr\u00e1tico de Sociolog\u00eda en la Universidad de Deusto.   S\u00edntesis del Art\u00edculo: Sobre la base de diferentes datos, el autor propone cuatro reflexiones para interpretar la \u00abnoche y diversi\u00f3n\u00bb de los j\u00f3venes, seguidas de otras tantas pautas para actuar educativamente de un modo correcto: prolongaci\u00f3n de la estancia en la familia, las fracturas […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[126,287,288,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12431"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12431"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12431\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12431"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12431"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12431"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}