{"id":12479,"date":"1998-05-01T07:56:43","date_gmt":"1998-05-01T05:56:43","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12479"},"modified":"1998-05-01T07:56:43","modified_gmt":"1998-05-01T05:56:43","slug":"la-sociedad-actual-una-multitud-incomunicada-e-incomunicadora","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-sociedad-actual-una-multitud-incomunicada-e-incomunicadora\/","title":{"rendered":"La sociedad actual, una multitud incomunicada e \u00abincomunicadora\u00bb"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Mar\u00eda Teresa Sim\u00f3n<\/strong>\u00a0es psic\u00f3loga e investiga, especialmente, cuestiones relativas a la psicolog\u00eda de la comunicaci\u00f3n.<\/em> [vc_row][vc_column][vc_column_text]Mar\u00eda Teresa Sim\u00f3n\u00a0es psic\u00f3loga e investiga, especialmente, cuestiones relativas a la psicolog\u00eda de la comunicaci\u00f3n. S\u00edntesis del Art\u00edculo La sociedad actual vive ahogada por un \u00abexceso de informaci\u00f3n\u00bb determinante del grave \u00abdescenso de la comunicaci\u00f3n\u00bb, que identifica a una gran parte de sus miembros como \u201cmultitud incomunicada e incomunicadora\u201d. En este proceso, se […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[126,266,267,94],"tags":[],"class_list":["post-12479","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-1998-mision-joven-2","category-estudios-256","category-maria-teresa-simon","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12479","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12479"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12479\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12479"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12479"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12479"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\n
\nS\u00edntesis del Art\u00edculo
\nLa sociedad actual vive ahogada por un \u00abexceso de informaci\u00f3n\u00bb determinante del grave \u00abdescenso de la comunicaci\u00f3n\u00bb, que identifica a una gran parte de sus miembros como \u201cmultitud incomunicada e incomunicadora\u201d. En este proceso, se produce la p\u00e9rdida de dimensiones fundamentales de la persona, como la intimidad, la soledad y la\u00a0ajenidad.<\/em>\u00a0Igualmente aparecen patolog\u00edas sociales espec\u00edficas: ansiedad, agresividad, desesperaci\u00f3n.
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\n\u00bfPor qu\u00e9 la vida cotidiana nos est\u00e1 resultando tan dif\u00edcil de sobrellevar y tan compleja en su articulaci\u00f3n? La respuesta es m\u00faltiple seg\u00fan la perspectiva que se adopte; pero resulta casi evidente que una de las razones m\u00e1s hondas reside en la incapacidad para establecer relaciones de comunicaci\u00f3n asequibles y positivas para la ciudadan\u00eda. As\u00ed, nos preguntamos hasta qu\u00e9 punto, hoy en d\u00eda, las diferentes\u00a0verificaciones<\/em>\u00a0sociales de toda naturaleza -societarias, pol\u00edticas, econ\u00f3micas, culturas, religiosas, etc.- son capaces de desarrollarse de forma creativa para sus protagonistas: los hombres y las mujeres de este momento hist\u00f3rico. Porque, fuera de dicha creatividad, la actitud contraria solamente puede resolverse en serios conflictos individuales y colectivos.
\n\u00bfHabr\u00e1 alguna explicaci\u00f3n de fondo que nos permita comprender por qu\u00e9 nos encontremos invadidos por esta actitud cargada de conflictos?
\n
\n <\/p>\n1 Una multitud incomunicada e \u00abincomunicadora\u00bb<\/h3>\n
\nLa respuesta al interrogante formulado es que s\u00ed hay explicaciones; dado que si escrutamos la situaci\u00f3n social descubrimos que, tanto por la permanente invasi\u00f3n medial como por determinadas intencionalidades de sectores sociales (que responden a ciertas ideolog\u00edas de naturaleza econ\u00f3mico-ciudadana),<\/em>\u00a0nuestra sociedad se ha convertido paulatinamente en una multitud incomunicada e incomunicadora, sustituyendo, como tantas veces se ha repetido, la comunicaci\u00f3n en cuanto tal por una peligrosa hiperinformaci\u00f3n, cuantitativamente seleccionada desde ocultos poderes y cualitativamente sesgada desde ideolog\u00edas que fundamentan tales poderes. Estamos encerrados en una burbuja de\u00a0mensajes in crescendo,\u00a0<\/em>y ah\u00ed pensamos ser libres.
\n
\nExpliquemos, antes de seguir, los t\u00e9rminos de la precedente afirmaci\u00f3n. Decimos\u00a0multitud<\/em>\u00a0porque lo que deb\u00eda ser un todo coherente, en donde cada quien pudiera desarrollarse personalmente, ha devenido un magma confuso y neutro, de agrio tono gris\u00e1ceo, donde casi nadie puede resolver su propia vida con independencia y coherencia: es el poder de la moda y de la publicidad que la soporta: somos como el conjunto desea que seamos, aunque en muchas ocasiones no caigamos en la cuenta.
\n
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>Multitud incomunicada<\/em>\u00a0porque, por lo anterior, en lo multitudinario es pr\u00e1cticamente imposible comunicarse, al formar parte de un todo-magm\u00e1tico, donde lo que prevalece es \u00abno disentir de los dem\u00e1s\u00bb exteriormente, sin importar el di\u00e1logo y la confrontaci\u00f3n ideol\u00f3gica. Y multitud incomunicada\u00a0<\/strong>porque, como resultado de lo anterior, la sociedad incomunicada muy dif\u00edcilmente ser\u00e1 capaz de formar personas que la transformen para que entre por caminos de comunicaci\u00f3n, y m\u00e1s bien formar\u00e1 unos seres humanos ap\u00e1ticos que dejar\u00e1n en herencia a sus hijos un vivir distante, un ensimismamiento ego\u00edsta y una cruel alienaci\u00f3n de los problemas ajenos.
\n
\nPor supuesto que esta situaci\u00f3n global contiene muchas excepciones, pero las mismas no evitan que el ambiente social y la opini\u00f3n p\u00fablica resulten poco propicios para una vida en comunicaci\u00f3n. De esta manera, asistimos a una situaci\u00f3n que jam\u00e1s se hab\u00eda dado en la historia de la humanidad:\u00a0un exceso de informaci\u00f3n que determina un descenso de la comunicaci\u00f3n.<\/em>\u00a0No deber\u00eda ser as\u00ed. Pero as\u00ed es. Y nada hace presagiar que las cosas cambien. No en vano, el poder de los intereses econ\u00f3mico-pol\u00edticos aumenta en perjuicio de la libertad individual, a pesar de los\u00a0c\u00e1nticos<\/em>\u00a0a la democracia; de ah\u00ed, precisamente, la urgencia del retorno a la llamada \u00absociedad civil\u00bb, caldo de cultivo donde el ciudadano pueda reaccionar activa y creativamente frente al sistema establecido.
\n
\nLa aparici\u00f3n de las multinacionales mediales, aut\u00e9ntica punta de lanza de esos poderes, trabajan cada vez con mayor \u00e9xito para que el ciudadano delegue sus responsabilidades, respecto a todos los \u00e1mbitos de la vida, en quienes eligi\u00f3 en un momento electoral puntual. Y los medios de comunicaci\u00f3n social (MCS) se convierten, as\u00ed, en el cord\u00f3n umbilical, sobre todo mediante los diversos tipos de\u00a0informativos,<\/em>\u00a0que mantiene la dependencia pr\u00e1ctica y \u00e9tica de cada persona respecto de los poderosos. Lo importante es caer en la cuenta del fen\u00f3meno, pues llega un momento en que se hace imposible la vuelta atr\u00e1s: nos hemos acostumbrado a ser \u00abanimales inducidos\u00bb desde los MCS, muy especialmente a partir de las p\u00e1ginas de los peri\u00f3dicos y, todav\u00eda m\u00e1s, desde la inteligent\u00edsima \u00abcaja tonta\u00bb de la TV y las m\u00faltiples tertulias radiof\u00f3nicas.
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\n <\/p>\n2 Dimensiones perdidas<\/h3>\n
\nEsta situaci\u00f3n tiene un precio: la p\u00e9rdida de una serie de dimensiones que son constituyentes tanto del hecho comunicativo como de la persona en cuanto tal. Aunque sea someramente, vamos a decir algo de ellas, al menos para que sepamos lo que deber\u00edamos reconstruir… \u00a1pagando el correspondiente precio!
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.1. La p\u00e9rdida de la intimidad<\/strong>
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\nEn los a\u00f1os 60,\u00a0Herbert Marcuse<\/em>\u00a0acu\u00f1\u00f3 una serie de textos\/t\u00edtulos que retrataron perfectamente una \u00e9poca. Sobre todo en cuanto supo adelantarse prof\u00e9ticamente a su tiempo. El m\u00e1s significativo de ellos es\u00a0El hombre unidimensional,<\/em>\u00a0donde planteaba la aparici\u00f3n de un nuevo tipo de ser humano\/ciudadano carente de personalidad propia y por ello mismo de toda intimidad.
\nEl punto de partida de\u00a0El Principito<\/em>\u00a0de\u00a0Saint-Exupegy,<\/em>\u00a0aquel \u00abera\u00bb (como capacidad de ser lo que se es y por tal cosa capaz tambi\u00e9n de realizar el prioritario viaje hasta el adentro de s\u00ed mismo), desaparece: sin intimidad, no existe ese viaje, porque, en el colmo de la paradoja, es tal viaje el que posibilita la existencia de esa intimidad. Apoyando esta afirmaci\u00f3n, la protagonista de\u00a0Otra mujer,<\/em>\u00a0del yanqui\u00a0Woody Allen,<\/em>\u00a0experimenta lo que significa viajar hasta la aut\u00e9ntica, por propia, intimidad, tras haber vivido durante largos a\u00f1os \u00aben el afuera de ella misma\u00bb. Pero solamente alcanza esta nueva situaci\u00f3n (llega a ser \u00abotra\u00bb mujer), cuando trabaja crudamente contra sus seguridades actuales, que aparecen como falsas seguridades.\u00a0Sin riesgo desaparece la capacidad de recuperar la propia intimidad:<\/em>\u00a0as\u00ed sabemos que en ella nos acabaremos encontrando con nosotros mismos y con los dem\u00e1s, pero poni\u00e9ndonos en juego, arriesgando.
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\nLa intimidad es lo m\u00e1s bello que tiene el ser humano y, a su vez, lo m\u00e1s peligroso, lo que le coloca continuamente en el filo de la navaja de la vida. Arriesgar, insistimos, para intimar. Huelga decir que sin intimidad propia se har\u00e1 completamente imposible alcanzar cualquiera otra intimidad: lo \u00edntimo llama a lo \u00edntimo, mientras lo superficial llama a lo superficial. La comunicaci\u00f3n se hace imposible y absurda desde la carencia de intimidad. Dato clave.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.2. La p\u00e9rdida de la soledad<\/strong>
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\nEstar solo es algo que aterra al ser humano contempor\u00e1neo. Necesitamos\u00a0estar con alguien y cada d\u00eda m\u00e1s con algo.<\/em>\u00a0No para dialogar de intimidad a intimidad, nada de eso, que es imposible porque se carece de ella. Sencillamente, porque, al no haber realizado aquel viaje hasta su interior e intimar consigo mismo, tiene un p\u00e1nico atroz a \u00abestar a solas con su propio yo\u00bb. No sea que se comiencen a problematizar ciertas seguridades existenciales sobre la propia vida: trabajo, riqueza, compromiso, ocio, familia, trascendencia, etc. De ah\u00ed, la proliferaci\u00f3n de lugares multitudinarios (discotecas, \u00e1mbitos deportivos, macroconciertos, viajes en grupo, televisi\u00f3n como compa\u00f1\u00eda, etc.), donde poder sentirse liberados de la soledad.
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\nEl exc\u00e9ntrico\u00a0Tom Wolfe,<\/em>\u00a0creador del llamado \u00abnuevo periodismo\u00bb, describe perfectamente esta situaci\u00f3n en su novela antol\u00f3gica, titulada\u00a0La hoguera de las vanidades<\/em>\u00a0(Anagrama, 1988). En un Nueva York repleto de reuniones, conversaciones, c\u00f3cteles, cenas, alternancias afectivas y cuanto queramos suponer, es decir, en un \u00e1mbito de aparentes comunicaciones, nadie se comunica y, para colmo, nadie consigue estar a solas consigo mismo. Raz\u00f3n: temor pavoroso a la soledad como productora de pensamiento, adem\u00e1s de que, en muchos casos -como ya coment\u00e1bamos-, se hace imposible porque, perdida en la multitud, la persona jam\u00e1s realiza el viaje hasta su propio ser escondido, hasta su adentro del ser personal.
\n
\nEntonces, la relaci\u00f3n dial\u00e9ctica es \u00e9sta:\u00a0por falta de intimidad la soledad se hace imposible\u00a0<\/em>+\u00a0por falta de soledad la intimidad produce pavor.<\/em>\u00a0Esos personajes famosos que pueblan la novela de Wolfe son \u00abconocidos y perdidos\u00bb, \u00abmateria de informaci\u00f3n y carentes de comunicaci\u00f3n\u00bb, \u00absiempre acompa\u00f1ados pero interiormente vac\u00edos\u00bb, en definitiva, viven una espantosa \u00abcompa\u00f1\u00eda multitudinaria\u00bb pero son incapaces de estar en \u00abcompa\u00f1\u00eda de s\u00ed mismos\u00bb, es decir, de\u00a0estar a solas consigo mismos.<\/em>
\n\u00a0<\/em>
\nN\u00f3tese que estamos hablando de soledad como algo positivo, y no de\u00a0solitariedad<\/em>\u00a0que siempre es una degradaci\u00f3n de la soledad. Esos personajes aludidos, neoyorquinos, son unos empedernidos\u00a0solitarios<\/em>\u00a0y para nada capaces de ser\/estar\u00a0solos.<\/em>\u00a0La distinci\u00f3n es importante porque solemos confundir una cosa con otra cuando, precisamente, significan dos actitudes y situaciones de la vida absolutamente distintas. Quien no sabe estar a solas consigo mismo, aunque en ocasiones resulte duro y hasta doloroso, jam\u00e1s conseguir\u00e1 sumergirse y mantenerse sumergido en lo \u00faltimo de su persona, en eso que hemos llamado \u00ablo \u00edntimo\u00bb.
\nAdem\u00e1s, permanece el peligro, cada d\u00eda m\u00e1s frecuente, de creer que el solitario es el solo. Y en esta situaci\u00f3n, el solitario no se encuentra con lo \u00faltimo sino con su nada. Esa confusi\u00f3n es causa de terribles malestares, sobre todo cuando se culpabiliza a los dem\u00e1s de la\u00a0solitariedad<\/em>\u00a0y de la falseada intimidad, siendo as\u00ed que los dem\u00e1s, en la mayor\u00eda de los casos, apenas tienen que ver con el problema.
\n
\nDecir que la soledad coincide, en fin, con el amor, es un redundancia. Todos lo sabemos. Y solamente tenemos que amar para descubrir hasta qu\u00e9 punto la soledad nos es absolutamente necesaria a fin de conservar, saborear y potenciar el escalofr\u00edo que produce la conexi\u00f3n entre dos intimidades.
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\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a02.3. La p\u00e9rdida de la \u00abajenidad\u00bb<\/strong>
\n
\nLa\u00edn Entralgo,<\/em>\u00a0uno de los espa\u00f1oles que mejor ha reflexionado sobre el per\u00edodo de la postguerra civil e injustamente marginado por el pseudoprogresismo a la violeta, escribi\u00f3 un libro fundamental para nuestro an\u00e1lisis socio-comunitario:\u00a0Teor\u00eda y realidad del otro<\/em>. La\u00edn nos conduce hasta la necesidad de la \u00abotroidad\u00bb como complementaria dimensi\u00f3n de la \u00abyoidad\u00bb.\u00a0Somos nosotros cuando somos otros.<\/em>\u00a0Situaci\u00f3n a todas luces transformadora de una concepci\u00f3n est\u00e1tica de la persona y elemento especial\u00edsimo para evitar que la \u00ab\u00edntima soledad\u00bb se ciegue en s\u00ed misma, hasta acabar en\u00a0solitariedad.<\/em>
\n
\nTe\u00f3ricamente, el \u00abotro\u00bb es fundamental porque \u00absomos relativos\u00bb desde nuestra limitaci\u00f3n contingente. Y en realidad, la vida demuestra que quien no entra en comunicaci\u00f3n con el otro-otros jam\u00e1s alcanza la\u00a0ultimidad<\/em>\u00a0de su propio ser: inclusive por ego\u00edsmo (concepto que debi\u00e9ramos definir con precisi\u00f3n ontol\u00f3gica), se nos hace preciso salir al encuentro del otro, mediante el cual enriquecemos nuestro ser y realizamos el \u00abser hacia fuera\u00bb. Se trata de crear una dial\u00e9ctica completa de viaje: viajar hasta la propia intimidad-sola desde la comunicaci\u00f3n con los otros, para poder retornar a los otros, es decir, a la intimidad-ajena.
\n
\nPrecisamente, por el camino de la ajenidad se alcanza eso que llamamos\u00a0compromiso social,<\/em>\u00a0que o es compromiso personal o acaba en nada de nada. El compromiso siempre es una \u00abhistoria de amistad\u00bb, de amor a alguien, tal vez a trav\u00e9s de una \u00abcausa\u00bb, pero, en fin, a alguien concreto, al que amo. La pel\u00edcula\u00a0Un lugar en el mundo<\/em>\u00a0(1992), de\u00a0Adolfo Aristarain,<\/em>\u00a0permite acceder visualmente a esta dimensi\u00f3n de la vida, necesaria para consumar nuestro ser ciudadanos de la tierra: es preciso saber de los otros y contemplar sus necesidades y convivir sus debilidades y, al final, comprender sus razones. Quiz\u00e1, sea preciso descubrir \u00abun lugar en el mundo\u00bb donde cada quien pueda comprometerse en concreto, m\u00e1s all\u00e1 de palabras huecas y de discursos deleitables. El compromiso, un d\u00eda u otro, nos lleva hasta compartir con el amigo, con el ajeno, la experiencia de su precariedad mortal. Y solamente entonces, podremos abrazarlo hasta la sangre. Y solamente entonces, comprobaremos c\u00f3mo sabe su abrazo ensangrentado.
\n
\nSi una\u00a0Teresa de Calcuta,<\/em>\u00a0en una sociedad secular como la nuestra, es capaz de ser envidiada por los grandes y poderosos, hasta suscitar admiraci\u00f3n sin cuento, se debe a que esta sencilla mujer ha demostrado, de manera inequ\u00edvoca, que el camino de la propia consumaci\u00f3n pasa por el encuentro fraternal con los otros, en un acto radical de\u00a0ajenidad.<\/em>\u00a0Y a la vez, sabemos que esta mujer, tan peque\u00f1ita ella, alcanzaba con repetida frecuencia su \u00ab\u00edntima soledad\u00bb, donde beb\u00eda las aguas de su propio y definitivo misterio; la soledad donde ella misma se hac\u00eda una sola cosa con \u00ab\u00e9se otro\u00bb que llamaba Dios.
\n
\n
\n <\/p>\n3 Patolog\u00edas sociales<\/h3>\n
\nEst\u00e1 claro que tras la p\u00e9rdida de la intimidad, de la soledad y de la\u00a0ajenidad,<\/em>\u00a0le sobrevienen al individuo contempor\u00e1neo un mont\u00f3n de patolog\u00edas sociales. Enfermo \u00abhacia adentro\u00bb resulta tambi\u00e9n \u00abenfermo hacia fuera\u00bb. Y ser\u00e1 absolutamente imposible curarle de los males exteriores si previamente, o a la vez, no se le sana de los interiores. Porque, lo repetimos una vez m\u00e1s, es en el \u00abhond\u00f3n del ser-yo\u00bb donde radica la \u00faltima realidad de todo y del todo. Las terapias desde el contexto siempre tendr\u00e1n que acabar en terapias desde el texto.
\n
\nEs el momento de recordar que nuestra sociedad, por estar en manos de quienes utilizan los MCS incorrectamente, provoca situaciones negativas para \u00abel viaje comunicativo\u00bb. El inteligente e ingenuo visitante que es\u00a0El Principito<\/em>\u00a0acabar\u00eda por hartarse de tanta mentira social, incoada desde obscuros despachos donde permanece instalado lo que los humanos llamamos \u00abpoder\u00bb. Y acabar\u00eda por descubrir algunas patolog\u00edas terrenas y sociales fundamentales, como las que citamos a continuaci\u00f3n.
\n
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>o\u00a0La patolog\u00eda de la ansiedad<\/strong>
\n
\nEse af\u00e1n, inducido desde la publicidad, por convertir el ser en tener hasta l\u00edmites tan arduos que acaban por deshacer la serenidad del individuo. Ansiedad y consumo destruyen muchas relaciones comunicativas precisamente porque hacen de \u00e9stas una relaci\u00f3n neutra entre \u00abobjeto-consumidor\u00bb. Y esta neutralidad acaba por matar todo aut\u00e9ntico inter\u00e9s. Surge, entonces, la ansiedad por \u00abtener m\u00e1s\u00bb, aumentada por la certidumbre de que tener m\u00e1s significa, en ese contexto social, ser m\u00e1s. Es la peor de todas las patolog\u00edas.
\n
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>o\u00a0La patolog\u00eda de la agresividad<\/strong>
\n
\nLa ansiedad conduce inexorablemente hasta la agresividad, porque la urgencia del tener produce acciones moralmente negativas: si para tener tengo que da\u00f1ar al otro, pues se le da\u00f1a, m\u00e1s all\u00e1 de todo reparo \u00e9tico. A este fen\u00f3meno le llamamos violencia ciudadana y corrupci\u00f3n econ\u00f3mica. La agresi\u00f3n a un miembro de la misma comunidad y las trampas en los negocios (privados o p\u00fablicos) encuentran su m\u00e1ximo origen en la ansiedad por tener. Cuando tanta agresividad convierte nuestras ciudades y articulaciones ciudadanas en selvas intransitables, tal vez comenzamos a reaccionar para evitar toda una caotizaci\u00f3n de la vida: la progresiva multiplicaci\u00f3n de las\u00a0ONG, es s\u00edntoma inequ\u00edvoco de esta reacci\u00f3n civil, tan urgente. El mundo de la drogadicci\u00f3n, entre otros, aparece como signo y s\u00edntoma de cuanto llevamos dicho.
\n
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>o\u00a0La patolog\u00eda de la desesperaci\u00f3n<\/strong>
\n
\nEl conjunto de factores que llevamos comentado, conduce hasta una de las patolog\u00edas actuales m\u00e1s comunes, aunque se manifieste de formas muy diferentes. Un ser humano ansioso y agresivo pero que, a su vez, no consigue ese ser-tener, concluye en alguna forma de desesperaci\u00f3n.
\nDes-esperar<\/em>\u00a0es salirse de una esperanza l\u00f3gica, la inherente a la misma vida en cuanto tal, para aplicar toda la fuerza del existir al vaciamiento de la misma. Y ello porque las fuentes del esperar humano, fundadas en una buena relaci\u00f3n comunicativa, se han visto rotas y frustradas en su misma esencia. Preciso es advertir que sin esperanza se vive un suicidio en vida, que oscilar\u00e1 desde la tristeza permanente hasta la anorexia, por ejemplo, en personas un tanto obsesivas por alcanzar algo que -no alcanzado- se hace enfermizo cuidado del cuerpo. Esta v\u00eda de comprensi\u00f3n de muchas patolog\u00edas sociales urge encontrarla en la problem\u00e1tica de muchas personas, porque de lo contrario damos nombres falseados a las situaciones tensas y debilitadoras del vivir cotidiano.
\n <\/p>\n4\u00a0\u00a0Para terminar\u2026<\/h3>\n
\nDec\u00edamos al comienzo que\u00a0un exceso de informaci\u00f3n determina un descenso de comunicaci\u00f3n.<\/em>\u00a0Ahora lo sabemos m\u00e1s y mejor: una sociedad dominada por unos instrumentos mediales que no est\u00e1n al servicio del hombre -individual y colectivo- siempre acabar\u00e1 por provocar patolog\u00edas tales que negar\u00e1n las \u00abcondiciones de posibilidad del hecho comunicativo\u00bb. Sin tener esto presente, siempre se acaba por infravalorar el posible determinismo de los MCS. Y sus inmensas posibilidades. Lo que importa es el\u00a0uso.<\/em>\u00a0Pero el uso siempre comporta un previo conocimiento de lo que usamos y de sus consecuencias. Desde tal perspectiva, en la actualidad los MCS aparecen como un referente sustancial del \u00abhecho comunicativo\u00bb. Conocerlos es una de las m\u00e1s urgentes necesidades hist\u00f3ricas del momento.
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\nDe esta manera\u2026, e incidiendo con la mayor contundencia y oportunidad en la ciudadan\u00eda de nuestra sociedad, podremos conseguir una mejora sustancial de la comunicaci\u00f3n interpersonal y social entre los hombres y mujeres actuales, es decir, entre nosotros. Sin ceder, de forma f\u00e1cil y previamente asumida, al hecho tan peligroso de constituir esa \u00abmultitud incomunicada e incomunicadora\u00bb, de tan graves consecuencias hist\u00f3ricas. Y colaborando a que la infancia y juventud consigan vivir en estado de comunicaci\u00f3n ya desde sus primeras experiencias personales.\u00a0Este es el reto de todos lo que, por un motivo u otro, desean trabajar por la transformaci\u00f3n de un ciudadano-objeto en otro ciudadano-sujeto. Valdr\u00e1 la pena arriesgarse. Como se arriesg\u00f3 aquel\u00a0Principito\u00a0<\/em>que ven\u00eda de las lejanas galaxias…\u00a0\u00be
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\nMar\u00eda Teresa Sim\u00f3n<\/strong>[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"