{"id":12643,"date":"1997-10-01T09:31:38","date_gmt":"1997-10-01T07:31:38","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12643"},"modified":"1997-10-01T09:31:38","modified_gmt":"1997-10-01T07:31:38","slug":"juventud-y-cultura-narraciones-para-aprender-a-vivir-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/juventud-y-cultura-narraciones-para-aprender-a-vivir-2\/","title":{"rendered":"Juventud y cultura: Narraciones para aprender a vivir"},"content":{"rendered":"

Jes\u00fas Villegas<\/strong>\u00a0es profesor de Literatura y Anima\u00addor socio-cultural, con diversas publicaciones situa\u00addas en esa intersecci\u00f3n de literatura y animaci\u00f3n.<\/em>
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n

S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/h2>\n

Un\u00a0planeta en el\u00a0que\u00a0todas las personas nacen con gafas, una clase de dibujo en ple\u00adna tarea de hacer un retrato-robot de Dios o una humanidad gobernada por la \u00abcultura del test\u00bb, son los relatos de los que se sirve el’ autor para adentrarse en la relaci\u00f3n establecida hoy entre los j\u00f3venes y la cultura. La apuesta\u00a0es clara\u00a0(adem\u00e1s de llegarnos narrada con una belleza y sonoridad inusuales cuando se analizan \u00abtemas serios\u00bb): los relatos como al\u00adgo imprescindible para comprender el mundo, para que los j\u00f3venes aprendan a vivir asu\u00admiendo, entre otras cosas, su \u00abcultura de contradicci\u00f3n\u00bb
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n

Relato primero: El para\u00edso de los oftalm\u00f3logos<\/h3>\n

\u201cErase que se era un planeta donde la gente nac\u00eda con gafas. Al venir al mundo, los beb\u00e9s de tan singular rinc\u00f3n del universo llevaban en su cara su barbilla correspondiente, sus narices reglamentarias, su boca dispuesta para berrear, sus ojos bien provistos de pesta\u00f1as… y, adem\u00e1s, unas preciosas lentes de contacto.
\nPara que entend\u00e1is el alcance de tan curio\u00adso fen\u00f3meno, deb\u00e9is saber que estos aparatos \u00f3pticos, en esa regi\u00f3n remota, formaban parte del organismo de cada persona, eran un miem\u00adbro m\u00e1s, como una pierna o un codo. Nadie, por ejemplo, pod\u00eda arrancarse las gafas de la cara sin desangrarse, del mismo modo que a ti no se te ocurrir\u00eda jam\u00e1s rebanarte una oreja pa\u00adra limpiar cuidadosamente la cera del o\u00eddo. Las gafas constitu\u00edan la parte del cuerpo de estos seres m\u00e1s noble, querida e intocable.
\nEn fin, \u00bfpara qu\u00e9 les serv\u00eda este ap\u00e9ndice? Pues, obviamente, como al Lobo de Caperuci\u00adta, \u00abpara ver mejor\u00bb, o sea, para ver literalmen\u00adte con cuatro ojos. Los dos primeros (esos que se llevan c\u00f3modamente incrustados entre los p\u00e1rpados) estaban preparados para observar la superficie de la realidad. Gracias a ellos, per\u00adcib\u00edan colores, formas, acontecimientos, mate\u00adrias: en fin, los ojos convencionales les serv\u00edan, como a ti, para echar vistazos, ni m\u00e1s, ni me\u00adnos. Pero con los otros dos, con los de regalo, ten\u00edan la posibilidad de atravesar el cascar\u00f3n de cualquier cosa para descubrir las maravillas y los secretos que se esconden detr\u00e1s; para ver, en definitiva, lo que el ojo no ve.
\nNo s\u00e9 si ha podido entenderse bien el\u00a0su\u00ad<\/em>perpoder\u00a0<\/em>de estas gafas y lo felices que llega\u00adron a sentirse sus propietarios. Pues bien, por si acaso, quiero haceros part\u00edcipes de un se\u00adcreto: el planeta del que hablo se llama Tierra, los marcianos somos t\u00fa, yo, y todos los de\u00adm\u00e1s habitantes de este mundo y las gafas\u00ad sorpresa existen, est\u00e1n a disposici\u00f3n de cada uno. Eso s\u00ed, en nuestro caso, son invisibles, aunque todos, si queremos, podamos usarlas. Las gafas en cuesti\u00f3n aparecen bautizadas en nuestros diccionarios con el curioso e impro\u00adpio nombre de \u00abcultura\u00bb.
\nLa cultura es esa maravillosa parte de no\u00adsotros, ese trocito de nuestro organismo m\u00e1s \u00edntimo que, desarrollado mediante el estudio, la lectura, la preocupaci\u00f3n por nuestros mitos, el inter\u00e9s por nuestra historia, nuestras tradi\u00adciones y nuestra lengua, etc., etc., etc., nos permitir\u00e1 ver a tope, ver a fondo, ver de ver\u00addad; ver, como los alien\u00edgenas de esta estrella inventada, hasta encontrar en el centro de ca\u00adda cosa, de cada vida, de cada historia, el au\u00adt\u00e9ntico y valioso talism\u00e1n del sentido\u00bb.
\n 
\nHemos querido comenzar nuestro breve estudio sobre j\u00f3venes y cultura de forma imper\u00adtinentemente juguetona, con una especie de met\u00e1fora inaugural. Tras hojear numerosos manuales a la b\u00fasqueda de definiciones cient\u00edficas y convincentes que acotasen el terreno de eso que, con desverg\u00fcenza e inexactitud convencida, nosotros vamos a atrevernos a lla\u00ad<\/em>mar\u00a0<\/em>desde ahora \u00abcultura\u00bb, optamos por sustituir la informaci\u00f3n objetiva y seria proporcionada\u00a0<\/em>por\u00a0<\/em>tama\u00f1o saber libresco por una par\u00e1bola gratuita y ap\u00f3crifa, por un esqueje de cuentecillo ina\u00adcabado, por un (he aqu\u00ed el t\u00e9rmino clave) relato. Nuestra elecci\u00f3n responde a motivos secretos que m\u00e1s adelante desvelaremos. Por ahora, conformaos con recordar que hemos puesto en ac\u00adci\u00f3n dos conceptos, cultura y relato. Antes de enhebrar el hilo de nuestras reflexiones, debemos dar entrada a un tercero en discordia: el joven.<\/em>
\n <\/p>\n

Segundo relato: Dios a carboncillo<\/h4>\n

Hoy\u00a0nos han mandado en clase de di\u00adbujo realizar un retrato-robot de Dios. Como lo
\noyes. De la primera a la \u00faltima fila de la clase se ha ido extendiendo un incontenible murmu\u00adllo de estupor, mientras unos y otros nos \u00edba\u00admos quedando pr\u00e1cticamente de piedra. \u00bfUn retrato-robot de Dios? \u00bfEs que en esta santa escuela no se conforman con obligarnos a re\u00addactar textos en honor a la primavera en cuan\u00adto asoma\u00a0el sol,\u00a0<\/em>es que no tienen bastante con urgar\u00a0en\u00a0<\/em>nuestra resistencia al dolor con sus refinados instrumentos curriculares de tortura para, adem\u00e1s, pretender que aprendamos a pintar a carboncillo realidades tan intangibles como los suspiros de una berza?
\n 
\nEn el recreo hemos despellejado sin ning\u00fan escr\u00fapulo al profesor promotor de la idea, el apodado \u00abTocinillo de Cielo\u00bb, quien, en este caso, se ha comportado como un producto de reposter\u00eda envenenado. Cada uno de mis cole\u00adgas ha insinuado alguna alternativa descabe\u00adllada para afrontar con cierta dignidad esta inu\u00adsual tarea propuesta por el de dibujo. Desde el que ha decidido ventilar el asunto mediante el recurso al triangulito de marras hasta el forofo de esa incombustible postal de Dios con su barba blanca y su majestuoso aspecto de no haber roto nunca un plato, uno tras otro hemos empezado a desvariar sobre dioses a imagen y semejanza de nuestras m\u00e1s retorcidas fanta\u00ads\u00edas: dioses con formas animales, vegetales o minerales; dioses haciendo calceta mientras el g\u00e9nero humano expresa su amor sin fin a na\u00advajazos; dioses con pendientes en la oreja y crestas de colores; dioses de g\u00e9nero femenino y n\u00famero plural, dioses de llavero o de fin de semana, dioses… En fin, nada consistente, un homenaje colectivo a la ensalada mental sin ali\u00f1ar y, lo que es peor, un deber sin resolver.
\nHe llegado a casa con un humor de perros. A primera hora debo entregar mi personal fo\u00adtomat\u00f3n del Alt\u00edsimo. Metido en estas lides, hasta la merienda me ha sabido a cabello de \u00e1ngel casposo, Mi cerebro entra en erupci\u00f3n y pongo perdidito de lava mi escritorio.
\nDespu\u00e9s de desechar una colecci\u00f3n com\u00adpleta de ideas, que acabaron criando malvas en la papelera, y cuando ya estaba a punto de rendirme una especie de iluminaci\u00f3n impre\u00advista me saco del atolladero. En apenas diez minutos complet\u00e9 mi obra. Luego pude des\u00adcansar tranquilo, sin m\u00e1s problema que el ha\u00adbitual de conciliar el sue\u00f1o.
\nAl d\u00eda siguiente entregu\u00e9 mi trabajito. Don Tocinillo de Cielo ley\u00f3 con cara de pocos ami\u00adgos el texto por el que yo hab\u00eda sustituido el obligado dibujo. Este manifiesto revoluciona\u00adrio dec\u00eda algo as\u00ed:
\n\u00abDibujar el rostro de Dios me resulta imposi\u00adble. Si estamos hechos seg\u00fan su patr\u00f3n, Dios ha de tener, necesariamente, todos las caras habidas y por haber. No tengo espacio, ni tin\u00adta, ni tiempo en mi escasa vida para dibujar el firmamento infinito de rostros que la humani\u00addad entera compone. S\u00ed se puede afirmar, tras constatar este dato, que no podr\u00e1 obtenerse nunca, gracias a Dios, un Dios cl\u00f3nico.
\nPero decir que Dios tiene todos los rostros no me parece raz\u00f3n suficiente para escaque\u00adarme de esta agradable obligaci\u00f3n acad\u00e9mi\u00adca. Existe un segundo motivo que me empuja a no dibujar nada. Dios, adem\u00e1s de todos los rostros, no tiene ninguno: nosotros, con nues\u00adtros actos, dibujamos sus rictus, sus arrugas, sus patas de gallo, sus sonrisas, su acn\u00e9, su colorete, sus bostezos, sus miradas compren\u00adsivas, su ce\u00f1o fruncido, su cosm\u00e9tica, su lifting, sus besos, sus mofletes… Nosotros so\u00admos, en definitiva, las expresiones y los \u00f3rga\u00adnos del rostro de Dios. Sin nosotros, el rostro de Dios ser\u00eda invisible, inexpresivo y feo.
\nSea Dios todos los rostros, sea Dios ning\u00fan rostro, me siento incapaz de una tarea tan pre\u00adtenciosa como la de inmortalizar un perfil de condiciones portentosas\u00bb.
\nDon Tocino de Cielo, como era de esperar, calific\u00f3 con un insuficiente mi original trabajo de dibujo sin dibujo. A\u00f1adi\u00f3, por si su evalua\u00adci\u00f3n fuera poco contundente, la siguiente no\u00adta a mis sagaces reflexiones: \u00abT\u00fa s\u00ed que tienes rostro\u00bb. Mi conciencia, sin embargo, permane\u00adce tranquila ante el deber cumplido. Eso s\u00ed, tendr\u00e9 que dejarme el resto y el rostro en el bloc de dibujo si no quiero que esta asignatu\u00adra me acompa\u00f1e fielmente hasta septiembre\u00bb.
\n 
\nEn nuestra\u00a0<\/em>primer relato\u00a0<\/em>traz\u00e1bamos una analog\u00eda torpe pero suficiente entre la cultura y unas hipot\u00e9ticas e inusuales gafas. Dicha analog\u00eda se basaba en varias coincidencias funcio\u00adnales: ambas realidades sirven, en esencia, para agudizar, mejorar o corregir nuestra visi\u00f3n de las cosas, de la realidad en bruto. Las experiencias motivadas por ambas se asientan, repo\u00adsan, se fraguan en el mundo de las sensaciones, de la sensibilidad, para desde ah\u00ed acabar acce\u00addiendo a los complejos entramados de la percepci\u00f3n, la idea, el sentimiento. Finalmente, gafas y cultura aseguran que la materia, borrosa, incomprensible y sin entidad previa, cobre forma, ad\u00adquiera una identidad, se cubra de\u00a0<\/em>sentido.<\/em>
\n 
\nEn este\u00a0segundo texto\u00a0<\/em>nos hab\u00edamos propuesto \u00abdibujar\u00bb, de alguna manera, un esbozo de jo\u00adven actual. !De nuevo hemos renunciado a una v\u00eda cient\u00edfica, te\u00f3rica, anal\u00edtica de acceso a la reali\u00addad (por ejemplo, acudiendo a la psicolog\u00eda, la sociolog\u00eda u otras ciencias relacionadas con el co\u00adnocimiento del ser humano) para abismarnos, ya no en lo puramente anal\u00f3gico, sino m\u00e1s all\u00e1, en lo simb\u00f3lico, en lo meramente sint\u00e9tico-art\u00edstico e intuitivo. Una vez m\u00e1s hemos sacrificado la defi\u00adnici\u00f3n en aras del relato: el joven abstracto, fruto de la estad\u00edstica, la reflexi\u00f3n y el estudio se ha con\u00advertido en un personaje literario. En lugar de explicar-desvelar hemos preferido expresar-revelar, y para ello hemos montado un relato con un joven de protagonista, un joven en b\u00fasqueda, inten\u00adtando dilucidar el imposible e improbable rostro de Dios, en un intento inconsciente de autorretra\u00adtarse, de bosquejar una identidad a fuerza de dotar de\u00a0sentido lo\u00a0<\/em>que aparentemente carece de \u00e9l.
\n 
\nCon estas alforjas podemos continuar nuestro camino: joven, cultura y, al fondo, la idea de re\u00adlato, \u00edntimamente ligada a la producci\u00f3n de sentido. Utilizando el binomio juventud-cultura po\u00addemos plantearnos varias cuestiones sugerentes. Dos de ellas se imponen por su singular atrac\u00adtivo: 1 \/ \u00bfC\u00f3mo son las gafas-cultura de los j\u00f3venes de hoy?; 2\/ \u00bfQu\u00e9 papel pueden desempe\u00ad\u00f1ar las manifestaciones culturales en la trayectoria de crecimiento de los j\u00f3venes actuales?
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n

Relato tercero: Ser o no ser y otros dilemas<\/h2>\n

\u201cDesde\u00a0<\/strong>hace cierto tiempo est\u00e1n de mo\u00adda los test. Ojeas cualquier revista y, cuando menos te lo esperas, al pasar la p\u00e1gina m\u00e1s inocente, all\u00ed est\u00e1, emboscado y perverso, el test de turno. Enciendes el televisor y el noti\u00adciario divulga los resultados catastr\u00f3ficos de la \u00faltima macroencuesta, es decir, del \u00faltimo\u00a0ma\u00adcrotest.<\/em>\u00a0Sacas a pasear al perro y, sin tregua para que orine el pobre bicho, te asalta en el parque un sujeto armado con su corbata, su hueso para el chucho, su cara de chico afeita\u00addo con goma de borrar y su correspondiente test traicionero camuflado en la sonrisa. Suena el timbre, abres el correo, coges el tel\u00e9fono y, sin explicaci\u00f3n posible, hace su acto de pre\u00adsencia tras la puerta, en el sobre, al otro lado del auricular, el dichoso, el inevitable: el test.
\nLa cultura del test se impone. \u00bfQue uno quiere saber si es simp\u00e1tico? Rellena el consi\u00adguiente test. \u00bfQue necesita conocer cu\u00e1l es la profesi\u00f3n de su futuro? No lo duda: se enchu\u00adfa el cerebro a un test. \u00bfQue no tiene claros su valores, el amor de su pareja, su inteligencia? Pues nada, cuatro o cinco test entre ceja y ce\u00adja resuelven la angustia. Una curiosidad: se\u00adg\u00fan dicen, en Jap\u00f3n ya han inventado un sobre con sopa de letras que, cuando es vertido en el plato, organiza aplicadamente su pasta sobre el caldo en forma de test. \u00bfD\u00f3nde llega\u00ad el progreso humano en este terreno? \u00bfPodr\u00e1 un test desvelar si hay vida en otros rinco\u00adnes del universo, si mi m\u00e9todo de adelgaza\u00admiento me enga\u00f1a, el muy ad\u00faltero, con las grasas, si fue antes la gallina o el huevo?
\n 
\nQuer\u00eda hablar ahora sobre la creatividad. Es\u00adto del test ha sido, simplemente, una digresi\u00f3n. Pero, despu\u00e9s de darle unas cuantas vueltas al asunto, me vino a ;la cabeza una idea brillante y temible. \u00bfPor qu\u00e9 no confeccionar, es m\u00e1s, por qu\u00e9 no emitir a trav\u00e9s de estas p\u00e1ginas un test, el test definitivo, el test de los test? Un test para que todos vosotros, convertidos por unos instantes en pura masa encef\u00e1lica y cr\u00edti\u00adca, valoraseis de una vez y para siempre vues\u00adtra capacidad creativa. Un test de los buenos, con preguntas sagaces y un surtido de cruces o circulitos coro que cubrir los huecos del \u00abS\u00ed\/no\/pachi, pach\u00e1\/ no sabe, no contesta,,<\/sup>.
\nEl test constar\u00eda de cuestiones sobre la cre\u00adatividad del tipo \u00ab\u00bfserias capaz de hacer de tus tripas coraz\u00f3n\u00bb, \u00bfcrees que todo lo que no son filetes sor patatas o admites m\u00e1s posibili\u00addades?, \u00bfpondr\u00edas una correa a tus sue\u00f1os?, \u00bfestar\u00edas dispuesto a convertir en confetti toda tu tristeza cuando l[e deprime y acabar la amar\u00adgura en una fiesta?, \u00bfdesayunas con frecuen\u00adcia mala leche o prefieres mojar en optimismo tus magdalenas. ..?\u00bb.’Ten\u00eda medio terminada la elaboraci\u00f3n de este prodigioso examen de m\u00e1s de trescientas preguntas cuando, en un acceso de cordura, decid\u00ed romper todos mis papeles y rnandar el test a fre\u00edr esp\u00e1rragos.
\n 
\nUn test sobre la creatividad. \u00bfUn test sobre la creatividad? \u00a1La creatividad y los test son in\u00adcompatibles! Son dos mundos, dos formas de entender la vida. La creatividad es una puerta enorme y siempre abierta: el test, una cerra\u00addura. La creatividad nos da alas: el test fabri\u00adca jaulas. La creatividad nos permite reinven\u00adtar el mundo cada d\u00eda: el test intenta parchear con rid\u00edculas chapucillas nuestro ombligo mal\u00adtrecho.
\nVivir del test o vivir de la imaginaci\u00f3n, he ah\u00ed el dilema. Estudiar o trabajar para solucionar correctamente el ejercicio de evaluaci\u00f3n o el problema del cocido (cultura del test) o estu\u00addiar y trabajar con el fin de aprender y enri\u00adquecer nuestra persona (cultura de la creativi\u00addad). Ser una m\u00e1quina programada (cultura de\u00a1 test) o programar nuestro trabajo para ser m\u00e1s humanos (cultura de la creatividad). Cre\u00adar cada uno de nuestros d\u00edas a conciencia (cultura de la creatividad) o abortarlo, derro\u00adchando el tiempo en deshojar margaritas (cul\u00adtura del test). La serie de parejas podr\u00eda ser in\u00adfinita: al lado de\u00a1 test todo lo artificial, lo faci\u00adl\u00f3n, lo inaut\u00e9ntico, la f\u00f3rmula hecha y cerrada con resultados est\u00e1ndar al final de la revista; al lado de la creatividad lo espont\u00e1neo, la inven\u00adtiva, lo personal, lo que es fruto de un esfuer\u00adzo propio, original y aut\u00e9ntico.
\n 
\nTal vez vaya siendo hora de dejar a un lado la \u00e9tica del que va por la vida agarr\u00e1ndose a los test para empezar a afrontar creativamente nuestra existencia. \u00bfQue c\u00f3mo se hace eso? En primer lugar, poni\u00e9ndole pilas a la fantas\u00eda. Y despu\u00e9s, estrenando ese nuevo juguete, tu imaginaci\u00f3n, ahora mismo, sobre este d\u00eda\u00bb.
\n\u00a0<\/em>
\nLa cultura del joven es, ante todo, una cultura de contradicci\u00f3n, una cultura que oscila sin re\u00adgla tija entre los dos extremos fijados por nuestro escrito anterior: el ansia de test y el an\u00adhelo de creatividad. Por un lado, sus \u201cgafas\u201d se ajustan a los c\u00e1nones establecidos por los medios de comunicaci\u00f3n y manipulaci\u00f3n de masas, responden sin paliativos a los est\u00edmulos del\u00a0<\/em>entorno: son gafas de sol\u00a0<\/em>cuando aprieta la can\u00edcula y se exige la ocultaci\u00f3n del punto de vista\u00a0<\/em>propio (en el\u00a0<\/em>grupo, en la multitud, en la\u00a0<\/em>norma\u00a0<\/em>establecida): permiten ver lejos\u00a0<\/em>si\u00a0<\/em>el ambiente recomienda el ejercicio premeditado de la trascendencia focal o la divinizaci\u00f3n fr\u00edvola; apuntan a un palmo de sus narices cuando el \u201caqu\u00ed y ahora\u201d (materialismo, hedonismo, inmediatez) impe\u00adra. Gafas tipo test, camale\u00f3nicas y plurales, m\u00e1s que propias, nacidas como floraci\u00f3n espont\u00e1nea al contacto f\u00e9rtil con una realidad m\u00faltiple y en\u00e9rgica, incapaz de tolerar una \u00f3ptica original, \u00fani\u00adca e inamovible, un sistema de valores resistente y fiable.<\/em>
\nPero, por otro lado, las gafas del joven reclaman un dise\u00f1o \u00fanico, una solidez de montura, un ajuste adecuado y personalizado entre las necesidades del ojo que mira y la calidad\/calidez del cristal intermediario. Frente a la cultura del consumo, adocenada en listas de \u00e9xito y revistas de coraz\u00f3n cuadriculado, el joven intenta configurar su propia fuente de visi\u00f3n. un objetivo desde el que organizar de forma personal e intransferible el mundo en el que vive.<\/em>
\nM\u00e1s que una divisi\u00f3n gratuita y tajante entre individuos, es decir, entre j\u00f3venes-hijos de la so\u00adciedad del consumo, la diversi\u00f3n, la evasi\u00f3n y el bienestar (los de las gafas tipo test) y j\u00f3vene- disidentes, alternativos, comprometidos, de buena pasta (los que calzan modelos de gafas cre\u00adativos), creernos que en cada joven actual se produce un desquiciamiento, un desgarro entre es\u00adtas dos formas de cultura y, por tanto, entre estos dos sistemas de comprensi\u00f3n de la realidad, que conviven a menudo simult\u00e1neamente. En el momento vital de la juventud, todos nos hemos visto enzarzados en esa inconmensurable tarea de dotar de coherencia un universo y una vida amorfa, descontrolada, regida aparentemente por las leyes fortuitas del azar y la paradoja cons\u00adtante. Ante este reto, uno echa mano, como buen n\u00e1ufrago, de cualquier objeto flotante que en\u00adcuentre a mano en esa misma marea de los d\u00edas en la que \u00e9l se debate. En este ir y venir, en es\u00adte agarrarse a todo, en esta indefinici\u00f3n radica, precisamente, la mayor originalidad del sustrato cultural de nuestros j\u00f3venes.<\/em>
\nObviamente, se corre un riesgo manifiesto: el cambio de gafas fren\u00e9tico, el constante vaiv\u00e9n, la falta de una cosmovisi\u00f3n consolidada puede provocar el estrabismo, la desorientaci\u00f3n, la frac\u00adtura de la personalidad y, como consecuencia, el hundimiento del sujeto en las simas del sin\u00adsentido. Es<\/em>\u00a0<\/em>entonces cuando surge la necesidad imperiosa de organizar ese aluvi\u00f3n imparable de se\u00f1ales, de est\u00edmulos, de interrogantes, de culturas posibles que afectan al joven hasta embar\u00adgarlo: se requieren en ese justo instante maquinarias preparadas para reconducir el caos hacia el cosmos, para articular el estruendo en mensaje, para reconstruir con las tremendas piezas de lo real el puzzle del discurso; para, en definitiva, generar\u00a0<\/em>sentido.\u00a0<\/em>Varias son las alternativas cultu\u00adrales en esta labor organizadora: entre ellas, destacaremos en este momento la ciencia y el arte.<\/em>
\nSistem\u00e1ticamente hemos mostrado cierta fobia pasajera a los sentidos literales, a la definici\u00f3n, a las sendas de asunci\u00f3n a la realidad que desbroza la maquinaria cient\u00edfica. Si privilegiamos en nuestro estudio los sentidos figurados, la connotaci\u00f3n, el s\u00edmbolo como forma de conocimiento, es porque creemos que en el joven esta tendencia a comprender la realidad siguiendo derroteros m\u00e1s inspirados que racionales est\u00e1 particularmente agudizada, aunque eso no signifique que la ciencia no est\u00e9 en disposici\u00f3n de ser tambi\u00e9n un excelente artilugio productor de significados.<\/em>
\nVa siendo hora de ahondar en la segunda cuesti\u00f3n planteada: \u00bfqu\u00e9 aporta la cultura homolo\u00adgada al crecimiento de las personas y, por lo tanto, a la construcci\u00f3n de sentido para la vida? En\u00adtre todas las manifestaciones culturales vigentes en la actualidad, nos decantaremos en nuestro<\/em>\u00a0an\u00e1lisis por valorar\u00a0<\/em>aquellas m\u00e1s pr\u00f3ximas al joven, precisamente aquellas que germinan sobre\u00a0<\/em><\/strong>el relato,\u00a0<\/em>aquellas de corte figurativo que surgen de la aplicaci\u00f3n de c\u00f3digos narrativos sobre di\u00ad<\/em><\/strong>ferentes\u00a0<\/em>materias de expresi\u00f3n.<\/em><\/strong>
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n

Relato sin relato: El relato<\/h2>\n

Para comprender con claridad el papel que el relato puede desempe\u00f1ar en la consti\u00adtuci\u00f3n del joven corno sujeto estructurado, co\u00admo ente homog\u00e9neo, primeramente definire\u00admos este concepto por oposici\u00f3n a otro igual\u00admente significativo y latente en todo nuestro estudio: el concepto de realidad, de mundo. Pondremos frente a frente mundo y relato pa\u00adra, a partir de sus \u00edntimas divergencias, recor\u00addar c\u00f3mo la invocaci\u00f3n del relato se torna ab\u00adsolutamente imprescindible en cualquier inten\u00adto de comprender el mundo. Por lo tanto, diseccionemos la dicotom\u00eda planteada,\u00a0mundo\u00a0<\/em>versus relato:\u00ad<\/sup><\/em>
\n 
\n-\u00bb En principio, el mundo carece de l\u00edmites espacio-temporales abarcables. Su comienzo est\u00e1 encerrado todav\u00eda en una espesa neblina de imprecisiones y su final (\u00bffeliz, desdichado, ambiguo?) no resulta previsible siquiera. Al contrario, el relato se ordena con absoluto de\u00adterminismo, tiene un principio y un final prefi\u00adgurado, que confiere unidad y globalidad al texto en el que se manifiesta.
\n 
\n-\u00bb El mundo se desenvuelve sin responder a una intenci\u00f3n conocida. El azar, la incertidum\u00adbre, la irracionalidad, la contradicci\u00f3n, el ab\u00adsurdo influyen notablemente, son en muchos casos la sustancia de los m\u00faltiples aconteci\u00admientos que, sin objetivo trazado, sin morale\u00adja posible, sin orden ni concierto, se suceden sobre la superficie del universo. Frente a esta erupci\u00f3n an\u00e1rquica de la realidad, el relato presenta una trama l\u00f3gica, ordenada en torno a constelaciones posibles de significado, has\u00adta configurarse en discurso. El mundo nos bombardea, nos abruma con su salvaje e in\u00adcomprensible variedad, su violencia, su vac\u00edo de intenciones. El relato, al contrario, estable\u00adce en la historia narrada y en el universo que se intuye debajo de ella (eso que los narrat\u00f3\u00adlogos llaman universo dieg\u00e9tico y a lo que vol\u00adveremos m\u00e1s adelante) una armon\u00eda, una trabaz\u00f3n sistem\u00e1tica, un porqu\u00e9.
\n 
\n-\u00bb Puesto que el mundo no nace de un emi\u00adsor definido, es incapaz de comunicarse por s\u00ed mismo; su naturaleza inhumana lo anula como mensaje. Adolece de lenguaje, no puede en\u00adtenderse como signo m\u00e1s que en segunda instancia (s\u00f3lo cuando el ser humano oficia de intermediario y apuesta por apropiarse la rea\u00adlidad, por estructurar en relato su condici\u00f3n mat\u00e9rica y muda). Sin embargo, el relato, sea cual sea el cauce sobre el que fluya (la ima\u00adgen, la palabra) es siempre un acto de lengua\u00adje, una experiencia comunicativa, un mensaje. El relato nos remite a un sujeto de la enuncia\u00adci\u00f3n (el relator, el narrador). El mundo no pre\u00adcisa un transmisor, lo ignora incluso: se con\u00adforma f\u00e1cticamente con ser.
\n-\u00bb Como conclusi\u00f3n diremos que el mundo no es un relato, ni un relato es el mundo, y, sin embargo, ambos exigen una mutua compare\u00adcencia. El relato representa o recrea el mundo, lo cuenta y, mediante los procesos de la na\u00adrraci\u00f3n (creaci\u00f3n de personajes, tiempos, lu\u00adgares, historias…) lo colma de sentido; mien\u00adtras tanto, el mundo se hace habitable porque diferentes tipos de relato, de simbolizaciones (religiones, mitos, obras de arte…), aminoran su naturaleza monstruosa y radicalmente in\u00adhumana. El relato se funda en el mundo y el mundo se funde en el relato.
\nCreemos que esta mera asociaci\u00f3n de con\u00adtrarios bastar\u00eda para explicar por qu\u00e9 todo ser humano tiende a entregarse con innegable delectaci\u00f3n a la vor\u00e1gine de los relatos: sim\u00adplemente, su esp\u00edritu se los exige para saber, casi para poder vivir. Bajo formas orales, es\u00adcritas o visuales, con trasfondo m\u00edtico o reli\u00adgioso, sancionados por la cultura o emanados del m\u00e1s vulgar cotilleo, los relatos nos animan a comprender las sorprendentes causas y las no menos misteriosas consecuencias de la existencia. Si este \u00abhambre de historias\u00bb debe ser saciada a diario por todos y cada uno de nosotros, en el joven (esa persona que perci\u00adbe con especial intensidad el caos del mundo, ya que todav\u00eda no ha perge\u00f1ado el relato s\u00f3li\u00addo y central que le construya, el relato-patr\u00f3n que le garantice un sustrato cultural org\u00e1nico) adquiere las dimensiones de una necesidad de primer orden. Los relatos, creados por \u00e9l o recibidos del contexto cultural pr\u00f3ximo en sus manifestaciones m\u00e1s accesibles (cine, litera\u00adtura, m\u00fasica) acaban as\u00ed por alzarse en los ins\u00adtrumentos elementales para la labor de confe\u00adrir un sentido al mundo.
\n\u00a0<\/em>
\nQu\u00e9 tipos de relato cumplir\u00e1n m\u00e1s adecuadamente la misi\u00f3n de iluminar al joven en su de\u00adsarrollo? \u00bfQu\u00e9 condiciones deben reunir? \u00bfD\u00f3nde encontrarlos? En esta \u00faltima nota de nuestro estudio concretaremos algunos de estos aspectos de forma sint\u00e9tica y, en la medida de lo posible, pr\u00e1ctica. Iremos abordando, punto por punto, los distintos constituyentes de una narraci\u00f3n para perfilar, sobre ellos, posibles ideales en ese horizonte que nos hemos marca\u00addo: facilitar al joven el acceso al sentido y, con ello, a una cultura propia. As\u00ed que, a continuaci\u00f3n y para terminar, ah\u00ed va eso de \u00abtodo relato ha de constar, necesariamente, de…\u00bb<\/em>
\n\u00a0<\/strong>
\n4.1. Materias de expresi\u00f3n<\/strong>
\n 
\nLos\u00a0<\/strong>c\u00f3digos de la narraci\u00f3n no son exclu\u00adsivos del lenguaje verbal, sino que tambi\u00e9n conciernen a otros registros (cine, c\u00f3mic, tele\u00advisi\u00f3n…). Adem\u00e1s, dentro de las mismas len\u00adguas naturales, lo narrativo, en convivencia con otros c\u00f3digos expresivos, recorre distintos g\u00e9\u00adneros: la novela, el teatro, la poes\u00eda narrativa, la canci\u00f3n, la misma conversaci\u00f3n… recurren, entre otros lenguajes, al del relato, con mayor o menor preeminencia.
\n 
\nDe todos estos soportes, tal vez sean los ci\u00admentados en el lenguaje verbal, sobre todo en los g\u00e9neros literarios narrativos, los m\u00e1s sus\u00adceptibles de alcanzar el objetivo formativo per\u00adseguido (armar de sentido la vida del joven). El cine y los lenguajes audiovisuales conectan f\u00e1cilmente con el espectador, pero sufren dos lastres fatales en su uso pedag\u00f3gico: primero, el receptor de signos audiovisuales no est\u00e1 en condiciones de intercambiabilidad; no cuenta con medios, generalmente, para reaccionar ante una obra mediante emisiones de mensa\u00adjes del mismo tipo (es dif\u00edcil rodar una pel\u00edcula como respuesta a un est\u00edmulo cinematogr\u00e1fi\u00adco); y segundo y m\u00e1s grave, las producciones f\u00edlmicas o televisivas tienden, por razones de mercado, a generar im\u00e1genes donde prevale\u00adce, o bien el sinsentido, el sentido laxo (impac\u00adtos sensoriales, fragmentarismo, acci\u00f3n por la acci\u00f3n, ausencia de progresi\u00f3n dram\u00e1tica…), o bien el conformismo con aquellas versiones del mundo que aseguren la buena marcha del capitalismo imperante, del que depende la in\u00addustria del cine (concepciones monol\u00edticas de las figuras de h\u00e9roe y villano, ideales de vida reflejados de corte conservador, c\u00f3digos mo\u00adrales reduccionistas…).
\nEsto no quiere decir que los relatos del cine o la televisi\u00f3n no sean excelentes recursos pa\u00adra la modelizaci\u00f3n de la personalidad, pero para enfrentarse con ellos, antes de promocionar la identificaci\u00f3n (punto de partida ina\u00adpelable en la busca de sentido) debe haberse educado la capacidad cr\u00edtica.
\n\u00a0<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\n4.2. Sujetos de la comunicaci\u00f3n<\/strong>
\nPara que se produzca un relato es im\u00adprescindible el contacto mediante el puente del texto entre un narrador y un narratario, entre un emisor y un receptor. En nuestra aven\u00adtura a la caza del sentido, el joven reclamar\u00e1 controlar alternativamente estas dos posiciones. No basta con la lectura de buena literatu\u00adra juvenil (de este modo, el joven hereda sen\u00adtidos, pero no los disputa, no los conquista gracias a su iniciativa: en definitiva, no los lle\u00adga a reinventar): el narratario ha de pasar por la experiencia de explorarse mediante sus obras, de cimentar relatos donde obsesiones, miedos, dudas o seguridades cristalicen y se revistan de impulsos liberadores.
\n\u00a0<\/strong>
\n4.3. Personajes<\/strong>
\n 
\nEl personaje es, el hilo conductor del rela\u00adto, su garant\u00eda de homogeneidad. Su compa\u00adrecencia conduce, adem\u00e1s, a la identificaci\u00f3n m\u00e1s inmediata del receptor con lo narrado. Pa\u00adra lo que a nosotros nos interesa, el personaje ideal ha de situarse en la proximidad del joven lector o creador. Esta cercan\u00eda se conseguir\u00e1 directamente, mediante aspectos puramente f\u00edsicos o mec\u00e1nicos (coincidencias en edad, sexo, vestuario, h\u00e1bitos…) o, indirectamente (y a veces de modo m\u00e1s intenso) a trav\u00e9s de apuntes hom\u00f3logos de tipo psicol\u00f3gico o ide\u00adol\u00f3gico (preocupaciones, inquietudes, rasgos\u00a0de\u00a0<\/em>car\u00e1cter..;. Evidentemente, que el relato cuente corno protagonista con un joven contempor\u00e1neo que ha de v\u00e9rselas con sus fantasmas m\u00e1s acuciantes augurar\u00e1, en primera instancia, una identificaci\u00f3n autom\u00e1tica del re\u00adceptor coet\u00e1neo, aunque no necesariamente supondr\u00e1 la consecuci\u00f3n del sentido.
\nEste segundo logro depender\u00e1, m\u00e1s bien, de que la profundidad\/sensibilidad\/fidelidad con que el autor haya pulsado el alma representada haya sido captada por el lector (en definitiva, estamos hablando de la calidad literaria del tex\u00adto y de la competencia de su receptor). Aclara\u00admos este punto porque la literatura juvenil ac\u00adtual peca en exceso de una predilecci\u00f3n por la superficie problematizada de los j\u00f3venes de hoy, olvidando a menudo sus entresijos, la ra\u00edz vital de sus problemas. Esto no es \u00f3bice para que algunos autores indaguen con particular habilidad en la trastienda de los seres por ellos creados. Destacaremos, a t\u00edtulo de ejemplo, dos autores: la obra de corte m\u00e1s realista\u00a0de Jordi Serra\u00a0<\/em>i Fabra,\u00a0<\/em>por citar un cl\u00e1sico de nues\u00adtra literatura, y las dos novelas juveniles\u00a0de Jo\u00ads\u00e9 Mar\u00eda Plaza,<\/em>\u00a0quien ha demostrado en tan es\u00adcasa producci\u00f3n una agudeza poco habitual para reflejar el tumultuoso y riqu\u00edsimo mundo del adolescente (No es un crimen enamorarse y, sobre todo, la tan magn\u00edfica como su t\u00edtulo\u00a0Me gustan y asustan tus ojos de gata).<\/em>
\n 
\n4.4. Espacio y tiempo Mundos dieg\u00e9ticos<\/strong>
\n 
\nCualquier relato encajar\u00eda en una sinopsis m\u00ednima que podr\u00eda redactarse de la siguiente manera: alguien cuenta algo que sucede a al\u00adguien en un lugar y en un tiempo. Las coorde\u00adnadas espacio-temporales, por lo tanto, incar\u00addinan el relato de forma definitiva en las di\u00admensiones de la realidad, a pesar de su ca\u00adr\u00e1cter ficticio.
\nPero hay algo m\u00e1s: todo argumento, por bre\u00adve que sea, nos propone t\u00e1citamente un cosmos: en otras palabras, el espacio y el tiempo de la ficci\u00f3n presuponen la existencia, en la sombra, de un universo potencial m\u00e1s amplio y complejo en el que se recorta ese retazo de mundo que nosotros conocemos a trav\u00e9s del relato. Este \u00abmundo insinuado\u00bb se denomina \u00abuniverso dieg\u00e9tico y cualquier lector puede reconstruirlo despu\u00e9s de clausurar un relato, respondiendo a esta pregunta: \u00bfcu\u00e1les ser\u00edan las caracter\u00edsti\u00adcas; las leyes, los principios de un Inundo en el que esta historia tuviera cabida?
\n 
\nTan larga explicaci\u00f3n se vuelve imprescindi\u00adble si querernos consensuar las condiciones espacio-temporales y dieg\u00e9ticas de nuestros relatos con sentido\u00bb. Creemos que en ellos el espacio-tiempo preferente surgir\u00eda de la con\u00adfluencia de dos inclinaciones est\u00e9tico-forma\u00adles b\u00e1sicas: la tendencia a la cotidianidad, en cuanto al marco de ubicaci\u00f3n de los\u00a0hechos,\u00a0y la sugerencia de mundos positivos, morales y habitables, en cuanto al universo de la di\u00e9\u00adsis connotado.
\nRespecto a lo primero, el \u00e1mbito urbano con\u00adtempor\u00e1neo, los centros de socializaci\u00f3n m\u00e1s frecuentes en el joven (escuela, zonas de di\u00adversi\u00f3n…), sus reductos privados (habitaci\u00f3n propia, lugares de reuni\u00f3n, rincones confiden\u00adciales…), los referentes reales de su experien\u00adcia (fen\u00f3menos socioculturales como la m\u00fasi\u00adca o la televisi\u00f3n, personajes o hechos de ac\u00adtualidad…) actuar\u00e1n, en los relatos, como est\u00ed\u00admulos precioso-s en la conformaci\u00f3n por parte del joven de sus fuentes de significado.
\n 
\nPor lo que respecta al universo dieg\u00e9tico, pen\u00adsamos que la literatura juvenil ha de alimentar la esperanza, la hip\u00f3tesis o la presunci\u00f3n de un mundo feliz: detr\u00e1s de cada relato debe palpi\u00adtar un universo optimizado para evolucionar en una direcci\u00f3n creadora, salv\u00edfica, humanista, vi\u00adtalizante. Con esta intenci\u00f3n, adem\u00e1s de la lite\u00adratura estrictamente realista, recomendamos frecuentar aquellos autores de literatura fant\u00e1s\u00adtica entregados a dise\u00f1ar universos de ficci\u00f3n futurista o atemporal con cierta fuerza clarifica\u00addora y, en \u00faltima instancia, redentora de la con\u00addici\u00f3n humana: la literatura de Joan\u00a0Manuel Gisbert, los\u00a0<\/em>cl\u00e1sicos de\u00a0Tolkien o Ende,\u00a0<\/em>el re\u00adciente y magistral libro para todas las edades\u00a0Olvidado rey Gud\u00fa, Los perros de la M\u00f3rrlgan<\/em>\u00a0de\u00a0Pat\u00a0O\u00bbShea o\u00a0<\/em>el deslumbrante\u00a0El\u00a0enigma N.I.\u00a0D.O.<\/em>\u00a0de\u00a0F.\u00a0Lalana\u00a0<\/em>coinciden en la explora\u00adci\u00f3n de imposibles mundos paralelos cuyo co\u00adnocimiento ayuda a enriquecer y\/o comprender el nuestro.
\n 
\n4.5. Narrador \/ Punto\u00a0<\/strong>de vista<\/strong>
\n 
\nDada la complejidad te\u00f3rica del concep\u00adto ahora manejado y por simplificar, nos confor\u00admaremos con resaltar la efectividad y el atractivo que en esta \u00abodisea en pos del sentido\u00bb con\u00adlleva el recurso al narrador-joven en primera persona. Su funci\u00f3n ser\u00e1 referir experiencias autobiogr\u00e1ficas a trav\u00e9s de modalidades de la literatura \u00edntimo-personal (cartas, diarios, me\u00admorias, confesiones, mon\u00f3logos…).
\nLa focalizaci\u00f3n (lo que sabe el que narra so\u00adbre los hechos narrados) debe renunciar por principio a la omnisciencia: en su lugar y con la intenci\u00f3n de reproducir con cierta fidelidad el estado de conciencia del joven, el narrador ha de descubrir paulatinamente el mundo a medida que este se le ofrece, siempre desde su posici\u00f3n parcial, inc\u00f3moda y subjetiva.
\nFinalmente, cabe subrayar la conveniencia de que el discurso del narrador convoque verbal\u00admante los rasgos diferenciales de su habla (con sus matices de iron\u00eda, lirismo, ingenio…: con su estilo propio) como trasunto fiel de un car\u00e1cter y una filosof\u00eda de la vida personal y \u00fanica.
\n\u00a0<\/strong>
\n4.6. Historias<\/strong>
\n 
\nLa\u00a0multitud de acontecimientos narrables y el criterio de originalidad que a menudo los motiva convierte este elemento en el de m\u00e1s compleja catalogaci\u00f3n. S\u00ed citaremos, esque\u00adm\u00e1ticamente, algunos argumentos preferen\u00adciales de indudable pregnancia a la hora de al\u00adcanzar la meta del sentido. Los clasificaremos en tres bloques:
\n 
\n– Argumentos donde se rocen cuestiones de inter\u00e9s palpitantes en la intimidad de todo jo\u00adven: sentimientos (amistad, amor, relaciones familiares…), valores (opciones de vida, acti\u00adtudes, aspiraciones…), misterios de la exis\u00adtencia (sexualidad, temporalidad, muerte…).
\n– Argumentos en los que el conflicto, el dile\u00adma moral o humano se localicen en el n\u00fa\u00adcleo de la trama: situaciones cr\u00edticas, experiencias personales l\u00edmite, momentos cru\u00adciales de la existencia, elecciones que con\u00adtradigan las fuerzas de\u00a1 destino, problemas f\u00edsicos, ps\u00edquicos o de conciencia.
\n– Argumentos donde un trayecto, una acci\u00f3n heroica o una aventura marquen el ritmo del crecimiento del personaje, al asimilarse su itinerario f\u00edsico a su itinerario moral.<\/p>\n

Moraleja<\/h5>\n

 
\nTodo relato les una propuesta de sentido, un intento de conciliar al sujeto que narra o es\u00adcucha con el mundo que le rodea y al que menciona. Por su propia situaci\u00f3n vital, el joven reclama con especial urgencia relatos que le ayuden a apropiarse y comprender su destino, leyendas que le presten refuerzos en su constante reafirmaci\u00f3n sobre la tierra, na\u00adrraciones que le capaciten para revisar a diario las perspectivas desde las que observa los sig\u00adnos de su tiempo. Tal vez no se mato recordar, para terminar, que \u00ab\u00e9rase que se era un pla\u00adneta donde la gente nac\u00eda con gafas…\u00bb
\n <\/p>\n

Jes\u00fas Villegas<\/h6>\n

<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Jes\u00fas Villegas\u00a0es profesor de Literatura y Anima\u00addor socio-cultural, con diversas publicaciones situa\u00addas en esa intersecci\u00f3n de literatura y animaci\u00f3n. \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Un\u00a0planeta en el\u00a0que\u00a0todas las personas nacen con gafas, una clase de dibujo en ple\u00adna tarea de hacer un retrato-robot de Dios o una humanidad gobernada por la \u00abcultura del test\u00bb, son los […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[128,161,66,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12643"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12643"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12643\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12643"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12643"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12643"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}