{"id":12723,"date":"1997-05-01T08:25:15","date_gmt":"1997-05-01T06:25:15","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12723"},"modified":"1997-05-01T08:25:15","modified_gmt":"1997-05-01T06:25:15","slug":"quien-soy-para-que-sirvo-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/quien-soy-para-que-sirvo-2\/","title":{"rendered":"\u00bfQui\u00e9n soy para qu\u00e9 sirvo?"},"content":{"rendered":"

[vc_row][vc_column][vc_column_text]\u00abLo \u00fanico que debemos tener en cuenta en la<\/em>
\neducaci\u00f3n es que en nuestros hijos nunca dismi\u00adnuya<\/em>
\nel amor a la vida. […] Y \u00bfqu\u00e9 otra cosa es<\/em>
\n\u00a0la vocaci\u00f3n de un ser humano sino la m\u00e1s alta<\/em>
\n\u00a0expresi\u00f3n de su amor por la vida?\u00bb.<\/em>
\n\u00a0<\/strong>
\n(NATALIA\u00a0<\/strong>GINZBURG, Las peque\u00f1as virtudes)<\/strong><\/p>\n

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Educaci\u00f3n y \u00aborientaci\u00f3n vocacional\u00bb<\/h1>\n

\u201cHe\u00a0sido consultado en los \u00faltimos tiempos tan a menudo por personas que declaraban no saber c\u00f3mo educar a sus hijos y, por otra parte, la corrupci\u00f3n de la juventud se ha convertido en\u00a0\u00a0un tema tan universal de lamentaciones, que me parece\u00a0\u00a0que no se podr\u00e1 tachar de impertinente la empresa del\u00a0que\u00a0atrae sobre este tema la atenci\u00f3n del p\u00fablico y propone algunas reflexiones personales\u00a0acerca\u00a0de la cuesti\u00f3n, en el intento de\u00a0animar\u00a0los esfuerzos de los otros y de provocar sus cr\u00edti\u00adcas\u201d. De esta guisa ya se expresaba J. Locke all\u00e1 por el a\u00f1o 1693. M\u00e1s recientemente,\u00ad J.C. Tedesco\u00a0(El nuevo pacto educativo)<\/em>\u00a0<\/strong>apuntaba que 1a crisis de la educaci\u00f3n, sin embargo, ya no es lo que era: \u201cNo proviene de la deficiente forma\u00a0en\u00a0que la\u00a0\u00a0educaci\u00f3n cumple con los objetivos sociales que tiene asignados, sino que, m\u00e1s grave a\u00fan, no sabemos qu\u00e9 finalidades debe cumplir y hacia d\u00f3nde efectivamente orientar sus acciones\u201d.
\nRespecto al tema que nos ocupa, bien podr\u00edamos sentar dos presupuestos ele\u00admentales. El primero: eterna parece la dificultad de educar e igualmente eterna la referencia a la\u00a0perversi\u00f3n\u00a0<\/em>de la juventud; dif\u00edcil ser\u00e1, por tanto, que de este doble fil\u00f3n\u00ad consigamos extraer materia\u00a0preciosa alguna. El segundo: la tambi\u00e9n \u00abeterna crisis\u00bb que envuelve la cuesti\u00f3n\u00a0educativa no obedece a otra causa que a la perma\u00adnente necesidad de (re)definir sus fines, conforme al igualmente constante cambio de la historia: Habremos\u00a0<\/strong>de guiarnos por se\u00f1uelos diversos,\u00a0pues,\u00a0para descubrir las nuevas vetas que nos aseguren una m\u00e1s fructuosa relaci\u00f3n entre la educaci\u00f3n y la orientaci\u00f3n vocacional o profesional.
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\n\u00ab\u00c9xito vital\u00bb, educaci\u00f3n y vocaci\u00f3n<\/strong>
\nLa\u00a0elecci\u00f3n de vocaci\u00f3n<\/em>\u00a0tiene un objetivo claro: alcanzar el\u00a0\u00e9xito profesional y vital.\u00a0<\/em>\u00a0\u00a0\u00a0El problema es que no existe un \u00fanico criterio de \u00e9xito, sino muchos. Y, por desgracia, los m\u00e1s difundidos no suelen ser aquellos que mejor aseguran tal \u201c\u00e9xito vital\u201d; adem\u00e1s, en momentos de particular ajetreo, el \u00e9xito vocacional se escora hacia la b\u00fas\u00adqueda de estabilidad, de acceso a lo seguro. En cualquier caso, para \u201ceducar la opci\u00f3n vo\u00adcacional y profesional\u201d har\u00e1 falta, entre otras cosas, expresar los propios intereses, usar las capacidades personales, hacer presentes los valores que importan y, en definitiva, colocar\u00adse en el horizonte de un \u00abproyecto\u00bb capaz de dar sentido a la vida cotidiana.
\nDe este modo, la orientaci\u00f3n y aclaraci\u00f3n vocacional suponen alcanzar una \u00abimagen de uno mismo\u00bb lo m\u00e1s adecuada posible y una idea clara del papel que cada cual quiere desa\u00adrrollar en el mundo. El\u00a0\u00e9xito<\/em>\u00a0se confunde, entonces, con el progreso en la respuesta a la pre\u00adgunta acerca de \u201cqui\u00e9n soy yo\u201d, mezclada con la derivada y complementaria del \u201cpara qu\u00e9 sirvo yo\u201d. Es decir, coincide con la mejora del concepto propio o con el tipo de persona que uno quiere profundamente ser.
\nVocaci\u00f3n m\u00e1s\u00a0<\/strong>que profesi\u00f3n<\/strong>
\nYendo de cuestiones elementales -como estamos hasta ahora caminando por el edito\u00adrial-, vamos con\u00a0una\u00a0caracterizaci\u00f3n b\u00e1sica de\u00a0los\u00a0educadores en este campo orientador: el optimismo. La educaci\u00f3n presupone el \u201coptimismo humanista\u201d, porque educar es creer en la perfectibilidad, en la capacidad de los seres humanos para mejorarnos.\u00a0Cualquier pe\u00adsimista puede\u00a0resultar\u00a0un excelente domador, nunca un buen educador.\u00a0Mas\u00a0que profesio\u00adnes, consciente o inconscientemente todos desarrollamos una vocaci\u00f3n,\u00a0<\/strong>una respuesta a la \u201cllamada de la vida\u201d.
\nY por eso,\u00a0la\u00a0educaci\u00f3n y el acompa\u00f1amiento vocacional son eminentemente un valor en el doble sentido del t\u00e9rmino: son valiosos, pero tambi\u00e9n exigen el coraje y la valent\u00eda de apostar d\u00eda a d\u00eda por ejercitarlos\u00a0con\u00a0todas sus\u00a0consecuencias.
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\n\u00bfQu\u00e9 queremos hacer con la \u00abvocaci\u00f3n cristiana\u00bb?<\/strong>
\nUna inflexi\u00f3n concreta: la praxis\u00a0eclesial actual est\u00e1\u00a0muy\u00a0preocupada con el tema de \u00ablas vocaciones\u00bb. Sin embargo, la atm\u00f3sfera de nerviosa inquietud que\u00a0se\u00a0\u00a0respira, bien exa\u00adminada, casi se\u00a0refiere exclusivamente a las \u201cvocaciones sacerdotales\u201d\u00a0(o\u00a0religiosas, si con\u00adsideramos el\u00a0aire.\u00a0<\/sup>particular de\u00a0\u00a0institutos, congregaciones, etc.). Si \u00abuna\u00bb vocaci\u00f3n acapara la atenci\u00f3n de la praxis cristiana, a nadie se le escapa el riesgo de desenfoque que se corre. Entre otras cosas porque lo primero siempre ser\u00e1 el Reino de Dios y su justicia, mientras que las instituciones -incluida la Iglesia misma- o la configuraci\u00f3n concreta de vocaciones y funciones derivan de ese \u00abReino de la justicia\u00bb.
\nResultar\u00eda peligroso que se marchitara la utop\u00eda del Reino o se secara la profec\u00eda de los cristianos por abandonarnos al pragmatismo y c\u00e1lculo de resultados, olvidando los \u201csignos de los tiempos\u201d (tambi\u00e9n expresados en la cr\u00edtica a las \u201cim\u00e1genes clericales de Iglesia\u201d, a una cerrada y unidireccional \u201cfigura del presb\u00edtero\u201d, a \u201cestilos de vida religiosa\u201d poco sig\u00adnificativos para el mundo de hoy o incapaces de fecundar a la Iglesia) y no\u00a0dej\u00e1ndonos llevar\u00a0<\/em>por el impulso del Esp\u00edritu que renueva todas las cosas.<\/p>\n

Jos\u00e9 Luis Moral<\/h2>\n

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