{"id":12768,"date":"1998-03-01T07:28:22","date_gmt":"1998-03-01T05:28:22","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=12768"},"modified":"1998-03-01T07:28:22","modified_gmt":"1998-03-01T05:28:22","slug":"historia-y-futuro-de-las-pascuas-con-jovenes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/historia-y-futuro-de-las-pascuas-con-jovenes\/","title":{"rendered":"Historia y futuro de las \u00abPascuas con J\u00f3venes\u00bb"},"content":{"rendered":"
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Manuel M. Morilla\u00a0se dedica a la pastoral con j\u00f3\u00advenes. Su tesis de Licencia en Teolog\u00eda\u00a0<\/em>(\u00abLa Pas\u00adcua con J\u00f3venes en el Movimiento Juvenil Salesia\u00adno de Andaluc\u00eda: Balance y propuesta de veinte a\u00f1os de camino\u00bb)\u00a0abord\u00f3\u00a0<\/em>el\u00a0tema de la Pascua con j\u00f3venes.<\/em> 1s\u00a0J. Os\u00c9s, \u00bfQu\u00e9 significa pasar de una pastoral de\u00a0conservaci\u00f3n\u00a0<\/em>a una pastoral\u00a0de misi\u00f3n?,\u00a0<\/em>\u00abMisi\u00f3n Jo\u00adven\u00bb\u00a0121-122(1987), 5-10.<\/em> 2.3. Etapa \u00abpastoral\u00bb (d\u00e9cada de los 80)<\/strong> v ginados de la sociedad, la paz, la justicia, la solidaridad-. De este modo, introducir\u00e1n en la experiencia del compromiso en favor de los dem\u00e1s como experiencia clave para la pastoral con j\u00f3venes.<\/p>\n a su vez, forma parte de un camino gradual y continuado de maduraci\u00f3n en\/de la fe.<\/p>\n Significado y retos de las \u00abPascuas con J\u00f3venes\u00bb<\/strong> 4.1. Aportaciones<\/strong> [vc_row][vc_column][vc_column_text]Manuel M. Morilla\u00a0se dedica a la pastoral con j\u00f3\u00advenes. Su tesis de Licencia en Teolog\u00eda\u00a0(\u00abLa Pas\u00adcua con J\u00f3venes en el Movimiento Juvenil Salesia\u00adno de Andaluc\u00eda: Balance y propuesta de veinte a\u00f1os de camino\u00bb)\u00a0abord\u00f3\u00a0el\u00a0tema de la Pascua con j\u00f3venes. Cal art\u00edculo estudia los or\u00edgenes de las \u00abPascuas con j\u00f3venes\u00bb -relacionados\u00a0d\u00edrect\u00a0mente con la experiencia de Taiz\u00e9- y […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[128,188,246,94],"tags":[],"class_list":["post-12768","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-1997-mision-joven-2","category-estudios-242","category-manuel-m-morilla","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12768"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12768"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12768\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12768"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12768"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12768"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nCal art\u00edculo estudia los or\u00edgenes de las \u00abPascuas con j\u00f3venes\u00bb -relacionados\u00a0d\u00edrect\u00a0mente con la experiencia de Taiz\u00e9- y su evoluci\u00f3n hasta nuestros d\u00edas:\u00a0Con los\u00a0datos\u00a0apor\u00adtados por dicho an\u00e1lisis, el autor sugiere criterios y orientaciones\u00a0m\u00e1s\u00a0concretas\u00a0para\u00a0se\u00adguir afirmando los encuentros pascuales con j\u00f3venes como una \u00abexperiencia clave\u00bb los proyectos y procesos de educaci\u00f3n en la fe.
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\nMisi\u00f3n Joven 242 (1997), 5-15.<\/strong>
\ns \u00faltimas d\u00e9cadas han supuesto un tiempo de experiencia eclesial e hist\u00f3rica apa\u00adsionantes. El mundo ha cambiado profundamen te en el espacio de pocos a\u00f1os; grandes acon\u00adtecimientos hist\u00f3ricos y transformaciones so\u00adciales han planteado de forma nueva muchas de las inquietudes de la sociedad, sus relacio\u00adnes con la Iglesia, el lugar de \u00e9sta en la socie\u00addad, su propia misi\u00f3n.
\nParticularmente sensibles a los cambios han sido los j\u00f3venes que, en dos o tres d\u00e9cadas, han sufrido con fuerza el vaiv\u00e9n de las concep\u00adciones de la vida o de los valores con que or\u00adganizar la existencia, las continuas novedades en la cultura, en la manera de situarse ante la historia, en la sensibilidad hacia lo religioso y
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\nsus manifestaciones, etc. Todo esto ha hecho que el mundo de los j\u00f3venes se presente como un grande y dif\u00edcil reto para la Iglesia de final del siglo XX y, dentro de ella, para los educadores de la fe (que corren el riesgo de vivir desde la le\u00adjan\u00eda, como simples observadores, toda la re\u00adalidad juvenil, todo el mundo nuevo de los j\u00f3\u00advenes).
\nLa Pastoral\u00a0Juvenil,\u00a0<\/em>como reflexi\u00f3n y como praxis pastoral entre los j\u00f3venes, ha hecho un largo camino en las \u00faltimas d\u00e9cadas en la evangelizaci\u00f3n de los j\u00f3venes en las nuevas si\u00adtuaciones sociales, eclesiales y juveniles. Toda esta inquietud, que tambi\u00e9n ha acompa\u00f1ado otras acciones de la Iglesia tras el concilio Va\u00adticano II, ha cristalizado en numerosas expe\u00adriencias, en abundantes propuestas de madu\u00adraci\u00f3n en la fe, en movimientos diversos de vi\u00adda cristiana, de vida celebrativa, de compromi\u00adsos por el Reino vividos con radicalidad y pro\u00adpuestas de asociacionismo.
\nEntre estas experiencias pastorales que se han vivido en la Iglesia, como experiencias co\u00admunitarias a la par que camino de b\u00fasqueda, se hallan algunas espec\u00edficamente celebrati\u00advas como las\u00a0celebraciones de\u00a0<\/em>la Pascua con\u00a0j\u00f3venes,\u00a0<\/em>que arrancan con fuerza en los pri\u00admeros a\u00f1os de la d\u00e9cada de los setenta.
\nA lo largo y ancho de la geograf\u00eda espa\u00f1ola, y a partir de los\u00a0encuentros juveniles de Taiz\u00e9,\u00a0<\/em>especialmente desde el anuncio del Concilio de los J\u00f3venes y de los encuentros en la fies\u00adta de Pascua, se han multiplicado las celebra\u00adciones de la Pascua con j\u00f3venes.
\nnuevas necesidades que rodearon la vida de los j\u00f3venes y en la propia reflexi\u00f3n de la Igle\u00adsia de aquellos momentos.
\nEvidentemente, s\u00f3lo pretendemos apuntar al\u00adgunos trazos descriptivos que nos permitan te\u00adner una visi\u00f3n de conjunto de los m\u00e1s de veinte a\u00f1os transcurridos desde los comienzos de las \u00abpascuas juveniles\u00bb hasta hoy. La realidad social, el mundo juvenil, las inquietudes reli\u00adgiosas, sociales y pol\u00edticas de los primeros a\u00f1os setenta, ser\u00e1n el centro de nuestra atenci\u00f3n en este primer momento.
\n1.1. Contexto social y eclesial<\/strong>
\ns primeros a\u00f1os de la d\u00e9cada de los 70, en el contexto socio-cultural europeo y en nues\u00adtro pa\u00eds, son a\u00f1os cargados de novedades y de grandes transformaciones tanto en la actividad general de la Iglesia espa\u00f1ola como en el tra\u00adbajo pastoral con los j\u00f3venes.
\nSon a\u00f1os de cambio r\u00e1pido en la juventud espa\u00f1ola. Mayo del 68 est\u00e1 a\u00fan reciente y su impulso sigue latiendo en el coraz\u00f3n de mu\u00adchos j\u00f3venes a lo largo y ancho de Europa. Se lucha, se sue\u00f1a, se anhela. La exaltaci\u00f3n del compromiso socio-pol\u00edtico, la fuerza que van tomando los compromisos de solidaridad, la contestaci\u00f3n global, etc., crearon una especie de nueva conciencia colectiva. Las actividades de Taiz\u00e9, a las que nos referimos m\u00e1s adelan\u00adte, se convierten en una de las realidades en las que cristalizan muchos de los deseos de la juventud de inicios de los 70.
\nEn los or\u00edgenes<\/strong>
\natentamos, antes de nada, acercarnos al origen, desarrollo y evoluci\u00f3n que la cele\u00adbraci\u00f3n de la Pascua\u00a0con J\u00f3venes\u00a0<\/em>ha vivido a lo largo de los a\u00f1os. Muchos de los elementos que la componen encuentran su sentido en la b\u00fasqueda que caracteriz\u00f3 aquellos a\u00f1os, en las
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\nAsistimos, en aquellos momentos, a un cam\u00adbio significativo en la juventud espa\u00f1ola: \u00abLa ju\u00adventud est\u00e1 empezando a ser una nueva clase social y tiene conciencia de ello. Antes era s\u00f3\u00adlo una etapa transitoria hacia la responsabili\u00addad adulta. Los j\u00f3venes hoy tienen m\u00e1s auto\u00adnom\u00eda y movilidad, son m\u00e1s contestatarios frente a la excesiva dependencia anterior, es\u00adt\u00e1n m\u00e1s abiertos al cambio, a los signos de los
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\nMANUEL M. MORILLA\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a07
\ntiempos, y no aceptan tan f\u00e1cilmente que las cosas sigan como est\u00e1n en lo religioso, fami\u00adliar, social y pol\u00edtico\u00bb‘. Este talante permane\u00adcer\u00e1 hasta bien avanzados los a\u00f1os setenta.
\nSon a\u00f1os con j\u00f3venes abiertos a propuestas renovadoras en la liturgia, en la instituci\u00f3n ecle\u00ads\u00edal, en las relaciones familiares, en los proble\u00admas sociales. La aplicaci\u00f3n del concilio Vatica\u00adno II no resultaba f\u00e1cil en la Iglesia espa\u00f1ola, pero daba lugar a una reflexi\u00f3n importante, a una b\u00fasqueda intensa de experiencias eclesia\u00adles de mayor fidelidad a las orientaciones del concilio. La Iglesia espa\u00f1ola se encontraba in\u00admersa en este proceso de adaptaci\u00f3n, que no siempre fue vivido de forma serena. El descon\u00adcierto y tambi\u00e9n la tensi\u00f3n -grande, por mo\u00admentos- supusieron un coste humano enorme.
\ny las clases de religi\u00f3n, mientras apenas exist\u00eda en las parroquias e incluso se ten\u00eda la sensa\u00adci\u00f3n de que el mundo de los j\u00f3venes era pr\u00e1c\u00adticamente inabordable; los j\u00f3venes obreros, por otra parte, estaban lejos de la realidad eclesial4<\/sup>.
\nLas intuiciones del Vaticano II, que tocan de paso la cuesti\u00f3n juvenil, no se hab\u00edan difundi\u00addo todav\u00eda y menos a\u00fan traducido en una l\u00ednea pastoral concreta. Desde la desorientaci\u00f3n se buscaba, se intuia… Y fue en estos momentos de desconcierto cuando surgieron iniciativas originales de pastoral juvenil, como las cele\u00adbraciones de la Pascua con j\u00f3venes, algunas de las cuales fueron madurando y organiz\u00e1n\u00addose progresivamente hasta traducirse en proyectos de pastoral juvenil.
\nLa coincidencia con los \u00faltimos a\u00f1os del franquismo aport\u00f3 un clima de gran eferves\u00adcencia social y pol\u00edtica, que se manifestaba tambi\u00e9n en las expresiones religiosas. El final de una etapa se ve\u00eda venir y las organizaciones sociales, pol\u00edticas y sindicales apoyaban un necesario cambio que no acaba de llegar. La politizaci\u00f3n de manifestaciones religiosas esta\u00adba muy presente. Tambi\u00e9n aparecer\u00eda en la ce\u00adlebraci\u00f3n de la Pascua con j\u00f3venes, como ve\u00adremos m\u00e1s adelante, sobre todo en los prime\u00adros a\u00f1os.
\nEl trabajo pastoral con los j\u00f3venes se encon\u00adtraba en cierta situaci\u00f3n de desconcierto y de\u00adsorientaci\u00f3n2<\/sup>. El asociacionismo juvenil tradi\u00adcional de la Iglesia se disolv\u00eda por motivos muy diversos, entre ellos la falta de adecuaci\u00f3n a las nuevas circunstancias y sensibilidades; la fran\u00adja juvenil con su potencial contestatario sor\u00adprendi\u00f3 un poco a todos. El Informe de la Co\u00admisi\u00f3n Episcopal de Pastoral de 1975 as\u00ed lo se\u00ad\u00f1alaba: \u00abLa juventud, cuando las asociaciones de la Iglesia est\u00e1n en crisis y son tan minorita\u00adrias, sigue buscando lugares de encuentro y reuni\u00f3n en peque\u00f1os grupos informales..\u00bb\u00a03.\u00a0Predominaba la atenci\u00f3n pastoral a la juventud estudiante, sobre todo a trav\u00e9s de los colegios
\n1.2. La experiencia de Taiz\u00e9<\/strong>
\nJaiz\u00e9\u00a0<\/strong>es un peque\u00f1o pueblo situado a unos cien kil\u00f3metros de Lyon. Desde 1940, con la llegada de Roger Schultz y un peque\u00f1o grupo de hermanos, se intenta vivir una par\u00e1\u00adbola de comuni\u00f3n, \u00abcomuni\u00f3n, en primer lugar, entre los cristianos, para terminar con el es\u00adc\u00e1ndalo que constituyen los siglos de divisi\u00f3n. La comunidad cuenta con hermanos de todas las confesiones cristianas, y de unas diez na\u00adcionalidades […]. Comuni\u00f3n tambi\u00e9n entre los hombres..\u00bb5<\/sup>\u00a0Esta comunidad va a ser lugar de referencia y convocatoria para un gran n\u00famero de j\u00f3venes de todo el mundo, sobre todo a partir de la d\u00e9cada de los sesenta.
\nCOMISI\u00f3N EPISCOPAL DE PASTORAL,\u00a0Juventud 1975, re\u00adprografiado, 9
\n2\u00a0<\/sup>J.VECCHI,\u00a0Un Proyecto de Pastoral Juvenil en la Igle\u00adsia de hoy,\u00a0<\/em>Ed. CCS, Madrid 1990, 32.
\ns\u00a0COMISI\u00f3N EPISCOPAL DE PASTORAL,\u00a0Juventud 75, o.c.,10.\u00a04\u00a0<\/sup>Cf. a este respecto dos informes de los a\u00f1os se\u00adtenta particularmente interesantes: el ya se\u00f1alado de la Comisi\u00f3n Episcopal de Pastoral (J\u00f3venes 75), y, de dis\u00adtintos autores, \u00abLos j\u00f3venes\u00a0hoy\u00bb,\u00a0<\/em>\u00abMisi\u00f3n Abierta\u00bb 4(1979).
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\nO\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0HI51 UHIA Y FU I UHO UE LAS \u00abHASGUAS GUN JOVENES\u00bb
\nEn 1966, del 2 al 6 de Septiembre, tiene lu\u00adgar el primer encuentro internacional de j\u00f3ve\u00adnes\u00a04<\/sup>.\u00a0<\/sup>Los a\u00f1os siguientes se vuelven a cele\u00adbrar, cada vez de forma m\u00e1s masiva (en 1968 son ya 1800 los participantes). Ser\u00e1, sobre to\u00addo 1969, el a\u00f1o en el que la maduraci\u00f3n de las reflexiones de los j\u00f3venes va a dar vida a una idea clave para cuanto desde entonces ser\u00e1 Taiz\u00e9. Nos referimos a la convocatoria del lla\u00admado \u00abConcilio de los j\u00f3venes\u00bb.
\nCercano est\u00e1 el a\u00f1o 1968, a\u00f1o lleno de den\u00adsas sombras, de pesimismo, de acontecimien\u00adtos internacionales dolorosos. Muchos j\u00f3venes no se resignan ante las injusticias, ante la inco\u00admunicaci\u00f3n; necesitan dar un desahogo a su creatividad, buscar un sentido a su existencia. La misma Iglesia vive a\u00f1os dif\u00edciles en el post\u00adconcilio, tras las esperanzas despertadas en su desarrollo. La misma b\u00fasqueda de comuni\u00f3n se encuentra como bloqueada. Escrib\u00eda a este respecto el\u00a0hermano\u00a0<\/em>Roger en aquellos a\u00f1os: \u00abDesde hace alg\u00fan tiempo, varios j\u00f3venes me dicen que, en nombre del ecumenismo, las confesiones cristianas se han instalado en un proceso de paralelismo […], de relaciones me\u00adjores, pero tales relaciones no desembocan en la unidad concreta en Jesucristo. Ante seme\u00adjante situaci\u00f3n, \u00bfqu\u00e9 podemos hacer noso\u00adtros? El ecumenismo ha alcanzado un techo. \u00bfQui\u00e9n abrir\u00e1 una brecha en \u00e9l?\u00bb6<\/sup>.
\nEn esta situaci\u00f3n, la preparaci\u00f3n del Concilio de los j\u00f3venes quiere ser anuncio de esperan\u00adza al mundo juvenil (cristianos y no cristianos) y apuesta por un futuro lleno de esperanza por la presencia del Resucitado. En 1970, 2500 j\u00f3ve\u00adnes se re\u00fanen para celebrar la Pascua. A partir de entonces el misterio de la Resurrecci\u00f3n de Cristo se convertir\u00e1 en el coraz\u00f3n del Concilio de los J\u00f3venes7<\/sup>. Las palabras con las que el hermano Roger anuncia el concilio se convier\u00adten en todo un programa de vida$:
\nCristo resucitado viene a animar una fiesta en lo m\u00e1s \u00edntimo del coraz\u00f3n del\u00a0hombre.\u00a0<\/em>\u00c9l nos prepara una primavera de la Iglesia: una
\nIglesia desprovista de los medios de poder, dispuesta a compartir con todos, lugar de\u00a0comuni\u00f3n\u00a0<\/em>visible para toda la humanidad. \u00c9l nos va a dar la imaginaci\u00f3n y el coraje nece\u00adsarios para abrir un camino de reconcilia\u00adci\u00f3n. \u00c9l va a prepararnos a dar nuestra vida para que el\u00a0hombre\u00a0<\/em>no sea m\u00e1s v\u00edctima del\u00a0hombre.\u00a0<\/em>Para vivir esta gozosa noticia, nos ha parecido\u00a0que\u00a0<\/em>un medio, un camino, se impon\u00eda a nosotros. Ahora os lo\u00a0anuncio:\u00a0<\/em>Va\u00admos a celebrar un concilio de j\u00f3venes.
\nEn a\u00f1os posteriores se hablar\u00e1 de otros ele\u00admentos, que llegar\u00e1n a formar parte de los di\u00adversos encuentros de Pascua de nuestro pa\u00eds: lucha y fiesta liberadora, contemplaci\u00f3n y libe\u00adraci\u00f3n. Palabras que suponen una lectura re\u00adnovada del acontecimiento pascual y que se\u00adr\u00e1 denominador com\u00fan en todos ellos; men\u00adsaje que ser\u00e1 acogido con entusiasmo por las generaciones de j\u00f3venes que, de forma ya im\u00adparable, har\u00e1n de Taiz\u00e9 lugar de peregrinaci\u00f3n y espacio de expresi\u00f3n de las esperanzas y anhelos de la juventud.
\nMuchos de los j\u00f3venes participantes en Tai\u00adz\u00e9 son espa\u00f1oles. Y ellos van a dar origen a la propuesta de hacer del encuentro de Pascua un momento central en la vida cristiana en nuestro pa\u00eds, como ya lo es en Taiz\u00e9 desde 1970. Conforme al modelo de Taiz\u00e9 surgen y se estructuran diversas iniciativas; se transmite su esp\u00edritu y talante, sus modelos operativos y sus t\u00e9cnicas: convocatoria juvenil desde una comunidad religiosa, compromiso postpascual, \u00abconcilio\u00bb de los j\u00f3venes, lenguaje kerigm\u00e1tico renovado, manifiestos pascuales, acogida a to\u00ad
\n5\u00a0<\/sup>AA.W, Una audaz aventura, Herder, Barcelona 1973, 40.
\n6\u00a0<\/sup>J. L. GONZ\u00c1LEZ BALADO,\u00a0El desaf\u00edo de Taiz\u00e9, Paulinas, Madrid 1976, 177 y ss.
\nCf.\u00a0J. L. GONZ\u00c1LEZ BALADO,\u00a0El desaf\u00edo…, c.c., pp. 177-223, en\u00a0donde presenta ampliamente\u00a0<\/strong>el desarrollo de la comunidad y de los encuentros juveniles, hasta llegar a la propuesta del Concilio de los j\u00f3venes y la evoluci\u00f3n posterior.
\n8\u00a0<\/sup>AA.W, Una audaz aventura…, c.c. p. 48.
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\nMANUEL M. MORILLA
\ndos, cartas al pueblo de Dios, acampada, zo\u00adnas de silencio …9<\/sup>
\nEs efectivamente Taiz\u00e9 el origen de las cele\u00adbraciones y los encuentros de Pascua con j\u00f3\u00advenes en Espa\u00f1a. Su huella y su esp\u00edritu est\u00e1n presentes en todos ellos. En esta afirmaci\u00f3n hay una coincidencia generalizada en los (pocos) autores que se han acercado al fen\u00f3meno de las \u00abPascuas con J\u00f3venes\u00bb’\u00b0.
\n1.3. Primeros pasos<\/strong>
\ncyrupos de j\u00f3venes y de religiosos viven la experiencia de\u00a1 encuentro de Pascua en Taiz\u00e9 en los primeros a\u00f1os de la d\u00e9cada. Algunos \u00abse dan cuenta de la oportunidad pastoral de proponer, a nivel nacional, un encuentro para j\u00f3venes durante los d\u00edas de Pascua\u00bb‘\u00a01<\/sup>.
\nSurgen encuentros bajo denominaciones que remiten a Taiz\u00e9 (por ejemplo, \u00abCristo Resu\u00adcitado, liberaci\u00f3n de la Juventud\u00bb). Nacen as\u00ed unas Pascuas\u00a0juveniles,\u00a0<\/em>frescas, comprometi\u00addas y llenas de fiesta: una invitaci\u00f3n, una pro\u00adpuesta de camino y programa de vida y de ce\u00adlebraci\u00f3n. Resurrecci\u00f3n y liberaci\u00f3n van ser dos realidades que convoquen a un amplio n\u00famero de j\u00f3venes en toda la geograf\u00eda espa\u00f1ola.
\nEstos primeros encuentros siguen realiz\u00e1n\u00addose varios a\u00f1os. Pero progresivamente van perdiendo sus intuiciones iniciales, hasta de\u00adsaparecer casi por completo ante la incidencia de las circunstancias sociales y pol\u00edticas de\u00a1 momento: son los a\u00f1os de\u00a1 final de un r\u00e9gimen y de\u00a1 surgir a\u00fan incierto de otro; las aut\u00e9nticas inquietudes de los j\u00f3venes se mezclan con una desproporcionada presencia de lo pol\u00edtico; los deseos de compromiso y de cambio se unen a visiones en exceso horizontal izantes; intere\u00adses muy diversos, en fin, se unen como moti\u00advaciones pol\u00edticas de partido. Esta excesiva politizaci\u00f3n, otras lecturas unilaterales o la in\u00adcidencia central del compromiso socio-pol\u00edti\u00adco, etc., desvanecen poco a poco las referen\u00ad
\ncias originarias de los encuentros pascuales a Taiz\u00e9. De hecho, el advenimiento definitivo de la democracia, con la aparici\u00f3n de otros cau\u00adces de expresi\u00f3n de inquietudes socio-pol\u00edti\u00adcas que comportaba, hizo desaparecer de he\u00adcho los encuentros a los tres a\u00f1os de comen\u00adzar, al menos con las caracter\u00edsticas que los vinculaban directamente a Taiz\u00e9.
\nEstas circunstancias, junto a la constataci\u00f3n del excesivo n\u00famero de participantes y el de\u00adseo de acercar los encuentros a la propia rea\u00adlidad, u otras m\u00faltiples iniciativas pastorales que surg\u00edan entonces, dieron origen a las Pas\u00adcuas que aparecieron a lo largo y ancho de la geograf\u00eda espa\u00f1ola como herederas de las pri\u00admeras intuiciones de Taiz\u00e9.
\nEvoluci\u00f3n y etapas posteriores<\/strong>
\nan\u00a0<\/strong>los m\u00e1s de veinte a\u00f1os de celebraci\u00f3n de la \u00abPascuas con J\u00f3venes\u00bb se ha dado todo un proceso de b\u00fasqueda, de descubrimiento, de aportaciones, etc., que permiti\u00f3 la evolu\u00adci\u00f3n de los elementos de la celebraci\u00f3n de acuerdo a tres grandes momentos: una prime\u00adra \u00abetapa misionera\u00bb, una breve \u00abetapa de tran\u00adsici\u00f3n\u00bb y la \u00abetapa pastoral\u00bb, en la que a\u00fan nos encontramos. Cada una de ellas puede ser ca\u00adracterizada con algunos elementos que la dife\u00adrencian y que permiten ver la evoluci\u00f3n habida en estos veinte a\u00f1os’2<\/sup>.
\n9\u00a0<\/sup>M.\u00a0LISEROS,\u00a0La Pascua de los j\u00f3venes,\u00a0<\/em>Ed. PPC, Madrid 1980.
\n10\u00a0<\/sup>Cf. Ib\u00edd. p. 10 y S.\u00a0MOVILLA,\u00a0Ofertas Pastorales para los j\u00f3venes de los 80,\u00a0<\/em>Paulinas, Madrid 1984, 43.\u00a011\u00a0F\u00a0<\/em>V\u00c1ZQUEZ,\u00a0Pasqua\u00a0<\/em>de\u00a1\u00a0giovani in Andalusia, \u00abNo\u00ad<\/em>te di Pastorale Giovanile\u00bb 10(1982), 27-34 (aqu\u00ed, p. 27).\u00a012\u00a0Directamente en relaci\u00f3n con el movimiento de las Pascuas con j\u00f3venes, surgen en la d\u00e9cada de los 70 numerosas experiencias nuevas de Pastoral Juvenil -de las que no nos ocupamos en el art\u00edculo-, particu\u00adlarmente en el \u00e1mbito de la Congregaci\u00f3n Salesiana en Espa\u00f1a: Movimiento \u00abLuz-Vida\u00bb (Provincia Salesiana de C\u00f3rdoba), \u00abGrupos de Fe\u00bb (Barcelona), \u00abCatecume\u00adnado Juvenil\u00bb (Le\u00f3n), \u00abCristo Vive\u00bb (Sevilla), etc.
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\n2.1.\u00a0Etapa \u00abmisionera\u00bb (d\u00e9cada de los\u00a0<\/strong>70)
\n_primera etapa se caracteriza fundamen\u00adtalmente por la puesta en marcha de la expe\u00adriencia; una etapa rica y viva, llena de creativi\u00addad y dinamismo. Tras la celebraci\u00f3n de la pri\u00admera Pascua, se van organizando todos los elementos propios. Entre los rasgos caracter\u00eds\u00adticos de este primer momento podr\u00edamos se\u00ad\u00f1alar los siguientes.<\/p>\n\n
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\nMANUEL M. MORILLA\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a011
\npromiso con el que los j\u00f3venes se consideran los primeros evangelizadores de otros j\u00f3venes. Es m\u00e1s, este talante apost\u00f3lico y comprometido, que ha de concretarse en el ambiente de origen de ca\u00adda uno de los participantes, ser\u00e1 un elemento cla\u00adve de la Pascua.
\nmos pastoral al caracterizarse por la incorpo\u00adraci\u00f3n de los encuentros a los proyectos de Pastoral juvenil, con todas las consecuencias que conlleva. Este tercer momento, el m\u00e1s amplio y todav\u00eda en proceso de realizaci\u00f3n, se caracteriza por los rasgos que siguen:
\n2.2. Etapa de transici\u00f3n (entre dos d\u00e9cadas)<\/strong>
\nasta\u00a0<\/strong>segunda etapa, con todos los elemen\u00adtos del encuentro puestos en pr\u00e1ctica en la pre\u00adcedente, sirve para consolidar los encuentros en lugares, formas y participantes. Citamos a continuaci\u00f3n algunos de los rasgos m\u00e1s carac\u00adter\u00edsticos.<\/p>\n\n
\n~zpresenta el per\u00edodo m\u00e1s amplio del camino de estos veinte a\u00f1os. La denomina\u00ad<\/p>\n\n
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\n2.4. La situaci\u00f3n actual<\/strong><\/p>\n\n\n
\n 6<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n
\non el final de la d\u00e9cada de los 80 se pro\u00adduce un cierto adormecimiento o, en su caso, desaparici\u00f3n de los encuentros de Pascua en una parte importante de la geograf\u00eda espa\u00f1o\u00adla. Las alternativas que se proponen resultan harto pobres y sin capacidad de convocatoria; las cr\u00edticas a los encuentros de Pascua se ha\u00adcen sin suficiente perspectiva de futuro y de las posibilidades que pueden generar; se dan vi\u00adsiones muy uniformes de la realidad eclesial y cierto rechazo latente de la pastoral juvenil.
\nLo cierto es que muchas personas tienen la sensaci\u00f3n de que se puede haber destruido o dejado morir una experiencia viva para, en su lu\u00adgar, no construir nada. As\u00ed han ido desapare\u00adciendo de nuestras comunidades eclesiales es\u00adpacios de encuentro juvenil, de liturgia y celebra\u00adci\u00f3n de y para j\u00f3venes, en lugares y momentos especiales. Y, sin embargo, la experiencia de las Pascuas con J\u00f3venes sigue siendo sumamen\u00adte v\u00e1lida all\u00ed donde se mantiene.
\n\u00abModelos de Pascua\u00bb y criterios para su organizaci\u00f3n<\/strong>
\ns diversas experiencias de celebracio\u00adnes de la Pascua con j\u00f3venes podr\u00edan agru\u00adparse en torno al esquema de ciertos modelos. M\u00e1s que definir concretamente los posibles mo\u00addelos, preferimos se\u00f1alar algunos criterios de an\u00e1lisis para identificarlos y, a la par, para su\u00adgerir propuestas de futuro de cara a mantener la apuesta pastoral que llevan dentro las Pas\u00adcuas con J\u00f3venes.<\/p>\n\n
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\nMANUEL M. MORILLA\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a013
\nel sentido de pertenencia y la relaci\u00f3n con la comunidad de origen, que lleve a una ma\u00adyor identificaci\u00f3n eclesial.<\/p>\n\n
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\nG\u00a0Siguen siendo hoy la \u00abPascuas con J\u00f3ve\u00adnes\u00bb una experiencia v\u00e1lida? \u00bfO, por el con\u00adtrario, es mejor dejar las cosas como est\u00e1n ahora, esto es, sin tornar a restablecer la pre\u00adponderancia e identidad que esta experiencia tuvo hasta hace muy poco?
\nEl movimiento de las \u00abPascua con J\u00f3venes\u00bb, m\u00e1s all\u00e1 de las peculiaridades de los distintos modelos, ha supuesto y aportado desde sus comienzos elementos importantes a la pasto\u00adral con j\u00f3venes. Los posibles interrogantes que tambi\u00e9n han acompa\u00f1ado la experiencia (peli\u00adgro de separar a los j\u00f3venes de la comunidad y de su entorno socio-cultural, las seducciones escondidas en las formas o los peligros pues\u00adtos de manifiesto por las \u00abnuevas demandas religiosas\u00bb, la posible fugacidad del encuentro, etc.) no pueden ocultar el dato positivo funda\u00admental. Por tanto y para concluir la reflexi\u00f3n, quiz\u00e1 convenga que nos detengamos en las aportaciones de las celebraciones pascuales y en los retos que suponen de cara al futuro de la pastoral con j\u00f3venes.<\/p>\n\n
\nprimera aportaci\u00f3n de las\u00ab Pascuas con J\u00f3venes\u00bb nos remite a su capacidad para cons\u00ad
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\ntituirse en respuesta a los j\u00f3venes: quisieron ser y pueden seguir siendo respuesta a las nuevos retos,\u00a0sensibilidades, y demandas\u00a0<\/em>religiosas\u00a0de\u00a0<\/em>los j\u00f3venes de nuestro tiempo.
\nDebe reconocerse igualmente la\u00a0\u00abmentalidad de\u00a0<\/em>itinerario\u00bb que llevan dentro: las celebracio\u00adnes pascuales con j\u00f3venes se integraron desde sus inicios en un proceso gradual de madura\u00adci\u00f3n en la fe, vivido en torno a experiencias cen\u00adtrales y clara alternativa a otras pastorales pre\u00advalentemente sacramentalistas.
\nPor otro lado, se trata de una experiencia co\u00admunitaria y eclesial: la \u00abPascua con j\u00f3venes\u00bb es una experiencia comunitaria y eclesial por excelencia, desde que los grupos y comuni\u00addades de origen inician su preparaci\u00f3n, hasta que en ambos se coloca el compromiso pos\u00adterior a la celebraci\u00f3n.
\nPor todo ello, las \u00abPascuas con J\u00f3venes\u00bb re\u00adpresentan una seria experiencia pastoral de evan\u00adgel\u00a2aci\u00f3n y celebraci\u00f3n, consolidada y contras\u00adtada con el paso de los a\u00f1os, purificada de ele\u00admentos inaut\u00e9nticos. Seriedad expresada en m\u00fal\u00adtiples elementos, entre otros: en la amplitud y pro\u00adfundidad de su preparaci\u00f3n, en la centralidad otorgada a la propia Pascua dentro del a\u00f1o li\u00adt\u00fargico, en la inserci\u00f3n de la experiencia dentro de un conjunto de elementos educativos b\u00e1si\u00adcos para la educaci\u00f3n en la fe, en las exigen\u00adcias requeridas a los participantes y en la clari\u00addad\u00a0<\/em>del mensaje presentado.
\nLa propuesta de las \u00abPascuas con J\u00f3venes\u00bb destaca por su\u00a0dimensi\u00f3n\u00a0<\/em>existencial y\u00a0vivencial. es<\/a>\u00a0la vida del joven la que quiere compartirse, la que se ilumina con el misterio del Resucitado, la que se implica en el proceso de liberaci\u00f3n de otros j\u00f3venes. \u00abTraer la vida para ser vivida des\u00adde la Vida\u00bb, podr\u00eda ser una buena s\u00edntesis de es\u00adte car\u00e1cter experiencia\u00a1 y vivencial que empuja a la participaci\u00f3n, a la creatividad en las formas, a una expresi\u00f3n con m\u00faltiples lenguajes; en una palabra, a compartir la vida.
\nY es que esta experiencia pascual con j\u00f3ve\u00adnes ha aceptado el desaf\u00edo de articular una li\u00ad
\nturgia\u00a0repensada\u00a0<\/em>por y para los j\u00f3venes, ha que\u00adrido integrar los lenguajes juveniles en la cele\u00adbraci\u00f3n del \u00ab\u00fanico misterio\u00bb y ha propuesto un camino de renovaci\u00f3n en la liturgia a toda la co\u00admunidad cristiana. La habitual separaci\u00f3n entre liturgia, catequesis y vida encuentra aqu\u00ed un ca\u00admino concreto de respuesta integradora de to\u00addos esos \u00e1mbitos: en la vida concreta de los j\u00f3\u00advenes se funden fe cre\u00edda y celebrada.
\nAdem\u00e1s, de este modo, la Pascua con j\u00f3venes ha hecho posible el crecimiento del protagonis\u00admo\u00a0juvenil\u00a0<\/em>dentro de la comunidad eclesial. Un protagonismo vivido, como ya hemos se\u00f1alado anteriormente, en los diversos momentos de los encuentros y asentado en el convencimiento de que los j\u00f3venes son los evangelizadores de los j\u00f3venes.
\nPor eso mismo, las celebraciones pascuales con j\u00f3venes acent\u00faan el car\u00e1cter misionero de la vocaci\u00f3n cristiana. La difusi\u00f3n de la experiencia ha sido siempre ocasi\u00f3n de anuncio y de testi\u00admonio de unos j\u00f3venes ante otros j\u00f3venes. Esta dimensi\u00f3n misionera representa hoy un elemen\u00adto particularmente importante ante la pretendida reclusi\u00f3n de la religi\u00f3n en \u00e1mbitos privados y formas intimistas, ligadas a vivencias emotiva\u00admente gratificantes.
\nFinalmente y para subrayar una \u00faltima apor\u00adtaci\u00f3n, la Pascua ha sido ocasi\u00f3n y origen para el\u00a0nacimiento\u00a0<\/em>de diversos movimientos y asocia\u00adciones\u00a0juveniles\u00a0<\/em>en la Iglesia espa\u00f1ola. La Pas\u00adcua ha sido m\u00e1s que una experiencia o una pro\u00adpuesta celebrativa: ha dado origen a un amplio movimiento de j\u00f3venes y de proyectos pastora\u00adles, ha puesto en pie muchas energ\u00edas juveniles en pos de un rostro nuevo para la Iglesia entre los j\u00f3venes.
\n4.2. Retos de futuro<\/strong>
\npartir de las aportaciones se\u00f1aladas, la Pascua con j\u00f3venes aparece como una ex\u00adperiencia de camino llamada a mantener su dinamismo. Por eso, como \u00faltimas notas de
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\nMANUEL M. MORILLA\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a015
\nnuestra reflexi\u00f3n, dirigimos la mirada al futuro para descubrir algunos de los desaf\u00edos que tiene por delante.
\nArticular el proceso con la acogida
\n.. Es importante profundizar en la concien\u00adcia de proceso, de proyecto e itinerario, como cauce para vivir la Pascua con\u00a0j\u00f3venes\u00a0<\/em>como momento celebrativo clave -aunque no \u00fanico ni definitivo-, como \u00abexperiencia de paso\u00bb. Y habr\u00e1 que hacerlo a trav\u00e9s de iniciativas ade\u00adcuadas y creativas de acogida que tengan en cuenta la gran diversidad de la experiencia re\u00adligiosa de los j\u00f3venes.
\nBuscar lenguajes significativos
\nLa construcci\u00f3n de una liturgia aut\u00e9ntica y seriamente juvenil, que responda a las sensi\u00adbilidades celebrativas de los j\u00f3venes, que co necte con sus ansias m\u00e1s profundas de senti\u00addo e ilumine la cotidianidad, que conduzca a una aut\u00e9ntica experiencia de relaci\u00f3n con el misterio y con la comunidad, etc, requieren una continua b\u00fasqueda de lenguajes adecua\u00addos y significativos. No se trata \u00fanicamente de adaptar, sino de recrear la liturgia con, desde y para los j\u00f3venes.
\nProfundizar la experiencia comunitaria Es importante tomar conciencia de la pre\u00adsencia y papel de la comunidad de referencia en todo el proceso de la Pascua: como origen y promotora, como art\u00edfice de su desarrollo, como presencia garante de fidelidad y meta fi\u00adnal de un camino repleto de intuiciones y lo\u00adgros m\u00e1s concretos. La comunidad, por otro lado, debe estar directamente visible en los animadores y adultos que comparten con los j\u00f3venes la experiencia pascual.
\nSuperar creativamente las \u00abfalsas ins\u00adtitucionalizaciones\u00bb
\nLos encuentros pascuales con j\u00f3venes for\u00adman parte de un camino, cuyo trayecto pascual suele estar repleto de intuiciones, respuestas creativas y adaptaciones originales. De ah\u00ed que sea importante no imponer demasiadas estruc\u00ad
\nturas o formas fijas en la celebraci\u00f3n de la Pas\u00adcua con j\u00f3venes, sin renunciar a que la expe\u00adriencia sea posteriormente organizada.
\nRecuperar el car\u00e1cter misionero Empujando para que la experiencia pas\u00adcual represente un \u00abmomento de env\u00edo\u00bb para encontrarse con otros j\u00f3venes, por lejos que est\u00e9n, y anunciarles la \u00abjoven y buena noticia\u00bb vivida all\u00ed.
\nConstruir un espacio abierto para el encuentro<\/strong>
\nNo abundan en la Iglesia ni espacios ni momentos de encuentro espec\u00edficamente des\u00adtinados a los j\u00f3venes. El encuentro pascual de be plantearse como oferta y espacio abierto para que vivan una experiencia de Iglesia ca\u00adpaz de dar sentido a sus vidas y comprome\u00adterlos con la comunidad y con la sociedad.
\n:\u00a0Responder a necesidades ulteriores\u00a0<\/strong>La Pascua con j\u00f3venes es una \u00abexperien\u00adcia de paso\u00bb que ha de desembocar en una progresiva inserci\u00f3n comunitaria, con la consi\u00adguiente celebraci\u00f3n propia de las comunida\u00addes. Ser\u00e1 importante, por tanto, acoger en la comunidad (es decir, dar la palabra y un papel a desarrollar dentro de ella) a los j\u00f3venes que han vivido esa peculiar experiencia pascual.
\nDesarrollar la \u00abexperiencia pascual\u00bb\u00a0<\/strong>No cabe duda que el mejor modo para ello se encuentra en la misma celebraci\u00f3n: por un lado, en la profundidad espiritual y calidad celebrativa del encuentro, con momentos y espacios adecuados para la oraci\u00f3n y con la personalizaci\u00f3n de lo vivido; por otro, con un encuentro seriamente anclado en la realidad y con aut\u00e9nticos compromisos para la cons\u00adtrucci\u00f3n del Reino a trav\u00e9s de la transforma\u00adci\u00f3n del mundo. Lucha y contemplaci\u00f3n, reza uno de los lemas de Taiz\u00e9: por ah\u00ed, unidos am\u00adbos aspectos, pasa el desarrollo de la expe\u00adriencia de la Pascua con j\u00f3venes.
\nManuel M. Morilla[\/vc_column_text][\/vc_column][\/vc_row]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"