{"id":16466,"date":"2019-10-16T01:00:35","date_gmt":"2019-10-15T23:00:35","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=16466"},"modified":"2019-10-16T01:00:35","modified_gmt":"2019-10-15T23:00:35","slug":"sobre-la-generacion-z","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/sobre-la-generacion-z\/","title":{"rendered":"Sobre la Generaci\u00f3n Z"},"content":{"rendered":"
Imagen de Hebi B. en PixabayLos comienzos de curso acostumbran a ser, en los \u00faltimos a\u00f1os, un foco de creciente preocupaci\u00f3n en las familias, especialmente aquellas que tienen adolescentes a los que acompa\u00f1ar -por no recurrir a esa expresi\u00f3n popular y tan manida que nunca ha sido mucho de mi gusto; me refiero a esa que a\u00f1ade, en vez de cuidar o ayudar, la coletilla \u00aba su cargo\u00bb, que suena precisamente a carga que soportar-. Notoria resulta la parsimonia con la que nuestros j\u00f3venes se adaptan al ritmo ordinario de trabajo y estudio. A todos nos cuesta volver a empezar, sin duda alguna, pero los padres viven el mes de septiembre con esa tarea a\u00f1adida de recuperar el \u00e1nimo de sus hijos para afrontar las exigencias de lo que est\u00e1 por venir. Imagen de Hebi B. en PixabayLos comienzos de curso acostumbran a ser, en los \u00faltimos a\u00f1os, un foco de creciente preocupaci\u00f3n en las familias, especialmente aquellas que tienen adolescentes a los que acompa\u00f1ar -por no recurrir a esa expresi\u00f3n popular y tan manida que nunca ha sido mucho de mi gusto; me refiero a esa […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":16467,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[182,1873],"tags":[],"class_list":["post-16466","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-blog","category-blog-mundo-joven"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/16466","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=16466"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/16466\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=16466"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=16466"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=16466"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nEn ese tedioso af\u00e1n, adem\u00e1s, los medios de comunicaci\u00f3n suelen bombardear nuestra conciencia con datos sobre la realidad infantil o juvenil en su realidad escolar, lo cual, a la luz de la perspectiva con que se presentan dichos datos, no provoca sino m\u00e1s agobio del que ya se tiene. En este contexto surge el tema de reflexi\u00f3n que os propongo en estas l\u00edneas, habida cuenta de que, en la habitual reuni\u00f3n con las familias en el inicio de curso, muchas de estas muestran seria inquietud por los h\u00e1bitos, a veces poco saludables, con las que la mayor\u00eda de nuestros j\u00f3venes desarrollan su competencia digital.
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\nLa denominada \u00abGeneraci\u00f3n Z\u00bb, confieso que me he tenido que informar sobre tal cuesti\u00f3n, pasar\u00e1 a la historia de la humanidad por ser la primera a la que se le puede aplicar el apelativo nada dulce de \u00abempantallada\u00bb. Tal agrupaci\u00f3n, nativos digitales por supuesto, vive la realidad a trav\u00e9s de una pantalla. \u00a1Ser\u00e1 por dispositivos electr\u00f3nicos! A la pantalla del m\u00f3vil hay que sumar la del ordenador, tablet, televisi\u00f3n… Horas y horas delante de una pantalla, generando una dependencia que esclaviza nuestro tiempo y reduce el mundo a unas pocas pulgadas. Pantallas por las que se fraguan, para nuestro lamento educativo y pastoral, relaciones virtuales, l\u00edquidas, que solo anhelan un like<\/em> que d\u00e9 resonancia y sentido a la vida, tras haber vomitado en la Red, un medio de alto riesgo, las emociones m\u00e1s profundas. Titulaba hace unas semanas un peri\u00f3dico de tirada nacional sobre la Generaci\u00f3n Z que antes se ment\u00eda a los padres para salir a la calle; ahora, nuestros j\u00f3venes mienten a sus amigos para quedarse en casa, conectados a su <\/em>mundo. J\u00f3venes que se conectan al universo virtual para desconectar del real.
\nAs\u00ed, llegan los escalofriantes datos publicados por el Instituto de Pediatr\u00eda en Espa\u00f1a, que se\u00f1ala que alrededor del 40% de los adolescentes entre 10 y 16 a\u00f1os padece s\u00edntomas de insomnio diurno, causado fundamentalmente por las horas robadas al sue\u00f1o debido a la necesidad de estar conectado. Quienes trabajamos con adolescentes contemplamos c\u00f3mo muchos de estos arrastran su cuerpo desde primera hora de la ma\u00f1ana, agotados ya antes de empezar el trabajo diario o, cuanto menos, con muy poca bater\u00eda…
\nLos educadores y agentes de pastoral de nuestras casas, asumiendo la misi\u00f3n que el Se\u00f1or nos ha confiado, no podemos permanecer impasibles a esta realidad, desconectados de lo que viven nuestros destinatarios. Lidiar con la Generaci\u00f3n Z no es empresa f\u00e1cil, m\u00e1xime cuando parecen impermeables a la propuesta educativa que les llegue de un adulto; sin embargo, estos j\u00f3venes de hoy en d\u00eda muestran una f\u00e1cil apertura a la conectividad, cualidad muy aprovechable para llegar a ellos. No s\u00e9 si a trav\u00e9s de pantalla o no. Lo cierto es que los anhelos m\u00e1s profundos de los j\u00f3venes permanecen ah\u00ed, inalterables. Quiz\u00e1 nuestro primer gran cometido como acompa\u00f1antes educativos pase por ayudar a que cada joven se conecte a s\u00ed mismo y no viva desenchufado de su verdadera realidad. Porque sabemos que en el coraz\u00f3n est\u00e1 la huella de Dios y la conexi\u00f3n a su Red Wi-Fi tiene por contrase\u00f1a la pr\u00e1ctica del amor. Porque la vida podr\u00e1 ser sue\u00f1o, pero no podemos vivir adormilados. Porque a trav\u00e9s de la pantalla se construyen lazos de amistad m\u00e1s o menos verdadera, pero nada sustituye al calor de un abrazo o una caricia. Conect\u00e9monos a la Generaci\u00f3n Z, manteniendo la fuente de alimentaci\u00f3n en quien nos ha mostrado el amor m\u00e1s radical de todos los tiempos. Ayer, hoy y ma\u00f1ana son tiempos para amar.
\nSergio Mart\u00edn Rodr\u00edguez<\/strong> Salesiano Cooperador\u00a0y educador en Salesianos Barakaldo<\/em>
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