{"id":2107,"date":"2011-07-01T16:47:46","date_gmt":"2011-07-01T16:47:46","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=2107"},"modified":"2011-07-01T16:47:46","modified_gmt":"2011-07-01T16:47:46","slug":"virtudes-de-la-generacion-yo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/virtudes-de-la-generacion-yo\/","title":{"rendered":"Virtudes de la "Generaci\u00f3n YO""},"content":{"rendered":"
Frente a los reportajes que se dedican a lamentar el insaciable narcisismo de la \u201cGeneraci\u00f3n Yo<\/em>\u201d (los nacidos despu\u00e9s de 1982), su adicci\u00f3n a las pantallas o su necesidad permanente de estar conectados con otros, es posible dar la vuelta a la tortilla e intentar sacar virtudes de sus puntos d\u00e9biles.
\nAutenticidad: pensar por libre<\/strong>
\nEl ideal de autenticidad, por ejemplo, puede ser un revulsivo para favorecer el pensamiento cr\u00edtico o la valent\u00eda para manifestar lo que uno piensa al margen de la correcci\u00f3n pol\u00edtica; el boom de las relaciones virtuales puede llevarse al terreno de la vida real para fomentar la preocupaci\u00f3n por los dem\u00e1s\u2026
\nLos padres quieren que sus hijos se porten bien, pero \u00bfqu\u00e9 significa eso exactamente? Los ni\u00f1os y los adolescentes pueden salir airosos cuando se plantea un conflicto entre decisiones del tipo \u201chaz el bien\u201d y \u201cevita el mal\u201d. Quien m\u00e1s, quien menos intuye que eso de fastidiar a su hermana adolescente no debe de estar muy bien. Sin embargo, la cosa se complica ante dilemas que exigen elegir entre \u201chacer el bien\u201d y… \u201chacer el bien\u201d. Rusworth Kidder \u2013escritor e investigador del Institute for Global Ethics\u2013 identifica cuatro paradigmas de este tipo de conflictos: verdad frente a lealtad; necesidades individuales frente a necesidades colectivas; decisiones a largo plazo frente a decisiones a corto plazo; y justicia frente a compasi\u00f3n.
\nUn ejemplo del primer paradigma es el caso del adolescente que se plantea qu\u00e9 hacer cuando un amigo le pide que guarde un secreto que puede perjudicar a otros. \u00bfDebe ceder el \u201cvalor de la palabra dada\u201d ante aquella otra lecci\u00f3n que aprendi\u00f3 de peque\u00f1o: \u201cDi siempre la verdad\u201d?
\nEl objetivo\u00a0 de Kidder es dirigir la atenci\u00f3n y los esfuerzos de los padres hacia lo que \u00e9l considera esencial: m\u00e1s que decir a los hijos lo que han de hacer en cada caso, los padres deber\u00edan ense\u00f1arles a razonar \u00e9ticamente. A su juicio, la clave es sustituir los mandatos ligados a la casu\u00edstica (que tanto desgastan al que los da y al que los recibe) por conversaciones pausadas donde los ni\u00f1os vayan aprendiendo a pensar por su cuenta. As\u00ed, poco a poco, ir\u00e1n adquiriendo un estilo de pensamiento prudencial. Lo que, a la larga, contribuye a que los hijos maduren y ganen en independencia frente al \u00faltimo comentario que le dejan en su red social.
\nCoraje y empat\u00eda<\/a>: dar la cara por las ideas<\/strong>
\nKidder aboga tambi\u00e9n por lo que llama el \u201ccoraje moral\u201d, o sea la prontitud para seguir la conciencia y la valent\u00eda para tomar partido p\u00fablicamente a favor de esas opciones.
\nA lo largo de m\u00e1s de 20 a\u00f1os de investigaci\u00f3n, Kidder y su equipo han comprobado que \u201cmuchos tienen valores muy buenos y son capaces de tomar decisiones encomiables. Pero si falta valent\u00eda para defender esos valores cuando alguien los pone a prueba, en la pr\u00e1ctica no hay mucha diferencia entre tenerlos o no. El coraje es el catalizador; sin \u00e9l, no hay m\u00e1s que teor\u00edas bonitas\u201d.
\nKidder pone el ejemplo del acoso escolar. \u201cAqu\u00ed tenemos un campo de trabajo id\u00f3neo para que los chicos se entrenen y empiecen a mostrar ese coraje. Pueden aprender a proteger a las v\u00edctimas, a parar los pies a los matones de la clase, a correr el riesgo de hablar… S\u00ed, riesgo. Porque sin cierto riesgo no hay coraje\u201d.
\nDel yo al nosotros
\n<\/strong>Michael Ungar, experto en orientaci\u00f3n familiar, casado y padre de dos adolescentes, tiene la audacia de confiar a la \u201cGeneraci\u00f3n Yo\u201d la puesta en marcha de ese movimiento. Precisamente la actitud de estar siempre \u201cconectados al grupo\u201d (on line, s\u00ed, pero conectados) les predispone para la empat\u00eda. Y, bien encauzada, esa capacidad de hacerse cargo de lo que piensan y sienten los dem\u00e1s, puede convertirse en una fuerza para el bien.<\/p>\n