{"id":2615,"date":"2010-05-01T18:52:10","date_gmt":"2010-05-01T16:52:10","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=2615"},"modified":"2010-05-01T18:52:10","modified_gmt":"2010-05-01T16:52:10","slug":"mujeres-libres-pero-inseguras","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/mujeres-libres-pero-inseguras\/","title":{"rendered":"Mujeres libres pero inseguras"},"content":{"rendered":"
Cuatro mujeres comiendo en el Capital Hilton de Washington. Ren\u00e9e es del D.F. mexicano, Carolina es una argentina que vive en Madrid, Dina es otra mexicana, pero residente en Estados Unidos, y servidora, la catalana del grupo. Charla de mujeres en estado puro.
\nEmpezamos por cuestiones de la actualidad. Las cuatro tenemos profesiones liberales, muy vinculadas al pulso de la sociedad, y pronto situamos el mapa de los conflictos en la mesa\u2026 Parece que el mundo est\u00e1 comiendo amigablemente con nosotras, mostr\u00e1ndonos sus quejas y sus miedos. Pero pronto ajustamos la \u00f3ptica a la dimensi\u00f3n m\u00e1s cercana, y la vida de todas nosotras se enmara\u00f1a en una telara\u00f1a de sorprendentes coincidencias. Hablamos de nosotras, de nuestras profesiones exitosas, de ellos, que nos acompa\u00f1an por la vida, y la conversaci\u00f3n parece, por un momento, una charla despreocupada y alegre. Alegre, hasta que aterriza en la m\u00e9dula \u00f3sea de todas nosotras.
\n\u00bfMujeres emancipadas? Sin duda, si aplicamos la definici\u00f3n cl\u00e1sica del t\u00e9rmino. Sin embargo, \u00bfpor qu\u00e9 estamos tan cansadas, tan hiperresponsa-bilizadas, tan asustadas? Aparecen los hijos, y todas mostramos sentimientos de culpa. Aparecen los maridos, y las cuatro hacemos proclamas de lo mucho que los amamos y lo poco que nos entienden. Aparecen las profesiones, y las quejas se amontonan en nuestra garganta, hartas de tener que vencer cada d\u00eda a los elementos.
\nAparece la edad, y la seguridad se torna miedo. Nos gustamos y, sin embargo, \u00a1cu\u00e1n poco nos gustamos! Somos fuertes, y \u00a1cu\u00e1n d\u00e9biles parecemos! Tenemos \u00e9xito y, sin embargo, \u00a1cu\u00e1nto nos asusta! Y as\u00ed, en una tranquila ma\u00f1ana de primavera, en la ciudad donde Henry James situ\u00f3 su bella Washington Square, cuatro mujeres de diverso origen reproduc\u00edamos el com\u00fan denominador de la emancipaci\u00f3n femenina: nos ha salido muy caro. Recuerdo que hace a\u00f1os mi hija adolescente, viendo mi agenda imposible, me espet\u00f3 una frase demoledora: \u00abMam\u00e1, viendo c\u00f3mo vas, prefiero ser como la abuela\u00bb. Mi madre habr\u00eda querido ser como yo, yo quer\u00eda ser como nadie, y mi hija quer\u00eda ser como mi madre, y as\u00ed se cerraba un estrecho c\u00edrculo donde las tres busc\u00e1bamos la identidad perdida. O la identidad deseada\u2026
\nSer mujer en el siglo XXI. Cuando le preguntaron a Fran\u00e7ois Mitterrand c\u00f3mo ser\u00eda el hombre del siglo XXI, dio una bella respuesta: \u00abEl hombre del siglo XXI ser\u00e1 mujer\u00bb. Sin duda, el siglo XX situ\u00f3 a la mujer en el plano del derecho internacional, y la dot\u00f3 de leyes, en los pa\u00edses democr\u00e1ticos, que proteg\u00edan sus derechos. Desde esta perspectiva, el siglo XXI representa la eclosi\u00f3n de un sue\u00f1o larvado durante siglos: el coliderazgo social y, con \u00e9l, la construcci\u00f3n de una sociedad m\u00e1s justa. Pero este largo proceso, que va desde la invisibilidad social de la mujer hasta su protecci\u00f3n legal, va dejando, inevitablemente, algunos rotos por el camino. Entre otros, los rotos que sufrimos las mujeres de las generaciones de tr\u00e1nsito, cuyos derechos nos son plenamente reconocidos, pero cuyas realidades habitan en sociedades culturalmente marcadas por el patriarcado.
\nLa mayor\u00eda, mujeres que intentan llegar a todos los objetivos, el de la profesi\u00f3n, el de la familia, el del amor, eternamente atrapadas en una sociedad que piensa en masculino. Y no me refiero, por supuesto, a los hombres de nuestro tiempo, muchos de ellos tan desconcertados y presionados como nosotras. Me refiero a los c\u00f3digos internos \u2013laborales, familiares y emotivos\u2013 que regulan nuestra sociedad, y que obligan a la mujer a una carrera de fondo, hasta una meta siempre inalcanzable.
\nEntre la culpa hist\u00f3rica, que nos hiperresponsabiliza como madres, la trampa del amor, que nos hiperresponsabiliza como parejas, y el techo de cristal, que nos rebaja las expectativas laborales, las mujeres de hoy gozamos de una emancipaci\u00f3n harto traum\u00e1tica. Hemos avanzado tan deprisa que no hemos tenido tiempo de tomar precauciones. Y as\u00ed estamos, libres, pero inseguras. Competitivas, pero agotadas. Exitosas, pero asustadas.<\/p>\n