{"id":2672,"date":"2010-03-01T18:24:42","date_gmt":"2010-03-01T16:24:42","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=2672"},"modified":"2010-03-01T18:24:42","modified_gmt":"2010-03-01T16:24:42","slug":"la-existencia-del-mal","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-existencia-del-mal\/","title":{"rendered":"La existencia del mal"},"content":{"rendered":"

Hace poco ha fallecido Miep Gies<\/strong>, nacida en Viena hace 100 a\u00f1os. Emigr\u00f3 a Holanda, tras la Guerra Europea, en busca de mejores horizontes. Trabaj\u00f3, al principio como empleada temporal, en una f\u00e1brica de mermeladas de la que lleg\u00f3 a ser encargada general. En 1942, la vida se hab\u00eda hecho imposible para los jud\u00edos holandeses. Un d\u00eda, el due\u00f1o de la f\u00e1brica \u2013Otto Frank<\/strong>\u2013 acondicion\u00f3 una especie de trastero \u2013\u00abel cuarto de atr\u00e1s\u00bb\u2013 y le dijo a su encargada que se iba a encerrar all\u00ed con su mujer, sus dos hijas \u2013Margot<\/strong> y Ana<\/strong>\u2013 y otras cuatro personas, a la espera del fin de la guerra. Durante dos a\u00f1os, Miep Gies<\/strong> suministr\u00f3 v\u00edveres y noticias a los encerrados, con lealtad y sigilo. Pero todo termin\u00f3 el 4 de agosto de 1944: tras una delaci\u00f3n no esclarecida, los nazis allanaron el escondite y detuvieron a todos sus ocupantes. Cuando se marcharon los polic\u00edas, al entrar en el cuarto de Ana<\/strong>, Miep Gies<\/strong> vio, en medio del desorden, que el suelo estaba lleno de hojas manuscritas con la buena letra de la ni\u00f1a. Tambi\u00e9n recogi\u00f3 su diario, de tapas a cuadros rojos. La primera entrada del diario corresponde al domingo 14 de junio de 1942 y narra las vivencias de su autora dos d\u00edas antes, fecha en que cumpli\u00f3 13 a\u00f1os: \u00ab(\u2026) A las siete fui a dar los buenos d\u00edas a pap\u00e1 y mam\u00e1, y por fin, en el sal\u00f3n, pude desempaquetar mis regalos. La primera sorpresa fuiste t\u00fa, probablemente uno de mis regalos m\u00e1s hermosos. Sobre la mesa hab\u00eda, adem\u00e1s, un ramo de rosas, una peque\u00f1a planta y dos ramas de peon\u00edas. (\u2026) Por hoy, nada m\u00e1s. \u00a1Te saludo, Diario, te encuentro maravilloso!\u00bb. Miep Gies<\/strong> no entreg\u00f3 los escritos al padre de Ana<\/strong> cuando regres\u00f3 solo de su cautiverio. Su mujer y sus hijas no volvieron.
\nTengo delante la edici\u00f3n espa\u00f1ola del diario \u2013La habitaci\u00f3n de atr\u00e1s<\/em>\u2013, que le\u00ed hace muchos a\u00f1os y que cuenta con una introducci\u00f3n del franc\u00e9s Daniel-Rops<\/strong>, en la que insiste en destacar \u2013al igual que Charles Moeller<\/strong>\u2013 la presencia de Dios en las p\u00e1ginas del Diario<\/em>. Es cierto que Ana Frank<\/strong> escribe que \u00abpara el que tiene miedo, se siente solo o desgraciado, el mejor remedio consiste en salir a campo abierto y encontrar un lugar solitario donde estar\u00e1 en comuni\u00f3n con el cielo, con la naturaleza y con Dios. Solamente entonces se experimenta la sensaci\u00f3n de que las cosas est\u00e1n bien como est\u00e1n y que Dios quiere ver a los hombres felices en la naturaleza sencilla y hermosa\u2026\u00bb; y tambi\u00e9n lo es que, poco tiempo antes del drama que puso fin al Diario<\/em>, escribi\u00f3 que \u00abDios no me ha abandonado y no me abandonar\u00e1 jam\u00e1s\u00bb. No entro en ello, pero lo que a m\u00ed me impresion\u00f3 del Diario<\/em> fue la denuncia de la existencia del mal: de la difusi\u00f3n del mal, de que el mal es gratuito y de que el mal es aleatorio.
\nLa difusi\u00f3n del mal est\u00e1 clara: \u00abJam\u00e1s creer\u00e9 \u2013escribe Ana Frank<\/strong>\u2013 que solo los hombres poderosos, los gobernantes y los capitalistas sean responsables de la guerra. No; el hombre de la calle est\u00e1 tan contento de hacerla como ellos; de lo contrario, \u00a1hace ya mucho que los pueblos se habr\u00edan rebelado! Los hombres han nacido con el instinto de destruir, de matar, de asesinar y de devorar\u00bb. Es una percepci\u00f3n clarividente que concuerda con la denuncia que hace Hannah Arendt<\/strong> de la banalidad del mal. El mal que existe y est\u00e1 entre nosotros es el resultado de la acci\u00f3n de unos hombres y mujeres iguales a cualesquiera otros, a los que solo aventajan en crueldad, ego\u00edsmo, cobard\u00eda y miseria moral. De ah\u00ed que haya responsabilidades morales colectivas, sin que estas puedan limitarse a los dirigentes.
\nEl mal es gratuito, ya que se causa las m\u00e1s de las veces con el \u00fanico objeto de da\u00f1ar al otro, sin ning\u00fan fin claro. Este es el mal que describe el Diario<\/em> cuando dice: \u00abEl terror reina en la ciudad. Noche y d\u00eda, deportaci\u00f3n incesante de estas pobres gentes, provistas \u00fanicamente de un saco y un poco de dinero. Estos \u00faltimos bienes les son quitados en ruta, seg\u00fan dicen. Se separa a las familias, agrupando a los hombres, a las mujeres y a los ni\u00f1os. Los ni\u00f1os, al volver de la escuela, ya no encuentran a sus padres. Algunas mujeres, al volver del mercado, hallan sus puertas cerradas y sus familias desaparecidas\u00bb.
\nY el mal es aleatorio porque, de no ser as\u00ed, \u00bfc\u00f3mo explicar el sufrimiento de los ni\u00f1os que Ana Frank <\/strong>refleja v\u00edvidamente?
\nEl mal existe y no hay m\u00e1s exorcismo para \u00e9l que la palabra libre. La palabra libre con la que Ana Frank <\/strong>dej\u00f3 testimonio de su pasi\u00f3n.<\/p>\n

Juan Jos\u00e9 L\u00f3pez Burniol<\/strong><\/p>\n

El Peri\u00f3dico (22\/1\/2010)<\/strong><\/p>\n

 
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