{"id":2847,"date":"2009-07-01T19:20:40","date_gmt":"2009-07-01T17:20:40","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=2847"},"modified":"2009-07-01T19:20:40","modified_gmt":"2009-07-01T17:20:40","slug":"contra-el-analfabetismo-moral","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/contra-el-analfabetismo-moral\/","title":{"rendered":"Contra el analfabetismo moral"},"content":{"rendered":"
En mis conversaciones con estudiantes universitarios constato un preocupante analfabetismo moral. No s\u00f3lo observo que tienen dificultades para comprender la complejidad de los problemas \u00e9ticos<\/strong>, sino que, adem\u00e1s, detecto que les resulta muy dif\u00edcil ver la realidad de otra manera<\/strong>, con otros ojos. Esta carencia no se puede ni debe imputar a ellos, sino al sistema educativo que ha marginado la \u00e9tica releg\u00e1ndola al papel de asignatura mar\u00eda.
\nCarecen, por lo general, de discurso y de reflexi\u00f3n sobre los valores y son capaces de identificar experiencias o referencias del valor. Quiz\u00e1s tampoco sientan ya la necesidad de incorporar los valores a su vida porque consideren que no son ya una mercanc\u00eda valiosa<\/strong> para su equipaje humano. Con ello, no deseo adscribirme de ning\u00fan modo al catastrofismo moral<\/strong>, ni tampoco engrosar la lista de aquellos que consideren la educaci\u00f3n moral de nuestros j\u00f3venes como una causa perdida<\/strong>. Todo lo contrario. Creo que todo est\u00e1 por hacer y que tenemos recursos, capacidades y talento para llevarlo a cabo. S\u00f3lo constato la enorme complejidad del momento que nos ha tocado vivir, la opacidad de nuestra sociedad <\/strong>para reflejar los valores y lo complicado que es hoy, en estas circunstancias, ofrecer experiencias de valor, condici\u00f3n indispensable para su aprendizaje.
\nSigo pensando que la familia es el h\u00e1bitat natural para el aprendizaje de los valores<\/strong>. \u00c9ste exige la referencia a una experiencia suficientemente estructurada, coherente y continuada que permita la exposici\u00f3n de un modelo de conducta extensa en el tiempo<\/strong>, no contradictoria o fragmentada. El aprendizaje de los valores exige experiencias continuadas, no epis\u00f3dicas<\/strong>, del valor, exige experiencias o referentes no ajenos o indiferentes a la orientaci\u00f3n que podamos darle a nuestra conducta. Y esto es dif\u00edcil encontrarlo fuera de la familia.
\nEs verdad que no existen experiencias, tampoco en la familia, que no presenten junto a aspectos positivos otros claramente negativos y rechazables, por lo que no deber\u00edamos idealizar la familia. Pero, a pesar de los contravalores inevitables en cualquier familia, en \u00e9sta se puede identificar la l\u00ednea b\u00e1sica, la trayectoria de vida o claves desde las cuales se puede valorar y reconocer en ella la existencia de un conjunto de valores <\/strong>que han hecho posible un determinado estilo de vida familiar<\/strong>.
\nEn el aprendizaje de los valores se hace indispensable un clima de afecto, de aceptaci\u00f3n y comprensi\u00f3n que envuelvan las relaciones entre educador y educando. La apropiaci\u00f3n del valor no es el resultado de un ejercicio intelectual que nos haga coherente y razonable la adhesi\u00f3n a un determinado valor. Nos apropiamos de un valor cuando \u00e9ste se nos presenta atractivo<\/strong>, sugerente, vinculado a la experiencia de un modelo con el que tendemos a identificarnos.
\nEl aprendizaje del valor se produce en el contexto de unas relaciones de complicidad, de afecto entre educador y educando, en \u00e9l hay siempre un componente de pasi\u00f3n, de amor. Por ello, el entorno familiar es el \u00e1mbito m\u00e1s adecuado para el aprendizaje de los valores<\/strong>. Creo que en las circunstancias actuales, la familia se ha convertido en el espacio no s\u00f3lo m\u00e1s adecuado, sino quiz\u00e1s el \u00fanico en el que es posible apropiarse de los valores.
\nNuestra sociedad ofrece no pocas dificultades a nuestros adolescentes y j\u00f3venes para acceder a los valores. No reivindico, obviamente, la existencia de una sociedad imaginaria, exenta de contradicciones, pero considero necesario otro ambiente en las relaciones sociales y en la gesti\u00f3n de los asuntos p\u00fablicos<\/strong>. Una sociedad permisiva con la corrupci\u00f3n, con la indiferencia hacia conductas que violan los derechos a la libre expresi\u00f3n de personas, insensible hacia la situaci\u00f3n de colectivos humanos que viven en condiciones de marginalidad, no es, para nada, el mejor referente para una vida moral<\/p>\n