{"id":437,"date":"1997-01-01T19:10:42","date_gmt":"1997-01-01T19:10:42","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=437"},"modified":"1997-01-01T19:10:42","modified_gmt":"1997-01-01T19:10:42","slug":"el-voluntariado-y-sus-metaforas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/el-voluntariado-y-sus-metaforas\/","title":{"rendered":"El voluntariado y sus met\u00e1foras"},"content":{"rendered":"

Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca<\/strong><\/p>\n

Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca<\/strong>\u00a0es profesor en la<\/em>\u00a0Universi\u00addad de Valencia\u00a0y profesor invitado en la<\/em>\u00a0UCA de San Salvador.<\/p>\n

S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong><\/p>\n

El paisaje del voluntario, dibujado con relatos, corre peligro de romantizarse. Es necesario recomponer cr\u00edticamente las narraciones, reconstruir las met\u00e1foras que lo identifican. El autor trata de recuperar la identidad simb\u00f3lica del voluntariado y de activar sus energ\u00edas solidarias a trav\u00e9s de tres im\u00e1genes: la navegaci\u00f3n, la red y los puentes levadizos.<\/p>\n

El paisaje del voluntariado se ha construi\u00addo con relatos y narraciones; cuando se en\u00adcuentran dos voluntarios se cuentan historias; su c\u00f3digo comunicativo es b\u00e1sicamente na\u00adrrativo: \u00abEstoy yendo al barrio de…\u00bb, \u00abconozco a…\u00bb, \u00abte contar\u00e9 lo que me sucede en el hos\u00adpital…\u00bb, \u00abayer me sorprendi\u00f3…\u00bb Y te cuentan una an\u00e9cdota, o te nombran a una persona, o te hablan de s\u00ed mismos.<\/p>\n

Y sus relatos est\u00e1n repletos de invocacio\u00adnes, apelaciones e incluso de fantas\u00edas senti\u00admentales. Resulta imposible residir en el esce\u00adnario del voluntario sin dejarse influir por las fi\u00adguras metaf\u00f3ricas como veh\u00edculo exploratorio para adentrarse en la realidad e incluso para infundir un esp\u00edritu en el ejercicio de la acci\u00f3n voluntaria. El modo ordinario de encarar la ac\u00adci\u00f3n voluntaria es la met\u00e1fora y resulta dif\u00edcil ejercerla sin dejarse influir por ellas. El peaje de esta operaci\u00f3n ha sido una romantizaci\u00f3n del voluntariado y una transfiguraci\u00f3n literaria de sus funciones que se ha convertido en el refle\u00adjo m\u00e1s vehemente de su prestigio.<\/p>\n

Cada tiempo no solo necesita recrear sus dispositivos te\u00f3ricos y reflexivosi<\/a><\/sup><\/a>\u00a0sino tambi\u00e9n recomponer las met\u00e1foras del voluntariado de modo que le acerquen a la experiencia humana m\u00e1s cotidiana. Proponer y aclarar la identidad del voluntariado, sus tareas y funciones, su pre\u00adsente y su futuro a trav\u00e9s de algunas met\u00e1foras es el objeto de estas p\u00e1ginas. \u00bfQu\u00e9 met\u00e1foras pueden identificar y activar las energ\u00edas solida\u00adrias? Desde el ejercicio de la acci\u00f3n voluntaria, en \u00edntima sinton\u00eda con el rumor de los que su\u00adfren o con el silencio de los que malviven, se perciben algunos mensajes y apelaciones que van cristalizando en nuevas met\u00e1foras.<\/p>\n

    \n
  1. El arte de la navegaci\u00f3n<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    La navegaci\u00f3n se asienta sobre tres princi\u00adpios b\u00e1sicos, que constituyen la fisonom\u00eda mis\u00adma de la acci\u00f3n voluntaria. La navegaci\u00f3n y el vo\u00adluntariado son fruto de una misma sabidur\u00eda que hermana las convicciones con las responsabili\u00addades, incorpora los afectos a la raz\u00f3n, y une el cuerpo a la cabeza; el secreto del voluntario as\u00ed como del navegante consiste en convertir en oportunidad las amenazas, en hacer entrar el viento entre las velas y as\u00ed vencer el mar, apro\u00advechar a su favor las fuerzas que est\u00e1n en su contra; asimismo, la navegaci\u00f3n es una aven\u00adtura colectiva que pivota sobre la tripulaci\u00f3n del mismo modo que el voluntariado es una orga\u00adnizaci\u00f3n de capital humano.<\/p>\n

    \u00a0<\/strong><\/p>\n

    1.1. La sabidur\u00eda del navegante<\/strong><\/p>\n

    La acci\u00f3n solidaria convierte las amena\u00adzas en oportunidades; en el arte de navegar el viento extraviado sale por donde puede, que es por donde el navegante quiere. Los nave\u00adgantes no conocen los caminos trillados ni las rutas se\u00f1alizadas, pero se mantienen a flote y llegan as\u00ed a buen puerto. Y si sobreviven es porque no desfallecen ni se abandonan, por\u00adque tienen energ\u00eda para emprender y la dispo\u00adsici\u00f3n para mantenerse en el empe\u00f1o. Nave\u00adgan incluso en el interior de horizontes opa\u00adcos, cargados de nubarrones y miasmas.<\/p>\n

    Si en el camino es posible la ingenier\u00eda social que se despliega en planes, estrategias o eta\u00adpas, en la navegaci\u00f3n se necesitan reflejos co\u00admo los que, en otro orden de cosas, nos hacen retirar la mano si nos hemos pinchado con algo. Navegantes y voluntarios comparten un mismo saber que est\u00e1 hecho simult\u00e1neamente de in\u00adformaci\u00f3n y de sentimientos, de raz\u00f3n y de afec\u00adtos, de inteligencia y de emociones, una inteli\u00adgencia emocional que incluye el autodominio, el celo y la persistencia, y la capacidad de motivar\u00adse uno mmsmm2. La voluntad nos permite aden\u00adtramos en la realidad sin perdemos, vivir en el in\u00adterior de la turbulencia sin rompemos, captar los sonidos m\u00faltiples sin quedar ensordecidos. Pa\u00adra este cometido, no solo se necesitan convic\u00adciones sino que se requieren responsabilidades; en la navegaci\u00f3n, se necesita el tacto para en\u00adcontrar la orientaci\u00f3n del viento; cuando en las regatas se da la se\u00f1al de salida, cada tripulaci\u00f3n se dirige hacia un lugar diferente, persigue una estela diversa ya que en su arte est\u00e1 crear las condiciones mismas de la ruta.<\/p>\n

    La sabidur\u00eda del voluntario se parece a la del navegante; no se conforma con la racionalidad ilustrada, sino que postula otro tipo de sabidu\u00adr\u00eda que vuelve a unir el cuerpo a la cabeza, za\u00adrandea la prepotencia de ciertas racionalidades t\u00e9cnicas que han entronizado una objetivi\u00addad que para ser legitima tiene que prescindir de los afectos, ha enfatizado el ejercicio profe\u00adsional que para ser correcto tiene que anular los sentimientos e ignorar el sufrimiento.<\/p>\n

    Navegantes y voluntarios incorporan la expe\u00adriencia vital, estiman la emoci\u00f3n y el afecto como veh\u00edculos del conocimiento, la mente emocional y la racional deben operar en ajustada armon\u00eda, entrelazando sus diferentes formas de conoci\u00admiento para guiarse por el mundo. La cartograf\u00eda no suprime la incertidumbre, sino que guarda en su coraz\u00f3n un n\u00facleo de perplejidad<\/a><\/sup><\/a>. Todo est\u00e1 enredado de esperanzas y citas, ofensas y de\u00adsaires<\/a><\/sup><\/a>. La sabidur\u00eda de los voluntarios abre su conocimiento a la implicaci\u00f3n personal, al llama\u00addo \u00e9tico, a la empat\u00eda de un sufrimiento compar\u00adtido; las razones se sentimentalizan, all\u00ed donde mira al ser humano singular y vinculado, all\u00ed don\u00adde fenece el antiguo paradigma que sosten\u00eda un ideal de raz\u00f3n liberado de la tensi\u00f3n emocional y nos obliga a no pasar de largo por el lado oscu\u00adro del sufrimiento humano.<\/p>\n

    Desde esta sabidur\u00eda de la inteligencia emo\u00adcional abrigar esperanzas significa para el vo\u00adluntario no ceder a una actitud derrotista ni a la desesperanza cuando se enfrente a desaf\u00edos o contratiempos, m\u00e1s bien consagra el derecho a caminar y a buscar sin metas claras, sin contro\u00adles previos ni predicciones lineales. Es posible actuar con la sensibilidad abierta hacia lo impre\u00addecible. La meta nunca puede ser predicha con certeza, ya que siempre tiene un componente de regalo. La posibilidad del azar pertenece a la ri\u00adqueza humana. Es el azar quien desata los pa\u00adtrones de alerta y b\u00fasqueda y obliga a convivir con amplias zonas de incertidumbre.<\/p>\n

    El arte de navegar tiene hoy una m\u00e1xima ac\u00adtualidad cultural ya que permite superar el de\u00adterminismo y la impotencia que preside un cier\u00adto clima cultural, mantenerse en pie a costa del oleaje, enga\u00f1ar a las olas para avanzar hacia donde se quiere, plantar cara al aire encrespa\u00addo. La invenci\u00f3n y la creatividad triunfan sobre la necesidad en un viaje donde la perplejidad de las metas obligaba a nadar contracorriente. El voluntariado es hijo de aquella intuici\u00f3n de Kaf\u00adka, cuando oscurece, se enciende una candela, y cuando la candela acaba, entonces hay que quedarse sosegados, esperando en lo oscuro.<\/p>\n

    1.2. El mundo de las posibilidades<\/strong><\/p>\n

    El voluntariado como el navegante cae de parte de las oportunidades; antes de dejarse lle\u00advar por el presentimiento de la cat\u00e1strofe, acen\u00adt\u00faa la capacidad de llegar a puerto. El naufragio es el cierre del horizonte, que se expresa en for\u00adma de des\u00e1nimo, resignaci\u00f3n e impotencia. El voluntariado como instituci\u00f3n moderna participa de la cultura del cambio social; existe porque las cosas pueden ser de distinta manera, y porque est\u00e1 en nuestras manos cambiarlas y mejorarlas. Le resulta de este modo esencial lafunci\u00f3n pol\u00ed\u00adtica<\/em>\u00a0que se despliega como incubadora de nue\u00advas ideas y ejercicio de defensa de los derechos.<\/p>\n

    Las tareas del voluntariado se sit\u00faan en el interior de un horizonte de transformaci\u00f3n. La vuelta de lo social que propugna el volunta\u00adriado no responde a formas, nost\u00e1lgicas sino a acciones anticipatorias; aspira a crear e in\u00adventar posibilidades nuevas y posee una con\u00adnivencia esencial con la creatividad y la anti\u00adcipaci\u00f3n. Lo suyo es inventar posibilidades que la realidad admite: ah\u00ed est\u00e1n para testimoniar\u00adlo los grupos que con su presencia en el cam\u00adpo de la droga, de las minusval\u00edas, de la an\u00adcianidad, de menores en riesgo se han antici\u00adpado ,a las leyes y a las respuestas institucio\u00adnales. La acci\u00f3n voluntaria enlaza las posibilidades con la realidad, m\u00e1s all\u00e1 de construir castillos en el aire es un buscador continuo de nuevas fronteras. Cada acci\u00f3n voluntaria es o la realizaci\u00f3n de posibilidades, o es arranque de posibilidades, o ambas cosas a la vez<\/a><\/sup><\/a>. No es su intenci\u00f3n restaurar una co\u00admunidad org\u00e1nica y propiciar la vuelta al or\u00adden natural ante la mutaci\u00f3n producida por la modernizaci\u00f3n, sino que abre las puertas a nuevas formas de experiencias y se constitu\u00adye si no en vanguardia de lo social, al menos en laboratorio de proyectos alternativos<\/a><\/sup><\/a>.<\/p>\n

    La navegaci\u00f3n como el voluntariado est\u00e1n minados por los des\u00e1nimos y por la falta de perspectiva; ante los problemas acontecidos en la \u00faltima d\u00e9cada, sea el desempleo masivo, las inmigraciones, la exclusi\u00f3n social, la violen\u00adcia gratuita, la droga o el SIDA vivimos colecti\u00advamente una situaci\u00f3n de desconcierto. Para los graves problemas actuales no hay solucio\u00adnes reales, pero ni siquiera conceptos te\u00f3ricos adecuados. Incluso, el horizonte hacia el que caminamos se ha quedado sin nombre para describirlo<\/a><\/sup><\/a>. Sentimos a pie de obra que hay problemas para los cuales no hay soluci\u00f3n to\u00addav\u00eda. La b\u00fasqueda y el deseo de una socie\u00addad alternativa se queda sin visibilidad, sin concretez, sin arquitectos que tengan capaci\u00addad de se\u00f1alar caminos. Superar, erradicar y amortiguar los problemas sociales se ha de hacer en un tiempo que nos ha dejado sin im\u00e1genes de lo buscado y deseado.<\/p>\n

    Los problemas sociales hacen a los volunta\u00adrios m\u00e1s silentes que habladores, y reclaman no tanto certezas cuanto la potencia de los testigos y la energ\u00eda de los\u00a0vig\u00edas.<\/em>\u00a0Asimismo, nos ofrecen un lugar desde donde\u00a0acertarse a la utop\u00eda de la vida;<\/em>\u00a0utop\u00eda es que se resuelva el SIDA, es la vida justa y digna de los empobrecidos, es que los orillados del bienestar se sienten en el ban\u00adquete, y que \u00ablas estirpes condenadas a cien a\u00f1os de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad’\u00a0(Garci\u00e1 Marquez).<\/em><\/p>\n

    1.3. La producci\u00f3n comunitaria<\/strong><\/p>\n

    La navegaci\u00f3n es un asunto que compe\u00adte por igual a toda la tribulaci\u00f3n, es una aven\u00adtura colectiva que se sostiene sobre la coordinaci\u00f3n del grupo. La embarcaci\u00f3n que per\u00admitir\u00e1 llegar a buen puerto, son los propios tri\u00adpulantes, sus potencialidades end\u00f3genas. No es manteniendo el mito del capit\u00e1n del -barco como podr\u00e1 sobrevivir la embarcaci\u00f3n, sino insert\u00e1ndose en el seno de un movimiento que se sustenta sobre la colaboraci\u00f3n. La preocu\u00adpaci\u00f3n mayor del voluntariado consiste en ac\u00adtivar los dinamismos comunitarios, despertar lo que est\u00e1 dormido en la sociedad, activar el protagonismo del propio grupo, y activar sus potencialidades.<\/p>\n

    El voluntariado no se aproxima a las situa\u00adciones sociales como d\u00e9ficit, carencia o nega\u00adtividad, y nunca reduce a la persona humana a su negatividad. La acci\u00f3n voluntaria, por el contrario, ve en la carencia tambi\u00e9n una opor\u00adtunidad, y en todo d\u00e9ficit una\u00a0potencialidad;<\/em>\u00a0los ciudadanos no solo tienen problemas sino que tambi\u00e9n tienen soluciones; se trata de tra\u00adbajar a partir de las potencialidades end\u00f3ge\u00adnas. No hay ning\u00fan contexto en punto cero, todos est\u00e1n habitados por alg\u00fan tipo de posi\u00adbilidad. Es un principio b\u00e1sico de la acci\u00f3n vo\u00adluntaria actuar no tanto sobre las personas, si\u00adno\u00a0con<\/em>\u00a0ellas y\u00a0a partir<\/em>\u00a0da ellas. Sea cual sea la situaci\u00f3n, \u00e9sta es parte de la soluci\u00f3n y no so\u00adlo parte del problema. En la acci\u00f3n voluntaria, la persona tiene presencia real y no se diluye en abstracciones estad\u00edsticas o en procesos macro-sociales. La acci\u00f3n solidaria est\u00e1 vin\u00adculada al desarrollo comunitario, a la auto-or\u00adganizaci\u00f3n, a la b\u00fasqueda de salidas protago\u00adnizadas por las personas. Rompe el esquema \u00abt\u00fa eres el problema y yo soy la soluci\u00f3n\u00bb, pa\u00adra generar el \u00abnosotros somos el problema y nosotros somos la soluci\u00f3n\u00bb.<\/p>\n

    El voluntariado fomenta y se apoya en la fuerza transformadora de la\u00a0tradici\u00f3n comuni\u00adtaria,<\/em>\u00a0es decir, en el papel activo y decisivo de las comunidades en la gesti\u00f3n de sus propios riesgos, por la cual las poblaciones dejan de ser\u00a0objeto<\/em>\u00a0de atenci\u00f3n para considerarse\u00a0su\u00adjeto.<\/em>\u00a0La poblaci\u00f3n no es un simple objeto de intervenci\u00f3n sino que es a la vez sujeto y ob\u00adjeto. Sin su protagonismo no hay soluci\u00f3n po\u00adsible a ning\u00fan problema social<\/a><\/sup><\/a>.<\/p>\n

    Como en la navegaci\u00f3n, el voluntariado postula una forma de relacionarse los sujetos sociales entre s\u00ed, que consiste en obtener un mayor nivel de interacci\u00f3n a trav\u00e9s de mayo\u00adres reciprocidades. La tradici\u00f3n comunitaria, de este modo, se propone que los ciudada\u00adnos pasen de consumidores a co-producto\u00adres de servicios e intenta delinear estrategias de complementariedad que produzcan un en\u00adriquecimiento mutuo. La fuerza transforma\u00addora de esta tradici\u00f3n ha sido \u00faltimamente advertida por\u00a0E. Galeano<\/em>\u00a0quien cuenta c\u00f3mo escuch\u00f3 de boca de uno de los indios qui\u00adch\u00e9s explicar as\u00ed la cacer\u00eda que su pueblo pa\u00addece .por parte del ejercito: \u00abNos matan por\u00adque trabajamos juntos, comemos juntos, vivi\u00admos juntos, so\u00f1amos juntos\u00bb.<\/p>\n

    La densidad de la exclusi\u00f3n muestra que no se puede superar, resolver o mitigar por la v\u00eda impositiva, sea por coacci\u00f3n f\u00edsica, moral, jur\u00eddica o administrativa sino que precisa una soluci\u00f3n que pase por la colaboraci\u00f3n. Por la v\u00eda de la imposici\u00f3n se puede tratar el SIDA pero no prevenirlo, se puede controlar el cre\u00adcimiento demogr\u00e1fico pero no humanizarlo. La imposici\u00f3n puede ser adecuada para for\u00admular un tratamiento o dise\u00f1ar una ingenier\u00eda social pero dejan los problemas sociales sin resolver y lo que es peor dejan la decisi\u00f3n so\u00adbre los problemas en manos de organizacio\u00adnes externas, tales como las organizaciones o grupos de presi\u00f3n internacionales.<\/p>\n

    La solidaridad que se sustancia en la ac\u00adci\u00f3n voluntaria sabe que s\u00f3lo un enfoque co\u00adoperante est\u00e1 en condiciones de abordar los problemas sociales. El enfoque de la coope\u00adraci\u00f3n en lugar de recurrir a presiones conde\u00adnatorias, o a restricciones legales, o a coac\u00adciones morales que reducen significativamen\u00adte las posibilidades de elecci\u00f3n, aspira a fun\u00addarse en las decisiones racionales de hom\u00adbres y mujeres, a quienes se les ofrece un am\u00adplio margen de elecci\u00f3n, garant\u00edas de seguri\u00addad personal y colectiva, y la posibilidad de informarse a trav\u00e9s de un di\u00e1logo abierto y de debates p\u00fablicos de amplia difusi\u00f3n.<\/p>\n

    El enfoque de la cooperaci\u00f3n inmuniza al vo\u00adluntariado frente a todo caudillismo o mesianis\u00admo social y en su lugar le remite a crear estruc\u00adturas que posibiliten y ampl\u00eden la responsabili\u00addad com\u00fan, a conformar lugares, instituciones y mecanismos que permitan la colaboraci\u00f3n, aunque sea a trav\u00e9s de la confrontaci\u00f3n, la ne\u00adgociaci\u00f3n, el dialogo y la convergencia.<\/p>\n

      \n
    1. Las redes sociales<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      La importancia de las redes sociales ha si\u00addo ampliamente documentada por la antropo\u00adlog\u00eda y ha mostrado sus virtualidades en el campo de la salud, de la protecci\u00f3n y de la educaci\u00f3n. En la medida que las redes socia\u00adles intervienen en la creaci\u00f3n del problema y son parte del mismo, no hay acci\u00f3n voluntaria que no sea un trabajo en y sobre los contextos sociales. Las experiencias m\u00e1s acreditadas son aquellas que superan el dilema y la con\u00adtraposici\u00f3n entre recursos institucionales, pro\u00adfesionales, t\u00e9cnicos y formales por una parte, y los recursos comunitarios, voluntarios, informa\u00adles, difusos, poco estructurados. El punto cru\u00adcial para erradicar la exclusi\u00f3n consiste en rom\u00adper el tabique que separa ambos dispositivos, desmontar la polarizaci\u00f3n que existe entre or\u00adganizaci\u00f3n y t\u00e9cnica por una parte, y lo informal y espont\u00e1neo por otra Esta dimensi\u00f3n obliga a la acci\u00f3n solidaria a comprenderse como crea\u00addores de redes sociales, al modo y manera de la red de circo.<\/p>\n

      En la red del circo se significan tres dimen\u00adsiones de la acci\u00f3n voluntaria. En primer lugar, su capacidad de acoger y de amortiguar el gol\u00adpe reduciendo de este modo la vulnerabilidad de la existencia en las sociedades complejas; la red recoge al trapecista cuando le falla el ejercicio o pierde el equilibrio. En segundo lu\u00adgar, el voluntariado como la red intentan favo\u00adrecer la autonom\u00eda personal al relanzar el salto, activando, los dinamismos vitales de las perso\u00adnas; la red devuelve al salto, le confiere de nuevo su sincron\u00eda y convierte el error en posi\u00adbilidad. Finalmente, el modo de presencia del voluntariado parece la presencia ligera de la red sin sustituir a nadie ni fragilizar su respon\u00adsabilidad personal; la red pasa desapercibida, nadie le mira, y sin embargo resulta decisiva.<\/p>\n

      2.1. Organizaciones de capital humano<\/strong><\/p>\n

      Las amenazas, que golpean la existencia humana, han cambiado de naturaleza en los \u00fal\u00adtimos a\u00f1os. Todos los problemas sociales que se han originado en las \u00faltimas d\u00e9cadas perte\u00adnecen a la categor\u00eda del riesgo: la persistencia del desempleo, el uso indebido de la droga, la enfermedad cr\u00f3nica del SIDA, el desamparo de la infancia, la violencia gratuita de los j\u00f3venes, los maltratos a los ni\u00f1os, la soledad de las per\u00adsonas mayores, la inmigraci\u00f3n masiva.. La so\u00adciedad actual ha cambiado los peligros tradi\u00adcionales por los riesgos actuales. Los riesgos tienen una existencia err\u00e1tica, disuelta, capilar, de modo que est\u00e1n pegados a la sociedad de la que forman parte de la misma manera que la piel se pega al cuerpo con id\u00e9ntica intimidad y encarnadura, en cada repliegue, en cada curva, con lo cual resulta invisible ya que se confunde con la sociedad misma. La emergencia de la sociedad de riesgo exige otros modos de pro\u00adducir la solidaridad. Para reducir la vulnerabili\u00addad humana en la sociedad de riesgo, el volun\u00adtariado ha de desplegase en micro-organiza\u00adciones que se caractericen por la proximidad.<\/p>\n

      Si los peligros sociales generaron una inten\u00adsa demanda de instituciones potentes, abs\u00adtractas y formales, los riesgos sociales solici\u00adtan potenciar los lugares intermedios y las or\u00adganizaciones de capital humano, multiplicar los espacios sociales de vigilancia y de acogi\u00adda, recrear los servicios de proximidad que amortig\u00fcen y creen resistencias, activar la in\u00addeclinable responsabilidad individual y colec\u00adtiva, hacer visibles los riesgos, permitir que emerjan y no se oculten ni se naturalicen<\/a><\/sup><\/a>.<\/p>\n

      Las pobrezas y las marginalidades, por su parte, afectan a los contextos inmediatos, a las tramas sociales, a los mundos vitales, a las relaciones; con mucha frecuencia, producen la disoluci\u00f3n de los v\u00ednculos sociales, la desa\u00adfiliaci\u00f3n y la fragilidad del entramado social. La exclusi\u00f3n como la vida tiene tambi\u00e9n un com\u00adponente micro-social compuesto por las resis\u00adtencias contextuales y por las redes sociales que sostienen o malogran a las personas. Dos elementos conforman el perfil de la vulnerabi\u00adlidad: el grado de las resistencias y la densi\u00addad de las redes sociales.<\/p>\n

      Las pr\u00e1cticas del voluntariado son aquellas que recuperan la dimensi\u00f3n contextual de la marginalidad, que afectan a familias enteras, o a determinados colectivos, o a territorios que su\u00adfren una particular deprivaci\u00f3n; y promueven las estrategias de reconstruir las redes que se han debilitado y recrear las que se han destruido.<\/p>\n

      El voluntariado actual ha descubierto el valor y la fuerza de la organizaci\u00f3n. Mientras el vo\u00adluntariado vivi\u00f3 de espaldas a todo intento por organizarse conoci\u00f3 sin duda la generosidad individual e incluso el hero\u00edsmo personal, pero no lleg\u00f3 a significarse como interlocutor social. No importa que se haga defensa del excluido o atenci\u00f3n hospitalaria, defensa de la naturale\u00adza o promoci\u00f3n de la salud, lo decisivo es que se realice en el interior de una organizaci\u00f3n que considere las capacidades humana como su mayor capital, de este modo, el voluntario se in\u00adcorpora a \u00abla ecolog\u00eda social de la sociedad post-industrial\u00bb<\/a><\/sup><\/a>. El voluntariado actual no es una aventura individual sino un proyecto colec\u00adtivo. No se es voluntario individualmente, sino que le es esencial estar organizado en el inte\u00adrior de una asociaci\u00f3n. Probablemente ha sido este hecho lo que ha marcado el salto cualita\u00adtivo de mayor calado en la historia del volunta\u00adriado. En general, el voluntariado en t\u00e9rminos generales ha ido asumiendo el estatuto de gru\u00adpo organizado, al tiempo que disminuye el n\u00fa\u00admero de voluntarios que realizan su actividad de manera individual.<\/p>\n

      Las Organizaciones de Voluntarios hacen del potencial humano su recurso m\u00e1s esencial; de este modo, se diferencian de otras organiza\u00adciones basadas en bienes o en patrimonios; no es una empresa caracterizada por la gesti\u00f3n del dinero y de los bienes sino una organiza\u00adci\u00f3n cuyo capital son los mismos voluntarios, con sus potenciales y sus iniciativas, con su creatividad y sus ilusiones, con su generosidad y sus innovaciones. Son infinitas las expresio\u00adnes que utilizan los voluntarios para expresar esta nueva dimensi\u00f3n: \u00abyo aporto mi persona y mi tiempo\u00bb, \u00abno siempre acierto pero intento hacerlo lo mejor posible\u00bb, \u00ablos recursos econ\u00f3\u00admicos son pocos, pero son muchos los recur\u00adsos personales: ganas de trabajar, ilusi\u00f3n, de\u00adseos de ayudar a quien lo necesite\u00bb, \u00abponer a disposici\u00f3n de los otros parte de mi tiempo\u00bb, \u00abestoy harto de quejarme contra esta est\u00fapida guerra y quiero hacer algo\u00bb, \u00abante las escasas expectativas que ofrece la vida real no pode\u00admos menos que dar lo poco que tenemos: nuestra ayuda y nuestro tiempo\u00bb<\/a><\/sup><\/a>.<\/p>\n

      Los voluntarios son conscientes de que no son una empresa, lo cual se traduce en un continuo rechazo hacia los amagos burocr\u00e1\u00adticos, y se muestran fuertemente cr\u00edticos con las relaciones jer\u00e1rquicas y an\u00f3nimas en el in\u00adterior de sus propias organizaciones volunta\u00adrias. Cada vez m\u00e1s el sentimiento de perte\u00adnencia a las grandes organizaciones del volun\u00adtariado sigue siendo tibio, distante y circunscri\u00adto. Hay una expectativa generalizada en el \u00e1m\u00adbito del voluntariado que reclama de sus or\u00adganizaciones mayor preocupaci\u00f3n por la pre\u00adparaci\u00f3n de sus miembros y mayor exigencia formativa y sobre todo el apoyo para desarro\u00adllar las habilidades que son requeridas para afrontar sus compromisos. Piden que su orga\u00adnizaci\u00f3n sea capaz de crear objetivos compar\u00adtidos, motivar a sus miembros y sobre todo precisan de unos dispositivos adecuados para la \u00abmovilizaci\u00f3n cognitiva\u00bb. \u00abS\u00f3lo una misi\u00f3n clara, centrada en un objetivo com\u00fan puede mantener unida a la organizaci\u00f3n y permitirle producir resultados; adem\u00e1s, sin una misi\u00f3n clara y centrada en un objetivo, la organiza\u00adci\u00f3n pronto pierde credibilidad.\u00bb.<\/p>\n

       <\/p>\n

      Las expectativas mayormente se\u00f1aladas por los voluntarios son aquellas que reclaman una organizaci\u00f3n de personas iguales. Ning\u00fan capital humano tiene m\u00e1s valor que el otro; quien acompa\u00f1a a los enfermos terminales con sus habilidades comunicativas no prece\u00adde a quien les sirve la comida con sus capaci\u00addades\u00a0relacionales. La grandeza del volunta\u00adriado est\u00e1 en ser un equipo de asociados en el que todos tienen el mismo valor e id\u00e9ntica dignidad. Los voluntarios t en a las organi\u00adzaciones que introducen mellas las diferen\u00adcias de trato, o una jerarquizaci\u00f3n innecesaria o una estratificaci\u00f3n inadecuada. No pueden asentarse sobre la distinci\u00f3n entre el que sabe y el qu\u00e9 no sabe, entre el que se dedica m\u00e1s y el que se dedica menos, sino en el modo de servir en la organizaci\u00f3n. La organizaci\u00f3n voluntaria es como una orquesta en cuyo\u00a0inte\u00adrior hay trompetas, tambores y violines, nin\u00adguno de ellos por s\u00ed mismo produce una sin\u00adfon\u00eda pero sin ellos no ser\u00eda posible.<\/p>\n

      2.2. Nicho ecol\u00f3gico<\/strong><\/p>\n

      Las redes no solo amortiguan el golpe sino que relanzan el salto; convierten la equivoca\u00adci\u00f3n en una nueva posibilidad y la ca\u00edda en vue\u00adlo. Como la pelota sale despedida al dar sobre la pared, as\u00ed el gimnasta es reenviado de nuevo al aire a causa de su elasticidad y de su firmeza.<\/p>\n

      As\u00ed como la libertad del salto, depende en gran medida de que la red est\u00e9 bien puesta, del mismo modo las Organizaciones del Vo\u00adluntariado son inductoras de libertad, en dos sentidos convergentes, como ejercicio de la ciudadan\u00eda y promotor de la autonom\u00eda perso\u00adnal. La irrupci\u00f3n actual del voluntariado se ins\u00adcribe en aquella tradici\u00f3n que reconoce la constituci\u00f3n del individuo como una realidad aut\u00f3noma y soberana, que decide libremente su propio compromiso; gracias a ello el volun\u00adtariado responde a un ejercicio de libertad y nace como expresi\u00f3n de la voluntad de coo\u00adperar. Existen voluntarios porque hay perso\u00adnas que son conscientes de su ciudadan\u00eda y ponen voluntad a la acci\u00f3n y acci\u00f3n a la vo\u00adluntad. Su espacio natural es la profundiza\u00adci\u00f3n de las libertades individuales, el recono\u00adcimiento de los derechos de las personas y el desarrollo de la responsabilidad individual. El voluntariado responde a la exaltaci\u00f3n de la cultura del \u00abdar libremente\u00bb sin obligaciones ni derechos, presta su acci\u00f3n porque as\u00ed lo quie\u00adre y no porque est\u00e9 obligado ni se lo deba a nadie; expresa el compromiso adquirido en li\u00adbertad sin que lo imponga nadie desde fuera. \u00abSon los valores que consagran al individuo y a su libertad los que han permitido realzar el prestigio del voluntariado\u00bb<\/a><\/sup><\/a>.<\/p>\n

      Asimismo, las\u00a0Organizaciones de Voluntarios<\/em>\u00a0son\u00a0inductoras de la participaci\u00f3n,<\/em>\u00a0y de la im\u00adplicaci\u00f3n personal tanto propia como de las personas con quienes trabajan. El resurgimien\u00adto actual del voluntariado incorpora igualmen\u00adte elementos de la cultura de la participaci\u00f3n que asume el valor de la implicaci\u00f3n personal y la dignificaci\u00f3n de las propias capacidades. La\u00a0cultura<\/em>\u00a0de la participaci\u00f3n ha aportado la convicci\u00f3n sustantiva de que los ciudadanos no s\u00f3lo tienen problemas sino que tambi\u00e9n tie\u00adnen soluciones, no s\u00f3lo tienen demandas que dirigen hacia fuera del grupo, sino que produ\u00adcen tambi\u00e9n respuestas. Existen voluntarios porque hay ciudadanos que se han tomado en serio su derecho a participar organizadamente en la vida de las instituciones y en los procesos colectivos; este impulso cristaliza de este modo en movimientos sociales, en organizacio\u00adnes barriales, en asociaciones de defensa de la naturaleza.,.., etc.<\/p>\n

      Por \u00faltimo, las\u00a0Organizaciones de Voluntarios<\/em>\u00a0son\u00a0inductoras de fraternidad<\/em>. Ser voluntario es ser responsable (ciudadan\u00eda) ante los sujetos fr\u00e1giles, portadores de derechos y deberes no s\u00f3lo para si’ sino para aquellos que no los tienen reconocidos; ser voluntario es construir (partici\u00adpaci\u00f3n) un mundo habitable no s\u00f3lo para los fuertes y aut\u00f3nomos sino para los m\u00e1s d\u00e9biles e indefensos. De este modo, la ciudadan\u00eda y la participaci\u00f3n se sustancian en el ejercicio de la fraternidad. La conciencia actual del voluntaria\u00addo se ha construido en di\u00e1logo con los sujetos vulnerables, en confrontaci\u00f3n con la exclusi\u00f3n no deseada, en referencia a una sociedad alter\u00adnativa y m\u00e1s habitable; se ejercita a favor de la calidad de vida y en particular de los ciudadanos excluidos cuya existencia est\u00e1 sometida al ries\u00adgo, al desamparo y a la inadaptaci\u00f3n. Habr\u00e1 vo\u00adluntariado mientras se alimenten la cultura de la ciudadan\u00eda y de la participaci\u00f3n, pero sobre to\u00addo mientras hayan existencias que lo requieran y colectivos que sufran el rigor de la exclusi\u00f3n social.<\/p>\n

      En conclusi\u00f3n, los rasgos sustantivos que de\u00adfinen y circunscriben al voluntariado en el interior de sus distintas y variadas expresiones son los siguientes: a\/ Ser un ejercicio de la ciudadan\u00eda mediante la donaci\u00f3n altruista libremente reali\u00adzada; b\/ Participar en un servicio concreto que se ubica en la gesti\u00f3n de los cotidiano; c\/ Eje\u00adcutar una acci\u00f3n solidaria no mercantil ni admi\u00adnistrada; d\/ Pertenecer a una organizaci\u00f3n.<\/p>\n

      2.3. Presencia ligera<\/strong><\/p>\n

      La visibilidad es un atributo de las organi\u00adzaciones del voluntariado que de este modo ad\u00adquieren su identidad social y posibilitan la pertenencia de los voluntarios. La cuesti\u00f3n esencial hoy consiste en saber qu\u00e9 tipo de visibilidad es apropiada para el ejercicio de la solidaridad. Vi\u00adsible es una pared y visible es el amor; visible es el maestro que se impone con su grito y visible es el maestro que gu\u00eda sutilmente su clase; visible es la disciplina y visible es la indiferencia, visible es el \u00e1rbol sobre el que anidan Ios p\u00e1jaros y visible es la semilla que fructifica por caminos de auto-destrucci\u00f3n.<\/p>\n

      Hay un modo de presencia que es propio de la red del circo; pasa desapercibida y sin em\u00adbargo no pierde su eficacia. Nadie la in ape\u00adnas se observa su existencia y sin embargo es un lamento sustantivo. Nadie la mira en el cir\u00adco y sin embargo es lo m\u00e1s real; de no existir, ni siquiera ser\u00eda posible el salto del gimnasta o la pirueta del malabarista. El voluntariado, co\u00admo la red, est\u00e1 recuperando los dinamismos de desaparici\u00f3n, que permite que el otro crez\u00adca con presencias y ausencias, con palabras y silencios. Ciertamente s\u00f3lo existen voluntarios, si est\u00e1n organizados; pero no cualquier Organi\u00adzaci\u00f3n es adecuada.<\/p>\n

      En primer lugar, devuelve el \u00e9xito del resul\u00adtado al asistido; para lo cual huye de la visibi\u00adlidad pl\u00fambea, densa y pesada. Sabe desa\u00adparecer a tiempo cuando crea dependencia, se retira si con su presencia fragiliza la debili\u00addad del otro. En el mundo de la acci\u00f3n volunta\u00adria no existen microondas, sino tan s\u00f3lo proce\u00adsos; el tiempo propio lo marca el receptor de la acci\u00f3n solidaria; no existe el corto plazo sino procesos largos y secuencias.<\/p>\n

      Las\u00a0Organizaciones de Voluntarios<\/em>\u00a0tienen la visibilidad de lo humano ya que su poder y su presencia son las personas mismas: su crea\u00adtividad y su imaginaci\u00f3n, sus habilidades y sus deseos. No est\u00e1n interesados por la .potencia que da la organizaci\u00f3n burocr\u00e1tica, sino por la presencia que da la relaci\u00f3n humana.<\/p>\n

      De este modo, el voluntariado se ha distancia\u00addo de la moral del deber que le convierte en un ejercicio de austeridad y de esfuerzo. Cada vez son menos los voluntarios que sostienen su acci\u00f3n voluntaria sobre la moral del deber y en su lugar se arraigan en la moral del amor. Mientras la moral del amor es una moral de la alegr\u00eda, la del deber lo es del esfuerzo; mientras en la moral del amor la acci\u00f3n voluntaria se realiza con el cora\u00adz\u00f3n abierto y con placer; en la moral del deber, la acci\u00f3n voluntaria se realizaba con esfuerzo, a dis\u00adgusto, contra la propia espontaneidad. Interroga\u00addos sobre sus m\u00f3viles profundos, muchos vo\u00adluntarios responden que no act\u00faan movidos por ning\u00fan para qu\u00e9 sino porque les gusta: s\u00f3lo por propio gusto. En muchas ocasiones tendr\u00e1n que renunciar incluso al propio derecho para que los otros puedan vivir, pero lo har\u00e1n sin renunciar al gozo de la acci\u00f3n voluntaria. Incluso all\u00ed donde destruye y estropea la felicidad consumista del ciudadano-telespectador, lo hace\u00a0como un capi\u00adtulo esencial de una felicidad alternativa.<\/p>\n

      \u00a0<\/strong><\/p>\n

        \n
      1. Puentes levadizos<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        La batalla entre los excluidos y la socie\u00addad excluyente resulta tan desigual que re\u00adquiere mediadores; del mismo modo que el \u00e1rbitro es reclamado para detener un comba\u00adte o ponerse en medio para evitar lo peor, as\u00ed hay una interpelaci\u00f3n hacia las organizacio\u00adnes de mediaci\u00f3n. Desde la experiencia coti\u00addiana del puente, se pueden significar tres funciones sustantivas del voluntariado como ejercicio de la mediaci\u00f3n. Hacer de puente es situarse-en-medio, para unir lo que est\u00e1 sepa\u00adrado, comunicar lo que est\u00e1 fracturado, re\u00adconstruir la comunicaci\u00f3n rota. Echar un puen\u00adte es ejercer una ayuda a quien est\u00e1 perdido; hacer un puente significa facilitar que entre energ\u00eda de modo y manera que se puedan re\u00adcrear los propios dinamismos vitales.<\/p>\n

        \u00a0<\/strong><\/p>\n

        3.1. Hacer de puente<\/strong><\/p>\n

        Hay situaciones que rompen toda comu\u00adnicaci\u00f3n con el exterior, con los otros y con la sociedad; sus puentes est\u00e1n todos alzados cuando no cortados. Nadie lo ha expresado mejor que\u00a0A. Camus<\/em>\u00a0en su novela p\u00f3stuma de car\u00e1cter autobiogr\u00e1fico\u00a0\u00abEl primer hombre\u00bb.<\/em>\u00a0Camus vuelve a Argelia a la b\u00fasqueda de su in\u00adfancia, \u00abde la que nunca se hab\u00eda curado, a ese secreto de luz, de c\u00e1lida pobreza que lo hab\u00eda ayudado a vivir y a vencerlo todo\u00bb (p. 44); \u00abel que hab\u00eda crecido en una pobreza desnuda como la muerte\u00bb necesita recuperar la memo\u00adria de los pobres. Esa memoria que como \u00e9l mismo dice \u00abtiene pocos puntos de referencia en el espacio, puesto que rara vez dejan el lu\u00adgar donde viven, y tambi\u00e9n menos puntos de referencia en el tiempo de una vida uniforme y gris. Tienen, claro est\u00e1, la memoria del coraz\u00f3n que es la m\u00e1s segura, dicen, pero el coraz\u00f3n se gasta con la pena y el trabajo, olvida m\u00e1s r\u00e1pido bajo el peso de la fatiga\u00bb (p. 75).<\/p>\n

        \u00a0<\/strong><\/p>\n

        En el interior de aquel barrio \u00abcomo un c\u00e1n\u00adcer aciago, exhibiendo sus ganglios de miseria y fealdad\u00bb, A. Camus salva su densa soledad y su desesperaci\u00f3n sin limites a trav\u00e9s del maes\u00adtro. \u00abSolo la escuela proporcionaba esas alegr\u00ed\u00adas de ni\u00f1o. E indudablemente lo que con tanta pasi\u00f3n amaban en ella era lo que no encontra\u00adban en casa, donde la pobreza y la ignorancia volv\u00edan la vida m\u00e1s dura, m\u00e1s desolada, como encerrada en s\u00ed misma;\u00a0la miseria es un fortale\u00adza sin puentes levadizos\u00bb<\/em>\u00a0(pp.127-128).<\/p>\n

        Cuando buscaba su infancia, Camus se en\u00adcuentra con la figura del maestro \u00abuno de esos seres que justifican el mundo, que ayudan a vi\u00advir con su sola presencia\u00bb (p. 39). Del maestro le vino a Camus \u00abel \u00fanico gesto paternal, a la vez meditado y decisivo, que hubo en su vida de ni\u00ad\u00f1o. Pues el se\u00f1or Bernad, su maestro de la \u00falti\u00adma clase de primaria, hab\u00eda puesto todo su pe\u00adso de hombre, en un momento dado, para mo\u00addificar el destino de ese ni\u00f1o que depend\u00eda de \u00e9l, y en efecto, lo hab\u00eda modificado\u00bb (p. 120). Es de justicia reconocer, si no queremos quedar\u00adnos ciegos de tanta oscuridad, que el maestro y la escuela han sido para muchos excluidos los \u00fanicos puentes levadizos que les han vinculado a otra historia.<\/p>\n

        Desde la experiencia de Camus, su maestro se convierte en el puente levadizo por donde puede transitar desde su pobreza. El voluntario rompe de este modo el destino de la pobreza, y desactiva el veneno de las exclusiones. La es\u00adcuela no s\u00f3lo les ofrec\u00eda una evasi\u00f3n de la vida de familia, como sabemos bien los que vivimos en situaciones similares, sino que \u00aben la clase del se\u00f1or Bernard por lo menos la escuela ali\u00admentaba en ellos una hambre m\u00e1s esencial to\u00addav\u00eda para el ni\u00f1o que para el hombre, que es el hambre de descubrir. En las otras clases les en\u00adse\u00f1aban sin duda muchas cosas, pero un poco como se ceba a un ganso; les presentaban un alimento ya preparado rog\u00e1ndoles que tuvieran a bien tragarlo\u00bb. \u00abEn la clase del se\u00f1or Germain (aqu\u00ed le da el verdadero nombre), sent\u00edan por pri\u00admera\u00a0vez que exist\u00edan y que eran objeto de la m\u00e1s alta consideraci\u00f3n: se los juzgaba dignos de descubrir el mundo\u00bb. \u00abM\u00e1s a\u00fan, el maestro no se dedicaba solamente a ense\u00f1arles lo que le pagaban para que ense\u00f1ara: los acog\u00eda con simplicidad en su vida personal, la viv\u00eda con ellos cont\u00e1ndoles su infancia y la historia de otros ni\u00f1os que hab\u00eda conocido, les expon\u00eda sus propios puntos de vista, no sus ideas\u00bb (p. 128).<\/p>\n

        Y finalmente, recuerda Camus el \u00faltimo acto de grandeza de su maestro, que \u00abhab\u00eda asumi\u00addo s\u00f3lo la responsabilidad de desarraigarlo pa\u00adra que pudiera hacer descubrimientos todav\u00eda m\u00e1s importantes\u00bb (p. 139). Recuerda aquel momento en el que le consigue una beca para seguir estudiando ya fuera del barrio y le des\u00adpide dici\u00e9ndole: \u00abYa no me necesitas -le dec\u00eda-\u00ad tendr\u00e1s otros maestros m\u00e1s sabios. Pero ya sabes d\u00f3nde estoy, ven a verme si precisas que te ayude\u00bb. Y al despedirse, mirando a su maestro, que lo saludaba por \u00faltima vez y que lo dejaba solo, \u00aben lugar de la alegr\u00eda del \u00e9xito, una inmensa pena de ni\u00f1o le estremeci\u00f3 el co\u00adraz\u00f3n, corno si supiera de antemano que con ese \u00e9xito acaba de ser arrancado el mundo inocente y c\u00e1lido de los pobres, mundo ence\u00adrrado en s\u00ed mismo como una isla en la socie\u00addad, pero en el que la miseria hace las veces de familia y de solidaridad, para ser arrojado a un mundo desconocido que no era el suyo donde no pod\u00eda creer que los maestros fueran m\u00e1s sabios que aquel cuyo coraz\u00f3n lo sab\u00eda todo\u00bb (p. 152).<\/p>\n

        \u00a0<\/strong><\/p>\n

        3.2. Echar un puente<\/strong><\/p>\n

        En el voluntariado se produce una inver\u00adsi\u00f3n de la ideolog\u00eda del conquistador que siem\u00adpre ha estado viva en la historia de la humani\u00addad, en forma del guerrero antiguo o del actual ejecutivo. El\u00a0guerrero<\/em>\u00a0de ayer ha sido la gran fi\u00adgura de occidente que convirti\u00f3 el mundo en un objeto de conquista, y al otro en objeto de do\u00adminio. Nuestro tiempo tambi\u00e9n es prisionero de la ideolog\u00eda del conquistador en la forma del ejecutivo que se mueve por el af\u00e1n de \u00e9xito y el deseo de acumulaci\u00f3n: contabiliza su cuota de poder, su capacidad adquisitiva, su fama indivi\u00addual y sacraliza su ambici\u00f3n. La tendencia m\u00e1s generalizada de nuestro modelo cultural es la equiparaci\u00f3n del sentido de la vida al \u00e9xito. Es\u00adt\u00e1 impregnado por el mito de la cima que cele\u00adbra los atributos duros de la masculinidad, los estereotipos viriles, las im\u00e1genes provocadoras del macho brav\u00edo, cuya figura suele estar repre\u00adsentada por el hombre agresivo, implacable, duro y despiadado que se hace impermeable a la invitaci\u00f3n tanto en forma de oferta como de gracia<\/a><\/sup><\/a>. Le gusta la propiedad y de este modo siempre est\u00e1 encarado hacia s\u00ed mismo, lo cual le hace blindarse en su propio autismo. El s\u00edm\u00adbolo m\u00e1ximo hoy de esta forma de pensar es la tarjeta de cr\u00e9dito fruto de una conquista y de una acumulaci\u00f3n<\/a><\/sup><\/a>. Atrapados por la productividad, la eficacia y la ganancia, se cierran a la expe\u00adriencia de la gratuidad. Se les somete al per\u00admanente desgaste de la competitividad con to\u00addo y con todos. Obligado a ser m\u00e1s que los de\u00adm\u00e1s, ha cambiado la vinculaci\u00f3n a las personas, por la dependencia a un sistema monetario abs\u00adtracto y burocr\u00e1tico, negando de plano la posi\u00adbilidad de alimentarse de la gratuidad de la exis\u00adtencia. La norma es invertir siempre en nosotros mismos, para seguir compitiendo, con ventaja si es posible, sobre los dem\u00e1s.<\/p>\n

        Ambos -el guerrero y el ejecutivo- pueblan de objetos, salarios y mercanc\u00edas sus vidas, y establecen con la naturaleza y con las perso\u00adnas una relaci\u00f3n funcional, tratan las aguas, los bosques y los animales como recursos aptos para dominar o mercadear. Nada debe sentir el conquistador, bien sea el esclavista de siglos\u00a0anteriores o el actual ejecutivo multinacional, que pueda distraerlo de su objeti\u00advo \u00fanico y grandioso: someter a los dem\u00e1s a su hegemon\u00eda pol\u00edtica y econ\u00f3mica.<\/p>\n

        El voluntariado es la ant\u00edpoda de estas figu\u00adras, y en su lugar propone la vinculaci\u00f3n a las personas mediante la gratuidad y el desinte\u00adr\u00e9s, cuestiona y desacredita la sagrada com\u00adpetitividad que fomenta la violencia y la frus\u00adtraci\u00f3n de los d\u00e9biles, hace de sus vidas un te\u00adjido marcado por asombros y abismos, desha\u00adbit\u00faa la rutina de la vida diaria para entrar en relaci\u00f3n con mundos posibles. El voluntariado nace del derecho a la ternura, que es el aut\u00e9n\u00adtico punto de encuentro entre \u00e9l y el beneficia\u00adrio de su acci\u00f3n<\/a><\/sup><\/a>. Si algo caracteriza la ideo\u00adlog\u00eda del conquistador y la racionalidad funcio\u00adnal, es su incapacidad de sentir y su imposibi\u00adlidad de amar ya que se mueve en el mundo de lo impersonal. Si para ser guerrero o ejecutivo hay que mantener la distancia, para ser volun\u00adtario hay que recuperar el poder de la ternura.<\/p>\n

        Si la ideolog\u00eda del conquistador homogeneiza los espacios que caen bajo su dominio, quien anida en la ternura est\u00e1 de entrada asaltado y derrotado, fracturado y tensionado por lo singu\u00adlar. Lo \u00fanico que no se permitir\u00e1n los guerreros ni los ejecutivos, ni comprender\u00e1 siquiera la ra\u00adz\u00f3n tecnol\u00f3gica es el derecho a la ternura, m\u00e1s bien la racionalidad funcional lo convierte todo en prostituci\u00f3n general. Abrirse a la din\u00e1mica de la ternura parece ser el gran advenimiento de nuestra \u00e9poca, como ha subrayado el si\u00adquiatra colombianoL.C. Restrepo<\/em>. Somos tier\u00adnos cuando abandonamos la ideolog\u00eda de los conquistadores, la arrogancia de la certeza y de la l\u00f3gica universal y nos sentimos afectados por el otro. Somos tiernos cuando nos abrimos al lenguaje de la sensibilidad, captando en nuestras v\u00edsceras el gozo o el dolor del otro. Somos tiernos cuando reconocemos nuestros limites y entendemos que la fuerza nace del compartir con los dem\u00e1s el alimento afectivo. Somos tiernos cuando fomentamos el creci\u00admiento de la diferencia, sin intentar aplastar aquello que nos contrasta. Somos tiernos cuando abandonamos la l\u00f3gica de la guerra, protegiendo los nichos afectivos y vitales para que no sean contaminados por las exigencias de funcionalidad y productividad a ultranza que pululan en el mundo contempor\u00e1neo<\/a><\/sup><\/a>.<\/p>\n

        \u00a0<\/strong><\/p>\n

        3.3. Hacer un puente<\/strong><\/p>\n

        Hay situaciones que hacen perder los di\u00adnamismos vitales, fragilizan las energ\u00edas vita\u00adles y debilitan las expectativas. Golpean y marcan las formas de amar y de esperar, los modos de significar y de imaginar, las formas de proyectar el futuro o de silenciarlo. En las enfermedades, en las pobrezas y en las exclu\u00adsiones sociales quedan afectados los dina\u00admismos vitales de la confianza, de la identi\u00addad, de la reciprocidad. La acci\u00f3n voluntaria ha de incorporar elementos propios del acom\u00adpa\u00f1amiento que se ejerce a trav\u00e9s de la tuto\u00adr\u00eda social, y de los servicios de proximidad.<\/p>\n

        Hacer un puente significa hacer que entre energ\u00eda, tal como sucede en el coche que no arranca y se le hace un puente. \u00bfQu\u00e9 puede sig\u00adnificar en este contexto hacer un puente en la fortaleza de la miseria y la soledad, la enferme\u00addad y el aislamiento? La acci\u00f3n voluntaria in\u00adcorpora la\u00a0tutor\u00eda\u00a0<\/em>como un itinerario personal de acompa\u00f1amiento, empat\u00eda y encuentro que integra conocimientos y experiencias, expec\u00adtativas y habilidades, media entre la necesidad y su resoluci\u00f3n, vincula todos los mundos vita\u00adles de manera coherente. La funci\u00f3n tutorial es una invocaci\u00f3n al reconocimiento y al segui\u00admiento personal, la exclusi\u00f3n social invoca un acompa\u00f1amiento individualizado ya que toda carencia est\u00e1 vinculada a la propia historia de la carencia. Los dinamismos vitales: circulan por las v\u00edas de lo cotidiano, de lo trivial, del en\u00adcuentro personal. Contra la fragilidad che los di\u00adnamismos s\u00f3lo son apropiados los recursos relacionales que anteponen la compa\u00f1\u00eda a la organizaci\u00f3n, lo eventual a la normatividad, la interacci\u00f3n del cara a cara a la distancia.<\/p>\n

        S\u00f3lo la cercan\u00eda puede rehacer las \u00faltimas significaciones, s\u00f3lo esa presencia golpea la frivolidad ambiental, la mezquina insolidari\u00addad, el consumismo salvaje, el fundamenta\u00adlismo del dinero. El voluntariado actual se propone recrear y reinventar el espacio de la proximidad, la comunicaci\u00f3n y la personaliza\u00adci\u00f3n, aquel espacio que se estructura como alianza, se sostiene sobre estrategias coope\u00adrativas y tiene su base moral en la gratuidad que se sit\u00faa m\u00e1s all\u00e1 de la l\u00f3gica mercantil.<\/p>\n

        Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca<\/strong><\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0Es el objetivo propuesto en mi libro sobre\u00a0Soli\u00addaridad y voluntariado<\/em>, Ed. Sal Terrae, Santander 1994.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0F GUATTARI,\u00a0Refundar las pr\u00e1cticas sociales<\/em>, en \u201cLe Monde Diplomatique\u201d (12.5.1996).<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0J.A. MARINA,\u00a0El laberinto sentimental<\/em>, Anagrama, Barcelona 1996,17.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0J. A. MARINA, \u00c9tica para n\u00e1ufragos, Anagrama, Barcelona 1994.<\/p>\n

        <\/a><\/p>\n

        <\/sup>\u00a0Cf. J. GARCIA ROCA, Itinerarios culturales de la soli\u00addaridad, en \u00abCorintios XIII\u00bb 76(1995).<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0Puede constatarse hoy sin ninguna duda que, en palabras de\u00a0Claus Offe<\/em>, \u00abel concepto de socialismo co\u00admo f\u00f3rmula estructural de amplio alcance para el orde\u00adnamiento de la sociedad seg\u00fan una emancipaci\u00f3n efectiva se encuentra operativamente vac\u00edo\u00bb(p. 329) as\u00ed como el concepto de Estado de Bienestar como formula coyuntural para el ordenamiento de una socie\u00addad m\u00e1s razonable, se encuentra igualmente vac\u00edo y sometido a una intensa cautela. Cf. C. OFFE,\u00a0La ges\u00adti\u00f3n pol\u00edtica<\/em>, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid 1994.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0J. GARC\u00cdA ROCA, P\u00fablico y privado en la acci\u00f3n so\u00adcial, Ed. Popular, Madrid 1992.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0Las consecuencias que esta transformaci\u00f3n tiene para el ejercicio de la procura y de la ayuda las he de\u00adsarrollado en mi libro sobre\u00a0Solidaridad y voluntariado.<\/em><\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0P DRUCKER, La sociedad pos-capitalista, Ap\u00f3stro\u00adfe, Barcelona 1993, 60.<\/p>\n

        <\/a><\/p>\n

        <\/sup>\u00a0Para la comprensi\u00f3n del voluntariado a partir de sus historias de vida, puede verse J. GARC\u00cdA ROCA-J.A. COMES, El voluntariado como recurso, Fundaci\u00f3n Ban\u00adcaixa, 1995.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0G. LIPOVETSKY,\u00a0El crep\u00fasculo del deber<\/em>, Anagrama, Barcelona 1994, 143.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0J. GARC\u00cdA ROCA, Dificultades sociales para creer en el Dios de res\u00fas, en \u00abIglesia Viva\u00bb 1996.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0La\u00a0libreta de ahorro<\/em>, m\u00e1ximo orgullo de los mora\u00adlistas, es para el psiquiatra\u00a0Luis C. Restrepo<\/em>\u00a0una ma\u00adnera de endurecernos, momificarnos y hacernos im\u00adpermeables a la gracia. Cf.\u00a0El derecho a la ternura<\/em>, Arango Edit., Bogot\u00e1 1994, 153.<\/p>\n

        <\/a><\/sup><\/a>\u00a0Cf. LC. RESTREPO,\u00a0El derecho a la ternura,<\/em>\u00a0o.c. p. 84.<\/p>\n

        <\/a>
        \n
        <\/sup><\/a>\u00a0Ib\u00edd., pp.139-140.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca Joaqu\u00edn Garc\u00eda Roca\u00a0es profesor en la\u00a0Universi\u00addad de Valencia\u00a0y profesor invitado en la\u00a0UCA de San Salvador. S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El paisaje del voluntario, dibujado con relatos, corre peligro de romantizarse. Es necesario recomponer cr\u00edticamente las narraciones, reconstruir las met\u00e1foras que lo identifican. El autor trata de recuperar la identidad simb\u00f3lica del voluntariado y […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[6,9,10,11,2,5],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/437"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=437"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/437\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=437"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=437"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=437"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}