{"id":449,"date":"1997-01-01T18:38:24","date_gmt":"1997-01-01T18:38:24","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=449"},"modified":"1997-01-01T18:38:24","modified_gmt":"1997-01-01T18:38:24","slug":"voluntariado-juvenil-proyecto-educativo-para-ciudadanos-y-discipulos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/voluntariado-juvenil-proyecto-educativo-para-ciudadanos-y-discipulos\/","title":{"rendered":"Voluntariado juvenil: Proyecto educativo para ciudadanos y disc\u00edpulos"},"content":{"rendered":"
Pedro Coduras,<\/strong> S.J., psic\u00f3logo y director del <\/em>Pro\u00adyecto Hombre de Zaragoza.<\/em><\/p>\n El autor propone el voluntariado social como una escuela de ciudadan\u00eda y de discipulado, particularmente para los j\u00f3venes. Y lo hace especificando un itineraria educativo, con orientaciones pr\u00e1cticas, para llevar adelante el \u00abvoluntariado radical\u00bb como e cuela de ciudadan\u00eda responsable y como catecumenado.<\/em><\/p>\n El ser humano no es una condici\u00f3n est\u00e1\u00adtica sino procesual, es decir, se va haciendo a trav\u00e9s de los procesos en que se embarca. Como muy bien expresaba Kavafis<\/em> en su po\u00adema \u00ab\u00cdtaca\u00bb[1]<\/a>:<\/p>\n \u00abTen siempre a \u00cdtaca en la memoria.<\/p>\n Llegar all\u00ed es tu meta.<\/p>\n Mas no apresures el viaje.<\/p>\n Mejor que se extienda largos a\u00f1os;<\/p>\n y en tu vejez arribes a la isla<\/p>\n con cuanto hayas ganado en el camino,<\/p>\n sin esperar que \u00cdtaca te enriquezca.\u201d<\/p>\n Lo que nos enriquece es el \u00abir siendo, desde el ir haciendo\/viviendo\u00bb. La meta es convertirse en persona, utilizando el t\u00edtulo m\u00e1s conocido de Rogers,<\/em> pero el resultado va a depender del via\u00adje<\/em> que hagamos, de nuestra apertura a la sor\u00adpresa, a la implicaci\u00f3n, al riesgo, etc.<\/p>\n La juventud es \u00e9poca de hacerse consciente de las posibilidades que uno\/a tiene de crecimien\u00adto en una u otra direcci\u00f3n, es \u00e9poca de opciones y seducciones, es \u00e9poca de riesgo y apuestas. Tam\u00adbi\u00e9n es \u00e9poca de perplejidad y confusi\u00f3n. Las al\u00adternativas, los itinerarios a seguir, que se ofrecen a los j\u00f3venes, de cara a hacerse personas adul\u00adtas, son muchos y contradictorios.<\/p>\n En ese inmenso supermercado de ofertas se encuentra, entre muchas otras, el voluntariado social<\/em>[2]<\/a>. No es una oferta nueva, siempre ha exis\u00adtido, aunque en la actualidad venga envuelta de un aura medi\u00e1tica que la haga brillar algo m\u00e1s. M\u00e1s all\u00e1 del reciente relumbr\u00f3n que se le quie\u00adre dar (a veces, por intereses neoconservado\u00adres bastardos), lo cierto es que el voluntariado social puede tener un papel educativo decisivo en el desarrollo de nuestra doble identidad co\u00admo ciudadanos del mundo y (romo seguidores (disc\u00edpulos) de Jes\u00fas de Nazaret [3]<\/a>.<\/p>\n Mi propuesta consiste en aprovechar el dina\u00admismo del voluntariado social como escuela de ciudadan\u00eda y de discipulado, atendiendo al iti\u00adnerario (proceso) de un voluntariado radical y teniendo en cuenta las caracter\u00edsticas juveni\u00adles.<\/p>\n \u00a0<\/strong><\/p>\n a\/ Como educador, \u00bfcu\u00e1l es mi valoraci\u00f3n y re\u00adconocimiento del voluntariado social? Y esto no s\u00f3lo significa un an\u00e1lisis de la potenciali\u00addad educativa del voluntariado, sino un an\u00e1li\u00adsis personal; es decir, responder a la siguien\u00adte pregunta: \u00bfqu\u00e9 papel juega (y ha jugado) la gratuidad, la implicaci\u00f3n con otros, el acerca\u00admiento a sectores excluidos -o al menos, di\u00adferentes-, etc., en mi maduraci\u00f3n como ser humano?<\/p>\n S\u00f3lo si respondemos positivamente a esas preguntas, podremos plantearnos el conside\u00adrar el voluntariado como un proceso a ofrecer a los j\u00f3venes con quienes trabajamos (sea como educadores, catequistas, animadores de gru\u00adpos, etc.). Y es que a los j\u00f3venes no les puede vender<\/em> una experiencia, un proceso, alguien que no los ha vivido. La oferta tiene que ser cre\u00edble, ha de transmitirse limpiamente.<\/p>\n b\/ En mi trabajo con los j\u00f3venes, \u00bfprima una actitud esperanzada en su proceso de cre\u00adcimiento, reflejado en la valoraci\u00f3n conti\u00adnuada de los procesos en los que se impli\u00adcan?<\/p>\n Aunque la respuesta parezca obvia, no lo es. Cuestiones como notas, actividades reali\u00adzadas, expectativas -prefijadas por el educa\u00addor, no consensuadas- cumplidas, se convier\u00adten, b\u00e1sicamente, en los criterios evaluativos. Aqu\u00ed, sin embargo, estamos hablando de ani\u00admar un proceso largo, lento y complejo, por lo que el acompa\u00f1ante de ese proceso ha de te\u00adner paciencia, facilidad para encontrar aspec\u00adtos positivos que permitan seguir motivando al caminante en su esfuerzo y no tener una meta fija sino un horizonte abierto.<\/p>\n c\/ Por \u00faltimo hay que hacer un autoan\u00e1lisis del proceso personal en cuanto a compro\u00admiso social y a seguimiento de Jes\u00fas, an\u00adtes de proponerse el ofrecer caminos de crecimiento a otros. \u00bfEstoy dispuesto a po\u00adner sobre la mesa mi proceso personal, en el acompa\u00f1amiento de los procesos de los j\u00f3venes?, \u00bfcon qu\u00e9 limitaciones?<\/p>\n Como en las anteriores cuestiones, no se trata de que todo educador tenga que ser vo\u00adluntario social en su tiempo libre, sino dos co\u00adsas cruciales: primero, el que todo educador que se plantee ofrecer el voluntariado como propuesta educativa, tenga criterios, actitudes y experiencias coherentes con la oferta que est\u00e1 haciendo; y segundo, que se comprome\u00adta a acompa\u00f1ar los baches, sorpresas, per\u00adplejidades, gozos, etc., que ir\u00e1n viviendo los j\u00f3venes que se aventuren a ser voluntarios.<\/p>\n Con estas tres cuestiones no se pretende abarcar todos los peligros asociados a consi\u00adderar el voluntariado social como \u00aboportuni\u00addad educativa\u00bb, pero s\u00ed al amenos conjurar los m\u00e1s patentes: (a) paternalismo hip\u00f3crita, (b) dobles mensajes educativos y (c) desimplica\u00adci\u00f3n personal del acompa\u00f1ante.<\/p>\n Un \u00faltimo aviso. No existen las panaceas. Esta afirmaci\u00f3n es comprobada, d\u00eda a d\u00eda, por los educadores. El voluntariado social, aunque \u00fatil como proceso educativo, no es el itinerario a seguir por todos. Es una buena bisagra entre el ser persona comprometida y responsable en la sociedad y seguidor radical de Jes\u00fas, pero existen otras bisagras, otros caminos igual\u00admente v\u00e1lidos. A la lucidez de los educadores, y a vuestro conocimiento de los j\u00f3venes dejo la valoraci\u00f3n de para qui\u00e9nes, en qu\u00e9 mo\u00admento y con qu\u00e9 intensidad es conveniente plantear la oferta de un voluntariado social.<\/p>\n Entiendo lo educativo como el proceso en el que alguien nos acompa\u00f1a en nuestro abrir los sentidos a la realidad y reflexionar sobre lo sentido, aportando la experiencia de quienes vivieron antes que nosotros e hicie\u00adron el mismo recorrido o similar.<\/p>\n En esa experiencia de contraste con lo real surge, desde los primeros a\u00f1os, la experien\u00adcia del otro y, m\u00e1s a\u00fan, de los distintos y los excluidos. \u00bfQui\u00e9n no se ha quedado sin pala\u00adbras ante la pregunta de un ni\u00f1o al ver nues\u00adtra reacci\u00f3n ante un pobre que pide limosna? Sin embargo, los itinerarios a ofrecer han de ser adecuados a las fuerzas del caminante. Por ello, una actividad de voluntariado social no deber\u00eda ser planteada antes de un cierto desarrollo psicol\u00f3gico<\/em> coincidente con la ju\u00adventud,<\/em> so pena de convertir el voluntariado en una actividad m\u00e1s del \u00abrico men\u00fa extraes\u00adcolar\u00bb con el que se llena la agenda de nues\u00adtros alumnos.<\/p>\n La realidad social no debe ser maquillada, mucho menos ocultada, ante los ni\u00f1os y ado\u00adlescentes, pero el acercamiento a situaciones de marginaci\u00f3n tiene que ser de modo gra\u00addual y seriamente acompa\u00f1ado. Y aqu\u00ed distin\u00adgo claramente entre lo que ser\u00eda una \u00abexpe\u00adriencia de realidad social marginal\u00bb (campos de trabajo, asistencia en instituciones, activi\u00addades ben\u00e9ficas, etc.) de lo que debe ser un voluntariado social (continuado, implicado con las personas, capaz de an\u00e1lisis, de denuncia y de promoci\u00f3n). Por ello, limito mi an\u00e1lisis pos\u00adterior a los j\u00f3venes (de diecis\u00e9is -a\u00fan mejor, de dieciocho- en adelante).<\/p>\n Si hay una etapa evolutiva del crecimiento humano analizada y comentada \u00e9sa es la ju\u00adventud. En ella resaltan m\u00e1s los cambios so\u00adcioculturales que vivimos todos. Pero, ade\u00adm\u00e1s, en nuestro tiempo, se ha hecho emblem\u00e1tica y, en cierto modo, ideal incluso para el mundo adulto,. lo cual nos habla no s\u00f3lo de los j\u00f3venes sino de la inseguridad en que vi\u00advimos los adultos nuestra existencia. La oportunidad educativa del voluntariado podemos analizarla en funci\u00f3n de las caracter\u00edsticas de \u00e9ste y de las caracter\u00edsticas de los j\u00f3venes en este momento.<\/p>\n 2.1 Voluntariado social como escuela de ciudadan\u00eda responsable<\/strong><\/p>\n El voluntariado social posibilita tres expe\u00adriencias claves en el aprendizaje de la ciuda\u00addan\u00eda:<\/em> el descubrimiento de nuestra diversi\u00addad humana y social, la b\u00fasqueda y redefini\u00adci\u00f3n del Bien Com\u00fan, la promoci\u00f3n del cam\u00adbio social hacia la justicia e inclusi\u00f3n.<\/p>\n – Cruzando fronteras<\/strong><\/p>\n (o de la compasi\u00f3n al reconocimiento)<\/em><\/p>\n Para poder educar la sensibilidad social es preciso percibir la complejidad de nuestra re\u00adalidad. En un momento evolutivo de apertura a la diferencia como el que se produce en el paso de la adolescencia a la juventud, ponerse en contacto con personas cuya historia y pre\u00adsente no responde a las caracter\u00edsticas de la persona joven voluntaria constituye una posibi\u00adlidad de enriquecimiento personal Inestimable. De hecho, para muchos j\u00f3venes, este \u00abcruzar la frontera\u00bb es una de las motivaciones prime\u00adras de su voluntariado.<\/p>\n Ahora bien, tras esa motivaci\u00f3n puede ha\u00adber simplemente curiosidad morbosa (como la que se estimula desde los docudramas te\u00adlevisivos), por ello es importante, ya desde es\u00adta primera experiencia de contacto con otras historias distintas a la propia, acompa\u00f1ar a los voluntarios, ayud\u00e1ndoles a mirar con respeto e implicaci\u00f3n. Estamos hablando de j\u00f3venes que han crecido con un mando a distancia en la mano, su capacidad para pasar de un do\u00adcumental sobre el genocidio en Bosnia a un videoclip musical se puede proyectar en su experiencia de contacto con la exclusi\u00f3n y convertir a \u00e9sta en un episodio m\u00e1s de su ac\u00adtividad semanal. Y no hay nada m\u00e1s peligro\u00adso en el contacto con la exclusi\u00f3n que una mirada r\u00e1pida y opresora sobre los excluidos que confirme los prejuicios ideol\u00f3gicos que legitiman la exclusi\u00f3n[5]<\/a>.<\/p>\n Por otra parte, sin esta primera experiencia compasiva,<\/em> de empat\u00eda con los excluidos, con su historia y sus esperanzas, con los valores que ellos viven y realizan, ser\u00e1 imposible avan\u00adzar en el proceso de cambia personal y social que el voluntariado puede alentar. De ah\u00ed que sea imprescindible que el acompa\u00f1ante de los j\u00f3venes voluntarios tenga experiencia en \u201cmirar con ojos prestados\u00bb por los otros.<\/p>\n – Mirando de abajo a arriba y de fuera dentro<\/strong><\/p>\n (o del reconocimiento al an\u00e1lisis)<\/em><\/p>\n El voluntariado social, para serio aut\u00e9nticamente, ha de avanzar de la compasi\u00f3n al an\u00e1\u00adlisis, no puede quedarse en la calidez de una relaci\u00f3n emp\u00e1tica que no permita reflexionar sobre las causas de la exclusi\u00f3n. El objetivo, no podemos olvidarlo, es hacer posible una sociedad inclusiva.<\/p>\n Pero no podemos analizar con nuestros es\u00adquemas y desde nuestros par\u00e1metros simple\u00admente. De hecho, s\u00f3lo cuando los pensadores sociales han incluido en su reflexi\u00f3n la expe\u00adriencia y reflexi\u00f3n de los de fuera (artesanos, burgueses, obreros, mujeres…), la sociedad ha incluido a poblaciones antes marginales en su seno y nuestro an\u00e1lisis social se ha enriqueci\u00addo. Para ello es preciso reconocer la limitaci\u00f3n y sesgo de la propia mirada y an\u00e1lisis.<\/p>\n Por ello, a la experiencia de cruzar fronte\u00adras, de establecer contactos, que ya hemos tratado, hay que acompa\u00f1arla con el an\u00e1lisis de las causas que producen las situaciones personales y sociales que se est\u00e1n conocien\u00addo (y, necesariamente, queriendo). Este an\u00e1li\u00adsis social no puede ser, por tedioso y sesga\u00addo, una serie de herramientas sociol\u00f3gicas y psicol\u00f3gicas. Menos a\u00fan un compendio de fi\u00adlosof\u00eda social y de pensamiento social cristia\u00adno. Estamos hablando de j\u00f3venes volunta\u00adrios, no de profesores de movimientos socia\u00adles. Acompa\u00f1ar esa reflexi\u00f3n supone ayudar al joven a entrar en las historias de las perso\u00adnas excluidas con las que tiene relaci\u00f3n, y desde esas historias descubrir la visi\u00f3n que ellas tienen de la sociedad y la esperanza que alienta su existencia cotidiana.<\/p>\n No hay que tener prisa por obtener conclu\u00adsiones. De nuevo, Kavafis<\/em>, es un buen conse\u00adjero: \u00abmas no apresures el viaje…\u00bb No es f\u00e1cil lo que aqu\u00ed propongo, pero es profundamen\u00adte humanizador. Las perplejidades, los quie\u00adbros que produce el darse cuenta que la vi\u00adsi\u00f3n de los excluidos es completamente dis\u00adtinta a la propia requiere un tiempo de reac\u00adci\u00f3n personal. Hay que dar ese tiempo. Ade\u00adm\u00e1s no es tiempo perdido, es tiempo de ma\u00adduraci\u00f3n en el que muchas opciones y se\u00adducciones de cada voluntario\/a se van a ver confrontadas crudamente por la experiencia de los excluidos y en ese contraste, necesa\u00adriamente, alienta el Esp\u00edritu.<\/p>\n – Cambiando personal y socialmente<\/strong><\/p>\n (o del an\u00e1lisis a la denuncia y promoci\u00f3n)<\/em><\/p>\n Este es nuestro horizonte al proponer a los j\u00f3venes un voluntariado social: la conversi\u00f3n personal y social. No pod\u00eda ser otro. El volun\u00adtariado lo promueve, si y solo si, los pasos an\u00adteriores se han podido dar. De la compasi\u00f3n y el reconocimiento al an\u00e1lisis y la denuncia y, en \u00faltimo lugar, a la acci\u00f3n y el cambio. Pero, atenci\u00f3n, hablamos de un cambio realizado, mano con mano, entre excluidos y voluntarios.<\/p>\n Es muy probable que este \u00faltimo paso que\u00adde fuera de nuestro alcance como educado\u00adres y acompa\u00f1antes del proceso de los vo\u00adluntarios. A nosotros nos compete, solamen\u00adte, el ofrecerlo y alentarlo como objetivo final. Hemos de tener la esperanza y confianza en el proceso que los voluntarios ir\u00e1n realizando. Si avanzan en \u00e9l, tarde o temprano ser\u00e1 facti\u00adble una \u00abtierra nueva\u00bb.<\/p>\n Sin embargo, como en los pasos anterio\u00adres, s\u00ed hay actitudes a reforzar, por ejemplo, la pertenencia a un grupo o asociaci\u00f3n que ase\u00adgure el recuerdo de este objetivo, que posibi\u00adlite la estabilidad del compromiso y refuerce en los momentos de desencanto, cansancio y fracaso que, inevitablemente, forman parte del camino hacia el cambio social. Cuanto traba\u00adjamos en aras del asociacionismo juvenil, del compromiso de los j\u00f3venes en tareas concre\u00adtas y altruistas, de su asumir responsabilida\u00addes va en esta l\u00ednea.<\/p>\n 2.2. El voluntariado como \u00abcatecumenado\u00bb<\/strong><\/p>\n Nadie duda de que el seguimiento de Jes\u00fas, el discipulado, es un proceso de creci\u00admiento en la fe. Para ello hemos ido adaptan\u00addo procesos educativos desde la escuela y la catequesis en los que hacer accesible la fe y ciertas vivencias religiosas a las distintas eda\u00addes de los chavales con los que trabajamos. La dificultad est\u00e1, muchas veces, en la sepa\u00adraci\u00f3n que hacemos de la esperanza y la ca\u00adridad en ese proceso.<\/p>\n \u00bfC\u00f3mo puede crecerse en la fe, sin hacerlo en esperanza y amor? \u00bfSeguimos creyendo que basta la peque\u00f1a comunidad -tantas veces homog\u00e9nea y cerrada en s\u00ed misma- de nuestra pastoral juvenil para alentar esperanza y amor? \u00bfSeguimos anclados en una concepci\u00f3n ilus\u00adtrada<\/em> de la fe? \u00bfQu\u00e9 hubiera sido de nuestra fe sin el choque con el helenismo de las comuni\u00addades paulinas, sin los conflictos con los po\u00adbres de los otros (cf. Hch 6,1), resultante de la inclusi\u00f3n de gentes distintas a los fundadores? M\u00e1s a\u00fan, \u00bfqu\u00e9 ser\u00eda del Evangelio, de Jes\u00fas de Nazaret sin los relatos de curaciones -que tan\u00adtas veces hemos dejado de lado con nuestra visi\u00f3n t\u00e9cnico-cient\u00edfica-?<\/p>\n El voluntariado social aparece como un puente entre la fe y la esperanza y el amor en el proceso de crecimiento como disc\u00edpulo de Jes\u00fas. Si realmente queremos disc\u00edpulos y no meramente creyentes, habr\u00e1 que posibilitar experiencias vitales en las que la persona prac\u00adtique su fe y no s\u00f3lo lit\u00fargicamente o en contex\u00adtos reducidos casi ghettos. Lo que a nivel adulto ser\u00eda vivir la dimensi\u00f3n p\u00fablica de la fe, aqu\u00ed va a ser aprendizaje de una vida cristiana en la que Wa fe se haga operativa en la caridad\u00bb (G\u00e1l 5,6).<\/p>\n Ese puente tiene tres pilares b\u00e1sicos: gratui\u00addad, comunidad de memoria y opci\u00f3n por los pobres. Los tres son comprensibles desde la fe en Jes\u00fas, el Cristo. Los tres refuerzan y dan viabilidad a la fe en Jes\u00fas, aqu\u00ed y ahora.<\/p>\n – Dios nos am\u00f3 primero<\/strong><\/p>\n Todo cuanto de bueno somos, vivimos y nos rodea tiene su origen y su sentido en ese \u00abamor primero\u00bb de nuestro Dios, manifestado en la entrega de Jes\u00fas, su Hijo. Esta es la ex\u00adperiencia fundante de nuestra identidad co\u00admo creyentes. En esa expresi\u00f3n primera se encierra la dualidad del don: somos don reci\u00adbido en orden a vivir ese regalo de nuestra existencia, recursos, etc., como don ofrecido<\/em> a los dem\u00e1s[6]<\/a>.<\/p>\n Por desgracia, en nuestra experiencia de fe, a veces fue primero la culpa o el deber en lu\u00adgar del amor del Padre. De cara a una expe\u00adriencia de voluntariado social necesitamos partir del agradecimiento por el don recibido. Ahora bien, al igual que en la experiencia de fe, es posible iniciar la andadura sin \u00abcumplir los requisitos\u00bb, porque el Esp\u00edritu (con la ayu\u00adda de un acompa\u00f1amiento hondo) se ocupa\u00adr\u00e1 de poner ante nosotros ese amor primero. Lo que no es renunciable es el tener, al menos, te\u00f3ricamente claro este punto de partida. El voluntariado no puede ser ejercicio de restitu\u00adci\u00f3n, de obligado cumplimiento, condici\u00f3n si\u00adne qua non para pertenecer a un grupo, etc. Ha de ser gratuito y, por tanto, desde el prin\u00adcipio basado y tendente a la gratuidad que s\u00f3\u00adlo nace de la gratitud existencial a un Dios que me\/nos ha desbordado amorosamente.<\/p>\n – Comunidad de caminantes, comuni\u00addad de memoria<\/strong><\/p>\n Una comunidad de memoria es aqu\u00e9lla que tiene una historia com\u00fan (tradici\u00f3n) que cuen\u00adta, re-crea y vuelve a contar (y a contarse); que tiene, tambi\u00e9n, unas pr\u00e1cticas comunes (estilo\/s de vida, sacramentos, compromiso, etc.). Los disc\u00edpulos de Jes\u00fas somos, eviden\u00adtemente, una comunidad de memoria. Ahora bien, \u00bfsomos capaces de re-crear y volver a contar nuestra historia de salvaci\u00f3n o s\u00f3lo so\u00admos repetidores sin sentido de una historia heredada y no internalizada?<\/p>\n En el itinerario voluntario se trata de ir vi\u00adviendo y contando la propia historia de salva\u00adci\u00f3n entretejida con las historias (tambi\u00e9n de salvaci\u00f3n, aunque aplastada por el pecado colectivo) de aquellos excluidos a los que nos acercamos y con quienes caminamos.<\/p>\n En los estudios sociol\u00f3gicos sobre el volun\u00adtariado una cuesti\u00f3n queda clara en torno a la motivaci\u00f3n religiosa. \u00c9sta no es incompatible con el individualismo (por ejemplo, aquellos que son voluntarios para crece<\/em>r personalmen\u00adte y enriquecerse, al margen de lo que les ocu\u00adrra a los beneficiarios de su acci\u00f3n voluntaria) y tampoco correlaciona positivamente con la continuidad en el compromiso voluntario. Sin embargo\u201e cuando tras el compromiso volunta\u00adrio de una persona est\u00e1 su pertenencia a una comunidad creyente, los objetivos personales se difuminan y la implicaci\u00f3n se mantiene en el tiempo[7]<\/a>, \u00bfpor qu\u00e9? Muy sencillo, porque en la acci\u00f3n voluntaria uno\/a se enfrenta con los \u00abpoderes de este mundo\u00bb, con un pecado so\u00adcial denso, con una realidad injusta que es, tambi\u00e9n, terca. El desencanto e incluso el re\u00adsentimiento hacia los excluidos hacen presa de los voluntarios en los momentos de crisis. Por eso, s\u00f3lo cuando tras el compromiso perso\u00adnal hay un \u00ablenguaje de compasi\u00f3n y ternura\u00bb, una esperanza de la que puede darse raz\u00f3n y una experiencia (la pascual) del paso por el fra\u00adcaso y la muerte para llegar a la vida plena, es asumible el fracaso y soportable el desaliento.<\/p>\n Esto que nos afecta a los adultos, cu\u00e1nto m\u00e1s a los j\u00f3venes. De nuevo subrayo la ne\u00adcesidad de acompa\u00f1ar, esta vez desde los iguales,<\/em> desde los otros miembros de la co\u00admunidad, a quienes se aventuran en los m\u00e1r\u00adgenes sociales. La aportaci\u00f3n de vida, de na\u00adrraciones de sufrimiento y esperanza, de expe\u00adriencias de encuentro con Cristo pobre y hu\u00admilde, ser\u00e1n motor de la comunidad en mu\u00adchos momentos. A su vez, la comunidad ha de cuidar de retroalimentar<\/em> a los voluntarios so\u00adciales con espacios de silencio y contempla\u00adci\u00f3n, con el lenguaje y la historia com\u00fan (la Es\u00adcritura) y con el recuerdo eucar\u00edstico de la en\u00adtrega, en un primer momento fracasada, de Jes\u00fas por la vida de todos.<\/p>\n Puede parecer te\u00f3rico-teol\u00f3gico cuanto viene dicho en este apartado. No lo es. \u00bfCu\u00e1n\u00adtos voluntarios, cristianos bien intencionados, han abandonado su tarea al encontrarse con excluidos que han compartido su historia con ellos, por no poder soportar la carga de an\u00adgustia y dolor que lat\u00eda en esos relatos? La comunidad tiene que ofrecer en esos mo\u00admentos el mayor tesoro que posee: la historia de Jes\u00fas de Nazaret, con su entrega, su fraca\u00adso y… su resurrecci\u00f3n. Y tiene que hacerlo des\u00adde el respeto a la experiencia de fracaso, de\u00adsencanto e impotencia de los voluntarios, pero sin resignaci\u00f3n, porque -si es verdaderamente creyente- sabe que la muerte y el pecado no tienen la palabra final.<\/p>\n Por otra parte, si la comunidad quiere ser aut\u00e9nticamente cristiana tiene que ampliar sus fronteras sociol\u00f3gicas, incluir a los aleja\u00addos y distintos. Para esta tarea los voluntarios sociales son insustituibles, pero \u00e9sta no es ta\u00adrea de pioneros y exploradores, sino de cons\u00adtructores de puentes que cuenten con el res\u00adpaldo de una comunidad abierta.<\/p>\n Y, por \u00faltimo, la comunidad tiene que escri\u00adbir (al igual que las primeras) su evangelio<\/em>, su lectura de la historia de Jes\u00fas, de lucha con\u00adtra el mal, de apuesta y seducci\u00f3n por el Amor primero, de ca\u00eddas y de esperanzas. La comu\u00adnidad tiene que contribuir al \u00abquinto evange\u00adlio\u00bb que la Iglesia, comunidad de comunida\u00addes, necesita para aportar esperanza a nues\u00adtro mundo.<\/p>\n – Una herramienta insustituible: la opci\u00f3n por los pobres<\/strong><\/p>\n Aunque esta opci\u00f3n late en las p\u00e1ginas an\u00adteriores (no otra cosa es lo que dec\u00eda antes de pedir prestada la mirada a los pobres y ex\u00adcluidos), aqu\u00ed hay que hacer una breve refle\u00adxi\u00f3n sobre su importancia en el recorrido ca\u00adtecumenal.<\/p>\n Queremos acompa\u00f1ar a verdaderos disc\u00ed\u00adpulos del \u00fanico Maestro. S\u00f3lo animando la \u00abpreferencia por los peque\u00f1os\u00bb seremos co\u00adherentes con lo que pretendemos. No se tra\u00adta de exclusivismos ni de exclusiones, sino de inclusi\u00f3n. Pero, para ello es preciso atender, acercarse e integrar a los que siempre quedan fuera. Tan fuera est\u00e1n de \u00ablo nuestro\u00bb que ni siquiera entienden nuestras historias ni nues\u00adtras pr\u00e1cticas. La \u00fanica posibilidad de corregir esta injusticia es el mestizaje, al igual que hizo Pablo con los helenistas hace casi dos mil a\u00f1os, o la Iglesia latina con godos y celtas… Y el mes\u00adtizaje,<\/em> si no se impone violentamente, s\u00f3lo cabe desde una opci\u00f3n preferencia\u00a1 por estar, ha\u00adblar, re\u00edr, hacer fiesta, sufrir y esperar junto a los de fuera. \u00c9sa es la opci\u00f3n por los pobres, llegar a una relaci\u00f3n con ellos que haga im\u00adposible contar nuestra historia sin incluir la de ellos.<\/p>\n Y despu\u00e9s de esta reflexi\u00f3n sobre la \u201coportunidad educativa\u00bb del voluntariado so\u00adcial, \u00bfqu\u00e9?, \u00bfc\u00f3mo plantear algo tan comple\u00adjo, necesitado de acompa\u00f1amiento…? Pro\u00adpongo un proceso como orientaci\u00f3n a la ho\u00adra de incluir el voluntariado entre las ofertas a los j\u00f3venes, desde un centro educativo o una comunidad cristiana:<\/p>\n Por \u00faltimo, conviene recordar a la luz de la historia de Jes\u00fas y de la memoria del sufrimien\u00adto, lucha y esperanza de la humanidad que nuestro objetivo no es otro que el de actuar con justicia, amar con ternura y caminar humilde\u00admente junto a nuestro Dios.<\/em><\/p>\n \u00a0<\/strong><\/p>\n Pedro Coduras, S.J.<\/strong><\/p>\n [1]<\/a> K. KAVANS, Poes\u00edas completas, Ed. Peralta, Pam\u00adplona 1976, 46-47.<\/p>\n [2]<\/a> J. Garc\u00eda Roca define el voluntariado social como: \u00abun servicio gratuito y desinteresado que nace de la tri\u00adple conquista de la ciudadan\u00eda: como un ejercicio de la autonom\u00eda individual, de la participaci\u00f3n social y de la solidaridad para con los \u00faltimos\u00bb. Cf. J. GARC\u00cdA ROCA, Solidaridad y Voluntariado, Sal Terrae, Santander 1994, 62.<\/p>\n [3]<\/a> En otro sitio he abordado el voluntariado, pensan\u00addo en el mundo de los adultos, como proceso de aprendizaje de esa doble identidad de la ciudadan\u00eda responsable y del discipulado comprometido. Cf. R CODURAS, Voluntarios: Disc\u00edpulos y ciudadanos, Ed. Cristianisme i Justicia, Barcelona 1995.<\/p>\n [4]<\/a> J. Garc\u00eda Roca, Constelaciones de los J\u00f3venes, Ed. Cristianisme i Justicia, Barcelona 1994. pp. 37-38.<\/p>\n [5]<\/a> Como orientaci\u00f3n pr\u00e1ctica para \u00abense\u00f1ar a mirar\u00bb recomiendo el estudio de X. QUINZ\u00c1, Nos prestan su mi\u00adrada: Para aprender a escuchar las historias de los de\u00adm\u00e1s, ayudarles y dejamos transformar por ellas<\/em>, Volun\u00adtariado de Marginaci\u00f3n Claver, Madrid 1896. Refleja perfectamente lo que aqu\u00ed estoy proponiendo: una re\u00adlaci\u00f3n de doble implicaci\u00f3n en la que tambi\u00e9n la mira\u00adda ha de acabar siendo compartida.<\/p>\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/h2>\n
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