{"id":4855,"date":"2003-12-01T00:00:32","date_gmt":"2003-11-30T22:00:32","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=4855"},"modified":"2003-12-01T00:00:32","modified_gmt":"2003-11-30T22:00:32","slug":"cuento-triste-de-navidad-y-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/cuento-triste-de-navidad-y-2\/","title":{"rendered":"Cuento (triste) de Navidad"},"content":{"rendered":"
E<\/strong>n el portal de Bel\u00e9n hay estrellas, sol y bombas. La aldea global se estremece en la noche con los alaridos de las sirenas y el pulular de los saqueadores. Los minaretes de las mezquitas recortan su silueta blanca en el rojo sangre del cielo. Las cruces extienden desesperadamente sus brazos de esperanza a trav\u00e9s del mar. La ch\u00e1chara de vida puebla las redes a\u00fan libres de Internet. Miro de nuevo a la calculadora. Los guarismos verdes centellean en la pantalla de cristal l\u00edquido. Mi aldea tiene cien vecinos. Pero catorce de ellos se est\u00e1n comiendo ocho de los diez pavos que criamos. Y casi todo el besugo y el cava y el turr\u00f3n y no digamos los mariscos. Aunque pensado ego\u00edstamente, casi mejor, porque si todos los vecinos comi\u00e9ramos igual, nuestro lago se quedar\u00eda sin peces y tendr\u00edamos que volver a la pesca milagrosa. En el portal de Bel\u00e9n hay estrellas, sol y bombas. La aldea global se estremece en la noche con los alaridos de las sirenas y el pulular de los saqueadores. Los minaretes de las mezquitas recortan su silueta blanca en el rojo sangre del cielo. Las cruces extienden desesperadamente sus brazos de esperanza a trav\u00e9s […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[116,842,156,844,169],"tags":[],"class_list":["post-4855","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-2003-mision-joven-2","category-842","category-cuaderno-joven","category-manuel-castells","category-tema"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/4855","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=4855"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/4855\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=4855"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=4855"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=4855"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nLa pesca milagrosa de ahora es como llaman en Colombia a los secuestros que las bandas armadas practican al azar en las carreteras. Pesca de vidas, milagros de supervivencia. Algo dif\u00edcil para treinta de los cien vecinos del \u00c1frica austral, que est\u00e1n infectados con el virus del sida, uno de los jinetes del aquelarre de la pobreza, la droga y prostituci\u00f3n. Y si eres mujer, cuidado, susurra tus quejas. O te pegar\u00e1n, como a una de cada cuatro espa\u00f1olas, o te matar\u00e1n, como les ocurri\u00f3 el a\u00f1o pasado a treinta y nueve de nuestras vecinas en esta urbanizaci\u00f3n llamada Espa\u00f1a.
\nTengo que hablar, hablar con alguien. Esgrimo mi m\u00f3vil. Y recuerdo que m\u00e1s de la mitad de los vecinos de mi aldea no han hecho o recibido en su vida una sola llamada de tel\u00e9fono. \u00bfIncomunicados? Si y no. Comunican con los suyos, con su entorno, con la naturaleza. Pero \u00bfqu\u00e9 naturaleza? Ya m\u00e1s de la mitad de mi aldea vive en \u00e1reas urbanas y dentro de poco ser\u00e1n dos tercios, y antes de no mucho, m\u00e1s de tres cuartos. Megaciudades superpobladas de extensi\u00f3n infinita y servicios escasos, en donde respirar, beber agua, hacer sus necesidades, se convierte en una lucha cotidiana. Eso s\u00ed, en los barrios ricos de mi aldea disfrutamos de la soledad acompa\u00f1ada de nuestras cabinas sonoras ambulantes, saboreando el placer radiof\u00f3nico de tertulias esclarecedoras mientras nuestros autom\u00f3viles se desperezan por la caravana multicolor de los atascos.
\nNecesito aire, salgo a pasear. A lo mejor encuentro a Papa Noel y me regala una aldea nueva. Pero es de noche y hay toque de queda en Buenos Aires, en Kandahar y en tantos otros barrios de mi aldea en que la violencia, a veces revancha, a veces justicia, a veces locura, se envuelve en el manto de las sombras para clavarnos el miedo en el coraz\u00f3n. As\u00ed es que me encuentro solo, conmigo mismo. Y me digo que cualquier tiempo pasado fue peor. Al fin y al cabo, hasta hace menos de trescientos a\u00f1os (un instante en la historia de nuestra especie) la poblaci\u00f3n de nuestra aldea, tambi\u00e9n en Europa, era peri\u00f3dicamente diezmada por las plagas, las hambrunas, las guerras y las cat\u00e1strofes de una naturaleza m\u00e1s hostil de lo que se imaginan los ecologistas ingenuos. Y ahora vivimos m\u00e1s, mucho m\u00e1s, que hace un siglo (casi el doble en Espa\u00f1a), gracias a la ciencia m\u00e9dica, a la higiene p\u00fablica y al cuidado hospitalario. Y sabemos mucho m\u00e1s, tenemos mucha m\u00e1s educaci\u00f3n y 70 de los 100 ni\u00f1os de nuestra aldea global van a la escuela. Y en los \u00faltimos 10 a\u00f1os hemos puesto juntas todas nuestras econom\u00edas, hemos creado m\u00e1s riqueza que en los 30 a\u00f1os anteriores y hemos visto c\u00f3mo mucha gente de barrios hasta ahora pobres empiezan a ser como los de mi barrio. Y hemos hecho maravillas de inventos tecnol\u00f3gicos, como Internet, como la capacidad de crear vida nueva por ingenier\u00eda gen\u00e9tica y como la capacidad de entender lo que pasa en la aldea y contarlo a todo el mundo en el momento. Y cientos de millones de mujeres han sido capaces de decir basta a los patriarcas de turno.
\n\u00bfEntonces? \u00bfNo es simplemente una cuesti\u00f3n de tiempo el que este mundo feliz que estamos creando llegue a todos y empecemos la verdadera historia de la humanidad, la de crear y compartir sin destrucci\u00f3n, sin violencia, sin injusticia, sin corrupci\u00f3n, sin opresi\u00f3n, en armon\u00eda con la naturaleza? \u00bfNo podr\u00edamos vivir en una eterna Navidad sin que la simple menci\u00f3n de esta utop\u00eda provoque una mueca sarc\u00e1stica?
\nSabemos que no, sabemos que cuanta m\u00e1s riqueza hemos creado m\u00e1s iniquidad se produce en su reparto; que cuanto m\u00e1s sofisticado es nuestro sistema tecnol\u00f3gico m\u00e1s gente se excluye mediante la ignorancia; que cuanto m\u00e1s crece nuestra riqueza m\u00e1s se destruye nuestro ecosistema; que cuanto m\u00e1s diversa es nuestra cultura m\u00e1s incapaces de comunicar son nuestras identidades; que cuanto m\u00e1s se extiende la democracia m\u00e1s se manipulan sus mecanismos, y que cuando acabamos con una forma de guerra descubrimos otra m\u00e1s insidiosa.
\nDe repente, la estrella rutilante se detiene en el horizonte y lo veo todo claro: es una Navidad triste porque ha llegado la Navidad. Porque sabemos tanto, queremos tanto, podemos tanto, sentimos tanto, tenemos tantas cosas en nuestras manos y en nuestra mente que realmente podr\u00edamos vivir en esa felicidad que nos deseamos burocr\u00e1ticamente los unos a los otros unas horas al a\u00f1o, como quien masculla el buenos d\u00edas con el que empiezan las jornadas del no ser.
\nY, sin embargo, seguimos viviendo en la violencia sin remordimiento, en la competitividad sin cooperaci\u00f3n, en la insolidaridad sin vuelta de hoja, en la incomunicaci\u00f3n unilateral. Y all\u00e1 los curas, los ayatoll\u00e1s o las ONGs de bienpesantes con sus monsergas morales. La Navidad se hel\u00f3 en nuestros corazones hace tanto tiempo que s\u00f3lo podemos sentirla en los ojos de nuestros ni\u00f1os, sabiendo que es eso, cosa de ni\u00f1os, que alg\u00fan d\u00eda ser\u00e1n tan glaciales como nosotros y empu\u00f1ar\u00e1n el kalashnikov para comunicar por Internet la devaluaci\u00f3n de nuestras vidas.
\nManuel Castells<\/em><\/strong>
\nEl Pa\u00eds<\/strong>, 26.12.01
\n
\nPara hacer<\/p>\n\n