{"id":6592,"date":"2013-05-01T00:00:37","date_gmt":"2013-04-30T22:00:37","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6592"},"modified":"2013-05-01T00:00:37","modified_gmt":"2013-04-30T22:00:37","slug":"manual-de-instrucciones-para-un-joven-que-no-tiene-ni-tiempo-ni-ganas-de-rezar","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/manual-de-instrucciones-para-un-joven-que-no-tiene-ni-tiempo-ni-ganas-de-rezar\/","title":{"rendered":"MANUAL DE INSTRUCCIONES PARA UN JOVEN QUE NO TIENE NI TIEMPO NI GANAS DE REZAR"},"content":{"rendered":"

Jes\u00fas Manuel Garc\u00eda Guti\u00e9rrez<\/strong>
\nProfesor de Teolog\u00eda Espiritual en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO.-<\/strong>
\nEl autor da unas orientaciones sencillas y muy pr\u00e1cticas para quien quiera iniciarse en la vida de oraci\u00f3n. Bas\u00e1ndose en autores espirituales cl\u00e1sicos, especialmente en Santa Teresa de Jes\u00fas, muestra que aprender a orar equivale a aprender a amar; pero esto no est\u00e1 re\u00f1ido con conocer y practicar con constancia una serie de ejercicios pr\u00e1cticos que sirven para desbrozar el camino sobre todo en sus inicios.
\n 
\nQuerido amigo,
\nMe pides en tu carta que te sugiera alg\u00fan m\u00e9todo sencillo de oraci\u00f3n, pues \u00faltimamente has perdido el gusto por la oraci\u00f3n y, por tanto, tampoco te concedes espacios para dedicarte a estas cosas.
\nTe respondo r\u00e1pidamente: \u00a1Por m\u00e9todos que no quede\u2026! Te podr\u00eda sugerir el m\u00e9todo ignaciano de los ejercicios o, si quieres, el m\u00e9todo teresiano de la quietud o los m\u00e9todos que integran t\u00e9cnicas de meditaci\u00f3n oriental. Hoy se insiste mucho en el m\u00e9todo de la \u00ablectura orante de la Palabra\u00bb o, si quieres, puedes seguir alg\u00fan m\u00e9todo m\u00e1s llamativo como \u00abrezar con los iconos\u00bb u \u00aborar con el cuerpo\u00bb\u2026 En realidad, y para comenzar, no se trata de aprender m\u00e9todos, sino de saber qu\u00e9 quieres hacer con tu vida. Despu\u00e9s buscaremos la forma de rezar m\u00e1s apropiada para ti. Si tienes un poco de paciencia, sigue los pasos que te indico en este \u00abmanual de instrucciones\u00bb y ver\u00e1s que, al final, ser\u00e1s t\u00fa mismo capaz de organizar tu vida de oraci\u00f3n.
\nLa misma Teresa de \u00c1vila que, como t\u00fa bien sabes, fue proclamada doctora de la Iglesia por Pablo VI y presentada como \u00abmaestra de oraci\u00f3n\u00bb<\/a>, tuvo alg\u00fan problema con los m\u00e9todos. En su \u00e9poca la oraci\u00f3n ense\u00f1ada por los autores del tiempo era la meditaci\u00f3n met\u00f3dica, es decir, la de aquellos que \u00abdiscurren mucho con el entendimiento, sacando muchas cosas de una cosa y muchos conceptos\u00bb (V<\/em> 13,11)<\/a>. Este tipo de oraci\u00f3n, como puedes suponer, requiere una buena gimnasia del esp\u00edritu y una ardua fatiga del intelecto para ordenar los conceptos (cf. V<\/em> 11,9). Teresa, dotada de una mente m\u00e1s bien pr\u00e1ctica, dir\u00e1 que para algunos podr\u00e1 ser un m\u00e9todo\u00a0 \u00fatil para conseguir el descanso y la seguridad, dado que \u00abatado el entendimiento, se progresa tranquilamente\u00bb (C<\/em> 19,1), pero, en cambio, para ella supon\u00eda una verdadera tortura. Invitar\u00e1 pues a las hermanas a seguir una v\u00eda m\u00e1s r\u00e1pida: la oraci\u00f3n de quietud o de recogimiento (C<\/em> 28,4).
\nLo importante, por tanto, no es centrar tu atenci\u00f3n en las estrategias metodol\u00f3gicas, sino en tu propia persona. Te indicar\u00e9 algunos pasos, que conviene que sigas, para llegar a ser un buen orante.
\n <\/p>\n

    \n
  1. Pasos para comenzar a orar<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    1.1. Dec\u00eddete a rezar
    \nLa dificultad no consiste tanto en el hecho de que atrae m\u00e1s la acci\u00f3n que la vida interior, sino m\u00e1s bien en la diferencia de actitud que implican una y otra. La acci\u00f3n, incluida la apost\u00f3lica, es afirmaci\u00f3n de uno mismo; la oraci\u00f3n, en cambio, es rebajamiento personal delante de Dios, frente al cual experimentar\u00e1s una dependencia radical. Se requiere por tanto valent\u00eda y determinaci\u00f3n para preferir la vida oscura de la fe al esplendor aparente del \u00e9xito exterior. Reconocer las dificultades que supone decidirse por rezar ya es un buen punto de partida en el camino de la oraci\u00f3n. Romano Guardini ha descrito bien la situaci\u00f3n parad\u00f3jica del hombre de hoy, el cual, por un lado, desea conseguir la uni\u00f3n con Dios y, por otro, reh\u00fasa la disciplina necesaria para conseguirla. Dice Guardini: \u00abEn general, al hombre no le gusta rezar. Es f\u00e1cil que sienta al rezar una sensaci\u00f3n de aburrimiento, un embarazo, una repugnancia, incluso una hostilidad. Cualquier otra cosa le parece m\u00e1s atractiva y m\u00e1s importante. Dice que no tiene tiempo, que tiene otras obligaciones urgentes; pero apenas se ha desentendido de rezar, se entrega a hacer las cosas m\u00e1s in\u00fatiles. El hombre debe dejar de enga\u00f1ar a Dios y a s\u00ed mismo. Es mucho mejor decir abiertamente: \u201cNo quiero rezar\u201d a usar semejantes argucias. Es mucho mejor no atrincherarse tras justificaciones como la de estar demasiado cansado, y decir clara y abiertamente: \u201cNo tengo ganas\u201d. La impresi\u00f3n que se obtiene no es demasiado buena y revela toda la mezquindad del hombre; pero es verdad, y partiendo de la verdad se avanza mucho m\u00e1s f\u00e1cilmente que partiendo del disimulo\u00bb
    <\/a>.
    \nTu oraci\u00f3n va a depender de las ganas que tengas de comunicarte con Dios. Tendr\u00e1s que ser t\u00fa mismo quien se imponga un ritmo de alternancia entre el trabajo, la familia, la novia, los amigos y la b\u00fasqueda de alg\u00fan espacio de tiempo dedicado exclusivamente al trato con Dios. Cuando te hayas decidido por la oraci\u00f3n, entonces conviene que no lo dejes todo a la espontaneidad o a tu estado de \u00e1nimo, sino que sigas con fidelidad una determinada forma de rezar, hasta llegar a considerarla \u201chabitual\u201d en ti. Para dar este paso, y si no lo has hecho antes, te conviene pedir ayuda a alguien que\u00a0 entienda de estos asuntos.
    \n1.2. S\u00e9 t\u00fa mismo
    \n\u00bfConoces cu\u00e1l es para Teresa la puerta para entrar en las Moradas del castillo interior<\/em> y superar los fosos, trincheras, murallas, cercas y arrabales hasta llegar al torre\u00f3n, donde tiene el Se\u00f1or su morada personal? La oraci\u00f3n (cf. M <\/em>I,7). Y, \u00bfsabes cu\u00e1l es la tarea de laprimera morada<\/em>? \u00a1Conocerte! Si Dios te llama a una relaci\u00f3n personal con \u00e9l, lo primero que necesitas es saber qui\u00e9n eres. El encuentro contigo mismo es un medio absolutamente necesario para llegar al encuentro con Dios: \u00abNo es peque\u00f1a l\u00e1stima y verg\u00fcenza \u2013 dice Teresa \u2013 que, por nuestra culpa, no nos comprendamos a nosotros mismos ni sepamos qui\u00e9nes somos sino que nos quedamos en nuestro cuerpo, y as\u00ed, a bulto, porque lo hemos o\u00eddo y porque nos lo dice la fe, sabemos que tenemos alma\u00bb (M<\/em> I,2). La falta de conocimiento personal hace que muchas veces planees mal tus propias batallas.
    \nSe trata de un conocimiento bien entendido: conocer tus propias limitaciones, pero tambi\u00e9n tus grandezas, y la fuerza del amor de Dios que te eleva a la dignidad de \u00abhijo suyo\u00bb (cf. V <\/em>13-15). Para conseguir conocerte, querido amigo, tendr\u00e1s que examinarte. Ignacio, Teresa\u2026 comienzan la oraci\u00f3n con el \u00abexamen de conciencia\u00bb. Del conocimiento brotar\u00e1 la humildad, que – para Teresa –\u00a0 es la verdad. Y la verdad es que somos criaturas destinadas a ser lo que \u00c9l es: amor. Cu\u00e1nta raz\u00f3n lleva Francisco de Sales cuando afirma: \u00abHemos de ser lo que somos y se\u00e1moslo de verdad, en honor al gran Artista que nos ha modelado\u00bb
    <\/a>.
    \nLa pr\u00e1ctica de la oraci\u00f3n te pondr\u00e1 en condiciones de leer tu historia personal por muy insignificante, absurda y contradictoria que te parezca, como una revelaci\u00f3n del amor de Dios en las coordenadas de tu existencia. Nada de lo que sucede en tu vida y en tu mundo es extra\u00f1o al amor de Dios. Dios es amor y t\u00fa eres un latido del amor de Dios. Con la oraci\u00f3n, dejando que Dios te ame, te convertir\u00e1s en instrumento de su amor para el mundo.
    \n1.3. Sal fuera de ti mismo
    \nPara no caer en un intimismo narcisista, conviene que aprendas a descubrir las huellas de Dios no s\u00f3lo dentro de ti, sino tambi\u00e9n en la grandeza y en la belleza de las criaturas. El llamado \u00abdoctor ser\u00e1fico\u00bb, el doctor Buenaventura (
    1217<\/a>\/1221<\/a>–1274<\/a>), en su Itinerario de la mente a Dios<\/em>, propone, como primera etapa en el camino hacia Dios, descubrirlo \u00abpor medio de las criaturas y en las criaturas\u00bb<\/a>. Como dir\u00eda otro gran doctor de la Iglesia, Juan de la Cruz, en el Cantico<\/em> espiritual<\/em>, se trata de descubrir las mil gracias que el \u201cEsposo\u201d va derramando a su paso por \u00abestos sotos con premura, y, y\u00e9ndolos mirando, con sola su figura, vestidos los dej\u00f3 de hermosura\u00bb (CB<\/em> 5).
    \nNo me digas que, despu\u00e9s de subir a lo m\u00e1s alto del Pe\u00f1alara, no has pensado: \u00abPero \u00a1qu\u00e9 grande eres, Dios m\u00edo!\u00bb
    <\/a>. Y cuando regresas a casa agotado, el s\u00e1bado por la noche, despu\u00e9s de haberte pasado la tarde y buena parte de la noche distribuyendo comidas en la C\u00e1ritas de Sol, \u00bfno sientes un \u00abno s\u00e9 qu\u00e9\u00bb<\/a> que te llena de satisfacci\u00f3n? Son sensaciones que indican que vas por el buen camino para llegar a ser un buen orante. Sigue as\u00ed.
    \n1.4. Acepta la lucha y la disciplina interior para lograr ser libre
    \nDecidirte por la oraci\u00f3n no quiere decir que \u00abseas oraci\u00f3n\u00bb
    <\/a>. Cuando te creas que has llegado, tendr\u00e1s todav\u00eda que seguir luchando. Has comprendido que la oraci\u00f3n es indispensable para tu vida. Tendr\u00e1s que asumir ahora que tu crecimiento espiritual exige una lucha constante contra la tendencia a desparramarse hacia fuera, as\u00ed como una cierta disciplina interior, un esfuerzo met\u00f3dico, al menos en los comienzos.
    \nTu vida de oraci\u00f3n presupone un alma purificada, libre de pasiones, que ocupan continuamente la mente y te impiden unirte a Dios. Los maestros de esp\u00edritu insisten en la necesidad previa de la ascesis en toda vida de oraci\u00f3n. Los tiempos de aridez espiritual, presentes, tarde o temprano, en todas las personas, requieren tambi\u00e9n una gran perseverancia y fortaleza para superarlos provechosamente.
    \nPara lograr la libertad que requiere la oraci\u00f3n, tienes que luchar: romper esclavitudes y dependencias; dar sobriedad y austeridad a tu vida porque \u00abeste cuerpo tiene una falta, que mientras m\u00e1s le regalan, m\u00e1s necesidades descubre ; por poca que sea la necesidad, enga\u00f1a a la pobre alma para que no medre\u00bb (C <\/em>11,2). Esta batalla la combatir\u00e1s dentro de ti mismo: ser\u00e1 la orientaci\u00f3n de tu coraz\u00f3n que encontrando en Cristo al amigo, se llenar\u00e1 de \u00c9l. No puede durar mucho un gran amor, si uno se permite continuos caprichos porque, como dice Teresa, \u00abvida c\u00f3moda y oraci\u00f3n no son compatibles\u00bb (C<\/em> 4,2). Solo una decisi\u00f3n clara y fuerte fundar\u00e1 las bases de tu libertad personal. La lucha interior ser\u00e1 pues la fuerza dinamizadora de tu vida espiritual.
    \n2. Manual de instrucciones
    \nSi quieres llegar a una profunda vida de oraci\u00f3n tienes que actuar en\u00e9rgicamente para asegurarte algunas condiciones exteriores m\u00ednimas de tiempo, de paz y tambi\u00e9n de estudio. La necesidad del esfuerzo asc\u00e9tico respecto a la oraci\u00f3n tiene su justificaci\u00f3n en lo dif\u00edcil que resulta garantizar una vida de disciplina lo suficientemente s\u00f3lida para llegar a ser de verdad persona de oraci\u00f3n. Garantizadas estas condiciones externas, pasamos ahora a la vida interior.
    \n2.1. De la dispersi\u00f3n al recogimiento
    \nAmigo m\u00edo, tienes que atreverte a estar a solas contigo mismo si quieres vivir esta experiencia de interioridad que te propongo. Al principio seguro que te va a costar, porque lo normal es la dispersi\u00f3n, las dicotom\u00edas. No se trata naturalmente de un simple aislamiento, porque bien podr\u00edas llevar a tu aislamiento tu \u00abpropio bullicio\u00bb. Se trata m\u00e1s bien de \u00absoledad\u00bb, de plenitud de relaci\u00f3n, desde una postura de total apertura a la acci\u00f3n de Dios. Me imagino que ser\u00e1s consciente de que a veces te pones en soledad, pero, en realidad, es una soledad aparente, es una pantalla que oculta una huida ego\u00edsta o es el lugar donde intentas dar una respuesta racional a tus problemas, en vez de plantearlos cara a cara con Alguien. Desde tu aislamiento, sigues alimentando tus propios pensamientos y condiciones. Como dice Teresa, permites que tu pensamiento \u00abande a placer\u00bb.
    \nEste puede ser un tema un poco delicado que, si no lo entiendes bien, te puede hacer caer en el des\u00e1nimo. Algunos autores, como por ejemplo, un autor del siglo XIV, que escribi\u00f3 La nube del no saber,<\/em> te pedir\u00edan suspender toda actividad del entendimiento, acallar tu espacio interior. Quiz\u00e1 esto te parezca un poco exagerado. Y tienes algo de raz\u00f3n. En realidad te das cuenta que, no obstante tus esfuerzos por concentrarte en la oraci\u00f3n, te encuentras siempre \u201cpensando\u201d
    <\/a>. No te desanimes. Lo que se te pide ahora es algo m\u00e1s f\u00e1cil: ponerte en actitud de escucha; estar atento a ver qu\u00e9 obra el Se\u00f1or en tu vida (cf. M<\/em> IV, 3,4).
    \nEn este punto habr\u00e1s o\u00eddo hablar de algunas t\u00e9cnicas orientales que te ayudar\u00e1n a hacer de tu propio cuerpo un veh\u00edculo apto para la comunicaci\u00f3n, para la interrelaci\u00f3n
    <\/a>. Ciertamente no cualquier postura de tu cuerpo es compatible con el equilibrio interior, con la actitud de escucha. Como dice Juan de la Cruz en las canciones de la Noche oscura<\/em>, es necesario que tu casa est\u00e9 \u00absosegada\u00bb. La oraci\u00f3n, de hecho, no se mide por los sentimientos que genera, sino por su capacidad de mantener sosegada la atenci\u00f3n en un contenidoexperiencial<\/a>.
    \nNo se puede rezar en el barullo de tus pensamientos; deber\u00e1s hacer silencio para escuchar el silencio. El lenguaje de la oraci\u00f3n es el lenguaje del amor. Y el amor tiene un camino muy bien trazado, que va desde las palabras al silencio, pero el silencio de la oraci\u00f3n ser\u00e1 la cima de la palabra.
    \nCuando te adentres en esa oscuridad en la que ya no eres observado por nadie de fuera y te quedes solo expuesto a su mirada, ya no necesitar\u00e1s hacer ni decir nada. Porque en ese lugar que se ancla en otro centro y te hace respirar otro aire, recibir\u00e1s la certeza de ser plenamente sabido y acogido, y eso aquietar\u00e1\u00a0 y silenciar\u00e1 tu coraz\u00f3n
    <\/a>. No hay duda de que un cambio as\u00ed requiere un esfuerzo por tu parte; tanto m\u00e1s considerable cuanto m\u00e1s te sientas inclinado a la acci\u00f3n.
    \n2.2. Para lograr ser receptivo ante la acci\u00f3n de Dios
    \nUna vez que has logrado silenciar tu \u00abbullicio\u00bb, te sentir\u00e1s due\u00f1o de ti mismo, sentir\u00e1s nuevas fuerzas que te van a permitir captar la \u00abm\u00fasica callada de Dios\u00bb, gozar de su \u00abcena que enamora\u00bb
    <\/a>. En realidad sentir\u00e1s que es \u00c9l mismo que sale a buscarte porque si te pones en marcha hacia Dios es porque de alguna forma ya est\u00e1s en \u00c9l y vienes de \u00c9l. El hombre – escribe Xavier Zubiri – va hacia las cosas proyectando qu\u00e9 hacer con ellas, pero con Dios es distinto porque Dios no es una cosa. El hombre \u00abno est\u00e1 con Dios, est\u00e1 m\u00e1s bien enDios. Tampoco va hacia Dios, bosquejando algo que hacer con \u00c9l, sino que est\u00e1 viniendo desde Dios, teniendo que hacer y hacerse. Por esto, todo ulterior ir hacia Dios es un ser llevado por \u00c9l\u00bb<\/a>. Dios se entrega al hombre, y a esa donaci\u00f3n responde \u00e9ste con una acci\u00f3n positiva en la cual la persona acepta ser llevada hacia Dios. A la presencia radical de Dios en el hombre, \u00e9ste responde con esa forma especial de donaci\u00f3n que es la entrega de s\u00ed mismo<\/a>.
    \nSan Agust\u00edn intuy\u00f3, y lo dej\u00f3 escrito en sus Confesiones<\/em>, que a Dios le buscamos invoc\u00e1ndole, es decir, estableciendo con \u00c9l una relaci\u00f3n de acatamiento, pero esta actitud s\u00f3lo es posible si ya le conocemos y nos hallamos vinculados a \u00c9l por la fe: \u00abQue yo, Se\u00f1or, te busque invoc\u00e1ndote – exclama san Agust\u00edn – y te invoque creyendo en ti\u00bb.
    <\/a> Y contin\u00faa san Agust\u00edn, con su personal confesi\u00f3n, reconociendo su retraso y equivocaci\u00f3n en la b\u00fasqueda de Dios: \u00abTarde te am\u00e9, Belleza tan antigua y tan nueva, \u00a1tarde te am\u00e9! Estabas dentro de m\u00ed y yo te buscaba por fuera […]. Me lanzaba como una bestia sobre las cosas hermosas que hab\u00edas creado. Estabas a mi lado, pero yo estaba muy lejos de ti. Esas cosas […] me ten\u00edan esclavizado. Me llamabas, me gritabas, y al fin venciste mi sordera. Brillaste ante m\u00ed y me liberaste de mi ceguera…Aspir\u00e9 tu perfume y te dese\u00e9. Te gust\u00e9, te com\u00ed, te beb\u00ed. Me tocaste y me abras\u00e9 en tu paz\u00bb<\/a>.
    \nDe aqu\u00ed en adelante, querido amigo, ser\u00e1 tu proprio yo el que va a pedir silencio para hacerse pura atenci\u00f3n a ese Dios que empieza a manifestarse en tu interior. Te rendir\u00e1s al protagonismo de Dios en tu vida. De hecho te habr\u00e1s dado cuenta que, cuando haces algo, experimentas tu influencia en el mundo porque con tu acci\u00f3n lo intentas transformar. En cambio, cuando rezas, te sientes t\u00fa transformado. De hecho, si quieres ser un buen orante, tienes que aceptar una condici\u00f3n: ser pasivo-receptivo ante la acci\u00f3n de Dios. No se trata tanto de afirmarte en la vida con las cosas que puedes hacer, sino de colocarte en situaci\u00f3n de recepci\u00f3n, de espera, de escucha; aceptar que Dios est\u00e1 ah\u00ed, que quiere comunicar contigo y dejar sitio, dentro de ti mismo, a esa Presencia, hasta convertirte en Su morada
    <\/a>. \u00a0Por eso en la oraci\u00f3n es indispensable la escucha. La escucha del coraz\u00f3n, la escucha de la Palabra, la escucha del silencio. Antes escucha; despu\u00e9s entrar\u00e1s, casi sin darte cuenta, en la experiencia del amor.
    \n2.3. Y poder entrar en el lenguaje del amor
    \nLa exigencia de la amistad con Dios es no buscarse a s\u00ed mismo, sino acoger su mirada, permanecer con \u00abatenci\u00f3n amorosa\u00bb, para despu\u00e9s compartirla con aquellos que amamos. Cuando Dios creador te mira, lo que tienes que hacer es dejarte mirar. Piensa en Mois\u00e9s, delante de la zarza ardiente: despu\u00e9s de \u00abdescalzarse\u00bb, no le queda otro recurso que permanecer extasiado ante la \u00abluminosa oscuridad\u00bb
    <\/a>, que el entendimiento no puede comprender, pero s\u00ed experimentar<\/a>. O la met\u00e1fora de Juan de la Cruz, en Llama de amor viva, <\/em>cuando el santo de Fontiveros, para explicar la trasformaci\u00f3n de la criatura en amor divino, describe c\u00f3mo el fuego entra en el madero, hasta hacerlo centellar fuego y llamear (Ll<\/em> pr\u00f3logo 4). La misma Teresa, en su s\u00e9ptima morada, compara la experiencia m\u00e1s alta de uni\u00f3n con Dios con la gota que cae en el mar, de forma que ya no se puede distinguir entre el agua de la gota y la del mar. Somos gotas en el mar<\/a>. Pero, cuando nuestro yo queda relegado, somos el mar. Esta experiencia deber\u00eda infundirte mucha humildad, pero tambi\u00e9n mucha\u00a0 alegr\u00eda. \u00a1Vives la vida de Dios! T\u00fa est\u00e1s en Dios y Dios en ti. Como dos ventanas por donde entra gran luz: aunque est\u00e9n divididas, se funden en una sola luz. El gusano convertido en mariposa ha acabado ya sus transformaciones. Tiene como fin esencial la acci\u00f3n. En adelante, Marta y Mar\u00eda ser\u00e1n inseparables (cf. M <\/em>VII).
    \nTendr\u00eda que alargarme en este punto, pero no lo puedo hacer. Es fundamental que despu\u00e9s de todos los esfuerzos para crear orden en tus biorritmos, ahora, sosegado, disfrutes de su presencia: \u00abmira que te mira\u00bb. Por desgracia, muchas veces miramos a Dios a la luz de nuestras propias obras. T\u00fa intenta aprender a mirarte a ti mismo, a partir de Dios; intenta ponerte delante de la mirada de Dios y ser aut\u00e9ntico (cf. L<\/em>c 18,14: \u00abEl que se exalta…\u00bb); permite a Dios que te regale el don de su perd\u00f3n; deja que te ame tal y como eres, sin miedos y sin fingimientos (cf. Lc<\/em> 19,5: \u00abJes\u00fas levant\u00f3 la vista y dijo a Zaqueo…\u00bb). Entonces, tu fragilidad se transformar\u00e1 en fuerza y coraje para cambiarte y cambiar el mundo.
    \n3. Ejercicios de oraci\u00f3n
    \nQuerido amigo, no se vive una experiencia espiritual por el simple hecho de tener deseos de ella. Hay que ejercitarse. Te propongo algunos ejercicios. Como puedes imaginar, sobre cada uno de ellos se han escrito r\u00edos de tinta. Me limitar\u00e9 a indicarte las pautas metodol\u00f3gicas fundamentales.
    \n 
    \n3.1. Rezar con la Palabra<\/i><\/b>
    <\/a><\/p>\n

      \n
    1. Elige un lugar para tu encuentro con Dios y s\u00e9 fiel a \u00e9l.<\/li>\n
    2. Mientras vas a tu lugar de oraci\u00f3n, prepara tu coraz\u00f3n para ese encuentro.<\/li>\n
    3. Siente a Dios junto a ti y pide la fuerza y la luz del Esp\u00edritu Santo para saber hablar con Dios: \u00abSe\u00f1or, ens\u00e9\u00f1ame a orar\u00bb.<\/li>\n
    4. Dedica un tiempo a serenarte, para que tambi\u00e9n tu cuerpo entre en oraci\u00f3n.<\/li>\n
    5. P\u00eddele a Dios lo que quieres que te regale en este rato de oraci\u00f3n.<\/li>\n
    6. Lee un texto de la Biblia y escoge el trozo que m\u00e1s resuene en ti.<\/li>\n
    7. Qu\u00e9date en silencio, dejando que ese texto llene tu coraz\u00f3n y surjan los sentimientos. No te impacientes; s\u00f3lo el que ama es capaz de esperar.<\/li>\n
    8. Ahora, deja hablar a tu coraz\u00f3n con Dios, ya que se ora con el coraz\u00f3n. Habla con libertad y espontaneidad, \u00abcomo un amigo habla con su amigo\u00bb.<\/li>\n
    9. Haz silencio para que puedas sentir lo que Dios quiere comunicarte; mucho m\u00e1s importante que lo que t\u00fa le digas a Dios, es lo que \u00c9l te quiere expresar.<\/li>\n
    10. Para terminar, pres\u00e9ntale al Se\u00f1or lo que has descubierto y desp\u00eddete con un momento especialmente \u00edntimo de di\u00e1logo con \u00c9l: d\u00e1ndole gracias, pidi\u00e9ndole, ofreci\u00e9ndote…<\/li>\n<\/ol>\n

      3.2. Rezar ante los iconos<\/a><\/p>\n

        \n
      1. Busca un lugar recogido:<\/li>\n<\/ol>\n

        en una iglesia o capilla, en tu habitaci\u00f3n…<\/p>\n

          \n
        1. Si\u00e9ntate en una postura correcta<\/li>\n<\/ol>\n

          ante un rostro o icono de Jes\u00fas…<\/p>\n

            \n
          1. Trata de serenarte, pacificarte y centrarte.<\/li>\n<\/ol>\n

            Para ello: deja a un lado todo pensamiento…
            \ncentra tu mente: aqu\u00ed y ahora,
            \nen el momento presente, en este lugar donde est\u00e1s…<\/p>\n

              \n
            1. Qu\u00e9date unos momentos tomando conciencia de ti mismo.<\/li>\n<\/ol>\n

              Obs\u00e9rvate: en silencio, calma interior, serenidad…
              \nen silencio, paz, apertura interior…<\/p>\n

                \n
              1. Centra tu atenci\u00f3n en ese rostro o icono de Jes\u00fas.<\/li>\n
              2. Cierra los ojos y procura quedarte en silencio,<\/li>\n<\/ol>\n

                d\u00e1ndote cuenta de ti mismo
                \ny del rostro de Jes\u00fas…<\/p>\n

                  \n
                1. Date cuenta de tus deseos de orar,<\/li>\n<\/ol>\n

                  de tus deseos de acercarte a Jes\u00fas,
                  \nde tus deseos de percibir su mirada\u2026<\/p>\n

                    \n
                  1. Lee el texto (o mejor, recu\u00e9rdalo, sin necesidad de leerlo) de Mc 1,35:<\/li>\n<\/ol>\n

                    \u00abDe madrugada,<\/em>
                    \ncuando<\/em> todav\u00eda estaba muy oscuro,<\/em>
                    \nJes\u00fas se levant\u00f3,<\/em>
                    \nsali\u00f3<\/em> y se fue a un lugar solitario,<\/em>
                    \ny<\/em> all\u00ed se puso a orar<\/em>…\u00bb (Mc 1,35).<\/p>\n

                      \n
                    1. Despu\u00e9s, cierra los ojos, o d\u00e9jalos recogidos, semientornados.<\/li>\n<\/ol>\n

                      Imag\u00ednate a Jes\u00fas
                      \nantes del amanecer,
                      \nsaliendo de su casa,
                      \ndirigi\u00e9ndose a un lugar solitario,
                      \norando a su Padre Dios…<\/p>\n

                        \n
                      1. Observa de nuevo el icono y cont\u00e9mplalo en silencio.<\/li>\n
                      2. Deja que tu coraz\u00f3n, tu mente y todo tu ser<\/li>\n<\/ol>\n

                        se vayan contagiando de la oraci\u00f3n de Jes\u00fas, del esp\u00edritu de Jes\u00fas…<\/p>\n

                          \n
                        1. Repite en tu coraz\u00f3n, como un eco de tu alma,<\/li>\n<\/ol>\n

                          Jes\u00fas, ens\u00e9\u00f1ame a orar\u2026<\/em>
                          \nJes\u00fas, cont\u00e1gianos tu esp\u00edritu de oraci\u00f3n…<\/em>
                          \n\u00a0<\/em>
                          \n3.3. La oraci\u00f3n de recogimiento<\/em><\/a>
                          \nA la oraci\u00f3n de recogimiento podemos llegar por nosotros mismos, con un trabajo perseverante. Hay tres medios que ayudan a alcanzar este objetivo:<\/p>\n

                            \n
                          1. Imaginar a Dios en la oraci\u00f3n con la ayuda de alguna imagen, pues aunque no siempre le podemos sentir, podemos imaginarle cuando lo deseemos.<\/li>\n
                          2. Entregarse totalmente al Se\u00f1or, ofrecer nuestra voluntad a la suya, dejarnos atraer por \u00c9l, porqu\u00e9 \u00c9l desea nuestro consentimiento.<\/li>\n
                          3. Tomar conciencia de su presencia durante todo el d\u00eda; ir a todas las ocupaciones con \u00c9l.<\/li>\n<\/ol>\n

                            3.4. Rezar con el cuerpo<\/a><\/p>\n

                              \n
                            1. Siempre que te pongas a orar, toma una posici\u00f3n corporal correcta: cabeza y tronco erguidos. Asegura una buena respiraci\u00f3n. Relaja tensiones y nervios, suelta recuerdos e im\u00e1genes, haz vac\u00edo y silencio. Conc\u00e9ntrate. Ponte en la presencia divina, invoca al Esp\u00edritu Santo y comienza a orar. Son suficientes cuatro o cinco minutos. Esto, cuando est\u00e9s normalmente sereno.<\/li>\n
                            2. Relajaci\u00f3n corporal<\/em>. Tranquilo, concentrado, suelta uno por uno los brazos y piernas (como estirando, apretando y soltando m\u00fasculos) sintiendo c\u00f3mo se liberan las energ\u00edas. Suelta los hombros de la misma manera. Suelta los m\u00fasculos faciales y los de la frente. Afloja los ojos (cerrados). Suelta los m\u00fasculos-nervios del cuello y de la nuca balanceando la cabeza hacia adelante y hacia atr\u00e1s, y gir\u00e1ndola en todas direcciones, con tranquilidad y concentraci\u00f3n, sintiendo c\u00f3mo se relajan m\u00fasculos-nervios. Unos diez minutos.<\/li>\n
                            3. Relajaci\u00f3n mental<\/em>. Muy tranquilo y concentrado, comienza a repetir la palabra \u00abpaz\u00bb en voz suave (a ser posible en la fase espiratoria de la respiraci\u00f3n) sintiendo c\u00f3mo la sensaci\u00f3n sedante de paz va inundando primero el cerebro (unos minutos siente c\u00f3mo se suelta el cerebro); y despu\u00e9s recorre ordenadamente todo el organismo en cuanto vas pronunciando la palabra \u00abpaz\u00bb y vas inundando todo de una sensaci\u00f3n deliciosa y profunda de paz.<\/li>\n<\/ol>\n

                              Despu\u00e9s, haz ese mismo ejercicio y de la misma manera con la palabra \u00abnada\u00bb; sintiendo la sensaci\u00f3n de vac\u00edo-nada, comenzando por el cerebro y siguiendo por todo el organismo hasta sentir una sensaci\u00f3n general de descanso y silencio. De diez a quince minutos.<\/p>\n

                                \n
                              1. Concentraci\u00f3n<\/em>. Con tranquilidad, percibe (simplemente sentir y seguir sin pensar nada) el movimiento pulmonar, muy concentrado. Unos cinco minutos.<\/li>\n<\/ol>\n

                                – Despu\u00e9s, ponte tranquilo, quieto y atento; capta y suelta todos los ruidos lejanos, pr\u00f3ximos, fuertes o suaves. Unos cinco minutos.
                                \n– Despu\u00e9s, con mayor quietud y atenci\u00f3n, capta en alguna parte del cuerpo los latidos card\u00edacos, y qu\u00e9date muy concentrado en ese punto, simplemente sintiendo los latidos, sin pensar nada. Unos cinco minutos.<\/p>\n

                                  \n
                                1. Respiraci\u00f3n<\/em>. Ponte tranquilo y relajado. Siguiendo lo que haces con tu atenci\u00f3n, inspira por la nariz lentamente hasta llenar bien los pulmones, y espira por la boca entreabierta y la nariz hasta expulsar completamente el aire. En suma: una respiraci\u00f3n tranquila, lenta y profunda.<\/li>\n<\/ol>\n

                                  – La respiraci\u00f3n m\u00e1s relajante es la abdominal: se llenan los pulmones al mismo tiempo que se llena (se hincha) el abdomen; se vac\u00edan los pulmones, y al mismo tiempo se vac\u00eda (de deshincha) el abdomen.
                                  \n– Todo simult\u00e1neo. No fuerces nada: al principio, unas diez respiraciones. Con el tiempo pueden ir aumentando.
                                  \nUtiliza estos ejercicios con libertad y flexibilidad en cuanto al tiempo, oportunidad, etc. Al principio, quiz\u00e1s, no sentir\u00e1s efectos sensibles. Paulatinamente ir\u00e1s mejorando.
                                  \nTendr\u00eda que continuar proponi\u00e9ndote c\u00f3mo rezar con los salmos; el modo de \u00abeucaristizar\u00bb tu vida cotidiana; metodolog\u00eda para que la oraci\u00f3n vocal no sea simplemente una repetici\u00f3n de palabras; la forma de organizar tu meditaci\u00f3n cotidiana\u2026 Ser\u00e1 para otra ocasi\u00f3n.
                                  \n4. No te olvides que la vida verificar\u00e1 tu oraci\u00f3n
                                  \nSiguiendo las ense\u00f1anzas de los grandes orantes, conviene que reces como sabes, y no reces como no sabes\u2026 Es decir, preoc\u00fapate m\u00e1s por tu persona que reza, que por la oraci\u00f3n que haces. Salva tu vida, si quieres salvar tu oraci\u00f3n porque, como dice Teresa, \u00abno est\u00e1 la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho\u00bb (M<\/em> IV,1,7; cf. F<\/em> 5,2).
                                  \nSi rezas y no amas, o amas mal\u2026 entonces t\u00fa dir\u00e1s muchas oraciones, pero no rezar\u00e1s. El amor, autentificador de tu oraci\u00f3n, generar\u00e1 en ti acogida y misericordia. Tu oraci\u00f3n no puede encerrarse en un intimismo, sino que te tiene que abrir a la vida y al Dios de la vida: \u00abPara esto es la oraci\u00f3n…que nazcan siempre obras, obras\u00bb (M<\/em> VII,4,6).
                                  \nDe tus estudios de historia recuerdas que, durante alg\u00fan tiempo, algunos padres espirituales aconsejaban prescindir de las cosas y de las preocupaciones en el momento de ir a la oraci\u00f3n. Despu\u00e9s se pas\u00f3 al otro extremo: se dijo que no era necesario dedicar un momento especial a la oraci\u00f3n, puesto que toda la vida era oraci\u00f3n
                                  <\/a>. Hoy el v\u00ednculo necesario con la vida se vuelve a proponer como principio y como m\u00e9todo: tienes que \u00aborar la vida\u00bb; que significa hacer de tu existencia cotidiana motivo de oraci\u00f3n; lo confirma la gran tradici\u00f3n de la oraci\u00f3n b\u00edblica, que es narrativa porque el orante narra las grandes obras de Dios y narra ante \u00e9l su propia vida e historia hasta transformar en oraci\u00f3n todas las cosas que pueblan la vida.
                                  \nUno de los m\u00e9todos que te suger\u00eda antes, la \u00ablectura orante de la Palabra\u00bb, desemboca en la contemplaci\u00f3n de la vida y en actos que transforman la oraci\u00f3n en servicio y compromiso para el pr\u00f3jimo.
                                  \nEl cardenal Ratzinger, despu\u00e9s papa Benedicto XVI, lo dec\u00eda muy bien en la presentaci\u00f3n del documento Orationis<\/em> formas<\/em>: \u00abEl criterio de validez de la oraci\u00f3n est\u00e1 en que conduzca al amor, al amor indivisible de Dios y del pr\u00f3jimo. A prop\u00f3sito, me acuerdo de una bell\u00edsima frase de las Homil\u00edas sobre Ezequiel<\/em> de Gregorio Magno: \u201cEn toda la Escritura, Dios nos habla s\u00f3lo para esto, para atraernos al amor de s\u00ed y del pr\u00f3jimo\u201d (lib. I, hom. 10,14). \u00c9ste es tambi\u00e9n el criterio para juzgar cualquier meditaci\u00f3n y cualquier ex\u00e9gesis de la Escritura. La meditaci\u00f3n cristiana no es un replegar\u00adse en lo \u00edntimo o privado; sino que, en cuanto adiestramiento para el \u00e9xodo de la superaci\u00f3n de uno mismo, es camino hacia el amor y tiene, por tanto, una dimensi\u00f3n social fundamental\u00bb
                                  <\/a>.
                                  \nTambi\u00e9n \u00e9ste parece ser uno de los criterios determinantes de la orientaci\u00f3n cristiana de la oraci\u00f3n en relaci\u00f3n con los m\u00e9todos orientales, sin por ello poner en duda las aperturas de las grandes religiones hacia el amor del pr\u00f3jimo, realidad, sin embargo, demasiado olvidada en la aplicaci\u00f3n parcial de las t\u00e9cnicas orientales en Occidente.
                                  \nPor esta vez, concluyo: Si despu\u00e9s de rezar aumenta en ti la paz, la serenidad y el gozo profundo, compatible l\u00f3gicamente con dolores, cansancios y preocupaciones… entonces el m\u00e9todo es bueno. El mejor m\u00e9todo es aquel que aumenta tu capacidad de amar. Dios act\u00faa en ti cuando tu oraci\u00f3n produce vida y esa vida genera m\u00e1s seguridad, m\u00e1s alegr\u00eda de vivir, m\u00e1s entusiasmo, m\u00e1s pensamientos positivos…
                                  \nD\u00e9jate provocar por los grandes orantes. Ellos te dicen: \u00a1Rezar es amar y amar es vivir! Sin dicotom\u00edas. No te desalientes: la oraci\u00f3n no es f\u00e1cil porque no es f\u00e1cil introducir la vida en las coordenadas del amor. Pero, \u00a1es posible! Radicalmente posible porque Dios nos ha hecho capaces de amar: Todos somos capaces de amar, \u00a1t\u00fa tambi\u00e9n!
                                  \n 
                                  \n 
                                  \n 
                                  \n
                                  <\/a> Cf. Insegnamenti di Paolo VI, VIII, 1970.
                                  \n
                                  <\/a> SANTA TERESA DE JES\u00daS, Obras Completas, Madrid, BAC, 7<\/sup>1977 .
                                  \n
                                  <\/a> Romano GUARDINI, Introduzione<\/em> alla preghiera<\/em>, Brescia, Morcelliana, 1948, 11.
                                  \n
                                  <\/a>\u00a0 FRANCISCO DE SALES, Carta a la mujer del presidente Br\u00fblart<\/em>, 10 de junio de 1605, en Cartas<\/em>, 432.
                                  \n
                                  <\/a> Itinerario de la mente a Dios<\/em>, I, 9-10. En su Itinerario <\/em>Buenaventura distingue fundamentalmente tres etapas: contemplar a Dios fuera de nosotros: en el mundo fenom\u00e9nico; contemplar a Dios dentro de nosotros mismos: a trav\u00e9s de la inteligencia, la memoria y la voluntad; contemplar a Dios por encima de nosotros mismos: en la unidad de su esencia y en la pluralidad de las personas: la \u201csabidur\u00eda m\u00edstica\u201d.
                                  \n
                                  <\/a> De los tres modos de rezar teresianos: oraci\u00f3n espont\u00e1nea, oraci\u00f3n de aridez espiritual y oraci\u00f3n don, este tipo de experiencias corresponder\u00edan al primer modo.
                                  \n
                                  <\/a> Estoy parafraseando la estrofa s\u00e9ptima del C\u00e1ntico espiritual de Juan de la Cruz: \u00abY todos cuantos vagan\/de ti me van mil gracias refiriendo,\/y d\u00e9jame muriendo\/un no s\u00e9 qu\u00e9 que quedan balbuciendo\u00bb. Cf. SAN JUAN DE LA CRUZ, Obras completas<\/em>, Madrid, Espiritualidad, 5<\/sup>1993 .
                                  \n
                                  <\/a> Se dec\u00eda de S. Francisco: \u201cNon tam orans, quam oratio factus\u201d<\/em>. No era ya \u00e9l el que oraba, sino que se hab\u00eda convertido en oraci\u00f3n viviente.
                                  \n
                                  <\/a> No entiendo aqu\u00ed tratar de la gracia m\u00edstica de Dios, que cuando se deja sentir con fuerza, provoca un vaciarse de todo razonamiento: \u00abaquel no pensar nada\u00bb (V<\/em> 23,12).
                                  \n
                                  <\/a> Cf. M\u00e9todos psicof\u00edsicos-corp\u00f3reos, en CONGREGACI\u00d3N PARA LA DOCTRINA DE LA FE, La meditaci\u00f3n cristiana. \u00abOrationis formas\u00bb<\/em>, 1989, nn. 26-28.
                                  \n
                                  <\/a> Cf. Jos\u00e9 Antonio GARC\u00cdA-MONGE, Unificaci\u00f3n personal y experiencia cristiana. Vivir y orar con la sabidur\u00eda del coraz\u00f3n<\/em>, Santander, Sal Terrae, 2001, 258-262.
                                  \n
                                  <\/a> Cf. Dolores ALEIXANDRE, La carta imposible<\/em>, en 50 cartas a Dios, <\/em>Madrid, PPC, 2005, 11-14.
                                  \n
                                  <\/a> Cf. CB<\/em> estrofa 15\u00a0 .
                                  \n
                                  <\/a> Xavier ZUBIRI, Naturaleza, Historia, Dios<\/em>, Madrid, Alianza Editorial, 9<\/sup>1987, 433.
                                  \n
                                  <\/a> Cf. Xavier ZUBIRI, El hombre y Dios, <\/em>Madrid, Alianza Editorial, 1984.
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                                  <\/a> SAN AGUST\u00cdN, Confesiones<\/em>, I,1.
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                                  <\/a> SAN AGUST\u00cdN, Confesiones<\/em>, X, 27.
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                                  <\/a> Cf. Enzo BIANCHI, Le parole della spiritualit\u00e0. Per un lessico della vita interiore<\/em>, Milano, Rizzoli, 2<\/sup>1999, 75-76.
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                                  <\/a> Cf. DIONISIO AREOPAGITA, Teolog\u00eda m\u00edstica<\/em>, cap. I.
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                                  <\/a> En el pr\u00f3logo al C\u00e1ntico espiritual<\/em>, Juan de la Cruz comenta a la madre Ana de Jes\u00fas, a quien dedica las \u00abcanciones\u00bb: \u00abPues aunque a V.R. le falte el ejercicio de teolog\u00eda escol\u00e1stica con que se entienden las verdades divinas, no le falta el de la m\u00edstica, que se sabe por amor, en que no solamente se saben, mas juntamente se gustan\u00bb (CB<\/em> pr\u00f3logo, 3).
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                                  <\/a> Los m\u00edsticos describen esta experiencia como \u00abm\u00edstica de la esencia\u00bb.
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                                  <\/a> Cf. Jes\u00fas Manuel GARC\u00cdA, Dalla \u00ablectio mundi\u00bb alla \u00ablectio divina\u00bb. Per una educazione dei giovani alla lettura orante della Parola<\/em>, in G. ZEVINI \u2013 M. MARITANO (eds.), La lectiodivina nella vita della Chiesa<\/em>, Roma, LAS, 2005, 177-196; ID., Incontro<\/em> dei giovani con la Bibbia<\/em> in G. ZEVINI (ed.), La Parola di Dio vita della Chiesa<\/em>, Roma, LAS, 2008, 101-117.
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                                  <\/a> Manuel Jos\u00e9 FERN\u00c1NDEZ M\u00c1RQUEZ, Sabidur\u00eda del coraz\u00f3n. Hacia una pedagog\u00eda de la oraci\u00f3n<\/em>, Madrid, San Pablo, 2<\/sup>1994, 449-450. Cf. Jes\u00fas CASTELLANO, Oraci\u00f3n ante los iconos. Los misterios de Cristo en el a\u00f1o lit\u00fargico, <\/em>Barcelona, Centre de Pastoral Lit\u00fargica, 1993.
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                                  <\/a> Cf. Emmanuel RENAULT – Jean ABIVEN, L’orazione<\/em> teresiana. Il cammino di unione con Dio<\/em>, Roma, OCD, 2004.
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                                  <\/a> Ignacio LARRA\u00d1AGA, Incontro<\/em>. Manuale di preghiera<\/em>, Padova, EMP, 3<\/sup>1994.
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                                  <\/a> En un Congreso realizado en el \u00abTeresianum\u00bb sobre la oraci\u00f3n, von Balthasar, anciano, comentaba, a prop\u00f3sito de la afirmaci\u00f3n que \u00abtoda la vida es oraci\u00f3n\u00bb: \u00abS\u00ed, toda la vida es oraci\u00f3n, si se reza\u2026\u00bb.
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                                  <\/a> Entrevista al Card. Ratzinger en la presentaci\u00f3n de la Carta Orationis<\/em> Formas<\/em>, en \u00abSette e Religioni\u00bb (1991) 2, 266-271.<\/p>\n

                                  Misi\u00f3n Joven. N\u00famero 436. Mayo 2013<\/strong><\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

                                  Jes\u00fas Manuel Garc\u00eda Guti\u00e9rrez Profesor de Teolog\u00eda Espiritual en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO.- El autor da unas orientaciones sencillas y muy pr\u00e1cticas para quien quiera iniciarse en la vida de oraci\u00f3n. Bas\u00e1ndose en autores espirituales cl\u00e1sicos, especialmente en Santa Teresa de Jes\u00fas, muestra que aprender a orar equivale a […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[1665,857,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6592"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6592"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6592\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6592"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6592"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6592"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}