{"id":6597,"date":"2013-05-01T00:00:19","date_gmt":"2013-04-30T22:00:19","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6597"},"modified":"2013-05-01T00:00:19","modified_gmt":"2013-04-30T22:00:19","slug":"orar-la-biblia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/orar-la-biblia\/","title":{"rendered":"ORAR LA BIBLIA"},"content":{"rendered":"
Xavier Matoses<\/strong> Misi\u00f3n Joven. N\u00famero 436. Mayo 2013<\/strong><\/span><\/p>\n Xavier Matoses Universidad Pontificia Salesiana de Roma S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO: El autor expone las dificultades y precauciones que debemos tener en cuenta a la hora de hacer oraci\u00f3n con textos b\u00edblicos. Fundamentalmente, \u00e9stas se refieren a la distancia cronol\u00f3gica y cultural que nos separan de dichos textos, y a la caracter\u00edstica espec\u00edfica de estos […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1665,94,1515],"tags":[],"class_list":["post-6597","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-436","category-mision-joven-2","category-xavier-matoses"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6597","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6597"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6597\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6597"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6597"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6597"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nUniversidad Pontificia Salesiana de Roma<\/strong>
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO:<\/strong>
\nEl autor expone las dificultades y precauciones que debemos tener en cuenta a la hora de hacer oraci\u00f3n con textos b\u00edblicos. Fundamentalmente, \u00e9stas se refieren a la distancia cronol\u00f3gica y cultural que nos separan de dichos textos, y a la caracter\u00edstica espec\u00edfica de estos de ser Palabra de Dios expresada en palabras humanas. Luego presenta la Lectio<\/em> Divina<\/em> como modalidad principal de lectura orante de la Biblia, con una descripci\u00f3n de sus fases o etapas.
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\nEl Concilio Vaticano II, hace ahora 50 a\u00f1os, subray\u00f3 la importancia de que todo fiel cristiano se acercase a la lectura orante de la Biblia (cf. Dei<\/em> Verbum<\/em>, 25). Desde entonces se han multiplicado las iniciativas en \u00e1mbito cat\u00f3lico para aproximar el texto b\u00edblico a los cristianos. Mucho se ha realizado, y todav\u00eda queda mucho por hacer, para que las Escrituras tengan su lugar y su importancia en la vida cotidiana de todos los cristianos.
\nMuchos hombres y mujeres de hoy son esc\u00e9pticos respecto a la posibilidad de encontrar respuestas a sus problemas reales en libros escritos hace milenios. Su forma de acercarse a los textos b\u00edblicos y el horizonte de su reflexi\u00f3n al leerlos parten de una visi\u00f3n superficial del significado de la Biblia, provocada en gran parte por la abundante presencia medi\u00e1tica de dicha perspectiva y, en parte, por los largos siglos en los que no era costumbre cat\u00f3lica animar a los cristianos a acercarse directamente a la Biblia.
\nEs conocida, por ejemplo, la preocupaci\u00f3n acerca de la fiabilidad hist\u00f3rica de la Biblia, en concreto de los evangelios y su relaci\u00f3n con la persona hist\u00f3rica de Jes\u00fas de Nazaret. En algunos pa\u00edses se discute acerca de la exactitud del relato de la creaci\u00f3n (Gn\u00a01,1-2,4a); las reflexiones entremezclan elementos cient\u00edficos con pretendidas interpretaciones b\u00edblicas, de forma que se pierde el aut\u00e9ntico mensaje de los autores originales, sus preocupaciones, su contexto social y religioso. En definitiva, el mundo de hoy mira la Biblia para obligarla a responder a las cuestiones del presente con el lenguaje actual, o bien, para rechazarla como fuente de conocimiento v\u00e1lido.
\nAl mismo tiempo, la dimensi\u00f3n trascendente de la vida, y el lenguaje para hablar de ella, se han vuelto problem\u00e1ticos. Las propias palabras utilizadas antiguamente para referirse a la vida espiritual pierden su significado porque no se refieren a realidades inmediatamente perceptibles. En parte, se trata de una reacci\u00f3n a \u00e9pocas pasadas, en las que parec\u00eda muy claro el sentido de estas palabras. No siempre ha reinado la consciencia de que, al hablar de realidades espirituales, hay un margen de desconocido, de misterio, de metaf\u00f3rico, en las expresiones utilizadas.
\nEs cierto que orar todav\u00eda hoy sigue siendo \u00abhablar con Dios\u00bb, pero es posible reflexionar acerca de qu\u00e9 significa en concreto, en la vida de un cristiano de hoy, este di\u00e1logo.
\nAlgunas dimensiones de la oraci\u00f3n han sido profundizadas, como el valor del silencio: exterior y, sobre todo, interior; la importancia del cuerpo, su postura y su realidad; la necesidad del tiempo y de la constancia para vivir el crecimiento espiritual como un proceso, etc. Es posible encontrar t\u00e9cnicas que favorecen la creaci\u00f3n de un clima de serenidad y de autoconciencia. No valorar estos aspectos ha sido una carencia durante largo tiempo. El riesgo, por otra parte, es dar preeminencia al clima creado y a la conciencia de uno mismo, y olvidar otros aspectos igualmente esenciales. La reflexi\u00f3n antropol\u00f3gica que subyace es la valoraci\u00f3n de todas las dimensiones del ser humano en su complejidad y tambi\u00e9n en su unidad.
\nEl cristianismo siempre se ha definido por la importancia dada a la palabra, hasta el punto de comprender a Jes\u00fas mismo como la Palabra<\/em>con may\u00fascula, el Logos<\/em> que Dios env\u00eda al mundo. Por tanto, la Palabra de Dios es mucho m\u00e1s que la Biblia; es Jes\u00fas, enviado por el Padre para ense\u00f1arnos, con palabras y obras, la aut\u00e9ntica identidad de Dios y de nosotros mismos, y para realizar la obra de la redenci\u00f3n dando la vida por amor. La Biblia es la expresi\u00f3n de esa comunicaci\u00f3n, de ese encuentro entre Dios y el ser humano, de ese di\u00e1logo de amor. Pero los diversos libros de la Biblia han surgido en tiempos, lugares y culturas muy lejanos.
\nConviene, pues, comenzar con una reflexi\u00f3n acerca de la forma adecuada de acercarse a las Escrituras. En un primer momento, es necesario ser conscientes de qu\u00e9 es un texto escrito y de la dificultad que entra\u00f1a acercarse a todo texto antiguo. En segundo lugar, presentaremos una reflexi\u00f3n acerca del sentido religioso que sit\u00faa la Biblia en el horizonte de un creyente cristiano. En tercer lugar, revisaremos el sentido de la Lectio<\/em> Divina<\/em> como la actitud fundamental de la lectura orante de la Biblia, y no tanto como una t\u00e9cnica o m\u00e9todo.
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\nTodo texto es un puente de comunicaci\u00f3n entre personas. Algunos textos son b\u00e1sicamente informativos, de forma que no importa excesivamente qui\u00e9n est\u00e1 detr\u00e1s de aquello que est\u00e1 escrito. Otros textos, en cambio, solo tienen sentido como comunicaci\u00f3n entre dos seres humanos. El lenguaje no tiene como finalidad principal la de comunicar informaci\u00f3n, aunque es ciertamente una de sus posibilidades. La primera finalidad del lenguaje es el establecimiento de una relaci\u00f3n entre dos personas. En el lenguaje oral cotidiano entran en funcionamiento muchos elementos aparte del contenido comunicado, los llamamos comunicaci\u00f3n no verbal<\/em>. El tono de voz, la expresi\u00f3n del rostro, la situaci\u00f3n y contexto de la comunicaci\u00f3n, la informaci\u00f3n previa que el receptor tiene del emisor, constituyen una gran parte de la comunicaci\u00f3n en s\u00ed misma y ayudan o entorpecen el \u00e9xito de la situaci\u00f3n comunicativa.
\nLos textos escritos tienen un funcionamiento diferente en cuanto que el lector no tiene acceso directo a los elementos no verbales; pero son igualmente puentes de comunicaci\u00f3n entre personas, y como tales deben ser considerados. Como dificultad a\u00f1adida, los textos antiguos han sido escritos bajo circunstancias, culturas y horizontes de pensamiento muy distintos a los actuales. Es frecuente que la lectura de textos antiguos provoque incomprensiones y malentendidos porque el acercamiento a ellos se realiza con el bagaje cultural del presente, con los problemas, preguntas y dificultades actuales y con la suposici\u00f3n de que ser\u00e1n capaces de responderlos con el mismo lenguaje utilizado ahora.
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\nLa Biblia sufre todav\u00eda m\u00e1s ese acercamiento anacr\u00f3nico, ya que se supone que debe dar respuesta a la vivencia de los cristianos. Cuando un lector poco formado se acerca a ella, con frecuencia desea encontrar respuestas concretas que sigan el paradigma de las preguntas que formula. Sin embargo, en la mayor parte de las ocasiones, son las preguntas las que deben ser reformuladas. La escasa reflexi\u00f3n acerca del propio acto de lectura, del significado de las propias preguntas, provoca dificultades a la hora de entender qu\u00e9 supone la Biblia para el creyente, qu\u00e9 podr\u00e1 encontrar en ella y qu\u00e9 cosas, sencillamente, no le va a ofrecer.
\nSe hace necesario, por tanto, un cambio de paradigma en el modo de acercarse a los textos b\u00edblicos. El punto principal sobre el que centrar el inter\u00e9s ya no debe ser el contenido, sino la persona que est\u00e1 detr\u00e1s del texto, de las palabras. Leer un fragmento de la Biblia es entrar en relaci\u00f3n con una persona creyente que comparte su vivencia, su experiencia religiosa, desde su propio horizonte cultural, su historia personal y la de su pueblo, con sus problemas pol\u00edticos, sociales o familiares, su situaci\u00f3n econ\u00f3mica, su experiencia o inexperiencia, su juventud o ancianidad, sus errores y su pecado… La mayor parte de estas informaciones son desconocidas al lector, pero est\u00e1n ah\u00ed, en la persona que dio a luz el texto, influyendo en su comunicaci\u00f3n y convirti\u00e9ndola en una realidad humana. Esa persona pensaba que val\u00eda la pena escribir aquel texto, deseaba expresar algo importante para ella. La comunidad creyente que lo recibi\u00f3 pens\u00f3 que conven\u00eda conservarlo, copiarlo, releerlo, reinterpretarlo… y a trav\u00e9s de los siglos ese relato, cr\u00f3nica, poema, canci\u00f3n, discurso o reflexi\u00f3n ha llegado hasta nosotros.
\nPor tato, la lectura de la Biblia comporta, en primer lugar, la conciencia de acercarse a la experiencia vital de otra persona. Con esa experiencia, con esa vida que se abre para comunicarse, el lector se confronta, compara su propia vida, examina su existencia. La escritura y la lectura son actos peligrosos porque suponen un riesgo, no son una transmisi\u00f3n pac\u00edfica de informaciones, sino un desnudarse del alma que vuelve vulnerables al autor y al lector que se encuentran en la humildad de un texto escrito.
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\nLa humanidad ha vivido durante milenios bajo la convicci\u00f3n de la existencia de Dios o de dioses que reg\u00edan el universo y sus vidas cotidianas. La idea que Dios les pudiese hablar, comunicarse con ellos, transmitirles un mensaje, les resultaba culturalmente cercana y no supon\u00eda para ellos ninguna dificultad conceptual. Hablar, pues, de Palabra de Dios era perfectamente coherente con su cosmovisi\u00f3n y la de toda la sociedad.
\nDesde hace algunos siglos, en cambio, se acusa a las palabras y expresiones religiosas de carecer de contenido. Se hace necesaria una reflexi\u00f3n que sea capaz de reinterpretarlas para descubrir en ellas su sentido aut\u00e9ntico, que conservan tambi\u00e9n hoy.
\nLa Biblia, en breve, es \u00abPalabra de Dios en lenguaje humano\u00bb, y en esa tensi\u00f3n y equilibrio est\u00e1 su fuerza y su riqueza. Los autores b\u00edblicos no han recibido un dictado de parte de Dios, ni han perdido sus facultades humanas para profetizar o hablar en su nombre. Esa forma de comprender los textos sagrados era habitual en algunas culturas antiguas; as\u00ed, las palabras eran consideradas como literalmente dichas por los dioses, y merec\u00edan una obediencia total. Todav\u00eda hoy, en algunos c\u00edrculos cristianos, existen estilos de lectura fundamentalista de la Biblia, que pretenden leerla de forma literal. Esta forma de lectura ha sido rechazada por el Magisterio (cf. el documento de la Pontificia Comisi\u00f3n B\u00edblica,La Interpretaci\u00f3n de la Biblia en la Iglesia<\/em>, de 1993).
\nLa Biblia, en cambio, est\u00e1 formada por palabras humanas, en las cuales Dios ha querido expresarse a s\u00ed mismo (cf. Dei<\/em> Verbum<\/em>, 2). Los autores b\u00edblicos han escrito a partir de sus propias experiencias religiosas; en los textos de la Biblia se encuentra expresada la vida real de sus autores, sus preocupaciones, sus vivencias dram\u00e1ticas o alegres. Estos autores escriben utilizando las formas de lenguaje t\u00edpicas de su \u00e9poca. No se pueden encontrar en la Biblia descripciones de tipo cient\u00edfico, ni cr\u00f3nicas realizadas con los m\u00e9todos actuales de la ciencia hist\u00f3rica. No son los contenidos en s\u00ed mismos los que m\u00e1s importan, sino las vivencias de sus autores y su forma de comprender la cercan\u00eda de Dios en sus vidas.
\nEl misterio m\u00e1s fascinante de la Biblia es que Dios mismo ha querido expresarse a trav\u00e9s de ella, mediante los autores humanos que la escribieron, compilaron y reinterpretaron.
\nLos cristianos recibimos la Biblia como una herencia y la aceptamos como Palabra de Dios para nosotros con una convicci\u00f3n de fe. En ella, en sus palabras, los creyentes de todos los tiempos han descubierto a Dios que se les entrega, se les comunica, se encuentra con ellos y transforma sus vidas.
\nSi todo texto es un puente de relaci\u00f3n entre dos personas, la Biblia es, adem\u00e1s, una v\u00eda de encuentro con Dios mismo. Este encuentro personal es el objetivo \u00faltimo de toda lectura orante de la Biblia, de toda oraci\u00f3n y de toda religi\u00f3n.
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\nLa Lectio<\/em> Divina<\/em> (LD) es una forma privilegiada de lectura orante de la Biblia que ha recibido un gran impulso en los \u00faltimos a\u00f1os. Frecuentemente se explican sus fases como una metodolog\u00eda de cuatro o cinco momentos, y a continuaci\u00f3n se desarrollan sus aspectos formales. La exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica postsinodal Verbum<\/em> Domini<\/em> (n.\u00a097), describe as\u00ed los pasos de la LD:
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\n\u00abSe comienza con la lectura (lectio<\/em>) del texto, que suscita la cuesti\u00f3n sobre el conocimiento de su contenido aut\u00e9ntico: \u00bfQu\u00e9 dice el texto b\u00edblico en s\u00ed mismo? Sin este momento, se corre el riesgo de que el texto se convierta s\u00f3lo en un pretexto para no salir nunca de nuestros pensamientos. Sigue despu\u00e9s la meditaci\u00f3n (meditatio<\/em>) en la que la cuesti\u00f3n es: \u00bfQu\u00e9 nos dice el texto b\u00edblico a nosotros? Aqu\u00ed, cada uno personalmente, pero tambi\u00e9n comunitariamente, debe dejarse interpelar y examinar, pues no se trata ya de considerar palabras pronunciadas en el pasado, sino en el presente. Se llega sucesivamente al momento de la oraci\u00f3n (oratio<\/em>), que supone la pregunta: \u00bfQu\u00e9 decimos nosotros al Se\u00f1or como respuesta a su Palabra? La oraci\u00f3n como petici\u00f3n, intercesi\u00f3n, agradecimiento y alabanza, es el primer modo con el que la Palabra nos cambia. Por \u00faltimo, la lectio<\/em> divina<\/em> concluye con la contemplaci\u00f3n (contemplatio<\/em>), durante la cual aceptamos como don de Dios su propia mirada al juzgar la realidad, y nos preguntamos: \u00bfQu\u00e9 conversi\u00f3n de la mente, del coraz\u00f3n y de la vida nos pide el Se\u00f1or? (…) La contemplaci\u00f3n tiende a crear en nosotros una visi\u00f3n sapiencial, seg\u00fan Dios, de la realidad y a formar en nosotros \u201cla mente de Cristo\u201d (1Co\u00a02,16). La Palabra de Dios se presenta aqu\u00ed como criterio de discernimiento, \u201ces viva y eficaz, m\u00e1s tajante que la espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y esp\u00edritu, coyunturas y tu\u00e9tanos. Juzga los deseos e intenciones del coraz\u00f3n\u201d (Hb\u00a04,12). Conviene recordar, adem\u00e1s, que la lectio<\/em> divina<\/em> no termina su proceso hasta que no se llega a la acci\u00f3n (actio<\/em>), que mueve la vida del creyente a convertirse en don para los dem\u00e1s por la caridad\u00bb.
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\nLos cuatro momentos de la LD no son cuatro fases que debamos realizar como si se siguiera un manual de instrucciones. Es posible que parte del escepticismo de algunos frente a la LD provenga de subrayar excesivamente los elementos formales, insistiendo en presentar la Lectio<\/em> como una t\u00e9cnica eficaz para la obtenci\u00f3n de resultados, olvidando as\u00ed la espiritualidad subyacente.
\nLa LD tiene como objetivo acercarse a Jes\u00fas mismo, Palabra de Dios enviada al mundo, a trav\u00e9s de la Biblia. Un encuentro personal no se puede esquematizar; igualmente, no es posible estructurar c\u00f3mo ser\u00e1 la relaci\u00f3n con el Dios que viene al encuentro en la oraci\u00f3n. La oraci\u00f3n es una actividad profundamente humana, que parte de la propia realidad que se confronta con Dios mismo; no es un ejercicio pac\u00edfico y tranquilo. Los maestros de oraci\u00f3n han sido siempre conscientes de esto. San Ignacio, en los Ejercicios Espirituales, indica que existen momentos de consolaci\u00f3n y de desolaci\u00f3n, y ense\u00f1a a manejarse con ambos (Ejercicios Espirituales<\/em>, [316-324]); era consciente de que la ejercitaci\u00f3n en el esp\u00edritu saca a la luz la propia vida, con sus luces y sombras, con su grandeza y su miseria, si el orante est\u00e1 dispuesto a dejarse interpelar por Dios.
\nLa explicaci\u00f3n de las fases de la LD puede dar una impresi\u00f3n excesivamente ordenada, estructurada, de una realidad que es din\u00e1mica, sorprendente, interpelante. En realidad, la lectura, la meditaci\u00f3n, la oraci\u00f3n y la contemplaci\u00f3n son cuatro actitudes que est\u00e1n siempre presentes a los largo de la lectura orante de la Biblia, y que se pueden subrayar en momentos distintos.<\/p>\n\n
\nConclusi\u00f3n<\/strong>
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\nLa lectura orante de la Biblia parte del convencimiento de que Dios nos habla, sale a nuestro encuentro y nos interpela a trav\u00e9s de las palabras humanas de los autores b\u00edblicos. La Lectio<\/em> Divina<\/em>, a pesar de contener tambi\u00e9n elementos \u00fatiles de m\u00e9todo, es sobre todo una actitud abierta de acercamiento a la Biblia en la que Dios nos interpela y nosotros tenemos la oportunidad de responderle, y as\u00ed profundizar en nuestro v\u00ednculo con \u00e9l que transformar\u00e1 nuestra relaci\u00f3n con los dem\u00e1s y con nosotros mismos.<\/p>\n
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