{"id":6607,"date":"2013-04-01T00:00:27","date_gmt":"2013-03-31T22:00:27","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6607"},"modified":"2013-04-01T00:00:27","modified_gmt":"2013-03-31T22:00:27","slug":"pobreza-y-justicia-social-el-coraje-que-reclaman","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/pobreza-y-justicia-social-el-coraje-que-reclaman\/","title":{"rendered":"POBREZA Y JUSTICIA SOCIAL: EL CORAJE QUE RECLAMAN"},"content":{"rendered":"

Jos\u00e9 Luis Segovia Bernab\u00e9<\/strong>
\nProfesor de Moral social y pol\u00edtica en el Instituto Superior de Pastoral-UPSA Madrid<\/strong>
\n\u00a0<\/em><\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO.-<\/strong>
\nEl autor muestra c\u00f3mo la injusticia social del actual sistema socio-econ\u00f3mico ha aumentado en los \u00faltimos a\u00f1os y ha conducido y causado la crisis econ\u00f3mica, social, pol\u00edtica, moral y antropol\u00f3gica que atravesamos. El art\u00edculo pide recuperar y practicar el valor y virtud de la justicia y, parafraseando un famoso lema kantiano, nos lanza el reto de atrevernos a conocer lo que est\u00e1 pasando y de tener el coraje de: 1) dejarnos afectar; 2) disentir de la injusticia; y 3) crear un nuevo modelo m\u00e1s justo y humanizador.
\n <\/p>\n

    \n
  1. Cuestiones ineludibles, pero\u2026 olvidadas hasta hace nada<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \n\u201cGracias\u201d a la crisis, con su dolorosa secuela de parados y la constataci\u00f3n de que el modelo econ\u00f3mico es insostenible, vuelve la palabra justicia a estar de clamorosa actualidad. Al menos durante m\u00e1s de dos d\u00e9cadas, este t\u00e9rmino hab\u00eda desaparecido pr\u00e1cticamente del vocabulario pol\u00edtico y, desde luego, en buena medida del lenguaje eclesi\u00e1stico.
    \n 
    \nUn grito, casi un alarido, fue el que nos sac\u00f3 de las cavernas y nos introdujo en la civilizaci\u00f3n: \u201c\u00a1\u00a1\u00a1No hay derecho!!!\u201d. Se trataba de un clamor incontenible que expresaba el anhelo de justicia. Respond\u00eda al profundo terremoto interior que se produc\u00eda en las personas m\u00e1s sensibles cuando aunaban los dos sentimientos morales con los que se inici\u00f3 la humanizaci\u00f3n: la compasi\u00f3n y la indignaci\u00f3n. El primero es mucho m\u00e1s que la empat\u00eda o el desarrollo de habilidades de comunicaci\u00f3n. Supone implicarse personalmente y dejarse afectar por el dolor ajeno. El segundo se visibiliza en ese tsunami<\/em> interior que lleva a defender apasionadamente los derechos ajenos, incluso a costa de poner en riesgo los propios<\/a>. Es el propio de aquella campa\u00f1a de muchos colectivos franceses en defensa de los emigrantes: \u201cNo toques ni un pelo a mi hermano\u201d. Hemos de reconocer que en esta din\u00e1mica de reivindicaci\u00f3n de lo justo por medios pac\u00edficos tenemos que aprender mucho de otros. Por ejemplo en el tema sangrante de los desahucios o la denuncia de la corrupci\u00f3n. Cuando ten\u00edamos m\u00e1s datos que nadie, m\u00e1s razones que ninguno, unos pocos se plantaron y empezaron a paralizar desahucios. Consiguieron lo imposible: una ley que articula la sacrosanta propiedad y su garant\u00eda hipotecaria se empecer\u00e1 a revisar despu\u00e9s de m\u00e1s de un siglo de mantenerse absolutamente intangible. Esto es lo grandioso de la justicia social: no precisa para visibilizarse m\u00e1s que la integridad, la audacia y la coherencia de una sola persona. Como quien se puso delante de las porras de los guardias o como quien revestido de la autoridad de juez declar\u00f3 ante los medios: \u201cYa est\u00e1 bien. Los jueces no somos los cobradores del frac de las entidades financieras\u201d.
    \n 
    \nIntu\u00edamos que viv\u00edamos en el mejor de los mundos, que el crecimiento, a pesar de las serias advertencias delClub de Roma en los 70, era ilimitado. Incluso, como se atrevi\u00f3 a decir F. Fukuyama, hab\u00edamos alcanzado \u201cel fin de la historia\u201d. Hasta las parroquias de la periferia viv\u00edan este optimismo descomprometido: los \u201cclientes\u201d de las acogidas no eran de los \u201cnuestros\u201d: o eran extranjeros o personas \u00a0provenientes de la alta marginaci\u00f3n. Nada que ver con nosotros y nuestros cinturones obreros en proceso de acomodaci\u00f3n consumista y de culto al individualismo. Mientras, se iba perdiendo cohesi\u00f3n social y se produc\u00eda un repliegue en la participaci\u00f3n ciudadana. Por su parte, la Iglesia oficialmente daba por finiquitada la \u201cPastoral Obrera\u201d. Se mutaba por la m\u00e1s integradora \u201cPastoral del Trabajo\u201d, pues ya pr\u00e1cticamente \u201cno quedaban obreros como los de antes\u201d. Todos particip\u00e1bamos de esa terrible ceguera colectiva. Si hab\u00eda alguna disfunci\u00f3n, la justicia vendr\u00eda sola. Ser\u00eda el resultado natural de hacer crecer la tarta de la riqueza; al menos hasta que el trickle<\/em> down effect<\/em>
    <\/a> se produjera. En un derroche de ingenuidad de unos y de claro cinismo de otros, dejamos de hablar de pobreza y de miseria y comenzamos a acu\u00f1ar t\u00e9rminos mucho m\u00e1s correctos pol\u00edticamente. El ejemplo m\u00e1s claro de ellos es el de \u201cpoblaci\u00f3n menos favorecida\u201d: como si la mayor parte de las personas fu\u00e9semos naturalmente favorecidas por una sociedad just\u00edsima y quedasen unos m\u00e1rgenes ajenos a este prodigio de distribuci\u00f3n de felicidad. Naturalmente, detr\u00e1s del t\u00e9rmino pod\u00eda albergarse la sospecha de que los \u201cmenos favorecidos\u201d pod\u00edan tener esta condici\u00f3n\u2026 \u00a1por su culpa! Con ello, el c\u00edrculo de las irresponsabilidades colectivas quedaba perfectamente cerrado. En ese contexto de despreocupaci\u00f3n por la justicia, el mism\u00edsimo Presidente de los EEUU Clinton lleg\u00f3 a proclamar: \u201cDe los pobres que se ocupen las religiones, que tienen mucha experiencia en ello\u201d.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. La audacia de atreverse a conocer<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      \u00a0<\/strong>
      \nLa genialidad del fil\u00f3sofo Kant se volc\u00f3 en su famoso \u201csapere aude\u201d (atr\u00e9vete a saber). Por el contrario, pareciera que la consigna de estos \u00faltimos a\u00f1os haya sido \u201cque nadie lo sepa\u201d
      <\/a>. En efecto, algunas de las conclusiones que hemos formulado en el ep\u00edgrafe anterior solo se infieren desde un cabal conocimiento de la realidad. Este no se adquiere por telepat\u00eda sino por implicaci\u00f3n directa en ella. Fue la fina sensibilidad de Juan XXIII la que en Mater<\/em> et Magistra<\/em> (n\u00f3tese el orden de la formulaci\u00f3n: primero madre y despu\u00e9s maestra, no al rev\u00e9s) consagr\u00f3 un m\u00e9todo muy utilizado por los movimientos obreros de acci\u00f3n cat\u00f3lica: ver, juzgar y actuar<\/em>(MM 236). Lo primero es ver, analizar la realidad. Sin un ver sosegado y completo, no se puede seguir un juicio objetivo y much\u00edsimo menos se actuar\u00e1 adecuadamente. Lamentablemente, el olvido del \u201cver\u201d y la sobreabundancia de \u201cmoralina\u201d abstracta y ahist\u00f3rica est\u00e1 detr\u00e1s de monumentales despistes. No es casual que las Universidades Cat\u00f3licas y las Escuelas de Negocios confesionales no hayan anticipado la crisis que soportamos<\/a>. Como se\u00f1ala una conocida economista,\u00a0 Florence Noiville<\/a>, todos est\u00e1bamos formateados con el mismo modelo, todos repet\u00edamos machaconamente id\u00e9ntica consigna (\u201cmaximizar beneficios y minimizar costes\u201d) y conceb\u00edamos al ser humano unidimensionalmente como \u201cindividuo ego\u00edsta racional e interesado, susceptible de elecciones diversas\u201d. En el fondo, confundimos la \u201ceconom\u00eda\u201d (tratado de la atenci\u00f3n a las necesidades humanas con recursos limitados) con la \u201ccremat\u00edstica\u201d (ciencia de la multiplicaci\u00f3n de beneficios). Nadie se preocup\u00f3 de crear otros indicadores que midiesen, por ejemplo, cosas tan relevantes como la felicidad humana, la disminuci\u00f3n del sufrimiento, la universalizaci\u00f3n y extensi\u00f3n de los derechos humanos, etc. Todo era PIB y renta per capita.
      \n 
      \nEl olvido de la justicia social est\u00e1 en la base de las principales patolog\u00edas. No es el momento de analizar las causas de la crisis
      <\/a>, pero s\u00ed de constatar c\u00f3mo hemos permanecido amodorrados, insensibles e ignorantes hasta que nos ha explotado entre las manos. En efecto, ha sido el VI Informe FOESSA<\/a>, de la Fundaci\u00f3n de la que es titular Caritas Espa\u00f1ola, el que con toda contundencia ha dejado claras algunas cuestiones a\u00fan no suficientemente conocidas ni asumidas:
      \n 
      \n1) Porque el crecimiento econ\u00f3mico no equivale al desarrollo humano integral<\/em>, no es\u00a0 garante de justicia social: el efecto trickle<\/em> down <\/em>al garete. Desde los a\u00f1os 80, con gobiernos de diferente signo, Espa\u00f1a ha crecido espectacularmente desde el punto de vista macroecon\u00f3mico, ateni\u00e9ndonos a indicadores cuantitativos (PNB,r.p.c., etc.). Sin embargo, en este mismo intervalo de tiempo, la desigualdad ha crecido espectacularmente: somos el pa\u00eds m\u00e1s desigualitario (y menos justo) de la UE-15. Mientras el per\u00edodo 1945-1980 se caracteriz\u00f3, con todas sus contradicciones, por un incremento de la igualdad, el per\u00edodo 1980-2011 ha sido espectacular en todo lo contrario
      <\/a>.
      \n 
      \n2) Recordemos que la crisis hipotecaria 2007 y la posterior financiera 2008 muestran que la sociedad mundial estaba en crisis desde mucho antes: algunos, como en el \u00c1frica subsahariana, \u00a1no hab\u00edan salido de la crisis nunca<\/em>! Otros muchos estaban invisibilizados, soportando la crisis desde hace d\u00e9cadas. No es casual que las bolsas de pobreza severa hayan experimentado tan pocas transformaciones a mejor. Aunque se trate de un mini-observatorio, un estudio sobre los presos en Espa\u00f1a
      <\/a> desvelaba como poco m\u00e1s de tres mil familias espa\u00f1olas en situaci\u00f3n de grave precariedad social nutren a todos los penales de Espa\u00f1a, generaci\u00f3n tras generaci\u00f3n. Lamentablemente la pobreza se hereda y se contagia. Nada efectivo realmente se ha hecho en estas d\u00e9cadas para evitar su reproducci\u00f3n, sin perjuicio de celebrar la amortiguaci\u00f3n del impacto de esta creciente desigualdad merced a leyes e instituciones y prestaciones de contenido social (ley de servicios sociales, general de sanidad, de universalizaci\u00f3n de la ense\u00f1anza, etc.). A estas alturas va quedando claro que la pobreza no se combate con la competitividad. Entre otras cosas, porque est\u00e1 reclama de manera necesaria ganadores y perdedores, y algunos presentan muy serios h\u00e1ndicaps en la mism\u00edsima l\u00ednea de salida.
      \n 
      \n3) Indiquemos, para sorpresa de muchos, que de la actual crisis ni se puede ni se debe salir.<\/em> Si por \u201csalir\u201d entendemos volver al bienestar, basado en el c\u00f3modo endeudamiento, la cultura del consumismo y el derroche individualista, no se puede salir porque el modelo es insostenible. Adem\u00e1s, por razones de justicia social, no se debe \u201csalir\u201d si no es para adentrarnos en otro modelo de organizaci\u00f3n social<\/em> que tenga al mercado<\/em> como espacio para el intercambio (con actores morales, reglas del juego respetadas, y transparencia e igualdad entre los agentes), al Estado<\/em> como regulador, redistribuidor, nivelador de asimetr\u00edas y garante de los derechos civiles, pol\u00edticos y econ\u00f3micos, sociales y culturales, y que permita un mayor protagonismo a la propiasociedad civil<\/em>, capaz de recrearse de continuo
      <\/a> y de sostener valores despreciados por el mundo financiero y el pol\u00edtico.
      \n 
      \n4) El modelo de desarrollo en vigor va conociendo un creciente desplazamiento de los ingresos por rentas del trabajo hacia las rentas del capital<\/em>. Esto supone que el tradicional principio de \u201cprimac\u00eda del trabajo con respecto al capital\u201d se ha roto estrepitosamente.<\/em> En realidad, ya en los a\u00f1os 80, James Petras hab\u00eda puesto de manifiesto el proceso de desregulaci\u00f3n del mercado laboral que se ven\u00eda encima y pon\u00eda sobre aviso acerca de los cambios profundos que sufrir\u00eda: el m\u00e1s visible es la desaparici\u00f3n del \u201ctrabajo para toda la vida\u201d y la paulatina desafiliaci\u00f3n entre el empleado y la empresa\u00a0 a la que pertenece. El trabajo se ha externalizado en todos los \u00f3rdenes y se ha sustituido el departamento de \u201cpersonal\u201d (referido a \u201cpersonas\u201d a fin de cuentas) por el de \u201crecursos humanos\u201d (se suma a los recursos financieros, bienes muebles, inmuebles\u2026 como si de un elemento material m\u00e1s se tratase). De este modo se hacen imposibles los proyectos de vida, la conciliaci\u00f3n con la familia, la disposici\u00f3n de tiempo libre\u2026 Lo peor del neoliberalismo salvaje es que ha terminado por tornarse radicalmente anti-liberal: concentraci\u00f3n de poderes vs. desconcentraci\u00f3n, desregulaci\u00f3n vs. principiode legalidad, vigencia de los DDHH vs. su reducci\u00f3n a \u201cprincipios orientadores de implantaci\u00f3n progresiva\u201d, participaci\u00f3n de la sociedad civil vs. mercantilizaci\u00f3n de la vida privada y de la social.
      \n 
      \n5) Toda la desregulaci\u00f3n preconizada por el sistema neoliberal ha sido siempre selectiva<\/em>. Se desregularon los mercados financieros y la operatividad de la banca de inversi\u00f3n, pero se continuaron las pol\u00edticas proteccionistas hacia los productos de los pa\u00edses del norte y se hiper-regul\u00f3 el derecho al desplazamiento de personas: es infinitamente m\u00e1s f\u00e1cil que se mueva un d\u00f3lar, incluso una cig\u00fce\u00f1a, por el mundo, que una mam\u00e1 con su criatura en busca de un futuro mejor. A lo peor, la movilidad solo se facilita cuando es consiguiente a una deslocalizaci\u00f3n empresarial.
      \n 
      \n6) Otras formas de sacralizaci\u00f3n de la propiedad inmaterial, intelectual e industrial<\/em> han ido surgiendo. Son mucho m\u00e1s peligrosas que la propiedad material, sobre todo porque establecen la brecha m\u00e1s grande entre el Norte y el Sur. Ni media docena de pa\u00edses tienen la totalidad de las patentes, y menos a\u00fan la exclusiva de la titularidad sobre productos farmac\u00e9uticos que pueden salvar la vida de las personas. La socializaci\u00f3n del factor conocimiento es determinante de cara al futuro.
      \n 
      \n7) Ciertamente, s<\/strong>e nos ha ido olvidando que los derechos econ\u00f3micos, sociales y culturales son aut\u00e9nticos derechos prestacionales<\/em> (deben de ser asegurados por el Estado) y tienen la misma naturaleza que los derechos humanos civiles y pol\u00edticos. Por tanto, no pueden ser trivializados ni privados de su contenido sustancial. La vivienda (a pesar de los desahucios), la salud (a\u00fan cuando se legisle que las personas extranjeras sin papeles no tienen acceso a ella y se privatice), la educaci\u00f3n (aunque se malogre), entre otros, son derechos humanos recogidos en la Declaraci\u00f3n Universal de 1948 y en los Pactos Internacionales de 1966. No es ninguna casualidad que el 5\u00ba Informe del Comit\u00e9 de Derechos Econ\u00f3micos, Sociales y Culturales de la ONU haya dejado en evidencia al Estado espa\u00f1ol: en 2012 le record\u00f3 que estaba reduciendo peligrosamente las pol\u00edticas de protecci\u00f3n social y haciendo retroceder considerablemente los derechos humanos de segunda generaci\u00f3n.
      \n 
      \nEn s\u00edntesis, todo la debacle se ha producido por el olvido de la \u00e9tica<\/em> (reino de los fines) y su sustituci\u00f3n por la cremat\u00edstica<\/em> (tratado de c\u00f3mo multiplicar los beneficios). A su vez, se ha dado una separaci\u00f3n de hecho entre econom\u00eda y pol\u00edtica, siendo la segunda literalmente fagocitada por la primera. El tardo-capitalismo o capitalismo especulativo ha generado una econom\u00eda de casino improductiva, incapaz de generar empleo y absolutamente in\u00fatil para redistribuir y crear justicia social. Adem\u00e1s estamos volviendo a la concentraci\u00f3n de poderes pre-liberal y pre-democr\u00e1tica: Ahora no es el se\u00f1or feudal o el monarca absoluto sino \u201clos mercados\u201d los que dominan la acci\u00f3n pol\u00edtica con sus manejos de trilero. Sirva de ejemplo que entre 2000 y 2008 se construyeron en Espa\u00f1a 5 millones de viviendas\u2026 \u00a1la mayor\u00eda para especular! \u00a0Ahora, como acaba de decirC\u00e1ritas espa\u00f1ola, nos encontramos en\u00a0 situaci\u00f3n de m\u00e1xima emergencia social con 400.000 ejecuciones hipotecarias llevadas a cabo en los \u00faltimos cuatro a\u00f1os. Con la paradoja de que se expulsa a las familias de pisos que quedan autom\u00e1ticamente desocupados y sin rentabilidad social alguna.
      \n 
      \nRevela el VII Informe \u201cDe la coyuntura a la estructura (2012)\u201d, del Observatorio sobre la Realidad Social (ORS) de C\u00e1ritas, que la crisis ha ahondado en las contradicciones de la estructura social espa\u00f1ola y ha provocado que la pobreza sea cada vez \u201cm\u00e1s cr\u00f3nica, m\u00e1s extensa y m\u00e1s intensa\u201d. \u00a0El INE en su encuesta de poblaci\u00f3n activa (EPA) pon\u00eda de relieve que, en el \u00faltimo cuatrimestre del a\u00f1o 2012, Espa\u00f1a alcanz\u00f3 la cifra de cerca de 6 millones de parados. M\u00e1s de la mitad de los parados lleva m\u00e1s de un a\u00f1o sin encontrar trabajo. Un tercio de ellos lleva dos a\u00f1os o m\u00e1s sin encontrar empleo El n\u00famero de parados de larga duraci\u00f3n ha aumentado en 642.400 de 2011 a 2012. El n\u00famero de hogares sin ingresos se ha duplicado pr\u00e1cticamente desde el comienzo de la crisis (2007).
      \n 
      \nRealmente el sufrimiento y la injusticia se han multiplicado con la extensi\u00f3n de la pobreza. No queremos abrumar con datos, pero en los \u00faltimos 5 a\u00f1os el n\u00famero de hogares con todos sus miembros en paro se ha multiplicado por cuatro. Ello est\u00e1 cronificando la situaci\u00f3n de los parados (con m\u00e1s de un 50% de poblaci\u00f3n joven desocupada),\u00a0 agotando las prestaciones por desempleo, conduciendo a\u00a0 la falta de liquidez que sofoca incluso a las clases medias (impagos de luz, agua, hipotecas\u2026) y dejando en la estacada a muchos, merced a las pol\u00edticas de recorte no selectivo que debilitan los mecanismos de protecci\u00f3n social, elevan sus condiciones de acceso y minimizan la protecci\u00f3n efectiva de las necesidades b\u00e1sicas. Con ello se patentiza una paulatina dualizaci\u00f3n y quiebra sociales que constituye bastante m\u00e1s que\u00a0 una clamorosa evidencia y una vigorosa interpelaci\u00f3n al valor de la justicia.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. \u201cAude dolere\u201d: Ten el coraje de dejarte afectar.<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nO<\/strong>lvidar la justicia social y sus implicaciones en esta hora ser\u00eda imperdonable. La compasi\u00f3n se pone en valor cuando experimentamos dosis evitables de sufrimiento injusto. Si el \u201cconocimiento\u201d es el momento primero para activar el anhelo de justicia, el \u201creconocimiento\u201d del otro y sus consecuencias constituyen el momento segundo. Reconocer en el otro un \u201ct\u00fa injusticiado\u201d es mucho m\u00e1s que un c\u00f3modo ejercicio de empat\u00eda o el despliegue afortunado de la caja de herramientas de habilidades sociales. El sentimiento moral que hila con este segundo momento es el de la compasi\u00f3n de la que hablamos al inicio del ep\u00edgrafe anterior. No olvidemos que el Vaticano II invitaba a hacer nuestras las alegr\u00edas y las esperanzas, pero tambi\u00e9n las angustias y las aflicciones de la humanidad, \u201csobre todo de los pobres\u201d (GS 1).
        \n 
        \nEste atrevernos a dolernos, a experimentar el sufrimiento y a compartir la impotencia\u00a0 permite establecer aut\u00e9nticos v\u00ednculos y relaciones de lealtad y complicidad con quienes padecen la injusticia. Esta alianza con los excluidos llev\u00f3 al buen samaritano a bajarse \u00e9l de la borrica para que se montase en ella el apaleado. Es la que hace posible toda esa cascada de verbos que vehiculan la \u00e9tica del cuidado, del mimo, de la acogida y de la hospitalidad: se acerc\u00f3, ech\u00f3 aceite, lo vend\u00f3, lo mont\u00f3 en su propia cabalgadura, lo cuid\u00f3 y pag\u00f3 de su dinero. En todos los verbos aparece expl\u00edcita la implicaci\u00f3n personal afectiva del samaritano y tambi\u00e9n una cierta horizontalidad. La complicidad con los excluidos y la defensa de su causa nos salvaguarda la dignidad. Las v\u00edctimas son siempre dignas; quedan indignificados quienes pasan de largo, dej\u00e1ndolas a su suerte.
        \n <\/p>\n

          \n
        1. Atr\u00e9vete a disentir (la indignaci\u00f3n frente a la injusticia).<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

          \u00a0<\/strong>
          \nLo dec\u00eda muy bien Max Sheler: \u201cEl ser humano es el \u00fanico animal capaz de decir `no\u00b4\u201d. Lo remata muy bienErich Fromm cuando se\u00f1ala que, si la expulsi\u00f3n b\u00edblica del para\u00edso fue debida a la desobediencia de nuestros primeros padres, su p\u00e9rdida definitiva vendr\u00e1 causada por nuestro exceso de obediencia. Cuestionaba de este modo el h\u00e1bito de obedecer sin discernir. En definitiva, de renunciar al conflicto \u00e9tico que nos humaniza y mantiene la tensi\u00f3n entre lo somos y lo que estamos llamados a ser.
          \n 
          \nLa prueba de si algo es justo o injusto es tan sencilla c\u00f3mo verificar si una ley, una instituci\u00f3n o una decisi\u00f3n pol\u00edtica, satisfacen necesidades humanas o si, por el contrario, las asfixian. Si expande y universaliza derechos o si m\u00e1s bien los constri\u00f1e y limita. Si tiene a raya a los intereses o se pone servilmente a su servicio. Si se confunde con los leg\u00edtimos e infinitos deseos o si se diferencia de ellos porque torna las necesidades en derechos efectivos.
          \n 
          \nEl origen de la disidencia no es otro que la rebeld\u00eda moral ante los datos aportados por el conocimiento y el reconocimiento del otro<\/em> como un t\u00fa, cuyo rostro, sometido a injusta vejaci\u00f3n, supone una apelaci\u00f3n urgente a mi propia dignidad. Implica indignaci\u00f3n intelectual, afectaci\u00f3n emocional y resoluci\u00f3n de la voluntad que se traducen en un actuar ante el dolor injustamente infligido al otro. La percepci\u00f3n sangrante de su injusticia y laevitabilidad de la misma ponen en marcha el dinamismo de este principio, vinculado con la compasi\u00f3n, la igualdad y la solidaridad.
          \n 
          \nEl reconocimien\u00adto del otro es siempre una expe\u00adrien\u00adcia humana profundamente subversiva. El h\u00e1bito moral de la solidaridad, cuando no quiere quedarse en un mero asisten\u00adcialismo tranquilizador de malas conciencias, lleva \u00ednsito el germen de la subversi\u00f3n, porque la situaci\u00f3n doliente del otro, desde su desnudez e indigencia, me interpela. \u201cEs su sola presencia toda una intimaci\u00f3n a responder\u201d, dir\u00e1 L\u00e9vinas. Esto hace de la disi\u00addencia, no s\u00f3lo la fuerza de cho\u00adque capaz de mostrar que lo que hay no es lo \u00fanico que puede ha\u00adber,\u00a0 sino una aut\u00e9ntica virtud moral surgida de la responsabilidad ante el otro y la ceguera de muchos: \u201cLa responsabilidad de tener ojos cuando los otros los han perdido\u201d, en palabras del N\u00f3bel Saramago.
          \n 
          \nEsta respuesta, pre\u00f1ada en lo m\u00e1s profundo de la propia moralidad, surge no tanto del sentido de la justicia, como de la indignaci\u00f3n ante la evidencia de lo injusto y la compasi\u00f3n solidaria hacia quien lo padece. Se pare en la desnudez del propio yo, en esa profund\u00edsima sole\u00addad interior, desde un \u00edntimo enfrentamiento del yo consigo mismo en b\u00fasque\u00adda de\u00a0 autenticidad. Parte de la convicci\u00f3n de que es emp\u00edricamente imposible que una norma, acto, instituci\u00f3n o sistema de eticidad sean perfectos en su vigencia y consecuencias, porque siempre se dar\u00e1 la existencia real de v\u00edctimas. Ello supone la relativizaci\u00f3n de cualquier sistema que pretenda tener principios universales que legitimen relaciones de acceso y distribuci\u00f3n de los bienes materiales por encima del reconocimiento mutuo entre los sujetos. Consiguientemente, los principios y las instituciones solo ser\u00e1n v\u00e1lidos en una sociedad en la que todos quepan. Lo saben bien los jugadores de cartas: \u201cO jugamos todos, o se rompe la baraja\u201d. Se trata de un aut\u00e9ntico imperativo categ\u00f3rico de la raz\u00f3n pr\u00e1ctica y de la acci\u00f3n concreta.
          \n 
          \nEl disenso, al tiempo que rechaza lo real como injusto, es capaz de intuir una alternativa justa. Adem\u00e1s de ser una \u201cprotesta\u201d, encierra una innegable dimensi\u00f3n de \u201cpropuesta\u201d. Sin duda, muchas mejoras legales han sido posibles por previos disentimientos, e incluso transgresiones, de las norma positivas. La historia del Derecho, y m\u00e1s en concreto la de los Derechos Humanos, es una historia que debe m\u00e1s al disenso que al consenso.
          \n <\/p>\n

            \n
          1. Ten la osad\u00eda de crear<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

            \u00a0<\/strong>
            \nM\u00e1s all\u00e1 de las elementales diferencias en la cadena de ADN, los seres humanos nos distinguimos de los puercos en el cuidado de tres dimensiones espirituales: la \u00e9tica, la est\u00e9tica y la religiosa. Entre las tres existe una inequ\u00edvoca relaci\u00f3n. En ese sentido la genialidad creativa tiene que ver con ellas. Tambi\u00e9n con el valor de la justicia. Por eso, como dice Garc\u00eda Roca, es tan imprescindible aunar la \u201cprotesta\u201d con la \u201cpropuesta\u201d.
            \n 
            \nPor ello, adem\u00e1s de combatir la ignorancia (mediante la audacia de hacer saber como servicio insobornable a la verdad) e inyectar valores que reconozcan al otro como a un t\u00fa (reciprocidad), debemos promoveriniciativas de justicia desde la vida cotidiana<\/em> que vayan posibilitando lo in\u00e9dito viable. Me refiero al consumo responsable, a los bancos del tiempo, a los micro-cr\u00e9ditos, al comercio justo, a la necesidad de utilizar la banca \u00e9tica para nuestros dep\u00f3sitos y operaciones dinerarias, a recrear la acci\u00f3n social que habr\u00e1 de ser necesariamente asistencial (\u201cdadles vosotros de comer\u201d), pero sin renunciar a ense\u00f1arles a pescar y, sobre todo, procurando empoderarles, devolverles el protagonismo, dejar de ser la voz de los sin voz (les condenamos a eterna mudez) para restablecer su derecho\u00a0 a la palabra y, en su caso, al grito. Se trata en suma de dar pie a cauces de participaci\u00f3n y protagonismo de los que no \u201cson\u201d sino que \u201cest\u00e1n\u201d empobrecidos.
            \n 
            \nLa creatividad reclama poner sobre el tapete que las ideas son m\u00e1s importantes que el dinero, y que el mayor capital del que disponemos son los mismos seres humanos y nuestras ingentes capacidades para crear, construir, reconciliarnos y recomenzar. Igualmente el servicio a la verdad exige desenmascarar intereses, poner nombre a operaciones de golfer\u00edo institucional, denunciar injusticias y pedir una mayor regulaci\u00f3n del mercado financiero, sin olvidar que \u00e9ste, como el resto de los subsistemas, han de ser necesariamente repensados desde \u201cel sistema mundo\u201d y en el marco de \u201cotro\u201d modelo de desarrollo integral a escala humana. En esta misma direcci\u00f3n, Stefano Zamagni se\u00f1ala que existen dos tipos de crisis: las que son provocadas por \u201cproblemas t\u00e9cnicos\u201d, fallos y desajustes dentro del sistema (como por ejemplo, la de 1929, que se remedia en buena medida con las pol\u00edticas keynesianas y\u00a0 la New<\/em> Deal<\/em> de F. Roosevelt) y las que son propiamente \u201centr\u00f3picas\u201d, como la vigente. Su caracter\u00edstica principal es que reclaman un cambio de rumbo, no s\u00f3lo t\u00e9cnico, sino fundamentalmente cultural. Exigen un cambio radical de modelo. Lo peor del tardo-capitalismo neoliberal no son sus disfunciones econ\u00f3micas, sino el grosero materialismo individualista que introduce.\u00a0 En ese sentido, no s\u00f3lo estamos ante una de las m\u00e1s profundas crisis de los \u00faltimos siglos, lo peor es que estamos moralmente desarmados y socialmente descohesionados ante ella. Por ello, es preciso tener el coraje de decir la verdad: la salida a la crisis no es, no puede ser\u00a0 -como ya se ha dicho- volver a la situaci\u00f3n anterior. La \u201csalida\u201d pasa por un cuestionamiento del modelo de desarrollo\u00a0 y un recentramiento en el ser humano y sus necesidades b\u00e1sicas (escala humana) que permita su universalizaci\u00f3n de manera sostenible y que se asiente en lo com\u00fan (que supera la escisi\u00f3n publico\/privado). Es la persona la medida de la econom\u00eda y no al rev\u00e9s.\u00a0 Por eso \u201cla cuesti\u00f3n social\u201d ha devenido en aut\u00e9ntica \u201ccuesti\u00f3n antropol\u00f3gica\u201d y el capitalismo salvaje del inicio de nuevo milenio ha tenido la virtualidad de destruir los v\u00ednculos del ser humano con los dem\u00e1s (capital relacional) y con su propio tiempo (\u201cno me da la vida\u201d es la queja un\u00e1nime de quienes trabajan)
            \n 
            \nHabr\u00e1 que combinar crecimiento y decrecimiento para ser sostenibles
            <\/a>. Ser\u00e1 preciso priorizar necesidades y jerarquizar las intervenciones y los recortes. Con los pobres no se juega. Cuando un barco amenaza escorarse, los m\u00e1s vulnerables son los primeros en ser protegidos, y si hay que tirar por la borda lo que sobra, lo hace todo el mundo\u2026 sin quedar excluidos los ocupantes de los camarotes de lujo \u00a0o el capit\u00e1n, que no puede hacer como el de cierto barco italiano\u2026 Este nuevo modelo<\/a> debe colgarse del valor de la Justicia global (repensada desde el sistema mundo) y de la Justicia intergeneracional (no s\u00f3lo tiene en cuenta a los que ahora mismo habitamos la tierra, sino tambi\u00e9n a las generaciones venideras) con alcance de sostenibilidadecol\u00f3gica y bajo el paraguas del bien com\u00fan. Este \u00faltimo no es la suma de los bienes individuales, ni su media estad\u00edstica, como pretenden las visiones utilitaristas, sino aquello que permite a todas las personas (empezando por las que carecen de todo) satisfacer sus necesidades.
            \n\u00a0<\/strong>
            \nSer\u00e1 preciso aunar aquello del c\u00e1ntico de Isa\u00edas 42,\u00a0 \u201cla ca\u00f1a cascada no la quebrar\u00e1\u201d y \u201cel p\u00e1bilo vacilante no lo apagar\u00e1\u201d, con la contundencia del \u201cno cesar\u00e1 hasta implantar el derecho y la justicia en toda la tierra\u201d. La \u00e9tica del cuidado y la \u00e9tica de la justicia. La compasi\u00f3n y la indignaci\u00f3n, el concurso de la caridad y las exigencias de la justicia. La apuesta por implicarse, complicarse y replicar desde la opci\u00f3n por los injusticiadoses un simple deber de justicia. Para los creyentes, est\u00e1 bien avalado: por una raz\u00f3n teol\u00f3gica, porque Dios siempre ha escuchado el clamor de los pobres; por otra cristol\u00f3gica, porque Jes\u00fas se hizo pobre, predic\u00f3 y vivi\u00f3 las bienaventuranzas y, finalmente, por una \u00faltima pneumatol\u00f3gica: porque el Esp\u00edritu Santo nos impulsa a seguir a Jes\u00fas resucitado y a proseguir su causa en la Iglesia.
            \n 
            \nNaturalmente, con la que est\u00e1 cayendo son precisas tambi\u00e9n la alegr\u00eda y la fiesta. Pero \u00e9stas solo recobran el perfil humano cuando est\u00e1n en \u00edntima conexi\u00f3n con los anhelos del mundo, cuando no constituyen una f\u00e1cil evasi\u00f3n sino motivo de encuentro l\u00fadico y gratuito con ellos. Por ello, el reto no es hacerles presentes en la plegaria de los fieles, tampoco en nuestras \u201cpre\u201d-ocupaciones, sino hacerles copart\u00edcipes de nuestras ocupaciones. Los pobres y los injusticiados no son destinatarios de nuestra eventual prodigalidad. Hay que reivindicar el principio de participaci\u00f3n, el \u00faltimo llegado a la DSI, el que nos anima a hacerlos aut\u00e9nticos protagonistas de nuestras comunidades cristianas y de nuestras acciones. Ser aliados de ellos, c\u00f3mplices con sus causas y compa\u00f1eros de camino de sus esperanzas constituye un desaf\u00edo. Incorpora, desde luego, la plenitud de derechos que la ciudadan\u00eda democr\u00e1tica reclama para quien reside de manera estable en un territorio, est\u00e1 sometido a sus leyes y autoridades y paga sus impuestos. \u00bfHasta cu\u00e1ndo no podr\u00e1n los inmigrantes elegir tambi\u00e9n a aquellos representantes p\u00fablicos de los que va a depender su suerte? \u00bfHasta cu\u00e1ndo ser\u00e1n simple objeto de decisiones y no sujetos, actores, protagonistas y hermeneutas de su destino?
            \n\u00a0<\/strong>
            \nConcluimos. Un ya a\u00f1ejo y claro documento de la Iglesia espa\u00f1ola conclu\u00eda corajudamente como lo quiere hacer esta colaboraci\u00f3n: \u201cEl ser y el actuar de la Iglesia se juega en el mundo de la pobreza y el dolor, de la marginaci\u00f3n y de la opresi\u00f3n, de la debilidad y del sufrimiento\u201d (La Iglesia y los pobres<\/em> 1994).
            \n\u00a0<\/strong><\/p>\n

            \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Jos\u00e9 Luis Segovia Bernab\u00e9<\/em><\/p>\n

            \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0<\/em>
            \n
            <\/a> Esa es la \u201cprueba del algod\u00f3n\u201d de la aut\u00e9ntica solidaridad. Como dice I. Zubero, ser solidario es siempre \u201cjugar contra los propios intereses\u201d. Algo de eso trata Gaudium<\/em>et spes<\/em> cuando dice: \u201cM\u00e1s a\u00fan, renunciar\u00e1 al ejercicio de ciertos derechos leg\u00edtimamente adquiridos tan pronto como conste que su uso puede empa\u00f1ar la pureza de su testimonio o las nuevas condiciones de vida exijan otra disposici\u00f3n\u201d (Ver GS 76e). Casi nada. Se est\u00e1 refiriendo a los derechos de la Iglesia.
            \n
            <\/a> Es lo que llaman los economistas el \u201cefecto rebose\u201d. Se produce cuando colocamos las copas de champ\u00e1n una encima de la otra y comenzamos a llenar la superior. Cuando \u00e9sta rebosa, pasa el liquido a la siguiente y as\u00ed sucesivamente. De este modo, pens\u00e1bamos que, cuando los ricos lo fueran a\u00fan much\u00edsimo m\u00e1s, los pobres acabar\u00edan viendo colmada su \u201ccopa\u201d de necesidades. Como se ha comprobado, result\u00f3 una vana ilusi\u00f3n. Tanto como otra similar: \u201cMarea que sube eleva todas las barcas\u201d.
            \n
            <\/a> Cf. El monogr\u00e1fico de la revista Educar(<\/em>nos)<\/em> n\u00ba 60 (2012) dedicado a la crisis.
            \n
            <\/a> Todas se han peleado por copar los primeros puestos de la Finantial<\/em> Times<\/em> clasification que las ordena, no por el rigor de sus ense\u00f1anzas, sino por los ingresos econ\u00f3micos que tienen sus egresados.
            \n
            <\/a> Cf. F. Noiville, Soy economista y os pido disculpas<\/em>, Deusto, 2011.
            \n
            <\/a> Est\u00e1n explicadas magn\u00edficamente por Pedro J. G\u00f3mez Serrano,\u201d \u00bfPerspectivas de futuro? `Cumbres borrascosas\u00b4<\/em>, en Sal Terrae<\/em> 100 (2012) 607-621.
            \n
            <\/a> VI Informe FOESSA<\/em> \u00a0sobre exclusi\u00f3n y desarrollo social en Espa\u00f1a<\/em>, Madrid, 2008.
            \n
            <\/a> A modo de ejemplo, en EEUU, el 10%\u00a0 que representa a los ricos del pa\u00eds tiene el 90% de los activos financieros y un 80% de las propiedades inmobiliarias.
            \n
            <\/a> M. Gallego, J.L. Segovia et al., Andar 1 km en l\u00ednea recta. La c\u00e1rcel del siglo XXI que vive el preso, <\/em>U.P. Comillas, Madrid, 2011.
            \n
            <\/a> Si en los 80 y en los 90 emergieron las ONG como veh\u00edculo de solidaridad civil, en la primera d\u00e9cada del siglo XXI se est\u00e1n multiplicando las Plataformas y los colectivos como \u00e1mbito para la protesta y para la propuesta. El 15-M ha tenido mucho de esto. Otros espacios sectoriales caminan en esta direcci\u00f3n sin presupuesto (sin dinero y con ideas se pueden hacer muchas cosas), sin burocracias internas (aprovechando la simplicidad de las conexiones de internet): \u201cStop desahucios\u201d, \u201cSalvemos la hospitalidad\u201d, \u201cOtro derecho penal es posible\u201d, etc.
            \n
            <\/a> E. LLUCH, Hacia el decrecimiento<\/em>, PPC, Madrid, 2011.
            \n
            <\/a> A \u00e9l se ha referido expl\u00edcitamente\u00a0 Benedicto XVI en su documento con motivo de la Jornada Mundial de la Paz 2013.<\/p>\n

            Misi\u00f3n Joven. N\u00famero 435. Abril 2013<\/strong><\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

            Jos\u00e9 Luis Segovia Bernab\u00e9 Profesor de Moral social y pol\u00edtica en el Instituto Superior de Pastoral-UPSA Madrid \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO.- El autor muestra c\u00f3mo la injusticia social del actual sistema socio-econ\u00f3mico ha aumentado en los \u00faltimos a\u00f1os y ha conducido y causado la crisis econ\u00f3mica, social, pol\u00edtica, moral y antropol\u00f3gica que atravesamos. El art\u00edculo […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[1656,850,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6607"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6607"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6607\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6607"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6607"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6607"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}