{"id":6622,"date":"2013-01-01T00:00:12","date_gmt":"2012-12-31T22:00:12","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6622"},"modified":"2013-01-01T00:00:12","modified_gmt":"2012-12-31T22:00:12","slug":"de-como-llegar-a-la-fe-en-cristo-jesus-pablo-apostol-como-ejemplo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/de-como-llegar-a-la-fe-en-cristo-jesus-pablo-apostol-como-ejemplo\/","title":{"rendered":"DE C\u00d3MO LLEGAR A LA FE EN CRISTO JES\u00daS. PABLO AP\u00d3STOL COMO EJEMPLO"},"content":{"rendered":"

Juan J. Bartolom\u00e9<\/strong>
\nSalesiano, Profesor de Sagrada Escritura<\/strong>
\n 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl autor describe el proceso de fe vivido por San Pablo. Tres son las etapas que constituyen el camino de fe que Pablo recorri\u00f3, yendo hacia Damasco. En el origen est\u00e1 un don inmerecido, la benevolencia de Dios que lo eligi\u00f3; en el centro, y como motivo b\u00e1sico, un conocer a Jes\u00fas como Hijo y Se\u00f1or; y como desenlace, el inmediato env\u00edo a anunciar el evangelio. A este camino, se a\u00f1ade un cuarto elemento, silenciado por que Pablo: el ingreso en una vida com\u00fan que lo cur\u00f3 y le adoctrin\u00f3, que le comprendi\u00f3 y lo envi\u00f3 a evangelizar. Tal fue su particular \u201cpuerta de la fe\u201d: una gracia inexplicable, una personal decisi\u00f3n de Dios que le hizo conocedor del misterio de Cristo y lo convirti\u00f3 en Pablo, \u201cap\u00f3stol\u00a0 de los gentiles<\/em>\u201d.
\n <\/p>\n

\u201cLa puerta de la fe\u00bb (cf.\u00a0Hch\u00a014,27), que introduce en la vida de comuni\u00f3n con Dios<\/strong> y permite la entrada en su Iglesia<\/strong>, est\u00e1 siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el coraz\u00f3n se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida\u201d <\/em>(Benedicto XVI)<\/p>\n

 
\nLa \u201cpuerta de la fe\u201d que introdujo a Pablo en una vida de comuni\u00f3n con Dios, convirti\u00e9ndolo al mismo tiempo en miembro de la comunidad de creyentes a la que andaba persiguiendo, fue su encuentro, tan imprevisto como inmerecido, con el Se\u00f1or Jes\u00fas en la v\u00eda de Damasco (Hch 9,3-5; 22,6-8; 26,12-15).
\n 
\nLa llegada a la fe de Pablo sigue siendo hoy paradigm\u00e1tica. No s\u00f3lo porque su aventura personal es, y permanecer\u00e1 siempre, palabra de Dios para su Iglesia \u2013 una buena raz\u00f3n \u2013sino porque, sobre todo, es el primer, y \u00fanico, autor del NT que habla de su experiencia en primera persona, autobiogr\u00e1ficamente. Todos los dem\u00e1s, y son numerosos, itinerarios de fe que incluyen los escritos del NT son narraciones de terceros; como lo es, por citar quiz\u00e1 el ejemplo m\u00e1s se\u00f1ero, el episodio de Ema\u00fas (Lc 24,13-35), a\u00fan aceptando que su autor pudiera haber contado con informaci\u00f3n de primera mano (cf. Lc 1,1-4). S\u00f3lo de Pablo nos ha llegado su propio testimonio.
\n 
\nHay que se\u00f1alar, adem\u00e1s, un hecho, decisivo en el camino de fe de Pablo, que lo convierte en contempor\u00e1neo de nuestra experiencia cristiana hoy. Como cualquiera de nosotros, Pablo, en su d\u00eda, no fue invitado personalmente por Jes\u00fas a seguirlo, ni convivi\u00f3 con \u00e9l en Galilea mientras Jes\u00fas predicaba el reino, ni fue por \u00e9l educado durante su viaje a Jerusal\u00e9n. No asisti\u00f3 a su muerte en cruz, ni \u2018el tercer d\u00eda\u2019 estuvo entre los primeros testigos de su resurrecci\u00f3n. Naci\u00f3 a la fe, como \u00e9l mismo escribir\u00e1 a los corintios unos veinte a\u00f1os m\u00e1s tarde, a destiempo, \u201ccomo un aborto\u201d (1 Cor 15,8). Y aunque se reconoc\u00eda \u201cel menor de los ap\u00f3stoles\u201d, indigno de tal nombre (1 Cor15,9), pudo reconocer p\u00fablicamente haber trabajado m\u00e1s que todos los dem\u00e1s, porque la gracia de Dios no hab\u00eda sido en \u00e9l est\u00e9ril: no era m\u00e9rito propio, lo que hab\u00eda llegado a ser lo era por gracia<\/em> (1 Cor 15,10).
\n 
\nLa gracia de toparse con el Se\u00f1or Jes\u00fas convirti\u00f3 al celoso perseguidor (Flp 3,6; Hch 9,5.13-14) en un infatigable evangelizador, \u201cel instrumento elegido para llevar mi Nombre a todas las naciones\u201d, como el mismo Se\u00f1or hizo saber a Anan\u00edas (Hch 9,15). Dios, de modo inesperado, violento incluso, tuvo a bien \u201cdarle a conocer a su Hijo y hacerle su mensajero entre los paganos\u201d, como el mismo Pablo confesar\u00eda unos veinte a\u00f1os despu\u00e9s (Gal 1,16).
\n 
\nAntes de llegar a ser ap\u00f3stol, Pablo fue, como cualquier creyente, conducido por Quien lo llam\u00f3 y acompa\u00f1ado despu\u00e9s por la comunidad a la que, poco antes, quer\u00eda arrasar. Un imprevisto, y no bien explicado, encuentro con el Se\u00f1or Jes\u00fas camino de Damasco y la acogida sincera, aunque reticente, de \u201clos disc\u00edpulos que hab\u00eda en Damasco\u201d (Hch 9,19) fueron las etapas \u2013 previas y necesarias \u2013 de educaci\u00f3n de Pablo ap\u00f3stol, su particular \u201cpuerta de la fe\u201d.
\n <\/p>\n

    \n
  1. CAMINO DE DAMASCO<\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nCuanto sucedi\u00f3 a Pablo en la v\u00eda de Damasco es, sin la menor duda, el hecho clave de su vida, que ayuda a entender su compleja personalidad, su desaforada actividad misionera y es el motivo central de su pensamiento. Conciencia de s\u00ed, praxis apost\u00f3lica y reflexi\u00f3n teol\u00f3gica se derivan, a fin de cuentas, de aquella experiencia.
    \n 
    \nPablo mismo, no hay duda, puso en cuanto le sucedi\u00f3 camino de Damasco el origen de su fe y la raz\u00f3n de su misi\u00f3n (Gal 1,13-17; 1 Cor9,1; 15,8). Encontrarse con Jes\u00fas Resucitado (Hch 9,5; 22,8; 26,15) tuvo consecuencias insospechables en su vida personal \u00a0y\u2026 en la historia del cristianismo: hizo del fariseo Saulo el cristiano Pablo, el ap\u00f3stol de Cristo por antonomasia, el primer te\u00f3logo cristiano, un primer escritor cristiano, cuya obra iniciar\u00eda el NT. No deja de llamar la atenci\u00f3n, no obstante, que una experiencia singular, intransferible y apenas expresable, haya contribuido en forma tan notable a la conformaci\u00f3n del cristianismo de todos los tiempos.
    \n 
    \nLamentablemente, y aunque se disponga de considerable informaci\u00f3n sobre lo acontecido, hay que admitir que se nos escapa su realidad m\u00e1s \u00edntima. En su reconstrucci\u00f3n, es obvio, el testimonio personal de Pablo tiene preferencia sobre el relato, triple, del autor de Hechos: no s\u00f3lo porque es confidencia del protagonista sino tambi\u00e9n porque, aunque redactada unos veinte despu\u00e9s de haber sucedido, fue escrita unos treinta a\u00f1os antes de las narraciones lucanas.
    \n 
    \n1.1 Un inesperado encuentro con el Se\u00f1or Jes\u00fas, el testimonio de Pablo<\/em>
    \n 
    \nAunque Pablo apenas habla de s\u00ed en su epistolario, llama la atenci\u00f3n que las escasas noticias que da sobre su encuentro con Jes\u00fas Resucitado sean, todas ellas, confidencias arrancadas por sus adversarios, pol\u00e9micas respuestas a injustificadas acusaciones. Y no se entiende bien que no haya hablado m\u00e1s claro (cfr. 1 Tes 2,4) o con mayor frecuencia (1 Cor 9,1; 15,8; Gal 1,15-17; Flp 3,7-9), precisamente porque en lo que le sucedi\u00f3 camino de Damasco \u00e9l fundamentaba su fe personal, su legitimidad apost\u00f3lica e, incluso, el contenido de su evangelio. Cuando quer\u00eda oponerse a una evangelizaci\u00f3n a todas luces insuficiente y responder a injustificables ataques a su persona, el ap\u00f3stol alud\u00eda, invariablemente, a su encuentro con el Se\u00f1or Resucitado (1 Cor 9,1; 15,8).
    \n 
    \nPablo, que nunca quiso ocultar su pasado de perseguidor (1 Cor 15,9; Gal 1,13; cfr. Hch 7,58; 8,1; 9,1-2), no dudar\u00e1 en presentarse a sus comunidades como cristiano y ap\u00f3stol gracias solo a una intervenci\u00f3n personal de Dios (Gal 1,1.11-12). Aun siendo el inicio hist\u00f3rico de su existencia cristiana, Pablo no present\u00f3 jam\u00e1s esa intervenci\u00f3n divina como una \u2018conversi\u00f3n\u2019. Y no le faltaba raz\u00f3n: ni pensaba haber sustituido la fe de sus padres por otra nueva, ni mucho menos se sent\u00eda culpable por la forma de vida que llev\u00f3 mientras defend\u00eda con celo las tradiciones patrias. Es m\u00e1s, incluso en su \u00e9poca de evangelizador de los gentiles Pablo evitar\u00e1 el t\u00e9rmino para hablar de la llegada a la fe.
    \n 
    \nEs de lamentar que el ap\u00f3stol no haya dejado un relato autobiogr\u00e1fico de su propia experiencia; nos hubiera permitido entrever lo que pensaba. No deja que imaginemos ni siquiera su estado emocional ni nos ofrece un dato objetivo que haga comprensible su decisi\u00f3n. Todas las alusiones existentes, pocas en realidad y gen\u00e9ricas, no son parte de una narraci\u00f3n sino motivo argumental en una discusi\u00f3n. M\u00e1s que narrar lo sucedido, lo interpreta, mencionando los efectos que desencadenaron los hechos.
    \n 
    \nY contra lo que podr\u00eda esperarse, el ap\u00f3stol, curiosamente, no subraya el inicio de su fe en Cristo, sino su inmediata consagraci\u00f3n a la misi\u00f3n. Pablo, en efecto, no piensa haber abandonado nada, el juda\u00edsmo, ni haber vuelto la espalda a nadie, ni a su pueblo ni a Dios. M\u00e1s bien, insiste en que haber encontrado al Se\u00f1or lo ha llevado a encontrar inmediatamente una misi\u00f3n de por vida. Una vez la llamar\u00e1 definitiva revelaci\u00f3n divina (Gal 1,16); otra, la presentar\u00e1 como una visi\u00f3n excepcional (2 Cor 3,18; 4,6) y, aun otra, como una experiencia \u00edntima (Flp 3,12), dando as\u00ed la impresi\u00f3n que le interesa m\u00e1s el alcance de la vivencia que la an\u00e9cdota personal.
    \n 
    \nDescripciones de lo sucedido<\/em>
    \n 
    \nSolo de forma indirecta podemos acercarnos al n\u00facleo de la vivencia paulina. Previamente incluso a nombrar con rara precisi\u00f3n a cuantos se les apareci\u00f3 el Resucitado antes que a \u00e9l, confiesa sin reparos que tambi\u00e9n \u00e9l ha visto<\/em> al Se\u00f1or (1 Cor 9,1; 15,8). La formulaci\u00f3n pertenece al vocabulario fijo de los relatos de apariciones (Jn 20,18-25; Hch 9,27). Pablo comprende el encuentro con el Resucitado como una aparici\u00f3n m\u00e1s e, impl\u00edcitamente, como una investidura apost\u00f3lica. Visi\u00f3n y misi\u00f3n<\/em> coinciden o, mejor a\u00fan, su ser enviado a los gentiles es consecuencia inmediata de su encuentro personal con el Se\u00f1or Jes\u00fas. Haberlo visto lo coloca en igualdad de condiciones respecto a los primeros testigos del Resucitado; \u00bfno soy yo ap\u00f3stol?, <\/em>se ha preguntado primero, y a\u00f1ade a continuaci\u00f3n: \u00bfes que no he visto yo a Jes\u00fas, nuestro Se\u00f1or? <\/em>(1 Cor 9,2).
    \n 
    \nDej\u00e1ndose ver, el Resucitado lo ha hecho tambi\u00e9n a \u00e9l ap\u00f3stol (1 Cor 15,8). Pero a diferencia de los primeros testigos (1 Cor 15,5-7), la aparici\u00f3n aconteci\u00f3 m\u00e1s tarde, mejor, muy tarde, y fue individual. Aunque Pablo se convirti\u00f3 en testigo al igual que los que le precedieron, su modo de encontrarse con Jes\u00fas Resucitado fue diverso. Pablo no hab\u00eda conocido a Jes\u00fas, como lo hab\u00edan conocido sus disc\u00edpulos mientras le segu\u00edan por Galilea, ni se le apareci\u00f3 cuando los disc\u00edpulos compart\u00edan vida y miedos con los dem\u00e1s (Jn 20,19-29) o hab\u00edan regresado a sus puestos de trabajo (Jn 21,2-14). Pablo admite sin ambages lo an\u00f3malo de su experiencia, al afirmar que ocurri\u00f3 \u201ca destiempo\u201d, sin la l\u00f3gica gestaci\u00f3n, \u201ccomo si de un aborto se tratara\u201d (1 Cor 15,8). M\u00e1s a\u00fan, no s\u00f3lo fue un suceso del todo inesperado, fue, adem\u00e1s, totalmente gratuito: no se lo merec\u00eda, en efecto, quien hasta ese momento no hab\u00eda dejado de perseguir a la iglesia (1 Cor 15,9). Dif\u00edcilmente puede reconocerse con mayor claridad que encontrarse con Cristo Jes\u00fas fue para PabloinsospechabIe y lib\u00e9rrima decisi\u00f3n divina, pura gracia (1 Cor 15,10).
    \n 
    \nGal<\/strong> 1,13-17<\/strong>
    \n 
    \nCuando se trata de especificar con mayor precisi\u00f3n este encuentro, Pablo recurre a diversas f\u00f3rmulas que, en lugar de describir lo ocurrido, lo comentan desvelando su sentido profundo. E, invariablemente, siempre en defensa propia y de su evangelio.
    \n 
    \nEscribiendo a los g\u00e1latas, unos veinte a\u00f1os despu\u00e9s de su conversi\u00f3n, Pablo tuvo que recordar lo que le hab\u00eda acontecido camino de Damasco. Fundadas por el ap\u00f3stol unos pocos a\u00f1os antes (Hch 16,6; 18,23), las comunidades de la Galacia hab\u00edan acogido al evangelista \u201ccomo si del mismo Cristo se tratara\u201d (Gal 4,14) y el evangelio, que les lleg\u00f3 acompa\u00f1ado con el don del Esp\u00edritu y otros portentos (Gal 3,2.5). Mas no hab\u00eda durado mucho el primer entusiasmo (Gal 1,6). La visita de unos predicadores que presentaban \u2018otro\u2019 evangelio puso en entredicho la validez de la predicaci\u00f3n paulina e, incluso, la legitimidad apost\u00f3lica del ap\u00f3stol. En defensa, pues, de su ministerio, Pablo se dice \u201cap\u00f3stol por designio de Jes\u00fas Cristo y de Dios Padre\u201d (Gal 1,1). Y como apolog\u00eda del evangelio predicado en Galacia afirma no deb\u00e9rselo a hombre alguno. \u201cJesucristo es quien me lo ha revelado\u201d (Gal 1,12), confiesa sin titubeos.
    \n 
    \nLa breve cr\u00f3nica de la \u2018conversi\u00f3n\u2019 que Pablo nos ha dejado en Gal 1,11-17 es, pues, parte de la argumentaci\u00f3n con la que reivindic\u00f3 la independencia de su misi\u00f3n y la originalidad de su evangelio. El ap\u00f3stol, que puede dar por descontado que los g\u00e1latas conoc\u00edan ya lo que le hab\u00eda sucedido (Gal 1,13.23), afirma lo que le interesa dejar probado: solo Dios est\u00e1 al origen de su vocaci\u00f3n apost\u00f3lica, y su Hijo, Cristo Jes\u00fas, es el \u00fanico contenido del evangelio que predica (Gal 1,11-12).
    \n 
    \nPara dotar de mayor viveza y eficacia probatoria a su relato, Pablo contrapone su etapa precristiana y sus primeros pasos tras su aceptaci\u00f3n del Se\u00f1or Jes\u00fas, un pasado de feroz perseguidor (Gal 1,13-14) y un presente de incansable misionero (Gal 1,15-24). Ambas descripciones, aunque fidedignas, son sumariales e interesadas; se centran en dos \u2018conductas\u2019, la jud\u00eda y la cristiana, de Saulo\/Pablo. Mientras antes no quer\u00eda m\u00e1s que la aniquilaci\u00f3n del naciente cristianismo, ahora se dedica por entero a su propagaci\u00f3n. Pero el relato desvela un dato nuevo y fundamental: Dios es el protagonista de su cambio<\/em>. Encontrarse con el Se\u00f1or Jes\u00fas (cfr. Hch 9,5) no produjo en \u00e9l cambio de conducta, ni mudanza en su fe: \u201cDios tuvo a bien revelarme a su Hijo y hacerme su mensajero\u201d (Gal 1,16). Dios le hizo saber que el Se\u00f1or Jes\u00fas, a quien persegu\u00eda, era su propio Hijo. Un nuevo, revolucionario, conocimiento de Dios y de Cristo fue el motivo, raz\u00f3n y contenido, de la experiencia vivida en la v\u00eda de Damasco.
    \n\u00a0<\/em><\/strong>
    \nDe furioso perseguidor y tradicionalista fan\u00e1tico\u2026 (Gal 1,13-14)<\/em>
    \n\u00a0<\/em>
    \nPablo no se muestra avergonzado de su pasado, cuando, ya ap\u00f3stol maduro, lo recuerda a los g\u00e1latas. Ni ten\u00eda que arrepentirse de haber sido un jud\u00edo piadoso, celoso las tradiciones de su pueblo jud\u00edo e intransigente con quienes las descuidaban (Gal 1,13-14). Precisamente porque no se abochorn\u00f3 nunca por ello, resulta m\u00e1s sincera su protesta: de nada sirve una fe en Dios y una herencia, la jud\u00eda, que no nos consigue a Cristo Jes\u00fas
    \n 
    \nConocida de sus lectores, Pablo reduce la fase jud\u00eda de su vida a una encarnizada persecuci\u00f3n de la comunidad de Jerusal\u00e9n. Al parecer, y desde muy joven, no hizo otra cosa (Hch 7,59; 8,1; cf. 22,20; 26,10). De hecho, ser\u00e1 el \u00fanico personaje que intervino en la primera persecuci\u00f3n de la iglesia recordado por su nombre y sus acciones por Lucas: \u201cSaulo se ense\u00f1aba contra la iglesia, entraba en las casas, apresaba a hombres y mujeres, y los met\u00eda en la c\u00e1rcel\u201d (Hch 8,3).
    \n 
    \nPablo, tampoco aqu\u00ed, desvela los motivos de una conducta tan rabiosamente anticristiana. No est\u00e1 interesado en justificarla, ni siquiera en defensa propia. Deja ver, eso s\u00ed, la intenci\u00f3n que le guiaba: suprimir la comunidad cristiana (Gal 1,13.23). La eficacia de su implicaci\u00f3n exced\u00eda con creces la de sus coet\u00e1neos; su apasionado celo por las tradiciones patrias era la causa m\u00e1s profunda. Si persegu\u00eda cristianos, no era porque fuera sanguinario o mal\u00e9volo sino porque, practicante convencido, no soportaba deserciones ni desviaciones de la fe tradicional. De esta fidelidad extrema a la ley lo sac\u00f3 su Dios.
    \n\u00a0<\/em>
    \n\u2026 a elegido para conocer al Hijo y ser su ap\u00f3stol entre los paganos (Gal 1,15-17)<\/em>
    \n 
    \nEn todo el NT no hay ninguna descripci\u00f3n del encuentro de Pablo con el Se\u00f1or Resucitado que supere, ni siquiera iguale, a este simple apunte biogr\u00e1fico (Gal 1,15-17)<\/a>. En \u00e9l Pablo no aparece como sujeto activo, es beneficiario y receptor de una intrusi\u00f3n, tan gratuita como inesperada, de Dios en su vida.
    \n 
    \nNo se convirti\u00f3 Pablo en un hombre nuevo, Dios le dio a conocer la identidad de Jes\u00fas. No mud\u00f3 de conducta o de fe, porque quisiera \u00e9l o como \u00e9l quiso; se reconoci\u00f3 querido por Dios y conoci\u00f3 a Cristo Jes\u00fas como el hijo querido de Dios. La suya no fue, en realidad, otra conversi\u00f3n m\u00e1s; fue una excepcional experiencia de Dios, que le aport\u00f3 dos nuevos \u2018saberes\u2019: saber que Dios era el Padre del Se\u00f1or Jes\u00fas (Gal 1,16) y saberse \u00e9l destinado a anunciarlo a los paganos (Gal 1,15).
    \n 
    \nEsta confesi\u00f3n, central en la comprensi\u00f3n de lo acontecido, va precedida por dos frases que completan la visi\u00f3n que Pablo ten\u00eda del Dios que hab\u00eda provocado su cambio d\u00e1ndosele a conocer: era El \u201cquien lo hab\u00eda elegido desde el seno materno y quien lo hab\u00eda llamado por pura benevolencia<\/em>\u201d (Gal 1,15). Elegir, separ\u00e1ndolo para s\u00ed, antes incluso de nacer y llamarlo a la existencia desde el vientre materno son formulaciones que han servido para describir vocaciones prof\u00e9ticas (Jr 1,5; Is 49,1). Al apropi\u00e1rselas, Pablo se ve como profeta inmerecidamente elegido por su Dios, desde el momento mismo de su concepci\u00f3n. Ya antes de nacer, a\u00fan en el seno materno, Dios ten\u00eda un plan preciso para \u00e9l; llam\u00e1ndole a la vida, Dios lo destin\u00f3 a conocer a su Hijo y convertirlo en su mensajero. Dios le hab\u00eda elegido apenas concebido. Toda su vida, pues, incluso la etapa farisea de ac\u00e9rrimo perseguidor, quedaba as\u00ed bajo la benevolencia divina, aunque Pablo lo hubiera percibido s\u00f3lo despu\u00e9s de aceptar a Jes\u00fas como Hijo de Dios. La vida, toda ella, se le convirti\u00f3 en una sorprendente gracia, cuando \u00e9l se supo destinado a llevar el evangelio a los gentiles (Gal 1,16).
    \n 
    \nD\u00e1ndole a conocer a su Hijo, Dios hizo de Saulo, el infatigable perseguidor de cristianos, un Pablo, ap\u00f3stol de los gentiles a tiempo completo. Y se hizo a s\u00ed mismo, el Padre de nuestro Se\u00f1or Jesucristo, d\u00e1ndose as\u00ed un nombre. La paternidad de Jes\u00fas define, pues, a Dios de forma \u2018definitiva\u2019 \u2013 Pablo habla de \u2018apocalipsis\u2019, revelaci\u00f3n \u00faltima \u2013 no porque sea la postrema, sino porque fija para siempre qui\u00e9n es Dios.
    \n 
    \nEncontr\u00e1ndose con el Resucitado, Pablo conoci\u00f3 el misterio de la identidad de Dios y de su Hijo (cfr. Hch 9,20). Dios hizo la gracia a Pablo de darle a conocer a su Hijo y de imponerle la misi\u00f3n como tarea de por vida. Si su anterior vida de perseguidor no hab\u00eda impedido a Dios hacerle \u201cap\u00f3stol de los gentiles\u201d (Rom 11,13), Pablo comprendi\u00f3 as\u00ed que en adelante su vida no ten\u00eda otro sentido: \u00a1qu\u00e9 ser\u00eda de \u00e9l, si no evangelizara! (1 Cor 9,16).
    \n 
    \nFlp<\/strong> 3,12-14<\/strong>
    \n 
    \nMientras que 1 Cor 15 y Gal 1 mostraban a Pablo favorecido por un encuentro-revelaci\u00f3n cuyos protagonistas eran el Resucitado (1 Cor9,1; 15,5-8) y el mismo Dios (Gal 1,15-16), Flp 3 se centra, m\u00e1s bien, en exponer las secuelas que tal encuentro ocasion\u00f3 en Pablo. Flp3,2-14 es, sin duda, el texto en el que Pablo habla de su conversi\u00f3n con mayor amplitud y con no poca implicaci\u00f3n afectiva. No es casual que fueran los filipenses, la comunidad m\u00e1s querida por el ap\u00f3stol, \u201csu gozo y su corona\u201d (Flp 4,1), quienes recibieron tales confidencias.
    \n 
    \nPero Pablo no conf\u00eda su intimidad por puro sentimentalismo: pone en guardia a los suyos contra la amenaza que supone lacontraevangelizaci\u00f3n que unos predicadores cristianos, \u201cperros charlatanes\u201d los llama con desprecio (Flp 3,2), propagan pretendiendo imponer a sus convertidos la circuncisi\u00f3n y, por ende, la obediencia de la ley. Como en Galacia antes (Gal 6,12-15), el evangelio de Pablo estaba siendo contestado en Filipos, al igual que la legitimidad de su misi\u00f3n personal.
    \n 
    \nPara expresar con mayor transparencia la profundidad del cambio en \u00e9l operado, se vale del esquema narrativo ya utilizado en Gal, que contrapone lo que era antes<\/em> de su conversi\u00f3n (Flp 3,5-6) a cuanto lleg\u00f3 a ser despu\u00e9s<\/em> de ella (Flp 3,7-11). Sigue sin hablar del hecho en s\u00ed, menciona las circunstancias previas y sus l\u00f3gicas consecuencias. Y aqu\u00ed, a diferencia de Gal 1,15-17, no identifica a Dios como causa y origen de lo acontecido; opta por describir solo sus vivencias personales.
    \n 
    \nAl hacer cr\u00f3nica de cuanto le ha sucedido presenta su encuentro con el Resucitado como el salir obligado del \u2018hogar\u2019 jud\u00edo para entrar en \u201cla salvaci\u00f3n que viene de Dios a trav\u00e9s de la fe\u201d (Flp 3,10). Pablo se siente salvado porque, educado por Dios, abandon\u00f3 un d\u00eda el juda\u00edsmo que amaba para amar el cristianismo que hab\u00eda perseguido.
    \n\u00a0<\/strong>
    \nDe fariseo irreprochable y celoso perseguidor\u2026 (Flp 3,4-6)<\/em>
    \n 
    \nRecordando su pasado de jud\u00edo practicante, Pablo no deja ver descontento ni reproche alguno con respecto a su vida anterior. No hay rastro en sus palabras de que, en su etapa de fariseo convencido, alimentara dudas sobre su fe o sufriera de incoherencia moral. M\u00e1s bien, todo lo contrario. Pablo siempre se consider\u00f3 jud\u00edo, y excelente por su entrega. Jam\u00e1s renunci\u00f3 a su pasado (Flp 3,6; Hch 21,39; 22,3; 23,6; 26,5; 2 Cor 11,22; Rom 9,1-5; 11,1; Gal 2,15).
    \n 
    \nNacido en la di\u00e1spora, es de suponer que fuera educado en Jerusal\u00e9n (Hch 22,3; 26,4; Gal 1,22), en donde resid\u00eda una hermana (Hch 23,16-22.26). Jerusal\u00e9n era la base permanente del movimiento fariseo; all\u00ed pudo Saulo hacerse miembro de esa comunidad que se aten\u00eda estrictamente a la ley, ampliando su vigencia a todos los \u00e1mbitos de la vida cotidiana. All\u00ed habr\u00eda frecuentado la escuela de Gamaliel I el viejo, uno de los disc\u00edpulo del gran Hillel, uno de los grandes rabinos de la \u00e9poca (Hch 5,34-39; 22,3). Sus a\u00f1os de estudios tienen que situarse, posiblemente, ya antes de la aparici\u00f3n p\u00fablica de Jes\u00fas en Galilea y, ciertamente, antes del nacimiento de la comunidad cristiana de Jerusal\u00e9n, pues no era en ella conocido (Gal 1,22).
    \n 
    \nPablo presume de sus or\u00edgenes y de su fidelidad a ellos, incluso siendo ya cristiano y ap\u00f3stol de los paganos (Flp 3,5; Rom 11,1; Gal 1,14). El ap\u00f3stol no ha identificado los motivos concretos que le llevaron a militar contra los seguidores de Jes\u00fas. Nada permite suponer que Pablo, siendo a\u00fan jud\u00edo, abrigara alguna duda sobre la ley o hubiera sentido \u00e9sta como una carga insoportable. Ya cristiano, se confiesa \u201cirreprochable en lo referente al cumplimiento de la ley\u201d (Flp 3,6). La confesi\u00f3n del mesianismo de Jes\u00fas de Nazaret, un maldito de Dios por haber muerto en cruz (Dt 21,23), pudo ser muy bien ser una de las razones que expliquen de su af\u00e1n persecutorio.
    \n 
    \nExpl\u00edcitamente alude a su celo por las tradiciones patrias (Flp 3,6; Gal 1,14; Hch 22,3; 26,5), una decisi\u00f3n consciente y apasionada por la defensa de la ley que le llev\u00f3 a promover la aniquilaci\u00f3n de los transgresores, un actitud l\u00f3gica en cualquier fiel (cfr. 1 Re 19,10.14; 1 Mac2,24.54.58). Adem\u00e1s de ser un servicio a Dios, la defensa sin compromisos de la ley era la \u00fanica forma de asegurar la supervivencia del pueblo jud\u00edo. La confesi\u00f3n p\u00fablica de un nuevo mes\u00edas supon\u00eda, ciertamente, una seria amenaza para la naci\u00f3n. Es este celo religioso, y no el extremismo pol\u00edtico de los zelotas, lo que le convierte en fan\u00e1tico perseguidor de los disc\u00edpulos del Se\u00f1or (1 Cor 15,9; Gal 1,13; Hch 8,3; 9,1-2; 24,4.19; 26,12).
    \n\u00a0<\/em>
    \n\u2026 a cristiano convencido, seducido por Cristo (Flp 3,7-12)<\/em>
    \n 
    \nSin mencionar directamente el encuentro con el Resucitado camino de Damasco (Gal 1,5; Hch 9,4-5), Pablo desvela su resultado. Cristo Jes\u00fas le ha sacado de sus \u2018casillas\u2019, de cuanto daba sentido y seguridad a su existencia. Lo que ten\u00eda ganado por herencia natural, la raza y la fe jud\u00eda, no vale la pena de ser mantenido, merece ser dilapidado. Nada resiste la confrontaci\u00f3n con \u201cel amor a Cristo\u201d (Fil 3,7), solo vale \u201cconocer a Cristo\u201d (Flp 3,8), todo es sacrificable con tal de \u201cganarse a Cristo\u201d (Flp 3,8).
    \n 
    \nEsta acumulaci\u00f3n de expresiones, pre\u00f1adas de intenso afecto, no son mera prueba de un repentino y definitivo enamoramiento, que lo son; son, sobre todo, expresi\u00f3n de un nuevo conocimiento<\/em>, un conocimiento experiencial, nacido de una vinculaci\u00f3n personal, \u00edntima, con Cristo Jes\u00fas, \u201cmi Se\u00f1or\u201d, como lo llama con no simulada ternura Pablo (Flp 3,8) y que explicitar\u00e1 a continuaci\u00f3n (Flp 3,10-11). Este conocimiento no es simple apropiaci\u00f3n intelectual de un objeto, sino identificaci\u00f3n con una persona. Implica un v\u00ednculo vital, una intimidad compartida: Pablo ha \u2018conocido\u2019 a Cristo, no seg\u00fan la carne (cf. 2 Cor 4,6; 5,16), lo ha reconocido como Se\u00f1or de su vida. Este conocimiento comporta una nueva, y radical, orientaci\u00f3n personal: convierte en p\u00e9rdida y desventaja lo que era antes sentido y raz\u00f3n de su vida. Sabe ahora Pablo que Cristo es lo m\u00e1s precioso de cuanto se le ha dado o pueda d\u00e1rsele.
    \n 
    \nEscritas por un antiguo fariseo, \u201cjud\u00edo por los cuatro costados\u201d, \u201cirreprochable en cuanto se refiere al cumplimiento de la ley\u201d (Flp 3,5.6), tales afirmaciones ten\u00edan que resultar en extremo exageradas para sus lectores. Y, si entre ellos hubiera cristianos de extracci\u00f3n jud\u00eda, ofensivas, del todo insoportables, incluso blasfemas. Hay que caer en la cuenta que el ap\u00f3stol da por perecedera y sacrificable la voluntad revelada por Dios a su pueblo, reputando su obediencia como \u2018esti\u00e9rcol\u2019 (Flp 3,9), afirmaciones inaceptables por cualquier jud\u00edo, a\u00fan hoy, aunque no sea practicante. Pero lo m\u00e1s relevante \u2013 lo menos obvio para quien no conozca ese amor \u2013 es que Pablo no dice que as\u00ed sea<\/em> la ley, basura cuya p\u00e9rdida es ganancia, sino que as\u00ed la considera\u2026,<\/em> \u201csi se compara con el conocimiento de Cristo Jes\u00fas\u201d (Flp 3,8). Nada, ni siquiera la ley de Dios, es comparable con el Se\u00f1or Resucitado. Pablo no ha dejado la ley por esa fatiga que produce su puntual obediencia ni por que la considerase imposible de cumplir, sino porque no le ha conducido hasta Cristo, no le facilitado conocerlo ni sentirse por \u00e9l salvado.
    \n 
    \nEn consecuencia, inmolar todo lo que no sea Cristo, el m\u00e1s absoluto desprestigio de cuanto de \u00e9l aparte o distraiga, es el precio justo que pagar para \u201cvivir unido a \u00e9l con una salvaci\u00f3n que procede de la fe\u201d (Flp 3,9). Desafecto a la ley, afectado por Cristo, Pablo describe su cambio con tres t\u00e9rminos, profundamente vivenciales: conocer<\/em> al Resucitado, experimentar<\/em> su poder y aceptar<\/em>, solidario hasta la muerte, sus padecimientos (Flp 3,10). El encuentro con Cristo no se ha reducido, pues, a un cambio de mentalidad y de valores, impone el ensimismamiento en otro. Su vida anterior no hab\u00eda sido mala, fue simplemente in\u00fatil. Y lo era porque no le llev\u00f3 a \u2018conocer\u2019 a Cristo.
    \n 
    \nCristo Jes\u00fas, encontrado en el camino de Damasco, es el motivo, y el tema, de la experiencia cristiana de Pablo. Ha salido del juda\u00edsmo, porque ha \u2018conocido\u2019 entra\u00f1ablemente a Cristo, de ahora en adelante, \u2018su Se\u00f1or\u2019. Y lo es, porque con \u00e9l, por \u00e9l ganado, se siente salvado.Como Pablo, el creyente se hace no porque abandone hogar y sus seguridades, cambie de mentalidad y de preferencias, sino cuando hace propios la meta y el camino de Cristo recorri\u00e9ndolos como \u00e9l y en pos de \u00e9l.
    \n 
    \nPablo es capaz ahora de reconocerse a s\u00ed mismo como cristiano, porque, traspasando la \u2018puerta de la fe\u2019, inaugura una nueva relaci\u00f3n con Cristo. Ha empezado un nuevo camino, cautivo de su Se\u00f1or, porque lo ha cautivado; el cazador ha sido, sorpresivamente y con cierta violencia, cazado (Flp 3,12). \u00a0Cristo lo ha encantado, lo tiene aferrado, preso. Pablo ve su encuentro con el Resucitado no como conquista que ha protagonizado sino como seducci\u00f3n que ha sufrido, m\u00e1s que agente ha sido la v\u00edctima. No se siente ganado por un nuevo movimiento religioso, el primer cristianismo, se sabe cautivado por una persona, Cristo Jes\u00fas.
    \n\u00a0<\/em><\/strong>
    \n1.2 Un ingreso obligado en la vida com\u00fan, el testimonio de Hch<\/em>
    \n 
    \nHablando de lo ocurrido en la v\u00eda de Damasco, el autor de Hechos ha sido menos parco que el mismo protagonista y nos ha dejado tres versiones diversas del mismo suceso. Esta triple narraci\u00f3n de un mismo episodio resulta algo ins\u00f3lita; deja entrever, sin duda, la importancia que le concede el autor. Y, efectivamente, las tres presentaciones quedan colocadas en lugares clave de su libro: la primera,Hch 9,1-19, la \u00fanica verdadera cr\u00f3nica, apenas desencadenada la persecuci\u00f3n que dar\u00eda lugar a la evangelizaci\u00f3n, fuera de Jerusal\u00e9n, de Judea y Samaria (Hch 8,1-40); las otras dos son sendos discursos pro vita sua<\/em> con los que Pablo se defiende ante el pueblo, en Jerusal\u00e9n (Hch 22,1-24), y ante Agripa y Festo, en Cesarea (Hch 26,1-31).
    \n 
    \nCoinciden las tres en afirmar que Pablo no tuvo m\u00e1s remedio que aceptar el plan de Dios sobre su vida, que se le dio a conocer en su encuentro con el Se\u00f1or Resucitado. Este encuentro es presentado como una teofan\u00eda (aparici\u00f3n luminosa: 9,3.17; 22,6.14; 26,13.16; escucha de una voz: Hch 9,5; 22,8; 26,15) a la que sigue una completa curaci\u00f3n (Hch 9,7.17-18; 22,13-16) y el anuncio de la misi\u00f3n apost\u00f3lica (Hch 22,21; 26,16-18). Pablo emerge de semejante experiencia como un hombre nuevo
    <\/a>, pero a\u00fan no ap\u00f3stol.
    \n 
    \nComo cualquier cristiano, Pablo necesit\u00f3 de una comunidad que lo acogiera y lo acompa\u00f1ara en su camino personal de fe. Por breve que fuera el tiempo trascurrido en Damasco \u2013 \u201calgunos d\u00edas\u201d (Hch 9,19) \u2013, Pablo cont\u00f3 all\u00ed con unos hermanos que lo introdujeron en la vida com\u00fan y le educaron en la fe, una fe, eso s\u00ed, que deb\u00eda solo a su Dios (Gal 1,11.15-17). Encontrarse con Jes\u00fas Resucitado camino de Damasco (Hch 9,1-9) le llev\u00f3 a encontrarse, como hermano, con la comunidad a la que hab\u00eda pretendido llegar como perseguidor (Hch9,10-19). Los cristianos de Damasco, Anan\u00edas en especial, continuaron, como catequistas, y muy a su pesar (Hch 9,13-14), la obra que Dios hab\u00eda iniciado en Pablo: \u201crevelarme a su Hijo\u201d (Gal 1,16).
    \n 
    \nUna comunidad cristiana, de perseguida a maestra<\/em>
    \n 
    \nEn las tres narraciones lucanas Pablo recuerda su pasado de jud\u00edo fiel y perseguidor convencido, el cambio radical en su vida provocado por el inesperado encuentro con el Se\u00f1or Jes\u00fas y sus primeros pasos como evangelizador de los paganos. En ello coinciden los tres, b\u00e1sicamente, con los recuerdos del mismo Pablo. S\u00f3lo los dos primeros hablan, en cambio, de la comunidad de Damasco que lo acogi\u00f3 (Hch 9,3-8.11-12; 22,10-11), y de Anan\u00edas, que lo cur\u00f3 y bautiz\u00f3 (Hch 9,10.17-19; 22,12-16).
    \n 
    \nCuando Pablo, cegado por una potente luz, pregunta: \u0093\u00bfQu\u00e9 debo hacer, Se\u00f1or<\/em>?\u201d, escucha la voz del Resucitado: \u201cLev\u00e1ntate y vete a Damasco; all\u00ed te dir\u00e1n lo que debes hacer<\/em>\u201d (Hch 22,10). Si Pablo no hubiera seguido la voz del Se\u00f1or, apenas encontrado, no se habr\u00eda encontrado con la voluntad de su Se\u00f1or en la comunidad cristiana. Si Pablo no hubiera obedecido a los cristianos de Damasco no habr\u00eda obedecido a su Se\u00f1or<\/em>. No habr\u00eda habido conversi\u00f3n a Cristo sin sumisi\u00f3n a la comunidad cristiana de Damasco, que de perseguida se convirti\u00f3 en maestra; o quiz\u00e1 mejor dicho, la acogida que experiment\u00f3 Pablo de parte de la comunidad sell\u00f3 y garantiz\u00f3 la acogida que \u00e9l, en su coraz\u00f3n, hab\u00eda tributado a Jes\u00fas el Se\u00f1or.
    \n 
    \nDamasco, ciudad helen\u00edstica libre integrada en la Dec\u00e1polis, a unos 250 km. de Jerusal\u00e9n, gozaba de una posici\u00f3n geogr\u00e1fica privilegiada que era la causa de su prosperidad y contaba con una importante minor\u00eda jud\u00eda (Hch 19,20.22). Nada sabemos sobre el origen de la comunidad judeocristiana de Damasco. Se puede aventurar que, a mediados de los a\u00f1os treinta, exist\u00eda ya en la ciudad una congregaci\u00f3n de \u201cesos seguidores del camino\u201d, como los llama Lucas (Hch 9,2), formada por alg\u00fan grupo del c\u00edrculo de Esteban, que habr\u00eda abandonado Jerusal\u00e9n tras del martirio de \u00e9ste (Hch 8,1) y misionado la Fenicia, Chipre y Antioquia (Hch 11,19).
    \n 
    \nAunque brillante y eficaz, la narraci\u00f3n lucana de la conversi\u00f3n del perseguidor no hace m\u00e1s veros\u00edmil la presencia de Pablo en Damasco. No justifica la elecci\u00f3n de Damasco como residencia de una comunidad que mereciera ser particularmente perseguida. No explica bien bajo qu\u00e9 autoridad es enviado Pablo y sus compa\u00f1eros (Hch 9,2.14; 22,5) ni hace comprensible que tuvieran la capacidad legal de \u201capresar a todos\u201d los creyentes (Hch 9,14), y llevarlos, \u201chombres y mujeres, encadenados a Jerusal\u00e9n\u201d (Hch 9,2), en una ciudad que, aunque sometida a los romanos, viv\u00eda bajo administraci\u00f3n nabatea. La jurisdicci\u00f3n de las autoridades de Jerusal\u00e9n sobre Damasco se reduc\u00eda, a lo sumo, al liderazgo moral que la comunidad jud\u00eda de la ciudad quisiera recocerles.
    \n 
    \nEllo no obstante, la versi\u00f3n lucana deja bien claro un dato fundamental. Pablo quiso llegar a Damasco como perseguidor de los seguidores de Jes\u00fas (Hch 9,2.13-14), pero entr\u00f3 en la ciudad \u2013 y en la comunidad cristiana \u2013 para saber qu\u00e9 le ped\u00eda (Hch 9, 6; 22,10) el Se\u00f1or a quien estaba persiguiendo (Hch 9,4-5; 22,7-8). Fue el Se\u00f1or, con quien se top\u00f3 camino de Damasco, quien le oblig\u00f3 a someterse a la pedagog\u00eda de la comunidad: el encuentro con el Resucitado fue el inicio de un proceso de educaci\u00f3n en la fe, que el Resucitado en persona encomend\u00f3 a la comunidad creyente<\/em> (Hch 9.11-17). Pablo se convirti\u00f3 en disc\u00edpulo de los cristianos de Damasco porque se hab\u00eda convertido a Cristo camino de Damasco: su conversi\u00f3n no acab\u00f3 con la plena aceptaci\u00f3n de Jes\u00fas como Mes\u00edas, finaliz\u00f3 cuando fue aceptado como hermano por la comunidad que se deb\u00eda encargar de su formaci\u00f3n cristiana.
    \n 
    \nAnan\u00edas<\/em>, el catequista de Pablo<\/em>
    \n 
    \nPablo se top\u00f3 inopinadamente con el Se\u00f1or Jes\u00fas, mientras se dedicaba por entero a perseguir a cuantos cre\u00edan en \u00e9l. Y fue, precisamente, la identificaci\u00f3n del Se\u00f1or \u2018perseguido\u2019 con la comunidad de perseguidos lo que convirti\u00f3 a Pablo en seguidor de Cristo y hermano de los cristianos. \u201c\u00bfQui\u00e9n eres, se\u00f1or<\/em>?\u201d, pregunt\u00f3 Pablo rostro en tierra. \u201cJes\u00fas, a quien tu persigues<\/em>\u201d, respondi\u00f3 la voz (Hch 9,5).
    \n 
    \nEn una nueva escena (Hch 9,10-16), un disc\u00edpulo del Se\u00f1or tiene, tambi\u00e9n \u00e9l, una visi\u00f3n, no tan perturbadora pero no menos exigente.Anan\u00edas recibe \u00f3rdenes precisas, un tanto ins\u00f3litas: deber\u00e1 buscar un enfermo y curarlo (Hch 9,11-12). \u201cHombre piadoso seg\u00fan la ley, bien acreditado ante todos los jud\u00edos que all\u00ed viv\u00edan<\/em>\u201d (Hch 22,12), Anan\u00edas fue enviado por Dios, elegido para sanar a Pablo y llenarlo de Esp\u00edritu con el bautismo (Hch 9,18-19): adem\u00e1s de ofrecerle una casa y acogerlo como hermano (Hch 19,17), lo instruy\u00f3 en la fe. El mismo Pablo confesar\u00e1 a\u00f1os despu\u00e9s que predicando a los dem\u00e1s no hizo m\u00e1s que transmitir el evangelio que \u00e9l, a su vez, hab\u00eda recibido (1 Cor 11,2.11; 15,1).
    \n 
    \nA la l\u00f3gica resistencia con la que intenta reaccionar Anan\u00edas, el Se\u00f1or responde haciendo p\u00fablico el destino que ten\u00eda reservado para Pablo, que incluye una insospechada misi\u00f3n y una segura pasi\u00f3n. Ser\u00e1, dice el Resucitado, \u201cinstrumento elegido para llevar mi nombre a todas las naciones<\/em>\u201d (Hch 9,15) y \u201ctendr\u00e1 que padecer tanto por mi nombre<\/em>\u201d (Hch 9,16). Hay que advertir que la primera, y \u00fanica, vez que el Se\u00f1or Resucitado desvela su plan sobre Pablo no lo hace a \u00e9l, sino al representante de la comunidad que lo debe acoger. Antes que el elegido, la comunidad conoce su vocaci\u00f3n, porque ha de convertirse en su guardi\u00e1n.
    \n 
    \nSuele pasar desapercibido, lamentablemente, el detalle: el primer relato lucano de la conversi\u00f3n de Pablo (Hch 9,1-19) da mayor protagonismo a Anan\u00edas (Hch 9,10-19) que al mismo ap\u00f3stol (Hch 9,1-9). A los dos se les hace el encontradizo Jes\u00fas (Hch 9,4-5.10), a los dos les da una tarea espec\u00edfica (Hch 9,5.11-16), pero donde el Se\u00f1or revela su plan y la misi\u00f3n de Pablo es en las palabras que dirige aAnan\u00edas (Hch 9,15). \u00c9l es el verdadero \u2018confidente\u2019 del Resucitado: quien deb\u00eda acoger al ne\u00f3fito y educar al ap\u00f3stol recibi\u00f3, en absoluta primicia, el anuncio de la misi\u00f3n que el Se\u00f1or pensaba conferir a su \u2018educando\u2019. As\u00ed prepar\u00f3 Dios al \u2018educador\u2019 de Pablo.
    \n 
    \nDios no precis\u00f3 de intermediarios para hacer del Saulo perseguidor el ap\u00f3stol Pablo. Nadie hab\u00eda preparado \u2013 ni siquiera era pensable \u2013 semejante cambio. Pero necesit\u00f3 de una comunidad, la de Damasco, y de un disc\u00edpulo, Anan\u00edas, para ense\u00f1ar a Pablo, el \u201cinstrumento elegido\u201d (Hch 9,15), lo que deb\u00eda hacer. \u201cLev\u00e1ntate, entra en la ciudad y all\u00ed te dir\u00e1n lo que has de hacer<\/em>\u201d (Hch 9,6), le hab\u00eda ordenado el Se\u00f1or en el camino hacia Damasco.
    \n 
    \nA Damasco lleg\u00f3 un invidente que comenzaba a creer en el Se\u00f1or Jes\u00fas. En Damasco,\u00a0 recuperada la visi\u00f3n, conoci\u00f3 lo que deb\u00eda hacer, y \u201calgunos d\u00edas\u201d despu\u00e9s, \u201cempez\u00f3 a hacerlo, predicando en las sinagogas y proclamando que Jes\u00fas es el Hijo de Dios<\/em>\u201d (Hch 9,20). Tambi\u00e9n los mayores ap\u00f3stoles, para llegar a serlo, necesitan de educadores que sanen sus cuerpos, iluminen sus vidas, los acojan como enviados del Se\u00f1or y los integren en la vida com\u00fan.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. LA \u201cPUERTA DE LA FE\u201d DE PABLO AP\u00d3STOL<\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nEn Damasco, mejor en sus alrededores (Hch 9,3, 22,6; 26,13), Dios esper\u00f3 a Saulo para ofrecerle una \u201cpuerta a la fe\u201d que, a\u00f1os despu\u00e9s, \u00e9l junto a Bernab\u00e9 deber\u00edan abrir de par en par a los gentiles (Hch 14,27). \u00bfCu\u00e1les fueron, en apretado resumen, los elementos constitutivos de ese acceso a la fe que lograron hacer de un ac\u00e9rrimo perseguidor el mayor de los ap\u00f3stoles?
      \n\u00a0<\/em>
      \nLa gracia de encontrarse con el Se\u00f1or<\/em>
      \n 
      \nQue quien se dirig\u00eda a Damasco para \u201cllevar encadenados a Jerusal\u00e9n a cuantos seguidores de ese camino, hombres y mujeres, encontrara<\/em>\u201d (Hch 9,2), ingresara en la ciudad por mandato expreso de ese Jes\u00fas a quien persegu\u00eda y aceptase hacer lo que se mandara (cfr.Hch 9, 5-6) dej\u00f3 at\u00f3nitos a cuantos hab\u00edan hecho camino con \u00e9l y lo introdujeron, \u201cllev\u00e1ndolo de la mano<\/em>\u201d, en Damasco (Hch 9,8). A\u00f1os m\u00e1s tarde, Pablo describir\u00e1 este cambio, radical e inesperado, como la intervenci\u00f3n de un Dios benevolente que tuvo a bien hacerle ver en Cristo Jes\u00fas a su Hijo (Gal 1,16) y enviarlo como su mensajero entre los paganos (Gal 1,16).
      \n 
      \nPablo descubri\u00f3 que toda su vida, incluida la etapa de perseguidor, no hab\u00eda sido m\u00e1s que v\u00eda y preparaci\u00f3n para su ministerio apost\u00f3lico. Que su vida entera no tuviera otro sentido era la gracia que Dios le hab\u00eda concedido: \u201clo que \u00e9l era lo era por gracia<\/em>\u201d (1 Cor 15.10; cf.Rom 1,14-25; Gal 1,16). Saber que Dios se hab\u00eda implicado personalmente \u2013 hab\u00eda declarado a Jes\u00fas hijo preferido \u2013 lo hab\u00eda lanzado a predicar a los paganos (Gal 1,17;Rom 11,13). Se hizo creyente y, por lo mismo e inmediatamente, ap\u00f3stol, porque conoci\u00f3 la verdadera identidad de Jes\u00fas. Encontrarse con el Resucitado, cuando andaba buscando a sus secuaces, fue don inesperado que revolucion\u00f3 su existencia de por vida.
      \n 
      \nUn encuentro que le hizo conocer al Hijo de Dios<\/em>
      \n\u00a0<\/em>
      \nEncontrarse con el Resucitado le supuso a Pablo saber que el Dios a quien serv\u00eda, y en cuyo servicio persegu\u00eda a los disidentes, era en realidad el Padre del Se\u00f1or Jes\u00fas. No fue \u00e9l quien lleg\u00f3 a tal convicci\u00f3n, Dios le hizo el favor de descubr\u00edrselo. Y encontrado el Hijo, se puso a su servicio, ministro suyo por \u00e9l enviado a los gentiles
      \n 
      \nSin llegar a conocer qu\u00e9 sucedi\u00f3 en verdad en la v\u00eda de Damasco, se puede sospechar c\u00f3mo le \u2018toc\u00f3\u2019 a Pablo lo acontecido. Un suceso, ya en s\u00ed mismo extraordinario, fue vivido por el ap\u00f3stol como un \u2018apocalipsis\u2019, una definitiva desvelaci\u00f3n de Dios: Dios no podr\u00e1 decir nada m\u00e1s, ni mejor, de s\u00ed mismo. El cambio de vida que provoc\u00f3 dej\u00f3 de ser una an\u00e9cdota personal, era el momento decisivo del proyectosalv\u00edfico de Dios, cuyos \u201cplanes m\u00e1s secretos los hab\u00eda decidido realizar en Cristo<\/em>\u201d (Ef 1,9). Conocer este misterio, \u201cque no hab\u00eda sido dado a conocer a los hombres de otras generaciones<\/em>\u201d (Ef 3,5) lo hizo cambiar totalmente y para siempre (1 Cor 9,16; Gal 1,16). Ya no era \u00e9l, era una nueva creatura (2 Cor 5,17). Ya no viv\u00eda \u00e9l, en \u00e9l viv\u00eda Cristo (Gal 2,20).
      \n 
      \nUn encuentro con Cristo que le hizo encontrarse con una comunidad de cristianos<\/em>
      \n\u00a0<\/em>
      \nAunque Jes\u00fas se apareci\u00f3 tambi\u00e9n a Pablo, \u201cel \u00faltimo entre todos, como a un aborto<\/em>\u201d (1 Cor 15,8), el encuentro con el Se\u00f1or le oblig\u00f3 a encontrarse con la comunidad con la que Cristo se hab\u00eda identificado (Hch 9,4-5). La experiencia pascual, verdadera \u2018puerta de la fe\u2019, \u00a0siempre<\/em>inicia <\/em>como un \u2018dejarse\u2019 encontrar por Cristo y acaba siempre<\/em> reencontr\u00e1ndose entre hermanos (cfr. Lc 24,25-35). No es casual que la primera palabra que Anan\u00edas, el atemorizado l\u00edder de la comunidad (Hch 9,14), dirigiera a Saulo al saludarlo fuera, l\u00f3gicamente, \u201chermano m\u00edo\u201d<\/em> (Hch9,17).
      \n 
      \nSeguro de s\u00ed y de sus intenciones, Pablo quer\u00eda llegar a Damasco como perseguidor de cristianos (Hch 9.2.13-14). Pero entr\u00f3 en la ciudad \u2013 y en la comunidad \u2013 para saber qu\u00e9 ten\u00eda que hacer<\/em> (Hch 9,6; 22,10). Fue el Resucitado, con quien se top\u00f3 en el camino, quien le oblig\u00f3 a aceptar la gu\u00eda de la comunidad: su encuentro con El fue el inicio de un proceso educativo en la fe, que comenz\u00f3 con la total recuperaci\u00f3n de la salud y seguir\u00eda la introducci\u00f3n en la vida com\u00fan, a trav\u00e9s del bautismo (Hch 9,18). S\u00f3lo entonces \u201crecobr\u00f3 las fuerzas<\/em>\u201d (Hch 9,19) y se puso a predicar el evangelio (Hch 9,20).
      \n 
      \nPablo se convirti\u00f3 as\u00ed en hermano de los disc\u00edpulos (Hch 9,17), porque hab\u00eda sido siervo obediente del Se\u00f1or Jes\u00fas (Hch 9,6). Su fe cristiana, nacida en el encuentro con el Desconocido (Hch 9,5), no se complet\u00f3 cuando lo reconoci\u00f3 como Se\u00f1or sino cuando se reencontr\u00f3, en comunidad, hermano entre hermanos (Hch 9,17-19).
      \n\u00a0<\/em>
      \nUn encuentro que le llev\u00f3 a encontrar la evangelizaci\u00f3n como misi\u00f3n de su vida<\/em>
      \n 
      \nDescubierto Jes\u00fas como su Se\u00f1or (Hch 9,5) e Hijo de Dios (Gal 1,16) e ingresado en la comunidad cristiana (Hch 9,17-18), Pablo acoge sin dilaci\u00f3n el evangelio como tarea de su vida. Predicar para \u00e9l no ha sido, confesar\u00e1 a\u00f1os m\u00e1s tarde a los corintios, una honra, sino un deber, no ha sido un m\u00e9rito propio, sino una ineludible necesidad (1 Cor 9,16). Tiene como destino evangelizar y su felicidad, y su corona, son las comunidades que han surgido de su anuncio (1 Cor 9,2). Ante ellas se presenta como siervo del Se\u00f1or y por ellas, y aunque se sabe libre (1 Cor 9,1), se har\u00e1 esclavo de todos (1 Cor 9, 19). Hombre de una sola pasi\u00f3n, no tiene tiempo para pasatiempos; su vida est\u00e1 en juego, y \u201c\u00a1pobre de \u00e9l, si no anunciara el evangelio<\/em>!\u201d (1 Cor 9,16)
      \n 
      \nPablo no entendi\u00f3, pues, su encuentro con el Resucitado solo como una revelaci\u00f3n definitiva de Dios. Lo vivi\u00f3 como una llamada personal\u00edsima de Dios y una misi\u00f3n exclusiva y excluyente. Y, si se quisiera medir con alguna objetividad lo que el encuentro con Cristo le implic\u00f3, habr\u00eda que contabilizar los miles de kil\u00f3metros recorridos, los innumerables peligros afrontados (2 Cor 11,22-27), las incomodidades sufridas
      <\/a>\u2026 Viajar constantemente no fue para \u00e9l simple ocupaci\u00f3n, sino imperiosa necesidad de llevar a Cristo donde \u00e9ste a\u00fan era desconocido (Rm 15,19-20). Y cuando se vea impedido, no podr\u00e1 por menos que atribu\u00edrselo a Sat\u00e1n (1 Ts 1,17-18): si Dios era quien lo enviaba (1 Cor 4,19; 16,7; Rom 1,10; 15,32), s\u00f3lo el enemigo de Dios se atrev\u00eda a imped\u00edrselo.
      \n 
      \nAteni\u00e9ndonos a su propio testimonio, tres son las etapas que constituyen el camino de fe que Pablo recorri\u00f3, yendo hacia Damasco. En el origen est\u00e1 un don inmerecido, la benevolencia de Dios que lo eligi\u00f3; en el centro, y como motivo b\u00e1sico, un conocer a Jes\u00fas como Hijo y Se\u00f1or; como desenlace, el inmediato env\u00edo a anunciar el evangelio. A este camino, el autor de Hechos a\u00f1ade un cuarto elemento, que Pablo ha querido silenciar: el ingreso en una vida com\u00fan que lo cur\u00f3 y lo adoctrin\u00f3, que lo comprendi\u00f3 y lo envi\u00f3 a evangelizar. Tal fue su particular \u201cpuerta de la fe\u201d: una gracia inexplicable (1 Cor 15,10), una personal decisi\u00f3n de Dios (Gal 1,1.11-12.15-16), que lo hizo conocedor del misterio de Cristo (Ef 3,4) y lo convirti\u00f3 en Pablo \u201cap\u00f3stol\u00a0 de los gentiles<\/em>\u201d (Rm 11,13), a quienes solo anunciar \u201ca Cristo Jes\u00fas, y a este crucificado<\/em>\u201d (1 Cor 2,2).
      \n 
      \n <\/p>\n

      Juan J. Bartolom\u00e9,<\/p>\n

      Roma, 31 mayo 2012<\/p>\n

       
      \n 
      \n
      <\/a> Llama la atenci\u00f3n que Pablo, en esta breve noticia autobiogr\u00e1fica, d\u00e9 m\u00e1s relieve a cuanto \u00e9l hizo tras la llamada, \u201cdirigirse inmediatamente a Arabia\u201d (Gal 1,17), que a cuanto hab\u00eda hecho en \u00e9l Dios, elegirlo, llamarlo, revelarle a su Hijo y convertirlo en ap\u00f3stol de los gentiles. Al menos, a nivel sint\u00e1ctico, la fuerza expresiva recae en la consecuencia, la misi\u00f3n entre gentiles, y no en el acontecimiento mismo, la benevolencia que le tuvo Dios al hacerle reconocer a Cristo como su Hijo.
      \n
      <\/a> \u201cCircumfusus lumine, facta sibi caecitate in oculis, ut intus videret\u201d (AGUST\u00cdN, Enarr<\/em>. in Psal<\/em> LXXV: PL<\/em> 36, 966).
      \n
      <\/a> Ver una magn\u00edfica recreaci\u00f3n, si no ver\u00eddica, s\u00ed veros\u00edmil, de un viaje por mar en Hch 27,1-28,16.<\/p>\n

      Misi\u00f3n Joven. N\u00famero 432_433. Enero-Febrero 2013<\/strong><\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

      Juan J. Bartolom\u00e9 Salesiano, Profesor de Sagrada Escritura   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El autor describe el proceso de fe vivido por San Pablo. Tres son las etapas que constituyen el camino de fe que Pablo recorri\u00f3, yendo hacia Damasco. En el origen est\u00e1 un don inmerecido, la benevolencia de Dios que lo eligi\u00f3; en el […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[1636,541,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6622"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6622"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6622\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6622"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6622"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6622"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}