{"id":6633,"date":"2013-01-01T00:00:54","date_gmt":"2012-12-31T22:00:54","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6633"},"modified":"2013-01-01T00:00:54","modified_gmt":"2012-12-31T22:00:54","slug":"el-ano-de-la-fe-de-pablo-vi","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/el-ano-de-la-fe-de-pablo-vi\/","title":{"rendered":"EL \u00abA\u00d1O DE LA FE\u00bb DE PABLO VI"},"content":{"rendered":"
Santiago Garc\u00eda Mourelo<\/strong><\/p>\n \u00abEn un sentido m\u00e1s elevado que el meramente humano, toda edad, todo estado de la Palabra encarnada, es definitivamente automanifestaci\u00f3n de Dios, en todas las edades est\u00e1 presente esta plenitud\u00bb[1]<\/a><\/p>\n H. U. vonBalthasar<\/p>\n Cuando nos sumergimos en la historia comprendemos m\u00e1s el presente y, a la luz de ambos, proyectamos esperanzados el futuro. Por ello, fijar la mirada en el \u00abprimer\u00bb A\u00f1o de la fe<\/em> (1967-1968), nos puede ayudar a descubrir las motivaciones, intenciones y frutos esperados del \u00absegundo\u00bb, <\/em>que estamos viviendo en el presente curso. Esta es la invitaci\u00f3n para las l\u00edneas que siguen. La Iglesia al final de la d\u00e9cada de los \u201860<\/strong> Con estas cuestiones de fondo, extra<\/em> e intra<\/em> eclesiales, y otras que exceden la extensi\u00f3n de estas p\u00e1ginas, Pablo VI convoc\u00f3 el A\u00f1o de la fe<\/em>. No hay que profundizar mucho m\u00e1s en el contexto para ver su motivaci\u00f3n central: en esa \u00e9poca de crisis, divergencias y disensos, quer\u00eda renovar la fidelidad al evangelio de Cristo mediante el punto, b\u00e1sico e irrenunciable, de comuni\u00f3n de la comunidad eclesial: la Profesi\u00f3n de Fe. \u00abY, \u00bfqu\u00e9 dir\u00e9 a la Iglesia a la que debo todo y que fue m\u00eda? Las bendiciones de Dios vengan sobre ti; ten conciencia de tu naturaleza y de tu misi\u00f3n; ten sentido de las necesidades verdaderas y profundas de la humanidad; y camina pobre, es decir, libre, fuerte y amorosa hacia Cristo. Am\u00e9n. El Se\u00f1or viene. Am\u00e9n\u00bb[29]<\/a>.<\/p>\n Pablo VI<\/p>\n Santiago Garc\u00eda Mourelo \u00abEn un sentido m\u00e1s elevado que el meramente humano, toda edad, todo estado de la Palabra encarnada, es definitivamente automanifestaci\u00f3n de Dios, en todas las edades est\u00e1 presente esta plenitud\u00bb[1] H. U. vonBalthasar Cuando nos sumergimos en la historia comprendemos m\u00e1s el presente y, a la luz de ambos, proyectamos esperanzados el […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1652,94,1653],"tags":[],"class_list":["post-6633","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-colaboraciones-432_433","category-mision-joven-2","category-santiago-garcia-mourelo"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6633"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6633"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6633\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6633"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6633"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6633"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nEvocaci\u00f3n de Benedicto XVI del primer A\u00f1o de la fe<\/em><\/strong>
\nBenedicto XVI, en la Carta Apost\u00f3lica Porta Fidei, <\/em>con la que se nos convoca al presente A\u00f1o de la fe<\/em>, hace referencia a la primera celebraci\u00f3n que la Iglesia tuvo bajo este leitmotiv. <\/em>En los n\u00fameros 4 y 5 de su Carta, nos dice:
\n\u00ab<\/em>[Pablo VI] Lo concibi\u00f3 como un momento solemne para que en toda la Iglesia se diese \u2018una aut\u00e9ntica y sincera profesi\u00f3n de la misma fe\u2019; adem\u00e1s, quiso que \u00e9sta fuera confirmada de manera \u2018individual y colectiva, libre y consciente, interior y exterior, humilde y franca\u2019<\/em>[2]<\/a>. Pensaba que de esa manera toda la Iglesia podr\u00eda adquirir una \u2018exacta conciencia de su fe, para reanimarla, para purificarla, para confirmarla y para confesarla<\/a>\u2019<\/em>[3]<\/a>. <\/em>[\u2026] En ciertos aspectos, mi Venerado Predecesor vio ese A\u00f1o como una \u2018consecuencia y exigencia postconciliar<\/a>\u2019<\/em>[4]<\/a>, consciente de las graves dificultades del tiempo, sobre todo con respecto a la profesi\u00f3n de la fe verdadera y a su recta interpretaci\u00f3n<\/em>.\u00bb
\nEnmarcando la celebraci\u00f3n del presente A\u00f1o<\/em> con tres acontecimientos eclesiales de relevancia, la conexi\u00f3n establecida con Pablo VI puede darnos pistas para ahondar en su significado[5]<\/a>. Para ello nos acercaremos a su contexto social y eclesial.
\nEl mundo al final de la d\u00e9cada de los \u201860<\/strong>
\nSocialmente, el final de la d\u00e9cada de los \u201860 fue convulso. En todas las latitudes y en todos los \u00f3rdenes hubo acontecimientos que indicaban un deseo de romper con lo establecido o, por lo menos, de un cambio de orientaci\u00f3n. En diversos \u00e1mbitos, sobre todo en el pol\u00edtico-social, las tensiones llegaron a puntos \u00e1lgidos, incluso violentos. Recordemos, de modo telegr\u00e1fico, algunos acontecimientos.<\/p>\n\n
\nLa Iglesia no fue ajena a este contexto y, en su propio interior, las tensiones se acumulaban. El concilio Vaticano II hab\u00eda concluido en 1965 y su deseo de aggiornamento<\/em> \u2015puesta al d\u00eda\u2015, fue comprendido de manera diversa, dividiendo a diferentes sectores eclesiales[6]<\/a>. Pablo VI, que ocupar\u00eda la C\u00e1tedra de Pedro hasta 1978, trat\u00f3 de nivelar posturas y apaciguar disensos. No siempre, por desgracia, lo logr\u00f3.
\nCentr\u00e1ndonos en el final de esta d\u00e9cada, nos acercamos a algunos de los avatares que el Papa Montini tuvo que sortear y que hacen comprender mejor su convocatoria a vivir un A\u00f1o de la fe<\/em>[7]<\/a>.<\/em><\/p>\n\n
\nInicio y desarrollo del A\u00f1o de la fe<\/em><\/strong>
\nFue en la Exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica Petrum<\/em> et Paulum apostolos<\/em>, con motivo del decimonoveno centenario del martirio de los ap\u00f3stoles\u00a0 Pedro y Pablo, cuando Pablo VI anunci\u00f3 el A\u00f1o de la fe<\/em>. El acontecimiento brindaba la ocasi\u00f3n para proponer un objetivo de cara al Pueblo de Dios que ven\u00eda reclam\u00e1ndose desde diversos contextos: \u00abRetomar la conciencia exacta de su fe para reavivarla, para purificarla y confirmarla<\/em>\u00bb. Para ello propon\u00eda ofrecer una profesi\u00f3n de fe a Dios \u00abindividual y colectiva, libre y consciente, interior y exterior, humilde y sincera<\/em>\u00bb, con el deseo de \u00abque esta profesi\u00f3n emerja de las profundidades del coraz\u00f3n de cada fiel y resuene id\u00e9ntica y amorosa en toda la Iglesia<\/em>\u00bb[11]<\/a>.
\nCon esta finalidad, las indicaciones en mensajes, homil\u00edas y audiencias fueron continuas durante ese curso. Muchas eran las perspectivas a tratar: la fe en el mundo moderno, la fidelidad a la Sede Apost\u00f3lica como garante de la fe, la integridad del dep\u00f3sito de la fe, la toma de postura ante opiniones y teolog\u00edas divergentes o contraproducentes, la explicitaci\u00f3n del mensaje del Concilio Vaticano IIsobre la fe, la profundizaci\u00f3n en el acto de fe y sus consecuencias en la vida pr\u00e1ctica, etc. A todas ellas el Papa Montini trat\u00f3 de dar respuesta y orientaci\u00f3n.
\nEn el fondo de todas las intervenciones que se produjeron en ese a\u00f1o, se pueden leer dos l\u00edneas de fondo. En primer t\u00e9rmino, la preocupaci\u00f3n de cara a te\u00f3logos y sectores eclesiales por las controversias surgidas \u2015expuestas, en su mayor\u00eda, m\u00e1s arriba. Ante la dispersi\u00f3n y divergencia, propon\u00eda la conexi\u00f3n directa con el origen del depositum<\/em> fidei.<\/em>Frente a los excesos historicistas, dec\u00eda:
\n\u00ab\u2026Adhiri\u00e9ndonos a la fe que la Iglesia nos propone, nos ponemos en comunicaci\u00f3n directa con los Ap\u00f3stoles, que queremos recordar, y, por ellos, con Jesucristo, nuestro primer y \u00fanico Maestro; nos ponemos en su escuela, eliminamos la distancia de los siglos que nos separan de ellos y hacemos del momento presente una historia viva, la historia siempre igual propia de la Iglesia, mediante la puesta en pr\u00e1ctica, id\u00e9ntica y original para todos, de la misma fe en una inmutable y siempre irradiante verdad revelada<\/em>\u00bb[12]<\/a>.
\nEn segundo t\u00e9rmino, la preocupaci\u00f3n era la calidad de la fe de la gran masa de cristianos, que, seg\u00fan Pablo VI, consist\u00eda en \u00abuna fe de costumbres, una fe convencional, una fe no comprendida y poco practicada. Una fe incoherente con el resto de la vida, y por ello enojosa y pesada. No est\u00e1 muerta del todo, pero no est\u00e1 viva para nada<\/em>\u00bb[13]<\/a>.
\nPara ofrecer orientaci\u00f3n propuso una serie de catequesis en las que profundizaba, en l\u00ednea conciliar, en la comprensi\u00f3n de la fe, como \u00abrespuesta al di\u00e1logo con Dios, a su Palabra, a su revelaci\u00f3n. Es el \u2018s\u00ed\u2019, que permite al pensamiento divino entrar en el nuestro<\/em>\u00bb[14]<\/a>.
\nMostraba la fe, como respuesta al cientificismo, como \u00abuna forma nueva de conocimiento; un conocimiento fundado no en la evidencia directa, sino en el testimonio de quien merece ser cre\u00eddo. <\/em>[\u2026] Se trata de una fuerza nueva, de una luz intelectual nueva, de una capacidad de creer que s\u00f3lo la gracia de Dios, el Esp\u00edritu Santo, puede engendrar en nosotros<\/em>\u00bb[15]<\/a>. Y trataba de hacerla vivible y comprensible en la experiencia cotidiana. Este bello fragmento es signo de ello:
\n\u00abQue la fe sea la luz que brille en vuestros ojos, el consuelo de vuestra jornada, el motor secreto que mueve a la generosidad y al hero\u00edsmo. Se acostumbra a hablar a veces de lo \u2018gris\u2019 de la vida diaria, y muchas expresiones de la narrativa moderna o de los espect\u00e1culos parecen exasperar y ennegrecer sus tintas. Pero para el hombre que tiene fe, la vida no es gris, aunque a veces sea mon\u00f3tona, dura, acuciante, llena de responsabilidad \u00bfPor qu\u00e9? Precisamente porque hay fe, porque se ha puesto a Dios como centro de los pensamientos y de los juicios, de las decisiones y de las costumbres, y por ello se vive en la luz, en el gozo de la paz, que nadie puede turbar<\/em>\u00bb[16]<\/a>.
\nExpectativas eclesiales<\/strong>
\nAnte tama\u00f1a empresa \u2015pues, por diversas motivaciones, movilizaba a todos los sectores y niveles eclesiales\u2015, algunas voces se hicieron eco.
\nLa Conferencia Episcopal Espa\u00f1ola tras su V Asamblea Plenaria, cuyo presidente (1966-1969) era el Rvdmo. Fernando Quiroga Palacios, hizo p\u00fablico un Documento en el que analizaba la situaci\u00f3n de la Iglesia en Espa\u00f1a y marcaba cuatro prioridades para ese A\u00f1o<\/em>: el conocimiento de la Escritura, la formaci\u00f3n del Pueblo de Dios, la fidelidad al Magisterio y la proyecci\u00f3n de la fe en la vida cotidiana[17]<\/a>.
\nA otro nivel, la revista Sal Terrae<\/em>, en aquellos a\u00f1os dedicada a la formaci\u00f3n del clero, recog\u00eda las reflexiones del Rvdmo. Jos\u00e9 Germ\u00e1n J\u00e1\u00f1ezN\u00fa\u00f1ez, Vicario General de Guadix[18]<\/a>. En sus p\u00e1ginas indicaba la imperiosa necesidad de abrir un cauce firme y definitivo a la renovaci\u00f3n iniciada en el Concilio y auguraba la frustraci\u00f3n, en parte, de las esperanzas puestas en \u00e9l, si el A\u00f1o de la fe<\/em> no lograba realizarlo. Con una sinceridad estremecedora \u2015con grandes paralelismos actuales\u2015, dibujaba el d\u00e9bil perfil de la fe en Espa\u00f1a, la escasa actualizaci\u00f3n de los sacerdotes, las predicaciones desconectadas de la vida del Pueblo de Dios, la necesidad de escuelas de formaci\u00f3n para los agentes de pastoral que mediasen entre los centros teol\u00f3gicos y la catequesis en acto y, por \u00faltimo, la corresponsabilidad \u2015entre obispos, sacerdotes y seglares\u2015, y la organizaci\u00f3n \u2015nacional, diocesana y local\u2015, en el anuncio del Evangelio.
\nSin duda fue bien recibido este A\u00f1o de la fe de 1967. Se constataban las carencias, se sent\u00eda la necesidad de reanimaci\u00f3n, consolidaci\u00f3n y propuesta de la fe, el celo pastoral disparaba los proyectos e iniciativas\u2026 \u00bfSe logr\u00f3 el efecto deseado?
\nLa clausura del A\u00f1o de la fe: el Credo del Pueblo de Dios<\/strong>
\nEl A\u00f1o de la fe<\/em> fue oficialmente clausurado el 30 de junio de 1968, en la Celebraci\u00f3n que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, con motivo del decimonoveno centenario del martirio de los ap\u00f3stoles Pedro y Pablo.
\nEn la homil\u00eda, Pablo VI hizo personalmente la solemne Profesi\u00f3n de fe que hab\u00eda invitado a realizar durante el A\u00f1o<\/em> a todas las comunidades eclesiales. Sin presentarse como una definici\u00f3n dogm\u00e1tica, s\u00ed que adquir\u00eda su tono y requer\u00eda su obediencia pues, aunque la hac\u00eda \u00e9l, lo hac\u00eda \u00aben nombre de todo el pueblo de Dios\u00bb<\/em>[19]<\/a>, \u00abno s\u00f3lo con la intenci\u00f3n de testimoniar nuestra inquebrantable voluntad\u00a0de conservar \u00edntegramente el dep\u00f3sito de la fe<\/em>\u00a0[\u2026], sino tambi\u00e9n con la de robustecer nuestro prop\u00f3sito de llevar la misma fe a la vida en este tiempo en que la Iglesia tiene que peregrinar en medio del mundo\u00bb.<\/em>[20]<\/a>
\nHoy d\u00eda es conocida su g\u00e9nesis. Las amistadas entrelazadas del Papa Montini, el Cardenal suizo Charles Journet y el fil\u00f3sofo franc\u00e9s Jacques Maritain, dieron un fruto, inesperado por todos, en la profesi\u00f3n del Credo del Pueblo de Dios[21]<\/a>.
\nLejos de cualquier novedad, result\u00f3 ser una par\u00e1frasis del S\u00edmbolo de Nicea-Constantinopla. Los a\u00f1adidos se deb\u00edan fundamentalmente a un conjunto de dogmas y cuestiones debatidas en su contexto, a saber, los dogmas marianos, los relativos al pecado original, otros de doctrinaeclesiol\u00f3gica, el reconocimiento de los elementos de santificaci\u00f3n fuera de la Iglesia de Cristo, los dogmas eucar\u00edsticos y los l\u00edmites y el sentido del progreso humano y del Reino de Dios. Por estos motivos se comprende la complejidad en algunos momentos de su lectura.
\nLas primeras reacciones, a niveles clericales, pastorales y ecum\u00e9nicos no tardaron en llegar. No se entend\u00eda, si no era una definici\u00f3n dogm\u00e1tica, el plural \u00abcreemos\u00bb; se la sent\u00eda como un inmenso bloque de doctrina fijo en su estructura dogm\u00e1tica; su lenguaje era tradicional y, en ocasiones, oscuro; se ped\u00eda verter el vino nuevo en odres nuevos, m\u00e1s all\u00e1 de la estructura y formulaci\u00f3n de los primeros S\u00edmbolos de fe; agrandaba, se dec\u00eda, el foso con otras confesiones cristianas; etc.[22]<\/a>
\nPese a estas cr\u00edticas, hay que interrogarse si Pablo VI no logr\u00f3 realmente lo que pretend\u00eda. Siendo un hombre sensible a la actualizaci\u00f3n del mensaje cristiano y a la inculturaci\u00f3n de la fe \u2015lo dej\u00f3 claro en laEvangelii nuntiandi<\/em>\u2015, estaba realizando su oficio de confirmar en la fe, de recordar, desde la voluntad del testimonio, el conjunto de verdades que expresaban la Verdad la revelaci\u00f3n. Sin duda, hoy como ayer, un equilibrio nada sencillo. Como el mismo expres\u00f3:
\n\u00abLa fe exige una aplicaci\u00f3n a la vida, a nuestra experiencia de vida, hoy extremadamente mudable. Las necesidades de los tiempos son nuevas y complejas, y por eso la direcci\u00f3n pastoral de la Iglesia debe velar incesantemente y proveer al doble oficio de mantener intacto el tesoro de las divinas verdades y de las tradiciones que lo han integrado o que le son leg\u00edtima e hist\u00f3ricamente derivadas. Y al mismo tiempo, acercar este siempre vivo y operante tesoro a la vida de las generaciones humanas, con el lenguaje y con f\u00f3rmulas que lo hagan siempre m\u00e1s grato y fecundo. Este continuo esfuerzo de fidelidad doctrinal y de condescendencia pastoral es el drama espiritual de aquellos que en la Iglesia tienen el mandato y la responsabilidad de orientar hacia la salvaci\u00f3n com\u00fan<\/em>\u00bb[23]<\/a>.
\nPosibles lecciones del A\u00f1o de la fe<\/em> de Pablo VI<\/strong>
\nAl t\u00e9rmino de este breve sumario surgen espont\u00e1neas y obligadas algunas conclusiones que, para bien, puedan ayudarnos a seguir caminando en la inexcusable tarea de testimoniar al que es origen, fundamento y meta de nuestra fe. Lanzados con esperanza hacia la corona que no se marchita, tratemos de reavivar, de la mano de Pablo VI, el don recibido.<\/p>\n\n
\n
\n[1]<\/a> H. U. VON BALTHASAR, El todo en el fragmento<\/em>, Encuentro, Madrid 2008, 256.
\n[2]<\/a> PABLO VI, Exhort. ap.\u00a0Petrum<\/em> et Paulum Apostolos<\/em>, en el XIX centenario del martirio de los santos ap\u00f3stoles Pedro y Pablo (22 febrero 1967):\u00a0AAS<\/em>\u00a059 (1967) 196.
\n[3]<\/a> Ib\u00edd<\/em>., 198.
\n[4]<\/a> PABLO VI, Audiencia General<\/em>\u00a0(14 junio 1967):\u00a0Insegnamenti<\/em>\u00a0V (1967) 801.
\n[5]<\/a> 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el 20 aniversario de la publicaci\u00f3n del Catecismo de la Iglesia Cat\u00f3lica<\/em> y el S\u00ednodo de las Obispos con el tema de La nueva evangelizaci\u00f3n para la transmisi\u00f3n de la fe<\/em>(octubre de 2012).
\n[6]<\/a> Cf. H. DE LUBAC, Di\u00e1logo sobre el Vaticano II,<\/em> B.A.C., Madrid 1985; S. MADRIGAL, Karl<\/em> Rahner y JosephRatzinguer. Tras las huellas del Concilio<\/em>, Sal Terrae, Santander 2006.
\n[7]<\/a> Cf. E. DE LA HERA, La noche transfigurada. Biograf\u00eda de Pablo<\/em> VI<\/em>, B.A.C., Madrid 2002, 646-694.
\n[8]<\/a> PABLO VI, Discours<\/em> aux membres et consulteurs de \u00abIustitia et Pax\u00bb<\/em> (20\/4\/1967). Esta y otras referencias a Discursos, Audiencias y Homil\u00edas est\u00e1n extra\u00eddas de la web: www.vatican.va, del apartado dedicado a Pablo VI. En adelante, cuando sean de su autor\u00eda, omitiremos el nombre.
\n[9]<\/a> Homil\u00eda en el Sacro rito per il Giubileo straordinario<\/em> (23\/4\/1966).
\n[10]<\/a> Enc\u00edclica Sacerdotalis caelibatus<\/em>, n. 1.
\n[11]<\/a> Petrum<\/em> et Paulum Apostolos<\/em> (22\/2\/1967).
\n[12]<\/a> Udienza<\/em> Generale, \u00abDovr\u00e0 essere operoso e meritorio l’\u00abanno della Fede\u00bb <\/em>(1\/3\/1967).
\n[13]<\/a> Udienza<\/em> Generale, \u00abLa realt\u00e0 splendente di tutto il nostro \u2018credo\u2019\u00bb<\/em> (19\/4\/1967).
\n[14]<\/a> Idem<\/em>.
\n[15]<\/a> Udienza<\/em> Generale,<\/em> \u00abTu solo hai parole di vita eterna<\/em>\u00bb (24\/5\/1967).
\n[16]<\/a> Udienza<\/em> Generale <\/em>(27\/9\/1967).
\n[17]<\/a> Cf. \u00abVoz preocupada de los Obispos Espa\u00f1oles\u00bb: ABC<\/em> (24\/6\/1967) 69-72.
\n[18]<\/a> Cf. J. G. J\u00c1\u00d1EZ, \u00ab\u00bfEl A\u00f1o de la Fe, principio de la renovaci\u00f3n?\u00bb: Sal Terrae<\/em> 52 (abril 1968) n\u00ba 4, 243-262.
\n[19]<\/a> Homil\u00eda y profesi\u00f3n de fe<\/em>, n. 7 (30\/6\/1968).
\n[20]<\/a> Ibid<\/em>., <\/em>n. 1.
\n[21]<\/a> Cf. G. VALENTE, \u00abPaolo VI, Maritain e la fede degli apostoli. Intervista con il cardinale Georges Cottier\u00bb,30Giorni<\/em> 4 (2008) 11-17; CH. JOURNET- J. MARITAIN, Correspondance.1965-1973<\/em>, Vol. <\/em>VI,<\/em> Saint-Augustin, Saint-Maurice 2008.
\n[22]<\/a> Cf. J. LOSADA, \u00abLa profesi\u00f3n de fe de Pablo VI. El mensaje a los sacerdotes\u00bb: Sal Terrae<\/em> 56 (agosto-septiembre, 1968) nos<\/sup> 8-9, 629-637.
\n[23]<\/a> Udienza<\/em> Generale, \u00abLa funzione della Gerarchia\u00bb<\/em> (6\/11\/1971).
\n[24]<\/a> Udienza<\/em> Generale, \u00abLa Fede e l’adesione al Signore\u00bb(<\/em> 20\/4\/1966).
\n[25]<\/a> Udienza<\/em> Generale, <\/em>\u00abL’oraison<\/em> illumine la vie, tient en \u00e9veil la vigilance, stimule la conscience\u00bb<\/em>(20\/8\/1969).
\n[26]<\/a> \u00abDiscurso en la apertura del S\u00ednodo de los obispos\u00bb: ABC<\/em> (30\/9\/1967) 53.
\n[27]<\/a> Discorso<\/em> alle madri generali<\/em>\u00a0 dell’Unione<\/em> Internazionale Superiore Generali <\/em>(22\/11\/1969).
\n[28]<\/a> Discorso<\/em> nel X anniversario del C.E.L.AM. <\/em>(23\/11\/1965).
\n[29]<\/a> \u00abMeditaci\u00f3n ante la muerte\u00bb: L’Osservatore Romano, <\/em>32 (12\/8\/1979) 12.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"