{"id":6785,"date":"2012-12-01T00:00:10","date_gmt":"2012-11-30T22:00:10","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6785"},"modified":"2012-12-01T00:00:10","modified_gmt":"2012-11-30T22:00:10","slug":"educar-en-la-esperanza","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/educar-en-la-esperanza\/","title":{"rendered":"EDUCAR EN LA ESPERANZA"},"content":{"rendered":"

\u201cLa creaci\u00f3n entera gime hasta el presente<\/em>
\ny<\/em> sufre dolores de parto. Y no s\u00f3lo ella;<\/em>
\ntambi\u00e9n<\/em> nosotros, que poseemos las primicias del Esp\u00edritu,<\/em>
\ngemimos<\/em> en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo.<\/em>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Porque nuestra salvaci\u00f3n es en esperanza;<\/em>
\ny<\/em> una esperanza que se ve, no es esperanza,<\/em>
\npues<\/em> \u00bfc\u00f3mo es posible esperar una cosa que se ve?<\/em>
\nPero, esperar lo que no vemos,<\/em>
\nes<\/em> aguardar con paciencia\u201d<\/em>
\n(Rom 8,21-25)
\n 
\nEn una de las escenas culminantes de la versi\u00f3n cinematogr\u00e1fica de la conocida novela La Ciudad de la Alegr\u00eda<\/em> el protagonista muestra a un ni\u00f1o una reproducci\u00f3n del cuadro La Balsa de la Medusa<\/em>, del pintor franc\u00e9s Th\u00e9odore<\/em> G\u00e9ricault<\/em>. Dicho cuadro representa una escena del naufragio de la fragata M\u00e9duse<\/em>, ocurrido en julio de 1816. Cerca de 150 personas quedaron a la deriva en una balsa, pero todas excepto quince fueron muriendo durante los trece d\u00edas que tardaron en ser rescatadas. El pintor representa a los supervivientes en el momento anterior a divisar el barco que les salv\u00f3, con diferentes actitudes: unos est\u00e1n derrotados y miran hacia atr\u00e1s o al vac\u00edo, como si se dejaran ya morir; pero otros conservan la esperanza<\/em> y siguen haciendo se\u00f1ales con unas banderas blancas y miran, de pie, al horizonte. El personaje citado cuenta al ni\u00f1o que a\u00fan en las situaciones m\u00e1s desesperadas, hay personas que conservan su dignidad humana y sus ganas de luchar gracias a que tienen esperanza<\/em>, aunque se encuentren sobre una balsa a la deriva o en elslum<\/em> m\u00e1s pobre de Calcuta.
\n 
\nUna \u00e9poca de esperanzas cortas<\/strong>
\n 
\nCon raz\u00f3n dec\u00eda Kierkegaard<\/em> en el siglo XIX, describiendo a las personas que se parecen a los n\u00e1ufragos desesperanzados del cuadro de G\u00e9ricault<\/em>, que la desesperaci\u00f3n<\/em> es una enfermedad caracter\u00edstica del hombre moderno. Despu\u00e9s, en el siglo XX, los psic\u00f3logos hablar\u00edan de \u201cdepresi\u00f3n\u201d y \u201cvac\u00edo existencial\u201d. De modo similar, el m\u00e9dico, ensayista y gran humanista Pedro La\u00edn Entralgo<\/em> (1908-2001) dedic\u00f3 un interesante libro a la esperanza, titulado La espera y la esperanza<\/em>, donde afirmaba: \u201cEl hombre es un ser que, por imperativo de su propia constituci\u00f3n ontol\u00f3gica, necesita saber, hacer y esperar. Un hombre sin esperanza ser\u00eda un absurdo metaf\u00edsico, como un hombre sin inteligencia o sin actividad\u201d. Con raz\u00f3n podemos parafrasearle diciendo que un ni\u00f1o o un joven sin esperanzas es un \u201cabsurdo metaf\u00edsico\u201d a\u00fan mayor. Sin esperanza, es imposible la educaci\u00f3n de las nuevas generaciones humanas. Este es el tema del presente n\u00famero de Misi\u00f3n Joven<\/em>.
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\nPues bien, desde hace tiempo las esperanzas laicas modernas, traducidas en esa confianza en construir m\u00e1s pronto que tarde el para\u00edso en la tierra, parece que se han ido desmoronando. Hoy se describe mejor nuestra situaci\u00f3n con palabras como desencanto, decepci\u00f3n <\/em>y contrautop\u00eda<\/em>. Por eso, un autor tan atento a las tendencias culturales actuales como es el soci\u00f3logo Zygmunt<\/em> Bauman<\/em> ha podido describir nuestra \u00e9poca diciendo que \u201claposmodernidad es la modernidad menos sus ilusiones\u201d, o sea, \u201cla modernidad menos sus esperanzas\u201d. \u00bfDe d\u00f3nde sacar entonces energ\u00eda para renovar nuestras esperanzas?
\n 
\nLa esperanza cristiana<\/strong>
\n 
\nHace ya tiempo que la teolog\u00eda b\u00edblica y dogm\u00e1tica nos han ense\u00f1ado que el Dios judeo-cristiano es un gran enamorado de la esperanza. Un Dios con m\u00e1s futuro que pasado, que se (y nos) reserva un futuro lleno de una sorprendente plenitud de salvaci\u00f3n (cf., por ejemplo, la Teolog\u00eda de la Esperanza<\/em> de J\u00fcrgen Moltmann). Es un Dios que en Jesucristo se ha manifestado como \u201cel que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean\u201d (Rom 4,17). De ah\u00ed que Pablo nos invite a imitar a Abraham en su \u201cesperar contra toda esperanza\u201d (Rom 4,18). Nos lo record\u00f3 Benedicto XVI<\/em> en su segunda enc\u00edclica,Spe<\/em> salvi<\/em>, publicada en 2007: estamos y somos \u201csalvados en esperanza\u201d<\/em> (Rom 8, 24).
\n 
\nLos creyentes no nos alegramos de la actual p\u00e9rdida de esperanzas en el proyecto moderno, y menos a\u00fan si creemos en la educaci\u00f3n de j\u00f3venes. Tampoco contraponemos nuestra esperanza religiosa a la humana, pues ambas se suman y complementan. M\u00e1s bien, reconocemos que \u201ceste tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que todos vean que una fuerza tan extraordinaria procede de Dios y no de nosotros\u201d (2 Cor 4,7). La tradici\u00f3n cristiana ha subrayado este hecho recordando que la esperanza no es s\u00f3lo un valor m\u00e1s, sino una virtud teologal<\/em>, junto con la fe y la caridad. El poeta cristiano franc\u00e9s CharlesP\u00e9guy retrat\u00f3 esas tres virtudes en un conocido y entra\u00f1able poema que escribi\u00f3 en 1912:La Fe es una esposa fiel. \/ La Caridad es una madre ardiente. \/ Pero la esperanza es una ni\u00f1a muy peque\u00f1a. \/ La Fe es la que se mantiene firme por los siglos de los siglos. \/ La Caridad es la que se da por los siglos de los siglos. \/ Pero mi peque\u00f1a esperanza es la que se levanta todas las ma\u00f1anas\u2026 \/ Mi peque\u00f1a esperanza es la que todas las ma\u00f1anas nos da los buenos d\u00edas.<\/em> Esperamos que la Pastoral Juvenil siga contribuyendo a cuidar la \u201cpeque\u00f1a esperanza\u201d entre los j\u00f3venes de hoy.
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\nLos estudios de este n\u00famero<\/strong>
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\nEl te\u00f3logo moralista Jos\u00e9-Rom\u00e1n Flecha Andr\u00e9s<\/strong> nos habla de la fuerza de la esperanza al hilo de la exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica de Juan Pablo II Ecclesia<\/em> in Europa<\/em> (2003), subrayando que Jesucristo fue, es y ser\u00e1 nuestra Esperanza. El salesiano Eugenio Alburquerque Frutos<\/strong>muestra la \u00edntima relaci\u00f3n entre esperanza y educaci\u00f3n, pues para educar en la esperanza hay que empezar por creer en la educaci\u00f3n y amarla. Tras describir la memoria, el deseo y la promesa como fuentes principales de la esperanza humana y cristiana, presenta unas actitudes b\u00e1sicas para educar en la esperanza. Por su parte, Jos\u00e9 Miguel N\u00fa\u00f1ez Moreno<\/strong>, Consejero Regional de los Salesianos para Europa Oeste, explica la distinci\u00f3n entre el importante valor del optimismo<\/em> y la virtud teologal cristiana de la esperanza<\/em>, y presenta cinco senderos pr\u00e1cticos para desarrollar en la Pastoral Juvenil ese plus<\/em> que contiene, por ser regalo y gracia de Dios, la virtud teologal de la esperanza.
\n <\/p>\n

JES\u00daS ROJANO MART\u00cdNEZ<\/p>\n

misionjoven@pjs.es<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

\u201cLa creaci\u00f3n entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no s\u00f3lo ella; tambi\u00e9n nosotros, que poseemos las primicias del Esp\u00edritu, gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Porque nuestra salvaci\u00f3n es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues \u00bfc\u00f3mo es posible esperar […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[138,94,1633],"tags":[],"class_list":["post-6785","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-jesus-rojano","category-mision-joven-2","category-pagina3-431"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6785","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6785"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6785\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6785"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6785"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6785"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}