{"id":6802,"date":"2012-11-01T00:00:11","date_gmt":"2012-10-31T22:00:11","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6802"},"modified":"2012-11-01T00:00:11","modified_gmt":"2012-10-31T22:00:11","slug":"jovenes-apocalipticos-cine-actual-con-jovenes-en-situaciones-limite","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/jovenes-apocalipticos-cine-actual-con-jovenes-en-situaciones-limite\/","title":{"rendered":"J\u00d3VENES APOCAL\u00cdPTICOS: CINE ACTUAL CON J\u00d3VENES EN SITUACIONES L\u00cdMITE"},"content":{"rendered":"
Jes\u00fas Villegas<\/strong> Aunque aborrezco comenzar cualquiera de mis escritos recurriendo al Diccionario de la RAE, en un art\u00edculo sobre personajes parad\u00f3jicos y extremos nada mejor que empezar llev\u00e1ndome la contraria. Echemos mano, pues, de la lexicograf\u00eda. En sentido figurado, la palabra apocal\u00edptico<\/em> admite dos acepciones: una vinculada con lo misterioso, oscuro y enigm\u00e1tico; otra que nos remite a lo terror\u00edfico y espantoso, a todo aquello que presupone destrucci\u00f3n y exterminio. Sin necesidad de entrar en mayores profundidades, constatamos que la doble naturaleza del texto b\u00edblico (por un lado, su lenguaje visionario y cr\u00edptico; por otro, su prefiguraci\u00f3n simb\u00f3lica del fin de los tiempos) justifica estos dos significados. Cuando uno mira a su alrededor acaba viendo en cualquier rinc\u00f3n lo que su voluntad, consciente o inconscientemente, va buscando. Por poner un ejemplo clarificador: cuando esperas un hijo, la calle se llena a tus ojos de carritos de beb\u00e9 y mujeres embarazadas. En esta misma l\u00ednea, en mi rastreo de pel\u00edculas con j\u00f3venes a los que pudiera calificar deapocal\u00edpticos<\/em> me ha resultado dif\u00edcil encontrar a algunos que, de una u otra manera, no merecieran tal adjetivo. Durante un par de meses me ha parecido como si la actualidad cinematogr\u00e1fica se decantara por este argumento una y otra vez en estrenos, pases televisivos, ediciones en DVD\u2026 Thomas cumple 17 a\u00f1os. Sus padres lo dejan en casa solo un fin de semana. Es un buen chico, perteneciente en el instituto a la categor\u00eda de los pringados. Azuzado por su mejor amigo decide organizar una fiesta en su casa con el prop\u00f3sito de salir de la n\u00f3mina de los impopulares. Aspiran a montar la fiesta de todas las fiestas, algo inolvidable que generaciones futuras rememoren con nostalgia: en sus propias palabras, una leyenda, un mito, una celebraci\u00f3n \u00e9pica. Cuando las verdaderas narraciones (los verdaderos mitos, las formas \u00e9picas y legendarias originales), hoy en d\u00eda, parecen imposibles, el relato banal y an\u00e1rquico del desenfreno ocupa el lugar de las historias fundadoras. Los juegos del hambre <\/em>adapta la primera novela de una popular trilog\u00eda de relatos de ciencia ficci\u00f3n. En un futuro indefinido todos los a\u00f1os veinticuatro j\u00f3venes, dos por cada uno de los doce distritos que componen el mundo de Panem, deben enfrentarse en una salvaje lucha por la supervivencia en lo que se conoce con el nombre de los Juegos del Hambre<\/em>. De los veinticuatro solo sobrevivir\u00e1 uno, que gozar\u00e1 de fama, riqueza y reconocimiento. Los otros veintitr\u00e9s han de morir-matarse, mientras semejante espect\u00e1culo es retransmitido para solaz de una colectividad decadente, sedienta de emociones fuertes. Catorce muchachas de quince a\u00f1os, compa\u00f1eras de clase, deciden fundar una especie de sociedad secreta con un \u00fanico prop\u00f3sito que la pel\u00edcula va desvelando de forma paulatina: quedarse todas a la vez embarazadas. Semejante plan, promovido por una de ellas, Marta, responde a razones difusas: las mueve cierto af\u00e1n de vivir emociones fuertes y de escapar del aburrimiento y la monoton\u00eda; se adivina una tentativa de autoafirmaci\u00f3n femenina frente al poder secular masculino; tambi\u00e9n se apunta como posible justificaci\u00f3n de ese comportamiento el misterioso anhelo de despertar una energ\u00eda interior at\u00e1vica y latente (\u00bfel poder de crear vida, de la libertad, de la autonom\u00eda personal, de la existencia sin restricciones?), y de reescribir en cierta manera la historia (como en Proyecto X,<\/em> tambi\u00e9n aqu\u00ed la megaloman\u00eda de unos actos de alcance muy restringido apunta hacia lo legendario, lo m\u00edtico, lo \u00e9pico). Quieren recuperar, adem\u00e1s, una supuesta y no definida escala de valores cl\u00e1sicos que se ha perdido\u2026 En medio de esas pretensiones imprecisas, aunque s\u00f3lidas para ellas como una piedra, destaca ante todo la complicidad de todas y la fidelidad del grupo a un proyecto, por descabellado que parezca. Es la amistad y la poderos\u00edsima sensaci\u00f3n de formar parte de algo lo que impulsa a todas las chicas de un mismo curso a emprender la m\u00e1s inimaginable de las iniciativas. En ese contexto, la presi\u00f3n de grupo se confunde con camarader\u00eda y viceversa; la afectividad desbocada busca amarrarse a un c\u00f3digo de valores inquebrantable con el fin de desarmar complejos y conquistar personalidades propias e independientes. Y, en definitiva, se vuelve posible lo inimaginable, en un acto que tiene mucho de fe, de ceremonia de iniciaci\u00f3n, de aut\u00e9ntica ofrenda inmolatoria a una divinidad sin rostro sostenida sobre v\u00ednculos indisolubles. Si en Proyecto X<\/em> el caos nac\u00eda del desmadre y en Los juegos del hambre<\/em> eran las circunstancias hist\u00f3ricas las que obligaban a los j\u00f3venes a enfrentarse a situaciones l\u00edmite, tanto en Blog<\/em> como en Cisne negro <\/em>se nos invita a internarnos en otras formas de derrumbe, las que se producen en las galer\u00edas m\u00e1s secretas del alma humana. Nos movemos, por tanto, entre el caos externo que evocaban las dos primeras pel\u00edculas comentadas y el desorden interior sobre el que versan estas dos \u00faltimas. De estos cuatro itinerarios podemos deducir que cuando el joven se enfrenta a un mundo en quiebra a menudo fortalece su personalidad, como le va a ocurrir a Katniss, la hero\u00edna de Los juegos del hambre<\/em>; sin embargo, tal y como se intu\u00eda en Blog<\/em> y se corroborar\u00e1 en la cinta que ahora estudiamos, <\/em><\/strong>cuando debe moverse a la deriva en el tumulto de su intimidad, la amenaza de la autodestrucci\u00f3n o del extrav\u00edo se vuelve acuciante. Parecen, en conclusi\u00f3n, mucho m\u00e1s peligrosos los apocalipsis interiores que cualquier amenaza exterior. Basada en la novela de Ishiguro del mismo t\u00edtulo, Nunca me abandones<\/em>, como Los juegos del hambre,<\/em> es un relato de ciencia ficci\u00f3n dist\u00f3pico, es decir, anti-ut\u00f3pico. En un porvenir situado parad\u00f3jicamente en el pasado (estamos en los a\u00f1os 70) la ciencia ha roto todas las barreras \u00e9ticas: algunos seres humanos son clonados y sus dobles viven en exclusiva para donar sus \u00f3rganos una y otra vez al resto de la especie hasta que mueren. En este contexto la pel\u00edcula nos relata la vida de tres de estos donantes, Tommy, Kathy y Ruth. Desde que coinciden en un internado, Hailsham, hasta que sus existencias se ven abocadas a ese destino terrible para el que han sido concebidas, seguiremos la triste peripecia de unos seres marcados desde su nacimiento por la falta de horizontes. Saben que en un plazo breve, despu\u00e9s de dos o tres donaciones, en plena juventud, dejar\u00e1n este mundo, sin que ning\u00fan proyecto, ilusi\u00f3n o perspectiva vital pueda cumplirse. Como en Blog<\/em>, <\/em><\/strong>como en Proyecto X<\/em>, las c\u00e1maras de nuevo se tornan protagonistas del relato. Desde que Andrew, el protagonista tr\u00e1gico de esta singular narraci\u00f3n, decide colocar entre el mundo y \u00e9l una c\u00e1mara y filmarlo todo (escena con la que arranca la pel\u00edcula) hasta el plano final, con esa misma c\u00e1mara plantada delante de una imagen maravillosa del Tibet, con Andrew ya muerto, Chronicle<\/em> se construye como la filmaci\u00f3n casera de las semanas m\u00e1s incre\u00edbles en la vida de este adolescente taciturno, sensible, marginal y obsesivo. De nuevo el formato de falsa grabaci\u00f3n dom\u00e9stica se pone al servicio de la verosimilitud. Aqu\u00ed, adem\u00e1s, el contraste entre la tem\u00e1tica fant\u00e1stica (una historia de seres superpoderosos) y el procedimiento verista de que sean c\u00e1maras que forman parte del relato (la del protagonista; la de una muchacha que filma suciberbit\u00e1cora; las c\u00e1maras de v\u00eddeo dispersas por la ciudad; c\u00e1maras web<\/em>, m\u00f3viles, etc.) las que desarrollen la trama consigue un eficaz efecto que convierte esta obra en una especie de reverso malsano pero veraz de cualquier pel\u00edcula de superh\u00e9roes. Parece que asistamos a lo que ocurre entre bastidores antes de que estas criaturas fant\u00e1sticas se echen a volar\u2026 \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/em><\/strong>Annabel padece un tumor cerebral. Le restan, como mucho, tres meses de vida. Enoch es un muchacho que se dedica a acudir a funerales de desconocidos, ha sido expulsado de su colegio por agredir a un compa\u00f1ero y mantiene una relaci\u00f3n de amistad con el fantasma de un kamikaze <\/em>japon\u00e9s, Hiroshi, todo esto a consecuencia de la tr\u00e1gica muerte en un accidente de tr\u00e1fico de sus padres. Ambos adolescentes se conocen en un tanatorio y se enamoran. Desde ese momento se acompa\u00f1ar\u00e1n en sus respectivos y dolorosos procesos vinculados a la muerte: encarar los \u00faltimos d\u00edas de vida, superar las consecuencias traum\u00e1ticas de una p\u00e9rdida. Y, al final, como escribi\u00f3 Hiroshi en su carta de despedida antes de su \u00faltimo vuelo, su historia demostrar\u00e1 que lo verdaderamente dif\u00edcil en la vida no es morir, sino amar. Y el amor vuelve algo soportable lo insoportable e insufla en el reino de lo apocal\u00edptico por excelencia un \u00e1pice de sentido. Hemos hablado de j\u00f3venes en diversas situaciones vitales l\u00edmite: algunas de tipo personal, como la enfermedad f\u00edsica en Restless<\/em> o el desequilibrio mental en Cisne negro; <\/em>otras de tipo social o pol\u00edtico, como las que plantean pel\u00edculas de ciencia ficci\u00f3n como Nunca me abandones <\/em>o Los juegos del hambre.<\/em> Tambi\u00e9n nos hemos acercado a muchachos y muchachas que, sin verse sometidos a ning\u00fan contexto excepcional ni manifestar en su personalidad ninguna tendencia inquietante (ni las circunstancias externas ni las configuraciones internas har\u00edan prever el caos) originan episodios inexplicablemente perturbadores (Blog<\/em>) o de imprevistas y an\u00e1rquicas consecuencias (Proyecto X<\/em>). Incluso, en el marco del cine fant\u00e1stico, hemos atendido a c\u00f3mo puede incubarse en el alma de un ser vulnerable la enfermedad del odio y la misantrop\u00eda (Chronicle<\/em>). Las siete pel\u00edculas analizadas han coincidido en ser retratos de seres \u00fanicos\u00a0 de los que, no obstante, pueden extrapolarse intuiciones, rasgos y apuntes certeros sobre la juventud en general. En todas ellas, de una u otra manera, se optaba por la rabiosa subjetividad y la verosimilitud como apuestas est\u00e9ticas, con la omnipresencia de la c\u00e1mara semidocumental o integrada en la historia (Blog<\/em>, Proyecto X, Chronicle<\/em>), con narradores en primera persona (Nunca me abandones<\/em>) o relatos contados desde un \u00fanico y personal\u00edsimo punto de vista (la conciencia perturbada de Nina en Cisne negro<\/em>; la peculiar visi\u00f3n de las cosas de Enoch en Restless<\/em> o de Katniss en Los juegos del hambre<\/em>). Como ya hemos verificado otras veces en el cine protagonizado por j\u00f3venes, en estos impera la mentalidad rom\u00e1ntica (subjetivismo a ultranza, preponderancia de lo no racional, individualismo y egotismo, pesimismo, desencanto) con su peligrosa decantaci\u00f3n hacia un idealismo que puede llegar a ser destructivo (Blog<\/em>, Chronicle, Cisne negro<\/em>). Apenas se reconocen inquietudes trascendentes y esta carencia impregna de melancol\u00eda los relatos (Nunca me abandones<\/em>) o se resuelve con la aparici\u00f3n de elementos sustitutivos de lo sacro (la propia c\u00e1mara-alma en Chronicle<\/em>; <\/em>en Restless<\/em>,<\/em> el personaje de Hiroshi; el car\u00e1cter ritual y mist\u00e9rico de la misi\u00f3n emprendida por las ni\u00f1as de Blog<\/em>; <\/em>por poner un caso l\u00edmite, en Proyecto X, <\/em>el c\u00e1liz con que el amigo del protagonista trasiega durante toda la noche alcohol reemplaza los objetos sagrados por los propios del oficiante de una bacanal). Otros motivos como la falta de referentes adultos (ser\u00eda digno de estudiar el papel de los mismos en todas las pel\u00edculas, donde, o bien est\u00e1n ausentes, o resultan castrantes, o son en el fondo los \u00faltimos responsables de esa amenaza de apocalipsis que se cierne sobre todos estos muchachos) o la dificultad para integrar la sexualidad en el paso a la madurez (proceso caricaturizado enProyecto X, <\/em>dram\u00e1ticamente simbolizado en Cisne negro, Blog <\/em>o incluso Chronicle<\/em>) son constantes que hemos pretendido evidenciar en nuestro discurso. Jes\u00fas Villegas<\/p>\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Jes\u00fas Villegas Director pedag\u00f3gico en el Colegio Salesiano de Vigo \u00a0 S\u00cdNTESIS El autor analiza ocho pel\u00edculas que presentan desde diversas perspectivas j\u00f3venes apocal\u00edpticos en un doble sentido: misterioso o cr\u00edpticos, por un lado, y terrible y terror\u00edfico, por otro. Concluye que, detr\u00e1s de cada joven apocal\u00edptico, suele haber casi siempre adultos perdidos y desbordados, […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1625,66,94],"tags":[],"class_list":["post-6802","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-430","category-jesus-villegas","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6802","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6802"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6802\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6802"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6802"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6802"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nDirector pedag\u00f3gico en el Colegio Salesiano de Vigo<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nS\u00cdNTESIS<\/strong>
\nEl autor analiza ocho pel\u00edculas que presentan desde diversas perspectivas j\u00f3venes apocal\u00edpticos en un doble sentido: misterioso o cr\u00edpticos, por un lado, y terrible y terror\u00edfico, por otro. Concluye que, detr\u00e1s de cada joven apocal\u00edptico, suele haber casi siempre adultos perdidos y desbordados, ya sean los padres o la sociedad en general.
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\nUna vez asumida la licencia ret\u00f3rica de empezar este art\u00edculo de la forma menos imaginativa posible (algo muy poco coherente con la naturaleza profusamente creativa del\u00a0 libro de San Juan) apuremos al m\u00e1ximo el juego. En el cine actual los j\u00f3venes ser\u00e1n apocal\u00edpticos <\/em>porque sintetizan en su construcci\u00f3n ambas definiciones: a la vez que desencadenan\/padecenapocalipsis personales o globales, con todo su aparato de desorden y anarqu\u00eda imaginable (acepci\u00f3n segunda del t\u00e9rmino), se nos suelen presentar como criaturas opacas, de interioridades escindidas y\/o complejas a cuyo fondo resulta casi imposible acceder (acepci\u00f3n primera). Nos hallaremos, por tanto, ante j\u00f3venes que se sit\u00faan al borde o en el fondo de un doble abismo: aquel al que las circunstancias les condenan; aquel que su propia intimidad convulsa alberga.
\n <\/p>\n\n
\nAs\u00ed, me he encontrado con j\u00f3venes que padecen el infierno de las sectas (Martha Marcy May Marlene; Red State<\/em>), j\u00f3venes a punto de sufrir el fin violento del mundo en general (Attack<\/em> the block, Monsters, Melancol\u00eda<\/em>) o de ocasionarapocalipsis dom\u00e9sticos con la brutalidad o el arrebato violento de sus actos (Tenemos que hablar de Kevin, Chronicle,Confessions, Los ni\u00f1os salvajes<\/em>); j\u00f3venes inmersos en distop\u00edas aberrantes (Los juegos del hambre, Nunca me abandones<\/em>), perdidos en laberintos psicol\u00f3gicos sin salida (Cisne negro<\/em>), atrapados en el callej\u00f3n de la enfermedad (Restless<\/em>) o de las drogas (Afterschool<\/em>). El nihilismo (El arte de pasar de todo, Twelve<\/em>), la agresividad incontrolada (A tres metros sobre el cielo<\/em>), ciertas actitudes de rebeld\u00eda o de idealismo equivocados (Blog<\/em>), incluso formas de adultez inmaduras y desquiciadas (Young<\/em> adult<\/em>) aparec\u00edan en mi horizonte como otras tantas maneras de conjugar esa idea doble de j\u00f3venes que deben vivir situaciones extremas bajo el dictado explosivo de personalidades enmara\u00f1adas.
\nPodr\u00edamos concluir esta primera aproximaci\u00f3n al tema afirmando que ser joven de cine, hoy, significa, sobre todo, verse sometido al apocalipsis nuestro de cada d\u00eda.
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\nLa fiesta que montan alcanza proporciones insospechadas. Cientos de invitados, litros y litros de alcohol, chicas desatadas, \u201cyerba\u201d, pastillas\u2026 Absoluto descontrol que culmina con el destrozo de la vivienda familiar, pasto de las llamas. Todos los emblemas del mundo burgu\u00e9s (casa y jard\u00edn, coche, orden y concierto) son pisoteados por esta bacanal adolescente. Como dicen las noticias, estos j\u00f3venes han redefinido la palabra fiesta y, al mismo tiempo que el caos se ense\u00f1orea y la destrucci\u00f3n campa a sus anchas, Thomas cumple su sue\u00f1o de volverse popular. Arruina su vida pero entra en el \u00e1mbito de los que tienen nombre. Por la v\u00eda de la destrucci\u00f3n orgi\u00e1stica conquista su lugar en un difuso pante\u00f3n\u2026 Y, consciente de que ha destrozado algo profundo, a pesar de todo se siente dichoso ante las dimensiones de su logro. Una palmada en el hombro, un aplauso, el reconocimiento y la sonrisa en los pasillos merece m\u00e1s la pena que aquello que la sociedad adulta defiende.
\nLas chicas son \u201ct\u00edas\u201d, \u201czorritas\u201d, \u201cputones\u201d. Carne a la que beneficiarse, traseros que filmar, pechos al aire. La gran fiesta, al final, es solo un rodeo, un circunloquio, una f\u00f3rmula qu\u00edmica compleja que conduzca a lo m\u00e1s elemental, al \u201cH2O\u201d de los instintos. Se trata de perder la virginidad, de enrollarse con \u201cla m\u00e1s buenorra\u201d. Se trata de \u201ccomenzar a ser\u201d por la v\u00eda m\u00e1s primitiva y simple, la de la satisfacci\u00f3n inmediata de los deseos. Si la historia del cine sobre adolescentes ha tratado una y otra vez del misterioso descubrimiento de la sexualidad (bien sea en tono delicado; bien sea con un lenguaje descarnado que camufla, en el fondo, id\u00e9ntica perplejidad), estamos \u00a0una vez m\u00e1s en el mismo y pantanoso terreno: el sexo como algo bronco, agresivo, parox\u00edstico, m\u00e1s banal que enigm\u00e1tico.
\nY, como es habitual en estos casos, al final\u2026 triunfa el amor. Porque Thomas, que busca desesperadamente, a instancias de sus amigos, el orgasmo f\u00e1cil, el revolc\u00f3n, acaba descubriendo que en realidad ama a su amiga de toda la vida y que la fiesta del decimoctavo cumplea\u00f1os desear\u00eda pasarla, no en la inmensa compa\u00f1\u00eda de una masa ac\u00e9fala, sino al lado \u00fanico y exclusivo de esa mujer. Se cumplen diecisiete a\u00f1os para probarlo todo, para dejarse ir en la corriente hedonista y, luego, a los dieciocho, volver posible la madurez, la reconquista del orden. De la sexualidad ecum\u00e9nica al amor individual, del reconocimiento por parte de los otros a la propia aceptaci\u00f3n, de la demolici\u00f3n del hogar familiar a la casa con enanito de escayola. Como es habitual, la aparente fuerza corrosiva de las pel\u00edculas en Estados Unidos nunca transgrede del todo los l\u00edmites del t\u00f3pico y la correcci\u00f3n. Parece que se destruye todo, que se rompen los l\u00edmites. Pero el relato siempre, al final, regresa al cauce de lo sabido e impone la convenci\u00f3n como desenlace. El desmadre a la americana es un apocalipsis con barbacoa en el jard\u00edn.
\nTodo est\u00e1 siendo registrado. La pel\u00edcula juega a ser la grabaci\u00f3n de un v\u00eddeo casero: es el documental del cumplea\u00f1os de Thomas, filmado por uno de sus amigos. La c\u00e1mara indiscreta vigila, detalla, rubrica. Estamos ante el testigo imparcial y nervioso que sanciona como altamente veros\u00edmil todo lo narrado. La anarqu\u00eda absoluta sucede ante notario. El ojo que todo lo ve, el nuevo Gran Hermano, nos acecha. Los m\u00f3viles graban en todo momento, la bacanal se fragua para ser reproducida una y otra vez en un dispositivo electr\u00f3nico. Es m\u00e1s: la fiesta se vuelve un acontecimiento social v\u00eda internet. Los m\u00f3viles transmiten la convocatoria. Im\u00e1genes que circulan sin freno, omnipresencia que todo lo fecunda. En Proyecto X <\/em><\/strong>todo lo magnifica, amplifica y expande la red. El apocalipsis, hoy en d\u00eda, se propaga de forma virtual y puede ser, por fin, fijado en im\u00e1genes: eso s\u00ed, fijas, pero perecederas, vulgares, vol\u00e1tiles.
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\nEl origen de tan b\u00e1rbaro espect\u00e1culo tiene razones pol\u00edticas: hace d\u00e9cadas los distritos se rebelaron contra el poder central. Una vez sofocada la revuelta y tras instaurar una paz aut\u00e1rquica, el Capitolio (el gobierno de Panem) decidi\u00f3 perdonar a los subversivos e instaurar los juegos como recordatorio preventivo del pasado y salvaguardia opresiva del futuro. Sacrificando veintitr\u00e9s j\u00f3venes se mantiene una pol\u00edtica de miedo y represi\u00f3n que garantiza el orden; salvando uno, adem\u00e1s, se insufla entre los oprimidos el aliento de una tibia esperanza.
\nLa saga juega con elementos de indudable atractivo, que la pel\u00edcula solo acierta parcialmente a expresar. Los Juegos, por ejemplo, son en realidad un gran espect\u00e1culo medi\u00e1tico, retransmitido a todo el mundo mediante c\u00e1maras ocultas. Antes del inicio de la prueba, los \u201ctributos\u201d (los j\u00f3venes sacrificados) deben lograr patrocinadores que sufraguen en parte sus necesidades. Son entrevistados en galas televisivas donde deben buscar el apoyo popular; participan en desfiles, cuentan con un equipo de asesores y viven en un entorno paradisiaco ficticio, antes de enfrentarse a la cruda realidad de su mutua destrucci\u00f3n\u2026: todo ello evoca de forma evidente el funcionamiento del medio televisivo y la \u00e9tica\/est\u00e9tica de los reality<\/em> show.<\/em>Como en otras distop\u00edas (en la pel\u00edcula resuenan ecos de 1984 <\/em>y se reconocen deudas con El se\u00f1or de las moscas <\/em>o con pel\u00edculas como la brillante El show de Truman<\/em> o la japonesa Battle<\/em> Royale<\/em>) la proyecci\u00f3n en el futuro de ciertas constantes del presente nos permite evidenciar los excesos y las parad\u00f3jicas desmesuras de nuestra propia realidad pr\u00f3xima. El apocalipsises, quiz\u00e1s, la elevaci\u00f3n hasta el estado de pesadilla de lo que ya forma parte de nuestro d\u00eda a d\u00eda.
\nSi la pel\u00edcula se articula como f\u00e1bula sobre los peligros y las perversiones de los medios de comunicaci\u00f3n y de la sociedad de la imagen (algo latente\/presente tambi\u00e9n en la primera obra que hemos comentado a trav\u00e9s del mecanismo de la c\u00e1mara\/testigo), sus pretensiones como invectiva pol\u00edtica est\u00e1n tambi\u00e9n fuera de toda duda. El mundo cortesano creado alrededor de Capitolio guarda indudables conexiones con la Roma imperial en decadencia, sugeridas a trav\u00e9s de la onom\u00e1stica y las formas de expresi\u00f3n, la est\u00e9tica, la alusi\u00f3n indirecta a mitos cl\u00e1sicos como el del laberinto\u2026 Amen del poder coercitivo de los juegos para los doce distritos, las clases pudientes (retratadas colateralmente como insensibles al sufrimiento, superficiales y obscenamente vac\u00edas) se someten al orden establecido y encuentran en esta actualizaci\u00f3n del panen<\/em> et circenses <\/em>su propio espejismo manipulador.
\nEs en este contexto apocal\u00edptico en el que la protagonista, la joven Katniss Everdeent, debe forjarse. La pel\u00edcula apunta sin demasiadas sutilezas pero con eficacia el conflicto que se produce en nuestra protagonista: por una parte, es consciente de la sordidez \u00e9tica de todo lo que la rodea y de la imposibilidad de escapar a esa maquinaria de control; por otra, percibe e incluso se somete al poder hipn\u00f3tico y subyugador que la popularidad a pesar de todo ejerce. En Katniss se tensionan la voluntad de supervivencia y los anhelos de rebeld\u00eda con el atractivo de sentirse due\u00f1a de una imagen p\u00fablica admirada. Se mueve entre el compromiso de ser una hero\u00edna \u00e9tica y el deseo de gustar a las masas: algo que de forma mucho m\u00e1s pedestre (ser lo que esperan mis padres versus<\/em> ser lo que esperan mis iguales) tambi\u00e9n le suced\u00eda al Thomas de Proyecto X.<\/em>
\n <\/p>\n\n
\nLa pel\u00edcula apuesta por la verosimilitud radical ya en su propio formato. Las muchachas hablan con sinceridad pasmosa en sus propias habitaciones a las c\u00e1maras web<\/em> de sus ordenadores,\u00a0 filman c\u00e1mara en mano sus actividades, sus fiestas y conversaciones; chatean, se divierten juntas en la intimidad femenina de una noche de pijamas o comparten con naturalidad sus miedos y complejos, con una autenticidad y un desparpajo alejado de cualquier impostura. Quiz\u00e1s por eso resulta a\u00fan m\u00e1s impactante la desmesura de su plan. Todos los excesos del alma adolescente cristalizan en ese prop\u00f3sito casi ritual \u00a0de dejarse fecundar. Las confesiones desenfadas, frescas, casi a bocajarro de las siete protagonistas provocan que lo sorprendente de su decisi\u00f3n refulja con luz hiriente. Si hubieran apostado \u00a0por cometer un crimen, suicidarse o quemar la ciudad el impacto en el espectador no habr\u00eda sido menor. Ni\u00f1as normales y corrientes embarcadas en una demencial iniciativa nos animan a pensar que en el alma de todas ellas, de las reales tambi\u00e9n, quiz\u00e1s se dibujen similares\u00a0 laberintos.
\nDe nuevo el sexo como misterio al que enfrentarse sin demasiadas armas. En Proyecto X<\/em><\/strong> sus protagonistas se zambull\u00edan en la procacidad como forma de conjurar su abismo; aqu\u00ed se opta por desarmar al sexo de todo su significado para convertirlo en un medio al servicio de un prop\u00f3sito colectivo mayor, tan impreciso en su sentido como trascendente. Como dicen en su juramento, la cuesti\u00f3n es llegar a ser, todas a una, un solo coraz\u00f3n, una sola mente, un solo pensamiento: ese es el objetivo final, que despoja el encuentro sexual \u00a0con el hombre de cualquier componente afectivo. Los chicos son solo una mediaci\u00f3n necesaria, chicos cleenex<\/em>, inocentes de formar parte de un plan supremo al que solo prestan sus cuerpos.
\nNo obstante, antes de enfrentarse al tr\u00e1mite de dejarse penetrar, estas muchachas deben asomarse a la mec\u00e1nica, a las instrucciones de uso de la sexualidad. Y, delante de una pel\u00edcula pornogr\u00e1fica, entre risas nerviosas y cojines con los que cubrirse ante las escenas de m\u00e1s escabrosa explicitud, alguna expresa su desagrado, su asco, el trauma vivido ante la conversi\u00f3n de los misterios de la carne y el afecto en mera fisiolog\u00eda despojada de sentido.
\nMakamat<\/em> se llama su sociedad secreta: una palabra que no significa nada pero que, para ellas, lo significa todo. Como su incomprensible odisea, como la adolescencia vista desde fuera, como el sexo, como cualquier locura, cualquier pasi\u00f3n, cualquier ceremonial: sin significado para el testigo, pero pleno de \u00e9l para sus oficiantes. Makamat<\/em>:<\/em> \u201csomos conscientes de llenar un vac\u00edo para siempre. Si nosotras decidimos despertar un poder, el poder es nuestro\u201d. A veces el apocalipsis del sinsentido se camufla en un presunto exceso de sentido y la aventura del idealismo puede desembocar en los deltas de la anomal\u00eda y la ofuscaci\u00f3n.
\n <\/p>\n\n
\nLa historia de Nina, la bailarina que protagoniza Cisne negro<\/em>, como la de las ni\u00f1as de Blog<\/em>, se precipita en el abismo de nuevo por exceso de idealismo. Mientras aquellas pretend\u00edan someterse a un sistema de valores presidido por la fidelidad, la entrega un\u00e1nime a una causa y la libre elecci\u00f3n de un destino \u00fanico, en esta la obsesiva b\u00fasqueda de la perfecci\u00f3n acaba por condenarla a las simas de la enfermedad mental.
\nNina pretende alcanzar el ideal absoluto en su arte, la danza cl\u00e1sica, y, para ello, trabaja con rigor espartano el control, el dominio del cuerpo, la precisi\u00f3n t\u00e9cnica. Pero cuando le proponen encarnar en El lago de los cisnes<\/em> a sus dos protagonistas, el Cisne Blanco (puro, virgen, dulce) y el Cisne Negro (perverso, lujurioso, pasional), su af\u00e1n por asumir esta segunda personalidad sin renunciar a la primera acabar\u00e1 por destruirla. Su triunfo rotundo sobre el escenario, al combinar magistralmente ambas facetas (pureza y sensualidad, dominio y espontaneidad, espiritualidad y fisicidad) coincide con su ruina personal y su muerte, pues la tensi\u00f3n entre ambos extremos la fractura sin remedio. El cisne blanco y el cisne negro, es decir, la propensi\u00f3n al bien y la inclinaci\u00f3n al mal, la pureza y la degradaci\u00f3n, el alma espiritual y el cuerpo sensitivo-deseante, la norma y su vulneraci\u00f3n, el control y la pasi\u00f3n pueden darse la mano en el escenario, pero en la vida encontrar su punto exacto de equilibrio en la balanza de la conciencia resulta mucho m\u00e1s problem\u00e1tico.
\nPel\u00edcula sugerente e hipn\u00f3tica, tan excesiva como milim\u00e9trica en su construcci\u00f3n, se abre a innumerables lecturas gracias a ese simbolismo primordial de partida, el que se articula alrededor del blanco y el negro. Tras las ideas de la perfecci\u00f3n como condena o de los l\u00edmites de la expresi\u00f3n art\u00edstica se despliegan otros temas como el doloroso despertar de una sexualidad reprimida, los m\u00faltiples niveles de la identidad humana, el paso de la infancia a la madurez, los riesgos de una educaci\u00f3n poco liberadora, la frontera entre lo real y lo mental\u2026 La peripecia extrema de Nina, su cuadro esquizoide, es solo una de las facetas de una obra que, m\u00e1s all\u00e1 de la excepcionalidad aparente (el retrato de una muchacha enferma), apunta hacia formas de conflicto interno larvadas en cualquier joven. Como suced\u00eda en Blog<\/em>, el caso l\u00edmite interpela por lo que tiene de particular, pero tambi\u00e9n por su poder para insinuar principios generales: \u00bfC\u00f3mo vivir en equilibrio las tensiones entre alma y cuerpo, entre valores y pulsiones, entre raz\u00f3n y sentimiento? \u00bfC\u00f3mo ejercer todo el potencial de la libertad sin autodestruirse? \u00bfC\u00f3mo dar rienda suelta a la energ\u00eda de las fuerzas oscuras que nos habitan y a la vez sublimar ese poder? Nina fracasa porque en un determinado momento los l\u00edmites entre vida y arte y, lo que es peor, entre realidad y subconsciente se difuminan. Pero tambi\u00e9n porque no logra conciliar arm\u00f3nicamente las demandas de la carne con las exigencias de un esp\u00edritu hambriento de belleza.
\nEl idealismo de las adolescentes de Blog<\/em> les llevaba a cometer un acto incomprensible, cuyas consecuencias pr\u00e1cticas sobrepasaban la dimensi\u00f3n rom\u00e1ntica del gesto; otra forma de idealismo peligroso anula a Nina, la que la exhorta a la conquista de la perfecci\u00f3n. Ser joven significa vivir en hip\u00e9rboles, creer todav\u00eda en ideales y apostar por imposibles; pero esa necesaria apertura a lo que trasciende debe volverse compatible con los principios de la realidad. Cuando el blanco y el negro, las fantas\u00edas y la realidad no se contrapesan, entramos en el reino inextricable de lo apocal\u00edptico.
\n <\/p>\n\n
\nSin embargo, los donantes son personas. Aman, desean, anhelan, siempre resignados al fin para el que han venido al mundo. En sus mentes no cabe la rebeld\u00eda, solo un c\u00famulo de leyendas, mitos y esperanzas que les permite albergar vagas ilusiones de esquivar su destino. Ninguna de esas historias\u00a0 (donantes que, en nombre del amor, han logrado un aplazamiento perpetuo, o que han sobrevivido a cuatro o cinco donaciones\u2026) son ciertas en realidad: las dudas \u00e9ticas que quiz\u00e1s al principio de este proceso existieron han desaparecido y, en bien de una humanidad sana, la sociedad acepta como un mal menor el sacrificio de aquellos que han recibido la vida con el \u00fanico prop\u00f3sito de entreg\u00e1rsela en forma de \u00f3rganos al resto. El mundo no llega a plantearse en ning\u00fan momento si esos seres engendrados con fines m\u00e9dicos tienen alma, sienten o padecen. Admitir la duda \u00e9tica supone echar el freno al progreso y, ante el bien de muchos, nada importa el sufrimiento de unos cuantos\u2026
\nLa pel\u00edcula, de una melancol\u00eda subyugadora, solo atemperada por cierta frialdad expositiva que le impide alcanzar mayor hondura, escuece no solo por abordar cuestiones vinculadas con la bio\u00e9tica, sino sobre todo por su desgarrador aliento existencial. Como Kathy, la narradora, explica al final, tanto los donantes como el resto del g\u00e9nero humano estamos condenados a \u201ccumplir\u201d (morir, en el lenguaje eufem\u00edstico con que se pretende camuflar la crudeza de los sucesos en ese mundo ficticio que la pel\u00edcula imagina) y, sometidos a nuestra finitud, vivimos siempre con la sensaci\u00f3n de que nos va a faltar tiempo para entender el sentido de nuestras experiencias. En los donantes, entregados a unas existencias programadas, se intensifican los interrogantes, los miedos y las angustias que el resto del g\u00e9nero humano tolera gracias a lo inescrutable de su porvenir. Ellos saben de d\u00f3nde vienen y ad\u00f3nde van, mientras los dem\u00e1s nos movemos entre brumas que nos interpelan y a la vez nos alivian de nuestra finitud. Por ello en la vida de estos tres personajes, como en la de un enfermo terminal o en la de alguien condenado a muerte, cada uno de sus actos adquiere una densidad y una trascendencia a veces insoportable.
\nNunca me abandones <\/em>se atreve a plantear, en el contexto de unos protagonistas j\u00f3venes, algo inhabitual en el cine moderno, a saber, la presencia cercana y siempre inquietante de la muerte. Frente a la juventud como pl\u00e9tora vital, como momento en el que debe darse la espalda a cualquier viso de tragedia (Proyecto X<\/em>, <\/strong>por ejemplo), estos muchachos asumen a la fuerza, desde el principio y hasta la m\u00e9dula, su condici\u00f3n mortal. Van a vivir poco, van a morir en una mesa de operaciones, nunca podr\u00e1n tener hijos ni desarrollar un proyecto vital. Su tutora en Hailsham, el \u00fanico personaje en quien reconocemos un prurito \u00e9tico, les anima a que asuman lo que son, con el \u00fanico fin de llevar, desde esa conciencia, una vida digna. Y esa invitaci\u00f3n a contemplar las dimensiones exactas de la existencia y a aceptar su verdad tambi\u00e9n va dirigida a cualquier espectador, un poco m\u00e1s due\u00f1o as\u00ed de su propia y siempre apocal\u00edptica semilla de porvenir.
\n <\/p>\n\n
\nLa c\u00e1mara como elemento crucial en la trama cumple m\u00faltiples funciones. Para el espectador es la instancia narrativa; para Andrew, una especie de barrera que le aleja del mundo y le permite asomarse desapasionadamente a \u00e9l. Con ella guarda distancia, ve sin necesidad de soportar la mirada directa de sus semejantes. Pero, al final, la c\u00e1mara adquiere un significado transcendente: en su memoria mec\u00e1nica se archivan las humillaciones padecidas, los da\u00f1os causados y las maravillas vividas, es decir, todos lo ecos que resuenan en un alma. Muerto su due\u00f1o, la c\u00e1mara es el esp\u00edritu libre deAndrew, su conciencia liberada, una especie de aliento \u00a0final de una historia tan grande y profunda como desgraciada.
\nCuando Andrew, su primo Matt y Steve, el muchacho m\u00e1s popular del instituto, entran en contacto con un extra\u00f1o objeto que les contagia unos extraordinarios superpoderes, no pueden sospechar que tan quim\u00e9rica fantas\u00eda hecha real ser\u00e1 la causa de la m\u00e1s dolorosa de las tragedias. Al principio los tres amigos se dedican a jugar infantilmente con sus capacidades reci\u00e9n descubiertas, hasta explorarlas todas (telequinesis, fuerza, vuelo); luego convierten sus poderes en un hilarante instrumento para la gamberrada y la tomadura de pelo. Sin embargo, a partir del momento en que Andrew provoca a prop\u00f3sito un accidente de tr\u00e1fico, sus amigos deciden fijar unas reglas que impidan transgredir ciertos l\u00edmites. Pero en el alma atormentada del protagonista, poblada de complejos, sus habilidades se transformar\u00e1n poco a poco en un instrumento de destrucci\u00f3n.
\nPuestos a establecer v\u00ednculos con lo ya expuesto, la original creaci\u00f3n de Johs Trank es un eficaz retrato de los entresijos quebradizos de un alma adolescente, como ocurr\u00eda en Cisne negro<\/em> con Nina. Ambas personalidades trastornadas canalizan sus talentos hacia la autodestrucci\u00f3n, en el primer caso de forma directa; en el segundo, el que ahora nos ocupa, con el agravante de pretender arrastrar a otros en su camino de perdici\u00f3n. Alguien con superpoderes puede decantarse por el hero\u00edsmo o por la villan\u00eda y Andrew, sin ser una mala persona, al encontrarse preso en su desequilibrio y sus frustraciones, est\u00e1 a punto de arrastrar en la corriente incontrolable de su furia al resto del g\u00e9nero humano.
\nLas dif\u00edciles circunstancias familiares de Andrew, con su madre enferma terminal y un padre en paro, amargado y brutal, se combinan en un c\u00f3ctel explosivo con su car\u00e1cter reservado, su baja autoestima y su falta de habilidades sociales. Apenas tiene amigos, en el instituto y en casa es maltratado, no ha mantenido nunca relaciones de ning\u00fan tipo con una chica: ser\u00e1 precisamente este c\u00famulo de carencias afectivas el que, al final, conduzca su mente hacia teor\u00edas destructivas y totalitarias. Su extrema debilidad, en virtud de unas circunstancias extraordinarias, se arquea hacia la extrema fortaleza y, sin soluci\u00f3n de continuidad, bascula del papel de v\u00edctima al de verdugo. Inmunizado ante el dolor ajeno, prefiere considerarse un depredador superior, sin ninguna limitaci\u00f3n moral, a un protector de la especie humana, vocaci\u00f3n que, al final, asume su primo. De ah\u00ed que desate toda su furia contra Steve, al que mata, contra su propio padre, al que deja mal herido y, al final, contra cualquiera que se cruce en su camino sin rumbo.
\nEn Andrew y en Matt habitan, de nuevo, como en las ni\u00f1as de Blog<\/em> o en la propia Nina,<\/em> las turbulencias y amenazas que acosan a cualquier ser humano en formaci\u00f3n, m\u00e1s all\u00e1 de que una peripecia extraordinaria (aqu\u00ed, el don de unos superpoderes) las radicalice y las ponga en evidencia con mayor expresividad. Eso s\u00ed, hay una diferencia crucial entre los dos primos: mientras Matt evoluciona de sus teor\u00edas filos\u00f3ficas nihilistas (al principio cita con regodeo a Schopenhauer y su teor\u00eda del mundo como voluntad y se recrea en cierto cinismo f\u00e1cil) al altruismo, la empat\u00eda y el ser social, Andrew fabrica con una aleaci\u00f3n de fuerza y carencias un arma terrible. A menudo detr\u00e1s de las maquinarias de devastaci\u00f3n y furia (totalitarismos, dictaduras\u2026), detr\u00e1s de los apocalipsis desencadenados por el ser humano, solo se camufla la limitaci\u00f3n y la inseguridad de sus art\u00edfices. Y esta apasionante pel\u00edcula tambi\u00e9n admite esta lectura pol\u00edtica.
\n <\/p>\n\n
\nLa \u00faltima pel\u00edcula de Gus Van Sant pretende escapar del sentimentalismo y a la vez hundirse a fondo en \u00e9l; persigue desdramatizar la muerte y mirarla de frente con una media sonrisa sin restarle al mismo tiempo ni un \u00e1pice de seriedad, misterio y sufrimiento al tema; quiere ser una historia rom\u00e1ntica (en el sentido original del t\u00e9rmino) sin empalago y a la vez una historia empalagosa que dinamita su merengue con ramalazos de amour<\/em> fou, <\/em>de humor y de metaling\u00fc\u00edstica cinematogr\u00e1fica\u2026 <\/em>Se mueve en tan resbaladizo terreno siempre a punto de caer en el rid\u00edculo y sin lograr m\u00e1s que parcialmente alcanzar la levedad de lo sublime. Pero el intento es meritorio, hay im\u00e1genes vibrantes y, como ocurr\u00eda enNunca me abandones<\/em>, en tiempos poco propensos a abordar grandes cuestiones, se atreve a hacer rimar amor, muerte y juventud con honestidad y a pecho descubierto.
\nLa relaci\u00f3n de estos dos j\u00f3venes cuyas vidas se han topado con la barrera bajada de la muerte se desarrollar\u00e1 en un entorno trufado de signos mortuorios: adem\u00e1s de acudir por afici\u00f3n a ceremonias f\u00fanebres, se citar\u00e1n en cementerios por donde pasean o leen, jugar\u00e1n a imaginar las biograf\u00edas de los cad\u00e1veres que reposan en un dep\u00f3sito de cad\u00e1veres o dibujar\u00e1n sus siluetas en el suelo como si fueran\u00a0 v\u00edctimas de un crimen. Ensayan el di\u00e1logo previo a la muerte de Annabell, se entregan el uno al otro en la noche de Halloween<\/em>, <\/em>planifican c\u00f3mo ha de ser la \u201cfiesta de despedida\u201d de la muchacha (un gran banquete lleno de cosas grasientas y dulces)\u2026 Todos estos rituales constituyen intentos de exorcizar el miedo a la muerte, o al menos de comprender parcialmente su oscuro perfil, o, si no, tal vez con la pretensi\u00f3n de aminorar la severidad de su ley. Pero mientras indagan en ese mar sin orillas, tambi\u00e9n exaltan la vida: experimentan, aman, vibran con la intensidad de lo que ocurrir\u00e1 por primera y \u00faltima vez.
\nEn este contexto habr\u00e1 tambi\u00e9n momentos de crisis: el nihilismo de Enoch o el darwinismo convencido de Anabellecoinciden en su materialismo determinista. La vida para estos j\u00f3venes parece agotarse en su propio y emp\u00edrico proceso, con la nada al fondo o, como mucho, con la integraci\u00f3n final de nuestros restos f\u00edsicos en los ciclos naturales. No obstante, la figura de Hiroshi, que supera su mera condici\u00f3n imaginaria para alcanzar presencia real en los \u00faltimos y emocionantes compases de la pel\u00edcula (cuando Anabelle tambi\u00e9n lo ve), abre el relato hacia \u00e1mbitos trascendentes y enriquece con ambig\u00fcedad este canto a la vida, al amor y a una juventud que supera la amenaza de lo apocal\u00edptico por sendashumanizadoras, intrincadas y profundas.
\n\u00a0<\/em><\/strong><\/p>\n\n
\nPara el final he dejado la pel\u00edcula que mejor se ajusta a la idea que estamos explorando. El Kevin de esta cinta podr\u00eda ser considerado el joven apocal\u00edptico por antonomasia, en ese doble sentido que apunt\u00e1bamos al principio del art\u00edculo: oscuro, incomprensible, misterioso, por un lado; por otro, responsable del m\u00e1s absoluto y vertiginoso de los desordenes al cometer un asesinato colectivo de una brutalidad inexplicable.
\nA diferencia de otras pel\u00edculas con j\u00f3venes, que suelen construirse desde su punto de vista, conoceremos la historia de este adolescente, asesino en serie sin escr\u00fapulos, desde la \u00f3ptica de su madre. En la pel\u00edcula se alternan las vivencias de esta mujer, Eva, en presente, con los recuerdos del pasado, todo ello contado desde el respeto total al punto de vista del personaje. En esta estrategia narrativa se esconde uno de los mayores atractivos de la pel\u00edcula: en ning\u00fan momento sabremos si el car\u00e1cter demoniaco de Kevin proviene del propio muchacho o es solo la recreaci\u00f3n a posteriori de la historia, tal y como la recuerda e interpreta esta mujer, conmocionada por los cr\u00edmenes cometidos por su hijo, que incluyen parricidio y fratricidio.
\nLa pel\u00edcula recurre continuamente a un simbolismo descarado y estridente: la omnipresencia violenta del color rojo; las dianas, flechas y arcos; los mapas y carteles de viajes; las im\u00e1genes de obsesivo orden (Kevin mordi\u00e9ndose las u\u00f1as y coloc\u00e1ndolas sobre la mesa; o haciendo bolitas de pan) o de pormenorizada y no menos racional destrucci\u00f3n (Kevin rompiendo l\u00e1pices, triturando aperitivos de colores, salpicando con pintura la nueva decoraci\u00f3n de la habitaci\u00f3n de Eva) son otras tantas muestras de esa tendencia a acumular asociaciones f\u00e1ciles y no por ello menos estimulantes. Pel\u00edculahiperexpresiva, de impactantes hallazgos visuales, con un montaje en el que alternan tiempos, vivencias interiores y sensaciones tanto en la banda de imagen como en la de sonido, dispone todos estos elementos alrededor de un personaje, Kevin, opaco, inaccesible, absolutamente cr\u00edptico. Al fondo del barroquismo de su puesta en escena se halla apostado un ser vac\u00edo y ese desfase revierte en conquista est\u00e9tica.
\nLa relaci\u00f3n con su madre es un c\u00famulo de provocaciones y desacatos por parte del muchacho, una continua sucesi\u00f3n de perversas vejaciones, que parecen provenir de una mente diab\u00f3lica. Desde beb\u00e9 gritaba sin consuelo; tard\u00f3 en hablar y en controlar sus esf\u00ednteres m\u00e1s de lo habitual, aunque se insin\u00faa que todos esos procesos respond\u00edan a una decisi\u00f3n premeditada por parte del ni\u00f1o; cuando aparenta aceptar los mimos de su madre (cuando esta le rompe un brazo, cuando est\u00e1 enfermo o cuando la acompa\u00f1a en la t\u00edpica \u201centra\u00f1able velada madre-hijo mayor\u201d) en realidad se trata de par\u00e9ntesis que solo anticipan formas mayores de humillaci\u00f3n y rechazo. Insistamos en algo clave: \u00bftodo esto ocurri\u00f3 as\u00ed? \u00bfO es solo la enga\u00f1osa lectura por parte de Eva de algo diferente, magnificado por la fatal manera en que todo concluy\u00f3?
\nLo que es indudable es que Kevin es Nadie para su madre y para nosotros. Su habitaci\u00f3n impoluta, sin ning\u00fan objeto que nos permita intuir su personalidad; sus cuadernos en blanco o su \u00fanico libro (Robin<\/em><\/strong> Hood<\/em><\/strong>, la obra que inspirar\u00e1 sus cr\u00edmenes a fuerza de arco y flechas) nos hablan de alguien empe\u00f1ado en encriptarse, en ser un no ser entregado a destruir (solo tiene un disco, con el t\u00edtulo \u201cTe quiero\u201d, que en realidad almacena un letal virus inform\u00e1tico). Las motivaciones de sus acciones tampoco se exponen: por algunas im\u00e1genes podemos deducir que estamos\u00a0 ante una mente megaloman\u00edaca, soberbia y excesiva; ante una inteligencia sobredimensionada que no empatiza con sus semejantes y carece de amarres emocionales con nadie.
\nNo tengo espacio para m\u00e1s: Tenemos que hablar de Kevin<\/em> puede entenderse como una variante del cine de psic\u00f3patas, terreno en el que estar\u00edamos ante una obra de est\u00e9tica apabullante, pero de desarrollo tem\u00e1tico convencional: Kevin encarnar\u00eda al Mal absoluto, como el Hannibal Lecter de El silencio de los corderos<\/strong>; pero tambi\u00e9n, y ah\u00ed la pel\u00edcula gana ideol\u00f3gicamente muchos enteros, podemos interpretar esta historia como una f\u00e1bula sobre la inoperancia, torpeza o irresponsabilidad de los padres a la hora de criar a sus hijos o, m\u00e1s bien, sobre la mala conciencia adulta ante generaciones de ni\u00f1os y ni\u00f1as menos deseados de lo esperable, criados con criterios poco coherentes y contradictorios, mal acompa\u00f1ados y peor educados. En este segundo sentido, en los actos de Kevin no residir\u00eda una responsabilidad completa, sino solo la parte que le toca a quien no ha encontrado ni firmeza ni tiento ni consistencia en su formaci\u00f3n. El joven apocal\u00edptico psic\u00f3pata quiz\u00e1s d\u00e9 miedo por su deshumanizaci\u00f3n extrema; esta segunda forma de declinar el apocalipsis quiz\u00e1s escueza por excesivamente humana, pr\u00f3xima, dolorosa.
\nFinal: justo cuando termino estas l\u00edneas se estrena en los cines la endeble (desde el punto de vista est\u00e9tico) pero interesante (para el tema que nos ocupa) Los ni\u00f1os salvajes.<\/em> Tras contemplarla constato que sus tres protagonistas corroboran de forma absoluta el pen\u00faltimo p\u00e1rrafo de mi art\u00edculo, que parecer\u00eda escrito para esta pel\u00edcula. Ambas obras insin\u00faan que, detr\u00e1s de un joven apocal\u00edptico, hay casi siempre adultos perdidos, d\u00e9biles, desatentos, desbordados, inoperantes o ciegos. Para seguir pensando.
\n <\/p>\n