{"id":6855,"date":"2012-07-01T00:00:33","date_gmt":"2012-06-30T22:00:33","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6855"},"modified":"2012-07-01T00:00:33","modified_gmt":"2012-06-30T22:00:33","slug":"textos-para-narrar-a-jesus","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/textos-para-narrar-a-jesus\/","title":{"rendered":"TEXTOS PARA NARRAR A JES\u00daS"},"content":{"rendered":"

Riccardo Tonelli<\/strong>
\nUniversidad Pontificia Salesiana, Roma<\/strong>
\n 
\nRecogemos dos materiales del profesor Tonelli que nos pueden ayudar a narrar a Jes\u00fas a los j\u00f3venes. En concreto nos presenta el encuentro de Jes\u00fas con los disc\u00edpulos de Ema\u00fas y\u00a0 el encuentro de Jes\u00fas con Pedro.
\n 
\nLos disc\u00edpulos de Ema\u00fas:<\/strong>
\nuna historia que es mi historia<\/strong>
\n <\/p>\n

    \n
  1. Verificar la calidad del encuentro con Jes\u00fas<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    Hay hechos que nos obligan a pensar, aunque no nos gusten mucho, porque ser\u00eda mejor seguir con el ritmo tranquilo de que una cosa siga a otra. Act\u00faan como un golpe inesperado de viento que tira al suelo las hojas que tenemos bien ordenadas sobre la mesa de trabajo.
    \nEn el fondo, es bonito que se nos pida someter a verificaci\u00f3n lo que parec\u00eda seguro y tranquilo. Vale para toda nuestra existencia. Vale de modo especial para la historia de nuestro encuentro personal con Jes\u00fas y para la decisi\u00f3n de hacer de \u00e9l el Se\u00f1or de nuestra vida y el determinante de todas las decisiones.
    \nLa raz\u00f3n se expone en pocas palabras. El encuentro personal con Jes\u00fas es uno de esos acontecimientos que comprometen de ra\u00edz toda nuestra existencia. No podemos de ning\u00fan modo jug\u00e1rnoslo, fiados en nuestra subjetividad, haciendo prevalecer, a toda costa, el camino c\u00f3modo del \u201cpara m\u00ed es as\u00ed\u201d. Y no basta tampoco con dejarse arrastrar serenamente por la ola de una bella experiencia o por el clima del movimiento en el que nos vemos. Tenemos necesidad de una confrontaci\u00f3n segura, capaz de juzgar y poner en crisis nuestras orientaciones.\u00a0 Es demasiado comprometido declarar que hemos encontrado la referencia decisiva de nuestra existencia despu\u00e9s haberlo so\u00f1ado, y con eso basta, una noche en la que nos costaba conciliar el sue\u00f1o.
    \nEl problema es otro: \u00bfd\u00f3nde verificar la calidad de nuestro encuentro con Jes\u00fas y c\u00f3mo desencadenar los procesos que lo puedan favorecer y sostener? La pregunta es preciosa para verificar nuestra vida personal y para capacitarnos en echar una mano a las muchas personas que nos piden una ayuda en este punto.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Sugerencias de los disc\u00edpulos de Ema\u00fas<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      Pensaba en estas cuestiones, convencido de que no pod\u00eda proponer a Jes\u00fas a m\u00ed y a los otros s\u00f3lo pronunciando un bonito serm\u00f3n o sugiriendo la lectura de alg\u00fan libro edificante. Encontr\u00e9 la historia de aquellos dos disc\u00edpulos que hemos aprendido a llamar \u201clos disc\u00edpulos de Ema\u00fas\u201d, aunque uno al menos tiene un nombre\u2026 Pero es menos sugestivo\u00a0 que ese apelativo.
      \nCleof\u00e1s (este es el nombre de uno de los dos) y el otro compa\u00f1ero encontraron a Jes\u00fas y le entregaron la vida y la esperanza, a trav\u00e9s de tres momentos fuertes, precisos y diferentes. Su historia es nuestra historia cotidiana. Descubri\u00e9ndola, nos la o\u00edmos contar de antemano. Y podemos verificar nuestras aventuras cotidianas de disc\u00edpulos de Jes\u00fas.
      \nSu historia merece de veras toda nuestra consideraci\u00f3n. Nos sugiere c\u00f3mo encontrar nosotros a Jes\u00fas y c\u00f3mo ayudar a los otros a encontrarlo.
      \n 
      \n2.1.\u00a0 <\/strong>\u00a0La implicaci\u00f3n en una experiencia que comunica entusiasmo<\/strong>
      \nNo sabemos en qu\u00e9 circunstancias Cleof\u00e1s y su amigo encontraron a Jes\u00fas. De otros disc\u00edpulos lo sabemos. Jes\u00fas los llam\u00f3 personalmente. Les invit\u00f3 a que dejasen barca y redes para irse con \u00e9l. Alguno, como Lev\u00ed que se convierte en Mateo, seofreci\u00f3 \u00e9l directamente, feliz de dejar todo para seguir a Jes\u00fas, para organizar una gran comida con los amigos y compartir esta alegr\u00eda.
      \nDe los dos disc\u00edpulos de Ema\u00fas no tenemos datos anteriores que dar.
      \nPero es seguro que algo sucedi\u00f3. Y algo desconcertante.
      \nTen\u00edan deseo de cosas nuevas. Esperaban, como todos los buenos hebreos, al mes\u00edas prometido para que pusiese en orden las cosas. Entraron en el grupo de los que escuchaban a Jes\u00fas\u2026 al principio con curiosidad al ver cu\u00e1nta gente le escuchaba, despu\u00e9s interesados y atra\u00eddos, porque la experiencia con este extra\u00f1o personaje aprisionaba y fascinaba. Despu\u00e9s pensaron con calma. Hablaron de \u00e9l con los amigos. Volvieron a \u00e9l, con una veta de sentido cr\u00edtico que les hac\u00eda decir: \u201cEsta vez no me l\u00eda. Quiero entenderlo bien. Decido yo y no la fascinaci\u00f3n con la que te envuelve\u201d.
      \nLas dificultades no faltaron.
      \nMuchas les ven\u00edan precisamente de dentro.
      \n\u00bfPara qu\u00e9 arriesgarse? \u00bfVale la pena? \u00bfY si todo fuese un enredo? Ha habido ya tantos como \u00e9l, en estos tiempos duros\u2026 han arrastrado a la masa y luego han acabado mal ellos y sus secuaces\u2026
      \nLas dificultades mayores ven\u00edan de sus amigos y parientes, siempre llenos de buenos consejos y de sugerencias hacia la prudencia.
      \nPero un buen d\u00eda lo decidieron.
      \nDe acuerdo\u2026 vale la pena. Se presentaron a Jes\u00fas, manifestando su deseo de seguirlo, contra el sentido com\u00fan, los c\u00e1lculos y las perspectivas de provechos, los buenos consejos de los sabios y el miedo de arriesgar demasiado.
      \nJes\u00fas fren\u00f3 enseguida su entusiasmo. \u201cPensadlo bien. No ganar\u00e9is nada. Las zorras tienen sus cuevas\u2026 pero yo y mis amigos no tenemos siquiera una piedra donde apoyar la cabeza. Habr\u00e1 que cansarse\u2026 ni siquiera tiempo para tomar un bocado\u2026 Y, adem\u00e1s, nada de medias tintas\u201d.
      \nEste realismo dio el golpe de gracia. Apostaron por Jes\u00fas. Es bonito seguir a uno que no busca seguidores fan\u00e1ticos. Sino que carga con tareas comprometidas: hay una perla preciosa que descubrir, y tan hermosa que vale la pena perder todo con tal de conquistarla.
      \nLa historia de los dos disc\u00edpulos de Ema\u00fas propone una escuela vocacional: una propuesta fuerte, la verificaci\u00f3n en lo secreto de la propia interioridad, el riesgo de una decisi\u00f3n, que oscila siempre entre los pro y los contra.
      \n 
      \n2.2.\u00a0 <\/strong>La crisis y un modelo parar vivirla<\/strong>
      \nHab\u00edan esperado mucho. Hab\u00edan aceptado la invitaci\u00f3n de Jes\u00fas con entusiasmo. Hab\u00edan dejado todo para seguirlo, fascinados por su persona y convencidos de su causa.
      \nPero ahora todo parec\u00eda acabado. Del peor de los modos.
      \nSus enemigos hab\u00edan apresado a Jes\u00fas. Lo hab\u00edan sometido a un proceso que era todo una burla. Le hab\u00edan condenado, como si fuese un malhechor, \u00e9l que s\u00f3lo hab\u00eda hecho el bien a todos los que hab\u00eda encontrado. M\u00e1s tarde, despu\u00e9s de haberlo torturado, lo hab\u00edan matado. Todo hab\u00eda acabado as\u00ed. Jes\u00fas hab\u00eda prometido vencer tambi\u00e9n a la muerte. Lo hab\u00eda hecho con la de los otros. Pero con la suya\u2026 no hab\u00eda nada que hacer. Jes\u00fas hab\u00eda quedado borrado de los ojos y del coraz\u00f3n de sus amigos. Hab\u00edan vencido sus enemigos. Todo volv\u00eda a ser como antes.
      \nPaciencia… hab\u00eda sido un bonito sue\u00f1o, acabado demasiado pronto y del modo m\u00e1s tr\u00e1gico.
      \nAhora ya no hab\u00eda nada que hacer. Hab\u00eda que volver a casa, con la amargura de la nostalgia y con una pizca de verg\u00fcenza. Era necesario volver a echar la mano a los \u00fatiles de trabajo, abandonados con demasiada prisa alg\u00fan mes antes.
      \nVolver a ser\u2026 los de antes: como si no hubiese ocurrido nada, superando hasta la sonrisa burlona de los amigos de antes, que no hab\u00edan entendido la extra\u00f1a man\u00eda de ponerse detr\u00e1s de aquel tipo de Nazaret, que estaba gan\u00e1ndose un mont\u00f3n de enemigos con sus ideas.
      \nMuchos disc\u00edpulos hab\u00edan hecho ya el camino del regreso. Ahora les tocaba tambi\u00e9n a ellos. Buenecitos como eran, hab\u00edan decidido volverse a Ema\u00fas, a su casa. Como si no hubiese pasado nada.
      \nCaminaban sin decirse una palabra. No ten\u00edan ya palabras: las \u00faltimas se hab\u00edan apagado en su garganta con el saludo triste a los amigos que se quedaban en Jerusal\u00e9n.
      \nSin esperarlo, se acerca un viandante, brotado casi de la nada. Ven\u00eda como ellos de Jerusal\u00e9n. Pero no se hab\u00edan dado cuenta antes.
      \n\u00abBuenos d\u00edas\u00bb. \u00abHola\u00bb. \u00ab\u00bfAd\u00f3nde vais?\u00bb. \u00abVenimos de Jerusal\u00e9n y volvemos a nuestra casa en Ema\u00fas. Ya falta poco, por fortuna\u00bb.
      \nInsiste el peregrino: \u00ab\u00bfPuedo unirme a vosotros? Yo voy m\u00e1s all\u00e1. El camino es largo y en estos tiempos, tambi\u00e9n un poco peligroso. \u00bfPodemos hacernos compa\u00f1\u00eda?\u00bb.
      \n\u00abVaya, hombre. \u00a1Qu\u00e9 caras m\u00e1s tristes ten\u00e9is! No lo hab\u00eda notado antes. Parec\u00e9is reci\u00e9n salidos de un funeral. \u00bfMe equivoco?\u00bb.
      \nLa respuesta es inmediata. Las palabras corren como una lluvia de l\u00e1grimas. \u00abPues es verdad que venimos de un funeral. Habla de \u00e9l toda Jerusal\u00e9n. \u00bfC\u00f3mo es que no lo sabes? Han matado a Jes\u00fas de Nazaret. Era nuestro amigo y nuestro maestro. Nosotros est\u00e1bamos con \u00e9l, compart\u00edamos su pasi\u00f3n por la liberaci\u00f3n de Israel y su esperanza en el futuro de Dios. Le han matado, clavado en cruz, despu\u00e9s de un proceso que parec\u00eda estudiado aposta para condenarlo\u00bb.
      \nUna pausa para tomar aliento y para volver de nuevo a los \u00faltimos rayos de aquella esperanza que les hab\u00eda inflamado el coraz\u00f3n.
      \n\u00abS\u00f3lo hab\u00eda hecho el bien: curaba a los enfermos, trataba bien a los pobres, ten\u00eda una buena palabra tambi\u00e9n para los\u00a0pecadores. Hasta resucit\u00f3 muertos. Seguro que has o\u00eddo hablar de L\u00e1zaro, el de Betania. Jes\u00fas lo devolvi\u00f3 a la vida tres d\u00edas despu\u00e9s de haber muerto. Por desgracia hablaba con excesiva libertad de Dios y de la ley. Quer\u00eda demasiado a la pobrecita gente.
      \nLo han matado. \u00bfQui\u00e9n? Lo sabes de seguro… los romanos, pero con la complicidad de nuestros sacerdotes y de los doctores de la ley…
      \nAntes de morir, hab\u00eda prometido que volver\u00eda a la vida, tambi\u00e9n \u00e9l, como su amigo L\u00e1zaro. Pero ya han pasado tres d\u00edas… y no ha pasado absolutamente nada\u00bb.
      \nEl segundo a\u00f1ade: \u00abAbsolutamente nada… no es verdad. \u00bfSabes? En nuestro grupo hab\u00eda tambi\u00e9n mujeres. Estaban con nosotros para servir a Jes\u00fas. Dos de ellas dicen que han visto a Jes\u00fas resucitado. Ninguno lo cree. Son mujeres fan\u00e1ticas… Se lo han imaginado, cegadas por el dolor y el amor.
      \nLos jefes, Pedro y los doce, no han visto nada.
      \nTodo se ha acabado. Tambi\u00e9n nosotros volvemos a casa\u00bb.
      \n\u00abCalma. No corr\u00e1is demasiado en las conclusiones\u00bb, vuelve a tomar la palabra el extra\u00f1o compa\u00f1ero de viaje. \u00abEst\u00e1is haciendo una lectura incorrecta de los hechos. Os qued\u00e1is en lo que hab\u00e9is visto con los ojos. Lo siento por vosotros: sois un poco ciegos. No sab\u00e9is leer en lo hondo de los acontecimientos\u00bb.
      \n\u00abAy\u00fadanos t\u00fa\u2026 si lo logras\u00bb. \u00abCon mucho gusto. Escuchad\u00bb.
      \nUn paso tras otro se acercan a casa. Un paso tras otro, el compa\u00f1ero de camino ayuda a releer los sucesos desde el misterio que llevan dentro. Cita pasajes de la Escritura. Recuerda profec\u00edas antiguas y nuevas. Hace actuales recuerdos lejanos.
      \nNi siquiera en el tiempo en que estuvieron con Jes\u00fas, hab\u00edan vivido una experiencia parecida. Entonces estaban todos proyectados hacia el futuro. Se hab\u00edan casi olvidado del pasado. El presente y los proyectos sobre \u00e9l eran demasiado importantes para pensar todav\u00eda en el pasado.
      \nAhora, en cambio, desde el presente van hacia el pasado. Lo comprenden, sumergi\u00e9ndolo en el misterio de Dios. Las cosas maravillosas que Dios ha realizado por su pueblo se convierten en una especie de nueva lectura del presente. Tambi\u00e9n la oscuridad, la incertidumbre y el dolor cambian de tono. Brillan con algo que no hab\u00eda descubierto nunca.
      \nSe miran a los ojos. \u00abExtra\u00f1o… pero entonces no han matado nuestra esperanza. Nos la hab\u00edan apagado. Hab\u00edan intentado apagarla y hab\u00edamos ca\u00eddo en la trampa. Sin pasado nuestro presente se hace desesperado. Volv\u00edamos a casa porque est\u00e1bamos sin futuro. En cambio… hay esperanza. Ten\u00eda raz\u00f3n Jes\u00fas cuando nos hablaba del grano de trigo que debe morir para convertirse en espiga\u00bb.
      \n\u00abLo han matado… pero no nos han vencido. Dios vence a la muerte. Estaba todo programado en los planes misteriosos de Dios\u00bb.
      \nEspont\u00e1neamente en los labios afloran las palabras de los Salmos. Tienen un nuevo sabor. No lo hab\u00edan advertido antes.
      \n\u00ab\u00bfY si volvi\u00e9semos a Jerusal\u00e9n?\u00bb. \u00abMa\u00f1ana. Hoy ya es tarde. No podemos rehacer el camino de noche. Es demasiado peligroso. Ma\u00f1ana\u00bb.
      \nAdem\u00e1s ya est\u00e1n ah\u00ed las primeras casas de Ema\u00fas. Han llegado a su destino: ma\u00f1ana por la ma\u00f1ana, con las primeras luces, se vuelve a Jerusal\u00e9n.
      \n 
      \n2.3.\u00a0 <\/strong>El descubrimiento en el sacramento y la pasi\u00f3n evangelizadora<\/strong>
      \nLa historia no acaba aqu\u00ed.
      \nEstoy convencido de que lo bonito est\u00e1 precisamente en lo que sigue.
      \nLo conocemos. Lo hemos meditado muchas veces. Lo debemos tomar de nuevo, para hacernos ayudar por los dos disc\u00edpulos de Ema\u00fas a descubrir c\u00f3mo verificar personalmente el encuentro con Jes\u00fas y c\u00f3mo ayudar a los otros a realizar esa misi\u00f3n irrenunciable.
      \nDos acontecimientos me han impresionado. Me han ayudado a leer muchas veces mi historia personal. Por eso estoy feliz por entregarla, en compa\u00f1\u00eda de Cleof\u00e1s y de su amigo.
      \nEl viandante misterioso es Jes\u00fas. Lo es todav\u00eda antes de que se diesen cuenta. Hasta la gente que hab\u00eda pasado dos a\u00f1os, codo con codo con Jes\u00fas, convulsos por el miedo de una barca en un lago en tempestad, no reconoce a Jes\u00fas y lo toma por un fantasma\u2026 del que tienen miedo: alguno que sube del reino de los muertos para abrir camino a los condenados por el mar en tempestad.
      \nLo descubren, lo encuentran verdaderamente, lo llaman por su nombre, con el mismo entusiasmo con que le hab\u00edan llamado tantas veces antes de la crisis, s\u00f3lo\u2026 al partir el pan. Puede parecer extra\u00f1o. Pero es as\u00ed: para ellos y para nosotros.
      \nEl descubrimiento se da no en el esplendor de la transfiguraci\u00f3n ni tampoco en el refinamiento de las reflexiones, sino en la oscuridad del sacramento. Ellos ven algo que ya hab\u00edan experimentado. Superan el signo para encontrar el acontecimiento. En el signo viven la experiencia plena del encuentro.
      \nEsta es la aventura m\u00e1s fascinante de la experiencia cristiana, la entrega total de s\u00ed a Dios en Jes\u00fas.
      \nNos gustar\u00eda poder verlo cara a cara. Describir su rostro. Estar seguros de su voluntad. Anotar todo sobre la declaraci\u00f3n: lo he encontrado, lo he visto\u2026 te lo cuento como te cuento los otros hechos de mi vida cotidiana.
      \nY sin embargo no es as\u00ed. Jes\u00fas, rostro y palabra de Dios, es misterio grande siempre, para acogerlo en el silencio adorador y contemplador. Hablamos de \u00e9l con la fragilidad de nuestras palabras, que rompen el silencio y nos entregan m\u00e1s intensamente al silencio.
      \nTengo miedo por los que est\u00e1n tan seguros que dan la impresi\u00f3n de que han tenido cuatro ch\u00e1charas de t\u00fa a t\u00fa, entre compa\u00f1eros de merienda. A lo mejor son m\u00e1s afortunados que yo\u2026 Mi miedo es s\u00f3lo nostalgia. Pero estoy convencido de que esta es una dimensi\u00f3n irrenunciable de la existencia cristiana, para no convertirse en ateos por exceso de devoci\u00f3n.
      \nEl segundo hecho nos devuelve a la tierra, ofreci\u00e9ndonos indicaciones mucho m\u00e1s f\u00e1cilmente verificables.
      \nEl compa\u00f1ero de viaje hab\u00eda explicado todo y los dos disc\u00edpulos hab\u00edan entendido bien como hab\u00edan sucedido las cosas. Estoy convencido\u2026 pero s\u00f3lo con la cabeza. Las piernas quedan frenadas: es tarde, las puertas de la ciudad estar\u00e1n cerradas, es in\u00fatil forzar los tiempos\u2026 volvemos ma\u00f1ana por la ma\u00f1ana.
      \nEl encuentro con Jes\u00fas cambia todo, porque es cuesti\u00f3n de \u201ccoraz\u00f3n\u201d. Vuelven inmediatamente a Jerusal\u00e9n. El temor del largo viaje de vuelta, de la noche y de las puertas cerradas no vale ya nada. Se ponen en viaje y ya est\u00e1\u2026 para llenar toda Jerusal\u00e9n \u2013 y el mundo entero \u2013 de la experiencia gozosa de haber encontrado a Jes\u00fas.
      \nEsta pasi\u00f3n es la unidad de medida de la valoraci\u00f3n de la autenticidad del encuentro. Ning\u00fan obst\u00e1culo ya puede frenar al disc\u00edpulo.
      \nHe rele\u00eddo los \u201cHechos de los Ap\u00f3stoles\u201d y he descubierto que contienen la historia fascinante de gente que llen\u00f3 el mundo con el fuego que hab\u00eda desencadenado el encuentro con Jes\u00fas. Hacen de todo y se muestran valientes hasta la locura y libres con la libertad que nace del amor.
      \nHe encontrado as\u00ed un prontuario para hacer el examen de conciencia.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. Jes\u00fas, \u00bfqui\u00e9n eres?<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        Los dos simp\u00e1ticos disc\u00edpulos de Ema\u00fas\u00a0 son de verdad dos amigos preciosos. En su compa\u00f1\u00eda podemos descubrir el camino ideal para encontrar a Jes\u00fas. Sobre todo nos ayudan a experimentar qui\u00e9n es \u00e9l, el Se\u00f1or. Nos lo muestran como nos gusta descubrirlo: qui\u00e9n es para nosotros y c\u00f3mo hacer arder nuestro coraz\u00f3n por \u00e9l.
        \nNo nos entregan un tratado de cristolog\u00eda, al que referirnos para descubrir alg\u00fan secreto refinado ni nos dicen todo lo que se deber\u00eda decir. Nos cuentan su experiencia. El rostro de Jes\u00fas lo tenemos que reconstruir nosotros, recogiendo las teselas que nos entrega el que lo ha encontrado personalmente\u2026 y poniendo un poco de nosotros mismos, para dar color vivo al mosaico y reconocerlo como la raz\u00f3n decisiva de nuestra existencia.
        \nMe ha hecho pensar mucho lo que ellos experimentaron.
        \nTen\u00edan a Jes\u00fas al lado, caminaba y hablaba con ellos. Explicaba los documentos de la fe como sab\u00eda hacer \u00e9l. Y no lo descubrieron. Sigui\u00f3 siendo un desconocido compa\u00f1ero de viaje. Sin duda hab\u00edan o\u00eddo contar a los colegas la maravillosa aventura del Monte Tabor y se lo esperaban as\u00ed, inmerso en la luz y en compa\u00f1\u00eda de testigos prestigiosos.
        \nEn el camino parec\u00eda uno igual que ellos\u2026 tal vez m\u00e1s instruido y con un estilo de relaci\u00f3n especial. Lo encontraron y experimentaron, en cambio, cuando parti\u00f3 el pan durante la cena y comparti\u00f3 la copa de vino. Lo confesaron como el Se\u00f1or de su vida, cuando desapareci\u00f3 de su mirada. El encuentro fue tan comprometedor, que los oblig\u00f3 a abandonar la casa segura para volver a empezar el viaje desde el principio. Volvieron corriendo a Jerusal\u00e9n para llenar toda la ciudad y el mundo entero del nombre de Jes\u00fas, el crucificado resucitado.
        \nS\u00e9 que es dif\u00edcil, sobre todo para nosotros, gente que deseamos tocarlo con la mano. Pero no creo que haya alternativas. A Jes\u00fas lo encontramos s\u00f3lo en el sacramento de algo que se ve y que debe arrastrarnos hacia el misterio que se lleva dentro: la Eucarist\u00eda, la Iglesia, los hermanos, la historia. Lo que experimentamos puede ser bonito o menos logrado. Pero es siempre la puerta obligada para encontrarle a \u00e9l, el Se\u00f1or, en la verdad, adorarlo, dejarse transformar y comprometerse en su causa.
        \nDe vez en cuando buscamos un atajo y nos echamos por los caminos m\u00e1s f\u00e1ciles del esplendor, de lo milagroso, de lo extraordinario. Tengo miedo de que, si pens\u00e1semos con autenticidad, estar\u00edamos obligados a concluir: a pesar de las apariencias f\u00e1ciles\u2026 porque no nos ard\u00eda el coraz\u00f3n, aunque parec\u00eda todo bonito por la fuerza del entusiasmo.
        \n 
        \nPedro:<\/strong>
        \nDe la traici\u00f3n a la intrepidez<\/strong>
        \nLa lectura del Evangelio deja siempre huella. Hay hechos y palabras que hemos meditado ya muchas veces. Y sin embargo, aquel d\u00eda y en aquella situaci\u00f3n especial, resuenan nuevos, como si fuese la primera vez que los\u00a0 encontramos. Nos obligan a pensar.
        \nUna de esas p\u00e1ginas es el relato de la traici\u00f3n de Pedro. \u00c9l, hombre fuerte y valiente, rebosando de grandes proyectos y de palabras audaces, traiciona a\u00a0 Jes\u00fas. Y lo hace del peor de los modos. \u00bfPor qu\u00e9 relatar esta p\u00e1gina triste?
        \nSi el Evangelio lo hubiese escrito yo, habr\u00eda censurado sin duda aquella p\u00e1gina. La Iglesia est\u00e1 comenzando su\u00a0 camino dif\u00edcil y comprometido. Reconoce en Pedro la presencia especial que contin\u00faa la gu\u00eda autorizada de\u00a0 Jes\u00fas. Y le obliga a hacer un p\u00e9simo papel. No es precisamente un gran consuelo empezar un camino dif\u00edcil de ese modo.
        \nUna raz\u00f3n existe. Y es muy bella. Pedro insisti\u00f3 mucho en que le habr\u00edan hecho enfadar si no hubieran contado lo que sucedi\u00f3 aquella noche, junto al fuego encendido en el patio del tribunal para combatir el fr\u00edo, mientras que a Jes\u00fas, en el piso superior, le juzgaban de modo inicuo y le condenaban a\u00a0 muerte.
        \nPedro insisti\u00f3 much\u00edsimo en esta triste historia\u2026 no para adelantarse a las cr\u00edticas, sino porque con aquella historia sab\u00eda que pod\u00eda regalarnos un rasgo del rostro fundamental de Jes\u00fas, para ponerlo delante de nuestra experiencia cotidiana en los momentos duros de nuestra vida\u2026 de hijos testarudos, secos, traidores.
        \nEscuchemos los hechos y hagamos despu\u00e9s que Pedo nos ayude a descubrir el rostro de\u00a0 Jes\u00fas.
        \nTambi\u00e9n esta vez, igual que para todas las ense\u00f1anzas que se refieren a la vida, la comunicaci\u00f3n de experiencias resulta\u00a0 la \u00fanica palabra elocuente.
        \n <\/p>\n

          \n
        1. Los hechos<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

          \u00a0<\/strong>
          \n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00abTengo miedo porque esta noche me quedar\u00e9 solo rodeado s\u00f3lo por mis enemigos\u00bb. <\/em>Es triste quedarse solo, abandonado por todos. Y es m\u00e1s desolador todav\u00eda descubrir que los traidores anidan entre los amigos.
          \n 
          \n\u00abEsta noche me dejar\u00e9is solo. Ser\u00e9 traicionado por uno de vosotros\u00bb. <\/em>Las palabras de\u00a0 Jes\u00fas caen, duras y sin piedad, entre los disc\u00edpulos, reunidos para tomar la cena de fiesta. Quedan sin voz, abatidos y amargados. \u00bfEs posible? \u00bfTraicionar a Jes\u00fas? Abandonarlo despu\u00e9s de todo lo que ha sido para cada uno. \u00bf\u00bbPor qu\u00e9 \u00edbamos a hacerlo?\u00bb, se preguntan uno a otro. \u00abPor miedo\u00bb, a\u00f1ade\u00a0 Jes\u00fas. Los enemigos se han organizado. Est\u00e1n decididos a todo. No pueden ir m\u00e1s all\u00e1. Llegar\u00e1n armados hasta los dientes, decididos a todo: o esta vez o nunca ya.
          \n 
          \n\u00abMe dejar\u00e9is en sus manos… M\u00e1s a\u00fan, habr\u00e1 uno que hasta se pondr\u00e1 de su parte, por miedo a terminar como yo\u00bb. <\/em>Pedro no aguanta m\u00e1s. Explota, seguro como siempre. \u00abJes\u00fas, eso no y de ning\u00fan modo no. Yo no te traicionar\u00e9… nunca. Puedes estar seguro: aunque todos te abandonen, yo no. No lo puedo hacer. Lo eres todo para m\u00ed. He dejado todo para estar contigo… \u00bfquerr\u00edas que precisamente en el momento m\u00e1s comprometido cambiase de parecer?\u00bb.
          \n\u00abPedro… tambi\u00e9n nosotros… todos. Nunca\u2026 nunca jam\u00e1s, nunca…\u00a0 Jes\u00fas, puedes estar tranquilo… estaremos contigo aunque nos cueste la vida\u00bb. Lo gritan todos, a una sola voz.
          \nJes\u00fas calla. Cambia de tema. Vuelven a los tonos de la fiesta.
          \nPasan pocas horas y los temores de\u00a0 Jes\u00fas se cumplen puntualmente.
          \nEst\u00e1 solo en el huerto. Ora al Padre, roto por la amenaza que le amaga. Ora y suda sangre. Los dem\u00e1s, los disc\u00edpulos, hasta los m\u00e1s fieles, duermen tranquilos, aturdidos por el cansancio y las emociones.
          \nDespu\u00e9s, de repente, llegan los soldados. Arrestan a Jes\u00fas y lo conducen hasta el tribunal.
          \nLos disc\u00edpulos se dispersan. La d\u00e9bil resistencia la controla el mismo Jes\u00fas, dispuesto al perd\u00f3n tambi\u00e9n en el momento final.
          \nPedro vaga alg\u00fan tiempo desesperado en la noche de Jerusal\u00e9n. Despu\u00e9s llega al patio del tribunal. Arriba, entre gritos descompuestos, juzgan a Jes\u00fas. Abajo, alrededor del fuego, Pedro espera. Quiere saber c\u00f3mo acaba la cosa, pero no tiene ning\u00fan deseo de que alguien lo reconozca. No quiere correr peligro. Empieza ya a echarse atr\u00e1s \u00e9l que, pocas horas antes, declaraba, de palabra, que estaba dispuesto a todo por su maestro.
          \nSe acerca una mujer. No pretende nada. Sabe que cuenta poco en aquel corrillo de hombres que est\u00e1n calent\u00e1ndose al fuego y comentan los hechos del d\u00eda. Ella, pobrecita, es, a lo mejor, una criada de casa. Debe estar atenta: adem\u00e1s de que no la escuchen,\u00a0 le pueden hacer perder el puesto.
          \nPrimero escucha. Despu\u00e9s deja caer su comentario. Tal vez es s\u00f3lo un poco de curiosidad o el intento de hacerse notar. No es, desde luego, una acusaci\u00f3n. Por favor… no se lo puede permitir de ning\u00fan modo.
          \n\u00abOye, Pedro…\u00a0 t\u00fa a ese Jes\u00fas que est\u00e1n condenando… \u00bflo conoces? \u00bfHas ido con \u00e9l? \u00bfQu\u00e9 pinta ten\u00eda?\u00bb. Pedro salta, herido en lo m\u00e1s vivo: \u00abNunca lo he visto… \u00bfqu\u00e9 est\u00e1s pensando? \u00bfQu\u00e9 clase de pregunta me est\u00e1s haciendo? Por favor, seamos serios\u00bb.
          \nLa mujer no est\u00e1 convencida. Se calla y escucha. Pedro se ha puesto a hablar, como un r\u00edo desbordado. Quiere demostrar que no tiene en absoluto nada que ver con Jes\u00fas.
          \nLa mujer insiste: \u00abNo es f\u00e1cil creer que no lo conozcas. Hablas como \u00e9l. Tienes el mismo acento de voz. Apuesto que sois del mismo pueblo. \u00bfEs posible que no lo conozcas?\u00bb.
          \nEsta vez Pedro no puede m\u00e1s. El miedo le agarrota la garganta. \u00abBasta\u00bb, grita, \u00abhaced que se calle. S\u00f3lo dice tonter\u00edas. Nunca he visto a ese Jes\u00fas\u00bb. La protesta de Pedro ha sido contraproducente. Hay otro que parece confirmar la constataci\u00f3n de la mujer. Pedro jura y perjura: \u00abYo no s\u00e9 qui\u00e9n es Jes\u00fas. Nunca lo he visto. Que le condenen si lo merece. O que lo dejen libre si no ha hecho nada grave. Yo no lo s\u00e9. Y no me importa nada. Y dejad de una vez el tema. Me hab\u00e9is hartado\u00bb.
          \nSe levanta para irse. Quiere demostrar que \u00e9l tiene raz\u00f3n. Le han ofendido y se va.
          \nHa dado s\u00f3lo dos pasos y se encuentra ahogado por una desesperaci\u00f3n de muerte.
          \n\u00abLo he traicionado. He traicionado a Jes\u00fas. Le he traicionado porque soy un miserable. No me costaba nada… y le he traicionado. Y ahora… \u00bfqu\u00e9 hago? \u00bfA d\u00f3nde puedo huir? He traicionado a mi Se\u00f1or. Lo he condenado yo a la muerte\u00bb.
          \nSe detiene. Por la escalera baja alguien. Es Jes\u00fas, rodeado de soldados, atado como un malhechor. Condenado dos veces: por el juicio perverso y por la traici\u00f3n de su amigo.
          \nPedro mira a Jes\u00fas. La \u00faltima mirada y despu\u00e9s… no le queda m\u00e1s que la\u00a0 muerte del desesperado.
          \nJes\u00fas mira a Pedro. Una mirada dulce: un profundo abrazo acogedor. No lo hab\u00eda experimentado nunca como esta noche.\u00a0Jes\u00fas le echa los brazos al cuello… a \u00e9l, a Pedro, el traidor por miedo.
          \nLas miradas se cruzan rapid\u00edsimas. No hay tiempo, ni siquiera, para una palabra. No logra gritar ni siquiera \u00abJes\u00fas\u00bb. Los soldados lo arrastran, a golpes y empujones.
          \nPedro para el tiempo. La mirada de Jes\u00fas se hace palabra. Siente el eco lejano de una bell\u00edsima historia, contada algunos meses antes por\u00a0 Jes\u00fas. Entonces no la hab\u00eda entendido muy bien. Le parec\u00eda extra\u00f1a, demasiado tolerante. Ahora la descubre toda: es la… es su historia.
          \n 
          \n\u00abUn hombre ten\u00eda dos hijos. El m\u00e1s joven le dijo al padre: Padre, dame la parte del patrimonio que me corresponde. Y el padre dividi\u00f3 entre ellos su capital. Despu\u00e9s de no muchos d\u00edas, el hijo m\u00e1s joven, despu\u00e9s de haber recogido sus cosas, se fue a un pa\u00eds lejano y all\u00ed derroch\u00f3 su dinero viviendo como un disoluto. Cuando gast\u00f3 todo, lleg\u00f3 a aquel pa\u00eds una gran carest\u00eda y \u00e9l empez\u00f3 a encontrarse en necesidad. […] Entonces se mir\u00f3 a s\u00ed mismo y se dijo: \u00a1Cu\u00e1ntos asalariados tienen en\u00a0casa de mi padre pan en abundancia y yo aqu\u00ed me muero de hambre! Me levantar\u00e9 e ir\u00e9 junto a mi padre y le dir\u00e9: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; no soy ya digno de llamarme hijo tuyo. Tr\u00e1tame como a uno de tus muchachos. Parti\u00f3 y se encamin\u00f3 hacia su padre. Cuando todav\u00eda estaba lejos el padre lo vio y, conmovido, corri\u00f3 a su encuentro, se ech\u00f3 a su cuello y le bes\u00f3. El hijo le dijo: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; no soy ya digno de llamarme hijo tuyo. Pero el padre dijo a los criados: De prisa, traed el vestido m\u00e1s bonito y vestidle con \u00e9l, ponedle el anillo en el dedo y las sandalias en los pies. Traed el ternero cebado, matadlo y comamos y hagamos fiesta, porque este hijo m\u00edo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo he encontrado. Y empezaron a hacer f<\/em>iesta\u00bb (Lc. 15, 11-32).
          \n 
          \nLa historia le ha transformado. Le vuelve la sonrisa al rostro. Ya no tiene miedo. El abrazo de\u00a0 Jes\u00fas ha destruido su pecado. Ha vuelto a ser el de antes, con una experiencia m\u00e1s, que lo ha cambiado por dentro y le ha hecho tocar el amor acogedor de Dios.
          \n <\/p>\n

            \n
          1. Si tambi\u00e9n tu coraz\u00f3n te inquieta\u2026<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

            No es f\u00e1cil descubrir el rostro de Dios en el abrazo que acoge, que apaga en la boca cualquier petici\u00f3n de perd\u00f3n y lanza la invitaci\u00f3n a la fiesta como toque final de todo el proceso.
            \nEs verdad: nos gustar\u00eda; a lo mejor lo so\u00f1amos en los momentos m\u00e1s duros pero nos damos cuenta de que ser\u00eda en realidad pretender demasiado. La paciencia tiene un l\u00edmite\u2026 lo repetimos tantas veces cuando nos parece que hemos tocado ya el fondo. Hasta Pedro, discutiendo de ello con Jes\u00fas, hab\u00eda hecho notar que un l\u00edmite al amor acogedor e indulgente de Dios\u2026 debe existir. Establecer un l\u00edmite a la capacidad de perdonar era para Pedro un acto de respeto y de devoci\u00f3n ante Dios, un modo serio de reconocer su trascendencia.
            \nComo buen hebreo razonaba as\u00ed. Pod\u00eda presentar muchos documentos del Antiguo Testamento para demostrar que ten\u00eda raz\u00f3n. Alguna p\u00e1gina era especialmente inflexible. Hab\u00eda otras m\u00e1s dulces. Rebosaba de ellas la ternura de una madre que no llega nunca a olvidar a sus hijos. Pero echar los brazos al cuello era en verdad lo m\u00e1ximo imaginable.
            \nJes\u00fas hab\u00eda puesto en crisis la l\u00f3gica de Pedro, llevando al extremo de una sana paciencia\u2026 al indefinido del siete veces siete.
            \nPero le costaba creerlo. Tal vez, alguna vez, en su coraz\u00f3n se hab\u00eda encontrado de acuerdo con los que acusaban a\u00a0 Jes\u00fas precisamente en el nombre de aquel Dio que pretend\u00edan conocer.
            \nAhora, despu\u00e9s de la traici\u00f3n, hundido en la mirada de\u00a0 Jes\u00fas, est\u00e1 obligado a escoger: \u00bfsiete veces\u2026 o setenta veces siete?
            \nAfortunadamente, cambia todo. Descubre a Dios en el abrazo acogedor e indulgente de Jes\u00fas. Se encuentra, de repente, sumido en el misterio de un Dios que es m\u00e1s grande que nuestro coraz\u00f3n, precisamente cuando nuestro coraz\u00f3n nos inquieta.
            \nLa experiencia es tan grande y apasionante, que necesita grit\u00e1rselo a todos. No le importa hacer el rid\u00edculo. Se da cuenta de que esta p\u00e1gina triste de su vida le ha revelado a Dios en el rostro acogedor de\u00a0 Jes\u00fas y en el abrazo perdonador.
            \nLa traici\u00f3n es la \u201cculpa feliz\u201d que le ha permitido constatar, en su propia experiencia directa, qui\u00e9n es Dios, reconociendo el rostro de Dios que\u00a0 Jes\u00fas le entrega, en el tejido abrumado de un cruce de experiencias. Despu\u00e9s de haber escuchado tantas veces los discursos de\u00a0 Jes\u00fas, lo hab\u00eda intuido con la cabeza\u2026 pero ten\u00eda demasiadas razones para dudar de ello. Ahora, por fortuna, en la cruz de\u00a0 Jes\u00fas, lo experimenta por s\u00ed mismo. Y no puede ya callarse.
            \nNo ha sido una empresa f\u00e1cil.
            \nHa tenido que quemar toda su presunci\u00f3n ante la mujer. Ha tenido que quedar mal ante sus compa\u00f1eros. Se ha visto obligado a renegar, en el grito de testigo, de todo lo que cre\u00eda saber de Dios.
            \nLe ha costado. Pero ahora nos lo puede regalar, dando a los amigos un trozo importante de su propia vida.
            \nTambi\u00e9n a\u00a0 Jes\u00fas le cost\u00f3: la cruz es el signo que hace cre\u00edble la historia del padre que echa sus brazos al cuello del hijo que vuelve a casa. Sab\u00eda que se hac\u00eda enemigos, porque pon\u00eda en crisis el poder de quien pretend\u00eda resolver las cuestiones en nombre de Dios y de los que habr\u00edan querido el ternero para com\u00e9rselo\u00a0 con los amigos, s\u00f3lo porque no se hab\u00edan movido nunca de casa.
            \nEn el fondo, en la mirada que trastorna la traici\u00f3n de Pedro y le devuelve el gozo de invocar a Dios como padre que acoge y perdona,\u00a0 Jes\u00fas nos entrega la m\u00e1s hermosa noticia sobre Dios.
            \nSer\u00eda en verdad muy triste y desconsolador constatar que los disc\u00edpulos de\u00a0 Jes\u00fas siguen hablando de Dios, ignorando la traici\u00f3n de Pedro y la mirada de Jes\u00fas.
            \n <\/p>\n

              \n
            1. Perdonado, descubre qui\u00e9n es Dios<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

              A Pedro le cost\u00f3 mucho.
              \nLa vieja y gloriosa tentaci\u00f3n de mirar a Dios a los ojos, crey\u00e9ndose casi a su altura, la ten\u00eda en la sangre. Como todos nosotros. So\u00f1amos con poder rezar tambi\u00e9n nosotros como el fariseo de la par\u00e1bola diciendo, con la cabeza bien alta: \u201cDios, te doy gracias. Has sido bueno y generoso conmigo y yo te he pagado con la misma moneda. Estamos en paz: puedo mirarte a la cara, como miro a los de mi misma raza. Pago los diezmos, hago las ofertas prescritas, observo todas las leyes. Soy bueno, gracias a Dios y a mi esfuerzo\u201d.
              \nDespu\u00e9s de la traici\u00f3n, se encontr\u00f3 en total acuerdo con el recaudador de los impuestos. Tambi\u00e9n \u00e9l, entona una oraci\u00f3n totalmente nueva, in\u00e9dita y especial respecto al modelo de sus oraciones tradicionales: \u00abSe\u00f1or, ten piedad de m\u00ed que soy un pobre pecador, lleno de problemas hasta el cuello. Si supieses cu\u00e1nto me cuesta venir a rezarte. Cada vez que pienso en ti, en la oraci\u00f3n, descubro mejor qui\u00e9n soy, cuento las traiciones que atraviesan mi vida, confronto tu bondad misericordiosa con mi existencia. Las cuenta son salen nunca… y la crisis crece.
              \n\u00bfSabes…?, alguna vez me han venido ganas de hacer esa oraci\u00f3n. As\u00ed podr\u00eda v\u00e9rmelas a solas conmigo mismo. Al final lograr\u00eda quedar tranquilo y se acab\u00f3 la crisis. A lo mejor. Pero no es bonito. No est\u00e1 bien. Y adem\u00e1s estoy seguro de que no lo lograr\u00eda. Sin ti estoy muerto.
              \nTe pido dos cosas. Para m\u00ed son important\u00edsimas. Ya s\u00e9 que no me las merezco. Pero te las pido igual.
              \nAntes de nada, te pido la gracia de seguir viniendo aqu\u00ed a rezarte… a pesar de todo. He descubierto que hace un gran bien contemplarte, aunque esto me hace sufrir. En tu rostro veo el m\u00edo. Desde lo m\u00e1s profundo te invoco. Me hace bien. Me ayuda a vivir. Orar es como so\u00f1ar en colores la propia existencia: no quiero de ning\u00fan modo perder tambi\u00e9n el derecho a so\u00f1ar.
              \nLa segunda cosa… es m\u00e1s dif\u00edcil. Depende s\u00f3lo de ti. No s\u00e9 bien las palabras: lee t\u00fa entre las l\u00edneas. Mira: intento decirte lo que deseo. T\u00f3mame as\u00ed como soy. Ac\u00f3geme, como el pobre diablo que soy, en tu abrazo. Sin ti no puedo vivir. No llego a nada. No debes pedirme que sea bueno como condici\u00f3n de tu amor. Quedar\u00eda solo, triste, desesperado. Reg\u00e1lame tu amor acogedor y ver\u00e1s que… poco a poco… algo cambiar\u00e1 en mi vida\u00bb.
              \nEstamos caminando juntos, en la dulce compa\u00f1\u00eda de los disc\u00edpulos, para descubrir y experimentar a Jes\u00fas, el Se\u00f1or de nuestra vida. Sabemos que sin \u00e9l no podemos ya vivir.
              \nEsta vez Pedro nos dice: el encuentro personal con\u00a0 Jes\u00fas nos acompa\u00f1a a penetrar el misterio de Dios. En las situaciones m\u00e1s decisivas de nuestra vida, cuando la oscuridad se hace impenetrable y la incerteza de la desesperaci\u00f3n parece envolver todo, Jes\u00fas nos revela a Dios, da sentido a la palabra \u201cpadre\u201d, arrastra la b\u00fasqueda a la invitaci\u00f3n a la fiesta de la acogida.
              \nLo hab\u00eda experimentado tambi\u00e9n Juan, que encontr\u00f3 las palabras m\u00e1s bellas para dec\u00edrnoslo: \u201cEn esto hemos conocido el amor, en el hecho de que \u00e9l ha dado su vida por nosotros; por tanto tambi\u00e9n nosotros debemos dar la vida por los hermanos. Pero si uno tiene riquezas de este mundo y, al ver a su hermano en necesidad le cierra el coraz\u00f3n, \u00bfc\u00f3mo va a permanecer en \u00e9l el amor de Dios? Hijos m\u00edos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y seg\u00fan la verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante \u00e9l pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo\u201d (1 Jn 3,16-20).
              \n <\/p>\n

              Riccardo Tonelli<\/p>\n

               
              \n 
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              Riccardo Tonelli Universidad Pontificia Salesiana, Roma   Recogemos dos materiales del profesor Tonelli que nos pueden ayudar a narrar a Jes\u00fas a los j\u00f3venes. En concreto nos presenta el encuentro de Jes\u00fas con los disc\u00edpulos de Ema\u00fas y\u00a0 el encuentro de Jes\u00fas con Pedro.   Los disc\u00edpulos de Ema\u00fas: una historia que es mi historia […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[1591,94,277],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6855"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6855"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6855\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6855"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6855"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6855"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}