{"id":6860,"date":"2012-07-01T00:00:43","date_gmt":"2012-06-30T22:00:43","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6860"},"modified":"2012-07-01T00:00:43","modified_gmt":"2012-06-30T22:00:43","slug":"lineas-pastorales-en-la-constitucion-lumen-gentium","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/lineas-pastorales-en-la-constitucion-lumen-gentium\/","title":{"rendered":"L\u00cdNEAS PASTORALES EN LA CONSTITUCI\u00d3N LUMEN GENTIUM"},"content":{"rendered":"

Santiago Madrigal, SJ<\/strong>
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl autor para llegar a las l\u00edneas pastorales destacadas en la constituci\u00f3n dogm\u00e1tica Lumen Gentium ve oportuno seguir el proceso de su redacci\u00f3n. Madrigal afirma que \u201cel car\u00e1cter pastoral del magisterio conciliar corresponde al fin pastoral que se propuso el Concilio\u201d.
\n 
\nEl 1 de diciembre de 1962, el cardenal Ottaviani present\u00f3 ante los obispos reunidos en el aula conciliar el texto o esquema Sobre la Iglesia<\/em>. El cardenal Prefecto del Santo Oficio adopt\u00f3 un tono de inequ\u00edvoca iron\u00eda sabedor de las fuertes cr\u00edticas que iba a cosechar aquel primer proyecto de la futura constituci\u00f3n Lumen gentium<\/em>: \u00abEspero escuchar las letan\u00edas habituales de los Padres conciliares: el texto no es ecum\u00e9nico, es escol\u00e1stico, no es pastoral, es negativo, y otras cosas por el estilo\u00bb<\/a>. Ottaviani conoc\u00eda de antemano la adversa opini\u00f3n en contra de aquel documento. Para entonces ya hab\u00eda hecho la amarga experiencia del rechazo del esquema Sobre las fuentes de la revelaci\u00f3n<\/em>, otro de los documentos preparados en el seno de la Comisi\u00f3n teol\u00f3gica que \u00e9l presid\u00eda. Precisamente, fue durante aquellos debates del mes de noviembre cuando aflor\u00f3 la discusi\u00f3n acerca del car\u00e1cter \u00abpastoral\u00bb del Concilio puesto en marcha por Juan XXIII, que hab\u00eda abogado por un\u00abmagisterio prevalentemente pastoral\u00bb en la alocuci\u00f3n inaugural Gaudet Mater Ecclesia<\/em> del 11 de octubre de 1962.
\n 
\nAntes de resaltar las l\u00edneas pastorales de la constituci\u00f3n dogm\u00e1tica sobre la Iglesia, Lumen gentium<\/em>, \u2014el documento central del Vaticano II\u2014, resulta oportuno esclarecer previamente qu\u00e9 significa el car\u00e1cter pastoral<\/em> de su doctrina. Para ello haremos un repaso r\u00e1pido de la historia de su redacci\u00f3n, presentando la estructura interna de este documento con sus temas principales. As\u00ed mostraremos el car\u00e1cter pastoral de Lumen gentium<\/em> en su mismo hacerse, esto es, a partir de las decisiones que determinan el esp\u00edritu de su letra.
\n <\/p>\n

    \n
  1. La gestaci\u00f3n de Lumen gentium<\/em> como n\u00facleo del \u00abConcilio pastoral\u00bb<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

     
    \nHasta ese momento ning\u00fan Concilio hab\u00eda pretendido ser primariamente pastoral. Como acabamos de indicar, el debate Sobre las fuentes de la revelaci\u00f3n<\/em> introdujo en el aula la cuesti\u00f3n: en qu\u00e9 consist\u00eda el objetivo pastoral del Concilio. As\u00ed lo entrevi\u00f3 el arzobispo de Durban, D. Hurley, que solicit\u00f3 en su intervenci\u00f3n del 19 de noviembre de 1962 una clarificaci\u00f3n del calificativo \u00abpastoral\u00bb en el objetivo y en los m\u00e9todos del Concilio
    <\/a>. Este prelado sudafricano consideraba dos corrientes en liza: por una parte, quienes identificaban el t\u00e9rmino \u00abpastoral\u00bb con la b\u00fasqueda de definiciones que salvaguarden la verdad; para otros, no se consigue ese objetivo pastoral por la definici\u00f3n de verdades, sino que ese car\u00e1cter pastoral requiere la b\u00fasqueda de una forma de expresi\u00f3n que garantice ante todo la proclamaci\u00f3n de la verdad, de modo que sus declaraciones transmitan el poder y la suavidad de la verdad, con un lenguaje anclado en la Escritura y capaz de tocar el coraz\u00f3n de creyentes y no creyentes. Aquel texto, que trataba la relaci\u00f3n entre Escritura e Iglesia, deb\u00eda superar la secular actitud anti-protestante de la Iglesia cat\u00f3lica y encarnar por su misma naturaleza el objetivo \u00abpastoral\u00bb del Concilio. Sobre este asunto Hurley volvi\u00f3 a insistir mientras se discut\u00eda el esquema Sobre la Iglesia<\/em>.
    \n 
    \n1.1 <\/strong>Perfilando el objetivo pastoral del Vaticano II<\/strong>
    \n 
    \nAquel documento constaba, en diciembre de 1962, de once cap\u00edtulos: la naturaleza de la Iglesia militante; los miembros de la Iglesia militante y su necesidad para la salvaci\u00f3n; el episcopado como grado supremo del sacramento del orden y del sacerdocio; los obispos residenciales; los estados de perfecci\u00f3n evang\u00e9lica; los laicos; el magisterio de la Iglesia; las relaciones entre la Iglesia y el Estado; la necesidad de la Iglesia para anunciar el Evangelio a todas las gentes; el ecumenismo. Tal y como Ottaviani hab\u00eda previsto, fue objeto de duras cr\u00edticas. Entre otras, las del obispo De Smedt que hizo un elenco de los defectos de aquel esquema acu\u00f1ando una memorable trilog\u00eda: triunfalismo, clericalismo y legalismo. En su intervenci\u00f3n del lunes, 3 de diciembre, Hurley uni\u00f3 su voz a las posturas cr\u00edticas que ya se hab\u00edan alzado contra el esquemaDe Ecclesia<\/em>. Y, de nuevo, en el centro de su alocuci\u00f3n estuvo la preocupaci\u00f3n por hacer del Concilio algo verdaderamente pastoral
    <\/a>.
    \n 
    \nEn realidad, aquella intervenci\u00f3n era un comentario al discurso Gaudet Mater Ecclesia<\/em> de Juan XXIII al hilo de este interrogante: \u00bfcu\u00e1l es el significado de las palabras dirigidas al Concilio el 11 de octubre? Vivimos \u2014dec\u00eda\u2014 un momento de fruct\u00edfero fermento teol\u00f3gico, caracterizado por el renovado estudio de la Escritura, por el mejor conocimiento de los documentos de los Padres y de la historia de la Iglesia, por una mayor aproximaci\u00f3n a las necesidades que afligen a nuestros contempor\u00e1neos. Por consiguiente, no es lo m\u00e1s apropiado ni lo m\u00e1s deseable constre\u00f1ir la ense\u00f1anza a las f\u00f3rmulas teol\u00f3gicas del pasado. Este inter\u00e9s es un inter\u00e9s pastoral; y \u00e9ste debe ser el inter\u00e9s supremo del Vaticano II; no es la hora de definir verdades sino de renovar la actividad pastoral de la Iglesia. Y, con la ayuda de Dios, este esfuerzo tendr\u00e1 como resultado una acrecida eficacia ecum\u00e9nica.
    \n 
    \nLa tarea pastoral consiste en proponer la verdad a las gentes de una manera tal que les predisponga a abrazarla y vivirla. Su primer requisito es la forma de presentar la doctrina, adaptando las palabras y el lenguaje, imbuido al mismo tiempo de una especie de unci\u00f3n y amor a Dios y al pr\u00f3jimo. Un segundo requisito es que la doctrina sea desarrollada como una ense\u00f1anza impregnada de ese poder capaz de responder a las cuestiones que realmente preocupan al hombre de hoy, sobre su fin \u00faltimo, sobre Dios y sobre Cristo. Es necesario acomodar la tradici\u00f3n de la Iglesia predicando conforme a las necesidades de los pueblos y de los tiempos. Pablo se atrevi\u00f3 a predicar el Evangelio en el lenguaje de los griegos. Los doctores medievales se atrevieron a expresar la fe cristiana en los conceptos y en el vocabulario escol\u00e1stico. Hablemos de una manera que el Concilio d\u00e9 un verdadero impulso a la predicaci\u00f3n del Evangelio en el mundo de hoy.
    \n 
    \nAquellos debates dedicados al esquema Sobre la Iglesia<\/em> encontraron su final el 7 de diciembre de 1962, coincidiendo con la clausura del primer per\u00edodo de sesiones. G\u00e9rard Philips, que pasa por ser el principal redactor de la futura constituci\u00f3n, recuerda en su comentario que la exposici\u00f3n era abstracta e incapaz de promover una renovaci\u00f3n de la fe: \u00abel texto se asemeja m\u00e1s a una yuxtaposici\u00f3n de puntos doctrinales que a un conjunto verdaderamente estructurado (\u2026) \u00a1Qu\u00e9 diferencia, se comenta, entre el esp\u00edritu que el Papa Juan hab\u00eda descrito en su impresionante discurso inaugural y la manera en que el documento ha sido concebido, tanto en el fondo como en la forma! Apenas si deja transparentar las preocupaciones del Papa. Todos desean una exposici\u00f3n de alcance pastoral<\/em>, pero no se est\u00e1 de acuerdo en los medios para lograrla\u00bb
    <\/a>.
    \n 
    \nEs claro que la g\u00e9nesis del documento sobre la Iglesia lleva inscrita la preocupaci\u00f3n pastoral. En realidad, ya circulaban otros proyectos alternativos al esquema, como bien sab\u00eda Ottaviani; el cardenal Suenens hab\u00eda encargado uno en octubre de 1962 al te\u00f3logo de Lovaina ya citado, G\u00e9rard Philips. Estaban en marcha otros proyectos (el texto italiano, el texto alem\u00e1n, los textos franceses y el esquema chileno). \u00bfCu\u00e1l es la raz\u00f3n \u00faltima de esa proliferaci\u00f3n y lanzamiento de esquemas alternativos sobre la Iglesia? En buena medida, el origen de esos proyectos se deb\u00eda a la necesidad de buscar un equilibrio frente al desarrollo unilateral de la teolog\u00eda del primado del Vaticano I (1870), proponiendo el oportuno contrapeso de una teolog\u00eda del episcopado. Sin embargo, no bastaba con redactar un esquema sobre las funciones del obispo y la relaci\u00f3n primado-episcopado, sino que era necesario incluir el cap\u00edtulo sobre los obispos en el marco de un esquema global De Ecclesia<\/em>. En cualquier caso, la principal alternativa era el llamado esquema Philips<\/em> que fue acogido por la Comisi\u00f3n doctrinal, el d\u00eda 6 de marzo de 1963, y sirvi\u00f3 de base para el futuro texto conciliar Lumen gentium<\/em>. Algunas precisiones sobre su estructura y sobre su evoluci\u00f3n nos ayudar\u00e1n a situar y reconocer sus n\u00facleos tem\u00e1ticos.
    \n 
    \n1.2 La historia de la redacci\u00f3n de Lumen gentium<\/em><\/strong>
    \n 
    \nEl nuevo esquema reelaborado por Philips fue presentado en el aula conciliar el 30 de septiembre de 1963, al comenzar el segundo per\u00edodo de sesiones. El documento, que hab\u00eda asumido elementos del primer esquema preparatorio, estaba distribuido en cuatro cap\u00edtulos: 1) El misterio de la Iglesia; 2) La estructura jer\u00e1rquica de la Iglesia y en particular del episcopado; 3) El pueblo de Dios y especialmente los laicos; 4) La vocaci\u00f3n universal a la santidad en la Iglesia.
    \n 
    \nSin embargo, antes del comienzo de la segunda etapa conciliar, a iniciativa del cardenal Suenens, la Comisi\u00f3n de coordinaci\u00f3n acept\u00f3 un par de cambios importantes en la articulaci\u00f3n del texto. Se trata, por un lado, de escindir el contenido del cap\u00edtulo tercero, para tratar de forma independiente, en sendos cap\u00edtulos, del pueblo de Dios y del laicado; por otro lado, el cap\u00edtulo sobre el pueblo de Dios pasaba a ocupar el segundo puesto, desplazando al cap\u00edtulo tercero el tratamiento de la constituci\u00f3n jer\u00e1rquica de la Iglesia. \u00abProceder as\u00ed \u2014escribe Suenens en sus memorias\u2014 centrar\u00eda de inmediato la Iglesia en el cristiano en cuanto bautizado y, en consecuencia, sobre lo que era com\u00fan a todos los fieles, antes de toda diversidad de funciones y vocaciones\u00bb
    <\/a>. Esta decisi\u00f3n da cuerpo a la llamada \u00abrevoluci\u00f3n copernicana\u00bb en la redacci\u00f3n de la constituci\u00f3n dogm\u00e1tica sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II. Esta reestructuraci\u00f3n ven\u00eda a poner fin a la visi\u00f3n piramidal de la Iglesia. Sin embargo, esta estructura no era a\u00fan definitiva por varias razones. En primer lugar, estaba pendiente el emplazamiento de un cap\u00edtulo sobre la Virgen Mar\u00eda; en segundo t\u00e9rmino, porque se hab\u00eda sugerido y pedido que el cap\u00edtulo sobre la santidad se desglosara en dos, de manera que uno se dedicara a la vida religiosa en especial.
    \n 
    \nEl esquema Philips, junto con las modificaciones propuestas, fue debatido en el aula desde el 30 de septiembre de 1963 hasta el 31 de octubre. Este dato habla de la centralidad que el tema de la Iglesia ha jugado en el Concilio. Por otro lado, ello depende de las directrices dadas por Pablo VI en su alocuci\u00f3n inaugural del segundo per\u00edodo de sesiones, donde marc\u00f3 al Vaticano II cuatro objetivos: la conciencia o noci\u00f3n de Iglesia, la renovaci\u00f3n, la reconstrucci\u00f3n de la unidad entre los cristianos y el di\u00e1logo de la Iglesia con el mundo contempor\u00e1neo. Una de las cuestiones m\u00e1s debatidas fue la doctrina de la colegialidad del cuerpo de los obispos como sucesores de los ap\u00f3stoles, que fue objeto de una votaci\u00f3n promovida por los moderadores y tuvo lugar, tras superar muchos obst\u00e1culos, el 30 de octubre. Al final, la mayor\u00eda de los padres se pronunci\u00f3 a favor de la colegialidad y de la sacramentalidad del episcopado.
    \n 
    \nTambi\u00e9n con una votaci\u00f3n se hab\u00eda saldado otro de los grandes debates de esta segunda etapa, que determina la articulaci\u00f3n final de Lumen gentium<\/em>, a saber: si el texto sobre la Virgen Mar\u00eda deb\u00eda constituir un esquema independiente o si deb\u00eda ser incluido como un cap\u00edtulo en el esquema sobre la Iglesia. En la votaci\u00f3n que tuvo lugar el d\u00eda 29 de octubre triunf\u00f3, por escasa mayor\u00eda, la segunda postura.
    \n 
    \nLa tercera etapa conciliar transcurri\u00f3 entre el 14 de septiembre y el 21 de noviembre de 1964. Los trabajos hab\u00edan comenzado a buen ritmo, precedidos por la primera enc\u00edclica de Pablo VI, Ecclesiam suam<\/em>, del 6 de agosto. En ella hablaba de la Iglesia hecha palabra y di\u00e1logo, estableciendo un coloquio de salvaci\u00f3n con toda la humanidad, creyentes y no creyentes. En este oto\u00f1o se sigui\u00f3 trabajando sobre la libertad religiosa, sobre la revelaci\u00f3n y sobre las otras religiones; adem\u00e1s, entr\u00f3 por vez primera en el aula el esquema sobre la Iglesia en el mundo contempor\u00e1neo, es decir, la futura constituci\u00f3n pastoral Gaudium et spes<\/em>, que sirve de complemento para trazar la idea de Iglesia del Vaticano II.
    \n 
    \nTras los debates del a\u00f1o anterior, el documento sobre la Iglesia presentaba una composici\u00f3n de seis cap\u00edtulos: 1) El misterio de la Iglesia; 2) El pueblo de Dios; 3) La jerarqu\u00eda de la Iglesia; 4) El laicado; 5) La llamada universal a la santidad; 6) Los religiosos. En septiembre de 1964 deb\u00edan ser debatidos en el aula los dos cap\u00edtulos llamados a completar la futura constituci\u00f3n Lumen gentium<\/em>: un cap\u00edtulo s\u00e9ptimo, sobre la \u00edndole escatol\u00f3gica de la Iglesia peregrinante, y el cap\u00edtulo octavo y final, sobre Mar\u00eda, la madre de Dios, en el misterio de Cristo y en el misterio de la Iglesia. Al final de la tercera etapa conciliar fue aprobada y promulgada solemnemente, el 21 de noviembre de 1964, la constituci\u00f3n sobre la Iglesia (Lumen gentium<\/em>), junto con los decretos sobre el ecumenismo y sobre las Iglesias Orientales cat\u00f3licas.
    \n 
    \nAquellas decisiones permit\u00edan conjeturar lo que en sustancia estaba llamado a ser el Vaticano II, \u00abel Concilio de la Iglesia sobre la Iglesia\u00bb: en primer t\u00e9rmino, una profunda mirada al interior de la Iglesia en s\u00ed misma, cuyo fruto es la constituci\u00f3n sobre la Iglesia; de este texto no s\u00f3lo depend\u00eda el documento sobre los obispos y el gobierno de las di\u00f3cesis, sino tambi\u00e9n los documentos dirigidos a los presb\u00edteros, a los laicos, a los religiosos, a las misiones, que se estaban revisando. En segundo lugar, el Vaticano II comportaba una mirada inquieta fuera de la Iglesia al mundo moderno, tal y como anunciaba el esperado y debatido esquema sobre la presencia de la Iglesia en el mundo de hoy, mediado a su vez por la declaraci\u00f3n sobre la libertad religiosa; finalmente, una mirada cordial a los cristianos separados que ya hab\u00eda fraguado en el decreto sobre el ecumenismo. Esta mirada naci\u00f3 de una reconsideraci\u00f3n de la relaci\u00f3n entre la Escritura y la tradici\u00f3n, que quedar\u00e1 plasmada en la constituci\u00f3n sobre la revelaci\u00f3n. El debate sobre este tema plante\u00f3 la cuesti\u00f3n sobre el car\u00e1cter pastoral de la doctrina conciliar. Una vez situada la constituci\u00f3n Lumen gentium<\/em> en la din\u00e1mica pastoral del Vaticano II, pasemos a recorrer algunos de sus n\u00facleos tem\u00e1ticos que vienen a coincidir con sus l\u00edneas pastorales.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Las l\u00edneas pastorales de la constituci\u00f3n sobre la Iglesia<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

       
      \nDe una forma general, como en todo Concilio, la aplicaci\u00f3n del principio \u00abpastoral\u00bb significa tener a la vista a los destinatarios del mensaje. En segundo t\u00e9rmino, retengamos que este adjetivo adquiri\u00f3, \u2014en la convocatoria del Concilio por parte de Juan XXIII y en la comprensi\u00f3n de los padres conciliares\u2014, un plus<\/em> de significado frente a su mero sentido habitual, esto es, de aplicaci\u00f3n y expansi\u00f3n de la doctrina de la fe. Aun cuando el paradigma de este tipo de magisterio pastoral sea la cuarta constituci\u00f3n, la constituci\u00f3n \u00abpastoral\u00bb Gaudium et spes<\/em>, sobre la Iglesia en el mundo de hoy, todos los documentos conciliares est\u00e1n penetrados por esa impronta misionera que va inscrita en la forma pastoral de su doctrina. Brevemente: el car\u00e1cter pastoral del magisterio conciliar corresponde al fin pastoral que se propuso el Concilio.
      \n 
      \nJuan Pablo II habl\u00f3 de un nuevo cap\u00edtulo en la \u00abpastoralidad\u00bb de la Iglesia haciendo esta observaci\u00f3n: \u00abUn Concilio \u201cpuramente\u201d doctrinal habr\u00eda concentrado preferentemente su atenci\u00f3n en precisar el significado de las propias verdades de la fe, mientras que un concilio pastoral, sobre la base de las verdades que proclama, recuerda o esclarece, se propone ante todo brindar un estilo de vida a los cristianos, a su modo de pensar y de actuar\u00bb
      <\/a>. En este sentido, la constituci\u00f3n sobre la Iglesia no s\u00f3lo intenta describir qu\u00e9 es la Iglesia sino que nos propone un intento de respuesta a estas cuestiones: qu\u00e9 significa vivir en la Iglesia y c\u00f3mo ser creyente y miembro de la comunidad cristiana. Sirva de orientaci\u00f3n primera la clave de lectura ofrecida por G. Philips: los cap\u00edtulos se presentan de dos en dos<\/a>. Los dos primeros cap\u00edtulos hablan del misterio de la Iglesia<\/em>, primero en su dimensi\u00f3n trascendente, luego en su forma hist\u00f3rica como pueblo de Dios<\/em>; los cap\u00edtulos tercero y cuarto describen la estructura org\u00e1nica<\/em> de la comunidad eclesial, los pastores y los seglares, jerarqu\u00eda y laicado; seguidamente, el documento plantea la misi\u00f3n santificadora<\/em> de la Iglesia, com\u00fan a todos los miembros del pueblo de Dios, dando una relevancia espec\u00edfica a la vida religiosa. El \u00faltimo d\u00edptico o pareja de cap\u00edtulos asocia el desarrollo escatol\u00f3gico<\/em> de la Iglesia con la figura de la Virgen Mar\u00eda<\/em> y su participaci\u00f3n en el misterio de Cristo y en el misterio de la Iglesia, modelo del ideal cristiano y de la Iglesia ya consumada.
      \n 
      \n2.1 El misterio de la Iglesia radicada en la Trinidad: el cristianismo como Iglesia<\/strong>
      \n 
      \nQuiz\u00e1s como nunca hoy nos sale al paso esta cuesti\u00f3n: \u00bfpor qu\u00e9 la Iglesia?, \u00bfno bastar\u00eda la relaci\u00f3n personal e inmediata del creyente con Dios? Estos interrogantes son expresi\u00f3n de la dial\u00e9ctica individuo-instituci\u00f3n y reflejo de la dif\u00edcil relaci\u00f3n entre la experiencia personal de Dios y la experiencia de una fe colectiva. Frente a este dilema se yergue ese hecho radical del \u00abcristianismo como Iglesia\u00bb, cuya necesidad se desprende de la comunicaci\u00f3n hist\u00f3rica de Dios en Jesucristo que es la esencia misma del cristianismo, de modo que la historicidad y la estructura social forman parte de la mediaci\u00f3n de la salvaci\u00f3n
      <\/a>.
      \n 
      \nLa constituci\u00f3n sobre la Iglesia se abre con un preludio trinitario (cf. LG 2-4) que desemboca en la f\u00f3rmula sint\u00e9tica de S. Cipriano: la Iglesia aparece como \u00abel pueblo reunido con la unidad del Padre, del Hijo y del Esp\u00edritu Santo\u00bb (LG 4). Cuando el Concilio intenta dar una definici\u00f3n de Iglesia nos ense\u00f1a ante todo una cosa: que el Dios uno y trino es el principio y fundamento trascendente de la historia de la salvaci\u00f3n. La preparaci\u00f3n evang\u00e9lica a Cristo, que es la plenitud de la revelaci\u00f3n, tiene su ra\u00edz en la historia de la salvaci\u00f3n narrada en los libros del Antiguo Testamento. En otras palabras: el Dios que desde el AT se acerca progresivamente al ser humano, camina codo con codo con \u00e9l y termina, en el m\u00e1ximo de su proximidad, enviando a su propio Hijo al mundo y, por el Hijo, al Esp\u00edritu de ambos, en quien esa presencia espacio-temporal del Hijo adquiere nuevas dimensiones.
      \n 
      \nLG 2-4 exhibe una estructura ternaria que hace de la Iglesia la realidad destinataria del plan del Padre y de las misiones del Hijo y del Esp\u00edritu Santo conforme a esta l\u00f3gica: el proyecto universal del Padre (LG 2), la misi\u00f3n del Hijo (LG 3), la obra santificadora del Esp\u00edritu (LG 4) fundan la Iglesia como \u00abmisterio\u00bb, es decir, como obra divina en el tiempo de los hombres. Los or\u00edgenes de la Iglesia est\u00e1n escondidos en lo m\u00e1s hondo del misterio de Dios: la Iglesia ha sido querida por Dios Padre desde la misma creaci\u00f3n del mundo; la Iglesia est\u00e1 llamada a configurarse con el Hijo Jesucristo, que \u00abinaugur\u00f3 en la tierra el reinado de Dios\u00bb, de modo que representa en medio de la humanidad doliente el espacio concreto del Se\u00f1or glorificado, es su cuerpo y es su esposa; la Iglesia es el espacio hist\u00f3rico donde acontece la obra santificadora del Esp\u00edritu Santo. Los sacramentos de la eucarist\u00eda (la comuni\u00f3n de los santos), el bautismo y la penitencia (perd\u00f3n de los pecados) son los modos eminentes en los que el Esp\u00edritu del Resucitado actualiza de forma permanente el proceso de comunicaci\u00f3n del Dios uno y trino hasta la consumaci\u00f3n de la historia (resurrecci\u00f3n de la carne y vida eterna).
      \n 
      \nLa experiencia religiosa debe ser un convencimiento personal, propio y libre, anclado en lo m\u00e1s profundo de la conciencia; pero la propia experiencia religiosa s\u00f3lo es tal en una comunidad y en una sociedad. El cristianismo es una religi\u00f3n hist\u00f3rica, vinculada de forma muy precisa a Jesucristo. He aqu\u00ed una cuesti\u00f3n clave: \u00bfde qu\u00e9 modo puede la Iglesia hacer que Jesucristo sea efectivamente contempor\u00e1neo a la libertad del ser humano individual, cuando \u00e9ste, temporal y espacialmente, se aleja cada vez m\u00e1s de \u00c9l? Dicho en positivo: la Iglesia, el cuerpo y la esposa del Se\u00f1or, est\u00e1 llamada a ser el medium<\/em> intr\u00ednseco del acontecimiento salv\u00edfico de Cristo para el hombre de todo tiempo y lugar, aqu\u00ed y ahora.
      \n 
      \n2.2 La comprensi\u00f3n sacramental de la Iglesia<\/strong>
      \n 
      \nLa idea de que la Iglesia est\u00e1 enviada a servir en misi\u00f3n (LG 17), prolongado el env\u00edo del Hijo y del Esp\u00edritu, siendo a la vez el icono del misterio de la comuni\u00f3n del Dios uno y trino, queda expresada en una f\u00f3rmula muy caracter\u00edstica: la Iglesia es el \u00absacramento universal de salvaci\u00f3n\u00bb. En el par\u00e1grafo primero de Lumen gentium<\/em> se dice que \u00abla Iglesia es, en Cristo, como un sacramento\u00bb (LG 1). Todo comienza por Cristo: \u00abLa primera palabra de la Iglesia es Cristo, y no ella misma; la Iglesia se conserva sana en la medida en que concentra en \u00c9l su atenci\u00f3n. El Concilio Vaticano II ha puesto esta concepci\u00f3n en el centro de sus consideraciones, y lo ha hecho de un modo tan grandioso, que el texto fundamental sobre la Iglesia comienza justamente con las palabras: Lumen gentium cum sit Christus<\/em>: Cristo es la luz del mundo; por eso existe un espejo de su gloria, la Iglesia, que refleja su esplendor. Si uno quiere comprender rectamente el Vaticano II, debe comenzar por esta frase inicial\u00bb
      <\/a>.
      \n 
      \nHablar de la Iglesia como sacramento es una manera de expresar la naturaleza de la Iglesia como misterio de fe, que pone en juego una serie de relaciones b\u00e1sicas inscritas en el mismo concepto de Iglesia: Cristo y la Iglesia, la salvaci\u00f3n y la Iglesia, la Iglesia y el mundo, el ser de la Iglesia y la acci\u00f3n humana. En el fondo late este dif\u00edcil interrogante: \u00bfc\u00f3mo puede ser la Iglesia de los hombres la forma de la presencia de la gracia salvadora de Dios en este mundo? Este \u00abpueblo mesi\u00e1nico\u00bb, esta \u00abpeque\u00f1a grey\u00bb, es para todo el g\u00e9nero humano signo de unidad, de esperanza y salvaci\u00f3n, \u00absacramento visible de esta unidad que nos salva\u00bb (LG 9).
      \n 
      \nAhora bien, el lenguaje de la Iglesia-misterio y de la Iglesia-sacramento no es una argucia para silenciar su dimensi\u00f3n real e hist\u00f3rica y sus mismas deficiencias. La realidad parad\u00f3jica de la santidad de la Iglesia y el pecado de los cristianos constituye un tema verdaderamente eclesiol\u00f3gico (cf. LG 8). El cap\u00edtulo VII de Lumen gentium<\/em>, que tiene de fondo la doctrina de la Iglesia pueblo de Dios peregrinante, permite situar esta doble condici\u00f3n de la santidad de la Iglesia y de la pecaminosidad de sus miembros en un horizonte escatol\u00f3gico: es la gracia victoriosa de Cristo la que coloca a la Iglesia en su peculiar situaci\u00f3n escatol\u00f3gica, por la que podemos hablar de una santidad real de la Iglesia en este mundo; su santidad imperfecta es consecuencia de su condici\u00f3n peregrina (cf. LG VII, 48). \u00c9ste es el sentido profundo de la denominaci\u00f3n Iglesia de los pecadores, Ecclesia semper reformanda<\/em>. Por la fuerza de Dios no desfallecer\u00e1 en la gracia y en la verdad divina, sino que seguir\u00e1 siendo indefectiblemente santa.
      \n 
      \n2.3 <\/strong>La Iglesia somos nosotros: sacerdocio regio y prof\u00e9tico del pueblo de Dios<\/strong>
      \n 
      \nEn una conferencia sobre \u00abLa responsabilidad del cristiano para con la Iglesia despu\u00e9s del Concilio\u00bb, pronunciada el 5 de junio de 1966, K. Rahner dec\u00eda que la intenci\u00f3n \u00faltima del Concilio era muy sencilla: un aumento en el coraz\u00f3n de los creyentes de la fe, de la esperanza y de la caridad. De ah\u00ed brota una tarea concreta para todos los cristianos que ayudar\u00e1 a romper con el acusado clericalismo existente en la Iglesia cat\u00f3lica: \u00abTenemos que apropiarnos realmente de la idea fundamental del Vaticano II y hacerla realidad hasta en los repliegues m\u00e1s profundos de nuestro sentimiento por as\u00ed decirlo, la idea de que la Iglesia somos nosotros\u00bb
      <\/a>. El te\u00f3logo jesuita invitaba a releer desde esta idea fundamental la constituci\u00f3n sobre la Iglesia: \u00abLa Iglesia es el pueblo santo de Dios, que a trav\u00e9s de las aflicciones y del desierto de este tiempo busca la vida eterna y divina; la Iglesia somos nosotros<\/em>; por eso es la Iglesia de los pecadores, la Iglesia deficiente que tiene que aprender siempre en la historia. No es s\u00f3lo el lugar objetivo de salvaci\u00f3n, que me sale al encuentro y a la cual he de hacer algunas concesiones como homenaje a la autoridad. (\u2026) En realidad no puedo esperar una Iglesia diferente de m\u00ed, que soy deficiente, pecador, un ser sediento, que a trav\u00e9s de mil vueltas y experiencias tiene que rehacer su vida una y otra vez\u00bb.
      \n 
      \nEsta serie de afirmaciones recapitulan la noci\u00f3n de Iglesia pueblo de Dios<\/em> o teolog\u00eda de la comunidad cristiana, que se edifica sobre el sacerdocio com\u00fan y el sentido de la fe de todos los cristianos (cf. LG 10-12). La Iglesia no ha de ser pensada de una forma bipartita, como si hubiera unos miembros privilegiados (sacerdotes y religiosos), que siguen un camino m\u00e1s elevado y componen una primera categor\u00eda de cristianos. Ello nace de una afirmaci\u00f3n elemental: de distintas y diversas maneras, los cristianos participan por el bautismo en la funci\u00f3n sacerdotal, prof\u00e9tica y regia de Cristo. Cada cristiano est\u00e1 llamado a su manera al amor perfecto de Dios, porque el esp\u00edritu de los consejos evang\u00e9licos, el esp\u00edritu del serm\u00f3n el monte, el esp\u00edritu de la cruz, el esp\u00edritu de la esperanza en Jesucristo resucitado son elementos esenciales a toda vida cristiana. El apostolado propio del seglar coincide con el quehacer en su vida concreta, la tarea que impone la familia, la profesi\u00f3n, las obligaciones c\u00edvicas, en medio de un mundo secularizado. As\u00ed, en el coraz\u00f3n del cap\u00edtulo segundo de la constituci\u00f3n sobre la Iglesia, se describe al conjunto de la totalidad de los fieles, como pueblo sacerdotal y prof\u00e9tico (1 Pe 2, 5-9), se\u00f1alando lo que es com\u00fan a todos en el plano de la existencia cristiana antes de cualquier distinci\u00f3n por oficio, vocaci\u00f3n o ministerio.
      \n 
      \nDesde la afirmaci\u00f3n de la \u00fanica vocaci\u00f3n cristiana, plasmada en el ejercicio de los diversos carismas, servicios y ministerios hay que considerar esas formas diversas de vivir el seguimiento de Cristo que describen los cap\u00edtulos tercero (pastores), cuarto (laicos) y sexto (religiosos) de la constituci\u00f3n sobre la Iglesia. Porque en la Iglesia hay variedad de ministerios, pero unidad de misi\u00f3n (cf. AA 2). Para ello, tambi\u00e9n el cap\u00edtulo quinto de Lumen gentium<\/em> nos ofrece un importante marco de referencia, cuando nos indica como objetivo de la Iglesia la irradiaci\u00f3n de la santidad que procede de la participaci\u00f3n en el don de la vida divina, del Padre, del Hijo y del Esp\u00edritu Santo, es decir, como la pr\u00e1ctica y el crecimiento del amor de Dios en la creaci\u00f3n y en medio de la humanidad siguiendo las huellas de Cristo.
      \n 
      \n2.4 La Iglesia local, hogar de comuni\u00f3n y misi\u00f3n<\/strong>
      \n 
      \nAnte la pregunta, \u00bfd\u00f3nde podemos experimentar realmente ese ser nosotros Iglesia?, nos sale al paso otro de los elementos fundamentales de la eclesiolog\u00eda conciliar, donde se anudan el principio del pueblo de Dios y la Iglesia comuni\u00f3n. En este sentido, el art\u00edculo 26 de Lumen gentium<\/em> presenta un compendio teol\u00f3gico sobre la Iglesia local<\/em>, como lugar de la m\u00e1xima actualizaci\u00f3n y presencia de la Iglesia<\/em>. Es la comunidad concreta que se re\u00fane en torno al altar, desde donde se anuncia el misterio pascual del Se\u00f1or y su Evangelio, a sabiendas de que debe ser una comunidad fraterna. Esa Iglesia concreta es<\/em> el pueblo santo de Dios, visible en una parroquia seguramente sencilla, nada resplandeciente, que no alcanza las caracter\u00edsticas ideales de una comunidad cristiana, pero donde un cristiano concreto puede encontrar su lugar y su responsabilidad, y sentirse en casa, como en familia: \u00abla Iglesia de Cristo est\u00e1 verdaderamente presente en todas las leg\u00edtimas comunidades locales de fieles, unidas a sus pastores\u00bb.
      \n 
      \nEl sujeto de la misi\u00f3n y de la transmisi\u00f3n de la fe es toda la Iglesia, que se manifiesta en la Iglesia local. Esta noci\u00f3n, presente en algunos pasajes decisivos del Vaticano II (LG 13; 23; 26; CD 11; AG 19-20), ha ido ganando peso en la reflexi\u00f3n y en la praxis, como hogar de comuni\u00f3n y misi\u00f3n, que queda perfectamente recogida en el decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia: \u00abPero como el pueblo de Dios vive en comunidades sobre todo diocesanas y parroquiales, y en cierto modo se hace visible en \u00e9stas, corresponde tambi\u00e9n a ellas el dar testimonio de Cristo ante las gentes\u00bb (AG 37).
      \n 
      \n2.5 La apertura ecum\u00e9nica del concepto de Iglesia<\/strong>
      \n 
      \nEl dinamismo ecum\u00e9nico ha ayudado a moldear la comprensi\u00f3n que de s\u00ed misma se ha hecho la Iglesia cat\u00f3lica. El concepto de pueblo de Dios, central en el cap\u00edtulo II de Lumen gentium<\/em>, sirvi\u00f3 de puente ecum\u00e9nico, ya que da cabida a los miembros de la Iglesia cat\u00f3lica, a los cristianos no cat\u00f3licos, incluso vislumbra la orientaci\u00f3n de la humanidad a formar parte de la \u00fanica familia de Dios (cf. LG 13.14-16). Adentrarse en el coraz\u00f3n de la problem\u00e1tica ecum\u00e9nica exige formular una pregunta ante la que los cristianos seguimos divididos: la Iglesia de nuestra fe, \u00bfse encuentra en alguna Iglesia cristiana en la actualidad?
      \n 
      \nLa constituci\u00f3n Lumen gentium<\/em> responde de esta manera: recuerda, por un lado, la existencia hist\u00f3rica de la \u00fanica y verdadera Iglesia de Cristo que \u00absubsiste en la Iglesia cat\u00f3lica gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comuni\u00f3n con \u00e9l\u00bb; por otro, reconoce que la Iglesia cat\u00f3lica comparte con los otros cristianos \u00abmuchos elementos de santificaci\u00f3n y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo\u00bb existen en las otras Iglesias y comunidades eclesiales (LG 8.15). Quiz\u00e1s la mejor interpretaci\u00f3n de este pasaje nos la ofrecen estas palabras del decreto sobre el ecumenismo: \u00abEn efecto, los que creen en Cristo y han recibido ritualmente el bautismo est\u00e1n en una cierta comuni\u00f3n, aunque no perfecta con la Iglesia cat\u00f3lica (\u2026). No obstante, justificados por la fe en el bautismo, se han incorporado a Cristo; por tanto, con todo derecho se honran con el nombre de cristianos y son reconocidos con raz\u00f3n por los hijos de la Iglesia cat\u00f3lica como hermanos en el Se\u00f1or\u00bb (UR 3).
      \n <\/p>\n

        \n
      1. A modo de conclusi\u00f3n: invitaci\u00f3n a una meditaci\u00f3n sobre la Iglesia<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

         
        \nSiguiendo la analog\u00eda de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, la Iglesia es descrita como una \u00abrealidad compleja\u00bb que a\u00fana en s\u00ed, sin confusi\u00f3n, pero sin separaci\u00f3n, un elemento divino y un elemento humano, la comunidad espiritual y la instituci\u00f3n social (cf. LG 8). Hablamos de la Iglesia instituci\u00f3n sin dejar de experimentar un cierto malestar o desaz\u00f3n. En sus an\u00e1lisis recientes de M. Kehl se\u00f1ala como un elemento caracter\u00edstico de nuestra situaci\u00f3n actual la disociaci\u00f3n casi total entre la dimensi\u00f3n teol\u00f3gica y la dimensi\u00f3n emp\u00edrica de la Iglesia. En la opini\u00f3n p\u00fablica, tanto social como eclesial, \u00abpredomina una concepci\u00f3n des-teologizada y des-espiritualizada de la Iglesia: la de \u201cIglesia oficial\u201d\u00bb
        <\/a>. Esta denominaci\u00f3n \u00abIglesia oficial\u00bb es un puro concepto socio-cultural, que sirve para describir a la Iglesia como una organizaci\u00f3n de servicios religiosos, al tiempo que desconoce radicalmente la sustancia teol\u00f3gica<\/em> de la palabra \u00abIglesia\u00bb (comunidad de los creyentes, pueblo de Dios, cuerpo de Cristo, sacramento del Esp\u00edritu). Parece urgente que los cristianos integremos el fen\u00f3meno y la realidad de la Iglesia, con sus luces y sombras, en la relaci\u00f3n creyente, esperanzada y amorosa con Dios. Es importante frente al fen\u00f3meno creciente y avasallador de \u00abcristianos sin Iglesia\u00bb, frente a una desafecci\u00f3n eclesial que se traduce en \u00edndices muy bajos de pertenencia o en una identificaci\u00f3n difusa rayana en un cristianismo post-eclesial.
        \n 
        \nEl mero hablar sobre la Iglesia o la actividad fren\u00e9tica en ella se quedan en la superficie si no alcanzan ese nivel renovador que nace de la experiencia de uni\u00f3n indisoluble entre la vocaci\u00f3n cristiana personal y la comuni\u00f3n eclesial de la fe. Un primer paso en esta direcci\u00f3n consiste en volver a mostrar esa conexi\u00f3n entre empir\u00eda<\/em> y teolog\u00eda, sin espiritualizar y mixtificar las estructuras. En ese esfuerzo de discernimiento no sobra una meditaci\u00f3n sobre la Iglesia, que bien pudiera empezar por algunos pasajes de Lumen gentium<\/em> que ofrecen el mejor resumen de cuanto acabamos de decir: \u00abEl Hijo de Dios, en la naturaleza humana unida a s\u00ed, redimi\u00f3 al hombre, venciendo la muerte con su muerte y resurrecci\u00f3n, y lo transform\u00f3 en una criatura nueva (G\u00e1 6, 15; 2 Cor 5, 17). Y a sus hermanos, congregados de entre todos los pueblos, los constituy\u00f3 m\u00edsticamente su cuerpo comunic\u00e1ndoles su Esp\u00edritu<\/em>\u00bb (cf. LG 7). Un poco m\u00e1s adelante, el texto conciliar remacha esta idea subrayando su alcance escatol\u00f3gico: \u00abCristo, despu\u00e9s de resucitar de entre los muertos, envi\u00f3 su Esp\u00edritu vivificador, y por \u00e9l hizo a su cuerpo, que es la Iglesia, sacramento universal de salvaci\u00f3n\u00bb (cf. LG 48).
        \n 
        \nNo se llega a comprender hasta el fondo el misterio de la muerte y resurrecci\u00f3n de Jesucristo, el \u00fanico mediador (1 Tim 2, 5), sin reconocer que el hecho de la Iglesia est\u00e1 integrado plenamente en el misterio de la salvaci\u00f3n. La Iglesia, comunidad de los seguidores del Mes\u00edas reunidos por el don del Esp\u00edritu en un solo cuerpo, ha nacido del misterio pascual, entrando a formar parte del acontecimiento de la salvaci\u00f3n: Cristo la am\u00f3 y se entreg\u00f3 por ella, haci\u00e9ndola santa y purific\u00e1ndola con el agua y la palabra, para que se presente ante \u00c9l sin mancha ni arruga (Ef 5, 25-27). En la Iglesia este acontecimiento se ha hecho instituci\u00f3n y, por la ley de la encarnaci\u00f3n, ella est\u00e1 destinada a traer visiblemente al mundo el don irreversible de la gracia de salvaci\u00f3n de Dios para los hombres. Por eso decimos que la Iglesia, cuerpo y esposa de Cristo, es \u00absacramento\u00bb del acontecimiento salvador de Cristo. El cristiano vive en ella y de ella.
        \n <\/p>\n

        Santiago Madrigal<\/p>\n

         
        \n
        <\/a> AS I\/4, 121.
        \n
        <\/a> AS I\/3, 198-200. Para m\u00e1s detalles, cf. S. MADRIGAL, Unas lecciones sobre el Vaticano II y su legado<\/em>, Madrid 2012, 45-60; aqu\u00ed: 53.
        \n
        <\/a> Cf. AS I\/4, 197-199.
        \n
        <\/a> G. PHILIPS, La Iglesia y su misterio en el Concilio Vaticano II<\/em>, I, Barcelona 1968, 23.
        \n
        <\/a> CARD. L. J. SUENENS, Recuerdos y esperanzas<\/em>, Valencia 2000, 144. Cf. S. MADRIGAL, Vaticano II: remembranza y actualizaci\u00f3n<\/em>, Santander 2002, 15-40.
        \n
        <\/a> K. WOJTYLA, La renovaci\u00f3n en sus fuentes. Sobre la aplicaci\u00f3n del Concilio Vaticano II<\/em>, Madrid 1982, 11. Cf. MADRIGAL, Unas lecciones sobre el Vaticano II<\/em>, o.c., 181-210.
        \n
        <\/a> Cf. PHILIPS, La Iglesia y su misterio<\/em>, o.c., 73-74.
        \n
        <\/a> K. RAHNER, Curso fundamental sobre la fe<\/em>, Barcelona 6<\/sup>2003, 375-462; esp. 397-401.
        \n
        <\/a> J. RATZINGER, \u00abLa eclesiolog\u00eda del Vaticano II\u00bb, en: Iglesia, ecumenismo y pol\u00edtica<\/em>, Madrid 1986, 7.
        \n
        <\/a> K. RAHNER, \u00abLa responsabilidad del cristiano para con la Iglesia despu\u00e9s del Concilio\u00bb, en: La gracia como libertad. Breves aportaciones teol\u00f3gicas<\/em>, Barcelona 1972, 229-246; aqu\u00ed: 237.
        \n
        <\/a> Cf. M. KEHL, \u00bfAd\u00f3nde va la Iglesia? Un diagn\u00f3stico de nuestro tiempo<\/em>, Santander 1996, 68-69; 103.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        Santiago Madrigal, SJ S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El autor para llegar a las l\u00edneas pastorales destacadas en la constituci\u00f3n dogm\u00e1tica Lumen Gentium ve oportuno seguir el proceso de su redacci\u00f3n. Madrigal afirma que \u201cel car\u00e1cter pastoral del magisterio conciliar corresponde al fin pastoral que se propuso el Concilio\u201d.   El 1 de diciembre de 1962, el […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[1593,94,1601],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6860"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6860"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6860\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6860"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6860"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6860"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}