{"id":7157,"date":"2016-03-16T18:38:41","date_gmt":"2016-03-16T16:38:41","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=7157"},"modified":"2016-03-16T18:38:41","modified_gmt":"2016-03-16T16:38:41","slug":"atencion-pastoral-a-los-jovenes-sin-empleo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/atencion-pastoral-a-los-jovenes-sin-empleo\/","title":{"rendered":"ATENCI\u00d3N PASTORAL A LOS J\u00d3VENES SIN EMPLEO"},"content":{"rendered":"

Pedro Jos\u00e9 G\u00f3mez Serrano<\/strong>
\nProfesor de la Universidad Complutense de Madrid<\/strong>
\n 
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl autor, en este art\u00edculo, constata la gravedad del desempleo juvenil, invita a los educadores a revisar algunas ideas educativas donde nos hemos podido mover en los \u00faltimos tiempos y propone claves para un acercamiento pastoral a este dif\u00edcil problema.<\/p>\n

Sin casa.<\/em><\/p>\n

Sin curro.<\/em><\/p>\n

Sin pensi\u00f3n.<\/em><\/p>\n

Sin miedo.<\/em><\/p>\n

Indignados del 15-M<\/p>\n

Danos cada d\u00eda<\/em><\/p>\n

nuestro pan cotidiano<\/em><\/p>\n

Lucas 11, 3<\/p>\n

 
\nEl d\u00eda 14 de enero de este mismo a\u00f1o 2012, acud\u00ed a Santander para impartir un curso de voluntariado en cooperaci\u00f3n internacional y me encontr\u00e9 con la sorpresa de que, entre la docena de participantes, hab\u00eda nada menos que cuatro o cinco doctores. Me impact\u00f3 profundamente que, en el coloquio final que mantuvimos, alguno de ellos expresara su decepci\u00f3n ante el hecho de que con 30 a\u00f1os estaba apurando una beca de formaci\u00f3n postdoctoral y que, debido a la crisis, no cre\u00eda que pudiera conseguir ning\u00fan empleo en su campo de especializaci\u00f3n. Con cierta amargura comparti\u00f3 con nosotros la extra\u00f1a sensaci\u00f3n que experimentaba por el hecho de que, habiendo sido el \u00fanico de su quinta que hab\u00eda salido del pueblo para estudiar en la universidad, ahora observaba c\u00f3mo sus amigos hab\u00edan podido casarse, constituir una familia, encontrado una casa y trabajar, mientras \u00e9l se enfrentaba a un horizonte incierto. Cuando sus conocidos le preguntaban por su futuro a corto plazo no pod\u00eda contestar nada en concreto y, lo que es peor, se ve\u00eda con cuarenta a\u00f1os sin saber que ser\u00eda de su vida. El resto de los j\u00f3venes asistentes al taller afirmaba estar en la misma situaci\u00f3n, despu\u00e9s de haber dedicado muchos a\u00f1os al estudio de su carrera, a aprender idiomas o a realizar viajes al extranjero para mejorar su formaci\u00f3n. Esta misma semana, un reportaje de televisi\u00f3n se\u00f1alaba que m\u00e1s de la mitad de los arquitectos egresados el pasado curso se hac\u00edan a la idea de que tendr\u00edan que trabajar fuera de nuestro pa\u00eds. Efectivamente, los ingenieros, sanitarios y otros muchos profesionales espa\u00f1oles son muy demandados fuera de nuestras fronteras.
\nEn el otro extremo del abanico social, las estad\u00edsticas de la \u00faltima Encuesta de la Poblaci\u00f3n Activa muestran tambi\u00e9n datos desoladores. La tasa de paro en Espa\u00f1a es del 22,85%, pero la juvenil asciende a casi el 50% (48,9%). Con todo hay factores que agravan ese dato general ya de por s\u00ed muy negativo: entre los m\u00e1s j\u00f3venes (de 16 a 19 a\u00f1os), entre los que tienen menor nivel de estudios y entre los que viven en ciertas regiones (como Extremadura, Canarias o Andaluc\u00eda) las tasas de desempleo son sensiblemente superiores. Por no referirnos a los inmigrantes, cuyo colectivo soporta una tasa de desempleo casi un 50% superior a la nacional[1]<\/a>. Vivo en el barrio de Pan Bendito en Madrid y conozco de primera mano los estragos que el paro est\u00e1 ocasionando en el conjunto de su poblaci\u00f3n. Si el fracaso escolar es una lacra en nuestro pa\u00eds, en los colegios de mi barrio ese fen\u00f3meno resulta masivo, con lo que el futuro de tantos ni\u00f1os y j\u00f3venes se presenta cargado de amenazas. Si la situaci\u00f3n de los j\u00f3venes m\u00e1s preparados resulta desmoralizante, la de aquellos que carecen de estudios es catastr\u00f3fica y amenaza con generar una extendida exclusi\u00f3n social en el futuro pr\u00f3ximo.
\nEn este marco, Misi\u00f3n Joven<\/em> me pidi\u00f3 que ofreciera algunas pistas para acompa\u00f1ar pastoralmente a los j\u00f3venes que sufren el desempleo. No soy especialista en el asunto, ni me dedico a esta labor pastoral, pero acog\u00ed la invitaci\u00f3n con agrado. Compartir\u00e9 algunas reflexiones muy sencillas agrupadas en cuatro apartados. En el primero, describir\u00e9 algunos rasgos del cambio en el entorno que estamos experimentando en las \u00faltimas d\u00e9cadas. En segundo lugar, me referir\u00e9 a los educadores haciendo balance de nuestra actuaci\u00f3n en este campo. En un tercer momento intentar\u00e9 esbozar algunas acciones que podr\u00edamos realizar con los j\u00f3venes que padecen una situaci\u00f3n de desempleo. En cuarto lugar, intento imaginar qu\u00e9 les dir\u00eda Jes\u00fas. Por \u00faltimo, ofrecer\u00e9 alguna conclusi\u00f3n que sit\u00fae la cuesti\u00f3n en un contexto m\u00e1s amplio.
\n <\/p>\n

    \n
  1. El cambio de contexto laboral, educativo y cultural<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    Aunque en otros art\u00edculos se analice sociol\u00f3gica y econ\u00f3micamente el entorno del desempleo juvenil con mayor detenimiento, conviene describir someramente el profundo cambio que hemos experimentado en este terreno para contextualizar adecuadamente las propuestas de los siguientes apartados.
    \nCuando yo era estudiante, la juventud era una etapa de la vida en la cual resultaba frecuente que alguien te preguntara: \u00bfqu\u00e9 vas a ser de mayor? Entonces, cada cual, indicaba -con bastante ilusi\u00f3n- lo que iba a estudiar y la profesi\u00f3n que configurar\u00eda de modo m\u00e1s claro tanto su identidad personal como el rol social \u2013y, a veces, el estatus- que iba a desempe\u00f1ar durante el resto de su vida. Hoy el adulto que temerariamente dirija tal pregunta a los m\u00e1s j\u00f3venes se encontrar\u00e1 la respuesta que sirve de t\u00edtulo a una famosa canci\u00f3n de Jarabe de palo: \u201c<\/em>Depende\u201d. Y esta posici\u00f3n relativista afecta a dos cuestiones simult\u00e1neas: el \u201cantes\u201d y el \u201cdespu\u00e9s\u201d. En primer lugar, es un hecho que la desorientaci\u00f3n afecta a muchos de nuestros j\u00f3venes hasta el punto de que la mayor\u00eda de ellos no saben que profesi\u00f3n elegir. La casualidad, la imitaci\u00f3n o las notas obtenidas anteriormente determinan opciones que no poseen un claro contenido vocacional. Mi experiencia como profesor de la Facultad de Econom\u00eda de la UCM es que, m\u00e1s de la mitad de mis alumnos, no sab\u00eda si iba a estudiar esa carrera tres meses antes de hacer el examen de Selectividad. Pero, adem\u00e1s, la mayor\u00eda de los j\u00f3venes ve su futuro cargado de incertidumbre y suponen que, estudien lo que estudien, acabar\u00e1n trabajando \u2013en el mejor de los casos- en muchas cosas distintas que, por lo general, no ser\u00e1n profesional y econ\u00f3micamente muy satisfactorias. Resulta muy llamativo el hecho de que seg\u00fan el Informe J\u00f3venes espa\u00f1oles 2010<\/em>, nos encontramos frente a la primera generaci\u00f3n de j\u00f3venes de nuestro pa\u00eds que cree que vivir\u00e1 peor que sus padres
    [2]<\/a>.
    \nPor lo que se refiere a la situaci\u00f3n del mercado de trabajo juvenil cabe destacar que su proceso de precarizaci\u00f3n viene de lejos. Ya a mediados de los a\u00f1os ochenta del siglo pasado un dirigente sindical \u2013contemplando los elevados \u00edndices de paro juvenil de la \u00e9poca- indic\u00f3 que \u201cten\u00edamos los parados con m\u00e1s t\u00edtulos de Europa\u201d. Y, durante la crisis que golpe\u00f3 a nuestra econom\u00eda a mediados de los a\u00f1os noventa, el conocido anuncio automovil\u00edstico que ten\u00eda por slogan<\/em>: \u201cJ\u00f3venes, aunque sobradamente preparados\u201d (JASP)
    [3]<\/a>, fue parafraseado por la siempre aguda imaginaci\u00f3n popular convirtiendo el lema en: \u201cJ\u00f3venes, aunque sobradamente pre-parados<\/em>\u201d. Posteriormente, pasamos a hablar de los j\u00f3venes \u201cni\u201d \u201cni\u201d (ni estudian, ni trabajan) de acuerdo con un reportaje de El Pa\u00eds[4]<\/a><\/em> que hizo fortuna rese\u00f1ando que el 54% de los j\u00f3venes espa\u00f1oles no ten\u00eda proyectos ni ilusi\u00f3n. La situaci\u00f3n actual queda fielmente retratada en las experiencias narradas al inicio del art\u00edculo.
    \nHay varios hechos que contribuyen a desmoralizar a los j\u00f3venes. Uno, naturalmente, es la escasez de empleos pero, m\u00e1s a\u00fan, la baja calidad de los mismos que se percibe en su duraci\u00f3n, tipo de actividad y remuneraci\u00f3n. No olvidemos que, a\u00fan antes de la crisis actual, m\u00e1s del 60% de los asalariados espa\u00f1oles eran \u201cmileuristas\u201d y que, tal condici\u00f3n, se daba entre los j\u00f3venes de modo predominante. Junto a ello, est\u00e1 el dato de que la inmensa mayor\u00eda de los j\u00f3venes \u2013en torno a un 90% seg\u00fan un estudio de la JOC (Juventud Obrera Cristiana) publicado hace varios a\u00f1os- obten\u00eda su primer trabajo gracias a la red de contactos personales y conocidos (sin que ello implicara, necesariamente, el fen\u00f3meno del \u201cenchufismo\u201d) y no tanto gracias a sus m\u00e9ritos personales y acad\u00e9micos. Ni que decir tiene que la extracci\u00f3n social de los j\u00f3venes condiciona decisivamente la cantidad y naturaleza de los contactos que poseen y que, en tantos casos, pueden abrir la puerta del mercado de trabajo.
    \nLa relaci\u00f3n entre preparaci\u00f3n y oportunidades de empleo \u2013argumento tantas veces utilizado por los padres y educadores para motivar el esfuerzo de los alumnos- presenta unos resultados ambiguos. Partamos del hecho de que el fracaso escolar en Espa\u00f1a es uno de los m\u00e1s altos del mundo occidental alcanzando a m\u00e1s del 31% de los estudiantes, lo que duplica la media de la Uni\u00f3n Europea
    [5]<\/a>. A ello a\u00f1adamos que quienes progresan en sus estudios no necesariamente se hacen competentes en las habilidades y conocimientos correspondientes a tales certificaciones. Con todo, lo que deseo recordar ahora es que, si bien el desempleo juvenil se hace menor conforme aumenta el nivel de estudios, no es menos cierto que casi un tercio de los titulados superiores j\u00f3venes de nuestro pa\u00eds est\u00e1n trabajando en un puesto inferior a su categor\u00eda profesional y cobrando muy por debajo de los que corresponder\u00eda normalmente a ese tipo de cualificaci\u00f3n. De tal modo que plazas que requieren poca preparaci\u00f3n son ocupadas por quienes no encuentran empleos acordes con su nivel acad\u00e9mico. Lo cual, a su vez, dificulta el acceso al trabajo a quienes poseen una baja preparaci\u00f3n que ven como, los empleos que podr\u00edan obtener, acaban adjudic\u00e1ndose a quienes tienen estudios muy superiores a los necesarios para desempe\u00f1ar esas tareas. S\u00f3lo cabe excluir de esta situaci\u00f3n a los puestos de trabajo que reclaman una formaci\u00f3n profesional de grado medio o superior: el segmento del mercado laboral en el que mejor adecuaci\u00f3n existe entre la oferta y la demanda.
    \nOtro fen\u00f3meno que parece darse en nuestro pa\u00eds en mayor medida que en otros de nuestro entorno es la baja propensi\u00f3n al emprendimiento econ\u00f3mico. En Estados Unidos y Europa Occidental existe un mayor grado de iniciativa empresarial. Esto tiene su importancia en un pa\u00eds que ha dotado de estudios superiores a buena parte de sus \u00faltimas generaciones, pero que posee una estructura productiva en la que predominan sectores como el turismo, el comercio, la hosteler\u00eda o la construcci\u00f3n que son intensivos en empleos poco cualificados. Faltan en nuestro pa\u00eds empresas innovadoras y tecnol\u00f3gicamente avanzadas a pesar de disponer de j\u00f3venes potencialmente capacitados para trabajar en ellas. De un modo cr\u00edtico y, en ocasiones, algo demag\u00f3gico los estudios subrayan la elevada propensi\u00f3n de los estudiantes espa\u00f1oles a ser funcionarios. Sin embargo, adem\u00e1s de que tal pretensi\u00f3n es perfectamente leg\u00edtima, los datos al respecto son demasiado heterog\u00e9neos como para llegar a resultados concluyentes. La misma crisis actual ha modificado esta tendencia. As\u00ed, en el a\u00f1o 2007, el 65% de los j\u00f3venes espa\u00f1oles deseaba ser funcionario, mientras que al finalizar el a\u00f1o 2010 \u2013en plena \u00e9poca de recortes del gasto p\u00fablico- ese porcentaje habr\u00eda disminuido a la mitad.
    \nQuiero terminar este apartado recordando que la combinaci\u00f3n de factores como el empleo precario, el desmesurado encarecimiento de la vivienda al que hemos asistido en la pasada d\u00e9cada y la asimilaci\u00f3n del horizonte consumista de la existencia, ha conducido a que muchos j\u00f3venes no se hayan emancipado pero s\u00ed hayan podido apuntarse a un tren de vida caracterizado por la abundancia de modos de entretenimiento y diversi\u00f3n. Lo contratos temporales y mal pagados no les permit\u00edan irse de la casa de sus padres, pero s\u00ed les posibilitaba disponer del dinero suficiente como para disfrutar de numerosas actividades de ocio. Finalmente, otro contraste a se\u00f1alar en el itinerario vital de las generaciones m\u00e1s j\u00f3venes, es el que se ha producido entre las expectativas asimiladas durante la etapa de formaci\u00f3n y las oportunidades que finalmente se han producido para convertir tales expectativas en realidad. El sorprendente acontecimiento de los indignados<\/em>, expresa con claridad ese conflicto entre preparaci\u00f3n, expectativas y oportunidades.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. Una breve llamada de atenci\u00f3n a los educadores<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      Antes de dedicar nuestra atenci\u00f3n a los j\u00f3venes desempleados me parece oportuno se\u00f1alar que la crisis actual puede ser ocasi\u00f3n de hacer cierta autocr\u00edtica respecto a la labor educativa que hemos desarrollado los adultos en las \u00faltimas d\u00e9cadas. Probablemente no hemos preparado adecuadamente a las nuevas generaciones para enfrentarse a coyunturas dif\u00edciles. No soy de los que piensan que el modelo familiar espa\u00f1ol -muy distinto al anglosaj\u00f3n, por ejemplo- haya pecado de exceso de paternalismo, impidiendo que los j\u00f3venes se independizaran tempranamente del hogar. Al contrario, personalmente valoro mucho que las familias espa\u00f1olas est\u00e9n siendo un verdadero colch\u00f3n de apoyo econ\u00f3mico y afectivo para tantos j\u00f3venes que, dese\u00e1ndolo, no pueden trabajar. Probablemente, sin ese apoyo decidido e incuestionable de las familias, el conflicto social juvenil habr\u00eda estallado ya. Con todo, creo que varios comportamientos educativos generalizados deben ser cuestionados.
      \nEn primer lugar, considero nefasta la combinaci\u00f3n de dos fen\u00f3menos: la generaci\u00f3n de unas expectativas desmesuradas en el terreno del bienestar material<\/em> y la relativa abdicaci\u00f3n de la cultura del esfuerzo<\/em>. Parece bastante claro que muchos ni\u00f1os de nuestro pa\u00eds han crecido convencidos de que pod\u00edan tener todo lo que deseaban, de modo inmediato y sin apenas esfuerzo. Esto, como es l\u00f3gico, les habitu\u00f3 a considerase con derecho a obtener un conjunto muy amplio de bienes y a disfrutar de todo tipo de experiencias gratificantes. Sin embargo, la conciencia clara de que tales bienes reclamaban un trabajo considerable no se produc\u00eda en muchos j\u00f3venes. \u201cComo un campo, por muy f\u00e9rtil que sea, no puede ser productivo si no se cultiva, as\u00ed ocurre al ser humano sin ense\u00f1anza\u201d dec\u00eda Cicer\u00f3n
      [6]<\/a> y cabr\u00eda a\u00f1adir que ese cultivo resulta humanamente costoso, aunque pueda ser, tambi\u00e9n, gratificante. Y el hecho de que la coyuntura actual obligue a los j\u00f3venes a realizar un esfuerzo formativo cada vez mayor, para alcanzar unos empleos cuyos ingresos apenas les permitir\u00e1n sobrevivir dignamente, est\u00e1 suponiendo un duro aprendizaje.
      \n 
      \nPor otra parte, son muchos los especialistas en educaci\u00f3n que consideran que, en los \u00faltimos a\u00f1os, hemos intentado promover en los ni\u00f1os y adolescentes mucho m\u00e1s los valores finalistas<\/em>, es decir, aquellos que de conseguirlos enriquecer\u00edan la vida (paz, riqueza medioambiental, progreso material, conocimiento, amistad, madurez, sensibilidad art\u00edstica, etc.) que aquellos otros, de car\u00e1cter instrumental,<\/em> que pueden hacerlos posibles: planificaci\u00f3n, paciencia, capacidad de concentraci\u00f3n, habilidades sociales, tolerancia a la frustraci\u00f3n, constancia en el trabajo, etc.
      [7]<\/a> Semejante desequilibrio pasa su factura. De hecho, para conseguir la excelencia en cualquier \u00e1mbito o la simple competencia profesional, resulta imprescindible desarrollar unos h\u00e1bitos o virtudes que no se improvisan, sino que son fruto de largos procesos. Para madurar, tan negativo resulta el super-proteccionismo, como el abandono afectivo que padecen tantos chavales.
      \nNegativos tambi\u00e9n parecen los prop\u00f3sitos educativos centrados en la competencia con los dem\u00e1s<\/em> \u2013fuertemente exaltada en la cultura actual- o el objetivo \u00fanico del \u00e9xito acad\u00e9mico<\/em>. Como se\u00f1alaba Gilles Lipovetsky: \u201cCuando se pregunta a los j\u00f3venes franceses de entre trece y diecisiete a\u00f1os acerca de lo que les han ense\u00f1ado verdaderamente sus padres, la mayor\u00eda, es decir, las tres cuartas partes, hablan de la necesidad de esforzarse en los estudios para tener una buena profesi\u00f3n. Sin embargo, el respeto de los principios morales s\u00f3lo se cita una de cada cuatro veces. Dicho de otro modo, la idea misma de educaci\u00f3n moral ha perdido gran parte de su valor, de su legitimidad profunda. \u00bfQu\u00e9 queda de ella exactamente en la actualidad? Ya no tenemos fe en el imperativo de vivir para el otro, en el ideal moral tradicional de la preferibilidad del pr\u00f3jimo\u201d
      [8]<\/a><\/em>.
      \nEsta obsesi\u00f3n por las calificaciones<\/em> que caracteriza a tantos padres y que les lleva, incluso, a hacer causa com\u00fan con sus hijos frente a los profesores cuando los resultados acad\u00e9micos no son los esperados, me resulta censurable por varios motivos. En primer lugar, porque pone el inter\u00e9s educativo en el \u00e9xito profesional, en lugar de en la configuraci\u00f3n de una personalidad completa. En segundo t\u00e9rmino, porque incita a adoptar un talante competitivo y triunfador en lugar de a asumir un estilo de vida solidario y humilde, sensible a las necesidades de los dem\u00e1s seres humanos. En tercer lugar, porque, a la postre, dirige la atenci\u00f3n de los alumnos hacia el reconocimiento externo, antes que hacia la satisfacci\u00f3n \u00edntima vinculada al privilegio del saber. Como profesor soy el primero en valorar el esfuerzo de estudiar y no se me escapa que en el mundo del trabajo hay que ser competente. Pero no quiero dejar de se\u00f1alar el peligro que supone adherirse al programa educativo que se\u00f1alaba Lipovetsky. Poner nuestras expectativas y reconocimiento fuera de nosotros, coloca nuestra autoestima en situaci\u00f3n muy vulnerable. De hecho, m\u00e1s adelante, no poder colocarse llegar\u00e1 a constituir no solo un problema econ\u00f3mico objetivo, sino un verdadero drama psicol\u00f3gico.
      \nPor \u00faltimo, querr\u00eda poner de relieve que, una cosa es tener una adecuada formaci\u00f3n profesional, y otra, muy distinta, pensar que eso autom\u00e1ticamente permitir\u00e1 encontrar un trabajo. Hoy tener estudios es condici\u00f3n necesaria, pero no suficiente, para salir del paro. Al contrario, la proliferaci\u00f3n de titulados hace que las posibilidades de encontrar una plaza dependan de un conjunto de cualidades, aptitudes y actitudes que van m\u00e1s all\u00e1 de lo acad\u00e9mico. Cualquier instituci\u00f3n \u2013tambi\u00e9n las empresas- buscan hoy, sobre todo, rasgos personales como la responsabilidad, la creatividad, el optimismo, la iniciativa, la capacidad para trabajar en equipo, la inteligencia emocional, la cordialidad, el altruismo, etc. Cualidades que hab\u00edamos postergado como poco \u201cpr\u00e1cticas\u201d se muestran ahora como fundamentales para que una empresa \u2013que al fin y al cabo es un grupo humano- funcione bien. Cualidades, por otra parte, que s\u00f3lo podr\u00e1n cultivarse si los adultos nos empe\u00f1amos en ello.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. La atenci\u00f3n pastoral a los j\u00f3venes en paro<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        No resulta nada f\u00e1cil acompa\u00f1ar a quien tiene una dificultad seria en la vida, sobre todo si uno no padece la misma situaci\u00f3n. Sin embargo, constituye una obligaci\u00f3n pastoral de primer orden. Por eso voy a proponer de modo muy escueto siete tareas que, en mi modesta opini\u00f3n, se encuentran a nuestro alcance:
        \n 
        \na) En primer lugar, debemos comprenderles<\/em> a fondo y prestarles todo nuestro apoyo an\u00edmico<\/em>. Los j\u00f3venes son una parte numerosa de las v\u00edctimas de la crisis econ\u00f3mica actual y corren el peligro de acabar atribuy\u00e9ndose la responsabilidad del fracaso laboral, asumiendo sentimientos de culpa que refuerzan el dolor primero originado por no encontrar trabajo. Hay que ayudarles a analizar la realidad para que comprendan que el problema no est\u00e1 en ellos \u2013por regla general-, sino en un cambio radical de contexto econ\u00f3mico del que no son en modo alguno responsables. Cuando yo comenc\u00e9 a ser profesor en mi departamento, pr\u00e1cticamente cualquiera que terminaba la tesis se incorporaba a la plantilla. Hoy, magn\u00edficos estudiantes tardan muchos a\u00f1os en abrirse un hueco m\u00ednimo en la docencia superior. Esta tarea contextualizadora ha de hacerse evitando, por otra parte, alimentar el victimismo<\/em> que constituye un c\u00e1ncer psicol\u00f3gico y una actitud paralizante para lograr un trabajo.
        \nb) Va siendo hora tambi\u00e9n de contribuir a cambiar el imaginario<\/em> seg\u00fan el cual todos los j\u00f3venes est\u00e1n desmotivados. Es injusto y doloroso para muchos de ellos que se esfuerzan mucho. Digamos, de entrada, que no resulta f\u00e1cil orientarse en un mundo tan plural en sus ofertas, tan cambiante en su configuraci\u00f3n y en el que el futuro resulta tan amenazante. Por eso, los j\u00f3venes necesitan personas con las que poder compartir sus b\u00fasquedas y perplejidades, no que refuercen los t\u00f3picos negativos que se corresponden con una parte del colectivo pero no, desde luego, con todos ellos. Muchos se han preparado m\u00e1s y mejor que la mayor\u00eda de sus padres y, como se\u00f1alaba antes, ahora se encuentran abocados a emigrar para poder desarrollar su profesi\u00f3n.
        \nc) Por otra parte, resulta conveniente no pararse<\/em>. El acompa\u00f1ante del joven parado ha de animarle a no \u201ctirar la toalla\u201d; a seguir en la brecha. La situaci\u00f3n de desempleo tiene que convertirse en tiempo oportuno para ampliar conocimientos y completar lagunas del curriculum<\/em>, para realizar proyectos que estaban postergados, para cultivar otras dimensiones de la vida que, quiz\u00e1, se hab\u00edan descuidado en momentos anteriores, para abrirse a nuevas experiencias vitales. En particular, es momento oportuno de proyectar en clave de servicio voluntario, los conocimientos y capacidades adquiridos en las anteriores etapas de formaci\u00f3n. Por desgracia, debido al desajuste entre oferta y demanda que hemos se\u00f1alado, muchos j\u00f3venes no van a poder trabajar \u201cen lo suyo\u201d, sino \u201cen lo que salga\u201d, al menos durante un tiempo, y el voluntariado ofrece una posibilidad de aprovechar mucho de lo aprendido. Nunca la formaci\u00f3n ha de considerarse tarea desperdiciada porque no proporcione empleo; siempre nos habr\u00e1 enriquecido.
        \nd) Me parece, as\u00ed mismo, muy necesario compartir en grupo<\/em> las situaciones de desempleo. No es bueno \u201csufrir en silencio\u201d estas dificultades que se pueden tornar obsesivas. La dimensi\u00f3n comunitaria de la fe muestra aqu\u00ed sus enormes potencialidades. En las \u201cmatem\u00e1ticas\u201d de la fraternidad cuando las alegr\u00edas se comparten, \u201cse multiplican\u201d y cuando se comparten las penas, \u201cse dividen\u201d. Mi propia experiencia comunitaria me convence del efecto muy estimulante que tiene comunicar nuestras situaciones laborales: uno se desahoga, recibe cari\u00f1o, ayuda pr\u00e1ctica, ideas creativas, etc. Muchas veces en nuestros grupos juveniles se habla de \u201ctemas\u201d y \u201cteor\u00edas\u201d abstractas, mientras la vida concreta de sus miembros pasa desapercibida, sin que reciba la iluminaci\u00f3n y el \u00e1nimo que brotan de la fe.
        \ne) La crisis actual tambi\u00e9n puede ser ocasi\u00f3n de profundizar en el componente vocacional<\/em> de nuestra profesi\u00f3n para reorientarla de acuerdo a nuestros valores m\u00e1s profundos. Muchas veces la elecci\u00f3n de un oficio se realiza sin fundamento alguno o a partir de motivos y expectativas poco s\u00f3lidos. Revisarlos a fondo cuando la situaci\u00f3n del mercado de trabajo est\u00e1 bloqueada puede ser ocasi\u00f3n de descubrir llamadas m\u00e1s profundas de Dios y de la vida. Recupera la dimensi\u00f3n vocacional del acompa\u00f1amiento en su sentido m\u00e1s genuino, discerniendo capacidades personales y necesidades sociales a satisfacer, es una necesidad pastoral del momento. Lo que implica, tambi\u00e9n, no absolutizar el trabajo como si el resto de la vida no contara. Es muy importante, pero no lo es todo.
        \nf) El paradigma pascual<\/em> de la fe cristiana consiste en saber integrar los momentos de dificultad y de cruz en la b\u00fasqueda de formas de amar y comprometerse. Por eso, la condici\u00f3n de parado deber\u00eda permitir el cultivo de una espiritualidad de la resistencia, la lucha y la fidelidad. Fortalecer la consistencia interior y el car\u00e1cter de los j\u00f3venes para que sepan enfrentarse con empuje y creatividad a las adversidades de la vida parece necesario en este momento
        [9]<\/a>. Quiz\u00e1 una educaci\u00f3n permisiva y consumista haya debilitado su personalidad. Se enfrentan a un futuro dif\u00edcil y no deben partir derrotados de antemano. Vuelvo a recordar la importancia de cultivar capacidades instrumentales que el Evangelio considera tambi\u00e9n esenciales par trabajar por el Reino de Dios.
        \ng) Incentivar la b\u00fasqueda de soluciones laborales que sean justas, creativas y solidarias<\/em>. No podemos alimentar desde la Iglesia el \u201cs\u00e1lvese quien pueda\u201d o la competencia despiadada por el escaso trabajo existente. \u00c9ste es el mayor peligro que acecha detr\u00e1s de cualquier crisis econ\u00f3mica. Por el contrario, es preciso juntarse para crear iniciativas colectivas, crear empresas, impulsar cooperativas, fomentar el autoempleo y cualquier modo de apoyo mutuo que se nos ocurra. Es el momento oportuno para exigir derechos laborales y protestar por las medidas que degradan el trabajo. \u201cCon la que est\u00e1 cayendo\u201d es la ocasi\u00f3n propicia para redescubrir las vocaciones sindical y pol\u00edtica.
        \n 
        \n <\/p>\n

          \n
        1. \u00bfQu\u00e9 les dir\u00eda Jes\u00fas hoy a estos j\u00f3venes?<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

          Resulta, naturalmente, un ejercicio de teolog\u00eda-ficci\u00f3n<\/em> imaginar lo que dir\u00eda hoy Jes\u00fas a los j\u00f3venes en paro. No obstante, a partir de unos cuantos textos evang\u00e9licos nucleares, s\u00ed podemos sospechar cuales podr\u00edan ser su actitud y sus palabras. Para aquellos j\u00f3venes creyentes que nos rodean, la lectura, la meditaci\u00f3n y la oraci\u00f3n de ciertos pasajes de los evangelios pueden ser hoy una verdadera buena noticia. Entre muchos posibles, voy a detenerme en cuatro:
          \nEl primero, expresa la empat\u00eda y comprensi\u00f3n de Jes\u00fas: \u201cVenid a mi todos los que est\u00e1is cansados y agobiados y yo os dar\u00e9 descanso\u201d<\/em> (Mt 11, 28). Creo que son muchos los j\u00f3venes que despu\u00e9s de buscar sin \u00e9xito un puesto de trabajo, tras haber dedicado muchas jornadas al estudio y ampliaci\u00f3n de sus conocimientos necesitan, en primer lugar, experimentar que no est\u00e1n afectivamente solos. Que su carga de agobio puede ser misteriosamente compartida por Jes\u00fas, que nos comprende desde dentro como un buen amigo. Que hay alguien que nos valora y ama por lo que somos y no por nuestros logros profesionales y acad\u00e9micos. Que \u00e9l comprende que es perfectamente humano sentirnos en ocasiones tristes y abatidos, especialmente si hab\u00edamos puesto mucho de nuestra parte en una meta o hemos sido tratados injustamente. Que compartir las alegr\u00edas y las tristezas, aunque sea de un modo oracional \u2013mejor a\u00fan si es de una forma compartida- tiene un efecto terap\u00e9utico y alentador.
          \nObs\u00e9rvese que la cita que estamos comentando identifica dos tipos de problemas. El que podr\u00edamos llamar \u201cobjetivo\u201d \u2013estar cansados- y el \u201csubjetivo\u201d \u2013estar agobiados- que puede llegar a ser mucho m\u00e1s grave. Efectivamente, cuando nuestros problemas no se solucionan, la angustia y el estr\u00e9s que aparecen en nosotros acaban convirti\u00e9ndose en nuestro peor enemigo. Dejamos de confiar en nuestras capacidades y posibilidades y, eso mismo, hace cada vez m\u00e1s dif\u00edcil que alcancemos el \u00e9xito. Por eso tiene una enorme importancia que podamos descansar en el Se\u00f1or. \u00c9l puede proporcionarnos una paz psicol\u00f3gica que no es f\u00e1cil encontrar en la sociedad actual, tan cargada de preocupaci\u00f3n por la competitividad y que deja en la cuneta a quienes tienen menos habilidades para salir adelante en el mercado de trabajo o son menos implacables en la persecuci\u00f3n de sus objetivos laborales.
          \nEn segundo lugar, y como complemento dial\u00e9ctico de la cita anterior, creo que Jes\u00fas les contar\u00eda la par\u00e1bola de los talentos: \u201cUn hombre que se iba al extranjero llam\u00f3 a sus siervos y les encomend\u00f3 su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual seg\u00fan su capacidad\u2026\u201d<\/em>. (Mt 25, 14-30). Esta narraci\u00f3n subraya, frente a toda tentaci\u00f3n de vaguear o de caer en la autocompasi\u00f3n, la exigencia de trabajar por el bien com\u00fan sacando partido de las cualidades que Dios nos ha dado. El texto pone de relieve que no todos tenemos las mismas cualidades y que, por consiguiente, no tenemos que compararnos con nadie sino, en todo caso, con nosotros mismos y nuestras potencialidades. El hecho de que seamos diferentes es una riqueza para la sociedad, siempre y cuando cultivemos los dones originales que nos han sido dados. Me parece que hoy andamos bastante lejos de la delicada sensibilidad religiosa del genial pintor, escultor e inventor renacentista, Leonardo da Vinci, quien -al final de sus d\u00edas y tras haber producido una ingente obra art\u00edstica y cient\u00edfica de un valor extraordinario- declaraba: \u201cHe ofendido a Dios y a la humanidad, porque mi trabajo no tuvo la calidad que deb\u00eda haber tenido\u201d
          [10]<\/a>.
          \nPero la par\u00e1bola es muy cr\u00edtica no s\u00f3lo con quienes no trabajan, sino tambi\u00e9n con quienes no se arriesgan. Tengamos en cuenta que el mundo bancario y financiero \u2013hoy como ayer- se ubica en un entorno de incertidumbre. Como he destacado anteriormente, tambi\u00e9n hoy tendr\u00edamos que rescatar las virtudes de la iniciativa, la creatividad, el conocimiento y el emprendimiento, cualidades relativamente escasas en nuestro pa\u00eds y que no necesariamente tienen que ir asociadas a actitudes como la explotaci\u00f3n o la especulaci\u00f3n, que si son socialmente negativas. No est\u00e1 de m\u00e1s comentar que el conocido como \u201cprincipio Mateo\u201d, seg\u00fan el cual \u201cal que tiene se le dar\u00e1 y al que no tiene se le quitar\u00e1\u201d (Mt 25, 29), que tanto escandaliza en una primera lectura a cualquier persona de buena voluntad, puede entenderse en una clave netamente evang\u00e9lica: la sabidur\u00eda de la vida nos ense\u00f1a que los que se emplean a fondo, invierten arriesgan y se entregan, reciben m\u00e1s de la vida que los que, con falta de generosidad, exceso de c\u00e1lculo, y tendencia a la comodidad, se reservan, adoptan la ley del m\u00ednimo esfuerzo o no realizan acciones que conlleven arriesgarse.
          \nOtra par\u00e1bola escandalosa para la mentalidad capitalista -la de los trabajadores de la vi\u00f1a- ofrece perspectivas que pueden iluminar y animar a los j\u00f3venes parados: \u201dEl Reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer sali\u00f3 a contratar jornaleros para su vi\u00f1a. Despu\u00e9s de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mand\u00f3 a la vi\u00f1a\u2026<\/em> (Mt 20, 1-16). En este magn\u00edfico relato se ponen patas arriba los presupuestos de la econom\u00eda actual y se sugieren los principios b\u00e1sicos de la Doctrina Social de la Iglesia. Deteng\u00e1monos en algunos detalles. En primer lugar se afirma que todo ser humano tiene derecho al trabajo y a un sueldo suficiente para vivir. Tengamos en cuenta que un denario equival\u00eda a lo que una familia necesitaba para subsistir una jornada. Por eso, el jornal es abonado a todos, m\u00e1s all\u00e1 de su productividad o rendimiento. Pero, por otra parte, el texto no avala a quienes no quieren trabajar y quieren \u201cvivir del cuento\u201d. De hecho, el due\u00f1o de la vi\u00f1a pregunta con tono de exigencia a los que ve a \u00faltima hora: \u201c\u00bfC\u00f3mo es que est\u00e1is ah\u00ed, el d\u00eda entero sin trabajar?\u201d y los interrogados contestan: \u201cNadie nos ha contratado\u201d. Con lo que queda clara la diferencia moral entre no buscar trabajo y no encontrarlo.
          \nY es que, lejos de pensar que vivir subvencionados es lo deseable y que los m\u00e1s \u201clistos\u201d son los que pueden vivir del esfuerzo ajeno \u2013siguiendo la humor\u00edstica sentencia \u201cvive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos\u201d-, la Biblia considera un drama no poder trabajar y no poder contribuir, por ello, al mantenimiento propio y a la creaci\u00f3n de riqueza social. A\u00fan recuerdo un d\u00eda en el que mi antiguo p\u00e1rroco, el salesiano Julio Yag\u00fce, entr\u00f3 indignado a los locales de la parroquia de San Benito, en el barrio de Pan Bendito (Carabanchel). Yo le pregunt\u00e9 por el motivo de su alteraci\u00f3n y me dijo que acababa de ver a un numeroso grupo de j\u00f3venes practicando el botell\u00f3n al mediod\u00eda. Esto, por habitual, no me parec\u00eda raz\u00f3n suficiente para su enfado, pero pronto me aclar\u00f3 su verdadera causa: hab\u00eda o\u00eddo una conversaci\u00f3n en la que un chaval de unos 18 a\u00f1os alardeaba ante sus compa\u00f1eros diciendo en tono triunfal: \u201cYa he conseguido la incapacidad\u201d. Sin comentarios.
          \nPor \u00faltimo, creo que Jes\u00fas situar\u00eda el problema de los parados en una perspectiva que sin eliminarlo, lo relativizar\u00eda a trav\u00e9s de dos principios. Primero, somos mucho m\u00e1s que nuestro trabajo remunerado. Segundo, el trabajo no lo es todo, ni siquiera lo m\u00e1s importante, en la vida. Por eso Jes\u00fas les dir\u00eda: \u201cNo and\u00e9is preocupados por vuestra vida, qu\u00e9 comer\u00e9is, ni por vuestro cuerpo, con qu\u00e9 os vestir\u00e9is. \u00bfNo vale m\u00e1s la vida que el alimento, y el cuerpo m\u00e1s que el vestido?…<\/em> (Mt 6, 25-34). Y, para no pecar de espiritualistas ilusos, bueno es constatar que el texto no dice que esas cosas carezcan de importancia. De hecho, reconoce con un sano realismo: \u201cpues ya sabe vuestro Padre celestial que ten\u00e9is necesidad de todo eso\u201d.<\/em> Con todo, la conclusi\u00f3n no deja lugar a dudas: Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os dar\u00e1n por a\u00f1adidura. As\u00ed que no os preocup\u00e9is del ma\u00f1ana: el ma\u00f1ana se preocupar\u00e1 de s\u00ed mismo. Cada d\u00eda tiene bastante con su propio af\u00e1n\u201d.<\/em>
          \nEn definitiva, lo m\u00e1s importante desde una perspectiva cristiana no es alcanzar la seguridad y bienestar econ\u00f3micos, sino poder contribuir con nuestra vida a mejorar el mundo en que vivimos a base de solidaridad y justicia. Si eso se hace desde un trabajo remunerado \u2013al que todos podemos aspirar leg\u00edtimamente-, estupendo; si tiene que hacerse desde una acci\u00f3n voluntaria \u2013que tiene la ventaja de depender s\u00f3lo de nuestra voluntad y no de otro que nos contrate-, fenomenal. Lo verdaderamente triste, el verdadero fracaso existencial, consiste en que nuestra vida permanezca est\u00e9ril por falta de entrega.
          \nY un \u00faltimo detalle cr\u00edtico. El evangelio indica que, muchas veces, el trabajo \u2013que debemos considerar un bien en s\u00ed mismo- o la preocupaci\u00f3n por conseguirlo puede acabar constituyendo un obst\u00e1culo para el seguimiento. No olvidemos que algunos de los que rechazaron asistir al convite de bodas se excusaron con este motivo: \u201cuno se fue a su labranza y otro a sus negocios\u201d (Mt. 22, 5). Tambi\u00e9n actualmente \u0093las preocupaciones del mundo y la riqueza\u201d (Mt, 13, 22) -el trabajo y sus frutos- pueden constituir un obst\u00e1culo formidable para entrar en la din\u00e1mica del Reino de Dios. Entonces como hoy, la obsesi\u00f3n con el trabajo \u2013o con prepararnos para buscarlo- puede absorber de tal manera nuestras energ\u00edas y nuestro tiempo que la dedicaci\u00f3n a construir un mundo mejor \u2013verdadera misi\u00f3n de los cristianos- quede completamente postergada. En ese sentido, no todo trabajo es un don evang\u00e9lico.
          \n 
          \n5 Para terminar: la b\u00fasqueda de alternativas sociales<\/strong>
          \nSin duda, una situaci\u00f3n como la actual requiere de todas las instancias eclesiales una actitud de empat\u00eda y apoyo hacia los j\u00f3venes, as\u00ed como una labor de servicio orientada a potenciar sus capacidades profesionales y sus energ\u00edas psicol\u00f3gicas.
          \nSin embargo, la respuesta cristiana a esta situaci\u00f3n no puede conformarse con favorecer una reacci\u00f3n adaptativa a un contexto que hemos de calificar con claridad de injusto y no deseable. Por eso, necesitamos tambi\u00e9n hoy desarrollar la fibra prof\u00e9tica de nuestra fe para denunciar la situaci\u00f3n que padecen los j\u00f3venes y para proponer reformas estructurales del mercado de trabajo que lo conviertan en verdaderamente inclusivo. No el tipo de reformas, que permitan, precisamente, explotarles m\u00e1s f\u00e1cilmente sin ofrecerles la estabilidad econ\u00f3mica que todos necesitamos y que debemos exigir por justicia.
          \nLa tarea de presentar \u201cprotestas\u201d con \u201cpropuestas\u201d que realizan movimientos especializados de la Acci\u00f3n Cat\u00f3lica como la JEC (Juventud Estudiante Cat\u00f3lica) o la JOC (Juventud Obrera Cristiana) desde hace d\u00e9cadas, puede ser un referente par muchos j\u00f3venes cristianos desempleados. El contacto directo con militantes de estos movimientos, que son tambi\u00e9n j\u00f3venes y que est\u00e1n habituados a denunciar las injusticias econ\u00f3micas y laborales desde dentro y que, al mismo tiempo, se encuentran empe\u00f1ados en buscar un modo de vivir el estudio y el trabajo desde la vocaci\u00f3n cristiana, puede ser enormemente enriquecedor para quienes no conozcan a\u00fan estas estimulantes realidades eclesiales.
          \nParticipar en la justificada protesta de los Indignados<\/em> y reflexionar sobre sus propuestas, puede ser un primer paso para transformar una situaci\u00f3n que clama al cielo. Ya va siendo hora de poner en el centro del debate pol\u00edtico cuestiones como la redistribuci\u00f3n del trabajo disponible, la b\u00fasqueda de f\u00f3rmulas m\u00e1s creativas para trabajar parcialmente, la aceptaci\u00f3n de la necesidad de tener una econom\u00eda que no crezca indefinidamente, la adopci\u00f3n de un estilo de vida m\u00e1s austero, la articulaci\u00f3n personal del voluntariado y del trabajo remunerado, la conciliaci\u00f3n de la vida familiar y laboral, las posibilidades de la econom\u00eda social, la redefinici\u00f3n del pacto social entre j\u00f3venes y mayores para hacer viable el trabajo y la pensiones, etc.
          \nEn definitiva, alguien tiene que recordar que tambi\u00e9n hoy Dios viendo la situaci\u00f3n de tantos j\u00f3venes puede decir \u201cHe visto la aflicci\u00f3n de mi pueblo\u2026\u201d (Ex 3, 7).
          \n <\/p>\n

          Pedro Jos\u00e9 G\u00f3mez<\/p>\n

           
          \n
          [1]<\/a> INE: Encuesta de la poblaci\u00f3n activa<\/em>, Cuarto trimestre de 2011. (27 de enero de 2012)
          \n
          [2]<\/a> AAVV: j\u00f3venes espa\u00f1oles 2010, <\/em>Fundaci\u00f3n SM, Madrid 2011.
          \n
          [3]<\/a> Dicho lema apareci\u00f3 en un anuncio de la campa\u00f1a publicitaria del Renault Clio dirigido especialmente a los m\u00e1s j\u00f3venes.
          \n
          [4]<\/a> BARBER\u00cdA, Jos\u00e9 Luis: \u201cGeneraci\u00f3n \u201cni\u201d \u201cni\u201d: ni estudia ni trabaja, El Pa\u00eds 22-06-2009<\/em>
          \n
          [5]<\/a> OLIVERAS, Eliseo: \u201cBruselas alerta por el alt\u00edsimo fracaso escolar espa\u00f1ol\u201d el Peri\u00f3dico. Com. <\/em>31-1-2011.
          \n
          [6]<\/a> Citado en SARMIENTO, Ram\u00f3n: \u201cLa cultura del esfuerzo\u201d, La Raz\u00f3n, <\/em>30 de enero de 2012, p.64.
          \n
          [7]<\/a> MARINA, Jos\u00e9 Antonio: La educaci\u00f3n del talento, <\/em>Biblioteca UP, Barcelona, Ariel. URBIETA, Jos\u00e9 Ram\u00f3n: Exigencia y ternura, <\/em>PPC, Madrid, 2010.
          \n
          [8]<\/a> LIPOVETSKY, Gilles: Metamorfosis de la cultura liberal<\/em>, Anagrama, Barcelona, 2003, p. 43.
          \n
          [9]<\/a> GRUHL, Monika: El arte de rehacerse: la resiliencia, <\/em>Sal Terrae, Santander, 2009.
          \n
          [10]<\/a> Citado en el diario gratuito 20 minutos,<\/em> martes 16 de mayo de 2006, p. 23.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

          Pedro Jos\u00e9 G\u00f3mez Serrano Profesor de la Universidad Complutense de Madrid   S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El autor, en este art\u00edculo, constata la gravedad del desempleo juvenil, invita a los educadores a revisar algunas ideas educativas donde nos hemos podido mover en los \u00faltimos tiempos y propone claves para un acercamiento pastoral a este dif\u00edcil problema. […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1564,94,540],"tags":[],"class_list":["post-7157","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-422","category-mision-joven-2","category-pedro-jose-gomez-serrano"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7157","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7157"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7157\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7157"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7157"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7157"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}