{"id":7182,"date":"2012-01-01T00:00:01","date_gmt":"2011-12-31T22:00:01","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=7182"},"modified":"2012-01-01T00:00:01","modified_gmt":"2011-12-31T22:00:01","slug":"narrar-hoy-a-jesus","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/narrar-hoy-a-jesus\/","title":{"rendered":"NARRAR HOY A JES\u00daS"},"content":{"rendered":"
Riccardo Tonelli, es profesor de Pastoral Juvenil en la UPS<\/strong> Riccardo Tonelli<\/p>\n Riccardo Tonelli, es profesor de Pastoral Juvenil en la UPS S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO \u201cLa centralidad del anuncio de Jes\u00fas es verdaderamente el coraz\u00f3n de todo proyecto de pastoral juvenil\u201d. As\u00ed de contundente se expresa el profesor Tonelli. El autor comienza su art\u00edculo haciendo un recorrido hist\u00f3rico sobre c\u00f3mo se ha desarrollado, en los \u00faltimos a\u00f1os, […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1560,94,277],"tags":[],"class_list":["post-7182","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-420_421","category-mision-joven-2","category-riccardo-tonelli"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7182"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7182"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7182\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7182"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7182"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7182"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\n\u201cLa centralidad del anuncio de Jes\u00fas es verdaderamente el coraz\u00f3n de todo proyecto de pastoral juvenil\u201d. As\u00ed de contundente se expresa el profesor Tonelli. El autor comienza su art\u00edculo haciendo un recorrido hist\u00f3rico sobre c\u00f3mo se ha desarrollado, en los \u00faltimos a\u00f1os, el anuncio de Jes\u00fas. Ve en esta historia una divisi\u00f3n y propone que no ver\u00edamos seguir divididos en esta disputa teol\u00f3gica. El anuncio del evangelio nace de la l\u00f3gica del servicio pleno al reino de Dios. Por \u00faltimo propone la narraci\u00f3n como un m\u00e9tdo apropiado para contar la experiencia que tengo de Jes\u00fas.
\n
\nHace algunos meses narr\u00e9 mi camino de estudio y de investigaci\u00f3n sobre los temas que conciernen a la educaci\u00f3n de los j\u00f3venes en la fe[1]<\/a>. En aquella ocasi\u00f3n record\u00e9 repetidamente proyectos, dificultades, realizaciones que afectan al anuncio expl\u00edcito de Jes\u00fas el Se\u00f1or, pero sin afrontar el tema en t\u00e9rminos directos. En este estudio concentro mi atenci\u00f3n sobre el argumento, tratando de verificar c\u00f3mo han ido las cosas estos a\u00f1os y, sobre todo, sugiriendo una modalidad expl\u00edcita para su realizaci\u00f3n.
\nComo sucede con frecuencia en los procesos en los que est\u00e1n en juego muchos factores, existen puntos bastante fijos y consolidados. Son los elementos de continuidad, los que establecen un sistema y dan una orientaci\u00f3n fundamental a todas las propuestas. Y hay, por fortuna, cambios profundos, gratos o molestos, improvisados o ponderados. Las dos perspectivas son preciosas. Las primeras ayudan a comprender y a interpretar un pensamiento que se desarrolla en una determinada estabilidad radical. Las otras aseguran la necesaria atenci\u00f3n a la vida concreta y a la acogida de los diversos est\u00edmulos que la vivencia ofrece al que sabe escuchar los hechos cotidianos. Todo esto vale tambi\u00e9n a prop\u00f3sito de la centralidad y de la calidad del anuncio de Jes\u00fas.
\nEstoy convencido de que toda propuesta nueva florece sobre la lectura cr\u00edtica del pasado; por eso antes de sugerir una propuesta m\u00eda, relato e interpreto el camino recorrido.
\n1. Mirando el camino recorrido<\/strong>
\nLa centralidad del anuncio de Jes\u00fas es verdaderamente el coraz\u00f3n y el fundamento de todo proyecto de pastoral juvenil. Lo digo con alegr\u00eda y con sentido de responsabilidad: para m\u00ed y para los muchos amigos con los que he tenido la alegr\u00eda de trabajar estos a\u00f1os.
\nY est\u00e1 claro que no puede ser de otra manera. La pastoral juvenil no es un borrador de la metodolog\u00eda pedag\u00f3gica. Si se resigna a reducirse a una colecci\u00f3n de sugerencias educativas, refinadas y situadas ideol\u00f3gicamente, se queda realmente privada de sentido y desencadena un juego de concurrencias en el que ser\u00e1 siempre perdedora por ineficacia\u2026 al menos de instrumentaciones y competencias. Por el contrario, si la pastoral juvenil se sit\u00faa como precisa y comprometida acci\u00f3n eclesial, la proclamaci\u00f3n, fuerte y decidida, del nombre de Jes\u00fas es una dimensi\u00f3n irrenunciable y calificadora[2]<\/a>.
\nLa variable es otra, correspondiente exactamente a esta fundamental. La recuerdo para llegar al nudo de esta reflexi\u00f3n.
\nEl anuncio de Jes\u00fas, en la experiencia eclesial que connota, para que sea eficaz y salv\u00edfico, debe corresponder a las exigencias de toda \u201cpalabra de hombre\u201d, porque la Palabra de Dios se ha hecho palabra de hombre para convertirse en palabra para el hombre, \u201cdel mismo modo que ya el Verbo del Eterno Padre, habiendo asumido las debilidades de la naturaleza humana, se hizo semejante al hombre\u201d. Nos lo ha ense\u00f1ado el Concilio (DV 13). Este es un dato fundamental. Es ya un punto sin vuelta atr\u00e1s para todo proyecto de pastoral[3]<\/a>.
\nEsta convicci\u00f3n ha exigido en la ra\u00edz la b\u00fasqueda de la pastoral juvenil de estos a\u00f1os. Han entrado en juego preocupaciones diferentes, con frecuencia tan exigentes que alguno ha tenido la impresi\u00f3n de que hasta ocultaba la sustancia.
\nNos hemos preocupado, por ejemplo, de la calidad del lenguaje, para no correr el riesgo de hablar otra lengua, respecto a la normal de los j\u00f3venes en la vida cotidiana. Y as\u00ed la seguridad de un determinado lenguaje teol\u00f3gico se ha adaptado en la b\u00fasqueda de modalidades expresivas m\u00e1s actuales. Mirando el proceso con la distancia hoy obligada, no cuesta nada descubrir los l\u00edmites y los riesgos de la operaci\u00f3n. Basta pensar en aquellas transfiguraciones del rostro de Jes\u00fas, que ocuparon el terreno pastoral al final de los a\u00f1os setenta, bajo la ola del rechazo juvenil. Pienso, por ejemplo, en los pasquines que presentaban a Jes\u00fas como un \u201cbuscado\u201d, porque un\u00eda en s\u00ed las caracter\u00edsticas de un joven contestatario, o a aquellas celebraciones eucar\u00edsticas que se parec\u00edan sobre todo a asambleas pol\u00edticas program\u00e1ticas\u2026
\nTambi\u00e9n la preocupaci\u00f3n relativa a la relaci\u00f3n entre expectativas y propuestas acapar\u00f3 tiempo y recursos.
\nVen\u00edamos de una experiencia, pastoral y pedag\u00f3gica, que daba el derecho a la palabra al que pod\u00eda pretender que aprobaba lo que hab\u00eda que decir, sin compromisos y resignados silencios. En estos modelos, el anuncio de Jes\u00fas era el punto de partida, fuerte y obligado. El inter\u00e9s hacia el que escuchaba quedaba en el plano metodol\u00f3gico… y todo el esfuerzo se dirig\u00eda a la invenci\u00f3n de estrategias adecuadas. Y si los resultados eran decepcionantes, nadie juzgaba falso el proceso, sino que se contentaba con echar la culpa al distra\u00eddo.
\nLos profundos cambios culturales dados hace algunas d\u00e9cadas animaron a cambiar de perspectiva. La preocupaci\u00f3n por hacer crecer las expectativas, madurar los interrogantes, despertar la atenci\u00f3n\u2026 como primer paso metodol\u00f3gico irrenunciable, dict\u00f3 un calendario pr\u00e1ctico diferente del cl\u00e1sico. De la propuesta hemos pasado al pesado trabajo de educaci\u00f3n de la vida cotidiana, para convertirla en lugar de interrogantes, pasando del coraje de proponer sin medias tintas al esfuerzo de hacer que los j\u00f3venes atendiesen y se interesasen por la propuesta.
\nEste modo de actuar produjo notables ventajas. Pero no faltaron ni riesgos ni limitaciones: los tiempos prolongados\u2026 que daban la impresi\u00f3n de que no se iba a llegar a la conclusi\u00f3n, y el traslado de la atenci\u00f3n del contenido al m\u00e9todo, de la objetividad a la subjetividad. Para justificar estas y parecidas dificultades\u2026 inventamos todas las salidas, desencadenando a veces actitudes de excesiva reserva por parte de los que ve\u00edan con claridad los riesgos de la opci\u00f3n.
\nNo me preocupa constatar de qu\u00e9 parte estaba la raz\u00f3n. Me desagrada comprobar cu\u00e1ntas energ\u00edas se han perdido para levantar barreras en defensa de las propias posturas.
\nEntre los hechos que se deben rese\u00f1ar para hacer la cr\u00f3nica de c\u00f3mo debi\u00f3 afrontar la pastoral juvenil en el posconcilio las exigencias del anuncio de Jes\u00fas, no puedo olvidar la mirada, entre perpleja y cr\u00edtica, con la que muchos miraron a los\u2026 anunciadores a ultranza, a los que, convencidos de la eficacia de la palabra, realizaban experiencias y comunicaciones seguras, seductoras, m\u00e1s dirigidas a crear dependencia que conciencia. Ten\u00edamos la impresi\u00f3n de que el nombre de Jes\u00fas serv\u00eda demasiado a cubrir a la persona del anunciador, en vez de descentrar verdaderamente hacia \u00e9l, el \u00fanico Se\u00f1or, que busca disc\u00edpulos conscientes y decididos. Alguna vez nos ha sucedido comparar espont\u00e1neamente el ritmo, lento y ponderado, que prefer\u00edamos, a este fanatismo de otras estilos.
\nEn estos \u00faltimos a\u00f1os, como resultado precioso de un crecimiento teol\u00f3gico de sensibilidad, se ha consolidado otra interesante preocupaci\u00f3n.
\nEl anuncio de Jes\u00fas no puede reducirse a palabras, m\u00e1s o menos elaboradas y sabias. La l\u00f3gica evang\u00e9lica se presenta claramente distinta, la del \u201cven y ver\u00e1s\u201d, es decir, la comunicaci\u00f3n de experiencias capaces de anticipar en lo peque\u00f1o y en lo cotidiano los acontecimientos de futuro hacia los que estamos vertidos en activa expectaci\u00f3n.
\nLa palabra m\u00e1s elocuente sobre Jes\u00fas la constituyen los hechos de novedad de vida, vividos y producidos en su nombre. Las palabras, siempre necesarias, suenan como aut\u00e9nticas s\u00f3lo cuando son interpretaci\u00f3n de vivencias. Conscientes de esta exigencia, ha despuntado el temor de caer en el juego de las palabras, contraponiendo eventualmente palabras de un cierto estilo a otras\u2026 olvidando que las palabras no pueden determinar nunca una decisi\u00f3n de vida. Pero los hechos que, como disc\u00edpulos de Jes\u00fas logr\u00e1bamos producir\u2026 eran pocos, escasos, poco prof\u00e9ticos en la realidad. Y as\u00ed se abri\u00f3 el camino hacia el silencio y una cierta resignaci\u00f3n que encontraba buenas justificaciones, en algunos refinados y seductores modelos teol\u00f3gicos.
\n\u00bfPero podemos escoger el camino del silencio en un momento en el que todos gritan\u2026 sobre todo los que ser\u00eda mucho mejor que aprendiesen a callar?
\nReflexionando sobre el camino recorrido, es f\u00e1cil constatar lo que, en la comunidad eclesial, hemos ganado de esas tensiones. Nos hemos hecho m\u00e1s maduros y conscientes. Nos hemos dado cuenta de que el anuncio del Evangelio debe resonar siempre como \u201cuna buena noticia\u201d para la vida concreta de las personas. No puede imaginarse, por tanto, como algo que debe volcarse a toda costa sobre la libertad y la responsabilidad de las personas. El tiempo perdido se ha pagado, sin embargo, a alto precio: nuestro silencio ha permitido a muchas personas sugerir proyectos y razones de sentido, que no nac\u00edan del amor concreto y gratuito hacia nuestros hermanos. Y, en todos los casos, la desesperaci\u00f3n se ha consolidado sobre nuestro silencio. Tambi\u00e9n el juego de nuevos adjetivos, demasiado f\u00e1cil, con el que se recalificaba el tema de la Evangelizaci\u00f3n, no ha servido para devolver el coraje y la fantas\u00eda a los disc\u00edpulos de Jes\u00fas y, por consiguiente, no ha parado la ola arrolladora de la crisis de sentido y de la muerte por falta de esperanza.
\nHoy deber\u00edamos estar todos convencidos de que no podemos ya seguir dividi\u00e9ndonos sobre esta cuesti\u00f3n te\u00f3rica. Se nos pide que reafirmemos la urgencia de ser testigos denodados del nombre de Jes\u00fas, para permitir a todos estar llenos de vida y de esperanza.
\n2. Para interpretar los hechos<\/strong>
\nHe relatado alguna etapa de un camino hecho, con alegr\u00eda y esfuerzo, por muchos de nosotros, por una raz\u00f3n que me gustar\u00eda mucho poner en claro. Si se comprende y comparte bien puede ayudarnos de verdad para ir hacia adelante, tambi\u00e9n de un modo nuevo.
\nS\u00e9 que estoy diciendo cosas conocidas por los del oficio. Pero deben recordarse para entendernos bien y motivar adecuadamente las decisiones sucesivas.
\nEn las l\u00edneas de tendencia que acabo de se\u00f1alar, es f\u00e1cil descubrir una constante, preciosa.
\nPor una parte est\u00e1 fuera de discusi\u00f3n la urgencia de anunciar el nombre de Jes\u00fas, sin incertidumbres y sin medias tintas, para asegurar el encuentro y la experiencia personal con \u00e9l. Esto es lo que cuenta. El anuncio de su nombre es la condici\u00f3n parar poder asegurar el encuentro.
\nDe esto estoy seguro de que est\u00e1n todos convencidos\u2026 tambi\u00e9n los que han intentado las experiencias m\u00e1s extra\u00f1as e innovadoras. Recordar la necesidad de centrar cualquier pastoral juvenil en el anuncio de Jes\u00fas es declarar la urgencia m\u00e1s inquietante y compartida. Se lo agradecemos todo el que lo recuerda\u2026 si acepta partir de la hip\u00f3tesis de que no se trata de hacer un gesto que estaba descuidado\u2026 sino tal vez realizarlo mejor, con mayor autenticidad y audacia.
\nEn este nivel se sit\u00faa la segunda indicaci\u00f3n que la lectura de la vivencia pastoral de estos a\u00f1os del posconcilio nos puede ofrecer.
\nEl anuncio de Jes\u00fas se ha realizado estos a\u00f1os con modalidades claramente muy diferentes. Lo confirma un r\u00e1pido repaso de las l\u00edneas anteriores. La diversidad era, en el fondo, de m\u00e9todo. Pesaba tanto la atenci\u00f3n a exigencias metodol\u00f3gicas y comunicativas, que se pon\u00eda de manifiesto con frecuencia hasta una diversidad de contenidos. Y esto, evidentemente desencadenaba problemas y conflictos.
\nSi volvemos imparcialmente a estas diferentes perspectivas, descubrimos que la diversidad no nac\u00eda de la sustancia del hecho evang\u00e9lico. Habr\u00eda sido incorrecto y delet\u00e9reo. No necesitamos predicar a un hombre m\u00e1s inteligente que los dem\u00e1s o a un revolucionario m\u00e1s refinado. Quien lo ha hecho ha traicionado su misi\u00f3n y ha privado a sus interlocutores del fundamento de una esperanza que sabe ir m\u00e1s all\u00e1 de toda esperanza.
\nLa diversidad nac\u00eda de la atenci\u00f3n a los problemas del contexto, cultural y social, y del modo de interpretar las expectativas m\u00e1s profundas de los destinatarios de la Evangelizaci\u00f3n[4]<\/a>.
\nNo se trata de algo balad\u00ed. Al contrario, sobre esta referencia se mide la calidad del la acci\u00f3n pastoral. En esta fidelidad din\u00e1mica a los destinatarios y al contexto la pastoral despliega su misi\u00f3n espec\u00edfica.
\nLa teolog\u00eda nos entrega el acontecimiento que debemos servir y nos pide que lo convirtamos para todos en una bonita noticia que salva y da esperanza. La labor de realizar esta tarea, en el aqu\u00ed y ahora concretos, compete a quien vive la praxis pastoral cotidiana. La teolog\u00eda ayuda a verificar la fidelidad\u2026 pero no puede de ning\u00fan modo realizar su cometido, confrontando un dato \u201cobjetivo\u201d, puesto a seguro, lejos de la mezcolanza de las interpretaciones con lo que se ofrece, se experimenta, se vive en la experiencia eclesial cotidiana. La teolog\u00eda no es la maestra que corrige los deberes del escolar \u201cpastoral\u201d\u2026 Y cuando se ha hecho, las tensiones se han multiplicado por mil, a expensas de la experiencia eclesial misma.
\nLa diversidad en los modelos concretos de Evangelizaci\u00f3n nace del modo de asegurar la calidad y la eficacia de \u201cpalabra de hombre\u201d a la palabra de Dios para que sea siempre palabra para el hombre.
\nLos criterios de esta operaci\u00f3n se vuelcan sobre la pastoral juvenil desde la cultura dominante y desde la b\u00fasqueda de alternativas eficaces para su trasformaci\u00f3n.
\nEl que lee el camino recorrido en estos a\u00f1os del postconcilio \u2013 es decir, desde que esta sensibilidad se ha convertido en patrimonio irrenunciable de la pastoral \u2013 advierte f\u00e1cilmente qu\u00e9 ha cambiado y las razones que justifican los cambios[5]<\/a>.
\n3. \u00bfY hoy?<\/strong>
\nDe muchas partes llegan invitaciones para encontrar la alegr\u00eda y la responsabilidad de una Evangelizaci\u00f3n expl\u00edcita y decidida. Son sin duda un don precioso y estimulante para todos para sustentar y animar. Nos ayudan a relanzar una tarea irrenunciable para todo proyecto serio de pastoral juvenil. \u00bfC\u00f3mo realizar hoy este anuncio frente a la sensibilidad cultural actual?
\nLa pregunta, comprendida bien, es la de siempre: \u00bfc\u00f3mo hacer resonar hoy el Evangelio de Jes\u00fas, para devolverle la fuerza de buena noticia para la esperanza? Lo es siempre y de hecho. Pero se nos invita a pensar y a experimentar algo nuevo, continuamente, para que lo pueda ser en concreto y con las personas concretas con las que dialogamos[6]<\/a>.
\nFormulo mi propuesta con tres pasos sucesivos que hay que realizar de modo integrado.
\nComo gesto de amor: concreto y transformante<\/strong>
\nLos \u201cHechos de los Ap\u00f3stoles\u201d (cap. 3 y 4) narran lo que hizo Pedro cuando encontr\u00f3 la mano tendida de un pobre paral\u00edtico en la Puerta Hermosa del Templo y su defensa ante el Sanedr\u00edn, cuando se le acus\u00f3 de lo que hab\u00eda hecho, sobre todo por las consecuencias (perturbaci\u00f3n del orden p\u00fablico). Declara, sin titubeos, que el cojo camina porque todos saben que Jes\u00fas es el \u00fanico nombre en el que es posible tener la vida. Lo proclama ante los que lo hab\u00edan matado en el nombre de Dios, recordando que Dios lo ha resucitado, para mostrar con los hechos d\u00f3nde se sit\u00faa su proyecto.
\nAl cojo que pide limosna, Pedro le habla de Jes\u00fas. Y el cojo se cura. Pedro no le da las pocas moneditas que el cojo esperaba mientras llegaba la noche. Le da mucho m\u00e1s: el encuentro con Jes\u00fas y la curaci\u00f3n. El cojo qued\u00f3 felic\u00edsimo. En el encuentro con Jes\u00fas, anunciado por Pedro, cambi\u00f3 su vida. Ni \u00e9l ni Pedro quedaron aprisionados en la estrecha red de demanda y respuesta.
\nMeditando la experiencia de Pedro, lanzo una convicci\u00f3n, que justifica pasi\u00f3n y entrega: el anuncio de Jes\u00fas es el gran gesto de amor que podemos hacer en favor de nuestros amigos, para devolverles la fe, consolidar la esperanza, invitar a una responsabilidad radical por el reino de Dios. No puede convertirse nunca en un proceso de proselitismo ni en algo que se parezca a la necesidad de manifestar los m\u00e9ritos del equipo del que somos seguidores. Es siempre y s\u00f3lo un gesto de amor, totalmente gratuito y radicalmente descentrado hacia los dem\u00e1s.
\nEste me parece hoy el punto de perspectiva por descubrir, profundizar y relanzar.
\nEl anuncio de Jes\u00fas, como gesto de amor, c\u00e1lido y apasionado en relaci\u00f3n con las personas, no nace ni del requerimiento del interlocutor ni de nuestro deseo apost\u00f3lico. Nace de las l\u00f3gicas del servicio pleno y total, para toda persona en el misterio de su existencia, y para la historia personal y colectiva de todos, en la perspectiva del proyecto que Jes\u00fas ha llamado el \u201creino de Dios\u201d.
\nDesde esta visi\u00f3n global cambian ritmos y tiempos. No puede haber ya un \u2018momento primero\u2019, que prepara, y un \u201cmomento final\u201d que realiza. El amor tiene l\u00f3gicas totalmente diferentes. Est\u00e1 descentrado hacia el otro. Pero mide la calidad de su servicio sobre el bien objetivo de la persona amada. No se detiene porque se le rechaza. Y mucho menos se acondiciona para hacerse m\u00e1s aceptable. Arrastra a quien ama para permitirle crecer en plenitud y autenticidad: como una madre que le quita de las manos al hijo al que ama un juego peligroso\u2026 aunque llore y grite, porque se lo impone el amor concreto que le tiene.
\nQuerer mucho a una persona significa querer profundamente su bien, permitir a una persona que descubra que la profunda espera de sentido que atraviesa su existencia necesita encontrar respuestas. No podemos seguir desplazando el tiempo del encuentro con estas respuestas y no podemos, por ninguna raz\u00f3n, despedir desencantadas esas expectativas. Por eso, precisamente a partir del amor que cada uno de nosotros tiene a los hermanos con los que tiene la alegr\u00eda de encontrarse, descubrimos que no podemos resignarnos a no hablar de Jes\u00fas. El silencio, en este caso, se convertir\u00eda en una decisi\u00f3n que traiciona al amor.
\nEl amor pide ayudar a cada persona a que se haga cada vez m\u00e1s se\u00f1or de su propia vida. Pero somos se\u00f1ores de nuestra vida s\u00f3lo cuando logramos experimentar su sentido tambi\u00e9n en el momento en el que sucesos tr\u00e1gicos parecen entregarnos al no-sentido. Somos se\u00f1ores de nuestra vida si somos capaces de situarla en un proyecto m\u00e1s grande que mira tambi\u00e9n al futuro de nuestra existencia: logramos encontrar una raz\u00f3n feliz tambi\u00e9n frente al dolor y a la muerte, descubrimos que somos plenamente nosotros mismos s\u00f3lo cuando logramos morir, como el grano de trigo, para que todos tengan la alegr\u00eda de cosechar el pan crecido en el terreno de mi peque\u00f1o servicio.
\nHablamos de Jes\u00fas no s\u00f3lo porque lo consideramos un amigo importante del que sentimos la alegr\u00eda de regalar a todos la misma amistad… hablamos de Jes\u00fas y querr\u00edamos que todos lo pudiesen encontrar en el coraz\u00f3n de su existencia, porque s\u00f3lo en \u00e9l podemos descubrir que, a pesar de todo, somos y seguimos siendo se\u00f1ores de nuestra vida. Verdaderamente el nombre de Jes\u00fas es el regalo m\u00e1s grande que podemos hacer a todos, para devolverles a todos la alegr\u00eda de vivir y la libertad de esperar.
\nLa comunidad eclesial no se resigna si a las personas con las que compartimos la vida cotidiana el nombre de Jes\u00fas no les interesa. No se resigna si ante el anuncio quedan indiferentes, preocupadas por muchas otras cosas. Est\u00e1 cerca de ellas, las inquieta e interpela, porque s\u00f3lo cuando han encontrado a Jes\u00fas, pueden quedar verdaderamente en esa alegr\u00eda y en esa esperanza que van buscando, por desgracia muchas veces como el sediento que busca un sorbo de agua entre las piedras y el barro de los pozos secos.
\nDesde la perspectiva del amor desde la que se hace el anuncio, podemos pensar verdaderamente en todo el proceso. Estoy convencido de que una grande y comprometida tarea se nos ha entregado en el plano de los contenidos teol\u00f3gicos y de los modelos de comunicaci\u00f3n.
\nHago s\u00f3lo dos sugerencias. Con frecuencia, por desgracia, muchos problemas nacen precisamente de una estructura mental de la que me cuesta mucho desprenderme.
\nTe narro la experiencia que he tenido de Jes\u00fas<\/strong>
\nEl que est\u00e1 llamado a comentar un episodio de la historia o que ense\u00f1a a otros un teorema de geometr\u00eda, debe atenerse a los hechos y los debe presentar con claridad y objetividad. Cumple su deber de comunicaci\u00f3n cuando dice correctamente las cosas que debe decir. No se le piden entusiasmo ni su implicaci\u00f3n apasionada; hasta pueden resultar negativos cuando corren el riesgo de trastornarlo al falsear los datos del hecho.
\nEsto no basta para quien narra la historia de Jes\u00fas por la salvaci\u00f3n.
\nLa comunicaci\u00f3n es aut\u00e9ntica cuando es capaz de suscitar, con el mismo acto de comunicaci\u00f3n, \u00abun entretejido de experiencias\u00bb.
\nPara entendernos bien, vuelvo a la comparaci\u00f3n que acabo de hacer, introduciendo la distinci\u00f3n entre Evangelizaci\u00f3n y descripci\u00f3n.
\nLa descripci\u00f3n presenta realidades existentes (lugares, paisajes, personajes, informaciones), lejanas o desconocidas; las arranca, de alg\u00fan modo, de su tiempo natural y de su espacio l\u00f3gico, para ponerlas \u00abdelante\u00bb de alguno. Para hacer esto da informaciones, desata la capacidad imaginativa, privilegia ciertos detalles, asegura el \u00abespect\u00e1culo\u00bb.
\nBasta pensar en un reportaje televisivo, en las p\u00e1ginas de una buena novela, en los juegos de palabras que llevan lejos, hasta meter a la persona \u00abdentro\u00bb de los hechos descritos. En el calor confortable de nuestra casa o hundidos en una c\u00f3moda poltrona, nos sentimos en primera fila admirando aventuras lejanas, sucesos alegres o tristes que, en el fondo, arrastran s\u00f3lo nuestra fanta\u00ads\u00eda y satisfacen nuestra curiosidad.
\nLas cosas descritas no nos afectan: quedamos fuera del rayo mor\u00adt\u00edfero de las armas de guerra o nos zambullimos s\u00f3lo con el deseo en las aguas transparentes de mares prohibidos a nuestras posibilidades concretas.
\nLa Evangelizaci\u00f3n recorre caminos de comunicaci\u00f3n muy diferentes.
\nLos acontecimientos que ella presenta se hunden en un tiempo lejano; pero se hacen, mientras se comunican, cercanos y contempor\u00e1neos a quien habla y a quien escucha. La contemporaneidad y la cercan\u00eda no la aseguran ni la abundancia de detalles descriptivos ni la vivacidad espectacular con que se ritualizan. La asegura, en cambio, el hecho de que se est\u00e1 hablando con\u00adcretamente de las historias vitales del evangelizador y de los in\u00adterlocutores, en el relato de una historia lejana en el tiempo y tan presente que se convierte en un parte de nuestra existencia.
\nEl que cuenta la historia feliz de Jes\u00fas que multiplica el pan para atender al hambre de los que le hab\u00edan seguido olvidando todo, no hace vivo y actual el relato porque logra describir bien la hierba fresca de primavera y las dulces colinas que se deslizan hacia el lago de Genesaret. Lo hace actual porque logra hacer coin\u00adcidir el hambre de los amigos de Jes\u00fas con nuestra hambre cotidiana y porque solicita de cada uno que se defina a prop\u00f3sito de la provocaci\u00f3n in\u00adquietante de quien ha saciado el hambre en s\u00ed y en los dem\u00e1s, porque ha decidido arriesgarse en el reparto de los pocos panes que se hab\u00eda llevado como provisi\u00f3n. Es una historia nuestra esa que se cuenta; entre el gent\u00edo nos hemos encontrado tambi\u00e9n nosotros, divididos entre la b\u00fasqueda afanosa de poseer y el deseo sincero de repartir todo.
\nCuando se nos cuenta que aquel hombre ego\u00edsta sacrific\u00f3 la \u00fanica oveja del vecino para preparar un banquete de fiesta a un hu\u00e9sped lisonjeado, siendo as\u00ed que \u00e9l ten\u00eda m\u00e1s de cien ovejas, nos sentimos involucrados personalmente como si se tratase de una injusticia contra nosotros. Contamos esta historia de abusos y de arrepentimientos no para hace vivir una p\u00e1gina famosa de la historia del pueblo hebreo. No nos interesa si las cosas fueron de verdad de ese modo o si Nat\u00e1n se invent\u00f3 todo para provocar mejor una crisis en David. Como le sucedi\u00f3 a David, nos damos cuenta de que en ese relato del profeta hay una p\u00e1gina de nuestra vida, ya que hemos sustra\u00eddo muchas ovejas al afecto y al hambre de los pobres, a lo mejor con la intenci\u00f3n de organizar mejor la fiesta.
\nTodo esto transforma el anuncio de Jes\u00fas en una experiencia, capaz de suscitar nuevas experiencias: el acontecimiento de Dios que se hace cercano a cada uno de nosotros, para nuestra vida y nuestra esperanza, las expectativas y las experiencias de las personas a las que se ofrece el relato, la experiencia, vivida y sufrida, del que encuentra la alegr\u00eda y el denuedo de compartir lo que ha experimentado en el encuentro salv\u00edfico.
\nEstos tres datos, de peso y de significado tan diverso, se convierten en una palabra \u00fanica, porque la autenticidad y verdad de cada ele\u00admento necesita a los dem\u00e1s, en un juego de relaciones rec\u00edprocas.
\nEl que quiere servir a la vida y consolidar la esperanza no puede reducir su propuesta a fragmentos de la propia existencia. Nadie puede dar la vida plena: ni a s\u00ed mismo ni a los dem\u00e1s. Dolor, incertidumbre y muerte amenazan continuamente toda pretensi\u00f3n de autosuficiencia. Necesitamos ofrecer una referencia m\u00e1s alta y segura, la del \u00fanico nombre en el que podemos tener todos la vida.
\nEl evangelizador repasa, pues, a los testigos de su fe eclesial: las p\u00e1ginas de la Escritura, las historias de los grandes creyentes, los documentos de la vida de la Iglesia, la conciencia actual de la comunidad eclesial en torno a los problemas fundamentales de la existencia diaria. En este primer elemento, propone, con valent\u00eda y firmeza, las exigencias objetivos de la vida, alcanzada por parte de la verdad ofrecida. Creer en la vida, servirla para que nazca contra toda situaci\u00f3n de muerte, no puede de ning\u00fan modo significar diluir las exigencias m\u00e1s radicales ni tampoco dejar campo a la desbandada de la b\u00fasqueda sin horizontes y de la pura subjetividad.
\nEl evangelizador no logra, sin embargo, hablar como si a \u00e9l le afectase y estuviese ya por encima del proceso. La vida es aventura de solidaridad profunda y continua, que ni siquiera la muerte f\u00edsica logra ya romper. Esta implicaci\u00f3n personal le asegura la autoridad que necesita para pronunciar palabras exigentes, que juzgan e inquietan con la fuerza de una existencia reconquistada de modo reflejo. Tambi\u00e9n esta exigencia reconstruye un fragmento de la verdad de la historia narrada. La sustrae de los espacios del silencio fr\u00edo de los principios para sumergirla en la c\u00e1lida pasi\u00f3n de la salvaci\u00f3n.
\nSus interlocutores no son los destinatarios pasivos de la comuni\u00adcaci\u00f3n. Se convierten en protagonistas del relato mismo. Su existencia da palabra al relato: ofrece la tercera de las tres historias, sobre las que se teje la \u00fanica historia. El evangelizador habla de ellos en primera persona, de sus expectativas y de sus proyectos, tambi\u00e9n cuando habla de hombres y mujeres sumidos en tiempos lejanos o cuando ayuda a descifrar el curso de la naturaleza y de la historia o cuando teje la trama de una so\u00adlidaridad que da rostro a gente que nunca ha visto.
\nPor la fuerza de la implicaci\u00f3n personal, el anuncio de Jes\u00fas no es nunca una propuesta resignada o tibia. Quien narra la historia de Jes\u00fas quiere una opci\u00f3n de vida: por Jes\u00fas, el Se\u00f1or de la vida o por la decisi\u00f3n, loca y suicida, de vivir sin \u00e9l.
\nPor eso la pasi\u00f3n laboriosa por el reino de Dios es una dimensi\u00f3n radical de todo anuncio.
\nNarrar a Jes\u00fas contando la experiencia de sus disc\u00edpulos<\/strong>
\nHe afirmado que s\u00f3lo puedo hablar de Jes\u00fas narrando la experiencia que he tenido de \u00e9l.
\n\u00bfQu\u00e9 experiencia de Jes\u00fas puedo relatar? Por desgracia los proyectos son mucho m\u00e1s altos que las realizaciones. Tengo miedo de que para hablar de Jes\u00fas dentro de mi experiencia, debo escoger la ruta del silencio, como \u00fanico camino practicable de forma sincera. O, cuando m\u00e1s, deber\u00eda acentuar demasiadas dimensiones personales, con perjuicio de la totalidad y autenticidad de su figura de Se\u00f1or y Salvador. Deber\u00eda contar m\u00e1s sue\u00f1os, desvanecidos en las traiciones, que experiencias fuertes y fortalecedoras.
\nNo quiero el silencio. Lo considero una opci\u00f3n inadecuada, precisamente por esa l\u00f3gica de amor que se convierte en servicio, en el que trato de enderezar la necesidad del anuncio de Jes\u00fas hoy.
\nConsidero practicable otra perspectiva.
\nHemos tenido la suerte de encontrar a Jes\u00fas en el relato de la experiencia que tuvieron algunos de sus disc\u00edpulos estando con \u00e9l. Esta experiencia se nos entrega en los documentos de su fe y de la nuestra (los Evangelios, sobre todo, y los Hechos de los Ap\u00f3stoles). Su experiencia ha suscitado despu\u00e9s muchas otras experiencias fascinantes. Estamos en una cadena de testigos valientes que, eslab\u00f3n tras eslab\u00f3n, nos llevan directamente a la persona del Se\u00f1or. A partir de esa convicci\u00f3n, puedo decidir hablar de Jes\u00fas relatando su experiencia.
\nNo tengo otro modo, en coherencia con lo dicho antes. Y me parece un modelo comunicativo verdaderamente hermoso, que corresponde a los testigos de la fe que poseemos y que asegura una implicaci\u00f3n muy experiencial.
\nEs interesante constatar que la opci\u00f3n de hablar de Jes\u00fas relatando la experiencia que tuvieron sus disc\u00edpulos con \u00e9l y de \u00e9l, pone en primer plano tambi\u00e9n nuestra experiencia. Nos permite hablar de Jes\u00fas, aventur\u00e1ndonos intensamente y asegurando, al mismo tiempo, nuestra debilidad \u2013 la que nos constre\u00f1ir\u00eda al silencio\u2026 – en el apoyo autorizado de la experiencia de los disc\u00edpulos.
\nActualizamos as\u00ed la misma estructura de los Evangelios.
\nLos Evangelios y los testimonios apost\u00f3licos, de hecho, no son nunca el relato material de los acontecimientos de la vida de Jes\u00fas de Nazaret, de los que los disc\u00edpulos fueron testigos. Son, en cambio, un documento de fe y de amor. Los Evangelios son la expresi\u00f3n, autentica y verificable, de acontecimientos, escritos en una \u00e9poca en la que much\u00edsimos testigos directos estaban todav\u00eda vivos. Hay un hecho cierto y documentable: la persona de Jes\u00fas, los gestos realizados por \u00e9l y las palabras que dijo. Se da, sin embargo, la fe apasionada del disc\u00edpulo y de la primera comunidad cristiana, nacida en el entusiasmo de esos acontecimientos maravillosos. Y hasta est\u00e1n los destinatarios concretos de esos textos escritos: personas vivas, llenas de ganas de vivir y hambrientas de esperanza, que el autor de cada Evangelio envuelve directamente en su relato.
\nLas narraciones evang\u00e9licas no son la cr\u00f3nica de los acontecimientos que se refieren a la persona de Jes\u00fas y, mucho menos, podemos imaginar que los discursos transcritos son la copia taquigr\u00e1fica de sus palabras. Hechos y palabras son la transcripci\u00f3n, en una inspiraci\u00f3n especial\u00edsima del Esp\u00edritu de Jes\u00fas, de la experiencia de fe de sus disc\u00edpulos. Hechos y palabras no se comunican para informar sobre detalles desconocidos, sino para suscitar nuevas experiencias de fe.
\nPor esto, los Evangelios son, en \u00faltimo t\u00e9rmino, un documento tejido de fe y de historia, lleno de acontecimientos documentables y rebosante de la vida concreta del que vive y del que lee. Este modelo especial de escritura hace a los Evangelios capaces de suscitar otras experiencias de fe, como sucedi\u00f3 al principio y sigue sucediendo en la existencia de muchas personas.
\nEn la elecci\u00f3n de las experiencias contadas, en los subrayados y en los detalles anotados, la experiencia de los disc\u00edpulos de Jes\u00fas queda siempre filtrada por la experiencia concreta del narrador. Propone lo que advierte de modo especial como \u201cbuena noticia\u201d y lo escoge, dej\u00e1ndose envolver, con la esperanza de que tambi\u00e9n para otros pueda resonar como \u201cbuena noticia\u201d.
\n4. En la comunidad eclesial: para asegurar la ortodoxia de la fe<\/strong>
\nEl \u00e9nfasis sobre un anuncio de Jes\u00fas en el que se cruzan diversas experiencias, podr\u00eda hacer resbalar el proceso por la pendiente peligrosa de la subjetividad. No hay necesidad hoy de facilitar esta tendencia\u2026 dado que la tenemos ya cong\u00e9nita, por razones culturales, y preocupa sinceramente tambi\u00e9n a los que constatan su valor.
\nEl anuncio de Jes\u00fas es aut\u00e9ntico cuando lo comparten aut\u00e9nticamente la historia de Jes\u00fas de Nazaret y la fe que suscit\u00f3 en sus disc\u00edpulos, seg\u00fan la profesi\u00f3n de fe de la comunidad eclesial actual. Lo debemos recordar, sin incertidumbres. Valoramos por consiguiente la calidad de un acto evangelizador no s\u00f3lo por el entusiasmo que ha suscitado, sino tambi\u00e9n por la ortodoxia y compleci\u00f3n, tambi\u00e9n formal, de lo que se comparte.
\nComo sabemos, se trata siempre de una ortodoxia que se convierte en praxis y justifica e interpreta la praxis: la experiencia de fe se hace experiencia \u00e9tica y, de alg\u00fan modo, pol\u00edtica.
\nPor esta convicci\u00f3n doy toda la raz\u00f3n a los que se preocupan de que el modelo sugerido haga decaer estas exigencias.
\nLa cuesti\u00f3n para m\u00ed es otra: \u00bfc\u00f3mo asegurar la soluci\u00f3n de las dificultades?
\nSi hubiese un camino seguro, limpio de obst\u00e1culos y de riesgos, y otro en el que abundasen\u2026 ser\u00eda tonto abandonar la primera para embarcarse en la segunda.
\nTal vez alguno lo piensa. Pero no es as\u00ed. Los modelos objetivos, de los que alguno tiene nostalgia, ponen en crisis la ra\u00edz misma del proceso de Evangelizaci\u00f3n. Lo reducen a una ense\u00f1anza y aprisionan sus contenidos compartidos y su verificaci\u00f3n en uno de los muchos modelos formales de aprendizaje. Salvan la forma, pero contaminan la sustancia. No basta, est\u00e1 claro, saber y saber repetir bien, por haber encontrado. En el camino de la comunidad eclesial este conocimiento ha estado siempre briosamente presente y decisivo.
\nEstoy convencido de que el control y el contrapeso, capaz de limitar los riesgos asegurando las ventajas, es claramente otro: el lugar del anuncio de Jes\u00fas y de la experiencia que lo hace encontrar es siempre la comunidad de los disc\u00edpulos de Jes\u00fas, la Iglesia, rica de diferentes funciones y presencias, en las que la verdad y la autenticidad est\u00e1 servida por el ministerio de esos hermanos a los que el Esp\u00edritu les ha confiado la responsabilidad de guiar a todos en la unidad hacia la verdad. En el seno materno de este acontecimiento de comuni\u00f3n y de sustento, la diferencia se convierte verdaderamente en riqueza y las sensibilidades personales en aportaci\u00f3n preciosa hacia una verdad que est\u00e1 siempre m\u00e1s all\u00e1 de lo adquirido y experimentado.
\nLa exigencia afecta al mismo tiempo al que anuncia y al que acoge.
\nLa propuesta se hace cre\u00edble e interpelante con la fuerza testimonial de la vivencia de los creyentes. Esta conciencia me permite pronunciar palabras y proponer exigencias que van siempre mucho m\u00e1s all\u00e1 de la vivencia personal. Si as\u00ed no fuese, la exigencia del testigo ser\u00eda un pre\u00e1mbulo del silencio.
\nEl encuentro personal con Jes\u00fas y la decisi\u00f3n de proclamarlo Se\u00f1or de la propia vida y de la historia de todos, no hace referencia a \u201cmi\u201d Jes\u00fas, aunque cada uno lo vive en el secreto callado de la propia interioridad, sino a Jes\u00fas de Nazaret, al que la fe de la Iglesia proclama Cristo y Se\u00f1or.
\nEsta doble responsabilidad \u2013 del que anuncia y del que acoge \u2013 se verifica hacia la autenticidad no porque se mida con una serie de par\u00e1metros objetivos y seguros que se\u00f1alan la separaci\u00f3n entre objetividad y subjetividad, sino porque se experimenta la alegr\u00eda de vivir en una comunidad que acoge, propone, refuerza y solicita
\nVerdaderamente, la palabra que da esperanza resuena, fascinante y suplicante, en la Iglesia, mediante el Esp\u00edritu.<\/p>\n
\n[1]<\/a> TONELLI R., Ripensando quarant’anni di servizio alla Pastorale giovanile<\/em>, en \u00abNote di pastorale giovanile\u00bb, 2009. 43 (3), 11-65. DENICOLO’ GC., Cuarenta a\u00f1os de servicio a la pastoral juvenil. Entrevista a Riccardo Tonelli<\/em>, Editorial CCS, Madrid 2011.
\n[2]<\/a> Con frecuencia esta exigencia se propone como \u201cEvangelizaci\u00f3n\u201d. Se trata de una expresi\u00f3n muy utilizada. Por eso se interpreta con acepciones diversas, que van desde el sentido estricto, como anuncio expl\u00edcito del nombre de Jes\u00fas, hasta el m\u00e1s general como proceso que incluye el testimonio, el anuncio, la celebraci\u00f3n de la fe misma, como nos recuerda tambi\u00e9n Evangelii nuntiandi<\/em>. En este contexto la entiendo en sentido estricto.
\n[3]<\/a> Las consecuencias son enormes.
\nEste dato en efecto, por ejemplo, despierta la atenci\u00f3n de todo hecho eclesial hacia la cultura. Justifica por tanto un cierto pluralismo de modelos, precisamente por la pluralidad de palabras humanas en las que se dice siempre la Palabra de Dios.
\nM\u00e1s a\u00fan, exige del Evangelizador la atenci\u00f3n hacia las modalidades de comunicaci\u00f3n, que caracterizan el cambio de cada palabra humana, precisamente para respetar mejor la potencia de la Palabra de Dios.
\nEn la ra\u00edz, como afirma la cita del Concilio, se funda la atenci\u00f3n, amorosa y devota, a la humanidad de cada hombre, en el que la Palabra de Dios se hace palabra para nosotros, en el acontecimiento de la Encarnaci\u00f3n.
\nAl mismo tiempo invita continuamente a la fidelidad y a la conversi\u00f3n, para asegurar la transparencia de humanidad que permite el encuentro con el misterio.
\n[4]<\/a> Pongo un ejemplo, citando el modo con que se ha comprendido el resultado a nivel personal y social del encuentro con Jes\u00fas. Aqu\u00ed los modos de expresarse son de verdad diferentes. Expresan sin duda la misma realidad pero con connotaciones ling\u00fc\u00edsticas muy especiales que hacen sospechar de muchas personas, en las diferentes fronteras de la experiencia eclesial, desencadenando frecuentemente reacciones acaloradas.
\nLa expresi\u00f3n cl\u00e1sica es la tradicional: la salvaci\u00f3n. El encuentro con Jes\u00fas asegura la salvaci\u00f3n y, por consiguiente, la \u201cvida eterna\u201d. Est\u00e1 fuera de discusi\u00f3n. Pero todos saben que el t\u00e9rmino salvaci\u00f3n es ya ambiguo. Cada uno lo reviste de connotaciones tan espec\u00edficas que llegan a hacer dif\u00edcil hasta encontrar puntos de contacto. En la primera edici\u00f3n de mi libro sobre la pastoral juvenil dediqu\u00e9 un cap\u00edtulo precisamente a estudiar el uso de esa expresi\u00f3n.
\nUna formula m\u00e1s amplia, cargada de resonancias tambi\u00e9n colectivas y sociales, es el \u201creino de Dios\u201d: el regalo que Jes\u00fas nos ofrece y la tenci\u00f3n que se pide.
\nYo prefiero hablar de \u201cvida plena\u201d y de \u201cesperanza\u201d. Haciendo eco \u2013 sin pretensiones exhaustivas\u2013 a Jn. 10, he elegido esa f\u00f3rmula para expresar m\u00e1s eficazmente el don y la responsabilidad del encuentro personal con Jes\u00fas dentro de las sensibilidades y de las expectativas m\u00e1s intensas de la cultura actual. Se trata, en \u00faltimo t\u00e9rmino, de un proceso hermen\u00e9utico de inculturaci\u00f3n, relativo pero \u2013 supongo – funcional en un determinado contexto.
\nUna lectura atenta no se deja distraer por las expresiones, pero trata de encontrar, en la riqueza de la diferencia, razones de confrontaci\u00f3n y de compa\u00f1\u00eda. La guerra sobre las palabras, aun con las mejores intenciones de este mundo, es siempre\u2026 preocupante.
\n[5]<\/a> En el fondo, la seguridad de un cierto modo de actuar con objetivismo y estilo repetitivo, tambi\u00e9n en los procesos de Evangelizaci\u00f3n, denuncia el l\u00edmite m\u00e1s grave y preocupante. No son los m\u00e1s buenos\u2026 los que han quedado a salvo de lo que se dec\u00eda y hac\u00eda porque as\u00ed debe funcionar, sino que son los que han sufrido recibiendo la distinci\u00f3n y la responsabilidad rec\u00edproca entre teolog\u00eda y pastoral. No han logrado proclamar propuestas seguras y aseguradoras, como alguno hubiera deseado, porque no han aceptado producir modelos de pastoral s\u00f3lo deductivos ni se han resignado a realizar las tareas de la pastoral con alguna estrategia metodol\u00f3gica o con alg\u00fan juego comunicativo.
\n[6]<\/a> La fidelidad al acontecimiento no la aseguramos cuando lo ponemos ante las personas como si fuese algo estable y preciso, que hay que descubrir y lanzar sin ninguna mediaci\u00f3n cultural e hist\u00f3rica. La tentaci\u00f3n permanece\u2026 sobre todo en un tiempo de crisis extensa. Pero la considero una tentaci\u00f3n que se debe controlar y superar.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"