{"id":7221,"date":"2011-10-01T00:00:13","date_gmt":"2011-09-30T22:00:13","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=7221"},"modified":"2011-10-01T00:00:13","modified_gmt":"2011-09-30T22:00:13","slug":"creer-vivir-testimoniar-celebrar-el-reto-de-educar-hoy-en-la-fe","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/creer-vivir-testimoniar-celebrar-el-reto-de-educar-hoy-en-la-fe\/","title":{"rendered":"CREER, VIVIR, TESTIMONIAR, CELEBRAR. EL RETO DE EDUCAR HOY EN LA FE."},"content":{"rendered":"
Fernando Garc\u00eda<\/strong> Tras el fracaso que supuso la muerte del crucificado, la Iglesia, es decir, la comunidad de seguidores del resucitado, comenz\u00f3 a extenderse por el anuncio de un grupo de testigos. Los disc\u00edpulos, que hab\u00edan compartido vida con Jes\u00fas de Nazaret, no se hicieron creyentes ni en Can\u00e1 de Galilea al ver prodigios, ni en Betania viendo salir a L\u00e1zaro de la tumba. Los disc\u00edpulos se convirtieron en testigos despu\u00e9s de la resurrecci\u00f3n y fue la fuerza y el compromiso personal de su testimonio, el que los llev\u00f3 a anunciar a otros, por todos los rincones del mundo, que el Se\u00f1or hab\u00eda resucitado y que ellos eran testigos de ello. Esta frase de la carta de Pedro me parece especialmente importante en este tiempo que nos toca vivir. Aquel consejo para los cristianos de ayer, es una exigencia y un objetivo para un itinerario de educaci\u00f3n en la fe de los cristianos de hoy. Y es que es un hecho evidente que muchos de nuestros j\u00f3venes, que han pasado mucho tiempo en grupos con nosotros, no se encuentran en una situaci\u00f3n de poder dar raz\u00f3n de aquello en lo que creen. Hace unos a\u00f1os resum\u00ed en esta frase el mensaje que quer\u00eda transmitir para el futuro a un grupo de j\u00f3venes con el que hab\u00eda compartido momentos de grupos de preparaci\u00f3n a la confirmaci\u00f3n. Tiempo despu\u00e9s, me parece que puede indicar uno de los objetivos que tenemos que alcanzar en la tarea de acompa\u00f1ar a los chicos para ser cristianos aut\u00e9nticos. Es un hecho innegable que vivimos en una sociedad compleja donde no es posible realizar unos estereotipos homog\u00e9neos que describan c\u00f3mo son o dejan de ser los j\u00f3venes. Habitamos sociedades plurales donde conviven formas de pensar, de vivir y de opinar. De hecho la tolerancia, entendida muchas veces como que todo el mundo tiene derecho a hacer lo que quiera, se ha convertido en el valor incontestable de nuestra cultura. Tal vez la celebraci\u00f3n sea la piedra de toque definitiva de un camino de educaci\u00f3n en la fe que lleve a los j\u00f3venes a ser realmente cristianos con una fe aut\u00e9ntica. Si no hay conexi\u00f3n entre lo que se cree, lo que se vive y lo que se celebra no hay autenticidad en la vida creyente. Esa es la raz\u00f3n por la que he elegido en el t\u00edtulo de este apartado, esa oraci\u00f3n de la liturgia de la ordenaci\u00f3n sacerdotal que es en realidad un deseo para todo cristiano que quiera vivir su fe en los avatares de cada d\u00eda. Fernando Garc\u00eda<\/p>\n
\nDirector del Colegio Salesiano de Aranjuez<\/strong>
\n
\nLa pasada Semana Santa compart\u00ed los d\u00edas de Pascua con un grupo de chicos de nuestros Centros Juveniles. La mayor\u00eda de ellos ya hab\u00edan celebrado el sacramento de la confirmaci\u00f3n y en sus primeros a\u00f1os de universidad, contaban ya con una considerable experiencia en encuentros, convivencias y actividades de animaci\u00f3n. Incluso, muchos de ellos, eran a su vez animadores de grupos de fe de diversas edades, unos con ni\u00f1os, otros con preadolescentes, otros con adolescentes.
\nEn esta experiencia tan intensa como es compartir el Triduo Pascual, en un lugar especialmente preparado para vivir los signos, les dirig\u00ed a estos chicos una pregunta con total sencillez y con total claridad: \u00bferes cristiano? S\u00ed, s\u00ed, as\u00ed de simple. No te pregunto si has hecho actividades propias de los cristianos, no te pregunto si simpatizas con algunas de las cosas que dicen los cristianos, menos a\u00fan te pregunto si vas a misa los domingos. Te pregunto si eres cristiano. Si has llegado a un momento de tu vida en el que has descubierto una manera de ver las cosas, unas creencias, una manera de vivir, unos principios, unos valores, que orientan ya tu vida y que no van a cambiar cuando vuelvas a casa en una semana, o en un mes, o de la noche a la ma\u00f1ana. No te pregunto por lo que haces o dejas de hacer. Te pregunto si eres\u2026
\nLo que cuento no es recurso literario. Fue el comienzo de algunas conversaciones personales en la que algunos chavales a sus 20 a\u00f1os intentaban encontrar, en un momento privilegiado, especial, afectivamente intenso, como es la celebraci\u00f3n de una Pascua Juvenil, lo que ellos son.
\nResponder a si de verdad somos cristianos, creo que es el objetivo que tiene que perseguir cualquier itinerario de educaci\u00f3n en la fe. La ausencia de una respuesta a esta cuesti\u00f3n es, en mi opini\u00f3n, la constataci\u00f3n del fracaso que est\u00e1n cosechando no pocas experiencias de grupos con ni\u00f1os, preadolescentes y adolescentes, que a pesar de haber acumulado cr\u00e9ditos y cr\u00e9ditos de horas de reuniones, en medio de un sinf\u00edn de actividades de tiempo libre, no han conseguido despertar en ese momento clave en el que el adolescente comienza a tomar la vida entre sus manos, la pregunta, \u00bfrealmente soy cristiano?
\nY al escribir estas frases, no acuso lo que otros hacen sino que pienso en mi propia experiencia, en mis a\u00f1os intentando transmitir razones de fe para afrontar la vida, a tantos chicos con los que hasta ahora me he encontrado en el camino y mis desencantos al comprobar que la repetici\u00f3n de ciertos modos y ciertas estructuras, no acaban de encajar con la forma de afrontar la vida de los chicos de hoy.
\nCon este art\u00edculo voy a intentar expresar algunas convicciones que me ha dado la experiencia y la reflexi\u00f3n sobre la cultura en la que se mueve esta generaci\u00f3n l\u00edquida en la que lo s\u00f3lido parece haber desaparecido, en la que el presente encarcela los proyectos de futuro y en la que la fuerza del placer ha alejado de la experiencia diaria un proyecto de felicidad en la que no todo lo inmediato puede ser admitido como v\u00e1lido. \u00bfSigue habiendo hoy cristianos? \u00bfPueden encontrar nuestros j\u00f3venes una respuesta positiva a esa pregunta? Esperemos que s\u00ed.
\n <\/p>\n\n
\nEsta realidad que est\u00e1 a la base de nuestra historia cristiana, no la podemos olvidar si realmente queremos revitalizar la fuerza de nuestro anuncio. Cualquier itinerario de educaci\u00f3n en la fe se tiene que asentar sobre personas concretas que con su vida, sean testigos de lo que creen, y con la fuerza de su testimonio, hagan que sus palabras sean cre\u00edbles para los que las escuchan. Sin evangelizadores no es posible evangelizar. Si no encontramos personas as\u00ed, que conduzcan y acompa\u00f1en a nuestros adolescentes en el proceso de descubrir lo que son como creyentes, ning\u00fan libreto de din\u00e1micas, por muy imaginativas que estas sean, podr\u00e1n reemplazarlos. En el inicio de nuestra fe no est\u00e1 un credo, sino una persona: Jes\u00fas de Nazaret, y en el segundo paso de nuestra fe est\u00e1 un grupo de entusiastas testigos capaces de dejarse la piel por anunciar lo que ellos cre\u00edan.
\nEl gran reto que tienen nuestras comunidades cristianas, es ser realmente comunidades. Es decir, formar un n\u00facleo vital de personas evangelizadas para que estas puedan evangelizar. Formar un n\u00facleo realmente animador de todo cuanto se hace en ese entorno que pretende educar en cristiano.
\nEl primer paso de un itinerario serio de educaci\u00f3n en la fe es formar y acompa\u00f1ar a esas personas que, como Pablo y los dem\u00e1s testigos de la primitiva iglesia, van a acometer la dif\u00edcil tarea de transmitir de forma vital y cre\u00edble el evangelio a los j\u00f3venes de hoy.
\nA lo largo de los a\u00f1os he visto muchas deficiencias en este punto tan esencial para la educaci\u00f3n en la fe. A veces hemos hecho del grupo una actividad m\u00e1s y no hemos sabido cuidar un ambiente de profundidad entre aquellos animadores que asumen de una forma m\u00e1s expl\u00edcita, la responsabilidad de transmitir sus opciones de fe. Otras veces, hemos confiado grupos de fe a chicos que, ni humana ni cristianamente, estaban suficientemente maduros como para asumir esta tarea de testimonio, porque sencillamente nadie puede dar lo que no tiene. Otras veces, hemos seccionado y dividido tanto entre la \u201ccatequesis\u201d y los momentos de tiempo libre, que hemos convertido al catequista en alguien que est\u00e1 un rato con un grupo de chicos que se preparan a un sacramento para darles \u201cdoctrina\u201d, pero que no ha conseguido llegar a su vida cotidiana y a ser realmente significativo para ellos.
\nSi miramos la forma de actuar de la primitiva iglesia, tambi\u00e9n en este siglo XXI, podemos llegar a conclusiones similares. Para que haya nuevos cristianos es necesaria una comunidad cristiana de referencia que sea realmente significativa para las personas que se forman en ella. Y esta es la primera tarea que tenemos que asumir cuantos tenemos una responsabilidad directa pastoral. Acompa\u00f1ar con creatividad y pedagog\u00eda a este grupo de testigos para que compartamos lo que vivimos, lo que creemos, lo que somos y as\u00ed para que podamos ser referencia, ejemplo y fe encarnada y cre\u00edble, para los j\u00f3venes con los que compartimos vida. Esto hoy, como ayer, creo que es el primer paso que hay que dar para suscitar, educar y acompa\u00f1ar la fe de los j\u00f3venes.<\/p>\n\n
\nEs sorprendente la ignorancia que incluso cristianos adultos y comprometidos con la vida eclesial, tienen de los elementos fundamentales de su fe, de su historia, de sus celebraciones, de sus principios de vida. Si hablamos de ni\u00f1os, adolescentes y j\u00f3venes, esta ignorancia va creciendo de modo proporcional a como la familia deja de ser n\u00facleo de transmisi\u00f3n de una cultura religiosa.
\nAnte el reto de anunciar a los j\u00f3venes el mensaje de salvaci\u00f3n que Jes\u00fas de Nazaret vino a traernos, no podemos hacer caso omiso de esta extendida ignorancia. Corren tiempos en los que no se puede dar nada por supuesto, en la que lo que era evidente y obvio ha dejado de serlo, en la que lo accesorio no puede ser considerado como fundamental.
\nNuestra fe, que naci\u00f3 en aquel sepulcro vac\u00edo y en el testimonio de aquellas sencillas mujeres y aquellos iletrados pescadores, se ha ido explicando, formulando y enriqueciendo con los modos culturales de cada \u00e9poca. El credo que rezamos cada domingo es tan ejemplo de la rica y apasionante historia del cristianismo, como de lo ininteligibles que ciertas f\u00f3rmulas pueden ser para nuestros j\u00f3venes por mucho que, a\u00fan algunos, las reciten de carrerilla.
\nEn una situaci\u00f3n as\u00ed, donde la familia ya no transmite la cultura religiosa, donde la escuela va perdiendo fuerza y en muchos sitios la religi\u00f3n va quedando aparcada, donde los medios de comunicaci\u00f3n viven absolutamente al margen del hecho cristiano, es obvio que el desconocimiento de los elementos centrales de lo que los cristianos creemos es cada vez mayor entre los propios cristianos. Las dudas sembradas por \u00e9xitos novel\u00edsticos como el C\u00f3digo da Vinci son una prueba evidente de lo fr\u00e1gil que es la formaci\u00f3n de los creyentes.
\nResulta demasiado obvio decir que para dar raz\u00f3n de nuestra esperanza es fundamental que sepamos cu\u00e1l es nuestra esperanza. Y en esta b\u00fasqueda del saber corren tiempos de separar el polvo de la paja, de aparcar las alharacas que han adornado nuestra fe con el correr de la historia, de volver a lo esencial, a lo que las primeras comunidades llamaron el kerigma, para que en estos tiempos de un pensamiento l\u00edquido postmetaf\u00edsico, podamos ofrecer a nuestros j\u00f3venes ciertos principios s\u00f3lidos sobre los que se pueda asentar una personalidad creyente.
\nEs por tanto fundamental tener claro lo que tenemos que transmitir. Es dif\u00edcil creer en lo que no se sabe. La fe de nuestros j\u00f3venes tiene que ser cre\u00edble y por ello tiene que ser razonable. Es necesario saber. Y es necesario estructurar lo que queremos que nuestros j\u00f3venes sepan en un recorrido pedag\u00f3gico y gradual haciendo las adaptaciones curriculares que esta \u00e9poca de indiferencia, ignorancia e increencia imponen. De lo contrario estaremos hablando de cosas obvias para nosotros pero desconocidas para quien nos escucha. Estaremos pretendiendo resolver ecuaciones de segundo grado a una generaci\u00f3n que no se le ha ense\u00f1ado a sumar.
\nPero hay una dificultad m\u00e1s. Hay tanto pluralismo en la generaci\u00f3n actual que el evangelizador tiene que ser muy consciente de la situaci\u00f3n de la que parten las personas con las que convive para no imponer f\u00f3rmulas unificadoras para todos. Tenemos que ser valientes en el proceso de acompa\u00f1ar a los j\u00f3venes a una fe adulta en Jes\u00fas de Nazaret, para no caer ni en el error de una reducci\u00f3n a m\u00ednimos al estilo de nuestro sistema educativo de la ESO, ni en el de hacer castillos en el aire, hablando de cosas que quedan demasiado alejadas de la cultura cristiana de quienes nos escuchan.
\nEsta reivindicaci\u00f3n que estoy realizando de incrementar el saber de nuestros j\u00f3venes, no significa que tengamos que abrazar ciertas tendencias que opinan que el problema de la transmisi\u00f3n de la fe se soluciona presentando un compendio de doctrina segura que tiene que ser aprendido por los j\u00f3venes. Ya he expresado con anterioridad que estas aproximaciones dirigidas \u00fanicamente al intelecto dif\u00edcilmente formar\u00e1n creyentes. Tan cierto es que no por saber muchas cosas sobre los cristianos se es m\u00e1s cristiano, como que dif\u00edcilmente se puede serlo si un conocimiento sobre lo que los cristianos somos, creemos y vivimos.<\/p>\n\n
\nSi Jes\u00fas, seg\u00fan el testimonio que nos dejaron sus seguidores, pas\u00f3 por la vida haciendo el bien y es la palabra definitiva de un Dios que da Vida\u00a0 a cuantos creen en \u00e9l, no hay otra manera de afrontar la vida para un cristiano que tener su misma mirada ante los acontecimientos de cada d\u00eda.
\nVer la vida con los ojos de Jes\u00fas es hacer de la propia vida un proyecto de salvaci\u00f3n, es hacer de Jes\u00fas el Se\u00f1or de la propia vida y aprender de su mirada y de sus encuentros con la personas, para orientar sobre los propios valores, la propia mirada y la calidad de las relaciones que entablamos con los dem\u00e1s.
\nSer cristiano, seg\u00fan esta sencilla f\u00f3rmula, es tener la mirada de Jes\u00fas ante la vida. Es urgente que en nuestra tarea de acompa\u00f1ar a los chicos en su proceso de fe, eduquemos su mirada para que vayan conociendo y profundizando en la mirada del maestro. Para ello es necesario que vayamos dando las herramientas necesarias a nuestros j\u00f3venes, para que se puedan acercar a las p\u00e1ginas del evangelio sin que estas se les caigan de las manos porque no saben c\u00f3mo se escribieron o c\u00f3mo deben interpretarse.
\nPor cuanto estoy diciendo en el reto de \u201cver la vida con los ojos de Jes\u00fas\u201d se est\u00e1 persiguiendo realmente un triple objetivo: la configuraci\u00f3n de un modelo de persona cristiana, la construcci\u00f3n de una actitud \u00e9tica ante la vida y la propuesta de un estilo de oraci\u00f3n centrado en la Palabra.
\nDec\u00eda en mis primeras l\u00edneas que necesitamos cristianos que realmente sean y no s\u00f3lo que hagan o hayan hecho \u201ccosas\u201d en momentos determinados de su vida. La construcci\u00f3n de la propia personalidad, del propio ser, es uno de los retos fundamentales de la educaci\u00f3n durante la \u00e9poca de la adolescencia y de la juventud. En un tiempo donde las esencias saben a rancio y donde todo fluye y nada permanece, sin embargo es m\u00e1s necesario que nunca, ayudar a los chicos a construir su propia personalidad, es decir, su modelo de persona que son y quieren ser. C\u00f3mo no pensar al decir estas cosas en la par\u00e1bola que Jes\u00fas cont\u00f3 sobre la casa construida sobre roca y la casa construida sobre arena.
\nLa opci\u00f3n de fe no es una actividad m\u00e1s que se suma al resto de actividades que una persona realiza al cabo de su vida. La opci\u00f3n de fe es una opci\u00f3n que aglutina, une y consolida, es una manera de vivir en torno a unos cimientos, unos principios, unas opciones que no se cambian a las primeras de cambio. Si no se forma esta actitud ante la vida, que conforma un modelo de persona cristiana es muy dif\u00edcil dar continuidad a lo que se hace y a lo que se vive. La cultura del fragmento, del nihilismo hedonista, de la inconsciencia, se haya en las ant\u00edpodas de esta forma de vivir. Ver la vida con los ojos de Jes\u00fas supone verme a m\u00ed como persona de una forma determinada.
\nDe este modelo de persona nace una actitud \u00e9tica ante la vida. Muchas veces se nos identifica a los cristianos por el posicionamiento que tomamos, considerado de una forma simplista y aislada de su conjunto, ante algunos temas que est\u00e1n en el debate \u00e9tico y social. Tengo que manifestar mi desgaste ante el hecho de que cuando se habla de \u00e9tica cristiana, al final siempre se acabe hablando de lo mismo. Lo realmente importante no es la casu\u00edstica del est\u00e1 permitido o no lo est\u00e1, sino educar a los j\u00f3venes para tener esa mirada de Jes\u00fas esperanzada ante la vida y ante las personas.
\nLas par\u00e1bolas del reino, los encuentros de Jes\u00fas con las personas y el final de la vida del maestro, aut\u00e9ntica par\u00e1bola no escrita, son un campo de aprendizaje maravilloso de\u00a0cuanto se espera de un cristiano ante la vida.
\nPor \u00faltimo, junto a esa construcci\u00f3n de la propia personalidad y esa formaci\u00f3n de una actitud \u00e9tica ante la vida, hac\u00eda referencia a que tener la mirada de Jes\u00fas, supone ayudar a los j\u00f3venes a crear un estilo de oraci\u00f3n centrado en la Palabra. Desde hace a\u00f1os llevo aconsejando a chicos de diferentes edades la lectura del Evangelio de cada d\u00eda como h\u00e1bito de vida cristiana. En algunos casos sirve para ir aprendiendo cosas que no se hab\u00edan le\u00eddo nunca por esa creciente ignorancia a la que ya he hecho referencia, en otros, a medida que se va madurando en la fe cristiana, para que la confrontaci\u00f3n de la propia experiencia con el evangelio, vaya conformando una lectura creyente de la vida que permita descubrir a Dios en la vida para ver la vida desde Dios.
\nPara que esto sea posible, tenemos la urgencia de ense\u00f1ar a nuestros chicos a leer los evangelios, es necesario ayudarles a interpretar unos textos para que superen una lectura ingenua o literal. El proceso para realizar esto tendr\u00e1 que ser gradual, no se trata de realizar cursos acelerados de ex\u00e9gesis b\u00edblica o irse por las ramas para dar salida a los muchos conocimientos que uno tiene sobre el tema. En un proceso de educaci\u00f3n en la fe es urgente hacer que la Palabra que nos ha sido legada como testimonio de fe de las primeras comunidades, siga siendo Palabra viva para las comunidades de hoy.
\nQuienes escribieron aquellos textos entrelazaron tanto su experiencia creyente con la historia que narraban, que hoy resulta imposible separar quir\u00fargicamente lo que es fr\u00edo relato hist\u00f3rico de lo que es apasionado relato de fe. Conocer esto tiene que llevar a nuestros creyentes de hoy a volver a entrelazar lo que leen de Jes\u00fas de Nazaret con su propia vida, para que esos textos no sean mera literatura, sino aut\u00e9ntica experiencia de fe transmitida en la Iglesia para iluminar la propia experiencia.
\nDe esta forma, bajo la f\u00f3rmula \u201cver la vida con los ojos de Jes\u00fas\u201d he expresado tres urgencias de un proceso de educaci\u00f3n en la fe que tendr\u00e1n que llevarse a cabo de forma gradual y pedag\u00f3gica: ayudar a los j\u00f3venes a construir su personalidad teniendo a Jes\u00fas como modelo, consolidar unos principios y unos valores \u00e9ticos ante la vida a partir de la l\u00f3gica del Reino, acercarse al Evangelio y a los textos revelados como una fuente permanente de inspiraci\u00f3n, de reflexi\u00f3n, de confrontaci\u00f3n ante la vida de cada uno.
\nLlevar esto a cabo es indispensable para ser aut\u00e9nticamente cristiano en una cultura donde el fragmento triunfa sobre una personalidad s\u00f3lida, donde el relativismo y la inconsciencia \u00e9tica sepultan la pregunta sobre el bien y donde la Palabra de Dios, a\u00fan en c\u00edrculos cristianos, sigue siendo una gran desconocida para los creyentes de a pie.<\/p>\n\n
\nEn un contexto as\u00ed, cualquier grupo, por minoritario que sea, tiene derecho a aparecer en la vida p\u00fablica para defender sus opiniones por extravagantes que \u00e9stas puedan parecer. Esta extendida tolerancia a veces pone en crisis la pregunta sobre lo permitido. En aras de la tolerancia todo el mundo tiene derecho a expresarse quedando la pregunta por el bien reducida al campo de lo privado.
\nCon esta forma de pensar, deber\u00eda ser l\u00f3gico que los cristianos nos situ\u00e1ramos en la esfera p\u00fablica al menos en igualdad de condiciones a como se sit\u00faan otras confesiones, otros posicionamientos sociales, pol\u00edticos, culturales o ideol\u00f3gicos. Pero la realidad es que esta tolerancia y este pluralismo, parad\u00f3jicamente desaparecen cuando se habla del cristianismo. Todos tienen derecho a opinar en la vida p\u00fablica menos los cristianos, porque la religi\u00f3n, especialmente la religi\u00f3n cristiana, pertenece al \u00e1mbito de lo privado. Si un pol\u00edtico esgrime un argumento en el que pueda aparecer un atisbo de convicciones cristianas, cae sobre \u00e9l una tormenta de cr\u00edticas pidiendo su dimisi\u00f3n. C\u00f3mo ha podido osar en nuestra sociedad tolerante y plural manifestarse p\u00fablicamente como cristiano.
\nRichard Rorty, un pragmatista norteamericano que est\u00e1 a la base de buena parte del pensamiento laicista de algunas sociedades occidentales, lo expresa con claridad en unos di\u00e1logos mantenidos con Gianni Vattimo y publicados bajo el t\u00edtulo \u201cThe future of Religion\u201c: \u201c(El anticlericalismo) es el punto de vista seg\u00fan el cual las instituciones eclesi\u00e1sticas, a pesar de todo lo bueno que ellas hagan, a pesar de todo el alivio que ellas causen a aquellos en necesidad o en desesperaci\u00f3n, son peligrosas para la salud de las sociedades democr\u00e1ticas<\/em>\u201d[1]<\/a>.
\nBajo la apariencia de laicidad del Estado y tras ganar el aplauso f\u00e1cil de la gente al afirmar que la cristiandad medieval ya hace tiempo que pas\u00f3, se lleva a cabo un laicismo revolucionario que ahoga cualquier presencia del cristianismo en la vida p\u00fablica. El cristianismo, que no la religi\u00f3n, es algo puramente privado. No se puede tolerar desde esta \u201ccristianofobia tolerante\u201d la presencia de los cristianos en la vida p\u00fablica.
\nEsta realidad la estamos viviendo con fuerza en Espa\u00f1a como la est\u00e1n viviendo en otros pa\u00edses occidentales. Las cartas se juegan con inteligencia. S\u00f3lo hay que caricaturizar la iglesia como una instituci\u00f3n clericalizada de conservadores recalcitrantes, con ansias de seguir influyendo en la sociedad y en la vida de las personas, para que ese laicismo incoherente con los principios de la tolerancia, no s\u00f3lo no sea contestado socialmente, sino que gane un aplauso generalizado especialmente entre los m\u00e1s j\u00f3venes.
\nY la peor respuesta que se puede tener ante esta tendencia social es la confrontaci\u00f3n. Reclutar milicias cristianas no creo que sea la mejor formaci\u00f3n que tienen que recibir nuestros j\u00f3venes para ser cristianos adultos en la vida p\u00fablica. Es evidente, que desde algunos sectores de la iglesia, esta confrontaci\u00f3n con la sociedad est\u00e1 cobrando fuerza de modo proporcional a como se sienten atacados por ella y est\u00e1 sustituyendo la actitud de di\u00e1logo con la cultura que se encuentra en los textos conciliares.
\nPor esta raz\u00f3n he querido titular mi propuesta de di\u00e1logo con la cultura a la que tenemos que educar a nuestros j\u00f3venes cristianos para ayudarles a ser adultos, con el consejo que nos dej\u00f3 la carta de Pedro: con dulzura y respeto, y que completa as\u00ed la cita con la que habl\u00e9 de estar siempre dispuestos a dar raz\u00f3n de nuestra esperanza.
\nDurante seis a\u00f1os coordinando la Pastoral de un Colegio he despedido a los alumnos de segundo de Bachillerato, que mayoritariamente comenzaban sus estudios universitarios, record\u00e1ndoles los consejos que les dec\u00eda en la flor y nata de su adolescencia en 2\u00ba de la ESO. Porque el salir del Colegio y acudir a la universidad, en muchos casos, era volver a la adolescencia, roto el abrigo de una estructura, todo lo que parec\u00eda construido se pod\u00eda venir abajo si no hab\u00eda un adecuado acompa\u00f1amiento. Si la experiencia me ha dicho que esto era verdad en cosas tan simples como llevar los estudios al d\u00eda o acudir regularmente a clase, cu\u00e1nto m\u00e1s no lo ser\u00e1 para continuar procesos iniciados de educaci\u00f3n en la fe al encontrarse en el mundo universitario, con un contexto en ocasiones indiferente y en ocasiones hostil, hacia cuantos se declaran p\u00fablicamente como cristianos.
\nPor esta raz\u00f3n la educaci\u00f3n en la fe tiene que preparar para realizar un di\u00e1logo sincero con la cultura, con la sociedad, que tiene que ayudar a nuestros j\u00f3venes, a afianzar sus principios desde la l\u00f3gica del respeto y de la dulzura que la carta de Pedro nos ense\u00f1\u00f3.
\nPara realizar esto no hay mejor itinerario que el peri\u00f3dico de cada d\u00eda, le\u00eddo en clave cristiana por una comunidad creyente que sirva de referencia a estos j\u00f3venes que se van abriendo camino en la sociedad, desde sus opciones creyentes.
\nY junto a este di\u00e1logo con la cultura, con la sociedad, con la pol\u00edtica, ha de situarse un compromiso cristiano con los m\u00e1s desfavorecidos que exprese esa dimensi\u00f3n social de la caridad. La diacon\u00eda<\/em>, la actitud de servicio, forma parte de la vida de la Iglesia desde sus or\u00edgenes. Las diferencias doctrinales en la primera comunidad cristiana se sellaron con el compromiso de las comunidades paulinas de no olvidarse de las necesidades de los pobres de la iglesia de Jerusal\u00e9n. Durante siglos la Iglesia ha sido la \u00fanica instituci\u00f3n que se ha preocupado por los m\u00e1s desfavorecidos en esta vieja Europa, atendiendo enfermos en hospitales, educando a los m\u00e1s necesitados en colegios, dando de comer a pobres en los conventos y monasterios.
\nSi alguna de las dimensiones de nuestra fe goza a\u00fan de un cierto prestigio en la sociedad, es esta dimensi\u00f3n social de la caridad, este compromiso con los m\u00e1s necesitados. El Premio Pr\u00edncipe de Asturias concedido a las Hijas de la Caridad o el generalizado reconocimiento que la sociedad da a instituciones como C\u00e1ritas o a la labor de los misioneros es buena \u00a0prueba de ello.
\nPor eso, incluir en un itinerario de educaci\u00f3n en la fe, diferentes niveles de voluntariado cristiano y de compromiso por los dem\u00e1s, no s\u00f3lo es inexcusable como exigencia propia de lo que significa creer en Jes\u00fas, sino que adem\u00e1s es pedag\u00f3gicamente acertado para mantener a muchos chicos enganchados en nuestros ambientes, al ser esta dimensi\u00f3n de nuestra fe mucho m\u00e1s atractiva para ellos que otras que resultan algo m\u00e1s \u00e1ridas.
\nTestimoniar, por tanto, tiene una doble vertiente que hay que profundizar. Testimoniar es capacitar a los j\u00f3venes cristianos a dialogar con una sociedad que vive de espaldas a la fe. Testimoniar es adquirir compromisos adecuados a la edad de cada momento y a la realidad del entorno en que se vive, como consecuencia de la fe en la que se cree y que se celebra.<\/p>\n\n
\nLa celebraci\u00f3n es ante todo, el lugar privilegiado que expresa la dimensi\u00f3n comunitaria de nuestra fe. El cristianismo no es un camino individual de perfecci\u00f3n, ni un sistema \u00e9tico de valores para orientar la vida de cada uno. La historia de la Iglesia, desde sus or\u00edgenes ha afirmado con insistencia el car\u00e1cter comunitario de nuestra fe. El pasaje de Ema\u00fas es un relato significativo de esta experiencia. La huida de la comunidad lleva al desconsuelo, a la increencia, al abandono. S\u00f3lo en la mesa compartida se descubre al Se\u00f1or de la vida y se recobran las fuerzas y la esperanza, para volver a Jerusal\u00e9n para ser en la comunidad cristianos aut\u00e9nticos.
\nEl \u201cyo me las entiendo a solas con Dios\u201d, ha existido en diferentes momentos de la historia de la Iglesia con tendencias diversas, ante las cuales la comunidad de creyentes ha reaccionado siempre con fuerza: Sin comunidad, sin iglesia, no hay cristianismo.
\nEn una cultura profundamente individualista y donde el sentido de pertenencia a las instituciones se ha ido perdiendo progresivamente, es f\u00e1cil entender las dificultades que presenta introducir a los j\u00f3venes en la necesidad de participar en las celebraciones lit\u00fargicas para vivir su fe. La dificultad es doble, primeramente es una dificultad de pertenencia a una iglesia m\u00e1s vista como instituci\u00f3n alejada de la vida real de la gente, que como una comunidad de creyentes en la que se comparte vida y se reza juntos cumpliendo la promesa del Se\u00f1or resucitado. Por otra parte, el lenguaje, la simbolog\u00eda y la estructura de la celebraci\u00f3n cristiana, se hace a\u00f1o tras a\u00f1o cada vez m\u00e1s \u00e1rida y dif\u00edcil de llevar para nuestros j\u00f3venes, alejados de una liturgia que no conecta con sus vidas.
\nEducar a la celebraci\u00f3n conlleva afrontar estas dos urgencias: educar a la pertenencia a la Iglesia como sacramento de salvaci\u00f3n, como comunidad de creyentes y educar para hacer de la liturgia y de los sacramentos, algo vivo y comprensible para los j\u00f3venes.
\nEn este proceso de educaci\u00f3n en la fe creo sinceramente que tenemos que ser muy realistas con lo que hay para no crear realidades paralelas. Muy probablemente la comunidad parroquial concreta, no satisfaga plenamente nuestras expectativas, pero no creo que sea un buen camino crear ambientes burbujas que se prolonguen indefinidamente. Podr\u00e1n existir fases en las que convengan celebraciones por sectores o Pascuas Juveniles, o cuantas iniciativas pastorales se nos ocurran para ayudar a los j\u00f3venes con los que estamos caminando, a comprender y vivir la celebraci\u00f3n, pero al final de un proceso, un joven cristiano tiene que vivir su pertenencia a la iglesia y tiene que celebrar su fe en una comunidad concreta, con unas celebraciones concretas, m\u00e1s o menos vitales, m\u00e1s o menos preparadas, m\u00e1s o menos cercanas, m\u00e1s o menos aburridas\u2026
\nLa vivencia del a\u00f1o lit\u00fargico y de los sacramentos es la pedagog\u00eda de la Iglesia para que los cristianos vivan con intensidad los diferentes momentos de su vida. A ello tenemos tambi\u00e9n que preparar a nuestros chicos en esos itinerarios de educaci\u00f3n en la fe, para que cuando llega el momento en la vida en la que ya no se tiene un grupo c\u00e1lido de referencia por las circunstancias, por la edad, o por lo que sea, esa pedagog\u00eda de la liturgia y esa comunidad cristiana donde se celebra y vive la fe, pueda ser el \u00e1mbito donde el creyente asiente, viva, comparta y enriquezca su fe.
\nConclusi\u00f3n<\/strong>
\nNo es nada f\u00e1cil transmitir hoy la fe a las generaciones j\u00f3venes. La familia, en su mayor\u00eda, ha dejado de ser canal de educci\u00f3n en la fe, la sociedad no s\u00f3lo vive de espaldas al hecho cristiano, sino que en muchas ocasiones, lo ridiculiza y lo vende a los j\u00f3venes como un producto caduco y pasado de moda, la iglesia contin\u00faa a\u00fan tan clericalizada, que el talante de las comunidades cristianas locales, depende casi exclusivamente del p\u00e1rroco o del cura de turno. Incluso entre aquellos chicos que han compartido un proceso en una parroquia, en un colegio, en un centro juvenil, llegamos a un momento en el que nos entran muchas dudas en que realmente hayamos conseguido llegarles a fondo, que realmente haya calado cuanto hemos intentado transmitirles, que, como dec\u00eda en mis primeras l\u00edneas, hayamos conseguido que estos chicos respondan afirmativamente a la pregunta: \u00bferes cristiano?
\nEn este art\u00edculo he se\u00f1alado, a partir de los verbos creer, vivir, testimoniar y celebrar, algunos aspectos que considero importantes para la evangelizaci\u00f3n de los j\u00f3venes. Tal vez la pieza clave de cuanto he dicho sea mi convicci\u00f3n de que como no consigamos suscitar y acompa\u00f1ar a una comunidad aut\u00e9ntica de evangelizadores no ser\u00e1 posible llevar a cabo evangelizaci\u00f3n alguna.
\nEste grupo, responsable \u00faltimo de la evangelizaci\u00f3n, tendr\u00e1 que compartir vida con los j\u00f3venes, tendr\u00e1 que gustar de las cosas que para ellos son importantes, si quieren luego ser significativos para ellos cuando les hablan de sus creencias, de sus principios, de sus opciones de vida.
\nFormado este grupo, entonces ser\u00e1 posible llevar a cabo un proceso de educaci\u00f3n en la fe a modo de c\u00edrculos conc\u00e9ntricos, en el que se vaya estructurando de manera gradual y pedag\u00f3gico, lo genuino del hecho cristiano en torno a los cuatro verbos que he se\u00f1alado en este art\u00edculo: creer, vivir, testimoniar, celebrar.
\nNo creo en las f\u00f3rmulas m\u00e1gicas pero s\u00ed en las estrategias. Afrontamos una cultura diversa a la de los a\u00f1os 90 y no podemos seguir haciendo las mismas cosas que hace 20 a\u00f1os. Hoy es especialmente dif\u00edcil creer, porque ya de por s\u00ed cualquier principio estable se asume con dificultad por nuestros j\u00f3venes. Hoy es especialmente dif\u00edcil vivir en cristiano, porque el relativismo, el hedonismo y la p\u00e9rdida de consistencia de la pregunta sobre el bien, inunda muchos razonamientos. Hoy es especialmente dif\u00edcil testimoniar porque los compromisos duraderos cuestan mucho m\u00e1s que antes, para una generaci\u00f3n que se cansa muy pronto de todo. Hoy es especialmente dif\u00edcil celebrar porque el lenguaje que habitan los j\u00f3venes ha cambiado tanto, que introducirse en una iglesia es para muchos de ellos, entrar en un mundo desconocido, donde se habla de cosas que no les llegan.
\nLas dificultades est\u00e1n ah\u00ed y a las dificultades de un tiempo nuevo, se a\u00f1aden las dificultades que creamos los evangelizadores por nuestra falta de adaptaci\u00f3n o de clarividencia para saber interpretar la realidad de nuestros j\u00f3venes y para saber transmitir el mensaje de siempre en el lenguaje de hoy.
\nPero las dificultades no pueden asfixiar nuestra pasi\u00f3n. El mensaje del evangelio tiene que seguir siendo buena noticia para el mundo de hoy. A la tarea de comunicarlo, tenemos que ponernos con todo nuestro coraje para que el tesoro que hemos recibido y que nos ha sido confiado pase a las nuevas generaciones.<\/p>\n