{"id":7247,"date":"2011-09-01T00:00:10","date_gmt":"2011-08-31T22:00:10","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=7247"},"modified":"2011-09-01T00:00:10","modified_gmt":"2011-08-31T22:00:10","slug":"el-catequista-nuevo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/el-catequista-nuevo\/","title":{"rendered":"EL CATEQUISTA NUEVO"},"content":{"rendered":"
\u00c1lvaro Ginel Vielva<\/strong> En un primer momento es bueno que tracemos una panor\u00e1mica que nos permita discernir la pertinencia de la reflexi\u00f3n sobre la formaci\u00f3n del catequista, o, dicho de otra manera, los focos de la realidad que nos piden una profundizaci\u00f3n sobre la formaci\u00f3n del educador de la fe, del catequista nuevo en la Iglesia. Una palabra previa sobre el t\u00e9rmino formaci\u00f3n. Existe una reflexi\u00f3n abierta sobre el t\u00e9rmino \u201cformaci\u00f3n\u201d[12]<\/em><\/a>. Podemos encontrar como elemento com\u00fan a todas las definiciones de formaci\u00f3n el acento que hoy se pone en los instrumentos necesarios para que la persona en formaci\u00f3n alcance la madurez. No se trata de que la persona sepa para transmitir, sino que se apropie o adquiera identidad para que pueda transmitir. No se piensa primero en los destinatarios, sino en el sujeto en formaci\u00f3n. Formar es ayudar a que la persona se pregunte por s\u00ed misma en medio de una atm\u00f3sfera que le invita constantemente a vivir \u201cfuera de casa\u201d, \u201cfuera de s\u00ed misma\u201d. En al aire hay como una mentalidad que se puede resumir en estas expresiones: \u201cVive y no pienses\u201d. \u201cSi lo piensas mucho no te decidir\u00e1s\u201d. \u201cVive y ya est\u00e1\u201d. \u201cVive sin preguntarte; nosotros (un nosotros gen\u00e9rico que no se ve, que se esconde siempre en el anonimato) te damos las respuestas, te decimos lo que tienes que hacer sin pensar. Te facilitamos todo para que no tengas que pensar. Pensar es un trabajo que te podemos ahorrar\u201d. Explicitadas unas sensibilidades que tienen que se umbral previo y contenido siempre explicito de la formaci\u00f3n, enumero algunos ejes esenciales que tienen que dar consistencia a los llamados para ser catqeuistas. La formaci\u00f3n del catequista nuevo apunta a que el llamado pueda decir: soy catequista, tengo identidad de catequista. Esto es mucho m\u00e1s exacto que el simple decir \u201cme he preparado para hacer de catequista, para dar catequesis\u201d. El Directorio<\/em> nos proporciona semillas que deben ser desarrolladas, profundizadas y asumidas por las comunidades eclesiales a su realidad. \u00c1lvaro Ginel<\/p>\n \u00c1lvaro Ginel Vielva Director de la revista CATEQUISTAS S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO \u00c1lvaro Ginel, conocido catequeta, reconoce la oportunidad para hablar de la formaci\u00f3n de los catequistas. En este estudio se inspira en el Directorio General de la Catequesis y subraya algunos de sus criterios orientadores. Introducci\u00f3n Parece pertinente hablar hoy de la formaci\u00f3n de los […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[142,1521,94],"tags":[],"class_list":["post-7247","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-alvaro-ginel","category-estudios-416","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7247","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7247"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7247\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7247"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7247"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7247"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nDirector de la revista CATEQUISTAS<\/strong>
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\n\u00c1lvaro Ginel, conocido catequeta, reconoce la oportunidad para hablar de la formaci\u00f3n de los catequistas. En este estudio se inspira en el Directorio General de la Catequesis y subraya algunos de sus criterios orientadores.
\n <\/strong>
\nIntroducci\u00f3n<\/strong>
\nParece pertinente hablar hoy de la formaci\u00f3n de los catequistas y de los agentes de pastoral o educadores de la fe. La pertinencia se inscribe en la misma l\u00f3gica con la que reflexionamos actualmente sobre la pastoral o la catequesis. Lo il\u00f3gico ser\u00eda que emprendi\u00e9ramos una reflexi\u00f3n pastoral que no incluyera a los agentes de la pastoral y de la catequesis.
\nPodemos tener hoy la sensaci\u00f3n de estar construyendo una reflexi\u00f3n te\u00f3rica sobre la pastoral y la catequesis y descubrir que, en la pr\u00e1ctica, todo sigue igual, porque los que est\u00e1n bregando en la arena de las comunidades cristianas, por lo general, siguen haciendo lo mismo, siguen siendo los mismos y no se nota una especial preocupaci\u00f3n por su formaci\u00f3n. Es cierto que la reflexi\u00f3n te\u00f3rica parte de la experiencia de la pr\u00e1ctica, pero no siempre quienes reflexionan son los que est\u00e1n en la pr\u00e1ctica. M\u00e1s a\u00fan, los agentes de base con frecuencia aportan datos para una reflexi\u00f3n que ellos no hacen. Esto nos puede llevar a una perplejidad: \u00bfC\u00f3mo es posible que quienes est\u00e1n trabajando a pie de obra no se den cuenta de muchas cosas que est\u00e1n en la mesa de la reflexi\u00f3n?
\nDesde el campo espec\u00edfico de la catequesis, hoy disponemos de unas grandes l\u00edneas de formaci\u00f3n de los catequistas bien definidas por los documentos catequ\u00e9ticos tanto de la Iglesia universal como de las Iglesias particulares; pero no se puede decir que estas hayan calado en el tejido de las comunidades eclesiales. Las escuelas de formaci\u00f3n de catequistas han disminuido.
\nCuando aqu\u00ed hablamos del catequista nuevo, estamos apuntando a dos realidades \u00edntimamente entrelazadas: la persona que tiene la misi\u00f3n de educar en la fe a otros en el coraz\u00f3n de la comunidad cristiana, y, tambi\u00e9n, la misma realidad de la formaci\u00f3n que se le propone: qu\u00e9 formaci\u00f3n y qu\u00e9 modo de formar.
\nLa necesidad de abrir una reflexi\u00f3n sobre la formaci\u00f3n de los educadores de la fe aparece en el terreno mismo de la acci\u00f3n, cuando nos vemos obligados a decir: \u201cpara hacer esto (transmisi\u00f3n de la fe, anuncio del Evangelio, hablar de Dios al hombre de hoy) hay que estar bien formados\u201d. Por lo que se refiere a los catequistas, tenemos afirmaciones tajantes en el Magisterio de la Iglesia: \u201cLa pastoral catequ\u00e9tica diocesana debe dar absoluta prioridad a la formaci\u00f3n de los catequistas laicos\u201d (DGC, 234). Ser\u00eda se\u00f1al de poca finura intelectual y pastoral no ver la necesidad de formaci\u00f3n, y, adem\u00e1s, ser\u00eda una falta de sensibilidad hacia las personas y hacia el mismo Evangelio.
\n <\/p>\n\n
\n
\n1.1. La reflexi\u00f3n actual sobre la catequesis<\/em>
\n\u00bfQu\u00e9 vemos, qu\u00e9 est\u00e1 pasando en el mundo de la catequesis? Es un mundo \u201ctensionado\u201d. No es que no dispongamos en la actualidad de \u201cbuenas reflexiones y principios catequ\u00e9ticos\u201d (bastar\u00eda tomar el Directorio General para la catequesis<\/em> en la mano), es que no acertamos, a pesar de los intentos, a poner en pr\u00e1ctica la reflexi\u00f3n catequ\u00e9tica y pastoral que hacemos. La reflexi\u00f3n nos conduce a varias posibilidades de acci\u00f3n y, a las puertas de la acci\u00f3n, nos detenemos y todo se paraliza. Posiblemente intuimos que cambiar la praxis en pastoral y catequesis no es una cosa mec\u00e1nica, sino algo que \u201ccompromete\u201d a la persona, a la comunidad y a la acci\u00f3n en s\u00ed. Hay novedades pastorales que son solo posibles si detr\u00e1s de ellas hay personas convertidas, es decir, personas que se creen lo que hacen y por qu\u00e9 lo hacen.
\n\u00bfQu\u00e9 est\u00e1 pasando en el mundo de los catequistas? Hay catequistas buscadores, inconformistas, que no se contentan con la realidad presente y reflexionan y abren caminos\u2026 Y hay catequistas cansados, sin ganas de formaci\u00f3n y mirando m\u00e1s a repetir esquemas basados en lo mesurable cognitivamente que en otras opciones de iniciaci\u00f3n cristiana. Esto nos lleva a preguntas importantes. \u00bfC\u00f3mo es posible que con lo que est\u00e1 pasando en el mundo, en la catequesis, en la educaci\u00f3n\u2026 no haya m\u00e1s inquietud formativa en el colectivo dedicado a la educaci\u00f3n en la fe? \u00bfC\u00f3mo es posible una novedad pastoral y catequ\u00e9tica sin unos catequistas nuevos<\/em>?
\nEn el \u00e1mbito de reflexi\u00f3n catequ\u00e9tica, la Asociaci\u00f3n AECA mantiene vivo el repensar la catequesis[1]<\/a>. Muchas Iglesias particulares han afrontado tambi\u00e9n el tema de la catequesis[2]<\/a>. \u00bfPor qu\u00e9 estas reflexiones? Porque la Iglesia universal se dio un documento de referencia, el Directorio General para la Catequesis,<\/em> y son necesarias adaptaciones a la realidad de cada Iglesia y contexto socio-cultural. La necesidad de reflexiones locales es impulsada por el mismo Directorio<\/em>. Ya en el prefacio, el Prefecto de la Congregaci\u00f3n para el Clero afirmaba: \u201cEs competencia espec\u00edfica de los Episcopados la aplicaci\u00f3n m\u00e1s concreta de estos principios y enunciados, mediante orientaciones y Directorios nacionales, regionales o diocesanos, Catecismos y dem\u00e1s medios que resulten id\u00f3neos para promover eficazmente la catequesis\u201d[3]<\/a>.
\nNo podemos obviar al catequista en la reflexi\u00f3n sobre la catequesis, de lo contrario correr\u00edamos el riesgo de construir una teor\u00eda sobre la catequesis sin los agentes concretos que la pongan en pr\u00e1ctica. De hecho, el mismo Directorio<\/em> se pronuncia claramente sobre este punto: \u201cTodos estos quehaceres nacen de la convicci\u00f3n de que cualquier actividad pastoral que no cuente para su realizaci\u00f3n con personas verdaderamente formadas y preparadas, pone en peligro su calidad. Los instrumentos de trabajo no pueden ser verdaderamente eficaces si no son utilizados por catequistas bien formados. Por tanto, la adecuada formaci\u00f3n de los catequistas no puede ser descuidada a favor de la renovaci\u00f3n de los textos y de una mejor organizaci\u00f3n de la catequesis\u201d[4]<\/a>.
\nLa reflexi\u00f3n actual sobre la catequesis no se sustenta s\u00f3lo en tener un documento eclesial espec\u00edfico de referencia que hay que adaptar a realidades concretas. Se fundamenta tambi\u00e9n en los datos de observaci\u00f3n desde la misma catequesis en acto<\/em>[5]<\/a> al constatar determinados fen\u00f3menos que se producen. Lo podr\u00edamos resumir brevemente en esta expresi\u00f3n: Lo que estamos haciendo en la catequesis no alcanza los frutos que nos hab\u00edamos propuesto y se plantean nuevas e in\u00e9ditas situaciones en la acci\u00f3n catequ\u00e9tica ordinaria que tienen su origen en un cambio profundo en las sociedades, especialmente las de vieja cristiandad[6]<\/a>. De ah\u00ed que surja la pregunta no solo por el c\u00f3mo estamos haciendo las cosas, sino qu\u00e9 es la catequesis misma y, por a\u00f1adidura, qu\u00e9 tipo de catequista necesitamos hoy. Desde lo que entendamos por catequesis abriremos las puertas a la identidad del catequista, lo que conlleva afrontar la formaci\u00f3n de los nuevos catequistas en la Iglesia[7]<\/a>.
\n
\n1.2 La vocaci\u00f3n y puesto del catequista en la Iglesia<\/em>
\nUn segundo aspecto de reflexi\u00f3n en el panorama sobre el catequista en la Iglesia es el puesto o \u201cstatus\u201d que se le concede en la Iglesia particular y local. Nos referimos en concreto a que en muchas comunidades cristianas, el llamado catequista parece m\u00e1s un \u201cayudante de segunda categor\u00eda\u201d del presb\u00edtero, o un \u201cvoluntario obediente\u201d cuya misi\u00f3n es ocuparse de ni\u00f1os y adolescentes en la preparaci\u00f3n a un sacramento, que un verdadero vocacionado, con una misi\u00f3n espec\u00edfica y un perfil claro en el seno de la comunidad. Por decirlo con otras palabras: posiblemente estamos asistiendo a una \u201cclericalizaci\u00f3n\u201d de la comunidad cristiana que consistir\u00eda en dar tal importancia al presb\u00edtero que todos los dem\u00e1s ministerios comunitarios pasar\u00edan a segundo plano[8]<\/a>.
\nEs cierto que la catequesis es una responsabilidad de toda la comunidad cristiana (DGC 220) y que tanto el Obispo como el presb\u00edtero tienen reconocida un funci\u00f3n bien precisa (DGC nn. 222-223.224-225). Es interesante detenerse y observar c\u00f3mo el Directorio borda de manera fina la responsabilidad que proviene del sacramento del Orden, con la originalidad y participaci\u00f3n propias de los laicos en la misi\u00f3n de la Iglesia que tiene su ra\u00edz en el sacramento del Bautismo.
\nAl hacer el Directorio<\/em> distinci\u00f3n de diversos tipos de catequistas (DGC 231 y 232) menciona y distingue grados de dedicaci\u00f3n, <\/em>de temporalidad<\/em> (periodo limitado de su vida o servicio ocasional) en el servicio de la catequesis. <\/em>Y se insiste en que \u201cla importancia del ministerio de la catequesis aconseja que en la di\u00f3cesis exista, ordinariamente, un cierto n\u00famero de religiosos y laicos, estable y generosamente dedicados a la catequesis reconocidos p\u00fablicamente por la Iglesia, y que \u2013en comuni\u00f3n con los sacerdotes y el Obispo- contribuyan a dar a este servicio diocesano la configuraci\u00f3n eclesial que le es propia\u201d[9]<\/a>.
\nUn reconocimiento expl\u00edcito o estatus<\/em>, de la mejor forma que cada Iglesia particular o comunidad cristiana crea oportuno, de la vocaci\u00f3n de los catequistas ser\u00eda necesario poner en marcha. Reconocer<\/em> a los catequistas no es solo darles gracias o dirigirles bonitas palabras por su labor, sino que habr\u00eda que caminar hacia un reconocimiento m\u00e1s institucional en la comunidad. Y esto no porque el reconocimiento expl\u00edcito e institucional a\u00f1ada algo nuevo, sino para dar importancia a su trabajo y dedicaci\u00f3n, para organizar una formaci\u00f3n sistem\u00e1tica que finalice en algo visible, como formar parte de un colectivo que tiene un puesto reconocido en la comunidad.
\n <\/em>
\n1.3 Apertura a nuevas preguntas sobre la formaci\u00f3n<\/em>
\nLa reflexi\u00f3n sobre la formaci\u00f3n de catequistas y agentes de pastoral parte de la acci\u00f3n pastoral y de la catequesis e interroga, en primer lugar, a la Pastoral y a la Catequ\u00e9tica. \u00bfNos debemos quedar ah\u00ed? Adelanto que no tengo las cosas nada claras. Pero me inclino a pensar que es necesario abrir el horizonte e ir mucho m\u00e1s all\u00e1. Cuando escuchamos a los que est\u00e1n en la acci\u00f3n, descubrimos que hay \u201cquejas\u201d que se centran en: \u201cNo se quedan con nada, todo les resbala\u201d. \u201cNo est\u00e1n preparados para la catequesis que les damos\u201d. \u201cNo est\u00e1n interesados, no buscan conocer m\u00e1s a Jes\u00fas. Vienen porque toca, no porque buscan a Jes\u00fas\u201d. \u201cLuchamos contra los elementos: lo que en catequesis se les dice, en sus hogares no lo viven ni en la sociedad. Cae en el vac\u00edo. \u00bfQu\u00e9 podemos hacer una hora a la semana contra el resto de horas de la semana?\u201d.
\nEstas afirmaciones se convierten en interrogaciones: \u00bfQu\u00e9 educaci\u00f3n b\u00e1sica (o soporte humano previo) requiere la catequesis? \u00bfQu\u00e9 acci\u00f3n educativa conlleva la catequesis?[10]<\/em><\/a>. <\/em>El Directorio<\/em> consagra la expresi\u00f3n \u201cevangelizar educando y educar evangelizando\u201d, \u00bfc\u00f3mo hacerlo realidad hoy? Podemos caer en la tentaci\u00f3n de pretender hacer cristianos donde no hay un m\u00ednimo de persona cultivada, capaz de entablar un di\u00e1logo de salvaci\u00f3n con Dios que lleva la iniciativa. La preocupaci\u00f3n por el anuncio de Jes\u00fas no nos tiene que hacer olvidar la acci\u00f3n sencillamente educativa: ser personas[11]<\/a>.
\nLa atenci\u00f3n a la realidad de la persona es una constante en la doctrina del Directorio. <\/em>Se pone en el mismo plano la fidelidad a Dios y la fidelidad a la persona (DGC 145). Ser fieles a la persona real dimana de la fidelidad a Dios y consiste en reconocer que el \u201cdestinatario del Evangelio es \u2018el hombre concreto<\/em>, hist\u00f3rico\u2019, enraizado en una situaci\u00f3n dada e influido por unas determinadas condiciones psicol\u00f3gicas, culturales y religiosas, sea consciente o no de ello\u201d (DGC 167).
\nEl car\u00e1cter maternal de la Iglesia obliga a esta a acercarse a las personas con trato exquisito para cultivar en ellas, sobre todo, la esperanza. Se trata de la aplicaci\u00f3n del principio de la encarnaci\u00f3n al anuncio de la Palabra de Dios. \u201cLa predicaci\u00f3n acomodada de la Palabra revelada debe mantenerse como ley de toda evangelizaci\u00f3n\u201d (DGC 169). Y se explicita mejor lo que se entiende por adaptaci\u00f3n: \u201cLa adaptaci\u00f3n ha de tener siempre presente a la persona en su totalidad y en su unidad esencial, conforme a la visi\u00f3n que de ella tiene la Iglesia. Por eso, la catequesis no se queda solo en la consideraci\u00f3n de los elementos exteriores de una situaci\u00f3n concreta, sino que tiene presente tambi\u00e9n el mundo interior de las personas, la verdad sobre el ser humano, \u2018camino primero y fundamental de la Iglesia\u2019\u201d (DGC 170).
\n <\/em><\/strong><\/p>\n\n
\nSe podr\u00eda pensar que la palabra formaci\u00f3n es \u201cdar forma\u201d a alguien que carecer\u00eda de ella. As\u00ed la formaci\u00f3n ser\u00eda modelar algo que no le es propio a la persona y que esta adquiere desde fuera por una acci\u00f3n ajena a ella misma. Formar ser\u00eda socializaci\u00f3n de un modelo de ser persona aun a costa de su libertad. Al hablar de formaci\u00f3n no nos situamos en esta \u00f3ptica. Aqu\u00ed, cuando hablamos de formaci\u00f3n, no la entendemos de manera impositiva, sino que formar es capacitar para que la persona pueda estar de manera original, cara a cara, como dialogante de Dios que le solicita. Formar no es imponer o dictar las palabras que la persona tiene que dirigir a Dios, sino ayudarle a que se haga sujeto de palabra personal para decirla y pronunciarla en presencia de Dios que es hablador y que se hace Palabra en su Hijo, Jes\u00fas de Nazaret, el Se\u00f1or.
\nPartimos, pues, de una definici\u00f3n teol\u00f3gica de persona: capax Dei. Formar ser\u00e1 ayudar a que el otro madure o adquiera la plenitud de la capacidad de Dios que todos llevamos dentro para poder responder al Dios que en lo escondido de la vida nos busca y nos nombra, como nombr\u00f3 a Ad\u00e1n en medio del para\u00edso, donde \u00e9l se adentraba y escond\u00eda huyendo de la mirada de Dios (G\u00e9n. 3,9).
\nMe propongo ahora fundamentalmente suscitar y evocar aspectos que deben integrarse con nueva fuerza en los itinerarios de formaci\u00f3n de los educadores de la fe[13]<\/a>. Dentro de ese \u201cItinerario formativo\u201d, creo que hoy se deben potenciar algunas \u201csensibilidades\u201d de manera m\u00e1s significativa.
\n <\/strong>
\n2.1. \u00bfDe d\u00f3nde vengo? \u00bfD\u00f3nde estoy?<\/em>
\nFormar es ayudar a la persona a plantearse las preguntas b\u00e1sicas. Formar no consiste en que el otro acepte sin m\u00e1s respuestas dadas y hechas. Sin entrar en un juicio de valor sobre si las respuestas son buenas o pertinentes, lo que se sugiere es una actitud de interrogaci\u00f3n, de pregunta, de b\u00fasqueda: \u201cRab\u00ed, \u00bfd\u00f3nde resides?\u201d (Jn 1,38).
\n\u00bfD\u00f3nde estoy? \u00bfDe d\u00f3nde vengo? \u00bfA d\u00f3nde voy? Estas son preguntas fundamentales que la persona se suele hacer. El escenario en el que \u201crepresentamos\u201d nuestra vida es hoy de tal movilidad, las escenas se suceden con tanta velocidad que la persona llega a preguntarse: \u201cPero, bueno, \u00bfd\u00f3nde estoy? \u00bfQu\u00e9 escenario es este donde vivo?\u201d. Sin una m\u00ednima comprensi\u00f3n no solo de lo que pasa, sino del escenario en el que vive la persona corremos el riesgo de vivir sin saber d\u00f3nde vivimos, de estar representando algo sin saber qu\u00e9 representamos, sin entrar en la trama de la vida, sin entender \u201cla obra de la que somos protagonistas\u201d.
\nLa imagen del teatro, inspirada en Calder\u00f3n de la Barca, nos sirve sencillamente para destacar la urgencia de educar en la sensibilidad de \u201cpreguntar para comprender el mundo en que vivimos y para comprendernos, para tener palabra y dialogar con lo que nos rodea\u201d.
\nEn el fondo, no es nada m\u00e1s que decir que todo comienza por la ley de la Encarnaci\u00f3n, de acampar conscientemente en la escena del mundo actual y asumirlo en toda su realidad. El concilio lo expuso de manera preciosa en el n\u00famero 4 de la constituci\u00f3n Gaudium et spes:<\/em> \u201cEs necesario conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dram\u00e1tico que con frecuencia le caracteriza\u201d. El Se\u00f1or Jes\u00fas, cuestiona a los disc\u00edpulos: \u201cSab\u00e9is interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, \u00bfy no sab\u00e9is interpretar la coyuntura presente? \u00bfPor qu\u00e9 no juzg\u00e1is por vuestra cuenta lo que es justo?\u201d (Lc 12,56-57).
\nCuando ponemos como primera sensibilidad de la formaci\u00f3n de los catequistas la apertura consciente \u201ca la pregunta por uno mismo, a la pregunta por lo que est\u00e1 pasando en el gran teatro del mundo\u201d no estamos abogando los creyentes y los educadores de la fe por un estudio de la sociolog\u00eda, que est\u00e1 muy bien\u2026 El creyente no se contenta con saber<\/em> la realidad, sino que escudri\u00f1a en ella la presencia<\/em> de Dios, el paso<\/em> de Dios por nuestras vidas, la llamada de Dios, los signos de la presencia y del designio de Dios (GS 11), la profec\u00eda oculta de Dios en la realidad que nos envuelve y de la que formamos parte. Esto va m\u00e1s all\u00e1 de la sociolog\u00eda. El cristiano, despierto a la presencia de Dios en el p\u00e1lpito de los hombres y mujeres, es una persona abierta, despierta que como Samuel percibe en el susurro a Dios que pasa. El cristiano es una persona resucitada, incapaz de estancarse en volver hacia atr\u00e1s para repetir los tiempos que se fueron. El Resucitado nos env\u00eda siempre a Galilea y nos espera all\u00e1 donde nos env\u00eda previamente (Mc 16,7). No vamos donde no est\u00e9 Dios esper\u00e1ndonos ya\u2026
\nLa respuesta a las preguntas iniciales se concretan en: Vengo de un Soplo de Dios y estoy en un escena con presencia de Dios y con promesa de Dios que estar\u00e1 con nosotros hasta el final del tiempo (Mt 28,20) siguiendo la historia de alianza y amor comenzada en el Antiguo Testamento.
\nEsta manera de estar \u201cen escena\u201d es fundamental; es un acto de confianza, de fe, de solidez que no tiene sus ra\u00edces en lo solo humano, sino que echa ra\u00edces en la fuerza y en el amor de Dios. Confiar es la base para poder caminar y emprender algo personal y comunitario. Confiar a\u00fan cuando las preguntas que nos formulamos sean tan consistentes, que no tengamos palabras para responderlas. No tener todas las respuestas aqu\u00ed y ahora no es carecer de respuesta, sino confiar que hay una respuesta que est\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 de nuestra palabra. La respuesta reside en un acto de confianza, de fe en Aquel de quien me f\u00edo, el Verbo encarnado, la Palabra de Dios. Preguntar y quedarnos colgados de la pregunta es la manera de llegar a otra respuesta m\u00e1s all\u00e1 de la raz\u00f3n: la fe.
\n <\/p>\n\n
\nPrimero acampamos en un lugar concreto y despu\u00e9s nos preguntamos: \u00bfQui\u00e9n soy yo? Primero existimos y despu\u00e9s nos preguntamos por el sentido de nuestra existencia. Nacer en un aqu\u00ed y ahora, en un contexto determinado entra tambi\u00e9n en la respuesta a la pregunta \u00bfQui\u00e9n soy yo? <\/em>Soy yo aqu\u00ed y ahora,<\/em> en estas coordenadas de espacio y de tiempo, en esta historia y circunstancias.
\nLa segunda sensibilidad que apuntamos como necesarias en la formaci\u00f3n es aquella que nos lleva a la pregunta por laidentidad<\/em> personal. Nos encontramos en escena con hombres y mujeres que son capaces de hacerse muchas preguntas \u201cprofesionales\u201d pero reh\u00fayen o les atemorizan las preguntas personales. Son hombres y mujeres muy \u201cpr\u00e1cticos\u201d, muy \u201ceficaces\u201d, acostumbrados a trabajar por objetivos de \u201cproductividad\u201d, y valorados por lo que son capaces de \u201crendir\u201d, por lo \u201cbeneficios\u201d que obtienen\u2026 Est\u00e1n muy orientados a lo mesurable. Todo aparece muy programado y muy profesionalizado\u2026 Se es buen profesional, se \u201cfunciona profesionalmente\u201d sin necesidad de desarrollar otras dimensiones de la persona. El comercio y el trabajo se encargan de inculcarnos lo que hay que hacer para ser \u201cproductivos\u201d, tambi\u00e9n la escuela y la empresa. Pero todo esto no siempre concuerda con un \u201cexistir y ser humanamente\u201d. No siempre \u201clo que hacemos para ser productivos y eficaces\u201d nos ayuda a ser; antes al contrario, lo que hacemos puede arrastrarnos a una manera de ser \u201cmec\u00e1nica\u201d, poco humanizadora (si no es abiertamente deshumanizadora).
\nEn una sociedad plural, con muchos \u201cactores\u201d que intervienen en escena, es imprescindible \u201cconocer el propio papel\u201d, \u201cidentificarse con el personaje que uno es realmente\u201d para no vivir despersonalizado y sin sentido.
\nLa formaci\u00f3n de la identidad personal es una asignatura que hoy recobra importancia porque es tal la variedad de identificaciones que se nos proponen como posibles, que hay que saber elegir y hay que construir la propia identidad, \u00fanica manera de poder ser interlocutor con los m\u00faltiples actores, lenguajes, culturas que est\u00e1n sobre el escenario simult\u00e1neamente.
\nTener identidad no es solo estar informado vagamente sobre algo\u2026 sino estar \u201cadiestrado\u201d, \u201ceducado\u201d en la elecci\u00f3n de unos valores. Es poder decir: \u201cYo me identifico con esto\u201d. \u201cYo hago m\u00edos estos valores\u201d. Se trata de una tarea que comienza en los mismos or\u00edgenes de la vida de cada ser.
\nEl creyente no tiene dos identidades: la humana y, a\u00f1adida, la religiosa. La educaci\u00f3n integral consiste precisamente en que lo humano es \u201ccapax Dei\u201d, en que en lo humano anida el \u201caliento de Dios\u201d (G\u00e9n 2,7) que todo lo envuelve y le da sentido. La persona no es plenamente ella misma, mientras no es capaz de integrar \u201clo humano y lo divino\u201d.
\nEs posible que hoy existan unas dificultades a\u00f1adidas al \u201checho de la integraci\u00f3n personal\u201d porque estamos solicitados desde el mundo exterior a vivir en dualidad: lo racional por una parte, lo afectivo por otra, la corporeidad por una parte, la espiritualidad por otra, lo laboral por otra\u2026 Y a\u00f1adimos: \u201cno hay que mezclar lo personal y lo profesional\u201d. \u201cTus problemas personales, tu vida privada no me interesa. Me interesa que rindas\u201d, nos dicen en el trabajo. Se prefiere vivir lo puntual, lo del momento, sin una preocupaci\u00f3n por la l\u00ednea continua de la integraci\u00f3n. Como que unas cosas no tuvieran nada que ver con otras en la vida del individuo. Ahora haces esto; despu\u00e9s de lo otro, y ya est\u00e1, no hay que pensar m\u00e1s ni reflexionar m\u00e1s, ni buscar congruencia interna en lo que haces y vives. Y sin embargo, creemos que \u201cla verdadera formaci\u00f3n consiste en el desarrollo armonioso de todas las capacidades del hombre y de su vocaci\u00f3n personal de acuerdo con los principios del Evangelio y en relaci\u00f3n con el fin \u00faltimo, al mismo tiempo que con el bien del g\u00e9nero humano, del que el hombre es miembro y en que est\u00e1 llamado a dar su propia aportaci\u00f3n con cristiana responsabilidad\u201d[14]<\/a>.
\n
\n2.3. <\/em> \u00bfQu\u00e9 sentido tiene mi vida?<\/em>
\nFormar es ayudar a que la persona se plantee con radicalidad la pregunta del sentido de la vida. Se oyen frases que apuntan directamente al sentido de la vida como: \u201cNo s\u00e9 qu\u00e9 hacer con mi vida\u201d. \u201cMi vida no tiene sentido\u201d. \u201cMe da miedo plantearme el sentido de la vida\u201d, y otras. Existe un cierto miedo a preguntarse por el sentido de la vida, y hombres y mujeres hoy \u201cvan tirando\u201d omitiendo en sus vidas la pregunta por el sentido. No quiere escuchar la respuesta por miedo a tener que cambiar y reorientar su modo de vivir.
\nHacerse la pregunta por el sentido de la vida y estar dispuesto a llegar al final de la respuesta es una de las aventuras m\u00e1s exigentes que la persona puede afrontar.
\n\u00bfQu\u00e9 sentido tiene mi vida? es la pregunta que conduce a la respuesta vital, a encontrar la vocaci\u00f3n, la llamada que est\u00e1 oculta en lo m\u00e1s \u00edntimo de la mismidad de la persona. La pregunta del sentido de la vida en la persona es la escalera que le lleva a subir hacia arriba y descubrir que cada vida, que su vida, es un di\u00e1logo que le precede y una respuesta (vocaci\u00f3n) que le empe\u00f1a la vida.
\n\u00bfQu\u00e9 sentido tiene mi vida? es ponerme como interlocutor con otro, es escuchar la palabra oculta que no pronuncio yo para m\u00ed mismo, sino que admito que Otro la pronuncia en m\u00ed, la ha puesto en m\u00ed y yo la escucho. Cada persona es palabra para otra Palabra que le puso en marcha.
\n\u00bfQu\u00e9 sentido tiene mi vida? es, para no pocas personas, un camino largo que est\u00e1 salpicado de muchas curvas y acontecimientos vitales\u2026
\n\u00bfQu\u00e9 sentido tiene mi vida? es una pregunta exigente que algunos temen plantearse o dilatan la respuesta hasta acostumbrarse a vivir sin respuesta. Y la respuesta es vivir sin respuesta<\/em> a la pregunta.
\nDe ah\u00ed la importancia de educar para que cada persona sea capaz del planteamiento de la pregunta y del itinerario que lleva al planteamiento de la pregunta y a la respuesta.
\nEn el Evangelio de san Juan se nos describe el pasaje de la vocaci\u00f3n de los primeros disc\u00edpulos:
\nAl d\u00eda siguiente estaba Juan con dos de sus disc\u00edpulos y, fij\u00e1ndose en Jes\u00fas que pasaba, dice:\u201dEste es el cordero de Dios\u201d.<\/em>
\nLos dos disc\u00edpulos oyeron sus palabras y siguieron a Jes\u00fas. Jes\u00fas se volvi\u00f3, y al ver que lo segu\u00edan, les pregunta: \u201cQu\u00e9 busc\u00e1is\u201d. Ellos le contestaron: Rabb\u00ed (que significa Maestro), \u00bfd\u00f3nde vives? \u00c9l les dijo: \u2018Venid y ver\u00e9is\u2019. Entonces, fueron, vieron d\u00f3nde viv\u00eda y se quedaron con \u00e9l aquel d\u00eda; era como la hora d\u00e9cima<\/em> (Jn 1,35-39).
\nEl centro del relato es la pregunta de Jes\u00fas: \u00bfQu\u00e9 busc\u00e1is? Es significativo que Jes\u00fas les hace la pregunta que ellos mismos se est\u00e1n formulando, aunque no la pongan palabras. Estos disc\u00edpulos son, en primer lugar, disc\u00edpulos de Juan. Y es Juan el que les muestra al \u201cCordero de Dios\u201d\u2026 Ellos deciden seguirle. No se nos dice por qu\u00e9, pero le siguen \u201calertados\u201d por la palabra de alguien que les da la pista de qui\u00e9n es Jes\u00fas. Sin alguien o algo que nos ponga en pista de aquel me merece la pena seguir, nos ser\u00e1 dif\u00edcil el seguimiento\u2026
\nJes\u00fas les interpela directamente al ver que lo siguen. Es una interpelaci\u00f3n que no pregunta por qu\u00e9 le siguen, sino qu\u00e9 buscan, qu\u00e9 tienen en el coraz\u00f3n, qu\u00e9 les impulsa por dentro a hacer lo que est\u00e1n haciendo. <\/em>Los nuevos disc\u00edpulos presienten en aquel que siguen que en \u00e9l est\u00e1n la respuesta a lo que buscan, a lo que tienen dentro de s\u00ed.
\nLa respuesta, como tantas de nuestras respuestas esenciales, es no responder con palabras. Es hacer, ponerse en camino, ir con el \u201cnuevo compa\u00f1ero\u201d. S\u00f3lo intuyen algo: \u201c\u00bfD\u00f3nde vives?\u201d. No se pregunta qui\u00e9n eres, sino d\u00f3nde vives. Vivir con \u00e9l es la intuici\u00f3n que les da futuro. Vivir con Jes\u00fas es la intuici\u00f3n que les parece ser el camino y la manera de responder a lo que buscan y de ser lo que les da sentido.
\n\u00bfQu\u00e9 sentido tiene mi vida? lo podr\u00e1n responder en la convivencia, en ver con los ojos y en ver lo que no van a entender, pero les va a interrogar y les abrir\u00e1 los ojos a una manera nueva de existir: confiar y creer en alguien. Algo as\u00ed como si se les dijera: Venid y ved, para que viendo no entend\u00e1is y no entendiendo os abr\u00e1is a una manera nueva de existencia: vivir confiando, vivir creyendo, vivir colgados de Dios.
\nLa respuesta al sentido de mi vida que se formulan los buscadores de \u201cel algo m\u00e1s\u201d en su vida, como en el episodio del evangelio de san Juan, consiste en que tiene sentido emprender un camino sin tener segura la meta final, como se le dijo al padre de los creyentes: \u201cCamina hacia la tierra que te mostrar\u00e9\u201d (G\u00e9n 12,1). El sentido de la vida no es d\u00f3nde llego, sino hacia d\u00f3nde camino. Pero no camino por caminar, camino porque caminar es ya respuesta: uno me puso en camino y va conmigo por el camino.
\n <\/p>\n\n
\nLa importancia de la formaci\u00f3n de los catequistas est\u00e1 consignada en el Directorio<\/em> de manera expl\u00edcita: \u201cLa adecuada formaci\u00f3n de los catequistas no puede ser descuidada en favor de la renovaci\u00f3n de los textos o de una mejor oraganizaci\u00f3n de la catequesis\u201d (DGC, n. 234). M\u00e1s adelante, se concreta que la formaci\u00f3n del catequista est\u00e1 \u00edntimamente relacionada con con \u201cel concepto de catequesis que hoy propugna la Iglesia\u201d (DGC 237). Se trata, pues, de evitar un tipo de formaci\u00f3n \u201cgen\u00e9rica\u201d que est\u00e9 disociada de la catequesis, cosa que puede pasar en la pr\u00e1ctica y que hace sentir al catequista un \u201cdifuso\u201d malestar entre lo que tiene que hacer y la formaci\u00f3n que recibe.
\nLa preocupaci\u00f3n de la formaci\u00f3n de los catequistas, a niveles de reflexi\u00f3n, ha sido tratada en nuestro \u00e1mbito religioso cultural desde muchos puntos de vista y nivel de profundidad[15]<\/a>. En este apartado me circunscribo a hacer una lectura de lo que el Directorio<\/em> de 1997 propone.
\n
\n\u25ba El eje cristoc\u00e9ntrico<\/em>
\nPuesto que la catequesis es comunicaci\u00f3n del mensaje evang\u00e9lico, lo que la formaci\u00f3n del catequista persigue es que el catequista pueda \u201canimar eficazmente un itinerario catequ\u00e9tico en el que, mediante las necesarias etapas: anuncie a Jesucristo, d\u00e9 a conocer su vida, encarn\u00e1ndola en el conjunto de la Historia de la salvaci\u00f3n; explique su misterio de Hijo de Dios, hecho hombre por nosotros; y ayude, finalmente al catec\u00fameno o al catequizando a identificarse con Jesucristo en los sacramentos de iniciaci\u00f3n\u201d (DGC 235).
\nLa dimensi\u00f3n cristoc\u00e9ntrica de la catequesis tiene una relaci\u00f3n directa con la vida cristiana del catequista. El catequista tiene que ser formado en aquello que deber\u00e1 ofrecer a los otros: el misterio de Jesucristo.<\/em> De ah\u00ed que la naturaleza<\/em> de la formaci\u00f3n de catequistas est\u00e9 basada sobre un pilar cristol\u00f3gico: \u201cEsta perspectiva cristol\u00f3gica incide directamente en la identidad del catequista y en su preparaci\u00f3n. \u201cLa unidad y armon\u00eda del catequista se deben leer desde esta perspectiva cristol\u00f3gica y han de construirse en base a una familiaridad profunda con Cristo y con el Padre en el Esp\u00edritu\u201d (DGC 235).
\n
\n\u25ba El eje eclesial<\/em>
\nPertenece tambi\u00e9n a la naturaleza de la formaci\u00f3n del catequista el sentido eclesial: \u201cLa formaci\u00f3n de los catequistas no es otra cosa que un ayudar a \u00e9stos a sumergirse en la conciencia viva que la Iglesia tiene hoy del Evangelio, capacit\u00e1ndoles as\u00ed para transmitirlo en su nombre\u201d… \u201cEsta eclesialidad de la transmisi\u00f3n del Evangelio impregna toda la formaci\u00f3n de los catequistas, confiri\u00e9ndole su verdadera naturaleza\u201d (DGC 236).
\nLa conciencia viva del Evangelio que tiene la Iglesia de la que el catequista es miembro configura el Evangelio que el catequista vive y propone. El Evangelio lo vive el catequista en un Iglesia hist\u00f3rica, concreta, y, este hecho configura la formaci\u00f3n de los catequistas. La vivencia del Evangelio debe estar \u201csituada\u201d en el aqu\u00ed y ahora de una comunidad cristiana concreta. Si se sit\u00faa a la catequesis en el coraz\u00f3n de la Iglesia local, se sigue con l\u00f3gica que la Formaci\u00f3n del catequista tenga como elemento caracter\u00edstico de su naturaleza la eclesialidad. La eclesialidad no se puede entender como una caracter\u00edstica de orden jur\u00eddico o disciplinario, para regular y controlar, sino de orden vivencial, comunitario; como sensibilidad espiritual con la que una Iglesia particular vive y asume el Evangelio y engendra creyentes nuevos en su seno maternal (DGC 79).
\n
\n\u25ba<\/em> El eje de la realidad hist\u00f3rica<\/em>
\nFormamos catequistas para las necesidades evangelizadoras de este momento hist\u00f3rico con sus valores, sus desaf\u00edos y sus sombras. El punto de partida de la formaci\u00f3n es que el catequista sea persona de nuestro hoy y en sinton\u00eda con nuestro hoy, con la realidad, porque a la realidad del presente es enviada la Iglesia a predicar. Esto exige: fe profunda, identidad cristiana y eclesial, sensibilidad social. Para entender lo que aqu\u00ed se pretende, hay que mirar a otras partes del Directorio, como los n\u00fameros de la exposici\u00f3n introductoria (DGC nn. 16-23). Un catequista \u201cre\u00f1ido\u201d con la realidad de nuestro mundo dif\u00edcilmente pueda anunciar a Jesucristo. Esta sensibilidad a la realidad de nuestro hoy es el eslab\u00f3n de la encarnaci\u00f3n para poder hablar de Dios. Encontramos una s\u00edntesis ajustada cuando se dice en el Directorio: \u201cEsta exposici\u00f3n introductoria pretende estimular a los pastores y a los agentes de la catequesis a tomar conciencia de la necesidad de mirar siempre el campo de la siembra[16]<\/a> y hacerlo desde la fe y la misericordia\u201d (DGC 14). \u201cEl cristiano sabe que en toda realidad y acontecimiento humano subyacen al mismo tiempo:
\n– la acci\u00f3n creadora de Dios, que comunica a todo su bondad;
\n– la fuerza que proviene del pecado, que limita e entorpece al hombre;
\n– el dinamismo que brota de la Pascua de Cristo, como germen de renovaci\u00f3n, que confiere al creyente la esperanza de una \u2018consumaci\u00f3n\u2019 definitiva.
\nUna mirada al mundo que prescindiese de alguno de estos tres aspectos no ser\u00eda aut\u00e9nticamente cristiana. Es importante, por eso, que la catequesis sepa iniciar a los catec\u00famenos y a los catequizandos en una lectura teol\u00f3gica de los problemas modernos\u201d (DGC 16).
\n
\n\u25ba<\/em> El eje de la naturaleza la catequesis<\/em>
\nLa formaci\u00f3n de los catequistas brota de la identidad de catequesis. Qu\u00e9 es catequesis, qu\u00e9 entiende la Iglesia por catequesis influye en la formaci\u00f3n de catequistas. El catequista tiene derecho a una formaci\u00f3n espec\u00edfica, a estar formado para una catequesis concreta. Tres palabras, muy ambicionas, resumen lo que el catequista tiene que llegar a ser: maestro, educador, testigo<\/em> (DGC 237).
\nHoy tenemos que hablar de formar catequistas capaces de llevar adelante una catequesis de iniciaci\u00f3n. As\u00ed entiende hoy la Iglesia la catequesis, como catequesis de iniciaci\u00f3n, \u201ccomo eslab\u00f3n necesario entre la acci\u00f3n misionera, que llama a la fe, y la acci\u00f3n pastoral, que alimenta constantemente a la comunidad cristiana\u201d (DGC 64), \u201ccomo elemento fundamental de la iniciaci\u00f3n cristiana\u201d (DGC 66).
\n
\n\u25ba El eje de la originalidad laica de los catequistas[17]<\/a><\/em>
\nSe da por hecho que los catequistas son cuantitativamente laicos m\u00e1s que cl\u00e9rigos o religiosos. La formaci\u00f3n de los catequistas no es una mini \u201cformaci\u00f3n clerical\u201d. No se puede perder de vista la originalidad laical. \u201cLos laicos ejercen la catequesis desde su inserci\u00f3n en el mundo, compartiendo todo tipo de tareas con los dem\u00e1s hombres y mujeres, aportando a la transmisi\u00f3n del Evangelio una sensibilidad y unas connotaciones espec\u00edficas: \u2018esta evangelizaci\u00f3n\u2026 adquiere una nota espec\u00edfica por el hecho de que se realiza dentro de las comunes condiciones de la vida en el mundo\u2019\u201d (DGC 230).
\n
\n\u25ba<\/em> El eje de la originalidad de la formaci\u00f3n de los catequistas<\/em>
\nEl Directorio cuida mucho este aspecto de la forma c\u00f3mo se forma a los catequistas.
\n\u201cDebe existir una coherencia entre la pedagog\u00eda global de la formaci\u00f3n del catequista y la pedagog\u00eda propia de un proceso catequ\u00e9tico. Al catequista le ser\u00eda muy dif\u00edcil improvisar, en su acci\u00f3n catequ\u00e9tica, un estilo y una sensibilidad en los que no hubiera sido iniciado durante su formaci\u00f3n\u201d (DGC 237).
\nDa la impresi\u00f3n de que se recoge aqu\u00ed la insistencia que el DCG daba a las pr\u00e1cticas y a la experiencia reflexionada como metodolog\u00eda de formaci\u00f3n de los catequistas (cfr. n 113). Este criterio de pedagog\u00eda de la formaci\u00f3n de catequistas sit\u00faa la formaci\u00f3n en un camino distinto de la formaci\u00f3n de otros agentes de pastoral de la comunidad cristiana y exige creatividad para estructurar los planes de formaci\u00f3n \u201cteniendo como referencia metodol\u00f3gica\u201d lo que el catequista debe hacer en su grupo o con las personas que anime, aunque no formen grupo (pensemos en catequistas que animan a una persona sola).
\n <\/p>\n\n
\nNecesitamos un primer momento llegar al descubrimiento de lo que el documento contiene, y, despu\u00e9s, un desarrollo tanto te\u00f3rico como pr\u00e1ctico. Es aqu\u00ed donde las dificultades pueden surgir.
\nA lo largo de la exposici\u00f3n ya han aparecido diferentes aproximaciones que se\u00f1alan aspectos candentes en la actual praxis eclesial tanto de acci\u00f3n como de formaci\u00f3n de catequistas. Ahora quiero destacar de manera m\u00e1s concisa determinados \u201ctemas\u201d que habr\u00eda que cuidar para potenciar el surgimiento del catequista nuevo en las comunidades cristianas.
\n
\n\u25baDescubrimiento de la identidad del catequista<\/em>
\nQuiz\u00e1 se funciona en las comunidades cristianas con una identidad del catequista elaborada a lo largo de una tradici\u00f3n pr\u00e1ctica<\/em> de un pasado pr\u00f3ximo m\u00e1s que con una renovada identidad extra\u00edda de los documentos eclesiales recientes que son referencia para la renovaci\u00f3n de la catequesis en nuestro hoy.
\nEn la pr\u00e1ctica, esta identidad pr\u00e1ctica<\/em> de fondo que subyace en muchas maneras de \u201cfuncionar\u201d se traduce en unapastoral de catequistas inmediata y repetitiva <\/em> (para cubrir una necesidad tangible: adultos que se responsabilicen o lleven un grupo de catequesis, de ni\u00f1os, principalmente). Basta gente \u201cbuena\u201d que quiera acompa\u00f1ar a un grupo con los materiales de catequesis elegidos; para eso se le proporcionan nociones b\u00e1sicas de c\u00f3mo preparar la reuni\u00f3n, ya es suficiente.
\nNo existe una pastoral de catequesis m\u00e1s amplia ni se cae siempre en la cuenta de potenciar la vocaci\u00f3n de catequistas en los t\u00e9rminos que m\u00e1s arriba hemos explicitado y su espec\u00edfica formaci\u00f3n.
\nQuiz\u00e1 las comunidades cristianas tienen que retomar con m\u00e1s consistencia las dimensiones lo que significa la expresi\u00f3n: \u201cla Iglesia existe para evangelizar, es decir, para predicar y ense\u00f1ar\u201d (EN 14), y la dimensi\u00f3n misionera: \u201cla tarea de evangelizaci\u00f3n de todos los hombres constituye la misi\u00f3n esencial de la Iglesia\u201d (EN 14). Mientras no tengamos reflexionadas y asumidas las tareas de la Iglesia nos faltar\u00e1 la necesidad de repensar la vocaci\u00f3n de los creyentes vocacionados para atenderlas.
\n <\/em>
\n\u25baModo de entender la responsabilidad eclesial de la catequesis: comuni\u00f3n, no delegaci\u00f3n.<\/em>
\nEl Directorio<\/em> dice: \u201cla catequesis es una responsabilidad com\u00fan pero diferenciada. Los obispos, presb\u00edteros, di\u00e1conos religiosos y fieles laicos act\u00faan en ella seg\u00fan su respectiva responsabilidad\u201d[18]<\/a>. Y todos los actores est\u00e1n al servicio de un \u00fanico ministerio diocesano de catequesis, aunque cada uno lo \u201cejerza seg\u00fan su particular condici\u00f3n en la Iglesia\u201d (DGC 219.
\nLa responsabilidad de la catequesis, como se puede percibir, es com\u00fan<\/em>, no es delegada. Se tiene responsabilidad catequ\u00e9tica en la Iglesia particular porque se es parte de la comunidad. No se es catequista porque unos (pongamos la cadena del sacramento del Orden) van delegando en los eslabones inferiores responsabilidades hasta llegar a los laicos para que algo se haga por delegaci\u00f3n. No. La responsabilidad es com\u00fan. <\/em>Esta responsabilidad se ejerce \u201cen comuni\u00f3n\u201d y en \u201cmisi\u00f3n\u201d, y no por delegaci\u00f3n. El Directorio<\/em> es claro en varios art\u00edculos, por ejemplo: \u201cEn la Di\u00f3cesis la catequesis es un servicio \u00fanico, realizado de modo conjunto por presb\u00edteros, di\u00e1conos, religiosos y laicos, en comuni\u00f3n con el obispo. Todo la comunidad cristiana debe sentirse responsable de este servicio\u2026 aunque cada uno seg\u00fan su particular condici\u00f3n en la Iglesia\u201d (DGC 219, a).
\nEl Directorio<\/em> se entretiene en describir de d\u00f3nde mana la responsabilidad que cada miembro de la Iglesia tiene en la catequesis y perfilar las tareas propias de esa responsabilidad.
\nEl obispo, <\/em>por serlo, asume la \u201calta direcci\u00f3n de la catequesis\u201d en la Iglesia particular (n. 223), los presb\u00edteros<\/em> reciben del sacramento de Orden la tarea catequizadora (nn. 224-225), los padres<\/em> de familia reciben en la sacramento del Matrimonio la gracia y la responsabilidad de la educaci\u00f3n cristiana de los hijos (nn. 226-227); los religiosos<\/em> y religiosas<\/em>cuya contribuci\u00f3n original brota del testimonio p\u00fablico de su consagraci\u00f3n (n. 228). En cuanto a las catequistas laicos<\/em> la ra\u00edz de su vocaci\u00f3n para la catequesis arranca en el Bautismo y en la Confirmaci\u00f3n (n. 231). La gracia bautismal se despliega en carismas, es decir, en los dones recibidos del Esp\u00edritu de Jes\u00fas para el bien y la edificaci\u00f3n de todo el Cuerpo. Los laicos reciben dones del Esp\u00edritu para que la comunidad eclesial realicen su misi\u00f3n. Ejercen la catequesis desde su inserci\u00f3n en el mundo, \u201cal vivir la misma forma de vida que aquellos a quienes catequizan, los catequistas laicos tienen una especial sensibilidad para encarnar el Evangelio en la vida concreta de los seres humanos\u201d[19]<\/a> (DGC 230). En funci\u00f3n de las necesidades de la Iglesia los laicos son llamados por Dios y enviados por la comunidad para acoger y testimoniar el Evangelio. La tarea de catequista tiene su origen en una llamada de Dios al servicio de las necesidades de la comunidad.
\n
\n\u25baLa clericalizaci\u00f3n de los catequistas<\/em>
\nEn el Directorio,<\/em> es curioso c\u00f3mo se detalla la actividad catequ\u00e9tica del obispo, del presb\u00edtero, de los padres, de los religiosos y religiosas. De los laicos, que \u201cejercen la catequesis desde su inserci\u00f3n en el mundo, compartiendo todo tipo de tareas con los dem\u00e1s hombres y mujeres, aportando a la transmisi\u00f3n del Evangelio una sensibilidad y unas connotaciones espec\u00edficas\u201d[20]<\/a>, se acent\u00faa su originalidad laical, su sentido de la presencia en medio de las realidades temporales. En los criterios inspiradores de la formaci\u00f3n de catequistas se subrayar\u00e1 que la formaci\u00f3n de los catequistas laicos \u201cno debe ser concebida como mera s\u00edntesis de la formaci\u00f3n propia de los sacerdotes o de los religiosos\u201d (DGC 237. Ninguno de los miembros que forman la comunidad cristiana agota en s\u00ed las formas de catequesis; ninguno puede excluir al otro. Es la totalidad de los miembros que forman la comunidad cristiana la que completa el ministerio de la catequesis.
\nCualquier intento de eliminaci\u00f3n de alguno de los agentes mencionados o desposeimiento de su originalidad propia ir\u00eda en detrimento del mismo ministerio de la catequesis en la Di\u00f3cesis. As\u00ed, por ejemplo, una clericalizaci\u00f3n de los catequistas a lo largo de su proceso de formaci\u00f3n es un empobrecimiento. El catequista no es \u201cun cl\u00e9rigo\u201d de segundo grado. Sencillamente tiene que ser un catequista laico bien formado. Su formaci\u00f3n espec\u00edfica difiere de la formaci\u00f3n para el sacramento del Orden.
\nOtra forma de clericalizaci\u00f3n puede consistir en desposeer al catequista de su identidad y convertirlo, como m\u00e1s arriba hemos mencionado, en \u201cayudante\u201d del presb\u00edtero, sin reconocer su identidad propia de catequista.
\n
\n\u25ba\u00bfCatequista o misionero?<\/em>
\nHablamos de la dimensi\u00f3n misionera de la catequesis[21]<\/a>. La realidad nos ofrece situaciones de catequizandos que no tienen suficiente base ni humana ni de apertura a la experiencia religiosa ni han hecho una opci\u00f3n personal de seguimiento de Jes\u00fas.
\nEl Directorio<\/em>, al hablar del primer anuncio, explicita: \u201cEl primer anuncio, que todo cristiano est\u00e1 llamado a realizar, participa del \u201cid\u201d que Jes\u00fas propuso a sus disc\u00edpulos: implica, por tanto, salir, adelantarse, proponer. La catequesis, en cambio, parte de la condici\u00f3n que el mismo Jes\u00fas indic\u00f3, \u201cel que crea\u201d, el que se convierta, el que se decida. Las dos acciones son esenciales y se reclaman mutuamente: ir y acoger, anunciar y educar, llamar e incorporar[22]<\/a>.
\nAhora bien, las fronteras entre ambas acciones no son f\u00e1cilmente delimitables (DGC 62). De aqu\u00ed surge una dificultad en la comprensi\u00f3n que el catequista tiene de s\u00ed mismo y en la acci\u00f3n que realiza. Con frecuencia el catequista se pregunta en el desarrollo de su tarea de cada d\u00eda: \u00bfQu\u00e9 tengo que hacer, misi\u00f3n o catequesis; primer anuncio o catequesis?<\/em> Otros dicen: Se me forma para hacer catequesis y es lo que no puedo hacer con los que me llegan porque no est\u00e1 preparado el terreno de la persona. El catequista se ve sometido a una dial\u00e9ctica intr\u00ednseca al mismo proceso de evangelizaci\u00f3n en la que a veces no sabe desenvolverse, sobre todo si ha recibido una formaci\u00f3n muy espec\u00edfica para la acci\u00f3n catequ\u00e9tica estricta. Hay catequistas que echan de menos una \u201cfigura previa a su acci\u00f3n\u201d, figura de la que las comunidades cristianas no tienen referencia hist\u00f3rica y que todav\u00eda no se trabaja en la creaci\u00f3n de creyentes m\u00e1s espec\u00edficamente dedicados al primer anuncio[23]<\/a>. No tenemos tradici\u00f3n de \u201cmisioneros\u201d en el seno de las comunidades de una tradici\u00f3n cristiana. Lo normal es que hoy los catequistas se las \u201capa\u00f1en\u201d como puedan. Y tenemos que reconocer que esta situaci\u00f3n a muchos les desconcierta un poco.
\n
\nConclusi\u00f3n<\/strong>
\nLa figura del catequista en las Iglesias de vieja cristiandad requiere un tratamiento cercano y detenido. Quiz\u00e1 tendremos que mirar m\u00e1s y con m\u00e1s cari\u00f1o a lo que la Iglesia realiaza en los lugares de misi\u00f3n. All\u00ed el catequista es traductor y transmisor del mensaje de Jes\u00fas que es proclamado para muchos en lengua no vern\u00e1cula. \u00c9l es la mediaci\u00f3n m\u00e1s pr\u00f3xima al pueblo fiel.
\nMuchas cosas tenemos que analizar y reflexionar sobre la formaci\u00f3n de los catequistas hoy. La misma vida de las comunidades nos ir\u00e1 obligando a hacerlo. Algunos esquemas \u201cdel catequista de toda la vida\u201d que se nos han grabado en el imaginario colectivo tienen que ser revisados. Hay problemas eclesiol\u00f3gicos sobre c\u00f3mo se presencializa la Iglesia universal en la comunidad de barrio, o rural, o urbana que iremos afrontando teniendo en cuenta la realidad de no cristiandad cada vez m\u00e1s tangible. El campo de la catequesis es un campo muy plural. Los contextos religiosos y socioculturales var\u00edan de una parroquia a otra. En la catequesis de pie de calle se acaban las teor\u00edas y topamos con la realidad desnuda,con la persona concreta a la que hay que acoger y anunciar el Evangelio de Jes\u00fas.
\nSin grandes teor\u00edas, los catequistas son lo que a diario est\u00e1n haciendo una inculturaci\u00f3n del mensaje de Jes\u00fas: tienen que entablar relaci\u00f3n con el catec\u00fameno o el catequizando, tienen que acompa\u00f1ar la vida de fe de los suyos, tienen que apa\u00f1\u00e1rselas para hacer comprensible el mensaje… Todo eso est\u00e1 ah\u00ed. Es el reto que nos desaf\u00eda y nos obliga reflexionar. De antemano admitimos que la reflexi\u00f3n sea plural, como plurales son las situaciones en las que la Iglesia vive y testifica al Se\u00f1or resucitado. La pluralidad no es el problema ni lo ser\u00e1 en el futuro como no lo fue en el pasado de la historia de los creyentes. La comuni\u00f3n en lo esencial es la respuesta. <\/em>Y esto s\u00ed que exige reflexi\u00f3n.
\n <\/p>\n
\n
\n[1]<\/a> ASOCIACI\u00d3N ESPA\u00d1OLA DE CATEQUETAS (AECA), Hacia un nuevo paradigma de la iniciaci\u00f3n cristiana hoy, <\/em>PPC, Madrid 2008.
\n[2]<\/a> UFFICIO CATECHISTICO NAZIONALE, L\u2019iniziazione cristiana. Documenti e orientamenti della Conferenza Episcopale Italiana, <\/em>Elledici, Torino 2004. CONFER\u00caNCIA NACIONAL DOS BISPOS DO BRASIL, Diret\u00f3rio nacional de catequese, <\/em>Paulinas, S\u00e2o Paulo 2005. DONACIANO MART\u00cdNEZ, PELAYO GONZ\u00c1LEZ, JOS\u00c9 LUIS SABORIDO (ed), Proponer la fe hoy. De lo heredado a lo propuesto, <\/em>Sal Terrae, Santander 2005. CONFERENCIA DE LOS OBISPOS DE FRANCIA, Texto nacional para la orientaci\u00f3n de la catequesis en Francia y Principios de organizaci\u00f3n, <\/em>Editorial CCS, Madrid 2008. CONFERENCIA EPISCOPAL DE B\u00c9LGICA, Hacerse adulto en la fe. Catequesis y signos de los tiempos, <\/em>Sal Terrae, Santander 2010. COMMISSIONE EPISCOPALE PER LA DOTTRINA DELLA FEDE, L\u2019ANNUNCIO E LA CATECHESI, Annuncio e catechesi per la vita cristiana, <\/em>Roma, aprile 2010.
\n[3]<\/a> Directorio General para la Catequesis, Prefacio, <\/em> n. 9.
\n[4]<\/a> DGC, n. 234.
\n[5]<\/a> \u00c1. GINEL, Repensar la catequesis, <\/em>Editorial CCS, Madrid 2009, pp. 21-44.
\n[6]<\/a> Basta cotejar los diferentes an\u00e1lisis de la realidad comenzando por el Directorio <\/em>(nn. 14-30) y siguiendo por los que nos ofrecen los documentos catequ\u00e9ticos de los epicopados que han publicado recientes documentos sobre la transmisi\u00f3n de la fe.
\n[7]<\/a> Las cosas no son tan simples como parece. Creo que tenemos que admitir que en nuestros d\u00edas coexisten varias corrientes eclesiol\u00f3gicas (fen\u00f3meno que no es en absoluto nuevo) en el seno de las Iglesias particulares. Unas corrientes tienen en cuenta la realidad conciliar expresada en documentos como la Gaudium et spes, Dei verbum, Luemn gentium… <\/em>Otras corrientes, de una u otra manera, tratan de saltar por encima estos documentos eclesiales y se inspsiran en otras fuentes que no son el Vaticano II. En la formaci\u00f3n de los catequistas no podemos taparnos los ojos y no ser conscientes de esta pluralidad.
\n[8]<\/a> Como dato de experiencia personal que ilustra mejor lo que aqu\u00ed se quiere decir: Asist\u00ed a una reuni\u00f3n de presb\u00edteros responsables de la catequesis en un arciprestazgo. Interviene diciendo que a lo mejor era buena la presencia de algunos catequistas significativos en las reuniones en las que se tratara el tema de la catequesis, pues quienes llevaban los grupos en la pr\u00e1ctica eran ellos. Se me respondi\u00f3 por uno de los moderadores, sin que los dem\u00e1s dijeran nada: \u201cLo referente a la catequesis en la Iglesia es siempre piramidal: catecismo del Papa, del Obispo, del p\u00e1rroco. Todo piramidal. No vamos a cambiar ahora la estructura de la Iglesia\u201d. Y todo sigui\u00f3\u2026 programando los cl\u00e9rigos todo lo que los dem\u00e1s ten\u00edan que hacer\u2026 Por esta forma piramidal, se puede llegar a olvidar cu\u00e1l es la real base en la que todo se apoya: sus problemas, sus preguntas, sus inquietudes, sus dificultades\u2026
\n[9]<\/a> DGC, n. 231.
\n[10]<\/a> DGC, n. 147.
\n[11]<\/a> Cfr. Discurso del Papa Benedicto XVI a las Conferencia Episcopal Italiana, <\/em>27 de mayo de 2010. EDUCARE ALLA VITA BUONA DEL VANGELO – Orientamenti pastorali dell’Episcopato italiano per il decennio 2010-2020. Roma 4 de ottobre 2010.
\n[12]<\/a> LUCIANO MEDDI, Misi\u00f3n y pr\u00e1ctica de la formaci\u00f3n. Cuestiones logradas y aspectos para profundizar\u201d, <\/em>en H. DERROITTE-D. PALMYRE, \u201cLos nuecos catequistas\u201d, Editorial CCS, Madrid
\n<\/a>2008, pp. 127-160.
\n[13] Como tel\u00f3n de fondo de estos apuntes que siguen tengo: Directorio General para la catequesis<\/em> (nn. 233-251); COMISI\u00d3N EPISCOPAL DE ENSE\u00d1ANZA Y CATEQUESIS, El catequista y su formaci\u00f3n; <\/em>UFFICIO CATECHISTICO NAZIONALE, La formazione dei catechisti; <\/em>CONFERENZE EPISCOPALE ITALIANA, Educare alla vita bueno del vangelo; <\/em>HENRI DERROITTE-DANIELE PALMYRE, Los nuevos catequistas; <\/em>\u00c1LVARO GINEL, Repensar la formaci\u00f3n de catequistas.<\/em>
\n[14]<\/a> Pablo VI, Discurso a la Federaci\u00f3n Europea para la Educaci\u00f3n Cat\u00f3lica de los adultos, <\/em>3 de mayo de 1971.
\n[15]<\/a> Desde el m\u00e1s inmediato postconcilio, la Iglesia espa\u00f1ola tuvo en cuenta esta realidad: COMISI\u00d3N EPISCOPAL DE ENSE\u00d1ANZA Y CATEQUESIS, El catequista y su formaci\u00f3n, <\/em>Edice, Madrid 1985. Despu\u00e9s de la salida del Directroio General para la Catequesis apareci\u00f3n COMISI\u00d3N EPISCOPAL DE ENSE\u00d1ANZA Y CATEQUESIS, Proyecto marco de formaci\u00f3n de catequistas, <\/em>Madrid 1998. La Iglesia italiana tambi\u00e9n sentido la necesidad de ocuparse de este aspecto, Cf. y public\u00f3 varios documentos recogidos en el volumen citado m\u00e1s arriba La formazione dei catechisti.<\/em> OFFICE DE CAT\u00c9CH\u00c8SE DU QUEBEC,Professi\u00f3n: cat\u00e9ch\u00e8te. Dire sa foi avec les mots d\u2019aujourd\u2019hui, <\/em>Fides-Mediaspaul, Montr\u00e9al 2005. \u00c1. GINEL, Repensar la formaci\u00f3n de catequistas, <\/em>Editorial CCS, Madrid 2009. H. DERROITTE- D. PALMYRE, Los nuevos catequistas, <\/em>Editorial CCS, Madrid 2010. Cfr. \u201cSinite\u201d 154-155(2010), pp. 468-471: extensa bibliograf\u00eda sobre El educador-Profesor cristiano-Catquista. <\/em>Pra un nivel sencillo, divulgativo, pr\u00e1ctico: E. ALBERICH, Formaci\u00f3n de catequistas, <\/em>en \u201cCatequistas\u201d nn. 198-205 (octubre 2009- mayo 2010) en las p\u00e1ginas 5-9 de cada n\u00famero.
\n[16]<\/a> \u201cComo madre de los hombres, lo primero que ve la Iglesia, con profundo dolor, es una multitud ingente de hombres y mujeres: ni\u00f1os, adultos y ancianos, en una palabra, de personas humanas concretas e irrepetibles, que sufren el peso intolerable de la miseria. Ella, por medio de una catequesis en la que la ense\u00f1anza social de la Iglesia ocupe su puesto, desea suscitar en el coraz\u00f3n de los cristianos el compromiso por la justicia y la opci\u00f3n o amor preferencial por los pobres, de forma que su presencia sea realmente luz que ilumine y sal que transforme\u201d (DGC 17).
\n[17]<\/a> El documento El catequista y su formaci\u00f3n (cfr. nota 2) <\/em>dedica los n\u00fameros 96-97 a la teolog\u00eda del laicado. Al comparar lo que all\u00ed se dice con el Directorio de 1997 llama la atenci\u00f3n el \u201colvido\u201d de la denominaci\u00f3n de la Iglesia como \u201cPueblo de Dios\u201d.
\n[18]<\/a> DGC, n. 216.
\n[19]<\/a> DGC, n. 230.
\n[20]<\/a> DGC, n. 230.
\n[21]<\/a> EQUIPO EUROPEO DE CATEQUESIS, La conversi\u00f3n misionera de la catequesis. Relaci\u00f3n entre fe y primer anuncio, <\/em>Cuadernos AECA, PPC, Madrid 2009.
\n[22]<\/a> DGC, n. 61.
\n[23]<\/a> \u00c1. GINEL, Evangelizaci\u00f3n misionera previa. Pistas para institucionalizar la etapa misionera en las comunidades cristianas, <\/em>en \u201cMisi\u00f3n Joven\u201d 387(2009), pp. 5-14.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"