{"id":7278,"date":"2011-07-01T00:00:34","date_gmt":"2011-06-30T22:00:34","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=7278"},"modified":"2011-07-01T00:00:34","modified_gmt":"2011-06-30T22:00:34","slug":"la-familia-sujeto-y-objeto-de-la-pastoral-de-la-iglesia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-familia-sujeto-y-objeto-de-la-pastoral-de-la-iglesia\/","title":{"rendered":"LA FAMILIA, SUJETO Y OBJETO DE LA PASTORAL DE LA IGLESIA"},"content":{"rendered":"

Emilio Alberich Sotomayor, sdb.<\/strong>
\nPresidente de AECA<\/strong>
\n <\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nLa familia es un tema de gran actualidad tanto en la sociedad como en la acci\u00f3n pastoral de la Iglesia. El autor ofrece unas sabrosas reflexiones sobre la familia como sujeto y objeto de la acci\u00f3n pastoral. Sus planteamientos est\u00e1n anclados en la misi\u00f3n de la Iglesia (anunciar y realizar el Reino de Dios) y en las etapas del proceso evangelizador. En estas reflexiones los cuatro signos evangelizadores de la pastoral de la Iglesia (diacon\u00eda, koinon\u00eda, martyr\u00eda, liturgia) adquieren especial significaci\u00f3n.
\n 
\nEl tema de la familia, en el contexto de la acci\u00f3n pastoral de la Iglesia, goza hoy de una gran actualidad y relevancia. Sea por la importancia y posibilidades de la instituci\u00f3n familiar, sea tambi\u00e9n por la situaci\u00f3n de profunda crisis de la familia en nuestra sociedad, se impone una reflexi\u00f3n atenta sobre el papel que la familia puede y debe jugar en el conjunto de la pastoral.
\n <\/p>\n

    \n
  1. La misi\u00f3n pastoral de la Iglesia: anunciar y realizar el \u00abreino de Dios\u00bb<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

    Para el desarrollo de nuestro tema, parece conveniente precisar ante todo lo que es y significa la acci\u00f3n pastoral<\/em> de la Iglesia. Sobre esta base ser\u00e1 posible situar despu\u00e9s el lugar y funci\u00f3n que compete a la familia.
    \n 
    \nLa Iglesia, al servicio del proyecto del \u00abReino de Dios\u00bb<\/strong>
    \nUn primer rasgo esencial caracteriza la tarea de la Iglesia: el hecho de no existir para s\u00ed misma<\/em>, sino al servicio de un plan divino que supera con mucho los l\u00edmites del \u00e1mbito eclesial: el llamado proyecto del \u00abReino de Dios<\/em>\u00bb. Este proyecto \u2013 que recibe tambi\u00e9n los nombres de \u00abplan universal de salva\u00adci\u00f3n\u00bb, \u00abconstrucci\u00f3n del Cuerpo de Cristo\u00bb, \u00abunidad del g\u00e9nero humano\u00bb, \u00abpaz mesi\u00e1ni\u00adca\u00bb, \u00abvida en plenitud<\/em>\u00bb, etc. – es el plan grandioso de Dios sobre la humanidad, que en Cristo y por medio del Esp\u00edritu, se realiza en la historia. Es la realizaci\u00f3n del mundo como Dios lo quiere<\/em>, el ideal de fraternidad universal compartida.
    \nEl Reino de Dios es el proyecto de liberaci\u00f3n integral de una humanidad reconciliada y fraternal, realizaci\u00f3n de los va\u00adlores que los hombres de siempre anhelan y sue\u00f1an: \u00abreino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz<\/em>\u00bb[1]<\/a>. La venida del Reino, de esta \u00abutop\u00eda del coraz\u00f3n humano\u00bb (Leonardo Boff), constituye el anhelo y meta final de toda la actividad de la Iglesia. Su realizaci\u00f3n trae consigo un cambio radical de las relaciones humanas y de los valores imperantes, con la superaci\u00f3n de las injusticias y discriminaciones presentes en el mundo.
    \n 
    \nCuatro formas principales de anunciar y realizar el ideal del \u00abReino de Dios\u00bb<\/strong>
    \nAhora bien: concretamente, la construcci\u00f3n del Reino se hace visible en el mundo por medio de cuatro formas fundamentales de presencia eclesial:
    \n– como Reino realizado<\/em> en el amor<\/em> y en el servicio<\/em> fraterno (signo de la \u00abdiacon\u00eda<\/strong>\u00bb);
    \n– como Reino vivido <\/em>en la fraternidad <\/em>y en la comuni\u00f3n <\/em> (signo de la \u00abkoinon\u00eda<\/strong>\u00bb);
    \n– como Reino proclamado<\/em> en el anuncio liberador <\/em>del Evangelio (signo de la \u00abmartyr\u00eda<\/strong>\u00bb);
    \n– como Reino celebrado y vivido <\/em>en ritos<\/em> y gestos simb\u00f3licos<\/em> (si\u00adgno de la \u00abliturgia<\/strong>\u00bb).
    \n 
    \nEl significado y eficacia pastoral de estos \u00absignos evangelizadores<\/em>\u00bb no deben pasar desapercibidos:
    \n 
    \nDiacon\u00eda<\/em>
    \nEl signo de la diacon\u00eda<\/em>, con su rica carga evangelizadora y la variedad de sus expresiones (amor, servicio, promoci\u00f3n, liberaci\u00f3n, solidaridad, ayuda), responde a la exigencia de hallar una alternativa convincente a la l\u00f3gica de domi\u00adnio y ego\u00edsmo que envenena la convivencia humana. La Iglesia, la comunidad cristiana \u2013 y en ella la familia – est\u00e1 llamada a manifestar un modo nuevo de amar y de servir<\/em>, una tal capacidad de entrega a los dem\u00e1s que haga cre\u00edble el anuncio evang\u00e9lico del Dios del amor y del reino del amor. Debe ser la demostraci\u00f3n de que es posible imitar el ejemplo de Jes\u00fas, que afirm\u00f3 no haber venido para ser servido, sino para servir.
    \n 
    \nKoinon\u00eda<\/em>
    \nEl signo de la koinon\u00eda<\/em> (comuni\u00f3n, fraternidad, reconciliaci\u00f3n, perd\u00f3n, comunidad, unidad) quiere responder al anhelo de hermandad y de paz de los hombres de todos los tiempos. Debe manifestar un modo nuevo de convivir y de compartir,<\/em> anun\u00adcio de la posibilidad de vivir como hermanos<\/em> reconciliados y unidos, como un verdadera \u00abfamilia<\/em>\u00bb, con plena aceptaci\u00f3n de todas las personas y m\u00e1ximo respeto de su libertad y ori\u00adginalidad. En un mundo desgarrado por divisiones, discriminaciones y ego\u00edsmos, los cristianos est\u00e1n llamados a anunciar la utop\u00eda del reino de la fraternidad y de la uni\u00f3n, brindando espacios de libertad, de comprensi\u00f3n, de amor.
    \n <\/strong>
    \nMartyr\u00eda<\/em>
    \nEl signo de la martyr\u00eda o funci\u00f3n prof\u00e9tica<\/em> (primer anuncio, catequesis, predicaci\u00f3n, reflexi\u00f3n teol\u00f3gica) debe brillar en la sociedad como anuncio liberador de una Palabra y un mensaje que son clave de interpretaci\u00f3n <\/em>de la vida y de la historia. Ante la demanda de sentido y experiencia del mal, que induce a tantos hombres al fatalismo y a la desesperaci\u00f3n, los cristianos deben ser portadores de esperanza, \u00abenemigos de lo absurdo, profetas del significado<\/em>\u00bb (Paul Ricoeur), a trav\u00e9s del anuncio de Jes\u00fas de Nazaret, que revela el amor del Padre e inaugura la venida del Reino.
    \n 
    \nLiturgia<\/em>
    \nEl signo de la liturgia,<\/em> en su sentido m\u00e1s amplio (eucarist\u00eda, sacramentos, a\u00f1o lit\u00fargico, devociones, oraci\u00f3n), abarca el conjunto de ritos, gestos simb\u00f3licos y celebraciones de la vida cristiana como anuncio y don de la acci\u00f3n salvadora de Dios. Responde a la exigencia de celebrar la vida y de acoger y expresar en el rito la alabanza y gratitud por los dones divinos de la sal\u00advaci\u00f3n. Ante los l\u00edmites mortificantes de la racionalidad y de la falta de sentido, la comunidad <\/em>cristiana \u2013 y en ella la familia<\/em> – est\u00e1 llamada a crear espacios en donde la vida y la historia, liberadas de su opacidad, sean cele\u00adbradas y exaltadas<\/em> como proyecto y lugar de realizaci\u00f3n del Reino. Por medio de la Eucarist\u00eda, de los sacramentos, fiestas y devociones que jalonan la experiencia de la fe, los cristianos deben anunciar y celebrar, con alegr\u00eda y agradecimiento, la plenitud liberadora de la vida nueva manifestada en Cristo.
    \n 
    \nImportancia de los \u00absignos evangelizadores\u00bb de la Iglesia<\/strong>
    \nDebemos concluir que, de este modo, a trav\u00e9s de la riqueza y autenticidad de estos signos evangelizadores, a la Iglesia corresponde la misi\u00f3n de ser en el mundo el lugar por exce\u00adlencia del servicio,<\/em> de la fraternidad, del anuncio<\/em> y de la fiesta<\/em>. Son cuatro modos o modelos de acci\u00f3n que corresponden, de alguna manera, a cuatro aspectos antropol\u00f3gicos b\u00e1sicos de la condici\u00f3n humana: la acci\u00f3n, la relaci\u00f3n, el pensamiento y la celebraci\u00f3n<\/em>. Son las cuatro formas principales de ser en el mundo \u00abanuncio\u00bb y \u00absigno\u00bb (\u00absacramento\u00bb) del proyecto del Reino, cuatro \u00absignos evangelizadores<\/em>\u00bb.
    \nEs por lo tanto a trav\u00e9s de estos \u00absignos evangelizadores\u00bb come se debe manifestar y realizar la misi\u00f3n de la Iglesia en el mundo: ofreciendo a todos, como signo y primicia del proyecto de Dios sobre la humanidad, los cuatro grandes dones de que es portadora: un nuevo testimonio de amor <\/em>universal, una nueva forma de convivencia <\/em>fra\u00adterna, un mensaje <\/em>y un testimonio henchidos de vida y de esperanza, y un conjunto de ritos <\/em>transparentes y expresivos de una vida en plenitud. Por medio de estos signos la Iglesia cumple su mi\u00adsi\u00f3n evangelizadora y da su aportaci\u00f3n espec\u00edfica e insusti\u00adtuible a la realizaci\u00f3n del Reino de Dios.
    \nY es f\u00e1cil comprender que la familia<\/em>, en su condici\u00f3n de \u00abiglesia dom\u00e9stica<\/em>\u00bb, puede y debe ser una pieza clave para la actuaci\u00f3n de este grandioso proyecto.
    \n 
    \nLas etapas de la acci\u00f3n pastoral como \u00abproceso evangelizador<\/em>\u00bb<\/strong>
    \nLa tarea evangelizadora de la Iglesia se despliega normalmente por medio de una serie de etapas o \u00e1mbitos din\u00e1micamente relacionados entre s\u00ed. Son los distintos momentos del \u00abproceso evangelizador<\/em>\u00bb:
    \n 
    \n\u00abEl proceso evangelizador [\u2026] est\u00e1 estructurado en etapas o \u201cmomentos esenciales\u201d: la acci\u00f3n misionera<\/em> para los no creyentes y para los que viven en la indiferencia religiosa; la acci\u00f3n catequ\u00e9tico-iniciatoria<\/em> para los que optan por el Evangelio y para los que necesitan completar o reestructurar su iniciaci\u00f3n; y la acci\u00f3n pastoral<\/em> para los fieles cristianos ya maduros, en el seno de la comunidad cristiana\u00bb
    [2]<\/a>.
    \n <\/strong>
    \nA la luz de estas indicaciones, podemos detallar as\u00ed la sucesi\u00f3n que normalmente sigue el dinamismo ideal del quehacer pastoral evangelizador en su concreta realizaci\u00f3n:
    \n <\/strong>
    \nAcci\u00f3n misionera<\/em>
    \ny de \u00abprimer anuncio\u00bb<\/em>
    \nEs el primer paso del proceso evangelizador y se dirige tanto a los nuevos cristianos como a los no creyentes o a cuantos viven religiosamente alejados. Asume formas variadas: testimonio, presencia, servicio, di\u00e1logo, anuncio expl\u00edcito del Evangelio.:
    \n 
    \nAcci\u00f3n \u00abcatecumenal\u00bb,<\/em>
    \npara la iniciaci\u00f3n cristiana<\/em>
    \nEs el acompa\u00f1amiento de cuantos se preparan o se interesan para ser (o volver a ser) cristianos, siguiendo el tradicional itinerario de la iniciaci\u00f3n: acogida, padrinazgo, catequesis, ritos y sacramentos de iniciaci\u00f3n, profundizaci\u00f3n mistag\u00f3gica. La acci\u00f3n catecumenal \u2013 en todas sus formas – es una de las funciones esenciales<\/em> de la Iglesia, expresi\u00f3n de su maternidad (cf DGC 48).
    \n <\/strong>
    \nAcci\u00f3n propiamente \u00abpastoral\u00bb<\/em>
    \nEs el amplio \u00e1mbito de la actividad tradicional de la comunidad eclesial, en sus distintas instancias y formas, con el desarrollo de las cl\u00e1sicas funciones y manifestaciones: culto, celebraciones, sacramentos, predicaci\u00f3n, catequesis, piedad popular, vida de comunidad, servicio de caridad, etc.
    \n <\/strong>
    \nPresencia y acci\u00f3n en el mundo<\/em>
    \nEs la proyecci\u00f3n de la acci\u00f3n eclesial hacia las distintas formas de testimonio evang\u00e9lico, como \u00absal\u00bb y \u00abfermento\u00bb<\/em> de la sociedad: promoci\u00f3n humana, acci\u00f3n educativa y cultural, acci\u00f3n social y pol\u00edtica, fomento de la paz y de la justicia, compromiso ecol\u00f3gico, etc. Es una dimensi\u00f3n que merece hoy atenci\u00f3n especial, pues con demasiada frecuencia resulta descuidada. Es aqu\u00ed donde los cristianos deben salir de su coto interno para ponerse al servicio del Reino de Dios en el mundo.
    \n <\/p>\n

      \n
    1. la familia cristiana, sujeto <\/em>privilegiado de acci\u00f3n pastoral<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

      Teniendo presente el contexto general de la tarea pastoral de la Iglesia, veamos ahora la funci\u00f3n que puede y debe desempe\u00f1ar la familia como sujeto privilegiado de acci\u00f3n pastoral.
      \n 
      \nLa familia cristiana es \u00abiglesia\u00bb y participa de su misi\u00f3n<\/strong>
      \nEn la ra\u00edz de la misi\u00f3n pastoral de la familia cristiana est\u00e1, como es natural, su naturaleza y dignidad de \u00abiglesia dom\u00e9stica<\/em>\u00bb, de \u00abc\u00e9lula de Iglesia<\/em>\u00bb, condici\u00f3n que la inserta vital y plenamente en el quehacer y misi\u00f3n de la comunidad eclesial. El Concilio Vaticano II lo ha reafirmado claramente, como nos recuerda el Papa Pablo VI:
      \n 
      \n\u00abElla ha merecido muy bien, en los diferentes momentos de la historia y en el concilio Vaticano II, el hermoso nombre de Iglesia dom\u00e9stica<\/em>. Esto significa que, en cada familia cristiana, deber\u00edan reflejarse los diversos aspectos de la Iglesia entera. Por otra parte, la familia, al igual que la Iglesia, debe ser un espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde se irradia\u00bb (EN 71).
      \n 
      \nLa identidad eclesial de la familia es el fundamento de su vital participaci\u00f3n en la vida de la Iglesia y en su tarea pastoral:
      \n 
      \n\u00abEl Vaticano II, adem\u00e1s de plantear la vida matrimonial de los bautizados como una verdadera \u00abvocaci\u00f3n\u00bb (GS 49, 52; LG 35), llam\u00f3 en repetidas ocasiones a la familia cristiana \u00abIglesia dom\u00e9stica\u00bb o tambi\u00e9n \u00abIglesia en peque\u00f1o\u00bb (LG 11; PO 11; AA 11). Seg\u00fan esta concepci\u00f3n, la familia cristiana est\u00e1 llamada a reproducir aquellos elementos que constituyen a la Iglesia como tal: la comuni\u00f3n entre las personas, la acogida sincera de la Palabra de Dios que convoca e ilumina, la celebraci\u00f3n de unos sacramentos que fortalecen la fe, la oraci\u00f3n sincera que pone en contacto con Dios, la vivencia de una permanente actitud de servicio y la inquietud misionera para llevar a todos el tesoro y la alegr\u00eda de la salvaci\u00f3n encontrada en Cristo (LG 68)\u00bb
      [3]<\/a>.
      \n 
      \nPor su condici\u00f3n de Iglesia dom\u00e9stica<\/em>, la familia tiene tambi\u00e9n en su horizonte operativo e ideal el servicio al gran proyecto divino que llamamos \u00abReino de Dios<\/em>\u00bb:
      \n 
      \n\u00abLa familia est\u00e1 al servicio de la edificaci\u00f3n del Reino de Dios en la historia, mediante la participaci\u00f3n en la vida y misi\u00f3n de la Iglesia. La primera misi\u00f3n que reciben los esposos es la de vivir en comunidad y transformar su amor y comuni\u00f3n en una verdadera \u201cIglesia\u201d. Cumpliendo esta misi\u00f3n confiada, construyen la gran Iglesia\u00bb
      [4]<\/a>.
      \n 
      \nEn esta l\u00ednea podremos especificar los distintos \u00e1mbitos de implicaci\u00f3n y de protagonismo<\/em> de la familia en la pastoral, sobre todo en la importante tarea de la educaci\u00f3n de los hijos, como participaci\u00f3n en la pastoral de los colegios, en la catequesis familiar, en la vida de la comunidad parroquial, en la preparaci\u00f3n al matrimonio de los novios, en los grupos de espiritualidad conyugal y familiar, etc. etc.
      \nM\u00e1s concretamente, podemos especificar las posibilidades de acci\u00f3n pastoral de la familia distinguiendo tres niveles de la presencia y acci\u00f3n familiar dentro de la Iglesia: el nivel interno a la familia, o intra-familiar; el nivel de la comunidad cristiana; y el m\u00e1s amplio nivel del mundo, del \u00e1mbito cultural y social.
      \n 
      \nLa acci\u00f3n \u00abpastoral\u00bb de la familia en el ambiente y contexto familiar<\/strong>
      \nEn el seno de la familia cristiana encuentran formas significativas de realizaci\u00f3n los cuatro signos evangelizadores<\/em> de que hemos hablado. Concretamente:
      \n 
      \nEl signo de la comuni\u00f3n<\/strong> (\u00abkoinon\u00eda<\/em>\u00bb) debe encontrar una realizaci\u00f3n privilegiada dentro de la realidad familiar, que puede y debe constituir un ambiente privilegiado de amor, de fraternidad, de aceptaci\u00f3n de todos, de comprensi\u00f3n. Es f\u00e1cil comprender c\u00f3mo la familia puede ser, en este sentido, un ambiente ideal de actuaci\u00f3n efectiva del signo de la comuni\u00f3n, por su capacidad de ejercicio de relaciones personales profundas, de amor sincero entre los esposos, entre padres e hijos, entre j\u00f3venes y ancianos, etc. La familia cristiana bien asentada y estructurada puede constituir, a no dudar, una encarnaci\u00f3n ejemplar y convincente de lo que significa el signo evangelizador de la comuni\u00f3n eclesial.
      \n 
      \nTambi\u00e9n el signo del anuncio<\/strong> (\u00abkerigma<\/em>\u00bb) encuentra en la familia un terreno privilegiado de realizaci\u00f3n, sobre todo en la forma de testimonio y anuncio de la fe y de entrega generosa a la educaci\u00f3n de los hijos.
      \nLa familia cristiana ha sido siempre considerada, en la tradici\u00f3n de la Iglesia, el ambiente primario e insustituible del despertar religioso y de la educaci\u00f3n cristiana de los hijos. Es una convicci\u00f3n que encontramos muy presente en las distintas manifestaciones del magisterio de la Iglesia. Seg\u00fan esta constante tradici\u00f3n, hay que destacar la misi\u00f3n de los padres como \u00abprimeros maestros de la fe\u00bb dentro de la familia:
      \n 
      \n\u00abEn esta especie de iglesia dom\u00e9stica, los padres deben ser para los hijos los primeros educadores de la fe mediante la palabra y el ejemplo\u00bb
      [5]<\/a>.
      \n 
      \nLa familia, como hemos recordado que dec\u00eda en su tiempo Pablo VI, \u00abdebe ser un espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde \u00e9ste se irradia<\/em>\u00bb (EN 71). Los padres cristianos ejercen un verdadero ministerio hacia sus hijos, en virtud del sacramento del matrimonio:
      \n 
      \n\u00abLos padres reciben en el sacramento del matrimonio la gracia y la responsabilidad de la educaci\u00f3n cristiana de sus hijos, a los que testifican y transmiten a la vez los valores humanos y religiosos. Esta acci\u00f3n educativa, a un tiempo humana y religiosa, es un \u201cverdadero ministerio\u201d\u00bb (DGC 227).
      \n 
      \nLa catequesis familiar, que \u00abprecede, […] acompa\u00f1a y enriquece to\u00adda otra forma de catequesis\u00bb
      [6]<\/a>, debe ser redescubierta y valorada en su innegable originalidad, que el magisterio eclesial presenta con evidente entusiasmo:
      \n 
      \n\u00abEl testimonio de vida cristiana, ofrecido por los padres en el seno de la familia, llega a los ni\u00f1os envuelto en el cari\u00f1o y el respeto materno y paterno. Los hijos perciben y viven gozosamente la cercan\u00eda de Dios y de Jes\u00fas que los padres manifiestan, hasta tal punto que esta primera experiencia cristiana deja frecuentemente en ellos una huella decisiva que dura toda la vida. Este despertar religioso infantil en el ambiente familia tiene, por ello, un car\u00e1cter \u201cinsustituible\u201d\u00bb (DGC 226).
      \n 
      \nPero sabemos tambi\u00e9n que la familia actual muestra evidentes dificultades y l\u00edmites, habiendo perdido mucho de su eficacia educativa y adoleciendo con frecuencia de irregularidades y crisis profundas
      [7]<\/a>. S\u00ed, no podemos negar \u2013 en nuestra sociedad – la existencia de una grave crisis de la familia, la realidad de familias irregulares, desestructuradas, con abundancia de situaciones problem\u00e1ticas y con frecuencia dram\u00e1ticas en el desarrollo de la vida familiar. Y esto trae consigo, por lo general, una muy grave crisis de la funci\u00f3n educativa y la quiebra de la transmisi\u00f3n de valores de los padres a los hijos[8]<\/a>.
      \nY sin embargo, no obstante las dificultades, tanto la experiencia como la reflexi\u00f3n pedag\u00f3gica y sociol\u00f3gica actual siguen considerando a la familia como el ambiente ideal m\u00e1s capacitado para poner las bases de una aut\u00e9ntica educaci\u00f3n, tanto general como religiosa. Pese a la crisis, la familia sigue siendo el primer agente de socializaci\u00f3n de ni\u00f1os y adolescentes
      [9]<\/a>.
      \nEstas consideraciones nos permiten apreciar, por otra parte, la esencial contribuci\u00f3n de la familia en el desarrollo del \u00abproceso evangelizador\u00bb del que hemos hablado, sobre todo por lo que se refiere a los dos primeros momentos de la \u00abacci\u00f3n misionera y de \u00abprimer anuncio\u00bb y de la \u00abacci\u00f3n \u00abcatecumenal\u00bb, para la iniciaci\u00f3n cristiana\u00bb. Hoy sabemos que, adem\u00e1s de su contribuci\u00f3n esencial en al \u00abdespertar religioso\u00bb de los hijos \u2013 que es ya una forma eminente de verdadero \u00abprimer anuncio\u00bb del Evangelio \u2013 se abren nuevas y prometedoras posibilidades de \u00abcatequesis familiar\u00bb al servicio de la iniciaci\u00f3n cristiana de ni\u00f1os y adolescentes
      [10]<\/a>.
      \nTodas estas incumbencias de la familia hacen ver la necesidad \u2013 por parte de la comunidad eclesial – de ayudar pastoralmente a los padres a cumplir su misi\u00f3n de educadores de la fe y a insertarse vitalmente en la comunidad (DGC 227), a fin de que la catequesis familiar pueda tener lugar, sin perder sus peculiares caracter\u00edsti\u00adcas. Ella debe ser m\u00e1s testimonio que ense\u00f1anza, m\u00e1s acci\u00f3n ocasional que sistem\u00e1tica, mientras puede asumir muy distintas modalidades: testimonio de fe en la vida cotidiana, lectura cristiana de los acontecimientos, iniciaci\u00f3n sacramental, formaci\u00f3n de la conciencia, experiencia de oraci\u00f3n, etc.
      \nEn el fondo, es \u00e9ste uno de los principales desaf\u00edos que tiene que encarar la pastoral familiar: conseguir que la familia recupere su funci\u00f3n educativa<\/em> y la conciencia de su responsabilidad y de su capacidad en la educaci\u00f3n religiosa<\/em> de los hijos.
      \nEl signo de la celebraci\u00f3n<\/strong> (\u00abliturgia<\/em>\u00bb) se debe traducir en la familia en los distintos momentos y formas de oraci\u00f3n, de ritualizaci\u00f3n, de celebraciones sacramentales, en ocasi\u00f3n de aniversarios y fiestas, de participaci\u00f3n en los momentos principales del a\u00f1o lit\u00fargico.
      \nFinalmente, el signo del servicio<\/strong> (\u00abdiakon\u00eda<\/em>\u00bb) debe concretarse en mil formas concretas \u2013 dentro de la misma familia – de atenci\u00f3n a las personas, amor incondicional a los hijos, respeto y acogida de las personas mayores, solicitud por los enfermos, pr\u00e1ctica de la justicia social con eventuales colaboradores o personal de servicio, etc.
      \n 
      \nLa acci\u00f3n \u00abpastoral\u00bb de la familia en la comunidad cristiana<\/strong>
      \nTambi\u00e9n en el m\u00e1s amplio \u00e1mbito de la comunidad cristiana pueden las familias encontrar ocasiones y formas significativas de realizaci\u00f3n de los cuatro signos evangelizadores. En muchas ocasiones ser\u00e1n sobre todo las parejas \u2013 marido y mujer \u2013 los llamados a participar activamente en la vida de la comunidad. Concretamente:
      \nPara practicar el signo del servicio<\/strong> (\u00abdiakon\u00eda<\/em>\u00bb), encuentran las familias de la comunidad tantas ocasiones concretas de eficaz actuaci\u00f3n: colaboraci\u00f3n en caritas, ayuda a los pobres, iniciativas a favor del tercer mundo, etc.
      \nEl signo de la comuni\u00f3n<\/strong> (\u00abkoinon\u00eda<\/em>\u00bb) pide a la familia identificarse afectiva y efectivamente con la comunidad y compartir sus proyectos, fomentar el sentido de Iglesia, participar en sus actividades, etc.
      \nEl signo del anuncio<\/strong> (\u00abkerigma<\/em>\u00bb) encuentra en la familia, en las parejas de esposos, un terreno privilegiado de realizaci\u00f3n comunitaria, sobre todo en la forma de acci\u00f3n catequ\u00e9tica con ni\u00f1os y adultos, en las celebraciones de la Palabra de Dios, etc.
      \nFinalmente, tambi\u00e9n el signo de la celebraci\u00f3n <\/strong>(\u00abliturgia<\/em>\u00bb) pide a la familia colaboraci\u00f3n activa y participaci\u00f3n en los distintos momentos rituales de la comunidad cristiana: sacramentos, fiestas, manifestaciones de religiosidad popular, etc.
      \nY si consideramos la tarea comunitaria de actuaci\u00f3n del \u00abproceso evangelizador<\/em><\/strong>\u00bb, es f\u00e1cil comprobar que pr\u00e1cticamente en todos los momentos de su desarrollo (acci\u00f3n misionera<\/em>, acci\u00f3n catecumenal<\/em>, acci\u00f3n \u00abpastoral<\/em>\u00bb y presencia en el mundo<\/em>) la comunidad cristiana puede contar con la presencia y participaci\u00f3n activa de las familias. De manera especial encuentran aqu\u00ed posibilidades importantes de acci\u00f3n los distintos movimientos<\/em> y asociaciones<\/em> familiares (asociaciones de padres, equipos de Nuestra Se\u00f1ora, movimiento \u00abAlianzas\u00bb, etc.).
      \n 
      \nLa acci\u00f3n \u00abpastoral\u00bb de la familia en el ambiente social y cultural<\/strong>
      \nAmpliando el horizonte, la presencia de los cristianos en el mundo, en la ciudad, en el vasto ambiente social, cultural, econ\u00f3mico, pol\u00edtico, etc. encuentra tambi\u00e9n muy variadas ocasiones de participaci\u00f3n y protagonismo por parte de la familia, como sujeto de acci\u00f3n pastoral. Lo podemos comprobar en una r\u00e1pida secuencia de los signos evangelizadores:
      \nEl signo del servicio<\/strong> (\u00abdiakon\u00eda<\/em>\u00bb) se presenta para las familias como un campo abierto de muchas e importantes posibilidades de acci\u00f3n, por medio de las competencias profesionales, la inserci\u00f3n en el mundo laboral, la participaci\u00f3n democr\u00e1tica, el eventual ejercicio de responsabilidad pol\u00edtica, etc.
      \nEl signo de la comuni\u00f3n<\/strong> (\u00abkoinon\u00eda<\/em>\u00bb) pide a la familia atenci\u00f3n a la construcci\u00f3n de un mundo fraternal, al fomento de relaciones positivas en la sociedad, al testimonio de respeto y aceptaci\u00f3n de los enfermos, los pobres, los ancianos, etc.
      \nTambi\u00e9n puede encontrar la familia, en el vasto contexto de la sociedad, ocasiones de actuaci\u00f3n del signo del anuncio<\/strong>(\u00abkerigma<\/em>\u00bb), bajo forma de di\u00e1logo, de testimonio, de presencia en los medios de comunicaci\u00f3n. Para la familia que vive con convicci\u00f3n su fe cristiana se abre aqu\u00ed concretamente un f\u00e9rtil terreno de acci\u00f3n evangelizadora.
      \nEl signo de la celebraci\u00f3n <\/strong>(\u00abliturgia<\/em>\u00bb) puede encontrar aplicaci\u00f3n a trav\u00e9s de la presencia de la familia en fiestas, manifestaciones, acontecimientos de relieve social y pol\u00edtico, etc.
      \nPor lo que se refiere a la posible participaci\u00f3n de la familia en el desarrollo del \u00abproceso evangelizador<\/em>\u00bb, en el amplio escenario del mundo social y cultural, es evidente que es sobre todo el momento de la \u00abpresencia y acci\u00f3n en el mundo<\/em>\u00bb el que puede encontrar en la familia v\u00e1lidas formas de iniciativa y colaboraci\u00f3n.
      \nEn definitiva, la descripci\u00f3n que acabamos de hacer, siguiendo el cuadro de las articulaciones del quehacer pastoral de la Iglesia, demuestra con evidencia \u2013 as\u00ed lo esperamos \u2013 la riqueza e importancia de las posibilidades y cometidos de la familia en su condici\u00f3n de \u00absujeto privilegiado<\/em>\u00bb de la acci\u00f3n pastoral.
      \n <\/p>\n

        \n
      1. La familia, objeto de solicitud pastoral por parte de la Iglesia<\/strong><\/li>\n<\/ol>\n

        Adem\u00e1s de ser sujeto de la acci\u00f3n pastoral, la familia debe ser tambi\u00e9n objeto de la solicitud pastoral de la Iglesia. Y las perspectivas que se abren a este respecto son numerosas.
        \n 
        \nUna mirada a la situaci\u00f3n real de la familia, hoy: aspectos positivos y problem\u00e1ticos<\/strong>
        \nSabemos que en nuestra sociedad existe una grave crisis de la familia, que compromete seriamente la eficacia de su labor educativa y pastoral. Por lo que se refiere a Espa\u00f1a, la situaci\u00f3n queda reflejada en numerosas encuestas e investigaciones sociol\u00f3gicas, que ponen de manifiesto la existencia de luces y sombras, de aspectos positivos y negativos, pero con un claro predominio de estos \u00faltimos
        [11]<\/a>.
        \nLa situaci\u00f3n est\u00e1 caracterizada por la cultura del divorcio f\u00e1cil, de la libertad sexual y del aumento de embarazos y nacimientos fuera del matrimonio. El problema que surge, tambi\u00e9n en su proyecci\u00f3n pastoral, est\u00e1 relacionado sobre todo con el significativo aumento de las familias desestructuradas, perjudiciales desde todos los puntos de vista para el desarrollo humano integral de la pareja, incluida la dimensi\u00f3n espiritual y religiosa.
        \nEstamos ante una situaci\u00f3n muy preocupante. En Espa\u00f1a, el 42% de las familias est\u00e1n desestructuradas. En 2004 se contaban 134.000 parejas irregulares (adem\u00e1s de las parejas de hecho).
        \nNo faltan, por otra parte, aspectos positivos de la situaci\u00f3n. De hecho, la familia sigue demostrando su valor insustituible y sus grandes cualidades. Todas las encuestas hacen ver, entre otras cosas, que la familia constituye el valor m\u00e1s apreciado por los j\u00f3venes espa\u00f1oles, que la colocan \u2013 en la lista de preferencias – en segundo lugar, despu\u00e9s de la salud
        [12]<\/a>. Es decir, que aunque sigan descendiendo las tasas de natalidad y de nupcialidad, la familia se confirma como uno de los valores m\u00e1ximos para los espa\u00f1oles.
        \nIgualmente se puede observar que, no obstante la continua disminuci\u00f3n de las tasas de nupcialidad, el matrimonio sigue gozando de gran estima por parte de la mayor parte de los espa\u00f1oles. En el a\u00f1o 2.000 llegaba al 75% los que dec\u00edan creer que el matrimonio segu\u00eda siendo una instituci\u00f3n totalmente actual. Y no falta, incluso, quien interpreta toda la situaci\u00f3n en clave de una crisis cultural que puede abrir el camino a nuevas perspectivas y nuevos valores.
        \n 
        \nUna tarea urgente: motivar, acompa\u00f1ar, ayudar<\/strong>
        \nAnte las reales dificultades, es este un importante desaf\u00edo que tiene que encarar la pastoral familiar: conseguir que la familia recupere la conciencia y la convicci\u00f3n de su responsabilidad y capacidad en relaci\u00f3n a la acci\u00f3n pastoral.
        \nHemos visto que son tantas las posibilidades de la familia en orden a su inserci\u00f3n en el conjunto de la acci\u00f3n pastoral. Pero su efectiva realizaci\u00f3n no es cosa f\u00e1cil. Salen al paso tantos obst\u00e1culos, de diversa \u00edndole: falta de motivaci\u00f3n, poca o nula preparaci\u00f3n, la tradici\u00f3n cultural y religiosa, la situaci\u00f3n problem\u00e1tica de muchas familias, la crisis generalizada de identidad cristiana y de fe. Habr\u00e1 que esforzarse no poco para que la familia asuma su papel y vuelva a ser un agente efectivo y privilegiado de acci\u00f3n pastoral.
        \nSe impone al respecto, por parte de la comunidad eclesial, una tarea urgente: motivar, acompa\u00f1ar y ayudar<\/em><\/strong>.
        \nNo basta recordar a los padres que tienen toda una serie de cometidos a realizar, dentro del quehacer pastoral. No tiene sentido dejarlos solos en el cumplimento de esta tarea. Es necesario esforzarse por motivarlos<\/em>, de manera que comprendan la importancia y sentido de la misi\u00f3n que se les conf\u00eda. Deben ser tambi\u00e9n acompa\u00f1ados<\/em> en el desempe\u00f1o de la acci\u00f3n, yayudados<\/em> en lo posible, para asegurar cauces concretos y efectivos de eficacia pastoral. Cuando estos recursos se ponen en pr\u00e1ctica con convicci\u00f3n y responsabilidad, podremos constatar, con estupor y satisfacci\u00f3n, que las posibilidades de participaci\u00f3n familiar en la misi\u00f3n pastoral van mucho m\u00e1s all\u00e1 de lo que en un principio se pensaba.
        \n <\/strong>
        \nOtras tareas indispensables de pastoral familiar<\/strong>
        \nTodo parece indicar que, en las circunstancias actuales, se impone con urgencia un nuevo impulso, en el contexto de la acci\u00f3n pastoral, a la pastoral de la familia. Para el futuro de la fe y de la Iglesia, el papel de la familia est\u00e1 destinado a cobrar, cada vez m\u00e1s, a no dudar, una importancia decisiva. Algunas de las tareas m\u00e1s urgentes, a este respecto, son \u00e9stas:
        \n <\/strong>
        \nLa preparaci\u00f3n para el matrimonio<\/em>
        \ny la ayuda pastoral a los matrimonios j\u00f3venes<\/em>
        \nEs un empe\u00f1o que se est\u00e1 demostrando cada v\u00eda m\u00e1s urgente e indispensable. La inmadurez y falta de preparaci\u00f3n para la vida matrimonial ha llegado a adquirir hoy en Espa\u00f1a proporciones alarmantes. Sucede que, mientras para las responsabilidades de la vida profesional est\u00e1n previstos ciclos intensos y complejos de formaci\u00f3n, la preparaci\u00f3n para la vida matrimonial se reduce, en la mayor\u00eda de los casos, a pocas reuniones o encuentros. Aqu\u00ed realmente la actividad pastoral debe hacer un sincero examen de conciencia y emprender decididamente nuevos derroteros.
        \n 
        \nLa preparaci\u00f3n de los padres para el bautismo de los hijos<\/em>
        \nEste es otro serio y delicado problema pastoral que est\u00e1 pidiendo una revisi\u00f3n valiente, equilibrada y realista. Todos conocemos los graves inconvenientes de la pr\u00e1ctica actual, que no ofrece suficientes garant\u00edas y lleva a perpetuar una situaci\u00f3n muy negativa para la Iglesia y para la sociedad.
        \nAnte la demanda de bautismo por parte de los padres, se requiere mucho discernimiento y delicadeza pastoral<\/em> para conocer y evaluar las motivaciones y garant\u00edas ofrecidas, a trav\u00e9s de un aut\u00e9ntico di\u00e1logo <\/em>y de una paciente labor demotivaci\u00f3n <\/em>y convicci\u00f3n<\/em>. Es una tarea pastoral que a\u00fan no ha recibido la consideraci\u00f3n que merece: la preparaci\u00f3n y formaci\u00f3n de catequistas del bautismo<\/em>, hombres y mujeres \u2013 lo mejor es que sean matrimonios<\/em> – capaces de una verdadera actividad de evangelizaci\u00f3n y de acompa\u00f1amiento.
        \nEl acompa\u00f1amiento de los padres en la educaci\u00f3n religiosa de sus hijos y su participaci\u00f3n en el proceso de iniciaci\u00f3n cristiana de los mismos<\/em>
        \nEs importante que surjan iniciativas y propuestas concretas que favorezcan, cada vez m\u00e1s, el ejercicio efectivo de esta responsabilidad pastoral de la familia cristiana. Y en el centro de esta preocupaci\u00f3n est\u00e1 la necesidad, sobre todo, de saber motivar, de no tener miedo de \u00abperder tiempo\u00bb para convencer, dialogar, motivar y acompa\u00f1ar a los padres en esta entusiasmante tarea de comunicar la fe a sus hijos y acompa\u00f1arlos en el camino del crecimiento en la vida cristiana.
        \n 
        \nLa implicaci\u00f3n de la familia en los planes educativos de la escuela<\/em>
        \nLa actual situaci\u00f3n de crisis de la educaci\u00f3n, en sus distintos aspectos y facetas, invitan a un esfuerzo especial por la calidad educativa de la escuela, en cuanto importante agencia de socializaci\u00f3n, de educaci\u00f3n y de mediaci\u00f3n cr\u00edtica de la cultura. Y a esto puede y debe contribuir la colaboraci\u00f3n efectiva de las familias, presentes y participantes en todas las instancias y principales responsabilidades del organismo escolar.
        \n 
        \nLa educaci\u00f3n sexual y la preparaci\u00f3n para el amor de ni\u00f1os y j\u00f3venes<\/em>
        \nTenemos que reconocer que, en el terreno de la educaci\u00f3n sexual, nuestra juventud demuestra una falta de preparaci\u00f3n alarmante. En esta sociedad, en la que la informaci\u00f3n sobre el sexo parece tan abundante y completa, se constata por el contrario un nivel preocupante de ignorancia y de ausencia de principios, lo que hace que sea necesaria y urgente la tarea de una seria y responsable educaci\u00f3n para el amor y la sexualidad.
        \n 
        \nLa creaci\u00f3n y fomento de modelos de espiritualidad conyugal y familiar<\/em>
        \nAnte una situaci\u00f3n bastante generalizada de crisis de identidad cristiana, se siente la necesidad de cultivar y repensar la espiritualidad del matrimonio y de la familia cristiana, a fin de que \u00e9sta pueda cumplir su alta misi\u00f3n y dar un convincente testimonio de fe. La tarea se presenta hoy d\u00eda delicada y comprometida, no sin serias dificultades, dadas las objeciones y perplejidades que, a los ojos de muchos, suscita la doctrina oficial de la Iglesia en este terreno.
        \n 
        \nUna renovada atenci\u00f3n pastoral a la tercera edad<\/em>
        \nEl problema ha cobrado especial relevancia en los \u00faltimos tiempo y est\u00e1 destinado a constituir un sector importante en el programa pastoral de la Iglesia. La tercera edad constituye una reserva humana de gran valor educativo y pastoral, y merece una atenci\u00f3n sol\u00edcita y agradecida por parte de la comunidad eclesial.
        \nHe aqu\u00ed una serie de reflexiones y sugerencias que, esperamos, pueden ayudar a iluminar y fomentar la noble tarea de dar a la familia, en el contexto de la acci\u00f3n pastoral de la Iglesia, el lugar y papel que le corresponde.
        \n <\/p>\n

        E. Alberich<\/em><\/p>\n

        <\/em>
        \n
        [1]<\/a> Misal Romano<\/em>: prefacio de la fiesta de Cristo Rey. Cf GS 39.
        \n
        [2]<\/a> CONGREGACI\u00d3N PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis<\/em> (DGC<\/strong>), Citt\u00e0 del Vaticano, Libreria Editrice Vaticana, 1997, n. 49.
        \n
        [3]<\/a> A. M. CALERO, Marco teol\u00f3gico-pastoral del matrimonio cristiano<\/em>, \u00abMisi\u00f3n Joven. Revista de Pastoral Juvenil\u00bb 402-403 (2010) 10. Cf E. ALBURQUERQUE, Familia, Iglesia dom\u00e9stica<\/em>, \u00abFamilia\u00bb 38 (2008) 87-112.
        \n
        [4]<\/a> ALBURQUERQUE, Familia, Iglesia dom\u00e9stica, <\/strong><\/em>98.
        \n
        [5]<\/a> LG 11. Cf DGC 255; E. CARBONELL SALA, \u00abFamilia cristiana<\/em>\u00bb, en: V. M. PEDROSA ARES et al. (Eds), Nuevo Diccionario de Catequ\u00e9tica<\/em>. Madrid, San Pablo 1999, 940-950.
        \n
        [6]<\/a> JUAN PABLO II, Exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica Catechesi tradendae<\/em>, del 16.10. 1979 [CT<\/strong>], 68.
        \n
        [7]<\/a> Para un visi\u00f3n de conjunto, cf: J. BESTARD COMAS, \u00abFamilia actual en Espa\u00f1a<\/em>\u00bb, en: V. M. PEDROSA ARES et al. (Eds), Nuevo Diccionario de Catequ\u00e9tica<\/em>, 925-940.
        \n
        [8]<\/a> Cf J. MART\u00cdN VELASCO, La transmisi\u00f3n de la fe en la sociedad contempor\u00e1nea<\/em>. Santander, Sal Terrae 2002.
        \n
        [9]<\/a> Cf J. A. PAGOLA, La familia, \u00abescuela de fe\u00bb. Condiciones b\u00e1sicas<\/em>, \u00abSal Terrae\u00bb 85 (1997)1005; J. MART\u00cdNEZ CORT\u00c9S, Posibilidades reales de educar en la fe por parte de las familias cristianas<\/em>, \u00abSinite\u00bb 35 (1994)105, 55-85.
        \n
        [10]<\/a> Cf E. ALBERICH, La familia, \u00bflugar de educaci\u00f3n en la fe?<\/em> Madrid, PPC 2010.
        \n
        [11]<\/a> Cf J. GONZ\u00c1LEZ ANLEO – J.- M. GONZ\u00c1LEZ-ANLEO, Para comprender la juventud actual<\/em>. Estella (Navarra), Verbo Divino 2008, 228-236; J. ELZO, La voz de los <\/em>adolescentes. Madrid, PPC 2008, 43-80; F. SEBASTI\u00c1N, Estad\u00edsticas<\/em>, \u00abVida Nueva\u00bb N. 2677 (2009) 41.
        \n
        [12]<\/a> J. ELZO, La voz de los adolescentes<\/em>. Madrid, PPC 2008, 73.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        Emilio Alberich Sotomayor, sdb. Presidente de AECA S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO La familia es un tema de gran actualidad tanto en la sociedad como en la acci\u00f3n pastoral de la Iglesia. El autor ofrece unas sabrosas reflexiones sobre la familia como sujeto y objeto de la acci\u00f3n pastoral. Sus planteamientos est\u00e1n anclados en la misi\u00f3n de […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[251,1504,94],"tags":[],"class_list":["post-7278","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-emilio-alberich-sotomayor","category-estudios-414_415","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7278","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7278"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7278\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7278"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7278"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7278"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}