{"id":7381,"date":"2011-04-01T00:00:09","date_gmt":"2011-03-31T22:00:09","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=7381"},"modified":"2011-04-01T00:00:09","modified_gmt":"2011-03-31T22:00:09","slug":"comunidades-con-jovenes-en-la-pastoral-de-juventud","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/comunidades-con-jovenes-en-la-pastoral-de-juventud\/","title":{"rendered":"COMUNIDADES CON J\u00d3VENES EN LA PASTORAL DE JUVENTUD"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 Luis P\u00e9rez \u00c1lvarez<\/strong> Hoy volvemos a reflexionar sobre el tema desde la perspectiva de la formaci\u00f3n y acci\u00f3n de las comunidades juveniles dentro de la pastoral que ofrecen las comunidades eclesiales en los diversos \u00e1mbitos de su presencia y de su oferta. La cultura dominante en la sociedad actual y las propuestas en las que enra\u00edzan muchos j\u00f3venes sus vidas, se insertan en valores, y vivencias profundamente opuestas y alejadas de la propuesta evang\u00e9lica. Desde sus inicios, la comunidad juvenil exige unos procesos de formaci\u00f3n en las personas y en el grupo que respondan a una profunda Iniciaci\u00f3n Cristiana y unos niveles de pertenencia comunitaria que consoliden su propia identidad. La comunidad cristiana no es simplemente un grupo. La identidad de un grupo se define por un objetivo sectorial que interesa y compromete a sus miembros. Conseguido el objetivo, el grupo o cambia de objetivo o desaparece. <\/strong> Jos\u00e9 Luis P\u00e9rez \u00c1lvarez<\/em><\/p>\n \n Jos\u00e9 Luis P\u00e9rez \u00c1lvarez Fundador de las Comunidades Adsis S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El tema de las Comunidades con j\u00f3venes en la Pastoral de Juventud\u201d es una de las claves en el pensamiento y en la vida de Jos\u00e9 Luis P\u00e9rez \u00c1lvarez, fundador de las comunidades Adsis. Nos vuelve a ofrecer en este art\u00edculo interesantes […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1478,1176,94],"tags":[],"class_list":["post-7381","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-411","category-jose-luis-perez-alvarez","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7381","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7381"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7381\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7381"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7381"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7381"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nFundador de las Comunidades Adsis<\/strong>
\n
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl tema de las Comunidades con j\u00f3venes en la Pastoral de Juventud\u201d es una de las claves en el pensamiento y en la vida de Jos\u00e9 Luis P\u00e9rez \u00c1lvarez, fundador de las comunidades Adsis. Nos vuelve a ofrecer en este art\u00edculo interesantes reflexiones teol\u00f3gico-pastorales sobre el mismo. Aborda tambi\u00e9n aspectos muy concretos sobre los dinamismos en la configuraci\u00f3n de la comunidad juvenil y sobre la adultez personal y comunitaria.
\n <\/strong>
\nIntroducci\u00f3n<\/strong>
\nLa revista Misi\u00f3n Joven<\/strong> ha cumplido 50 a\u00f1os de fecundo y permanente servicio a la Pastoral de Juventud en la Iglesia. La presente colaboraci\u00f3n quiere ser un tributo de agradecimiento y admiraci\u00f3n por esta historia tan meritoria.
\nHace a\u00f1os pude dedicarme al estudio de la Pastoral con j\u00f3venes en el libro \u201cDios me dio hermanos. Comunidad cristiana y Pastoral de Juventud\u201d, CCS, Madrid 1993. En su extenso contenido se analizan los diversos aspectos en que las comunidades cristianas, desde sus diversos carismas y proyectos, han de comprometerse en la pastoral actualizada con los j\u00f3venes.
\nPor la brevedad de este art\u00edculo y como memoria entra\u00f1able a Misi\u00f3n Joven me permito remitir en las notas a art\u00edculos y publicaciones anteriores de la Revista para poder ampliar nuestras reflexiones.
\nEn los a\u00f1os sesenta influyen especialmente en la acci\u00f3n pastoral dos factores: la cultura de la modernidad, con sus fen\u00f3menos de personalizaci\u00f3n, socializaci\u00f3n, secularizaci\u00f3n y liberaci\u00f3n, y el Concilio Vaticano II, en los documentos conciliares Lumen Gentium, Gaudium et Spes y Apostolicam actuositatem.<\/em>
\nYa desde entonces sentimos la necesidad de abordar una nueva pastoral entre los j\u00f3venes en la que el asociacionismo de corte devocional se abriese a la profundizaci\u00f3n en el seguimiento al Se\u00f1or, a la configuraci\u00f3n de la comunidad cristiana como en los tiempos apost\u00f3licos y a una presencia significativa y servicial en la sociedad[1]<\/a>.
\nLas claves dominantes de este cambio han sido: la vocaci\u00f3n cristiana universal, la comunidad en la fe y en la vida compartida, la presencia cristiana como testimonio y compromiso en el mundo, la revitalizaci\u00f3n de los diversos carismas del Esp\u00edritu[2]<\/a>.
\nHoy hemos de tener en cuenta la sociedad pluralista y secularizada en que vivimos y la notable indiferencia y lejan\u00eda de la fe en tantos sectores de la vida social, las dificultades derivadas del sustrato humano de los j\u00f3venes, la falta de integraci\u00f3n personal, la conciencia adormecida por el consumo, la influencia de los medios de comunicaci\u00f3n social, la falta de referentes y la dificultad para conectar con sus focos de inter\u00e9s y expectativas.
\nEn esta sociedad plural y secularizada, ante la cultura de la posmodernidad y el d\u00e9bil influjo de las tradicionales correas de transmisi\u00f3n de la fe en la juventud, nos sentimos apremiados a retomar el compromiso por consolidar entre los j\u00f3venes la vivencia comunitaria del proyecto del Reino de Dios en vinculaci\u00f3n con las comunidades cristianas eclesiales adultas[3]<\/a>.
\nEl Forum pastoral con j\u00f3venes proclama en su Manifiesto final: \u201cNos comprometemos a promover comunidades cristianas que susciten y acompa\u00f1en el proceso de las personas j\u00f3venes. Que les busquen, les acojan en su realidad concreta y les propongan expl\u00edcitamente el Evangelio de Jesucristo que llama a la fraternidad\u201d<\/em>[4]<\/a>.
\nDesde una fuerte opci\u00f3n por la fraternidad y la solidaridad los j\u00f3venes est\u00e1n abiertos a nuevas formas comunitarias de explicitar y vivir las creencias en orden a una fe m\u00e1s aut\u00e9ntica y purificada[5]<\/a>. La opci\u00f3n comunitaria ha configurado de ra\u00edz la configuraci\u00f3n de muchos Movimientos eclesiales que desde comunidades adultas asumen el compromiso prioritario de la pastoral entre los j\u00f3venes.
\n <\/p>\n\n
\nLa vocaci\u00f3n cristiana, en la fe, en la esperanza y en el amor, es una realidad personal inserta radicalmente en la comunidad eclesial. La fe es una opci\u00f3n y una vivencia compartida, celebrada y transmitida en y desde la comunidad.
\nLa comunidad cristiana es el sujeto, el \u00e1mbito y el objetivo en el que la fe cristiana se vive como proyecto de vida personal y comunitaria y desde el que se propone como experiencia de nueva vida abierta a la fraternidad y a la solidaridad[6]<\/a>. Un proyecto que asume el seguimiento a Jes\u00fas como vivencia de libertad liberada, de amor solidario, de esperanza de Vida definitiva.
\nLa educaci\u00f3n de la fe entre los j\u00f3venes no puede reducirse a una aceptaci\u00f3n de verdades abstractas, de ritos religiosos, de normas morales y de pertenencia institucional aleatoria.
\nNo vivimos en una sociedad de cristiandad en la que la religiosidad se asume por adherencias ambientales o por tradiciones eventuales[7]<\/a>. La fe implica un proceso personal y grupal de conversi\u00f3n a la persona y al proyecto de Jes\u00fas. Jes\u00fas se manifiesta y se asume en la experiencia vital de una comunidad de seguidores que, en su testimonio y en su compromiso, suscita el inter\u00e9s, la atracci\u00f3n y las preguntas vitales m\u00e1s profundas y, al mismo tiempo, propone un proyecto de vida que da sentido profundo a las aspiraciones del coraz\u00f3n y al compromiso por la justicia.
\nPara que una comunidad cristiana pueda suscitar entre los j\u00f3venes comunidades juveniles vinculadas a ella y con procesos de vivencia de la vocaci\u00f3n cristiana en fraternidad evang\u00e9lica y en solidaridad con el mundo, es preciso que la Comunidad eclesial trabaje previamente una Convocatoria evangelizadora entre los adolescentes y j\u00f3venes como portadora de sentido, abierta a la solidaridad, \u00e1mbito y sujeto de relaciones nuevas, inductora de trascendencia y de expectativa, oferta de la Buena Noticia<\/em>[8]<\/a>.
\nPosteriormente un proceso adecuado de Iniciaci\u00f3n Cristiana podr\u00e1 abrir el grupo de j\u00f3venes a configurarse como comunidad juvenil vinculada a la comunidad adulta eclesial[9]<\/a>.
\nNo se trata de considerar la realidad comunitaria entre los j\u00f3venes como una forma m\u00e1s de organizaci\u00f3n eclesial sino como una vivencia fundamental de la fe vivida, compartida, celebrada y comprometida en la comuni\u00f3n y en la misi\u00f3n cristianas.<\/em>
\nLas comunidades juveniles necesitan un seno fecundo en el que nacer, constituirse, crecer y permanecer hasta llegar a la adultez de la vida y de la fe de cada persona y del grupo. El empe\u00f1o por recrear, en los tiempos presentes, nuevas formas de vida comunitaria m\u00e1s secular y encarnada, y por renovar las existentes desde la pluralidad de formas y carismas, es fundamental y decisivo para la vivencia y la transmisi\u00f3n de la fe[10]<\/a>.
\nLa instancia comunitaria surge progresivamente de las exigencias del seguimiento a Jes\u00fas: c\u00f3mo seguirle, con qui\u00e9nes seguirle y para qui\u00e9nes<\/em>, informando en este proceso todas las dimensiones personales y sociales de la vida concreta.
\nLa fe no es simplemente un mensaje que se propaga. Es ante todo una experiencia de vida que surge del encuentro amoroso y salvador con el Padre, en Jes\u00fas por el Esp\u00edritu. Este encuentro se inicia y se acrecienta en el seno de la comunidad de los disc\u00edpulos como hijos, hermanos y siervos cara al proyecto del Reino.
\nLas instituciones y las estructuras pastorales necesitan ser revitalizadas por comunidades que, en la pluralidad de los carismas y desde la comuni\u00f3n eclesial, sean fermento vivificador en el testimonio y en la transmisi\u00f3n de la fe, convoc\u00e1ndoles a revivir y prolongar en sus grupos los dinamismos de la comunidad
\nLa actividad pastoral de la comunidad necesita entre los j\u00f3venes m\u00e1s profec\u00eda que doctrina, m\u00e1s celebraci\u00f3n que ritos, m\u00e1s opciones de amor nuevo que prohibiciones, m\u00e1s comunidad participativa que iglesias de clientela.
\nLa alegr\u00eda es la mejor profec\u00eda. Los j\u00f3venes admiran a los h\u00e9roes pero no quieren imitarlos. Envidian a los que se muestran m\u00e1s felices por su calidad de vida y desean seguirlos y experimentar con ellos.
\nLos j\u00f3venes han de crecer en su grupo siendo protagonistas en su vivencia vocacional y en sus compromisos. As\u00ed se ir\u00e1n configurando como verdaderas comunidades de vida cristiana.
\nLa vinculaci\u00f3n y la pertenencia de los grupos comunitarios juveniles a la Comunidad adulta se acrecientan si, desde un proyecto y procesos adecuados, los j\u00f3venes logran personalizar las vivencias y las opciones cristianas en los diversos aspectos de su vida.
\n <\/p>\n\n
\nEl planteamiento b\u00e1sico en la pastoral con j\u00f3venes es cada vez m\u00e1s evidente: \u00bfC\u00f3mo procurar que los j\u00f3venes actuales puedan ser sujetos capaces de Evangelio?<\/em> La evangelizaci\u00f3n como testimonio, anuncio y liberaci\u00f3n supone que los j\u00f3venes sean capaces de valorar, desear y abrirse a la oferta de Jes\u00fas.
\nPara ello es imprescindible un proceso educativo que les ayude a abrir su coraz\u00f3n a una propuesta de vida nueva. Todos estos j\u00f3venes y grupos necesitan hacer un proceso de Convocatoria evangelizadora[11]<\/a>.
\nLa identidad de una comunidad cristiana juvenil implica que cada uno de sus componentes est\u00e9 abierto a crecer en el seguimiento a Jes\u00fas y se comprometa a compartir en grupo las vivencias y los progresivos compromisos de la fe[12]<\/a>.
\nPara poder configurar un grupo de j\u00f3venes como comunidad cristiana es preciso que en todos ellos se asuma y se viva un denominador com\u00fan imprescindible<\/em> para poder comprometerse juntos en un proyecto de comunidad cristiana.
\nEste fundamento com\u00fan no es otro que el conocimiento, el amor y el testimonio de Jes\u00fas como el Se\u00f1or de sus vidas[13]<\/a>. Esta adhesi\u00f3n a Jesucristo, consolidada mediante experiencias y vivencias mayores y permanentes, es la caracter\u00edstica com\u00fan que une a los j\u00f3venes en comunidad dentro de las peculiaridades personales.
\nEs necesario que la Comunidad pastoral ofrezca a los j\u00f3venes experiencias mayores[14]<\/a> previas a la opci\u00f3n comunitaria. Nuestra experiencia avala este hecho fundamental a trav\u00e9s de Ejercicios espirituales, Cursillos de formaci\u00f3n vocacional, Jornadas de estudio, Campos de trabajo solidario y de oraci\u00f3n comunitaria, celebraciones lit\u00fargicas compartidas, Asambleas de grupos, Proyecto de formaci\u00f3n por niveles, Convocatoria espec\u00edficas de iniciaci\u00f3n a la comunidad[15]<\/a>.
\nEstas experiencias mayores han de tener continuidad en las experiencias permanentes<\/em> de las personas y de los grupos (formaci\u00f3n, comunicaci\u00f3n de vida, compromisos progresivos en los estudios o en el trabajo, en la familia y en los ambientes propios\u2026).
\nEn estas experiencias el Evangelio de Jes\u00fas ir\u00e1 dando respuesta en plenitud a un coraz\u00f3n abierto a la trascendencia, a la solidaridad, a las instancias interiores del amor y de la felicidad, a los reclamos que surgen del dolor, de la injusticia y de la desesperanza, a las inc\u00f3gnitas de la muerte. La Palabra, sembrada en tierra buena y abonada, dar\u00e1 fruto en abundancia.
\nHemos de realizar una oferta ilusionada y abierta a la formaci\u00f3n de la comunidad cristiana juvenil entre los j\u00f3venes que, en este proceso de conversi\u00f3n a Jes\u00fas y su Reino, hayan madurado y manifestado constancia y fidelidad, apertura al compromiso entre sus compa\u00f1eros, creatividad y entrega[16]<\/a>.
\nAs\u00ed la primordial tarea de la comunidad ha de ser el crecimiento de sus miembros en la vivencia de la interioridad cristiana[17]<\/a>.
\n <\/p>\n\n
\nEn la pluralidad de proyectos formativos de las comunidades juveniles[18]<\/a> optamos por unos dinamismos dial\u00e9cticos y progresivos<\/em> en los que nace y crece el grupo como comunidad cristiana. He aqu\u00ed los dinamismos fundamentales:
\n
\nPalabra e historia<\/em><\/strong>
\nLa tarea prioritaria de la comunidad es vivir abierta a la propuesta del Reino de Dios en el Evangelio de Jes\u00fas. Al mismo tiempo la comunidad ha de vivir como fermento en el mundo y en su historia, intentando ser testimonio y fermento cristianos en los ambientes y situaciones de su propia existencia.
\nLa apertura a la Palabra y a la historia supone estudio, meditaci\u00f3n y discernimiento en orden a valorar las opciones concretas[19]<\/a>. La comunidad crece as\u00ed como mediaci\u00f3n y sacramento de la presencia del Se\u00f1or y de su Reino. La referencia Palabra-historia est\u00e1 a la base de la conversi\u00f3n que es tarea fundamental y permanente de la comunidad.
\nLos j\u00f3venes en su comunidad han de aprender a interiorizar, comunicar y testimoniar juntos la Palabra del Se\u00f1or. La Palabra ayuda a los j\u00f3venes a comprender el verdadero sentido de sus vidas y de su compromiso en la historia. Por otra parte el an\u00e1lisis objetivo de la realidad ofrece a la Palabra seno de encarnaci\u00f3n y de profec\u00eda.
\nEn la comunidad los j\u00f3venes han de proyectar la Palabra sobre sus instancias vitales y sus implicaciones psicol\u00f3gicas, culturales y sociales. En su comunidad los j\u00f3venes han de descubrir y vivir la Palabra evang\u00e9lica como solicitud de instancias nuevas y definitivas en el seguimiento a Jes\u00fas.
\nAs\u00ed la comunidad juvenil, que vive su proyecto de fraternidad desde la dial\u00e9ctica Palabra-historia integrando fe y vida, puede ser fermento evangelizador en sus ambientes[20]<\/a>.
\n
\nFormaci\u00f3n y oraci\u00f3n<\/em><\/strong>
\nSer\u00e1 necesario ofrecer a los j\u00f3venes una adecuada formaci\u00f3n <\/em>para poder conocer la Palabra de Dios en profundidad. Una comunidad de j\u00f3venes no se limita a ser un grupo de estudio, pero necesita de una u otra forma acceder a una formaci\u00f3n teol\u00f3gica y b\u00edblica en sus aspectos fundamentales[21]<\/a>. Mediante la participaci\u00f3n en escuelas o centros adecuados y con lecturas y sesiones formativas planificadas en la comunidad, hemos de cuidar esta formaci\u00f3n en los j\u00f3venes.
\nAl mismo tiempo la comunidad se abre al Esp\u00edritu en la oraci\u00f3n<\/em>[22]<\/a>. La oraci\u00f3n es tarea permanente de toda comunidad cristiana. La apertura al Esp\u00edritu en la oraci\u00f3n es la ra\u00edz de toda comuni\u00f3n cristiana y la fuente de la solidaridad en el amor liberador. La verdadera oraci\u00f3n es la que hace comunidad y la comunidad verdadera es la que orando se manifiesta receptiva al Esp\u00edritu y acogedora de todos los hermanos en Cristo.
\nEs preciso ense\u00f1ar a .los j\u00f3venes a orar tanto en su oraci\u00f3n personal como en la oraci\u00f3n comunitaria[23]<\/a>. Es necesario que la oraci\u00f3n tenga lugar privilegiado tanto en los proyectos personales como en el proyecto comunitario. La comunidad juvenil ha de participar en momentos especiales en la oraci\u00f3n con la comunidad adulta teniendo en ella su comunicaci\u00f3n y participaci\u00f3n propias.
\n
\nComunicaci\u00f3n de vida y fraternidad<\/em><\/strong>
\nLa comunidad cristiana, cualquiera que sea su momento de evoluci\u00f3n y crecimiento, es ante todo \u201ccuerpo de Cristo en el que sus miembros est\u00e1n unidos en la vida, fe y misi\u00f3n cristianas\u201d.<\/em>
\nLa referencia al Se\u00f1or es el fundamento de la comuni\u00f3n fraterna. Por ello la relaci\u00f3n de todos sus miembros en la comunidad est\u00e1 centrada en esta referencia a Jes\u00fas aprendiendo en su seguimiento a vivir como hijos, hermanos y siervos.
\nDe esta realidad de miembros del Cuerpo de Cristo y hermanos en el Se\u00f1or surge la necesidad de lacomunicaci\u00f3n interpersonal de la vida cristiana<\/em> en el seno de la comunidad. La vivencia de la fe entre los hermanos no es una realidad a privatizar sino a compartir, a discernir y a consolidar juntos.
\nAs\u00ed se constituye y se manifiesta la fe comunitaria en el seno de la Iglesia.
\nEducar a la comunicaci\u00f3n es tarea importante para consolidar la comunidad juvenil. La comunicaci\u00f3n ha de ser libre, progresiva en la medida del crecimiento de las relaciones fraternas y de la formaci\u00f3n comunitaria de cada persona. Supone una maduraci\u00f3n progresiva tanto de la fe personal como de la propia psicolog\u00eda[24]<\/a>.
\nLa comunicaci\u00f3n de vida en el Se\u00f1or no se refiere solo a la comunicaci\u00f3n oral. Todos los aspectos que constituyen la comunidad son responsabilidad com\u00fan y se viven en apertura y comunicaci\u00f3n con los dem\u00e1s. Sin comunicaci\u00f3n personal de vida es imposible en la comunidad el discernimiento comunitario y la corresponsabilidad.
\nEs evidente la mutua relaci\u00f3n entre comunicaci\u00f3n de vida y fraternidad.
\n
\nCelebraci\u00f3n cristiana y compromiso solidario<\/em><\/strong>
\nLa Palabra en la historia, la oraci\u00f3n y la comunicaci\u00f3n fraterna adquieren su m\u00e1xima expresi\u00f3n y eficacia en la celebraci\u00f3n del acontecimiento cristiano de la salvaci\u00f3n en el Bautismo, en la Eucarist\u00eda y en la Reconciliaci\u00f3n sacramental.
\nEs tarea de la comunidad adulta incorporar, educar y comprometer a las comunidades de j\u00f3venes en las celebraciones lit\u00fargico-sacramentales acentuando en ellas su car\u00e1cter eclesial y comprometido[25]<\/a>. En funci\u00f3n de la comunidad juvenil hemos de poner de relieve en las celebraciones comunitarias los aspectos siguientes:
\n
\n– El Padre nos convoca a la celebraci\u00f3n en Cristo por el Esp\u00edritu para hacer presente y activo el acontecimiento de la salvaci\u00f3n con gozo festivo en comuni\u00f3n eclesial y en testimonio y compromiso universal.
\n– La centralidad de la Palabra como profec\u00eda para la transformaci\u00f3n de la vida. La homil\u00eda como comunicaci\u00f3n vivencial, en lenguaje evang\u00e9lico y secular y en referencia a la vivencia de la fraternidad y de la solidaridad. El silencio orante para interiorizar la Palabra.
\n– La importancia de la participaci\u00f3n en las ofrendas como signos de interrelaci\u00f3n fraterna y de compromisos abiertos al acontecimiento pascual de la Eucarist\u00eda.
\n– La actualizaci\u00f3n de la Pascua de Jes\u00fas (muerte y resurrecci\u00f3n) en nuestra historia como fuente de esperanza y de compromiso.
\n
\nLos j\u00f3venes necesitan descubrir y vivir que la liturgia es el alma de su comunidad. De ella emana la fuerza y la identidad de sus relaciones fraternas, de su pertenencia comunitaria y de su presencia testimonial en la sociedad.
\nLa comunidad juvenil va encontrando as\u00ed en la Palabra y en el Pan el verdadero camino que, como en Ema\u00fas, les descubre la presencia del Se\u00f1or y les reintegra permanentemente en la comunidad.
\nLa Eucarist\u00eda y la Reconciliaci\u00f3n sacramental implican renovadamente a los j\u00f3venes en el compromiso de la solidaridad ante las situaciones de injusticia y pecado. La Eucarist\u00eda debe ser percibida por los j\u00f3venes comoreuni\u00f3n en el amor y para el amor mayor.<\/em> El compromiso por el Reino es la prolongaci\u00f3n permanente de la Eucarist\u00eda y la tarea fundamental entre una y otra celebraci\u00f3n. Tambi\u00e9n es importante descubrir y vivir la dimensi\u00f3n comunitaria de la Reconciliaci\u00f3n sacramental[26]<\/a>.
\nEn el proceso de consolidaci\u00f3n de la comunidad juvenil, el Sacramento de la Confirmaci\u00f3n adquiere especial significaci\u00f3n de apertura al Esp\u00edritu, de compromiso en la vivencia de la fe y de profunda pertenencia comunitaria[27]<\/a>.
\nLa comunidad as\u00ed celebrante se va convirtiendo en palabra de la Palabra, cuerpo del Pan y \u00e1mbito de la misericordia del Reino.<\/em>
\nLa celebraci\u00f3n en la Palabra y en el Pan lleva a la comunidad juvenil a asumir los compromisos de, amor solidario y significativo.<\/em> El amor cristiano es la norma de la comunidad y el testimonio fundamental en el mundo. Las relaciones y el servicio en la fraternidad, la familia, el testimonio cristiano en los ambientes de estudio y trabajo, la solidaridad liberadora entre los pobres y marginados, la apertura misionera a la cooperaci\u00f3n social, la presencia activa en grupos y asociaciones culturales, sociales y pol\u00edticas\u2026, son \u00e1mbitos en los que las comunidades, a trav\u00e9s de sus distintos miembros, han de hacerse presente como fermento cristiano en la sociedad[28]<\/a>.
\n <\/em><\/strong><\/p>\n\n
\nEl objetivo de la comunidad es la vida cristiana compartida en su ser y en su devenir. La vida cristiana como seguimiento vocacional a Cristo en la b\u00fasqueda del Reino y su justicia.
\nHemos de tener en cuenta que los j\u00f3venes, a una cierta edad, se ven abocados a asumir los desaf\u00edos de la adultez y a vivirlos progresivamente personal y comunitariamente desde los reclamos de la fe, la esperanza y el amor cristianos.
\nMuchas comunidades juveniles no resisten este embate y, poco a poco, desaparecen como tales ante las exigencias de los compromisos adultos que despiertan un inter\u00e9s primordial en cada uno de sus miembros. Estas comunidades se mantienen un cierto tiempo bajo el influjo de las relaciones afectivas de grupo y posteriormente pierden su v\u00ednculo comunitario ante las exigencias de las opciones adultas particulares no asumidas en la vivencia compartida de la fe y del compromiso en comunidad.
\nPor ello es necesario que la comunidad asuma, en sus dinamismos fundamentales descritos, la apertura a los dinamismos de la vida adulta. En la pluralidad de las opciones personales ha de incorporarlos e informarlos desde la vivencia de la vocaci\u00f3n cristiana fundamental.
\nEstas opciones se realizan desde la autonom\u00eda propia de las personas. La comunidad, sin embargo, ha de ayudar en el discernimiento y en la vivencia de la vocaci\u00f3n cristiana en estas nuevas opciones.
\nLa comunidad en su proyecto y en su proyecci\u00f3n va evolucionando en la medida que lo exigen las opciones personales de sus miembros.
\nIndicamos tres dinamismos fundamentales de la adultez[29]<\/a>.
\n
\nAfectividad y estados de vida<\/em><\/strong>
\nLa realidad afectivo-sexual es uno de los elementos determinantes en la perseverancia de los j\u00f3venes en las comunidades. Una relaci\u00f3n afectiva mal planteada puede desorientar profundamente la globalidad del proyecto de vida cristiana. Distorsiona la vivencia de los valores y de la propia identidad ante uno mismo y ante los dem\u00e1s.
\nLa realidad afectivo-sexual tiene sus propias dimensiones antropol\u00f3gicas que han de ser valoradas en su conjunto y en su funci\u00f3n plena. Y la vivencia de la vida cristiana, como adhesi\u00f3n a Jes\u00fas y compromiso por el Reino, informa y especifica la vivencia de la afectividad humana.
\nEl discernimiento de estos dinamismos no puede ser ajeno a la comunidad en la que se vive, se comparte, se celebra y se compromete la vocaci\u00f3n cristiana. La comunidad es el \u00e1mbito donde los j\u00f3venes aprenden a vivir la relaci\u00f3n afectivo-sexual como signo de la alianza salvadora de Dios con su pueblo, como referencia sacramental del amor de Cristo a la comunidad eclesial, como profec\u00eda humana de la fraternidad en un solo Cuerpo.
\nLa comunidad impulsa a encarnar el amor humano en el Amor cristiano. Esto implica asumir la gratuidad en el amor, el respeto a la libertad del otro, la fidelidad en la adversidad, la misericordia entra\u00f1able, la disponibilidad al compromiso compartido, la ternura sin dominaci\u00f3n, la comunicaci\u00f3n sincera, la entrega sin chantajes, el respeto a la vida\u2026Estas realidades que no nacen de la ley humana sino de la gracia, son signo de que la relaci\u00f3n afectivo-sexual es aprendida y vivida en comunidad de hijos, hermanos y siervos, buscando ante todo la justicia del Reino.
\nEn estos empe\u00f1os los j\u00f3venes deben ser ayudados por el acompa\u00f1amiento personal y por planes de formaci\u00f3n espec\u00edfica. Desde estas perspectivas podr\u00e1n surgir, a su debido tiempo, los estados de vida matrimonial o c\u00e9libe que enriquecen sobre manera la vida de la comunidad adulta. El matrimonio como sacramento y el celibato como profec\u00eda del Reino definitivo adquieren en la comunidad referencia y est\u00edmulo mutuos en la vivencia del amor y del compromiso cristianos[30]<\/a>.
\n
\nProfesi\u00f3n y trabajo<\/em><\/strong>
\nEl trabajo profesional es otro elemento que configura la adultez de las personas tanto en la autonom\u00eda econ\u00f3mica como en sus intereses personales y sociales, actividades, tiempos y relaciones.
\nLa vivencia de la vocaci\u00f3n cristiana ha de informar estas dimensiones. La comunidad se ve afectada progresivamente en su proyecto y proyecci\u00f3n por los compromisos profesionales de sus miembros. De lo contrario, los j\u00f3venes m\u00e1s comprometidos en las exigencias laborales se sentir\u00e1n m\u00e1s desafectos a una comunidad ajena a sus vivencias vitales en el compromiso laboral[31]<\/a>.
\n
\nInserci\u00f3n social y eclesial<\/em><\/strong>
\nLa comunidad juvenil que se abre a los dinamismos de la adultez de sus miembros necesita en sus discernimientos y opciones asumir su presencia y encarnaci\u00f3n en los \u00e1mbitos y compromisos sociales y eclesiales correspondientes.
\nEl ejercicio de la profesi\u00f3n en \u00e1mbitos educativos, sanitarios y asistenciales solicita la inserci\u00f3n de los j\u00f3venes profesionales en colectivos comprometidos con estos objetivos. De esta inserci\u00f3n social profesional pueden surgir compromisos y militancias en asociaciones culturales, sindicales y pol\u00edticas. Todas estas plataformas comportan relaciones y actividades en las que trabajar por el bien com\u00fan y encarnar el compromiso de la fe cristiana[32]<\/a>.
\nDe esta forma y a trav\u00e9s de una evoluci\u00f3n del proyecto y de la proyecci\u00f3n de la comunidad juvenil, la comunidad ayuda a cada uno de sus miembros a orientar y madurar las opciones vocacionales m\u00e1s espec\u00edficas[33]<\/a>. Mediante estas opciones personales, la misma comunidad puede entrar en la adultez de su identidad humana y creyente en el seno de la sociedad como fermento y testimonio.
\nEn este sentido es imprescindible que la comunidad estimule a todos sus miembros a frecuentar el acompa\u00f1amiento personal en orden a un di\u00e1logo y seguimiento m\u00e1s personalizado y a recibir ayuda en la elaboraci\u00f3n y vivencia de su proyecto personal[34]<\/a>.
\nLa comunidad, desde su condici\u00f3n y vivencia adulta, consolida en la Iglesia peculiares v\u00ednculos de carisma y de comuni\u00f3n con otras comunidades cristianas eclesiales.
\nPuede suceder que la comunidad juvenil, antes de consolidarse como comunidad aut\u00f3noma y adulta, se convierta en plataforma de lanzamiento para que sus diversos componentes puedan optar personalmente por otras comunidades adultas donde realizar su vocaci\u00f3n personal espec\u00edfica y sus compromisos adultos m\u00e1s adecuadamente. En este caso la comunidad juvenil ha cumplido fielmente con su objetivo cristiano.
\n <\/p>\n\n
\n Trama de comuni\u00f3n<\/em><\/strong>
\nLas comunidades juveniles necesitan vivir y crecer en una trama de comuni\u00f3n desde la pluralidad de estilos y proyectos y as\u00ed poder conocerse, estimularse y crecer en una experiencia m\u00e1s universal de fe eclesial.
\nEl aislamiento de las comunidades o grupos produce empobrecimiento y ausencia de alternativas posibles en caso necesario para algunos de sus miembros. Es preciso significar la Iglesia como un mosaico en el que cada comunidad es una pieza ensamblada en la comuni\u00f3n de la fe, comuni\u00f3n que es don, tarea y destino en el esp\u00edritu del Se\u00f1or Resucitado.
\nVivir en comuni\u00f3n fortalece la pertenencia vocacional y comunitaria. La pertenencia eclesial ha de ser la ra\u00edz de todas las pertenencias cristianas espec\u00edficas. Es necesario favorecer en las comunidades de j\u00f3venes el sentido y la responsabilidad de la pertenencia. La pertenencia consolida y significa la propia identidad vocacional.
\nEsta trama de comuni\u00f3n ha de realizarse a diversos niveles:
\n
\n– Comuni\u00f3n entre las comunidades de j\u00f3venes que surgen en un mismo contexto pastoral.
\n– Comuni\u00f3n de las comunidades de j\u00f3venes con las comunidades adultas que son sujeto y \u00e1mbito pastoral en el que surgen y desarrollan su proyecto y proceso de fe (Congregaciones religiosas, Movimientos, Di\u00f3cesis\u2026).
\n– Comuni\u00f3n en los ambientes espec\u00edficos donde desarrollan su presencia cristiana (colegios, universidades, centros juveniles, parroquias\u2026).
\n
\nEsta trama de comuni\u00f3n ha de promoverse mediante encuentros, celebraciones, escuelas de formaci\u00f3n, experiencias comunes, iniciativas solidarias comunes, etc. La Jornada Mundial de la Juventud 2011 ha de ser una experiencia culmen de la vivencia de la comuni\u00f3n en Cristo.
\nPara que esta trama de comuni\u00f3n entre las comunidades de j\u00f3venes se constituya y crezca es preciso que las comunidades y sus agentes pastorales vivan esta comuni\u00f3n eclesial en las Congregaciones, Movimientos, Di\u00f3cesis y Parroquias en la forma y modo que sea m\u00e1s conveniente a la significatividad de la Iglesia y a su misi\u00f3n pastoral.
\n
\nTrama de solidaridad<\/em><\/strong>
\nLa trama de comuni\u00f3n eclesial implica en su misma naturaleza el compromiso por la justicia mediante la solidaridad en las situaciones de increencia, marginaci\u00f3n y pobreza.
\nLas comunidades juveniles necesitan insertarse en proyectos solidarios diversos seg\u00fan sus posibilidades y vinculaciones m\u00e1s inmediatas. Hemos de procurar ofrecerles oportunidades de inserci\u00f3n y colaboraci\u00f3n en:
\n
\n– Proyectos solidarios de las comunidades pastorales a las que est\u00e9n vinculados.
\n– C\u00e1ritas parroquiales o diocesanas, Fundaciones o ONG\u2019s de instituciones cercanas.
\n– Iniciativas de Cooperaci\u00f3n internacional.
\n– Campa\u00f1as eventuales de desarrollo.
\n
\nLa solidaridad activa es el rostro m\u00e1s prof\u00e9tico de la comuni\u00f3n y el \u00e1mbito donde las relaciones solidarias ofrecen a la fraternidad su consolidaci\u00f3n m\u00e1s evang\u00e9lica.
\n <\/p>\n
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