{"id":7492,"date":"2010-10-01T00:00:07","date_gmt":"2010-09-30T22:00:07","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7492"},"modified":"2010-10-01T00:00:07","modified_gmt":"2010-09-30T22:00:07","slug":"derechos-del-menor-en-clave-salesiana","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/derechos-del-menor-en-clave-salesiana\/","title":{"rendered":"DERECHOS DEL MENOR EN CLAVE SALESIANA"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 Luis Guz\u00f3n, sdb.<\/strong> \u00abQue el ni\u00f1o\u2026salve al hombre,<\/em><\/p>\n salve, por la poes\u00eda, la belleza,<\/em><\/p>\n la armon\u00eda de su patria, a su patria.<\/em><\/p>\n Lo dem\u00e1s le ser\u00e1 dado al ni\u00f1o y al<\/em><\/p>\n Hombre por a\u00f1adidura. As\u00ed sea\u00bb.<\/em><\/p>\n (JUAN RAM\u00d3N JIM\u00c9NEZ)<\/p>\n <\/p>\n Lo que nos resulta familiar tendemos a interpretarlo como natural. Ese habito enriquecido con las representaciones escuchadas de otros conforman las narraciones y discursos que hacen la historia. Casi siempre, dichos relatos desvelan y ocultan. La infancia, los menores y la educaci\u00f3n son tres de ellos. El \u00abmenor\u00bb es una construcci\u00f3n social realizada por los adultos a lo largo de la experiencia hist\u00f3rica. La evoluci\u00f3n de la infancia como una categor\u00eda social ha ido perfil\u00e1ndose con el reconocimiento, definici\u00f3n, desarrollo y evaluaci\u00f3n del ni\u00f1o as\u00ed como con las intervenciones de los adultos para facilitar su desarrollo[1]<\/a>. Resulta complejo definir qu\u00e9 es ser \u00abmenor\u00bb. Abordarlo requiere una triple actitud interrogadora: rastrear la genealog\u00eda de las pr\u00e1cticas de relacionarse con ellos en la vida y en las instituciones; relacionar dichas pr\u00e1cticas con el funcionamiento general de la sociedad y analizar los discursos sobre los \u00abmenores\u00bb desde las creencias, pasando por los discursos y aterrizando en los modelos a modo de representaciones ideales sobre lo que son y deseamos que sean[2]<\/a>. El estudio de las infancias reales (las condiciones de vida familiares y sociales del ni\u00f1o, el medio social al que pertenecen, los sistemas de vida de los adultos con los que conviven, las condiciones de vida institucionalizada como los procesos de escolarizaci\u00f3n), el estudio de las visiones cient\u00edficas y no cient\u00edficas de la infancia (los discursos acerca de la infancia, los discursos acerca de c\u00f3mo debe ser el ser humano y las explicaciones sobre c\u00f3mo las condiciones de vida construyen al ser humano en general) y el estudio de los discursos acerca de c\u00f3mo puede ser la infancia (ideas que proyectan los adultos sobre los \u00abmenores\u00bb y las aspiraciones de mejora de la humanidad), son los determinantes de la construcci\u00f3n de la infancia[3]<\/a> que aqu\u00ed s\u00f3lo apunto pueda entrar en su abordaje, a excepci\u00f3n de la cuesti\u00f3n \u00e9tica y educativa, tem\u00e1tica central del art\u00edculo. Igual que los adultos de todas las especies suelen tener una disposici\u00f3n favorable hacia las cr\u00edas<\/a>[4]<\/a>, los adultos de la especie humana han pensado que ni\u00f1os, adolescentes y j\u00f3venes son el futuro de la sociedad. Pero dicha actitud ha pasado por muchas fases y con frecuencia se olvid\u00f3 que los ni\u00f1os eran sujetos de derechos. Grandes capas de la poblaci\u00f3n lo van teniendo mucho m\u00e1s claro, aunque la realidad dista mucho de haber llegado a una situaci\u00f3n \u00f3ptima. La expresi\u00f3n m\u00e1s clara de la cuesti\u00f3n \u00e9tica, tem\u00e1tica central de este art\u00edculo, la encontramos en la Declaraci\u00f3n Universal de los Derechos Humanos, La Convenci\u00f3n de los Derechos del ni\u00f1o y en el reconocimiento del valor dignificante de la educaci\u00f3n. Desde entonces, la idea de dignidad humana y educaci\u00f3n quedaron asociadas estrechamente. En el Art. 26.1 de la Declaraci\u00f3n de Derechos Humanos eleva la condici\u00f3n del menor y alumno[15]<\/a> y la posterior Declaraci\u00f3n de derechos del ni\u00f1o de 1959 se\u00f1ala la educaci\u00f3n como un derecho espec\u00edfico de la infancia[16]<\/a>. En primer lugar, caemos en la cuenta de que el problema n\u00famero uno que tiene hoy nuestra sociedad es el de la educaci\u00f3n. \u00c9sta fue ya la intuici\u00f3n de Don Bosco, en su siglo. Recordemos las palabras que \u00e9l dijo en Par\u00eds durante su viaje de 1883: \u00abNo tard\u00e9is en ocuparos de los j\u00f3venes, si no quer\u00e9is que ellos se apresuren a ocuparse de vosotros\u00bb. Para m\u00ed son emblem\u00e1ticas las palabras de Edward Schillebeeckx en Cristo y los cristianos<\/em>: \u00abTodo comenz\u00f3 con un encuentro<\/em>. Unos hombres \u2013jud\u00edos de lengua aramea y quiz\u00e1 tambi\u00e9n griega- entraron en contacto con Jes\u00fas de Nazaret y se quedaron con \u00e9l. Aquel encuentro y todo lo sucedido en la vida y en torno a la muerte de Jes\u00fas hizo que su vida adquiriera sentido nuevo y un nuevo significado. Se sintieron renovados y comprendidos, y esta nueva identidad personal se tradujo en una solidaridad an\u00e1loga con los dem\u00e1s, con el pr\u00f3jimo. El cambio de rumbo de sus vidas fue fruto de su encuentro con Jes\u00fas [\u2026] No fue un resultado de su iniciativa personal, sino algo que les sobrevino desde fuera\u00bb<\/a>[29]<\/a>. La Familia Salesiana ha celebrado recientemente<\/a>[31]<\/a> un Congreso donde se ha preguntado por esta cuesti\u00f3n, especialmente en relaci\u00f3n con el Sistema Preventivo, su modelo pedag\u00f3gico espec\u00edfico. Concluyo. Los Derechos del ni\u00f1o son una realidad en los documentos y en la preocupaci\u00f3n de diversas instituciones filantr\u00f3picas, tanto seglares como religiosas, pero la realidad de esos derechos vivida en el d\u00eda a d\u00eda es, en buena medida, una tarea pendiente. Por eso, no pocos se preguntan: \u00ab\u00bfQu\u00e9 hacer para que los derechos de la infancia (de los \u201cmenores\u201d) dejen de ser un mero papel? En el \u00e1mbito gubernamental se precisan m\u00e1s controles democr\u00e1ticos por parte de la ciudadan\u00eda para hacer efectivo el cumplimiento de los derechos; y en los distintos escenarios y proyectos educativos \u2013no s\u00f3lo en la escuela- ser\u00eda conveniente adaptar y concretar los puntos m\u00e1s significativos de la Convenci\u00f3n, am\u00e9n de trabajarlos de una forma m\u00e1s transversal o espec\u00edfica en las diversas actividades y \u00e1reas del curr\u00edculo, escuchando la voz de la infancia y garantizando su participaci\u00f3n real, m\u00e1s all\u00e1 de estructuras demasiado formales y simulacros artificiosos, puntuales y vac\u00edas de contenido\u00bb<\/a>[35]<\/a>. Jos\u00e9 Luis Guz\u00f3n<\/p>\n Jos\u00e9 Luis Guz\u00f3n, sdb. Profesor de Filosof\u00eda de la Ciencia (Burgos). S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO El autor comienza su art\u00edculo con un recorrido hist\u00f3rico para entender c\u00f3mo se ha llegado al concepto de \u201cmenor\u201d. 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\nProfesor de Filosof\u00eda de la Ciencia (Burgos).<\/strong>
\n
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nEl autor comienza su art\u00edculo con un recorrido hist\u00f3rico para entender c\u00f3mo se ha llegado al concepto de \u201cmenor\u201d. Inmediatamente despu\u00e9s de estas primeras reflexiones afirma que la educaci\u00f3n es un derecho fundamental reconocido universalmente. Desde esta clave sit\u00faa la labor pastoral del joven sacerdote Juan Bosco, quien se acerca al mundo juvenil con una finalidad educativo-evangelizadora. La educaci\u00f3n sigue siendo, afirma el autor, el principal problema de nuestra sociedad. Y hoy somos testigos de algunas dificultades en el \u00e1mbito educativo: crisis de autoridad, de sentido y de socializaci\u00f3n. En la \u00faltima parte del art\u00edculo centra sus reflexiones en el Sistema Preventivo como respuesta a la urgencia educativa.
\n <\/p>\n\n
\n <\/p>\n\n
\nPhilippe Ari\u00e8s, con su obra El ni\u00f1o y vida familiar en el Antiguo R\u00e9gimen<\/em> (1960)<\/a>[5]<\/a> nos alert\u00f3 sobre la desconsideraci\u00f3n que hab\u00eda habido hacia este segmento de la poblaci\u00f3n durante siglos. Desde su punto de vista, hasta el siglo XVIII no aparece un sentimiento de consideraci\u00f3n hacia la infancia, semejante al que podamos tener en la actualidad y que a los ni\u00f1os hasta entonces se les consideraba como seres divertidos no muy diferentes de los animales<\/a>[6]<\/a>.
\nDesde el punto de vista cient\u00edfico, se puede asegurar que hasta el XVII no aparecen m\u00e1s que observaciones espor\u00e1dicas sobre la infancia en los libros de educaci\u00f3n (H\u00e9roard, Cheselden\u2026). A partir del XVIII se inicia una reflexi\u00f3n con observaciones m\u00e1s sistem\u00e1ticas (Tiedemann, Itard, Feldmann, Qu\u00e9telet, Darwin, Taine\u2026) que culminar\u00e1n en los estudios cient\u00edficos de psicolog\u00eda en que se considera al ni\u00f1o como un ser humano en una etapa de desarrollo concreta (Preyer, Stanley May\u2026)<\/a>[7]<\/a>. Seg\u00fan Ari\u00e8s el siglo XVII, pues, es el siglo del \u00abdescubrimiento de la infancia\u00bb. Hoy algunas tesis de Ari\u00e8s se han demostrado desenfocadas por trabajos recientes (M. Golden, Children and Childhood in Classical Athens<\/em>, 1990; D. A. Bidon y D. Lat, Les enfants au Moyen Age<\/em>, 1997, o L. Pollock,Muchachos olvidados. Las relaciones entre padres e hijos entre 1500-1990<\/a>)<\/em>[8]<\/a>, pero no cabe duda de que el proceso de toma de conciencia ha sido lento y nos conduce hasta una \u00e9poca muy reciente. As\u00ed mismo, seg\u00fan J. Gimeno Sacrist\u00e1n (2003, p\u00e1g. 31), \u00abestudios como los de Ari\u00e8s (1987) han sido criticados porque sus deducciones acerca de c\u00f3mo eran los ni\u00f1os y las relaciones que los adultos manten\u00edan con ellos se basan en representaciones, y no tanto en realidades de la infancia, que, por otro lado, non son representativas de toda la infancia, sino de determinados grupos sociales\u00bb[9]<\/a>.
\nHoy hablamos de \u00abmenores\u00bb. Aunque en nuestra tradici\u00f3n se ha hablado de ni\u00f1os\/as, adolescentes (losfanciulli<\/em>, o ragazzi<\/em> de don Bosco) realmente tenemos que adecuar nuestro lenguaje al que habla la sociedad. Hoy se habla de \u00abmenores\u00bb. Puede que no estemos familiarizados con el t\u00e9rmino, pero es evidente que es m\u00e1s riguroso y apropiado en t\u00e9rminos sociales y jur\u00eddicos que otros que se han venido utilizando: \u00abCuando los juristas hablamos del menor o de los derechos del menor, nos estamos refiriendo a aquellos derechos que corresponden no s\u00f3lo al ni\u00f1o\/a en cuanto tal, sino tambi\u00e9n a los adolescentes. Resulta evidente que una persona de diecis\u00e9is a\u00f1os o de diecisiete a\u00f1os no es propiamente un ni\u00f1o, pero s\u00ed es un menor y, como tal, es titular de todos los derechos que corresponden a los menores (derechos que, en muchos aspectos, no son iguales a los derechos de los mayores) y, adem\u00e1s, debe ser objeto de una especial protecci\u00f3n en cuanto persona en fase de desarrollo y, por ello, especialmente vulnerable\u00bb<\/a>[10]<\/a>.
\nY hablamos de \u00abmenores\u00bb vinculando de un modo muy significativo lo espec\u00edfico de esta etapa con la consideraci\u00f3n acerca de los derechos que tienen estas personas. Es bonito tambi\u00e9n saber cu\u00e1l ha sido la historia de la toma de conciencia social de estos derechos. Los principales hitos han sido los siguientes:
\n <\/p>\n\n
\nA pesar del recorrido hist\u00f3rico se\u00f1alado, ni los principios ni las disposiciones establecidas por la Convenci\u00f3n han logrado afectar las estructuras de los distintos pa\u00edses. La visi\u00f3n predominante sigue siendo la que considera al \u00abmenor\u00bb como objeto social pasivo de protecci\u00f3n y cuidado. Como indica Mart\u00ednez[13]<\/a> las definiciones del ni\u00f1o como \u00absujeto de derechos\u00bb son insuficientes al no considerar realmente el contexto en el que viven y su pr\u00e1ctica actual. La conciencia social predominante se concentra en la satisfacci\u00f3n de algunas necesidades b\u00e1sicas y concentra la responsabilidad de su satisfacci\u00f3n en el Estado. En definitiva, una visi\u00f3n paternalista y verticalista adulta que limita las potencialidades end\u00f3genas del ni\u00f1o y que requiere ir m\u00e1s all\u00e1 de la idea de sujeto de derechos, porque s\u00f3lo en la medida en que vaya desarroll\u00e1ndose como sujeto social, podr\u00e1 ir afirm\u00e1ndose como sujeto de derechos. Para ello se requiere la aplicaci\u00f3n de nuevas pol\u00edticas educativas[14]<\/a>, que pasan por reconsiderar el papel de los medios de comunicaci\u00f3n y la creaci\u00f3n de programas y estructuras escolares para los centros democr\u00e1ticos.
\n <\/p>\n\n
\nAs\u00ed mismo, los art\u00edculos 28 y 29 de la Declaraci\u00f3n recogen el derecho a la educaci\u00f3n como derecho fundamental. Dice el art\u00edculo 28: \u00abLos Estados Partes reconocen el derecho del ni\u00f1o a la educaci\u00f3n y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho, deber\u00e1n en particular\u2026\u00bb<\/a>[17]<\/a>.
\nA continuaci\u00f3n se detallan medidas que pueden contribuir a la efectiva aplicaci\u00f3n del articulado. Contiene este art\u00edculo tres ideas b\u00e1sicas: el derecho a la educaci\u00f3n, la vigilancia de la disciplina escolar y la cooperaci\u00f3n internacional en la materia.
\nTodos somos conscientes de las ventajas que se derivan de la asunci\u00f3n de este derecho. En primer lugar, muchos estudios vinculan el desarrollo de la educaci\u00f3n, junto con la salud, como un elemento que contribuye a aflojar el yugo de la pobreza. En segundo lugar, la educaci\u00f3n se presenta como un requisito imprescindible para hacer frente a los problemas medioambientales. Y, tercero, la ampliaci\u00f3n de la educaci\u00f3n se relaciona muy estrechamente con el descenso (control) de la natalidad<\/a>[18]<\/a>.
\nEs conocida la historia del absentismo escolar en \u00e9pocas precedentes y en la actualidad todav\u00eda en ciertas zonas geogr\u00e1ficas, ya que \u00abel n\u00famero de ni\u00f1os privados de acceso a la educaci\u00f3n era muy elevado. La mayor\u00eda pasaba de los juegos infantiles a incorporarse al oficio del padre, ya fuese un trabajo agr\u00edcola o artesanal. El ni\u00f1o no se alfabetizaba s\u00f3lo en las aulas, sino tambi\u00e9n en las tiendas y en los talleres donde era adiestrado precozmente y donde adquir\u00eda otras competencias: artesanales, art\u00edsticas, mercantiles\u2026 [\u2026]. No obstante, el problema mayor se les planteaba a los ni\u00f1os no encuadrados en ninguna actividad, ni educativa, ni productiva: los casos de los ni\u00f1os mendigos, generalmente hu\u00e9rfanos, cuyo n\u00famero crec\u00eda de forma espectacular tras cada per\u00edodo de carest\u00eda o epidemia, que se agrupaban en peque\u00f1as bandas y sobreviv\u00edan o mor\u00edan dependiendo de la caridad p\u00fablica\u00bb<\/a>[19]<\/a>.
\nEl siglo XIX fue especialmente un siglo donde ni\u00f1os y j\u00f3venes se hacinaban en las f\u00e1bricas, introduci\u00e9ndose de manera muy temprana en la cadena productiva: \u00abLa presencia generalizada y el \u00e9xito relativo de la manufactura dom\u00e9stica y de los talleres manufactureros en el siglo XVIII, as\u00ed como su continuidad junto al sistema fabril hasta bien entrado el siglo XIX, fueron fruto de la explotaci\u00f3n intensiva del trabajo, especialmente el de mujeres y ni\u00f1os, explotaci\u00f3n por lo menos similar a la impuesta por el sistema fabril. Cuando a finales del siglo XVIII la industrializaci\u00f3n comenz\u00f3 a transferir los procesos productivos de la casa a la f\u00e1brica, ya era natural considerar a los ni\u00f1os como un componente clave de la fuerza de trabajo\u00bb<\/a>[20]<\/a>.
\nPero, con todo lo dicho, el derecho a la educaci\u00f3n a trav\u00e9s del proceso de escolarizaci\u00f3n no se cumple en muchos pa\u00edses en v\u00edas de desarrollo: m\u00e1s de 500 millones de mujeres y ni\u00f1as son analfabetas; 130 millones de ni\u00f1os y ni\u00f1as no asisten a la escuela Primaria, sobre todo en el \u00c1frica Subsahariana. As\u00ed mismo, el derecho a la educaci\u00f3n no es lo mismo que la igualdad de oportunidades ya que el derecho no tiene la misma calidad ni significa lo mismo para toda la poblaci\u00f3n. Adem\u00e1s, el proceso de escolarizaci\u00f3n es una condici\u00f3n necesaria pero no suficiente para el cumplimiento del derecho a la educaci\u00f3n[21]<\/a>.
\nDon Bosco, joven sacerdote, empieza a conocer de un modo directo en Tur\u00edn las consecuencias de la industrializaci\u00f3n. Dice Teresio Bosco: \u00abHasta aquel momento, Don Bosco no conoce m\u00e1s que la pobreza del campo. No sabe qu\u00e9 es la miseria de los suburbios de las grandes ciudades. Don Cafasso dice: \u201cVe, mira a tu alrededor, y act\u00faa\u201d. \u201cYa en los primeros domingos \u2013atestiguar\u00e1 m\u00e1s tarde Miguel R\u00faa- anduvo por la ciudad, para hacerse una idea sobre las condiciones morales en que se mov\u00edan los j\u00f3venes\u201d. Qued\u00f3 turbado. Los suburbios eran zonas donde fermentar revoluciones, cinturones de desolaci\u00f3n. Los adolescentes vagabundeaba por las calles, sin trabajo, tristes, dispuestos a todo lo peor\u00bb<\/a>[22]<\/a>.Una cita de historia salesiana. De las calles de Tur\u00edn.
\nY Don Bosco se toma al pie de la letra el consejo de su gran maestro y director espiritual, Don Cafasso: fue, vi\u00f3 y actu\u00f3. Como nos dice Braido, Don Bosco fue un sacerdote que crey\u00f3 en la educaci\u00f3n. Contempl\u00f3 la situaci\u00f3n en que se encontraba la juventud de su tiempo y quiso dar una respuesta evangelizadora, intuyendo que el mejor medio a su alcance era la educaci\u00f3n: \u00abPara Don Bosco, una vocaci\u00f3n sacerdotal plenamente vivida se convierte, al menos indirectamente, y por cuanto es posible, en misi\u00f3n educativa (salvas siempre las exigencias del apostolado especializado) [\u2026]. La acci\u00f3n educativa forma parte esencial de su acci\u00f3n apost\u00f3lica\u00bb<\/a>.
\nNo le mueve a Don Bosco la perspectiva del derecho o lo social, en primer lugar. Su perspectiva es la del tiempo en que vive, una perspectiva religiosa y providencialista: como indica Pietro Braido[23]<\/a>, \u00aben las Memorias del Oratorio data los comienzos de su actividad en 1841 por un encuentro casual con Bartolom\u00e9 Garelli y sin embargo en dos memorias sobre el Oratorio de Valdocco (Cenno storico<\/em> y Cenni storici<\/em>) se habla de comienzos, sin referencia a ning\u00fan joven en particular. A\u00fan cuando parezca que inicialmente es el catecismo la finalidad casi exclusiva, la atenci\u00f3n se extiende tambi\u00e9n a las necesidades primarias juveniles\u00bb. \u00abLos primeros impactos experienciales no se le imponen a Don Bosco, por su ideolog\u00eda o consideraciones te\u00f3ricas, sino por su sensibilidad humana y sacerdotal. Lo provocan hechos palpables y situaciones concretas que debieron tener sus comienzos en el primer contacto con la juventud turinesa, en la c\u00e1rcel, en la calle, en el \u201ccatecismo\u201d\u00bb.
\nPero al fin y al cabo una respuesta efectiva para los j\u00f3venes de su tiempo. Don Bosco no s\u00f3lo se ocup\u00f3 de ofrecerles \u00e1mbitos de educaci\u00f3n, sino que, en el caso de los j\u00f3venes aprendices, se preocup\u00f3 de sus derechos laborales: \u00abEn el archivo de la Congregaci\u00f3n se conservan dos contratos de \u201caprendizaje\u201d, respectivamente de noviembre de 1851 y de febrero de 1852, firmados por el patr\u00f3n, por el joven aprendiz, por su padre y por Don Bosco. En ellos, el patr\u00f3n se obliga a ense\u00f1ar al joven el arte, a darle las instrucciones necesarias y las mejores reglas, a corregirlo amablemente y no con golpes en caso de alguna falta, a excluir cualquier servicio extra\u00f1o a la profesi\u00f3n, a dejarle libre por entero todos los d\u00edas festivos del a\u00f1o, a darle una paga semanal conveniente, con aumentos semestrales, a tratarlo como padre y no como amo. Por su parte, el joven aprendiz se obliga a ser siempre atento, puntual y asiduo, d\u00f3cil, respetuoso y obediente, a reparar los da\u00f1os que tal vez ocasionase. La duraci\u00f3n del contrato se fija en dos o tres a\u00f1os\u00bb<\/a>[24]<\/a>.
\nAunque el derecho a la educaci\u00f3n, como el derecho al trabajo y otros derechos, no se ci\u00f1en s\u00f3lo a una etapa de la vida, creemos que Don Bosco trabaj\u00f3 denodadamente por que estos derechos estuvieran presentes en el mundo de los menores con una finalidad educativo-evangelizadora.
\n <\/p>\n\n
\nDice Olegario Gonz\u00e1lez de Cardedal en Educaci\u00f3n y educadores<\/em>: \u00abEn Europa todos ense\u00f1amos, pero pocos se atreven a educar, a proponer verdad, enunciar valores, ofrecer ideales de vida personal y proyectos de existencia comunitaria, que vayan m\u00e1s all\u00e1 de la econom\u00eda y de la pol\u00edtica. En ese vac\u00edo se incuban la tentaci\u00f3n de la violencia, el fundamentalismo y la huida a los suced\u00e1neos de la felicidad (drogas, nacionalismos, \u00eddolos nuevos, marginalidad delictiva…)\u00bb<\/a>[25]<\/a>.
\nLas dificultades son muy diversas y a distintos niveles: en el hogar, el padre y la madre a menudo no se ponen de acuerdo sobre la oportunidad de usar con sus hijos de ciertas sanciones o de llevarlos o no a un colegio religioso; en la escuela, no todos los maestros comparten el mismo ideario educativo; esos maes\u00adtros se quejan, a menudo, de que las pautas educativas que ellos creen convenientes no son las que se estilan en muchas familias; esos mismos maestros, a veces, juzgan inoportunas o nefastas ciertas nuevas directivas introducidas en el sistema educativo; y, por si todo esto fuera poco, a nivel te\u00f3rico unos pedagogos defienden lo que otros condenan, y esto en una dia\u00adl\u00e9ctica hist\u00f3rica que se asemeja a la de los fil\u00f3sofos.
\nEsto sucede porque los profesores\/as est\u00e1n lejos de ser meros ejecutores de pr\u00e1cticas pensadas y decididas por otros y resulta muy dudoso que la pr\u00e1ctica de la educaci\u00f3n y la ense\u00f1anza pueda ser una actividad que se solucione con directrices procedentes de las distintas \u201cciencias\u201d que dicen iluminar los hechos educativos. El valor de la teorizaci\u00f3n y de la investigaci\u00f3n que nos permite llegar a la \u201cverdad objetiva\u201d de la norma de una buena educaci\u00f3n tiene otro potencial y otro lugar en la determinaci\u00f3n que puede tener de la pr\u00e1ctica. La funci\u00f3n que cumple el pensamiento en educaci\u00f3n es m\u00e1s bien ser un instrumento para la deliberaci\u00f3n constante (clarificar problemas pr\u00e1cticos, representar contextos, fundamentar alternativas y valorar retrospectivamente la pr\u00e1ctica). El profesional de la educaci\u00f3n y de la ense\u00f1anza, antes que un t\u00e9cnico eficaz servidor de las deducciones cient\u00edficas descontextualizadas, es un reflexivo sobre la acci\u00f3n contextuada que se asienta sobre un buen juicio ilustrado por el saber y se apoya en un sentido cr\u00edtico y \u00e9tico[26]<\/a>.
\nEl problema est\u00e1 no s\u00f3lo en determinar sus fines, sino tam\u00adbi\u00e9n sus medios. Lo que unos tienen por algo evidente otros lo critican, lo niegan y lo sustituyen por lo con\u00adtrario. Por ejemplo, a comienzos del siglo XX, Durkheim sentaba, como principio de educaci\u00f3n, la necesidad de que el edu\u00adcando se adaptara a las normas sociales (entre ellas la del tra\u00adbajo), diciendo que la sociedad deb\u00eda obligarlo a ello, para lo cual la escuela \u2014que era la agencia de esta \u00absocializaci\u00f3n\u00bb\u2014deb\u00eda contar con la \u00abautoridad\u00bb del maestro, el cual se servir\u00eda tambi\u00e9n de los castigos. Pero en la misma \u00e9poca, el movimien\u00adto de la Escuela Nueva surg\u00eda con gran empuje, y sus ep\u00edgonos (Bovet, Montessori y Decroly) proclamaban el principio de la espontaneidad y libertad del ni\u00f1o como condiciones para que en \u00e9ste pudiera realizarse un \u00abautodesarrollo\u00bb perfecto y segu\u00adro. Un par de d\u00e9cadas despu\u00e9s, la pedagog\u00eda marxista (haci\u00e9ndose eco de la pedagog\u00eda socialista cl\u00e1\u00adsica y sirviendo de modelo a las pedagog\u00edas comunistas que imperar\u00edan en la cuarta parte del mundo durante medio siglo), volv\u00eda a las pautas pedag\u00f3gicas de Durkheim, pero cargando a\u00fan m\u00e1s las tintas. Y, simult\u00e1neamente, la escuela de Summerhill, en el Reino Unido, proclamaba que ni\u00f1os y adolescentes no han de trabajar ni estudiar forzosamente, sino jugar y seguir sus impulsos en un ambiente de libertad y no adoctrinamiento que les evite cualquier represi\u00f3n personal.
\nComo se ve, el desconcierto te\u00f3rico, en educaci\u00f3n, es bastante considerable. Lo es a nivel ideol\u00f3gico, pero lo es tambi\u00e9n a nivel t\u00e9cnico y cient\u00edfico, lo cual ya resulta un poco m\u00e1s extra\u00f1o, dado que la ciencia se distingue de la filosof\u00eda por su aspiraci\u00f3n a formular unas tesis comprobadas, objetivas y segu\u00adras. Ahora bien, como la Pedagog\u00eda se apoya en las ciencias humanas (Psicolog\u00eda, Sociolog\u00eda, Antropolog\u00eda), \u00e9stas tienen tam\u00adbi\u00e9n sus problemas epistemol\u00f3gicos y metodol\u00f3gicos, que se pro\u00adyectan en la Pedagog\u00eda. Y as\u00ed, no es extra\u00f1o que la teor\u00eda del apren\u00addizaje humano zozobre en sus presupuestos y afirmaciones y que, por consiguiente, la Did\u00e1ctica se pierda entre modelos explicati\u00advos y teor\u00edas de la comunicaci\u00f3n, la Organizaci\u00f3n Escolar divague en observaciones y experimentos para determinar el curr\u00edculo escolar m\u00e1s eficiente, y los sistemas educativos de los pa\u00edses intro\u00adduzcan unas innovaciones que, a la postre, defraudan las espe\u00adranzas que se hab\u00edan puesto en ellos.
\nComo vemos, la educaci\u00f3n anda a la deriva en un mar de problemas\u00bb<\/a>[27]<\/a>. Pero si tuvi\u00e9ramos que destacar tal vez tres de los m\u00e1s significativos podr\u00edamos decir que son los siguientes<\/a>[28]<\/a>: crisis de autoridad, que hace dif\u00edcil la transmisi\u00f3n de los valores; crisis del sentido de futuro, que hace dif\u00edcil la planificaci\u00f3n; crisis de socializaci\u00f3n, que se traduce en crecientes dificultades al ponerse en relaci\u00f3n con la ley.
\nNos detenemos brevemente en cada una de estas crisis, que comprometen gravemente la actuaci\u00f3n del proceso educativo y tienen consecuencias serias y decisivas para los menores, especialmente aquellos en dificultad.
\nCrisis de autoridad<\/em>. Muchos padres, y profesores, se lamentan as\u00ed: \u00abYa no hay autoridad\u00bb. El problema se agrava adem\u00e1s cuando el muchacho crece y entra en la adolescencia. El ejercicio de la autoridad llega en aquella edad a ser particularmente delicado. Pero \u00bfexiste de verdad el problema de ejercer la autoridad? \u00bfNo sabemos c\u00f3mo hacerlo? Esta falta de credibilidad toca tres lugares que tradicionalmente han compartido una funci\u00f3n educadora, que son: la familia, la escuela, la comunidad ciudadana.
\nCrisis de sentido de futuro<\/em>. La segunda crisis que perturba gravemente la actuaci\u00f3n del proceso educativo es la dificultad de proyectarse hacia el futuro.
\nNo se sabe qu\u00e9 hacer para animar a los chicos respecto al futuro. Cuando se pregunta sobre este tema a un preadolescente, las primeras ideas que \u00e9l asocia al ma\u00f1ana son de miedo: al desempleo, al terrorismo, miedo a s\u00ed mismo en el fondo tambi\u00e9n; o incluso, una total pasividad ante tales cuestiones.
\nEs moneda com\u00fan entre profesores hablar hoy de la p\u00e9rdida del sentido del esfuerzo, sobre todo entre los j\u00f3venes. Si hablamos con compa\u00f1eros nuestros que viven en zonas mar\u00edtimas, algunos j\u00f3venes llegan a plantear con toda facilidad la salida de la delincuencia: \u00bfpara qu\u00e9 estudiar si con una noche o un par de noches que arriesgue en el mar (antes con el contrabando de tabaco, ahora con la droga) gano m\u00e1s que usted en un mes? O, una versi\u00f3n tambi\u00e9n muy actual, algunos j\u00f3venes, hijos de pap\u00e1s inmigrantes en Espa\u00f1a, reciben en su pa\u00eds 300 \u00f3 400 d\u00f3lares, que son un buen sueldo en su pa\u00eds y no se implican en un trabajo estable sino que viven de las rentas. Se impone el esfuerzo. Sin embargo, el esfuerzo por el esfuerzo no tiene mucho sentido. Lo que vale es el esfuerzo que se hace para conseguir el objetivo que nos hemos se\u00f1alado. \u00bfY la mayor dificultad para los j\u00f3venes de hoy no consiste quiz\u00e1 en la imposibilidad de ponerse objetivos adecuados, porque esto presupone la capacidad de proyectarse en el futuro? Crisis de sentido de futuro.
\nLa familia de hoy, con frecuencia m\u00e1s peque\u00f1a que la de ayer, funciona cada vez menos como instituci\u00f3n social primaria, en la cual se aprenden las reglas elementales para vivir juntos, pero se pone como lugar\/base en la que se pueden expresar los propios deseos.
\nLa Iglesia, para muchos, es una Instituci\u00f3n del pasado y no participan en ella, o lo hacen tan puntualmente que su relaci\u00f3n no puede denominarse participaci\u00f3n. Como consecuencia, no socializa, no prepara para el compromiso.
\nTambi\u00e9n la ciudad est\u00e1 muy cambiada, cualquiera que sea el \u00e1mbito desde el que la observemos. Con la creciente afirmaci\u00f3n del individualismo, que caracteriza el desarrollo de nuestra sociedad en estos \u00faltimos a\u00f1os, el ciudadano medio no se siente implicado en la educaci\u00f3n de los j\u00f3venes que no est\u00e1n unidos a \u00e9l. \u00abNo es mi hijo; el problema no me ata\u00f1e\u00bb. Recordemos lo que suced\u00eda en nuestra infancia y que sucede en algunos lugares del mundo rural y de sociedades menos \u00abavanzadas\u00bb. Si comet\u00edamos un error en la v\u00eda p\u00fablica, sab\u00edamos que en casa se sabr\u00eda enseguida: \u00ab\u00bfSabes lo que ha hecho tu hijo?\u00bb, dec\u00edan a nuestros padres los vecinos. Y el temor de que lo supieran nos serv\u00eda de prevenci\u00f3n.
\nHoy la convivencia ciudadana no funciona as\u00ed. Cuando el chico infringe una regla, se bromea, si es peque\u00f1o. Cuando es mayor, se tiene miedo. Se asiste hoy, en el espacio p\u00fablico, a un verdadero d\u00e9ficit de ciudadan\u00eda, o a una aut\u00e9ntica crisis de socializaci\u00f3n.
\nYa tenemos los tres problemas individuados: crisis de autoridad (o de credibilidad), crisis de sentido de futuro, crisis de socializaci\u00f3n. Cualquier sistema pedag\u00f3gico que se precie ha de afrontar con rigor estas tres dimensiones importantes del ser humano. Creemos que el Sistema Preventivo de Don Bosco resiste dicha confrontaci\u00f3n.
\n <\/p>\n\n
\nTambi\u00e9n en el comienzo de la obra educativa salesiana hubo muchos encuentros<\/a>[30]<\/a>. Juan Bosco se encontr\u00f3 con el Se\u00f1or muy temprano en su vida. Pero hay otro encuentro que fue emblem\u00e1tico en lo que refiere a su opci\u00f3n por los menores m\u00e1s pobres, el encuentro con Bartolom\u00e9 Garelli.
\nEn este encuentro con Bartolom\u00e9 Garelli podemos hallar compendiados los grandes elementos del sistema educativo de Don Bosco, pero de un modo especial la respuesta a los tres problemas planteados.
\nFrente a la crisis de autoridad<\/em>, una pedagog\u00eda de la alianza<\/em>. En un mundo marcado por la dificultad de vivir en compa\u00f1\u00eda de j\u00f3venes y de establecer una adecuada relaci\u00f3n intergeneracional, Don Bosco anuncia una pedagog\u00eda de la alianza. No se trata de hacer \u00abpor\u00bb, sino \u00abcon\u00bb el menor considerado no como simple destinatario, sino como co-protagonista de la acci\u00f3n educativa. \u00abSin vuestra ayuda no puedo hacer nada\u00bb- dice en ocasiones. \u00abEs necesario que nos pongamos de acuerdo\u00bb- repite con frecuencia. Estas f\u00f3rmulas sonaban en las buenas noches de Don Bosco.
\nPara establecer esta relaci\u00f3n de confianza con el menor se necesita un buen posicionamiento de parte del educador. Debe estar muy cercano para no ser indiferente, y suficientemente distante para no resultar avasallador.
\nFrente a la crisis de sentido de futuro<\/em>, confianza<\/em>. \u00bfC\u00f3mo instaurar esta relaci\u00f3n de confianza? Don Bosco no proclama ninguna t\u00e9cnica educativa, se limita a \u00abresponder\u00bb a trav\u00e9s de la \u00abamorevolezza\u00bb. \u00c9l es uno de esos educadores que en el siglo XIX, despu\u00e9s de todas las corrientes pedag\u00f3gicas hiperracionalistas del siglo de las luces, ha rehabilitado la esfera afectiva en la relaci\u00f3n educativa. La afectividad est\u00e1 presente en toda relaci\u00f3n humana. Entonces, m\u00e1s que negarla, en la relaci\u00f3n educativa \u00e9l aconseja al educador, cuidarla para poder injertar la confianza. \u00abSin \u201camorevolezza\u201d no se puede tener confianza. Sin confianza no hay educaci\u00f3n\u00bb. Esta expresi\u00f3n es, hoy como ayer, la mejor s\u00edntesis del pensamiento educativo de Don Bosco.
\nVer en el joven al mismo tiempo al \u00abmenor\u00bb que ahora es y al adulto que est\u00e1 llamado a ser. Tal es la mirada que Don Bosco le dirige.
\n <\/p>\n\n
\nLas intervenciones del Rector Mayor, tanto en la inauguraci\u00f3n (\u00abMisi\u00f3n salesiana y derechos humanos, particularmente los derechos de los ni\u00f1os, ni\u00f1as y adolescentes\u00bb) como la conclusiva, nos ofrecen pistas para esta relectura necesaria. Dice en la intervenci\u00f3n conclusiva: \u00abEl sistema preventivo y los derechos humanos se influyen entre s\u00ed enriqueci\u00e9ndose mutuamente. El sistema preventivo ofrece a los derechos humanos un acercamiento educativo \u00fanico e innovador con respecto al movimiento de promoci\u00f3n y protecci\u00f3n de los derechos humanos hasta ahora caracterizado por la prospectiva de la denuncia \u201ca posteriori\u201d (ex post<\/em>): la denuncia de las violaciones ya cometidas. El sistema preventivo ofrece a los derechos humanos la educaci\u00f3n preventiva. O sea la acci\u00f3n y la propuesta \u201ca priori\u201d (ex ante<\/em>). Como creyentes, podemos decir que el sistema preventivo ofrece a los derechos humanos una antropolog\u00eda que se deja inspirar por la espiritualidad evang\u00e9lica y considera como fundamento de los derechos humanos el dato ontol\u00f3gico de la dignidad de cada persona, \u201csin distinci\u00f3n alguna de raza, color, sexo, lengua, religi\u00f3n, opini\u00f3n pol\u00edtica o de otro g\u00e9nero, origen nacional o social, riqueza, nacimiento y otra condici\u00f3n\u201d (Declaraci\u00f3n, art. 2). Del mismo modo los derechos humanos ofrecen al sistema preventivo nuevas fronteras y oportunidades de di\u00e1logo y colaboraci\u00f3n en red con otros sujetos, con el fin de determinar y eliminar las causas de injusticia, maldad y violencia. Los derechos humanos, adem\u00e1s, ofrecen al sistema preventivo nuevas fronteras y oportunidades de impacto social y cultural, como respuesta eficaz al \u201ddrama de la humanidad moderna de la fractura entre educaci\u00f3n y sociedad, de la separaci\u00f3n entre escuela y ciudadan\u00eda\u201d\u00bb.
\nEn la primera intervenci\u00f3n Don Pascual Ch\u00e1vez toma algunos elementos de nuestro Sistema Preventivo y los correlaciona con la Declaraci\u00f3n de los Derechos del Ni\u00f1o. Me parece que es un apunte que ha de continuar, pero nos ofrece la metodolog\u00eda a seguir.
\nLos Derechos de los ni\u00f1os, como los derechos de toda persona, son indivisibles e interdependientes. Esta concepci\u00f3n qued\u00f3 definitivamente sancionada en Viena (1993)<\/a>[32]<\/a> cuando se fijaron de un modo m\u00e1s concreto las caracter\u00edsticas de los derechos: inherentes, universales, absolutos, inalienables, inviolables, imprescriptibles, indisolubles, indivisibles, irreversibles y progresivos. La indivisibilidad e interdependencia parte del hecho de la integridad de la persona. Para Don Bosco y su Sistema Preventivo esto es claro, ya que \u00abDon Bosco ni es anacoreta, ni formador de anacoretas, es un forjador de j\u00f3venes santos, de ciudadanos del cielo, pero de un cielo conquistado fatigosamente en la ciudad terrena y comprometidos con ella. Define al educador como \u201cun individuo consagrado al bien de sus disc\u00edpulos, por lo que debe estar pronto a soportar cualquier contratiempo o fatiga con tal de conseguir elfin<\/em> que se propone, a saber: la educaci\u00f3n moral, intelectual y ciudadana de sus alumnos<\/em>\u00bb<\/a>[33]<\/a>.
\nEl principio del \u00abinter\u00e9s superior del ni\u00f1o\u00bb, que tan presente est\u00e1 en la Declaraci\u00f3n (arts. 3.1., 9.1., 9.3., 18.1, 20.1, 21, 37, 40\u2026), fue tambi\u00e9n uno de los elementos basilares de Don Bosco, que en su lectura del Evangelio se qued\u00f3 con ciertos subrayados especiales: \u00abDejad que los ni\u00f1os se acerquen a m\u00ed\u00bb (Mc 10, 14). Para ofrecerles todas sus fuerzas: \u00abTengo prometido a Dios que incluso mi \u00faltimo aliento ser\u00e1 para mis pobres j\u00f3venes\u00bb (MB XVIII, 258).
\nEl art\u00edculo 2 de la Convenci\u00f3n sobre los Derechos del Ni\u00f1o establece el principio de no-discriminaci\u00f3n subrayando que todos los ni\u00f1os tienen iguales derechos e igual valor y que ninguno debe ser discriminado en relaci\u00f3n con otro. Don Bosco vivi\u00f3 esto de un modo especial, de forma que todos los menores se sent\u00edan los preferidos de Don Bosco. El compagin\u00f3 evang\u00e9licamente la no discriminaci\u00f3n con la opci\u00f3n preferente por los m\u00e1s pobres. Con Don Bosco debemos reafirmar, en esta relectura de los Derechos del menor a la luz del Sistema Preventivo, nuestra preferencia por la juventud pobre, abandonada y en peligro, la que tiene mayor necesidad de ser querida y evangelizada, y trabajamos, sobre todo, en los lugares de mayor pobreza<\/a>[34]<\/a>.
\n <\/p>\n\n
\nDe aqu\u00ed se derivan, tambi\u00e9n para nosotros, Familia Salesiana, dos preocupaciones que han de acompa\u00f1arnos siempre (promover los derechos humanos como educadores y promover la cultura de los derechos) y tres exigencias: continuar la relectura de los Derechos del menor a la luz de nuestro patrimonio pedag\u00f3gico, una renovada elecci\u00f3n por la relaci\u00f3n comunitaria, pues es el \u00fanico modo de garantizar una acci\u00f3n realmente educativa, y finalmente, una renovada intencionalidad pastoral, que vincula indisociablemente evangelizaci\u00f3n y promoci\u00f3n humana (educaci\u00f3n).<\/p>\n
\n
\n[1]<\/a> H. AUSTIN-B.DWYER-P.FREEBODY, Schooling the child<\/em>, Routledge\/Falmer, Londres 2003.
\n[2]<\/a> J. GIMENO SACRIST\u00c1N, El alumno como invenci\u00f3n<\/em>, Morata, Madrid 2003, p.20.
\n[3]<\/a> Ibid.<\/em>, p.21.
\n[4]<\/a> Cf. J. DEL VAL, El desarrollo humano<\/em>, Siglo XXI, Madrid 2004, 6\u00aa ed., p. 24.
\n[5]<\/a> P. ARI\u00c8S, L\u2019enfant et la vie familiale sous l\u2019Ancient R\u00e9gime<\/em>, Plon, Paris. Despu\u00e9s hizo una reedici\u00f3n en Du Seuil (Paris 1973). La traducci\u00f3n espa\u00f1ola es deTaurus (1987).
\n[6]<\/a> Cf. J. DELVAL, o.c.<\/em>, p. 25. As\u00ed mismo, seg\u00fan Donzelot, la revalorizaci\u00f3n de la infancia tiene que ver, a partir del siglo XVIII, con la convergencia de dos estrategias sociales: la difusi\u00f3n entre la burgues\u00eda de la medicina dom\u00e9stica responsabilizando a los padres directamente del cuidado de los menores y la b\u00fasqueda de la \u00abeconom\u00eda social\u00bb que pretend\u00eda dirigir la vida de los pobres con la vigilancia directa de sus vidas para disminuir el costo social de su reproducci\u00f3n.
\n[7]<\/a> Cf. Ibid.<\/em>, pp. 46-47
\n[8]<\/a> F. BAJO-J.-L. BETR\u00c1N, Breve historia de la infancia<\/em>, Temas de Hoy, Madrid 1998, p. 13.
\n[9]<\/a> J. GIMENO SACRIST\u00c1N, o.c<\/em>., p. 31.
\n[10]<\/a> I. ARTEAGABEITIA et ALII, Los derechos del menor<\/em>, Bolet\u00edn Oficial del Estado, Madrid 2005, p. 3.
\n[11]<\/a> J.-A. PAJA BURGOA, La convenci\u00f3n de los Derechos del Ni\u00f1o<\/em>, Tecnos, Madrid 1998, pp. 52-56.
\n[12]<\/a> J.-B. MART\u00cdNEZ RODR\u00cdGUEZ, Educaci\u00f3n para la ciudadan\u00eda<\/em>, Morata, Madrid 2005, p.50.
\n[13]<\/a> Cf. J.-B. RODR\u00cdGUEZ MART\u00cdNEZ, o.c.<\/em>, p. 53.
\n[14]<\/a> Cf. R. HART-J. HIMES-G. LANSDOWN, Comentario y recomendaciones para las iniciativas de la UNICEF y R\u00e4dda Barnen relativas al derecho del ni\u00f1o a la participaci\u00f3n, seg\u00fan lo estipulado por la Convenci\u00f3n sobre los derechos del ni\u00f1o<\/em>, en B. ABEGGLEN-R. BENES, La participaci\u00f3n e ni\u00f1os y adolescentes en el contexto de la Convenci\u00f3n sobre los derechos del ni\u00f1o: visiones y perspectivas UNICEF<\/em>, Actas del Seminario, Bogot\u00e1 (7-8 de diciembre de 1988), p. 50.
\n[15]<\/a> \u00abToda persona tiene derecho a la educaci\u00f3n. La educaci\u00f3n debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucci\u00f3n elemental y fundamental. La instrucci\u00f3n elemental ser\u00e1 obligatoria. La instrucci\u00f3n t\u00e9cnica y profesional habr\u00e1 de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores ser\u00e1 igual para todos, en funci\u00f3n de los m\u00e9ritos respectivos\u2026\u00bb.
\n[16]<\/a> (Principio n\u00famero siete): \u00abEl ni\u00f1o tiene derecho a recibir educaci\u00f3n, que ser\u00e1 gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dar\u00e1 una educaci\u00f3n que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser miembro \u00fatil de la sociedad. El inter\u00e9s superior del ni\u00f1o debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educaci\u00f3n y orientaci\u00f3n; dicha responsabilidad incumbe, en primer t\u00e9rmino, a sus padres. El ni\u00f1o debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia fines perseguidos por la educaci\u00f3n; la sociedad y las autoridades p\u00fablicas se esforzar\u00e1n por promover el goce de este derecho\u00bb.
\n[17]<\/a> M.-I. \u00c1LVAREZ V\u00c9LEZ-E. CALVO BLANCO (eds.<\/em>), Derechos del ni\u00f1o<\/em>, McGraw Hill, Madrid 1998. Pr\u00f3logo de Joaqu\u00edn Ruiz-Gim\u00e9nez Cort\u00e9s, pp. 16-17.
\n[18]<\/a> Cf. J.-A. PAJA BURGOA, o.c<\/em>., pp. 77-78.
\n[19]<\/a> F. BAJO-J.-L. BETR\u00c1N, o.c.<\/em>, p. 158.
\n[20]<\/a> Ibid.<\/em>, pp. 189-190.
\n[21]<\/a> J. CARBONELL SEBARROJA, Una educaci\u00f3n para ma\u00f1ana<\/em>, Octaedro, Madrid 2008, pp. 31-32.
\n[22]<\/a> T. BOSCO, Don Bosco. <\/em>Una biograf\u00eda nueva<\/em>, CCS, Madrid 2003, 8\u00aa ed., p. 104.
\n[23]<\/a> P. BRAIDO, Prevenir no reprimir. El sistema educativo de Don Bosco<\/em>, CCS, Madrid 2001, pp. 173, 171 y 183.
\n[24]<\/a> S. TRAMONTIN, Don Bosco y el mundo del trabajo<\/em>, en J.-M. PRELLEZO (ed.<\/em>), Don Bosco en la historia<\/em>, LAS-CCS, Roma-Madrid 1990, pp. 244-245.
\n[25]<\/a> O. GONZ\u00c1LEZ DE CARDEDAL, Educaci\u00f3n y educadores. El primer problema moral de Europa, PPC, Madrid 2004, p.
\n[26]<\/a> J. GIMENO SACRIST\u00c1N-A.-I. P\u00c9REZ G\u00d3MEZ, Comprender y transformar la ense\u00f1anza<\/em>, Morata, Madrid 1996, 5\u00aa edici\u00f3n, p.14.
\n[27]<\/a> J.-M. QUINTANA CABANAS, Eduquemos mejor. Gu\u00eda para padres y profesores<\/em>, CCS, Madrid 2007, pp. 13-15.
\n[28]<\/a> J.-M. PETICLERC, J\u00f3venes, trabajo, inmigraci\u00f3n: desaf\u00edos para las HMA de Europa. El sistema preventivo y los j\u00f3venes en dificultad<\/em>(conferencia policopiada).
\n[29]<\/a> E. SCHILLEBEECKX, Cristo y los cristianos. Gracia y liberaci\u00f3n<\/em>, Cristiandad, Madrid 1982, p. 13.
\n[30]<\/a> C. RUSSO, Don Bosco encuentra a los j\u00f3venes<\/em>, CCS, Madrid 2007, 216 pp.
\n[31]<\/a> Congresso Internazionale Sistema Preventivo e Diritti Umani, Roma 2-6 Gennaio 2009.
\n[32]<\/a> Cf. B. BOUTROS-GALI, Discurso del Secretario de las Naciones Unidas en la apertura de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos<\/em>, Viena 1993.
\n[33]<\/a> P. BRAIDO, Prevenir no reprimir. El Sistema educativo de Don Bosco<\/em>, p. 124.
\n[34]<\/a> Cf. Const. SDB 26.
\n[35]<\/a> J. CARBONELL, \u00bfDerechos de la infancia?<\/em>, \u00abCuadernos de pedagog\u00eda\u00bb 397 (2010) 2.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"