Eugenio Alburquerque Frutos<\/strong> <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n \u00a0<\/strong><\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Materiales para la reflexi\u00f3n en grupos de fe Eugenio Alburquerque Frutos Benedicto XVI publica Caritas in veritate (CV) el 29 de junio del 2009. La enc\u00edclica se inscribe dentro de la amplia y honda historia de la moderna doctrina social de la Iglesia, cuyo comienzo se suele situar en el a\u00f1o 1891 con la […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[465,1409,94],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7523"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7523"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7523\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7523"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7523"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7523"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
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\nBenedicto XVI publica Caritas in veritate<\/em> (CV) el 29 de junio del 2009. La enc\u00edclica se inscribe dentro de la amplia y honda historia de la moderna doctrina social de la Iglesia, cuyo comienzo se suele situar en el a\u00f1o 1891 con la publicaci\u00f3n de la enc\u00edclica\u00a0 Rerum novarum<\/em> de Le\u00f3n XIII. Con esta nueva enc\u00edclica social intenta responder a las nuevas necesidades del mundo y de la sociedad actual, marcada por la globalizaci\u00f3n, la crisis econ\u00f3mica, la pobreza de millones de seres humanos y una inmoralidad generalizada. Ante los nuevos problemas sociales, Benedicto XVI concentra la atenci\u00f3n, en el tema del desarrollo, para se\u00f1alar la necesidad de un verdadero desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres, superando la simple orientaci\u00f3n t\u00e9cnica. Su mensaje central es precisamente \u00e9ste: que la caridad, vivida en la verdad, \u201ces la principal fuerza impulsora del aut\u00e9ntico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad\u201d (CV 1). El coraz\u00f3n de la enc\u00edclica est\u00e1 en la llamada del Papa a reencontrar el sentido m\u00e1s profundo del obrar humano en el aut\u00e9ntico amor a Dios (que es Amor y Verdad) y en el amor gratuito y solidario a los hombres.
\nDesde este planteamiento, la enc\u00edclica aborda m\u00faltiples cuestiones: globalizaci\u00f3n, crisis econ\u00f3mica, desigualdades sociales, migraci\u00f3n, trabajo, seguridad social, sindicatos, empresa, ecolog\u00eda, crecimiento demogr\u00e1fico, familia, aborto, fecundaci\u00f3n artificial, eclecticismo cultural, relativismo moral, t\u00e9cnica, comunicaci\u00f3n social, educaci\u00f3n, etc. En el centro est\u00e1, como hemos dicho, el tema del desarrollo y de sus exigencias \u00e9ticas. En estos materiales de trabajo, preparados para una reflexi\u00f3n sobre la enc\u00edclica en grupos de reflexi\u00f3n cristiana,\u00a0 presento simplemente la ense\u00f1anza del Papa sobre algunas de las cuestiones que aborda la enc\u00edclica. No ahorran en modo alguno la lectura del documento. Al contrario, ser\u00eda muy conveniente su lectura previa, o ir acompa\u00f1ando la reflexi\u00f3n que se propone con la lectura progresiva de los diferentes cap\u00edtulos.
\nPara tener una visi\u00f3n de conjunto, ofrecemos en primer lugar un breve compendio de la enc\u00edclica. Despu\u00e9s, hemos seleccionado simplemente siete cuestiones para el estudio y reflexi\u00f3n concreta del grupo. La metodolog\u00eda que presentamos es siempre la misma para las siete sesiones: seleccionamos un texto del documento sobre el tema; le sigue una breve orientaci\u00f3n que intenta situar el texto y el tema de reflexi\u00f3n, y se proponen finalmente algunas cuestiones suficientemente abiertas para entablar el di\u00e1logo en el grupo. Si se realiza en un clima de reflexi\u00f3n cristiana, puede ser bueno que el animador lo inicie o concluya con una oraci\u00f3n.
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\nEl cap\u00edtulo primero sintetiza y presenta el mensaje central de la enc\u00edclica de Pablo VI, Populorum progressio<\/em>, resaltando su actualidad en nuestros d\u00edas. Para Benedicto XVI, Pablo VI entendi\u00f3 claramente que la cuesti\u00f3n social se hab\u00eda hecho mundial y compendi\u00f3 en el desarrollo, entendido humana y cristianamente, el coraz\u00f3n del mensaje social cristiano. Subraya, especialmente, la visi\u00f3n articulada e integral del desarrollo, que abarca la dimensi\u00f3n econ\u00f3mica, cultural y pol\u00edtica, y que tiene necesariamente un sentido moral, no puramente t\u00e9cnico.
\nAnte la comprensi\u00f3n de Pablo VI, Benedicto XVI se pregunta hasta qu\u00e9 punto se han cumplido sus expectativas. Pablo VI deseaba y auguraba un desarrollo econ\u00f3mico que produjera un crecimiento real, sostenible y extensible a todos. Sin embargo, ha estado y est\u00e1 a\u00fan aquejado por desviaciones y problemas dram\u00e1ticos. Todo esto exige \u201cuna nueva y m\u00e1s profunda reflexi\u00f3n sobre el sentido de la econom\u00eda y de sus fines\u201d (CV 32) y una revisi\u00f3n en profundidad del modelo de desarrollo. M\u00e1s de 40 a\u00f1os despu\u00e9s de la Populorum progressio<\/em>, sigue siendo a\u00fan un problema abierto.
\nQuiz\u00e1s en este momento comienza la reflexi\u00f3n m\u00e1s original de Benedicto XVI. Invita, en el cap\u00edtulo tercero, a no olvidar la realidad del pecado de los or\u00edgenes ni siquiera en la interpretaci\u00f3n de los fen\u00f3menos sociales y en la construcci\u00f3n de la sociedad: hace tiempo que en la econom\u00eda, dice, \u201cse manifiestan los efectos del pecado\u201d (34). El creerse autosuficiente ha llevado al hombre a abusar de los medios econ\u00f3micos y ha desembocado en sistemas que han tiranizado la libertad de la persona y de los organismos sociales. La caridad, dice el Papa, es un don absolutamente gratuito recibido de Dios. Por ello, la unidad y la comuni\u00f3n fraterna se construyen en la l\u00f3gica del don, que no excluye la justicia, pero que exige al desarrollo econ\u00f3mico y social dar espacio al principio de gratuidad, si quiere ser verdaderamente humano. En esta perspectiva contempla, por ejemplo, la problem\u00e1tica del mercado: necesita formas internas de solidaridad y de confianza para cumplir su propia funci\u00f3n econ\u00f3mica.
\nTras esta reflexi\u00f3n sobre la importancia del don y la gratuidad, la enc\u00edclica se detiene en el cap\u00edtulo cuarto en la responsabilidad humana y social ante el desarrollo. Trata de manera especial la relaci\u00f3n entre derechos y deberes: la exacerbaci\u00f3n de los derechos ha conducido y conduce al olvido de los deberes, cuando son los deberes los que, en realidad, delimitan los derechos. Respecto al desarrollo, esta armon\u00eda entre derechos y deberes debe tener en cuenta los problemas relacionados con el crecimiento demogr\u00e1fico, porque afecta a valores irrenunciables de la vida y de la familia. Del mismo modo, ha de tener en cuenta tambi\u00e9n la relaci\u00f3n necesaria entre econom\u00eda y \u00e9tica: para su correcto funcionamiento la econom\u00eda tiene necesidad de una \u00e9tica \u201camiga de la persona\u201d, que se fundamente en la centralidad de la persona. Y, finalmente, hoy el tema del desarrollo est\u00e1 muy unido a los deberes que nacen de la relaci\u00f3n del hombre con el medio ambiente. Si es l\u00edcito que el hombre gobierne responsablemente la naturaleza para custodiarla, cultivarla y hacerla productiva, no se debe olvidar nunca el deber de dejar la tierra a las nuevas generaciones en un estado en que puedan habitarla dignamente y seguir cultiv\u00e1ndola.
\nEl cap\u00edtulo quinto pone de relieve que el desarrollo necesita superar la soledad, propiciar la relaci\u00f3n, integraci\u00f3n y colaboraci\u00f3n. Es decir, el desarrollo coincide con la inclusi\u00f3n relacional de todas las personas y de todos los pueblos en la \u00fanica comunidad de la familia humana, que se construye sobre las bases de la solidaridad, la justicia y la paz. Y, una vez m\u00e1s, el Papa subraya que esta colaboraci\u00f3n y cooperaci\u00f3n para el desarrollo no debe contemplar s\u00f3lo la dimensi\u00f3n econ\u00f3mica, sino que ha de ser una verdadera ocasi\u00f3n para el encuentro cultural y humano. Esto implica seguir promoviendo como aspecto esencial del desarrollo, un mayor acceso a la educaci\u00f3n y una atenci\u00f3n particular al fen\u00f3meno de las migraciones.
\nFinalmente, el \u00faltimo cap\u00edtulo est\u00e1 dedicado al progreso tecnol\u00f3gico, que en la actualidad est\u00e1 estrechamente unido al problema del desarrollo. De hecho se est\u00e1 considerando ya con frecuencia el desarrollo como una cuesti\u00f3n exclusivamente t\u00e9cnica, cuando, sin embargo, resulta imposible sin hombres rectos, sin agentes econ\u00f3micos y pol\u00edticos que sientan fuertemente la llamada al bien com\u00fan. En esta perspectiva, se\u00f1ala la influencia de los medios de comunicaci\u00f3n social en el desarrollo tecnol\u00f3gico y el importante papel que representa actualmente la bio\u00e9tica.
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\nSe ha de reconocer que el desarrollo econ\u00f3mico ha estado y est\u00e1 a\u00fan aquejado por desviaciones y problemas dram\u00e1ticos, que la crisis actual ha puesto todav\u00eda m\u00e1s de manifiesto. \u00c9sta nos pone improrrogablemente ante decisiones que afectan cada vez m\u00e1s al destino mismo del hombre, el cual, por lo dem\u00e1s, no puede prescindir de su naturaleza. Las fuerzas t\u00e9cnicas que se mueven, las interrelaciones planetarias, los efectos perniciosos sobre la econom\u00eda real de una actividad financiera mal utilizada y en buena parte especulativa, los imponentes flujos migratorios, frecuentemente provocados y despu\u00e9s no gestionados adecuadamente, o la explotaci\u00f3n sin reglas de los recursos de la tierra, nos induce hoy a reflexionar sobre las medidas necesarias para solucionar problemas que no s\u00f3lo son nuevos, sino tambi\u00e9n, y sobre todo, que tienen un efecto decisivo para el bien presente y futuro de la humanidad. Los aspectos de la crisis y sus soluciones, as\u00ed como la posibilidad de un futuro nuevo desarrollo, est\u00e1n cada vez m\u00e1s interrelacionados, se implican rec\u00edprocamente, requieren nuevos esfuerzos de comprensi\u00f3n unitaria y una nueva s\u00edntesis humanista\u201d <\/em>(CV 21).
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\nBenedicto XVI muestra\u00a0 una preocupaci\u00f3n honda ante la situaci\u00f3n actual de crisis y ante sus efectos perniciosos sobre la econom\u00eda real que, como explica, expresa la complejidad y gravedad de la situaci\u00f3n econ\u00f3mica actual. Comprende que se trata de una crisis financiera, hipotecaria, especulativa, pero que adem\u00e1s tiene un car\u00e1cter global.
\nAnte la crisis econ\u00f3mica, la enc\u00edclica hace una viva llamada a revisar nuestros caminos, a darnos nuevas reglas, a encontrar nuevas formas de compromiso. S\u00f3lo as\u00ed puede convertirse en ocasi\u00f3n de discernir y proyectar de un modo nuevo. Pero es necesario, especialmente, que las finanzas vuelvan a ser un instrumento encaminado a producir mejor riqueza y desarrollo. Por ello, se requiere que sean utilizadas de manera \u00e9tica. El sistema financiero, seg\u00fan el Papa, ha de tener como meta el sostenimiento de un verdadero desarrollo. La b\u00fasqueda de soluciones para la actual crisis econ\u00f3mica pasa por la ayuda al desarrollo de los pa\u00edses pobres. En esta perspectiva, \u201clos estados econ\u00f3micamente m\u00e1s desarrollados har\u00e1n lo posible para destinar mayores porcentajes de su producto interior bruto para ayudas al desarrollo\u201d (CV 60). En este sentido, la enc\u00edclica ofrece algunas posibles pistas, como por ejemplo la subsidiariedad fiscal, que permitir\u00eda a los ciudadanos decidir sobre el destino de los porcentajes de los impuestos que pagan al Estado.
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\nLa novedad principal ha sido el estallido de la interdependencia planetaria, ya com\u00fanmente llamada globalizaci\u00f3n. Es sorprendente el alcance e \u00edmpetu de su auge. Surgido en los pa\u00edses econ\u00f3micamente desarrollados este proceso ha implicado por su naturaleza a todas las econom\u00edas. Ha sido el motor principal para que regiones enteras superaran el subdesarrollo y es, de por s\u00ed, una gran oportunidad. Sin embargo, sin la gu\u00eda de la caridad en la verdad, este impulso planetario puede contribuir a crear riesgo de da\u00f1os hasta ahora desconocidos y nuevas divisiones en la familia humana<\/em> (CV 33).
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\nDice Benedicto XVI que es necesario situar el desaf\u00edo del amor en la verdad en un mundo en progresiva y expansiva globalizaci\u00f3n. Si Pablo VI la hab\u00eda entrevisto parcialmente, el estallido de la interdependencia planetaria que hoy llamamos globalizaci\u00f3n, sigue sorprendiendo. Afecta a todas las econom\u00edas, y penetra no s\u00f3lo en un pretendido mercado \u00fanico, sino tambi\u00e9n en el pensamiento y en la cultura. Adem\u00e1s del n\u00famero indicado pueden leerse los n\u00fameros: 9, 42 y 67.
\nEl Papa reconoce que este proceso planetario puede crear grandes da\u00f1os incluso hasta ahora desconocidos y nuevas divisiones en la familia humana. Pero no la demoniza; no se pone del lado de quienes piensan que la globalizaci\u00f3n lleva en su seno una profunda injusticia estructural, que necesariamente desemboca en un \u201cmundo dual\u201d de ricos y pobres. La contempla, en cambio, como una gran oportunidad para que regiones enteras puedan superar el subdesarrollo. Pero subraya: es imprescindible para ello el impulso de la caridad en la verdad. Y ante este proceso imparable de interdependencia mundial, propone: revalorizar la funci\u00f3n de los Estados para afrontar los l\u00edmites que est\u00e1 imponiendo a su soberan\u00eda el nuevo contexto econ\u00f3mico, comercial y financiero de la globalizaci\u00f3n; avivar y poner en pr\u00e1ctica los principios de solidaridad y subsidiariedad para orientarla al verdadero desarrollo; emprender decididamente la reforma tanto de la Organizaci\u00f3n de las Naciones Unidas como de la estructura econ\u00f3mica y financiera internacional; y urgir tambi\u00e9n la presencia de una verdadera Autoridad pol\u00edtica mundial <\/em>(CV 67), que fue ya esbozada por Juan XXIII y por Juan Pablo II.
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\nDecir que el desarrollo es vocaci\u00f3n equivale a reconocer, por un lado, que \u00e9ste nace de una llamada trascendente y, por otro, que es incapaz de darse su significado \u00faltimo por s\u00ed mismo <\/em>(16). El desarrollo humano integral supone la libertad responsable de la persona y de los pueblos: ninguna estructura puede garantizar el desarrollo desde fuera y por encima de la responsabilidad humana<\/em> (17). Pablo VI ten\u00eda una visi\u00f3n articulada del desarrollo. Con este t\u00e9rmino quiso indicar ante todo el objetivo de que los pueblos salieran el hambre, la miseria, las enfermedades end\u00e9micas y el analfabetismo. Desde el punto de vista econ\u00f3mico, eso significaba su participaci\u00f3n activa y en condiciones de igualdad en el proceso econ\u00f3mico internacional; desde el punto de vista social, su evoluci\u00f3n hacia sociedades solidarias y con buen nivel de formaci\u00f3n; desde el punto de vista pol\u00edtico, la consolidaci\u00f3n de reg\u00edmenes democr\u00e1ticos, capaces de asegurar libertad y paz<\/em> (21).
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\nEl desarrollo es el tema central de la enc\u00edclica. Benedicto XV defiende que \u201ctoda la Iglesia, en todo su ser y obrar, cuando anuncia, celebra y act\u00faa en la caridad, tiende a promover el desarrollo integral del hombre\u201d, que \u201cel aut\u00e9ntico desarrollo del hombre concierne de manera unitaria a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones\u201d, y \u201cexige una visi\u00f3n trascendente de la persona, necesita a Dios\u201d. Adem\u00e1s del n\u00famero seleccionado, pueden leerse los n\u00fameros: 11, 16, 17, 18, 19, 20, 22, 68, 69, 70 y 71.
\nQuiz\u00e1, lo primero que hay que destacar es que el magisterio pontificio se decanta por un desarrollo integral: \u201cde todo el hombre y de todos los hombres\u201d. Benedicto XVI lo sit\u00faa claramente en la comprensi\u00f3n de la vocaci\u00f3n trascendente de la criatura, creada a imagen de Dios. En su fuente y en su esencia, el desarrollo es una vocaci\u00f3n. Supone la libertad responsable de la persona y de los pueblos, exige que se respete la verdad y comporta que su centro es la caridad. Se trata de la superaci\u00f3n de una visi\u00f3n reductiva del desarrollo, muy extendida actualmente. No basta un desarrollo puramente econ\u00f3mico, ni meramente t\u00e9cnico. El desarrollo integral, al referirse a la vocaci\u00f3n trascendente de la persona, postula necesariamente una dimensi\u00f3n \u00e9tica y espiritual.
\nLa enc\u00edclica dedica el \u00faltimo cap\u00edtulo a denunciar la mentalidad tecnicista actual que tiende a hacer coincidir \u201cla verdad con lo factible\u201d (CV 70), proponiendo como \u00fanico criterio de verdad la eficacia y la utilidad. Contra tal mentalidad se\u00f1ala que \u201cla clave del desarrollo est\u00e1 en una inteligencia capaz de entender la t\u00e9cnica y de captar el significado plenamente humano del quehacer del hombre, seg\u00fan el horizonte del sentido de la persona considerada en la globalidad de su ser\u201d (CV 70). Son necesarias, pues, la competencia profesional y la coherencia moral; y es urgente la formaci\u00f3n para un uso \u00e9tico y responsable de la t\u00e9cnica.
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\nEl tema del desarrollo est\u00e1 muy unido hoy a los deberes que nacen de la relaci\u00f3n del hombre con el ambiente natural. \u00c9ste es un don de Dios para todos y su uso representa para nosotros una responsabilidad para con los pobres, las generaciones futuras y toda la humanidad\u2026 El creyente reconoce en la naturaleza el maravilloso resultado de la intervenci\u00f3n creadora de Dios, que el hombre puede utilizar responsablemente para satisfacer sus leg\u00edtimas necesidades, respetando el equilibrio inherente a la creaci\u00f3n misma. Si se desvanece esta visi\u00f3n, se acaba por considerar la naturaleza como un tab\u00fa intocable o, al contrario, por abusar de ella. Ambas posturas no son conformes con la visi\u00f3n cristiana de la naturaleza, fruto de la creaci\u00f3n de Dios. La naturaleza es expresi\u00f3n de un proyecto de amor y de verdad. Ella nos precede y nos ha sido dada por Dios como \u00e1mbito de vida. Nos habla del Creador y de su amor a la humanidad<\/em> (CV 48).
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\nEl problema ecol\u00f3gico es un problema antropol\u00f3gico y \u00e9tico, profundamente unido al desarrollo. La doctrina social de la Iglesia comienza a preocuparse de la ecolog\u00eda en los documentos posteriores al Vaticano II. Benedicto XVI alude a los problemas de la ecolog\u00eda en diversos pasajes de la enc\u00edclica. Pero lo trata de forma expresa y detenida en el cap\u00edtulo cuarto en el marco de la relaci\u00f3n entre los derechos y deberes concernientes al desarrollo. La enc\u00edclica defiende que la naturaleza es un don de Dios para todos; por tanto, su uso implica siempre una responsabilidad para con los pobres, las generaciones futuras y toda la humanidad. Adem\u00e1s del n\u00famero seleccionado, pueden leerse los n\u00fameros: 49 y 50.
\nLa visi\u00f3n pontificia sobre la naturaleza dista tanto de quienes la consideran como un tab\u00fa intocable como de la de quienes la ven simplemente como un medio para usar y abusar seg\u00fan los propios intereses. El Papa anima a reconocerla como \u201cel maravilloso resultado de la intervenci\u00f3n creadora de Dios, que el hombre puede utilizar responsablemente\u201d. Es expresi\u00f3n de un proyecto de amor y de verdad. Si es l\u00edcito cultivarla y hacerla productiva, tambi\u00e9n con m\u00e9todos nuevos y tecnolog\u00edas avanzadas, lo es para que pueda acoger y alimentar dignamente a la poblaci\u00f3n que la habita. Pero el Papa proclama, al mismo tiempo, que es un debe muy grave el dejar la tierra a las nuevas generaciones en un estado en el que puedan habitarla dignamente y seguir cultiv\u00e1ndola. En este sentido anima a fortalecer la alianza entre el ser humano y el medio ambiente; una alianza que sea reflejo del amor creador de Dios.
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\nEl modo en que el hombre trata el ambiente influye en la manera en que se trata a s\u00ed mismo, y viceversa\u2026 La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creaci\u00f3n y la debe hacer valer en p\u00fablico. Y, al hacerlo, no s\u00f3lo debe defender la tierra, el agua y el aire como dones de la creaci\u00f3n que pertenecen a todos. Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucci\u00f3n de s\u00ed mismo. Es necesario que exista una especie de ecolog\u00eda del hombre bien entendida. En efecto, la degradaci\u00f3n de la naturaleza est\u00e1 estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia humana: cuando se respeta la \u201cecolog\u00eda humana\u201d en la sociedad, tambi\u00e9n la ecolog\u00eda ambiental se beneficia\u2026 Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepci\u00f3n, la gestaci\u00f3n y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigaci\u00f3n, la conciencia com\u00fan acaba perdiendo el concepto de ecolog\u00eda humana y con ello de la ecolog\u00eda ambiental. Es una contradicci\u00f3n pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente natural, cuando la educaci\u00f3n y las leyes no las ayudan a respetarse a s\u00ed mismas<\/em> (CV 51).
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\nEn el marco de la responsabilidad respecto a la creaci\u00f3n, introduce Benedicto XVI la cuesti\u00f3n de la ecolog\u00eda humana<\/em>. La Iglesia, afirma el Papa, \u201cno s\u00f3lo debe defender la tierra, el agua y el aire… Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucci\u00f3n de s\u00ed mismo\u201d.
\nLa expresi\u00f3n ecolog\u00eda humana<\/em> fue utilizada ya por Juan Pablo II en Centesimus annus <\/em>(n. 38). Benedicto XVI la recoge, la recrea y la propone con una nueva densidad. El Papa explica que para salvaguardar la naturaleza es importante la instrucci\u00f3n y tambi\u00e9n los incentivos econ\u00f3micos. Pero todo esto no basta; lo decisivo es \u201cla capacidad moral global de la sociedad\u201d. Y declara de forma muy concreta: \u201cSi no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural\u2026, la conciencia com\u00fan acaba perdiendo el concepto de ecolog\u00eda humana y con ello de la ecolog\u00eda ambiental\u201d. El Papa denuncia, pues, esa grave contradicci\u00f3n actual tan extendida, que alardea y pide a las nuevas generaciones el respeto del medio ambiente, cuando la educaci\u00f3n y las leyes no las ayudan a respetarse a s\u00ed mismas. Es decir, \u00bfpor qu\u00e9 la preocupaci\u00f3n por el medio ambiente no incluye el ser y estar por la vida? Aqu\u00ed encontramos una interpelaci\u00f3n educativa de gran calado. Hemos de ser, en la comunidad cristiana, m\u00e1s conscientes de la necesidad de promover una cultura de la vida, y de orientar \u00e9ticamente ante tantas contradicciones, incoherencias y ambig\u00fcedades que transmite la cultura actual.
\nAnte tales contradicciones culturales, Caritas in veritate<\/em> recuerda que el libro de la naturaleza es uno e indivisible, \u201ctanto en lo que concierne a la vida, la sexualidad, el matrimonio, la familia, las relaciones sociales, en una palabra, el desarrollo humano integral\u201d (CV 51). Por ello, los deberes respecto al medio ambiente est\u00e1n relacionados con los que tenemos para con las personas. No se pueden exigir unos y olvidar otros. Esta antinomia de la mentalidad y de la cultura actual envilece a la persona, degrada el ambiente y da\u00f1a a la sociedad.
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\nEl sector econ\u00f3mico no es ni \u00e9ticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada \u00e9ticamente. El gran desaf\u00edo que tenemos, planteado por las dificultades del desarrollo en este tiempo de globalizaci\u00f3n y agravado por la crisis econ\u00f3mico-financiera actual, es mostrar, tanto en el orden de las ideas como de los comportamientos, que no s\u00f3lo no pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la \u00e9tica social, como la transparencia, la honestidad y la responsabilidad, sino que en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la l\u00f3gica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad econ\u00f3mica ordinaria. Esto es una exigencia del hombre en el momento actual, pero tambi\u00e9n de la raz\u00f3n econ\u00f3mica misma. Una exigencia de la caridad y de la verdad al mismo tiempo<\/em> (CV 36).
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\nA la luz del sentido trascendente de la persona y de la primac\u00eda de Dios, como tambi\u00e9n del significado mismo de la caridad, que es gracia, amor recibido y ofrecido, amor que brota del Padre y es \u201cderramado en nuestros corazones por el Esp\u00edritu Santo\u201d, introduce Benedicto XVI el principio teol\u00f3gico que llama principio de la gratuidad<\/em>, que propone no s\u00f3lo como una exigencia \u00e9tica o religiosa, abstracta, sino como una exigencia real y concreta de la misma econom\u00eda, especialmente en esta \u00e9poca de globalizaci\u00f3n. Pueden leerse, adem\u00e1s del n\u00famero seleccionado, los siguientes: 34, 35, 37, 38 y 39.
\nContra la pretensi\u00f3n de la econom\u00eda de exonerarse de todo influjo de car\u00e1cter moral, el Papa propone otra l\u00f3gica muy distinta. Es, en realidad la l\u00f3gica de la caridad: \u201cAl ser un don absolutamente gratuito de Dios, irrumpe en nuestra vida como algo que no es debido, que trasciende toda ley de justicia\u201d. Y, al ser un don recibido por todos, \u201cla caridad en la verdad es un fuerza que funda la comunidad, unifica a los hombres de manera que no haya barreras o confines (CV 34). No es que la l\u00f3gica del don excluya la justicia, ni se yuxtaponga simplemente a ella como una a\u00f1adidura externa, pero si el desarrollo social, econ\u00f3mico y pol\u00edtico quiere ser aut\u00e9nticamente humano, \u201cnecesita dar espacio al principio de gratuidad como expresi\u00f3n de fraternidad\u201d (CV 34). La econom\u00eda globalizada, que privilegia la l\u00f3gica del intercambio contractual, necesita tambi\u00e9n entrar en la l\u00f3gica del don.
\nBenedicto XVI explica que antes se sol\u00eda pensar que lo primero era la justicia y que la gratuidad ven\u00eda despu\u00e9s como un complemento. Hoy, subraya, \u201ces necesario decir que sin la gratuidad no se alcanza ni siquiera la justicia\u201d (CV 38). Por ello, en esta \u00e1poca de globalizaci\u00f3n, la actividad econ\u00f3mica no puede prescindir de la gratuidad, que fomenta la aut\u00e9ntica solidaridad y extiende la responsabilidad por la justicia y el bien com\u00fan. Y, ciertamente, la victoria sobre el subdesarrollo requiere no s\u00f3lo la transferencia de estructuras asistenciales o la mejora de las transacciones basadas en la compraventa, sino, sobre todo, la apertura progresiva a una actividad econ\u00f3mica caracterizada por formas de de solidaridad, comuni\u00f3n y gratuidad (cf. CV 39).
\nLa l\u00f3gica mercantil tiene que llegar a superar las leyes del contrato y la equivalencia. Est\u00e1 sometido a los principios de la justicia conmutativa; pero \u00e9stos no bastan. Sin formas internas de solidaridad y de confianza rec\u00edproca, el mercado no puede cumplir plenamente su propia funci\u00f3n econ\u00f3mica. Es \u00e9ste uno de los aspectos presentes en la crisis actual. Entrar en la l\u00f3gica del don, es, quiz\u00e1, el compromiso m\u00e1s radical que presenta el Papa, desde una \u00f3ptica verdaderamente evang\u00e9lica, ante la grave situaci\u00f3n actual.
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\nLa caridad en la verdad de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrecci\u00f3n, es la principal fuerza impulsora del aut\u00e9ntico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad<\/em> (CV 1). La caridad es la v\u00eda maestra de la doctrina social de la Iglesia. Todas las responsabilidades y compromisos trazados por esta doctrina provienen de la caridad, que es la s\u00edntesis de toda la Ley. Ella da verdadera sustancia a la relaci\u00f3n personal con Dios y con el pr\u00f3jimo; no es s\u00f3lo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el peque\u00f1o grupo, sino tambi\u00e9n de las macro-relaciones sociales, econ\u00f3micas y pol\u00edticas\u2026 La caridad es el don m\u00e1s grande que Dios ha dado a los hombres, es su promesa y nuestra esperanza<\/em> (CV 2). S\u00f3lo en la verdad resplandece la caridad y puede ser vivida aut\u00e9nticamente. La verdad es luz que da sentido y valor a la caridad <\/em>(CV 3).
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\nBenedicto XVI introduce el documento afirmando que la caridad constituye la primera fuerza impulsora del aut\u00e9ntico desarrollo humano y social; y, consciente de las desviaciones sufridas a lo largo de los siglos que han llegado a oscurecer su importancia en el \u00e1mbito social, econ\u00f3mico o pol\u00edtico, defiende enseguida la necesidad de unirla con la verdad. Seg\u00fan el pont\u00edfice, caridad en la verdad es el principio sobre el que gira, en realidad, toda la doctrina social de la Iglesia; y este principio adquiere forma operativa en nuevos criterios que orientan la acci\u00f3n moral. Entre ellos, la justicia y el bien com\u00fan.
\nCaridad en la verdad constituye el hilo conductor de todo el documento. No es s\u00f3lo el coraz\u00f3n de la enc\u00edclica, sino tambi\u00e9n la estrella polar que orienta tanto el an\u00e1lisis como su posible soluci\u00f3n. Para el Papa, \u201ctodo proviene de la caridad y todo adquiere forma por ella\u201d; y la caridad ha de entenderse, valorarse y practicarse a la luz de la verdad. Precisamente por estar impregnada de verdad, la caridad puede ser comprendida por el hombre en toda su riqueza, y puede ser tambi\u00e9n compartida y comunicada. Pueden leerse, adem\u00e1s de los n\u00fameros citados, los siguientes: 4, 5, 6, 7, 8 y 9.
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