{"id":7550,"date":"2010-05-01T00:00:29","date_gmt":"2010-04-30T22:00:29","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7550"},"modified":"2010-05-01T00:00:29","modified_gmt":"2010-04-30T22:00:29","slug":"mision-compartida","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/mision-compartida\/","title":{"rendered":"Misi\u00f3n compartida"},"content":{"rendered":"

David \u00c1lvarez<\/strong>
\nEs laico. Coordinador de Pastoral del colegio Santa Mar\u00eda del Pilar (Marianistas) de Madrid<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nUn regalo inmerecido<\/strong>
\nDesde siempre he entendido que ser cristiano\u00a0 no es una especie de suerte que yo tengo para ser m\u00e1s feliz, para ser mejor persona, o para sentirme mejor conmigo mismo, sino que es algo que he recibido como un regalo inmerecido y que yo a su vez debo regalar a otros, como hicieron conmigo. No entiendo que se pueda ser cristiano sin sentir la necesidad de invitar a otros a que lo sean; haber tenido la suerte de encontrarme con Jes\u00fas\u00a0 resucitado y no comunicarlo con toda la intensidad de la que soy capaz, me parece que encierra una contradicci\u00f3n en si mismo. Ser cristiano y no evangelizar debe ser algo como ver los fuegos artificiales sin escuchar el sonido de sus explosiones: posible, pero triste. Por lo tanto desde el principio de mi historia de fe me he visto involucrado en esta misi\u00f3n de una u otra forma.
\n 
\nGrupos juveniles: un camino para vivir la fe<\/strong>
\nHijo de mi tiempo, pertenec\u00ed a una\u00a0 \u00e9poca de eclosi\u00f3n de los grupos juveniles parroquiales, en los que encontr\u00e9 el cauce para vivir mi fe. Como tantos j\u00f3venes, la desembocadura del proceso no era integrarme en una comunidad cristiana adulta,\u00a0 sino m\u00e1s bien el reengancharme como monitor de estos mismos grupos a los que hab\u00eda pertenecido de adolescente, me parec\u00eda hasta cierto punto l\u00f3gico devolver lo que yo hab\u00eda recibido. En aquel equipo de monitores con los que compart\u00eda la misi\u00f3n, me sent\u00ed por primera vez embarcado en esta aventura de compartir mi fe con otros.\u00a0 Como todos los grupos juveniles de aquella \u00e9poca mi experiencia pastoral estaba muy vinculada con el ocio y el tiempo libre, hac\u00edamos cursos de monitores, sobre todo de tiempo libre, de din\u00e1micas de grupo,\u00a0 o de psicolog\u00eda evolutiva; tambi\u00e9n hac\u00edamos\u00a0 muchas marchas a la monta\u00f1a, campamentos de verano,\u00a0 y nos \u00edbamos situando en una parroquia muy cl\u00e1sica, que nos acog\u00eda, toleraba nuestras rarezas y nos daba cierto protagonismo en las celebraciones, m\u00e1s como elementos decorativos, que en su planificaci\u00f3n.
\nEn aquel contexto la pastoral juvenil era una cosa de los j\u00f3venes. Don Eugenio, el p\u00e1rroco de toda la vida, y al que desde siempre recuerdo en la parroquia, delegaba en nosotros completamente lo que hici\u00e9ramos con los chavales que ya se hab\u00edan confirmado. En cierta forma compart\u00edamos la misi\u00f3n con \u00e9l, y con el resto de la parroquia, pero nunca dejamos de sentir que \u00edbamos un poco por libre. Visto con una cierta perspectiva temporal, descubro que fue en un hombre bastante adelantado a la formaci\u00f3n, previa al concilio Vaticano II que \u00e9l hab\u00eda recibido, que\u00a0 estaba bastante alejado del modelo de sacerdote que\u00a0 el termin\u00f3 siendo, y supo adaptarse a una \u00e9poca que no era la que le hab\u00edan contado. Ojala que nosotros dentro de unos a\u00f1os sepamos aceptar en nuestras pastorales, las formas y los contenidos que los m\u00e1s j\u00f3venes vengan a proponernos y no les orillemos.
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\nEn la Delegaci\u00f3n diocesana de Pastoral Juvenil<\/strong>
\nAl ir asumiendo m\u00e1s responsabilidades termin\u00e9 recalando en la delegaci\u00f3n diocesana de la pastoral juvenil de mi di\u00f3cesis, all\u00ed por primera vez tuve la conciencia de misi\u00f3n compartida. El delegado diocesano de pastoral juvenil era un sacerdote, que hab\u00eda formado un equipo\u00a0 de laicos y alg\u00fan religioso para la organizaci\u00f3n\u00a0 de la delegaci\u00f3n diocesana. Aquellas reuniones de los mi\u00e9rcoles, sentados entorno a la mesa de la delegaci\u00f3n, aportando nuestras opiniones, preparando los encuentros y los cursos de formaci\u00f3n,\u00a0 nos hac\u00edan sentir que aquello que nos tra\u00edamos entre manos era cuesti\u00f3n de todos. Posiblemente la pastoral juvenil sea un lugar privilegiado para ensayar la misi\u00f3n compartida. Los j\u00f3venes deben ser los principales agentes de evangelizaci\u00f3n entre de los j\u00f3venes, una de las cinco claves que el documento marco de pastoral juvenil manejaba en aquellos a\u00f1os, era la de protagonismo y corresponsabilidad. Aquellas palabras estaban todav\u00eda lejos de ser una realidad, no s\u00e9 si lo llegaron a ser en nuestra pastoral juvenil.
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\nEn un proceso de discernimiento<\/strong>
\nDesde ese compromiso personal y mi\u00a0 labor evangelizadora entre los j\u00f3venes discern\u00ed mi entrada al seminario diocesano, posiblemente desde esa intuici\u00f3n primera de que ser cristiano lleva unido de manera indeleble el env\u00edo a predicar. No me orden\u00e9. Pero mi paso por el seminario sin duda me hizo madurar en mi fe y en mi concepci\u00f3n de la Iglesia y del papel que sacerdotes y laicos, (religiosos y no religiosos), debemos tener en la evangelizaci\u00f3n.
\nLa llamada de Mc 3,14 \u201cLlam\u00f3 a los que \u00e9l quiso, para estar con \u00e9l y para enviarlos a predicar\u201d<\/em>, puede entenderse de una manera excluyente le\u00edda como que a los que llam\u00f3 de una forma especial fue a los \u201csacerdotes\u201d, \u201cconsagrados\u201d, que estos tienen una misi\u00f3n especial y una relaci\u00f3n\u00a0 m\u00e1s viva con Jes\u00fas; es la\u00a0interpretaci\u00f3n que en alguna ocasi\u00f3n capte a mi alrededor en los ambientes eclesiales y de seminarios,\u00a0 no llegu\u00e9 a compartirla plenamente, consideraba que cada cristiano\u00a0 est\u00e1 entre aquellos que Jes\u00fas quiso, que todos estamos llamados a estar con \u00e9l y a ser enviados a predicar. Lo contrario es crear unos cristianos m\u00e1s aut\u00e9nticos, m\u00e1s de verdad, unos cristianos que son los que tienen el encargo y otros que les ayudan (los lacios). Poco a poco fui descubriendo que tambi\u00e9n en el seno de la Iglesia hab\u00eda personas que pensaban as\u00ed: \u201clos laicos como los que ayudan a los curas\u201d, esto me suena tan mal, tan rancio, como cuando un hombre dice que ayuda a su mujer en casa, como si ella tuviera el mandato \u201cdivino\u201d de mantener la casa y de manera subsidiaria el hombre la\u00a0 ayudase\u00a0 pero la responsabilidad final es suya; que mal queda eso de \u201cyo ayudo en casa\u201d. Algo parecido puede darse en la Iglesia, los curas son los responsables y los laicos les ayudamos. Me encontr\u00e9 con laicos que pensaban as\u00ed; si un laico daba un curso de catequistas estaba bien porque los curas \u201cya no llegaban a todo\u201d; por eso nunca me involucr\u00e9 en el movimiento de celebraci\u00f3n de la palabra en ausencia de presb\u00edtero que comenz\u00f3 en mi di\u00f3cesis; me parec\u00eda que era apostar por un desarrollo de la espiritualidad laical muy centrada en la sustituci\u00f3n sacerdotal.
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\nPrimeros trabajos<\/strong>
\nTras terminar mis estudios de teolog\u00eda comenc\u00e9 a trabajar de profesor de religi\u00f3n en un colegio religioso concertado de la Compa\u00f1\u00eda de Mar\u00eda,\u00a0 Una de las primeras cosas que me dec\u00edan mis amigos al decirles donde estaba trabajando y que era profesor de religi\u00f3n, era\u00a0 que\u00a0 si ya ni siquiera hab\u00eda frailes para dar la clase de religi\u00f3n. Su concepci\u00f3n era todav\u00eda la que acabo de enunciar: los laicos ayudamos a los religiosos en la transmisi\u00f3n de la fe y damos clase de religi\u00f3n porque ya no hay suficientes marianistas. Un colegio es un lugar privilegiado para vivir la experiencia de misi\u00f3n compartida;\u00a0 el ir descubriendo que el problema no es que no haya suficientes marianistas y por eso los profesores laicos vamos tomando responsabilidades en la transmisi\u00f3n de la fe, sino que todos, profesores laicos y profesores marianistas compartimos una misi\u00f3n, y la compartimos en igualdad de condiciones. Esto lo he vivido as\u00ed en mi colegio y con los religiosos con los que me he ido encontrando. La pregunta que en alguna ocasi\u00f3n hemos discutido es: \u00bfQu\u00e9 ocurrir\u00eda si ahora otra vez se llenasen los seminarios y los noviciados, y volviesen a ser cientos de religiosos marianistas j\u00f3venes y disponibles para ocupar puestos en los colegios?\u00a0 Es posible que haya sido la falta de vocaciones y por lo tanto de efectivos lo que haya llevado a descubrir que tanto laicos como religiosos compartimos la misi\u00f3n de la evangelizaci\u00f3n de nuestros alumnos; pero este descubrimiento ha dejado de manera indeleble una marca que ya no permitir\u00eda volver a una concepci\u00f3n anterior. Los laicos que hemos descubierto nuestro papel en la Iglesia no estamos dispuestos a volver a ser ayudantes de los religiosos y no me imagino a estos, sintiendo su misi\u00f3n como algo privativo suyo. Los signos de los tiempos son de alguna forma una actualizaci\u00f3n de la revelaci\u00f3n, y sin duda este es un signo de los tiempos donde debemos leer como Iglesia lo que nuestra realidad concreta nos est\u00e1 demandando.
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\nCoordinador general de pastoral<\/strong>
\nEn estos \u00faltimos a\u00f1os vengo desarrollando en mi colegio la labor de coordinador general de pastoral. Todo un reto a nivel personal y tambi\u00e9n, todo un reto para el centro, pues por primera vez un laico es responsable de la pastoral. Esta experiencia me est\u00e1 ayudando a descubrir con mayor profundidad la riqueza de compartir la misi\u00f3n con todos los que hemos sido llamados a la misma. La pastoral en los colegios est\u00e1 en los \u00faltimos a\u00f1os cambiando de una acci\u00f3n muy centrada en la labor de los capellanes y de los religiosos, a otra m\u00e1s centrada en los equipos, en los que las decisiones nos son fruto de una persona sino de una reflexi\u00f3n conjunta. Posiblemente esto sea lo m\u00e1s significativo que la incorporaci\u00f3n de laicos\u00a0 a la responsabilidad en la labor pastoral de los colegios ha tra\u00eddo consigo, y no es que siempre los capellanes o religiosos encargados de las distintas actividades pastorales fuesen especialmente \u201cdirectivos\u201d; era un movimiento rec\u00edproco, en el que muchos de los lacios se\u00a0 viv\u00edan a si mismos como \u201ccolaboradores\u201d del sacerdote o del religioso, pero que en\u00a0 \u00faltimo termino era una responsabilidad suya. Hoy en d\u00eda estamos venciendo esta inercia. Mis compa\u00f1eros profesores con los que comparto la tarea en el equipo de pastoral del colegio no piensan que la pastoral es una cosa m\u00eda y que ellos me ayudan, o al menos no piensan que sea m\u00e1s m\u00eda que suya; entendemos que es una tarea de todos en el que por diversas circunstancias ocupamos diversas responsabilidades, pero con la misma implicaci\u00f3n en la misi\u00f3n.
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\nLa misi\u00f3n compartida<\/strong>
\nEl ideal de misi\u00f3n compartida hacia el que caminamos, es que los religiosos y sacerdotes, se integren en los equipos que animan la pastoral colegial, aportando su experiencia y sus conocimientos como cualquier otro miembro del equipo. Esta tarea en ocasiones es complicada; la herencia de tantos a\u00f1os de una pastoral personalista nos pesa a todos, laicos y religiosos. De la misma manera en que los laicos estamos haciendo nuestro proceso de resituarnos en una Iglesia diferente a la que era cuando crecimos, tambi\u00e9n los religiosos y sacerdotes que trabajan en la pastoral colegial est\u00e1n buscando su sitio. Una tentaci\u00f3n en la que intentamos no caer, es pensar que los curas lo \u00fanico que pueden hacer es el \u00e1mbito sacramental; este ser\u00eda un mal camino para compartir la misi\u00f3n. Seguramente poner en valor ante la comunidad colegial el signo y testimonio de su vida, es mucho m\u00e1s que presidir una celebraci\u00f3n de la Eucarist\u00eda. La pastoral vivencial hacia la que queremos caminar no puede ser una pastoral opuesta a lo sacramental, sino una pastoral que integre lo sacramental dentro de su proceso vivencial; por lo tanto esto no ser\u00e1 responsabilidad exclusiva de los sacerdotes, sino una parte m\u00e1s de una misi\u00f3n que compartimos.
\nViviendo con plenitud su opci\u00f3n religiosa, compartiendo la tarea y la vida con sus compa\u00f1eros laicos, haciendo visibles, accesibles y amables sus comunidades tienen sin duda una plataforma privilegiada para acercar a muchos hombres y mujeres el evangelio de Jes\u00fas
\nEsta nueva relaci\u00f3n entre laicos y\u00a0 religiosos esta siendo enriquecedora para ambos, para algunos religiosos que han vivido muchos a\u00f1os sintiendo sobre ellos la responsabilidad final de toda la pastoral, descubrir que muchos profesores y padres, se sienten igual de responsables que ellos de la transmisi\u00f3n de la fe, es sin duda motivo de alegr\u00eda y de afianzamiento de su vida religiosa, de su opci\u00f3n vital,
\nTambi\u00e9n para los laicos entrar en contacto con los religiosos desde una relaci\u00f3n de igualdad nos descubre la fuerza de su vida, contradicciones y esperanzas y nos ayudan\u00a0 vivir m\u00e1s plenamente nuestra vocaci\u00f3n en la iglesia.
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