{"id":7595,"date":"2010-03-01T00:00:59","date_gmt":"2010-02-28T22:00:59","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7595"},"modified":"2010-03-01T00:00:59","modified_gmt":"2010-02-28T22:00:59","slug":"brotes-verdes-del-reino-aqui-y-ahora","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/brotes-verdes-del-reino-aqui-y-ahora\/","title":{"rendered":"\u00bf\u201dBROTES VERDES\u201d DEL REINO AQU\u00cd Y AHORA?"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 Luis Segovia Bernab\u00e9<\/strong> Las cosas no cambian como quisi\u00e9ramos y, a veces, en un mundo sometido a dinamismos vertiginosos, no sabemos si avanzamos o si retrocedemos. \u201cLa vida sigue igual\u201d aseguraba la canci\u00f3n del verano de hace varios lustros. Se comprende entonces que retazos de esperanza sean perentoriamente buscados y reclamados. Recientemente,\u00a0 el mundo pol\u00edtico \u00a0ha acu\u00f1ado la expresi\u00f3n \u201cbrotes verdes\u201d para tratar de persuadir a la ciudadan\u00eda de que la crisis econ\u00f3mica en que nos vemos sumidos desde el 2008 empieza a remitir.\u00a0 No es ahora cuesti\u00f3n de rebatir la objetividad de esa apreciaci\u00f3n tan desmentida por la tozudez de los hechos y, sobre todo, por las cifras de parados. Los falsos profetas siempre han tratado de consolar al pueblo con fatuas promesas (\u201ctrafican con vosotros con palabras enga\u00f1osas\u201d 2Pe 2,3) y le imped\u00edan tomar conciencia de su pecado y de su responsabilidad. Los verdaderos profetas, por el contrario, confrontaban al pueblo con la dureza de la realidad pero, a su vez, trataban de de impedir su asfixia en la culpa o el des\u00e1nimo. A lo peor, el buen Dios siempre abr\u00eda un portillo a la esperanza, sobre todo perceptible por los pobres de Yahv\u00e9 y los que ten\u00edan poco que esperar y mucho que desesperar. De hecho, es conmovedor descubrir c\u00f3mo las p\u00e1ginas m\u00e1s rebosantes de esperanza de la Sagrada Escritura est\u00e1n escritas a partir de los contextos m\u00e1s naturales para el desespero: la penosa experiencia del \u00e9xodo, las despiadadas del exilio o la deportaci\u00f3n, las feroces persecuciones e incluso el martirio. \u00a0La crueldad de las condiciones hist\u00f3ricas no impide al autor sagrado descubrir la fuerza vigorosa del despliegue del amor de Dios en la vida, en la historia y en lo m\u00e1s humanizante de ella. Es verdad que a veces -demasiadas- aparece rubricado con la sangre, siempre con el sudor y muchas veces con las l\u00e1grimas; pero, esas, parad\u00f3jicamente, son se\u00f1ales indiciarias de la autenticidad del hallazgo. Ya lo s\u00e9. La Iglesia es un signo, un aut\u00e9ntico sacramento de salvaci\u00f3n de Dios, aunque no agote el Misterio de Dios ni las se\u00f1ales de su presencia en el mundo. \u00c9ste, en su totalidad, es el escenario de la obra providente de Dios y nada ni nadie -tampoco los ateos- son ajenos a su acci\u00f3n amorosa. Por eso, para un creyente, un \u201csin Dios\u201d es conceptualmente imposible: puede estar ausente la fe, pero Dios jam\u00e1s. \u00a0De este modo, a los no creyentes\u00a0 no les habr\u00e1 de faltar Dios, ni la capacidad de eticidad, ni el empe\u00f1o humanizador del mundo, ni siquiera la espiritualidad. Pero volvamos a la Iglesia. Aunque a alguien pueda sorprender quiero empezar por ella como \u201cbrote verde\u201d. \u00a0Lo hago pensando en la Iglesia aqu\u00ed y ahora, no en la Iglesia que fue en tal o cual momento o en la que podr\u00eda llegar a ser si todos sus miembros fu\u00e9semos mejores. Naturalmente no desconozco sus ambig\u00fcedades y sus pecados que, por otra parte, son los m\u00edos y los de todos los que la componemos. De ello se ocupan con holgura nuestros contempor\u00e1neos. No es necesario m\u00e1s que escuchar cualquier conversaci\u00f3n en el tajo, en la cafeter\u00eda o en determinados medios de comunicaci\u00f3n para descubrir c\u00f3mo sale parada la Iglesia\u2026 \u00a1a veces con un punto de raz\u00f3n y otras muchas con una distorsi\u00f3n tremenda! Cuando una gran tragedia nos toca el coraz\u00f3n,\u00a0 el personal (creyente y no creyente) sale del letargo y se rasca el bolsillo. Es verdad que nos hemos acostumbrado demasiado en esta \u201csociedad administrada\u201d a delegarlo todo. Si alguien se accidenta, hay un tel\u00e9fono de emergencias que evita mancharse de sangre, si encuentro a una persona sinhogar en situaci\u00f3n comprometida, puedo llamar al tel\u00e9fono de servicios sociales y hasta los ancianos han sustituido las relaciones de vecindad y familiaridad por el \u201cbot\u00f3n\u201d, el san bot\u00f3n llaman algunos a la voz \u201cde la se\u00f1orita tan amable\u201d de la tele-asistencia\u2026 Dejemos ahora la cuesti\u00f3n de si tanta \u201ctele-pat\u00eda\u201d (padecer, pero\u2026 a distancia) \u00a0da o no respuesta efectiva a las necesidades de las personas. El\u00a0 caso es que hemos esclerotizado la fraternidad, que siempre es indelegable y se practica en primera persona (como el buen samaritano que cura, monta en \u201csu propia\u201d cabalgadura y paga con \u201csu\u201d dinero). De hecho, la \u00a0palabra \u201cfraternidad\u201d \u00a0ya casi \u00a0no se utiliza en el siglo XXI, \u00a0por m\u00e1s que la Revoluci\u00f3n francesa y la Declaraci\u00f3n Universal de los Derechos Humanos hicieran bandera de ella. Qui\u00e9n lo iba a decir. El Sur en las calles principales de las ciudades del Norte y en el coraz\u00f3n sensible de sus mercados. Tienen raz\u00f3n quienes se\u00f1alan que ya la din\u00e1mica no es Sur\/Norte sino inclusi\u00f3n\/exclusi\u00f3n. Ah\u00ed est\u00e1n, ojo avizor, atentos a la presencia policial, con sus mantas repletas de barato-barato, \u00a1zas!, un tir\u00f3n de cuerda y todo recogido; ah\u00ed andan, en cuclillas, los top-manta. La mayor\u00eda son subsaharianos y han pasado por un aut\u00e9ntico calvario hasta llegar al supuesto para\u00edso de las oportunidades. Con la precariedad existencial de saberse encerrables y expulsables en cualquier momento, sacan unos pocos euros al d\u00eda vendiendo CD y DVD piratas o bolsos y carteras con etiquetas de marca de renombre. Senegal\u00edes, s\u00fabditos\u00a0 de Costa de Marfil e hijos de otros pa\u00edses del \u00c1frica subsahariana, con la inhiesta dignidad de su negritud de dientes de marfil y de bolsillos vacios, pero coraz\u00f3n rebosante y excelentes maneras. Pocos saben que m\u00e1s de 600 han pasado ya por las c\u00e1rceles espa\u00f1olas simplemente por exhibir CD pirata en la v\u00eda p\u00fablica \u00a1no hace falta llegar a venderlos! \u00a0Casi todos ignoran que en Espa\u00f1a no pasa casi nada por vender originales de pornograf\u00eda a la puerta de un colegio, pero puede ser la ruina de una persona vender para subsistir una sola copia pirata (hasta 2 a\u00f1os de c\u00e1rcel efectiva). Las entidades de gesti\u00f3n de derechos de autor, como las de propiedad industrial, estrechamente vinculadas al Norte, han influido en las legislaciones y han amaestrado al\u00a0 sistema policial y judicial para que defienda eficazmente sus intereses a golpe de prisi\u00f3n. Tras su empe\u00f1o audaz por dejar los afectos, las ra\u00edces y la tierra para meterse en los bajos de un cami\u00f3n, embarcarse en una patera, o adentrarse en el pa\u00eds con un pasaporte de turista para tantear oportunidades que all\u00e1 no existen, aqu\u00ed les recibimos con la bienvenida al CIE o la c\u00e1rcel. \u00a0Y con todo, no nos enriquece su riqueza, sino su pobreza y su sencillez, su vitalismo, su bondad natural, su educaci\u00f3n y la capacidad para pronunciar las tres palabras proscritas en el Occidente desarrollado: \u201cpor favor\u201d, \u201cgracias\u201d y \u201cperd\u00f3n\u201d. Cristo siendo pobre nos enriqueci\u00f3 tambi\u00e9n con su pobreza no con su riqueza, reza el himno de los Filipenses. Su frescura y bonhom\u00eda son una aut\u00e9ntica buena noticia para un Occidente aburrido y vac\u00edo que ha sustituido los hijos por las mascotas y las relaciones personales por los golpes de rat\u00f3n. Los que van teniendo arraigo y prole se acercan por la parroquia y susurran al catequista: \u201cpor favor, cuide que no me salgan malcriados y malhablados y como muchos ni\u00f1os espa\u00f1oles que contestan e insultan a sus padres\u201d. La tercera Carta de Juan es corta y poco conocida. Se contraponen dos talantes bien diferentes. El uno, adusto e intolerante, quiere ser m\u00e1s que los otros y se mantiene cerrado a la novedad y a la hospitalidad. En efecto, Diotrefes es de los que \u201cpretenden controlar a todos y no acogen\u201d (3Jn 9) El otro, Demetrio, todo lo contrario. El primero escandaliza, seca los brotes verdes y divide, el segundo los hace germinar y aglutina.\u00a0Necesitamos m\u00e1s Demetrios y menos Diotrefes. La Iglesia tiene que empe\u00f1arse en testimoniar audazmente a Dios y no en adoctrinar y excluir. Por eso ha de esforzarse en mostrar el norte, en hacer de br\u00fajula para navegantes desorientados y renunciar a ser el plano detallado que diga a cada cual en cada momento exactamente por d\u00f3nde ir (eso lo hace muy bien el Google Map). Ah\u00ed es donde puede tener significatividad la Iglesia: en dar raz\u00f3n teologal y comprometida de la fe y de la esperanza. Jos\u00e9 Luis Segovia Bernab\u00e9<\/p>\n <\/p>\n Jos\u00e9 Luis Segovia Bernab\u00e9 Instituto Superior de Pastoral-UPSA Madrid \u00a0\u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO Jos\u00e9 Luis Segovia se acerca los signos de los tiempos (\u00bfbrotes verdes?), con una m\u00edstica de ojos abiertos, para escrutar el espesor de la realidad. Opta por una actitud prof\u00e9tica que no se deje enga\u00f1ar ni por mirar optimismos\u00a0 infundados, ni por […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1369,850,94],"tags":[],"class_list":["post-7595","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-398","category-jose-luis-segovia-bernabe","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7595","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7595"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7595\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7595"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7595"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7595"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nInstituto Superior de Pastoral-UPSA Madrid<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>\u00a0<\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nJos\u00e9 Luis Segovia se acerca los signos de los tiempos (\u00bfbrotes verdes?), con una m\u00edstica de ojos abiertos, para escrutar el espesor de la realidad. Opta por una actitud prof\u00e9tica que no se deje enga\u00f1ar ni por mirar optimismos\u00a0 infundados, ni por pesimismos esc\u00e9pticos. Hay razones para la esperanza. El autor ve con esperanza la presencia de muchos cristianos convencidos de su fe, \u00e9sta es una gran oportunidad para la Iglesia. Hoy la Iglesia est\u00e1 m\u00e1s repleta de buena gente que nunca. Continua, el autor, reconociendo una solidaridad indolora que nos aleja uno de otros. Nos hace falta m\u00e1s \u2018caridad pol\u00edtica\u2019. El mundo de la marginaci\u00f3n est\u00e1 repleto de ejemplos de bondad natural. Todav\u00eda hay quien apuesta por la acogida y la hospitalidad. S\u00f3lo una radical apertura al mundo y a los otros como lugar de Dios, desde el no poder, nos permitir\u00e1 en algunos casos detectar se\u00f1ales de la primavera de su presencia.
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\nNo hay otro lugar para descubrir la huella de Dios que la propia vida en su m\u00e1s amplia extensi\u00f3n. Para Dios no hay par\u00e9ntesis en la historia, ni zonas de sombra opacas a su providencia. Siempre escribe en presente continuo: el aqu\u00ed<\/em> y \u00a0ahora<\/em> es el tiempo de Dios, con su irrefrenable vocaci\u00f3n de futuro abierto. Por eso, en la b\u00fasqueda de \u201cbrotes verdes\u201d\u00a0 hemos de evitar tanto el riesgo de los falsos profetas -edulcorar un presente duro y bastante opaco a Dios y a cuanto humaniza la vida-\u00a0 como el de caer en un pesimismo existencial que nos torne esc\u00e9pticos y nos incapacite para ser portadores realistas<\/em> (porque cargamos con la dureza de la vida) de la Buena Nueva de Jesucristo. Este es, crucificado y resucitado (las dos cosas en \u00edntima comuni\u00f3n) y, en \u00faltimo t\u00e9rmino, nuestra Gran Esperanza<\/em>, la que siempre desborda y posibilita al tiempo nuestras realizaciones y nuestras peque\u00f1as esperanzas.
\nSabemos bien que, en esta b\u00fasqueda de se\u00f1ales de su Esp\u00edritu, \u201clo nuestro\u201d, a la postre, \u00a0no consiste en\u00a0otra cosa que dar Buenas Noticias de parte de Dios a quienes las reciben malas de parte de la vida,\u00a0 la injusticia y el sufrimiento. De ah\u00ed que, mirando \u201cdesde las bajuras\u201d, nos aprestemos a descubrir \u201cbrotes\u201d – la Gaudium et spes<\/em>los llama \u201csignos de los tiempos\u201d- que aseveren que lo del Reinado de Dios en la historia no es una frase hecha,\u00a0sino que nuestro Dios sigue dejando el rastro silente de sus huellas aunque nunca las imponga con evidencia incontestable. Quiz\u00e1 nos faltan ojos para detectarlas; de ah\u00ed la necesidad de una \u201cm\u00edstica de ojos abiertos,\u201d capaz de escrutar el horizonte, de ir m\u00e1s all\u00e1 de las apariencias y de bucear en \u201cel espesor de la realidad\u201d para descubrir en ella los brotes de una vida que se anuncia y que invita a creer y a esperar sin la profusi\u00f3n elocuente de se\u00f1ales que tanto nos asegurar\u00edan. \u00a0En esta b\u00fasqueda tan necesaria, se nos olvida, sin embargo, que es a la intemperie y en la desnudez de evidencias y se\u00f1ales donde se realiza el Reinado de Dios y donde se vive la experiencia m\u00e1s pura de la fe. Quiz\u00e1 porque es frecuente el olvido de que cuanto acontece en el mundo y en la humanidad tiene estatuto sagrado, o de que hay que unir m\u00e1s creaci\u00f3n y salvaci\u00f3n, Esp\u00edritu Santo y mundo secular. Es muy posible que por ello los pobres, los peque\u00f1os, los injusticiados -ajenos felizmente a estas cuitas teol\u00f3gicas- \u00a0est\u00e9n en una situaci\u00f3n privilegiada para barruntar con m\u00e1s claridad los signos que los sabios, entendidos y acomodados no aciertan a descubrir en la mara\u00f1a de sus debates acad\u00e9micos. No es casual que, mientras en Occidente nos entreten\u00edamos en preguntar (algunos incluso se empe\u00f1aban en contestar con precisi\u00f3n) nada menos que \u201cqu\u00e9 hacia Dios en Hait\u00ed\u201d, all\u00ed, sin m\u00e1s, se juntaban espont\u00e1neamente a la intemperie para rezar a Dios mientras se afanaban en desescombrar, enterrar, curar y tratar de sobrevivir.
\nNo estar\u00e1 de m\u00e1s, mientras buscamos desde abajo, estar prevenidos pues \u00a0\u201cvendr\u00e1n hombres burlones que dir\u00e1n con sarcasmo: \u00bfd\u00f3nde queda la gloriosa venida del Se\u00f1or? Ya han muerto nuestros padres y\u2026 \u00a1todo sigue igual!\u201d (2 Pe 3,4). Sin embargo, les contestaremos: \u201cCuando la higuera eche brotes, al verlo<\/em>\u2026 el reinado de Dios est\u00e1 cerca\u201d (Mt 21, 30-31). Note el lector que hemos puesto en cursiva algo que quiere destacar el evangelista: el hecho mismo de verlo es ya una se\u00f1al de la irrupci\u00f3n del reino de Dios. Tratar de \u201cverlo\u201d es parte del acto de fe mismo. \u00a0Entonces, quiz\u00e1 no todo siga igual y la historia humana -que es la \u00fanica que tenemos y en la que se desarrolla la historia de la salvaci\u00f3n- sea un lento y ascendente avance, repleto, eso s\u00ed, \u00a0de zigzags en dientes de sierra, hacia el sue\u00f1o de Dios. Si nos duelen los indudables retrocesos, es precisamente porque intuimos que hemos avanzado. Con sus ambig\u00fcedades, no hay m\u00e1s que contemplar, por ejemplo, los cambios en el papel social de la mujer, el reconocimiento de los derechos humanos de sucesivas generaciones (\u201cpiedra miliar en la historia de la civilizaci\u00f3n\u201d, los llam\u00f3 Juan Pablo II),\u00a0 el estatuto transnacional de los derechos del ni\u00f1o, la aspiraci\u00f3n a una justicia y a una paz planetarias o la preocupaci\u00f3n por \u201cla custodia de la creaci\u00f3n\u201d. Sin duda, aunque sea \u201cenlutada\u201d hay razones para la esperanza. Sin ella, como dec\u00eda P\u00e9guy, \u201ctodo ser\u00eda un cementerio\u201d.
\n <\/p>\n\n
\nA pesar de la que est\u00e1 cayendo dentro y fuera de ella, tengo para m\u00ed que estamos ante una de los mejores oportunidades en siglos para resultar realmente significativa y, sobre todo, para que la Iglesia haga \u201ccre\u00edble\u201d a Dios en un mundo bastante opaco a la trascendencia. Me explicar\u00e9. Salvada la Iglesia martirial de los primeros siglos, pocos momentos en la historia hemos tenido con \u00a0unos cristianos y cristianas tan libres y sinceramente convencidas de su fe como ahora. Los curas, religiosas y religiosos no seremos un dechado de virtudes, pero quienes hoy apuestan por estas formas de servicio eclesial pocas veces en la historia han tenido motivaciones tan claras, personalizadas y limpias. Los hermanos obispos podr\u00e1n ser de esta o de aquella manera, con unas u otras man\u00edas, \u00a0pero no se puede predicar de ellos lo que tantas veces en la historia: que son corruptos, mujeriegos o aspirantes permanentes al poder temporal. Por supuesto, como en todo colectivo humano, siempre habr\u00e1 excepciones. Pero pocas veces en tantos siglos ha dominado una l\u00ednea general tan saludable. Es verdad que existen diferentes sensibilidades eclesiales, formas diversas de espiritualidad\u00a0 y de encuadrarnos, a veces incluso contrarias. Convendr\u00e1 no olvidar que la diversidad no es un mal en s\u00ed misma. Las primeras comunidades cristianas eran mucho m\u00e1s plurales que la imagen monol\u00edtica que se nos ha transmitido de ellas. Pero m\u00e1s all\u00e1 de las man\u00edas y \u201cpedradas\u201d de cada cual, pocas veces en la historia ha habido tan buena gente como ahora en el seno de la Iglesia. Uno podr\u00e1 ser del Opus Dei y otro de Cristianos para el socialismo, con divergencias importantes en muchas cosas, pero pocos momentos ha habido donde se pueda poner tan poco en duda la buena fe, la fidelidad a las propias convicciones y las realizaciones de cada cual. Por otra parte, la realidad de la secularizaci\u00f3n y la deshumanizaci\u00f3n que el hambre y la injusticia producen se han ense\u00f1oreado tanto de todo, que pocos discuten hoy que los grandes retos para todos los creyentes son c\u00f3mo visibilizar a Dios y c\u00f3mo combatir lo que sume en la miseria y niega su sue\u00f1o sobre la humanidad. Y unos y otros hemos de reconocer con sencillez que hemos fracasado en ambos retos y\u00a0 que nadie tiene la receta completa, a juzgar por la humildad que nos van imponiendo los logros tan limitados de las distintas pastorales. De todos.
\nPodremos divergir en los an\u00e1lisis y en las estrategias, en los llamados modelos de Iglesia, en las mediaciones y en todo lo que se quiera, pero nadie discutir\u00e1 que es necesario poner en acto el papel humanizador del cristianismo para la vida de las \u00a0personas y para inyectar utop\u00eda y valores fuertes en la vida p\u00fablica. Felizmente, la \u201copci\u00f3n preferencial por los pobres\u201d ha pasado a formar parte del discurso oficial de la Iglesia y desde luego de su Doctrina Social, bastante desconocida, por otra parte, por el com\u00fan de los fieles de una y otra sensibilidad. Naturalmente, a todos nos falta coherencia con los elevados listones del evangelio; por eso, los pecados de la Iglesia no son tan diferentes de los que cometemos sus miembros. Con todo, \u00a0una Iglesia sensible al sufrimiento humano y a los pobres -m\u00e1s all\u00e1 de que el cura sea \u201ccalzado\u201d o \u201cdescalzo\u201d (o sea, vaya de clergyman o en vaqueros), pertenezca a la generaci\u00f3n del Concilio o a la de los que lo consideran poco m\u00e1s que un dato hist\u00f3rico del siglo pasado- ocupada en visibilizar la mano larga del Buen Dios y haciendo m\u00e1s vivible la dura existencia de los hombres y de las mujeres, es un pedazo de brote verde a festejar.
\nAl final, los excluidos no saben nada de nuestras untuosas \u201cdistinciones\u201d eclesi\u00e1sticas: no preguntan si quienes les dan calor y acogida son de los \u201ckikos\u201d o \u00a0de \u201cla parroquia\u201d o de uno u otro movimiento eclesial. En definitiva, con todos los \u201cpelajes\u201d que lucimos en esta Santa Madre Iglesia, a pesar de todos los pesares, hoy est\u00e1 m\u00e1s repleta de buena gente\u00a0 que nunca. Despu\u00e9s de la Sant\u00edsima Trinidad y su tradici\u00f3n, el mayor activo es su capital humano. Es\u00a0 verdad que a veces perdemos un poco el tiempo ocup\u00e1ndonos en disputas est\u00e9riles y en responder \u00a0a lo que no nos ha preguntado nadie, o en acentuar tanto la moral que oscurecemos la salvaci\u00f3n, pero en todo caso la calidad humana y cristiana de sus miembros \u00a0luce como pocas veces en la historia. Con todas sus evidentes debilidades y miserias, con sus resistencias a quedar a la intemperie sin el abrigo del poder, es no obstante un aut\u00e9ntico \u201cbrote verde\u201d. \u00a0Esto, lejos de constituir una invitaci\u00f3n a un triunfalismo ajeno a los datos, es un acicate para asumir el pluralismo, incentivar el di\u00e1logo sincero\u00a0 al interior de la misma e invitar a la jerarqu\u00eda a ejercer la funci\u00f3n pontifical (hacer de puente entre unos y otros). \u00a0Juan Pablo II cuando se empez\u00f3 la construcci\u00f3n del Muro en Palestina clam\u00f3: \u201cNecesitamos m\u00e1s puentes y menos muros\u201d. A tender puentes ayudar\u00e1 \u00a0relativizar lo\u00a0relativo (\u00a1bendito sentido del humor!) y a acentuar lo \u00fanico relevante: dar raz\u00f3n teologal y experiencial de la fe, la esperanza y la caridad. \u00a0Esta es la mejor forma de poner en acto todo lo que cada cual ha trabajado. Sumado, y no restado, es mucho m\u00e1s de lo que imaginamos acumulando el esfuerzo de tantas generaciones de \u201ccalzados\u201d y \u201cdescalzos\u201d desde las m\u00e1s variadas trincheras, carismas y singularidades. \u00a0De otro modo, \u201cechar\u00edamos a perder lo que\u00a0 se ha trabajado\u201d,\u00a0 traicionar\u00edamos el \u201cser uno para que el mundo crea\u201d y tirar\u00edamos por tierra el trabajo de todos. \u201cNo actu\u00e9is como ni\u00f1os en vuestra manera de juzgar\u201d (1 Cor 14,20), \u201cdejad de criticaros los unos a los otros\u201d\u00a0 (Rom 14, 13), \u201cno habl\u00e9is mal unos de otros\u201d (Sant 4,11) y \u201cacoger sin entrar en disputas sobre los modos de pensar\u201d (Rom 14,1) pueden ser \u00f3ptimos caminos. Adem\u00e1s, para ser se\u00f1al de esperanza, habremos de saber situarnos serena y naturalmente en una sociedad abierta y plural como quien sirve, evitando en nuestra carta de presentaci\u00f3n dar la impresi\u00f3n de defender \u201cintereses corporativos\u201d. \u00a0Por el contrario, lo que resulta significativo a un mundo opaco a la gratuidad es el defender antes los derechos ajenos que los propios o jugarse los propios en la defensa de los dem\u00e1s. As\u00ed se cumplir\u00eda aquel \u201cportaos dignamente entre los no creyentes, para que vuestro comportamiento desmienta a quienes os calumnian\u201d (1 Pe 2,12), pues\u00a0 \u201cal hacer el bien tap\u00e1is la boca a ignorantes e insensatos\u201d (1Pe 2, 15). Pero, por encima de todo, \u00a0el remedio seguro para hacer florecer con intensidad este \u201cbrote verde\u201d quiz\u00e1 sea seguir todos el consejo del autor del Apocalipsis a la Iglesia de \u00c9feso: \u201cvuelve al Amor primero\u201d (Ap 2,5).
\n\u00a0<\/strong><\/p>\n\n
\nAs\u00ed, ahora, frente a los \u201cuniversales\u201d nos entumecemos con el abuso de las \u201cclasificaciones\u201d que particularizan (sin personalizar) \u00a0y los \u201cprotocolos\u201d que formalizan (sin materializar la respuesta). De esta manera, empezamos a dividir a la gente en comunitaria y extracomunitaria, con papeles y sin papeles\u2026 y los nuestros, o sea los \u201cnos-otros\u201d, acaban siendo simplemente los \u201cotros\u201d desapegados del \u201cnos\u201d que nos aglutina. Y as\u00ed concluimos teorizando, como un tal Jakobs (lo peor es que con cierta fortuna), entre personas y no-personas. De este modo, el sufrimiento del otro me interpela no desde su rostro concreto de hermano o hermana, sino desde el lugar en el que le tengo previamente clasificado \u00a0como dato inocuo y desde el que modulo a conveniencia la respuesta. Nada que ver con eso de que todo el mundo es mi pr\u00f3jimo, incluso, como recuerda Benedicto XVI enDeus Caritas est<\/em>, \u201chasta el que me encuentro por casualidad\u201d.
\nTodo esto ha adormecido la solidaridad -que siempre ha sido la virtud sospechosa de los d\u00e9biles- y ha sustituido su valor fuerte por formas indoloras y desimplicadas, que muchas veces buscan m\u00e1s la realizaci\u00f3n personal que el bien del pr\u00f3jimo. Todo esto tiene bastante que ver con el individualismo y con el haber perdido bastante la visi\u00f3n \u201cpol\u00edtica\u201d de la realidad. \u201cCaridad pol\u00edtica\u201d dec\u00eda con fortuna P\u00edo XI para referirse precisamente a aquello capaz de universalizar la suma de las buenas voluntades en dimensiones que despu\u00e9s llamar\u00edamos estructurales.
\nSin embargo, a pesar de la muerte aparente de los valores fuertes, la gente sigue siendo buena. No puede ser de otro modo: los seres humanos tienen -tenemos, todos- m\u00e1s de hijos de Dios que del demonio. Por tanto, la bondad constitutiva, al menos en cristiano, est\u00e1 fuera de toda duda. Eso nos hace afirmar la vigencia de un atributo inherente a la dignidad humana: la perfectibilidad, la capacidad de sacar lo mejor de nosotros mismos y mejorar. Lo cual no nos hace ciegos ante personas, a veces, tan profundamente \u201cequivocadas\u201d. No deja de llamar la atenci\u00f3n c\u00f3mo afronta el justo m\u00e1s justo, la actitud cruel del verdugo m\u00e1s verdugo: \u201cPadre, perd\u00f3nalos porqueno saben<\/em> lo que hacen\u201d (Lc 23,34). El error, la ignorancia, m\u00e1s que el pecado. Por eso, se combate m\u00e1s con \u201cla verdad en la caridad\u201d que con la moralina, m\u00e1s con la coherencia que con el magisterio: ninguna catequesis m\u00e1s elocuente acerca del amor efectivo y concreto al enemigo y el perd\u00f3n que ver al difunto \u00a0Juan Pablo II\u00a0 visitando y charlando en la celda de la prisi\u00f3n con su fallido asesino.
\nEl mundo de la marginaci\u00f3n est\u00e1 repleto de ejemplos de bondad natural. Nos ayuda a entender que la fraternidad no est\u00e1 muerta, s\u00f3lo en ocasiones est\u00e1 dormida. Por eso, acercarse a \u00e9l es asegurarse un despertador permanente de los h\u00e1bitos del coraz\u00f3n que tienden a adormilarse por nuestras locas prisas cotidianas. Aproximarse al \u00e1mbito de la exclusi\u00f3n es \u00a0ponerse bajo el paraguas seguro de valores por doquier. Naturalmente sin idealizar, porque los pobres por ser tales no tienen garantizado el marchamo de la santidad, aunque s\u00ed tengan el privilegio de ser los predilectos de Dios y singulares reveladores de partes de verdad oculta en otros \u00e1mbitos.
\nSe podr\u00edan multiplicar los ejemplos, pero es una fortuna tener un pie metido en estas realidades porque te permite la relaci\u00f3n con unos seres humanos con una calidad impresionante y, en bastantes casos, con unos creyentes solidarios del tama\u00f1o de un elefante. Muchos, la mayor\u00eda, son ciudadanos an\u00f3nimos que sufren en silencio, pero que, al mismo tiempo, hacen m\u00e1s llevadera la vida del pr\u00f3jimo. Como Amaya, la mujer gitana con 5 hijos, abandonada por el marido, que se hace cargo con gusto de los tres de la vecina a la que se le quema la chabola \u201cporque Dios no ha de faltar\u201d, o Mar\u00eda que ha criado a sus hijos \u00a0-que andan des-pistados- y despu\u00e9s con primor a sus nietos -\u00a1a los 80 a\u00f1os!-, y ello mientras atiende a su marido que agoniza, segura de que \u201ceso es lo que hay que hacer y se hace con dolor, pero con gusto\u201d. O pueblos del Tercer Mundo, como Senegal, que se ofrecen por boca de su Presidente, Abdoulaye Wade, a acoger \u201ca los haitianos que sea preciso\u201d, dispuesto a crear una sexta regi\u00f3n nacional\u2026
\nUna clave para despertar del letargo es \u00a0poner rostro. El rostro concreto del otro sigue siendo un eco interpelante y direct\u00edsimo del mism\u00edsimo Misterio de Dios. Cuando el juez mira a la cara al acusado le ve de otro modo, cuando \u00e9ste se atreve a mirar a su v\u00edctima y le pide sinceramente perd\u00f3n se produce un aut\u00e9ntico ben\u00e9fico se\u00edsmo interior. Como el de hace unas semanas, cuando aquella mujer a la que un mozalbete desarraigado le ha robado el bolso y la ha arrastrado caus\u00e1ndole lesiones que la han mantenido de baja durante varios d\u00edas, pero, cuando se presenta el mediador comunitario con el bolso, la documentaci\u00f3n \u00a0y las disculpas del chaval, le falta tiempo para querer quitar la denuncia y hasta est\u00e1 dispuesta a darle clases en el polideportivo para que no siga haciendo\u00a0 fechor\u00edas: \u201cyo fui atleta de joven\u201d, dice muy ufana, y \u201cese cr\u00edo braceaba muy bien cuando se dio a la fuga\u201d, se\u00f1ala con un punto de admiraci\u00f3n. La vida est\u00e1 llena de historias sencillas y an\u00f3nimas en las que se pone en acto la solidaridad y el perd\u00f3n a veces de manera peque\u00f1a y discreta y otras de modo m\u00e1s inusual. En todo caso, constituyen indudables brotes de primavera humana.
\nEn medio de la dormici\u00f3n de valores como la acogida y la solidaridad, uno de los \u201cbrotes verdes\u201d m\u00e1s espectaculares lo constituyen todos los actores que desde distintos \u00e1mbitos, act\u00faan sin\u00e9rgicamente para hacer el planeta m\u00e1s vivible. Foros sociales, nuevos movimientos en defensa de los DDHH y el medio ambiente, ONG y alternativas de todo signo (\u201cotro Derecho penal\u201d, \u201cotra econom\u00eda\u201d, \u201cotro desarrollo\u201d son posibles) constituyen un desaf\u00edo permanente al sistema, obligado a incorporar t\u00e9rminos como \u201cGobernanza\u201d que se refiere a muchos m\u00e1s sujetos que al Estado y a sus ciudadanos. Al mismo tiempo, mientras se levantan muros y se pone \u201cconcertina\u201d (as\u00ed se llama el \u00faltimo modelo de alambre de espino, m\u00e1s hiriente pero de producci\u00f3n m\u00e1s barata), son los ciudadanos de a pie los que est\u00e1n abriendo en el economicismo rampante una brecha impresionante. Qu\u00e9 imponente tallo verde es el de los que, contra toda l\u00f3gica excluyente y localista, apuestan por la acogida y la hospitalidad. Es un aut\u00e9ntico vergel en primer alinea -con mucha buena gente de Iglesia-, acogiendo, cuidando y curando a las personas \u201csin papeles\u201d, luchando contra la ley de extranjer\u00eda, volc\u00e1ndose abnegadamente con ellos desde la tarea silenciosa de las delegaciones de migraciones de las di\u00f3cesis o desde movimientos e Instituciones con m\u00e1s impacto medi\u00e1tico, todos de consuno apostando por los perdedores y aplicando sin m\u00e1s el \u00a0\u201cPracticad de buen grado unos con otros la hospitalidad\u201d (1 Pe 4,9). Las migraciones, adem\u00e1s de constituir la \u201cprueba del algod\u00f3n\u201d de la coherencia de nuestra fe, nos van a devolver -a nuestro pesar a veces- la significatividad del evangelio y lo que significa ser mal vistos y perseguidos por su causa. Y en esto felizmente no hay fisuras: \u201ccalzados\u201d y \u201cdescalzos\u201d, los unos y las otras, codo con codo, empe\u00f1ados en hacer de la Iglesia un lugar y hogar com\u00fan en el que \u201cse pueda seguir esperando\u201d. As\u00ed, un mundo sin barreras -aut\u00e9nticamente \u201ccat\u00f3lico\u201d- lo est\u00e1n haciendo gestar quienes comparten su casa con inmigrantes, los que la han abierto a la acogida de ni\u00f1os con problemas, a menores no acompa\u00f1ados o a exreclusos; todos los que \u201cgracias a la hospitalidad, acogieron, sin saberlo, a \u00e1ngeles\u201d (Hebr 13, 2). Aquellas magn\u00edficas personas que, en suma, despiertan esa fraternidad dormida y nos muestran que su casa es una puerta abierta al mundo, porque \u201cel mundo es la casa de quienes carecen de ella\u00bb (Sahrazad).
\n <\/p>\n\n
\nAdem\u00e1s de ellos, pobres forzosos, hay tambi\u00e9n entre los nuestros los que \u201celigen ser pobres\u201d y, con pocos medios, mucha vulnerabilidad y mucho riesgo, lo comparten todo en cualquier parte de la tierra. Son testigos de esperanza que salpican a la condici\u00f3n humana dignidad a espuertas. Volvemos a la tragedia que estas semanas tenemos todos en la cabeza y en el coraz\u00f3n: Hait\u00ed. Los bomberos madrile\u00f1os colgaban una pancarta en uno de sus parques: \u201c\u00bfPor qu\u00e9 no estamos en Hait\u00ed?\u201d No deja de ser bonito que la queja se refiera a la solidaridad para con otros. Sanitarios y servicios de emergencia de todo el Estado se han aprestado a acudir al lugar de la tragedia y \u00a0a poner los conocimientos y las personas al servicio de minimizar en lo posible el sufrimiento ajeno. Todos han tenido importantes listas de espera para estos servicios voluntarios. Desde luego, es digno de encomio. Cierto es que el aut\u00e9ntico testimonio de esperanza es el del pueblo que no sucumbe ante la corrupci\u00f3n de sucesivos gobiernos y la hist\u00f3rica depredaci\u00f3n internacional. Sin embargo, me quedo con el impactante comentario de un m\u00e9dico, jefe de departamento \u00a0del Samur, cuando refiri\u00e9ndose a determinadas personas las calificaba en un blog de \u201caut\u00e9nticos \u00e1ngele
\ns que resuelven todos los problemas\u00bb. Unos discutiendo si \u00e1ngeles o demonios, otros si existen o no, y unos terceros, bien cerquita del sufrimiento humano lo ten\u00edan clar\u00edsimo: \u201cnos levantaban el \u00e1nimo a nosotros mismos cuando flaque\u00e1bamos\u201d. No ten\u00edan alas, no, eran las Hijas de la Caridad. Las que estaban all\u00ed desde hace mucho m\u00e1s tiempo que llegaran los terremotos y las TV, las que siguen all\u00ed y las que no se mover\u00e1n a la vera del dolor cuando todos los modernos servicios de emergencia internacionales se hayan retirado. Sin palabras, sin declaraciones, estos \u00e1ngeles son la expresi\u00f3n m\u00e1s elocuente de que la humanidad merece la pena y de que se puede creer en el ser humano. Con su silenciosa generosidad, desde la distancia, estas \u201cluces de esperanza\u201d nos hacen mejores a todos\u00a0 y nos \u201cofrecen orientaci\u00f3n para la traves\u00eda\u201d (Spe salvi<\/em>). Sin duda, la Iglesia tiene en estas embajadoras de la caridad, que personifican a much\u00edsimos m\u00e1s, a aut\u00e9nticos \u00e1ngeles capaces de interpelar -y de animar- a creyentes y a no creyentes con el sublime ejemplo de su amor al pr\u00f3jimo.\u00a0 Al final,\u00a0 la caridad y el cari\u00f1o son el pasaporte de validez universal con el que poder entrar en el coraz\u00f3n de las personas. Es un aut\u00e9ntico s\u00edmbolo que \u201cda que pensar\u201d e interroga acerca de la fuerza de las convicciones que les mueven. Son, sin duda, un potente \u00a0altoparlante de Dios desde su silencio solidario que s\u00f3lo deja hablar al amor. Los heridos de la vida, cuando sacan fuerzas de flaqueza, y quienes, desde sus propias heridas, alivian las del pr\u00f3jimo son toda una se\u00f1al sanante, un aut\u00e9ntico brote de \u201ccuralotodo\u201d.
\n <\/p>\n\n
\nS\u00f3lo una radical apertura al mundo y a los otros como lugar de Dios, desde el no poder, nos permitir\u00e1 en algunos casos detectar se\u00f1ales de la primavera de su presencia. En otros tocar\u00e1 creer, esperar y amar sin aguardar una excesiva profusi\u00f3n de signos claros. El Reino es como la \u00ednfima semilla de mostaza.\u00a0 Crece con la calidad y la coherencia no con la cantidad. La pregunta por la raz\u00f3n que mueve a los mejores de los nuestros a ser extremadamente generosos, prol\u00edficamente hospitalarios, tenazmente orantes, tercamente pac\u00edficos\u2026 s\u00f3lo se contesta desde su referente existencial al Absoluto de Dios. El ejemplo de tantas personas que lo visibilizan y de la misma Iglesia -si aprovecha \u201csu mejor momento\u201d-\u00a0 ser\u00e1\u00a0 el\u00a0 m\u00e1s evidente tallo verde del Reino que, incluso en medio de las \u00a0compactas rocas de granito, nadie sabe muy bien c\u00f3mo, hace germinar, a empellones, flores nuevas cada primavera.<\/p>\n\n
\n<\/em>A Kike del Cerro Giner OSB, <\/em>brote verde y fraternal compa\u00f1ero de singladura.<\/em><\/li>\n<\/ul>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"