{"id":7597,"date":"2010-01-01T00:00:18","date_gmt":"2009-12-31T22:00:18","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7597"},"modified":"2010-01-01T00:00:18","modified_gmt":"2009-12-31T22:00:18","slug":"cine-jovenes-misterios","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/cine-jovenes-misterios\/","title":{"rendered":"Cine, J\u00f3venes, misterios"},"content":{"rendered":"
Jes\u00fas Villegas<\/strong> Jes\u00fas Villegas Lleg\u00f3 con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Amor, muerte y vida son las tres heridas con que todo ser humano nace. Heridas que ni cicatrizan ni dejan jam\u00e1s de supurar interrogantes. Bajo su estigma venimos al mundo y, a la vez que propician […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[66,1352,94],"tags":[],"class_list":["post-7597","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-jesus-villegas","category-materiales-396_397","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7597","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7597"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7597\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7597"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7597"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7597"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nLleg\u00f3 con tres heridas:
\nla del amor,
\nla de la muerte,
\nla de la vida.
\n
\nAmor, muerte y vida son las tres heridas con que todo ser humano nace. Heridas que ni cicatrizan ni dejan jam\u00e1s de supurar interrogantes. Bajo su estigma venimos al mundo y, a la vez que propician dolor y goce, su luz reviste de milagro la existencia humana. Heridas que son sed y que son agua; enigmas hasta tal punto irresolubles que se elevan a la condici\u00f3n de misterios esenciales.
\nTomaremos como fuente de inspiraci\u00f3n estos versos de Miguel Hern\u00e1ndez para reflexionar a lo largo de unas cuantas p\u00e1ginas sobre un tema cuanto menos sugerente: c\u00f3mo aparece en el cine m\u00e1s reciente protagonizado por j\u00f3venes la cuesti\u00f3n del misterio proyectada sobre esos tres \u00e1mbitos que el poeta reconoc\u00eda, la vida y su sentido, la muerte y el amor en su m\u00e1s amplia significaci\u00f3n.
\nUn par de advertencias: hemos revisado una veintena de pel\u00edculas para elaborar este art\u00edculo. Por tanto, se tratar\u00e1 siempre de apreciaciones parciales extra\u00eddas de un n\u00famero limitado de obras. A pesar de ello, creemos que algunas conclusiones son extrapolables a muchas otras producciones y, lo que puede resultar m\u00e1s interesante, a la propia vivencia del misterio por parte de los j\u00f3venes actuales. Aventuraremos tesis, pues, que requerir\u00edan el refuerzo de otros discursos audiovisuales para resultar irrebatibles, pero, a pesar de su car\u00e1cter sesgado y su falta de firmeza, pueden funcionar como hip\u00f3tesis para el pensamiento.
\nPor otro lado, a veces hemos abordado algunas pel\u00edculas no protagonizadas por j\u00f3venes para corroborar alguna de nuestras conclusiones. Se nos perdonar\u00e1 esta inocente licencia, que solo de muestra la universalidad de los asuntos tratados, m\u00e1s all\u00e1 de edades. Adem\u00e1s, hemos a\u00f1adido al tri\u00e1ngulo propuesto por el poeta el otro gran misterio, ese que para los creyentes recubre todos los dem\u00e1s, el de la divinidad, en un \u00faltimo apartado que tiene mucho de esbozo para pr\u00f3ximos acercamientos.
\nPor si resulta de inter\u00e9s, enumero antes de empezar las pel\u00edculas de referencia. Hubiera querido ver Afterschool, Trash, Petit Indi, V.O.S. <\/em><\/strong>yAdam<\/em><\/strong>, pero los caprichos de la distribuci\u00f3n me han impedido visionarlas. Algunos de los t\u00edtulos que cito luego no han tenido acomodo en el estudio por diversos motivos; no obstante, los incluyo como recomendaciones para el curioso. Sobre todo invito a revisar a la luz de lo que aqu\u00ed exponga Despedidas <\/em>yTres d\u00edas con la familia<\/em>:
\nAdventureland, After, \u00c1gora, Castillos de cart\u00f3n, Despedidas, G\u00e9nova, El juego del ahorcado, Hazme re\u00edr, \u00a1Me ha ca\u00eddo el muerto!, Pagafantas,\u00a0 Secret sunshine, Superca\u00f1eras, Superfumados, Paranoid Park, Te quiero, t\u00edo, Tres d\u00edas con la familia, Virgen a los 40, XXY, 500 d\u00edas juntos\u00a0<\/em>
\n
\nEL MISTERIO DEL SENTIDO DE LA VIDA<\/strong>
\nImaginad un p\u00e1jaro silvestre que ha entrado en las estancias de una casa. Unos ni\u00f1os lo ven, lo persiguen Escapa y se refugia en una sala abandonada. Esa sala tiene un enorme ventanal. El ave, enga\u00f1ada por la transparencia del vidrio de la ventana, intenta huir de su prisi\u00f3n: para ello, vuela con todas sus fuerzas hacia el exterior, pero se estrella contra el cristal, ilusoria promesa del cielo. Una y otra vez, el pobre animal repite esa escaramuza tr\u00e1gica, hasta que, malherido, cae en el suelo y agoniza, tras dejar un rastro sanguinolento…
\nEste episodio lo cuenta de una forma sublime Juan Ram\u00f3n en uno de susSonetos espirituales<\/em>
\n\u00a0<\/em>
\n\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/em>Se entr\u00f3 mi coraz\u00f3n en esta nada,
\ncomo aquel pajarillo, que volando
\nde los ni\u00f1os, se entr\u00f3, ciego y temblando,
\nen la sombr\u00eda sala abandonada.
\nDe cuando en cuando, intenta una escapada
\na lo infinito, que lo est\u00e1 enga\u00f1ando
\npor su ilusi\u00f3n; duda, y se va, piando,
\ndel vidrio a la mentira iluminada.
\nPero tropieza contra el bajo cielo
\nuna vez y otra vez, y por la sala
\ndeja, pegada y rota, la cabeza\u2026
\nEn un rinc\u00f3n se cae, al fin, sin vuelo,
\nahog\u00e1ndose de sangre, fr\u00eda el ala,
\npalpitando de anhelo y de torpeza.
\n
\nUn lector sensible se habr\u00e1 dado cuenta de que tal p\u00e1jaro no es un p\u00e1jaro real, sino un s\u00edmbolo. El autor identifica esta criatura alada con su propio coraz\u00f3n desde el primer verso. Y, quien dice coraz\u00f3n, dice conciencia, mundo interior o, quiz\u00e1s, alma. A lo largo del poema Juan Ram\u00f3n disemina claves que orientan estas palabras hacia una lectura trascendente: si el pajarillo es el coraz\u00f3n, la \u201csombr\u00eda sala abandonada\u201d es el vac\u00edo (\u201cesta nada\u201d dice nada m\u00e1s comenzar) que a veces nos atenaza en medio de la vida. Subrayemos que el poeta postula que, ante la sensaci\u00f3n de falta de sentido, ante la nada, los intentos de huida de ese angustioso encerramiento pretenden \u201cuna escapada a lo infinito\u201d. La alternativa a la sala cerrada, a la angustia existencial, es, pues, el cielo, la superaci\u00f3n de la inmanencia.
\nTenemos, pues, a un ser humano ag\u00f3nico, en lucha, que aspira al cielo, a lo que nos ensalza. Juan Ram\u00f3n, sin embargo, insin\u00faa con desolaci\u00f3n que a veces esta tentativa ascendente, est\u00e1 b\u00fasqueda de lo que queda m\u00e1s all\u00e1 (\u00bfbelleza, verdad, esencia, Dios?: ante todo, sentido) resulta frustrada: el vidrio es \u201cmentira iluminada\u201d que \u201cest\u00e1 enga\u00f1ando con su ilusi\u00f3n\u201d al pajarillo; el vidrio, adem\u00e1s, constituye un \u201cbajo cielo\u201d con el que tropezar, opuesto a ese infinito inalcanzable. El desenlace acent\u00faa a\u00fan m\u00e1s el contenido metaf\u00edsico de la composici\u00f3n: el p\u00e1jaro, con la cabeza \u201cpegada y rota\u201d, cae. No es gratuita la descorazonadora imagen de la cabeza destrozada del animalillo, pues, como metonimia de la inteligencia, nos revela que en parte la frustraci\u00f3n de esta aventura en pos del sentido quiz\u00e1s se deba a haber depositado ah\u00ed, en nuestra dimensi\u00f3n racional, una fe en el sentido f\u00e1cil de desmontar cuando se asienta en meras elucubraciones mentales.
\nMe conmueven especialmente las \u00faltimas palabras de este genial soneto. El pajarillo yace \u201csin vuelo\u201d, \u201cfr\u00eda el ala\u201d. La imposibilidad para llegar desde una realidad visible a una realidad invisible donde se haga posible el sue\u00f1o humano de trascender su propia limitaci\u00f3n material se plasma en esas dos rotundas formas de negaci\u00f3n de lo a\u00e9reo (falta de vuelo, ala inerte), por consiguiente, de negaci\u00f3n de lo espiritual. Pero donde el poema alcanza su m\u00e1xima expresividad es en el verso final: porque el pajarillo mantiene un hilo de vida que le permite seguir ansiando ese reino de lo inmortal. Por eso, con sobrecogedora intensidad, se nos dice que sobre el suelo se ahoga \u201cpalpitando de anhelo y de torpeza\u201d: anhelo de m\u00e1s all\u00e1 que se resuelve en desoladora torpeza al haberse estrellado esa aspiraci\u00f3n con el puro y duro \u201cm\u00e1s ac\u00e1\u201d\u2026
\nDejemos la poes\u00eda y pasemos a la prosa. El cine actual protagonizado por j\u00f3venes en gran medida transforma esta portentosa creaci\u00f3n imaginaria en relatos de personajes encerrados tambi\u00e9n en habitaciones sin salida. Pero en nuestro mundo parece que los intentos de huida no se dirigen hacia lo infinito: esa es la gran carencia, la clave de la relectura en prosa del s\u00edmbolo juanramoniano. Se ha bloqueado esta posibilidad de escapatoria metaf\u00edsica, sin que se disponga de otro lugar con sentido al que huir. No hay anhelo palpitante de m\u00e1s all\u00e1 ni soluci\u00f3n apuntada en el m\u00e1s ac\u00e1, pero s\u00ed mucha insatisfacci\u00f3n y, lo que es peor, una destructiva torpeza a la hora de generar alternativas. Siguiendo con la imagen, los \u201cj\u00f3venes-p\u00e1jaro\u201d de pel\u00edcula revolotean perdidos en el interior de una sala luminosa y casi ed\u00e9nica, la que acotan las cuatro paredes de nuestras sociedades hiperdesarrolladas, mientras se estrellan una y otra vez contra todos aquellos espejismos de plenitud que amueblan la vida: para\u00edsos artificiales, placeres vacuos, lujos materiales\u2026 Son otras formas de \u201cbajo cielo\u201d, con el agravante de que ni siquiera se molestan en enga\u00f1ar con promesas de infinito. Es todo finito y bien finito\u2026 Pero todo, a la vez, resulta insuficiente para satisfacer a criaturas aladas como los seres humanos\u2026
\nAfter <\/em><\/strong>me parece una pel\u00edcula capital para comprender el alcance del poema de Juan Ram\u00f3n rele\u00eddo m\u00e1s de noventa a\u00f1os despu\u00e9s. Tres amigos de la adolescencia que rondan la cuarentena, dos hombres y una mujer, quedan una noche para salir de fiesta. Las horas de desmadre, aderezadas con drogas, alcohol y sexo, no logran silenciar el malestar existencial de cada uno de ellos. Como esa noche se nos va a contar tres veces, en cada ocasi\u00f3n desde el punto de vista de uno de los personajes, comprobaremos que estas criaturas se mueven por la gran sala del mundo como el p\u00e1jaro del soneto, con urgencia por salir del lugar que habitan hacia otro sitio mejor. Desazonados, revolotean de una forma que no es nada m\u00e1s que anticipo de una ca\u00edda. Resulta significativo que uno de los motivos de la pel\u00edcula sea la imagen de cada uno de ellos en medio de una discoteca, saltando por encima de la masa. La puesta en escena de esta acci\u00f3n adquiere connotaciones simb\u00f3licas indudables: la cabeza del personaje entra en plano por el l\u00edmite inferior del cuadro, en c\u00e1mara lenta, iluminada de forma violenta; el rostro, casi en \u00e9xtasis, sudoroso, aparece y, a los pocos segundos, desaparece de nuevo por donde irrumpi\u00f3, pues el descenso inevitable lo destierra de esa enga\u00f1osa levedad flotante. Ascienden a fuerza de experiencias l\u00edmite, de \u201csubidones\u201d, de excitaci\u00f3n, pero caen m\u00e1s al fondo tras cada intento porque no hay aleteo, sino salto; no hay persecuci\u00f3n de infinito: solo una insaciable voluntad de desprenderse de un yo sobre todo emocionalmente frustrado.
\nTodo un s\u00edntoma este intentar saciar enfermedades del alma con excesos del cuerpo. P\u00e1jaros que se arrastran cuando necesitan volar. P\u00e1jaros que buscan entre cuatro paredes lo que queda fuera. Sobredosis de fisicidad ante la torpeza para gestionar el mundo interior. Escapar porque no se sabe ser; solipsismo ante el miedo a la relaci\u00f3n de fondo con el otro; perpetuarse en un presente continuo porque no hay horizonte.
\nAfter <\/em><\/strong>es la cr\u00f3nica de todos aquellos que han alcanzado un estatus econ\u00f3mico, una posici\u00f3n social acomodada, un bienestar que no se corresponde con la plenitud vital. Los tres protagonistas carecen de algo innombrable y pretenden reemplazarlo con la amnesia, el delirio, el orgasmo, la adrenalina\u2026 Ning\u00fan director actual se atrever\u00eda a apelar a un vac\u00edo de orden espiritual, a una falta de sentido trascendente, y la pel\u00edcula testimonia, sin m\u00e1s, que a veces tenerlo todo y no saber gestionar los propios sentimientos nos acerca m\u00e1s r\u00e1pido al despe\u00f1adero de la nada. Pero el hueco mencionado, la aniquilante sensaci\u00f3n de fracaso de estas vidas yermas reclama la necesidad de una reestructuraci\u00f3n interior, en la que, junto a sinceridad y reencuentro con uno mismo, enriquecimiento de las relaciones con el otro, asunci\u00f3n de responsabilidades, madurez, compromiso, quiz\u00e1s quepa tambi\u00e9n, pura y llanamente, algo de Luz, de apertura al Misterio.
\nNoventa a\u00f1os despu\u00e9s de Juan Ram\u00f3n Jim\u00e9nez, Pereza <\/strong>expresaba a su manera en su disco Animales<\/em> esa \u201ccarencia de algo\u201d sin identificar que detectamos en los personajes de After. <\/em><\/strong>Nos referimos a la canci\u00f3n Matar al cartero:<\/strong><\/em>
\nLlevo mucho tiempo fuera de m\u00ed,
\nperdido y como si no tuviera alma,
\nhaciendo el perro por los bares,
\nperdiendo el hilo,
\npidiendo a gritos un poco de calma.
\n[\u2026]
\nNada es suficiente y no se por qu\u00e9
\nme falta algo, y no se qu\u00e9.
\nTengo de todo, dentro de un orden,
\npero en el fondo nada que importe
\n[\u2026]
\nY cada vez m\u00e1s solo y m\u00e1s pellejo,
\ndos d\u00edas triste, dos d\u00edas pedo,
\nno llegan cartas desde hace tiempo,
\ncreo que voy a matar al cartero.
\n[\u2026]
\nY yo bebiendo, fumando,
\nme voy elevando,
\nperdi\u00e9ndome un rato, buscando algo,
\nperdon\u00e1ndome el no volar
\nporque bailando y so\u00f1ando vamos tirando.
\nLa canci\u00f3n no admite r\u00e9plicas. Otra vez se sustituye la falta de vuelo con un elevarse a fuerza de sensaciones (\u201cbebiendo, fumando\u201d); de nuevo se denuncia el tener de todo, \u201cpero en el fondo nada que importe\u201d. Podr\u00edamos incorporar esta letra a la banda sonora de After, sin duda. Y puede que a la banda sonora de toda una generaci\u00f3n.
\nUn detalle m\u00e1s: frente a la angustiosa desaz\u00f3n metaf\u00edsica del soneto de Juan Ram\u00f3n, en que el anhelo y la b\u00fasqueda de m\u00e1s all\u00e1 se saldaba con un fracaso heroico (el del que quiere sobrepasar lo visible, trascender, y no puede), la canci\u00f3n de Pereza se conforma con un \u201cperdonarse el no volar\u201d, con un \u201cir tirando\u201d, tan esc\u00e9ptico, acomodaticio y materialista como descarnadamente sincero.
\nSi no llegan cartas, es decir,\u00a0 si no nos llegan noticias desde m\u00e1s all\u00e1, desde ese lugar sin espacio donde se fragua el sentido, quiz\u00e1s la mejor soluci\u00f3n sea matar al cartero (\u00bfal Cartero?). Resignados a vivir entre cuatro paredes, sin ventanas por las que nos lleguen vislumbres de los esencial, sin puertas a las que acudan emisarios de lo que nos supera\u2026
\n
\nEL MISTERIO DE LA MUERTE<\/strong>
\nEn G\u00e9nova Michel Winterbotton somete a sus tres protagonistas, un padre y sus dos hijas (una ni\u00f1a y una joven), a la traum\u00e1tica experiencia de la p\u00e9rdida de \u00a0un ser querido, la madre, en este caso. Esta muere en un desgraciado accidente de tr\u00e1fico provocado por la peque\u00f1a a consecuencia de sus juegos. Me interesa en especial c\u00f3mo, ante la muerte y el fuerte sentimiento de p\u00e9rdida consiguiente, la mayor de las hermanas despierta a una sensualidad desaforada. Canaliza su dolor hacia los cauces del goce corporal como una forma casi rabiosa de sobreponerse al misterio de la extinci\u00f3n. Como ocurr\u00eda en After, el remedio hedonista, sin embargo, no logra curar del todo la herida. La muerte sigue socavando algo interior y el jerogl\u00edfico de la existencia permanece inextricable por mucho que se recubra de sol, de carnalidad, de aparente indolencia.
\nCon fant\u00e1stica intuici\u00f3n, el director convierte las calles oscuras, serpenteantes y laber\u00ednticas de G\u00e9nova en un personaje m\u00e1s. Por ellas deambulan nuestros protagonistas (extranjeros, adem\u00e1s, pues son norteamericanos en Italia), las dos muchachas sobre todo, sin saber qu\u00e9 les deparar\u00e1 el pr\u00f3ximo recodo. Medio perplejas, medio perdidas, medio asustadas, ese paisaje exterior es puro trasunto de la madeja interior en que la desaparici\u00f3n materna las ha enredado.
\nEn el proceso de duelo, la ni\u00f1a comenzar\u00e1 a buscar refugio en la experiencia religiosa. Ans\u00eda, sobre todo, el perd\u00f3n materno por lo ocurrido y para ello se embarca en una vivencia supersticiosa de lo sacro, expresada en su obsesi\u00f3n por encender velas para su madre en las iglesias. A consecuencia de esta sugesti\u00f3n metaf\u00edsica, la madre se le aparecer\u00e1 en diversas ocasiones. Sin embargo, la religi\u00f3n, m\u00e1s que consuelo, consigue que la peque\u00f1a se interne todav\u00eda m\u00e1s en las retorcidas cavernas de la p\u00e9rdida. En un par de ocasiones, empe\u00f1ada en perseguir el fantasma materno reclamando su perd\u00f3n, la ni\u00f1a est\u00e1 a punto de protagonizar una nueva tragedia (se extrav\u00eda en un bosque, casi la atropellan en medio de la calle). La joven, en conclusi\u00f3n, se deja arrastrar por la corriente sensorial de la vida para esquivar el abismo; la ni\u00f1a transita en ese paso por el puente colgante de una sacralidad m\u00e1s m\u00e1gica que aut\u00e9ntica; ambas, no obstante, siguen callejeando abrumadas por su g\u00e9nova interior con el insoportable peso del sinsentido y el dolor a cuestas, sin que consigan sublimar su caos.
\nNo s\u00f3lo ni\u00f1os o j\u00f3venes: los adultos de cine tampoco consiguen sobreponerse al zarpazo de la muerte. La interesant\u00edsima Secret Sunshine <\/em><\/strong>nos presenta a una mujer que, tras la desaparici\u00f3n de su marido, debe enfrentarse a la violenta muerte de su \u00fanico hijo. En su proceso de duelo pasar\u00e1 de la impasibilidad a la depresi\u00f3n o incluso la locura. Mutismo, arrebatos autodestructivos, episodios de sexualidad insana jalonan otro itinerario m\u00e1s en una espiral hacia el coraz\u00f3n de las tinieblas. El n\u00facleo de la pel\u00edcula lo ocupa el intento de esta mujer de encontrar consuelo en la religi\u00f3n. Pero, como ocurr\u00eda en G\u00e9nova <\/em><\/strong>con la ni\u00f1a, la propuesta religiosa que recibe y acepta la protagonista tiene todos los rasgos de lo insuficiente: ritos y ceremonias desustanciados, c\u00e1nticos con cadencia de melopea hipn\u00f3tica, una comunidad anclada m\u00e1s en la convenci\u00f3n de unas maneras suaves, el ocultamiento de los verdaderos deseos y un lenguaje de mel\u00edfica y sospechosa complacencia que en la vida compartida\u2026 Todo aparenta, no obstante, causar un efecto sedante en esta mujer, que parece haber encontrado en el amor de Dios un consuelo inquebrantable y una felicidad rotunda. Pero cuando decide visitar al asesino de su hijo para perdonarlo, descubre que este hombre se ha arrepentido del crimen cometido y ha hallado tambi\u00e9n consuelo en brazos de Dios. Esa misericordia absoluta de la divinidad conmociona a\u00a0 la mujer hasta tal extremo que abomina de aquello en lo que ha cre\u00eddo creer: \u00bfc\u00f3mo es posible que su tit\u00e1nica historia de redenci\u00f3n sea sim\u00e9trica a la de quien caus\u00f3 su mal? \u00bfEs concebible un Dios de una bondad tan extensa? De repente, al encontrar en el asesino redimido su propio reflejo, se desmorona el castillo de naipes de su fe: todo su sufrimiento, su \u201cv\u00eda crucis\u201d se ha mostrado inane. Al ir a conceder su perd\u00f3n humano a otro ser, se topa con que Dios se le ha adelantado y eso rompe su delicado equilibrio interior\u2026
\nFrente a la muerte, pues, misterio de misterios, la religi\u00f3n aparece en estas dos pel\u00edculas, o bien como una soluci\u00f3n infantil de dudosa eficacia, o bien como una especie de estructura endeble, armada sobre el ritualismo, la beater\u00eda y cierta emotividad desquiciada. En este contexto, el \u00fanico personaje joven de la funci\u00f3n da la espalda a cualquier alivio trascendente y prefiere soportar los embates del sinsentido mediante un rabioso agarrarse con u\u00f1as y dientes a la materialidad de la vida.
\nEn Paranoid Park <\/em><\/strong>o El juego del ahorcado <\/em><\/strong>son los j\u00f3venes protagonistas quienes, por accidente o en defensa propia, provocan una muerte. Cargar sobre la conciencia la desaparici\u00f3n de un semejante siempre ha supuesto una obligada inmersi\u00f3n de las personas en su propio centro. El sentimiento de culpa, la necesidad de perd\u00f3n o de castigo constituyen hitos casi obligados en el proceso de asimilaci\u00f3n de un acto l\u00edmite y son invitaciones a la introspecci\u00f3n, al encaramiento con el misterio.
\nParanoid Park<\/em><\/strong>, por ejemplo, nos relata c\u00f3mo un adolescente causa la muerte de un guarda de seguridad de una estaci\u00f3n de tren. Cuando el vigilante los descubre a \u00e9l y a un colega montados en un vag\u00f3n, intenta atraparlos. Para defenderse el muchacho protagonista golpea a su perseguidor con su monopat\u00edn. El hombre cae sobre las v\u00edas, con tan mala suerte que una locomotora pasa por encima de \u00e9l, seccionando su cuerpo en dos. Su identidad\u00a0 homicida, sin embargo, no es descubierta por la polic\u00eda y eso obliga a nuestro protagonista a vivir en estado de permanente zozobra. Gracias a los consejos de una amiga, para digerir semejante suceso recurre a la soluci\u00f3n de escribir todo lo ocurrido y despu\u00e9s enterrar, con los papeles, el terrible secreto. Ante la falta de instancias mediadoras de cualquier tipo (familiares, educadores, amigos, la ley incluso), ante la inoperancia de la soluci\u00f3n trascendente, el muchacho recurre a un gesto de expiaci\u00f3n casi masturbatorio que\u00a0 escuece cuando se analiza. Como gritar bajo un puente mientras por encima pasa un tren o hablarle a los o\u00eddos a una estatua, esta acci\u00f3n reparadora a la vez niega otros caminos de reconstrucci\u00f3n m\u00e1s llenos de sentido.
\nLa pel\u00edcula, como todas las de Gus Van Sant, es un certero retrato de un adolescente contempor\u00e1neo. Ni\u00f1o bien a pesar de su ropa desastrada dehiphopero<\/em>, busca perder la virginidad sin deseo, solo porque ya es hora; deambula con su apat\u00eda a cuestas por los pasillos del instituto y por las calles de su ciudad. Incomunicado, remoto siempre, desganado, solo muestra inter\u00e9s por la m\u00fasica, que casi constituye el \u00fanico texto de sus pensamientos,\u00a0 por el monopat\u00edn y por una pista en un parque de una zona marginal (el que da t\u00edtulo a la pel\u00edcula) donde se juntan a patinar e incluso a vivir muchachos pertenecientes a las clases bajas de la sociedad. Todas las escenas en este enclave est\u00e1n rodadas en ralent\u00ed, con c\u00e1mara en mano y una banda sonora que vuelve irreales las im\u00e1genes. Es all\u00ed, en ese espacio y esa pr\u00e1ctica, donde el protagonista presiente un peque\u00f1o para\u00edso y, si cabe, la emergencia de lo trascendente: el patinaje se retrata como una pr\u00e1ctica introspectiva por su belleza ingr\u00e1vida, porque permite escapar con piruetas del feo d\u00eda a d\u00eda en el instituto, porque la ponen en escena muchachos que encarnan formas de libertad y de rebeld\u00eda hasta cierto punto envidiables, de un tibio romanticismo. El vuelo de Juan Ram\u00f3n, que era salto en After <\/em><\/strong>o elevaci\u00f3n alucin\u00f3gena para Pereza, es pirueta sobre cuatro ruedas en esta magn\u00edfica pel\u00edcula sobre un muchacho, su monopat\u00edn levitante\/asesino y un crimen sin castigo.
\nEn El juego del ahorcado<\/em><\/strong> una muchacha cree haber matado en defensa propia a un hombre que hab\u00eda abusado de ella. Su mejor amigo acude a la f\u00e1brica abandonada donde ocurrieron los hechos y se encuentra al violador todav\u00eda vivo. Se enzarzan en una pelea y el hombre malherido se precipita por un agujero, donde, ahora s\u00ed, muere. Los dos j\u00f3venes, que mantienen una relaci\u00f3n estrecha desde ni\u00f1os, consolidar\u00e1n sus lazos afectivos porque comparten el secreto de esta muerte violenta, incluso su v\u00ednculo evolucionar\u00e1 hasta el amor. Sin embargo, sobre ambos gravitar\u00e1 continuamente ese suceso, no como motivo de ahondamiento en el sentido de la existencia, sino como amenaza. De nuevo, como en la anterior pel\u00edcula, la muerte violenta de un semejante sobrecoge porque puede suponer una condena judicial\u2026 El gran objetivo, entonces, es dar esquinazo al cad\u00e1ver, no mirarlo de frente. Desaparece, pues, el prurito \u00e9tico o los dilemas de conciencia y, en su lugar, se impone la necesidad de esquivar la asunci\u00f3n de responsabilidades legales. La muerte deja de ser un misterio para convertirse en un problema.
\nEn Hazme re\u00edr <\/em><\/strong>cambia el registro, pero no la tem\u00e1tica. Un c\u00f3mico de \u00e9xito padece una enfermedad que, en breve, acabar\u00e1 con \u00e9l. Sin verdaderos amigos, se ha dedicado a vivir lo mejor posible y a aprovechar su \u00e9xito para conquistar mujeres de usar y tirar. Lo \u00fanico que le estimula de verdad es su arte. Ante la inminencia de la muerte, se propone recuperar el tiempo malbaratado: cultivar m\u00e1s la amistad, establecer de nuevo contacto con la mujer que perdi\u00f3 por sus continuos devaneos amorosos, prestar m\u00e1s atenci\u00f3n a lo esencial\u2026 Por suerte, un nuevo tratamiento terap\u00e9utico logra librarlo del desahucio. En una comedia convencional al uso, el personaje aprovechar\u00eda esta segunda oportunidad para rehacer su vida y dotarla de mayor sentido, en clave sobre todo de relaci\u00f3n con sus semejantes. Pero estamos ante una obra de la escuela de Jud Apatow, el \u201cpope\u201d de la nueva comedia americana. Eso supone una apuesta de reflexi\u00f3n con mayores matices, menos previsible. Aunque el protagonista pretenda recuperar el amor de la mujer a la que una vez quiso, esta descubre (y nosotros con ella) que, en realidad, a pesar de su intento de conversi\u00f3n, el humorista sigue siendo el eg\u00f3latra que fue y su b\u00fasqueda art\u00edstica de la risa va a estar siempre por encima de sentimientos, v\u00ednculos o esp\u00edritu de familia. Ni siquiera la muerte act\u00faa como experiencia radical que desencadena una resurrecci\u00f3n en vida del personaje, quien afianza sus limitaciones en esta segunda oportunidad.
\nEl poder revulsivo de la muerte, por tanto, no purifica la vida, al menos tal y como se representa en buena parte del cine actual: ni estamos preparados para gestionar los procesos de duelo (G\u00e9nova, Secret sunshine<\/em><\/strong>), ni la muerte de los otros ocasiona en nosotros una turbaci\u00f3n de \u00edndole moral (Paranoid Park, El juego del ahorcado<\/em><\/strong>), ni siquiera su amenaza directa o la tregua que nos concede consigue despejar las inc\u00f3gnitas de sentido y mejorar nuestras opciones de vida (Hazme re\u00edr<\/em><\/strong>).
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\nEL MISTERIO DEL AMOR, EL SEXO Y LAS RELACIONES HUMANAS<\/strong>
\nPuesto que acab\u00e1bamos el anterior apartado hablando de nueva comedia americana, vamos a adentrarnos en este tercer misterio por esta misma senda. Aunque ya tiene unos cuantos a\u00f1os, Virgen a los 40 me sigue pareciendo una pel\u00edcula muy conseguida y, lo que es m\u00e1s, una aut\u00e9ntica lecci\u00f3n sobre la verdadera inmadurez emocional. Su protagonista, como el t\u00edtulo evidencia, es un tipo cuarent\u00f3n, que vive solo, colecciona mu\u00f1equitos de superh\u00e9roes y acude al trabajo en bicicleta. Su virginidad se convierte en un problema p\u00fablico cuando sus compa\u00f1eros de trabajo empiezan a preocuparse por \u00e9l. Los que le rodean se empe\u00f1an en que nuestro personaje no ha tocado el sentido definitivo de las cosas al no haber practicado el coito. Pero hete aqu\u00ed que, a medida que avanza la pel\u00edcula y todos se embarcan en la misi\u00f3n de lograr la consumaci\u00f3n sexual de este inocente, vamos descubriendo que el m\u00e1s adulto, equilibrado y afectivamente maduro de la funci\u00f3n es quien menos experiencia tiene en el trato carnal con mujeres. De sus tres compa\u00f1eros, uno pr\u00e1ctica el adulterio como deporte y el otro no logra superar un fracaso en una relaci\u00f3n sentimental pasada. Pero es que adem\u00e1s el resto de personajes retratados nos van regalando tambi\u00e9n una galer\u00eda completa de frustraciones, soledades y vac\u00edos que la supuesta y experimentada vida sexual no ha logrado atenuar.
\nEl tab\u00fa del sexo cay\u00f3 hace mucho tiempo en el cine. Pero en esta divertida obra se consigue con sutileza algo muy importante: sugerir que la libertad en la pr\u00e1ctica sexual y el coleccionismo de orgasmos no necesariamente presupone ni conocimiento del sexo opuesto, ni plenitud afectiva, ni siquiera felicidad, que es lo que, en \u00faltimo extremo, solemos buscar los seres humanos. Y esa reflexi\u00f3n salva en gran medida lo que de misterio tiene la maravillosa vivencia sexual humana.
\nTambi\u00e9n Adventureland<\/em><\/strong> pertenece a esta hornada de comedias inteligentes, con personajes bien construidos y tramas que, sin renunciar al desparpajo y la conquista de la hilaridad, acaban postulando, tras su envoltorio descacharrante, que en las relaciones humanas, m\u00e1s all\u00e1 de la satisfacci\u00f3n de los deseos, entran en juego variables clave como el amor, la fidelidad, el compromiso o la complicidad. Estamos ante otra magnifica historia de amor, un amor que se construye con muchas dificultades, pero con firmeza, en medio de otras historias sentimentales marcadas por su inautenticidad. Todo sucede en el entorno de un parque de atracciones a partir de las relaciones que se establecen entre sus trabajadores, casi todos j\u00f3venes que durante el verano ganan all\u00ed algo de dinero. El protagonista se enamora\u00a0 de otra muchacha, quien, en secreto, mantiene una relaci\u00f3n ad\u00faltera con el encargado de mantenimiento del recinto. En los m\u00e1rgenes de la historia de amistad\/amor que se levantar\u00e1 entre estos dos j\u00f3venes, asistimos de nuevo a distintas variantes de afectividad inmadura: la \u201cchica-ca\u00f1\u00f3n\u201d del parque, que anhela ser algo m\u00e1s que un mero objeto de deseo; la muchacha que cuando se emborracha coquetea con un joven al que rechaza sobria por ser jud\u00edo y feo; y, sobre todo, el \u00fanico adulto de la funci\u00f3n, el encargado de mantenimiento, que aprovecha el hecho de tocar la guitarra para seducir a muchachitas y destrozar, a la vez, su matrimonio\u2026 Como en Virgen a las cuarenta <\/em><\/strong>el director solo reserva el \u00e9xito para el personaje protagonista, que ha convertido la integridad amorosa en la \u00fanica gu\u00eda de su itinerario sentimental. Ambas pel\u00edculas terminan con sus protagonistas haciendo el amor con la mujer so\u00f1ada, en un final que rubrica recorridos en pos de la plenitud emocional.
\nPor otras sendas transita otra historia sentimental muy bien narrada, la que se cuenta en El juego del ahorcado<\/em><\/strong>, pel\u00edcula que comentamos de pasada al hablar del misterio de la muerte. En la \u00faltima creaci\u00f3n de Manuel G\u00f3mez Pereira se habla de la dificultad de gestionar la frustraci\u00f3n amorosa, en concreto, por parte del personaje masculino protagonista de la cinta. Como ya anticipamos, los dos j\u00f3venes que desde ni\u00f1os hab\u00edan vivido una relaci\u00f3n de complicidad y afecto muy estrecha se convierten en amantes a ra\u00edz de un episodio de violencia que acaba por afianzar su uni\u00f3n. Pero la muchacha poco a poco va descubriendo el car\u00e1cter dependiente y un tanto posesivo de su pareja. Adem\u00e1s, va a ir saliendo de ese universo privado que ambos han ido construyendo de espaldas al mundo, hasta hallar a su alrededor nuevos est\u00edmulos personales, lo que desemboca en la ruptura entre ambos. Ante estas circunstancias, el personaje masculino se va transformando paulatinamente en un h\u00e9roe tr\u00e1gico: se aferra al pasado infantil, al terrible secreto que comparten, al recuerdo incandescente del cuerpo que una vez fue suyo como reductos de un amor que ya no parece posible. Su inmadurez para afrontar la separaci\u00f3n le va anegando en la t\u00f3xica sustancia de la desolaci\u00f3n. En un desenlace de indudable aliento rom\u00e1ntico se quita la vida, lanz\u00e1ndose al vac\u00edo con su motocicleta.
\n500 d\u00edas juntos<\/em><\/strong> invierte las conclusiones de la pel\u00edcula espa\u00f1ola. Nos encontramos ante otra historia de enamoramiento, amor y ruptura, contada mediante continuos saltos en el tiempo. De nuevo el personaje masculino es el depositario de la frustraci\u00f3n, quien debe sobreponerse al fracaso. En esta versi\u00f3n de una historia universal, la del desamor, presenciaremos, sin embargo, que las ilusiones perdidas, los sue\u00f1os rotos y la dificultad para asimilar la incompatibilidad de sentimientos no desarman del todo a nuestro protagonista. La digesti\u00f3n lenta y pesada de los sentimientos heridos concluye con las expectativas de una nueva relaci\u00f3n y las contusiones afectivas, al final, redundan en crecimiento.
\nSea de signo positivo o negativo, vemos c\u00f3mo el cine con j\u00f3venes, al enfrentarse al misterio del amor y del sexo, nos regala modelos humanos complejos, empe\u00f1ados en explorar su territorio emocional hasta cimentar sobre esa base personalidades maduras. Frente a la dificultad para encontrar un sentido general a la vida o a las emociones perturbadoras que el misterio de la muerte produce, se insin\u00faa que en este terreno de la afectividad se encuentra una alternativa decente a la a veces incomprensible tarea de existir.
\nEn esta l\u00ednea de atenci\u00f3n a los afectos, en comedias como Superfumados <\/em><\/strong>o Te quiero, t\u00edo<\/em><\/strong>, como ya ocurr\u00eda en Hazme re\u00edr<\/em><\/strong> o, de forma mucho m\u00e1s primaria, en Superca\u00f1eras, <\/em><\/strong>se postula que es en la amistad donde reside el fundamento de cierta consistencia vital. Es verdad que en muchas ocasiones parece como si se tratara de un colegueo infantil, asociado a una camarader\u00eda de signo masculino, que pretende esquivar las raciones de compromiso y rutina que conlleva la adultez, pero, sea como sea, reconozco en esta apolog\u00eda de la sinton\u00eda emocional y el \u201cbuen rollo\u201d un intento de salvar los trastos del nihilismo por la senda f\u00e9rtil de las relaciones humanas.
\n\u00a1Me ha ca\u00eddo el muerto!<\/em><\/strong> carece de un protagonista joven. A pesar de ello, la saco a colaci\u00f3n porque, de nuevo a partir de los estilemas de la comedia, integra en un discurso, quiz\u00e1s acomodaticio, pero muy bien llevado, una somera reflexi\u00f3n sobre el sentido de la vida que no esquiva una mirada directa a la muerte. Adem\u00e1s, no duda en iluminar un tanto ambos universales reclamando mayor atenci\u00f3n a las relaciones humanas.\u00a0 Tres misterios, en definitiva, en una agradable obra de g\u00e9nero. La historia de un dentista mis\u00e1ntropo y ego\u00edsta que, a consecuencia de una operaci\u00f3n, puede ver fantasmas sirve a su director para reclamar, una vez m\u00e1s, que s\u00f3lo en la relaci\u00f3n de fondo con el otro la vida encuentra su raz\u00f3n de ser. Mezclando elementos de El sexto sentido <\/em><\/strong>(las almas que buscan cerrar lo que dejaron pendiente en vida antes de descansar por fin) con un personaje principal inspirado directamente en el cascarrabias que encarnaba Jack Nicholson en Mejor, imposible<\/em><\/strong>, la pel\u00edcula expone c\u00f3mo el enamoramiento de su protagonista y su posterior decisi\u00f3n de ayudar a los espectros dolientes lo liberan de su condenaci\u00f3n a una vida hueca e ins\u00edpida.
\nComo pel\u00edcula que ilustra una situaci\u00f3n al borde de lo inveros\u00edmil, cierro este apartado mencionando la fallida Castillos de cart\u00f3n<\/em><\/strong>. Esta historia de un tri\u00e1ngulo amoroso-sexual formado por tres j\u00f3venes estudiantes de arte en los a\u00f1os ochenta pretende plantear la posibilidad de que \u201cel tres sea n\u00famero par\u201d y pueda resolver esa ecuaci\u00f3n en ocasiones est\u00e9ril llamada pareja. La pel\u00edcula insin\u00faa en diversas ocasiones con sutileza, mediante un cuidado lenguaje visual, que la vida familiar en su versi\u00f3n m\u00e1s\u00a0 anodina (la que representa la familia de la muchacha protagonista) quiz\u00e1s pueda verse superada con la libre asunci\u00f3n de deseos y una estructura er\u00f3tica triangular. Al final, sin embargo, esa relaci\u00f3n a tres bandas fracasa porque los dos chicos embarcados en ella se ven asolados por sus debilidades: uno, su absoluta dependencia de los otros dos; el segundo, por una falta de talento y un exceso de ambici\u00f3n que le impide entregarse a sus amantes, al no poder superar esas limitaciones personales. Por en\u00e9sima ocasi\u00f3n, a pesar de lo arriesgado (si no rocambolesco) de la trama, detectamos un mismo af\u00e1n de volcar en los afectos y, en concreto, en una sexualidad con car\u00e1cter de absoluto, el sentido \u00faltimo de una existencia que a veces amenaza anegarnos con brochazos de grisura.
\n
\nFINAL: EL MISTERIO DE DIOS<\/strong>
\nEn el pu\u00f1ado de pel\u00edculas estudiadas Dios apenas se deja entrever. De forma expl\u00edcita, se alude a \u00e9l en dos ocasiones, creo recordar: enAdventureland<\/em><\/strong>, en un di\u00e1logo entre la pareja protagonista, a la pregunta de si cree en Dios, el muchacho contesta que solo cree en el amor, que esa es su concepci\u00f3n de Dios. Desde luego, no se trata de una respuesta descabellada. La segunda alusi\u00f3n se produce en Superfumados<\/em><\/strong>. Se trata de una perla del mal gusto que, a pesar de su rudeza, adquiere tintes de aut\u00e9ntica revelaci\u00f3n y por eso no me resisto a apuntarla. Enfrascados en la alabanza de una de las muchas hierbas que los colegas protagonistas se fumar\u00e1n, uno de ellos canta sus virtudes diciendo que darle unas caladas a \u201cun peta\u201d de esa marihuana es como \u201centrar en la vagina de Dios\u201d. Al hablar de After <\/em><\/strong>insist\u00eda en que muchas veces la b\u00fasqueda de sensaciones extremas, enajenantes o, incluso, la continua persecuci\u00f3n del trance alucinatorio o del orgasmo no eran m\u00e1s que sustitutivos de ese otro tipo de experiencias de orden superior de las que el ser humano contempor\u00e1neo parece haber renegado. Extremar lo f\u00edsico, pues, como intento bald\u00edo de reemplazar lo afectivo, lo espiritual o lo metaf\u00edsico. La imagen brutal de Superfumados <\/em><\/strong>integra en una construcci\u00f3n aberrante semejante paradoja.
\nPero quiz\u00e1s, si no de forma expl\u00edcita, s\u00ed presintamos de forma impl\u00edcita la necesidad de Dios (o al menos de lo que nos trasciende) en el cine con j\u00f3venes m\u00e1s reciente. Hay vac\u00edos (After<\/em><\/strong>), hay sufrimientos que se espesan (G\u00e9nova, Secret Sunshine<\/em><\/strong>), hay intuiciones de belleza (las evoluciones de los patinadores en Paranoid Park, <\/em><\/strong>las reflexiones sobre lo invisible en el arte enCastillos de cart\u00f3n<\/em><\/strong>), hay necesidades de intermediaci\u00f3n (las palabras escritas y enterradas del protagonista de la pel\u00edcula de Gus Van Sant) que quiz\u00e1s podr\u00edan desplegar todo su potencial de sentido a la sombra de una instancia superior que ayudara a encajar piezas, a aliviar des\u00f3rdenes, a recomenzar.
\nNo obstante, Dios en general suscita suspicacias, iron\u00edas, cr\u00edticas f\u00e1ciles. Parece que la rebeld\u00eda juvenil exige, hoy en d\u00eda, negar la posibilidad de lo sagrado: en El juego del ahorcado<\/em><\/strong>, la protagonista y su amigo se escapan el d\u00eda de la Primera Comuni\u00f3n de uno de los dos, se montan en un coche y, tras quitarle el freno de mano, se estrellan con \u00e9l. El momento elegido refuerza el sentido de transgresi\u00f3n del gesto. Huyen hacia un mundo privado mientras escapan de lo religioso. Fij\u00e9monos que en una pel\u00edcula como \u00a1Me ha ca\u00eddo el muerto!<\/em><\/strong>, con un argumento en el que juegan un papel esencial los aparecidos, la muerte y la ultratumba, cuando las almas en pena logran resolver sus asuntos terrenos, se evaporan en el aire sin m\u00e1s. S\u00f3lo un ambiguo fogonazo de luz permite intuir, quiz\u00e1s, un Algo sobrehumano que justifique y acoja los frutos de esa desintegraci\u00f3n. Pero no hay ni una frase alusiva a lo sacro.
\nEn este mismo sentido, Genova <\/em><\/strong>y Secret sunshine, <\/em><\/strong>sin cebarse, aunque sin admitir otra lectura posible, se erigen en cr\u00edticas agrias de la experiencia religiosa. Y lanzan sus sutiles invectivas porque parten del presupuesto de que Dios es una construcci\u00f3n humana cuyo resultado \u00faltimo son religiones que se expresan en ritos infantiles y en experiencias casi risibles. Es decir, el misterio de Dios, en estas obras, no es tal, adem\u00e1s de desencadenar pr\u00e1cticas humanas cuanto menos ins\u00edpidas.
\nEn el extremo l\u00edmite de esta formulaci\u00f3n se sit\u00faa \u00c1gora<\/em><\/strong>. Debo advertir de antemano que, a pesar de los varapalos recibidos por la cr\u00edtica, me parece una pel\u00edcula m\u00e1s que estimable, que flojea precisamente en lo que ya fallabaMar adentro<\/em><\/strong>: su sumisi\u00f3n a unas ideas de partida, a una tesis, que el metraje de la pel\u00edcula se empe\u00f1a una y otra vez en demostrar. Eso impide los matices, la riqueza y la humanidad dram\u00e1tica de los personajes, la ambig\u00fcedad, el libre desarrollo del relato.
\nLa pel\u00edcula denuncia la intolerancia religiosa, lo cual no admite r\u00e9plica. Sin embargo, proclama que, frente a la verdad de la ciencia, basada en la duda, el avance titubeante y la reflexi\u00f3n continua, se sit\u00faa la verdad incuestionable, p\u00e9trea, sin r\u00e9plica posible, de las religiones. La pel\u00edcula expresa esa diferencia mediante la geometr\u00eda: la elipsis, sin centro, de la ciencia, versus, el c\u00edrculo, con un centro inamovible, de la creencia. Pero Amen\u00e1bar, m\u00e1s amigo de sentar c\u00e1tedra que del debate (su postura se asociar\u00eda m\u00e1s al c\u00edrculo, que abomina, que a la elipsis), no se atreve a considerar que, si bien a lo largo de la historia ambas verdades se pretendieron fundir con consecuencias nefastas, hoy en d\u00eda nadie en su sano juicio admitir\u00eda que ata\u00f1an al mismo \u00e1mbito, que sean verdades equiparables. Su \u201cterreno de juego\u201d es distinto: unas pretenden desvelar los enigmas de la materia; las otras intentan volver luminoso el misterio de la existencia. Las verdades cient\u00edficas y las verdades religiosas, como las verdades art\u00edsticas, las subjetivas, las gramaticales o las l\u00f3gicas, adquieren su sentido en el contexto existencial en que se despliegan. Fuera de \u00e9l no funcionan., aunque en ocasiones, porque la vida es una, puedan entrar en conflicto.
\nEl integrismo religioso, la barbarie dispuesta a sacrificar en nombre de un ideal, del tipo que sea, a un ser humano hoy en d\u00eda deber\u00eda parecer a cualquier creyente en cualquier Dios una salvajada, igual que le parece al director espa\u00f1ol. Donde podemos diferir es en el concepto de Dios. Pero tampoco: para Amen\u00e1bar y para nosotros, Dios no existe\u2026 en su pel\u00edcula. Para \u00e9l, esta ausente porque no forma parte del orden de las cosas; adem\u00e1s, como idea solo sirve\u00a0para generar violencia; para nosotros, falta en la pel\u00edcula porque ninguno de los personajes religiosos (en teor\u00eda) encarnan su esp\u00edritu al manifestar su bondad, su apuesta enternecida por el ser humano, su esc\u00e1ndalo ante la injusticia\u2026
\nAl mismo tiempo que la pel\u00edcula pone en solfa la idea de Dios, decide dotar al personaje protagonista de los \u00fanicos gestos y actitudes que aplaudir\u00eda una divinidad acorde con la humano. Curiosa paradoja esta: Hipatia, tan m\u00e1rtir y santa como agn\u00f3stica; Hipatia, victima propiciatoria sacrificada en el altar de la ignorancia.
\n
\nTermino: sea como sea, con Dios o sin \u00c9l, esta mujer, subyugada por la estructura y el funcionamiento del universo, nos aboca con sus sentimientos, con su vida, con su muerte, a sondear tambi\u00e9n esas heridas de las que llevamos hablando un buen rato: las heridas por las que aflora \u00a0la carne viva de lo mist\u00e9rico.
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\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"