{"id":7658,"date":"2009-10-01T00:00:36","date_gmt":"2009-09-30T22:00:36","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7658"},"modified":"2009-10-01T00:00:36","modified_gmt":"2009-09-30T22:00:36","slug":"construir-la-responsabilidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/construir-la-responsabilidad\/","title":{"rendered":"CONSTRUIR LA RESPONSABILIDAD"},"content":{"rendered":"

Luis Fernando V\u00edlchez es profesor de la Universidad Complutense de Madrid.<\/strong>
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\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\n\u00bfQu\u00e9 queremos decir cuando afirmamos que hay que educar en la responsabilidad? El autor propone un camino al que est\u00e1 invitada cada persona: \u201cconstruir la responsabilidad\u201d. Es un camino que requiere ayudas de educadores y padres.
\nEl art\u00edculo reconoce que al hablar de responsabilidad hoy lo hacemos m\u00e1s desde el Derecho que desde la filosof\u00eda. Al hablar de responsabilidad desde la filosof\u00eda moral vinculamos responsabilidad con libertad. A partir de este momento el autor propone un proceso. Por una parte no vincular responsabilidad a culpabilidad. Por otra parte situar la responsabilidad en un marco te\u00f3rico ajustado (modelo de las inteligencias m\u00faltiples). Es as\u00ed como propone unos elementos imprescindibles para esa construcci\u00f3n de la responsabilidad (libertad, perd\u00f3n, atrevimiento, criterios para el discernimiento \u00e9tico). La ayuda privilegiada para esta construcci\u00f3n de la responsabilidad es el acompa\u00f1amiento inteligente.
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\n\u201cEducar en la responsabilidad\u201d es una expresi\u00f3n que, de tan obvia, ha llegado a convertirse en t\u00f3pico, cuando se habla de valores, objetivos, metas, competencias, etc., en cualquiera de los \u00e1mbitos en los que las tareas formativas de los individuos se llevan a cabo. No hay documento, ideario, planificaci\u00f3n, explicitaci\u00f3n de lo que se desea como \u201cresultado final\u201d de la educaci\u00f3n, que no incluya esa referencia. Y, desde luego, el cien por cien de los padres y madres de familia, o de los profesores, firmar\u00edan este postulado: Hay que educar en la responsabilidad a los ni\u00f1os, adolescentes y j\u00f3venes. Pero cualquier postulado educativo, por importante que sea, tiende a convertirse en t\u00f3pico, incluso a banalizarse, cuando se repite en exceso, cuando no se concreta lo que encierra lo afirmado y cuando, como ocurre en este caso, la propia formulaci\u00f3n de la propuesta y hasta el concepto mismo de responsabilidad pueden abrigar significados ambiguos, si es que no contradictorios. En definitiva, \u00bfqu\u00e9 queremos decir cuando afirmamos que hay que educar en la responsabilidad? Tal vez, alertados por todo esto, hemos preferido titular la reflexi\u00f3n que sigue, y sus argumentos, como \u201cconstruir la responsabilidad\u201d. Una construcci\u00f3n personal que ha de llevar a cabo el educando. Sus educadores podr\u00e1n, deber\u00e1n, ayudarle a que la lleve a cabo, pero el protagonista ha de ser el alumno, el ni\u00f1o, el joven.
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\n\u00bfSon responsables los chicos y chicas de hoy?<\/strong>
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\nA esta pregunta cabr\u00eda responder con otra: \u00bfDe qu\u00e9 j\u00f3venes hablamos cuando hablamos de los j\u00f3venes? Confieso que tal pregunta es la respuesta que utilizo cuando alguien me pregunta por ellos, como con frecuencia\u00a0 ocurre a cualquiera de los que dedicamos nuestros d\u00edas y nuestros esfuerzos a la apasionante tarea de ense\u00f1ar, formar y educar. Los chicos y chicas de nuestros d\u00edas no constituyen un colectivo homog\u00e9neo, aunque sus estilos de vida, su look, sus lenguajes, sus intereses y las cosas que parecen importarles, puedan en ocasiones transmitir esa sensaci\u00f3n. No hay cosa m\u00e1s deformante de la realidad educativa que acercarse a ella con clich\u00e9s globalizadores, generalizaciones, prejuicios, verdades a medias, opiniones no contrastadas, confundiendo lo que yo veo, o creo ver, con \u201clo que es\u201d. Como dec\u00edan los cl\u00e1sicos, hay que saber distinguir la doxa (la opini\u00f3n), de la episteme, la ciencia, que siempre estar\u00e1 constituida por afirmaciones basadas en el rigor contrastado y bien argumentado sobre lo que se observa y analiza. Sin que debamos perder de vista, por otro lado, que no podemos meter en un mismo \u201csaco\u201d a un colectivo que se extiende, por lo menos, hasta m\u00e1s all\u00e1 de los 20 a\u00f1os, por no hablar de contextos sociales, grupos de pertenencia, familias de referencia, etc. de los sujetos a los que queramos referirnos.
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\nSobre todo, habr\u00eda que huir de un discurso pla\u00f1idero, adscrito a una especie de \u201cwikipedia \u00e9tica\u201d, constituido por una variante de la pat\u00e9tica moral, que vendr\u00eda a expresarse as\u00ed: Los j\u00f3venes de hoy no son responsables, tienen de todo pero carecen de valores, van a lo suyo, s\u00f3lo les importa pas\u00e1rselo bien con sus amigos, su mundo referente es el constituido por los espacios del ocio hedonista y descomprometido. Ese discurso se contin\u00faa con otro complementario: Nuestra generaci\u00f3n (\u00bfcu\u00e1l?, \u00bfla de los que tienen ahora m\u00e1s de 30 a\u00f1os, la de los padres actuales con hijos peque\u00f1os o adolescentes, la de los cincuentones o sesentones?) era m\u00e1s responsable cuando ten\u00edamos la edad de los ni\u00f1os y de los j\u00f3venes de hoy, ten\u00edamos menos cosas, pero m\u00e1s ideales. Estoy seguro de que m\u00e1s de un lector habr\u00e1 escuchado discursos como estos, incluso por conspicuos psic\u00f3logos que se prodigan en los medios, de cuya buena intenci\u00f3n no dudo, cuyas opiniones respeto, pero que con frecuencia no comparto en lo que tienen de simplificadoras de una realidad compleja, como es la constituida por las nuevas generaciones. Ejemplificando, no se puede decir, sin caer en una generalizaci\u00f3n a todas luces excesiva y deformante de la realidad, dentro de un programa radiof\u00f3nico de gran audiencia, que hoy \u201cmuchas chicas adolescentes piden como premio a las buenas notas escolares una operaci\u00f3n de pecho\u201d. As\u00ed lo escuch\u00e9 este verano. Aunque se den casos como el descrito, la an\u00e9cdota no pasa el list\u00f3n para convertirse en categor\u00eda, aplicable a la mayor\u00eda de las adolescentes de nuestro tiempo. Otra cosa es afirmar que, como desde investigaciones contrastadas puede asegurarse, la relevancia de la imagen f\u00edsica, importante en toda \u00e9poca y cultura para un adolescente, tiene hoy unos determinados acentos e influencias. Pero, en todo caso, conviene no quedarse en lo anecd\u00f3tico y ver qu\u00e9 hay detr\u00e1s de todo eso.
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\nAs\u00ed, pues, en mi opini\u00f3n, es m\u00e1s acertado no hacer juicios de valor sobre el nivel de responsabilidad de los chicos y chicas de hoy, porque, entre otras cosas, no existe un \u201caparato\u201d medidor de esa cualidad humana, de modo que podamos hablar en t\u00e9rminos de m\u00e1s, menos, mucho o poco. Hablemos, m\u00e1s bien del \u201cc\u00f3mo\u201d, de las formas y estilos como las nuevas generaciones entienden y expresan la responsabilidad. En todo caso, no comparemos sus formas de ejercer la responsabilidad con las de otras generaciones, hablemos de los educandos que conocemos y no en general, apoy\u00e9monos en estudios e investigaciones y no en simples opiniones, maticemos y distingamos lo m\u00e1s posible al referirnos a ellos, acerqu\u00e9monos a sus personas y a sus mundos para conocerlos lo mejor posible, entremos en sinton\u00eda con los sistemas de los que forman parte y, a partir de ah\u00ed, ayud\u00e9mosles a que se construyan como personas, uno de cuyos ingredientes es la responsabilidad. Seguramente que en esto \u00faltimo podemos coincidir muchos. Esa es la intenci\u00f3n final que me he propuesto al ofrecer estas reflexiones.
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\nEl concepto de responsabilidad<\/strong>
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\nEs curioso constatar que los t\u00e9rminos \u201cresponsable\u201d y \u201cresponsabilidad\u201d son relativamente \u201cmodernos\u201d. As\u00ed lo reconoc\u00eda el Diccionario de Autoridades, a comienzos del s. XVIII, cuando recoge por vez primera la palabra \u201cresponsable\u201d. Desde entonces, los significados de estas palabras han estado vinculados principalmente al \u00e1mbito jur\u00eddico, a \u201ctener que responder por algo y ante alguien\u201d, no faltando las connotaciones a culpabilidad, de manera que no es extra\u00f1o que uno y otro concepto se confundan, lo que, para la reflexi\u00f3n que nos ocupa, ha tenido y puede tener consecuencias desorientadoras, como luego diremos. En todo caso, es tambi\u00e9n significativo que, ni siquiera en la \u00faltima edici\u00f3n del Diccionario de la RAE, aparecen en estos vocablos referencias claras y directas a la responsabilidad como valor, tal como hoy la entendemos en los distintos \u00e1mbitos de la educaci\u00f3n.
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\nEs en el \u00e1mbito de la Filosof\u00eda, m\u00e1s en concreto el de la Filosof\u00eda moral, donde encontramos reflexiones sobre la responsabilidad, interesantes a nuestro prop\u00f3sito. As\u00ed, la responsabilidad aparece ligada a la libertad, como su fundamento. Aparecen tambi\u00e9n referencias interesantes sobre la responsabilidad como sentimiento personal que va madurando progresivamente en el individuo y donde no hay que olvidar los aspectos sociales, esto es, la responsabilidad hacia los dem\u00e1s, m\u00e1s all\u00e1 de los l\u00edmites de cada sujeto. Algunos autores, como es el caso de Wilhelm Weischedel, ya en una obra cl\u00e1sica escrita en 1933, se han ocupado de las diversas formas de responsabilidad, y que resume as\u00ed: La responsabilidad social (en relaci\u00f3n con el otro, o con los otros), la religiosa (en relaci\u00f3n con Dios) y la que parece ser la m\u00e1s importante, la auto-responsabilidad o responsabilidad de la persona con respecto a s\u00ed misma. A lo largo del tiempo, el t\u00e9rmino ha quedado muchas veces secuestrado, a trav\u00e9s de la vertiente religiosa, por la casu\u00edstica moral.
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\nUn acercamiento al concepto de responsabilidad como valor moral y educativo puede provenir perfectamente, a mi modo de ver, de su encaje en un cuadro con varias perspectivas: 1\u00aa La perspectiva personalista, que coloca a la persona como centro de la educaci\u00f3n y la convierte en protagonista de su propia realizaci\u00f3n. Es una perspectiva en la que coinciden enfoques psicol\u00f3gicos, educativos y \u00e9ticos, que colocan a la persona como centro de todos los valores, como valor fundante y fundamental. 2\u00aa La perspectiva transversal, que sit\u00faa la responsabilidad como una actitud y una competencia del individuo, de car\u00e1cter b\u00e1sico y gen\u00e9rico, cuya expresi\u00f3n y aplicaci\u00f3n a los diversos \u00e1mbitos de la persona constituyen su despliegue natural. 3\u00aa La perspectiva del compromiso individual y social, haciendo honor a la etimolog\u00eda de la palabra compromiso, como promesa compartida, y a las relaciones, ahora s\u00ed sugestivas, que podemos encontrar entre responder, prometer y comprometerse. La persona responsable es la que promete, se compromete y responde. Es la perspectiva del pacto y del acuerdo. 4\u00aa La perspectiva de la autonom\u00eda, del que aprende a responder por s\u00ed mismo y desde s\u00ed mismo, en el sentido kantiano de la expresi\u00f3n, de manera aut\u00f3noma, frente a un tipo de comportamiento heter\u00f3nomo, como el de quien obra al dictado, pero en el que faltan convicciones profundamente asumidas.
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\nResponsabilidad no debe vincularse a culpabilidad<\/strong>
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\nYa hemos advertido anteriormente c\u00f3mo el sentimiento de culpabilidad se ha introducido en los \u00e1mbitos de la responsabilidad y esto ha tenido consecuencias negativas, sobre todo para la educaci\u00f3n. Cualquiera sabr\u00eda distinguir responsabilidad de culpabilidad, a poco que se fijara en que estamos hablando de cosas distintas, aunque a veces haya concomitancias entre ambos t\u00e9rminos. El mismo lenguaje coloquial refuerza actitudes equivocadas sobre este punto como cuando se pregunta \u201cqui\u00e9n ha tenido la culpa\u201d de esto o aquello, cuando se busca al culpable y no al responsable. Buscar al culpable es condenar o descalificar de antemano. Buscar al responsable es, al menos, preguntar qu\u00e9 ha pasado y por qu\u00e9 ha pasado aquello que origina la pregunta.
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\nEn mi experiencia como psic\u00f3logo, he constatado c\u00f3mo muchas personas han sido educadas, no en la responsabilidad, sino en la culpabilidad y c\u00f3mo a un porcentaje significativo de ellas les resulta poco menos que imposible desprenderse de ese lastre, que les ha hecho sufrir y, cuando han educado a otros, han causado sufrimiento en ellos, en una especie de secuencia que se perpet\u00faa. As\u00ed, no es extra\u00f1o que la labor del psic\u00f3logo haya tenido que ser en muchas casos una verdadera tarea liberadora de culpabilidades. Hemos de reconocer, con un serio y sincero \u00e1nimo de autocr\u00edtica, que determinados enfoques en la educaci\u00f3n religiosa (y su traducci\u00f3n inmediata en los enfoques morales) han confundido responsabilidad con culpabilidad y han cargado sistem\u00e1ticamente el acento en esta \u00faltima. No es cuesti\u00f3n de detenerse ahora en reflexiones exeg\u00e9ticas sobre los hechos y las palabras de Jes\u00fas, pero en la buena noticia representada por el Evangelio encuentro personalmente constantes llamadas a la responsabilidad y ninguna a la culpabilidad.
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\nUna comprensi\u00f3n de la responsabilidad desde el modelo de las inteligencias m\u00faltiples<\/strong>
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\nEl modelo de las inteligencias m\u00faltiples de H. Gardner ilumina no pocos aspectos de la educaci\u00f3n. Su conocimiento y utilizaci\u00f3n pueden convertirse en el mejor aliado estrat\u00e9gico de muchos aspectos relativos al aprendizaje y a la educaci\u00f3n. Tambi\u00e9n podr\u00edan iluminar el tema sobre el que reflexionamos aqu\u00ed.
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\nBaste pensar en la inteligencia intrapersonal (comprensi\u00f3n de uno mismo), en la inteligencia interpersonal (comprensi\u00f3n del otro), o lo que constituye (aportaciones de Salovey, Mayer, Goleman) la tan referida inteligencia emocional, como suma\u00a0 de esas dos inteligencias. Pero es que hoy ya se habla, y me encuentro entre quienes tratan de prolongar la intuici\u00f3n de Gardner y reflexionar en tal direcci\u00f3n, de inteligencia moral, como una inteligencia espec\u00edfica, la que permite discernir y hacer juicios \u00e9ticos cada vez de mayor nivel y exigencia. Y, como algunos autores sugieren, podemos hablar incluso de inteligencia social, la de las distancias largas (del yo al nosotros), frente a la emocional, centrada en la relaci\u00f3n yo-t\u00fa.
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\nDesde la perspectiva de las inteligencias m\u00faltiples, queremos dejar constancia aqu\u00ed que el valor y la actitud representados por el concepto de \u201cresponsabilidad\u201d se inserta en el coraz\u00f3n mismo del cultivo de esas inteligencias. Y, as\u00ed, ser responsable implicar\u00eda actitudes como la empat\u00eda, la autoexigencia, el compromiso social, la solidaridad, la autenticidad, la respuesta reflexiva desde uno mismo a las diversas situaciones de la vida, todo ello como elementos de un todo, la persona.
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\nLa estupenda s\u00edntesis del tan justamente citado Informe Delors (\u201cLa educaci\u00f3n encierra un tesoro\u201d), expresada en la frase \u201caprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser\u201d, constituye, a nuestro modo de ver, un acertado resumen de lo que sugiero en torno a la responsabilidad, partiendo de la perspectiva sugerida por el modelo de las inteligencias m\u00faltiples.
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\nIngredientes para la construcci\u00f3n personal de la responsabilidad<\/strong>
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\nCon estos ingredientes queremos referirnos a los elementos que consideramos imprescindibles para la construcci\u00f3n personal de la responsabilidad, o para que cada sujeto se realice a s\u00ed mismo como persona responsable:
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\n1\u00ba El primer ingrediente, ya lo hemos dicho, es el de la libertad,<\/em> sin la cual la responsabilidad no existe. Aprender a ser responsable es aprender simult\u00e1neamente a ser libre.
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\n2\u00ba En segundo lugar, est\u00e1 el ingrediente del perd\u00f3n<\/em>. Ser responsable significa asumir los errores cometidos, perdonarse a s\u00ed mismo y pedir perd\u00f3n, cuando nuestro error afecte a los otros. La categor\u00eda del perd\u00f3n encierra un inestimable valor pedag\u00f3gico. Perdonar, perdonarse y pedir perd\u00f3n constituyen la oportunidad de empezar de nuevo.
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\n3\u00ba Cabe hablar tambi\u00e9n de otro ingrediente, el del atrevimiento.<\/em> S\u00ed, atreverse a actuar. El famoso \u201csapere aude\u201d de Kant, atr\u00e9vete a saber, puede transmutarse aplicado a nuestro caso en un \u201cagere aude\u201d, atr\u00e9vete a actuar, deshaciendo el equ\u00edvoco, tantas veces propiciado por una mala educaci\u00f3n, de que ser responsable es ser pacato e inhibido. S\u00ed, atreverse a actuar, siempre acompa\u00f1ados de la reflexi\u00f3n previa y posterior, acomodando medios y fines.
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\n4\u00ba No puede faltar, en la construcci\u00f3n de la responsabilidad, el ingrediente de los criterios<\/em>, que son como gu\u00edas que nos iluminan y nos ayudan a discernir, a analizar, ponderar y a poder decidirnos por \u201cel bien\u201d, por lo que es mejor aqu\u00ed y ahora. El discernimiento \u00e9tico es exigido por la responsabilidad<\/em>.
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\nEl acompa\u00f1amiento inteligente ayuda a la construcci\u00f3n de una personalidad responsable<\/strong>
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\nQueda decir c\u00f3mo entendemos la educaci\u00f3n de unos ni\u00f1os, adolescentes o j\u00f3venes en la responsabilidad y lo queremos resumir en los siguientes aspectos:
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