{"id":7674,"date":"2009-09-01T00:00:55","date_gmt":"2009-08-31T22:00:55","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7674"},"modified":"2009-09-01T00:00:55","modified_gmt":"2009-08-31T22:00:55","slug":"narrar-el-evangelio","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/narrar-el-evangelio\/","title":{"rendered":"Narrar el evangelio"},"content":{"rendered":"
Fernando Garc\u00eda<\/strong> Fernando Garc\u00eda Los recuerdos de la madre \u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026. \u00a0 Jon\u00e1s y Miriam hab\u00edan llegado antes de lo previsto. A\u00fan as\u00ed la casa ya estaba llena de gente. Como buenamente pudieron se sentaron en un rinc\u00f3n de la habitaci\u00f3n. Las miradas de todos los presentes estaban fijas en la mujer de la t\u00fanica negra que […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[644,1317,94],"tags":[],"class_list":["post-7674","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-fernando-garcia-cadinanos","category-materiales-392","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7674","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7674"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7674\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7674"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7674"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7674"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n
\nLos recuerdos de la madre<\/strong>
\n\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026.<\/strong>
\n\u00a0<\/strong>
\nJon\u00e1s y Miriam hab\u00edan llegado antes de lo previsto. A\u00fan as\u00ed la casa ya estaba llena de gente. Como buenamente pudieron se sentaron en un rinc\u00f3n de la habitaci\u00f3n. Las miradas de todos los presentes estaban fijas en la mujer de la t\u00fanica negra que ocupaba el centro de la sala. A su lado, un hombre de mediana edad le agarraba la mano con cari\u00f1o.
\n– Parece que estamos todos, madre, le susurr\u00f3 al o\u00eddo.
\nMar\u00eda no pudo abrir la boca porque inmediatamente un hombre con barbas tom\u00f3 la palabra y se dirigi\u00f3 a ella dici\u00e9ndole: Madre, cu\u00e9ntanos cosas sobre Jes\u00fas\u2026 A nosotros nos hubiera gustado tanto conocerlo\u2026
\nEn efecto, entre aquel grupo a los que algunos hab\u00edan comenzado a llamar cristianos, hab\u00eda bastantes que no hab\u00edan conocido en persona al maestro. Tal vez por ello deseaban como nadie escuchar los recuerdos de la madre. Su rostro estaba surcado de arrugas que reflejaban el paso de los a\u00f1os, pero su mirada no hab\u00eda perdido nada de la fuerza y de la dulzura de aquella muchacha nazarena.
\nDe los primeros a\u00f1os no hay mucho que contar, comenz\u00f3 diciendo mirando a todo el grupo. Jes\u00fas fue un ni\u00f1o de lo m\u00e1s normal que ayudaba a su padre en el taller y cumpl\u00eda con la tradici\u00f3n religiosa de su pueblo. Solamente recuerdo de especial aquel d\u00eda en Jerusal\u00e9n\u2026 Aunque legalmente ya era considerado un hombre adulto, para nosotros segu\u00eda siendo un chiquillo y llev\u00e1bamos varias horas busc\u00e1ndolo entre los grupos de peregrinos. Os tengo que confesar que por un momento pens\u00e9 que hab\u00eda perdido a mi hijo.
\nFue Jos\u00e9 el que me hizo caer en la cuenta de un grupo de personas que hac\u00edan corro en uno de los atrios del Templo. Eran letrados y escribas que deb\u00edan estar discutiendo sobre sus asuntos. Por un momento dud\u00e9 acercarme o no a ellos. No eran el tipo de gente al que se le pregunta si han visto a un ni\u00f1o de doce a\u00f1os que se ha perdido. Una vez vencido el primer reparo nos dirigimos a ellos y\u2026 \u00a1cu\u00e1l fue nuestra sorpresa! All\u00ed estaba Jes\u00fas, hablando con ellos sobre pasajes de la Biblia como si fuese un anciano que ha dedicado toda su vida al estudio.
\nAlgunos ya sab\u00e9is lo que me contest\u00f3. \u00abTengo que ocuparme de las cosas de mi padre\u00bb. Os tengo que confesar que no me esperaba esta respuesta y que tampoco la entend\u00ed en aquel momento. Yo call\u00e9, le cog\u00ed de la mano y volvimos a casa en silencio. \u00bfQu\u00e9 otra cosas pod\u00eda hacer?
\nY desde entonces, nada de especial. Fue un chico como cualquier otro y un joven que no llamaba especialmente la atenci\u00f3n. Fueron casi veinte a\u00f1os de esa dulce monoton\u00eda que da estar con las personas a las que quieres. Veinte a\u00f1os de vida cotidiana en los que tuvimos tiempo para hablar para trabajar y para descansar, para hablar de Dios y de los problemas de nuestro pueblo, para re\u00edr y para llorar\u2026 Hasta que una tarde sin hacer demasiado ruido cort\u00f3 los hilos que lo ataban a nuestro hogar y dej\u00f3 de ser m\u00edo para pasar a ser vuestro.
\nMar\u00eda hab\u00eda puesto una fuerza especial en su \u00faltima palabra. La mirada hablaba de una mezcla de nostalgia y satisfacci\u00f3n personal. Juan, que estaba sentado a su lado, se incorpor\u00f3 y se tom\u00f3 la palabra.
\n– Gracias madre. Hemos venido\u00a0 a hacer memoria del Se\u00f1or, \u00e9l sigue presente aqu\u00ed en medio de nosotros. Traed el pan y el vino y preparad la mesa.
\n
\nAyer y hoy
\nReunirse para hacer memoria de Jes\u00fas ha sido desde los inicios la se\u00f1al de identidad de la comunidad cristiana. Con el paso de tiempo se corri\u00f3 el riesgo de hablar tanto de la divinidad de Jes\u00fas que se perdi\u00f3 casi de vista que fue un hombre como nosotros, que sud\u00f3 con el calor y pas\u00f3 fr\u00edo en el invierno; que disfrut\u00f3 del buen vino y sufri\u00f3 con las penas de sus amigos. Volviendo a ese Jes\u00fas de Nazaret que pas\u00f3 por la vida haciendo el bien y que nosotros creemos vivo y resucitado podemos encontrar buenas razones para vivir con alegr\u00eda nuestra vida, la de cada d\u00eda, hecha como la suya de monoton\u00eda, de rutinas, de sonrisas y l\u00e1grimas, de \u00e9xitos y fracasos, de ilusiones y desesperanzas.
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\n
\nLa mujer pecadora<\/strong>
\n\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026.
\nPara el viejo Juan las peleas, divisiones y enemistades con las que le tocaba lidiar entre los cristianos de su comunidad, eran la cruz con la que ten\u00eda que convivir sus \u00faltimos meses de vida. Si fuese capaz transmitir\u00eda la mitad de sus recuerdos, de sus experiencias, de su vida junto al maestro, para que todas esas divisiones se esfumaran como el viento.
\nSali\u00f3 de su humilde casa y se dirigi\u00f3 hacia el pozo que a unos pocos metros de la puerta serv\u00eda como punto de reuni\u00f3n para todas las personas del poblado. En otro pozo hac\u00eda muchos a\u00f1os \u00e9l hab\u00eda aprendido una lecci\u00f3n que nunca olvidar\u00eda. All\u00ed, en Samar\u00eda, en aquella odiosa regi\u00f3n, Jes\u00fas le hab\u00eda ense\u00f1ado que no hay barreras suficientemente grandes que impidan el cari\u00f1o y la cercan\u00eda hacia las personas. Mucho tiempo despu\u00e9s de aquello, ahora era \u00e9l el que estaba sentado en el pozo, pensando c\u00f3mo hacer llegar este mensaje a los testarudos cristianos de su comunidad.
\nSe refresc\u00f3 la cara con el agua limpia y cristalina. Las telara\u00f1as que tapaban parcialmente sus ojos eran ahora menos densas. Dirigi\u00f3 su vista hacia el cielo y dio gracias a Dios por todas las cosas buenas que esa ma\u00f1ana le hab\u00eda regalado.
\nSe dirigi\u00f3 de nuevo a su casa. La luz entraba por las ventanas dando vida a todos los rincones de la humilde vivienda. Mientras recorr\u00eda los pocos metros que separaban el pozo de su casa, sin saber muy bien por qu\u00e9 el pensamiento hab\u00eda volado hacia Miriam.
\nSu historia fue, tal vez, la que m\u00e1s le impact\u00f3 de cuantas presenci\u00f3 en compa\u00f1\u00eda del maestro. La primera vez que la vio la llevaban a presencia de Jes\u00fas un grupo de hombres mandados por escribas y fariseos. No faltaban los gritos y los insultos. La daban patadas, golpes en la cabeza, la insultaban. Finalmente un empuj\u00f3n, la hizo rodar por tierra justo delante de donde se encontraban.
\n– Maestro, dijo con sorna uno de los acusadores. Hemos pillado a esta mujer en adulterio. La ley de Mois\u00e9s es clara al respecto. \u00a1Debe morir a pedradas! Pero antes de cumplir la sentencia, nos gustar\u00eda conocer tu opini\u00f3n. Todos te tienen por sabio…
\nEn su voz no s\u00f3lo hab\u00eda iron\u00eda, hab\u00eda provocaci\u00f3n y enga\u00f1o. Quer\u00eda pillar a Jes\u00fas en un renuncio. All\u00ed estaban miembros del Sanedr\u00edn que pod\u00edan utilizar lo que Jes\u00fas dijese en contra suya. Desde hac\u00eda un tiempo, los fariseos le ten\u00edan muchas ganas al maestro.
\nSin embargo Jes\u00fas hizo una cosa muy extra\u00f1a. Mir\u00f3 a la cara al grupo de acusadores, estaba muy enfadado y triste. Luego mir\u00f3 a aquella mujer que escond\u00eda su rostro entre sus manos. Se agach\u00f3 y empez\u00f3 a escribir en el suelo.
\nEl ambiente no pod\u00eda ser m\u00e1s tenso. Los acusadores esperaban una respuesta, la mujer gem\u00eda tirada por tierra, Sim\u00f3n y Judas apretaban la espada que llevaban bajo el manto y Jes\u00fas callaba\u2026 callaba y esperaba.
\nPor fin, rompiendo su silencio, Jes\u00fas dej\u00f3 de escribir. Se encar\u00f3 con los acusadores y dijo con la voz m\u00e1s fuerte que jam\u00e1s se le hab\u00eda escuchado:
\n– \u00a1El que est\u00e9 libre de pecado, que tire la primera piedra!
\n\u00a1Fue incre\u00edble lo que pas\u00f3! Jes\u00fas con su autoridad, sac\u00f3 vida de donde s\u00f3lo hab\u00eda muerte. Los acusadores se hab\u00edan convertido en acusados. Uno a uno se fueron marchando. Nadie, absolutamente nadie se atrevi\u00f3 a tirar su piedra contra Miriam.
\nJuan se sent\u00f3 en el div\u00e1n de su casa. Si estos hijitos m\u00edos hubieran estado all\u00ed para ver los ojos con que Jes\u00fas mir\u00f3 a Miriam, no estar\u00edan siempre divididos y acus\u00e1ndose entre ellos. \u00bfC\u00f3mo podr\u00eda hacerlos entender lo que Jes\u00fas nos pide?
\n
\nAyer y hoy
\nLa vida de las primeras comunidades cristianas no fue de color de rosa. El fragmento id\u00edlico que se recoge en el libro de los Hechos en el que todos los creyentes compart\u00edan todo, se preocupaban de los dem\u00e1s y viv\u00edan como un \u00fanico coraz\u00f3n, no se ajusta a lo que nos han transmitido testigos de primera mano como Juan o como Pablo.
\nY es que el c\u00e1ncer de la divisi\u00f3n, de la envidia, de las peleas y del rencor, ha acompa\u00f1ado al g\u00e9nero humano desde sus or\u00edgenes hasta la actualidad. La oraci\u00f3n de Jes\u00fas al Padre pidi\u00e9ndole que despu\u00e9s de \u00e9l mantuviera a sus hijos unidos, sigue siendo hoy m\u00e1s necesaria que nunca.
\nLas personas nos empe\u00f1amos en hacer monta\u00f1as de peque\u00f1os montones de arena, guardamos rencores, perdonamos pero no olvidamos, retiramos la palabra a los que hasta hace poco eran amigos o familiares\u2026 A la base de muchos de nuestros problemas y de muchos de nuestros sufrimientos est\u00e1n las divisiones y los muros que levantamos con las personas que hasta hace poco quer\u00edamos. \u00bfEn qu\u00e9 familia no hay parientes m\u00e1s o menos cercanos enemistados entre s\u00ed?
\nIgual que Juan se empe\u00f1\u00f3 en transmitir a sus cristianos, que el cari\u00f1osamente llamaba hijitos m\u00edos, que el mensaje de Jes\u00fas es un mensaje de unidad entre las personas, nosotros tenemos que poner todo lo que est\u00e9 en nuestra mano para cuidar los peque\u00f1os detalles que consiguen que no haya divisiones entre nosotros porque en la ra\u00edz de grandes discusiones, est\u00e1 siempre algo insignificante, un cari\u00f1o descuidado, que desgraciadamente tuvo luego grandes consecuencias.
\n\u00a0<\/strong>
\nConstruir la casa<\/strong>
\n\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026.
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\nLa vida con Jes\u00fas no era toda de color de rosa. Ciertamente que hab\u00eda buenos momentos: era gratificante comprobar la ilusi\u00f3n y la esperanza que su sola presencia transmit\u00eda a la gente sencilla, era impresionante ser testigo directo de alguno de sus milagros, era consolador sentir su compa\u00f1\u00eda, su comprensi\u00f3n, su apoyo\u2026
\nPero estar con \u00e9l y pertenecer a su grupo unas veces se tornaba peligroso, dada la creciente animadversi\u00f3n que iba creando entre los poderosos, y otras, dif\u00edcil por su obstinaci\u00f3n en llevar un ritmo de vida sencillo y austero alejado de todas esas comodidades que todos nos empe\u00f1amos en buscar.
\nAquella tarde un grupo hab\u00eda acudido para despedirse de Jes\u00fas. Llevaban un tiempo con \u00e9l, le hab\u00edan seguido por los caminos e incluso hab\u00edan tenido la oportunidad de ver c\u00f3mo aquel mudo comenzaba inexplicablemente a hablar tras el mandato de Jes\u00fas, pero unos por unas razones y otros\u00a0 por otras hab\u00eda decidido dejarlo y volver a casa. Era una separaci\u00f3n amistosa. Sent\u00edan admiraci\u00f3n por el maestro, pero hab\u00eda otras cosas que pesaban m\u00e1s en las balanzas de sus vidas: la estabilidad, la tranquilidad del hogar, las comodidades, la ausencia de preocupaciones\u2026
\nJes\u00fas no intent\u00f3 convencerlos. Se despidi\u00f3 de ellos con cari\u00f1o y con un poco de tristeza; con la misma tristeza que se dibujaba en su rostro cada vez que invitaba a alguien a seguirle y recib\u00eda una excusa o un no por respuesta\u2026
\nCuando el grupo se hubo alejado de su vista, Jes\u00fas se sent\u00f3 junto a un grupo de ni\u00f1os y comenz\u00f3 una historia.
\n\u00abDos hombres decidieron casi al mismo tiempo construirse una casa. Los dos ten\u00edan la cabeza llena de ilusiones y proyectos. Quer\u00edan hacer la casa de sus sue\u00f1os. La diferencia entre los dos hombres era que uno ten\u00eda mucha prisa y el otro no, que uno quer\u00eda acabar cuanto antes y el otro no, que uno quer\u00eda el camino f\u00e1cil y al otro no le importaba trabajar\u2026
\nY el primero eligi\u00f3 para construir un terreno blando. All\u00ed era f\u00e1cil cavar, poner los cimientos y empezar a construir. El otro prefiri\u00f3 tomarse las cosas con calma y con paciencia y eligi\u00f3 un terreno rocoso. Cada metro que se cavaba en la roca supon\u00edan muchas horas de duro esfuerzo y de gruesos goterones de sudor.
\nLos vecinos comentaban el progreso de las obras. La casa del primero ya ten\u00eda los tabiques y se pod\u00eda adivinar c\u00f3mo iba a ser la distribuci\u00f3n de las habitaciones, mientras que la del segundo no era m\u00e1s que un gran agujero en el coraz\u00f3n de la roca. Al poco tiempo, nuestro primer amigo celebr\u00f3 la fiesta de inauguraci\u00f3n de su nuevo hogar y comenz\u00f3 a disfrutar de la vida.
\nMientras, el otro hombre continuaba avanzando paso a paso en la construcci\u00f3n de su casa. Alguna noche cuando ca\u00eda en la cama derrumbado por el cansancio, se preguntaba por qu\u00e9 no habr\u00eda elegido el camino m\u00e1s f\u00e1cil. Si hubiese construido junto a aquel hombre ya estar\u00eda disfrutando como \u00e9l de la buena vida. Pero a pesar de estas dudas, sigui\u00f3 d\u00eda a d\u00eda, ladrillo a ladrillo, teja a teja\u2026 y al final tambi\u00e9n la casa de sus sue\u00f1os se hizo realidad y sus amigos pudieron acudir a la fiesta de inauguraci\u00f3n.
\nHab\u00eda pasado un a\u00f1o de todo esto, cuando en pleno invierno un terrible temporal azot\u00f3 ambas casas. El viento era huracanado, el r\u00edo cercano se hab\u00eda desbordado y la lluvia ca\u00eda con fuerza desde el cielo. La casa que estaba construida sobre arena poco pudo resistir. El terreno comenz\u00f3 a desplazarse y toda ella cay\u00f3 a plomo en pocos minutos. En cambio la segunda casa que hund\u00eda sus cimientos en la roca aguant\u00f3 hasta que amain\u00f3 el temporal. Algunas tejas hab\u00edan volado y algunas ventanas estaban rotas, porque los temporales siempre dejan heridas, pero la casa segu\u00eda siendo perfectamente habitable.
\nLos ni\u00f1os miraban fijamente a Jes\u00fas esperando que continuase. \u00bfHab\u00e9is entendido lo que os quiero decir?, les pregunt\u00f3. Uno de los m\u00e1s peque\u00f1os le respondi\u00f3 con soltura: – \u00bfTal vez que tenemos que estudiar aunque no nos apetezca?
\n
\nAyer y hoy
\nLa par\u00e1bola de las dos casas tiene multitud de aplicaciones. Un ni\u00f1o sin duda la lee desde su vida de estudiante en el colegio, una pareja de novios desde sus sue\u00f1os de matrimonio, un adulto desde las opciones que va realizando en la vida\u2026
\nJes\u00fas nos invita a no elegir siempre lo m\u00e1s c\u00f3modo, el camino m\u00e1s f\u00e1cil, lo que nos apetece en el momento. Nos invita a tener algo tan impopular hoy como son las convicciones, los principios, los proyectos de vida estables y s\u00f3lidos aunque \u00e9stos conlleven, en ocasiones, fastidiarse y no poder hacer lo que gusta y apetece. Nos invita a estar preparados para poder afrontar las dificultades con las armas de la coherencia, los valores y la fe, para no caer ahogado a la primera riada de dificultades.
\n
\nEl mandamiento principal<\/strong>
\n\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026\u2026.
\n
\nHab\u00eda algo en los fariseos con lo que Jes\u00fas no pod\u00eda convivir. Esa tendencia a sentirse superiores a los dem\u00e1s y a vivir a costa suya. Esa actitud de apoderarse de Dios y en nombre suyo marginar a mujeres, ni\u00f1os y enfermos. Esa dureza de coraz\u00f3n que les imped\u00eda aprender, escuchar, cambiar\u2026
\nY ah\u00ed estaban de nuevo, al acecho, con preguntas ret\u00f3ricas, buscando que \u00e9l cometiese un traspi\u00e9 para desautorizarlo y ridiculizarlo.
\nUn fariseo joven, m\u00e1s o menos de su edad, se le acerc\u00f3 con un aire teatral.
\n– Maestro, dinos, \u00bfcu\u00e1l es el principal de los mandamientos?
\n– Amar\u00e1s al Se\u00f1or, tu Dios, con todas tus fuerzas y a tu pr\u00f3jimo como a ti mismo.
\nJes\u00fas sab\u00eda que aquel fariseo no quer\u00eda aprender, por eso fue lac\u00f3nico en su respuesta. No conforme con una respuesta tan obvia para un conocedor de la ley jud\u00eda, volvi\u00f3 a la carga con una segunda pregunta: – Muy bien maestro, \u00bfy qui\u00e9n es mi pr\u00f3jimo?
\nJes\u00fas, dud\u00f3 un instante. No ten\u00eda ganas de pol\u00e9mica. Mir\u00f3 alrededor y vio a un numeroso grupo que esperaba una respuesta. Pensando m\u00e1s en ellos que en el fariseo que le hab\u00eda preguntado comenz\u00f3 esta historia.
\nUn hombre bajaba de Jerusal\u00e9n a Jeric\u00f3 por un tortuoso camino. De repente, tras unas rocas apareci\u00f3 un grupo de bandidos que pill\u00e1ndole por sorpresa le dieron una brutal paliza, le quitaron hasta el \u00faltimo c\u00e9ntimo y le dejaron tirado por tierra lleno de dolores por las contusiones.
\nAquel hombre semiinconsciente no sab\u00eda cu\u00e1nto tiempo hab\u00eda pasado desde su desafortunado incidente, cuando oy\u00f3 unos pasos por el camino. A lo lejos, borrosamente por los hematomas que ten\u00eda por toda la cara, pudo observar la figura de un rico saduceo. Posiblemente era miembro del Sanedr\u00edn, a juzgar por la elegancia de sus vestidos. Aquel hombre se sinti\u00f3 salvado, pero para su sorpresa el saduceo, al pasar junto a \u00e9l, se tap\u00f3 la cara, aliger\u00f3 la marcha y pas\u00f3 de largo.
\nUn tiempo despu\u00e9s fue la figura de un fariseo la que divis\u00f3 en la lejan\u00eda. Esta vez s\u00ed, pens\u00f3 para sus adentros. Pero\u2026 cuando volvi\u00f3 a mirar, \u00a1el fariseo ya no estaba! Percat\u00e1ndose del hombre tirado por tierra aquel celoso cumplidor de la ley hab\u00eda dado un rodeo para no encontrase con el desdichado y caer en impureza.
\nAquel hombre se sent\u00eda morir. El tiempo pasaba y los dolores iban en aumento. Intent\u00f3 levantarse, pero una pierna deb\u00eda estar rota porque no sosten\u00eda su peso. Mientras se acomodaba de nuevo junto a las rocas otra figura se acercaba por el camino. Esta vez era un samaritano.
\nUn murmullo se alz\u00f3 entre los que escuchaban a Jes\u00fas. El odio a los samaritanos estaba demasiado enraizado en los jud\u00edos como para permanecer en silencio cuando se pronunciaba su nombre.
\nIndiferente a la reacci\u00f3n de la gente, Jes\u00fas continu\u00f3. Aquel hombre de Samar\u00eda, al ver al pobre desdichado se acerc\u00f3 a \u00e9l, le vend\u00f3 las heridas, le mont\u00f3 en su cabalgadura y le llev\u00f3 a una posada donde pag\u00f3 de su bolsillo la estancia.
\nJes\u00fas mir\u00f3 al fariseo que le hab\u00eda hecho la pregunta. Ahora dime, \u00bfcu\u00e1l de los tres fue el pr\u00f3jimo de nuestro amigo? – El que tuvo misericordia de \u00e9l, respondi\u00f3.
\nMuy bien, pues ahora vete y haz t\u00fa lo mismo.
\n
\nAyer y hoy
\nLa par\u00e1bola del Buen Samaritano fue uno de los discursos m\u00e1s subversivos y arriesgados de Jes\u00fas. La bondad o maldad de las personas no reside en el cargo social, pol\u00edtico o religioso que ocupen sino en el buen coraz\u00f3n.
\nRomper con la divisi\u00f3n entre jud\u00edos y samaritanos es romper con cualquier prejuicio que tengamos hacia las personas, para pasar a ponernos siempre en disposici\u00f3n de ayudar. Hoy necesitamos cristianos samaritanos que pasen como el maestro por el mundo haciendo el bien. Con todo, la mayor fuerza de la par\u00e1bola est\u00e1 en la \u00faltima frase, una sentencia que hoy Jes\u00fas dirige a todo hombre que quiera tomarse en serio ser su disc\u00edpulo: \u00abVete y haz t\u00fa lo mismo\u00bb.
\n\u00a0<\/strong>
\nLa petici\u00f3n de una madre<\/strong>
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\nQuien conociera la historia de aquel grupo que acababa de partir de Galilea, no pod\u00eda por menos que sorprenderse. Sim\u00f3n y Mateo, el revolucionario zelote y el antiguo colaborador romano, marchaban charlando amigablemente. Unos pasos m\u00e1s atr\u00e1s un grupo de analfabetos pescadores compart\u00edan risas\u00a0 con Bartolom\u00e9, el culto jud\u00edo buen conocedor de la Biblia y de la Ley. Cerrando la marcha caminaba una conocida prostituta, un tr\u00edo de mujeres y un par de hombres que a\u00fan conservaban la espada corta ajustada al cinto, por si acaso\u2026
\nEstos eran los que acompa\u00f1aban a Jes\u00fas hacia la ciudad santa. De vez en cuando se acercaban al grupo parientes y amigos para despedirse. Era un largo viaje y estar\u00edan un tiempo sin verse. Juan, le dio un golpe a su hermano Santiago en el brazo.
\n– Mira, \u00bfno es mam\u00e1, aquella que viene hacia nosotros?
\nEn efecto, su madre, hab\u00eda o\u00eddo por unos parientes, la decisi\u00f3n de Jes\u00fas de bajar a Jerusal\u00e9n con sus seguidores y se acercaba para despedir a sus hijos. Llen\u00f3 de besos y de buenos consejos a los dos hermanos y se aproxim\u00f3 con una cierta complicidad al maestro.
\n– Hola, Juana, le dijo Jes\u00fas, besando la mejilla de la robusta aldeana.
\n– Jes\u00fas, s\u00e9 que vais a la ciudad santa. Tengo una cosa que pedirte…
\n– Si est\u00e1 en mi mano, sabes que lo tendr\u00e1s.
\n– Mira, Jes\u00fas, t\u00fa sabes que mis hijos te han seguido desde el inicio. Te pido que sientes uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando comiences tu reinado.
\n– \u00bfMi reinado?, sonri\u00f3 con tristeza, Jes\u00fas.
\n– Es injusto, protest\u00f3 Sim\u00f3n, que hab\u00eda escuchado la petici\u00f3n. \u00bfQu\u00e9 tienen ellos que no tengamos nosotros?
\n– Cierto, mi hermano y yo tambi\u00e9n te seguimos desde el principio, se hizo eco de la protesta Andr\u00e9s.
\nJes\u00fas calm\u00f3 los \u00e1nimos que empezaban a encresparse. \u00a1Calmaos! \u00bfEs que no hab\u00e9is entendido nada despu\u00e9s de estos tres a\u00f1os conmigo? \u00bfSois capaces de compartir conmigo la suerte que me espera?
\n– S\u00ed, lo somos, respondieron todos comenzando por Santiago y Juan.
\n– \u00bfPero en que reino est\u00e1is pensando? \u00bfA\u00fan cre\u00e9is que voy a promover una rebeli\u00f3n contra los romanos y me voy a sentar en el trono de Herodes? \u00bfDe verdad es eso lo que pens\u00e1is? No, amigos. Mirad a Herodes y a Pilatos y a todos los reyes y grandes del mundo. Ellos os oprimen, viven a costa vuestra, abusan de su poder, se aprovechan de la gente. Que nunca sea as\u00ed entre vosotros. El que quiera ser el m\u00e1s importante que sea vuestro servidor, el que quiera ser el m\u00e1s grande que sea siempre el m\u00e1s dispuesto a ayudar… Ese es mi reino. \u00bfQui\u00e9n quiere subir conmigo a Jerusal\u00e9n?
\nSe hizo silencio. Pedro y Andr\u00e9s fueron los primeros en reanudar la marcha detr\u00e1s del maestro. Luego Mateo, Tadeo, Santiago, Bartolom\u00e9, Juan y uno a uno todo el resto del grupo. Judas mir\u00f3 a Sim\u00f3n, mostr\u00e1ndole la empu\u00f1adura de la espada que colgaba del cinto. Se acerc\u00f3 a \u00e9l y le susurr\u00f3 al o\u00eddo: \u00a1Es una locura, vamos hacia la muerte!
\n
\nAyer y hoy
\nTal vez por la cabeza de muchos de sus seguidores rondaba la idea de que Jes\u00fas pudiera convertirse en un l\u00edder pol\u00edtico y militar que cambiase el orden social de su pueblo. Al fin y al cabo, las armas hab\u00edan sido hasta ese momento el principal argumento para organizar la vida de los hombres y de los pueblos. Pero todos estaban equivocados. El di\u00e1logo de Jes\u00fas con la madre de los hermanos Zebedeo, inaugur\u00f3 un tiempo nuevo. El poder ced\u00eda su puesto al servicio, la violencia, a la fuerza de la paz.
\nEl \u00abno sea as\u00ed entre vosotros\u00bb pronunciado por Jes\u00fas es un aut\u00e9ntico mandamiento nuevo, que por desgracia los cristianos no hemos acabado de vivir a lo largo del tiempo. Hoy vivimos en una sociedad que por un lado es muy sensible a la necesidad de la paz, pero por otro es altamente competitiva. Para el cristiano, siguiendo el mandato de Jes\u00fas, servir es reinar, ser el primero es ser el \u00faltimo, querer ser el m\u00e1s importante es siempre estar m\u00e1s dispuesto que nadie a ayudar a los dem\u00e1s.
\nSer seguidor del que lav\u00f3 los pies a sus disc\u00edpulos y del que anunci\u00f3 que no hay mayor amor que dar la vida por los amigos, nos tiene que alejar a los cristianos de hoy de toda tentaci\u00f3n de poder, dominio, orgullo o de destacar a costa de los dem\u00e1s.
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\nLa oraci\u00f3n del pecador<\/strong>
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\nEl discurso de aquella tarde fue duro. Nunca Jes\u00fas hab\u00eda hablado tan claro y tan contundentemente. Los fariseos le escuchaban repletos de odio mientras recib\u00edan\u00a0 apelativos tan poco agradables como raza de v\u00edboras o sepulcros blanqueados\u2026
\nNi siquiera el grupo de los doce, que llevaba con \u00e9l desde el principio, estaba preparado para un ataque tan directo. Por eso la actitud de Jes\u00fas hab\u00eda suscitado entre ellos comentarios. Bartolom\u00e9, que era conocido entre ellos por ser un celoso cumplidor de la Ley estaba desorientado. Por eso se acerc\u00f3 a Jes\u00fas a preguntarle\u2026
\n– Maestro, \u00bfpor qu\u00e9 te has enfadado tanto con los fariseos? Es peligroso\u2026
\n– M\u00e1s peligroso es no respetar a las personas y dividir a los hijos de Dios en buenos y malos.
\n– S\u00ed, pero de tus palabras parece deducirse que los mandatos de la Ley ya no sirven.
\n– Los mandatos de la Ley sirven, amigo. Pero hay uno que es el fundamental y que esta gente a\u00fan no ha acabado de entender, que Dios nos quiere a todos como un padre quiere a todos sus hijos; que nadie es m\u00e1s que nadie sea cual sea su historia, sus cualidades, su sexo, o su condici\u00f3n econ\u00f3mica; que todos tenemos que querernos y respetarnos como hermanos\u2026 Esto es lo realmente importante.
\n– Pero maestro, los fariseos son nuestros modelos, nuestros gu\u00edas, los ejemplos en los que nos fijamos.
\n– \u00bfVuestros ejemplos? Mira Bartolom\u00e9, te voy a contar una historia.
\nEn una ocasi\u00f3n un fariseo entro en el templo para rezar. Lo hizo por la puerta principal con el mejor de sus vestidos y causando gran admiraci\u00f3n entre la gente. Camin\u00f3 por el pasillo central y ocup\u00f3 uno de los asientos nobles del Templo. Mir\u00f3 a alrededor y de pasada cay\u00f3 en la cuenta de una figura que tambi\u00e9n oraba con la cabeza baja en la parte trasera y oscura del edificio.
\nY el fariseo empez\u00f3 su oraci\u00f3n a Dios d\u00e1ndole gracias por el \u00e9xito que le acompa\u00f1aba en la vida, porque \u00e9l no era como la chusma que se amontonaba en la puerta del Templo, porque \u00e9l era un perfecto cumplidor de los mandamientos, porque \u00e9l estaba orgulloso de ser fariseo.
\nMientras tanto la triste figura del fondo del Templo tambi\u00e9n rezaba sin levantar los ojos del suelo. Se sent\u00eda poca cosa; estaba arrepentido de sus malas acciones y deseoso de ser perdonado como un chiquillo que tiene remordimientos de la travesura realizada. Una y otra vez mascullaba la misma oraci\u00f3n: \u00abPerd\u00f3name, Se\u00f1or, que soy un pobre pecador\u00bb.
\nBartolom\u00e9, si t\u00fa fueras Dios \u00bfa cu\u00e1l de los dos escuchar\u00edas con m\u00e1s gusto?
\n– Yo creo que al pecador
\n– Cierto amigo, no est\u00e1s lejos del pensamiento de mi Padre, porque todo el que se enaltece ser\u00e1 humillado y todo el que se humilla ser\u00e1 enaltecido. \u00bfEntiendes ahora mi enfado con los fariseos?
\n
\nAyer y hoy
\nLa gran pol\u00e9mica entre Jes\u00fas y los fariseos fue probablemente una de las causas de su muerte. Jes\u00fas no es que tuviese man\u00eda a este grupo o que desease su ruina por intereses pol\u00edticos o econ\u00f3micos. Jes\u00fas hablaba claro de su proyecto del amor de Dios para todos los hombres, y los fariseos, por opci\u00f3n personal, se situaban fuera de \u00e9l. Los fariseos manipulaban a Dios y lo convert\u00edan en una posesi\u00f3n suya que justificaba la pobreza y desigualdad de muchos hombres. Los fariseos cuidaban escrupulosamente las apariencias pero luego estaban repletos de falsedad e hipocres\u00eda.
\nAnte esta situaci\u00f3n, Jes\u00fas ni se coloc\u00f3 en lo pol\u00edticamente correcto, ni call\u00f3 prudentemente para salvar la propia vida o quedar bien delante de la gente. La sinceridad con la que se expres\u00f3, que tal vez a nosotros nos puede parecer un poco dura, era expresi\u00f3n de la pasi\u00f3n que \u00e9l pon\u00eda en el anuncio del reino.
\nNo hace mucho, se inculcaba a los ni\u00f1os una espiritualidad centrada en la presencia de Dios. Decir al peque\u00f1o \u00abDios te ve\u00bb, era una invitaci\u00f3n a la coherencia y a la responsabilidad y a no comportarse de una determinada manera dependiendo de qui\u00e9n estuviera delante. La presencia de Dios, lo sabemos bien, no es la de un polic\u00eda inquisidor, sino la de un padre que nos quiere y que nos invita a que nos pongamos delante de \u00e9l con sinceridad, humildad y arrepentimiento, lejos de la arrogancia y la soberbia del fariseo.
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\nLa utop\u00eda del Reino<\/strong>
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\nJon\u00e1s era padre de tres ni\u00f1os peque\u00f1os y viv\u00eda de lo que pescaba en el lago. No ten\u00eda dinero suficiente para comprar una barca propia, por lo que se conformaba con lo que le pagaba el patr\u00f3n para el que trabajaba. El dinero que ganaba era diferente cada semana, dependiendo tanto de lo que se pescaba como de los impuestos que exig\u00edan los romanos. Su vida era una aut\u00e9ntica lucha por la supervivencia de su familia.
\nMiriam era una mujer diferente. Ella sab\u00eda muy bien cu\u00e1les eran sus obligaciones de esposa. Siendo a\u00fan una jovencita, su padre se la hab\u00eda ofrecido a un artesano acomodado. Trabajaba en casa y cuidaba con esmero de su ni\u00f1a peque\u00f1a. Pero a ella le hubieran gustado otras cosas. Miraba con envidia a los hombres que acud\u00edan a la sinagoga y que pod\u00edan estudiar pasajes de la Biblia. A ella le hubiera gustado aprender, participar de la vida p\u00fablica\u2026 pero esto estaba vetado para las mujeres de su \u00e9poca.
\nJosu\u00e9 ten\u00eda sentimientos contradictorios. No le gustaba la violencia, pero menos a\u00fan le apetec\u00eda contemplar c\u00f3mo los romanos limitaban la libertad de su pueblo. Sentirse dominado por un pueblo extranjero era algo que le herv\u00eda la sangre, pero no sab\u00eda muy bien qu\u00e9 hab\u00eda que hacer. \u00bfLuchar o esperar?
\nJon\u00e1s, Miriam y Josu\u00e9 hab\u00edan acudido aquella tarde a escuchar a Jes\u00fas. Se hab\u00edan reunido en la ladera de una peque\u00f1a colina y el maestro de Nazaret hablaba con una fuerza inusual. Pod\u00eda decirse que estaba so\u00f1ando despierto y su sue\u00f1o lo estaba compartiendo con una multitud. – Felices los pobres porque de ellos ser\u00e1 el reino de los cielos. Jon\u00e1s, se toc\u00f3 el bolsillo vac\u00edo de monedas para ver si la promesa iba por \u00e9l. \u2013 Felices los que lloran, los que sufren, los constructores de la paz, felices los que pasan hambre\u2026 felices, felices, felices.
\nLa vida de ellos no era para nada felicidad. La pobreza, la marginaci\u00f3n y la opresi\u00f3n eran las realidades con las que se las ten\u00edan que ver cada d\u00eda, pero el sue\u00f1o de Jes\u00fas era una promesa maravillosa. \u00bfPor qu\u00e9 no so\u00f1ar con \u00e9l e intentarlo hacerlo realidad?
\n
\nAyer y hoy
\nCasi todo en el cristianismo se explica por la din\u00e1mica del \u00abdon y de la tarea\u00bb. El creyente acepta la vida como un regalo de Dios, pero al mismo tiempo como un campo de trabajo y una tarea de realizaci\u00f3n.
\nLa l\u00f3gica de las bienaventuranzas es la del \u00abs\u00ed pero todav\u00eda no\u00bb\u2026 Los cristianos tenemos que vivir con los pies en la tierra, luchando hasta la extenuaci\u00f3n por hacer de este mundo una sociedad m\u00e1s humana, donde los valores del reino prevalezcan sobre el odio, el poder y las injusticias, pero, al mismo tiempo, los cristianos sabemos que no todo est\u00e1 en nuestra mano. El sue\u00f1o de Jes\u00fas tiene una alta dosis de utop\u00eda que se har\u00e1 realidad m\u00e1s all\u00e1 de este mundo marcado por la divisi\u00f3n. Saber esto, lejos de paralizarnos o esclavizarnos como Nietzsche dec\u00eda, nos impulsa a luchar a\u00fan con m\u00e1s fuerza y esperanza.
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\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"