{"id":7703,"date":"2009-07-01T00:00:41","date_gmt":"2009-06-30T22:00:41","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7703"},"modified":"2009-07-01T00:00:41","modified_gmt":"2009-06-30T22:00:41","slug":"la-pastoral-juvenil-y-los-contenidos-de-la-fe-cristiana","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/la-pastoral-juvenil-y-los-contenidos-de-la-fe-cristiana\/","title":{"rendered":"La pastoral juvenil y los contenidos de la fe cristiana"},"content":{"rendered":"
Jos\u00e9 Luis Moral es profesor de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma<\/strong> JOS\u00c9 LUIS MORAL<\/p>\n Jos\u00e9 Luis Moral es profesor de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma La fe cristiana es a un tiempo don de Dios y decisi\u00f3n humana. Cierto que el polo primero y fundamental reside en el misterio divino, pero se trata de un \u00abmisterio donado al hombre\u00bb en serio, es decir, con todas las consecuencias. […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[606,7,94],"tags":[],"class_list":["post-7703","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-390_391","category-jose-luis-moral","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7703"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7703"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7703\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7703"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7703"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7703"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
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\nLa fe cristiana es a un tiempo don de Dios y decisi\u00f3n humana. Cierto que el polo primero y fundamental reside en el misterio divino, pero se trata de un \u00abmisterio donado al hombre\u00bb en serio, es decir, con todas las consecuencias. La libre iniciativa de Dios siempre precede cualquier respuesta humana; sin embargo, a esa l\u00f3gica de la gracia<\/em> se une la l\u00f3gica de la fe como respuesta igualmente libre a la autocomunicaci\u00f3n divina. Por otra parte, el \u00abyo creo en ti\u00bb o \u00abyo conf\u00edo en ti\u00bb que los cristianos dirigen a Dios incluye tanto el car\u00e1cter personal de la relaci\u00f3n entre dos sujetos como la dimensi\u00f3n cognoscitiva que deriva del mismo: la fe expresa, en primer lugar, encuentro y trato de afecto o de amor; en segundo lugar, acogida o aceptaci\u00f3n de cuanto es y me dice el \u00abOtro\u00bb como verdadero.
\nEl concilio Vaticano II y, m\u00e1s concretamente, Pablo VI en la Evangelii nuntiandi,<\/em> nos recuerdan que \u00abquienes acogen con sinceridad la Buena Nueva, mediante tal acogida y la participaci\u00f3n en la fe, se re\u00fanen pues en el nombre de Jes\u00fas para buscar juntos el reino, construirlo, vivirlo. Ellos constituyen una comunidad que es a la vez evangelizadora. [\u2026] Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocaci\u00f3n propia de la Iglesia, su identidad m\u00e1s profunda. Ella existe para evangelizar\u00bb (EN 13-14). Este recuerdo ven\u00eda cargado con arduos interrogantes: \u00ab1\/ \u00bfQu\u00e9 eficacia tiene en nuestros d\u00edas la energ\u00eda escondida de la Buena Nueva, capaz de sacudir profundamente la conciencia del hombre?; 2\/ \u00bfHasta d\u00f3nde y c\u00f3mo esta fuerza evang\u00e9lica puede transformar verdaderamente al hombre de hoy?; 3\/ \u00bfCon qu\u00e9 m\u00e9todos hay que proclamar el Evangelio para que su poder sea eficaz? Estas preguntas desarrollan, en el fondo, la cuesti\u00f3n fundamental que la Iglesia se propone hoy d\u00eda y que podr\u00eda enunciarse as\u00ed: despu\u00e9s del Concilio y gracias al Concilio que ha constituido para ella una hora de Dios en este ciclo de la historia, la Iglesia \u00bfes m\u00e1s o menos apta para anunciar el Evangelio y para inserirlo en el coraz\u00f3n del hombre con convicci\u00f3n libertad de esp\u00edritu y eficacia?\u00bb (EN 4).
\n <\/p>\n\n
\nCasi cincuenta a\u00f1os despu\u00e9s del Vaticano II corre la voz de que la pastoral juvenil inspirada en \u00e9l, visto lo visto, ya no funciona. Hace falta una nueva que, obviamente, sea una expl\u00edcita evangelizaci\u00f3n y catequesis de los j\u00f3venes: se termin\u00f3 el tiempo de los \u00abjuegos experimentales\u00bb, de la simple \u00abeducaci\u00f3n antropol\u00f3gica\u00bb o de la animaci\u00f3n social; lleg\u00f3 el momento de las propuestas fuertes, de una identidad cristiana \u00edntegra, sin concesiones a la galer\u00eda de los procesos o de los m\u00e9todos que la acomodan a los gustos de nuestra \u00e9poca.
\nM\u00e1s all\u00e1 de la raz\u00f3n que les asista o les falte, las declaraciones en tal sentido verbalizan sin duda una especie de sensaci\u00f3n difusa acerca del momento actual de la pastoral juvenil, percibido como un per\u00edodo de estancamiento y cansancio (por lo dem\u00e1s, sabido es que, en momentos parecidos, prosperan con facilidad las tentaciones nost\u00e1lgicas e involucionistas).
\nAhora parece, incluso, que ni siquiera los \u00abgrandes acontecimientos\u00bb eclesiales pensados para los j\u00f3venes sacuden semejante apat\u00eda. Seg\u00fan esas voces de las que me hago eco, por tanto, s\u00f3lo existir\u00eda la alternativa que nunca se debi\u00f3 abandonar, esto es: relanzar la objetividad segura, asumir sin miedo las exigencias de la verdad o, con otras palabras, una evangelizaci\u00f3n y anuncio claros y fuertes, una espiritualidad exigente, con menos incertezas y m\u00e1s coraje.
\nNi que decir tiene que la situaci\u00f3n de la pastoral juvenil resulta demasiado compleja como para ser definida con un par de frases. No basta decir, por ejemplo, que en ella existen serias carencias respecto al conocimiento de los temas de la fe. Una afirmaci\u00f3n de tal g\u00e9nero, entre otras cosas, debe hacerse indicando al mismo tiempo las razones de tal insuficiencia, que pudieran obedecer bien a deficiencias en los procesos de socializaci\u00f3n, bien al subjetivismo cultural, bien a una pobre reformulaci\u00f3n de la fe o, en fin, bien a una anacr\u00f3nica organizaci\u00f3n de las comunidades eclesiales. De resultas, las soluciones nunca pueden tener una sola direcci\u00f3n.
\nEn definitiva, y deteni\u00e9ndome exclusivamente en una de sus \u00abcuestiones abiertas\u00bb \u2013esa de los contenidos de la fe\u2013 el camino de la pastoral juvenil, como cualquier senda humana, se ha construido con altos y bajos. Sin embargo, se ha hecho todo con una particularidad: el recorrido de la pastoral juvenil siempre ha estado guiado \u2013frente a cualquier viento y marea \u2013 por la br\u00fajula del concilio Vaticano II. De ah\u00ed, la elaboraci\u00f3n de una fundamentaci\u00f3n teol\u00f3gica madura, en estrecha relaci\u00f3n con una actualizada visi\u00f3n antropol\u00f3gica: ambos aspectos confluyen en el redescubrimiento del acontecimiento de la Encarnaci\u00f3n<\/em> y su profunda dimensi\u00f3n pastoral, por la que dicho acontecimiento<\/em> se transforma en criterio<\/em> b\u00e1sico de la misma[1]<\/a>.
\nEn efecto, a la luz de la Encarnaci\u00f3n han ido madurando otras claves fundamentales para la renovaci\u00f3n de la pastoral juvenil. Elijo dos de ellos para ejemplificar. El primero<\/em> referido al significado teol\u00f3gico de la vida cotidiana,<\/em>algo as\u00ed \u2013sirvan las expresiones\u2013 como el \u00absacramento de la presencia y del encuentro con Dios, en Jes\u00fas\u00bb. Es la vida de los j\u00f3venes y de las comunidades cristianas, la cultura y la sociedad donde se desarrollan, el efectivo \u00ablugar teol\u00f3gico\u00bb donde hemos de encontrar y relacionarnos hoy con Jesucristo.
\nEl segundo, la educaci\u00f3n. <\/em>Si para conocer a los j\u00f3venes, en principio, hay que tratar de comprender el tiempo que vivimos; f\u00e1cil deducir despu\u00e9s la especial \u00aburgencia de la educaci\u00f3n\u00bb en nuestros d\u00edas. No obstante, la pastoral juvenil va m\u00e1s all\u00e1: entrelaza profundamente la evangelizaci\u00f3n y el hecho educativo, a trav\u00e9s de una mutua implicaci\u00f3n de la fe y de la educaci\u00f3n.
\nPor semejantes derroteros encontramos algunos de los altos del camino de la pastoral juvenil; pero tambi\u00e9n existen los bajos. Me detengo igualmente en dos de ellos.
\nEl subrayado de la Encarnaci\u00f3n no ha estado exento del peligro de reducir toda la persona de Jes\u00fas y su proyecto salv\u00edfico a esa sola dimensi\u00f3n, oscureciendo en cierto modo un misterio que, enlazando con la creaci\u00f3n, se despliega aut\u00e9nticamente en la Pascua, es decir, pasa por la cruz, la muerte y la resurrecci\u00f3n.
\nTanto la sacramentalidad de la vida cotidiana como los proyectos educativos, por otro lado, han podido restar importancia a lo m\u00e1s importante: la acogida de la salvaci\u00f3n en el encuentro personal con Jes\u00fas, el Cristo. Tantas veces la pastoral juvenil quiz\u00e1 se ha concentrado m\u00e1s en el camino que en el don de Dios, aceptando un juego equivocado entre \u00abprimero educaci\u00f3n\u00bb y \u00abdespu\u00e9s anuncio\u00bb o evangelizaci\u00f3n. La relaci\u00f3n entre educaci\u00f3n y evangelizaci\u00f3n no puede traducirse en un r\u00edgida secuencia temporal del primero esto y despu\u00e9s lo otro.
\nCon todo, hemos de caer en la cuenta de que esos y otros bajos se producen en un contexto donde las comunidades eclesiales no es que campen por altos de grandeza sin igual. No se trata de echar balones fuera, pero tampoco de jugar en campos diversos y concentrar las cr\u00edticas all\u00ed donde est\u00e1n los equipos en la primera fase de entrenamientos y ni conocen las reglas del juego. En ocasiones, se descarga contra la pastoral juvenil sin ni tan siquiera echar una ojeada a qu\u00e9 parroquias (\u00bfcomunidades?), qu\u00e9 celebraciones, qu\u00e9 estructuras y relaciones presentamos como modelos de vida cristiana a los j\u00f3venes.
\nPor otra parte, no se ha de olvidar que cuando hablamos de teolog\u00eda pastoral (teolog\u00eda de la praxis cristiana) y de pastoral juvenil (praxis cristiana con j\u00f3venes), en el primer caso, el sujeto es la teolog\u00eda y, en el segundo, la pastoral o la praxis. Por desgracia, las muchas innovaciones pastorales o pr\u00e1cticas no siempre han sido precedidas o acompa\u00f1adas por una adecuada reflexi\u00f3n teol\u00f3gica. Es m\u00e1s, se puede decir que uno de los aspectos m\u00e1s carentes en el desarrollo del \u00faltimo Concilio (que para mayor afrenta del asunto quiso ser todo \u00e9l \u00abpastoral\u00bb) coincide con el escaso repensamiento y renovaci\u00f3n de la teolog\u00eda pastoral o pr\u00e1ctica[2]<\/a>. Por \u00faltimo, tampoco hemos de echar en saco roto el \u00abfactor humano\u00bb: los altos de la pastoral juvenil no siempre se han visto correspondidos con una formaci\u00f3n adecuada en los agentes y animadores de dicha pastoral.
\n <\/p>\n\n
\nLa preocupaci\u00f3n principal de la pastoral juvenil, en general, y de cada proyecto, en particular, se centra en el encuentro personal de los j\u00f3venes con Jesucristo. Dicho encuentro nace del anuncio, por lo que la pastoral juvenil, antes de nada, se identifica y define por su car\u00e1cter evangelizador.
\nLa referencia a la persona de Jes\u00fas, pues, constituye la experiencia central de la que se (pre)ocupa la pastoral juvenil. Una experiencia radicada en la fe que, junto a su forma personal, ha de tener tambi\u00e9n una dimensi\u00f3n contenutista <\/em>y otra eclesial. Para los cristianos, en primer lugar, creer significa confiar en Dios, reconocer y acoger su amor gratuito e incondicional (dimensi\u00f3n personal). <\/em>A partir de ah\u00ed, por un lado, nos referimos a una \u00abfe afirmativa\u00bb, o sea, que comporta la aceptaci\u00f3n de cuanto Dios nos dice en Jesucristo y, asimismo, la respuesta coherente a su proyecto salv\u00edfico (dimensi\u00f3n contenutista); <\/em>por otro, esa fe se vive dentro de una comunidad de creyentes (dimensi\u00f3n eclesial).<\/em>
\nLa atenci\u00f3n a los contenidos de la fe, entonces -y por preocupantes que sean las carencias al respecto en la pastoral juvenil-, no puede considerarse una cuesti\u00f3n aislada y que, por lo mismo, se resolver\u00eda a trav\u00e9s de la ense\u00f1anza de doctrinas o de la vuelta a \u00abaprender el catecismo\u00bb.
\nExpresado sint\u00e9ticamente, la atenci\u00f3n a los contenidos de la fe exige dos operaciones b\u00e1sicas: una dirigida a evaluar el estado de la cuesti\u00f3n y la otra a repensar\u2013estructurar esos mismos contenidos en relaci\u00f3n con el estado de conciencia de los hombres y mujeres, de los j\u00f3venes de hoy.
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\nEl estado de la cuesti\u00f3n<\/em><\/strong>
\nEvaluar pasa por situar adecuadamente el problema. Lo intento al hilo de cuatro aclaraciones sobre otros tantos aspectos que distinguen una preocupaci\u00f3n verdadera por los contenidos, del simple desasosiego manifestado por quien constata que los j\u00f3venes desconocen la doctrina cristiana[3]<\/a>.
\nInicialmente, ha de admitirse que la tradici\u00f3n formativa catequ\u00edstica y pastoral situaba todos los contenidos de la fe cristiana en un mismo plano o, lo que es peor, los organizaba atendiendo m\u00e1s a una perspectiva moral o funcional (cuando no moralizadora e instrumentalista, hasta extremos de \u00absometimiento de las conciencias\u00bb) que a una \u00abjerarqu\u00eda de las verdades\u00bb (cf. UR 11) y a su sentido salvador (todav\u00eda predomina, sirva el ejemplo casi t\u00f3pico, la confesi\u00f3n que gira en torno a algunas blasfemias o al sexto mandamiento, mientras se siguen ignorando la responsabilidades sociales, econ\u00f3micas o pol\u00edticas). El conocimiento de la fe cristiana requiere un cambio que, por tantos motivos, no se ha producido y, adem\u00e1s, la codificaci\u00f3n moral o funcional de los contenidos de la misma es, sin duda, la m\u00e1s simple y \u00abefectiva\u00bb.
\nEn segundo lugar, la atenci\u00f3n a los contenidos exige la constataci\u00f3n de c\u00f3mo esos contenidos habilitan para vivir con sentido; con otras palabras, c\u00f3mo nos hacen crecer humana o cristianamente en todas las direcciones de la vida. Quiere esto decir que la verdadera preocupaci\u00f3n por los contenidos no se refiere tanto a su conocimiento cuanto a la praxis, a la vida o, mejor dicho, a la integraci\u00f3n de fe y vida que consiguen. Los contenidos tienen la funci\u00f3n de orientar las opciones, sea en el plano de las actitudes que de las decisiones concretas. En esta \u00f3ptica, la separaci\u00f3n entre actitudes y conocimientos produce \u00abincoherencias cristianas\u00bb de las que todos nos lamentamos o termina por justificar los llamativos dualismos \u2013m\u00e1s o menos hip\u00f3critas\u2013 de subjetivismos y espiritualismos bien conocidos.
\nTambi\u00e9n los contenidos, en tercer lugar, guardan una estrecha relaci\u00f3n con la educaci\u00f3n, a trav\u00e9s de la cual hemos de asegurar una madura interiorizaci\u00f3n de los acontecimientos que comporta la evangelizaci\u00f3n (manifestaciones de todo tipo, celebraciones, relaci\u00f3n personal y comunitaria con Dios, etc.). Al respecto, la pastoral juvenil se ha orientado, con raz\u00f3n, por el camino del \u00abhacer propuestas\u00bb, sugiriendo en cada una de ellas modelos y contenidos que asimilar. De este modo, se mide<\/em> la maduraci\u00f3n personal en referencia a la progresiva interiorizaci\u00f3n de cuanto se va haciendo y viviendo. La operaci\u00f3n no es f\u00e1cil, por lo que no resulta infrecuente buscar atajos tramposos que, en general, tocan las fibras afectivas o se presentan con una espectacularidad atrayente (demasiado semejante al brillo de los fuegos artificiales que, una vez terminados, para nada cambian la oscuridad de la noche).
\nPor \u00faltimo, la preocupaci\u00f3n por los contenidos traslada la atenci\u00f3n a su formulaci\u00f3n y comunicaci\u00f3n. Es aqu\u00ed donde tantas veces la tarea de la evangelizaci\u00f3n hace aguas, precisamente, por ambos sitios: por el lado de una fe que sigue narr\u00e1ndose con formas, lenguajes y s\u00edmbolos antiguos y hasta literalmente incre\u00edbles para los j\u00f3venes; o por el flanco de los tantos y tantos rumores que interfieren la comunicaci\u00f3n con las nuevas generaciones.
\n
\nRepensar y \u00abcomunicar\u00bb los contenidos<\/em><\/strong>
\nA la fin y a la postre, disparar con el complejo tema de los contenidos termina resultando un tiro por la culata. En efecto, las dificultades achacables a la pastoral juvenil quiz\u00e1s correspondan m\u00e1s bien a la teolog\u00eda en cuanto tal o al modo, en general, de vivir y narrar la experiencia cristiana en nuestros d\u00edas. Como dec\u00eda m\u00e1s arriba, necesitamos repensar y estructurar de otro modo los contenidos de la fe en relaci\u00f3n directa al estado de conciencia de los hombres y mujeres de hoy.
\nEn dicha tarea, por tanto, son determinantes tanto la \u00abcuesti\u00f3n antropol\u00f3gica\u00bb como la \u00abcuesti\u00f3n teol\u00f3gica\u00bb o, lo que es lo mismo, los modelos teol\u00f3gicos y antropol\u00f3gicos sobre los que se construyen los proyectos de pastoral juvenil. Con unos y otros, a veces, ha resultado que habl\u00e1bamos de un Dios como si fuera un \u00abgran se\u00f1or\u00bb, lejano e impasible \u2013am\u00e9n de empe\u00f1ado constantemente en defender sus derechos\u2013, que revela su verdad a unos pocos afortunados, confi\u00e1ndoles adem\u00e1s un poder sin igual sobre cualquier afirmaci\u00f3n de los hombres, y que s\u00f3lo se deja conmover delante de sacrificios y renuncias. Jes\u00fas, en cambio, nos revela un rostro de Dios muy distinto: un Dios de la vida, dispuesto a morir para que todos la tengan de verdad[4]<\/a>.
\nEscapa a los objetivos del art\u00edculo ocuparme en sugerir una determinada estructura<\/em> de los contenidos de la fe[5]<\/a>. Por lo dem\u00e1s, no faltan ejemplos consistentes en algunos modelos de pastoral juvenil. En este sentido, el proyecto\u2013marco de la pastoral juvenil salesiana se presenta como un verdadero y propio proyecto de espiritualidad juvenil, con una propuesta concreta donde se armonizan progresivamente los contenidos de la fe cristiana.
\nEn cualquier caso y a la luz del Vaticano II, tanto los trabajos encaminados a reestructurar los contenidos como los correspondientes al anuncio y comunicaci\u00f3n de la \u00abBuena Noticia\u00bb, bien pudieran relacionarse con tres pistas concretas: 1\/ La \u00abconcentraci\u00f3n cristol\u00f3gica\u00bb, que comporta el cambio del cl\u00e1sico \u00abparadigma pastoral de la sacramentalizaci\u00f3n\u00bb; 2\/ La renovaci\u00f3n (evangelizadora) de las comunidades cristianas para ayudar efectivamente a los j\u00f3venes a redescubrir la Iglesia; 3\/ La opci\u00f3n firme y central por un mundo m\u00e1s justo.
\n <\/p>\n
\n
\n[1]<\/a> Cf. REDAZIONE \u00abNPG\u00bb, Ripensando quarant\u2019anni di servizio alla pastorale Giovanile. Intervista a Riccardo Tonelli, <\/em>\u00abNote di Pastorale Giovanile\u00bb 5(2009), 11-65; R. TONELLI, Venti anni di pastorale giovanile, <\/em>\u00abNote di Pastorale Giovanile\u00bb 1(1986), 3-37.
\n[2]<\/a> He estudiado concretamente el tema en otro lugar: cf. J.L. MORAL, Ciudadanos y cristianos. Reconstrucci\u00f3n de la Teolog\u00eda Pastoral como Teolog\u00eda de la Praxis Cristiana, <\/em>San Pablo, Madrid 2007.
\n[3]<\/a> R. TONELLI, Questioni aperte di pastorale giovanile, <\/em>\u00abNote di Pastorale Giovanile\u00bb 1(2008), 22-28.
\n[4]<\/a> Cf. REDAZIONE \u00abNPG\u00bb, Ripensando quarant\u2019anni di pastorale giovanile, <\/em>o.c., p. 65.
\n[5]<\/a> Lo he intentado en otros lugares tratando de repensar, en primer lugar, la \u00abantropolog\u00eda teol\u00f3gica\u00bb y sugiriendo, despu\u00e9s, una organizaci\u00f3n concreta de los contenido nucleares de la \u00abexperiencia de fe\u00bb: cf. J.L. MORAL, Creado creador. Apuntes de la historia de Dios con el hombre, <\/em>Ed. CCS, Madrid 1999 o ID., Giovani, fede e comunicazione. Raccontare l\u2019incredibile fede di Dio nell\u2019uomo, <\/em>LDC, Torino 2008 (sobre las cuestiones teol\u00f3gicas y antropol\u00f3gicas); ID., \u00bfJ\u00f3venes sin fe? Manual de primeros auxilios para reconstruir con los j\u00f3venes la fe y la religi\u00f3n, <\/em>PPC, Madrid 2007 (acerca de la organizaci\u00f3n de los contenidos de la fe).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"