{"id":7742,"date":"2009-05-01T00:00:30","date_gmt":"2009-04-30T22:00:30","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/?p=7742"},"modified":"2009-05-01T00:00:30","modified_gmt":"2009-04-30T22:00:30","slug":"el-mundo-afectivo-de-los-adolescentes-analisis-y-reflexion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/el-mundo-afectivo-de-los-adolescentes-analisis-y-reflexion\/","title":{"rendered":"El mundo afectivo de los adolescentes: an\u00e1lisis y reflexi\u00f3n"},"content":{"rendered":"
Miguel \u00c1ngel Olivares, Psic\u00f3logo, Director del Centro Juvenil Salesianos-Atocha<\/strong> Miguel \u00c1ngel Olivares Ull\u00e1n<\/p>\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Miguel \u00c1ngel Olivares, Psic\u00f3logo, Director del Centro Juvenil Salesianos-Atocha \u00a0 S\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO De una manera sencilla, el art\u00edculo traza un verdadero mapa del mundo afectivo de los adolescentes. Partiendo del dato de que su afectividad se ve afectada profundamente por las novedades psicosociales que tienen que afrontar, propone un recorrido que pasa por la […]<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[1300,70,94],"tags":[],"class_list":["post-7742","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-estudios-388","category-miguel-a-olivares","category-mision-joven-2"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7742"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7742"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7742\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7742"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7742"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/misionjoven\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7742"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\n\u00a0<\/strong>
\nS\u00cdNTESIS DEL ART\u00cdCULO<\/strong>
\nDe una manera sencilla, el art\u00edculo traza un verdadero mapa del mundo afectivo de los adolescentes. Partiendo del dato de que su afectividad se ve afectada profundamente por las novedades psicosociales que tienen que afrontar, propone un recorrido que pasa por la descripci\u00f3n de las tareas psicosociales que el adolescente tiene que acometer en esta etapa; se fija en las diversas etapas de la adolescencia, en los cambios f\u00edsicos, cognitivos y de valores y aborda de manera m\u00e1s detenida el \u00e1mbito de las relaciones sociales, para terminar con algunas anotaciones sobre la patolog\u00eda afectiva.
\n
\nAntes de atreverme a escribir ni una sola l\u00ednea sobre este tema he acudido a los expertos en la materia. En primer lugar le he preguntado a varios alumnos de Bachillerato, \u201cdesde los sentimientos, \u00bfqu\u00e9 es lo m\u00e1s importante para ti cuando se tiene 15 o 16 a\u00f1os?\u201d. La respuesta es indiscutible: \u201cDivertirse, los amigos, la familia y ser t\u00fa mismo\u201d. Este es el mejor resumen de este art\u00edculo. Ahora me faltaba el contenido. Para ello he acudido a Angus Rold\u00e1n, pr\u00e1cticamente s\u00f3lo resumo lo que de ella he escuchado y le\u00eddo disfrutando su asignatura, psicolog\u00eda cl\u00ednica infantil y juvenil (me remito a los apuntes tomados en sus clases y a su preciosa conferencia \u201cLa edad del pavo, caracter\u00edsticas psicoevolutivas de la adolescencia\u201d). Con toda la intenci\u00f3n prescindo de las\u00a0 citas y las formalidades de un art\u00edculo \u201cserio\u201d sobre el tema, y a modo de compa\u00f1eros de \u201cclase\u201d me atrevo a\u00a0 compartir lo que escuch\u00e9 de quienes saben.
\nEl recorrido que os propongo se basa en esta convicci\u00f3n: la afectividad de los adolescentes se ve profundamente afectada por las novedades psicosociales que han de afrontar. Lo que sienten, c\u00f3mo se sienten y c\u00f3mo nos sienten, est\u00e1 muy influenciado por su momento evolutivo. Por tanto debemos acercarnos a esas variables para acoger su manera de sentir. Para ello necesitamos deshacer algunos esterotipos, despu\u00e9s describir las tareas psicosociales que corresponde acometer en esta etapa de la vida; nos ayudaremos de un esquema temporal que facilite a acompa\u00f1ar su proceso y miraremos cara a cara los cambios f\u00edsicos, cognitivos y de valores que esperan en el camino; ser\u00e1 fundamental atender a las relaciones como lugar clave de la afectividad; y por \u00faltimo observaremos qu\u00e9 dimensiones est\u00e1n en juego cuando la afectividad enferma, nombrando los ejes a los que afecta la depresi\u00f3n en los adolescentes. Vamos a ello.
\n <\/p>\n\n
\nEs honesto comenzar reconociendo algunos mitos sobre la adolescencia que han ido haci\u00e9ndose sitio hasta llegar a ser admitidos sin m\u00e1s. Pongamos nombre a algunas de estas\u00a0 creencias.
\nLa idea de la adolescencia como un periodo de fuerte inestabilidad emocional, desbordante para la persona, y lleno de cambios incontrolables, se desmiente con detenerse a contemplar la realidad; sencillamente veremos que el nivel de estabilidad durante este per\u00edodo es similar al de los adultos. En el otro extremo, est\u00e1n los que defienden que los trastornos de la adolescencia se desvanecen al llegar a la vida adulta. Los datos nos indican que los adolescentes que tienen problemas con poca probabilidad mejoraran sin ayuda y, si no se toman medidas, se incorporar\u00e1n al grueso de los adultos con dificultades. Si alguien contin\u00faa pensando que la adolescencia es un periodo de hostilidad y conflicto entre padres e hijos, le recordamos que la mayor\u00eda de los adolescentes dicen tener buenas relaciones con sus padres; de hecho, los buscan y piden su consejo para las cuestiones importantes. Si existen conflictos entre padres y adolescentes, no son generalizables a todas las \u00e1reas, se suelen manifestar entorno al cuestionamiento de las reglas por parte del adolescente. Si consideramos la diversidad de las familias, las conductas que en una casa son causa de conflictos muy graves, en otras se pasan por alto y son otros elementos los que causan\u00a0 problemas. No debemos olvidar que las influencias de los padres sobre los adolescentes siguen siendo estables y fuertes durante la adolescencia y la juventud y que las jerarqu\u00edas de valores de padres e hijos presentan grandes similitudes.
\n <\/p>\n\n
\nEliminados algunos prejuicios, pasamos a ver las tareas psicosociales que el adolescente debe afrontar. Intentar cualquier acercamiento a la afectividad de los adolescentes sin tener en cuenta aquello que su momento evolutivo y el ambiente mueven en \u00e9l, ser\u00eda vaciarlo de contenido.
\nEn poco tiempo, nuestro protagonista, ha de conseguir relaciones nuevas con personas de su edad de ambos g\u00e9neros, en las que ya se le pide madurez. De la noche a la ma\u00f1ana la costumbre de tratar con personas del mismo sexo y los recursos de sus juegos de ni\u00f1o\u00a0 se quedan pobres ante el complejo mundo de las relaciones heterosexuales y del aprendizaje de habilidades y \u00a0conductas, que\u00a0le exige la vida en el grupo de iguales. Ahora tiene que examinar los roles sexuales que presenta la cultura cambiante como la nuestra y lograr saber qu\u00e9 es un hombre, qu\u00e9 es una mujer, qu\u00e9 apariencia se supone deben tener, c\u00f3mo deben comportarse, qu\u00e9 deben llegar a ser\u2026no es tarea f\u00e1cil.
\nQuiera o no, se ve obligado a aceptarse con su nuevo f\u00edsico: utilizar el propio cuerpo con eficacia (en el deporte, en el recreo, en las tareas cotidianas\u2026), acoger su nuevo aspecto, asumir su ritmo de crecimiento, aprender a cuidar su cuerpo, etc.
\nHa de caminar hacia la independencia emocional de los padres y otros adultos, lo que requiere grandes dosis de conocimiento, afecto y consideraci\u00f3n por parte del mundo adulto y por parte suya, condiciones que no siempre se dan.
\nAdem\u00e1s le pedimos prepararse para tener una profesi\u00f3n,\u00a0 decidir cual va a ser y buscar\u00a0 la independiente econ\u00f3micamente; sin olvidar adquirir un sistema \u00e9tico para guiar su conducta, desarrollar una ideolog\u00eda, con la que situarse en sociedad, tomar una postura pol\u00edtica, reconocerse miembro de una etnia, una religi\u00f3n\u2026 S\u00f3lo escribirlo cansa.
\n <\/p>\n\n
\nLa mejor ayuda para el desarrollo de una sana afectividad es un acompa\u00f1amiento prudente, que favorezca afrontar estos cambios, durante un per\u00edodo lo suficientemente amplio como para que la transici\u00f3n no resulte tan tormentosa. Desde aqu\u00ed, podr\u00edamos dividir la adolescencia en tres etapas, buscando una construcci\u00f3n te\u00f3rica que facilite\u00a0 su comprensi\u00f3n y\u00a0 un acercamiento pr\u00e1ctico.
\nLa primera es la adolescencia temprana<\/strong> coincide m\u00e1s o menos con la educaci\u00f3n secundaria. Nuestros protagonistas crecen deprisa tanto f\u00edsica como intelectualmente, y comienzan a adquirir las caracter\u00edsticas sexuales de los adultos. La principal tarea es adaptarse a estos cambios, aceptar el propio aspecto y aprender a utilizar el cerebro y el cuerpo de una manera eficaz.
\nA la segunda etapa es la adolescencia media<\/strong> y corresponde al Bachillerato o Ciclos Formativos de Grado Medio. Durante este tiempo tratan de convertirse en personas f\u00edsicamente seguras de s\u00ed mismas y alcanzar la autonom\u00eda psicol\u00f3gica de los padres, ampliar las relaciones con sus compa\u00f1eros, lograr amistades \u00edntimas, aprender en la relaci\u00f3n de pareja y\u00a0 afrontar la sexualidad.
\nLa tercera etapa, la adolescencia tard\u00eda<\/strong>, comienza en torno al \u00faltimo a\u00f1o del instituto y contin\u00faa hasta que han formado un sentimiento claro y coherente de identidad personal en relaci\u00f3n con los dem\u00e1s y ha empezado a elaborar algunos roles sociales definidos, sistemas de valores y objetivos vitales.
\nCon todo el respeto a las novedades que aportan los estudios sobre la prontitud con la que aparece actualmente la adolescencia (por nombrar uno \u201cLa adolescencia adelantada, el drama de la ni\u00f1ez perdida\u201d de Fernando Maestre) me permito quedarme con este esquema por practicidad.
\n <\/p>\n\n
\nAunque la secuencia de los acontecimientos de la pubertad es parecida en la mayor\u00eda de los adolescentes de ambos sexos, esta presenta una variaci\u00f3n considerable. Los adolescentes normalmente experimentan sus primeros cambios entre los 8 y los 14 a\u00f1os. La producci\u00f3n hormonal en el cerebro, trae como consecuencia el estir\u00f3n del crecimiento, que afecta primero a las extremidades y luego contin\u00faa hacia el torso y al final de la pubertad, los pulmones, el coraz\u00f3n y el sistema digestivo, que tambi\u00e9n cambian en tama\u00f1o y forma. Durante la pubertad se producen cambios en las caracter\u00edsticas sexuales secundarias y se agrandan las caracter\u00edsticas sexuales primarias, que junto con la menarqu\u00eda de las chicas y la espermarquia de los ni\u00f1os llevan a la maduraci\u00f3n sexual y a la capacidad reproductora.
\nEstos cambios afectan profundamente a las emociones y a la conducta. Ajustar la imagen corporal pasa a ser un tema esencial. De hecho los adolescentes son extremadamente autoconscientes y est\u00e1n seguros de que todo el mundo est\u00e1 observando sus movimientos. La sensaci\u00f3n es lo m\u00e1s parecida a que su cuerpo los estuviese traicionando continuamente. El significado que el adolescente de a los cambios corporales es important\u00edsimo, y no depende s\u00f3lo de \u00e9l, las normas culturales acerca de lo que resulta atractivo pesan considerablemente. El ritmo del desarrollo y el sentimiento de ir a tiempo o fuera de tiempo, es una variable importante en cuanto se sale de la normalidad.
\nAqu\u00ed es importante pararse, ya que el impacto psicol\u00f3gico de los cambios corporales no se debe tan s\u00f3lo a las evaluaciones que el adolescente haga de su imagen corporal, sino tambi\u00e9n a las reacciones que su apariencia provoca en quienes est\u00e1n en contacto con \u00e9l.
\nEl reajuste de la imagen corporal es dif\u00edcil para chicos y chicas, en la mayor\u00eda de las ocasiones, pero estos cambios corporales son vividos de forma muy distinta por ambos. Para las chicas, la apariencia f\u00edsica guarda una relaci\u00f3n muy estrecha con la identidad femenina, por lo que son m\u00e1s sensibles a los ideales sociales sobre el atractivo f\u00edsico y proclives a la insatisfacci\u00f3n y los sentimientos negativos hacia el propio cuerpo. Mientras que para los chicos la identidad masculina est\u00e1 m\u00e1s vinculada al sentimiento de efectividad del propio cuerpo: habilidad f\u00edsica, capacidad de competir, etc.; lo que\u00a0 le lleva a acoger mejor la pubertad, porque trae consigo un aumento de fuerza, de altura y de habilidad atl\u00e9tica.
\nSi el adolescente no ha vivido de forma armoniosa las transformaciones corporales, tendr\u00e1 m\u00e1s dificultad en aceptar su cuerpo sexualizado, en asumir el deseo er\u00f3tico y el placer sexual. En este proceso la intervenci\u00f3n educativa adecuada puede marcar la diferencia entre la madurez emocional apropiada\u00a0 y la presencia de trastornos que afectar\u00e1n al resto de la\u00a0 vida.
\n <\/p>\n\n
\nEs f\u00e1cil cometer el error de no relacionar la afectividad del adolescente con el desarrollo cognitivo. Pero se tratar\u00eda de un error ignorar su poderosa influencia en esta etapa de la vida. El adolescente ya no piensa solamente como un ni\u00f1o ligado a lo real y concreto; ahora tambi\u00e9n pueden pensar sobre lo posible, produciendo enunciados e hip\u00f3tesis, y por tanto tienen acceso al m\u00e9todo hipot\u00e9tico-deductivo. Pueden considerar la realidad inmediata que le rodea en funci\u00f3n de lo que podr\u00eda ser; pueden\u00a0 reflexionar, construir sus propias ideas, entender la realidad como algo que puede cambiar, criticar el pensamiento adulto y adquirir valores morales. El pensamiento formal implica un considerable aumento de la flexibilidad que abre ante el adolescente el mundo del acercamiento al otro como diferente, a la tolerancia, la comprensi\u00f3n intercultural, la b\u00fasqueda de ideales y criterios \u00e9ticos universales. S\u00f3lo desde aqu\u00ed entablaremos, con \u00e9l, una de esas caracter\u00edsticas peleas dial\u00e9cticas\u00a0 sobre cualquier tema, procurando no olvidar que, en el fondo, participamos en un m\u00e9todo que le ayuda a establecer su propia identidad.
\nEsta nueva herramienta origina una nueva forma de egocentrismo\u00a0 al que hemos de prestar gran atenci\u00f3n si queremos comprender la forma de pensar y las emociones y las conductas m\u00e1s significativas de la adolescencia. El egocentrismo adolescente tiene cuatro caracter\u00edsticas:
\n– Audiencia imaginaria<\/em>. El adolescente cree que su aspecto y su conducta preocupan a otras personas. Siente que es el centro de atenci\u00f3n. Esto es imaginario porque normalmente los dem\u00e1s no sienten dicha preocupaci\u00f3n. Esto explica, en parte, el alto grado de timidez que es frecuente en la adolescencia temprana.
\n– F\u00e1bula personal<\/em>. El adolescente est\u00e1 convencido de poseer una existencia \u00fanica, inmortal y especial. Es el resultado de la sobreestimaci\u00f3n y el exceso de diferenciaci\u00f3n sus sentimientos como individuo. Detr\u00e1s hay una poderosa creencia en su unicidad. Esta distorsi\u00f3n cognitiva podr\u00eda estar en la base de las graves conductas de riesgo en que se implican algunos adolescentes con cierta frecuencia, creyendo que las consecuencias m\u00e1s probables de dichas conductas no pueden sucederles porque ellos son especiales.
\n– Pseudoestupidez<\/em>. El poder pensar sobre muchas posibilidades diferentes, le lleva a\u00a0 buscar m\u00f3viles de conducta complejos, y de racionalizar en exceso situaciones triviales.
\n– Hipocres\u00eda aparente<\/em>. El adolescente siente que no tienen por qu\u00e9 acatar las mismas reglas que los dem\u00e1s s\u00ed deben cumplir. Esto deriva de su sentimiento de ser \u00fanico y diferente de todos los dem\u00e1s.
\nEl egocentrismo va disminuyendo a partir de los 15 o 16 a\u00f1os. El auditorio imaginario va siendo sustituido por uno real, al reconocer las diferencias existentes entre sus propias preocupaciones y las de los dem\u00e1s. Al compartir sus pensamientos y sentimientos con sus compa\u00f1eros y descubrir que existen importantes coincidencias se cae por s\u00ed sola la f\u00e1bula personal.
\n <\/p>\n\n
\nProbablemente la tarea m\u00e1s importante de este periodo sea dar respuesta a preguntas como, \u00bfqui\u00e9n soy yo? \u00bfqu\u00e9 quiero hacer con mi vida? \u00bfc\u00f3mo quiero que sea mi vida social y mi vida sexual? \u00bfen qu\u00e9 quiero trabajar? \u00bfcu\u00e1les son mis criterios morales? \u00bfcu\u00e1les son los valores por los cuales merece la pena comprometerse? Dicho de otro modo, la formaci\u00f3n de una identidad individual coherente, propia, diferenciada, unida a un proyecto vital. El logro de una identidad positiva y diferenciada no se suele alcanzar antes de los \u00faltimos a\u00f1os de la adolescencia (18-19 a\u00f1os).
\nAqu\u00ed nos encontramos con problem\u00e1ticas que explican muchas de las reacciones y conductas adolescentes y que marcan su afectividad. Muchos j\u00f3venes atajan esta b\u00fasqueda, lo que les lleva a aceptar los valores de los padres, en lugar de forjar una identidad personal \u00fanica. Tienen proyectos y objetivos claramente definidos pero no son el resultado de su b\u00fasqueda entre diferentes alternativas, sino la consecuencia de una presi\u00f3n social excesiva. Quiz\u00e1 ocultan el miedo a la incertidumbre que genera el cuestionamiento de la identidad que hasta ahora ha servido, aunque sea proporcionada por otros.
\nOtros adolescentes sienten inalcanzables los roles que los padres y la sociedad les piden, y deciden no mostrar ning\u00fan inter\u00e9s por encontrar valores y metas alternativos, que sean verdaderamente suyos. No tienen objetivos, ignoran qui\u00e9nes son o hacia donde van, son ap\u00e1ticos, con dificultades para el esfuerzo intenso y continuado. Les cuesta\u00a0 decidir y\u00a0 m\u00e1s a\u00fan comprometerse con las propias decisiones. As\u00ed, lo que ser\u00eda normal en la adolescencia temprana, se hace un problema cuando se prolonga en exceso, impidiendo un adecuado desempe\u00f1o de las tareas cr\u00edticas posteriores.
\nTambi\u00e9n podemos encontrar muchos adolescentes que parecen confusos, inestables y descontentos. Se prolonga el tiempo de experimentaci\u00f3n con diferentes objetivos y valores, para no decidirse por ninguno. Algunos adolescentes con estas caracter\u00edsticas, van de crisis en crisis.
\nPor tanto, en un adecuado acompa\u00f1amiento, hemos de procurar no olvidar que esta b\u00fasqueda de identidad madura ha de cumplir con algunos criterios para ser saludable. Estamos ante un proceso de b\u00fasqueda personal activa y no de conformase con la copia o negaci\u00f3n de una identidad determinada; para ello el adolescente se plantea distintas posibilidades, duda entre varias alternativas y busca activamente informaci\u00f3n sobre cada una de ellas. Ha de llegar a un nivel suficiente de coherencia y diferenciaci\u00f3n, integrando la diversidad de papeles que se han desempe\u00f1ado y desempe\u00f1ar\u00e1; lo que ha sido, lo que es\u00a0 y lo que busca ser en\u00a0 el futuro; lo real y lo posible o ideal; la imagen que se tiene de uno mismo y la impresi\u00f3n que se produce en los dem\u00e1s.
\n <\/p>\n\n
\nEste tema ha sido ampliamente estudiado en esta revista (en el fondo todos citamos con admiraci\u00f3n a Javier Elzo) y poco m\u00e1s puedo aportar salvo en recordar que uno de los objetivos del desarrollo de la identidad es adoptar una escala de valores. Nunca se debe menospreciar la influencia de los valores escogidos por el adolescente para el manejo de su mundo emocional. Por dar una muestra, el individualismo puede potenciar alguna de las distorsiones cognitivas de esta etapa y camuflar, como b\u00fasqueda de identidad, la mera asunci\u00f3n de los prototipos sociales dominantes; el presentismo puede obstaculizar seriamente el establecimiento de proyectos o ideales de vida y ocultar una profunda inseguridad ante un futuro percibido como amenazante e incierto; el \u201criesgo festivo\u201d que manifiesta la ausencia de l\u00edmites y normas, nos puede estar recordando a los adultos que hemos dejado de hacer de \u201csparring\u201d con el que el adolescente entrena su identidad naciente. Aqu\u00ed nos encontramos con un largo etc.
\nPero lo que no ha de escapar a nuestra consideraci\u00f3n es que, en muchos adolescentes, hay una disonancia entre los valores finalistas y los valores instrumentales. Se invierte afectiva y racionalmente en valores que implican metas a alcanzar u objetivos a perseguir, como pacifismo, tolerancia, ecolog\u00eda, etc.; pero se producen fallas en los valores que representan los procedimientos o medios para alcanzar tales objetivos o metas. Parece que han quedado olvidados los mejores aliados: esfuerzo, autorresponsabilidad, abnegaci\u00f3n, trabajo bien hecho, etc., por lo que todo lo anterior corre el riesgo de quedarse en un bonito discurso.
\n <\/p>\n\n
\nLa amistad con los iguales<\/strong>
\nUn cambio significativo e influyente es que los adolescentes buscan en sus iguales el apoyo que antes les proporcionaba la familia. Aqu\u00ed encuentran tesoros important\u00edsimos para ellos: les ayuda a desarrollar su identidad y sentirse a gusto con ella, les permite adquirir las habilidades necesarias para mantener relaciones interpersonales, les ofrece un conjunto de modelos acerca de c\u00f3mo debe vivirse la adolescencia y es su refugio emocional.
\nEn la adolescencia temprana y media<\/strong>, las amistades \u00edntimas se convierten en una parte muy importante de su existencia. Las cosas personales e \u00edntimas que les rondan por la cabeza, no pueden ser discutidas con cualquiera sino con amigos \u00edntimos y de confianza. Frecuentemente disminuye la disponibilidad de los padres de responder y escuchar estas inquietudes, en ocasiones porque no comprenden lo que les ocurre a sus hijos, a veces porque los adolescentes dan por supuesto que sus padres van a mostrarse insensibles o poco comprensivos ante sus problemas. Pero sobre todo porque la b\u00fasqueda de autonom\u00eda adolescente les impide buscar consejo en sus padres. Todo esto hace que estas relaciones se caractericen por un alto grado de confidencialidad y de informaci\u00f3n personal compartida.
\nEstas relaciones son rec\u00edprocas, los amigos deben tratarse entre s\u00ed como iguales e intentan ayudarse siempre que haga falta, adapt\u00e1ndose cada uno a la personalidad del otro, resolviendo sus diferencias de forma mutuamente beneficiosa y ayudando y recibiendo ayuda.
\nLos adolescentes tard\u00edos<\/strong>, est\u00e1n menos interesados en conservar una red amplia de amigos, y lo que realmente desean es tener relaciones \u00edntimas y rec\u00edprocas, pero con amigos\u00a0 elegidos de forma m\u00e1s selectiva que antes. Ni la presencia constante de los compa\u00f1eros, ni la seguridad continua que les proporcionaban son tan importantes como antes.
\nDesean una relaci\u00f3n afectiva m\u00e1s estrecha, compartir el afecto maduro, los problemas y los pensamientos m\u00e1s \u00edntimos. Necesitan amigos cercanos que permanezcan junto a ellos d\u00e1ndoles comprensi\u00f3n y cuidando. Comparten sentimientos y se ayudan mutuamente a resolver problemas y conflictos interpersonales. Conseguir formar y mantener relaciones adecuadas con los iguales es esencial para el ajuste social y psicol\u00f3gico del adolescente.
\n
\nEl grupo de iguales<\/strong>
\nOtro de los aspectos importantes en las relaciones sociales es la pertenencia a un grupo de compa\u00f1eros de su misma edad, con los que compartir actitudes e intereses comunes. El grupo permite al adolescente integrarse en la sociedad mediante las identificaciones y\u00a0 la confianza que permite compartir secretos y experiencias.
\nLa pertenencia al grupo cubre, al menos, tres componentes psicol\u00f3gicos: componente cognitiva (se sabe que pertenece a un grupo), componente valorativa (la noci\u00f3n de pertenencia puede tener una connotaci\u00f3n positiva o negativa) componente emocional(los aspectos cognitivos y valorativos del grupo y de la pertenencia a \u00e9l, pueden estar acompa\u00f1ados de emociones: amor, odio gustar o no gustar).
\nEs en el grupo en donde el adolescente encuentra apoyo y compa\u00f1erismo, el punto de encuentro, lugar donde encuentra nuevos objetos de identificaci\u00f3n, un espacio de seguridad, expresi\u00f3n y entrenamiento de comportamientos.
\nA los adolescentes tempranos<\/strong> les proporciona un sentido de pertenencia y con ello la posibilidad de tomar y compartir responsabilidades sobre sus propios asuntos, experimentar conjuntamente situaciones nuevas y\u00a0aprender de los errores de los dem\u00e1s.
\nEl grupo establece c\u00f3digos de conducta, prescribe gustos que afectan al lenguaje, al aspecto, la m\u00fasica y el ocio. All\u00ed se sienten libres del control de los padres y, puesto que todos se encuentran en la misma situaci\u00f3n, la aceptaci\u00f3n es m\u00e1s f\u00e1cil. Parad\u00f3jicamente las reglas del grupo no\u00a0 son muy diferentes a las de la familia, ya que el adolescente no se arriesga\u00a0 a crear conflictos, para no someterse al alejamiento o al juicio de los compa\u00f1eros. El\u00a0 amigo es alguien en quien se pude confiar y contar, pero tambi\u00e9n alguien que se respeta y con quien identificarse.
\nAfectivamente es tan importante la aceptaci\u00f3n en el grupo que la mayor\u00eda de los adolescentes tempranos tienen una gran preocupaci\u00f3n por conformarse con las pautas del grupo y por ser populares entre sus compa\u00f1eros. Esto cambia en la adolescencia tard\u00eda, prefiriendo las amistades m\u00e1s selectivas e intereses heterosexuales. Aqu\u00ed el desarrollo del mundo afectivo se da implic\u00e1ndose en la intimidad. Por tanto el tipo y la cantidad de presi\u00f3n que experimentan los adolescentes desde las relaciones de iguales var\u00eda con la edad.
\nAlgunas cosas no cambian a lo largo de la adolescencia. Por ejemplo se sienten con m\u00e1s intensidad las presiones para participar en las actividades del grupo que las presiones relacionadas con mala conducta o para participar en actividades delictivas. Sucede, con la popularidad,\u00a0 que los adolescentes disfrutan de ella en la medida que poseen caracter\u00edsticas y atributos admirados por los grupos a los que pertenecen; lo que significa que los determinantes de la popularidad var\u00edan de unos grupos a otros. Pero ser aceptado esta asociado sobre todo con tener habilidades sociales y ser un participante activo en las actividades de grupo.
\n
\nLa persona con la que se sale<\/strong>
\nComo ya hemos visto los adolescentes, muy conscientes de la audiencia imaginaria,\u00a0 interact\u00faan entre s\u00ed con estrategias cuyo principal objetivo es tener buena imagen ante cualquiera que est\u00e9 observando. Esto mismo se puede aplicar al hecho de salir con un chico o una chica. En la adolescencia temprana o media uno de los temas importantes es con qui\u00e9n sale.
\nPoder saber se tiene novio o novia, que los dem\u00e1s lo sepan y poder decirlo, es a menudo m\u00e1s emocionante que el propio hecho de tener pareja. Esto cambia claramente en la adolescencia tard\u00eda cuando salir en pareja pasa a considerarse como oportunidad de compa\u00f1\u00eda o el preludio de una relaci\u00f3n amorosa.
\nEn este punto hemos de tener muy en cuenta los modelos sociales que se proponen en los medios de comunicaci\u00f3n y su poder para modelar c\u00f3mo han de ser estas relaciones. No es indiferente que exista o no una intervenci\u00f3n educativa que les ayude a discernir.
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\nRelaciones familiares<\/strong>
\nPara acercarse al mundo afectivo del adolescente, es importante ver los cambios que se producen en la relaci\u00f3n con los padres. Como consecuencia de confianza en s\u00ed mismos y la madurez social reci\u00e9n adquiridas, ahora pasan menos tiempo con sus padres y necesitan menos su atenci\u00f3n. Estos cambios no significan que sus creencias b\u00e1sicas hayan llegado a ser incompatibles con las de sus padres o que los padres est\u00e9n perdiendo su influencia desbancados por le grupo de iguales de su hijo. Es m\u00e1s probable que un adolescente escuche a sus padres cuando se trata de cuestiones de moralidad, educativas y laborales. Sin embargo, preferir\u00e1 escuchar a sus compa\u00f1eros en la elecci\u00f3n de los amigos y en todo lo relacionado con tiempo libre. A medida que el adolescente madura, tanto la influencia de los padres como la de los amigos se ven sustituidas progresivamente por el pensamiento independiente.
\nA pesar de la creencia de muchos padres, en la adolescencia no se produce ni una brusca ruptura de los v\u00ednculos, ni un enorme alejamiento emocional. Si s\u00f3lo nos fijamos en el comportamiento externo del adolescente, parece que se da esta ruptura pero, si nos adentramos en el interior de nuestro querido protagonista, pronto veremos que nada est\u00e1 m\u00e1s lejos de la realidad.
\nAdolescentes y padres dependen entre s\u00ed en muchos aspectos, y los cambios de la adolescencia conllevan variantes significativas en la relaci\u00f3n y en la renegociaci\u00f3n de la interdependencia.\u00a0 No se trata, ni mucho menos, de una ruptura de los lazos familiares. Podemos observar que muchos de los rasgos que son caracter\u00edsticos\u00a0 de la adolescencia han ido apareciendo y desarroll\u00e1ndose en las etapas anteriores: el ni\u00f1o ha ido desarrollando una percepci\u00f3n m\u00e1s realista de las figuras adultas, lo que le ha llevado a desplazar su inter\u00e9s hacia el grupo de iguales; y las nuevas experiencias sociales llevan al ni\u00f1o potenciar una actitud cr\u00edtica hacia sus padres, ya presente tiempo atr\u00e1s. Adem\u00e1s, el ni\u00f1o de la segunda infancia, ya no iba ansioso a comunicar todo a sus padres, sino que prefer\u00eda resolver los problemas por s\u00ed mismo y dedicar m\u00e1s tiempo a su mundo privado.
\nPero, obviamente, se producen variaciones en el sistema familiar. Todas las conductas que aparecen durante la segunda infancia aumentan en cantidad y en intensidad: reivindicaciones de autonom\u00eda,\u00a0 elegir\u00a0 por si mismo, valerse seg\u00fan sus propios recursos, rechazo a todo lo que sea imposici\u00f3n o intromisi\u00f3n, etc.
\nLo que se percibe como ruptura es en realidad el logro de la autonom\u00eda, que implica conseguir autonom\u00eda conductual (llegar a ser lo suficientemente independientemente y libre como para actuar por uno mismo sin una excesiva independencia) y separaci\u00f3n emocional (liberarse de los v\u00ednculos emocionales de la ni\u00f1ez).
\nLa intensidad y la cantidad de los contenidos afectivos,\u00a0 que todos depositamos en la infancia\u00a0 en las figuras parentales, es tal que no es nada f\u00e1cil dar este paso. Sin duda\u00a0 resulta muy tentadora la posibilidad de continuar disfrutando de la permanente protecci\u00f3n afectiva de los padres; esto hace que la mayor\u00eda de los adolescentes experimenten alguna ambivalencia y sentimientos contradictorios ante el abandono del estado de protecci\u00f3n de la infancia. De aqu\u00ed que el adolescente alterne la conducta madura con la infantil constantemente.
\nLos padres tampoco se libran de tener sentimientos contradictorios: el orgullo de ver a sus hijos seguros de s\u00ed mismos se mezcla con la nostalgia de su anterior rol parental, unida a la preocupaci\u00f3n por que su hijo crezca demasiado deprisa.\u00a0 Es comprensible que padres y madres muestren actitudes muy diferentes e incluso incongruentes hacia la autonom\u00eda reci\u00e9n estrenada de sus hijos.
\nLa autonom\u00eda es un proceso de individuaci\u00f3n y no se mide por el distanciamiento de los adolescentes respecto a sus padres, sino por la adquisici\u00f3n de confianza madura en uno mismo. El adolescente debe ser capaz de separarse de sus padres y pensar por s\u00ed mismo, y continuar participando como miembro de la familia. Ahora puede colaborar m\u00e1s activamente con sus padres en la resoluci\u00f3n de los problemas que les ata\u00f1en. Ser un individuo aut\u00f3nomo y mantener una relaci\u00f3n interdependiente con los padres son caracter\u00edsticas perfectamente compatibles.
\nEs bello, y a la vez perturbador, observar c\u00f3mo los adolescentes tratan de ser diferentes de sus padres y afirmar sus propios puntos de vista. Pero al observador atento no se le escapa que intentan, a la vez, comprender y acomodarse a las perspectivas de sus padres. El v\u00ednculo y la intimidad psicol\u00f3gica con sus padres no desaparece.
\nAhora\u00a0 bien, las demandas de autonom\u00eda pueden constituir un conflicto en la familia, y este se puede intensificar si no se da una adecuada correspondencia entre le nivel de desarrollo que los padres atribuyen a su hijo y el que \u00e9l cree haber alcanzado. Es una cl\u00e1sica fuente\u00a0\u00a0 de conflictos\u00a0 que los padres consideren que las pretensiones de su hijo son desmedidas y que el hijo tampoco entienda las reacciones de sus padres. Estas discrepancias entre padres e hijos tienen una valios\u00edsima dimensi\u00f3n adaptativa. La relaci\u00f3n con los padres es el lugar donde el adolescente dice a la familia que es una persona m\u00e1s madura y demanda una relaci\u00f3n con \u00e9l diferente.
\nNo se puede pasar por alto que la sexualidad emergente de los adolescentes complica las relaciones padres-hijos. Para los adolescentes puberales, la sexualidad emergente se vive de forma nueva y estimulante, y las personas del otro g\u00e9nero se identifican en parte como objetos sexuales. Esto sucede tanto con los coet\u00e1neos como con los adultos. El darse cuenta que sus padres pueden ser personas sexualmente activas o atractivas, es un hecho angustioso que los adolescentes normalmente procuran evitar. Y, para los padres, sus hijos tambi\u00e9n adoptan una identidad sexual. Generalmente, los padres se sienten afligidos al sorprenderse contemplando a sus hijos como sexualmente atractivos y potencialmente activos. Este cambio es dif\u00edcil de vivenciar y de situar para padres e hijos y se suele evitar. Como consecuencia de estas necesidades de evitar la sexualidad en la familia existe durante la adolescencia temprana un per\u00edodo de reajuste en el que los padres y los hijos de distinto g\u00e9nero se distancian unos de otros y aprenden nuevas formas de controlar la intimidad f\u00edsica entre ellos. El poner nombre a todo esto y ser capaces de dialogarlo, es un responsabilidad de los adultos que, a lo largo de todos los tiempos y culturas, hemos desarrollado ritos y contenidos culturales que han ayudado a padres e hijos a normalizar estas situaciones. Dentro de la educaci\u00f3n y el acompa\u00f1amiento de los adolescentes contin\u00faa abierta esta tarea.
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\nUn posible acercamiento a la afectividad adolescente surge de mirar cara a cara a la patolog\u00eda afectiva. De esta manera veremos, desde el punto de vista de la enfermedad, qu\u00e9 es m\u00e1s fr\u00e1gil en la\u00a0 afectividad del adolescente y en qu\u00e9 puntos debemos estar m\u00e1s atentos a la hora de acompa\u00f1ar y educar.
\n\u00bfQu\u00e9 es lo que predispone al individuo a sentir unas emociones y unos estados afectivos de tipo depresivo durante la adolescencia? La patolog\u00eda de la depresi\u00f3n nos acerca a los tres ejes que definen en gran medida la afectividad del adolescente: el eje de las p\u00e9rdidas objetales, el eje de la agresividad y de la culpabilidad derivada de ella y el\u00a0 eje del narcisismo y de la reconsideraci\u00f3n del sistema de idealizaci\u00f3n.
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\nLas perdidas y separaciones<\/em>
\nLas enumeramos. La p\u00e9rdida de la quietud del cuerpo (tensi\u00f3n extrema, pulsi\u00f3n sexual) los profundos cambios y novedades, el estado de desarrollo continuo hacen que se encuentre nervioso y no sepa porqu\u00e9. La p\u00e9rdida de la estabilidad de la imagen corporal por el cambio y por el crecimiento. La p\u00e9rdida de la bisexualidad potencial, ahora es necesario implicarse con el desarrollo de una identidad sexual. Separaci\u00f3n del v\u00ednculo ed\u00edpico, de la figura materna, han de afrontar la vida desde s\u00ed mismos en el proceso de individuaci\u00f3n.
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\nEl manejo de la agresividad y de la culpa<\/em>
\nComo consecuencia de la intensificaci\u00f3n de las pulsiones sexuales y agresivas (tensi\u00f3n interna) el adolescente teme sus propias pulsiones por eso mantiene la distancia. No olvidemos que esta decepcionado de sus padres (desidealizaci\u00f3n paterna) y esa distancia le protege de su excitaci\u00f3n-nerviosismo interno y protege a sus padres de esa excitaci\u00f3n. Para ello puede poner en funcionamiento defensas ps\u00edquicas que consisten en: el retorno sobre s\u00ed de la agresividad (conductas autolesivas o de riesgo) o la inhibici\u00f3n y pasividad ante el entorno.
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\n\u00fc\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 El conflicto de la idealizaci\u00f3n<\/em>
\nSe trata del conflicto entre la idealizaci\u00f3n que los padres hacen del ni\u00f1o, que el ni\u00f1o hace de los padres y que el adolescente hace ahora de s\u00ed mismo (transformaci\u00f3n del equilibrio entre investiduras objetales e investiduras narcisistas). El adolescente muestra desinter\u00e9s por todo lo que le recuerde a la infancia, transforma su sistema de ideales sobre s\u00ed mismo y sobre sus padres; a la vez pr\u00e1cticamente obliga a cambiar a sus padres la imagen que ten\u00edan de su ni\u00f1o. Por eso el adolescente oscila entre la satisfacci\u00f3n de s\u00ed mismo y el menosprecio, que produce una p\u00e9rdida de autoestima que va a generar sentimiento de malestar, desinter\u00e9s, tedio y vac\u00edo. Conviene, por tanto, no perder de vista estos puntos en los que nuestros protagonistas son especialmente fr\u00e1giles afectivamente, m\u00e1s que nada, para acoger todo aquello que trae \u201cla edad\u201d y disfrutar acompa\u00f1ando el desarrollo de su riqueza, potencial y cualidades.
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\nPara terminar, me gustar\u00eda llegar a alg\u00fan tipo de conclusi\u00f3n o idea importante pero, desde la honestidad, s\u00f3lo puedo compartir con vosotros una pregunta, \u00bfQu\u00e9 pensar\u00e1 un adolescente al leer todo esto? En fin, pido a Dios, con vosotros, que nos ilumine en esta tarea de acompa\u00f1ar a los adolescentes para honrar a estos seres \u00fanicos y genuinos que tenemos el privilegio de conocer.
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